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Elementos del

acto
administrativo

Instituciones
Políticas y
Gubernamentales

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Elementos del acto
administrativo
Introducción
El acto administrativo es un concepto central en el desarrollo de la función
administrativa, pues constituye la manifestación de la voluntad del Estado
que se dirige individualmente al administrado, y le produce el nacimiento de
un derecho o la imposición de una obligación.

Veremos en esta lectura, los elementos de dicha forma jurídica de la función


administrativa, y los efectos que produce la insuficiencia en alguno de ellos.

Elementos esenciales
El acto administrativo posee requisitos esenciales para su formación y
emisión, que significan el cumplimiento de reglas fundamentales a las cuales
debe someterse toda la actividad administrativa.

Dichos requisitos se imponen principalmente en salvaguarda de los


derechos de los ciudadanos, pues tienden a evitar abusos de poder,
arbitrariedades en las decisiones, e incluso actos de corrupción.

Podemos agrupar los elementos esenciales del acto administrativo, en


cuatro requisitos fundamentales: competencia, voluntad, objeto, y forma.

La falta de cumplimiento de alguno de los requisitos elementales del acto


administrativo, conlleva necesariamente a que éste posea un vicio en su
formación, que a su vez acarrea una consecuencia parcial o totalmente
invalidante.

Los requisitos del acto administrativo se imponen en salvaguarda de los


derechos de los ciudadanos, pues tienden a evitar abusos de poder,
arbitrariedades, e incluso actos de corrupción.

Según la naturaleza e importancia del vicio que pueda tener el acto


administrativo por inobservancia de alguno de sus elementos, éste recibirá
una sanción jurídica de mayor o menor envergadura. Por lo general,
adquieren mayor importancia los vicios relacionado con el objeto y la

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competencia del acto; y en segundo lugar los atinentes a la voluntad y la
forma del mismo.

De acuerdo a la importancia apuntada en el vicio que pudiera tener el acto


administrativo, las sanciones varían en tres grandes categorías de
consecuencias jurídicas: para los vicios más leves se aplica la anulabilidad del
acto ―es decir, su nulidad relativa o subsanable―; los vicios graves implican
la nulidad del acto ―absoluta e insubsanable―; y los vicios gravísimos
conllevan la inexistencia del acto ―es decir, se entiende que éste nunca
nació―.

Veremos suscintamente a continuación, los elementos apuntados.

La competencia

Como ya vimos, la competencia es el conjunto de facultades propias de la


función administrativa, que un órgano puede ejercer legítimamente.

La competencia responde al interrogante de quién emite el acto


administrativo, en torno a si tiene facultades legales para hacerlo.

Las normas imparten competencia a los diferentes órganos administrativos,


en razón de diferentes criterios.

De acuerdo a la materia, cuando se le asigna a un órgano una competencia


administrativa propia de su especialidad funcional; por ejemplo de control
bromatológico, o de seguridad ambiental.

Con relación al territorio, la competencia se distribuye a los órganos para


ejercer la función en un ámbito físico determinado; que pueden llamarse
distritos o circunscripciones, y generalmente coinciden con un partido,
departamento o provincia.

De acuerdo al grado, cuando se reparten las competencias entre órganos de


diferentes posiciones relativas en la misma escala jerárquica; por ejemplo
parte al ministro, otra parte al secretario y otra al director de un mismo ente.

Por último, en ciertos casos las normas asignan competencia a un órgano


por un tiempo determinado; por ejemplo cuando se forma una comisión
investigadora para que realice una tarea puntual, con plazo de vencimiento.

Conforme a lo dicho, los actos administrativos deben ser emitidos por


órganos competentes, esto es aquellos que en razón de la materia,

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territorio, grado y tiempo tienen asignada la función administrativa
correspondiente.

Los actos administrativos deben ser emitidos por aquellos órganos que en
razón de la materia, territorio, grado y tiempo tienen asignada la función
correspondiente.

La voluntad

Cuando hablamos de voluntad como elemento del acto administrativo, nos


referimos al proceso volitivo interno de su formación, que generalmente se
emparenta con su finalidad.

De algún modo, la voluntad responde al interrogante de para qué se produce


el acto administrativo.

Todo acto administrativo debe tener una adecuada finalidad; y su violación


puede darse por la llamada desviación de poder ―cuando el funcionario
persigue una finalidad de beneficio personal―, por la arbitrariedad
―cuando el funcionario no otorga una fundamentación razonada de por qué
decide de ese modo―, por el error ―cuando el funcionario decide sobre una
circunstancia diferente de la planteada―, o por el dolo ―cuando el
funcionario tiene la intención de perjudicar―.

Todo acto administrativo debe tener una adecuada finalidad; y su violación


puede darse por desviación de poder, por arbitrariedad, por error, o por dolo.

El objeto

Todo acto administrativo tiene un contenido, algo que se decide, certifica u


opina.

El objeto responde, entonces, al interrogante de qué es lo que hace el acto


administrativo.

En tal sentido, un acto aprobatorio puede tener como objeto habilitar un


establecimiento para ejercer una industria, u otorgar licencia para conducir;
un acto sancionatorio tiene como objeto imponer una multa ante una
infracción de tránsito; y un acto certificatorio puede tener como objeto dar
fe del avance de una obra pública a los fines de su pago al contratista.

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El objeto de los actos administrativos no debe estar prohibido por las normas
ni ser contrario a la moral; debe ser determinado; de cumplimiento posible;
razonable y proporcionado con relación a la causa que le da origen.

El objeto de los actos administrativos no debe ser prohibido; debe ser


determinado; posible; razonable y proporcionado.

La forma

Como regla general, los actos administrativos se ciñen al principio de


formalismo, conforme al cual deben observar las reglas previstas para su
dictado.

De tal modo, la forma responde al interrogante de cómo se debe dictar el


acto administrativo.

Dichas reglas formales son impuestas por las normas para evitar decisiones
administrativas irreflexivas, precipitadas o infundadas, y por tanto se están
concebidas como garantía de los ciudadanos y en resguardo de la legalidad.

La forma de los actos administrativos contemplan los siguientes aspectos:

 El procedimiento previo al acto, que se refiere a la preparación de la


voluntad administrativa, e incluye múltiples etapas de escuchar al
administrado, recibir dictamen previo, e informes.
 La instrumentación del acto, que generalmente es en forma expresa y
escrita.
 La notificación del acto, que implica hacer conocer su contenido al
interesado, mediante alguno de los modos de comunicación previstos.

Las formalidades de los actos administrativos están concebidas para evitar


decisiones precipitadas o infundadas, como garantía de los ciudadanos y en
resguardo de la legalidad.

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Referencias
García Pulles, F. (2015). Lecciones de Derecho Administrativo. Buenos Aires:
Editorial Abeledo Perrot, capítulo IV punto I.

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