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EN EL EXILIO190

Colum Cille cecinit:

Sería delicioso, oh hijo de mi Dios,


en maravillosos viajes
ir sobre la ola de crecidos manantiales
rumbo a Irlanda.

Al llano de Éolarg191, al Monte Foibne192,


a través del Lago Foyle,
donde oiría la armoniosa melodía
de los cisnes.

Las bandadas de gaviotas se alegrarían


de vernos navegar velozmente
si llegase a la Bahía de la Cólera193
el Barco Rojo Cubierto de Rocío.
190
Hacia el año 1000. En manuscritos de los siglos XVI y XVII y atribuido
a San Columba. Cormac úa Liatháin, abad de Durrow, es el hijo de Dímma
citado en la estrofa sexta. Comgall de Bangor y Cainnech de Aghaboe eran
otros amigos de San Columba que junto a Cormac y a Brendan de Clonfert
lo visitaron en Escocia. Respecto a la batalla de Cúl Dreimne (estrofa
quinta), ésta se libró en 561 y como resultado de la misma según algunas
tradiciones (pero ver nota 166) San Columba fue arrojado al exilio.
Murphy, op. cit., págs. 66-68.
191
Según Sharpe, en The Live of Saint Columba by Adomnan,
Harmondsworth, Penguin, 1995, pág. 274, el nombre poético de alguna
parte del Lough Foyle, cerca de Derry, opinión aceptada por Murphy (203).
No es sin embargo cierto, como afirma Murphy, op. cit., pág. 203, que esta
hipótesis la refrende Gwynn en su edición del Dindshenchas, pues éste
propone (vol. III, pág. 501) el mar entre el Lough Foyle y Iona, y quizás,
dice, se trate de un epíteto o kenning para el mar.
192
Benevenagh, sobre el Lough Foyle, que, más que lago, es una bahía que
comunica Derry con el mar.
193
Port na Ferg en el original, un lugar no identificado del Lough Foyle.
Lejos de Irlanda me llenó la tristeza
cuando era poderoso,
quedé en tierra extraña
lloroso y melancólico.

Cruel el viaje al que me obligaron,


oh Rey de los misterios,
¡ah, que nunca hubiese ido
a la batalla de Cúl!

Contento por el hijo de Dímma


en su monasterio,
donde podría escuchar allí en Durrow
lo que agradase a mi espíritu:

el sonar del viento en el olmo


cantando para nosotros,
el dulce chillido de la mirla
tras batir sus alas;

escuchar temprano en Ross Grencha194


a los venados,
y el reclamo de los cucos en la arboleda
al filo del verano.

He amado las tierras de Irlanda


(palabras sin embellecer):
trasnochar con Comgall, visitar a Cainnech
sería delicioso.

83

194
La zona en la que estaba el monasterio de Durrow, no lejos de
Tullamore, condado de Offaly.
LOS SITIOS PREDILECTOS195

La tríada de mis sitios predilectos


que he dejado en el populoso mundo:
Durrow, Deny, noble ciudad de ángeles,
y Tír Luigdech.

Si lo permitiera el Rey de los ángeles


y del sol,
yo preferiría Gartan para mi entierro
antes que cualquier tríada.

84

DERRY196

Muchas maravillas y milagros realizó Dios para Colum Cille en


Derry. Y él, porque amó mucho a esa ciudad, dijo:

Por esto amo a Derry,


por su tranquilidad, por su esplendor;
por estar toda llena de albos ángeles
de un extremo a otro.

85

EL ESCRIBA197

195
S. XII, en manuscrito del XV. Durmag (Durrow) y Doire (Derry) eran
monasterios fundados por San Columba, a quien se atribuye el poema. Tír
Luigdech es el nombre de la zona en la que estaba Gartan, el lugar de
nacimiento del santo. Murphy, op. cit., pág. 68. Véase M. Herbert, Iona,
Kells, and Deny. The History and Hagiography of the Monastic Familia of
Columba, Oxford, Clarendon Press, 1988.
196
S. XIII, en manuscrito del XV. Murphy, op. cit., pág. 68. Los británicos
llaman Londonderry a Derry. El nombre de la ciudad significa en irlandés
«bosquecillo».
197
De los siglos XI o XII, en manuscrito del XV. Éste es el único poema de
la antología que ha sido traducido siguiendo un metro castellano, en
Colum Cille cecinit:

Cansada está mi mano de escribir;


nunca se atasca mi afilada punta,
derrama mi pluma de fino pico
un trazo azul como un escarabajo.

Corre un arroyo de sabiduría


desde mis dedos limpios y morenos;
vierten sobre la página su trazo
de tinta del acebo de piel verde.

Va mi pluma pequeña y goteante


sobre un montón de espléndidos libros
que habrán de poseer los poderosos.
Mi mano está cansada de escribir.

86

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO198

Que el Espíritu Santo esté a nuestro alrededor,


dentro de nosotros y con nosotros;
que el Espíritu Santo nos venga,
oh Cristo, con prontitud.

Que el Espíritu Santo habite


en nuestros cuerpos y nuestras almas,
que nos proteja activamente

concreto el endecasílabo. Sin embargo, creo no haber forzado el sentido: el


original se adapta de una forma sorprendente a este molde. Murphy, op.
cit., pág. 70.
198
S. XI, en manuscrito de los ss. XI o XII. Al parecer, el poema es obra de
un renombrado clérigo que profesó en Armagh: Máel Ísu úa Brolcháin,
fallecido en 1086 y autor de Otros poemas que se han conservado. Murphy,
op. cit., pág. 52.
de peligros, de enfermedades.

De demonios, de pecados,
del infierno y sus muchos males,
que nos libre tu Espíritu,
oh Jesús, que Él nos santifique.

87

ALABANZA A DIOS199

Que mis palabras


puedan alabarte sin tacha:
que te ame mi corazón,
oh Rey del cielo y de la tierra.

Que mis palabras


puedan alabarte sin tacha:
facilítame, oh Señor puro,
el prestarte servicio y adorarte.

Que mis palabras


puedan alabarte sin tacha:
oh Padre de todo amor,
oye mis cantos y mis palabras.

88

LEJOS DE IRLANDA200

Colum Cille
199
Del s. XII, conservado en manuscrito del XV. Según Murphy, op. cit.,
págs. 64 y 201, la fecha del poema podría ser tal vez uno o dos siglos
posterior.
200
S. XI, en manuscrito del s. XII. Otro de los relativamente abundantes
poemas atribuidos a San Columba. Editado por Murphy, op. cit., pág. 64, y
Carney, op. cit., pág. 86.
Hay unos ojos grises
que volverán su vista a Irlanda;
nunca más ya verán
ni a los hombres de Irlanda ni a sus mujeres.

89

UNA VISIÓN201

El noble Agustín tuvo una visión


después de recitar los salmos de maitines:
se vio a sí mismo en un llano
huyendo de ocho lobos.

Llegó a una pequeña y amena arboleda


huyendo de los lobos de veloces patas;
no encontró allí protección
contra los ocho lobos rapaces.

Llegó después, así le pareció,


a un bosque muy grande;
no encontró refugio en ningún sitio
hasta que llegó a cierto árbol.

Fue al árbol en pos de auxilio


huyendo de los lobos;
había veintidós ramas lozanas

201
Del s. XII según Brian Ó Cuív, quien lo editó junto con el poema
siguiente en Éigse, 16 (1975), 1-17. El manuscrito es del siglo XVII. El
Beati al que se alude no es otro que el salmo 118, que comienza: Beati
quorum immaculata est via... («Dichosos aquellos cuya senda es
limpia…»). Este salmo era considerado en la Irlanda medieval un eficaz
instrumento para hacer que un alma escapara al infierno. Como indica Ó
Cuív, San Agustín y San Jerónimo efectivamente mantuvieron una relación
epistolar y en los escritos de ambos aparecen referencias a la interpretación
de los sueños.
en el tronco del fragante y hermoso árbol.

Aun siendo una acción horrible y cruel,


los lobos sacudieron las ramas;
les cayó encima una lluvia, así le pareció,
nefasta para los ocho.

Cayeron ocho gotas


de cada gran rama
en las cabezas de los lobos fieros y broncos
matándolos en el acto.

Agustín escribe un claro relato


que es enviado a jerónimo;
da jerónimo su correcta interpretación
que es enviada a Agustín.

Gracias sean dadas -larga su fama-


al noble Hijo del Padre
por escapar de las garras de los lobos
tras despertarse de su sueño.

Son los lobos -salvaje es su ataque-


los ocho vicios principales;
persiguen a todo hombre
sobre la tierra de ondas amarillas.

La pequeña arboleda -larga su fama-


es la oración pura y constante;
el gran bosque renombrado
son los salmos y el bendito Beati.

Las veintidós ramas sin mancha


del árbol -varas dignísimas-
es el total de los bellos capítulos
-muchos son testigos de esto-.

Las ocho gotas que caen


muy veloces de cada rama
son los versos de los capítulos
que con provecho vencen a los vicios.

Quien recite el dulce Beati


cada día y cada noche con fervor
obtendrá provecho, gracia y gloria
y la expulsión de los vicios.

Es una salvaguarda contra el feroz demonio,


es una imitación del rey manifestado,
es una loriga para el alma y el cuerpo,
es un escudo contra todo mal.

Que el puro árbol me proteja


contra los ocho vicios,
que esté Cristo entre su fiero tropel y yo
y no me alcance el Día del Juicio.

90

EL AYUNO202

Oí hablar un día de las tres hermanas


-jamás he oído de otras más grandes-,
tesoros amados por el Hijo de Dios:
ayuno, caridad y oración.

Debemos ayunar en atención a Dios,


no debemos hacerlo con malicia;
es algo digno de ser hecho
pues lo hizo el Hijo de María.

Moisés, Elías y Juan

202
S. XII, en el mismo manuscrito que el anterior y también editado por Ó
Cuív en las páginas citadas.
ayunaron voluntariamente
cuarenta largos días con sus noches;
no fue un ayuno insignificante.

Pero hay ocho ayunos sin recompensa


que no recomienda el Hijo de María;
el demonio fue el primero que los ideó,
no es por error que los menciono.

Ayunar por necesidad, ayunar por jactancia,


por avaricia, por exceso de glotonería:
no agradan al Hijo de Dios
estos cuatro ayunos.

Ayunar del cuerpo de Cristo es malo,


de aprender, de enseñar;
ayunar sin dar limosnas
es el octavo ayuno impropio.

El ayuno que hace el cuerpo de cosas ricas


y el ayuno de vicios que hace el alma
llevan al alma al alto cielo,
pues son el ayuno más completo.

Al correcto ayuno de alma y cuerpo


hay cinco males que le pueden acompañar:
ira, tristeza, arrogancia -un caso difícil-,
desear demasiado la comida y pensar en ella.

Por otra parte el alma es acosada


por los demonios de la gula y el ansia,
pero por el trabajo, el ayuno y la soledad
son repelidos los demonios.

El ayuno no es obligatorio
para cuatro clases de débiles:
un viejo, un niño pequeño -no digo mentira-
un hombre enfermo, un hombre que sea siervo.
Cuando a un lugar sagrado van peregrinajes,
en una fiesta, o a la largo del domingo,
de acuerdo con el canon
hay derecho a relajar el ayuno.

Ayunos largos pero infrecuentes


son menos eficaces para conducir al Cielo
que la limosna acompañada de oraciones
y el ayuno moderado y frecuente.

Padre, Hijo y Espíritu Santo


se cuentan como tríada y son uno;
por mi parentesco con Cristo, que se hizo carne,
que esa tríada me proteja.

91

SAN COLUMBA EN SU ISLA203

Colum Cille cecinit:

Me encantaría estar en lo alto de una isla


sobre una montaña rocosa,
y contemplar a menudo
la lisura del mar.

Contemplar las pesadas olas


sobre el océano rutilante,
cuando cantan una melodía a su Padre
203
Este poema se le atribuye a San Columba, aunque su lenguaje apunta a
una datación que debe frisar el siglo XII. Había sido recogido por Meyer en
el volumen V de Zeitschrift für Celtische Philologie, aunque aquí se ha
seguido la edición de O'Rahilly, Measgra Dánta, vol. II, págs. 120-21. En
la nota a su traducción en A Celtic Miscellany, pág. 323, Jackson observa
que «la típica fundación monástica céltica en una isla siempre tenía su
cementerio, que a menudo estaba junto al mar».
siguiendo su curso eterno.

Contemplar su suave playa de claros promontorios


(que no es fuente de tristezas);
escuchar la voz de los pájaros maravillosos,
su sonido gratísimo.

Escuchar el ruido de las olas en el bajío


contra las rocas;
escuchar el clamor junto al camposanto,
el grito del mar.

Contemplar sus bandadas de pájaros


sobre el océano pletórico;
contemplar sus enormes ballenas,
el mayor de los prodigios.

Contemplar su reflujo y su marea alta


sucediéndose;
que este fuese mi nombre, un secreto revelo:
«Quien volvió su espalda a Irlanda».

Llenarme de contrición el corazón


al admirarla;
que llorase mis muchos pecados,
difíciles de confesar.

Bendecir al Señor
que lo gobierna todo,
el cielo de amorosa y luminosa hueste,
tierra, reflujo, marea alta.

Meditar sobre uno de los libros


que son buenos para mi alma;
un rato arrodillarme por el querido Cielo,
un rato con los salmos.

Un rato cogiendo algas en las rocas,


un rato pescando,
un rato dando de comer a los pobres,
un rato en mi celda.

Un rato meditando sobre el reino celestial,


sagrada redención;
un rato con una tarea que no abrume,
¡eso sería delicioso!

92

EL EXILIO DE SAN COLUMBA204

Colum Cille cecinit:

Si fuese mía toda Escocia,


desde una punta al otro extremo,
preferiría mi lugar escogido
en la meseta de la estupenda Derry.

No hay una hoja en el suelo


en la hermosa e íntegra Derry

204
En más de un punto, la presente traducción se aparta de la de Kinsella,
op. cit., págs. 67-69, para discurrir junto a la más literal de O'Kelleher y
Schoepperle en su edición de la vida del santo que compiló Maghnas Ó
Domhnaill en 1532, donde muchas estrofas aparecen separadas y en el seno
de la narración en prosa. T. F. O'Rahilly reunió dichas estrofas,
supuestamente compuestas por San Columba en distintas ocasiones, en un
poema «reconstruido» de Measgra Dánta, págs. 126-28, cuya estructura ha
sido aquí respetada. En cualquier caso, el lector debe saber que el poema,
como tal, probablemente no existió nunca de forma unitaria. En el verso 32,
he optado por la lectura mh'áille («mi alabanza») en vez de mh'áille («mi
belleza»), rechazando la enmienda de O'Rahilly (y Kinsella, que lo sigue)
al texto de Ó Domhnaill. Las estrofas segunda y decimosexta del poema,
tal como aparecen en Measgra Dánta, se publican aparte en esta antología
con los títulos «Derry» y «Lejos de Irlanda».
que no tenga dos ángeles virginales
sobre ella.

No se hallará un lugar en el país


tan lleno de ángeles buenos y galanos;
hasta a nueve olas de Derry
llegan esos ángeles.

Pena me dan los gritos de lamento


que vienen de ambos lados del Lough Foyle;
el grito de Conall205, el grito de Eógan206, ay,
llorando mi partida.

Desde que me separé de mis hermanos


(diré ahora mi secreto)
no pasará una sola noche -no lo oculto-
que no vengan lágrimas a mis ojos.

Alejado de los gaélicos207 de Irlanda,


aquellos a los que tenía afecto,
me da igual si sólo es una noche
el tiempo de vida que me queda.

A los gaélicos me doy


y honro a los gaélicos;
a los gaélicos mi saber
y a los hombres de Irlanda mi alabanza.

205
En realidad, los descendientes de Conall Gulban, hijo de Niall
Noighiallach («Niall de los Nueve Rehenes») y antepasado de los
principales linajes de Tír Chonaill («El país de Conall»), antiguo nombre de
Donegal.
206
Los de la estirpe de Eógan, otro hijo de Niall, que da su nombre a Tír
Eóghain (Tyrone).
207
Gaoidhealaibh en el original. Ésta fue la última raza en llegar a la isla.
Según la historiografía nativa, procedía de Escitia, al norte del Mar Negro,
y con Míl de Hispania viajó a Irlanda, asentándose allí y constituyendo el
linaje al que se remontan todos los reyes irlandeses.
Después de los gritos que oí,
¿cómo es que aún estoy vivo?
El gran grito de los habitantes de Derry
rompió en cuatro mi corazón.

Dejemos a Derry de los robles


lúgubre, lacrimosa, apesadumbrada;
abandonarla me atormenta el corazón
e ir de allí a gentes extrañas.

Bosque querido
del que fui expulsado sin culpa;
una pérdida para las mujeres del clan Nial208
es mi exilio, y para cada hombre.

Enorme es la velocidad de mi barca


con su popa vuelta a Derry;
aciago, mi viaje en alta mar
rumbo a la accidentada Escocia.

Las gaviotas del Lough Foyle,


delante de mí y tras de mí,
no vienen conmigo en mi barca.
¡Ah! Pesarosa es mi marcha.

Mi pie en mi barquilla musical,


mi corazón apenado y lloroso;
desamparado el hombre sin dirección,
ciego todo aquel que es ignorante.

Extiendo mi vista sobre el piélago


desde las gruesas tablas de roble;
muchas las lágrimas de mis pupilas grises
cuando miro hacia atrás a Irlanda.
208
Los descendientes del ya mencionado Niall de los Nueve Rehenes, que
reinó en Tara a comienzos del siglo V. Véase F. J. Byrne, op. cit., págs. 69-
86, y T. F. O'Rahilly, Early Irish History and Mythology, págs. 209-34.
¡Mañana y mediodía lamento,
ay, el viaje emprendido!
Éste es mi nombre, un secreto revelo:
«Quien volvió su espalda a Irlanda».

¡Veo la isla de lona!


Una bendición a todo ojo que la vea;
el hombre que respeta a su semejante
se respeta a sí mismo.

Vaya mi bendición al oeste;


mi corazón está roto en mi costado;
si me llegara la cita de la muerte
sería por causa de mi amor a los gaélicos.

93

CRÍNÓC209
209
Este poema es uno de los más editados y traducidos, y sobre él existen
diferentes interpretaciones. Como recuerda Frank O'Connor en su libro
Kings, Lords and Commons, pág. 12,«dio lugar a una obra en dos tomos de
George Moore titulada A Storyteller's Holiday que es una loa a las virgenes
subintroductae de la primitiva Iglesia irlandesa. Las vírgenes subintroduc-
tae eran las mujeres que acompañaban a los primeros santos, pero si las
hubo en Irlanda, Crínóc, la protagonista de este poema no fue una de ellas-.
y es que lo emocionante de este texto no es que vaya dirigido a una de esas
mujeres, aunque se sirve en parte de la imaginería que cabría esperar en
una relación casta entre santo y acólita; tampoco, aunque así pueda
contemplarla el poeta, a una mujer guerrera como la Scáthach que instruyó
al héroe Cú Chulainn, según señala Carney, op. cit., pág. 99, sino a un
salterio que el autor, Máel Ísu úa Brolcháin, había perdido y que ahora
recobra. Seguramente anónimo como tantos otros textos en su fuente
manuscrita, fue editado por Meyer (Zeitschrift für Celtische Philologie, VI,
266), donde ya sugería que Crínóc era una de las mencionadas virgenes
subintroductae. Luego, Carney lo publicó con un novedoso comentario en
Éigse, IV, págs. 280 y sigs., proponiendo lo que hoy es generalmente
aceptado: que Crínóc (literalmente «joven decaída o avejentada-) era el
apodo de un salterio. También fue Carney quien atribuyó el poema a Máel
Ísu úa Brolcháin, que murió cuando peregrinaba a Lismore en 1086. Y
Digna eres de ser cantada, Crínóc:
aunque ya no eres en verdad joven, eres casta;
crecimos en el norte, en la tierra de Niall,
cuando dormíamos juntos dulcemente.

Ésa era mi edad cuando dormías conmigo,


sin par mujer de vasta sapiencia:
la de un cándido zagal pacífico y tranquilo,
la de un crío de siete dulces años.

Vivíamos en el mundo de la vasta Banba210


sin mancillar el alma ni el cuerpo,
mi color encendida por amor a ti,
como un loco al que no lo tienta el mal.

Tu buen consejo siempre está dispuesto,


por eso lo buscamos en todas las tierras;
es mejor amar tu honda sabiduría,
que una grata conversación con un rey.

Desde entonces has dormido con cuatro


después de mí, sin necedad ni extravíos;
sé, pues se oye por doquier,
que estás limpia de haber pecado con hombres.

Al final has regresado a mí


tras fatigosos viajes y múltiples afanes;
las sombras de la edad se han aposentado en tu rostro,

aunque O'Connor y Greene no dudan de las razones de Carney para atribuir


este poema al clérigo de Armagh, señalan que el poema es muy superior al
resto de composiciones de Máel que nos han llegado. Para Pokorny,
siguiendo a Meyer, el poema era del siglo X. Acerca de la importancia de
los salterios en la Irlanda medieval, véase M. McNamara, «The Psalter in
Early Irish Monastic Spirituality», Monastic Studies, 14 (1983), 179-208.
210
En principio una reina de los Tuatha Dé Danann, su nombre ha pasado a
ser sinónimo de Irlanda.
sin lujuria te encaminas al final de tu vida.

Aún me eres querida, intachable,


y serás generosamente bienvenida;
no dejarás que nos hundamos en las penas del infierno,
la íntegra caridad habré contigo.

El mundo eterno está lleno de tu fama,


cuánto has caminado por cada senda;
si siguiera todos los días tu enseñanza,
a salvo llegaría al temible Dios.

Has dado testimonio silencioso


a todos cuantos viven en este mundo,
a todos nos has enseñado con tu vida
que no es falsedad la oración a Dios.

Que el Dios de la justicia nos conceda


paz y felicidad para estar juntos,
y que el rostro del Rey del cielo resplandezca
ante mí cuando abandone mi cuerpo decaído.
POEMAS FENIANOS

94

CÁEL Y LA CASA DE CRÉIDE211

Y Créide vino a conversar con nosotros, y la acompañaban


ciento cincuenta mujeres. Y el capitán de los fíanna le dijo: «A
escogerte y cortejarle hemos venido». La muchacha preguntó que
quién deseaba cortejarla. «Cáel, el matador de cientos, de la
estirpe de Nemann e hijo del rey de Leinster en el este-. «Hemos
oído hablar de él», dijo la muchacha,«.aunque no lo hemos visto,

211
Hacia 1175, perteneciente al Acallam na senórach, conjunto de historias
sobre numerosos personajes legendarios, en manuscritos de los siglos XV,
XVI y posteriores. En el Acallam, Caílte y Oisín sobreviven hasta tiempos
de San Patricio, a quien le narran sus antiguas aventuras por toda Irlanda.
Créide es una figura sobrenatural, hija del rey Cairbre, un rey del nordeste
de Kerry. Cáel, uno de los fíanna, había venido a cortejarla, pero ella había
declarado que sólo sería de aquel que hiciera un poema que alabara sus
magníficas pertenencias. Por lo que respecta al viernes (estrofa primera),
Murphy aclara que al viernes se le considera en la actualidad, lo mismo en
Irlanda que en Escocia, un día desafortunado para comenzar algo. Una
estrofa contradictoria ha sido omitida. Murphy, op. cit., págs. 140-46. Dos
buenas introducciones generales a la literatura sobre Finn y los suyos se
pueden hallar en G. Murphy, The Ossianic Lore and Romantic Tales of
Medieval Ireland, Cultural Relations Committee of Ireland, Dublín, 1955, y
D. Ó hÓgáin, Fionn Mac Cumhaill: Images of a Gaelic Hero, Dublín, Gill
and Macmillan, 1988. Sobre el Acallam en particular, véase J. F. Nagy,
«Oral Tradition in the Acallam na Senórach», en w. F. H. Nicholaisen (ed.),
Oral Tradition in the Middle Ages, Binghamton, State University of New
York at Binghamton, 1995, 77-95. Oisín es el nombre del que deriva el
Ossián de Macpherson, que tanta influencia tuvo en el romanticismo
europeo. Sobre la influencia de esta literatura en España, desde el Abate
Marchena y Meléndez Valdés al Duque de Rivas e incluso Bécquer, sin
olvidar a Pondal, véase I. Montiel, Ossián en España, Barcelona, Editorial
Planeta, 1974. El joven Yeats recreó su leyenda en un largo poema de 1889:
The Wanderings of Oisin.
¿y tiene un poema para mí?». «En verdad lo tengo», dijo Cáel. Y
se levantó y recitó el poema:

Viajo en viernes
(a pesar de eso soy buen huésped)
a la casa de Créide (que no es pequeña)
en el lado nordeste del monte.

Estaba sentenciado que fuera allí,


a Créide en las Cícha Anann212,
a pasar allí con sinsabores
cuatro días y media semana.

Hermosa es la casa en la que está


con hombre y niños y mujeres,
con druidas y músicos,
con mayordomo y copero,

con muchachos diestros en la hípica


y trinchador para repartir:
es la señora de todos éstos
la blanca Créide de pelo rubio

Seré dichoso allí en su reducto


con cobertor y colchón;
si Créide así lo quiere (como dije)
mi viaje resultará delicioso.

Tiene un jarro en que cae zumo de bayas:


en el fue teñida su toquilla negra;
tiene un vaso de cristal sin poso;
tiene tazas y copas.

Su color es como el color de la cal;


hay un colchón entre ella y los juncos,

212
Las montañas Paps, en el este de Kerry.
seda entre ella y su capa azul,
oro rojo entre ella y su brillante cuerno.

Su solarium en Loch Cuire213


es de plata y de oro amarillo,
su tejado con caballetes sin tacha
de plumas pardas y encarnadas.

Se pueden ver dos jambas verdosas,


no es feo su portal;
de plata pura (lejos se ha escuchado)
es la viga que forma el dintel.

A tu izquierda está la silla de Créide,


siempre más y más hermosa;
tiene un broche de oro de los Alpes
a los pies de su preciosa cama.

La cama resplandeciente del poema,


que está sobre la silla,
fue hecha en el oeste por Tuile214
con oro amarillo y piedras preciosas.

Hay otra cama a tu derecha


de oro y plata inmaculados
con un toldo que brilla cual jacinto
y con hermosas baquetas de bronce.

La gente de su casa
nació dichosa y feliz;
sus ropas no se ponen grises si se gastan;
su pelo es rubio y rizado.

213
El lago Lough Glannafreeghaun, al pie de las montañas Paps.
214
literalmente «Abundancia», se supone que es un artesano legendario.
Murphy, Early Irish Lyrics, pág. 313.
Se dormirán hombres heridos
chorreando densa sangre
oyendo piar a aves mágicas
sobre los aleros de su brillante solarium.

Si quedo agradecido a la mujer,


a Créide a la que canta el cuco,
ella tendrá muchos poemas
si da recompensa a cambio.

Si quiere la hija de Cairbre


no me dará largas,
sino más bien me dirá aquí mismo:
«Te doy la bienvenida en tu viaje».

Cien pies tiene la casa de Créide


de un extremo a otro,
y cincuenta pies medidos
el ancho de su magnífica puerta.

Su tejado y su cubierta
son de plumas de pájaros azules y amarillos;
su barandilla junto al pozo del este,
de cristal y de carbunclos.

Cuatro pilares tiene cada cama


de oro y plata labrados;
una gema cristalina remata cada pilar:
no son remates despreciables.

Hay un tonel allí de munífico esmalte


al que cae zumo de rica malta;
un manzano hay sobre el tonel
con abundancia de pesados frutos.

Cuando se llena el cuerno de Créide


con el tonel de ese hidromiel impetuoso,
en ese momento caen al cuerno
cuatro manzanas a la vez.

Quien tiene todas esas cosas,


entre ellas el reflujo y la marea,
ha puesto a Créide de Tulcha Trí mBenn215
a un tiro de lanza por delante de las mujeres de Irlanda.

Le he traído un poema (no crespo ganado)


que no jura imprudentemente aprisa,
aquí a la hermosa Créide;
ella se alegrará de mi viaje.

Entonces los dos durmieron en un lecho de esposos dispuesto por


manos diligentes, y pasaron allí siete días bebiendo y
divirtiéndose.

95

EL LLANTO DE CRÉIDE POR CÁEL216

Llegó la muchacha y se quedó a su lado lamentándose con gran


duelo. «¿Por qué no he de morir», dijo, «de la pena que tengo
por mi esposo cuando veo que los desazonados animales salvajes
se mueren de pena por él?». Y dijo Créide:

Ruge el cielo
sobre el torrente salvaje de Rinn Dá Bharc217:
el ahogamiento del guerrero de Loch Dá Chonn218
es lo que llora la ola contra la playa.
215
«Colinas de las Tres Cumbres», sin identificar.
216
Véase el poema anterior. Créide y Cáel, que se habían casado, fueron
junto a Finn en la batalla de Ventry (condado de Kerry). Allí Cáel murió
ahogado. El Pádraic que alaba el relato de Cante es el mismísimo San
Patricio. Murphy, Early Irish Lyrics, págs. 148-50. Véase C. Breatnach,
«The Historical Context of Cath Fionntrágha», Éigse, 28 (1994-5), 138-
155.
217
«La Punta de las Barcas», Reenverc, cerca de Ventry, en el condado de
Kerry.
Grazna una garza
en la marisma de Druim Dá Thrén219:
no puede proteger a sus retoños,
un rostro de dos colores sigue el rastro a sus aves.

Triste es el chillido
que da el zorzal en Druim Chaín220;
y no menos triste es el canto
que eleva el mirlo en Leiter Laíg221.

Triste es el sonido
que hace el ciervo en Druim Dá Leís222:
muerta está la corza de Druim Sílenn223;
un fuerte ciervo brama, ya sin ella.

Mucho me afligió
la muerte del guerrero que yacía conmigo:
que el hijo de la mujer de Daire Dá Dos224
tuviera una cruz sobre su cabeza.

Me aflige que Cáel


esté muerto a mi lado,
que una ola haya cubierto su hermoso cuerpo:
su belleza me volvía loca.
218
«Lago de las Eminencias». Según Murphy, Early Irish Lyrics, pág. 310,
en algún lugar de Leinster (en contraste con Munster, donde está el reino de
Créide).
219
.Cerro de los Vigorosos», sin identificar.
20
2
Seguramente, Drumkeen, cerca de Listowell, en el condado de Kerry.
221
«Ladera de Loeg», sin identificar. Dudo que se refiera a Lóeg, el auriga
del héroe Cú Chulainn.
222
Según Murphy, op. cit., pág. 307, tal vez Drumlesh, cerca de
Ennistimon, condado de Clare.
223
Cerro sin identificar, aunque he encontrado un Sílenn mencionado en un
poema topográfico (Metrical Dindshenchas, vol. 111, pág. 376).
224
«Bosque de los arbustos», sin identificar.
Triste es el grito
que da la ola costera sobre la playa;
puesto que dio muerte a un hombre bueno y noble,
me aflige que Cáel fuera a su encuentro.

Triste es el ruido
que hace la ola en la playa del norte
luchando contra una gran roca,
llorando a Cáel desde que se ahogó.

Triste es el combate
que libra la ola en la playa del sur;
yo he llegado a mi final:
por eso estoy desmejorada (bien se ve).

Un canto singular
alza la fuerte ola de Tulach Léis225;
yo ya no tengo tesoro
desde que se jactó de la noticia que me trajo.

Puesto que ha muerto el hijo de Crimthann226


nadie después de él será mi amante;
muchos jefes murieron por su mano,
su escudo nunca gritó en la adversidad.

Y la muchacha se arrojó al suelo al lado de Cáel y murió de pena


por él; y allí fueron enterrados los dos en una sola tumba, y fui
yo mismo -dijo Caíte227- quien levantó la lápida que está sobre su
tumba, de donde le viene el nombre de .Tumba de Cáel y Créide-.
«Muy bien, Caílte, bendito seas-, dijo Pádraic» «Has contado un
buen relato. ¿Y dónde está Broccán el escriba?».

225
Una colina sin identificar cuyo nombre significa «Lorna del Cobertizo».
226
Rey de Leinster y padre de Cáel, que no se ha de confundir con otros del
mismo nombre.
227
Uno de los fíanna, sobrino de Finn.
«Aquí», dijo Broccán.
«Escribe cuanto ha dicho Caílte». Y lo escribió.

96

ELEGÍA POR LOS FÍANNA228

Y dijo Caílte:

Triste esta noche el Fuerte de los Fíanna


al que venía Finn de armas desenvainadas;
por la muerte del señor sin pesares
está triste el gran noble Almu229.

Ya no vive la buena mesnada,


no vive Finn, el leal señor,
ni rodea la tropa que no se escondía
ni a rey ni a jefe de banda.

Están muertos todos los fíanna de Finn


por más que antes erraban de valle en valle;
idos los reyes, mi situación es difícil,
después de Díarmait230 y Conán231,

después de Goll, hijo de Morna, del llano,

228
Los nombres que se citan son de algunos de los fíanna. Murphy, op. cit.,
pág. 152
229
La colina de Alan, la antigua capital de Finn y los fíanna, en el condado
de Kildare.
230
Protagonista de un famoso relato, quizá del siglo X, en el que Gráinne,
la prometida de un maduro Finn, hace que se fugue con ella. Esta narración
guarda un notable paralelismo con la también irlandesa leyenda de Deirdre
y Noisi, con la de Tristán e Isolda, y con los amores de Lanzarote y Ginebra
en el ciclo artúrico.
231
Conán Máel, hijo de Morna y hermano de Goll (mencionado en el verso
siguiente) era otro de los fíanna, así como el resto de guerreros citados en
el poema.
y de Ailill que a cientos mandaba,
tras la pérdida de Eógan el de la lanza gris,
y de Conall que abría el combate.

Te lo digo de antemano;
es cierto lo que digo:
grande es la falta que sufrimos
sin Dub Drumann el alanceador.

Tras la desaparición de la tropa y los cientos,


siento no hallar la muerte,
después de que se han ido de todas partes
aunque antes estaba concurrido el Fuerte.

97

REMEMBRANZA DE INVIERNO232

Y entonces habló Caílte: «Es tiempo», dijo, «de que ciervos y


gamos se retiren al interior de las colinas y roquedos, y es tiempo
de que el salmón se retire a oquedades bajo las orillas». Y
entonces dijo este poema:

Frío es el invierno; se ha alzado viento;


se levanta el ciervo fiero e indómito;
no hay calor esta noche en el monte imponente
aunque esté bramando el ciervo veloz.

No tiene a su costado en el suelo


al ciervo de Slíab Cairn233 la de asambleas;
232
Poema también incluido en el Acallam na senórach. El Oscar que se
menciona era otro de los guerreros de Finn y nieto suyo, pues era hijo de
Oisín. Oscar Wilde llevaba su nombre, así como el de Fingal (una variante
de Finn), en homenaje de sus padres a estos personajes de la antigua
Irlanda. Murphy, op. cit., pág. 154.

233
Slievecarran, en la zona de Burren, condado de Clare.
por su parte, escucha música de lobos
el ciervo del Cenn Echtege234 helado.
Yo Caílte, y Díarmait el moreno,
y el sutil y avispado Oscar,
solíamos escuchar música de lobos
al final de una noche helada.

Bien duerme el ciervo pardo


apretando su piel contra la tierra de Corann235
como si estuviera bajo Tonn Túaige236
al final de una noche helada.

Hoy estoy viejo y anciano;


sólo reconozco a unos pocos hombres;
yo blandía fuerte una lanza puntiaguda
una mañana de escarcha helada.

Doy gracias al Rey del cielo,


al Hijo de la Virgen María:
muchas veces aplacaba a las huestes
aunque esté aterido esta noche.

98

PRIMERO DE MAYO237

Finn aprendió las tres artes propias de un fili, esto es, teinm láeda
(mascar el tuétano), imus for-osna (adivinación que ilumina) y
díchetaldi chennaib (conjuro de cabezas). Y entonces hizo este
canto para probar su destreza como poeta:

234
«La Cima de Aughty». (ver nota 67).
235
Una zona del condado de Sligo.
36
2
Véase nota 37.
237
Poema del siglo IX en un manuscrito del XV. El texto ha sido
reconstruido por Murphy, op. cit., págs. 156-58. Véase la información sobre
Beltaine (nota 265).
Primero de mayo, hermosa vista,
espléndida época;
entonan los mirlos un canto pleno
cuando despide el sol un débil rayo.

Llama el cuco fuerte y vigoroso;


bienvenido sea el verano:
él aquieta las amargas tormentas
en las que el tupido bosque es lacerado.

Amengua el verano el pequeño arroyo;


buscan un estanque los veloces caballos;
se despliega el alto brezo;
crece el follaje hermoso y delicado.

Retoñan las yemas del espino;


corre liso el océano;
el mar se duerme;
cubren las flores el mundo.

Llevan las abejas (poca es su fuerza)


una carga de flores selectas en sus patas;
la montaña da con abundancia
y atrae hacia sí al ganado.

Canta el bosque su música;


proporciona paz perfecta la melodía;
se levanta el polvo del hogar
y la niebla del lago lleno de agua.

Habla la enérgica polluela;


canta la alta y pura cascada
contenta de tener cálidas aguas;
ha llegado el susurro de los juncos.

Se lanzan arriba las golondrinas;


fuerte música rodea al alcor;
crecen frutos dulces y exquisitos;
[………………………………....]

[………………………………....]
eleva su canto el firme cuco;
da un salto la trucha;
fuerte es la [...] del guerrero presto.

El vigor de los hombres crece;


pura es la excelencia de las grandes pendientes;
hermosa es la extensión de cada bosque;
hermosa cada linda gran llanura.

Deliciosa esta época del año;


se ha ido el crudo viento invernal;
brillante, el bosque; fértil, el agua;
gran paz; alegre verano.

Una bandada de pájaros se posa


en el sitio por el que anda una mujer;
hay un rumor en un campo verde
por el que corre un brillante y raudo arroyuelo.

Gran ardor, monta de caballos;


se alinea la apretada hueste;
la charca es noble en prodigalidad:
pone oro en las pupilas.

El hombre débil teme lo que oye;


el hombre firme canta animoso;
en justicia canta:
«¡Primero de mayo, hermosa vista!»

99

EL INVIERNO238

238
De los siglos IX o X, en dos manuscritos de comienzos del XIII.
Atribuido a Finn (que pertenecía al clan de los Baíscne). Originalmente
Ut díxít Finn úa Baíscini:

Os traigo una noticia:


brama el ciervo;
trae nieve el invierno;
se ha ido el verano;

viento alto y frío;


bajo el sol;
breve su curso;
veloz corre el mar;

granate el helecho;
oculta su forma;
el grito del ánsar
se hace frecuente.

El frío ha apresado
las alas de las aves;
tiempo de hielo;
ésta es mi noticia.

100

G RÁINNE Y DÍARMAIT239

Ut dixit Gráinne hija de Cormac a Finn:

Hay alguien
a quien contemplaría dichosa,
publicado por W. Stokes en la Revue Celtique, XX. pág. 258, luego ha sido
editado y traducido en varias ocasiones, entre otros por D. Greene y F.
O'Connor, op. cit., págs. 98-99, quienes lo califican como el no va más de
la condensación. El texto aquí utilizado es el de Murphy, op. cit., pág. 160.
239
Del siglo IX o del X, recogido en seis manuscritos que van de
comienzos del siglo XII al XVI. Murphy, op. cit., pág. 160.
a quien entregaría el luminoso mundo,
todo él, todo él, aunque saliera perdiendo.

101

EL SUEÑO DE DÍARMAIT240

Gráinne:

Duerme un poco, duerme un poquito,


no tienes nada que temer,
oh mozo al que yo he dado mi amor,
hijo de Úa Duibne, Díarmait.

Duerme aquí, duerme profundamente,


descendiente de Duibne, noble Díannait;
yo te velaré mientras tanto,
hijo hermoso de Úa Duibne.

Duerme un poco (bendito seas)


sobre el agua de Toprán Tréngort241,
oh espuma en la superficie
del lago de Tíf Thrénshrotha242.

Sea tu sueño como en el que el sur


tuvo Fidach243 el de nobles poetas

240
De hacia 1150, en un manuscrito del siglo XVII. Como los dos poemas
siguientes aparece en el Duanaire Finn, una colección de poemas sobre
Finn y los fíanna compilada en Ostende por Aodh Ó Dochartaigh en 1627
para Somhairle Mac Domhnaill, oficial de la Armada española en los
Países Bajos. Murphy, op. cit., págs. 160-64. Sobre la ya mencionada
similitud con la leyenda de Tristán e Isolda véase J. Carney, Studies in Irish
Literature and History, capítulo VI, «The Irish Affinities of Tristan», 189-
242.
241
Una cascada sin identificar.
242
Una zona sin identificar.
al llevarse a la hija del anciano Morann244
a pesar de Conall de La Rama Roja245.

Sea tu pequeño sueño como el que en el norte246


tuvo el rubio y apuesto Finnchad de Assaroe
al llevarse a Sláine (¡vaya una suerte!)
a pesar de Fáilbe el Cabezota.

243
Fidach Foltruad, también conocido como Idath, fue el padre de Froech,
un guerrero que murió a manos de Cú Chulainn y protagonista él mismo
del relato Táin Bó Fraích (El robo de ganado de Froech), en el que se dice
que su madre era Bé Find («Hermosa Señora»), hermana de la diosa Boind,
personificación del río Boyne. De ello se deduce que la no nombrada hija
de Morann (verso siguiente) era Bé Find, pero como dice Carney (Studies
in Irish Literature and History, pág. 65), Froech no puede tener relación
con Bé Find y las figuras mitológicas vinculadas al valle del Boyne, pues
éstas y Froech pertenecen a mundos y escenarios distintos: el ciclo
mitológico y el del Ulster respectivamente. Por otra parte, se puede
comprobar que en la Táin Bó Fraích (ed. de W. Meid, Dublín, Dublin
Institute for Advanced Studies, 1974, pág. 13), que Froech y Conall se
encuentran, y éste accede a ayudarle, lo que no parece lógico si, como dice
nuestro poema, Fidach, padre de Froech, se fugó con la hija de Morann «a
pesar de Conall». Véase además D. E. Meek, «Táin Bó Fraích, and other
'Fráech' texts: a study in thematic relationships», Part 1, Cambridge
Medieval Celtic Studies, 7 (1984), 1-37 (continuado en el volumen 8, del
mismo año, 51-63).
244
Un fili, es decir, poeta y juez, de la llamada Rama Roja, la corte de
Conchobar mac Nessa en Emain Macha, a tres kilómetros al oeste de la
ciudad de Armagh. Era hijo de Cairbre Cattchenn, un personaje
cuasidivino. En el texto Compert Con Chulainn (La concepción de Cú
Chulainn) confió al héroe al rey Conchobar para que lo criase. Véase la
excelente traducción en La embriaguez de los ulates y otras andanzas de
Cú Chulainn, trad. de P. Ortiz y J. Renales, Madrid, Torremanrique
Publicaciones, 1989, págs. 55-68. Morann es también protagonista de un
texto del siglo VII, Audacht Morainn (El legado de Morann), en el que
adoctrina a un joven rey sobre las virtudes de la justicia y la prudencia.
Véase A. Ahlqvist, «le Testament de Morann», Études Celtiques, 21 (1984),
151-170.
245
Conall Cernach («El Victorioso») fue uno de los héroes del ciclo del
Ulster, agrupados en tomo a la Rama Roja. Es famoso por haber vengado a
Cú Chulainn, su hermano adoptivo, al día siguiente de la muerte de éste.
Sea tu sueño como el que en el oeste
tuvo Áine hija de Gáilían
cuando fue bajo una antorcha
con Dubtach de Dairinis.

Sea tu sueño como el que en el oeste


tuvo Dédad el orgulloso y osado,
cuando se llevó a Coinchenn hija de Benn,
a pesar del fiero Dechill de las armas negras.

Oh parapeto en la batalla de la oriental Grecia,


yo me quedaré velándote;
raro es que no se me parta el corazón
si alguna vez dejo de verte.

Separamos a nosotros dos


es separar a niños de una misma familia,
es separar el cuerpo del alma,
oh guerrero del lago de la hermosa Carman.

Un encantamiento caerá sobre tu rastro


(no sufrirás mal por la persecución de Caílte)
para que no te alcancen muerte o pena
y te dejen dormido para siempre.

Díarmait:

No duerme el ciervo en el oeste,


no para de bramar;
aunque esté por bosques de mirlos
no tiene intención de dormir.

No duerme la cierva sin astas

246
Se exponen a continuación los casos de otras fugas de amantes de las
que apenas tenemos noticia.
rugiendo por su cervato moteado;
corre sobre las puntas de los arbustos;
no duerme en su escondrijo.

No duerme el vivaz jilguero


en las copas de los árboles frondosos;
hay allí una clara música;
ningún zorzal duerme.

No duerme el elegante ánade:


buen vigor tiene para nadar;
ni dormita ni descansa allí;
no duerme en su guarida.

Esta noche no duerme el chorlito;


alto sobre la furia de una tormenta,
dulce es el sonido de su clara voz;
no duerme entre dos arroyos.

102

EL ADIÓS DE OISÍN A CAÍLTE247

Oisín:

Triste es esto, Caílte, amigo,


tú que diezmabas a las tripulaciones de los barcos;
que tengamos que separamos el uno del otro,
desaparecidos los fíanna, es causa de dolor.

Fue mejor para Mac Lugach


caer al este en la batalla de Gabra248
247
Hacia 1200 (véase poema anterior). Murphy, op. cit., págs. 164-66.

248
Garristown, en el condado de Dublín. En esta batalla que tuvo lugar en
el año 285, equivalente a la de Camlann en el ciclo artúrico, los fíanna
fueron derrotados por Cairbre Lifechar, rey de Tara e hijo de Cormac mac
Airt, con quien se había alineado el traidor Goll mac Morna y los suyos. Al
antes que estar decaído y lloroso como nosotros
el valeroso guerrero.

Aparte de mí mismo, un anciano,


menguado tras la destrucción de cada batalla,
nada queda de la familia de los Baíscne:
¡triste es esto, Caílte, amigo!

103

EN OTRO TIEMPO249

Oísín:

En otro tiempo tenía


rubios cabellos rizados,
y ahora no brota en mi cabeza
más que un poco de pelo gris.

Preferiría tener
cabellos del color del cuervo
creciendo en mi cabeza
antes que este poco pelo blanco.

No es para mí hacer la corte


pues no engatuso ya a las mujeres;
mi cabello es blanco esta noche;
no seré como fui.

104

SE HAN AJADO ESTAS MANOS250


frente de los fíanna estaba Oscar, el nieto de Finn.
249
Hacia 1200. Murphy, op. cit., pág. 168. .

250
Hacia 1100, en manuscrito del siglo XV. No debe sorprender que el
legendario Oisín se presente aquí convertido a la religión de San Patricio:
toda la Irlanda medieval es una intrincada mezcla de paganismo y
Oisín hijo de Finn cecinit:

Se han ajado estas manos;


se han detenido las hazañas;
se ha ido la pleamar, ha llegado el reflujo,
se ha ahogado mi vigor.

Doy gracias al Creador


por haber sacado provecho con gran gozo;
largo es mi día en la vida triste;
en otro tiempo fui hermoso.

Yo era el más bello en una asamblea;


había mujeres licenciosas que se me entregaban;
no es con debilidad como me voy del mundo:
se ha parado la corriente de mi manantial.

El montoncito de trozos que rompes


para este miserable mísero que ayuna:
un pedazo sobre una piedra, uno sobre un hueso,
un pedazo sobre esta mano ajada.

MISCELÁNEA

105

cristianismo, y los escribas que consignaron estas historias fueron clérigos.


Murphy, op. cit., pág. 166.
LA CANCIÓN DE LAS CALAVERAS251

¡Ay, Rey de Reyes,


Rey verdadero de incontables huestes!
Más triste que cualquier otra música
es la música de las calaveras en la noche fría.

Ven aquí, cabeza de Géagán252,


vamos a juntarnos,
grande es la tarea que emprendemos,
tocar para el hijo de Cuilennán253.

Éramos tres hermanos anoche;


buena era nuestra fuerza en la hueste,
aunque esta noche estén nuestras tres cabezas
tocando una música triste.

¡Ay, qué gran desgracia!


Aunque breve es lo que va del domingo al lunes,

251
Publicado por J. G. O'Keeffe en Irish Texts, III, págs. 8-10, a partir de
unos manuscritos conservados en Bruselas, y editado por Greene, op. cit.,
págs. 176-78.
252
Entiendo que es Finguine Cenn nGécán mac Láegaire, rey de Cashel
muerto en 902.
253
Cormac mac Cuilennáin, rey de Munster y obispo de Cashel muerto en
909 en la batalla de Mag Ailbe. Desarrolló una importante labor literaria e
historiográfica. Se le tiene por autor del Sanas Cormaic (El Glosario de
Cormac), un texto que incluye no sólo el vocabulario utilizado en las glosas
de los salterios, sino también comparaciones del irlandés con otras lenguas.
Los Anales de los Cuatro Maestros datan su muerte unos años antes (903),
y dicen: «Su pérdida fue muy lamentable, pues era rey, obispo, anacoreta,
escriba, y sumamente erudito en la lengua gaélica». Véase P. Russell, «The
sounds of a silence: the growth of Cormac's Glossary», Cambridge
Medieval Celtic Studies, 15 (1988) 1-30, y K. Meyer, ed. Sanas Cormaic
(Cormac's Glossary): an Old Irish Glossary, compiled by Cormac úa
Cuilennáin, Vol. 1, Felinfach, Llanerch Publishers, 1994 (reimpresión en
facsímil de la edición de 1913).
en más breve plazo el Rey de las nubes
puede quitar la fuerza que hubo.

A cada uno de nosotros nos dio una manzana


el príncipe que mantenía a las huestes,
y nos comprometió a tocar
una música lúgubre y triste.

¡Ay, ay!
Cormac cayó en la batalla;
desde que falta su estirpe del mundo
ha desaparecido la gloria del rey de Cashel.

Cormac del Túmulo de los Reyes


reinó sobre el noble Munster;
cuanto salía de su boca obedecían
lo mismo fuertes que débiles.

Es la aurora, dejad vuestra música.


jAy, ahora debéis marcharos!
Despedíos por esta noche
y regresad a vuestros tristes cuerpos.

106

EN LA INDIA254

Lejos se conocen sus productos,


su piedra imán, su adamancio,
en todos los lugares sus perlas,
su oro y su carbunclo.

Su unicornio en la senda acostumbrada,


254
Este singular poema está recogido en un extenso tratado de Airbertach
mac Cosse titulado Ro fessa hi Culp Domutin Dúir (Conocimientos sobre
la parte sóltda del mundo), de finales del siglo X y que se conserva en
Oxford. Recogido por Carney, op. cit., págs. 62-64.
su viento suave y en verdad aromático,
su elefante, fuerte y fiero,
su cosecha dos veces al año.

107

EN HONOR DE LABRAID LOINGSECH MOEN255

Lince que nos escuda,


coloso resplandeciente,
bajo los cielos no hubo
nadie mayor que el hijo de Áine256.

Más alto que los dioses,


bellota firme,
de ilustres descendientes,
el nieto de Loegaire Lorc257.
108

255
Editado por Kuno Meyer y publicado por Myles Dillon en Celtica, X
(1973), pág. 7, para ilustrar la sacralizaci6n de la realeza en la antigua
Irlanda. Véase a este respecto, N. B. Aitchison, «Kingship, Society, and
Sacrality: Rank, Power, and Ideology in Early Medieval Ireland», Traditio,
49 (1994), 45-75. Labraid era el antepasado divino de los Lagin, la tribu
que poblaba la provincia de Leinster. Hay numerosas tradiciones sobre él,
una de las cuales le hace tener orejas de caballo. Las estrofas arcaicas de
este poema, así como las del poema siguiente, también dedicado a Labraid,
bien podrían remontarse al siglo VI según Dillon. Véase D. Smyth, A
Guide to Irish Mythology, págs. 82-3, y más amplia información en T. F.
O'Rahilly, Early Irish History and Mythology, págs. 101-17.
256
Áine fue un dios, al que se le llamaba también Ailill Áine para
distinguirlo de la diosa Áine, hija del dios marino Manannán.
257
Abuelo de Labraid y descendiente de Éremón. O'Rahilly, op. cit., pág.
105, resume la leyenda de la que hablan los poemas: «Cobthach Coel mató
a su hermano Loegaire Lorc, y al hijo de Loegaire, Ailill. El hijo de éste,
Labraid Loingsech Moen marchó a la Galia; y, regresando más tarde con un
ejército de galos, mató a Cobthach y a otros treinta reyes en Dind Ríg y se
convirtió en rey de Irlanda». Loegaire era hijo de Úgaine Mór.
OTRO POEMA EN HONOR DE LABRAID258

Moen solo, desde que era niño


-no como rey supremo-,
mató reyes, magnífico tiro,
el nieto de Labraid Lorc.

Los guerreros de Galióin259, con agallas,


llevaban lanzas en las manos,
por eso es Lagin260
la valiente hueste de los Galióin.

Ganó batallas
hasta las costas del país de Éremón.
Después de su exilio, Lochet el Exiliado261
logró el dominio sobre los guerreros gaélicos.

Un grifo que invadió tierras extrañas,


el nieto de Loegaire Lorc,
más alto que nadie
258
Véase el poema anterior. Moen («Mudo») era un apodo de Labraid. El
poema está supuestamente compuesto por el rey legendario Finn Fili
(«Finn el Poeta»). Como se ve, se confunden las identidades y nombres de
Labraid y Loegaire, como conviven en extraño equilibrio paganismo y
cristianismo.
259
Una raza pregaélica del norte de Leinster, cuyos guerreros fueron
empleados por los reyes de Tara.
260
Lagin es la tribu de la que Leinster toma su nombre. Una falsa
etimología: Lagin se hace derivar de laigne, «lanzas». Sobre la relación
entre Lagin y Galióin, véase O'Rahilly, op. cit., págs. 93-146, resumida en
la idea de que aunque los Lagin mantuvieron la tradición de que Lagin y
Galióin eran distintos nombres para un solo pueblo, se ha de interpretar que
en realidad eran nombres de tribus estrechamente emparentadas. Véase
Leabhar Ghabála. El libro de las invasiones, trad. de Ramón Sainero,
Madrid, Akal, 1988, donde se recogen tradiciones sobre los diferentes
pobladores prehistóricos de Irlanda.
261
Literalmente «Relámpago», es otro nombre o apodo de Labraid.
excepto el santo Rey del cielo.

Oro más resplandeciente que el sol,


fue señor de hombres y dioses;
un dios único es Moen,
el hijo del rey sin par Áine.

109

TRÍADAS262

Tres sonrisas que son peores que la angustia: la sonrisa de la nieve


que se derrite, la sonrisa de tu mujer tras haberse acostado con
otro, la sonrisa de un perro que brinca.

Tres muertes que son mejores que la vida: la muerte de un


salmón, la muerte de un cerdo cebado, la muerte de un ladrón.

Tres hermanos del terror: ¡calla! ¡chis! ¡escucha!

Tres hermanas de la mentira: tal vez, quizás, puede.

Tres hermanas de la juventud: deseo, belleza, generosidad.

Tres hermanas de la vejez: suspiro, castidad, fealdad.

262
Los celtas, que no pusieron por escrito su literatura hasta una fecha
relativamente tardía, fiaban mucho del aprendizaje de un poeta a la
memoria. Y las tríadas, por su posibilidad mnemotécnica, eran una parte
importante de ese adiestramiento. Estas aquí traducidas fueron editadas por
K. Meyer en su libro Triads of Ireland, Dublín, Royal Irish Academy Todd
Lectures Series, 1906, y posteriormente por Greene, op. cit., págs. 104-105.
También en Gales menudearon las tríadas, de un contenido que va de lo
genealógico y seudohistórico a lo generalmente gnómico. El lector
interesado puede acudir a la soberbia edición que de éstas preparó R.
Bromwich en sus Trioedd Ynys Pridein, Cardiff, University of Wales Press,
1978.
Tres renovaciones del mundo: el vientre de una mujer, la ubre de
una vaca, el horno de un herrero.

Tres de los estados de ánimo más elevados: un estudiante que ha


leído su alma, y un sirviente que ha soltado su carga, y una moza
a la que se ha hecho mujer.

Tres de los que es más difícil hablar con ellos: un rey apresado, un
vikingo en su cota, y un hombre humilde protegido por el
vasallaje.

Tres cosas óptimas para un príncipe: valía, paz, un ejército.

Tres toneles cuya profundidad se ignora: el tonel de un príncipe,


el tonel de una iglesia, el tonel del privilegio de un poeta.

110

LA VIEJA DE BEARE263

263
De hacia el año 800, en manuscritos de los siglos XVI y XVII. La Vieja
de Beare era una figura mitológica conocida por su antigüedad, de la que
procedían numerosos pueblos. También se puede considerar que es un
monólogo dramático puesto en boca de una vieja metida a monja. Algunas
estrofas han sido omitidas por resultar excesivamente oscuras o por ser
consideradas corruptas o interpoladas. Murphy, op. cit., págs. 74-82. Véase
M. Ní Dhonnchadha, «Caillech and Other Terms for Veiled Women in
Medieval Irish Texts»,Éigse, 28 (1994-5), 71-96, y P. Mac Cana, «A
Literary Footnote: The Nun of Beare», Scottish Gaelic Studies, 17 (1996),
205-212. Véase también B. Murdoch, «In Pursuit of the Caillech Bérre: An
Early Irish Poem and the Medievalist at Large», Zeitschrift für celtische
Philologie, 44 (1991), 80-127. Sobre la adopción de una persona o máscara
en la poesía irlandesa antigua y medieval, véase M. Tymoczko, «A Poetry
of Masks: The Poet's Persona in Early Celtic Poetry», en K. A. Klar, E.
Sweetser y C. Thomas (eds.), A Celtic Florilegium. Studies in Memory of
Brendan Ó Hehir, Andover, Celtic Studies Publications, 1996, 187-209.
Según Proinsias Mac Cana, Celtic Mythology, Londres, Hamlyn, 1970, pág.
95, «el verdadero tema de este poema es la profunda incompatibilidad entre
el cristianismo y el mundo de las creencias paganas, y el inevitable
resultado de su conflicto: la conquista y empobrecimiento de éstas».
La Anciana de Beare dijo esto cuando le llegó la vejez:

Me ha llegado el reflujo como al mar;


la vejez me pone amarillenta,
por más que esto me aflija
ella se acerca contenta a la que es su pasto.

Yo soy Buí264, la Vieja de Beare;


yo llevaba siempre una camisa nueva;
hoy no tengo, dada mi pobreza,
ni una camisa desechada que ponerme.

Son tesoros
lo que amáis, no personas;
nosotros, cuando vivíamos,
a personas era a lo que amábamos.

Queridas eran las gentes


por cuyos llanos cabalgábamos;
bien lo pasábamos con ellos
y de poco se jactaban después.

Hoy, la verdad, bien que reclamáis


y lo que concedéis no es mucho;
aunque es poco lo que dais
mucho es de lo que presumís.

Carros veloces
y corceles que obtenían la victoria,
hubo, en tiempos, multitud de ellos:
¡bendito el Rey que los regalaba!

Mi cuerpo amargado quiere ir


a una morada familiar:
que el Hijo de Dios venga cuando quiera

264
«Amarillenta».
a llevarse lo que dejó en depósito.

Huesudos y canijos
se ven ya mis brazos;
era agradable el arte que practicaban:
estaban alrededor de gloriosos reyes.

Se ven ya mis brazos


huesudos y canijos:
no merecen estrechar -afirmo-
a apuestos muchachos.

Están alegres las mozas


cuando van al Beltaine265;
más propia de mí es la tristeza:
no sólo soy desgraciada sino vieja.

No digo palabras melosas;


no se matan carneros en mi boda;
es ralo, es gris mi cabello;
no me apena llevar encima un velo.

No me apena
llevar un velo blanco en la cabeza;
muchas prendas de todos los colores
la cubrían cuando bebía buena cerveza.

No envidio a nadie que sea viejo


a excepción de Feimen266;
265
La fiesta del primero de mayo. Significa «Fuego de Bel», una deidad
equivalente al galo Belenos. Sobre este día y su relación con el
emparejamiento y la relajación de las costumbres, véase A. Rees y B. Rees,
Celtic Heritage. Ancient Tradition in Ireland and Wales, Londres, Thames
and Hudson, págs. 285-90.

266
Un llano del condado de Tipperary, entre Cashel y Clonmel. Un poema
del Dindshenchas (vol. III, págs. 200-204) dice que, aunque ya
deshabitado, en tiempos vivió allí Lugaid Lámderg («De la Mano Roja»).
yo he vestido un traje de anciana;
aún está amarillo el grano de Feimen.

La Piedra de los Reyes en Feimen,


la morada de Rónán267 en Bregun268:
hace mucho que llegaron las tormentas
a sus mejillas, y no están viejas ni marchitas.

Ruidosas son las olas del gran mar,


han empezado a levantarse con el invierno;
ni de noble ni de hijo de esclavo
espero hoy la visita.

Sé lo que están haciendo:


reman y reman;
los juncos de Áth Almu269
fría es la casa que habitan.

¡Ay del día


que no viajo por el mar de la juventud!
Muchos años de mi belleza han partido
pues se ha agotado mi lascivia.

Vaya diíta.
Hoy, pase lo que pase,
me pondré mi sayo aunque haga sol:
tengo encima la vejez, yo misma lo sé.

El verano de la juventud en que estuvimos


lo he consumido con su otoño;
267
Byrne, op. cit., pág. 168, entiende que se trata de Rónán Mór («El
Grande»), un rey que vivió a comienzos del siglo VIII y cuyo bisnieto
Donn Dige fue llamado así en nombre de la Vieja de Beare, quien también
recibía los nombres de Digde o Dige.
268
Murphy, op. cit., pág. 304, dice que es un lugar de Feimen, pero no
especifica más.
269
«El Vado de Almu», no confundir con Almu (nota 229).
el invierno de la edad que a todos vence
ha venido sobre mí con sus primeros meses.

Consumí mi juventud al principio;


estoy satisfecha con lo que decidí:
aunque hubiese saltado poco la tapia
mi capa no estaría nueva todavía.

Preciosa es la capa de verde


que extendió mi rey sobre la colina270.
Noble es Aquel que la enfurte,
ha dado lana después de basto paño.

¡Ay de mí! Tengo mucho frío;


cada bellota está expuesta a su decadencia.
¡Después de estar de fiesta junto a velas brillantes,
estar en la oscuridad de un oratorio!

Estuve un tiempo entre reyes


bebiendo hidromiel y vino;
hoy tomo suero con agua
entre arrugadas vejestorias.

Que una copa de suero sea mi cerveza;


que sea la voluntad de Dios lo que me fastidie;
y que rezándote, oh Dios vivo,
dé [...] contra la cólera.

Veo sobre mi capa las manchas de la edad;


mis sentidos han empezado a engañarme;
gris es el pelo que crece por mi piel;
270
Aquí me aparto de la edición de Murphy, que lee Drummain, nombre
propio de un lugar desconocido, en vez de simplemente drummain, dativo
singular de druim, «colina» (véase R. Thumeysen, A Grammar of Old Irish,
The Dublin Institute for Advanced Studies, Dublín, 1946, pág. 192). Por
esta lectura optan también D. Greene (op. cit., pág. 51), T. Kinsella (op. cit.,
pág. 25) y J. Carney (Medieval Irish Lyrics, pág. 36).
es como ésta la decadencia de un viejo árbol.

Me ha sido arrebatado el ojo derecho


para ser vendido por una tierra de propiedad eterna;
y me ha sido arrebatado el ojo izquierdo
para asegurar esa propiedad exclusiva.

Hay tres corrientes


que se acercan al fuerte de Ard Ruide271:
una de guerreros, una de corceles,
una de los sabuesos de los hijos de Lugaid272.

La ola de la marea alta


y la de la veloz bajamar:
lo que la marea alta te trae
la bajamar se lo quita a tu mano.

La ola de la marea alta


y esa otra de la bajamar:
todas me han llegado,
así que sé reconocerlas.

La ola de la marea alta


¡que no la alcance el silencio de mi bodega!
Aunque sea grande mi séquito en la sombra,
una mano se posaba en todos ellos.

Afortunada es la isla del gran mar:


le viene la marea tras el reflujo;
por lo que a mí respecta ya no espero
que me venga marea tras la bajamar.

111

271
Un altozano sobre el río Suir al que se le dedica un poema del
Dindshenchas (vol. IV, págs. 368-70), en el que se repite esta estrofa.
272
Lugaid mac Laisre, un personaje mítico.
EL GANSO273

Oh Mór de Maigen en Mag Síuil274,


poco quebranto es la pérdida de un pájaro;
si piensas que tú misma has de morir,
¿no es una ofensa a tu razón llorar a un ganso?

Hija del firme Donnchad,


como todas las mujeres sacas las cosas de quicio;
pues que tanto quieres a tu hermoso ganso,
no has oído las historias (dada tu ligereza)?

¿No has oído [...]


que ha muerto Conn de Cú, el de las Cien Batallas275,

273
Finales del s. X o comienzos del XI, en un manuscrito de comienzos del
XVII. La Mór de la última estrofa (seguramente la mujer del rey Brian
Boru) no debe ser confundida con la primera, que es Mór hija de Donnchad
y, en opinión de Kuno Meyer (Fianaigecht, XXIV), esposa de Máel
Sechlainn. Su muerte en 985 se cita en los Anales de los Cuatro Maestros.
En opinión de Murphy, op. cit., págs. 213-14, «Los héroes cuyas muertes se
mencionan en el poema pertenecen todos a tiempos prehistóricos, y muchos
(entre los cuales Manannán es un claro ejemplo) sin duda fueron
originalmente personajes divinos, y sus muertes, si es que alguna vez
acaecieron, fueron puramente rituales». He seguido la edición de Murphy,
op. cit., págs. 88-90.
274
Hay varios lugares con el nombre de Maigen en Irlanda, y por lo menos
dos que se llamen Mag Síuil (literalmente «El llano de la Vela»). Murphy,
op. cit., pág. 311, sugiere la Mag Síuil que está entre los condados de
Offaly y Tipperary.
275
Conn Cétchathach («De las Cien Batallas»), fue un rey precristiano de
Tara, del que descendían Art y Cormac y todos los reyes de la dinastía de
los Uí Néill (véase nota 302).
y Cormac276, y Art277?
Impotentes están el hijo y el nieto.

¿No has oído la suerte que corrió el buen Crimthann


hijo de Fidach278, de ilustre familia?
¿y no has oído de Eógan Taídlech279 al sur,
que causó desventuras a Clíu Máil280?

¿No has oído eso tan acerbo y humillante,


que ha muerto Eochaid Feidlech281 el de la ira,
y Crimthann Corazón de Héroe282,
y Lugaid el de las dos Rayas Rojas283?

276
Rey de justicia proverbial, a veces comparado con Salomón. Los Anales
del Ulster fijan su muerte en 367 (otra tradición compartida por los Anales
de los Cuatro Maestros lo sitúa en el siglo III), tras un reinado de cuarenta
años. Es una figura en la que se mezclan inextricablemente mito e historia.
Véase T. Ó Cathasaigh, The Heroic Biography of Cormac Airt, 1977. Un
estudio comparativo es W. Sayers, «Portraits of the Ruler: Óláfr Pái
Hoskuldsson and Cormac Mac Airt», journal of Indo-European Studies, 17
(1989), 77-98.
277
Reinó de 166 a 196, según los Anales de los Cuatro Maestros.
278
Crimthan mac Fidaig fue un predecesor de Niall de los Nueve Rehenes.
O'Rathilly, Early Irish History and Mythology, pág. 210, llega a dudar de
su existencia, «pues se puede sostener que en el fondo era un personaje
sobrenatural».
279
Eógan Taídlech («El Resplandeciente») fue un antepasado de la dinastía
de Cashel, cuyos reyes ejercieron su poder sobre Munster.
280
Una zona de Munster que incluiría las montañas Galtee, entre Limerick,
Tipperary y Cork. Aparece mencionada en un poema del Dindshenchas,
vol. IV, pág. 346.
281
Eochaid Feidlech («El Constante»), fue un rey mítico de Tara, padre de
Medb, la reina semidivina que aparece como personaje en la epopeya Táin
Bó Cuailnge.
282
Crimthann Nía Náir, una figura legendaria.
283
Lugaid Riab nDerg, rey mítico vinculado a los reyes de Tara y del
Ulster. O'Rahilly, op. cit., pág. 487, afirma que originalmente es el mismo
Cú Chulainn. Véase la interpolación en Serglige Con Culainn traducida y
anotada en La embriaguez de los ulates, págs. 192-95.
¿No has oído del aniversario de la adversidad
de cuando Úgaine284 alzó un grito de dolor?
¿No has oído de aquella vigilia en otro tiempo,
en la que fue aniquilado Conaire de Colt285?

¿No has oído que Mongán286, buen guerrero,


cayó en una escaramuza fronteriza,
y que el gentil Cermait Milbél287,
hijo del veloz Dagda, ha muerto?

¿No has oído que ha perecido el de la mano ágil,


el magnífico campeón que fue Cú Chulainn?
y jamás hombre alguno lo derrotó
284
Ügaine Mór, hijo adoptivo de Macha (véase nota 80). Un relato del que
nos ha llegado sólo el título nos dice que viajó a Italia, en la línea
fantasiosa de la entrada en los Anales de los Cuatro Maestros (año 4606
desde la creación del mundo), que afirma que fue cuarenta años rey de
Irlanda entera y del total del occidente europeo hasta el Mar Tirreno.
285
Un rey precristiano de Tara, concebido de forma sobrenatural, de cuya
vida y muerte da cuenta el relato Togal Bruidne Da Derga (La destrucción
de la mansión de Da Derga). Samuel Ferguson (1810-1886) recreó el
personaje de Conaire en su poema «Conary». Una traducción del antiguo
relato al inglés se puede hallar en J. Gantz, trad., Early Irish Myths and
Sagas, Penguin, Harmondsworth, 1981, 60-106. Colt es un lugar de Meath
mencionado en dos poemas del Dindshenchas (uno de ellos, vol. I, pág. 38,
sobre Tara, de donde era rey Conaire).
286
Según Murphy, op. cit., pág. 214, es el Mongán «de los montículos de
las hadas» mencionado en el Dindshenchas (vol. IV, pág. 38). Era padre de
Sinann o Sideng. Sin embargo, me inclino a creer que es Mongán mac
Fiachna (muerto en 625), que llegaría a ser identificado con Finn mac
Cumhaill, pues en una estrofa (seguramente interpolada) en un poema del
Dindshenchas (vol. III, pág. 102), San Columba se dirige a este Mongán
con las siguientes palabras: «Dime, hermoso Mongán, / ya que te es
familiar toda muerte por hierro…» (en consonancia con el epíteto «buen
guerrero»). El relato Compert Mongáin (La concepción de Mongán) dice
que el dios marino Manannán mac Lir lo engendró en la mujer de Fiachna
estando éste ausente en Escocia. Murió a manos de los britones de
Strathclyde. También podría ser que ambas figuras se trataran de un único
Mongán.
287
Cermait «Boca de Miel», a quien el dios Lug lo mató por celos.
de todos los que empuñaron lanzas.

¿No has oído de la acción violenta e insólita


que sufrió Fothad Canann288 (un hecho infame),
ni del guerrero regio de antaño
cuyo nombre era Finn, el jefe de los fíanna?

¿No has oído de Fergus289, por más que fue glorioso,


cuya fama llenaba los vigorosos mares,
ni de Manannán hijo de Lir290
a quien quería como a mi alma, Mór?

Hay gansos en Irlanda con Brian291,


Brian que conquistó Éibliu292, donde hay oro;
un buen amigo tienes en Brian,
generoso es el señor de Cenn Mara293, Mór.

112

DEL AMOR DE LÍADAN POR CUIRITHIR294


288
Adversario de Finn del que se decía que nunca se sentaba en un
banquete sin tener ante sí cabezas decapitadas (compárese con el pasaje de
Diodoro Sículo V, 9, 5, o el de Estrabón IV, 4, 5). O'Rahilly, op. cit., pág.
11, cree que podría ser un doble de Goll mac Morna.
289
Fergus Mac Léti, según Murphy, op. cit., pág. 214, y no el Fergus mac
Roich del ciclo heroico del Ulster, aunque O'Rahilly afirma que ambos eran
en realidad una misma persona que representaba a un dios del Otro Mundo.
290
Llamado a veces «el Neptuno irlandés», Manannán era el dios del mar,
con residencia en la ep6nima Isla de Man, desde la que fue a Irlanda a
engendrar a Mongán.
291
Brian Boru.
292
La zona de Slieve Felim, en el norte del condado de Limerick.
93
2
Murphy, op. cit., pág. 305, propone Kenmare, en el condado de Kerry.
De todas formas, «El Promontorio del Mar» es un nombre demasiado
genérico, que podría tener otra localización.
294
Hacia el año 875, aparece en dos manuscritos del s. XVI. Según la
tradición, Líadan fue una poetisa que vivió a comienzos del s. VII. Parece
que después de haber prometido que se casaría con el también poeta
Cuirithir, ella decidió tomar los hábitos religiosos. Entonces él también se
Con todo, él fue en peregrinaje a Cell Letrech 295, en la tierra de
los Déisi296, Ella fue en su busca et dixit:

Sin placer
es la acción que he realizado:
he enojado a quien amaba.

Locura sería
no hacer lo que a él le complaciera.
Pero estaba el temor al Rey del Cielo.

No le perjudicó
aquello que deseaba alcanzar:
ir al Paraíso y evitar el dolor.

Una nadería
hizo que Cuirithir se enojara conmigo;
muchas eran mis dulzuras para con él.

Yo soy Líadan;
amaba a Cuirithir;
esto es tan verdad como lo que más.

Poco tiempo
estuve en compañía de Cuirithir;
fue bueno para él estar conmigo.

La música del bosque


cantaba para mí al lado de Cuirithir
junto al sonido del furioso mar.

Debí pensar
hizo monje y Líadan lo siguió a su retiro. Pero luego Cuirithir marchó de su
lado y Líadan murió. Murphy, op. cit., 82-84.
295
Un monasterio.
296
Un pueblo que habitaba en lo que es hoy el condado de Waterford.
que no se enojaría Cuirithir conmigo
por ningún plan que hiciera.

No lo ocultéis:
él era el amor de mi corazón
aunque también deba amar a todos.

Un bramido de fuego
me ha partido el corazón.
En verdad que sin él no vivirá.

Ahora bien, la forma en que lo había enojado fue su prisa por


tomar el velo.

113

ELEGÍA POR NIA HIJO DE LUGNA297

Un gemido de dolor en el prado de Tara,


eso es lo que confunde mi mente;
el lamento de la hija del espléndido herrero
llorando a su querido hijo.

¡Ay, ay!
Tiemblo más que un árbol junto al río;
casi se me parte el corazón
al oír el gemido de Echtach.

Nia Mór, el hijo de Lugna Fer Trí,


él es quien me ha arrojado a la nada;
el hijo de mi madre
297
Del siglo XII probablemente. Editado por J. Carney en Éigse, 2 (1940),
187-97. Nia era hermanastro de Cormac mac Airt, e hijo de Lugna Fer Trí,
un trampero que encontró a Cormac cuando, siendo éste niño, estaba siendo
criado por una loba que lo había llevado junto a sus lobeznos. Cormac es
fruto de la relación entre Art y Echtach, la hija de Olc Aiche, un herrero y
druida.
[…………………………………]

Por la misma pelea a la que acudió,


por el viento, la luna y el sol;
nadie ha tomado armas al este o al oeste
que la igualara en generosidad.

Tres veces nueve manjares


se traían a la casa de Nia;
nueve veces nueve tríos
traían toda clase de manjares.

Tres cuadrillas venían con él


hasta nosotros aquí en Tara;
cincuenta guerreros en cada numerosa banda,
veinte hazañas en el festival de Tara.

Mi maldición hoy y siempre


a mi nieto y mi bisnieto y todo aquel
que permita hasta el Juicio Final
que uno de ellos reine en Connacht.

Conmigo cometió gran injusticia


Aed298, hijo del valeroso Eochu299;
la lanza con la que lo atravesó
lástima es que no me atravesara a mí.

114

EL INOCENTE300

298
Rey de Connacht contemporáneo de Cormac mac Airt.
299
Eochu hijo de Conall.
300
Hacia el año 1100. Este irónico poema fue editado por Brian Ó Cuív en
Éigse, 16 (1975), 11-17. No está claro que pueda ser el leoit mencionado en
la estrofa cuarta, pero Ó Cuív presume que se trata de un oso.
Cinaed301, ¿de qué crimen fui culpable
para que me expulsaran de la tierra de Niall302?
Pues yo no quema hacer con ninguna mujer dulce
nada que no hiciese con la mía propia.

Un hombre canoso me acusó de algo con su mujer,


no lo recompense Dios,
pues no iría bajo el vestido de ella
hasta que un gato bebiese leche fresca.

Hasta que un ciervo saltase una alta cerca,


hasta que un salmón saltase de un arroyo,
hasta que una mujer hiciese hechicerías,
hasta que se bebiese cerveza de una copa de plata.

Aunque ella me dejara


yo no lo haría, despreciando a su esposo,
hasta que el grueso de su piara siguiera a un verraco,
hasta que bebiese un leoit una gota de miel.

Muy a la ligera se me acusó de violar


a la generosa Gormlaith de Áth dá Rinn303
debido al movimiento de sus caderas
y por tener yo mi mano derecha bajo su cabeza.

Cuando nos vieron juntos


en el camino herboso y verde,
la nimia razón para el cotilleo
fue que se vieran sus labios sobre mis labios.
301
Un nombre de varón, del que no sabemos más, sólo que es esposo de
Gormlaith de Áth Dá Rinn, como se dice más adelante.
302
Niall de los Nueve Rehenes. Sus descendientes fueron los Uí Néill, una
rama de los cuales se asentó en una zona que comprende los condados
actuales de Donegal y Tyrone, y otra en lo que hoy son Meath y West
Meath, aproximadamente. No sabemos exactamente a cuál de estas
regiones se refiere el poeta.
303
Un lugar junto a un vado del que no sabemos nada más.
No estuvo bien por parte del blanco Cinaed
que por compartir una copa, aunque fuera de hidromiel,
me acusara a mí, sin pecado ni falta,
de violar a la hija del rey, la de orlado vestido.

115

EL PLANTO DE GORMLAITH POR NIALL304

El alboroto de una boda en aquella casa,


si a muchos da alegría,
hay alguien a quien da tristeza
oyendo el vocerío.

Aunque aquella mujer está contenta


con el vínculo del matrimonio,
ay de aquel a quien el mundo engaña;
a mí me pasó una vez lo mismo.

Tú mereces mis reproches,


oh Señor de la vida eterna.
¿Por qué has matado al hijo de Áed305
304
Este poema y el siguiente forman parte de un ciclo que tiene por
protagonista a Gormlaith, la hija de Flann Sinna (un ard rí, o rey supremo
de Irlanda) que fue sucesivamente esposa -y viuda- de tres reyes: Cormac
mac Cuilennáin, Cearbhall mac Muirecáin y Niall Glúndub, todos ellos
muertos en el transcurso de sólo once años (908-919). Las composiciones
atribuidas a ella son de buen seguro muy posteriores, y magníficos
ejemplos de monólogos dramáticos o impostaciones líricas obra de bardos
maestros en el arte de la elegía, un género que, por lo demás, abunda en
timbres femeninos desde la más antigua poesía gaélica. He seguido aquí la
edición de O. Bergin en su Irish Bardic Poetry, Dublín, Dublin Institute for
Advanced Studies, 1970.
305
Niall Glúndub («Rodilla Negra») era hijo de Áed Findliath, muerto en
879. Niall, descendiente de Niall de los Nueve Rehenes, murió luchando
contra los vikingos de Dublín en 919. Gormlaith remata una larga tradición
de poesía atribuida a mujeres o directamente compuesta por ellas. El
mundo céltico, cuyas tradiciones sobreviven sin gran quebranto hasta el
si no era un sucio tirano?

Si estuviese en cautiverio
sería un cautivo que valiera oro y corales,
y si lo pusiesen en libertad
daría una recompensa por el favor recibido.

Grande fue el favor que me hizo,


sería justo que rescatara al descendiente de Niall,
me dio veinte vacas y un ciento
de la incursión de un solo día.

Oh colcha en la que dormía Niall,


a la que desearían ir los hombres de Oriel306,
me duele que tú, oh blanca,
oh lecho, estés sin tu amado,

No quiero contemplar su camisa


tras la muerte de mi héroe de corta vida
mientras aquel a quien bien adornaba
está muerto en Kells.

siglo XII, es mucho más «feminista» que el medieval en conjunto. Así, por
ejemplo, Gráinne es quien insta a Díarmait a que se fugue con ella (véase
nota 230). Una visión general de estos aspectos, sugerente pero inevitable-
mente lastrada por los llamados estudios de género en los que se enmarca,
que han hecho estragos en tantas universidades, es L. M. Bitel, Land of
Women: Tales of Sex and Gender from Early Ireland, Ithaca, Comell
University Press, 1996. Del mismo año es C. Meek y K. Simrns (eds.), 'The
Fragility of Her Sex'? Medieval Irish Women in their European Context,
Dublín, Four Courts Press, 1996, en el que destaca el articulo de T. Ó.
Clancy, «Women Poets in Early Medieval Ireland: Stating the Case», 43-
72. En el campo de las sagas, de las que no hay que olvidar que a menudo
incluyen poemas (como muchos de los recogidos en esta antología), es
iluminador el ensayo de D. Gabriel, «The Power of the Woman over the
Man in Mediaeval Irish Prose Tales», Studia Celtica Japonica, 7 (1995),
61-86.
306
Véase nota 163.
Así me habló Niall
yendo desde Armagh al oeste:
«¿Quién de nosotros se irá primero,
Gormlaith, y adónde marchará?»

«Voy a darte un consejo,


rey de la estirpe de Eógan:
que nos lleven al suelo de la fría Oileach307
y nos entierren en una sola tumba».

«Si tú, blanca Gormlaith,


fueras primero bajo tierra,
yo no sería hombre que tornara mujer
sino que estaría llorando sin risa».

116

OTRO POEMA DE GORMLAITH308

He amado a tres veces treinta,


he amado a nueve veces nueve;
aunque amase a veinte hombres
no es eso lo que engañaría a una mujer.

A ellos los dejé por Niall;


era mi deseo hacer su voluntad.
¿Por qué no habría de dejarlos a todos

307
Oileach, o Ailech, era la capital de un territorio en el que reinaban los
descendientes de Eógan, hijo de Niall de los Nueve Rehenes.
308
Como el anterior, este poema, junto con otros ocho más atribuidos a la
misma Gormlaith, lo traduje hace años para la revista Hora de poesía, 77-
78 (1991), 51-65. He corregido algunas erratas. El lenguaje, más de
irlandés medio que de antiguo, parece ya anunciar la más famosa elegía
irlandesa de todos los tiempos, la que Eibhlín Ní Chonaill compuso para su
marido Art Ó Laoghaire en la segunda mitad del siglo XVIII. Las últimas
estrofas son algo confusas, pero en ellas destaca el ideal gaélico y
aristocrático de la generosidad.
para ser la mujer de Niall?

Aunque son muchos los guerreros de Conn309 ,


no hay nada en lo que él no venciera;
hubiera sido mejor -dado el mal que he encontrado-
ser la esposa de un hombre pobre.

Sus capas de colores, sus anillos de oro,


sus buenos corceles que ganaban el premio:
mucho ha bajado la marea de su riqueza,
todo en su momento se ha perdido.

No tengo entre el cielo y el suelo


más que una blusa blanca y una capa parda;
en Kells de los cien reyes
poco importa que no tenga comida.

Estábamos un domingo en la abadía,


mi príncipe y yo en la piedra hueca,
en Kells de la cruz alta
proclamando las provisiones que Conn debía.

Mi rey me dijo,
dándome la mano izquierda:
«Ve al templo al que van todos,
donde es costumbre adorar al hijo de Dios».

Vamos entonces -no es mentira-


doce veintenas de jóvenes mozas;
Mór310 va delante de mí en su camino,
309
Un enemigo de Niall del que no hemos hallado información. No
confundir con el Conn de las Cien Batallas antepasado de Niall.
310
Tampoco sabemos quién es esta Mór, salvo que era esposa del abad de
Kells (véase estrofa siguiente), donde los monjes de la congregación de San
Columba (Colum Cille), tras varios ataques y saqueos vikingos en Iona,
fundaron un monasterio, comenzado en 807 y finalizado siete años
después. El celibato no fue frecuente en el monasticismo irlandés, y era lo
más noffi1al del mundo que los religiosos vivieran cerca de las iglesias
yo le ofrecí la punta de mi zapato.

A la mujer del abad del cortés Colum


le di una bola con una argolla de oro,
y le entregué dos veintenas de vacas
en el lado norte del gran templo.

Le di una capucha azul normanda


y un estuche de marfil para los salmos,
y treinta onzas de oro;
aún las tiene Mór de Mag Sainb.

Ella me dio esa noche


-un obsequio improcedente no es bueno-
idos diezmos de avena dura,
dos huevos de gallina de su nidada!

Por el Rey que iluminó el sol,


si viviera Niall de la Rodilla Negra
no me importarían tus dos huevos,
mujer del abad de Tulach Léis.

Recibí una cofia, recibí un peine,


recibí suaves telas de Mór;
yo le di a ella la casa roja
y una copa con manzanas de oro.

Ay de quien se ufane del oro,


ay de los avarientos, Mór;
yo pagaba a los bardos

junto con sus mujeres e hijos. Los términos coarb, erenagh y abb o abbas,
prácticamente intercambiables, designaban a los superiores de los
monasterios, que solían pertenecer a familias aristocráticas y eran
sucedidos por herederos de su mismo linaje. Véase S. J. D. Seymour, «The
Coarb in the Medieval irish Church», Proceedings of the Royal Irish
Academy (C), 41 (1932-4).
hasta que el Señor se llevó mi riqueza.

Un hombre que daba caballos por poemas


-¡que Dios se lo recompense!-.
Si yo hablase bien de Niall,
mucho mejor hablarían los bardos.

Ya está bien de llorar a Niall,


el hijo de Áed de los suaves corceles;
oh Dios, triste es como me ha dejado
entre la vida y la muerte.

Durante treinta y un años, a fe mía,


desde la desaparición de este rey recto,
llorándolo siempre he derramado
setecientas lágrimas cada noche.

Ayer después de maitines


me dijo esto el descendiente de Niall:
«Cesa en tu duelo, blanca Gormlaith;
está enojado contigo el Rey de los ángeles».

Entonces, airada, le dije a Niall,


como nunca antes había dicho:
«¿Por qué habría de sentir ira el Rey del Cielo
contra mí, que estoy arrepentida?»

«¿No sabes, blanca Gormlaith,


que fue Dios quien hizo el cielo,
y que fue Él quien creó a los hombres,
y que no quiere su llanto amargo?»

Niall, el buen hijo de Áed,


me volvió la espalda -era amistad inicua-;
yo chillo al ver esto
y salto para seguirle.

Un poste de hermoso tejo


que sostenía mi cama, fue lo que agarré;
mi pecho cayó sobre el puntiagudo poste
y me partió en dos mitades el corazón.

Esta noche pido la muerte


al Hijo de Dios que creó todo cuerpo;
dondequiera que esté Niall,
que él y yo estemos de la misma forma.

Trescientas vacas y doscientos caballos


me dio Cearbhall el de la espada;
Cormac me dio -no fue tacaño-
dos veces lo que me dio Cearbhall.

¿Por qué habría de ocultar a mi rey


la riqueza que de él recibí?
Tres veces todo eso
recibí de Niall en un mes.

ÍNDICE GENERAL
Introducción.
La Irlanda antigua y medieval.
La poesía irlandesa
Poemas monásticos
Poemas seculares
Esta edición.

Bibliografía selecta

Cronología

Poemas mitológicos y de sagas.


La canción de Amergin
Invocación a Irlanda
Canto al mar.
Lamento por Fer Diad
El lamento de Rónán
Hermosa señora
La casa de Labraid
La isla mágica.
El lamento de Créide
Mi pequeño oratorio
La voz del Garb
Subvine en los bosques
Subvine en la nieve

Poemas topográficos
Tara.
Fid nGabli
Dublín

Epigramas
Aed Mac Colgan
Aed Venían
Conaing
Máel Odrán
Feidlimid
Aed.
Una mujer del lugar.
Etan.
La hija del herrero.
Los marinos
Los estudiantes.
Rey de las estrellas.
Un triunfo de Murchad
Una victoria
Mór y Dubhchobhlaid
Conchobhar y los vikingos
El constructor.
Las visitas
Todo lo nuevo esplende
Inspiración divina
Elogio de Eithne
El mirlo en el arbusto.
La abeja.
Un pozo de lágrimas.
Tres laderas
«Testaduela»
Corazón Malvado es
La gran ciénaga
La campana
El Señor de la Creación
Peregrinaje en vano.
Juventud y vejez.
Noche tempestuosa.
Exigua recompensa.

Exaltación de la naturaleza.
La aurora.
El mirlo de Doire an Chairn.
Mar de peces. Frío.
Arran
El escriba en el bosque
El rey y el ermitaño
El mirlo del Lago Laíg
El mirlo en el sauce
Las cuatro estaciones

Poesía religiosa
La loriga de San Patricio
Los deseos de Santa Brígida
Jesús y los pájaros
El morral maravilloso.
El clérigo y su gato
Ven a mí, amorosa María
Daniel, nieto de Líathaiti
El canto del ermitaño
Que el Señor me proteja.
Aguarda, oh Rey
Jesús y Santa Íte
El deseo de Manchán
La cruz de Cristo
Dios Creador.
El arrepentido
El monje distraído
Sé Tú mi visión
Oración nocturna
Oración a la Virgen María.
Eva.
En el exilio.
Los sitios predilectos.
Derry
El escriba.
Invocación al Espíritu Santo.
Alabanza a Dios
Lejos de Irlanda
Una visión.
El ayuno.
San Columba en su isla.
El exilio de San Columba
Crínóc
Poemas fenianos
Cáel y la casa de Créide
El llanto de Créide por Cáel.
Elegía por los fíanna
Remembranza de invierno.
Primero de mayo
El invierno.
Gráinne y Díarmait
El sueño de Díarmait
El adiós de Oisín a Caílte
En otro tiempo
Se han ajado estas manos.

Miscelánea
La canción de las calaveras.
En la India.
En honor de Labraid Loingsech Moen
Otro poema en honor de Labraid
Tríadas
La vieja de Beare
El ganso.
Del amor de Líadan por Cuirithir
Elegía por Nia hijo de Lugna
El inocente.
El planto de Gormlaith por Niall.
Otro poema de Gormlaith.

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