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Para la Liga Colombiana de Debate es motivo de

satisfacción publicar este libro, denominado “El Debate sobre el Debate”, en el que se
recogen las ponencias presentadas en el Foro que se realizó en el marco de la Academia
Internacional de Debate en Español (“AIDE”) en Bogotá, Colombia, el 1 de marzo de
marzo de 2013.

“El Debate sobre el Debate” surge como una iniciativa de la Liga Colombiana de
Debate en el marco de la discusión de nuestra misión y visión como organización no
lucrativa que apoya este tipo de actividades académicas en nuestro país. Promueve
entonces el compromiso de una visión seria sobre la función que esta disciplina tiene en
el desarrollo humano de los estudiantes, en su contexto educativo, y cómo ello puede
incluso repercutir en la formación ciudadana y en el fortalecimiento de las instituciones
democráticas. En la Liga Colombiana de Debate estamos convencidos de que el debate
es sólo un instrumento, y como tal, puede servir a fines complementarios, disímiles e,
incluso, antagónicos.

La propuesta de realizar este foro tuvo entonces como principal propósito realizar una
gran labor de conciencia sobre la actividad misma que queremos promover, sobre
los fines y fundamentos- en últimas- sobre la importancia de la misma para rescatar en
una gran síntesis de todas las ponencias seleccionadas, cuáles son los mejores fines y la
mejor concepción de esta disciplina.

En este orden de ideas, tuvimos como meta principal reunir en un solo espacio a
debatientes, entrenadores y jueces de habla hispana en torno a un elemento común: El
debate. Pero el debate en el marco de la AIDE no se centró exclusivamente en la
competencia, sino también en explotar los enormes beneficios que su práctica tiene para
la formación de ciudadanos más tolerantes, participativos y, en general, comprometidos
con los procesos democráticos de sus países y de la región.

Las lecciones aprendidas de este proceso son innumerables, con lo que podemos decir, a
ciencia cierta, que nuestros objetivos y misión como organización se han transformado.
La sola competencia vuelve al debate vacío, carente de sentido y de humanidad; pues
sólo cuando se concibe el debate como instrumento de solución pacífica de
controversias y de perfeccionamiento de la democracia se puede entender no sólo su
utilidad, sino también sus diferentes perspectivas y retos.

Con la satisfacción del deber cumplido presentamos un libro que quedará como el
primer intento por discutir en nuestra lengua las raíces, la importancia, el futuro y, hay
que decirlo, los defectos del debate como práctica.

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Finalmente, nos gustaría agradecer a los ponentes que contribuyeron a hacer realidad el
objetivo que como organización nos trazamos y presentamos este documento a toda la
comunidad del debate y, también a quienes no pertenecen a ésta, en un esfuerzo por
promover la discusión sobre la importación de la práctica del debate y los altos fines
que puede materializar en nuestros países.

El equipo de la Liga Colombiana de Debate,

Ana María Díez DeFex


Angélica María Rodríguez Rojas
Carlos Felipe Parra Rojas
Ingrid Rodríguez
Javier Andrés Echeverri Díaz
Juan Felipe García Vera
Julián Alejandro Maldonado Pino
Luis Felipe Noreña Ospina
Luisa Fernanda Salazar Escalante
María Carolina Fajardo Cano

Bogotá, Colombia
Diciembre de 2013

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Debate: Desencuentros y Extravíos formales en la búsqueda del sentido propio
DEBATE.
Miguel Reyes Almarza 6

El Debate como generador de agenda pública: un nuevo formato de debate como


alternativa en la participación ciudadana para la democracia latinoamericana.
Astrid Iturriaga Falcón 23

¿América para los americanos?”Un análisis de las preferencias y las perspectivas


del debate en México.
Rodolfo Florez 36

El uso de la técnica del debate en educación de adultos: la experiencia del


Programa Nacional Fines (Programa de Finalización de Estudios Secundarios).
Luciano Ciccolella 65

Las políticas Públicas… Del decir al hacer: El papel del debate en las
democracias latinoamericanas.
María Eugenia Abuin 70

La imparcialidad del jurado como garantía de la autonomía del desarrollo del


debate competitivo.
Cesar Miranda Reyes 77

América Latina: Una región sin Debate


Marcelo Rivera Olave 91

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1. INTRODUCCIÓN:

1.1. El problema

El discurso es una constante que antecede al ser humano y sobrevive a él. Tratar de
atraparlo en un formato es a lo más un procedimiento metodológico útil en los primeros
años de enseñanza, pero de ninguna manera una forma de generar consensos y
potenciar la razón. La evolución del debate debe apuntar hacia la deliberación sin
trampas formales más allá del orden propio del discurso y solo, por una cuestión
práctica, con un previo acuerdo del tiempo en los intercambios dialógicos.

Las sospechas caminan en dirección a potenciar un discurso abierto –muy distinto al


actual- que solo respete las fases propias y naturales del intercambio dialógico y por otra
parte, y no menos esencial, que se interese por la sociedad en la cual se inserta, en otras
palabras, hacer universidad es llevar el discurso y los eventuales consensos al lugar
donde se necesitan y convertir la palabra criteriosa en acción.

El debate, ese que acaba en la esfera de influencia de un salón o en la fase final de un


torneo no pasa de ser un juego, de calidad algunas veces, pero no más alejado de un
gesto competitivo y por defecto contrario a la idea de crear realidades, y por extensión,
de construirlas. El pensamiento crítico, en esencia, es una competencia que se ve
refrendada en la capacidad de poder entregar entre muchos otros recursos la posibilidad
de cambio respecto al status quo cuando este último atenta contra una sociedad sana y
justa.

El ´lugar’ del debate, extraviado por la academia y olvidado muchas veces por los
sistemas parlamentarios, debe re-encontrarse con quienes ‘necesitan’ de su praxis para
lograr objetivos, resolver problemas y zanjar acuerdos en beneficio de la sociedad en
que se inserta.

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La forma en que esta metodología se hace manifiesta, también ofrece ciertas
contradicciones en los circuitos de debate mundiales y en las experiencias más
regionales, la atención sobre las ideas muchas veces se tuerce hacia la corrección del
formato. Evidentemente, no se puede hablar de un no formato, ya que por lógica es
contradictorio. La idea es incluir esta voluntad de diálogo razonado y escucha crítica en
la sociedad sin las barreras del 'catálogo de instrucciones' utilizando las instancias más
esenciales de las etapas del discurso. Generalmente las disputas verbales, más cercanas
al debate que los mismos eventos convocantes, no son sobre argumentación, razón o
incidencia de la discusión en el entorno social, sino sobre el procedimiento. El tema es
el 'reglamento' y no el discurso. Es hora de volver a las bases, un buen intercambio
dialógico supera sus fases y protocolos y se potencia en el sentido persuasivo, y en el
mejor de los casos convincente, para intervenir con propiedad en una sociedad deseosa
de liderazgos. Aspectos como los no verbales, paralingüísticos y retóricos sufren una
merma significativa cuando el debate se empecina en ‘jugar bien el juego’.

1.2. Su coyuntura

Evidentemente esta reflexión apunta a un segundo estadio en el desarrollo del debate


como actividad1 , es decir, en una sociedad o institución donde ya se pueden obtener
frutos importantes luego de la implementación de esta metodología en competencias
transversales como pensamiento crítico, habilidades lingüísticas y de comunicación.

Superada esa etapa, que tardará lo necesario y de preferencia no demasiado, el siguiente


paso es reconocer en el debate su valor fundamental y es el de crear consensos,
potenciar acuerdos y entendimiento en los actores sociales. Es aquí donde estamos en
deuda. El podio de madera solo sirve para afirmarse, es en el podio 'social' donde hay
que poner la palabra en acción.

Las primeras luces de alarma se encienden cuando la razón sucumbe a la estricta


coreografía del procedimiento2 , a la específica, escasamente pragmática y muchas veces
confusa percepción del juez y a la escasa voluntad de diálogo de quien es derrotado en
la contienda. El debate es y debe ser más que solo una forma de competencia. El debate
es una vía de desarrollo para las democracias y en mayor cuantía para aquellas aún
frágiles y en eterna transición.

Otro punto que necesita atención inmediata es la elección de los temas a tratar y cómo
estos se convierten en mociones de debate. Una cosa es que algo sea debatible y otra
muy distinta radica en la necesidad de dicha discusión.

Existen tres vicios recurrentes al respecto: El primero y menos dañino es debatir


respecto de controversias globales, variadas y de gran espectro; No porque en esencia

1
Con recurrencia se habla del ‘siguiente estadio’ en el sentido de separar los momentos en la
implementación del debate como metodología. En los casos en que este sistema ya se ha desarrollado con
cierta pertinencia –los torneos son un indicador importante pero no el único- el paso necesario es ir en
busca de su anclaje al contexto socio-cultural donde está adscrito. No es una mirada peyorativa a la
primera fase, simplemente el paso obligado luego de su consolidación como técnica.
2
Refiere a la pertinencia de formatos anglo-sajones y sus disfunciones.

7
sean dañinas para el proceso, sino porque establecen el manejo de un conocimiento
enorme que, debido al formato y el tiempo, no se acercan ni a un centímetro de
profundidad. Si entendemos el debate como vía de resolución de conflictos, estos deben
ser lo suficientemente acotados para poder resolver diferencias específicas y no solo
zanjar ideas que no sobrepasan el punto de vista.

En segundo lugar y mucho más preocupante, es la utilización del debate como una
especie de disputa de naturaleza doctrinal o académica, donde nuevamente el objetivo
se pierde en pos de favorecer ciertas ‘trampas’ lógicas incluso al borde de la diatriba,
con el fin de establecer una posición que puede ser ‘cualquiera’. Evidentemente es un
excelente ejercicio cuando de habilidades comunicativas se trata, sin embargo el peor de
los acercamientos cuando la idea es establecer criterios de acción.

Detrás de cada argumento hay un propósito ¿Cuál es el propósito del debate


competitivo? Ciertamente es ganar y no establecer un juicio útil en lo social. Con esto
aparece un error de caridad. Mociones que establecen refranes y parábolas para ser
debatidas son a lo menos un insulto para el conocimiento. No porque de ellas no se
puedan extraer ‘ciertas lecciones’ sino porque cada sociedad tiene urgencias que rara
vez son discutidas en los espacios –escasos también- de participación ciudadana y por
extensión, se oxidan antes de llegar a los parlamentos o a los grupos de influencia.

Habiendo tanto que resolver, jugar al debate, luego de un tiempo, pasa a ser una
irresponsabilidad.

Detrás de cada argumento hay un propósito, si ese propósito es ganar, el debate no está
más alejado del póker o las peleas de gallos.

1.3. ¿Qué hacer?

Una proposición que se hace urgente formular en momentos en que el debate


competitivo ofrece más contradicciones que oportunidades –obviamente y como se
aclara en el problema, luego de que se ha superado la etapa de instauración de la
metodología- está referida a su pertinencia y pertenencia. ¿Discutir por deporte o por
necesidad? ¿Resolver problemas reales o simplemente jugar a los discursos? En estos
momentos la urgencia está del lado de lo social. La pregunta guía será:

¿Es la carencia de impronta cultural y de pertinencia respecto de la realidad social lo


que hace del debate un juego elitista y poco productivo?

Determinar en qué grado los modelos estrictos de debate heredados de otras culturas
terminan por minar su capacidad de cambio -intrínseca y necesaria- en Latinoamérica,
es ‘el debate’ a resolver a corto plazo.

Las acciones necesarias se concentrarán en los siguientes aspectos:

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- Advertir los riesgos y carencias de los debates ‘con formato 3 ’ para cuando su
objetivo refiere al consenso y la inclusión social.
- Comprender la pertinencia y la pertinencia del debate promoviendo un
desplazamiento hacia donde se hace necesario. ‘Desde la acrópolis y de vuelta al ágora’.
- Estimar, desde este nuevo lugar, un discurso inclusivo y comprometido (el papel
de los gobiernos regionales y las instituciones que promueven el debate)

Este trabajo es parte de la experiencia académica personal4 y se funda en la concepción


preliminar de una investigación de carácter cualitativo que busca entender las razones
del fenómeno en cuestión así como diferentes aspectos de dicho comportamiento desde
la perspectiva de la docencia en diferentes ámbitos.

Lo que conocemos hoy por debate ¿Es el debate que necesitamos?

Evitando la falacia de una negación rotunda, diremos que, el debate en Latinoamérica,


como lo conocemos hoy, es generalmente insuficiente e inútil.

2. DESARROLLO:

2.2. La urgencia de un formato propio

Cuando caminamos a paso firme por el siglo XXI la comprensión sobre el valor del
debate como herramienta metodológica deja de ser un supuesto para establecerse como
una necesidad basal en el desarrollo de las competencias dialógicas. El mundo
anglosajón desde hace muchos se hace cargo de la importancia del debate universitario
y escolar, su injerencia en el desarrollo cultural de Europa y sus alrededores amerita un
trabajo de largo aliento muy pertinente pero lejos de las ideas que convocan este trabajo.

En Latinoamérica, 1994 para ser exactos, se articula recién la primera sociedad de


debate de Chile y una de las pioneras del continente. Los trabajos en dicha academia, de
la cual tuve el honor de participar, dieron como resultado el nacimiento de una nueva
forma de participación interuniversitaria, reflejada en torneos que pronto tuvieron como
protagonistas y por extensión natural a los colegios secundarios. En vista de lo anterior
se consolidó una relación directa entre Ministerio de Educación y la Universidad Diego
Portales, casa de estudios donde se fundó dicha unidad académica, para coordinar el
primer plan ministerial de desarrollo del debate a nivel nacional para la educación
secundaria.

Los resultados, satisfactorios para ambas partes, posicionaron los contenidos sobre
argumentación y debate en el currículum secundario y el Estado se encargó de
potenciarlo en los objetivos transversales fundamentales de la asignatura de Lenguaje y
Comunicación que aparecían, en el papel, ya desde el año 2000 5 , sin embargo, no

3
Se refiere a los formatos estándar de los torneos de debate como el Parlamentario Británico y Karl
Popper principalmente.
4
Docencia e investigación en Argumentación y Debate.
5
Ministerio de Educación. Programa de Estudio de Lengua Castellana y Comunicación. Tercer Año
Medio. Página 26. Chile. 2000.

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estaban del todo trabajados y para muchos docentes era un área desconocida y ambigua.
Desde allí, más de 10 años de debate, como asignatura por una parte y como circuito de
torneos por otra nos llevaron, no a todos, a cuestionar la actividad, no por su cualidad
metodológica, sino por su pertinencia y más pronto por su pertenencia en un país y una
América Latina que pedía a gritos inclusión y cambio.

Sea en el ámbito que sea, el ‘debatir’ implica necesariamente filosofar en tiempo


presente en base a las conductas observadas sobre un entorno particular, desarrollando
habilidades crítico reflexivas y argumentativas para poner las ideas y los consensos
resultantes del proceso al servicio de todo quien las necesite, usando como vehículo un
formato que proteja solamente el justo intercambio de ideas. Cuando el formato sobra al
simple hecho de propiciar el diálogo se transforma en un elemento coercitivo, arbitrario
y de dudosa finalidad. La pretensión de verdad –como lo razonable- pasaría a
coaccionar en la médula de los discursos para legitimar su desarrollo y por tal razón
anticipando cual es la forma de dicha verdad, tanto así, que su actitud de centinela del
discurso termina por ahogar las posibles reflexiones. Como referiría Foucault (2008) no
se estaría en la verdad más que obedeciendo a las reglas de una ‘policía’ discursiva que
ahoga cualquier reflexión ajena a la matriz. La sospecha aquí se hace pertinente y
necesaria para poner en inflexión el discurso oficial cuando este se aleja de los
conceptos de libertad y respeto.

2.2.1. Cuando el formato de debate se transforma en el gato del gurú

Anthony de Mello (1982) Sacerdote jesuita cuestionado por lo incompatible de sus


principios y la fe católica nos dejó este ilustrativo micro cuento:

Cuando, cada tarde, se sentaba el gurú para las prácticas del culto, siempre andaba por
allí el gato del ashram distrayendo a los fieles. De manera que ordenó el gurú que ataran
al gato durante el culto de la tarde. Mucho después de haber muerto el gurú, seguían
atando al gato durante el referido culto. Y cuando el gato murió, llevaron otro gato al
ashram para poder atarlo durante el culto vespertino. Siglos más tarde, los discípulos del
gurú escribieron doctos tratados acerca del importante papel que desempeña el gato en
la realización del culto como es debido (p.88)

¿Qué es el debate competitivo, entonces? El debate competitivo es el gato atado durante


el culto, es aquel que se articula sobre la forma conocida, sobre exclusiones poco o nada
racionales, y que luego de su necesaria ‘instalación’ se agota en ser un ejercicio de
repetición de prácticas dialógicas y olvida el propósito de debatir, si es que alguna vez
se pensó en dicha cualidad. La eventual interacción acaba en el discurso controlado y
por extensión censor y carente de intención de cambio, que se somete, se subordina y se
pierde para negociar solo lo esperado y lo carente de originalidad, para qué hablar de su
posible potencial de cambio. Peor aún, se extiende en un eterno Déjà vu de estructuras y
procedimientos sin cuestionarse acerca de su validez.

Hoy por hoy se gastan numerosas líneas en los tipos de formato de debate y su correcto
desarrollo, sin embargo, poco se habla de lo pertinentes que son.

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Una cosa es utilizar un formato parlamentario, cualquiera que este sea, dado que nuestra
estructura como república es –en muchos casos- parlamentaria o porque este sistema
ofrece cierto equilibrio a la hora de fomentar la discusión. Sin embargo, esa estructura
debe estar subordinada a la necesidad de diálogo y cambio y no al revés.

La metáfora no es gratuita, las grandes contiendas de debate provocan la ilusión de


‘debate’ basada en la repetición carente de crítica y obviamente de revisión, potencian
una impresión social de que se discute sobre ‘algo de relativa importancia’ situación que
por praxis es muy buena, no obstante, es una zona segura y cándida que deja en
evidencia errores y trabas formales que distraen el debate a la forma en que este se
desarrolla. No existe por tanto una relación directa entre la cantidad de torneos de
debate y la promoción del discurso social. Al parecer, el discurso en los torneos de
debate competitivo comienza y se agota en la contienda misma.

2.2.2. Un formato, un tipo de exclusión

No es raro ver en torneos de debate y otros ejercicios de connotación social similar que
desde ciertos grupos ideológicos se levantan impugnaciones a las mociones de debate, a
la discusión que se presenta, ya que no forma parte de su línea de pensamiento o de
manera más explícita no pueden hablar de aquello. Queda muy claro que el objetivo que
buscan las instituciones que cierran el diálogo o definitivamente lo censuran es
precisamente ofrecer una imagen de respeto que no es más que un desplazamiento de la
incomprensión. La tolerancia no ofrece resolución alguna, solo evita el enfrentamiento
de ideas y con esto consolidan lo inmóvil.

Hay que recordar que el Debate como herramienta busca la anuencia de un tercero, de
un auditorio específico “la argumentación retórica va siempre dirigida a un auditorio
concreto y particular al que pretende persuadir” (Perelman, Olbrechts-Tyteca; 1989,
p.16) y en busca de este objetivo no es raro que se trate de aislar a ese tercero por miedo
a que reflexione desde otros paradigmas. El debate competitivo, luego de cumplida su
función –que es establecer ciertas competencias comunicativas- se torna en un juego de
repetición donde no hay reflexión más adecuada que la inferencia lógica. El ‘tercero’
pasa a ser un mero espectador de un juego que no conoce.

Los formatos altamente reglamentados acaban con el ejercicio libre de la palabra, y a


contrario sensu, transforman la discusión en una especie de cartografía esperable. Lo
que se evalúa mal en un debate no son los errores lógicos y menos las falacias sino lo
que no se espera, lo prohibido.

No existirá un debate más puro y más sano que aquel que sobrepase la palabra prohibida
y no hablo de aquella de expresión burda, sino la que apela a lo que no es ‘correcto’
decir porque ‘no es el momento’ o ‘porque no es parte de lo que tiene que decirse’ y
¿Qué es lo que hay que decir? La respuesta para lo que nos convoca es el rol que el
orador asume rigurosamente en el debate.

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Es verdad, hay orden, pero ¿qué pasa con las ideas? Desde otro punto de vista, cuando
el orden se manifiesta ¿no se manifiesta con él el desarrollo típico del discurso? Y de ser
así es probable que un orador memorice los ‘discursos’ propios para una contienda
específica y todo lo que parecía promover el cambio no sería más que la correcta
formulación de lo inmóvil.

Insistir en la discusión sobre controversias públicas sin que estas tengan una mínima
relación con lo público es a lo menos absurdo. El debate necesita expresarse como
acción, necesita un lugar donde cobre sentido, donde se le necesite también.

Pero no podemos, evidentemente, prescindir de una cierta forma para llevar adelante
las grandes discusiones, Foucault (2008) aclara esta necesidad de la siguiente forma:

El intercambio y la comunicación son figuras positivas que juegan en el interior de


sistemas complejos de restricción; y, sin duda, no sabrían funcionar independientemente
de estos. La forma más superficial y más visible de estos sistemas de restricción la
constituye lo que se puede reagrupar bajo el nombre de ritual; el ritual define la
cualificación que deben poseer los individuos que hablan (y que, en el juego de un
diálogo, de la interrogación, de la recitación, deben ocupar tal posición y formular tal
tipo de enunciados) define los gestos, los comportamientos, las circunstancias, y todo el
conjunto de signos que deben acompañar el discurso; fija finalmente la eficacia supuesta
o impuesta de las palabras, su efecto sobre aquellos a los cuales se dirigen, los límites
de su valor coactivo. (p.40 - 41)

Es por tal motivo que debemos simplificar este ‘ritual’ a su mínima expresión para
evitar que antes de que se escape una palabra de nuestra boca, ya tenga esta un valor pre
fijado y por extensión determine y subyugue su capacidad de acción.

2.2.3. ¿Un formato latinoamericano?

Todo formato es perfectible, algunos ofrecen menos límites a la palabra, otros, en el


vértigo de controlar aquello que es imposible de atrapar, condicionan incluso hasta las
expresiones de adhesión o rechazo. Es complejo y además bastante altanero promover
un debate latinoamericano específico. Más justo es indicar un formato universal que sea
capaz de administrar la discusión sin sofocar el discurso. Un formato que sobre en
simpleza y gane en dinamismo. Que no desvíe la atención a su correcto desempeño y
que propicie una reflexión con los mínimos acuerdos de su praxis. Un formato que solo
proteja esas partes del discurso que son necesarias para el correcto entendimiento de los
interlocutores y la audiencia involucrada. Aquel que sea capaz de sacar lo mejor de cada
orador en orden a satisfacer los elementos básicos del discurso y construir desde ahí su
batería argumental, sus ideas de cambio.

La estructura formal de este discurso se refiere como plantea Wodak (2003) a las cuatro
etapas de la secuencia argumentativa, procedimiento natural que tiene sus cimientos en
las ideas de Platón y Aristóteles y que consta de exordio, narratio, argumentatio y
peroratio (exordio, narración, argumentación y conclusión respectivamente)

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Su justificación está en que son peticiones simples y necesarias. Un orador no necesita
memorizar movimientos específicos, solo necesita saber que para cada momento de un
discurso hay una disposición para que este sea eficaz.

El exordio es la primera movida del discurso, donde el hablante busca conquistar la


simpatía o el interés de él o los interlocutores para fomentar una eventual adhesión a sus
ideas, apela fundamentalmente al pathos, el contacto emocional que fundamenta la
razón. En la narratio se explicita la línea de acción del hablante, define, si es necesario
(o redefine si no es el primero en el diálogo) los términos de la proposición en un
contexto definido, además de plantear su status quo. Es una especie de marco
metodológico donde se expone el paradigma de acción de su formulación (o de su
bancada). La argumentatio es la evidencia con la que cuenta el hablante para poder
defender sus puntos de vista, previamente formulados en la narratio. Como cierre, la
peroratio contiene una recapitulación que evidencia los puntos de choque y una
conclusión que ayude al interlocutor a inferir lo razonable de su posición.

No articula como etapa distintiva la refutatio ya que en estricto rigor la refutación es un


tipo de argumentación que intenta dejar en evidencia las falencias argumentales del
interlocutor o la inadecuada formulación de sus ideas.

Lo que se buscará, entonces, es que los debatientes sean capaces de poder introducir el
tema, argumentar a su favor, refutar la postura contraria y concluir de manera eficiente.
Además de tomar puntos de información y producir desde ahí discurso argumentativo 6 .
La estrategia y el camino que ocupen para esto será parte de su estilo retórico y no
estará dirigido de antemano. Cumpliendo con las etapas del discurso pertinentes el resto
queda a criterio de cada orador o bancada.

2.2.3.1. A modo de Ejemplo: Formato Parlamentario Simple

Un formato que intenta acercarse a este perfil es el que se trabaja hoy por hoy en la
cátedra de Argumentación y Debate (hoy Argumentación y Pensamiento crítico) de la
Universidad Diego Portales. Con solo un escaso número de restricciones el debate fluye
con todo el poder de la retórica clásica y el pragmatismo de la evidencia.

En base a la experiencia, el formato parlamentario de una sola cámara, llamado


‘parlamentario simple’ en nuestra praxis docente, se presenta como un ejemplo de este
carácter minimalista que descansa en los discursos y asegura que cada orador desarrolle
similares competencias dentro del mismo debate.

Acuerdos mínimos:

6
Entiéndase la diferencia formal entre ‘producir’ discurso argumentativo y ‘reproducir’ discurso
argumentativo. El segundo remite solo a una buena capacidad memorística y ciertas competencias
discursivas que descansan en lo que ya se sabe. La ‘producción’ de discurso es eso que se construye ‘in
situ’, aquello sobre lo cual no se tiene completa certeza y no es familiar hasta el momento de ser necesaria
una reflexión sobre el punto. Generalmente se ven muy buenas muestras de esta competencia en los
oradores que son capaces de tomar muchos puntos de información sin miedo a quedar fuera de sus límites
de investigación sobre el tema o aquellos que pueden sostener una refutación inteligente solo desde el
análisis crítico pertinente a la discusión.

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1. El debate consta de 2 fases, argumental y contra-argumental, debidamente
separadas por un tiempo de reunión. (ver tabla1)
2. Los equipos, gobierno y oposición, serán de un mínimo de tres integrantes.
3. Ambos equipos tiene la carga de la prueba, es decir, el equipo de oposición no
puede simplemente refutar7
4. Tanto en la fase argumental como contra-argumental participan todos los
integrantes de cada bancada.
5. En la fase argumental los oradores solo se encargan de proponer el sustento de
su punto de vista, es decir, los argumentos. Los puntos de información serán para
recabar información o evidenciar ciertos errores lógicos del adversario con el objetivo
de sostener de manera eficiente la refutación que deberá esperar a la fase contra-
argumental.
6. En la fase de reunión los equipos implementarán la estrategia de refutación, sin
ningún tipo de ayuda extra a las anotaciones hechas durante la fase argumental.
7. En la fase contra-argumental no se aceptan nuevos argumentos.
8. Las refutaciones serán dirigidas a argumentos específicos de la contraparte no
importando quién los dijo ni el lugar en que fueron utilizados.
9. En la fase contra-argumental los puntos de información se utilizarán según la
estrategia del orador o equipo.
10. Si el primer orador de la oposición (O1) impugnara las definiciones del primer
afirmativo (A1) deberá demostrar la razonabilidad de dicha impugnación sin abandonar
su propuesta. Si esto deriva en un debate sobre las definiciones será menester de cada
bancada ofrecer la salida más razonable a la discrepancia.

Tabla 1: Secuencia de participación formato parlamentario simple.

Fase argumental Fase contra-argumental


A1- Exordio (3’ con 2’ protegidos)* A1 Refutación (4’/ 2’ protegidos)
O1- Exordio (3’ con 2’ protegidos) O1 Refutación (4’/ 2’ protegidos)
A2- Argumentación (4’/ 2’ protegidos) A2 Refutación (4’/ 2’ protegidos)
O2- Argumentación (4’/ 2’ protegidos) O2 Refutación (4’/ 2’ protegidos)
A3- Argumentación (4’/ 2’ protegidos) A3 Conclusión (3’ sin puntos de
información)
O3- Argumentación (4’/ 2’ protegidos) O 3 Conclusión (3’ sin puntos de
información)
Fase de reunión 5’ Fin

7
Al igual que el formato Karl Popper

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* Los puntos de información serán obligatorios para cada uno de los debatientes y se
concederán luego del primer minuto de cada discurso, excepto para quién se encargue
de la peroratio en cada bancada. Estos se solicitarán simplemente poniéndose de pie.

2.2.4. Una sospecha interesante: los debates unipersonales

Mención aparte son los debates unipersonales donde cada interlocutor necesita echar
mano a todos elementos que componen el discurso y producir discurso cuando se le
solicita responder a un punto de información. La libertad de este tipo de formato ofrece
un gran valor pedagógico que solo se ve mermado con la ausencia del trabajo grupal, sin
embargo, ofrece una posibilidad única de evaluar el dominio total que un orador puede
tener de su estructura discursiva y más importante aún, de lo empoderado que esté con
sus ideas.

Este formato puede trasladarse necesariamente a lo público ya que opera desde la


persona y para una audiencia definida, un buen orador en este tipo de contiendas es en
potencia un buen líder natural. No hay que confundir esta modalidad con los debates
presidenciales muy populares en toda América, ya que estos no son espontáneos,
trabajan sobre preguntas previamente resueltas y muy rara vez se impugnan entre los
oradores sin que se sepa que viene la impugnación. Ese tipo de formato es un híbrido
entre el foro público, el debate y las relaciones públicas.

2.2.5. Vicios heredados

Sin una afán odiosamente regionalista sino más bien sensato, es importante suprimir
además de la dinámica del debate términos ingleses como Hear!, Shame! o Squirrel!,
(¡Escucha!, ¡Vergüenza! o ¡Ardilla!) en referencia a argumentaciones brillantes de la
bancada propia, poco razonables del oponente en el segundo caso o a aquellas que se
alejan del punto central del debate.

Varias son las razones, la más elemental es el idioma que resta identidad y capacidad
inclusiva en el debate de habla hispana. Luego, y más en profundidad, las connotaciones
que tienen dichos términos son más bien perniciosas y no benefician un intercambio de
ideas honesto y razonable. Decirle al interlocutor que ¡escuche! es a lo menos una
provocación articulada en un ad hominem sutil. Tildar un argumento de vergonzoso sin
explicitar la razón de dicha conclusión es a todas luces insuficiente. Lo alejado y poco
pertinente del término ‘ardilla’ articula otro punto de vista sin evidencia alguna y que no
resuelve la relación necesaria entre signo y significado. A modo de propuesta lúdica y
no necesariamente cómodo podríamos decir ¡Rata! o ¡Pez! para evitar la connotación
negativa del roedor. Mejor es guardar esos comentarios y transformarlos en verdaderos
argumentos a la hora de refutar.

Tomarse la cabeza cada vez que un debatiente pide un punto de información no deja de
ser inútil si entendemos que el gesto, extraído tal cual de las cámaras británicas, no
indica nada más intrascendente que un Lord afirmando su peluca para que no caiga al
estirar la mano. Con solo ver que su interlocutor se pone de pie el orador que está en uso
de la palabra sabrá que se le solicita un punto de información.

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Otros errores que se arrastran de los híper formalizados rituales del debate son el miedo
y la condena al debate que, supuestamente, se ‘entrampa’ en las definiciones.

Es correcto pensar que el debate debe ser sobre la moción-proposición-resolución


acordada, sin embargo ¿qué pasa cuando los oradores se desvían de la propuesta y
discuten los términos que componen dicha idea?

A modo de ejemplo, es una situación cada vez más recurrente advertir dentro de un
debate que las bancadas opositoras impugnen las definiciones cuando consideran que
estas no reflejan el espíritu de la proposición de debate.

En cierto torneo y bajo la resolución “El estado debe entregar la píldora del día
después a toda menor de edad que lo requiera” la discusión se trasladó hacia si la
píldora era o no abortiva, aseveración que intentó establecer la bancada afirmativa en su
definición sobre el concepto ‘píldora del día después’ y que fue impugnada por la
bancada negativa. Los comentarios posteriores al debate por parte de los jueces y uno
que otro debatiente encolerizado sugerían que se había presenciado un ‘mal debate’ ya
que no se discutió jamás el papel del Estado y los esfuerzos de cada bancada estuvieron
en esclarecer una explicación razonable sobre la acción de la píldora en el organismo, es
decir, si era abortiva o no, por extensión el debate derivó a formulaciones más
complejas acerca del inicio de la vida.

¿Lo anterior está mal? ¿Atenta contra el debate y su fin último?

Tiendo a pensar que no. Ese vértigo que provoca en los jueces nóveles, aquellos que
creen que enfrentan demostraciones8 y en los que buscan un poco de aprobación es, a mi
criterio, totalmente equivocado. Si el debate ha de manifestarse tangencial a la
resolución planteada es porque en su esencia se plantea como una mirada crítica
fundamental y no puede ser encasillada ni siquiera por formulaciones odiosas y
reglamentarias. Hay dos momentos que desencadenan dicho accionar en los debatientes:

El primero y el más frecuente, es que se discute acerca de resoluciones mal construidas


y peligrosamente ambiguas, sobre todo aquellas que apelan a proverbios o refranes que
argumentalmente son falaces por construcción.

No quiero decir con esto que no se debe debatir sobre temas intrascendentes o sobre
aforismos jocosos. Vuelvo a reafirmar que estos son útiles para cuando se implementan
las dinámicas de debate por primera vez, pero no son propios para oradores avanzados y
menos para quienes ven todavía en el debate una herramienta de cambio social.

Por otro lado, si un debate se desarrolla sobre la pertinencia de las definiciones debemos
atender quizás al hecho de que esas definiciones ‘socialmente’ provocan dichas
discrepancias y por tanto hay una discusión pendiente acerca de ciertos términos como
la vida, el aborto, los derechos etc. Si una resolución de debate se formula con términos

8
Motivo de un trabajo en desarrollo es la legitimidad y conformación de un jurado ‘representativo’
directamente relacionado con el tema en disputa. El debate DEBE incluir en el juicio tanto a quienes
puedan determinar su calidad lógica como aquellos que, s iendo parte de la controversia, puedan sentirse

16
legítimamente persuadidos.
de connotación alta no debe asombrarse cuando la discusión propuesta se agote en
definir la pertinencia y el alcance de dichos términos. Eso también es debate, porque
refleja el sentir de una sociedad que aún no ha resuelto su posición al respecto y por
tanto se hace más pertinente hacia lo público.

En síntesis, es necesario dejar que el debate avance hacia donde la necesidad lo lleve,
sobre todo cuando las resoluciones dejan de ser ‘pertinentes’ y remiten a simples juegos
lógicos.

El gato del gurú ha muerto y no precisamente por apuñalamiento.

2.3. El ‘lugar’ del debate

2.3.1. Pertinencia y pertenencia: el debate social

La mayoría de los encuentros de debate en la actualidad tienen un interesante ‘segundo


tiempo’, en otras palabras, luego del debate, cualquiera que este sea, se desarrolla un
meta-debate que no es tan elevado como la semántica del término lo amerita. Esta
discusión, mucho más espontánea que la formal, se agota en reflexiones acerca de la
justicia de los fallos o como cierto equipo no logró cumplir con las ‘reglas’ previamente
acordadas. Si el debate tenía un propósito –como debe tener- es evidente que no iba más
lejos que encontrar un ganador para cada contienda.

Pensar entonces que la importancia del debate radica en quien es el ganador, es no


entender el fin del ejercicio que es resolver y generar acuerdos. Todo debate debe tener
un propósito. Cuando este propósito es ganar, no hay necesidad de pensar siquiera en las
ideas que se negocian. Daría lo mismo entonces hablar de la situación de migración en
nuestro continente o de si ‘el diablo sabe más por viejo que por diablo’, enunciados que
distan mucho, el uno del otro, en su pertinencia y pertenencia para nuestra sociedad.
Entiéndase como pertinente el ahora o sobre lo que es urgente discutir, y como
pertenencia aquello de lo cual nos sentimos identificados como comunidad, raza o
nación. En un país donde la corrupción es altísima, debatir sobre si hay vida en Marte
se transforma en un insulto a la comunidad, no es pertinente de acuerdo a los problemas
urgentes a resolver y, por otro lado, no les pertenece.

El debate competitivo no se ocupa de lo social, se ocupa de lo particular, no resuelve ni


es inclusivo, es un gesto privado. La competencia, conforme a lo que estipula Humberto
Maturana (1995), anula al otro, lo considera como un ‘no legítimo’ en la relación, por
ende se aleja de lo humano. Ya que opera desde la subordinación del ‘derrotado’ y el
‘enaltecimiento’ del ganador. Esta diferencia radical coacciona aún más en la
importancia del debate de consensos que tiene un propósito específico y necesario, por
sobre un debate competitivo que ajusta su propósito al reconocimiento de la victoria. No
reconocer al otro como un ente legítimo en la interacción es negar su compromiso con
las ideas que defiende, por ende, no opera la escucha crítica y el deseo de resolución de
forma sensata, ya que el otro no es más que el adversario. Lo que opera en estos
entornos es, como ya hemos adelantado, la sensación de triunfo y la decepción de la
derrota.

17
El debate apunta hacia el consenso que tiene como fin último resolver lo que todos
esperamos sea lo mejor para nuestras comunidades.

A Saber, un debate acerca de la pobreza en América Latina deberá resolver una


dinámica social necesaria a seguir, un recurso sobre el cual producir un discurso social
inclusivo y didáctico, que sea solución a una controversia real o que intente serlo y que
se potencie en el lugar donde se le necesita. Evidentemente existirán ideas que
prevalecerán sobre otras, pero desde lo representativo y razonable de su formulación. Si
un debate logra ‘resolver’ o al menos orientar un rumbo razonable de seguir respecto de
la controversia que convoca, ya ha cumplido con su esencia y puede anticipar un avance
para una sociedad más justa. No hay entonces un solo ganador sino una sociedad
completa que se acerca presurosa a resolver sus problemas.

Lo que se resuelva en un debate, entonces, obedece a un universo específico y


significativo que podrá, mediante el mismo ejercicio, ser revisado posteriormente.
Pensar que el debate es ‘la verdad’ es volver a su inmovilidad. Una sociedad sana debe
ofrecer un discurso social en continuo cambio.

2.3.1.2. Hacer universidad, hacer debate.

En busca de lo pertinente y la identidad, el debate debe dirigirse hacia los temas


urgentes de resolver. Como ya hemos visto, discutir sobre lugares comunes o
problemáticas lejanas solo nos entrega destreza lógica más no un potencial de cambio.

Las Universidades, hoy por hoy depositarias de la herramienta del debate, todavía
pueden hacer algo al respecto. En vez de potenciar torneos sobre resoluciones ficticias o
ejercicios lógicos que solo logran revelar lo que ya se sabe, debieran ser líderes en sus
comunidades, eso es hacer universidad. Instalar un discurso coherente y útil para la
sociedad en la cual se inserta. Si existen los recursos para organizar grandes eventos y
capturar la atención de los medios y parte de la comunidad, es obligación de todo plantel
universitario u organización que fomente la actividad hacerse cargo del ahora, de lo que
la sociedad necesita, de los sin voz, de los excluidos, de aquellos que no tienen acceso al
discurso social o de aquellos que han sido silenciados. Esta responsabilidad no es
endosable, es una condición sine qua non para justificar su pertinencia social y no
convertirse en una máquina de fabricar profesionales sin una actitud crítica y ajenos de
su entorno. El problema va más allá de una simple inclusión social forzada, es una
deuda. Es entender cuál es nuestro mandato. “La diferencia que existe entre prepararse
para devolver al país lo que uno ha recibido de él trabajando para acabar con la pobreza,
y prepararse para competir en el mercado ocupacional, es enorme. Se trata de dos
mundos completamente distintos” (Maturana, 1995, p.12)

2.3.2. Desde la acrópolis y de vuelta al ágora

¿Dónde vive el debate?

18
Si pudiéramos fijar su residencia, o sus posibles domicilios ¿dónde se sitúa hoy?

Salvo escasas excepciones y una muy pertinente en Colombia 9 , el debate yace pulcro e
inalcanzable en las faldas de la academia. No quiero decir con esto que la ‘acrópolis’ no
está en su rango de pertenencia sino que muchas veces olvida desplazarse donde es
requerido. El debate y la acción social son dos conceptos intrínsecamente hermanados.
Y si esta acción no transcurre en un plantel específico, es necesario llevarla donde pueda
ser de utilidad.

Al parecer olvidamos que los primeros y más grandes oradores de la Grecia clásica,
abandonaban sus aposentos para ir al ágora a discutir sobre lo pertinente y necesario.
Para Aristóteles (2007) los buenos rétores, debían tener la capacidad de considerar lo
decisivo sobre cualquier cosa dada, esto les concedía un status especial que debían
honrar frente a sus pares. Los discursos eran por tanto significativos solo en su
dimensión social, fuera de esta no existían. La audiencia, relevante en el desarrollo de
sus argumentos, recibía de primera fuente las reflexiones y sospechas de quienes eran
los encargados de pensar ‘la sociedad’. El premio de un buen orador recaía en la
aceptación de su auditorio y junto a él construía su discurso.

¿Dónde encontramos a los oradores de hoy?

Mayoritariamente fabricando acuerdos a puerta cerrada. Jugando con las palabras.


Creando una hermosa ilusión de inclusión, pero de acción, muy poca. Un reclamo
recurrente es la poca relación que hay entre el discurso y su praxis.

Sin ánimo de desarticular un pilar fundamental de la democracia como los parlamentos


o los representantes políticos de cada nación, que en el correcto ejercicio de sus
funciones son de gran utilidad y se justifican, el objetivo final es que todas esas
discusiones, por particulares que sean, se hagan junto a las personas que, de manera
directa o indirecta, son quienes viven los resultados de dichos acuerdos. Nuestros
representantes y líderes, no importa su definición, deben conocer a sus representados y
el lugar donde ellos se establecen, de lo contrario esto se convierte en un juego de rol
ajeno a la realidad.

Toda acción comunicativa surge en función de las ideas que en este caso el debate
propone y la pertinencia que tales argumentos tienen en lo social, en especial cuando se
define que “toda comunicación tiene un aspecto de contenido y un aspecto relacional,
tales que el segundo clasifica al primero y es por ende una meta comunicación”
(Watzlawick, Beavin, Jackson, 1993, p.56) La arenga busca debatir acerca del debate y
hacer inflexión en lo irrelevante del ejercicio si este no está en directa relación con lo
que indica.

Si se necesita que los líderes de opinión estén en ‘terreno’ esa será entonces la dinámica
a seguir. Si la discusión es en la calle, en una sede social, en una escuela, en una

9
La fusión Debate y Hip Hop que promueve el colectivo ‘La Familia Ayara’ en Colombia es una
esperanzadora iniciativa de llevar la resolución de conflictos a los lugares donde estos se desarrollan. Más
detalles en http://www.ayara.org/

19
comunidad rural o en la plaza del pueblo es hasta allí donde, tanto orador como debate,
deben hacerse presentes. En momentos históricos donde el tiempo es escaso, el debate,
la discusión social, debe ir al lugar en donde el problema se desarrolla y acortar así la
odiosa brecha de la indiferencia.

3. CONCLUSIÓN

El debate tal como lo conocemos hoy, una propuesta metodológica de gran alcance en la
enseñanza formal e informal, ha de sobrevivir en la medida que cumpla con ciertos
ciclos naturales propios de su praxis.

En las etapas iniciales, es decir, cuando el debate ‘aparece’ en las aulas o en otras
dependencias facilitadoras, es necesario recurrir y nutrirse de su utilidad pedagógica,
esas que apuntan al perfeccionamiento de competencias dialógicas, formales y de
contenido, fomentando el trabajo en equipo y teniendo como objetivo final el desarrollo
del pensamiento crítico.

Las competencias que sugiere esta particular forma de pensamiento ofrecen una radical
bifurcación. Un primer camino que termina en el análisis riguroso y metodológico de la
realidad y otro muy distinto que se interesa en cómo este análisis puede ayudar para una
mejor convivencia, en otras palabras, que necesita anclarse en lo social.

Para esto debe superar las exclusiones de los formatos estrictos, esos que se basan en
negaciones y censuras. La palabra está en el aire, es imposible atraparla sin dañar su
interior o al menos vulnerar su capacidad de cambio. Suprimir los vicios heredados de
formas configuradas en otras latitudes es un primer gran paso. No más ardillas ni
pelucas blancas, un buen argumentador se mueve con facilidad en cualquier terreno que
requiera un análisis certero y una reflexión meticulosa. El modo en que se emplace la
actividad, que no son más que instrucciones de tablero de juegos, debe ser siempre
secundario.

El intercambio dialógico que configura el debate no necesita más que un acuerdo en los
turnos de participación y la habilidad del orador para adecuar su intención comunicativa
a las distintas etapas del discurso. Lo demás quedará a juicio del auditorio –grupo en
equilibrio entre lo lógico y lo pertinente- que se intenta persuadir, y será precisamente
un elemento más en la construcción del discurso argumentativo. La función principal
del orador no estará en hacer ‘calzar’ su discurso en el formato previsto, por el
contrario, estará en su capacidad de construir discurso argumentativo capaz de sostener
ideas de cambio y con incidencia real en el contexto donde se desempeña.

Más tarde, en un momento de transición y luego de que las competencias formales han
sido integradas, la actividad debe preguntarse acerca de cuál es su propósito. Tras esta
reflexión podemos optar por mantenernos en la comodidad del dominio del juego y ser
eternos ‘debatientes’ o pasar a un tercer estadio: La búsqueda de sentido.

Y es aquí donde debemos accionar, ya desechando resoluciones absurdas, ya


potenciando discusiones pertinentes y necesarias, resolviendo o ejerciendo liderazgo

20
positivo respecto de los problemas urgentes para cada comunidad en específico. Aquí el
debate encuentra un nuevo sendero, extraviado en las estadísticas del ejercicio
deportivo.

Los caminos pueden ser tantos como el nivel de conexión que exista entre la comunidad
y sus instituciones. Movimientos estudiantiles que se integren a la trama social
generando espacios de discusión donde el debate como herramienta logre entregar un
valor agregado y de esta forma empoderar a quienes buscan respuestas a las
problemáticas sociales enseñando posibles vías de cambio y desarrollo. No es necesario
dejar atrás los torneos de debate, sería un despropósito, sobre todo en las etapas donde
las personas necesitan ser instruidas acerca de estas herramientas (como referencia
temporal específica se articula muy bien desde la educación secundaria, sin embargo
puede potenciarse en formas simples desde los primeros años de escuela) La idea es que
aquellas justas recuerden que están insertas en una sociedad y que gracias a ella, y su
estructura, es que pueden definirse como tales.

Si es urgente cambiar las temáticas vacías o genéricas por otras específicas y de interés
ciudadano, un torneo de debate que se recuerde por la profundidad, pertinencia y
pertenencia de sus temáticas es cualitativamente superior a aquél que entrega como
reflexión final una exaltación del ganador, lo dudoso de los fallos o si en términos
simples la vida fluye o no.

En este momento, los torneos pueden ser la mesa de trabajo de otras iniciativas que se
desarrollen directamente en la ciudad, el elemento original del debate.

Los facilitadores y activistas sociales, supuestamente más cerca a las necesidades de sus
vecinos, pueden apoderarse de la metodología para potenciar la capacidad de
empoderamiento constante de la población y así configurar, mediante un trabajo
sistemático, un ciudadano informado, crítico y capaz de proponer soluciones para sus
propias problemáticas y fiscalizar con propiedad el correcto desempeño de sus
gobernantes. Ejercer ciudadanía constructiva y con una alta capacidad crítica será su
objetivo fundamental.

América Latina tiene debate y sobra en iniciativas que fomentan la actividad, sin
embargo está ad portas de darle el sentido que nuestras sociedades necesitan y esperan
con ansias.

El debate carente de acción, aquel que termina en los aplausos de un salón debe ceder
espacio a la resolución de conflictos. Una actitud irresponsable, luego de consolidada la
metodología, sería mantener un simple juego cuando la comunidad, distante de los
espacios de resolución, exige soluciones inmediatas e ideas inspiradoras.

4. BIBLIOGRAFÍA

Aristóteles. (2007), Retórica, Buenos Aires, Gradifco.

De Mello, Anthony (1982), El canto del pájaro, Cantabria, Sal Terrae.

21
Foucault, M. (2008), El orden del discurso, Buenos Aires, Tusquets.

Maturana, H. R. (1995), Emociones y Lenguaje en Educación y Política, Santiago,


Dolmen.

Perelman, Ch; Olbrechts-Tyteca, L. (1989), Tratado de la argumentación: la nueva


retórica, Madrid, Gredos.

Watzlawick, P; Beavin, J y Jackson, D. (1993), Teoría de la comunicación humana,


Barcelona, Herder.

Wodak, R. (2003), El enfoque histórico del discurso. En R. Wodak & M. Meyer (Eds.),
Métodos de análisis crítico del discurso, Barcelona, Gedisa.

22
INTRODUCCIÓN

Desde su nacimiento, la región latinoamericana se ha caracterizado por ser una zona


de grandes cambios políticos importantes en períodos de tiempo muy cortos. Ésta
condición, ha generado continuamente la necesidad de una revisión periódica
institucional en cada Estado que la compone. Tal revisión es efectuada a través de
cambios constitucionales consecuentes, o a partir de revoluciones políticas que buscan
la transformación del sistema político en el Estado en el cual ocurre. Actualmente, y
con el devenir del tiempo y el desarrollo tecnológico, esos cambios son cada vez más
frecuentes y abruptos, complejizándose la cantidad de actores involucrados y los
intereses en juego.

Frente a éste fenómeno es importante resaltar la presencia de dos arenas en las que se
manifiestan éstas transformaciones: la esfera de la decisión y la esfera de la acción
pública. En la esfera de la acción, intervienen dos agentes importantes que modifican
consecuentemente la realidad política, motivados por intereses particulares e
influenciados por las relaciones que éstos mantienen entre sí: la sociedad civil y los
entes legitimados por el poder. De forma contraria ocurre en la decisión, la cual sólo es
tomada por los entes legitimados. Tal disociación ocasiona un margen error amplio
entre el análisis de los problemas que se presentan en la realidad y las decisiones que se
toman para resolverlos.

En éste sentido, he encontrado en el debate, una herramienta fundamental para resolver


éste problema. La actividad del debate competitivo contempla en su práctica, una serie
de herramientas útiles de pensamiento y comunicación efectiva. No obstante, tales
herramientas en el marco del debate competitivo, sólo son aprovechadas para la
competencia y se agotan en la misma.

La preocupación que ha movilizado mi interés en el estudio y la práctica del debate


como herramienta de acción pública, han sido los límites propios que impone la
competencia en el debate y la revisión de la pertinencia de los formatos existentes para
debatir. En éste sentido, tal revisión ha estado encaminada al fortalecimiento del Debate
como herramienta de pensamiento y acción, conjuntamente.

23
Entendiendo el proceso de la acción-decisión pública como un ciclo, la presente
propuesta se plantea insertar la práctica del debate en el margen existente entre la acción
y la decisión, con la finalidad de motivar la revisión de los asuntos públicos,
vinculándola con la apreciación y enfoques de aquellos que también participan en ellos:
la sociedad civil.

I. LA AGENDA PÚBLICA EN AMÉRICA LATINA: DE LA DECISIÓN A


LA ACCIÓN Y VICEVERSA.

En materia de Políticas Públicas, el termino Agenda se utiliza para indicar “el conjunto
de problemas percibidos que necesitan un debate público, o incluso la intervención
activa de las autoridades públicas legítimas” (Padioleau, 1982:25).

En éste sentido, la Agenda Pública está determinada por el conjunto de asuntos clave
(temas de alta densidad e interés público) que se manifiestan en determinada realidad
política. En el caso de la región latinoamericana, estos temas pueden llegar a ser muy
variados, pero dependerán en gran medida de los asuntos comunes que compartan los
Estados parte de la región, al ser ese el alcance del análisis. Por tanto, a través de una
revisión de las noticias regionales y las políticas implementadas por los gobiernos de la
región latinoamericana, es posible identificar los temas públicos vigentes en América
Latina y con ello, la dimensión de su Agenda Regional.

La región latinoamericana, como componente político, constituye la zona de


convergencia de múltiples culturas, creencias, valores e instituciones que moldean la
identidad de cada Estado-Nación ubicado geográficamente en ésta región. No obstante,
así mismo constituye la arena de encuentro de problemas y necesidades que han
superado los límites de la soberanía de cada Estado, para adquirir una dimensión
regional, internacional y global.

Asuntos relacionados con el Crimen Internacional Organizado (narcotráfico, trata de


blancas, explotación forzosa, terrorismo, el tráfico de armas, entre otros), los recursos
naturales (energías renovables y no renovables, recursos mineros, seguridad alimentaria,
etc), la pobreza y el desarrollo, los Derechos Humanos y otros temas de interés público,
son y deben ser tratados y focalizados como asuntos de interés regional, tanto por las
motivaciones causales que originaron su aparición, como por sus implicaciones,
constituyendo parte esencial de la Agenda Regional en América Latina.

No obstante, si bien es posible identificar una gama diferenciada de problemas propios


de la región latinoamericana, es necesario discurrir sobre aquellos fenómenos que
potencian tales problemas, con la finalidad de abordarlos desde su origen. Entre esos
fenómenos hay dos principales que resumiré en los siguientes argumentos:

- Disfunción de la Participación Ciudadana y la Representación Política en los


Estados que componen la región latinoamericana.

24
- Brecha Comunicacional entre la ciudadanía y sus representantes (los entes
públicos)

Disfunción de la Participación Ciudadana y la Representación Política en los


Estados que componen la región latinoamericana.

Desde el origen del Estado, existe una relación contractual entre éste y la Sociedad,
donde cada esfera tiene una responsabilidad propia y con el otro. Ésta relación ha sido
estudiada por diferentes y reconocidos teóricos políticos como John Loke, Hobbes y
Rosseau. Tales autores han enfatizado que a través de la comprensión de ese momento
inicial entre el Estado y la Sociedad, es posible entender las relaciones que éstos
comúnmente mantienen.

Tales relaciones son comprensibles a partir de los orígenes del Estado con las Teorías
contractuales que buscan responder a esa
necesidad de garantizar el orden, a través de dos formas de contrato efectuados entre la
“Sociedad” y el “Estado”: un pacto de asociación y un pacto de sujeción

En el primero, los pactantes se agrupan en prosecución de sus


intereses comunes, a través de la cooperación conjunta, sin ceder
soberanía; mientras que en el segundo, los pactantes ceden soberanía
para sujetarse a ese gobierno. En ambos tipos de contratos, se establece una relación de
compromiso y responsabilidades entre la Sociedad y el Estado, bajo el conocimiento de
los límites y los deberes que han asumido en esa relación contractual.

La reflexión sobre los orígenes contractuales del Estado, sirve para entender las
relaciones que se desprenden post-pacto. Estas relaciones entre la sociedad y el Estado,
son las que determinarán la capacidad de acción y decisión que tienen para influir en lo
público: lo político.

En éste sentido, tal relación contractual se manifiesta a través de dos nociones


fundamentales: la noción de Representación Política y la noción de Participación
Ciudadana.

Bajo lo descrito por Cotta, la Representación Política es el acto mediante el cual un


representante -gobernante o legislador- actúa en nombre de un representado para la
satisfacción, al menos en teoría, de los intereses de éste. Los actos del representante
obligan al representado, pero éste tiene la posibilidad de controlar y exigir
responsabilidades al gobernante a través de mecanismos electorales institucionalizados
(Cotta, 1986).

De ésta manera, la Representación Política está referida a la escogencia de una serie de


figuras públicas para que representen los intereses de la sociedad civil frente al Estado,
por tanto, ellos son los mediadores entre las demandas de la sociedad y las capacidades
que el Estado tiene para satisfacerlas.

25
A diferencia de la Democracia Clásica, la Democracia Moderna se ha fundamentado
desde sus inicios en la idea de la representación. Mientras en la Atenas antigua se exigía
de los ciudadanos un involucramiento directo en los asuntos de la ciudad y su
participación permanente en las reuniones que eran convocadas en el Ágora para
discutir y tomar decisiones acerca de la vida en común; para los modernos la
democracia se definió en función del mandato representativo. (Latouche, 2006)

En éste orden de ideas, se hace necesaria establecer una diferenciación entre dos tipos
principales de representación: una representación por delegación o mandato y una
representación por conciencia o representación fiduciaria.

La representación por mandato está referida a la delegación de ciertos temas específicos


desde los representados a los representantes políticos. Estos temas parten de los
intereses del electorado y resulta en una especie de “manual de procedimiento” que
sirva de guía para la discusión de los mismos en los cuerpos legisladores del Estado al
que se pertenezca. No obstante, debido a la complejidad del entorno político, la
introducción de nuevos y mayores actores a la actividad pública y el incremento de los
asuntos de interés cada vez más globalizados, éste tipo de representación política fue
desplazado por el segundo tipo: representación por conciencia.

En éste sentido, Edmund Burke introduce una nueva concepción de Representación


distinta a la anteriormente plateada, en donde privaba por encima de todo, la delegación
que el pueblo hacía a su representante. Bajo este respecto, Burke plantea una
representación relacionada con la conciencia del representante sobre los asuntos que
interesan al representado y al país entero. En ésta, el representante al ser elegido se le es
atribuida una responsabilidad sobre su conciencia, para discurrir asuntos que incluso no
hayan sido planteados anteriormente por los representados.

A simple vista ésta forma de representación genera beneficios que no podían


encontrarse en otros modelos, pero así mismo genera perjuicios importantes que afectan
en gran medida a la Participación Ciudadana. Éste modelo implica en los procesos
electorales una mayor des-vinculación de los políticos con las respuestas a las
demandas que asumieron previamente a la elección con sus representados, bien sea a
través de un plan de gobierno u otro medio de comunicación entre éstos y el
representante. Y así mismo una mayor desvinculación de la ciudadanía en torno a la
responsabilidad de lo público que recae sobre ellos y el elegido.

Cabe destacar que actualmente, y con más ahínco en los sistemas políticos
latinoamericanos, es ésta la noción de representación política que prevalece. La razón de
esto se le atribuye a los procesos de independencia del siglo XIX, de los países que
ahora conforman América Latina, que en su mayoría se desarrollaron en el cono sur y
que requirieron de éstos instrumentos para plantear en sus cuerpos legisladores temas de

26
interés público (como la independencia) que no fueron previstos por sus electores al
momento de delegar en ellos la responsabilidad de la representación10 .

En nuestros sistemas políticos esa retirada de confianza sólo es posible, de no mediar


delito, en las siguientes elecciones, lo que no deja de afectar a la idea de que el pueblo,
merced a su carácter soberano, es el que siempre decide en democracia. La
representación política suele ser entendida por muchos autores como el único tipo de
representación, ya que incorpora el elemento de control liberal basado en las elecciones
(Pitkin, 1986).

Ésta noción de representación política, está estrechamente relacionada con la segunda


noción expuesta en la relación contractual del Estado: la Participación ciudadana.

La misma debe entenderse como un mecanismo de la Sociedad Civil para manifestar sus
necesidades e intereses propios y demandarlos frente al Estado. Esta demanda sólo
puede hacerse en pleno conocimiento de los derechos y deberes públicos como
ciudadanos, tales como asumir la responsabilidad con lo político a través de la
formulación de propuestas y el pleno interés en la acción pública. Ésta última idea, está
fundamentada en la noción griega del ciudadano, como aquel que participa en lo público
a través del debate y la propuesta (el Ágora).

De acuerdo a lo expuesto por Rafael Águila en su trabajo sobre “La participación


política como generadora de educación cívica y gobernabilidad”, existen históricamente,
dos principales tradiciones en torno a la participación ciudadana: la “liberal anti
participativa y la democrático participativa.” (Del Águila, 1996:35)

La primera de ellas sostiene que “(…) una participación intensiva de los ciudadanos
tiende a dividir a la sociedad y, más aún, que la existencia misma de altos márgenes de
participación es muestra de la insatisfacción ciudadana con sus autoridades e
instituciones y, por ende, motivo de deslegitimación en detrimento de la
gobernabilidad”. (Íbid)

Esto ha generado que algunos autores afines a ésta corriente como Max Weber o
Schumpeter circunscriban la participación ciudadana a la emisión del voto para la
elección de representantes políticos (o autoridades), que finalmente deben garantizar

10
Un ejemplo de ello, lo constituyen las discusiones del Congreso de la República de Venezuela en 1811.
Durante la sesión del 25 de Junio de 1811 en el Congreso de la República, se puso en manifiesto la
discusión que daría paso a una nueva forma de entender la representación: por conciencia del
representante frente al representado. De forma que durante las discusiones en esa sesión, ambas posturas
se evidenciaron, expresando lo siguiente:
“Señor Unda: Me creo tan representante de Guanare en particular, como promovedor y agente del bien
general de Venezuela, cuando he sido del partido de la división, he pretendido la prosperidad de Guanare,
sin aspirar a la desgracia de Venezuela. ¿De qué sirve la representación que ejercemos si se alega como
requisito la voluntad individual de los pueblos? ¿Y por qué no ha de haber en nosotros facultades para
decidir lo favorable a nuestros constituyentes?” Actas constitutivas del Congreso de la República de 1811
(del 25 de Junio al 03 de Julio de 1811). (GRASSES,2010)

27
las condiciones de gobernabilidad para satisfacer las demandas de los electores. En
consecuencia, la actividad política y la participación pública se suelen desincentivar al
tiempo que se profesionalizan, confiando a la eficiencia gubernamental la gestión de la
complejidad social bajo un aparente equilibrio entre participación y apatía.

Por otro lado, la segunda tradición sostiene que es necesario el incremento de la


participación en los asuntos importantes para la colectividad, en contraposición con la
anterior, concibiendo a la participación ciudadana como generadora de hábitos de
interacción social y de esferas para la deliberación pública (agenda pública); como el
medio para la toma de conciencia social sobre la necesidad de ejercer control, de
manera democrática y colectiva, sobre decisiones y actividades relevantes para la
comunidad y como creadora de fuertes lazos comunitarios alrededor de valores como el
bien común, la pluralidad, la tolerancia y la democracia.

En éste sentido, la participación ciudadana se convierte en un medio generador de


agenda pública, al vincular la responsabilidad ciudadana con la acción deliberativa en
los asuntos públicos, tal como lo describe Cunill, al proponer que “(…) la participación
ciudadana se refiere a las experiencias de intervención de los individuos en actividades
públicas para hacer valer intereses sociales” (CUNILL, 1991:52).

Brecha Comunicacional entre la ciudadanía y sus representantes.

Un segundo fenómeno potenciador de problemas públicos en América Latina, es el


referido a la brecha comunicacional existente entre la ciudadanía y sus representantes
políticos; es decir, los entes públicos.

Como se mencionó anteriormente, existe una disfunción en la participación ciudadana y


la representación política. Tal disfunción se hace evidente cuando se expone que el
modelo de representación política latinoamericano (modelo de representación por
conciencia) y los mecanismos de participación ciudadana (en su mayoría electorales),
crean espacios en los que la ciudadanía sólo actúa para elegir o escoger entre opciones
públicas y no para proponer o discurrir sobre los asuntos que determinan la agenda y
finalmente las relaciones entre los mismos afectados.

Ésta disfunción en la participación ciudadana y en la representación política, ha


generado una brecha comunicacional entre la sociedad civil y los entes de
representación legitimados por el poder. Ésta brecha comunicacional está referida a la
ineficacia de los medios de representación y participación disponibles para dar
solvencia o respuesta a las demandas que provienen de la Sociedad Civil hacia el Estado
o sus representantes políticos.

Con la intención resolver esa brecha comunicacional, el presente trabajo se propone


presentar un nuevo modelo de participación ciudadana, fundamentado en la disciplina
del Debate para generar mejores mecanismos de participación que fortalezcan los
lazos creados entre la Sociedad y el Estado a través de la representación política.

28
Para comprender las dimensiones de ésta brecha comunicacional, es necesario referirse
a dos arenas en las que se moviliza todo lo referente a lo público. Éstas son las esferas
de la Acción y la Decisión.

Los problemas que actualmente se presentan en América Latina y en cada uno de los
Estados que le conforman, son producto de acciones y decisiones públicas. Tales
acciones y decisiones se manejan en esferas distintas que a pesar de mantener una
relación constante, son claramente diferenciables.

En la esfera de la acción pública, -entendiéndola como aquellas acciones relacionadas


con la participación en los asuntos de incidencia pública o política-, se manifiestan dos
actores fundamentales: los entes revestidos por el poder que tienen la capacidad de
influir y manejar ambiente y resultados a través de la generación de políticas públicas y
como segundo actor, la ciudadanía a través de la ya mencionada “participación
ciudadana”.

En éste orden de ideas, una política puede ser considerada en un doble sentido, un curso
de acción. En palabras de Luis Aguilar,

(…) Es el curso de acción deliberadamente diseñado y el curso de acción efectivamente


seguido. No sólo lo que el gobierno dice y quiere hacer. También lo que finalmente hace
y logra, por sí mismo o en interacción con actores políticos y sociales, más allá de sus
intenciones. (1992:25)

Por otro lado, en la esfera de la decisión pública, el único actor legitimado para decidir
conforme a lo público, son los entes revestidos del poder, por tanto, la ciudadanía no
participa en la toma de decisiones, salvo en aquellos casos en los que la Ley lo
disponga, como en el caso venezolano a través de la figura del “referéndum consultivo”.
No obstante esa función ciudadana está limitada a escoger y no a proponer, siendo esto
último un factor importante en la disfunción de la participación ciudadana y la
representación política en la región latinoamericana.

29
Ciclo De La Acción Pública.

Problemas
Públicos
DEBATE

Acción Pública Acción Pública

DEBATE
Decisión Pública

En principio, los problemas que afectan la realidad política, son producto de acciones y
decisiones públicas; es decir, los actores que inciden en ésta realidad, lo hacen a través
de la acción o la decisión. Como se mencionó anteriormente, en la esfera de la acción
intervienen muchos más actores que en la esfera de la decisión y esto genera la
disociación entre esas dos esferas.

Tal disociación se ve influenciada por los efectos del modelo de representación política
por conciencia y la participación ciudadana circunscrita a los procesos electorales. La
sociedad civil que actúa conjuntamente con los órganos legitimados por el poder en la
esfera de la acción, ha delegado su responsabilidad ciudadana a través de entes de
representación e incluso en los escasos espacios en los que es posible participar en el
juego democrático, éstos actores participan en su mayoría y frecuentemente de forma
electoral, limitando aún más sus espacios de acción pública.

La importancia de la comprensión de éste fenómeno radica en la necesidad de introducir


nuevos mecanismos de participación ciudadana en la brecha existente entre la acción y
la decisión, con la finalidad de ampliar los espacios disponibles para la deliberación y la
generación de agenda pública que incluya la participación activa de todos los
potencialmente afectados por las decisiones públicas producto de determinadas
acciones.

De ésta manera, la política “(…) es entonces una estrategia de acción colectiva,


deliberadamente diseñada y calculada, en función de determinados objetivos. Implica y
desata toda una serie de decisiones a adoptar y una serie de acciones a efectuar por un
número extenso de actores” (Ídem: 26)

30
En éste sentido, dentro de los mecanismos disponibles para generar procesos efectivos
de deliberación, se encuentra la dinámica del debate, siendo ésta una práctica
institucionalizada en América Latina a través de la modalidad del debate competitivo,
que será explicado con rigurosidad en la siguiente sección del presente trabajo. De tal
forma, una vez evidenciado el proceso comunicacional entre la acción y la decisión, y
habiendo establecido la necesidad de generar nuevos espacios de deliberación efectivos,
se procederá a explicar la dinámica del debate como el espacio idóneo para la ejecución
de éstos procesos.

II. EL DEBATE COMO GENERADOR DE AGENDA PÚBLICA

El debate puede ser considerado como una forma de discusión formal y organizada que
se caracteriza por enfrentar dos posiciones opuestas sobre un tema determinado. En
otras palabras, el debate es “(…) el intercambio de opiniones críticas, que se lleva
acabo frente a un público y con la dirección de un moderador para mantener el respeto y
la objetividad entre ambas posturas”. (Rangel, 2007: 45)

El debate como práctica pública, ha existido desde la antigüedad. En la antigua Grecia,


nace la idea del debate como un medio para la deliberación de los asuntos de la polis
(asuntos públicos) en el Ágora.

En la actualidad, la práctica del debate ha generado otras dimensiones: desde los


programas televisivos, los foros en internet hasta la competencia. En éste trabajo
particular, se hará referencia al debate desde la forma del debate competitivo.

El debate competitivo se refiere a la práctica institucionalizada de debate a través de la


competencia. Tal competencia está sujeta a reglas y procedimientos propios del formato
en el que se está debatiendo. Las ventajas del debate competitivo frente a otro tipo de
debate es lo referido al entrenamiento en herramientas de comunicación propias del
debate y la práctica de las mismas de forma organizada y consecuente.

Herramientas propias de la práctica del Debate

Dentro de esas herramientas propias de la lógica del debate, destacan lo que calificaré
como tres grupos fundamentales: Herramientas de Pensamiento, herramientas de Acción
y herramientas de Comunicación (PAC)

Herramientas de Pensamiento: Argumentación, refutación, determinación de falacias,


análisis de mociones.

Herramientas de Acción: Análisis de entorno político y social, elaboración de planes,


métodos para organizar un debate, métodos para debatir.

Herramientas de Comunicación: estructuración de discursos, oratoria, medios


retóricos, toma de notas, comunicación oral, comunicación verbal y no verbal.

Formatos de Debate

31
Los formatos de debate son las formas y procedimientos que se utilizan para debatir.
Cada formato de debate tiene sus propias reglas y distribución, aunque en esencia se
mantenga la misma dinámica: la confrontación argumentativa.

Existen diferentes formatos de debate competitivo, pero los más practicados en el


mundo son cuatro: Formato de debate Parlamentario, formato de debate Policy, formato
de debate Foro Público y formato de debate Lincoln Douglas. Estos formatos están
diseñados para la práctica argumentativa en la competencia, razón por la cual a pesar de
la aplicación de las herramientas deliberativas que estos formatos presentan, al mismo
tiempo generan ciertas limitaciones que son impuestas por la dinámica de la
competencia.

Como se mencionó en la primera parte de éste trabajo, se ha identificado la necesidad de


establecer mecanismos de deliberación ciudadana para la generación de agenda pública
regional, siendo el debate un medio efectivo para lograrlo. No obstante, los formatos
existentes de debate competitivo al estar avocados a la competencia, no ofrecen los
espacios de deliberación pública necesarios para la generación de agenda.

En vista de éste problema, en el presente trabajo se presenta la propuesta de un nuevo


formato de debate que reúna las cualidades de los formatos de debate competitivo y que
al mismo tiempo esté diseñado para la deliberación pública que permita la generación de
propuestas efectivas y la interrelación de los diferentes actores involucrados: Debate
Público para América Latina (DEPAL)

DEPAL: DEBATE PÚBLICO PARA AMÉRICA LATINA.

- Objetivos

Éste nuevo formato de debate (DEPAL), tendrá como objetivo principal la generación
de agenda pública regional propositiva, a partir de un nuevo programa de debate que
integre las herramientas comunicativas del debate competitivo a las herramientas de
análisis de información política.

- Metodología y Procedimiento:

El DEPAL al ser un formato de debate diseñado para la región latinoamericana, se


desarrollará conjuntamente en los países participantes. Cada país participante deberá
cumplir con dos requisitos fundamentales: ser parte de la región latinoamericana y
contar con al menos un grupo o sociedad de debate competitivo, que servirá de apoyo a
la ejecución del formato.

El debate se desarrollará a partir de cuatro ejes:

PRIMER EJE: De la Idea a la Palabra

Capacitación en herramientas de Debate para grupos de interés y grupos de presión de la


sociedad civil organizada de los países participantes

32
En éste primer eje, las sociedades de debate de cada país capacitarán en herramientas de
debate, comunicación y análisis de información a los grupos de interés y de presión que
deseen participar en éste formato: universidades, colegios, comunidades, entes
gubernamentales, movimientos sociales, etc.

Selección de temas, mociones de debate de agenda pública regional en cada país

Así mismo, anualmente los países participantes a través de sus respectivos grupos de
debate responsables, decidirán 1 categoría de agenda pública regional que desarrollarán
durante un año a través de la capacitación, foros, investigaciones y debates generados
por los participantes de cada país.

Hay una amplia gama de temas de agenda regional. No obstante, se dividirán en tres
categorías principales para su mejor organización: a) seguridad, b) pobreza y
desarrollo; y c) derechos humanos.

En cada país participante se desarrollarán foros, conferencias y debates públicos sobre


una de éstas categorías de agenda pública regional, atacando la mayor cantidad de
aristas posibles desde los diferentes entes y grupos de interés vinculados.

SEGUNDO EJE: De la palabra a la acción

Organizar debates en torno a esos temas de agenda internamente (formato DEPAL)

Las sociedades o grupos de debate responsables por país, organizarán debates de agenda
en conjunto con los grupos de presión y de interés previamente entrenados en las
herramientas efectivas para el debate. La dinámica de éste formato se desarrollará como
una fusión del foro público y el modelo parlamentario, introduciendo la generación de
propuestas del policy debate. El resultado del debate es un plan de acción conjunto que
proviene de los puntos de choque evidenciados en la confrontación argumentativa.

Generar planes de acción frente a esos temas de agenda (por grupo y luego por país).

La motivación principal de éste formato es la propuesta efectiva, entendiéndola como el


plan que siendo resultado del debate, contribuirá a la aplicación de soluciones efectivas
para los problemas comunes de la agenda pública.

TERCER EJE: De la acción a la decisión y viceversa

Debate conforme a los planes de acción por país (debate anual internacional)

Anualmente las sociedades de debate responsables organizarán un debate anual


internacional de agenda pública regional. En ese torneo se debatirán los planes que
resultaron de los debates internos de cada país.

CUARTO EJE: De la acción al resultado.

La finalidad de estos torneos es la presentación de resultados en uno o varios Planes de


acción y ejecución de soluciones efectivas en el marco de un proyecto conjunto entre las

33
sociedades de debate, universidades y grupos de interés y presión vinculados, en una
publicación anual.

Beneficios de la ejecución de éste nuevo formato de debate DEPAL

Entre los principales beneficios, se pueden destacar:

Para El Debate Como Actividad Y Para La Academia Internacional De Debate En


Español

 La Creación de un Nuevo Formato Conciliador de Debate, siendo éste el primer


formato de debate creado en América Latina y ajustado a la realidad política de la
región.

 El mejoramiento de las herramientas facilitadas por los anteriores formatos, al


proponer un nuevo modelo de debate que contenga lo mejor de lo anterior y focalizado
en los aportes que la experiencia en el debate competitivo puede ofrecer.

 Una trascendencia pública del Debate, lo que generaría reconocimiento y apoyo


de los organismos y entes relacionados con lo público y lo colectivo, que requieran de
éstas herramientas y de su práctica.

 Un fortalecimiento de las relaciones entre los distintos grupos, sociedades y


organizaciones de debate en la región latinoamericana, con la finalidad de generar
aportes en éste sentido y fomentar debates de agenda pública regional anualmente.

 Una mayor investigación en torno a los problemas comunes de la región


latinoamericana, generando un incentivo de las universidades y organismos regionales
en emplear el debate como herramienta de acción, pensamiento y comunicación.

Para Los Gobiernos Y Entes Públicos

 Un mayor y mejor acceso a la información de las necesidades de la sociedad


civil, de primera mano y mucho más completa que la que pudiese ser transmitida a
través de los medios de comunicación, al tratarse de demandas propositivas que
provienen de la discusión de los sectores vinculados y afectados por la acción y la
decisión pública.

 Al aceptar éstas propuestas, los gobiernos o los representantes políticos,


transmiten públicamente un mayor compromiso con sus responsabilidades políticas,
generando una proyección positiva en su imagen pública y en la legitimidad de sus
acciones/decisiones.

 Reducción de la brecha comunicacional existente entre la sociedad y los entes de


representación, facilitando el acceso a la información necesaria y útil para la
formulación de políticas públicas eficaces.

34
Para la Sociedad Civil

 Adquisición de herramientas de pensamiento y comunicación importantes y


valiosas para la investigación y la generación de propuestas de incidencia pública.

 Mayor responsabilidad y compromiso como ciudadanos, generando una


conciencia social efectiva en pro del mejoramiento del entorno.

 Reducción de la brecha comunicacional existente entre los entes de


representación y la sociedad civil, mejorando la capacidad de respuesta de ambos
actores frente a los problemas que se le presentan.

35
INTRODUCCIÓN

¿Debe el debate iberoamericano buscar la ausencia de dependencia, lazos, relaciones y


presiones del debate internacional para ejercitar sus propias ideas, sentimientos y
acciones de forma autónoma? Ésta resulta una pregunta de suma importancia para el
debate en español dado el contexto que vive hoy día. Éste describe un entorno altamente
competitivo donde las mejores instituciones educativas a nivel internacional
(universidades, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, centros de
educación media y media superior, etc.) se desenvuelven y compiten entre sí, entorno al
debate crítico y al intercambio de ideas en distintos idiomas. Esto impone un reto
especialmente importante a las instituciones que procuran esta actividad en
Iberoamérica, ya que dada su reciente gestación y la ventaja histórica que guarda la
extensa tradición de debate en otros países, en especial los del viejo continente,
integrarse o diferenciarse es definitorio para su posicionamiento a nivel internacional. El
debate Iberoamericano, desde el punto de vista personal del autor, debe entonces,
primero, realizar una definición íntima y propia de lo que es y hacerse de sí una
identidad que refleje los distintos intereses, perspectivas, preferencias y necesidades de
los clubes de debate y de los países que la conforman.

Las recientes experiencias del debate en español entre los países de la región (que
aunque pocas hasta ahora han sido enriquecedoras) han dejado en claro que la forma en
la que se funda, basa, planea y desarrolla el debate en cada país es diferente. Tomando
como ejemplo particular el caso mexicano es posible apreciar cómo su basamento es
meramente competitivo, en el sentido de que se muestra una tendencia a posicionar
como objetivo último e implícito el competir a nivel internacional, trazar trayectoria y
acumular victorias de los equipos sin haber desarrollado propiamente una liga nacional.
Cabe destacar que este ejemplo es fundamentalmente diferente a otros casos, cuyos
basamentos se encuentran más enfocados al desarrollo de circuitos y ligas nacionales o
de infraestructura de debate (capacitación de instructores, jueces, etc.). Esto al mismo
tiempo no quiere decir que en México lo anterior sea una política del todo inexistente,
sino un resultado indirecto de los objetivos fundamentales subyacentes que han
moldeado el debate en el país (situación quizá contraria a lo que muchos impulsores del
debate en México piensan y dicen perseguir). Me permito adelantar que la razón de ello

36
es que hay una delgada línea (fácil de desapercibir) entre lo que se considera un objetivo
normativo y el análisis positivo que se plasma en el marco de las políticas y su
aplicación y desarrollo en el sector real.

Lo anterior es evidente no sólo a nivel país pero también en un sub-nivel más técnico,
refiriéndonos a aspectos propios del debate y su dinámica como actividad académica.
Los distintos formatos de debate parlamentario que existen a nivel internacional fungen
como un buen ejemplo que lo ilustra; como lo son los formatos de American
Parliamentary, Karl Popper, Policy Debate, entre otros. En ellos la forma de debatir en
sí es diferente, no sólo en el número de equipos o tecnicismos de cada estilo, sino en la
dinámica del debate y las habilidades que se desarrollan y se requieren en cada uno.
Estos formatos han venido evolucionando, desarrollándose y diferenciándose a través
del tiempo, adecuándose también a los objetivos que cada estilo en particular ha
perseguido. Más allá de lo anterior, lo verdaderamente importante, lo que nos dicen
estas discrepancias entre modelos y fundamentos, es que incluso cuando los objetivos
que persigue el debate pueden ser universales y/o aproximadamente los mismos, la
forma de guiarlos y los mecanismos para hacerlo pueden no ser necesariamente iguales;
de hecho pueden incluso estar encaminados en direcciones totalmente opuestas.

He allí la relevancia de definir de manera adecuada esos mecanismos. Es decir, abordar


de manera objetiva cómo identificar la causa de estas diferencias y encaminar de mejor
manera una política sobre el debate es fundamental. Por tanto, el problema a resolver se
convierte en definir el grado de autonomía del debate en relación a su naturaleza, dadas
sus discrepancias particulares con el debate internacional junto con las posibles causas.

JUSTIFICACIÓN

El por qué se pretende colocar sobre la mesa de debate lo que ofrece esta ponencia, es
principalmente por la relevancia que implica la decisión de mirar hacia una autonomía
en el debate iberoamericano en el presente contexto del debate internacional. Aquí está
en juego la cuestión de saber ponderar las ventajas y desventajas de encaminarse en
dicha empresa. Por ejemplo, el hecho de que hoy en día existan más de 20 formatos de
debate distintos, impone que el costo de oportunidad de tender hacia la autonomía en
este rubro (creando un formato de debate nuevo por ejemplo) implica sacrificar
esfuerzos en crear una infraestructura que ya está probada y puesta en marcha, en lugar
de incorporarse a ella y mejorar el debate nacional desde los individuos. Todo se resume
en asumir una postura estratégica que maximice el beneficio que el debate
iberoamericano puede obtener del contexto de la realidad actual.

La idea de abrir el diálogo a través de un foro público para la comunidad de debate


sobre este tema es en sí una justificación suficiente. Existe una necesidad de confrontar
perspectivas para generar un intercambio de ideas que sea plural.

Es por la existencia de esta necesidad de autodefinición, por el costo de oportunidad


estratégico que representa y en virtud del diálogo abierto y plural que se motiva este
trabajo.

37
HIPÓTESIS

Se ha explicado ya que existen distintas discrepancias entre modelos y preferencias


entorno al debate a nivel internacional. Las razones por la que ello ocurre pueden ser
muy variadas, una hipótesis a abordar es considerar que ellas están guiadas en gran
medida por las necesidades y las preferencias propias de cada sociedad. A grosso modo
esto es casi como decir (de manera muy simplista), a manera liberal y cuasi-capitalista,
que el debate se regula a sí mismo y son las personas y las necesidades de los individuos
y de los países los que determinan cómo es el curso que debe de tomar el debate y los
objetivos principales a asumir (ya sean explícitos o subyacentes). Desde un punto de
vista del empirismo lógico lo anterior sería una forma de incorporar la experiencia
sensorial a la determinación de las cosas, es decir, evitar componer un imperativo que
delimite el conjunto de aquello que es deseable de lo que realmente es.

Es aquí donde surge el problema, menos obvio pero igualmente latente, de las preguntas
fundamentales del debate bajo el capote del idioma español. ¿Qué debe hacerse?,
¿Inducir una forma de debate (temática, formato, etc.) o adecuar el modelo a las
preferencias y por ende a las exigencias y demandas de los debatientes?

La importancia de la respuesta a esta pregunta ya ha sido explayada anteriormente con


el impacto que tendría en generar una política sobre el debate, ahora lo importante es
saber quién determina a quién, las preferencias al modelo o el modelo a las preferencias.

De manera formal, la hipótesis planteada es:

Que las preferencias de los individuos involucrados en el debate parlamentario en


México guardan una relación estrecha con aspectos estructurales del debate.

Por aspecto estructurales se entienden: temáticas, formatos, estilos, perfil de debate de


los individuos, etc. Por tanto también hay una relevancia desde el punto de vista
científico de la hipótesis ya que estos factores estructurales son cuantificables.

Tomemos el ejemplo de las temáticas para ilustrar la hipótesis. Esto ya que


recientemente ha sido tema de discusión el colocar temáticas a fines a la región con el
propósito de despertar el interés y la reflexión en la sociedad sobre los problemas que la
aquejan. Vemos que si se demuestra que el hecho de entrar a la actividad del debate no
hace que un individuo se interese por los temas tratados allí, entonces
independientemente de qué modelo se tome es improbable que modifique las
preferencias del debatiente. Por el contrario, si el individuo se interesa, entonces el
modificar aspectos estructurales (en este caso la temática) puede ser una política
efectiva para incentivar la conciencia y el diálogo regional. Lo mismo aplica para el
caso de las demás variables estructurales como el formato, que se podría modificar para
cumplir objetivos específicos.

OBJETIVOS

Se plantean los siguientes objetivos en base al problema identificado, la motivación y


justificación del trabajo, y de la hipótesis a comprobar.

38
Objetivo General: Analizar la relación de determinación que hay entre las preferencias
y aspectos estructurales del debate en México.

Objetivos Específicos:

1. Generar una taxonomía sobre las preferencias de temáticas de debate en México.

2. Describir la relación que guardan los formatos de debate con las temáticas que
abordan.
3. Abordar una discusión sobre las posibles políticas sobre el debate en base a los
resultados.
4. Explorar el concepto de autonomía entorno al debate en español.
5. Describir las ventas y desventajas de la adopción de modelos previamente
establecidos y la generación de nuevos.
6. Motivar la generación de estudios y herramientas de análisis del debate en otros
contextos, realidades y países.
7. Abrir el diálogo sobre la necesidad de autonomía en aspectos estructurales del debate
en español.

METODOLOGÍA

Con el fin de cumplir de manera efectiva los objetivos planteados en el presente trabajo
se considera apropiado abordar una metodología de análisis cuantitativo junto con un
desarrollo cualitativo del tema.

La metodología de análisis cuantitativo que se nota más apropiada es la de un análisis


cluster, que fundamentado en el concepto del análisis factorial exploratorio, buscará
identificar la relación de las variables observadas mediante una reducción de datos. En
el caso del presente trabajo se busca explicar cómo los factores estructurales del debate
(variables observadas) de un individuo (elemento muestral) se relacionan entre sí y en
combinaciones de las mismas. El análisis genera una “taxonomía” en agrupaciones de
los elementos de una muestra a través de un criterio de “cercanía o similitud” en grupos
homogéneos internamente y diferentes entre sí.

Este tipo de análisis es utilizado frecuentemente en ciencias sociales y del


comportamiento para identificar relaciones entre variables de interés, como en estudios
de mercado, de psicología, de inteligencia, etc. Un ejemplo sencillo constaría en analizar
la composición de la dieta de distintos países para determinar si la alimentación está
condicionada a la posición geográfica y al sistema cultural y político de los países. Otro
ejemplo es el utilizado para asociar niveles de inteligencia con habilidades verbales,
matemáticas o patrones de personalidad y así determinar su condicionalidad a estas
variables.

En lo que respecta al desarrollo del análisis cualitativo, una vez recopilados los
resultados del análisis estadístico se interpretaran para dar respuesta a las preguntas
planteadas por el trabajo y de los objetivos específicos. Aquí se abordará más allá del

39
resultado cuantitativo su relación con los conceptos de autonomía y política sobre el
debate, a fin de entablar el diálogo.

Los pasos a seguir en la metodología son:

1. Definición de la muestra
a. Características
2. Definición de la encuesta para recabar información
a. Generación, aplicación y recopilación de los datos
3. Definición de las variables a cuantificar
a. Análisis exploratorio:
Realización de un análisis factorial y un análisis de componentes principales
i. previo al análisis cluster para identificar patrones
4. Taxonomía de los datos
a. Realizar un análisis cluster
i. Con factores obtenidos de la prueba anterior o con la información sin modificar
dependiendo de los resultados
5. Análisis de los resultados
a. Desarrollo cualitativo del tema y conclusiones

EL DEBATE EN MÉXICO

El debate en México es un fenómeno reciente, no sólo en lo referente al debate


parlamentario, sino al debate en general, en muchos sentidos no es atrevido decir que no
existe una cultura del debate. Esta problemática se manifiesta en diversas gamas del
espectro social; desde los modelos educativos en las escuelas, en las familias, hasta la
política y la gestión gubernamental.

Pese a que el primer debate político transmitido en medios masivos de comunicación en


la historia de la democracia moderna en México tomó lugar hace ya más de 50 años (un
27 de mayo de 1961), de la mano de los candidatos a la diputación local Tomás Cardona
y Antonio Vargas (Partido Acción Nacional y Partido Revolucionario Institucional
respectivamente), tuvieron que pasar casi 33 años para que el primer debate
presidencial en México ocurriera. Un 12 de Mayo de 1994 entre los aspirantes a la
presidencia, Diego Fernández de Cevallos, Ernesto Zedillo y Cuauhtémoc Cárdenas
comenzaron lo que sería una secuencia de demostraciones públicas sobre “debate” en
torno a sus perspectivas y prospectivas del país de cara a las elecciones. De manera
subsecuente, cada seis años (periodo presidencial en México) hubo debates políticos
entre los candidatos transmitidos en medios masivos de comunicación y paulatinamente
otras instancias de gobierno comenzaron a integrarse a la dinámica, aunque de manera
discreta y aparentemente renuente a la idea de “debatir” en público.

Desde esta perspectiva podrían anteponerse diversos puntos de vista y argumentar de


manera más extensa, a partir del preámbulo anterior, en torno al que si en verdad existió
o no debate en México, sin embargo al no ser la temática central de este escrito lo que se
intenta es simplemente ilustrar la precaria situación en la que se encuentra. Dicho en

40
este sentido, es evidente que dentro de los principales objetivos del post debate político
fue recabar, como es lógico, la mayor cantidad de votantes en las urnas. Lo anterior no
necesariamente implica que el debate político per se sea de baja calidad o que vaya a
conducir a la crítica y la reflexión de la sociedad en torno a la esfera política, es decir,
no es garante de ninguna por de faul. Además, la calidad del debate y su impacto en el
sector real están supeditados a que tan educada se encuentre la sociedad que los acoge.
Esto es cierto ya que si bien la política es un mecanismo para impulsar la democracia y
el diálogo plural de ideologías, el “a quién” van dirigidas define el discurso y la
sustancia de ese diálogo. En sociedades como la Norte Americana y la Europea en
general, el debate es parte esencial del currículum de actividades educativas y
formativas para distintos niveles de instrucción (ya sea básica o superior) y por tanto el
canal de comunicación política resulta un medio efectivo al integrarse con la sociedad
que ya ha generado a priori una participación ciudadana amplia y tomado un rol activo
en procesos de construcción social.

Resulta evidente que en la ausencia de esta sociedad descrita el canal de comunicación


política no es efectivo. En México este supuesto no se cumple en lo absoluto, desde los
estudios sobre el progreso de la educación en 2009 a nivel internacional el país ocupó el
lugar número 48 de entre 65 naciones en evaluaciones a sus alumnos en distintos niveles
de instrucción en las áreas de lectura matemáticas y ciencias. De un total de escala de
262 a los 698 puntos México obtuvo un promedio de 420 puntos colocándolo como el
país número 33 en la OCDE. ¿Cuál es la relevancia de dichos resultados? Según la
OCDE esto es equiparable a decir que: “al terminar la secundaria o cursar el primer
año del bachillerato los estudiantes apenas reconocen en un texto ideas sencillas.”, “su
conocimiento científico es tan limitado que sus explicaciones son muy obvias y son
derivadas de las evidencias que se les muestran en la prueba” (El examen PISA).
Aunado al pobre desempeño educativo, la segmentación de la educación deja de
manifiesto una estructura centralizada que no permite que aunque los niveles de
educación que reciben en promedio los estudiantes mexicanos sean equiparables a los de
países como Israel y Luxemburgo, estos no permeen de manera homóloga a la sociedad.
De acuerdo con la Secretaría de Educación Pública el Distrito Federal es la entidad que
mejores resultados obtiene en pruebas a nivel nacional, y en contrasentido estados como
Oaxaca y Guerrero son los que peores indicadores reflejan. De acuerdo con el Índice de
Progreso Educativo realizado por el instituto de Innovación Educativa del Tecnológico
de Monterrey, los datos para 2012 revelan que le tomaría 33 años a Oaxaca alcanzar los
niveles de educación que tiene el Distrito Federal. Así, la taxonomía de las entidades
federativas de México en cuanto a desarrollo económico y pobreza dejan en claro que
los más pobres y menos competitivos son los que reciben una peor educación.

Así, si el debate político y la sociedad no compaginan de manera que tal que el debate se
infunda en la cultura y se desarrolle a través de la sinergia de ambos, ¿qué resulta?
Pareciera ser razonable suponer que la gestación de proyectos de debate en México no
divergiera de manera sustancial de la línea marcada hasta ahora. Es decir, proyectos de
debate al final del día entrar en la misma estructura social, educativa y gubernamental
preestablecida y por tanto están sujetos a las mismas limitantes. Ya que esta ponencia se

41
enfoca mayormente al debate parlamentario, se analizará éste con mayor énfasis sin
menoscabar otras formas de debate en el país como los son: Modelos de Naciones
Unidas y Debate Político.

El debate parlamentario en México no es la principal actividad académica en torno al


debate, mayoritariamente en México han tomado vigor los formatos de debate en torno a
Modelos de Naciones Unidas, siendo estos lo más grandes en proporción y los que un
mayor número de alumnos reúnen. En este sentido, incuso las autoridades
gubernamentales locales y legislativas han apoyado a la organización de foros de este
tipo incluso hasta llevarlo a su cede en el Congreso de la Unión (Cámara de
representantes en México). Por otro lado, el debate parlamentario, conjunto que engloba
los formatos de Debate Parlamentario Británico, Lincoln Douglas, Policy Debate, World
Schools, Karl Popper, etc. no ha tenido el mismo impacto. Esto se debe en gran medida
a la reciente aparición del mismo en comparación a otros formatos. Fue hasta el año
2008 que en el World Schools Debating Championship en Washington, Estados Unidos,
que México hiso su primera aparición en la escena internacional, tan sólo poco tiempo
después de que los primeros seminarios de talleres sobre el debate parlamentario
corrieran de la mano de la English Speaking Unión.

El debate parlamentario y sus iniciativas en el país tienen como objetivo el fomentar la


cultura del debate, expandirla y mejorarla a través de herramientas educativas que a su
vez beneficien al desarrollo profesional y personal de los individuos. Sin embargo, no
está exento de las problemáticas generales explicadas y como se explayó en la
introducción, todo parece indicar que tiene un basamento meramente competitivo;
aunque este sea subyacente al objetivo primero que reclama. Relativo a los problemas
generales, tomando como punto de partida la exclusión por la taxonomía educativa, el
debate parlamentario en México ha tendido a segregar a instituciones educativas que no
cuentan con un nivel avanzado de instrucción en el idioma inglés y por lo tanto se ha
segregado también, aunque de manera inintencionada, al segmento de la educación
pública; en el cual el matriculado que habla una lengua extranjera es muy bajo.
Evidencia de lo anterior es que en los últimos años en los equipos que representan a
México en campeonatos internacionales así como en las convocatorias de los seminarios
anuales para la instrucción en actividades de debate parlamentario, la mayoría de las
escuelas son multilingües y privadas (en algunos años en su totalidad). Además, el
número de instituciones atendiendo ha incrementado marginalmente conforme pasan los
años, probablemente por las restricciones ya descritas. Por consiguiente, en el último
año han surgido importantes organizaciones para cambiar la situación en el país. Tal es
el caso de la reciente sede de la International Debate and Education Asosiation y la Red
Mexicana de Debate A.C. El esfuerzo individual de ambas instituciones ha permitido
expandir la gama de debate incluso hacia el debate en español, incluir a más escuelas en
los seminarios y talleres y obtener grandes reconocimientos en competencias
internacionales. Aun así, falta mucho trecho por recorrer, es una instancia muy primaria,
pero el camino está empezado.

Por el lado de el basamento competitivo del debate en México es claro que aunque hoy
en día más que nunca se esté modificando la estructura de debate para ampliar la gama

42
de instituciones que están involucradas, desde de su constitución el debate parlamentario
ha sido una contienda competitiva por excelencia. Tanto los resultados en competencias
internacionales de debate y a través de qué mecanismos se han dado implican dos cosas:
que el debate parlamentario en México tiene un potencial competitivo
internacionalmente y que la priorización de competir internacionalmente había estado
por encima de la de formar una infraestructura nacional. No se está afirmando que el
tener buenos resultados implique que se esté priorizando la competencia sobre la
formación de una liga nacional necesariamente, hecho que puede confundirse
fácilmente. El posible, y de hecho hace más sentido, desarrollar una infraestructura
sólida y que de ello deriven en consecuencia buenos resultados. No obstante, parece ser
que es más sencillo operar con la infraestructura “necesaria” para seguir brindando
resultados que desarrollar una infraestructura completa e integral, la cual evidentemente
toma mucho más tiempo y recursos invertidos. Por lo anterior, que países como
Suazilandia por ejemplo, han logrado posicionar a su equipo de World Schools
Debating Championship (WSDC) en las finales en cuestión de tres años a través de una
infraestructura “necesaria” y no completa. Aunado a ello, los bachilleratos que
conforman al equipo subcampeón de la justa, Waterford KaMhlaba College y la
Kaboyce High School, son instituciones privilegiadas dentro del país, en donde la media
de educación para adultos es apenas de 7 años; ellas cuentan con una larga tradición
educativa y una ventaja histórica y comparativa con los demás bachilleres. Para el caso
de México recientemente se han obtenido importantes logros en los últimos años, en el
WSDC 2013, Tuquía, el equipo calificó en el lugar número 7, siendo eliminado en
cuartos de final. Esto deja de manifiesto que dada la taxonomía educativa y política del
país entorno al debate, en México se ha logrado obtener resultados de esta manera.

Esta constitución es fundamentalmente diferente a la que presentan otros países de la


región de debate Iberoamericano, como es el caso de Colombia y Chile por ejemplo, en
donde el desarrollo de ligas nacionales de debate y en particular debate en español se
estrechan en lazos mucho más sólidos. El porqué de estas discrepancias pueden ser
varias, pero la reflexión va en el sentido de que incluso cuando los objetivos que
persigue el debate pueden ser universales y/o aproximadamente los mismos, la forma de
guiarlos y los mecanismos para hacerlo pueden no ser necesariamente iguales; de hecho
pueden incluso estar encaminados en direcciones totalmente opuestas y obtener los
mismos resultados.

Así, la problemática en el debate mexicano se resume en la ausencia de una cultura del


debate, en la exclusión que es generada por la taxonomía educativa del país y del
debate, y los objetivos subyacentes que ha perseguido.

El CONCEPTO DE AUTONOMÍA

43
La solución a la problemática del debate en distintas regiones y el mejoramiento del
mismo puede ser abordada a través del concepto de autonomía. De hecho, recientemente
ha sido tema de debate el colocar el concepto de autonomía en torno al debate
Iberoamericano como mecanismo para mejorar ciertos aspectos del mismo. Pero tender
hacia la autonomía impone condiciones importantes a la discusión. En primer lugar,
impone la necesidad de discutir la definición del tipo de autonomía que es entendida, ya
que existen diversas percepciones de la misma en torno al contexto en el que es
aplicable. En este sentido, el hecho de definir las palabras previo a emitir juicios sobre
ellas es necesario para que no se esté en una discusión ambigua. Por ejemplo, en el
contexto de educación existen dos tipos de autonomía muy diferentes, uno que se apega
a la autoridad autónoma que se le otorga a ciertas instituciones para tomar decisiones y
otro sobre los individuos que forman parte de la institución; para estos últimos la
autonomía significa más bien ser capaces de asimilar de manera propia o autónoma
conceptos y actividades de aprendizaje con el uso de la razón. En segundo lugar, está la
condición sobre con qué grado de autonomía cuenta el debate Iberoamericano y si en
verdad es necesario tender en un mayor grado a la misma. Esto ya que desde el punto de
vista de políticas públicas es importante no sólo considerar el aspecto normativo de la
política, es decir el “policy making”, sobre los conceptos y fundamentos de ideas detrás
de lo que debería ser, sino también considerar el aspecto positivo. Una política debe ser
capaz de integrar ambas para su formulación y por tanto resulta importante determinar
en dónde está posicionado el debate en términos de autonomía.

La autonomía en su versión más generalizada implica autodeterminación sobre las


propias leyes, es decir, libertad de cualquier autoridad externa. Una de las teorías más
conocidas sobre la autonomía fue formulada por Immanuel Kant quien definía el
concepto como aquella capacidad del individuo para libremente aceptar o rechazar
principios morales en concordancia con sus propios deseos, es decir, el individuo era
capaz de determinar su propia ley. En esta idea general de autonomía parece no haber el
vínculo correcto entre una autonomía moral y el debate, sin embargo, lo importante a
resaltar es la diferencia entre libertad y autonomía. Desde el punto de vista personal hay
una importante distinción entre estos dos conceptos, la libertad implica la habilidad de
actuar sin influencias o restricciones externas e incluye tener el poder, los recursos y la
capacidad para llevar a cabo acciones por propia voluntad. La autonomía más bien se
define como la independencia y autenticidad de los deseos que motivan a la acción de
una persona. Algunos pensadores enfatizan en el hecho de que la libertad se refiere
estrictamente a las acciones y la autonomía al estado de ser de un individuo. En el
debate parece ser que es fácilmente confundible un sentido de autonomía con el de
libertad, depende de que se busca el tener: la capacidad de tomar decisiones de manera
más independiente o independencia de la visión y objetivos que direccionan su actuar.

Por otro lado, existe otro concepto de autonomía más preciso enmarcado en el concepto
auto gobernanza. Los antiguos griegos utilizaban la palabra “autonomía” para referirse a
este auto gobernanza entre los estados ciudad. En un contexto político la autonomía
implica que un estado es autónomo si no tiene intervenciones de otro poder o estado
sobre sí. Aunado a ello se entiende que el concepto de autonomía política es utilizado

44
como una condición para satisfacer un sentimiento nacionalista y combatir el
autoritarismo de otros estados. En este sentido la autonomía es un aspecto esencial del
nacionalismo que busca establecer independencia de un grupo con base en el lenguaje,
la historia y la cultura. Por esta razón la autonomía también tiene un vínculo con el
sentido de pertenencia de aquellos individuos en un grupo. ¿Está esta autonomía
enmarcada en el debate? Es decir, ¿es posible vincular a la autonomía con un interés
mayor y sentido de responsabilidad con los problemas a nivel nacional y regional a
través del ejercicio de un debate más autónomo? Es una pregunta interesante de
responder no sólo desde el punto de vista normativo sino positivo también en el sentido
de su efectividad en conseguir dicho objetivo. A su vez plantea otros cuestionamientos
como: ¿cuál es el mecanismo más efectivo para lograrlo?

¿Qué tan autónomo es el debate Iberoamericano en primer lugar? Desde estos puntos de
vista parece ser que lo es en gran medida. La capacidad que ha tenido para desarrollar
sus propias iniciativas de desarrollo, de organizar foros y espacios de discusión a través
de academias y torneos organizados en su totalidad por grupos de la región, es reflejo de
que existe plena habilidad de actuar sin influencias o restricciones y que hasta ahora se
han tenido los recursos y la capacidad para llevarlas a cabo. Dos Campeonatos
Mundiales de Debate en español, la organización y surgimiento de ligas nacionales y
regionales, una Academia Internacional de Debate, entre otras cosas, son evidencia
suficiente de lo anterior. Entonces, ¿por qué se discute de autonomía? Es factible que en
gran medida la discusión realmente se centra en la diferenciación que permite generar
un sentido de pertenencia, objetivos y mecanismos más adecuados a la región para
resolver problemáticas particulares de cada una a través de la maquinaria del debate.

En esta discusión es importante porque la autonomía es un ideal atrevido, un término


que debe de ser utilizado con precaución. No únicamente por sus múltiples aplicaciones,
interpretaciones y la profundidad de las implicaciones de su significado, sino por el
costo de oportunidad que de manera práctica impone sobre encaminar dicha empresa. Es
decir, modificar por ejemplo el formato de debate o generar un formato totalmente
nuevo es dejar de lado el hecho de que existe una estructura ya probada y puesta en
marcha de debate a nivel internacional mediante el cual el debate en español puede
anclarse y continuar desarrollándose. Desde el mismo punto de vista es necesario
comparar el impacto en los beneficiarios de una política de este corte en el sector real
contra los beneficios de políticas ya formuladas, es decir el costo de la alternativa.

Por ejemplo, modificar la temática de debate y desvincularla de la agenda de debate


común a nivel internacional, la cual no necesariamente trata temáticas que aquejen a la
región, puede significar una mejora importante en el interés y el pensamiento crítico en
torno a problemáticas locales, o bien, al mismo tiempo no generar dicho impacto y
restarle competitividad a los debates regionales frente a los internacionales. Esto se
vuelve más ilustrativo cuando se habla del formato de debate, en donde es muy evidente
que homologar criterios en la región para generar circuitos donde se todas las
instituciones asimilen el nuevo formato implica tiempo y recursos, además que hacerlo
segmenta los debates y en un entorno tan competitivo a nivel internacional diferenciarse

45
más parece ser un capricho innecesario si no es claro el objetivo que persigue y los
beneficios que ello arroja.

ANÁLISIS TAXONÓMICO

Para analizar la hipótesis planteada y así vincular la problemática descrita sobre el


debate en México junto con los conceptos expuestos de autonomía, lo que se pretende
hacer es un análisis de conglomerados que busca segmentar a individuos con base en
criterios referentes al debate. Las metodologías seleccionadas para cumplir dicho
objetivo son las de análisis de componentes principales, análisis factorial y análisis de
conglomerados. Dentro de estas técnicas de análisis multivalente lo que se busca de
manera fundamental son dos cosas: primero, identificar qué variables son relevantes
para el análisis, el criterio para ello será considerar aquellas que expliquen una mayor
cantidad de variabilidad en la muestra; y segundo, generar una taxonomía de la muestra
a partir de agrupaciones de elementos en grupos homogéneos internamente y diferentes
entre sí. Para el primer objetivo se utilizará el análisis de componentes principales y el
análisis factorial, para el segundo se utilizará el análisis de conglomerados (cluster). La
importancia de generar una taxonomía radica en que la segmentación a la que el análisis
llegue con base en la correlación entre las preferencias del debate, proporcione una idea
de carácter exploratorio sobre cómo se relacionan dichas preferencias con perfiles de
distintos individuos en la muestra.

Así, será posible observar si individuos con características similares guardan


preferencias en común. Por ejemplo, una persona de género femenino que haya debatido
anteriormente en Debate Parlamentario y no en Modelos de Naciones Unidas puede no
demostrar un interés parecido al de otra persona del mismo género que haya participado
en Modelos de Naciones Unidas y no en Debate Parlamentario. Aquí radica la
relevancia de las relaciones que se guardan entre aspectos estructurales del debate
(formato) y preferencias, ya que de no existir una relación significativa, no tendría
sentido utilizar dicha variable como un mecanismo de cambio en políticas específicas en
torno al debate.

Cabe señalar que este análisis taxonómico es un estudio piloto. Esto porque representa
en sí una propuesta metodológica para abordar la hipótesis plateada, de su crítica se
conducirá a su mejora para ejercicios futuros; y además por las limitantes que en este
caso en particular se incurrieron en cuanto a su diseño, el tiempo de realización, entre
otros aspectos técnicos.

Para el levantamiento de los datos se desarrolló y aplicó una encuesta en instituciones


educativas de la zona así como a clubes de debate, tanto de manera presencial como a
través de formularios en la web (la mayoría de los casos se recabó de esta manera).

Definición de la muestra

46
La muestra que se seleccionó consta de hombres y mujeres, estudiantes de entre 14 y 25
años de edad (lo anterior debido a que el grueso de la población debatiente en México, y
en particular de la zona metropolitana de la ciudad de México, se encuentra cursando la
secundaria, el bachillerato o la licenciatura).

Después de aplicar las encuestas la muestra se constituyó de un 54% mujeres y un 46%


hombres de entre un total de 314 observaciones.

En este tipo de análisis las conclusiones arrojadas no pueden ser generalizadas a la


población de donde parte la muestra, son aplicables únicamente al espacio muestral, no
sólo por el tamaño de la muestra sino también por la naturaleza del análisis exploratorio.
Género Freq. Percent Cum.

0 171 54.46 54.46


1 143 45.54 100.00

Total 314 100.00

(0 = femenino, 1= masculino)

Definición de la encuesta para recabar información

Para recabar información útil para el estudio se formuló un cuestionario con 49


preguntas divididas en 4 secciones. La primera sección es sobre datos generales,
variables que definen el perfil del encuestado (género, edad, nivel de instrucción, etc.).
La segunda es acerca de las preferencias por temáticas de debate, aquí se solicitó al
encuestado otorgar una calificación que oscila entre el 1 y 6 para categorizar el grado
de interés sobre temáticas generales y mociones específicas de debate. Se eligió una
escala del 1 al 6 dado que un intervalo par impone la restricción al respondiente de no
ubicarse en un punto medio y no dejar claro si le interesa más o menos una temática, es
decir impide una categorización de indiferencia (ej. En el intervalo del 1 al 5, el número
3 representa un punto medio entre una categorización de grado alto y bajo interés). La
tercera sección consta de aspectos particulares del debate, es decir, si el encuestado ha
debatido anteriormente o no, qué formatos de debate ha utilizado, si estaría o no
dispuesto a probar nuevos formatos, etc. Finalmente, la última sección consta preguntas
sobre los medios de información masiva a través de los cuales se obtiene información de
manera regular, variables que podrían influenciar en las preferencias de temáticas para
debatir. Ejemplos de preguntas:

SECCIÓN1. Datos generales:

47
SECCIÓN 2. Preferencias:

P7. Política Mexicana. 1 2 3 4 5 6

Nada Interesante Medianamente Muy Interesante

SECCIÓN 3. Debate:

SECCIÓN 4. Otros:

Definición de variables a cuantificar.

Un criterio para comenzar a discriminar variables es a través de un análisis de


componentes principales. En términos generales componentes principales es un método
de análisis multivalente que busca re expresar los datos de una muestra en menores
dimensiones de tal forma que las primeras representen a la mayor cantidad de
información posible. Esto se logra a través de la elección de vectores que representen
combinaciones lineales de todas las variables que garanticen la maximización de la
varianza de los datos de tal forma que los componentes (vectores) sean ortogonales
entre sí, es decir, independientes. De esta manera, los primeros componentes del análisis
representarán la mayor cantidad de la varianza explicada de los datos, si alguna de las
variables no está comprendida en estos componentes querría decir que no es una que
contribuya a la explicación de la variabilidad de los datos y por lo tanto puede no
considerarse altamente relevante para el análisis subsecuente. Por ejemplo, si a través de
5 componentes se explica el 80% de la varianza de los datos y la correlación que
guardan los formatos de debate no es explicado en un 50% querría decir que su
contribución a explicar la máxima variación de los datos es marginal.

Para este análisis así como los subsecuentes se utilizó para el cálculo de las
correlaciones entre las variables una matriz policórica, utilizando el algoritmo
programado sobre el software STATA11. Por esta razón no se incluyeron todas las
variables para el análisis ya que existieron problemas en el cálculo de la matriz ya que al
tratarse de variables dicotómicas y ordinales existieron combinaciones nulas
estructurales por el diseño de la encuesta.

Un primer análisis arrojó lo siguiente:

48
Principal components/correlation Number of obs = 314
Number of comp. = 6
Trace = 15
Rotation: (unrotated = principal) Rho = 0.7960

Principal components (eigenvectors)

Variable Comp1 Comp2 Comp3 Comp4 Comp5 Comp6 Unexplained

gnero 0.1348 0.0159 0.5423 -0.1753 -0.0280 -0.2539 .3795


tiempodebate 0.3319 -0.1293 0.0056 0.1878 0.1400 -0.3345 .2688
mun 0.4121 -0.1288 -0.0741 -0.0523 0.0500 0.2513 .07276
dpol 0.3673 0.0269 -0.0013 -0.3224 0.0863 0.4133 .06686
co 0.3979 -0.1941 0.0261 0.0160 0.0881 0.1296 .1187
dp 0.3900 -0.1567 -0.1293 -0.0144 -0.0261 -0.1257 .1662
probarnuevo 0.3031 -0.0962 -0.1713 0.0362 0.1798 -0.1270 .4428
consultanot 0.1867 0.0408 0.3573 0.5737 -0.2402 -0.2496 .1147
medambos 0.0319 0.1601 0.4925 0.3177 0.0737 0.6121 .1203
pigeneral 0.2862 0.2164 -0.0213 -0.0709 -0.3935 -0.1444 .3074
emgeneral 0.0454 0.4652 0.0882 -0.3177 0.2239 -0.2033 .2181
csigeneral 0.0927 0.2997 -0.4170 0.2844 -0.4286 0.1487 .1676
eigeneral 0.1426 0.3749 0.1510 -0.3519 -0.4142 0.0014 .1849
pmgeneral 0.1071 0.4192 0.0315 0.1230 0.4975 -0.1302 .2168
csmgeneral 0.0667 0.4445 -0.2784 0.2639 0.2409 0.0512 .2141

Reteniendo únicamente 6 componentes la cantidad de varianza explicada es del 79.6%.


Es posible apreciar que existen dos variables que no son explicadas en mucho mayor
medida que las demás, a primera es el género (37.95% no explicado) y la segunda es
probarnuevo (44.28 no explicado). Esto es un primer indicio que dentro de la taxonomía
de la muestra el género no determina en gran medida como varían las preferencias ni en
su caso el que un individuo esté dispuesto a probar nuevos formatos de debate. Las
implicaciones de lo anterior pueden ser importantes pero este primer análisis resulta
muy simple y general para afirmar algo sobre ello con certeza. Sin embargo, el resto de
las variables son explicadas en promedio en un 80%, por tanto, las variables de formato
de debate (mun-dp) y consultar medios de comunicación masiva con frecuencia
(consultanot) son importantes para el análisis subsecuente. No existen en la selección
variables poco relevantes para construir la taxonomía a partir del criterio de variación
máxima de componentes principales.

Análisis Factorial Exploratorio

Ahora bien, para identificar si es que existe una serie de características inobservables o
“tendencias latentes” que se encuentren de manera subyacente en los datos y que a su
vez puedan mejorar la segmentación subsecuente de la muestra es posible utilizar un
análisis factorial exploratorio. Su planteamiento y mecánica es muy similar al de
componentes principales sólo que en este modelo se asume que cada variable es
explicada por una combinación lineal de factores comunes e independientes entre sí y
por un factor particular de cada variable. El modelo puede entenderse como:

Donde es un vector que refleja hasta qué punto la variable X refleja el vector de
factores comunes y es el vector de factores particulares de cada variable.

49
Al seleccionar los factores que expliquen la mayor cantidad de varianza en los datos es
posible rotarlos de manera que cambie su composición en relación con la correlación
que guaran con las variables, esto para para facilitar su interpretación y posteriormente
generar una segmentación con base a ellos.

Aaker (1997) utilizó el análisis factorial exploratorio para identificar diferentes


dimensiones entorno a la personalidad de marca (Brand personality). De un modo muy
similar al del presente estudio Aaker utilizó 114 diferentes “tendencias de personalidad
de marca” para encuestar a 309 candidatos, los cuales debían de categorizar su
percepción sobre la personalidad de marca de entre 10 marcas sobre las 114 tendencias.
La categorización corría en un intervalo del 1 al 5, donde 5 representó la similitud con la
tendencia más elevada. Así fue posible identificar variaciones similares entre los datos
de tal forma que fue posible generar una segmentación de mercado a posteriori del
análisis factorial con base en los siguientes factores: sinceridad (26.5% de varianza
total explicada), excitación (25.1%), competitividad (17.5%), sofisticación (11.9%) y
Rudeza (8.8%). Dicha taxonomía permitió una interpretación más sencilla y apropiada
de los datos.

Bajo la misma lógica se realizó un análisis factorial exploratorio sobre las variables de
la sección de preferencias en las que se categorizó el interés por diversas temáticas de
debate. La finalidad del análisis es identificar si existen características inobservables
bajo la estructura de los datos.
Factor analysis/correlation Number of obs = 314
Method: principal factors Retained factors = 5
Rotation: orthogonal varimax (Kaiser on) Number of params = 80

Factor Variance Difference Proportion Cumulative

Factor1 2.02420 0.15347 0.2708 0.2708


Factor2 1.87072 0.12871 0.2503 0.5211
Factor3 1.74201 0.33648 0.2331 0.7541
Factor4 1.40553 0.17485 0.1880 0.9422
Factor5 1.23068 . 0.1646 1.1068

LR test: independent vs. saturated: chi2(153) = 1887.43 Prob>chi2 = 0.0000

En una primera aproximación se encontró que el número adecuado de factores para ser
retenidos es 5, esto dado que el gráfico de los valores propios sobre los factores, los
cuales se escalan de mayor a menor para identificar en qué momento la variación
contenida en cada factor deja de ser considerable en relación al siguiente factor en valor.

50
Al aplicar una rotación “varimax” a las variables normalizadas y limitando los
resultados visibles sólo para un loading mayor a .3403 para facilitar la interpretación,
los resultados son los siguientes:
Rotated factor loadings (pattern matrix) and unique variances

Variable Factor1 Factor2 Factor3 Factor4 Factor5 Uniqueness

pigeneral 0.6316 0.5393


emgeneral 0.5698 0.3876 0.4091
csigeneral 0.6760 0.4340
eigeneral 0.4122 0.6355 0.4131
pmgeneral 0.6969 0.4469
csmgeneral 0.5876 0.5330 0.3443
pmreflab 0.3560 0.3674 0.6913
csmgastogob 0.4158 0.4003 0.6032
eigrecia 0.4048 0.3685 0.5349
csireliquias 0.4757 0.4251 0.5874
csipublici~d 0.3941 0.7631
pmdinerocamp 0.3553 0.3901 0.3822 0.5732
embamex 0.6563 0.4315
csmmovpol 0.3970 0.7193
pibebeperm 0.4946 0.7352
eifinedcor~s 0.5555 0.3557 0.4396
piarmasegi~o 0.6142 0.4885
emtxmex 0.5862 0.5728

(blanks represent abs(loading)<.3403)

Las variables utilizadas dentro de los factores cuentan con prefijos pi, em, csi, ei, pm y
csm, que responden a preguntas de categorización ordinal de la sección 3 de las
encuestas y responden a las variables política internacional, economía mexicana,
cultura y sociedad internacional, economía internacional, política mexicana, y cultura y
sociedad mexicana. Las variables cuyo prefijo es seguido de la palabra “general” son
preguntas sobre la temática en general y no sobre una moción en específico. Dichas
variables resultan interesantes desde el punto de vista de la percepción que un individuo
puede tener a cerca de una temática. Es decir, alguien puede no necesariamente saber
que es como tal “política internacional”, por ejemplo, pero sí estaría dispuesto a discutir
sobre de ella, le genera interés.

Los factores del análisis agrupan características interesantes y subyacentes a los datos.
El primer factor, económico/nacional tiene una mayor variabilidad sobre economía en
general y temas de la agenda nacional a excepción de cultura y sociedad. El segundo
factor, internacional/PE¸ varía principalmente con mociones referentes a la agenda

51
internacional excepto cultura y sociedad. El tercer factor, agenda nacional, varía con
todas las variables de preferencias sobre la agenda nacional a excepción de índole
económico. El cuarto factor, economía política internacional, varía con temas de
economía internacional y política en general. El último factor, cultura y sociedad
internacional, varía con cultura y sociedad en general y las variables particulares de
cultura y sociedad internacional.

Con la estructura que agrupan estos factores es posible ver cono sí existen tendencias
comunes dentro de la muestra que la segmentan. Implicaciones importantes sobre las
preferencias únicamente son:

- Individuos con preferencia a temas económicos tienen a asociarse con temas de


la agenda económica nacional
- Es posible aislar hasta en un 45% en promedio las variaciones atribuibles a
preferencias nacionales e internacionales en factores distintos
- Hay individuos que varían sus preferencias primordialmente alrededor de la
cultura y sociedad internacionales

ANÁLISIS DE CONGLOMERADOS (CLUSTER)

En términos generales el análisis cluster divide amplios grupos de información en


grupos más pequeños de manera tal que los elementos agrupados en distintos conjuntos
sean relativamente similares entre sí (ie. poseen las mismas características) y diferentes
a otros conjuntos. Es en sí una representación no espacial discreta de para representar
objetos basados en criterios de similitud para solucionar un problema de exceso de
heterogeneidad en los datos. Existen muchos enfoques y métodos para llevar a cabo
conglomerados, como lo son los métodos jerárquicos y los métodos de partición, en este
caso se utilizará el método de k medias: un método de partición que permite que los
conglomerados sean mutuamente excluyentes (que un elemento no se agrupe en dos
conglomerados a la vez) y que sea exhaustivo colectivo (que ningún elemento se quede
sin una asignación a un conglomerado). Además permite definir a priori el número de
centroides mediante los cuales se hará la partición de los datos, en este sentido es un
método sencillo de utilizar y por esa naturaleza se empleará. Cabe mencionar que para
hacer la partición en “k” conglomerados se utilizaron como criterios los factores del
análisis factorial, de modo que la aglomeración de datos sea realizada de mejor manera
a través de valores continuos y no las variables originales (dicotómicas y ordinales) ya
que además los factores son ortogonales entre sí. El algoritmo empleado se basa en
minimizar la suma de cuadrados dentro de los conglomerados:

52
Resultados:

Cluster Freq. Percent Cum.

1 54 17.31 17.31
2 32 10.26 27.56
3 41 13.14 40.71
4 56 17.95 58.65
5 93 29.81 88.46
6 36 11.54 100.00

Total 312 100.00

Al haber obtenido los conglomerados es posible apreciar como hay una concentración
mayor entre los conglomerados 4 y 5 en relación con los demás (17.95% y 29.81% de
los datos respectivamente). Ahora es importante ver qué factores están comprendidos en
cada conglomerado y que variables agrupan para describir la taxonomía de los datos.

Variable Variance 1 Variance 2 Variance 3


f1 0.66464968 29.50% 0.43755738 14.65% 0.73886127 15.72%
f2 0.35126792 15.59% 1.07436335 35.97% 1.4967149 31.85%
f3 0.53809487 23.88% 0.4062033 13.60% 0.52666995 11.21%
f4 0.42584186 18.90% 0.51274307 17.16% 1.07221883 22.81%
f5 0.27318027 12.12% 0.55629685 18.62% 0.86525902 18.41%
Explained
variance by
factors 2.25303461 2.98716393 4.69972397

Variance 4 Variance 5 Variance 5


0.83388347 18.91% 0.28474294 13.60% 0.59427047 17.84%
0.81227157 18.42% 0.66093242 31.58% 0.7265948 21.81%
1.03675568 23.51% 0.49439306 23.62% 0.61663311 18.51%
0.90273296 20.47% 0.3684059 17.60% 0.68453367 20.55%
0.82434451 18.69% 0.28471199 13.60% 0.70879191 21.28%

4.40998818 2.09318631 3.33082395

En la tabla anterior se muestra el porcentaje que representa la varianza de cada factor


como proporción de la varianza total explicada por los factores de cada conglomerado.
Esto nos da una idea general de qué características asociaron los 6 conglomerados. En
rojo se destacan aquellos factores cuya varianza excede la participación media. Por
ejemplo el primer conglomerado asocia una varianza mayor para los factores
“económico nacional” y “agenda nacional”, reflejando una agrupación
primordialmente alrededor de temas de interés nacional. Por otro lado el segundo
conglomerado da un peso importante a las variables internacionales a través del
segundo factor “internacional/PE”. De manera sucesiva es evidente ver que la
taxonomía que agrupan los conglomerados basados en el análisis exploratorio
segmentará, cuando menos en los primeros dos factores, diferencias entre preferencias
por temáticas de la agenda nacional e internacionales.

Para fines prácticos de interpretación los conglomerados son:

1. Económico nacional
2. Internacional
3. Económico Político Internacional

53
4. EPIN (Economía Política Internacional y agenda nacional)
5. Internacional y agenda nacional
6. Internacional y Cultura Internacional

Es posible apreciar como en términos de la realización de actividades co-curriculares no


existe una diferencia en la composición relativa entre conglomerados, por tanto no es un
factor que guarde una relación con el interés de las personas al segmentar sobre
temáticas de debate. Por otro lado, el género, parece marcar una diferencia en cuanto a
los primeros dos conglomerados en dónde las mujeres cuentan con una participación
relativa mucho más elevada que los hombres (mujeres en azul, hombres en naranja).

54
Mientras que de los conglomerados tres al cinco la composición es homogénea en el
conglomerado seis la participación se revierte, concentrando a una mayor cantidad de
hombres. Lo anterior parece indicar que mientras que los hombres presentan un sesgo
en su interés por temas de índole internacional incluyendo cultura sociedad, las mujeres
son indistintas entre los temas de agenda nacional e internacional.

55
56
A partir de cómo se distribuyen en los conglomerados las personas de acuerdo a qué
tipo de actividad de debate han realizado, si es que lo han hecho, los resultados son
heterogéneos. Por un lado, los modelos de naciones unidas presentan un sesgo
importante en cuanto a los segmentos que describen a la agenda nacional e
internacional. Las diferencias entre la estructura de los “clusters” 1, 2 y 6 refleja que el
hecho de debatir en Modelos de Naciones Unidas generan una tendencia a interesarse
sobre temas de índole internacional; una razón para ello es la serie de temáticas que allí
se discuten, siempre afines. En el conglomerado 5 concentra más a los modelos de
naciones unidas, esto puede ser el caso ya que como se vio en el análisis de factores las
variaciones en intereses sobre temas económicos tienden a asociarse bien con las
preferencias sobre la agenda nacional.

Para el caso del debate político no parece haber una diferenciación demasiado evidente
entre la segmentación, si bien la mayor cantidad de datos se ha agrupado en los últimos
tres clusters y de manera inversa en su composición a los primeros tres, una
interpretación cualitativa no parece apropiada. Esto debido a que los factores mediante
los cuales se hiso la segmentación no deja de manifiesto características claras, todo
parece apuntar a que el formato de debate político es prácticamente neutral a las
temáticas discutidas despierta un interés general.

Los concursos de oratoria, presentan características muy similares a las que presenta el
debate político. Sus resultados son heterogéneos y no hay una definición clara de su
tendencia, esto porque en conglomerados con características diversas la composición
varía importantemente. Esto puede deberse a que los concursos de oratoria por
naturaleza abarcan una agenda de discusión mucho más amplia y menos sesgada, como
es el caso de los Modelos de Naciones Unidas que sesgan su agenda a temas
internacionales.

En lo que respecta al debate parlamentario es evidente que este formato es indiferente a


temas de agenda nacional al mismo tiempo que no presenta una preferencia por el

57
debate de temas de índole internacional. Al ver la composición de los conglomerados 4,
5 y 6 parece ser que este tipo de debate es indistinto a la combinación de temáticas
nacionales e internacionales con una preferencia hacia los temas de cultura y sociedad.
Esto tiene sentido ya que aunque no se contempló en la encuesta por razones de
simplicidad en el análisis, muchos de los estudiantes que se suman al debate
parlamentario en México lo hacen por su interés en temas filosóficos, de ética y de
cultura más que por temáticas demasiado técnicas o cuadradas en torno a la política y la
economía.

Al analizar lo referente a consulta de medios de comunicación masiva parece ser que


existe una diferencia mínima en relación al porcentaje de datos agrupados por
conglomerados. El caso particular del cluster 2 sugiere que no necesariamente las
personas con un perfil en el que el hábito de consultar las noticas con relativa frecuencia
sea un diferencial en su interés por temas internacionales. En contra sentido el cluster 5
muestra lo opuesto, sin embargo esto puede deberse a que el factor 2 agrupa
mayoritariamente mociones específicas de debate que requieren haber tenido noción o
conocimiento de ellas a priori, además el factor 3 aglomera la agenda nacional en
general menos los temas económicos, por lo cual la diferencia no es tan sustancial.
Vemos que en el conglomerado dos la mayoría de las personas no cuentan con
experiencia en formatos de debate, mientras que en el conglomerado 5 sí, esto nos deja
de manifiesto que en efecto la consulta con frecuencia de noticias en distintos medios de

58
comunicación es una característica desarrollada en las personas que han practicado
debate.

En lo que respecta al conglomerado uno es posible observar como una gran cantidad de
la proprción de los datos se agrupa en lo referente a medios nacionales. En el resto de
los conglomerados la desagregación por tipo de medios consultados es heterogénea,
pero en el caso del conglomerado uno se recalca de manera importante que si bien el
consultar noticias con frecuencia no estaba relacionado con la categorización del interés
en temas internacionales sí lo está con temas de la agenda nacional, por lo menos en una
mayor medida.
Debate pasado
Cluster 0 1 Total

1 8 46 54
2 5 27 32
3 8 33 41
4 8 48 56
5 8 85 93
6 5 31 36

Total 42 270 312


Debate actual
Cluster 0 1 Total

1 38 16 54
2 28 4 32
3 31 10 41
4 41 15 56
5 69 24 93
6 24 12 36

Total 231 81 312

Vemos como en general dentro de la muestra recabada la mayoría de los encuestados


han tenido experiencia con debate en algún punto de sus vidas y a su vez la mayoría no
está debatiendo actualmente. Por esta razón resulta más importante analizar la
composición de los conglomerados entre aquello que han tenido experiencia previa con
el debate y lo continúan practicando hoy o han desistido.

CLUSTER DEBATE ACTUAL


0 1
1 16% 20%
2 13% 4%
3 13% 11%
4 17% 19%
5 32% 30%
6 10% 15%
TOTAL 100% 100%

La tabla anterior muestra la agrupación de las personas que han tenido experiencia
previa en el debate y cómo se distribuyen en los clusters categorizándolos entre
aquellos que ya no debaten y los que aún lo practican. Únicamente para los
conglomerados 1 y 6 el porcentaje de datos agrupados del total de personas que aún

59
practican el debate es mayor. Por otro lado para el conglomerado 2 la situación es
contraria, el porcentaje de personas que ha dejado de debatir es mayor. En el resto de los
conglomerados la diferencia es marginal. Esto refleja que el hecho de haber debatido en
efecto deja una noción de los temas tratados y si se deja de realizar el interés prevalece,
y por otro lado, al continuar debatiendo la gama de intereses puede expandirse.
Debate actual
MUN 0 1 Total

0 192 22 214
1 0 58 58

Total 192 80 272


DP Freq. Percent Cum.

0 35 43.75 43.75
1 45 56.25 100.00

Total 80 100.00

Lo anterior es evidente cuando vemos que en un porcentaje mayor se ha continuado la


actividad de debate en formatos que reflejaron agruparse de manera más apropiada en
los conglomerados 2 y 6 respectivamente. En las tablas anteriores se tabuló la variable
de modelos de naciones unidas cuando había experiencia en debate en algún punto de su
vida contra el estarlo haciendo ahora, en la segunda se aprecia la tabulación de debate
parlamentario cuando las personas hasta la fecha continúan practicando actividades de
debate. Ello implica que en efecto al haber debatido modelos de naciones unidas alguna
vez y ya no hacerlo influenció en el interés por temas de índole internacional, esto
porque una mayor cantidad de personas se encuentran bajo esta taxonomía. Lo mismo
sucede con el debate parlamentario y el interés por temas de cultura, ya que un mayor
porcentaje se encuentra realizando esta actividad a los que no, embonando en la
taxonomía descrita.

Lo anterior sigue siendo cierto incluso limitando las tabulaciones anteriores a los
conglomerados referidos, 2 y 6 respectivamente:
Debate actual
MUN 0 1 Total

0 24 2 26
1 0 1 1

Total 24 3 27
DP Freq. Percent Cum.

0 4 33.33 33.33
1 8 66.67 100.00

Total 12 100.00

CONCLUSIONES

60
La mayoría de las implicaciones del análisis están contenidas en el desarrollo del mismo
(previamente explicado), a continuación se describen los más relevantes. La taxonomía
realizada dejó de manifiesto que en general el debate, como es lógico, influencia a
través de las temáticas que elige en su agenda el interés por las mismas, en especial en
lo referente a la agenda internacional. Si bien esto es cierto por la historia y estructura
del debate en México, es un hecho que la relación que guardan los formatos de debate
parlamentario y los de modelos de naciones unidas es relevante. Por otro lado, el resto
de los formatos parece indicar que mantienen una relación neutral y no modifican en
particular algún aspecto del interés por temáticas nacionales o internacionales. Lo
anterior no implica que la formulación de un nuevo y diferente formato de debate sea la
elección óptima, sino más bien fijar la agenda de temáticas de debate para levantar
conciencia sobre temas en específico, por ejemplo lo de índole nacional o regional, es lo
que resulta relevante. Además de que no impone un costo de oportunidad elevado al
anclarse a una estructura preestablecida. También ha quedado reflejado que las variables
referentes a temáticas nacionales se diferencian en casi todas las esferas de análisis del
resto de las variables. En el caso de la cultura y la sociedad, parecen ser temáticas que
no guardan una relación de asociación particular y más bien son muy asequibles y
versátiles en cuanto a aspectos estructurales del debate se refiere. Finalmente, el factor
exógeno de consulta de medios de comunicación parece indicar que guarda una relación
con la taxonomía que lo describe como un hábito desarrollado en torno a la actividad del
debate y que además guarda una relación con la categorización de temáticas nacionales
más no de las internacionales necesariamente.

REFLEXIÓN FINAL

Aún existen muchas preguntas y planteamientos en torno a las problemáticas y retos del
debate iberoamericano. Sin duda muchas de ellas irán cambiando a lo largo del tiempo y
cada vez será más necesario abordarlas y discutirlas entre toda la comunidad de debate
en español para garantizar su prosperidad, competitividad a nivel internacional, y
expansión a lugares donde aún la cultura de debate no existe. El presente trabajo planteó
una forma de abordar una de esas tantas discusiones y pretende ser una primera
contribución para entender mejor qué esperamos del debate en español en los próximos
años.

Que como este foro vengan cientos más.

Referencias:

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2000. Print
2. Taylor, Robert S.. "Kantian Personal Autonomy." Trans. ArrayPolitical Theory.
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61
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5. Richaud, María Cristina. "DESARROLLOS DEL ANALISIS FACTORIAL
PARA EL ESTUDIO DE ITEM DICOTOMICOS Y ORDINALES."Centro
Interdisciplinario de Investigaciones en Psicología Matemática y Experimental. (2005):
n. page. Print
6. Joaristi, L. y Lizasoain, L. (2008). Estudio de la dimensionaidad empleando
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matemáticas de primaria (5º y 6º cursos) y secundaria obligatoria. RELIEVE, v. 14, n. 2,
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n. page. Print
9. Alcántara, Armando. "Autonoía de la universidad pública en una era de
globalización: el caso de la UNAM." ECOS Revista Científica. (2003): 77-94. Print.
10. "A tutorial on Clustering Algorithms." home.die.polimi.it. N.p.. Web. 18 Feb
2013. http://home.dei.polimi.it/matteucc/Clustering/tutorial_html/kmeans.html
11. International Human Development Indicators." Swaziland, UNDP (2012):
n.pag. UNDP Statistics. Web. 16 Feb 2013.
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17. Xinzhong, Y. (2002). El confucianismo.

62
ANEXOS

TABLAS DESCRPTIVAS
Relative Total Rel. Relative Total Rel.
CLUSTER 1 Freq CLUSTER 2 Freq
Freq Frq Freq Frq
0 42 78% 25% 0 22 69% 13%
Género Género
1 12 22% 8% 1 10 31% 7%
Actividad 0 16 30% 25% Actividad 0 6 19% 10%
cocurricular 1 38 70% 15% cocurricular 1 26 81% 10%
0 39 72% 16% 0 30 94% 12%
MUN MUN
1 15 28% 28% 1 2 6% 4%
0 52 96% 18% 0 31 97% 11%
Debate Político Debate Político
1 2 4% 8% 1 1 3% 4%
Concursos de 0 48 89% 18% Concursos de 0 29 91% 11%
oratoria 1 6 11% 14% oratoria 1 3 9% 7%
Debate 0 46 85% 17% Debate 0 30 94% 11%
Parlamentario 1 8 15% 17% Parlamentario 1 2 6% 4%
0 14 26% 13% 0 11 34% 10%
Probar Nuevo Probar Nuevo
1 40 74% 19% 1 21 66% 10%
0 10 19% 16% 0 11 34% 17%
Consulta Noticias Consulta Noticias
1 44 81% 18% 1 21 66% 8%
0 10 19% 4% 0 20 63% 8%
Medios Nacionales Medios Nacionales
1 44 81% 59% 1 12 38% 16%
Medios 0 39 72% 15% Medios 0 28 88% 11%
Interacionales 1 15 28% 25% Interacionales 1 4 13% 7%
0 28 52% 20% 0 16 50% 11%
Ambos medios Ambos medios
1 26 48% 15% 1 16 50% 9%

Relative Total Rel. Relative Total Rel.


CLUSTER 3 Freq CLUSTER 4 Freq
Freq Frq Freq Frq
0 20 49% 12% 0 28 50% 16%
Género Género
1 21 51% 15% 1 28 50% 20%
Actividad 0 7 17% 11% Actividad 0 11 20% 17%
cocurricular 1 34 83% 14% cocurricular 1 45 80% 18%
0 32 78% 13% 0 46 82% 18%
MUN MUN
1 9 22% 17% 1 10 18% 19%
0 40 98% 14% Debate 0 49 88% 17%
Debate Político
1 1 2% 4% Político 1 7 13% 27%
Concursos de 0 32 78% 12% Concursos 0 51 91% 19%
oratoria 1 9 22% 21% de oratoria 1 5 9% 12%
Debate 0 36 88% 14% Debate 0 45 80% 17%
Parlamentario 1 5 12% 10% Parlamenta 1 11 20% 23%
0 18 44% 17% Probar 0 23 41% 22%
Probar Nuevo
1 23 56% 11% Nuevo 1 33 59% 16%
Consulta 0 9 22% 14% Consulta 0 11 20% 17%
Noticias 1 32 78% 13% Noticias 1 45 80% 18%
Medios 0 34 83% 14% Medios 0 37 66% 15%
Nacionales 1 7 17% 9% Nacionales 1 19 34% 25%
Medios 0 27 66% 11% Medios 0 49 88% 19%
Interacionales 1 14 34% 23% Interacional 1 7 13% 11%
0 21 51% 15% Ambos 0 27 48% 19%
Ambos medios
1 20 49% 12% medios 1 29 52% 17%

63
Relative Total Rel. Relative Total Rel.
CLUSTER 5 Freq CLUSTER 6 Freq
Freq Frq Freq Frq
0 45 48% 26% 0 13 36% 8%
Género Género
1 48 52% 34% 1 23 64% 16%
Actividad 0 16 17% 25% Actividad 0 7 19% 11%
cocurricular 1 77 83% 31% cocurricular 1 29 81% 12%
0 74 80% 30% 0 27 75% 11%
MUN MUN
1 19 20% 35% 1 9 25% 17%
Debate 0 83 89% 29% Debate 0 31 86% 11%
Político 1 10 11% 38% Político 1 5 14% 19%
Concursos 0 80 86% 30% Concursos 0 29 83% 11%
de oratoria 1 13 14% 31% de oratoria 1 6 17% 14%
Debate 0 79 85% 30% Debate 0 28 78% 11%
Parlamenta 1 14 15% 29% Parlamenta 1 8 22% 17%
Probar 0 29 31% 28% Probar 0 9 25% 9%
Nuevo 1 64 69% 31% Nuevo 1 27 75% 13%
Consulta 0 16 17% 25% Consulta 0 6 17% 10%
Noticias 1 77 83% 31% Noticias 1 30 83% 12%
Medios 0 72 77% 30% Medios 0 31 86% 13%
Nacionales 1 21 23% 28% Nacionales 1 5 14% 7%
Medios 0 79 85% 31% Medios 0 29 81% 11%
Interacional 1 14 15% 23% Interacional 1 7 19% 11%
Ambos 0 37 40% 26% Ambos 0 12 33% 8%
medios 1 56 60% 33% medios 1 24 67% 14%

64
¿Qué significa hablar/pensar? ¿Qué significa debatir?

“Toda sociedad se funda, se reproduce y muta a la vez en torno a un orden


discursivo cuya productividad implica el establecimiento de los límites dentro de los
cuales algo puede ser dicho o pensado y algo no. Es así que tales discursos se
encuentran lejos de ser un conjunto de signos y se constituyen en prácticas que forman,
performan, los objetos de los que luego hablan.” (Álvarez, 2012:1)

Lo órdenes discursivos a su vez producen efectos de verdad cuya imposición o


silenciamiento dependerá de la legitimidad o la concentración de poder de aquel que
enuncia. La práctica del debate contribuye en este sentido a desestabilizar los órdenes
instituidos que determinan lo que resulta verdadero o no para una determinada época
además de resultar una herramienta que potencialmente podría devolver la palabra a
actores sociales respecto históricamente silenciados.

Los discursos que se sostienen, que circulan y se reproducen, la riqueza de las


herramientas discursivas con la que se cuenta y la posibilidad o no de cuestionar tales
órdenes dan materialidad a los imaginarios sociales propios de una sociedad y a su vez
modela el tipo de interacciones sociales.

En este marco la técnica del debate resulta una estrategia privilegiada para moderar tales
discursos además de ser una herramienta privilegiada para que se expresen, se pongan
en tensión, se desnaturalicen y se deconstruyan.

Debatir implica siempre abrir a la posibilidad del despliegue de un discurso crítico


apelando a la necesidad de argumentar la propia posición frente a la del otro al tiempo
que implica una serie de reglas que regulan la interacción estableciendo un marco de
respeto y poniendo a los debatientes en pie de igualdad.

Utilizar la técnica del debate en el marco de la educación no tiene como meta que haya
ganadores o perdedores sino más bien facilitar y potenciar la puesta en palabras de las
distintas miradas para que en el proceso se construya una apropiación compleja de la
realidad.

65
¿Qué significa enseñar a adultos?

Todos los sujetos hablantes se encuentran atravesados por los discursos que se sostienen
en una sociedad en términos de imaginarios sociales.

En el caso de los adultos muchas veces los imaginarios sociales se encuentran


naturalizados de manera tal que resulta en la mayoría de los casos dificultoso ponerlos
en cuestión sin cuestionar a la vez la identidad que sostienen.

Tal dificultad se encuentra potenciada en el caso de contenidos respecto de los cuales el


grado de implicación es alto, vale decir contenidos respecto de los cuales resulta
dificultoso establecer la distancia necesaria para reflexionar críticamente y poner en
cuestión, si es necesario, lo ya afirmado a los fines de alcanzar marcos interpretativos
superadores.

La dificultad que muchas veces los adultos presentan para reflexionar críticamente
acerca de las ideas que sostienen trae como consecuencia la no posibilidad de expandir
o potenciar los marcos interpretativos con los que actuar sobre la su realidad cotidiana.
Reflexionar críticamente habilita la posibilidad de modificar las condiciones materiales
en las que la vida discurre.

Es en este sentido que la propuesta del Programa Fines adquiere su sentido último.
Lejos de ser una propuesta pedagógica de menor valor que sustrae contenidos o
capacidades el programa se sustenta en una lógica que valora los saberes adquiridos a lo
largo de la vida y los toma como el elemento central sobre el cual trabajar para construir
críticamente nuevas miradas más complejas…

Los sujetos a los cuales el programa se dirige son jóvenes y adultos que están en proceso
de reconstituirse como estudiantes y trabajadores después de haber atravesado fuertes
procesos de exclusión social, educativa y laboral. Implica un proceso en el cual el
Estado les devuelve su lugar de ciudadanos, restituyéndole derechos vulnerados por
décadas de ausencia del mismo.

El Estado, por intermedio del Programa, retoma su obligación de brindar las


oportunidades para el desarrollo y fortalecimiento de la formación integral de las
personas a lo largo de toda la vida como así también la promoción de la capacidad de
cada estudiante de definir su proyecto de vida basado en los valores de libertad, paz,
respeto a la diversidad cultural, justicia, responsabilidad y bien común.

El Plan Fines, es un programa, de alcance nacional, en todo el territorio de la República


Argentina, con el objetivo de lograr la finalización de los estudios secundarios a
personas mayores de edad en un total de tres años. El mismo en su programa curricular
tiene dos orientaciones: Economía social y ciencias sociales orientadas a políticas
públicas.

El Plan propone un marco pedagógico educativo de carácter popular, es decir, construir


el proceso de aprendizaje teniendo en cuenta la historicidad y saberes previos del
estudiante.

66
En su mayoría el plan se ha implementa en barrios periféricos de distintas partes del
país, con el objetivo de llegar principalmente a las poblaciones históricamente más
postergadas, por este motivo, el desafío del cuerpo docente es doblemente importante,
ya que no solo es una de las metas que los estudiantes finalicen sus estudios, sino que el
espacio se constituya como ámbito de contención y deconstrucción ante diferentes
situaciones por las cuales los aprendices se encuentran atravesados.

La educación de adultos es una acción reparadora de una injusticia temprana.

Tensiones ¿Cuál es la especificidad de la técnica del debate en el marco de una


práctica educativa?

El marco determina la práctica: la práctica educativa siempre es intencional, el docente


tiene una posición ética respecto de los contenidos que transmite.

La técnica del debate utilizada en el marco de una práctica educativa, que siempre es
intencional, corre el riesgo de verse afectada por cuestiones propias del dispositivo.

El dispositivo pedagógico genera un marco que, por su origen histórico ligado a la


necesidad disciplinaria propia de la fundación de los Estados Nación, imprime una
fuerte impronta sobre las prácticas que en su seno se den.

Aun cuando el docente se proponga establecer una dinámica lo más flexible posible a la
cualidad de los intercambios que se dan en el aula entre los alumnos y de éstos con él
mismo, la práctica de enseñanza no es nunca una acción neutral en tanto siempre tiene
como horizonte la transmisión de unos determinados contenidos de saber o de saber-
hacer en el marco del respeto a principios éticos fundamentales.

Es en este sentido que el uso de la técnica del debate en el espacio del aula obliga a la
puesta en marcha de estrategias para la superación…

Se produce inevitablemente una tensión entre tales características directivas del


dispositivo pedagógico y la idea de que el debate sería una práctica sobre la cual no se
interviene sobre los contenidos a los fines de que el propio proceso de intercambio sea
el que modele los discursos.

Dicho de otro modo el lugar desde donde opera el docente, es lógicamente


contradictorio con la dinámica del debate.

La tensión: mientras que en la práctica de enseñanza lo que adquiere relevancia son las
ideas por sobre formas de argumentar, en el debate es el buen uso de la argumentación
lo que adquiere importancia sobre las ideas. Es tarea del docente que usara la técnica del
debate saber conciliar dos dispositivos que a primera vista tendrían objetivos distintos.

Existen contenidos curriculares posibles de ser transmitidos mediante estrategias


didácticas de corte tradicional (clase expositiva, clase magistral). Si bien los efectos de
aprendizaje en relación a tales contenidos podrían ser cuestionados es cierto que el uso y
costumbre las sostiene como válidas. En este marco la medición del éxito dependerá del
resultado esperado del proceso.

67
Como dijéramos más arriba existen otros contenidos cuya apropiación por parte de los
estudiantes no puede darse sin mediar un proceso de deconstrucción de las nociones
previas que los mismos sostienen al respecto. Tal proceso de deconstrucción conlleva
necesariamente el análisis de la implicación en tanto la subjetividad se encuentra
comprometida en tales saberes previos. Solo así la aprehensión de los contenidos nuevos
es posible.

Tales contenidos suelen estar referidos a temáticas que resultan sensibles a la


construcción de la subjetividad. En el caso de estos contenidos las estrategias didácticas
tradicionales no resultan efectivas para generar tal proceso de deconstrucción.

Es en este sentido que la técnica del debate se instituye como una herramienta valiosa en
tanto propicia como lo destaca el libro “Tolerancia crítica y participación activa”
(Bonomo, Mamberti, Miller, 2010) en relación al debate como proceso esencialmente de
aprendizaje, colectivo.

“Podemos entonces entender el debate como una forma para cuestionar al conocimiento
tal y como está en el presente, o en otras palabras para deliberar el estado de las cosas,
de las creencias, cosmovisiones y sentidos comunes que sirven de contexto a nuestro
pensamiento”.

Tanto más en el caso de educación de adultos, donde es necesario al momento de


abordar temáticas de sensibilidad social, tener en cuenta los saberes previos que los
estudiantes adquirieron, como así también el recorrido histórico y vivencial que da lugar
a las posiciones y subjetividades sobre temas a debatir.

Por supuesto que el marco teórico de referencia es la relación que establece Freire entre
pedagogía y liberación. (FREIRE, 1970) “Los alumnos no son tablas en blanco (tabula
rasa) como lo afirmaba Locke en su Ensayo Sobre el Entendimiento Humano”.” Cada
estudiante es un universo de conocimientos previos, experiencias, modelos mentales,
actitudes, expectativas y aspiraciones, tan individuales como complejos”. Freire indica
que ¿por qué no aprovechar esos saberes previos de los estudiantes para enriquecer la
enseñanza?

“La objetividad de los objetos se constituye en la intencionalidad de la conciencia, pero


paradójicamente, esta alcanza en lo objetivado lo que aún no se objetivo: lo objetivable,
por lo tanto, el objeto so es solo objeto, sino al mismo tiempo problema: lo que está
enfrente, como obstáculo e interrogación”.

“En la dialéctica constituyente de la conciencia, en que ésta se acaba de hacer en la


medida en que hace al mundo, la interrogación nunca es pregunta exclusivamente
especulativa: en el proceso de totalización de la conciencia, es siempre provocación que
la incita a totalizarse”. El mundo es espectáculo, pero sobre todo convocación. Y, como
la conciencia se constituye necesariamente del mundo, ella es pues, simultanea e
implícitamente, presentación y elaboración del mundo”

Para seguir pensando: tensiones

68
(La educación debe a la vez generar homogeneidad y libre pensar)

Nunca se produce en el vacío, siempre a partir de lo ya pensado… el problema no es ese


sino pensar que la Verdad existe como una sustancia independiente de las condiciones
en las que se produce. Como verdad revelada. Los ya pensado debe convertirse en la
base sobre la cuál pensar otra cosa, variar, cuestionar, negar lo ya pensado. Es decir la
verdad no existe como tal sino que es un efecto de enunciación, es decir de quién o
quienes lo dicen más de qué dicen...

Bibliografía

ALVAREZ, K. (2012) “La paradoja transgénico. Interceptaciones entre salud mental,


discurso jurídico y sexo” Inédito

BONOMO, MAMBERTI, MILLER, (2010) Tolerancia crítica y ciudadanía activa, New


York, International Debate Education Asociación.

FOUCAULT, M. (2008) La arqueología del saber. Buenos Aires: Siglo XXI.

FREIRE, P. (1970) Pedagogía del oprimido. Buenos Aires: Siglo XXI Editores.

LOURAU, R. (2001) El análisis institucional. Buenos Aires: Amarrarte Editores

69
Nota del Editor:

Este documento se encuentra acompañado de un soporte audiovisual que puede ser


consultado en el siguiente enlace: http://www.youtube.com/watch?v=gQmdLo-FXuc

Introducción

"La pedagogía del oprimido, como pedagogía humanista y liberadora, tendrá, pues, dos
momentos distintos aunque interrelacionados. El primero, en el cual los oprimidos van
descubriendo el mundo de la opresión y se van comprometiendo, en la praxis, con su
transformación y, el segundo, en que una vez transformada la realidad opresora, esta
pedagogía deja de ser del oprimido y pasa a ser la pedagogía de los hombres en proceso
de permanente liberación”. Pedagogía del oprimido de Paulo Freire.

Este video presenta una investigación etnográfica que da cuenta de diferentes voces de
la comunidad donde nos desempeñamos. Intenta dar cuenta que el saber lo tiene cada
ser humano y debemos ser capaces de escuchar y aprender del otro.

Las políticas públicas, educativas y de la juventud a lo largo de nuestra querida


Latinoamérica, promocionan pero no impulsan el debate, la oralidad, la participación
real.

“Una educación de calidad hace muchas veces la diferencia, entre un mundo de


oportunidades y una vida de frustración“. Sebastián Piñera, Presidente de Chile 2011.

Esta frase entra en contradicción con aquella representación pública que dieron los
estudiantes chilenos en 2011, utilizando la canción “Thriller”11 . Las imágenes del “flash
no” con jóvenes zombis, intentan una respuesta al presidente: la educación chilena ya
era para muchos una “muerta en vida”, devastada por los negociados y la política
neoliberal vigente.

11
«Thriller» es una canEción grabada por el artista estadounidense Michael Jackson, compuesta por Rod
Temperton y producida por Quincy Jones. Es el séptimo y último sencillo de su sexto álbum de

70
estudio, Thriller. Se lanzó el 23 de enero de 1984 a través de Epic Records.
Entender que las representaciones sociales funcionan muchas veces con elementos que
nos limitan al prejuzgar de manera inconsciente y así, dar consentimiento a muchas
cuestiones de la vida que si la analizáramos, no lo aceptaríamos.

Ahora bien, si los jóvenes van desmitificando las representaciones sociales, va


reconstruyendo creencias y espacios de poder y por supuesto, creando otros más reales y
humanos.

Me sigo preguntando ¿Por qué las políticas públicas nacionales para los jóvenes solo
hay programas saludables, de desarrollo cultural y artísticos, de participación pero
llamativamente utilizan el voluntariado para ellos?

La utilización de un extracto del popular programa “La venganza será terrible” de


Alejandro Dolina12 intentamos expresar el “falso” interés adulto por la juventud,
sobredimensionado la cuestión de la necesidad de “insertarse” en el mundo laboral
actual, manifestando un alto grado de desconocimiento de la realidad joven, tal como
parecen tenerla aquellos que impulsan la modalidad de voluntariado juvenil.

Podríamos preguntarnos ¿Cuántos adultos trabajarían de esta forma, voluntariamente,


sin cobrar por su trabajo? ¿Es que los gobiernos entienden que los jóvenes no necesitan
realizarse laboralmente? ¿Que no necesitan cubrir sus necesidades básicas? ¿Será que
los jóvenes no necesitan vivir de manera autónoma o formar su familia?

Esto nos lleva a los últimos estudios sociales, que nos hablan de adolescencias largas,
juventudes interminables, muchachos “eternamente niños” que necesitan ser mantenidos
por sus familias, aún superados los 20 años, por no conseguir un trabajo que le permita
mantenerse fuera del hogar familiar.

¿O acaso será que los adultos no dejamos el espacio donde un joven sea un trabajador
formal, con todos sus derechos y obligaciones?

¿Qué piensa usted de los jóvenes? ¿Cómo ve usted a los jóvenes?

Según la entrevista realizada a Lorenzo Breve, (comerciante y Presidente de la


Asociación Museo Municipal de Allen), ciudadano comprometido con nuestra
comunidad, los jóvenes, en los cuales él pone todas sus esperanzas, son víctimas del
“ocultismo” imperante en la sociedad que no les permite desarrollarse por no confiar en
ellos a pesar de la gran responsabilidad que todos los jóvenes tienen con el futuro:

12
La venganza será terrible es un programa de radio de humor y reflexión argentino, creado y conducido
por Alejandro Dolina desde 1993, continuando al mismo programa aunque titulado de diversas maneras,
siendo su nombre desde 1985 a 1991 Demasiado tarde para lagrimas, y El ombligo del mundo durante
1992. Es considerado por los aficionados de la radiofonía como un programa de culto. En 2013 cumple 20
años en el aire de manera ininterrumpida.
http://es.wikipedia.org/wiki/La_venganza_ser%C3%A1_terrib le

71
“yo tengo una visión muy especial de la juventud, además de estar con ellos trato de
entenderlos, hay una sociedad intolerante a cerca de la juventud, es más, hay una
especie de tendencia de estigmatizar a la juventud y hacerla responsable de todos los
males de la humanidad. Cuando en realidad los actos de la juventud están siempre en
relación directa con los actos de la gente adulta. La juventud tiene una responsabilidad
tremenda en la formación de esta sociedad ya que es en la única edad casi, que se le
permite de alguna manera ser irreverente con las cosas malas que ellos ven y que
pueden expresar; así que yo tengo una gran esperanza, porque además no hay otra
posibilidad que no sea confiar en ellos, a pesar de todas las cosas que dicen de ellos,
que roban, que se drogan, digamos que ellos son casi víctimas de esta situación, vos
escuchas que dicen : vos sus muy blandos los jóvenes tienen toda la culpa, son los que
roban son lo que matan, cuando vos ves que en la sociedad los mayores crímenes, los
más atroces no los cometen, precisamente los jóvenes, los cometen los grandes. Yo
confió en esta juventud a pleno, yo fui joven, todos fuimos jóvenes y aquellos que
juzgamos a los jóvenes, a nuestra edad, deberíamos tener buena memoria y ver que
hacíamos nosotros cuando éramos jóvenes.”

La juventud no es una etapa y puede ser entendida como una cuestión actitudinal pues
mantener una “actitud joven” nos permite, al llegar a adultos, comprender y estimular a
las nuevas generaciones. Tal vez, no lograr tener dicha actitud nos lleve a mirar a los
jóvenes despectivamente, con amnesia y egoísmo generacional. ¿Será esto la razón de la
estigmatización de los jóvenes? ¿Será esto lo que nos impide escucharlos?

“¿Ser joven? La edad no existe… es como “eterno”… ella es jov en –señalando a su


bebé en brazos- mi abuelo es joven”. Entrevista a una pareja durante el recital BA Rock
1970.

A lo largo de estos últimos 50 años en Sudamérica, las dictaduras acallaron voces,


fueron silenciando a las personas de diferentes maneras y se hizo carne el silencio frente
a las injusticias. Las nuevas democracias heredaron el silencio que aún quieren imponer
los que fueron jóvenes durante aquellas dictaduras atroces. Con la excusa de “cuidarlos”
la palabra es escatimada a los jóvenes de hoy como si aún viviéramos en tiempos de
mordazas. La sociedad continuó contribuyendo al silencio desde las distintas
instituciones que contienen y que muchas veces dicen trabajar para ellos. Las escuelas,
ámbito fundamental para el estímulo de la oralidad, han dejado demasiado espacio a la
censura de la espontaneidad joven y con ello ha impedido que se desarrolle la oralidad
como actividad primaria de los seres humanos para comunicarse, formar vínculos,
aprender... La escuela debe volver urgentemente a trabajar con ahínco para que ellos
enriquezcan su vocabulario para así poder argumentar, discutir, denunciar, participar…

¿Es necesario promocionar el desarrollo o el enriquecimiento de la oralidad en la


juventud o insistir sobre ello?

“La oralidad, la expresión de la palabra hablada, es la forma más elemental y original de


producción del lenguaje humano. Es independiente de cualquier otro sistema, existe por
sí misma y se diferencia de la escritura, estructura artificial que no existiría sin

72
expresión oral: el lenguaje es un hecho social que permite adquirir costumbres,
creencias, historias propias y comunitarias, la relación con otros, la trasmisión de
experiencias y saberes. Tal comunicación genera relaciones humanas, configura
sociedades humanas con identidad y cultura propias”. Graciela Vega (Profesora en
Historia) manifiesta en la entrevista el valor de la oralidad.

“Como profesora de Historia… entiendo que la vida cotidiana es el espacio donde se


desarrolla la Historia, así, entiendo también que la historia sin comunicación no se
desarrolla y que sin discurso, de alguna manera, la historia se aburre. Como docente
creo que es la escuela el ámbito que fundamentalmente se debe desarrollar la oralidad,
sin embargo en la escuela secundaria, lamentablemente, los métodos, la forma
tradicional de estructura en la que se desarrolla una clase, está pensada para que el
docente exponga frente al alumno, sea, de alguna manera, el que manifiesta el saber y
que además el que da la posibilidad de hablar al alumno. Es decir, sin que el docente lo
permita, el alumno no habla y de alguna manera no se otorga, no se le da herramientas
al alumno para que pueda expresar lo que piensa, decir lo que siente, exponer, hablar.
La escuela, generalmente, trabaja con la metodología de trabajos prácticos y lo que más
se escucha, en la escuela, en definitiva, es: “Hagan silencio”

“Un aspecto complejo de las propuestas de participación de los jóvenes es el riesgo de la


simulación, construir una participación aparente (Ball, S. 1989) que sólo acentúa
la deslegitimación de la autoridad escolar.

¿Cómo diferenciar entre participación real y participación aparente?

Hay formas de participación que sólo sirven para hacer más presentable y reforzar el
statu quo. Por esto preguntamos:

¿Las políticas públicas están orientadas a favorecer la participación y expresión de


los jóvenes?
El Dr. Armando Gentili, quien ha sido funcionario público y dirigente deportivo, nos
dice:
“En primer lugar han cambiado los paradigmas y eso hay que ser claro en lo que ha
pasado en América Latina y sobretodo en Argentina, de procesos históricos gobiernos
de factor y los últimos treinta años que vamos transcurriendo de la democracia,
entonces hay cambio generacional y de paradigma y en eso está muy vinculado a un
proceso generacional que tiene que ver con la inmigración, la más grande que tuvo la
Argentina, después de la segunda guerra mundial prácticamente es la gente que vino a
desarrollar, a poblar, a trabajar, con valores x , que son los que trasladaron a cierta
gente, que es mi caso, de cierta edad y a partir de allí hay una nueva generación que
está marcada por los procesos democráticos en la argentina donde hay un choque o
una interrelación distinta entre estos conceptos valores y la participación que teníamos
y lo que tienen los jóvenes, los espacios, Antes había claros espacios de participación;
el club, la iglesia y el barrio”
Pensar que en la actualidad todas esas “seguridades” se fueron borrando a la luz de
las nuevas miradas, de la interculturalidad, donde las tecnologías llevan a la juventud a

73
comunicarse con diferentes espacios geográficos al segundo, donde cambiaron el club,
la iglesia, el barrio por el chat, internet, el cuarto. Sera interesante trabajar para
tratando de utilizar todos los espacios posibles para la expresión y la participación.

Nuestro video nos presenta distintos modelos de Política Públicas en Latinoamérica


orientadas a la participación juvenil, en especial en aquellos países en que los nuevos
gobiernos tienden a un modelo más progresista: Parlamento del Mercosur, participación
de los jóvenes en la Cámara de Diputados en Uruguay (Proyecto I), Secretaría para la
Juventud en Perú, etc.

¿Existen proyectos o programas que den cuenta de la participación aparente de los


jóvenes?

La profesora Mónica Abasto, directora de un centro de Educación Media nos responde


esta pregunta de la siguiente manera:

”La educación de la republica argentina fue considerada una de las mejores del mundo
y seguramente de Latinoamérica, las crisis del año 90, de principios de siglo XXI, las
crisis económicas fundamentalmente, modificaron mucho esta realidad, decayó la
capacidad de las escuelas, de dar respuesta a esta problemática, el reconocimiento de
los docente como profesional, crisis que fueron en detrimento de los salarios docentes,
de los recursos con que contaba la escuela, tanto humanos como materiales y
comenzaron a observarse en la educación ciertos defectos como la repitencia, como el
abandono, el desgranamiento de los jóvenes, muy serio, muy profundo, por lo que desde
el estado se generaron ciertas políticas, programas de mejoras, programas
socioeducativos, planes de mejoras, brindan básicamente, ciertos recursos económicos
a las escuelas, para que las escuelas den respuesta a algunas de estas situaciones.
Firmemente si existieran otra clase de políticas que permitieran a las familias tener
otros ingresos, si hubiese transporte escolar de costo mínimo para los estudiantes u sin
costo no haría necesario este tipo de programas. Además de estos programas que
proveen recursos materiales, existen otros que proveen de fondos económicos para
acceder a docentes, profesionales de la psicología, talleristas, con diversas
formaciones, para, fundamentalmente, acompañar a los estudiantes en el trayecto de la
escuela secundaria. Estos recursos que por supuesto son importantes, porque le han
dado a las escuelas la posibilidad de ayudar a los estudiantes, de mantener
determinadas líneas de trabajo, en realidad son paliativos, no resuelven la situación de
fondo, evidentemente si tuviéramos policías públicas de mejorar los recursos laborales
de la familia, de mejorar las condiciones de los recursos de las escuelas, estos fondos
podrían destinarse a pensar en un escuela nueva, porque lo que estamos necesitando
hoy es una escuela nueva, una escuela que dé respuesta a los jóvenes, a los jóvenes de
hoy”

Desde las Políticas Educativas, por ejemplo, se propiciaron espacios desde la ONU, el
Parlamento juvenil o Crecer en democracia, Debate en la escuela y muchos otros

74
programas que solo son un compartimento estanco. La propuesta y participación termina
siendo aislada en las escuelas si no existe un docente comprometido y que, obviamente
acepte el voluntariado para propiciar el acompañamiento de los jóvenes participantes.

Desde el debate con formato, herramienta que defendemos y propiciamos desde el 2004
en Argentina hemos abierto el juego, llevamos mostrando estos beneficios a más de
2000 jóvenes y a algunos adultos, estos buscan continuar esta actividad pero las
políticas educativas imperantes no permiten la instalación del debate en la escuela
pública. Seguramente será porque los docentes ya no son jóvenes ni adolescentes y no
pueden trabajar en voluntariados, se requiere mucho más que ello para instalar esta
oportunidad en la escuela o Universidad.

Ante esto, ponemos en tensión una cuestión que desde hace algún tiempo esta discutida:

¿La escuela o la Universidad son las únicas que poseen el poder de garantizar la
adquisición y discusión del conocimiento?.

¿Piensa que los jóvenes tienen herramientas y espacios para debatir su


compromiso social?
Según el Vox Pop realizado, los entrevistados las respuestas fueron duales. Éstas son
algunas de ellas:

- “No creo que no, tienen muy pocos espacios y encima poco difundidos, me
parece que a nosotros nos falta compromiso con respecto a la juventud, a los jóvenes, a
lo que hacen los jóvenes, a la participación de los jóvenes”.
- “Yo creo que tiene espacios, pero los pocos espacios que tienen lo tienen por
entidades intermedias, yo creo que el estado tendría que darle más participación a los
jóvenes tanto como el estado municipal, provincial y nacional. Hace falta que haya un
área dedicada a la juventud, un área de desarrollo social con jóvenes que vayan viendo
las problemática juveniles, creo que hace falta que haya más espacios”.
- “Bueno, este, una pregunta que deberíamos hacérnosla todos, creo que no se
está dando espacio suficiente a los jóvenes habría que darle más difusión y brindar los
espacios necesarios para que se lleve adelante esto. No se está brindando”.
- “Sí, a mí me parece que sí, que los jóvenes tienen espacio, tiene lugares para
mostrar el compromiso pero me parece que el problema que tiene y que tenemos,
también los adultos, es que cuando queremos cambiar la realidad no nos escuchan, no
los escuchan esa es la realidad, no los escuchan”.

Conclusión

A modo de conclusión, si es que este tema la puede tener, los adultos tenemos que
luchar por espacios para los jóvenes que respeten sus derechos como los de cualquier ser
humano de cualquier edad. Que los adultos debemos defender y luchar para que
aquellos espacios naturalizados como desarrolladores de la palabra no pierdan ese
objetivo y que, fundamentalmente, como dice Nestor Kirchner, “que florezcan mil

75
flores”, esas flores jóvenes que traen, con sus participación activa (y creativa), el legado
de un mundo distinto, más tolerante y democrático.

Bibliografía

Martín Hopenhayn 2004 - Participación juvenil y política pública: Un modelo para


armar.
María Teresa Sirvent2 1998 - Participación y Múltiples Pobrezas.
Oscar Oszlak3 2009 - Implementación participativa de Políticas Públicas: aportes a la
construcción de un marco analítico. Cap. 1 Construyendo Confianza, Hacia un nuevo
vínculo entre el Estado y la Sociedad Civil. CIPPEC.
Guber, Rosana - La Etnografía. Método, campo y reflexividad. Edit. El Trobiades.
Frida Gisela Ortíz Uribe, La entrevista de investigación en las Ciencias Sociales
Farjat, Jorge Luis 2004 - Teoría audiovisual: el audiovisual como arte, extractos de la
teoría; Audiovisualogía: el audiovisual como arte y medio de comunicación:
identificación y codificación de la teoría del montaje en la selección iconográfica
[primer y segundo período del autor] Buenos Aires: Gráfica Integral.

76
I. JUECES, AUTONOMÍA Y DEBATE.

¿Qué es el Derecho? Para aquellos que hemos tenido el agrado de estudiar esta
disciplina jurídica pareciese ser una mala broma leer esta interrogante al inicio de un
artículo que pretende hablar sobre Debate Competitivo. Y dicha reacción es más que
comprensible, pues, el esforzado estudiante de Derecho, después de haber leído una
gran cantidad de textos filosóficos que pretendían dar respuesta a dicha pregunta,
termina enterándose que no hay un argumento que pueda autoproclamarse como el gran
vencedor en la discusión sobre qué es el Derecho. Son tantas las posturas al respecto, y
tan disímiles unas de otras, que en búsqueda de una respuesta única y totalizadora no
hacen sino dejar al investigador con más interrogantes que al inicio de la travesía
intelectual que implica la exploración de la respuesta a esa pregunta. ¿Es el Derecho lo
mismo que la ley? ¿Es el Derecho “lo justo”? ¿Es el Derecho un poder? ¿El Derecho se
construye o se descubre? En fin, podría seguir y repletar las siguientes veinte páginas de
interrogantes afines, todas ellas con un alto grado de interrelación, pero no haría sino
llevarnos a más y más preguntas, y que sin duda siendo interesantes, lamentablemente
nos alejarían del objetivo de este poco pretensioso artículo.

Entonces, usted se preguntará ¿por qué diantres entonces el autor de estas líneas parte
formulando una interrogante de tal envergadura? ¿Quiere acaso contribuir
bondadosamente con la cultura general del lector que no se encuentra familiarizado con
el Derecho? La respuesta a esta última interrogante es negativa. Lamentablemente la
razón de por qué formulo la pregunta al principio del artículo no tiene fin altruista
alguno, sino que, por el contrario, es una consulta con una finalidad marcadamente
utilitaria, pues me sirve como punto de partida para desarrollar la idea que está detrás de
esta primera sección del escrito que he denominado “jueces, autonomía y Debate”.

Como le comenté anteriormente, hay diversas respuestas acerca de qué es el Derecho.


Sin embargo dentro de este conjunto de posturas, hay una línea de pensamiento sobre la
cual quiero llamar su atención. Este conjunto de ideas, escéptico sobre aquellas
respuestas excesivamente elaboradas, identifico el ser del Derecho con uno que no se
encuentra ni en las normas ni en la doctrina, sino que se halla en la gestión de los jueces

77
y operadores del Derecho En términos más simples, Derecho es lo que dicen los jueces
que es Derecho. Esta corriente se conoce con el nombre de realismo jurídico y tiene dos
vertientes. Por un lado se encuentra la escuela escandinava con Hägerström, Ross y
Olivecrona como principales exponentes, y por otro la norteamericana con Holmes,
Pound, Frank y Llewellyn, como principales impulsores.

Es sobre esta vertiente específica, la norteamericana, que quiero llamar su atención13 ,


¿Qué es lo que plantea este realismo jurídico? El realismo jurídico plantea que el
Derecho está en las sentencias judiciales. En efecto, la realidad del Derecho, su ser, para
los realistas norteamericanos es lo que los jueces hacen, no lo que dicen que hacen. Al
fin y al cabo, afirman, la decisión judicial suele orientarse primero por lo que el juez
considera correcto, y sólo después de eso busca adaptar su conclusión a normas o reglas
precedentes14 .

Esta corriente, crítica de las posturas filosóficas tradicionales acerca de la naturaleza del
Derecho, mira con recelo a la idea de denominar así a las reglas jurídicas, a las que no
hacen sino asimilar a ciertas pretensiones de política, bienintencionadas la mayoría de
las veces, pero que en caso alguno constituyen derecho a juicio de estos autores. Dirá
Llewellyn “[w]hat these officials do about disputes is, to my mind, the law itself”.15

Los realistas plantean que el juez, al tomar su decisión no sigue el antiguo silogismo de
Beccaria aplicando la premisa mayor normativa y la premisa menor fáctica,
subsumiendo una en la otra16 , sino que en muchas ocasiones, el juez llega primero al
resultado y posteriormente busca razones para su posición. La lógica no será relevante
en este proceso, pues en estos casos usualmente existirá más de una premisa mayor, y
habiendo diversas “escaleras lógicas” el juez escogerá aquella que le permita arribar a la
conclusión que le parece correcta17 . Reforzando lo anterior podemos citar a

Llewellyn, que señala “[a]s a judge –and a potent factor is his attitude– his conscience
conditions him. It is his job to decide which ladder leads to the just conclusion, or to
the wise conclusion– when he sees two clear possibilities”.

Independiente de la continuidad, crecimiento y desarrollo que haya tenido la escuela


realista norteamericana, y soslayando buena parte de las críticas que recibió (no quiero
hacer de esto un artículo de Filosofía del Derecho), quisiera llamar la atención del lector
recogiendo el análisis que hace el realismo sobre el comportamiento de los jueces, en el
proceso de toma de decisiones, pues constituye esto un punto de partida fundamental

13
Dejaremos de lado la escandinava no por carecer de relevancia sino por una cuestión de funcionalidad al
objetivo
14
del presente trabajo.
Botero, D. et al, “Hermenéutica jurídica: homenaje al maestro Darío Echandía”, Ediciones Rosaristas,
1997, Bogotá, Colombia, pp. 198 y ss.
15
Llewellyn, K. “The Bramble Bush: The Classic Lectures on the Law and Law School”, Oxford
University Press, 2008, Oxford, Reino Unido, p. 5.
617Botero D, supra nota 4, p. 199.
Trías, J. “Teoría de adjudicación”, Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 2000, San Juan, Puerto
Rico, pp. 206 y ss.

78
para este artículo. En efecto, el día de hoy la forma de decidir de cualquier ser humano,
incluyendo los jueces, no es una cuestión baladí, menos aún con la información que
cuenta el estudio científico psicológico y neurofisiológico del proceso de toma de
decisiones. No es casualidad que los grandes estudios jurídicos de diversos países estén
instalando departamentos especializados en la elaboración de perfiles psicológicos de
los jueces, perfiles que terminan construyendo una completa biografía de vida en la cual
se sabe la historia y preferencias familiares del juez, sus opciones políticas, sus opciones
religiosas, sus experiencias relevantes de vida, sus preferencias académicas, etc. El
estado del arte el día de hoy en lo que a teoría de la toma de decisiones compete, amerita
que la disciplina del Debate Competitivo inicie un riguroso proceso de revisión de las
herramientas con la que cuentan los debatientes para poder corregir la falibilidad de los
jueces en términos de imparcialidad. La falta de control de la posible parcialidad,
consciente o inconsciente, de los jueces de debate en estos momentos es preocupante si
consideramos que ésta es una actividad que busca reflejar una exigencia académica
digna de un profesional universitario en la resolución de conflictos intelectuales, y que
por otro, busca promover ciertos principios básicos en la realización de la discusión
pública18 .

Paradójicamente, los distintos sistemas judiciales han reconocido la falibilidad de los


juzgadores y han ofrecido a las partes intervinientes una serie de herramientas por
medio de las cuales pueden evitar enfrentar jueces parciales o relacionados con la
materia que se discute. A nivel judicial resulta impresentable, por ejemplo, que el juez
tenga un vínculo o interés contractual con alguna de las partes. Resulta impensable que
un juez no opte por inhibir su conocimiento del asunto si tiene un vínculo afectivo con
alguno de los intervinientes en el proceso. Digo paradójicamente pues, de manera
inaudita, en la práctica del Debate Competitivo la posible parcialidad de los jueces no
parece ser problema. Entrenadores que evalúan a sus propios pupilos, amigos
evaluándose entre sí, enconados adversarios evaluando a sus “enemigos”, personas con
un claro interés en el resultado de un debate o con una opinión férreamente formada en
el tema, ofician como jueces en el contexto de competencias oficiales sin reparo alguno,
algo que no sólo es impresentable pues es digno de un amateurismo poco serio, sino que
además pone con justicia un velo de sospecha y recelo sobre esta dichosa actividad que
practicamos. Este problema se agrava aún más si observamos que las organizaciones
tienen la tendencia a guardar con extremo recelo la información relativa a sus jueces y a
otorgar una nula capacidad de solicitudes de recusación. La excusa es usualmente que
no se puede partir de la premisa de la desconfianza hacia quien evalúa, sin embargo creo
que dicha postura no sólo encierra una simpática candidez, sino que además desconoce
los avances científicos que se han hecho en el estudio de los procesos de toma de
decisión por parte de los seres humanos al ponderar información.

Ahora ¿cuál es el rol de la autonomía del Debate en todo este derrotero intelectual? Tal
como señala el título de esta exposición se observa a la imparcialidad del jurado como

7
Para el autor estos son fines esenciales de la práctica del Debate Competitivo.

79
una garantía de autonomía en el desarrollo de la disciplina del Debate Competitivo. A
primera vista, pareciese ser que la pretensión de este artículo es baladí pues se da por
sentada la importancia de la imparcialidad del jurado para la disciplina del Debate,
especialmente desde el punto de vista de su autonomía. Sin embargo por lo visto
brevemente en párrafos anteriores ello dista de ser un elemento asegurado en la práctica
de nuestra disciplina el día de hoy. Y es así cómo surge el principal interés detrás de este
artículo, atraer la atención de la comunidad que gira en torno al Debate Competitivo al
riesgo que significa para la autonomía de la disciplina la carencia de controles sobre la
parcialidad de los jueces. En opinión de este autor se corre el riesgo “realista” de
transformar a esta disciplina en una en la cuál será considerado Debate aquello que
digan los jueces que es Debate, lo que resta seriedad al quehacer detrás de esta
actividad, haciéndole perder autonomía en su desarrollo dado que el ganador no será
necesariamente aquel que responda al contexto normativo discursivo sobre el que se
realiza este ejercicio, sino que se declarará triunfador a aquel que sea premiado con la
tómbola más favorable de jueces, supeditando el desarrollo de la disciplina del Debate
Competitivo a los criterios de un juez que no necesariamente será racional e imparcial,
sin posibilidad alguna de reclamo ex ante y ex post para sus intervinientes,
transformando al juez en rey y a los debatientes en bufones de la corte. Pero esta
pretensión podría encontrar una crítica aparentemente válida y me correspondió
dialogarla con algunos profesores de Debate con quienes discutí este artículo antes de
plasmarlo en papel. Podrán decir algunos que, lamentable o afortunadamente, el Debate
siempre dependerá de los jueces pues son ellos los llamados a dirimir quién es el
ganador y quién es el perdedor en esta actividad. A primera vista es crítica pareciese
tener asidero y el artículo carecer de relevancia, sin embargo considero que no se
sostiene por una eminente superficialidad, pues si bien es cierto que son los jueces los
que son llamados a dirimir el resultado de un debate, de ello no se sigue que la actividad
del Debate dependa de ellos. Es precisamente la intención del autor de este artículo
justificar la necesidad de dotar al debatiente de una serie de herramientas que le
permitan competir en igualdad de condiciones, lo que se traduce en una dependencia del
juez no sólo a determinadas reglas que garanticen la imparcialidad del mismo (o que al
menos eviten la presencia de jueces parciales), sino que además se refiere a una
subordinación estricta del juez a normas procedimentales vinculadas al concepto mismo
de Debate. No obstante, durante el desarrollo de este trabajo me enfocaré solamente en
el primer aspecto, el control de la parcialidad, pues en cuanto al concepto mismo de
Debate, reservaré dicha tarea para un análisis futuro, sin perjuicio del breve comentario
que haré a continuación.

El concepto de Debate es algo sobre lo cual no existe mayor discusión, no por existir un
consenso generalizado al respecto del ser del mismo, sino porque probablemente o no se
ha visto como un tema relevante o porque dada la diversidad de formatos existentes
resulta complejo aventurarse en una definición que logre dar cabida a todas y cada una
de las diferentes prácticas existentes que se denominan debate. En efecto, la mayoría de
las referencias conceptuales que se pueden encontrar en textos, manuales o sitios web de
asociaciones ligadas a la materia suelen esgrimir definiciones simples que usualmente
no hacen sino caracterizar la actividad conforme al formato que se debate, incluso, en

80
algunos casos, en vez de definir al debate se utilizan figuras retóricas para tratar de
explicar en qué consiste o por qué es relevante practicarlo 19 . Algunas asociaciones
además de definir al Debate, optan por incluir dentro de la definición los principios que
busca promover y proponer20 . Sin embargo si analizamos los diferentes formatos de
Debate existentes y las descripciones que realizan las organizaciones que lo practican al
promoverlo, es razonable concluir que existe una férrea vinculación entre el concepto de
Debate, los principios que busca promover y el formato por el cual se rige. Esto trae
aparejado una consecuencia muy importante, que es el efecto normativo del concepto de
Debate que se maneje21 . Por ejemplo tomemos la definición que la International Debate
Education Association (IDEA) da para el Debate

“Debate is a formal contest of argumentation between two teams or individuals. More


broadly, and more importantly, debate is an essential tool for developing and
maintaining democracy and open societies. More than a mere verbal or performance
skill, debate embodies the ideals of reasoned argument, tolerance for divergent points of
view and rigorous self-examination”22 . ¿Podemos afirmar que en un formato o torneo
con el concepto de Debate de la IDEA se requeriría probar la existencia de garantías que
son básicas para el mantenimiento de las democracias? ¿O deberían éstas presumirse
existentes por los jueces? O, en línea parecida sobre el punto que quiero abordar,
pensemos en la definición que da el Torneo de Debate Budapest Open que define a la
actividad de la siguiente forma “is a formal method of interactive and representational
argument. With its focus on logical consistency, factual accuracy, originality of
arguments and to some degree of emotional appeal to the audience, debating develops
the art of persuasion23 ”. Si esta es la definición de Debate que tiene la organización

19
Ver por ejemplo Snider, A., en “The code of the debater”, IDEBATE Press, Nueva York, EE.UU.,
2008, al responder la pregunta “What is Debate?”, señala que “Debate is about change. We are constantly
engaged in a struggle to better our lives, our community, our country, our world, and our future. We
should never be satisfied with the status quo—surely something in our lives needs improving.
20
Sólo a modo referencial se citan las siguientes definiciones que ejemplifican lo dicho en la totalidad del
párrafo: 1. “Es una técnica comunicativa basada en la confrontación de posiciones a través de
argumentos y evidencias. Sencillamente, una discusión sobre un tema elegido con la finalid ad de
convencer a alguien”, Liga Colombiana de Debate Competitivo y Oralidad. 2. “Debate is a formal contest
of argumentation between two teams or individuals. More broadly, and more importantly, debate is an
essential tool for developing and maintaining democracy and open societies. More than a mere verbal or
performance skill, debate embodies the ideals of reasoned argument, tolerance for divergent points of
view and rigorous self-examination”, International Debate Education Association. 3. “Debate is a formal
argument, in which two opposing teams propose or attack a given proposition or motion in a series of
speeches. It is governed by a set of rules, which permit interruptions or “points of information” by the
opposition. Debates can be judged by a panel of judges (competitive debate) or by an audience (show
debate)”, World Schools debating Championship. 4. “Debate is a formal method of interactive and
representational argument. With its focus on logical consistency, factual accuracy, originality of
arguments and to some degree of emotional appeal to the audience, debating develops the art of
persuasion. It also expands our understanding of different dilemmas and controversies in our society and
gives us a way of resolving our misunderstandings and conflicts in a peaceful manner”, Budapest Open,
Debate Tournament.
21
Lo que, al menos en teoría, debería orientar y limitar las facultades del juez al momento de dirimir el
resultado de un debate
22
Página web de International Debate Education Association . Revisada el 14 de febrero de 2013 en
http://idebate.org/about/debate/what.
23
Página web de Budapest Open 2013, Debate Tournament. Revisada el 15 de febrero de 2013 en
http://www.debatehungary.com/index.php?option=com_content&view=article&id=5&Itemid=105.

81
¿pueden los jueces de esta competencia valorar de manera decisiva aspectos discursivos
extra argumentativos en el resultado de un Debate? Un buen ejemplo del efecto
normativo del concepto (o “visión”) que se tiene del Debate es lo que sucede con el
Specific Knowledge en torneos organizados bajo el alero de la APDA, que señalan
claramente en su visión del Debate Parlamentario “Parliamentary debate is an off-topic,
extemporaneous form of competitive debate which stresses rigorous argumentation,
logical analysis, quick thinking, breadth of knowledge, and rhetorical ability over
preparation of evidence” y que en sus reglas se manifiesta de forma expresa “Although
debaters may break other rules, for example, the Government may run a specific
knowledge case, debaters do not need to bring up these violations on points of order.
These violations should be mentioned during a regular speech”. El tema da para un
extenso análisis, cualquiera que se disponga a asumir el desafío que implica la
conceptualización del Debate, y mejor aún, de los efectos normativos del concepto
mismo, será bienvenido y aplaudido, pues la tarea será ardua y no necesariamente con
resultados perentorios o satisfactorios.

II. ¿SESGADO? ¿YO?

El filósofo y neurocientífico norteamericano Sam Harris, en su obra más reciente “Free


Will”, después de analizar diversos estudios y resultados sobre el comportamiento
cerebral de forma previa a la realización de las conductas concluye lo siguiente: “The
intention to do one thing and not another does not originate in consciousness—rather, it
appears in consciousness, as does any thought or impulse that might oppose it… One
fact now seems indisputable: Some moments before you are aware of what you will do
next—a time in which you subjectively appear to have complete freedom to behave
however you please—your brain has already determined what you will do. You then
become conscious of this “decision” and believe that you are in the process of making
it 24 ”. En palabras más sencillas, Harris argumenta que las decisiones son originadas en
el inconsciente, el que posteriormente le representa al consciente la decisión y éste
último cree haberla tomado. ¿El problema? Uno fundamental: el inconsciente no es
susceptible de ser controlado por el ser humano, y en ese escenario ¿somos
efectivamente nosotros quiénes tomamos las decisiones? Si bien la recepción de esta
obra ha tenido tanto seguidores como detractores (entre sus principales apoyos podemos
encontrar a científicos como Richard Dawkins o Lawrence Strauss, mientras que dentro
de sus detractores destacan Daniel Dennnet y John Horgan) este tipo de estudios se
enmarca dentro de una corriente que ha hecho del proceso de toma de decisión un objeto
de estudio científico, abriendo un campo analítico que ha permitido conocer de mejor
manera cómo los seres humanos razonan al momento de decidir. Esto ha traído grandes
avances en diversos campos de investigación, desde la sociología, la estadística hasta
incluso la administración de recursos25 .

24
Harris, S. “Free Will”. Free Press. Nueva York. EE.UU. 2012. pp 20 y ss.
25
Ver, por ejemplo, Baron, R., “So Right It's Wrong: Groupthink and the Ubiquitous Nature of Polarized
Group Decision Making”, 2005; Korte, R., “Biases in Decision Making and Implications for Human
Resource Development”, 2003; Mossier, K., et al “Automation Bias: Decision Making and Performance

82
in High-Tech Cockpits”, 1998; entre otros.
Uno de los principales aportes que ha logrado el estudio científico del decision making
ha sido la adecuada identificación de los cognitive biases (sesgos cognitivos) en la toma
de decisiones por parte de los seres humanos. En términos sencillos estos sesgos son
alteraciones de la mente humana que usualmente operan de forma inconsciente y que se
traducen en una distorsión de la interpretación de la información26 .

Estos errores inconscientes en el manejo de la información se manifiestan de diversas


maneras, lo que ha llevado a una extensa clasificación y enumeración de los mismos.
Quisiera atraer la atención particularmente sobre aquellos que considero relevantes a la
hora de evaluar debates y que son los que ameritan un mayor control sobre los jueces al
momento de su designación.

Primero me referiré al sesgo de confirmación. El sesgo confirmatorio se traduce en que


frente a información que sustenta o rechaza una hipótesis el evaluador tiene la tendencia
a valorar de mejor manera la información que confirma la posición propia frente al
caso27 . Esto se da principalmente en aquellas situaciones en las cuales las hipótesis a
discutir representan un alto grado de relevancia personal para el sujeto que evalúa la
información28 . Un ejemplo muy interesante de cómo este tipo de sesgos puede afectar la
evaluación de argumentos se encuentra en un estudio realizado por Helen de la Cruz, en
el cual se le pidió a un grupo de filósofos divididos en ateos, teístas y agnósticos que
evaluaran la plausibilidad de argumentos que favorecían la existencia de Dios y aquellos
argumentos que se oponían a su existencia. El resultado fue que filósofos teístas
valoraban sustancialmente bien argumentos a favor de la existencia de Dios y de muy
mala manera aquellos argumentos en contra. Resultado inverso se dio con los filósofos
ateos, mientras que en los agnósticos se encontró un cierto equilibrio en la valoración29 .

Otro sesgo relevante para el desarrollo de este trabajo consiste en el denominado sesgo
de anclaje. Nos referimos al anclaje de la siguiente manera “Este proceso mental se
fundamenta en la realización de una estimación, por parte del sujeto, a partir de un
valor inicial (anclaje), que progresivamente ajusta a medida que obtiene información
adicional. Los múltiples estudios realizados acreditan cómo este procedimiento mental
da lugar a resultados diferentes, simplemente por el hecho de que se haya empezado
por un valor distinto. De lo anterior se deriva que, con frecuencia, la valoración inicial

26
“Cognitive biases are mental errors caused by our simplified information processing strategies. It is
important to distinguish cognitive biases from other forms of bias, such as cu ltural bias, organizational
bias, or bias that results from one's own self-interest. In other words, a cognitive bias does not result from
any emotional or intellectual predisposition toward a certain judgment, but rather from subconscious
mental procedures for processing information”. Heuer, R., “Psychology of Intelligence Analysis”, Center
for Study of Intelligence, 1999, p. 111.
27
Klayman, J., “Varieties of Confirmation Bias”, Psychology of Learning and Motivation, v. 32, 1995,
pp. 385-418.
28
McMillan J., “Auditors' Belief Revisions and Evidence Search: The Effect of Hypothesis Frame,
Confirmation Bias, and Professional Skepticism”, The Accounting Review, v. 68, No. 3, 1993, pp. 443-
465
29
Resultados pueden ser revisados en http://prosblogion.ektopos.com/archives/2012/02/results -of-the-
.html. Revisado el 13 de febrero de 2013.

83
ejerce una influencia indebida y desproporcionada sobre al análisis del sujeto, y
provoca errores que pasan inadvertidos para el propio interesado” 30 . En este sentido,
la decisión del evaluador de la evidencia depende mucho de si cuenta o no con un valor
referencial inicial respecto a la información que se provee en torno a la hipótesis que se
discute, pues en tal caso la evaluación de la evidencia tiende a ajustarse a dicho valor.

En tercer lugar quiero traer a colación el sesgo conservacionista (conservationism bias)


en la revisión de las creencias propias. Se explica de buena buena manera en las
palabras de Adam Corner “Conservatism in belief revision is a well-documented
experimental finding. In a variety of different contexts, people have been shown to
revise their beliefs more weakly than Bayes’ Theorem predicts that they should when
they encounter seemingly diagnostic evidence”31 32 . En palabras sencillas, las personas
tienden a revisar de menor manera sus creencias propias a lo esperable conforme al
Teorema de Bayes cuando se les presenta nueva evidencia.

Son diversos los sesgos que pueden afectar la evaluación argumentativa y la evidencia
propuesta a quien le corresponde evaluar, operando la mayoría de estos de forma
inconsciente, no siendo susceptible de control en la mayoría de las ocasiones. Si bien la
psicología cognitiva se ha preocupado de crear diferentes soluciones que mitiguen o
inhiban la presencia de estos sesgos, la mayoría de estas soluciones se inserta en
procesos de evaluación de evidencia que exceden con creces el lapso del que disponen
los jueces de debate para decidir. Esto último nos lleva inexorablemente a resolver la
necesidad de parcialidad o posibles sesgos en el control de jueces.

La cándida idea de que los jueces de Debate son y serán siempre personas calificadas no
susceptibles de parcialidad no resiste mayor análisis. En sistemas de evaluación de
evidencia, tanto judiciales como científicos, se han ido consagrando mecanismos que
permiten, al menos en teoría, mitigar las posibilidades de sesgos y parcialidades. En
Debate resta un largo camino por recorrer y resulta indispensable iniciar la elaboración
de criterios que den una respuesta a este problema.

30
Muñoz, A., “La influencia de los sesgos cognitivos en las decisiones jurisdiccionales: el factor
humano. Una aproximación”, Revista para el Análisis del Derecho, n° 2, Barcelona, 2011, p. 5.
31
bCorner, A., et al., “Conservatism in Belief Revision and Participant Skepticism”, Proceedings of the
32nd
32
Annual Conference of the Cognitive Science Society. 2010, pp. 1625 y ss.
Para una explicación sencilla del Teorema de Bayes recomiendo leer Delgado, P., “Teorema de Bayes:
Herramienta para la toma de decisiones”, Cuadernos contables, v.3 n° 17, pp 41 y ss.

84
III. Y ¿QUÉ DICE EL PÚBLICO?

Uno de los objetivos que me planteé en la elaboración de este artículo era recabar las
impresiones de los debatientes sobre la incidencia de la parcialidad de los jurados, las
experiencias personales al respecto y las soluciones que estimaban posibles en el supuesto
de considerarlo un problema.

El análisis se hizo en torno a tres preguntas generales, con sub preguntas particulares sólo
en la primera pregunta. Las preguntas fueron:

1. ¿Considera usted haber perdido algún debate por culpa de la errónea evaluación de un
juez o jurado?

Sub preguntas (aplicables sólo en el caso de respuesta afirmativa): a) ¿La errónea


evaluación se debió a falta de atención, inconsistente valoración de la evidencia,
razonamiento ilógico, parcialidad, u otra causa? (puede ser más de una). b) ¿Tuvo
posibilidad de reclamo posterior para la corrección del resultado? c) Si usted alega
parcialidad ¿cómo la identifica?

2. ¿Cuál o cuáles serían para usted garantías de imparcialidad del juez o jurado de Debate?

3. ¿Qué medidas considera permitirían un mayor control sobre la posible parcialidad de un


juez o jurado?

Los grupos analizados fueron tres. El primero correspondió a un grupo compuesto por
cuatro mujeres y cuatro hombres, entre catorce y diecisiete años de edad habiendo
participado en al menos diez debates cada uno. El segundo correspondió a un grupo
compuesto por cuatro mujeres y cuatro hombres, entre dieciocho y veintiún años de edad
habiendo participado en al menos quince debates cada uno. Finalmente el tercer grupo
estuvo compuesto por cuatro mujeres y cuatro hombres, entre veintidós y veintiocho años
de edad habiendo participado en al menos quince debates cada uno. La duración de las
sesiones de cada grupo no excedió de los treinta minutos.

Resultados primera pregunta.

Los integrantes de los tres grupos contestaron afirmativamente.

- Sub pregunta a): Primer grupo: El grupo identificó como causales prioritarias
la inconsistente valoración de la evidencia rendida en el debate con un 50% y el
razonamiento ilógico del juez con 25%. La parcialidad fue alegada por un 12,5% mientras
que el 12,5% restante señaló que se debió a la falta de experiencia del jurado. Segundo

85
grupo: El grupo identificó como causales prioritarias la parcialidad del jurado en un 50% y
la falta de credenciales del jurado en un 25%. El 25% restante identificó como causal la
falta de atención del jurado sobre determinados argumentos. Tercer grupo: El grupo
identificó en un 62,5% la parcialidad del jurado, mientras que un 12,5% señaló a la
inconsistente valoración de la evidencia. Por su parte un 12,5% lo identificó la falta de
calificación (credenciales) del jurado, mientras que el 12,5% restante se refirió a la
inconsistente valoración de la evidencia.

- Sub pregunta b): Primer grupo: El grupo en un 100% respondió negativamente.


Segundo grupo: El grupo respondió en un 87,5% que no mientras un 12,5% respondió que
sí corrigió el resultado numéricamente hablando pero no cambió la determinación del
ganador. Tercer grupo: El grupo en un 75% respondió que no tuvo oportunidad de
reclamo, mientras que un 25% señaló que tuvo lugar al reclamo, modificando el resultado
numérico pero no la determinación del ganador.

- Sub pregunta c): Primer grupo: La persona que alegó parcialidad lo identificó con la
cercanía de uno de los jueces con miembros del equipo contrario. Segundo grupo: Las
personas que alegaron parcialidad lo identificaron con vínculo entre el jurado y el
resultado, creencias personales del jurado y animadversión del jurado hacia el equipo
desfavorecido. Tercer grupo: Las personas que alegaron falta de parcialidad lo
identificaron con vínculos contractuales previos del juez con uno de los equipos
intervinientes, vínculos personales con uno de los equipos intervinientes, vínculos con el
resultado del debate, posturas ya predefinidas antes del debate, creencias religiosas del
jurado y creencias políticas del jurado.

Resultados segunda pregunta.

- Primer grupo: Las garantías presentadas por el grupo fueron tres: 1) La inexistencia
de vínculos afectivos entre jueces y equipos intervinientes. 2) Los jueces no pueden haber
estudiado en la institución que evalúan. 3) El capacitador interviniente en la fase
preparatoria del torneo no puede ser juez si sólo capacitó a uno de los equipos
intervinientes.

- Segundo grupo: Las garantías presentadas por el grupo fueron cuatro: 1) Que el tema
que se discute no tenga un alto grado de relevancia personal para el juez. 2) Que el
resultado del debate no signifique un riesgo para el trabajo o institución a la que representa
el juez. 3) La inexistencia de vínculos afectivos entre jueces y equipos intervinientes. 4) La
inexistencia de vínculos contractuales vigentes o previos con la institución que se evalúa.

- Tercer grupo: Las garantías presentadas por el grupo fueron diez: 1) Los temas que se
discuten no deben ser de alta relevancia personal para el juez.

86
2) Que el resultado del debate no signifique un riesgo para el trabajo o institución a la
que representa el juez. 3) La inexistencia de vínculos afectivos entre jueces y equipos
intervinientes. 4) La inexistencia de animadversiones entre jueces y equipos o integrantes
evaluados. 5) La inexistencia de vínculos contractuales vigentes o previos con la
institución que se evalúa (previos siempre que el vínculo contractual haya sido en el área
de la capacitación de Debate). 6) El juez no puede tener una postura claramente definida
respecto al tema. 7) El juez no debe manifestar preferencia o favoritismo por uno de los
intervinientes de forma previa al debate. 8) El juez debe estar calificado o contar con
credenciales para evaluar. 9) Cada juez debe fundamentar su voto. 10) Si algún equipo
perteneciente a la organización está involucrado en el debate, el o los otros equipos
involucrados deben tomar parte en la decisión que determina a los jueces participantes en
dicho debate.

Resultados tercera pregunta.

- Tres grupos: Las medidas propuestas por cada uno de los grupos son
enunciadas a continuación: a) Los debatientes deben estar en conocimiento de los nombres
de jueces intervinientes en los torneos de forma previa a su inicio. b) Los jueces deben
informar su currículum vitae a la organización, información que debe ser puesta a
disposición de los equipos participantes de forma previa al inicio del torneo. c) Los
equipos deben contar con el derecho de recusar un juez sin expresión de causa. d) Los
equipos deben contar con el derecho de recusar a un juez con expresión de causa
justificada. e) Los votos de los jueces deben ser razonados. f) Los votos de los jueces
deben ser preferentemente objetivados en pautas de evaluación con nota o puntaje 33 . g)
Debe existir un mecanismo de revisión o apelación extraordinaria de fallos de jueces 34 .

IV. DE CONCLUSIONES Y PROPUESTAS.

Un debatiente dedica tiempo y estudio en la práctica de esta bella disciplina que


denominamos Debate Competitivo. Como su nombre lo indica, al ser una competencia, la
recompensa de la victoria es sin duda uno de los elementos más importantes detrás de su
ejercicio. Sin embargo, los trofeos pasan, pero es el aprendizaje y el crecimiento personal
el que queda. Eso es algo que tanto profesores como debatientes debemos tener siempre

33
Tema planteado en el segundo grupo, no compartido en su totalidad por los participantes.
34
Tema altamente polémico planteado en el tercer grupo y discutido latamente. La amplia ma yoría del grupo
consideraba inicialmente que un sistema de revisión ex post era incompatible con las características propias
de la actividad. Finalmente se consensuaron controles ex post en casos de fraude comprobado o de errores
aritméticos, siempre que pudiesen cambiar el resultado de un debate.

87
presente. Por lo mismo, siendo una instancia de aprendizaje, resulta indispensable que la
rigurosidad de la disciplina vaya acorde a lo que los descubrimientos científicos nos van
indicando acerca del proceso de toma de decisiones de las personas, en especial aquellas
que son capaces de dirimir el resultado de un debate, porque, más allá de la victoria ¿qué
aprendizaje queda para aquel que haciendo todo bien no recibe el reconocimiento
académico de que lo hizo bien? ¿Cómo pretendemos enseñar si no somos capaces de
reconocer la falibilidad de aquellos llamados a evaluar el aprendizaje de los que
intervienen con dedicación en la disciplina?

Debemos crear un sistema de control de la posible parcialidad de los jueces, que nos
permita contar con torneos transparentes y fallos lo más acorde a lo que podríamos
considerar un “justo” procedimiento en la evaluación. Para esto último resulta fundamental
contar con jurados calificados en la materia35 , cuyo currículum se encuentre disponible a
todos los equipos de debate intervinientes en la competencia. A lo anterior debemos sumar
la posibilidad de recusación sin expresión de causa y otra con expresión de causa
debidamente justificada, lo que permitirá que los equipos puedan precaver un fallo adverso
debido a posibles parcialidades del jurado. En cuanto al control ex post del jurado me
declaro reticente, salvo los casos que muy bien fundamentaron algunos de los debatientes
que me correspondió entrevistar, creo que no es compatible un sistema de revisión por
parte de una instancia de apelación, con excepción de situaciones extremas como fraude,
error aritmético o evidencia maliciosamente falsa.

El control sobre los jurados es una necesidad imperiosa en estos momentos que garantizará
a los debatientes la posibilidad de evitar los problemas y reclamos usualmente conocidos y
que permitirán que el desarrollo del debate sea autónomo, sin reyes, santos ni beatos, sólo
entre personas que con mucho entusiasmo abrazan a la resolución pacífica y argumentada
de las disputas, reconociendo la posibilidad de error tanto para el que debate como para
aquel que evalúa.

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Group Decision Making”, 2005.

BOTERO, D., et al, “Hermenéutica jurídica: homenaje al maestro Darío Echandía”,


35
Ahora ¿qué entender por calificado? También es una materia digna de tratar. En mi opinión no por ser un
buen debatiente garantizas ser un buen jurado, ni por manejar un alto grado de conocimiento en materia de
Debate y argumentación serás un buen juez. Elementos como la comprensión auditiva, procesamiento de
información, un alto grado de cultura general, entre otros, son elementos básicos en un juez de debate. Pero
este es un tema que deberá tratarse en otro momento

88
Ediciones Rosaristas, 1997, Bogotá, Colombia.

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90
“La amplia aceptación de una idea no es prueba de su validez”

Aquel grito: “Tierra a la vista” que efectuó Rodrigo de Triana, en octubre de 1.492 dio
más tarde dio paso al descubrimiento de América, sin duda alguna marca un antes y un
después en nuestro continente, poco a poco, todo lo que era esa tierra, iba a ir quedando
atrás por la influencia que el viejo continente –Europa- nos traería desde la llegada de
Cristóbal Colón. El cambio fue rotundo, desde las costumbres, la forma de vestir hasta el
lenguaje. Desde la forma que comprendíamos al mundo hasta la forma en que nos
teníamos que organizar.

A su llegada los españoles se encontraron con una gran cantidad de culturas, a las cuales
intentaron unificar en base a la ‘costumbre’ española. Eso ha significado que en muchos
aspectos nuestro continente goce de cierta unidad. La unidad del continente americano
tiene su origen desde la conquista y la colonia, España y Portugal fueron las principales
colonias que tomaron la mayor parte de los territorios americanos, por lo que tienen una
unidad indiscutible en comparación con el resto de las colonias como Francia y el Reino
Unido; la herencia que dejaron estas colonias predominantes fueron el idioma, las
costumbres, religión y la organización de la administración del estado y la economía, pero
a pesar de muchos intentos esta unidad, los deseos internos de cada país, aquella mezcla
hispánica con la de cada pueblo originario no trajo muchos acuerdo como el de la
organización o un desarrollo parejo entre las diversas naciones. El proceso evolutivo de las
distintas sociedad latinoamericanas, no ha sido de forma pareja ni mucho menos uniforme,
un claro ejemplo de ello es el desarrollo económico que cada país ha tenido, los cual se ha
mantenido en un constante estancamiento y no poder superar el concepto de ’países en vías
de desarrollo’.

El tener que lidiar constantemente con las diferencias sociales, ha sido uno de los

91
principales problemas de América Latina, así como la constante inestabilidad en cuanto a
los gobiernos, lo cual ha sido patente en nuestro continente en los últimos cincuenta años,
Golpes de Estado, gobiernos que no terminan su periodo, renuncias o el populismo han
sido realidades con las que hemos debido convivir. ¿Qué tiene que ver esto con el debate?
Pues bien el enfoque del presente trabajo busca hacer un análisis de cómo el debate,
entendido este como una disciplina compleja –yendo más allá del debate competitivo-
puede tener alcances impensado en el perfeccionamiento de la democracia, de las
estructuras sociales y en gran medida enfrentar –si se incorpora como práctica habitual-
todos los problemas que en nuestra región se han vivido.

Para alcanzar un mayor entendimiento de este tema, en una primera parte se abordará; Qué
es el Debate. Entendiéndolo como una actividad compleja, no en cuanto a su dificultad
sino que a los distintos elementos que confluyen en su práctica y desarrollo. Entendiendo
para lo anterior desde sus orígenes a su ámbito práctico. Después se hará un repaso por lo
que ha ocurrido en nuestra región en los últimos cincuenta años en cuanto a los distintos
Gobiernos, para hacer un análisis del rumbo que han tomado estas democracias. Para
finalizar con un análisis personal de cómo la práctica del debate fortalece la democracia,
sus instituciones y puede mejorar lo que ocurre hoy en día en donde tenemos a: América
Latina: Una región sin Debate.

¿Qué es el debate?

El debate es una técnica comunicativa basada en la confrontación de posiciones a través


de argumentos y evidencias. Sencillamente, una discusión sobre un tema elegido con la
finalidad de convencer a alguien36 . El hecho de que sea una técnica que busque convencer
o afrontar posiciones mediantes argumentos, es lo que le da su inmenso valor, puesto que,
sitúa en un lugar de interés las ideas, los fundamentos. Si bien es cierto históricamente la
persuasión ha deambulado en una línea muy frágil sobre el cómo se convence. Esto nos
sitúa en una de los principales temas cuando nos exponemos a un debate, es el ‘Qué
decimos’ y el ‘Como lo decimos’ es decir: el fondo y la forma.

El fondo, se refiere al contenido del debate, es el tema en discusión y lo relacionado con lo


que se debate, las ideas, argumentos. La idea es que a través de una estructura lógica de
una serie de argumentos poder afirmar o negar una determinada tesis. Entre mejor lograda
esté la estructura lógica y la nexos causales entre argumentos y las conclusiones logradas,
más sólido termina siendo la forma de afrontar el debate.

Por su parte la forma – en el debate- se refiere al ‘como’ se realiza la entrega de cada

36
Liga Colombiana de Debate Competitivo y Oralidad. Importancia del Debate (
http://debatecompetitivo.org/el-debate/importancia-del-debate/)

92
intervención, de ahí que no de lo mismo la elocuencia, la oratoria y tantos recursos
kinésicos y del lenguaje que permiten cautivar a una audiencia, muchas veces hasta el
punto de persuadirla. En reiteradas ocasiones se ha visto grandes oradores con una riqueza
de lenguaje, con una gran expresión que son capaces de cautivar a cualquier audiencia,
convencerlos de que él –ella- tiene la razón37 , en nuestros días esto se puede asemejar a lo
que hacían los antiguos sofistas Los Sofistas fueron un grupo de pensadores e intelectuales
que se dedicaron a educar en el siglo V a.C. Enseñaban y formaban a aquellos ciudadanos
que aspiraban a alcanzar el éxito social y triunfar en la política. Su manera de educar
consistía en convencer mediante la palabra, aunque lo que se dijera no fuera siempre
verdad. Uno de los grandes detractores de los sofistas, fue el mismísimo Platón quien,
quien no compartía la práctica de convencer o persuadir –labor de los sofistas- a cualquier
precio, dentro de lo cual se incluía la opción de faltar a la verdad, o darle mayor
importancia a la forma versus el fondo.

Existen muchas variantes del debate como lo es el debate competitivo, el académico o el


político, todas estas se diferencias según sus reglas o finalidades, mientras que el debate
académico busca mejorar el desarrollo de un tema y el político sonar más convincente y
solido que los adversarios, el debate competitivo, por su parte y como su nombre lo dice,
se da en formatos de competencia en donde se debe mediante intervenciones vencer a
quien tiene la postura contraria, en esta arista del debate pone a prueba una serie de
elementos como la lógica y la capacidad de improvisación, puesto que gran parte de los
formatos que se practican hoy son bajo la modalidad de preparación breve es decir donde
cada postura se debe preparar en espacios de tiempo reducidos como treinta o quince
minutos. Es en este contexto del debate –el que quizás mayor desarrollo y conocimiento
tenemos- donde nuevamente se da la discusión que por ejemplo tenía Platón con los
Sofistas y es que, con poco tiempo de preparación muchas veces se apunta más o se le da
mayor importancia a aquellos elementos formales por sobre el tema de fondo como puede
ser la estructuración lógica mediante argumentos.

El debate, se debe definir como una disciplina compleja, puesto que, para su práctica
requiere el implementar una serie de herramientas, ya mencionamos la gran importancia y
relevancia de la lógica y la argumentación así como el fuerte impacto que tiene la forma
dentro de los debates, sin embargo, existen muchos otros elementos los cuales permiten
llevar a cabo un debate, como lo es el respeto, la tolerancia, la empatía y una de las
principales es entender que dentro de un debate lo que se enfrentan no son personas, sino
que, ideas. De ahí que, cualquier mención a características personales o del individuo no
procede.
37
En este punto hay que tener en claro que se está hablando del debate en un sentido genérico y
amplio del término como fue definido, no solamente del Debate Competitivo.

93
La tolerancia y el respeto son los elementos circunstanciales que permiten el desarrollo del
debate, la comprensión que el objeto de la práctica del debate es la confrontación de ideas
es lo que enriquece aún más las diversas variantes de esta disciplina lo que la hace tan rica
y con tantas ventajas. Si bien es cierto todo lo anterior son elementos del que deben
confluir para alcanzar un buen desarrollo del debate, son justamente los que más práctica y
dedicación requieren, puesto que, entre más respeto logremos por quien nos enfrentamos y
mayor sea la tolerancia respecto de sus ideas, de mejor manera podremos dedicarnos al
fondo del asunto.

¿Por qué ‘Una región Sin Debate’?

El título del presente es bastante sugerente y quizás chocante para quien lo lee, y es que
plantear a América Latina como una región sin Debate, cuando este mismo texto se da en
el marco de la Primera Academia Internacional de Debate en Español, puede sonar hasta
contradictorio, sin embargo, el objetivo de estas páginas es justamente ir más allá, darle un
enfoque distinto al debate y analizar qué es lo que ocurre en nuestra región que, a ojos y
percepción de quien escribe, hemos sido ‘una región sin debate’.

Los últimos cincuenta años han sido de muchos cambios a nivel global, de eso no cabe
dudas, y es que en esa época aun el hombre no llegaba a la luna y hoy la base de nuestra
comunicación y de la globalización depende de satélites. Cinco décadas atrás vivíamos
escenarios complejos, por ejemplo en gran parte de Europa y Estados Unidos se lidiaba
con las consecuencias del periodo post segunda guerra mundial, la guerra fría, con mucha
tensión y atentos a que el más mínimo conflicto podía desencadenar en una nueva guerra
de carácter globales, los cambios sociales fueron potentes y la rápida irrupción de la
tecnología y los medios de comunicación, hicieron lo suyo, dando señales de que es
posible alcanzar las más diversas cosas y el ser humano no tiene límites. Por su parte en
América Latina también en estos últimos cincuenta años se vivieron una serie de procesos
sociales y políticos –siendo justamente estos en los cuales hay que detenerse-. La
democracia se volvió inestable y tremendamente vulnerable, este fue un periodo de muchas
afecciones para nuestra región. Desde la década del sesenta han existido los más diversos
quiebres democráticos, gobiernos que no terminan sus periodos, totalitarismos, gobiernos
de facto y vulneración de los derechos humanos38 .

38
Hay que precisar que el tema de los Derechos Humanos, no será abordado dentro de estas páginas
ya que por sí solo, basta para muchas páginas de desarrollo, eso sí, se debe aclarar que desde la
década del noventa y tras una estabilización en cuanto a las democracias latinoamericanas, los
Derechos Humanos, adquirieron un valor y un respeto bastante potente, a nivel regional, en donde
en gran parte de los países donde fueron vulnerados, se han realizado juicios contra los implicados,
y se han buscado las medidas de resarcir los daños y se ha avanzado en una cultura de respeto que
ayude a evitar que a futuro se vuelvan a cometer dichos actos.

94
Tras largos periodos de estos gobiernos, se alcanzó una mayor estabilidad y consenso
respecto de la importancia de la democracia a nivel regional. Si bien es cierto esto ha
significado una fuerte evolución de los países a nivel regional, en donde se ha combatido
varios de los males que afectaban a la región, la democracia, sin debate – como se tratará a
continuación- ha ido dando paso a otros elementos como el populismo o el
sentimentalismo como elementos que guían el accionar político y determinan las
elecciones y los gobiernos.

Estos hechos o elementos comunes que han ocurrido en la mayoría de los países de
América Latina, en los últimos cincuenta años se deben justamente a la falta de Debate.
¿Por qué?

Si hacemos una extensión de los términos relacionados con el debate y lo llevamos al


plano político de los sistemas de gobierno, podremos encontrar algunas respuestas. Para
ello debemos extender los conceptos del debate y comprender el concepto y los alcances de
la democracia.

La democracia39 es una forma de gobierno en la que todos los ciudadanos tienen la


oportunidad de participar, por medio de un proceso electoral, para escoger libremente a
quiénes serán sus gobernantes (presidentes o parlamentarios). Estos gobernantes son las
personas que tendrán la responsabilidad de representar a los ciudadanos en la toma de
decisiones que afectarán la vida del país, tienes y por ello la importancia de su elección.

El actuar de los gobernantes debe regirse por lo que establece la Constitución Política y las
leyes, buscando siempre el desarrollo, la justicia, la paz, el mantenimiento del Estado de
Derecho y la mejores oportunidades para los ciudadanos.

La democracia como modelo de organización política en una sociedad está asociada a


varias condiciones; supone la existencia de pluralidad, diversidad, alternación en el
gobierno, independencia de poderes, gobierno de mayorías con respeto y garantías para las
minorías, entre otras, pero en este escrito quiero destacar la importancia del debate y la
controversia política como asociadas a la democracia. Si repasamos entonces lo ocurrido
en las últimas cinco décadas con los quiebres democráticos y la irrupción de gobiernos de
facto, nos presenta ante dos situaciones pro una parte es que estos Gobiernos, se obtienen
mediante el uso de la fuerza, lo cual viene generalmente antecedido a situaciones de

39
El término democracia proviene de la antigua Grecia, específicamente de Atenas en el siglo V
a.C. El término viene de los conceptos demos, que puede traducirse como «pueblo» y krátos, que
puede traducirse como «poder». Es decir se traduce como el poder que radica en el pueblo (que
tiene la posibilidad de escoger a sus representantes).

95
inestabilidad interna, en donde los países estaban fuertemente polarizados40 , y la
imposibilidad de llegar a acuerdos o romper mediante los canales formales, se llega a la
fuerza, ocasionando aún más problema, puesto que se suprimen derechos y las ideas de
contraposición no son permitidas, siendo más bien perseguidas.

Así como para poder llevar a cabo un debate se requiere como condición sine qua non la
contraposición de ideas o puntos de vista distintos sobre un tema en particular, sino, no se
puede llevar a cabo, en la democracia ocurre algo similar, sin pluralidad y diversidad de
opciones de Gobierno esta no se desarrolla, puesto que mientras las personas no tengan
distintas opciones y la posibilidad de escoger a sus representantes, no se desarrolla este
sistema. Es por ello que con gobiernos totalitarios, no cabe posibilidad de desarrollar
debate político alguno, puesto que, se impone mediante la fuerza una sola visión. A pesar
de que no existe opción a debate en estos tipos de Gobiernos cabe necesario precisar que,
la ausencia de debate en una dictadura es una consecuencia de estas, y que la dictadura a su
vez es una causa de la falta de la enseñanza e incorporación del debate como una
herramienta de desarrollo social.

Las causas de la irrupción de estos gobiernos que abundaron en América Latina desde la
década del cincuenta41 , tiene directa relación con la ausencia de la enseñanza del debate, la
posibilidad de defender ideas y posiciones mediante la palabra, el discurso y la
argumentación es un bien preciado que para América Latina en base a su historia resulta
necesario, el debate es una disciplina que permite combatir la falta de tolerancia respeto y
aceptación de ideas contrarias a las que uno o diversos sectores representan. El debate
ligado al fortalecimiento de situaciones sin duda hubiese sido un elemento que habría
podido frenar la proliferación de los totalitarismos, sin embargo la evidencia nos señala
que América Latina contaba con grandes tasas de analfabetismo y educación de baja
calidad, es decir una población sin educación, la proliferación de ideas de fuerza sumado a
vacíos o crisis institucionales, es en base lo que nos llevó a la realidad de los Gobiernos de
facto en América Latina. Una región sin debate, esa es la característica de nuestros últimos
cincuenta años.

El debate político, entonces, es algo fundamental en democracia, no sólo para que se


expongan los diversos puntos de vista y las distintas tesis, sino también para que se haga
control político de los gobernantes y de las instituciones en su funcionamiento y para que
se conozcan propuestas diferentes para manejar los asuntos públicos. Esto fue lo que ha

40
Polarización que en la década del sesenta y setenta no era una condición exclusiva de América
Latina sino que, era consecuencia directa de la Guerra Fría y la polarización mundial en base a dos
bloques fuertemente predominantes.
41
Salvo países como México, Jamaica, Bélice o Costa Rica, el resto de los países de América
Latina vivieron en mayor o menor medida de Gobiernos Totalitarios o Dictaduras Militares desde
la década del cincuenta al ochenta.

96
pasado en nuestra región al menos desde mediados de la década del noventa, sociedades
más empoderadas, en donde el impacto de los Medios de comunicación ha sido vital para
que más personas puedan acceder a la información, lo que, con la fuerte expansión de la
cobertura educacional –dispar por cierto dentro de cada país de la región- nos presentan un
escenario favorable. Sin embargo, en nuestra región, en los últimos tiempos a pesar del
supuesto fortalecimiento de la democracia debate empezó a desvirtuarse, porque sólo eran
consideradas aceptables las ideas y tesis que se situaban en la perspectiva de los grupos
dominantes en cada momento.

Esto se torna más relevante en la medida en que los medios de comunicación se vuelven
predominantes y si se quiere entramos a un período de lo que algunos han denominado
‘democracia mediática’, en la cual el nuevo escenario de la democracia ya no es la plaza
pública, sino la pantalla del televisor, las ondas de la radio, las páginas de los periódicos,
las revistas y las redes sociales. Pero igualmente esto empieza a generar una especie de
‘distorsión’ y es que los medios masivos de comunicación tienden a destacar lo que
consideran ‘noticia’ y esto es lo que es escandaloso, bravucón, atrevido y donde lo que
importa ya no es el debate de ideas sino las agresiones personales. La noticia,
supuestamente, es entonces lo que hace escándalo, más allá de si está o no soportada por
argumentos. Esto como sabemos ha llevado a la utilización de palabras con una carga de
agresividad y rayando el insulto, donde el debate se mimetiza en expresiones altisonantes y
efectistas.

Una de las críticas más comunes a la democracia es la que alega una supuesta ignorancia
de la ciudadanía acerca de los aspectos políticos, económicos y sociales fundamentales en
una sociedad, que la inhabilita para elegir entre las diversas propuestas. Esta ignorancia
haría que las decisiones tomadas por la gente fueran erróneas en la mayoría de los casos, al
no estar basadas en conocimientos técnicos. Sin embargo, los defensores de la democracia
argumentan que la ciudadanía no es ignorante, y achacan ese tipo de críticas al interés que
tienen las clases poderosas de anteponer el autoritarismo y la tecnocracia a los intereses de
la gente.

Este argumento suele ser esgrimido también por la clase política para descalificar los
resultados de referendos y elecciones legítimas y también en contextos en los que se
plantean reformas en busca de una profundización hacia formas de democracia más
participativas o directas que la democracia representativa. Por otro lado la clase política
puede ser quien promueva la ignorancia de la ciudadanía para lograr objetivos personales.
Para evitar esa circunstancia existen leyes que obligan a dedicar parte del patrimonio
gubernamental a proporcionar información a la población mediante los boletines oficiales

97
sobre las nuevas leyes o mediante la publicación de las sentencias sobre decisiones
judiciales, o mediante campañas a la población antes de celebrarse un referéndum, etc.

En cualquier caso, en todas las sociedades en las que es posible el debate público, se asume
que la democracia es el menos malo de los sistemas políticos, pues conlleva siempre una
cierta aceptación del gobierno por parte del pueblo al haber sido elegido por éste. Desde
los principios democráticos se considera que todo pueblo tiene derecho a equivocarse y
que siempre es mejor cuando el error es asumido como propio por la sociedad que no
cuando éste es culpa de unas pocas personas expertas, que podrían a pesar de todo
equivocarse, o incluso actuar según intereses políticos ajenos a la mayoría de ciudadanos.

Es por ello que el extremo contrario a los autoritarismos tratados anteriormente es el


populismo, en donde líderes carismáticos con mucha energía y un discurso sencillo
cautivan a las masas –el pueblo- generalmente bajo el discurso de ser comprender las
situaciones que las grandes mayorías viven (discurso que en una América Latina con
bastantes inequidades sociales son mucho más efectivos), siendo los casos más
emblemáticos actualmente, Rafael Correa en Ecuador, Evo Morales en Bolivia y Hugo
Chávez en Venezuela. Todos quienes llegaron a la presidencia por vía democrática pero
que al analizar sus discursos más que ser ‘las mejores opciones’ se asemejan más a los
antiguos sofistas, quienes logran cautivar a los electores persuadiéndolos de que voten por
ellos. Este extremo también se da en gran medida por la falta de debate, una sociedad que
no es instruida en la argumentación, la lógica (herramientas relacionadas con el debate),
será una sociedad que se deja llevar por las emociones, trabajo bastante fácil para aquellos
líderes carismáticos que ganan con grandes porcentajes, porque se presentan como la
panacea que trae la solución a tantos problemas, que luego se perpetúan en el poder y que
muchos de esos problemas no son resueltos.

A nuestra región le falta mucho para ser una sociedad crítica y completamente empoderada
y con las herramientas reales para poder discernir en lo que a la buena elección de sus
representantes se refiere, es por eso que hoy vemos una sociedad que toma vía alternativas
a las elecciones para manifestar sus descontentos, los cuales nuevamente son dirigidos por
líderes carismáticos, en donde prima la forma y los espacios comunes. Claro síntoma que,
a pesar de ir mejorando, de ir avanzando y que la democracia se ha ido consolidando en
gran parte de los países seguimos siendo; una región sin debate.

En momentos que seamos capaces de preocuparnos del fondo, de las ideas y de cuáles son
los mejores mecanismos para sacar adelante nuestra región es que podremos avanzar, de
forma equilibrada, ya que hoy, tenemos ciertos países que avanzan otros que se estancan y
lo peor, otros que retroceden. Mi visión es que a América Latina le falta debate, tanto la
discusión –el debate mismo- como todo lo que se relaciona con este, ya que con

98
argumentos, lógica, respeto y tolerancia, seremos testigos y exponentes de verdaderos
debates en nuestros países. Así podremos dar el paso de una sociedad observadora a una
participe. Pasaremos de una sociedad que opina a una que realmente debate,

Valoremos la democracia

A través de la historia de la humanidad, nunca ha existido la libertad de palabra sin un


gobierno democrático, de igual manera como no ha existido ningún tipo de gobierno
democrático sin libertad de palabra. Por lo tanto, la libertad de palabra tiene que ser
protegida para mantener el tipo de gobierno democrático del cual, con razón, nos
sentiríamos orgullosos.

De acuerdo con el periodista Walter Lippman, el debate tiene que formar parte integral de
dicha protección puesto que cuando no existe el debate genuino, la libertad de palabra no
funciona como debería. Ella ha perdido el principio que la regula y que la justifica —lo
cual quiere decir la dialéctica conducida de acuerdo con la lógica y las reglas de evidencia.
En caso de no existir un debate efectivo, el derecho de hablar sin restricciones va a desatar
tantos propagandistas, demagogos y agitadores, que el público más tarde que temprano, en
defensa propia recurrirá a la censura a fin de ser protegidos.

“Debido a que en ausencia del debate, el hablar sin restricciones conduce a una
degradación de la opinión. Las opiniones más racionales son derrotadas por las menos
racionales y las opiniones que prevalecerán serán aquellas que son mantenidas por
aquellos que tienen la fuerza de voluntad más apasionada. Es por esta razón que la
libertad de expresión no puede ser solamente mantenida al objetar a las interferencias con
la libertad de prensa o de la TV, radio o el cine. Ella puede ser mantenida solamente por
medio de incentivar el debate.”42

Si este argumento es aceptado, la historia claramente brinda grandes cantidades de


evidencias constructivas. De ello se deduce que los sistemas educacionales de nuestra
nación deben brindar tanto apoyo y capacitación de debate como sea posible. El hecho
fundamental, desde el punto de vista de esta discusión, es que si los programas
educacionales no emprenden un enfoque positivo para proteger esta libertad tan necesaria,
seremos testigos de un deterioro significativo de lo que nos queda de libertad de expresión.

La actividad de debate no solamente disemina miembros de la sociedad que están


capacitados en esta materia —que a fin de cuentas es el bastión de la libertad de
expresión—, sino que también lo prepara para asumir un rol de liderazgo en nuestro

42
Walter Lippman, “Our need for a public philosophy” The Atlantic, Abril 1955.

99
gobierno democrático, dejando definitivamente de lado la fuerza como un método válido
de presión. Hay que persuadir a los ciudadanos para que a través de la argumentación
promuevan cambios constructivos.

Por lo tanto, es obvio que el desarrollo de liderazgo en esa sociedad conlleva una relación
directa con el arte del debate. Uno se convierte en un líder al instar a la opinión pública a
que apoye un determinado curso de acción. Lidiando como uno lo debe hacer, con una
sociedad que siempre está cambiando, que evoluciona, sólo se puede esperar tener éxito en
una carrera de liderazgo si efectivamente se practica el arte del debate.

Hacia una Región que Debate

La segunda mitad del siglo XX para América Latina, no fue fácil, la fragilidad social, de la
organización de los Estados y la proliferación de tantos Gobiernos Totalitarios, sin duda,
fue algo que lo golpeó fuertemente, sin posibilidad de discutir ideas, sin espacios, cero
tolerancia ni respeto, estos gobiernos fueron un reflejo de un mal camino que venían
tomando los países de nuestra región, una vez dejado atrás esto y con un fuerte
componente social, la democracia se fue afianzando como el sistema imperante y deseado,
en donde nuevamente las personas tenían la posibilidad de manifestar sus intenciones y
escoger a sus representantes, sin embargo nuevamente la falta de una cultura de debate
realmente arraigado en nuestras sociedades ha dado paso al falso juego de la democracia en
donde han proliferado líderes carismáticos que hacen del populismo su bandera de lucha,
con discursos sociales, de paz y comprensión con el pueblo se han hecho de los votos.

La mirada puede ser crítica, sí. Pero no desalentadora, el diagnóstico está hecho y tiene
soluciones, no complejas, difundir el debate, debe ser la tarea. Lugares como las
Universidades y los Colegios, los torneos y las academias son los espacios que nos dicen
que vamos por buen camino, son estos espacios en donde se fomenta la integración, el
respeto, la tolerancia dentro del marco de la enseñanza de la argumentación y la lógica. Sin
embargo, aun el debate –especialmente el competitivo-no es una práctica masiva, por lo
que la labor de todos quienes disfrutamos y nos apasionamos por el debate, es dar el
siguiente paso, salir a difundir y enseñar debate, en más colegios, en más universidades, en
organizaciones y centros comunitarios, si hay algo que debemos sacar de enseñanza de
todo lo que la región ha vivido en los últimos cincuenta años es que hace falta el debate,
quizás no se solucionarán todos los problemas pero de que esta disciplina que entrega
tantas herramientas ayuda, lo hace.

América Latina sigue siendo una región sin debate, porque quienes lo practicamos somos
la minoría, el potencial y las capacidades están es por ello que debemos trabajar para que
en un futuro próximo podamos hablar de; “América Latina: Una región que debate”

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