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Director de colección: CARLOS ALVAR

Ilustración de cubierta tomada del Libro de Kells, Trinity College de Dublín.

© EDITORIAL GREDOS, S. A., 2001


Sánchez Pacheco, 85 -28002 Madrid
www .editorialgredos.com

© Selección y traducción:
ANTONIO RIVERO TARAVILLO

Depósito Legal: M. 13483-2001


ISBN 84-249-2293-X
Impreso en España. Printed in Spain
ANTIGUOS POEMAS IRLANDESES

TRADUCTOR
Antonio Rivero Taravillo

GREDOS
CLÁSICOS MEDIEVALES
INTRODUCCIÓN

La Irlanda antigua y medieval

Si hemos de creer a los bardos y tratadistas de la isla, relevos y


testigos de una larga tradición, la población de Irlanda procede de
colonizadores procedentes de España, los llamados hijos de Mil o
milesios, los cuales habrían llegado en una época no claramente
establecida pero anterior en varios cientos de años al comienzo de
la Era Cristiana. Ésta sería la última de las razas que ocuparon
Irlanda, tras una serie de invasiones de otros pueblos también
procedentes en su mayoría de la Península Ibérica y que
desaparecieron con la ocupación milesia.
La verdad histórica, sin embargo, no parece abonar esta tesis
que hasta el siglo pasado fue tomada por cierta. Lo más probable
es que la raza irlandesa primitiva fuera una mezcla de poblaciones
precélticas y tribus celtas venidas de la Galia y de Gran Bretaña.
La Irlanda céltica estuvo dividida en pequeños reinos más o
menos independientes entre sí hasta el siglo X, cuando cobró
fuerza la figura del ard rí o rey supremo de la isla. Estos reinos
formaban cinco grandes regiones o provincias -Ulster, Meath,
Leinster, Munster y Connacht-, que a menudo estaban
enfrentadas. La forma de vida era rural, con algunos fuertes
circulares dispersos, lo más parecido a un núcleo urbano que
durante siglos hubo en el país.
La ganadería era la principal fuente de riqueza de esta sociedad
bárbara y refinada a un tiempo, capaz de estremecer por su
salvajismo y de emocionar por su delicadeza. De la importancia
que para los antiguos irlandeses tenía el ganado da buena cuenta
el hecho de que la gran epopeya del país, la Táin Bó Cuailnge (El
robo de ganado de Cooley) gira en tomo a una contienda en la
que se enzarzan Connacht y Ulster por la posesión de las mejores
reses de la isla1.

1
Véase N. Patterson, Cattle-Lords and Clansmen: Kinship and Rank in
Early Ireland, Nueva York y Londres, Garland Publishing, 1991, y A. T.
De 795 es la primera incursión vikinga de la que se tenga
noticia2. A ella siguieron nuevos ataques y la fundación de
colonias y puertos. Dublín y Wexford, por ejemplo, son ciudades
cuyo embrión fue un asentamiento vikingo. Pero salvo la de las
ciudades, poca fue la huella que dejaron los invasores
escandinavos. El ocaso de su presencia en Irlanda puede situarse
en 1014, cuando en la batalla de Clontarf sufrieron junto con sus
aliados autóctonos un gran descalabro a manos del ejército del
famoso ard rí Brian Boru, quien murió a consecuencia de la
lucha. Desde entonces, más que temidos, los escandinavos fueron
pacíficos comerciantes. Finalmente, después de conquistar
Inglaterra, hacia 1170, llegaron los primeros normandos. A partir
de ese momento fueron muchas las cosas que cambiaron en la
isla, pero pormenorizarlas escapa al propósito de esta
introducción.
Hoy prácticamente ha sucumbido ante el aplastante avance del
inglés y de una civilización que lo favorece, pero en otro tiempo
el gaélico o irlandés fue el idioma de toda la isla (y esto, salvo en
algunas zonas, hasta no hace mucho), Se trata de una lengua
indoeuropea del tronco céltico, y dentro de éste -junto con el
gaélico escocés y el hablado en la Isla de Man-, de la rama
goidélica. A la otra rama, la britónica, pertenecen las tres restantes
lenguas celtas insulares: galés, bretón y cómico.
Durante los siglos que comprende esta antología, el irlandés
convivió con el latín en el seno de una clase culta como pocas en
la Europa de su tiempo. Irlanda, cristianizada según la tradición
por San Patricio (siglo V)3, enseguida vio un rápido florecer de
monasterios en los que se refugió el saber antiguo: el grecolatino
Lucas, Cattle in Ancient Ireland. Studies in Irish Archaeology and History,
Kilkenny, Boethius Press, 1989.
2
Un buen estudio reciente sobre el impacto escandinavo en la isla y las
mutuas influencias es C. Howard, R. Ó Floinn, y M. Ní Mhaonaigh (eds.),
Ireland and Scandinavia in the Early Viking Age, Dublin, Tour Courts
Press, 1999.
3
Véase L. M. Bitel, Isle of the Saints: Monastic Settlement and Christian
Community in Early Ireland, Ithaca y Londres, Cornell University Press,
190.
y el propiamente irlandés, pues el cristianismo supo convivir con
las tradiciones célticas como queda demostrado en el Acallam na
senórach (Coloquio de los viejos), donde se presenta al mismo
San Patricio deleitándose con las narraciones de los antiguos
héroes de los fíanna. De esta época y fruto de la labor de monjes
copistas son las magníficas obras que hoy pueden contemplarse
en la biblioteca del Trinity College de Dublín: el Libro de Kells y
el Libro de Durrow4. Igual que en el siglo IX la isla tuvo un gran
contacto, violento, con los escandinavos, que saquearon cuanto
estuvo a su alcance, dos centurias antes se dio una pacífica y
fructífera relación con la Península Ibérica. En Irlanda tuvieron
una pronta y gran acogida las Etimologías de San Isidoro, que
fueron consideradas el culmen del saber, hasta el punto de que es
fama que un manuscrito con la obra del santo sevillano fue
cambiado por otro que contenía una versión primitiva de la
mencionada Táin Bó Cuailnge5; La civilización irlandesa, al
menos como hoy la entendemos, estaba en su apogeo.

La poesía irlandesa

Kenneth Jackson señala como característica principal de las


literaturas célticas una sorprendente capacidad de imaginación y
un acercamiento a la naturaleza, a su exuberancia y colorido,
hasta entonces inédito en las literaturas europeas y casi nunca
después vuelto a alcanzar. Así sucede con la literatura irlandesa,
sobre todo en los periodos que los lingüistas denominan del
irlandés antiguo (hasta el año 900 después de Cristo) e irlandés
medio (900-1200), que son los aquí antologados.

4
Sobre el principal de los manuscritos iluminados irlandeses, véase F.
O'Mahony (ed.), The Book of Kells: Proceedings of a Conference at Trinity
College, Dublin, 6-9 September 1992, Aldershot, Scholar Press, 1994. Una
panorámica general, más enfocada en la transmisión literaria, es B. Ó Cuiv,
«Ireland's Manuscript Heritage», Éire-lreland 19/1 (1984), 87-110.
5
Dos artículos en los que se puede ampliar inforrnación son J. N. Hillgarth,
«Ireland and Spain in the Seventh Century», Peritia, 3 (1984), 1-16, y A.
Rivera Taravillo, «San Isidoro en Irlanda» Historia y vida, 245 (1989), 55-
60.
En la antigua literatura irlandesa, la prosa se empleaba para la
narración, mientras que para la expresión de emociones se
prefería el verso. Éste, especialmente el de temas seculares, se
halla muy a menudo intercalado entre pasajes en prosa, como
ocurre con la Táin Bó Cuailnge o con la deliciosa Buile Shuibhne
(La locura de Suibhne). No está claro, sin embargo, qué vino
primero: si la narración o las partes en verso. Según declara
Eleanor Knott, ese género mixto es relativamente tardío, y «en
algunos casos, la prosa parece poner más bien en relación los
largos pasajes métricos». Parece probable que en una literatura
oral, como la vernácula irlandesa, el verso constituyera un
elemento inmutable, y que la prosa, más elástica, se reactualizara
en boca de cada narrador6.
Los textos en verso anteriores al siglo VIII son por lo común
panegíricos, fórmulas mágicas o legales, listas genealógicas, etc.,
sin mucho interés hoy fuera de los círculos eruditos. Pero a partir
de esa fecha, y mediante el vehículo de una importantísima
innovación métrica, las composiciones fueron cada vez más
originales, se empezó a dar cabida al sentimiento lírico, y se
definió la personalidad de la poesía gaélica en la que fue su edad
dorada. No fue el cristianismo ajeno a este fenómeno: los metros
que empleaban los monjes en los himnos latinos, con cómputo
silábico y rima, llegaron a sustituir a las líneas irregulares y más
toscas del pasado. A esa nueva prosodia, Irlanda añadió generosas
dosis de un ingrediente nativo: la aliteración, que a diferencia de
la germánica (empleada por ejemplo en Beowulf) era libre y ajena
a sistematizaciones rígidas. También las formas de origen latino
fueron evolucionando según el gusto local, estilizándose y
haciéndose más complejas a imagen de las artes visuales célticas,
con sus entrelazados y espirales, o como la música, con esas
singulares vueltas y pliegues que inmediatamente hacen distinguir
una melodía tradicional gaélica.

6
Sobre la oralidad y la alfabetización en Irlanda, y no sólo en ella, véase H.
Pryce, (ed.), Literacy in Medieval Celtic Societies, Cambridge, Cambridge
University Press, 1998.
Las características formales de la poesía irlandesa altomedie-
val (características que se mantendrían a lo largo de siglos debido
al carácter conservador de bardos y filid) son las siguientes:
metros silábicos, identidad rítmica del último pie de un verso con
el de otro, y la rima, que se presenta tanto a final de verso como
internamente (la llamada aicill). Además está el ya citado empleo
de la aliteración. Todo esto hace que los poemas sean de un gran
virtuosismo técnico, sólo apreciable en los textos originales; no,
lamentablemente, en sus traducciones.
Aunque en la presente antología se ha optado por agrupar los
poemas en ocho apartados distintos que dan una muestra de la
riqueza de sus temas, atendiendo a su origen y al contexto en el
que se insertan las composiciones pueden ser englobadas en dos
grandes familias: los poemas monásticos y los poemas seculares.

Poemas monásticos

El siglo V, el de la caída de Roma en poder de los bárbaros, fue


también, paradójicamente, el del surgimiento de una Irlanda
cristiana que supo a su manera preservar la fe de la Iglesia y la
sabiduría antigua en medio de toda aquella turbulencia provocada
por la invasión de tribus paganas germánicas7.
Tras la conversión, un fenómeno de primer orden y distintivo
de la primera Iglesia irlandesa fue la aparición de numerosos
ermitaños que se retiraron a la vida apartada y en contacto con la
naturaleza, a veces áspera y dura, a veces edénica y deliciosa. Sus
descripciones son de primera mano, de alguien que sabe muy bien
lo que dice porque se trata de su realidad cotidiana. Así son
muchos de los poemas aquí recogidos, llenos de frescura y
apartados de toda convención, a lo que contribuyen una gran
economía expresiva y las rápidas pinceladas, casi impresionistas,
que a menudo recuerdan la concisión y poder sugestivo de
composiciones japonesas.
7
P. Ní Chatháin, y Michael Richter (eds.), Irland und Europa: Die Kirche
im Frühmittelalter. Irland and Europe: The Early Church, Stuttgart, Klett
Cotta Verlag, 1984.
En ocasiones hay un leve tono humorístico que contrasta con
el tema religioso. Otras veces sorprende la familiaridad de los
poetas con Dios, como sucede con aquel en el que Santa Íte da
muestras de una inusitada intimidad con Jesús. También hay
poemas que son perfectos epigramas, en los que hace presencia
una espiritualidad que frecuentemente estuvo en conflicto con
obispos y papas. Roma les quedaba pequeña a estos eremitas que
habitaban exiguas celdas pero que tenían toda la inabarcable
naturaleza para su adoración de Dios.
Hay que recordar que no pocos de los poemas monásticos
aparecen escritos en los márgenes de manuscritos cuyo contenido
no era precisamente poético: esto sucede con el titulado «El
escriba», que estaba copiado en la parte inferior de un tratado de
Prisciano, lo que da idea de que el poeta -el monje- lo escribió
espontáneamente en un momento de descanso entre estudio y
estudio. Igualmente es preciso decir que no todos los poemas de
origen monástico son de temática religiosa; también los hay de
simple añoranza o morriña (como muchos de los atribuidos a San
Columba), o cantos a la vida sencilla en la naturaleza.

Poemas seculares

Éstos son textos de muy diversa procedencia. La mayoría están


entresacados de narraciones mitológicas o relatos pertenecientes
al ciclo de los fíanna. Magia, amor, nostalgia por los tiempos
idos, sátira... he aquí los temas de estas composiciones que,
conviene recordarlo de nuevo, son de origen oral.
Con la llegada del cristianismo a Irlanda llegó también la
escritura y el alfabeto latino. Antes, es cierto, la clase druídica
había poseído un medio de comunicación escrita, el ogam,
prácticamente secreto, mágico, y del que apenas se han
conservado unas cuantas inscripciones; pero fue con los monjes
cuando, al tiempo que se copiaban evangelios, textos religiosos y
tratados en latín, comenzó a ponerse por escrito la rica tradición
de la isla. No se trataba, como en los poemas que hemos venido
en llamar monásticos, de la expresión del credo o las emociones
del escriba o de su círculo, sino de la transmisión más o menos
tamizada de la literatura anterior y contemporánea. Muy a
menudo, lo precristiano se imbricó en lo nuevos8.
La literatura épica irlandesa puede dividirse en cuatro grandes
grupos. El ciclo mitológico narra la llegada de las distintas razas
que poblaron Irlanda, el carácter sobrenatural de algunas, como la
de los Fomoré o la de los Tuatha Dé Danann, y las relaciones
entre los habitantes de éste y los del Otro Mundo, los herederos de
los citados Tuatha Dé Danann. El ciclo heroico o ciclo del Ulster
engloba los relatos sobre el rey Conchobar y su campeón Cú
Chulainn, los hechos que dieron lugar a la guerra entre los
habitantes de Connacht y los del Ulster y el desarrollo de esta
contienda. Luego está el ciclo de los fíanna o ciclo feniano, cuyos
principales protagonistas, Finn, Oisín y Oscar se harían
mundialmente famosos más de mil años después de su apogeo
merced a las traducciones espurias de James Macpherson.
Finalmente, el ciclo de los reyes recoge material más o menos
histórico relativo a monarcas o dinastías de época ya cristiana.
Por lo general, sorprende la escasa, por no decir inexistente,
intromisión de la nueva fe en el material pagano o relacionado
con las antiguas creencias, sobre todo si se piensa que, de no
haber sido por los monjes copistas, toda la literatura anterior se
habría perdido en pocas generaciones. Y cuando de una forma u
otra el cristianismo aparece en estas composiciones, lo hace de
forma no traumática, procurando la armonía con la tradición
vernácula, nutriéndose incluso de ella.
Es en estos poemas, en lo que de mágico y romántico tienen,
donde la poesía irlandesa ha alcanzado ese estado de gracia tan
admirado por muchos. También aquí es donde se hallan los
gérmenes de mucha literatura posterior, pues por más que se
aduzcan otras posibles fuentes para la leyenda de Tristán e Isolda
o el viaje de San Brandán (San Brendan de Clonfert), es cierto
que Díarmait y Gráinne y el Immra Braín están en la raíz de estas
obras, a las que preceden en el tiempo y de las que son un estadio
arcaico.
8
Véase M. Michael, «Classical and Secular Learning among the Irish
before the Carolingian Renaissance», Florilegium, 3 (1981), 118-157.
Esta edición

Desde finales del siglo XIX, y sobre todo en la primera mitad


del XX, los textos dormidos en sus manuscritos fueron
editándose, muchas veces con traducciones. Luego, algunas de
estas versiones cristalizarían en la obra original de poetas y
dramaturgos como Synge, Yeats, etc. Muchas son las fuentes de
esta antología, en cada caso reseñadas en las notas a los poemas.
En todo momento se ha partido de los textos en irlandés, siendo la
traducción que ofrezco siempre directa y, generalmente, cotejada
con la de los más reconocidos especialistas, de los que en algunas
ocasiones -pocas- me he visto obligado a disentir a la luz de
publicaciones posteriores, avances en la lexicografía, o
simplemente por ser diferente mi interpretación. En algún caso,
cuando de un poema poseía una o más traducciones inglesas pero
no su original, este poema ha sido deliberadamente omitido: creo
que en el campo de las literaturas celtas ya ha habido demasiadas
mixtificaciones como para añadir una más. En el caso contrario,
cuando no disponía de traducción con la que medir mis yerros o
aciertos (así con algunos poemas de Measgra Dánta), me he
aventurado solo, encomendándome a los héroes de antaño,
blandiendo unas armas poderosas y más necesarias, si cabe, que
en otros casos: diccionarios y glosarios, gramáticas y paciencia,
mucha paciencia y más amor.
Los traductores de poesía irlandesa al inglés suelen presentarla
de dos formas: o bien en estrofas equivalentes o parecidas a las
originales, con rima, o bien en prosa, en párrafos que van
cubriendo una a una las estrofas. Por mi parte he preferido la
traducción por líneas o versos, respetando así el alentar que es
propio de la poesía, y procurando que el resultado sea siempre
armonioso, aunque sin recurrir a la rima, que con casi toda
seguridad habría sido un lastre para el contenido. Sólo en un caso
he intentado una versión métrica, y esto porque esos versos se
prestaban extraordinariamente a la operación. Pero el heptasílabo,
que es el metro que más abunda en los poemas, es un verso que en
español, para decir lo mismo que en irlandés, exigiría grandes
violencias: se hace casi siempre necesario el suplemento de varias
sílabas. En cuanto a la ordenación de los poemas en diferentes
secciones, he de confesar que muchos de ellos podrían haber ido a
parar igualmente a otras partes de la antología: hay poemas
religiosos que podrían catalogarse como epigramas, y viceversa; o
poemas fenianos que podrían figurar junto a los de exaltación de
la naturaleza. No se trata de géneros tal como los entendemos hoy
día, sino de corrientes que a menudo entremezclan sus aguas.
He mantenido los nombres en irlandés, salvo aquellos más
conocidos en su versión inglesa o los que tienen equivalente en
español. Hay que tener en cuenta que estos poemas pertenecen a
diferentes siglos y han sido transmitidos por un buen número de
copistas, por lo que en algunos casos ha sido necesaria la
normalización ortográfica. No he traducido el latín (ut dixit, «así
dijo», cecinit, «cantó»), para conservar el contraste. Finalmente,
he preferido llamar a los poemas «antiguos» y no «medievales»
porque muchos, sobre todos los de carácter mítico, hunden sus
raíces en una época que es anterior a la Alta Edad Media, aunque
sea durante ésta cuando fueron escritos.
A Teresa Merino tengo que agradecerle la paciencia de todos
estos años, no sólo durante las largas tardes de traducción entre
librotes y revistas de apretada tipografía, sino también durante
nuestros dos viajes a Dublín y mis desapariciones interminables
en la sala de lectura de la Biblioteca Nacional de Irlanda, a la que
extiendo mi gratitud. A mi amiga Catriona Zoltowska, la apertura
de su doméstica pero impresionante (y más por la rareza de estar
en Sevilla) colección de filología céltica. También, cómo no, su
magisterio. Un trabajo de las características del que aquí he
abordado sería impensable sin el esfuerzo de muchos
predecesores en la transcripción, edición y traducción de los
manuscritos, en la lexicografía y la lingüística, en la historia y la
mitología. Cómo no recordar ahora las versiones que Marià
Manent publicó en La poesía irlandesa. Como dijo Juan Eduardo
Cirlot, gran admirador de las aliteraciones que adornan los
originales de estos poemas: «Horizontes, no existen, ni tan sólo
caminos. Únicamente hay estelas».

BIBLIOGRAFÍA SELECTA
La presente bibliografía es meramente orientativa y constituye
una introducción a la literatura y el mundo del que dan cuenta las
composiciones recogidas en la antología. Para el lector interesado
hay numerosos libros aparte de los aquí citados, así como
incontables artículos y ediciones de poemas en las revistas
Celtica, Éigse, Ériu, Études Celtiques, Revue Celtique y
Zeitschrift für Celtische Philologie. En atención al público al que
va destinada esta colección, se omite la bibliografía en irlandés y
se da prioridad a la que se puede encontrar en español.

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CRONOLOGÍA

ca 250 Época en que se ambienta el ciclo ossiánico, cuyo


protagonista es Finn Mac Cumhaill y sus fíanna o guerreros
itinerantes. La tradición quiere que algunos de ellos
sobrevivieron hasta los tiempos de San Patricio y le
transmitieron sus aventuras.
ca 415 Niall de los Nueve Rehenes es rey de Tara.
432 San Patricio llega a Irlanda.
ca 493 Muerte de San Patricio.
ca 521 Nacimiento de San Columba (Colum Cille).
546 Fundación del monasterio de Clonmacnoise por San Ciarán.
ca 550 Primeros manuscritos; comienzan a consignarse leyes por
escrito.
563 San Columba es condenado al exilio y funda el monasterio de
Iona en Escocia.
575 Asamblea de Druim Ceat, en la que San Columba interviene a
favor de los bardos.
597 Muerte de San Columba.
ca 650 Libro de Durrow, un manuscrito iluminado de los
Evangelios.
795 Primeros ataques vikingos.
807 Fundación del monasterio de Kells.
841 Una flota vikinga desembarca en Dublín.
ca 900 Libro de Kells, joya de los manuscritos medievales
profusamente iluminada. Recoge, en latín, los cuatro
Evangelios.
1006 Brian Boru alcanza la condición de ard rí, rey supremo de
Irlanda.
1014 Batalla de Clontarf, el 23 de abril, Viernes Santo. Brian
Boru, rey de Munster, derrota a una alianza de guerreros de
Leinster y vikingos, pero muere a manos de un fugitivo.
ca 1080 Libro de la Vaca Parda (Lebor na hUidre), que incluye
una versión primitiva de la Táin Bó Cuailnge, la gran
epopeya nacional, junto con otros relatos del Ciclo del Ulster,
además del viaje de Bran al otro mundo: Immram Brain.
ca 1150 Libro de Leinster, que contiene la Táin Bó Cuailnge,
además de una copia del Lebor Gabála y poemas
topográficos, tratados genealógicos y una impresionante lista
de los 350 relatos que todo poeta debía conocer.
1169 Comienzo de la invasión normanda.
1171 Enrique II Plantegenet en Irlanda.
1210 Sometimiento de los reyes irlandeses a la monarquía
inglesa.
1366 Estatutos de Kilkenny, por los que quedan proscritas las
costumbres irlandesas y la lengua gaélica entre los
anglonormandos.
ca 1380 Libro de Ballymote, manuscrito que contiene
importantísimos textos como el tratado lingüístico Uraicept
na nÉces, la compilación de poemas topográficos
Dindshenchas Érenn, la seudohistoria Lebor Gabála, y el
libro de leyes Lebor na Cert, además de una adaptación de la
Eneida.
1397 Comienzo de la compilación del Libro de Lecan (Leabhar
Leacáin), finalizada en 1418. Sus contenidos se solapan en
parte con los del Libro de Ballymote.
ca 1520 Libro del Deán de Lismore, compilado cerca de Perth (al
norte de Edimburgo), en el que además de los textos en
gaélico aparecen otros en latín y en dialecto escocés.
Contiene poemas bárdicos, de amor y ossiánicos.
1762 James Macpherson publica Fingal, An Ancient Epic Poem
in Six Books. El año siguiente, Temora. Si éste es el nombre
deformado de Tara, la capital mítica de Irlanda, aquél es otra
forma del nombre Fino. Supuestas traducciones, los poemas
ossiánicos de Macpherson tuvieron una excepcional acogida
en Europa.
1902 Lady Gregory publica Cuchulain of Muirthemne, una obra
que influirá sobremanera en w. B. Yeats y el renacimiento
literario irlandés.
Antiguos poemas irlandeses
POEMAS MITOLÓGICOS Y DE SAGAS

LA CANCIÓN DE AMERGIN1

Soy el viento en el mar,


soy una ola destructora,
soy el rugido del océano,
soy un buey de siete combates,
soy un halcón en el acantilado,
soy una gota bajo el sol,
soy un cuerpo lleno de hermosura,
soy un valiente jabalí,
soy un salmón en la laguna,
soy un lago en el llano,
soy la fuerza del arte,
soy una punta afilada en la batalla,
soy el dios que forja el fuego en la batalla.
¿Quién limpia la pedregosa montaña?
¿Quién anuncia las fases de la luna?
¿Quién, dónde el sol se pone?
¿Quién torna el ganado de la casa de Tethra2?
1
Es este famoso poema el primero de los tres que atribuidos a Amergin
aparecen en el Lebor Gabála (Libro de las invasiones). Se trata de un tipo
de composición arcaica en el que la repetición y la aliteración tienen un
papel preponderante. Es extremadamente difícil la datación de estos
poemas, aunque se pueden situar alrededor del siglo IX.
2
Rey de la mítica raza de los Fomoré. Cuando Míl de Hispania venció a
este pueblo, se convirtió en el Rey de los Muertos. Sobre los pueblos que
habitaron Irlanda antes de los celtas, véase J. Pokomy, «The pre-Celtic
inhabitants of Ireland», Celtica, 5 (1960), 229-40. Existe una colección de
estudios en holandés que por su tratamiento de la supuesta colonización
prehispana de Irlanda se hace urgente traducir a inglés o español, R. H. F.
Hofman, B. Smelik, y K. Jongeling (eds.), Kelten van Spanje tot Ierland,
Utrecht, Keltische Draak. 1996.
¿A quién ama el ganado de Tethra?
¿Quién es la persona, quién el dios
que forja las hojas en el reducto,
un reducto donde se enuncian
deseos ardientes y se compone el ogam3?

INVOCACIÓN A IRLANDA4

Invoco a la tierra de Irlanda,


a su muy surcado mar fértil,
fértiles montañas feraces,
feraces bosques húmedos,
húmedas cascadas,
cascadas que caen a lagos profundos,
profundos en las colinas manantiales,
manantiales donde las tribus se reúnen,

se reúnen los reyes en Tara5,


Tara, colina de las tribus,
3
El ogam era un tipo de escritura de trazos lineales, ya en uso hacia el siglo
IV. que representaba el alfabeto irlandés. Las inscripciones en piedra que lo
contienen se hallan no sólo en Irlanda, sino también en Gales. Irlanda,
Escocia, la Isla de Man y Cornualles. Dos tradiciones convergen en los
nombres de los caracteres ogam: una en la que cada letra recibe el nombre
de un árbol, y otra en la que cada carácter recibe el nombre de un sabio
componente de una especie de proto-Academia de la Lengua irlandesa,
según un texto lingüístico de la segunda mitad del s. VII. Véase D.
McManus. A Guide to Ogam, Maynooth. An Sagart, 1991, y A. Harvey.
«Early literacy in Ireland: the evidence from ogam», Cambridge Medieval
Celtic Studies, 14 (1987), 1-15. La falta de consistencia a veces en la
escritura, y otras dificultades para la comprensión de las inscripciones en
ogam, han sido tratadas por P. Sims-Williams, «Some Problems in
Deciphering the Early Irish Ogam Alphabet», Cambrian Medieval Celtic
Studies, 26 (1993). 133-180.
4
Poema supuestamente compuesto por Amergin, como el anterior y el
siguiente. En este caso para aplacar a una tormenta, ya tenor de lo que dice
el pasaje en prosa en que se enmarca, con milagroso éxito.
la tribu de las hijas de Míl,
Míl de los barcos y galeras,
una galera magnífica Irlanda,
Irlanda magnífica y nebulosa
cantada con un encantamiento,
el encantamiento de las mujeres de Bres6,
de Eres y de las mujeres de Buaigne7
y la mayor de ellas, Ériu8,
por Éremón9 dominada,
5
Tara (Temair en antiguo irlandés), ciudadela situada al sudeste de Navan,
en el condado de Meafh, fue durante siglos el lugar donde tomaba posesión
el ard rí o rey supremo de Irlanda. Ya había sido lugar de enterramientos
rituales antes de la llegada de los celtas, y siempre tuvo hasta bien entrado
el cristianismo relación con ceremonias paganas y druídicas. Véase R. A. S.
MacAlister, Tara, a Pagan Sanctuary of Ancient Ireland, Nueva York,
Charles Scribner's and Sons, 1931. Sobre las sedes de la realeza irlandesa
en general, y no sólo Tara, véase B. Wailes, «The Irish 'royal sites' in
history and archaeology», Cambridge Medieval Celtic Studies, 3 (1982), 1-
29. Véase también M. O'Daly, «On the origin of Tara», Celtica, 5 (1960),
186-91. Una lista de los muchos libros y artículos centrados en este antiguo
omphalos de Irlanda es E. Bhreathnach, Tara. A Select Bibliography.
Discovery Programme Reports, 3, Dublín, Royal Irish Academy, 1995.
6
Bres fue un rey mítico, hijo de Elatha (un rey de los Fomoré) y Ériu (que
pertenecía a los Tuatha Dé Danann). Según la cronología irlandesa, en
1894 antes de Cristo Bres sucedió a Nuadu, quien había perdido su mano
derecha en la batalla de Mag Tuired. Víctima de una despiadada sátira del
poeta Cairbre, Bres renunció al trono después de siete años. Como
consecuencia de ello se produjo la segunda batalla de Mag Tuired. Véase
sobre el poder de la sátira en la Irlanda antigua y medieval, H. Meroney,
«Studies in Early Irish Satire», The Journal of Celtic Studies, 1 (1949-50),
199-226, continuado en el volumen 2 de la misma publicación (1953-8),
59-130, y también T. Ó Cathasaigh, «Curse and Satire», Éigse 21 (1986),
10-15.
7
Nombre primitivo del río Tolka.
8
Ériu fue al principio una diosa solar, ligada a la tierra de Irlanda. En la
mitología expuesta en el Lebor Gabála, recriminó a Amergin la invasión de
Míl de Hispania, y pidió qlle se le concediera un deseo: que la isla llevara
su nombre. De Ériu procede Éire, la forma actual del nombre del país.
9
Hijo de Míl que capitaneó la invasión de Irlanda. Hasta él remontan sus
orígenes las más antiguas genealogías irlandesas.
invocada por Ír10 y por Éber11.
Invoco a la tierra de Irlanda.

CANTO AL MAR12

Antiguos poemas irlandeses


Mar de peces,
tierra fértil,
abundosos peces,
peces bajo las olas,
marea de pájaros,
duro océano.

Corriente blanca,
cientos de salmones,
bestias gigantes,
abundancia de miel,
canción de puerto,
mar de peces.

10
Hijo de Míl de Hispania, que según T. F. O'Rahilly, Early Irish History
and Mythology, Dublín, Dublin Institute for Advanced Studies, 1946, págs.
195-96, es una incorporación tardía al relato del Lebor Gabála. Su nombre
procedería de íriu («tierra»).
11
Otro de los tres hijos de Míl de Hispania, llegado a Irlanda en una flota
que transportaba a 120 hombres en 1698 antes de Cristo (aunque Felipe
O'Sullivan Beare, historiador al servicio de nuestro rey Felipe II, señaló la
fecha de 1342 antes de Cristo). Tras la batalla de Tailtiu (en la que fue
muerta Ériu) y la de Slíab Mis, Éber y su hermano Éremón dividieron en
dos Irlanda, pero una disputa hizo que ambos lucharan y Éber muriera. Para
Éremón y Éber, véase O'Rahilly, op. cit., págs. 195 y sigs., donde se afirma
que Éber significa «irlandés» (de Eberus, Ebernus, formas hibernolatinas
de Hibernus), de igual forma que Éremón significa lo mismo, aunque a
partir de Ériu («Irlanda»).
12
En el relato del Lebor Gabála, Amergin reata este hechizo para aumentar
la pesca de los ríos de Irlanda, adonde acaba de llegar.
4

LAMENTO POR FER DIAD13

Todo eran juegos, todo placer


antes de que Fer Diad viniese al vado;
uno fue nuestro aprendizaje,
una nuestra disposición,
una nuestra noble nodriza
que nos dio nombre antes que a nadie.

Todo eran juegos, todo placer,


antes de que Fer Diad viniese al vado;
uno fue nuestro temible viaje,
uno nuestro armamento común,
Scáthach14 nos dio dos escudos,
uno a mí y otro a Fer Diad.

Todo eran juegos, todo placer


antes de que Fer Diad viniese al vado;
querido era el poste de oro
que en el vado derribé,
oh toro de tribus
más valiente que nadie.

Todo eran juegos, todo placer,


antes de que Fer Diad viniese al vado;
yo creía que Fer Diad

13
Tomado del Libro de Leinster por D. Greene y F. O'Connor, A Golden
Treasury of Irish Poetry AD 600-1200, Dingle, Brandon, 2.ª ed., 1990,
págs. 174-75. El poema está puesto en boca del héroe Cú Chulainn, que se
lamenta de haber dado muerte a su camarada de muchos años.
14
Scáthach significa literalmente, -la Sombría-. Fue una mujer guerrera que
vivía en las Hébridas, probablemente en la isla de Skye. Adiestraba en la
lucha a muchos que acudían a ella, y a Cú Chulainn le dio la Gaé Bolga,
una jabalina de origen sobrenatural. Véase w. Stokes, «The Training of
Cúchulainn», Revue Celtique, 29, 109-152.
estaría conmigo para siempre;
ayer era grande como un monte,
hoy es menor que una sombra.

EL LAMENTO DE RÓNÁN15

[RÓNÁN:]
Frío es el viento
en el portal de la casa del guerrero;
cómo quería a los héroes
que se interponían entre el viento y yo.

Duerme, hija de Eochaid,


grande es la amargura del viento;
me apena que Máel Fhothartaig muriese
por el crimen de una mujer lujuriosa.

Duerme, hija de Eochaid,


no tengo paz aunque no duermas
cuando veo a Máel Fhothartaig
llena de sangre la camisa.

[ELLA:]
Ay de mí, oh muerto en el rincón
de quien se prendían los ojos,
15
Este poema forma parte de una saga de finales del siglo IX en la que
Rónán da muerte a su hijo Máel Fhothartaig debido al falso testimonio que
contra éste levanta su madrastra, la joven esposa de Rónán. Los
hermanastros de Máel matan al padre de ella, Eochaid, que es rey de Dún
Sebairche, y regresan con la cabeza de éste. Editado por K. Meyer, Revue
Celtique, 13 (1892), 368-97, y D. Greene, Fingal Rónáin and Other
Stories, Dublín, The Dublin Institute for Advanced Studies, 1955, y más
tarde recogido en A Golden Treasury, págs. 93-97. Véase también W. A.
Fahey, «The Death of Ronan's Son», journal of Irish Literature, 19/2
(1990), 47-51.
el pecado que cometí fue
tu padecer cuando volviste del exilio.

[RÓNAN:]
Duerme, hija de Eochaid,
los hombres no son tontos:
aunque mojes tu manto
no lloras por mi hijo.

[Ella ve la cabeza de su padre, Eochaid, y se suicida]

Eochaid ha llevado una camisa


tras llevar una larga capa;
el dolor que embarga a Dún nÁis
es el mismo de Dún Sebairche16.

Dad de comer, dad de beber


al perro de Máel Fhothartaig,
y que alguien le dé
de comer al perro de Congal.

Dad de comer, dad de beber


al perro de Máel Fhothartaig,
un hombre que daba de comer
a todos sin importarle el precio.

Me entristece ver a Dathlenn,


sus costados con fuerza apaleados;
no tengo motivos para reprocharla,
no vendió ella a los míos.
16
Tanto Dún nÁis como Dún Sebairche son nombres de fortines. La
palabra gaélica dún, equivalente a la britónica o galesa din, con el
significado de fuerte, bastión, castillo, está presente en numerosos
topónimos (casi cuatro decenas de ellos se pueden hallar en la colección de
poemas topográficos conocidos «Dindshenchas en verso»). Dún Sebairche
corresponde al moderno Dunseverick, en el litoral de Antrim.
Doílin
me ha servido;
su cabeza en todos los regazos buscando
a alguien que no encontrará.

Los hombres, los mozos, los corceles


que estaban con Máel Fhothartaig
no necesitaban la protección de nadie
mientras vivió su caudillo.

Los hombres, los mozos, los corceles


que estaban con Máel Fhothartaig,
libres se adiestraban en el llano,
participaban en carreras de caballos.

Los hombres, los mozos, los corceles


que estaban con Máel Fhothartaig
a menudo alzaban gritos de victoria
tras demoledores triunfos.

La gente de Máel Fhothartaig


aunque no carecía de honor
rara vez ayudaba a alguien
que acudía a ella necesitado.

Mi hijo Máel Fhothartaig


cuya morada era el inmenso bosque:
no habrían desmontado allí desprevenidos
ni rey ni hijo de rey.

Mi hijo Máel Fhothartaig


que había cabalgado toda Escocia
era guerrero entre los guerreros
y a todos los aventajaba.

Mi hijo Máel Fhothartaig


era el campeón en la caza,
el alto y deslumbrante tejo17
ha ocupado una fría morada.

HERMOSA SEÑORA18

Midir había estado cortejando a Étaín un año antes de que fuera


a Echaid para jugar al fidchell, pero no lo consiguió. Y el nombre
por el que Midir la llamaba era Hermosa Señora; y una vez le
dijo:

Hermosa Señora, ¿vendrás conmigo


a una tierra maravillosa en la que hay estrellas?
En lo alto de la prímula hay cabello;
todo el cuerpo es del color de la nieve.

Allí no hay nada «mío» ni «tuyo»;


17
Es frecuente en la poesía gaélica, tanto de Irlanda como de Escocia, la
identificación de los héroes con árboles, siendo el tejo uno de los más
apreciados. Véase el capítulo «Trees», en M. Low, Celtic Christianity and
Nature. Early Irish and Hebridean Traditions, Edimburgo, Edinburgh
University Press, 1996, págs.79-104.
18
De finales del s. IX. en manuscritos de los siglos XII y XIV. Este poema
forma parte del texto conocido como Tochmarc Étaíne (El cortejo de
Étaín). Midir pertenecía a la raza mágica que habitaba los sídhe. unos
taludes o montículos de hadas. Echaid era ard rí. con residencia en Tara. Y
marido de Étaín, la cual en otra existencia había sido esposa de Midir. El
fidchell del que se habla en el texto que precede al poema era un juego de
mesa que posteriormente fue identificado con el ajedrez. «llano de Fál» o
«Isla de Fál» eran nombres con los que se designaba a la Irlanda de los
mortales en contraposición al «Gran llano» o la «Gran Tierra» feéricos. En
opinión de K. H. Jackson, A Celtic Miscellany, Harmondswoth, Penguin,
1971, pág. 314. los dos últimos versos de la estrofa sexta probablemente se
refieren a una antigua creencia, según la cual los seres sobrenaturales
podían ser exorcizados al ser contado su número. Editado por O. Bergin y
R. Best. en Ériu, 12, 180-82, y R. Thurneysen, en Zeftschrift für Celtische
Philologie, 12. 20-21. Aquí se ha seguido la edición de G. Murphy, Early
Irish Lyrics, oxford, Clarendon Press, 1956, págs. 104-106.
blancos son los dientes, negras las cejas;
son un placer para la vista tantas huestes;
es color de digital cada mejilla.

Púrpura es la superficie de cada llano;


son un placer para la vista los huevos de mirlo;
aunque es hermoso el llano de Fál,
desolado es al lo del Gran llano.

Aunque creas embriagante la cerveza de la Isla de Fál


más embriagante es la cerveza de la Gran Tierra;
prodigiosa tierra es la tierra de la que hablo;
los jóvenes no mueren antes que los viejos.

Arroyos dulces y tranquilos riegan la tierra;


se beben los mejores hidromiel y vino;
nobles y elegantes son allí todos;
la concepción es sin pecado, sin culpa.

Vemos a todo el mundo en todas partes,


y nadie nos ve a nosotros;
las tinieblas que trajo el pecado de Adán
nos esconden de quien pudiese contarnos.

Mujer, si vienes con mi fuerte pueblo,


una corona de oro tendrás en la cabeza;
cerdo fresco, cerveza, leche y bebidas
tendrás allí conmigo, Hermosa Señora.

LA CASA DE LABRAID19
19
De fines del s. XI. en manuscrito del XII. El poema recoge la descripción
que de la casa de Labraid hace Lóeg, el cochero del héroe Cú Chulainn, a
su señor. Este texto forma parte de la Serglige Con Chulainn (La
enfermedad de Cú Chulainn). Labraid era un rey para el que se había
solicitado el apoyo de Cú Chulainn. Tanto Labraid como Fáilbe Finn eran
reyes del Otro Mundo. «El de Muirtheimne» (estrofa decimoquinta) es Cú
Arribé, llevado por mi gloriosa actividad,
a una extraordinaria casa (normal allí),
a una colina muy concurrida
donde hallé a Labraid de largos cabellos.

Lo hallé sentado
en una colina (con miles de armas),
su pelo era rubio (el más bello color),
cogido con un pasador de oro.

Entonces me reconoció
con su túnica de cinco pliegues.
Me dijo: «¿Vendrás conmigo
a la casa en que vive Fáilbe Finn?»

Hay dos reyes en esa casa,


Fáilbe Finn y Labraid;
tres veces cincuenta hombres son el séquito
de cada uno, hay mucha gente en la casa.

Cincuenta camas haya la derecha


y cincuenta banquetas,
cincuenta camas a la izquierda
y cincuenta banquetas.

Una hilera de camas del color de la sangre


con patas blancas rematadas de oro;
la vela que tienen encima
es una piedra preciosa resplandeciente.

Ante la puerta que da al oeste,


Chulainn. así designado por su lugar de origen. «El hijo de Dechtere» es
también el mismo héroe. En cuanto al «reino de Brega», éste no es sino
Irlanda. Murphy, op. cit., pág. 106-11. Sobre la idea del Otro Mundo, véase
J. Carey. «The Location of the Other World in Irish Tradition». Éigse, 19
(1982). 36-43.
allí donde se pone el sol,
hay grises corceles (con crines de colores),
y una yeguada rojiza.

Ante la puerta que da al este,


tres árboles de cristal rojo
desde los que aves de voz clara cantan siempre.
a los jóvenes de la fortaleza real.

Ante la puerta del redil hay un árbol


(no es feo cantar con él al unísono),
un árbol de plata sobre el que el sol brilla
(es como el del oro su resplandor).

Hay allí tres veintenas de árboles


(sus copas se tocan y no se tocan),
comen trescientos de cada árbol
numerosas bellotas sin cáscara.

En ese sídhe hay también un pozo


con tres veces cincuenta mantos multicolores,
y hay un broche de oro brillante en el extremo
de cada manto multicolor.

Hay un barril de hidromiel que da gozo


del que se sirve a los presentes;
vive sin cesar (duradera costumbre)
de forma que siempre permanece lleno.

Y hay una doncella en la casa


que sobresalía entre las mujeres de Irlanda
con su pelo rubio y suelto;
es hermosa y diestra en muchas artes.

Su conversación con todo el mundo


es hermosa, es prodigiosa;
destroza todos los corazones
provocando amor y deseo.
Entonces dijo la doncella:
«¿Quién es este criado que no conocemos?
Ven aquí un momento si eres
el criado del de Muirtheimne».

Me adelanté despacio, despacio;


iba temeroso por el honor que se me hacía.
Me dijo: «¿Vendrá aquí
el noble hijo único de Dechtere?»

Ay de aquel que no fue hace un tiempo


cuando todos se lo solicitaban,
ojalá pudiera él haber visto cómo es
la gran mansión que he contemplado.

Si fuera mía toda Irlanda


y el luminoso reino de Brega,
yo los daría (es mi firme parecer)
por vivir en la casa a la que fui.

LA ISLA MÁGICA20

Remaron hacia una isla no muy grande


en la que había una sólida fortaleza;
sobre ella una cerca de bronce

20
Compuesto hacia el año 920, según Murphy, quien apunta a un tal Áed
Finn como autor de este poema perteneciente al Immram Curaig Máile
Dúinn (La travesía del barco de Máel Dúinn). En manuscritos de los siglos
XIV y XVI. Aquí sólo se recoge el fragmento publicado por Murphy, op.
cit., págs. 100-104. Véase M. Aguirre, «The hero's voyage in Immram
Curaig Maildúin», Études Celtiques, 27 (1990), 203-220. Sobre los
immrama en general y su contexto, véase C. M. Löffler, The Voyage to the
Otherworld Island in Early Irish Literature, 2 vols., Salzburgo, Institut für
Anglistik und Amerikanistik, Universität Salzburg, 1983. Tennyson publicó
una versión libre de este immram con el título «The Voyage of Maeldune».
muy firme (grande su fama).

Un delicioso estanque junto a la cerca


(de esplendor indescriptible),
alto sobre la superficie del mar;
un puente de cristal delante.

Rápido fueron hasta arriba


los bravos muchachos de hermosas cabezas;
mas cayeron a tierra
(solían pagar ese tributo).

Se les acercó una mujer de pálido cuello


vestida con ropas brillantes
(más blancas que el cisne);
no había necedad en ella, buenos eran sus actos.

Había una cenefa de oro rojo en su capa blanca


(era hermosa y resplandeciente);
sandalias de plata en sus pies
(para sostenerse en ellas).

Un broche blanco y grande sobre el pecho,


de plata maravillosa,
con hilo de oro recamado
(preciosa labor)21.

El pelo rubio claro en su cabeza


brillaba como el oro;
gracioso era su andar,
regios sus movimientos elegantes y hermosos.

En la parte más baja del enorme puente


21
La importancia de los broches en el atuendo de los celtas es proverbial:
muchos de ellos son valiosísimas piezas de orfebrería, como el llamado
«Broche de Tara», del siglo VIII. Véase B. Raftery, A Catalogue of Irish
Iron Age Antiquities, Marburg, 1983, 2 vols.
(un lugar sagrado),
un manantial de claras ondas;
la excelente masa de una compuerta para protegerlo.

Delante de ellos la hermosa y diligente


(fue magna su hazaña)
vertió, sin ofrecer ni gota,
un raro y delicioso licor.

Le dijo Germán22, con voz grave,


una frase a propósito:
«Mucho nos sorprende
que no se nos haya servido».

Ella los dejó


y cerró la fortaleza encantadora y noble;
cantó su red (tenía esa gran virtud)
melodiosa música cantada.

Su coro musical los adormeció


(como se había ordenado);
al día siguiente
volvió a ellos la mujer desvergonzada.

Así se quedaron, de la misma forma,


por tres días;
sonaba para ellos la música de la mujer
sin que se viera sala de banquetes.

Los condujo a una magnífica casa


sobre el fiero y raudo mar;
les dio una estupenda comida
como era debido, con licor delicioso.

Dijo la mujer nombres maravillosos

22
Un compañero de viaje de Máel Dúin.
sin ningún despotismo
(no fue deshonor);
de cada cual su propio nombre.

Cuando la pretendió el jefe,


lleno de lujuriosos deseos,
ella respondió
que no conocía el inicuo pecado:

«No está bien lo que dices,


no es santo (ni conforme a la fe);
para que pueda contártelo
pregúntame el secreto de la isla».

Cuando despertaron a la mañana siguiente


en la armazón de su barco,
ya no supieron
dónde se había ido la hermosa isla.

EL LAMENTO DE CRÉIDE23

Créide, hija de Guaire, cantó estas estrofas por Dínertach, hijo


de Guaire, hijo de Nechtan de Uí Fhidgente. Ella lo había visto
en la batalla de Aidne, en la que recibió diecisiete heridas en el
pecho de su túnica. Ella lo amaba. Fue entonces cuando dijo:

Las saetas que asesinan el sueño


a cada hora en la fría noche
lloran de amor, tras el día, por el tiempo pasado
23
Alrededor del año 800. No se conserva más que en un manuscrito del
siglo XVI, propiedad del Museo Británico. Créide era hija de Guaire, rey
de Aidne, un territorio en el sur de lo que hoyes el condado de Galway. Por
su parte, Dínertach era uno de los guerreros de Munster que habían venido
en ayuda de Guaire contra el rey Díarmait. Siguiendo a Murphy, op. cit.,
pág. 86-89, se omite por corrupta la estrofa tercera.
con un hombre vecino de la tierra de Roigne24.

Un gran amor por un hombre de otra tierra


que aventajaba a sus coetáneos
robó mi lozanía (poca color me queda),
y no me deja dormir.

Más dulce era su voz que todas las canciones


excepto la santa adoración al Rey del Cielo:
llama gloriosa sin una palabra de jactancia,
esbelto compañero de costados suaves.

Cuando era niña, yo era pudorosa,


no tendía a la maligna lascivia;
desde que llegué a la inseguridad de la edad
ha empezado a engañarme mi lujuria.

Tengo todo lo bueno con Guaire,


el rey de la fría Aidne,
pero mi espíritu quiere partirse de mi gente
a la tierra de Irlúachair25.

Cantan en la gloriosa tierra de Aidne,


en las laderas de Cell Colmáis26,
desde el sur de Limerick de las tumbas,
a una gloriosa llama: su nombre es Dínertach.

24
Aunque no se conoce su ubicación exacta, por el contexto y otro poema
(núm. 58 de esta antología) se deduce que Roigne está en el sur del
condado de Galway, no lejos de Loughrea y Athenry.
25
Zona que abarcaba el nordeste del condado de Kerry junto con territorios
colindantes de Cork y Limerick.
26
Un monasterio de Aidne. La palabra cell («monasterio», a partir del latín
cella, originalmente «granero» o «bodega», y posteriormente «celda») está
presente en numerosos topónimos de Irlanda. En estadios más recientes de
la lengua pasó a cill. Todos los nombres de lugar como Kilkenny, Killamey,
Kildare, tienen este origen. En este caso, Cell Colmáin significa «el
monasterio de Colmán». Colmán mac Duach, que da nombre al monasterio,
fue un santo de Galway.
Atormenta a mi tierno corazón,
oh Cristo puro, su cruel muerte:
las saetas que asesinan el sueño
a cada hora en la fría noche.

10

MI PEQUEÑO ORATORIO27

Suibhne el Loco:

Mi pequeño oratorio en Túaim Inbir28:


una mansión llena no sería mejor;
con sus estrellas en orden,
con su sol, con su luna.

Gobbán lo construyó
(que te sea contada su historia),
mi querido Dios del cielo
es quien le puso el techado.

Una casa en la que no cae la lluvia,


un lugar en que no se temen puntas de lanzas;
es tan brillante como un jardín
aunque no tiene valla alrededor.

11

27
De hacia el año 800, en un manuscrito del siglo IX. Según la tradici6n,
Suibhne el Loco, a quien se atribuye el poema, perdió la razón en la batalla
de Mag Rath (Moyra, condado de Down) en 639, ya partir de entonces se
dedicó a vagar por los bosques. Tiene una gran semejanza con la figura del
britónico Myrddin, antecedente del Merlín artúrico. Gobbán era una figura
mítica relacionada con construcciones mágicas (o milagrosas, después con
el cristianismo). Murphy, op. cit., págs. 112-113. Véase D. J. Cohen,
«Suibhne Geilt» Celtica, 12 (1977) 113-24.
28
Túaim Inbir era un monasterio en el oeste del antiguo reino de Meath.
LA VOZ DEL GARB29

La voz del Garb sonoroso


suena contra la primera ola;
grandes y preciosos bancos
de peces nadan en su fondo.

No se me hace larga mi paciente ocupación:


contemplar la marea alta en la orilla,
el vigoroso torrente del gran Garb,
el agua que hacia atrás lo empuja.

Es entretenido ver cómo luchan


la pleamar y el reflujo;
se suceden siguiendo un orden
arriba y abajo todo el tiempo.

Oigo en el Garb una melodía


cuando está en su esplendor el invierno;
duermo a los sones de un gran jolgorio
en la noche muy fría y helada.

Pájaros de la costa, musicales:


música dulce, sus habituales gritos;
la nostalgia se ha apoderado de mí,
29
Hacia 1150, en manuscrito de comienzos del siglo XVII. Para Murphy,
op. cit., págs. 112-117 y 227, el poema original acabaría en la décima
estrofa. El Garb era una zona en la desembocadura del río Barrow (en el
condado de Carlow), que pasa junto al monasterio de Mo Ling (un santo
muerto en 697). Tech Mo Ling es el nombre de dicho centro religioso en
irlandés, y St. Mullin en inglés. Hay un juego de palabras en el último
verso, pues en irlandés «ronco» se dice garb, como el estuario del que trata
el poema. Estas estrofas son un buen ejemplo del gusto céltico, y
específicamente gaélico, por la enumeración de parajes, el vínculo con la
tierra de los poetas y su público. Véase el artículo de Seamus Heaney «The
Sense of Place», en su libro Preocupations. Selected Prose 1.968-1978,
Londres, Faber, 1984, 131-149.
oigo cómo cantan las horas.

Me agradan los mirlos cuando cantan


y escuchar la misa;
corto se me hace el tiempo
aquí sobre Durad Faithlenn30.

Me duermo con esos cantos


sobre cimas de montes y copas de árboles;
los aires que escucho
son música para mi alma:

el canto de salmo de los salmos puros


en la Punta de Ross Bruic -que cambiará-,
el bramido del ciervo pardo que ruge
desde la falda del frío Erc;

dormir con frío toda la noche


oyendo la tempestad sobre las olas;
grandes gritos de pájaros
desde el bosque de Fíd Cuille;

suspiro del viento invernal;


sonido de tormenta bajo un roble:
bramidos entre frías capas de hielo
rompiéndose al grito del Garb.

Es difícil seguir las horas


que anuncian sonoras campanas
debido al ruido de Inbir Dubglaise31
30
Un paraje en la zona del Garb, lo mismo que Ross Bruic, Erc o Fid
Cuille, en otros versos a continuación.

31
El estuario del río Glynn, en Carlow. Inbir es palabra gaélica
generosamente repartida por los topónimos costeros, y significa
«desembocadura de un río». Así, en Escocia, Invemess quiere decir «la
desembocadura del Ness.» Dubgias, el nombre del río (pues Dubgiaise es
su forma en genitivo), está compuesto por los adjetivos dub («negro») y
y a la voz del Garb.

El agua del fragoroso mar


va al oeste, a la entrada de Airbre32;
se me pasa más rápido el tiempo
oyendo la voz del Garb.

Druim Lethet33 tiene copiosas


bellotas oscuras en su encina;
su eco es una maravilla
que conmigo responde a la voz del Garb.

Por muchas cosas que se digan


de Ess Máige, Ess Dubthaige y Ess Rúaid34,

glas (un color que se usa para varios tonos de verde que van del verde
pálido al gris). La definición que el Dictionary of tbe Irish Language da de
dubglas es «azul grisáceo».
32
Una zona del condado de Wexford. El río Barrow, en cuya ribera está el
monasterio de Mo Ling, desemboca en la confluencia de los condados de
Kilkenny, Waterford y Wexford.
33
Druim Lethet es, según Murphy, op. cit., pág. 309, un lugar no
identificado en el sur de Carlow. Druim significa, "loma" y es palabra que
podemos hallar formando parte de diferentes nombres de lugar, como
Drumcliff (Sligo), en cuyo cementerio reposan los restos de W. B. Yeats.
34
Tres cascadas, que pueden ser traducidas como «del Llano», «de la
Morena» y «del Rojo». La segunda y la tercera se mencionan en uno de los
poemas sobre Tara recogidos en la colección de E. Gwynn, The Metrical
Dindshenchas, Dublín, Dublin Institute for Advanced Studies, 2ª ed., 1991,
vol. I, pág. 42. De Ess Dubthaige se desconoce el emplazamiento; en
cuanto a Ess Máige, debe tratarse según Murphy (op. cit., pág. 308) de una
cascada en el río Maigue, entre Adare y Croom (condado de Limerick);
finalmente, Ess Rúaid es hoy Assaroe, cerca de Ballyshannon (condado de
Donegal), y acerca de ella se conservan dos poemas en el Dindshenchas
(vol. IV de la edición de Gwynn, págs. 2-9 y 375-77). llama la atención el
hecho de que el poeta se haya estado refiriendo a lugares bañados por el río
Barrow, o en sus proximidades, y ahora, de repente, menciona cataratas
distantes, y una (Ess Rúaid) todo lo alejada que puede estar del Garb un
punto dentro de la isla de Irlanda. Hay que recordar aquí que Suibhne, el
protagonista y supuesto autor del poema, y nativo del Ulster, recorrió casi
toda Irlanda en su locura, como se puede apreciar en la larga lista de
adonde corre el salmón,
más armoniosa es la voz del Garb.

Benn Boirche, Benn Bogaine35,


y el silencioso Glenn Bolcáin36:
muchas tardes, muchas noches he venido
desde ellos respondiendo a la voz del Garb.

Tonn Túaige, Tonn Rudraige37


(no están cerca uno del otro):
más que en ellos se me hace corto el tiempo
oyendo la voz del Garb.

El firme Taídiu38 de la profecía,


armoniosa es su alta cascada;
topónimos incluidos en el poema.
35
Dos montañas: la primera forma parte de la sierra de Mourne, en el
condado de Down; la segunda, según Murphy, op. cit., pág. 304, en algún
lugar del norte de Irlanda. Gwynn precisa más y sugiere que tal vez se trate
de Benbane Head, a un paso de la Calzada de los Gigantes, lugar
conmemorado en un poema del Dindshenchas (vol. IV, 70). En la nota al
citado poema (pág. 391 del mismo volumen), evoca un pasaje de la Táin
Bó Cuailnge en el que se dice que Cú Chulainn mató a Bogaine en un
pantano.
36
Un valle del norte de Irlanda frecuentado por Suibhne y por otros
enloquecidos. Glenn significa «valle» en irlandés.
37
Por extraño que parezca, los irlandeses dieron nombre a las olas. O, para
ser más exactos, a los lugares donde éstas rompen. Así la palabra ola (tonn)
salpica a los topónimos. Tonn Túaige está en el mar frente al río Bann, y
Tonn Rudraige en la bahía de Dundrum (condado de Down).

38
El Taídiu es un pequeño canal que se cuenta fue abierto por el propio Mo
Ling, y lleva agua desde el río Glynn (Dubglas) a la iglesia del santo. En el
Félire Oengusso (El martirologio de Oengus) se dice que el santo sufrió
muchas penalidades durante su construcción. Una ponencia en la que se
pone en relación a Suibhne con precedentes britónicos de Merlín, a partir
de este canal es B. Frykenberg, «Abstract: Suibhne, Lailoken and the
'Taídiu' en D. E. Evans, J. G. Griffith, y E. M. Jope (eds.), Proceedings of
the Seventh lnternational Congress of Celtic Studies held at Oxford, from
10th th 15th July, 1983, oxford, Oxbow Books, 1986, 274-275.
el angélico Tacarda39,
¿qué catarata es de voz más pura?

Querido Mo Ling
a quien vengo para acabar mi juego,
ojalá puedas protegerme
de la voz ronca del infierno.

12

SUIBHNE EN LOS BOSQUES40

39
Un arroyo que corre del pozo sagrado de Tech Mo Ling.
40
Estas estrofas están intercaladas en la narración de finales del siglo XII
conocida como Buile Shuibhne (La locura de Suibhne). La narración que
antecede al pasaje en verso cuenta cómo Loingsechán, hermano de leche de
Suibhne, lo había sacado de su locura al comunicarle la falsa noticia de que
toda su familia había muerto. Recuperándose en un molino propiedad de
Loingsechán, la molinera a cuyo cuidado estaba le preguntó por la vida
salvaje que había llevado, de resultas de lo cual Suibhne volvió a perder la
razón. Según Murphy, op. cit., pág. 229, «la aparente incoherencia que en
parte existe en el diálogo entre Suibhne y la vieja es sin duda intencionada,
para dar la sensación de locura». Hay edición de J. G. O'Keeffe, Buile
Shuibne, Dublín, The Dublin Institute for Advanced Studies, 1913, y buena
parte de sus poemas han ido a parar a las obras de dos de los más
importantes escritores irlandeses del siglo XX: Flann O'Brien (que lo
tradujo con generosidad en su novela de 1939 At Swim-Two-Birds) y
Seamus Heaney (que publicó en 1983 una versión de esta importante obra
medieval bajo el título de Sweeney Astray). Aquí está la poesía de la
naturaleza en su esplendor, y ciertos motivos, como los elogios de los
ciervos, pueden rastrearse en la poesía gaélica escocesa aún seiscientos o
setecientos años más tarde. Tanto en este poema como en el siguiente he
seguido el texto de O'Keeffe. Aunque en general mi traducción está más
cerca de la de Murphy, op. cit., págs. 123-137, en algunos puntos he
adoptado algún hallazgo de Heaney u O'Brien. Para algún verso oscuro me
he guiado también por la traducción parcial de K. H. Jackson en su A Celtic
Miscellany. Las reelaboraciones del personaje de Suibhne han sido
estudiadas por A. Pehnt, «From Tree to Poetree: Rewritings of Buile
Shuibhne in the Twentieth Century», Proceedings of the Harvard Celtic
Colloquium, 15 (1995), 162- 174.
Cuando Suibhne vino a descansar en lo alto de la copa de un
árbol al que la hiedra cubría, la vieja se colocó en otra rama
junto a él. ..Él oyó el bramido de un ciervo y compuso este
poema, en el que en alta voz describía los árboles de Irlanda,
haciendo repaso de sus penurias y dificultades. Y lo que él dijo se
copia aquí:

Oh astado, oh bramador,
oh rugidor melodioso,
grato nos es oír el sonido
que haces en el valle.

La nostalgia de mi morada
me embargó el pensamiento:
los pastos en la llanura
y los cervatillos en los cerros.

Roble tupido y copudo,


estás por encima de todo árbol;
avellanito de muchas ramas,
cámara en que se guardan avellanas.

Aliso, no eres hostil;


es precioso tu brillo;
no eres espinoso
en el claro en el que estás.

Endrino punzante,
negro dador de endrinas;
berro de verde copa;
junto al pozo de un mirlo.

Pequeño del camino,


más dulce que todas las hierbas,
verde, verdísimo,
planta en que crecen las fresas.

Manzano, manzanito,
con vigor te agitan todos;
serbal de muchas bayas,
preciosas son tus flores.

Zarza de los montes,


no haces justicia:
no paras de herirme
hasta llenarte de sangre.

Tejo, árbol como el tejo,


se te ve en los cementerios;
hiedra, oh cubierta de hiedra,
eres frecuente en un bosque sombrío.

Acebo, protector,
barrera contra el viento;
fresno, funesto,
arma para la mano de un guerrero.

Abedul liso y bendito,


orgulloso y musical,
hermosa cada rama enmarañada
alta en tu copa.

Al álamo con su temblor


escucho cuando es hora;
su rápido movimiento
se asemeja a una incursión.

Lo que más odio en los bosques


(no se lo oculto a nadie)
es un frondoso roble castrado
meciéndose siempre.

Con malos presagios ultrajé


el honor de Rónán Finn41;
me trajeron sinsabores
sus campanas y milagros.

Con malos presagios tomé


ropas del buen Congal42,
su hermosa túnica resplandeciente
con ribetes de oro.

Todo el mundo gritó


en el valiente ejército raudo:
«Que no escape por la estrecha arboleda
el hombre de la túnica elegante».

«Matadlo, asesinadlo, degolladlo;


aprovechad esta oportunidad;
ponedlo, aunque sea un gran crimen,
sobre pinchos y puntas de lanzas».

41
Muerto en 664 durante una plaga según los Anales de los Cuatro
Maestros, este santo y abad de Druim Ineascluinn (Drumiskin, condado de
Louth) maldijo a Suibhne, que se volvió loco en la batalla de Mag Rath. No
confundir con el Rónán del poema núm. 5 de esta antología. Finn o fionn
signífica «rubio».
42
Congal Cláen, rey de Dál nAraidi, llegó a ser rey supremo del Ulster en
627. Murió en la batalla de Mag Rath (639), luchando aliado de Domnall
Brecc, del reino gaélico escocés de Dál Riata, contra Domnall mac Áedo,
rey supremo de los Uí Néill. Véase F. J. Byme, Irish Kings and High-
Kings, Londres, Batsford, 1973, págs. 112-14. El apodo de Cláen («bizco»
o «mediociego») le viene de que, se cuenta, fue criado por Domnall mac
Áedo en Tara, y allí le picó una abeja en un ojo. Byrne añade otra versión
recogida en un antiguo tratado sobre legislación de la apicultura, en el que
textualmente se dice: «Pues éste fue el primer juicio emitido en relación
con los crímenes de las abejas a Congal Cláen, cegado por las abejas; y fue
rey de Tara hasta que esto le despojó de su soberanía». Los defectos físicos
invalidaban a un rey, como nos muestran la mitología y la historia
irlandesa.
Los jinetes me persiguen
por la redondeada Mag Coba43,
pero ningún tiro suyo
me llega a la espalda.

Mientras iba sobre árboles con hiedra


(no lo oculto, oh guerrero),
el dardo certero me alcanzaba
aventajando al viento.

Joven corza de patas pequeñas


te tengo dominada;
cabalgo sobre ti
de un monte a otro.

Desde el Cerro de Cornán el victorioso44


al monte de Slíab Níad,
desde el monte de Slíab Uilline
llego a las Crota Clíach45.

43
Una llanura en el sudoeste del condado de Down. Gwynn, op. cit., vol.
IV, pág. 407, la identifica con el baronato de Iveagh. Mag significa
«llanura», y Coba es el genitivo de Cuib, un personaje muy antiguo citado
en el Lebor Gabála como uno de los veinticuatro esclavos al servicio de los
hijos de Míl. En el poema sobre Mag Coba en el Dindshenchas se nos
presenta a Cuib como un trampero que perece en su propia celada.
44
En algún punto del este del Ulster, según Murphy, op. cit., pág. 305. Las
dos montañas que constituyen las siguientes etapas en el vagar de Suibhne
no han podido ser identificadas (Murphy sólo dice que están al sur). Sin
embargo, pienso que Slíab Uilline puede tratarse de Slíab nUillenn, en las
afueras de Granard, condado de Longford (donde un poema del
Dindshenchas, vol. IV, pág. 32, sitúa el asesinato de un tal Fer Bend,
literalmente, «el Hombre de los Montes»; y Otro, vol. IV, pág. 162, con
aliteración, la llama slíab n-ard n-airegda nUllend, «la alta y majestuosa
Slíab nUillenn»).
45
Las Crota Clíach son las Montañas Galtee, en el sur del condado de
Tipperary. Les da nombre Clíach: «aquí compuso sones un hombre de la
raza de las hadas, / Clíach del arpa de melodiosa música. (Metrical
Dindshenchas, vol. III, pág. 224).
De las Crota Clíach de asambleas
al Cerro Liffe de Lorc46,
y llego cuando anochece
al monte Gulban de Gort47.

La noche anterior a la batalla de Congal


fue feliz para mí;
aún no vagaba sin descanso
por las cimas de los montes.

El valle de Bolcán es mi residencia permanente;


en verdad lo hice mío;
numerosas noches di
enérgicas carreras a una cima.

Si hubiera de errar en solitario


por los montes del ancho mundo
preferiría el lugar de una sola choza
en el grandioso valle de Bolcán.

Buena es su agua pura y azul;


bueno su viento limpio y fortísimo;
buenos su berro verde y sus endrinas;
mejor su alta chirivía.

Bueno su puro árbol bajo hiedra;


bueno su claro y lindo sauce;
bueno su tejo tejero;
mejor su melodioso abedul.

Si vinieras, Loingsechán,
a mí bajo cualquier forma
cada noche para hablarme,
46
Una colina sobre el río Liffey, en los condados de Kildare o Dublín. Lorc
fue un rey precristiano de Leinster.
47
No es otro que el famoso Ben Bulben, en el condado de Sligo,
inmortalizado por Yeats.
quizá no te esperaría.

No habría esperado que me dijeras


sino dolorosas noticias:
la muerte de padre, madre, hija,
hijo, hermano, fuerte esposa.

Tu venida para hablarme


no podría agradarme más;
buscaría antes del alba
los montes de Benna Boirche48.

Con el molino de un enharinado


tú molías para toda la región,
pobrecito, cansadito,
Loingsechán el diligente.

Oh vieja del molino,


¿por qué te aprovechas de mí?
Escucho que me insultas
mientras huelgas fuera sobre el cerro.

Vieja, cabezona,
¿montarás a caballo?
«Eso haría, cabeza de torre,
si no me viera nadie».

«Si voy, Suibhnecito,


que tenga suerte en mi brinco».
Si llegas, viejecita,
que pierdas la razón.

«Verdaderamente no está bien lo que dices,

48
Las montañas Mourne en su conjunto, no sólo el Benn Boirche (véase
nota 35).
hijo del rizado Colmán49;
¿no será mejor mi equitación
si no caigo para atrás?»

Verdaderamente está bien lo que digo,


vieja sin razón;
un demonio te está destruyendo:
tú misma te has echado a perder».

«¿No te encantan mis habilidades,


loco noble y enjuto,
yendo tras de ti
por las cumbres de los montes?»

Una orgullosa mata de hiedra


que sube por un enmarañado árbol,
si no estuviera de pie en su misma copa
tendría miedo de abandonarla.

Huyo de las alondras


con energía y vigor,
salto sobre los juncos
en las cimas de los montes.

La orgullosa tórtola
alza su vuelo para mí,
poco tardo en adelantarla
ya que tengo plumas.

Cuando la perdiz tonta y atolondrada


alza el vuelo para mí,
creo que es mi acérrimo enemigo
el mirlo que eleva su reclamo.

Cada vez que doy un brinco

49
Colmán Cuar, padre de Suibhne.
y llego al suelo
veo abajo un zorrito
royendo huesos.

Más velozmente me sacaría ventaja


que cualquier perro entre los árboles con hiedra;
y yo tan rápido brincaría
que llegaría a la cima.

Pequeñas raposas con falsedad


se me acercan y me huyen;
cuando oigo aullar al lobo
me pone en fuga su desgarro.

Intentaron atraparme
corriendo con gran brío,
así que escapé de ellos
a las cumbres de los montes.

Me persigue mi pecado
por cualquier camino que coja;
no me cabe duda, por mi lamento,
de que soy una oveja sin redil.

El árbol de Cell Lugaide50


en el que duermo con profundo sueño:
más encantador era en tiempos de Congal
la concurrida feria de Line51.

Vendrá una escarcha estrellada


a cubrir cada charca;
soy un desdichado vagabundo
50
Un monasterio no identificado. El nombre Lugaid fue bastante frecuente
en la Irlanda altomedieval, y nos consta que varios monjes se llamaron así,
y también un santo.
51
Moylinny, entre el Lough Neagh y Carrickfergus, en el condado de
Antrim.
expuesto a ella en el monte.

Las garzas con sus llamadas


en el frío Glenn Aigle52;
multitud de pájaros veloces
se me acercan y me huyen.

No me gusta cuando hablan


de amor hombres y mujeres;
me es más dulce el gorjeo
de un mirlo donde éste se halle.

No me gusta la trompetería
que oigo a la mañana;
me es más dulce el reclamo
del tejón en montes llenos de tejones.

No me gusta el soplar del cuerno


que oigo tan fuerte;
me es más dulce el bramido
de un ciervo con cuarenta astas.

Hay terrenos para el arado


de un valle a otro valle,
todo ciervo se recuesta
en las cimas de los montes.

Aunque son muchos mis venados


de un valle a otro valle,
nunca mano de labriego
les pone el yugo en las cuernas.

El ciervo del alto Slíab Éiblinne53,

52
Glenelly, cerca de Strabane, en el condado de Tyrone. En Strabane nació
Flann O'Brien (véase nota 40).

53
El monte Slieve Felim, entre Limerick y Tipperary.
el ciervo salvaje de Slíab Fúait54,
el ciervo de Ella55, el ciervo de Orbraige56,
el furioso ciervo de Loch Léin57,

el ciervo de Seimne58, el ciervo de Latharna59,


el ciervo de Line de los muchos helechos,
el ciervo de Cuailnge60, el ciervo de Conachail61,
el ciervo de Bairenn62 de los dos picos.
54
Una de las montañas Fews, al norte de Dundalk, en el condado de
Armagh.
55
Murphy, op. cit., pág. 308, siguiendo a O'Keeffe, identifica este lugar con
Duhallow, en el condado de Cork. Así lo entiende Heaney (Sweeney Astray,
Londres, Faber, 1984, pág. 44), pero no O'Brien (At Swim-Two-Birds,
Harmondswoth, Penguin, 3ª ed., 1967, pág. 81), que traduce Eala. Elle es
una zona ribereña del Bann, en el condado de Down.
56
Orrery, en el condado de Cork.
7
5
Loch o lough significa lago. Éste es el Lough Leane, en Killamey,
condado de Kerry. Hay un poema del Dindshenchas dedicado a él (vol. III,
págs. 260-65), en el que se cuenta que antes fue un erial que albergaba las
tumbas de muchos guerreros. El lago toma el nombre de Lén, un artífice
que hacía carros de guerra y yelmos de oro, y cid cúach, cid cairche ciúil
chóir (nótese la marcada aliteración), «ya fuera una copa o un estupendo
nstrumento musical», Lén obtenía de ello una gran fama. Sobre la
aliteración, véase O. Bergin, «The Principles of Alliteration», Ériu, IX
(1921), 82-84.
58
La isla Magee, junto a Carrickfergus y Lame, en el condado de Antrim.
59
Larne, en el condado de Antrim.
0
6
Cooley, en el condado de Louth. Este lugar es especialmente célebre por
dar nombre a la epopeya Táin Bó Cuailnge, de la que es protagonista Cú
Chulainn. Dos colecciones de ensayos sobre la Táin y del ciclo heroico del
Ulster son J. P. Mallory (ed.), Aspects of the Táin, Belfast, December
Publications, 1992, y J. P. Mallory y Gerard Stockman (eds.), Ulidia.
Proceedings of the First International Conference on the Ulster Cycle of
Tales, Belfast and Emain Macha, 8-12 April 1994, Belfast, December
Publications, 1994.
61
Cunghill, en el condado de Sligo.
62
Puede tratarse del Burren (la desolada región del condado de Clare) o de
la zona del condado de Carlow por la que corre el río homónimo. O'Keeffe,
op. cit., pág. 107, lo identifica con el primero. Murphy, op. cit., pág. 304,
duda entre ambos.
Oh madre del rebaño,
tu pelaje es ahora gris;
no hay ciervo que te siga
que no tenga ya cuarenta astas.

Más de lo que hace una capita,


tu cabeza es ahora gris:
hay un asta de ciervo sobre cada cervatillo,
una astita sobre cada cervato.

Oh ciervo que haces tu llamada


viniendo por el valle,
sería una estupenda atalaya
la punta de tus astas.

Yo soy Suibhne el errabundo;


veloz corro por un valle;
mi nombre no es apropiado;
mejor me llamaría el Hombre de los Montes63.

Los mejores pozos que he encontrado


son el pozo de Leithet64 la populosa;
y el pozo más agradable y fresquito,
el manantial de Dún Máil65.

Aunque han sido muchos mis viajes,

63
Suibhne es el máximo exponente irlandés de la figura del hombre de los
bosques, que tiene su correlato en otras tradiciones, la brit6nica de
Myrddin, sin ir más lejos. Véase sobre la leyenda del hombre salvaje J.
Carney, Studies in Irish Literature and History, Dublín, The Dublin
Institute for Advanced Studies, 1955, págs. 129-64 y 385-93. Asimismo, P.
Ó Riain, «A Study of the Ir!sh Legend of the Wild Man», Éigse, 14 (1972).
64
O'Keeffe, op. cit., pág. 195, apunta que puede ser Layd, en el condado de
Antrim. Heaney (op. cit., pág. 45) opta por Knocklayde («la Loma de
Layd»).
65
Lugar sin identificar que Heaney anglicaniza como Dunmall. En
cualquier caso, significa, El Fuerte de Mál».
hoy mi ropa es escasa.
Yo mismo hago mi guardia
en las cimas de los montes.

Helecho, encarnado,
fue hecha roja tu capa;
no son lecho para un hombre proscrito
las horquillas de tus picos.

Estará mi residencia permanente


junto al fuerte Taídiu en el sur;
en el monasterio del angélico Mo Ling
caeré a causa de un asta.

Me ha traído hasta ti
la maldición de Rónán Finn,
oh astado, oh bramador,
oh rugidor melodioso.

13

SUIBHNE EN LA NIEVE66

Estaba nevando aquella noche, y la nieve se helaba nada más


caer... y entonces fue cuando Suibhne dijo en alto este poema
sobre su aflicción:

Tengo gran tristeza esta noche;


el viento frío ha penetrado mi cuerpo;
heridos mis pies; pálida mi mejilla;
gran Dios, con razón estoy así.

Anoche estuve en el Benn Boirche;


me golpeó la lluvia en la fría Echtga67 ;
esta noche han despedazado mi cuerpo

66
También perteneciente a Buile Shuibhne.
en una horcajadura en el brillante Gáille68.

He soportado muchos fuertes ataques


desde el día en que me salieron plumas;
cada noche y cada día
soporto más y más penalidades.

He padecido la escarcha (no es eso agradable);


me ha golpeado la nieve en Slíab Meic Sin69;
esta noche me ha herido el viento
lejos del brezo del ameno Glenn Bolcáin.

Andariego es mi errar de un sitio a otro;


he llegado a no tener razón ni seso;
de Mag Line70 voy a Mag Lí71,
de Mag Lí al quebrado Liffe72.

Atravieso Segas en las montañas Fúait73;


llego en mi carrera a Ráth Mór74;
por Mag nAí, por la fragosa Mag Luirg75
llego al magnífico cerro de Crúachán76.
67
Las montañas Aughty, en el límite entre Clare y Galway. En el
Dindshenchas se dedican dos largos poemas a esta sierra (vol. III, págs.
298-313).
68
Según Murphy (op. cit., pág. 309), un área en el este de la antigua
provincia de Connacht.
69
Probablemente, una peña de las montañas Glanaruddery o Stacks, en
Kerry.
70
«La llanura de Line» (véase nota 51).
71
Una llanura en el condado de Derry, al oeste del río Bann (según Murphy,
op. cit., pág. 310).
72
El valle del Liffey, entre los condados de Kildare y Dublín.
73
Un lugar de las montañas Fews, en Armagh.
74
Literalmente, «El Gran Fuerte», nombre que ha quedado casi inalterado
en Rathmore, Moylinny (véase nota 51).
75
Mag nAí y Mag Luirg son dos llanuras en el condado de Roscommon.
76
Como observa Murphy, op. cit., pág. 306, hay varios lugares con este
nombre, pero en el Dindshenchas hay más de una docena de alusiones a un
De Slíab Cúa77 (no es fácil viaje)
llego al hermoso río Glas Gáille78;
de Glas Gáille (aunque es largo trayecto)
llego al este al melodioso Slíab mBreg79.

Sombría es la vida de quien no tiene casa;


es una vida miserable, buen Cristo:
siempre berros de punta verde para comer,
agua fría de un claro torrente para beber.

Cayendo de copas de ramas secas;


andando entre jaramagos (no miento);
rehuyendo a los hombres; en compañía de lobos;
echándole una carrera a un ciervo rojo por el páramo.

Pernoctar sin colcha en un bosque


en lo alto de un espeso y tupido árbol
sin oír voz ni palabras,
oh Hijo de Dios, es gran tristeza.

Alocado, corro veloz a una cima;


pocos me han igualado en vigor;
he perdido mi apariencia sin igual;
oh Hijo de Dios, es gran tristeza.

Crúachán identificado por Gwynn, op. cit., vol. V, pág. 186, con
Rathcroghan, que es del que debe tratarse, pues se halla en Roscommon, el
lugar de las llanuras mencionadas en la misma estrofa. crúachán significa
«cumbre».
77
Los montes Knockmealdown, en el noroeste del condado de Waterford.
8
7
Un río en la zona de Gáille. Yéanse las notas 31 (sobre la palabra glas) y
68 (sobre esta región).
79
La montaña Slieve Brey, en el condado de Louth.
POEMAS TOPOGRÁFICOS

14
TARA80

Tara Breg, ¿por qué así se la llama?


¡Decidlo, sabios!
¿Cuándo el nombre se desprendió de su añadido?
¿Cuándo Tara se quedó en Tara?

¿Fue cuando Partolón de las batallas


o cuando la primera conquista de Cesair,
o con Nemed de recia valentía
o con Cigal de rodillas arrolladoras?

¿Fue con los Fir Bolg de los barcos


o cuando el linaje de los Leprachauns?
Declarad con cuál de estas conquistas
a Tara se le dijo Tara.

Oh Dubán, oh generoso Findchad,


80
Este poema es uno de los cinco que se dedican a la mítica ciudadela de
Tara en el corpus de poemas topográficos conocido como Díndshenchas.
Está incluido en el Libro de Ballymote (de hacia 1400) que se conserva en
la Irish Royal Academy. Se citan diferentes razas y personajes mitológicos
que aparecen en el Lebor Gabála (Libro de las invasiones): Partolón
(supuestamente, el primero en colonizar Irlanda veintiséis siglos antes de
Cristo, según una antigua cronología), Cesair (hija de Noé que se dice se
asentó en Irlanda cuarenta días antes del Diluvio), Nemed (poblador de
origen escita esposo de Macha, la cual da nombre a Armagh: Ard Macha) y
Cigal (caudillo de los Fomoré, una raza de piratas, que luchó contra
Partolón en la primera batalla irlandesa); también la raza de los Fir Bolg
(quienes según algunos estudiosos eran de origen belga, y que dividieron la
isla en cinco provincias) y la de los Leprachauns (descendientes de Ham,
hijo de Noé, a los que se les confunde con la raza feérica de los sídhe y con
los Tuatha Dé Danann). El texto aquí empleado es el del volumen I de The
Metrical Díndshenchas, editado con traducción y comentario por Edward
Gwynn. Breg es genitivo de brí, «colina», y Bregia un antiguo nombre de
Meath, donde está Tara. Véase J. Carey, «Fir Bolg: A native etymology
revisited», Cambridge Medieval Celtic Studies, 16 (1988), 77-83, y del
mismo autor, «The name Tuatha Dé Danann», Éigse, 18 (1981), 291-294.
oh Bran, oh veloz Cualad,
oh Tuan, oh preciosos cinco81,
¿por qué se le llama Tara?

Hubo un tiempo en que era una grata avellaneda,


en tiempos del noble hijo de Ollcán,
hasta que fue derribado el tupido bosque
por Líath hijo de Laigne Lethan-glas.

A partir de entonces se la llamó Druim Léith82


-su grano era grano de primera-
hasta que vino Cáin sin pesar,
el hijo de Fiachu Cendfhindán.

Desde entonces se la llamó Druim Cáin83,


la colina a la que iban grandes hombres,
hasta que vino la casta Crofhind,
la hija del famosísimo Allod84.

Cathair Crofhind85, sin dilación,


fue su nombre con los Tuatha Dé Danann,

81
Cinco poetas legendarios de los que apenas nada se sabe, como tampoco
de Ollcán o Líath en la estrofa siguiente.
82
«la Colina de Líate» alude al desconocido personaje del verso anterior.
3
8
«la Colina de Cáin», personaje mencionado dos versos antes. Calculando
a partir de la fecha desde la creación del mundo que los Anales de los
Cuatro Maestros dan para Fiachu Cendfhindán, esto debió de ser
diecinueve siglos antes de Cristo.
84
Hermano del Dagda, el «Dios Bueno» de los Tuatha Dé Danann. Nora
Chadwick aclara que los dioses irlandeses no eran venerados como dioses.
Simplemente eran seres sobrenaturales que tenían poderes especiales, y así
el Dagda no es que fuera moralmente bueno, sino que era bueno (diestro)
en todas las cosas que hacía. Véase Nora Chadwick, The Celts, Penguin,
Harmondsworth, 1971, págs. 174-77.

85
«La ciudad de Crothind».
hasta que vino Tea86, no injusta,
la mujer de Éremón, de gran estatura.

Con una muralla rodeó su casa


la gran Tea hija de Lugaid87;
ella fue enterrada allende el muro,
así que por ella se la llama Tara.

El asiento de reyes fue su nombre,


reinó en ella el linaje de los milesios88;
así que recibió cinco nombres
desde que fue Fordruim89 hasta Tara.

Soy Fintan90 el poeta,


no soy un salmón de sólo un río;
allí fue donde alcancé gran fama
sobre el suelo de Tara.

15

86
Diosa de la tierra.
87
No se trata, por supuesto, del mismo Lugaid que da su nombre a Cell
Lugaide (véase nota 50), sino del dios Lug, que es otra forma del mismo
nombre. Lug es un dios solar y de la luz ligado a diferentes relatos' entre
los que destacan las dos batallas míticas de Mag Tuired. Dio su nombre a la
fiesta de Lugnasa (1 de agosto), en la que se celebraban las cosechas. Véase
D. Smyth, A Guide to Irish Mythology, Irish Academic Press, Dublín, 1988,
págs. 89-92.
88
El de los hijos de Míl (véanse notas 2 y 9).
89
Literalmente, «Sobre la Colina».
90
Fintan hijo de Bóchna, a quien se le atribuyen varios poemas
topográficos y del que se dice que alcanzó una avanzadísima edad, 5.500
años según el Lebor na hUidre. Estaba tuerto, y había vivido siglos bajo la
forma de un salmón, un águila y un halcón, sucesivamente. Véase T. F.
O'Rahilly, op. cit., págs. 318-319. Sobre el salmón en la tradición irlandesa,
véase A. J. Hughes, «Some aspects of the salmon in Gaelic tradition past
and present», Zeitschrift für celtische Philologie 48 (1996), 17-28.
FIP NGABLI91

Finn cecinit:

Querido me es el rutilante Gabul


que dio movimiento al bosque de brillantes brotes:
no buscando una recompensa pasajera,
rogó que se le diera su nombre.

Cogió Ainge92 un haz de leña resplandeciente


que fue goteando hasta su reflujo:
una rama de todo árbol sin excepción se halla
en el lozano haz, fresco y blando.

Una chulapa hizo el Dagda para su hija,


de la altura del pecho, en el alto estuario,
no haría agua sino con alta mar:
ella apreciaba su castidad.

Él la robó -una grave historia-,


Gaible93 el pálido, hijo de Ethedeón;
la arrojó, sin pagar por el paseo,
desde el frío Paso del Arbusto.

91
Este enigmático y casi incomprensible poema atribuido a Finn está
recogido en el Libro de Leinster (siglo XII), a partir del cual lo editó
Gwynn, op. cit., vol. II, págs. 58-9. Aunque he tratado de subsanar parte de
la oscuridad del texto a partir de la versión en prosa del mismo manuscrito
recogida en la entrada dochtra del Dictionary of the Irisb Language, no
pocos puntos quedan rodeados por la nebulosa de la más antigua mitología
concerniente al dios conocido como el Dagda (véase nota 84). Así, el
«rutilante Kabul» del primer verso pasa a ser llamado «Gaible el pálido» en
el decimocuarto. Fid nGabli es Feeguile, un arroyo afluente del Barrow en
el condado de Offaly.
92
Hija del Dagda.
93
El epónimo del río, de quien nada sabemos.
Halló descanso en los confines de Flann94:
él reclama la foresta y su propio bosque;
el hombre que hurtó y robó en el este,
para las mujeres fue querido en toda ocasión.

16

DUBLÍN95

La hija de Rodub96 de pelo rizado, el valiente


hijo de Glas Gluair97, hijo de Glas Gamain98,
fue esposa de Enda99, hijo de Nos el osado,
que se asentó en las praderas de Etar100.

Fue una druidesa, una noble poetisa


la bellísima hija de Rodub,
tenía el poder de vaticinar a los campeones,
hasta que fue ahogada de un solo golpe.

Enda tenía una esposa hermosa y guapa,


Aide hija de Ochind:
el hijo del esbelto Cnucha, el que amaba el combate,

94
Nombre de varios poetas y reyes.
95
Este poema deliciosamente ininteligible, también recogido junto a su
versión en prosa en el Libro de Leinster, habla del origen de la ciudad de
Dublín (literalmente, «Charca Negra», una laguna identificada con
Poolbeg, en la desembocadura del río Liffey). Fue editado por O'Curry y
posteriormente por Gwynn (op. cit., vol. III, 94-5), ninguno de los cuales
aclaran mucho. Curiosamente, en irlandés el nombre Dublín (Duiblind en
el original) ha sido desplazado por el también gaélico de Áth Cliath o Baile
Átha Cliath («Vado de las estacas» o «Ciudad del vado de las estacas»).
96
«Muy Negro»
97
«Verde (o Gris) Brillante» (véase nota 31).
98
«Ternero Gris».
9
9
No sabemos nada de este Enda mac Nois ni de su padre. Tampoco de los
personajes que se mencionan a continuación.
100
Howth, al norte de la capital.
le dio una breve vida a la hija de Rodub.

La hija de Rodub tuvo celos,


no fue un viaje venturoso
cuando hizo un encantamiento al mar por la mañana
pues no era amigo suyo el esbelto Cnucha.

El luminoso y violento Margin la marcó;


el escudero, por orden de Ochind
arrojó a su paso una taimada bola
por la que fue destruida la hija del rey Rodub.

El enemigo que la había matado halló la muerte


a manos del célebre y magnánimo padre de ella;
muerto fue el hermoso guerrero antes de anochecer
tras el asesinato de la hija de Rodub.
EPIGRAMAS

17

ÁED MAC COLGAN101

Hubo un tiempo
en que fue una laguna famosa Loch Dá Dam102;
no es que el lago fuese famoso,
sino el reinado de Áed mac Colgan.

Me es igual,
cuando ya no vive el amigo que me amó,
quién construya una choza de cañizo
en la isla de Loch Dá Dam.

ÁED BENNÁN103

Aed Bennán
de los Eóganachta del oeste de Lúachair,
ay de los tesoros de los que es rey,
dichoso el país que pastorea.
Cuando sacude el escudo
101
Recogido en los Anales de los Cuatro Maestros en la anotación
correspondiente al año 606. Greene, op. cit., pág. 107. Áed mac Colgan fue
un rey que murió durante su peregrinaje al monasterio de Clonmacnoise.
102
«El Lago de los Dos Bueyes».
103
Anales de los Cuatro Maestros, año 614. Greene, op. cit., págs. 107-8.
Áed Bennán fue un rey del oeste de Munster, padre de Mór Muman, sobre
la cual hay una leyenda que refleja la idea céltica de la diosa de la
soberanía. La de los Eóganachta fue una dinastía de Munster, dividida en
varias ramas, que se remonta hasta un ascendiente común llamado Eógan
Taídlech o Eógan Fitheccach. Lúachair, una región que comprendía parte
de los condados de Cork y Kerry, es mencionada en algunos de los poemas
del Dindshenchas.
dispersa a sus enemigos.
Aunque sea pequeña su espalda,
ella es la protección del oeste de Munster.

19

CONAING104

Las grandes olas pálidas de la mar


han cubierto la orilla;
se han combinado contra Conaing
en su pequeña barca de mimbre.

La mujer ha meneado su blanca melena


contra la barca de Conaing;
torcidamente ha sonreído
hoy ante el árbol de Tortu.

20

MÁEL ODRÁN105

El grano que muele el molino


no es avena sino trigo rojo;
de las ramas del gran árbol era
la molienda de Máel Odrán.

104
Entrada para el año 621 en los Anales del Ulster, Greene, op. cit., pág.
108. Se ha dicho que el nombre Conaing es un préstamo del anglosajón
cyning («rey»), pero en los Anales de los Cuatro Maestros se hallan
monarcas precristianos que ya tuvieron este nombre. Este Conaing del
poema reinó en Brega, la región en la que estaba Tara, y murió en 662.
Véase Byme, op. cit., págs. 111-12. En cuanto a Tortu, es Ardbraccan, en
Meath, y sobre el famoso árbol hay un poema del Dindshenchas, vol. IV,
págs. 240-7. En el libro de Leinster (199 b 61) se nos dice que era un
fresno. Cayó durante el reinado de los hijos de Áed Sláine (657-664).
105
Año 650 en los Anales del Ulster. Editado por Greene (op. cit., pág.
108). Máel Odrán úa Dímma Chróin fue un afamado guerrero de Leinster.
21

FEIDLIMID106

Feidlimid es el rey
para el que fue tarea de un solo día
destronar al rey de Connacht sin entablar batalla
y devastar a Meath.

22

ÁED107

-¿Habéis visto
a Áed de Connacht en el vado?
-Sólo vimos
su escudo sobre su sombra.

23

106
Esta estrofa aparece en la entrada de los Anales del Ulster
correspondiente al año 839. Me he servido de la edición de Greene, op. cit.,
pág. 108. Feidlimid mac Crimthainn, rey de Cashel, murió en 847, y según
Byrne se trata «de una de las figuras más enigmáticas de la historia
irlandesa». Fue guerrero y eclesiástico, y celebrado en la Vita Tripartita de
San Patricio. Véase Byrne, op. cit., págs. 211-219, donde se da un
pormenorizado relato de su reinado.
107
W. Stokes y E. Windisch, Irische Texte, Leipzig, 1880-1909, vol. III,
pág. 12, y Greene, op. cit., pág. 109. En este caso es curioso comprobar
cómo la versión de Frank O'Connor en su Kings, Lords and Commons
(Dublín, Gill and Macmillan, 1991, pág. 44), que casi siempre es muy libre,
aquí se ajusta más al original que la traslación en prosa de David Greene,
su colaborador en el tantas veces aquí mencionado A Golden Treasury of
Irish Verse. La antología de O'Connor es, en palabras del Premio Nobel de
Literatura de 1995, Seamus Heaney, «no sólo un libro de traducciones que
hicieron época, sino una pequeña historia de la poesía en irlandés, realizada
con la rotundidad y el brío de O'Connor: el genio de los originales y el
genio del traductor mutuamente realzados.»
UNA MUJER DEL LUGAR108

Hay una mujer del lugar,


no digo su nombre,
que suelta ventosidades
como piedras de una honda.

24

ETAN109

No se sabe
con quién donnirá Etan;
pero se sabe que la rubia Etan
no donnirá sola.

25

LA HIJA DEL HERRERO110

La hija del herrero


es la mujer del orfebre,
un rostro muy blanco
y muy colorado.

26

108
Este epigrama fue publicado en el número XX de la Revue Celtique,
pág. 158, y es antologado por Greene, op. cit., pág. 111.
109
Muy antologado este poema, aparece en Irische Texte, III, pág. 19, y
Greene, op. cit., pág. 111, además de en K. Meyer, A Primer of Irish
Metrics, Dublín, 1909, y T. Kinsella, The New Oxford Book of Irish Verse,
Oxford, Oxford University Press, 1986, pág. 41.
110
Irische Texte, III, pág. 60, y Greene, op. cit., pág. 111. Este poema
aparece en la recopilación de Murphy, op. cit., pág. 90.
LOS MARINOS111

Dichosos quienes en un barco de larga proa


tienen a su amor,
que alto navega, arrogante,
habiendo dejado su tierra.

27

LOS ESTUDIANTES112

Si yo fuese la doncella
amaría a todos los estudiantes;
no se conoce a un hombre hasta que se le escucha.
Un largo adiós os doy, familia.

28

REY DE LAS ESTRELLAS113

Rey de las estrellas,


a oscuras esté mi casa o iluminada,
no se la cerraré a nadie
para que Cristo no me cierre la suya.

29

UN TRIUNFO DE MURCHAD114
111
Publicado por K. Meyer en Bruchstücke der älteren Lyrik Irlands,
Berlín, 1919, pág. 162, y Greene, op. cit., pág. 112.
112
Este poema forma parte de un tratado gramatical para uso de las
escuelas bárdicas: G. Calder (ed.), Auraicept na nÉces, Edimburgo, 1917,
págs. 533-36. Publicado con traducción en Greene, op. cit., pág. 112.
113
Este hermoso poemita sobre la hospitalidad está incluido en el Leabhar
Breac. Greene, op. cit., pág. 113.
114
Irische Texte, III, pág. 69, y Greene, op. cit., pág. 200. El Marchad que
se menciona murió en 994. El Boyne, que atraviesa Meath, es uno de los
principales ríos de Irlanda. Para Echtga, véase la nota 67.
Oh gente del gran Murchad
a quienes no detiene bosque ni turbera,
habéis dispersado a los infieles hasta el Boyne
frente a exóticos estandartes de satén soleado.
Copos de nieve caen de sus narices
en las montañas de Echtga, avanzada la noche.

30

UNA VICTORIA115

Su roja victoria postrera


fue por la noche en Áth Buide,
treinta días veloces
de aquello hasta el fin de su viaje.

31

MÓR y DUBHCHOBHLAID116

115
El caudillo al que alude este poema, casi un epitafio, es Máel Sechnaill
II, rey de los Uí Néill, fallecido en 1022. El significado de Áth Buide es
«Vado Amarillo (o Soleado)». Aparece en los Anales de los Cuatro
Maestros y ha sido editado por Greene, op. cit., pág. 200.
116
Aparece en la entrada del año 1088 en los Anales de los Cuatro
Maestros. Editado por Greene, op. cit., pág. 200. Mór significa .Grande-,
un apodo frecuente, tanto en la Irlanda como en la Escocia gaélicas. Tadhg
es el equivalente de Timoteo, y Dubhchobhlaid significa «Cuerpo Negro».
Fundado a mediados del siglo VI por San Ciarán, Clonmacnoise fue el más
importante monasterio de Irlanda, y en él se realizó el manuscrito del
Lebor na hUidre, además de redactarse los Anales de Tigernach y los
Anales de Clonmacnoise. A lo largo de su historia sufrió los ataques de
diferentes facciones de irlandeses y de los vikingos. Véase C. Etchingham,
Viking Raids on Irish Church Settlements in the Ninth Century, Maynooth,
Cardinal Press, 1996, y A. Kehnel, Clonmacnois -the Church and Lands of
St. Ciarán: Change and Continuity in an Irish Monastic Foundation (6th to
16th Century), Münster, Lit, 1997.
Mór, la hija del vástago de Tadhg del norte,
ha llegado a la lúgubre casa de los muertos
mientras Dubhchobhlaid iba a Clonmacnoise
una helada mañana de otoño.

32

CONCHOBHAR y LOS VIKINGOS117

No más botín de vikingos


Conchobhar, rey de los Uí Chéin,
piensa añadir a lo suyo
-esto es verdad-
que lo que piensa en echar un puñado
de manzanas verdes
en plena cosecha
en mitad de un gran bosque
el Rey de Reyes.

33

EL CONSTRUCTOR118

¿Qué voy a hacer, mi Señor,


con todo este material?
¿Cuándo serán una obra hermosa y compacta
estos diez centenares de tablones?

117
Recogido en Irische Texte, 1lI, pág. 95. El protagonista ha sido
identificado con un Conchobhar que fue rey de Tír Ciaráin, cerca de Derry,
alrededor de 1096. El mensaje del alambicado poema sería que el rey
piensa arrebatar tesoros a los vikingos con la misma naturalidad que Dios
da las manzanas en el árbol.
118
Recogido por Meyer en Otia Merseiana, II, pág. 78, y Greene, op. cit.,
pág. 202.
34

LAS VISITAS119

Lo que hace un villano


cuando visita un lugar
es entrar en la casa y echársete encima
como un soldado libidinoso.

Lo que hace un señor


cuando visita un lugar
es entrar en la casa, tallar una vara
y decir una estrofa oportuna.

35

TODO LO NUEVO ESPLENDE120

Todo lo nuevo esplende, ¡qué gran alegría!


Un muchacho es tornadizo en sus deseos,
hermosas son las decisiones del querer,
dulces las palabras de un hombre que corteja.

36

INSPIRACIÓN DIVINA121

El Dios del cielo no me turba


en el elevado arte de cantar;
Él derrama sin impedimento
la belleza del oro rojo en lo que digo.
119
Recogido por Greene, op. cit., pág. 202, aparece en el margen de una de
las páginas del Libro de Leinster.
120
También se trata de una estrofa copiada en el margen de una página del
Libro de Leinster. Greene, op. cit., pág. 203.
121
Irische Texte, III, pág. 8, y Greene, op. cit., pág. 202.
37

ELOGIO DE EITHNE122

Yo bendigo a la gloriosa Eithne,


la hija de Domnall el alanceador,
con la que tras un viaje a una ciudad
llena de veneno de serpientes,
por cuatro veces ocho siervos portado,
un río de hidromiel he bebido.

38

EL MIRLO EN EL ARBUSTO123

Ay, mirlo, qué bien estás


donde está tu nido en el arbusto.
Ermitaño que no tocas campana,
melodioso, dulce y calmo es tu silbo.

39

LA ABEJA124

La abeja amarilla va veloz de cueva en cueva,


no es corto su viaje bajo el sol;

122
El nombre de Eithne es el mismo que lleva la popular cantante en inglés
y gaélico Enya, que pertenece a una familia de músicos y artistas
tradicionales de Donegal. Domnall es un nombre frecuente. Este poema
representa el caso opuesto al del poeta que censura el pobre premio que
recibe (véase el último poema de esta sección). Irische Texte, III, pág. 72, y
Greene, op. cit., pág. 202.
123
Esta estrofa aparece en el margen de una página del Leabhar Breac, y es
recogida por Greene, op. cit., pág. 206.
124
Editado por Meyer en sus Bruchstücke, pág. 159, y por Greene, op. cit.,
pág. 206.
feliz vuela a la gran llanura;
buena es su cita, su reunión en la colmena.

40

UN POZO DE LAGRIMAS125

Dios, dame un pozo de lágrimas


para ocultar mi culpa:
no es fértil la tierra sin lluvia
ni es santa el alma sin lágrimas.

41

TRES LADERAS126

He amado tres laderas


que no confío en volver a ver:
la ladera de Tara, la ladera de Tailtiu,
y el costado de Áed mac Ainmirech.

42

«TESTAZUELA»127
125
J. Carney, Medieval Irish Lyrics, with The Irish Bardic Poet, Portalaoise,
The Dolmen Press, 1985, pág. 78, recoge este poema ya publicado en
Éigse, I, pág. 248.
126
Se juega con la palabra toíb (ladera, costado, flanco). El Aed mac
Ainmirech protagonista del poema fue asesinado en el año 598, aunque el
texto es según Carney, op. cit., pág. 24, del siglo VIII, lo que ilustra el
hecho de que en la Irlanda altomedieval muchos poemas hacen referencia a
sucesos acaecidos varias centurias antes, siendo la tradición algo vivo, a
cuya luz esos mismos sucesos tenían la condición de contemporáneos. Tara
y Tailtiu eran notables santuarios y lugares de festivales y consagraciones
(véanse notas 5 y 11).
127
Un poema del siglo VI o VII que aparece, en otra versión, en la Vita
Tripartita de San Patricio, del siglo IX, aunque una extensa discusión sobre
la fecha de la Vita se puede hallar en F. MacDonncha, «Dáta Vita Tripartita
Sancti Patricii», Éigse 19 (1983), 354-372. Se trata de la burla que hace un
Vendrá «Testaduela»
por el mar de enloquecida cabeza,
su manto con cuello para la cabeza,
su bastón curvo en la cabeza.

Cantará sacrilegios
desde una mesa delante de su casa,
y todos los suyos responderán:
«Amén, Amén».

43

CORAZÓN128

Corazón es,
bosque de nueces,
es un zagal,
a él un beso.

44

MALVADO ES129

druida de un obispo con casulla y báculo (el apodo de .cabeza de azuela.,


«testaduela» en la traducción, alude a la mitra). La mesa delante de su casa
es, lógicamente, el altar. La primera estrofa es altamente aliterativa (Ticfa
Tálcem / tar muir mercenn, / a thí thollcenn, / a chrann crombcenn).
Tomado de Carney, Medieval Irish Lyrics, pág. 2.
128
Ya editado por Meyer y posteriormente por Murphy, op. cit., pág. 59,
Carney lo recoge en su Medieval Irish Lyrics, pág. 28, asignándolo a los
siglos IX o X
129
Una glosa a San Agustín publicada en el Thesaurus Paleohibernicus, II,
pág. 7, y recogida por Carney, Medieval Irish Lyrics, pág. 10. Sobre la
importancia de las glosas, véase E. G. Quin, «The Irish Glosses» en P. Ní
Chatháin y M. Richter (eds.), Irland und Europa: Die Kirche im
Frühmittelalter. Irland and Europe: The Early Church, Stuttgart, Klett
Cotta Verlag, 1984, 210-217.
Malvado es
eludir al Rey de la verdad
y tener amistad con el demonio.

45

LA GRAN CIÉNAGA130

Fría es la noche en la Gran Ciénaga,


cae una terrible tormenta;
un canto profundo ante el que el claro viento
lanza carcajadas sobre el bosque.

46

LA CAMPANA131

Grata campana
tocada en noche de viento:
mejor es ir a su encuentro
que al de mujer licenciosa.

47

EL SEÑOR DE LA CREACIÓN132

Adoremos al Señor
que hizo obras prodigiosas:
el gran cielo brillante y sus ángeles,
el mar de blancas olas sobre la tierra.

48
130
Irische Texte, III, pág. 67, y Greene, op. cit., pág. 206.
131
S. IX. Aparece en un tratado de métrica del mismo siglo o siguiente
como ejemplo de la estrofa rannaigecht gairit, Murphy, op. cit., pág.4.
132
S. IX. Como el anterior, aparece en un tratado de métrica, éste del s. XI.
Ilustra la estrofa breccbairdne. Murphy, op. cit., pág. 4.
PEREGRINAJE EN VANO133

Ir a Roma:
¡muchas penalidades, poco provecho!
Al Rey a quien acudes allí,
si no lo llevas contigo, no lo alcanzarás.

49

JUVENTUD Y VEJEZ134

Mo Ling dixit:

Cuando estoy entre mis mayores


demuestro que los juegos están prohibidos;
cuando estoy entre los revoltosos
me creen más joven que ellos.

50

NOCHE TEMPESTUOSA135
133
S. IX, en opinión de K. Jackson. Publicado como poema Ven el Old
Irish Reader de R. Thurneysen, Dublín, The Dublin Institute for Advanced
Studies, 1949, pág. 41. Figura en un manuscrito conservado en Dresde.
Tanto por este dato como por su tema parece ser obra de uno de los scotii
peregrinantes. Compárese con sendos sonetos de Joachim du Bellay y
Quevedo que comienzan, respectivamente, con los versos «Nouveau venu,
qui cherches Rome en Rome» y «Buscas en Roma a Roma, ¡oh
peregrino!».
134
Siglo X. Aparece en manuscritos del siglo XV como parte del
comentario al Félire Oengusso en el texto relativo al 17 de junio, día de Mo
Ling, personaje muerto hacia 697 ligado a la leyenda de Suibhne (véase
nota 29). Murphy, op. cit., págs. 38-42.
135
S. XI, editado por Thurneysen, con el número I, entre los poemas de su
Old Irish Reader, pág. 39. El texto ya había sido publicado antes por
Meyer; como curiosidad, podemos decir que la traducción inglesa de éste la
recoge Borges cuando trata de las incursiones vikingas en su obra
Literaturas germánicas medievales. Véase B. T. Hudson, «The Viking and
Es fuerte el viento esta noche,
se agita el océano de pelo blanco;
no temo que naveguen por el mar de Irlanda
las bandas de violentos guerreros escandinavos.

51

EXIGUA RECOMPENSA136

He oído
que no da caballos por poemas;
da lo que le es más parecido:
una vaca.

EXALTACIÓN DE LA NATURALEZA

the Irishman», Medium AEvum 60/2 (1991), 257-267.


136
Del siglo IX, aparece como un ejemplo de deibide baise fri tóin en un
tratado métrico de dos siglos más tarde conservado a su vez en manuscritos
del XV. Este poema aparece en la recopilación de Murphy, op. cit., pág. 90.
Era normal que los bardos recibieran de nobles y reyes objetos, tierras o
animales en pago a sus poemas. Si la recompensa no era del gusto del
bardo, éste podía satirizar hasta extremos insospechados a su señor, hasta el
punto de producirle daños físicos (ampollas, etc.). Así, Tromdamh Guaire
es el relato de un rey a merced de los caprichos de su bardo, a quien no
puede negar lo que éste despóticamente le solicita.
52

LA AURORA137

Bienaventurada la aurora resplandeciente


que llega al interior de mi celda,
y bienaventurado quien la envía,
la triunfante aurora renovada.

Hija de la Noche clareada,


hermana del Sol esplendoroso,
bienaventurada, aurora esplendente,
tú que me revelas mi librito.

Tocas las fachadas de las casas,


iluminas por igual pueblos y tribus,
bienaventurada, oh cuello precioso,
ven, vivaz baño de oro.

53

EL MIRLO DE DOIRE AN CHAIRN138

Oisín cecinit:

137
Carney, Medieval Irish Lyrics, págs. 80-2.
138
Publicado por T. F. O'Rahilly en el primer tomo de su Measgra Dánta,
Cork, Cork University Press, 1972, págs. 54-55. Aunque no lo data, es
probablemente anterior al siglo XIII. Destaca O'Rahilly que el amor
irlandés por el detalle se ejemplifica aquí en el -catálogo. de sonidos, de
aves y de bestias, de lugares. Doire an Chaim («Bosque del Montículo») es
seguramente, según O'Rahilly, Measgra Dánta, I, pág. 113, Derreenacarrin,
un lugar a mitad de camino entre Glengariff y Adrigole, en la península de
Beare (condado de Kerry). Oisín es el famoso Ossián de los poemas de
Macpherson, y el verso 10 quizás aluda al Evangelio de San Juan
(recuérdese que éste fue representado como águila).
¡Qué delicioso, mirlo de Doire an Chairn!
jamás escuché una música
más deliciosa que la tuya
cuando estás bajo tu nido.

Música única y deliciosa es,


lástima de quien aún no la haya escuchado,
Patricio de la campana musical
que das de nuevo las nonas.

Tú, como yo mismo, tienes


por cierta la noticia del pájaro
dicha con verdad y vehemencia
y nunca habrás de temer a Dios.

En la Escandinavia de arroyos azules


hallé al hijo de Cumhall de rizos rojos;
el pájaro que visteis entonces
verdadero es lo que cuenta.

Doire an Chairn, en aquel bosquecillo


donde se reunían los fíanna,
en la más bella y lozana rama
habitaba el mirlo.

Gorjeo de mirlos en Doire an Chaim,


bramido del venado en Aill na gCaor139,
la música del novillo de Finn temprano,
los ánsares del lago de los tres vados.

Los urogallos de Crúachán Chuínn140,

139
«Roca de las Bayas» (probablemente serbas). Sin identificar.
140
«Montaña de Conn» (un rey legendario del siglo II). Según O'Rahilly,
op. cit., pág. 113, Croghan, en el norte de Roscommon.
el frenesí de las comadrejas en Druim Dhá Loch141,
las voces [...] del valle de Fuath,
el canto del cuco de la colina de Sgoth.

Las voces de los lebreles de Glenn Caoin142


y los cantos de los perros de caza,
los sonidos de las olas que viajan temprano
a la Playa de las Piedras Rojas.

Mientras vivieron Finn y los fíanna


contigo estaban en nava o santuario;
melodioso mirlo hablador,
el son de las campanas no es más melodioso.

54

MAR DE PECES143

Mira lejos
al nordeste
el mar maravilloso
pletórico de peces;
hogar de las focas
agitado, brillante,
la marea ha alcanzado
su plenitud.

141
«Monte de los dos Lagos», con toda probabilidad Drumdallagh, cerca de
Ballymoney, en el condado de Antrim.
142
«Valle Grato». Según O'Rahilly, op. cit., pág. 114, uno de los muchos
lugares denominados Glenkeen, el más conocido de los cuales en la
literatura irlandesa es el Glenkeen del baronato de Kilnamanagh Upper, en
el condado de Tipperary.
143
Poema del siglo IX o X según Carney, Medieval Irish Lyrics, pág. 40,
también editado por Meyer, Bruchstücke der älteren Lyrik Irlands, pág.
149, y por Murphy, op. cit., pág. 73. Hay una versión muy libre del gran
Frank O'Connor en su Kings, Lords and Commons, pág. 24.
55

FRÍO144

¡Siempre frío!
La mayor tempestad por doquier;
los arroyos son ríos
y un lago rebosante cada lago.

Como un magno mar cada lago se eleva,


es una multitud cada cosa pequeña;
las gotas de lluvia son como blocas de escudos;
como pieles de camero blanco, los copos.

Como un foso es cada sucio charco,


se alza el llano, un bosque es cada páramo;
no encuentran refugio las bandadas
y blanca nieve llega a la cadera.

La escarcha ha cortado los caminos


rodeando artera el menhir de Colt145;
la tempestad se atrinchera por todos lados
y nadie dice nada sino «Frío».

56

ARRAN146
144
Probablemente compuesto en el siglo IX, el siglo de oro de la poesía de
la naturaleza en Irlanda. Fue editado por K. Meyer en Four Old Irish Songs
of Summer and Winter, Londres, 1903, pág. 18. Algunos versos aparecen
también en otro poema traducido por Meyer en Ancient Irish Poetry,
Londres, Constable, 1913 (reimpr. de 1994), págs. 57-8, que viene a ser una
amplificación de éste. Para mi traducción me he servido del texto
establecido por Carney, op. cit., págs. 22-4.
145
Un lugar no identificado de Meath.
146
Es ésta una alabanza de la isla de Arran, frente a la ria de Clyde, en
Escocia, que aparece recogida en el Acallam na senórach (El coloquio de
Arran de los muchos ciervos,
el mar choca contra su hombro,
isla donde se alimenta a mesnadas,
cresta donde enrojecen las lanzas azules.

Altas sobre el mar sus lomas,


agradables sus bayas, pocas sus olas,
isla verde de sementales y valles,
pico montañoso de bosques y gentíos.

Asustadizas ciervas en sus montes,


ricos madroños a manojos,
agua fresca en sus ríos,
bellotas en sus robles parduscos.

Ágiles lebreles y sabuesos,


zarzamoras y el fruto negro del endrino,
espesos espinos en el interior de los bosques,
venados que pelean en los robledos.

Una cosecha de púrpura en sus rocas,


hierba sin mácula en sus faldas,
un tapiz de musgo sobre sus riscos,
brincos de gamos, saltos de peces.

Llana su llanura, gordos sus guarros,


agradables sus campos (creed lo que digo),
cuajadas las copas de su avellaneda,
a su lado pasan los navíos.

Deliciosa para todos cuando viene el buen tiempo,


hay truchas a las orillas de sus ríos;
los ancianos). Hay de ella varias versiones; la que aquí ha servido para la
traducción es la publicada por O'Rahilly, Measgra Dánta, pág. 40. Según
estemos ante una u otra se atribuye a Oisín o a Caílte, los viejos camaradas
de andanzas que rememoran los días pasados.
dialogan las gaviotas sobre los acantilados blancos,
¡deliciosa en todas las épocas, Arran!

57

EL ESCRIBA EN EL BOSQUE147

Hay un seto de árboles sobre mí;


un mirlo me canta, no ocultaré su nueva;
sobre los renglones de mi libro
canta el trino de un pájaro.

Canta alto un cuco, qué fina dicción,


el gris de su capa entre un fuerte de arbustos.
¡Ah! El Señor me protege:
qué bien escribo bajo un bosque en el llano.

58

EL REY Y EL ERMITAÑO148

[GUAIRE:]
Marbán, ermitaño,
¿por qué no duermes sobre un lecho?
Antes prefieres dormir fuera,
tu nuca en el suelo de un bosque de abetos.
[……………………………….]
Antiguos poemas irlandeses

147
Principios del s. IX Murphy, op. cit., pág. 4.
148
Conservado en un manuscrito del s. XVI, aunque compuesto mucho
antes. Siguiendo a Murphy, op. cit., págs. 10-9, las estofas 2-7 han sido
omitidas por problemas textuales. Guaire fue un rey de Aidne, en
Connacht, que vivió en el s. VII, y Marbán su hermanastro. Samain era la
fiesta pagana del primero de noviembre, y su nombre ha quedado para
designar a este mes en gaélico. Más información sobre Guaire se puede
recabar en Byrne, op. cit., págs. 239-46.
[MARBAN:]
Tengo una cabaña en un bosque,
nadie la conoce sino mi Señor;
aquí un fresno, allí un abedul
-un gran árbol en alto-, la cierran.

Dos jambas de brezo la sostienen,


y un dintel de madreselva;
alrededor de su cerca el bosque
echa bellotas a rollizos cerdos.

Es mi cabaña -pequeña y no pequeña-


lugar de senderos familiares;
se oye a una que canta, dulcemente,
con capa color de mirlo en el tejado.

Los ciervos de Druim Rolach149 brincan


en el arroyo del limpio prado.
El rojo Roigne puede verse desde allí,
y las nobles Mucruime y Móenmag150.

Humilde morada escondida


que domina el bosque lleno de veredas.
¿Vendrás conmigo a verla?
Mi vida, aun sin ti, ha sido feliz.

Largas ramas de tejo


verdes como su árbol:
¡famoso prodigio!
Hermoso es el lugar:
el gran verdor de un roble
se suma al portento.

Un manzano con manzanas

149
Una montaña sin identificar.
150
Dos llanuras cerca de Athenry y Loughrea (condado de Galway).
(enorme riqueza)
gordas como de magia;
una apretada cosecha
de frutos pequeñitos
en copudos avellanos.

Excelentes manantiales,
cascadas de agua
(muy buena para beber)
brotan a raudales;
hay bayas de tejo,
guindas, alheña...

A su alrededor
cerdos domésticos:
cabras, cochinillos,
puercos salvajes,
altos ciervos, gamas,
tejones y sus crías;

en bandadas, pacífico,
un poderoso ejército campestre,
una asamblea ante mi casa;
a la arboleda de enfrente
acuden los zorros:
jes algo maravilloso!

Deliciosos banquetes,
[…………………….]
[…………………… ]
agua pura,
frutos copiosos,
salmón y trucha.

Frutos del serbal,


negras ciruelas
y oscuros endrinos,
comida de bayas,
bolitas de arándano
[…………………… ]

Nidadas de huevos,
miel, bellotas, grosellas
(enviadas por Dios),
dulces manzanas,
rojos madroños,
frutos de brezo.

Cerveza y hierbas,
una parcela de fresas,
ricas y abundantes
bayas del espino,
y también del tejo,
nueces sabrosas.

Una copa de hidromiel


de excelente avellana
servida con diligencia;
oscuras bellotas,
ramas de zarza
con buenas zarzamoras.

Cuando llega el verano


con su espléndido manto,
exquisito sabor:
nueces de tierra, orégano,
berros del arroyo
de cristal verde.

Música de palomas torcaces


cuyos pechos refulgen,
movimiento entrañable;
el canto delicioso
y frecuente del zorzal
sobre mi casa.
Abejas, escarabajos,
zumbido quedo,
rumor tenue;
ánsares, alavancos;
cuando llega Samain,
canto de un silvestre.

Un ágil pardillo,
agudo druida moreno
desde una rama de avellano;
pájaros carpinteros
de pinto plumaje,
enorme bandada.

Bellas aves blancas,


garzas, gaviotas;
el océano les canta;
no es música triste
la del pardo urogallo
en el brezo rojizo.

Muge el novillo
en verano,
la estación de más luz,
no amarga ni fatigosa
sobre la rica llanura
dulce, apacible.

La voz del viento


contra un bosque tupido,
muy oscuras las nubes;
cascadas en un río;
rocas que braman:
encantadora música.

Hermosos los pinos


que tocan para mí
sin que les pague;
gracias a Cristo,
jamás estoy peor
de lo que tú estés.

Aunque disfrutes
de aquello que te gusta
sin privaciones,
Yo estoy satisfecho
con cuanto me ofrece
mi amado Cristo.

Sin una hora de lucha


en el fragor del combate
que a ti te alborota;
agradecido al Príncipe
que me da todo lo bueno
en mi cabaña.

[GUAIRE:]
Renunciaré a mi gran reino
y a mi parte en la herencia de Colmán151
-no disputaré por ella mientras viva-
para vivir contigo, Marbán.

59

EL MIRLO DEL LAGO LAÍG152

151
Padre de Guaire, muerto en 622 en la batalla de Cenn Buga, cerca de
Roscommon.
152
Poema del s. VIII o IX Un tratadista del XI lo pone como muestra de
snám súad. El Lago Laíg es el Lago de Belfast (en realidad una amplia
ensenada). Murphy, op. cit., pág. 6. Para la traducción de Frank O'Connor y
otra mía a partir de la suya, ambas tan libres y diferentes de ésta presentada
aquí, véase mi artículo «El mirlo junto al lago de Lough Laíg», en
Renacimiento, 19-20 (1998), 50-2.
El pajarito
ha silbado
por la punta de su pico
de intenso amarillo:
lanza su reclamo
sobre el Lago Laíg
un mirlo en una rama,
montón de amarillo.

60

EL MIRLO EN EL SAUCE153

El pájaro que llama desde el sauce,


hermoso piquito de clara llamada,
punta amarilla de un tenaz macho negro:
melodía tocada con viveza, la voz del mirlo.

61

LAS CUATRO ESTACIONES154

153
S. IX. Citado por un tratadista del s. IX o X como ejemplo de debid
guilbnech dialtach. Murphy, op. cit., pág. 6.
154
Estos poemas, que fueron publicados por K. Meyer en Ériu, 7 (1914), 2-
5 y 197-98, forman parte de una narración que recibe el nombre de «El
hospedaje de Athairne». Originalmente están recogidos en el Libro de
Leinster y se pueden fechar en el siglo XI. Se ha dicho que podrían ser
ejemplos de composiciones aliterativas utilizados en las escuelas bárdicas.
Greene, op. cit., págs. 140-43, enmendó varios versos para que pudiera
mantenerse la aliteración donde no se hallaba ésta en la fuente manuscrita.
A veces, se ha preferido aquí su edición, y en otras ocasiones he optado por
los textos de K. Jackson, Studies in Early Celtic Nature Poetry, Londres,
Cambridge University Press, 1935, 128-30, o Meyer. R. P. M. y W. P.
Lehmann publicaron estos poemas; comentados y con una traducción que
pretende emular su sabor aliterativo, en su manual An Introduction to Old
Irish, 2ª ed., Nueva York, The Modero Language Association of America,
1976, 134-38, y 144-46. Athaime y Amhairghen fueron dos legendarios
poetas del Ulster.
En una ocasión, Athairne fue de viaje, en otoño, a casa de su hijo
adoptivo Amhairghen, y pasó allí la noche,- y tenía previsto
marcharse al día siguiente- Pero Amhairghen dijo para retenerlo:

Una buena estación para quedarse es el otoño,


todo el mundo tiene labores que hacer
antes de que los días sean demasiado cortos.
A cervatos moteados de entre las ciervas
las ramas del brezo rojo dan cobijo.
Corren los venados de los montículos
al oír el reclamo de la manada.
Bellotas y bayas de los vastos bosques,
espigas de maíz en los prados,
sobre todos los terrenos del dorado mundo.
Endrinas, espinosas zarzamoras
hay en medio del recinto en ruinas;
llena de pesados frutos la dura tierra,
caen avellanas en magnífica cosecha,
desde grandiosos árboles, al fuerte.

De nuevo hizo intención de irse en el invierno, pero entonces


Amhaighen dijo:

La más negra estación es en verdad el invierno;


las violentas corrientes de las olas se encrespan
contra las orillas de las regiones del mundo.
Triste está todo pájaro en la llanura
excepto el cuervo sanguinario y enrojecido
con el rugir del áspero invierno.
La tempestad es negra, oscura y cenicienta;
los perros arrogantes quebrantan huesos;
se pone en el fuego la olla de hierro
al término del día oscuro y negro.
De nuevo hizo intención de irse en la primavera, pero entonces
Amhairghen dijo:

Cruda y fría es la gélida primavera,


el frío se manifiesta en el viento,
graznan los patos en la laguna,
salvaje y quejumbrosa chilla la garza
que oyen los lobos en el páramo
temprano cuando se levanta la mañana.
Se despiertan las aves en las islas,
muchas son las bestias ante las que huyen
en el follaje, en la hierba verde.

De nuevo hizo intención de irse en el verano, y Amhairghen dijo,


dejando que lo hiciera:

Buen tiempo es el verano para largos viajes,


calmo está el bosque magnífico
al que el silbo del viento no agita;
verde es el plumaje de la cobijadora espesura,
giran los arroyos en la corriente,
un buen signo es el calor para el césped.
POESÍA RELIGIOSA

62

LA LORIGA DE SAN PATRICIO155

Hoy me ciño
una poderosísima fuerza,
la invocación de la Trinidad,
la creencia en lo trino,
la fe en lo uno,
camino de mi Creador.

Me ciño hoy
la fuerza del nacimiento de Cristo y su bautismo,
la fuerza de su crucifixión y su entierro,
la fuerza de su resurrección y ascensión,
la fuerza de su descendimiento para el Juicio Final.

Me ciño hoy
la fuerza del orden de los querubines;
en la obediencia de los ángeles,
en el servicio de los arcángeles,

155
Publicado por primera vez en el segundo tomo del Thesasurus
Paleohibernicus, 354 y sigs., y posteriormente por Greene y O'Connor en
op. cit., págs. 27-30. Fue compuesto en el siglo VIII, en metros arcaicos.
Las loricae, que se pueden hallar en latín y en irlandés, además de en otras
lenguas de la Europa medieval, como galés, anglosajón o islandés, eran
oraciones que invocaban la protección de Dios para luchar contra el mal,
normalmente enumerando las diferentes partes del cuerpo y solicitando esa
protección para cada una de ellas. Muy útil para los poemas de esta sección
es D. A. Bray, A List of Motifs in the Lives of the Early Irish Saints,
Folklore Fellows Communications, núm. 252, Helsinki, Academia
Scientiarum Fennica, 1992. Las últimas palabras en latín significan: «La
salud es del Señor, / la salud es del Señor, / la salud es de Cristo. / Tu salud,
Señor, sea siempre con nosotros».
en la esperanza de la resurrección recompensadora,
en las oraciones de los patriarcas,
en las predicciones de los profetas,
en los preceptos de los apóstoles,
en los testimonios de los confesores,
en la inocencia de las santas vírgenes,
en los hechos de los hombres justos.

Me ciño hoy
la fuerza del Cielo,
la luz del Sol,
el brillo de la luna,
el esplendor del fuego,
la intensidad del rayo
la velocidad del viento,
la profundidad del- mar,
la firmeza de la tierra,
la dureza de la roca.

Me ciño hoy
la fuerza de Dios para guiarme:
el poder de Dios para sostenerme,
la sabiduría de Dios para dirigirme,
el ojo de Dios para ver delante de mí,
el oído de Dios para escuchar,
la palabra de Dios para hablar por mí,
la mano de Dios para protegerme,
el camino de Dios para extenderse ante mí,
el escudo de Dios para guardarme,
la hueste de Dios para salvarme
de las emboscadas de los demonios,
de las tentaciones destinadas,
de los ataques de la naturaleza humana,
de todos cuantos me quieren mal,
lejos y cerca,
solos y acompañados.

Hoy invoco a todos estos poderes


contra todo poder despiadado que amenace mi cuerpo y mi alma,
contra los augurios de los falsos profetas,
contra las negras leyes del paganismo,
contra las falsas leyes de los herejes,
contra las trampas de los ídolos,
contra los hechizos de mujeres, herreros y druidas,
contra toda arte que corrompe el cuerpo y el alma del hombre.

Cristo me guarde hoy


de envenenamiento,
de ser quemado,
de la muerte,
de perecer ahogado,
para que obtenga una gran recompensa.

Cristo conmigo, Cristo ante mí, Cristo tras de mí,


Cristo en mí, Cristo bajo mí, Cristo sobre mí,
Cristo a mi derecha, Cristo a mi izquierda,
Cristo donde yago, Cristo donde me siento, Cristo donde me
[levanto,
Cristo en el corazón de todo el que juzga,
Cristo en la boca de todo el que habla de mí,
Cristo en cada ojo que me observa,
Cristo en cada oído que me oye.

Me ciño hoy
una poderosa fuerza,
la invocación a la Trinidad,
la creencia en lo trino,
la confesión de la unidad
en mi comparecencia ante el Creador.

Domini est salus,


Domini est salus,
Gbristi est salus.
Salus tua, Domine, sit semper nobiscum.

63
LOS DESEOS DE SANTA BRÍGIDA156

Me placería
una gran cervezada para el Rey de Reyes;
que la hueste celestial
estuviese bebiendo toda la vida.

Me placerían
los granos del credo, de la devoción pura;
me placerían
mayales de penitencia en mi morada.

Me placerían
los hombres del cielo en mi casa;
me placerían
barriles de paciencia para ellos.

Me placerían
vasos de limosnas para los presentes;
me placerían
vasijas de caridad para los congregados.

Me placería
que fuera con ellos la hospitalidad;
me placería
que siempre estuviese aquí Jesús.

Me placerían
las tres Marías, justa su fama;
156
Publicado por D. Greene en Celtica vol. II, parte I (1952), 150-53, con
el título «st. Brigid's Alefeast». Santa Brígida, a quien se le atribuye el
poema, es la patrona de Irlanda. Originalmente una diosa, su figura fue
posteriormente cristianizada. Su fecha de celebración es el 1 de febrero
(festividad pagana de Imbolg). Probablemente del siglo XI. De interés para
los lectores españoles es A. Breeze, «The shrine of St. Brigit at Olite,
Spain», Cambridge Medieval Celtic Studies, 16 (1988), 85-95.
me placería
la hueste celestial de todas partes.

Me placería
ser vasalla del Señor:
a quien ha padecido cuidados
una buena bendición le concede.

64

JESÚS Y LOS PÁJAROS157

Siendo un niño de cinco años,


Jesús, hijo del Dios vivo,
bendijo doce charcas,
las cercó con arcilla.

Modeló doce pajaritos


-paisir se llaman-;
en el Sabbath los creó
con arcilla sin mancha.

Un judío atacó
a Jesús, hijo del gran Dios;
a su padre José
lo condujo de la mano.

«Riñe a tu hijo, José;


no es bueno lo que ha hecho;
ha hecho en el Sabbatb
imágenes de pájaros con arcilla».

Juntó sus palmas Jesús


157
Incluido en el evangelio apócrifo de Santo Tomás, en verso, fue editado
por J. Carney en The Poems of Blathmac, Son of Cú Brettan, and The Irish
Gospel of Thomas, Dublín, Irish Texts Society, 1964, págs. 90-92. La
edición aquí utilizada es la de Greene, op. cit., 23-24.
y habló con voz gloriosa;
ante sus ojos -dichoso don-
dispersó a los pajaritos.

Se oyó la voz melodiosa


de labios del puro Jesús:
«Para que sepas quien te creó.
Vete a tu casa».

Otro lo anunció al pueblo,


maravillosa su nueva;
se oyeron, volando,
los trinos de los pájaros.

65

EL MORRAL MARAVILLOSO158
158
Recogido en tres manuscritos, el más antiguo de los cuales es el Libro
de Leinster, este poema fue por primera vez editado por L. Gwynn en
Archivium Hibernicum, IV (1915), 199-214, y posteriormente por J. Carney
en Celtica, XV (1983), 25-41. Aunque atribuido a Adomnán de Iona
(muerto en el 704), ya pesar de que lingüísticamente el poema, según
Gwynn, pertenece al siglo XI o principios del XII, la cierto es que si
seguimos a Carney habría que situar la datación en un momento
intermedio, sobre el siglo X La interpretación de Carney es que en el
morral o más bien cartera de estudiante de clérigo (la mochila, diríamos
hoy) se encuentran bienes y lecciones espirituales equiparables a las
reliquias de la Virgen y los santos: «Los cuatro Evangelios, especialmente
el de San Juan, los Hechos de los Apóstoles, la vida de San Martín de Tours
obra de Sulpicio Severo, la Historia de los Padres del Desierto que escribió
Paladio, los relatos sobre los santos irlandeses y escoceses, Patricio,
Brigida, Columba, Brendan de Clonfert, Mo Chutu de Lismore y el resto».
Los scotti de la penúltima estrofa no son los nativos de Escocia a los que
fueron a convertir los misioneros procedentes de Irlanda, sino éstos mismos
o en todo caso los irlandeses en su conjunto, pues tal es el nombre que
dieron los latinos a los hibérnicos. Como recuerda Dineen en su diccionario
Foclóir Gaedhilge agus Béarla, curiosamente el cambio de significado en
el siglo XII llevó a que los monasterios hiberno-germánicos pasaran a estar
bajo el control de los escoceses.
Muchacho, venerable es el morral
que llevas a la espalda;
con seguridad me protegería
por tierra y mar.

Está el evangelio del gran hijo


famoso y formidable de María;
Poesía religiosa
blanco como la alba luz del sol,
el librito del casto Juan.

Está ahí -renombrada nueva


para nuestro mayor provecho-
el vestido que tejió la hermosa María
y tuvo contacto con su piel.

Está la prenda del Hijo del Rey


que sufrió por todos y cada uno,
está la sangre -mejor que cualquier vino-
que manó de su costado.

Está el sancta sanctorum,


allí el gran chorus;
allí el célebre árbol puro
donde fue decapitado Pablo.

Está también allí -renombrada nueva


que nos auxilie en las tribulaciones-
el famoso árbol del Cordero Pascual
en el que fue crucificado Cristo.

Está el cinto del viejo y fuerte Pablo


del desierto prodigioso;
a quien halló Antón -luz del clero-
allí en aquella cueva una vez.
Está allí el manto del gran Martín;
no lo ocultaré,
cuando dio su sayo al mendigo,
siete perdones para el cielo.

Está el diente de San Patricio


de Macha de Mál159;
está el diente en su belleza
de Declán de Ard Mór160.

Está el cabello de la Virgen María,


bueno es que no lo oculte;
está la túnica de piel de Santa Brígida
con la que fue al cielo.

Está la túnica de pelo crespo de Senach


-y no olvides a Senán-,
la campanita de Ailén Mo Luc161,
la costilla de Finán el encorvado162.

Está la casulla de Enda de Aran163


159
Macha es Emain Macha, la capital de los guerreros del Ulster, y Mál se
trata de Mál mac Rochridi, según Carney. Fue un rey de principios del siglo
II después de Cristo que reinó en Emain Macha. Creo que aquí hay una
confusión entre Emain Macha y Ard Macha (Armagh), lugar muy
relacionado con San Patricio. Véase nota 244.
160
Declán fue un santo de Munster que según la tradición había predicado
el Evangelio en el siglo V, antes aún que San Patricio. Ard Mór (Ardmore)
es un pueblo costero del condado de Waterford, en el que se conservan
restos de un monasterio fundado por el santo y una famosa torre cilíndrica
de fecha posterior.
161
Ailén, al parecer, vivió en una isla del río Shannon.
62
1
Finán Cam fue un santo de Kinitty, en Offaly.
163
Un santo de mediados del siglo V que, siendo Señor de Oriel, una zona
correspondiente al actual Clogher, entre los condados de Fermanagh y
Monagham, en el Ulster, renunció alas tierras heredadas de su padre y
fundó un monasterio en lnis Mór, la mayor de las islas Aran, alrededor del
año 480.
-sus dos partes lo sirven-;
con él se asentó el afamado ángel
en aquel mar occidental.

Está la rótula
del santo Donnán164;
el hombro del glorioso Colum Chremthain165
que nunca nos negó el descanso.

Está la camisa de pelo de Colum


Cille166 -bendita su reputación-;
está el poema que compuso
Brendan167 sobre el mar.
164
Un santo muerto en 617, junto con sus compañeros, durante un ataque
de primitivos vikingos a su comunidad en la isla de Eigg, en Escocia. Más
información, en Adomnán de lona, ed. de R. Sharpe, Life of St. Columba,
Penguin, Harmondsworth, 1995, págs. 369-70.
165
Santo muerto en 548, según los Anales de los Cuatro Maestros. Fundó el
monasterio de Terryglass, en Ormond. Un descendiente suyo, Áed mac
Ceimthannán, fue uno de los principales escribas del libro de Leinster.
166
Colum Cille («Paloma de la Iglesia») es el nombre gaélico de San
Columba (ca 521-97), el más destacado de todos los santos irlandeses
después de San Patricio. Nacido en Gartan, en el condado de Donegal,
fundó iglesias en Deny, Durrow y Kells. Tras una disputa originada por la
posesión ilegítima de un salterio, fue condenado al exilio en 563, y junto
con doce compañeros marchó a la isla de lona, en Escocia, donde su
monasterio pronto se convirtió en un importantísimo centro de
evangelización. Adomnán de lona escribió una vida en latín del santo
(véase nota anterior), y en la primera mitad del siglo XVI Maghnas Ó
Domhnaill hizo lo propio en gaélico: A. O'Kelleher y G. Schoepperle
(eds.), Betha Colaim Chille, Dublín, Dublin Institute for Advanced Studies,
1994. Véase C. Bourke, ed. Studies in the Cult of Saint Columba, Dublín,
Four Courts Press, 1997. La anécdota del salterio, por lo que tiene de
antecedente del nunca cerrado debate sobre la propiedad intelectual, ha sido
estudiada por). E. Rekdal, «A Controversy over Copyright -the Episode of
Colum Cille's Copying of St. Finnian Psalter in Mánus Ó Domhnaill's
Beatha Colaim Chille», Scottish Gaelic Studies, 17 (1996), 325-335.
167
San Brendan es la cristianización de Bran, el protagonista de unos de los
immrama o navegaciones al Otro Mundo frecuentes en la Irlanda medieval.
Hay un texto en irlandés, Immram Brain (La navegación de Bran), otro en
Está la calavera de Mo Chutu168
que fundó Lismore;
está la calavera de Mo Choe
y la digna mano de Coemóc.

Está la casulla del pío Cainnech169


con la que se cantaron muchos salmos;
despierta de la muerte, esto es cierto,
a esos siete difuntos.

Está la prenda que estuvo


por siete años -largo período-
encima del cuerpo de Metan:
cada uno de ellos en su tumba.

Que los santos que he enumerado -regia su compañía-


puedan protegerme de una hueste
así a mi cuerpo como a mi alma
desde la cabeza a mis dos plantas.

latín, la Navigatio Sancti Brendani, título de traducción idéntica aparte del


aspecto hagiográfico, y aún otro anglonormando. La controversia sobre el
origen de la leyenda, que unos ven latino y cristiano, y otros céltico y
pagano, aún está viva. Véase C. Bourgeault, «The Monastic Archetype in
the Navigatio of St. Brendan», Monastic Studies 14 (1983), 109-122, y,
sobre la versión anglonormanda, C. Jennings, «The Voyage of St. Brendan
in Old French», journal of the Kerry Archaeological Historical Society 17
(1984), 10-36. El texto irlandés se puede consultar en S. Mac Mathúna
(ed.), Immram Brain. Bran's journey to the Land of Women, Tubinga, Max
Niemeyer Verlag, 1985. Un estudio comparativo, de interés para el lector
español, es el de F. Alonso, «Galician Legends about Miraculous Sea-
Voyages in Stone Boats: Some Irish and Breton Parallels», Études
Celtiques 29 (1992), 89-95.
168
Como se dice en el verso siguiente, este santo fundó el monasterio de
Lismore, en Waterford.
169
San Cainnech, abad de Aghaboe (condado de Laois), murió hacia el año
600. Una vida suya, con toda probabilidad del siglo VIII, se conserva en el
llamado Codex Salmanticensis.
Cuenten como cuenten los scotti170
esta portentosa y extraña historia,
sabia es la exhortación que se te hace:
«Sé puro, hijo».

66

EL CLÉRIGO Y SU GATO171

El blanco Pangur y yo
ejercemos cada uno nuestro oficio:
él pone atención en cazar,
yo pongo atención en mi arte.

Yo prefiero, antes que la fama,


ponerme aplicado a mi libro;
el blanco Pangur no me envidia,
prefiere su juego de niños.

Cuando -siempre la misma historia-


estamos solos en casa,
tenemos en qué ocupar nuestro ingenio,
cada uno en un juego interminable.

A menudo, tras reñidos combates,


un ratón cae entre sus redes;

170
Según Carney, op. cit., pág. 40, el sentido de este verso y el siguiente es
una crítica a los irlandeses que tienen historias maravillosas que contar,
pero no son sabios.
171
Este poema de finales del s. VIII o principios del IX fue publicado en la
antología de Murphy, op. cit., pág. 2. Al parecer fue compuesto por uno de
los numerosísimos scotti peregrinantes que vinieron al continente, pues se
conselVa en un manuscrito del monasterio de San Pablo, en Carintia
(Austria). Sobre Otros gatos en la literatura irlandesa medieval, véase R.
Flower, The Irish Tradition, Dublín, The Lilliput Press, 1994 (reedición del
original de 1947), págs. 24-27.
por lo que a mí respecta, cae en mi red
una difícil ley de intrincado sentido.

Él dirige sus claros ojos, perfectos


a los muros de alrededor;
yo dirijo a la honda sabiduría
mis límpidos ojos cansados.

Se alegra, con ágil movimiento,


cuando un ratón se prende de su zarpa;
si entiendo algo difícil que me gusta,
también yo mucho me alegro.

Aunque estemos así siempre,


ninguno estorba al otro:
gusta a cada uno su oficio,
disfrutamos uno y otro con ellos.

Él es el solo señor
del trabajo que hace cada día;
a comprender bien lo que es difícil
dedico yo mi trabajo.

67

VEN A MÍ, AMOROSA MARÍA172


Ven a mí, amorosa María,
para que llore contigo por tu ser más querido.
¡Ay! Ir a la cruz tu hijo,
ese gran joyel, ese campeón.

Bata yo contigo mis dos palmas


172
Aparentemente, y Carney lo refrenda en su edición de The Poems of
Blathmac, Son of Cú Brettan (véase nota 157), este poema o suma de
poemas es obra de un autor, Blathmac, que tuvo su apogeo a mediados del
siglo VIII. Aquí he seguido la edición de Medieval Irish Lyrics, del mismo
Carney, págs. 12-20.
por el cautiverio de tu hijo:
a Jesús lo concibió tu vientre
y aún persiste tu virginidad.

[……………………………….]

Lo concebiste sin pecar con un hombre,


lo pariste sin herida ni sufrimiento;
él te fortaleció sin pesar (¡gracia hermosa!)
en el momento de su crucifixión.

Decid: ¿Habéis oído de un hijo como éste


que pudiera hacer estas cosas?
Uno igual no ha venido de muslos de mujeres
y no nacerá uno como él.

El primogénito de Dios Padre en el cielo


es tu hijo, virgen María;
fue engendrado mediante una concepción pura
a través de la gracia del espíritu septiforme.

Ningún padre ha tenido el igual


de tu famoso hijo, María;
mejor que un vate, más sabio que cualquier druida,
un rey que fue obispo, un gran sabio.

Más bella su forma que la de cualquiera,


más vigorosa que cualquier artesano,
más prudente que cualquier pecho bajo el cielo,
más fiel a la verdad que cualquier juez.

Más bello, más grato, mayor que otros hijos;


desde que estaba en sus pañales
se sabía que llegaría a ser
un ser que salvaría a multitudes.

Noble el ser que nació de ti,


se te concedió, María, un gran don;
Cristo, hijo de Dios Padre en el cielo,
a él es a quien has dado a luz en Belén.

[………………………………………]

Concédeme mis tres peticiones,


guapa María de blanco cuello;
consíguelas, oh sol de las mujeres,
de tu hijo, en cuya mano están.

Que esté en el mundo hasta que sea anciano


honrando al Señor del estrellado cielo
y que después de eso se me dé la bienvenida
en el reino eterno y duradero.

Que a todo aquel que diga esto como oración de vigilia


al acostare y al levantarse
lo proteja en el otro mundo
como una loriga o un yelmo.

Quien quiera que lo recite


al ayunar la víspera del sábado
con tal de que no le falten lágrimas,
María, que no vaya al infierno.

Cuando venga tu hijo con su ira


con su cruz sobre su espalda enrojecida
dale la salvación a todo amigo
que entone su lamento llorándolo.

Por ti, linda María,


yo iré como garante:
que a todo el que recite el lamento completo
se le dé su recompensa.

Te invoco con palabras verdaderas,


María, guapísima reina,
para tener conversación contigo
y apenamos por el que amas de corazón.

Que yo lamente a Cristo resplandeciente


descorazonadamente contigo,
preciosa joya que brillas,
oh madre del mayor soberano.

Si mandase con todos los honores


en los pueblos del mundo hasta los mares,
vendrían conmigo y contigo
a hacer el lamento de tu príncipe.

Habría batir de palmas, sin regocijo,


de mujeres, niños y hombres
que lamentarían en cada mansión
al rey que hizo todas las estrellas.

Mas no soy rey; solo, mi pecho


llorará a tu hijo contigo
cuando quiera que vengas
a visitarme.

Para apiadarme de tu corazón sin tacha


y conversar contigo,
cabeza de fe inmaculada,
amorosa María, ven a mí.

68

DANIÉL, NIETO DE LÍATHIATI173

Daniél, nieto de Líathaiti y superior de Lismore, dijo estos versos


a una mujer. Ella le estaba requiriendo de amores. Él era su
confesor, pero aún así ella lo solicitaba. Entonces dijo:
173
S. IX. Según Murphy, op. cit., págs. 6-8, y 175-77, el poema fue
realmente compuesto por Daniél, nieto de Líathaiti, que murió siendo abad
de Lismore en 863.
¡Mujer, yo te bendigo, pero no digas eso!
Pensemos en la cita del Juicio Final.
La corrupción aguarda a todas las criaturas,
temo convertirme en fría arcilla.

Navega tu necedad sin ningún provecho:


está claro que no practica la prudencia.
Son palabras vanas lo que dices:
nos llegará la muerte antes de que suceda.

Acordémonos del fin destinado


que nos espera (corto viaje):
si aquí contrariamos al Rey
lo lamentaremos en la tierra de más allá.

Yo no vendo el Reino de los Cielos por un pecado:


si lo hago sufriré castigo.
Mujer, no des por tus malas acciones
lo que nunca recuperarás aquí.

Abandona lo que te perjudicará;


no vendas lo que te toca del Cielo;
ve bajo la protección de Dios a tu casa,
recibe mi bendición, mujer.

Yo y tú, tú y yo,
tema, temas, al buen Dios;
ruega, ruegue al Señor santo:
no digas nada más, mujer.

No persigas lo que no es bueno


o el Señor te convertirá en nada;
teme, tema yo a Cristo sin pecado,
a cuya maldición no me he atrevido, mujer.
«Así será», dijo ella, y se inclinó ante su pureza imperecedera el
resto de su vida.

69

EL CANTO DEL ERMITANO174


Solito en mi celdita
sin nadie que me acompañe:
ese peregrinaje me encantaría
antes de ir a mi cita con la muerte.

Una oculta chocilla apartada


para el perdón de mis pecados:
una recta conciencia tranquila
dirigida al Santísimo Cielo.

Santificando mi cuerpo con buenas costumbres:


pisoteándolo con energía,
con ojos lánguidos y llorosos
que ansíen el perdón de mis pasiones.

Pasiones débiles y marchitas,


renunciación a este mundo fútil;
puros y vehementes pensamientos,
así solicito la absolución de Dios.

Sinceras imploraciones
al Cielo anubarrado,
confesiones francas y devotas,
ferviente lluvia de lágrimas.

Una horrible cama helada


como en la que duermen los penados,
sueño agitado y breve,

174
Siglos IX o X, preservado en un manuscrito del siglo XVI. Murphy, op.
cit., págs. 18-22.
frecuentes invocaciones temprano.

Mi comida, mis pertenencias,


son un deseado infortunio:
sin duda alguna mi dieta
no me hará pecador.

Pan seco y duro


-inclinemos bien nuestros rostros-,
agua de una hermosa y amena colina,
sea ése el trago que beba.

Una escasa dieta intragable,


atendiendo con diligencia al libro,
renuncia a luchar o a hacer visitas,
una conciencia en paz, serena.

Cuánto me gustaría
una marca pura y santa:
mejillas marchitas y demacradas,
curtida la piel y flaco.

Viniendo a mí Cristo hijo de Dios,


mi Creador y mi Rey,
buscándolo mi espíritu
en el reino que Él habita.

Que sea el lugar que me cobije


en tierras monacales
un bello rincón junto a piedras sagradas
y pueda allí estar solo.

70
QUE EL SEÑOR ME PROTEJA175

Que el Señor me proteja de todo mal,


la noble Trinidad que es una;
Padre e Hijo
y Espíritu Santo.

El brillante Rey del Sol,


lo más hermoso que merecemos,
es un maravilloso amparo para mí
contra la horda de negros demonios.

Que el Padre, el Hijo


y el Glorioso Espíritu Santo
me protejan los tres
de las nubes de plagas.

De muerte violenta o súbita,


del saqueo de bandoleros,
que el gran Jesús me libre,
y de la roja enfermedad.

De los demonios siempre


el Hijo de Dios me proteja,
contra la enfermedad y heridas,
contra el trueno y el fuego.

Contra pesadas aflicciones


y cualquier otro rigor
bendiga, clemente,
el Hijo de María mi cuerpo.

Contra castigos el Día del Juicio


esté Cristo conmigo frente a todo mal,
175
S. IX, conservado en diferentes manuscritos de los ss. XV, XVI y XVII.
En el más antiguo de ellos es atribuido a San Columba; en los demás, no
hay indicación sobre su autoría. Murphy, op. cit., págs. 22-26.
contra armas, contra horrores,
contra el viento implacable.

Contra peligros, contra traiciones,


contra ocultos hechizos,
contra la peste que en cualquier forma
pueda sobrevenir al mundo.

Que cada bendición sin mal,


cada pura oración,
cada escala hacia el Cielo
me sea de ayuda.

Cada santo que padeció


sobre la faz de la tierra,
cada piadoso discípulo
que tuvo fe en Cristo,

los mansos, los pacíficos,


los sinceros, los puros,
cada confesor, cada soldado
que hay bajo el sol,

cada santo patrón reverenciado


que pueda dirigirme al bien,
cada simple, cada noble,
cada santo crucificado,

cada noble peregrino,


cada rico (¡honorable su poder!),
cada menesteroso, cada santo
que ha abandonado la tierra,

cada lengua sin fraude


a la que se otorgó la gracia,
cuantos corazones son en el mundo
que nunca pactan traiciones,
cada humilde y justo
bajo la capa del brillante cielo,
desde donde el sol se pone
al este del monte Sión,

que aquí puedan guardarme


de tenebrosos demonios
los camaradas del Hijo del Rey
que están las tierras de los vivos.

Que Dios esté conmigo,


el glorioso Señor de los ángeles,
y cuando Él venga a por lo que dejó en depósito
lo halle todo íntegro.

Que me guarde mi Rey,


que me ayude en toda ocasión;
esté yo en todo apuro
protegido por la mano de Dios.

71

AGUARDA, OH REY176

Ciarán el grande, hijo del forjador; recitó esta oración cuando


llegó al umbral de la muerte. Sucedió que los santos de Irlanda
ayunaron para pedir por el acortamiento de la vida de Ciarán,
porque sólo a él pertenecía la mitad de Irlanda. Sin embargo,
Dios no se lo otorgó basta que el propio Ciarán hizo ayuno con
ellos, pues ignoraba la razón por la que se ayunaba basta que se
176
Hacia el siglo IX, aunque atribuido a San Ciarán, muerto en 548 (véase
nota 116). Editado por M. O'Daily en Éigse, 2 (1940), 183-86. La Betha
Ciarain Clúana Mac Nois es una vida del santo recogida en Lives of the
Irish Saints from the Book of Lismore, ed. de W. Stokes, Clarendon Press,
Oxford, 1890, 116-34. Existe otra biografía suya en latín, y ambas se
recogen, con traducciones, en The Latin and Irish Lives of Ciarán, R. A. S.
Macalister (ed.), Londres, 1921.
lo reveló un ángel. Fue entonces cuando dejó dicho a sus monjes
que no prometieran nada sin saber antes de qué se trataba.
Entonces Odrán de Lettracha Odáin177 y Mac Cuilind de Lusc
fueron a decirle el motivo por el que habían ayunado. «A
vosotros os está permitido baceros viejos», dijo Ciarán, «y
cualquier cosa que pidáis se os concederá». Ut dixit Ciarán:

Aguarda, oh rey del glorioso firmamento,


a que me purifique para ser juzgado
y así sea escuchado cuanto diga;
santo es todo anciano, oh gran Dios.

Oh hijo de María -honor sin mancha-,


oh señor mío que gobiernas el cielo,
oh príncipe de los albas ángeles,
¿esperarás a que sea viejo?

Yo te ruego con mi oración,


por María, de quien eres hijo,
que a menos que te importune, oh rey,
me sea dado hacer algo que te agrade.

A un joven llevado antes de tiempo


no se sabe qué méritos le esperan;
desde pequeño se arrimó a la necedad,
tal vez no alcance el saber que dan los años.

No se mata un ternero antes que llegue a buey,


pues más fuertes se ponen de mayores;
no se mata a un cordero ni a tierno lechón;
no se arranca una rama antes que florezca.

Segar un campo antes que esté en sazón,


¿está bien, oh rey de las estrellas?
177
San Odrán, según la tradición, fue la primera persona en morir en lona,
en tiempos de San Columba.
Por comer antes de tiempo
se destruye una flor cuando está blanca.

El ocaso al mediodía
no es según el orden apropiado,
la mañana por la noche, la aurora
antes que la medianoche, ¿qué mayor crimen?

Escucha la oración que te dirijo


desde mi duro corazón desgraciado;
oh hijo de mi Dios, si me exterminas,
de poco le servirá a la tierra.

En ti pongo mi voluntad, oh hijo,


aunque no disfrute de la vejez de mi cuerpo;
aunque me lleves sin haber hecho penitencia,
no te la reprocharé.

Bajo tu protección está todo cuanto existe;


antes de abandonar mi carne, oh rey perfecto,
yo te ruego sin omisión:
«aguarda, oh rey del glorioso firmamento.»

Tenía treinta y tres años cuando murió. Así pues, las tres peores
decisiones que se tomaron en Irlanda por consejo de los santos
fueron el acortamiento de la vida de Ciarán, el destierro de San
Columba y la expulsión de Mo Chutu de Raithin178.

«No aceptaré nada de mi Señor», dijo Íte, «a menos que me dé a


su Hijo celestial en forma de niño para que yo lo críe». Y Cristo
vino en forma de niño, y entonces ella dijo:

72

178
Un santo que tuvo su iglesia en Rahan, condado de Offaly, y que,
expulsado de allí en la Pascua de 636, viajó al sur, donde fundó Lismore.
JESÚS Y SANTA ÍTE179

A Jesusito
lo estoy criando yo en mi ermitita;
aunque un clérigo tenga grandes riquezas,
todo es engañoso menos Jesusito.

La crianza que hago en mi casa


no es crianza de un pobre villano:
Jesús, con la gente del cielo,
pegado a mi corazón cada noche.

El pequeño Jesusito es mi bien duradero:


el Rey que todo lo puede,
Él da y nunca niega nada,
no rezarle será causa de pesares.

Es Jesús el noble y angélico,


y no un clérigo cualquiera,
a quien yo crío en mi ermitita,
Jesús, el hijo de la Hebrea.

Aunque vengan a mi tierra


hijos de caudillos, hijos de reyes,
no espero de ellos ningún fruto:
yo prefiero a Jesusito.

Cantad a coro, doncellas,


a aquel a quien debéis tributo.

179
Alrededor de 900 en datación de Murphy, op. cit., págs. 26-28. Santa Íte
vivió en el siglo VI y fue abadesa del monasterio de Cell Íte, en el condado
de Limerick. El poema aparece en el Félire Oengusso (una especie de
calendario de santos o martirologio de hacia el año 800) en la fecha en que
se celebra la festividad de la santa, el 15 de enero, día de su muerte
(acaecida en 569, según los Anales de los Cuatro Maestros). Véase E. G.
Quin, «The Early Irish poem Ísucán», Cambridge Medieval Celtic Studies
1 (1981), 39-52.
Él está en su mansión tan altita
aunque Jesusito esté en mi regazo.

73

EL DESEO DE MANCHÁN180

Te suplico, oh Hijo del Dios vivo,


antiguo Rey eterno,
que una oculta chocita en un yermo
sea mi morada.

Agua profunda y muy azul


junto a ella,
un limpio pozo para lavar pecados
por la gracia del Espíritu Santo.

Un hermoso bosque cercano


por todas partes rodeándola
que alimente a pájaros cantores,
que los albergue y esconda.

Dando al sur, templado,


un arroyuelo a través del terreno monacal,
una tierra granada de abundantes larguezas
buena para todas las plantas.

Unos pocos muchachos juiciosos


(diremos su número)
que sean humildes y obedientes
para rezar al Rey:

cuatro veces tres, tres veces cuatro


(aptos para toda necesidad),
180
Del siglo X. Santa Manchán de Líath vivió en el condado de Offaly y
murió en 665. Conservado en un manuscrito del siglo XVI. Murphy, op.
cit., págs. 28-32.
dos veces seis en la iglesia
tanto al norte como al sur;

seis pares además


de mí misma
rezando a través de las épocas
al Rey que mueve el sol;

una iglesia encantadora adornada con lienzos,


una vivienda para el Dios del cielo,
después velas radiantes
sobre las blancas y santas escrituras,

una casa a la que acudir


para cuidar el cuerpo,
sin lascivia, sin voluptuosidad,
sin pensamientos malignos.

De estas labores me encargaría


y las escogería abiertamente:
aromáticos puerros frescos, gallinas,
salmón jaspeado, abejas.

Abundancia de ropas y alimentos


del Rey de enorme fama,
y estarme sentada un rato
y rezar a Dios en todas partes.

74

LA CRUZ DE CRISTO181

La cruz de Cristo sobre esta cara,


sobre mi oreja, a la que hace bien.
181
Finales del s. X, en manuscritos de los ss. XVI al XVII. En uno de ellos
se le atribuye a Mugrón, sucesor de San Columba de 965 a 981, extremo
que le parece bastante probable a Murphy, op. cit., págs. 32-35.
La cruz de Cristo sobre este ojo.
La cruz de Cristo sobre esta nariz.

La cruz de Cristo sobre esta boca.


La cruz de Cristo sobre esta garganta.
La cruz de Cristo sobre esta nuca.
La cruz de Cristo sobre este costado.

La cruz de Cristo sobre esta barriga


(así es como debe ser).
La cruz de Cristo sobre este bajo vientre.
La cruz de Cristo sobre esta espalda.

La cruz de Cristo sobre mis brazos


desde los hombros a las manos.
La cruz de Cristo sobre mis muslos.
La cruz de Cristo sobre mis pies.

La cruz de Cristo para acompañarme delante.


La cruz de Cristo para acompañarme detrás.
La cruz de Cristo para arrostrar cada apuro
lo mismo en nava que en collado.

La cruz de Cristo al este frente a mí,


la cruz de Cristo detrás de mí ante el ocaso.
Al sur, al norte, sin cesar,
la cruz de Cristo sin demora.

La cruz de Cristo sobre mis dientes


para evitar daño y violencias.
La cruz de Cristo sobre mi estómago.
La cruz de Cristo sobre mi corazón.

La cruz de Cristo alta en el vasto cielo.


La cruz de Cristo baja en la tierra.
Ningún mal ni perjuicio
a mi cuerpo ni a mi alma.
La cruz de Cristo sobre mí cuando me siento.
La cruz de Cristo sobre mí cuando me echo.
La cruz de Cristo sea toda mi fuerza
hasta que alcancemos el Reino de los Cielos.

La cruz de Cristo sobre mi comunidad.


La cruz de Cristo sobre mi templo.
La cruz de Cristo en el otro mundo.
La cruz de Cristo en éste.

Desde la punta del pelo


hasta las uñas de los pies,
oh Cristo, contra todo peligro
confío en la protección de tu cruz.

Hasta el día de mi muerte,


hasta ir a ese polvo
[………………………….]
la cruz de Cristo sobre esta cara.

75

DIOS CREADOR182

Dios Creador, yo te invoco:


tú eres mi clemente consejero;
no dirijas tu rostro hacia mí
pues tú eres mi juez sin traiciones.

Tú eres mi rey; tú eres mi ley;


tuya es mi carne, tuyo es mi cuerpo;
te amo, Cristo sin apuros,
pues mi alma es tuya esta noche.
182
Éste es uno de los escasos poemas del período de los que se sabe el año
exacto de composición. Fue escrito en 982 por Airbertach mac Cosse, un
clérigo que residió en el condado de Cork. Conservado en un manuscrito de
hacia 1125. Murphy, op. cit., pág. 36.
No ocultaré mi deseo, oh Rey:
estar en tu palacio real toda mi vida:
comer en el banquete de tu mesa;
no me des la espalda, oh Dios.

76

EL ARREPENTIDO183

Estoy arrepentido (en buen momento)


de mi ofensa, Señor:
perdona cada pecado que me atribuyan,
Cristo, por tu piedad.

Por tu bendita encarnación,


por tu nacimiento, mi Rey Santo,
por tu bautismo perdurable en este mundo,
perdóname cada falta.

Por tu crucifixión destinada,


por tu resurrección entre los muertos,
concede el perdón a mis pasiones,
por tu lealtad y justicia.

Por tu ascensión (glorioso momento)


al Padre que está en el Santo Cielo,
como dijiste antes de partir
por el perdón de mi ofensa.

Por tu venida (divina palabra)


para juzgar a los de la raza de Adán,

183
Hacia el año 987. Obra de Oengus Céile Dé, posible autor del famoso
Saltair na rann; conservado en el mismo manuscrito de hacia 1125 que el
poema anterior. Murphy, op. cit., págs. 36-38.
por las nueve órdenes celestes (no lo oculto),
que sean perdonados mis pecados.

Por la asamblea de los profetas verdaderos,


por la hueste loada de los mártires,
perdóname cada pecado que me haya vencido,
por la congregación de los Santo Padres.

Por la compañía de los apóstoles sin culpa,


por el ejército de los castos discípulos,
por cada santo de gracia majestuosa,
perdona todas mis oraciones.

Por cada pura doncella del ancho mundo,


por la reunión de los nobles seglares,
perdóname cada pecado bajo el cielo
por la maravillosa Virgen María.

Por los que habitan la tierra (dichosa frase),


por los que habitan el radiante y sagrado cielo,
concédeme el completo perdón
de mis pecados, pues estoy arrepentido.

77

EL MONJE DISTRAÍDO184

Vergüenza me dan los pensamientos


que me extravían:
temo un gran peligro por su causa
el día del Juicio Final.
184
Del siglo X, aunque aparece en un manuscrito del XV. James Carney, en
el prólogo a Early Irish Literature, de E. Knott y G. Murphy, Londres,
Routledge and Kegan Paul, 1966, comenta que «ciertamente es posible que
el poema se formara en la mente del poeta durante uno de aquellos largos
periodos de rezo comunitarios, y de esa manera fuera parte esencial de su
pecado». Murphy, op. cit., págs. 38-42.
Durante los salmos vagan
por un camino inapropiado:
corren, alborotan, se desmadran
a la vista del Gran Dios,

entre fogosas reuniones,


entre multitud de mujeres necias,
por bosques, por villas,
más veloces que el viento,

por sendas hermosas


viajan a otros lugares,
por lugares más feos
van a otros (no miento).

Sin barca en su travieso camino


cruzan todos los mares;
veloces llegan de un salto
desde la tierra al cielo.

Corren (no es sabia carrera)


lo mismo cerca que lejos;
después de alocadas andanzas
visitan su propia casa.

Aunque intentase encadenarlos


con grilletes en los pies,
no son constantes ni solícitos
para quedarse quietos.

Arma afilada y sonido de latigazos


no logran mantenerlos firmes,
escurridizos como cola de anguila
escapan a mi control.

Ni cerrojo ni mazmorra abovedada


ni ninguna atadura en el mundo,
ni fuerte, ni mar, ni sombrío castillo
contienen su carrera.

Cristo amado y en verdad puro


que ves claro en todos los ojos,
que la gracia del Espíritu séptuple
los guarde y los refrene.

Manda sobre mi corazón,


fervoroso Dios que me creaste,
sé tú mi amor,
haga yo tu voluntad.

Sea camarada tuyo, Cristo;


estemos juntos los dos;
tú no eres voluble e inconstante
como yo.

78

SÉ TÚ MI VISIÓN185

Sé tú mi visión,
Señor bienamado:
ante ti, ningún otro es nada,
Rey de los siete cielos.

Sé tú mi meditación
de noche como de día;
sé tú a quien yo vea
siempre en mi sueño.

Sé tú mis palabras,
sé tú mi intelecto;

185
Finales del s. X o comienzos del XI. Conservado en manuscritos del los
siglos XV o XVI. Murphy, op. cit., págs. 42-44.
sé tú para mí,
sea yo para ti.

Sé tú mi padre,
sea yo tu hijo;
sé tú mío,
sea yo tuyo.

Sé tú mi escudo,
sé tú mi espada;
sé tú mi honor,
sé tú mi placer.

Sé tú mi refugio,
sé tú mi reducto;
elévame tú
a la compañía de los ángeles.

Sé tú todo lo bueno
para mi cuerpo y mi alma;
sé tú mi reino
en el cielo y la tierra,

Sé tú, tú solo,
el amor de mi corazón;
que no haya ningún otro
más que el Gran Rey del cielo.

Con honda pasión


antes de ir a tus manos,
mi sustento, mi sueño,
por tu hondo querer.

Sé tú, tú solo,
mi porción bella y noble:
no quiero hombres
ni riquezas exánimes.
Pueda yo desdeñar
todo el tiempo, toda la vida,
como un cadáver putrefacto,
al verte a ti solo.

Tu cariño en mi alma,
tu amor en mi corazón:
concédeme esto,
Rey de los siete cielos.

Concédeme esto,
Rey de los siete cielos:
tu cariño en mi alma,
tu amor en mi corazón.

Vaya yo al Rey de todas las cosas


como premio a mi devoción,
viva yo en el reino del cielo
junto al sol resplandeciente.

Padre querido,
escucha mi lamento:
este pobre desgraciado,
¡ay!, cree llegada su hora.

Cristo bienamado,
me pase lo que me pase,
oh Monarca de todo,
sé tú mi visión.

79

ORACIÓN NOCTURNA186

186
Compuesto por las mismas fechas que el anterior y atribuido a San
Patricio. En manuscrito del Siglo XVII. He utilizado la edición de Murphy,
op. cit., págs. 44-46. Véase R. P. C. Hanson, The Life and Writings of the
Historical St. Patrick, Nueva York, Seabury Press, 1983.
Pátraic dixit:

Que velen tus santos ángeles,


oh Cristo hijo de Dios vivo,
nuestro sueño, nuestro reposo,
nuestro lecho brillante.

Que nos revelen visiones verdaderas


mientras dormimos,
oh Alto Monarca de todas las cosas,
oh Rey de los grandes misterios.

Que no perturben nuestro reposo,


nuestro sueño puntual e instantáneo,
demonios, desgracia, daño
o. pesadillas terribles.

Sagrada sea nuestra vigilia,


nuestros trabajos y labores;
nuestro sueño, nuestro reposo,
sin molestias ni inquietudes.

80

ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA187

Colum Cille cecinit:

Dulce María, honesta doncella,


concédenos tu socorro,
oh estuche del cuerpo del Señor,
oh urna de misterios.

Reina de quien es rey de todo,


oh virgen casta y santa,
187
Del Siglo XI, según Murphy, op. cit., págs. 46-50. En manuscritos de los
siglos XV, XVI y XVII, que lo atribuyen a San Columba.
ruega que por tu mediación se perdonen
nuestras miserables faltas.

Piadosa, tú que perdonas y tienes


la gracia del puro Espíritu,
suplica con nosotros al Rey muy justo
por sus hijos fragantes y limpios.

Oh rama del árbol de Ysay188


en el lindo bosquecillo de avellanos,
reza por mí para que obtenga
el perdón de mi inicuo pecado.

María, emblema de la belleza,


tú has salvado a nuestra raza,
oh luz hermosísima,
oh jardín de reyes.

Radiante, resplandeciente,
tú superas a todos;
ora conmigo a tu Primogénito
para que me salve en el juicio.

Victoriosa, bien situada,


rodeada de tu séquito, fuerte,
ora conmigo al poderoso Cristo,
que es tu Padre y tu Hijo.

Oh gloriosa estrella escogida,


árbol florecido,
potente antorcha ofrecida,
sol que calienta a todos,

escala de la gran valla


por la que ascienden los puros;

188
En la Biblia, padre de David, y por tanto antepasado de la Virgen María.
¡sé nuestra salvaguarda
para el cielo glorioso!

Ciudad hermosa y fragante,


el rey te eligió:
poderoso el que habitó tu vientre
tres veces tres meses.

Puerta real escogida


a través de la cual se hizo carne
el sol brillante elegido,
Jesús Hijo de Dios vivo.

Por amor al Nacido


que fue concebido en tu vientre,
por amor al Unigénito
que es Gran Rey en todas partes,

por amor a su cruz,


más noble que todas las cruces,
por amor a su entierro,
en el que fue sepultado en una roca,

por amor a su resurrección


en que se levantó delante de todos,
por amor a su santa familia
que va de todas partes al Juicio,

sé tú nuestra salvaguarda
en el reino del Buen Señor
y así podamos ir con Jesús.
Esto siempre suplico.

81
EVA189

Yo soy Eva, la mujer del gran Adán;


yo quien hace mucho afrenté a Jesús;
yo quien privé del cielo a mis hijos:
estaba destinado que fuera al árbol.

Tenía una casa de reyes a mi disposición;


dolorosa la mala elección que me envileció;
doloroso el castigo del crimen, que me ajó:
¡ay!, no está limpia mi mano.

Yo soy quien arrancó la manzana;


venció el poder de mi codicia;
en tanto vivan a la luz del día
no dejarán las mujeres de ser necias.

No habría hielo en ningún sitio;


no habría pálido viento invernal;
no habría infierno, no habría penas,
no habría miedo si no fuese por mí.

189
Del s. X o del XI. Figura en un manuscrito casi ilegible del siglo XV y
en otro del XVII. Murphy, op. cit., 50-52.

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