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3761 03la Acusacion Fiscal PDF
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PENAL DE 2004.
1 Magister en Ciencias Penales por la UNMSM, Juez Superior Titular de la Sala Penal Nacional y
profesor de la Academia de la Magistratura.
2 Aquí es importante precisar con Castillo Alva, que la obligación constitucional de motivar no solo es un
deber que se extiende a una determinada clase de funcionarios o de órganos estatales, en especial los
órganos jurisdiccionales y los entes administrativos, sino que se aplica a todos los que ejercen y
desarrollan una labor estatal, entre los que destacan los representantes del Ministerio Público. Cfr.
Proscripción de la arbitrariedad y motivación, Grijley, Lima, 2013, p. 288. En consecuencia, no es de
recibo para el sistema penal adoptado por el Perú, los argumentos del profesor español Nieva Fenoll
cuando afirma que “lo lógico es que la parte acusadora exponga poca información acerca de la acusación,
haciendo constar únicamente la estrictamente imprescindible para centrar el thema debatendi, con una
finalidad táctica que es legítima: no avanzar argumentos de la defensa de la acusación que puedan ser
utilizados por la defensa del imputado. De hecho, el imputado, al elaborar su contestación a la acusación
seguirá exactamente la misma técnica”. Op. Cit., 2012, p. 216. El legislador del Código Procesal Penal de
2004 ha optado por un sistema procesal penal transparente desde el inicio, dejando de lado la opción de
un sistema procesal penal sorpresivo que pretende fundamentar el autor citado.
3 Alberto Binder prefiere señalar que “la acusación es un pedido de apertura a juicio por un hecho
determinado y contra una determinada persona, y contiene una promesa -que deberá ser fundamentada-
de que el hecho podrá ser probado en juicio”. Op. Cit., 2002, p. 60. Por su parte, el profesor San Martín
Castro, citando al español Gómez Colomer, define a la acusación como el acto procesal mediante el cual se
interpone la pretensión procesal penal, consistente en una petición fundada dirigida al órgano
jurisdiccional, para que imponga una pena y una indemnización a una persona por un hecho punible que
realidad el principio de la imputación necesaria4 como una manifestación
del principio de legalidad y del principio de defensa procesal. En virtud
del citado principio, constituye una exigencia ineludible que la acusación
tiene que ser cierta, no implícita, sino precisa, clara y expresa. Tiene que
contener una descripción suficiente y detallada de los hechos
considerados punibles que se imputan al acusado y del material
probatorio en que se fundamenta la pretensión acusatoria5. Esto significa
que la acusación de modo alguno puede ser ambigua, implícita,
desordenada, ilógica o genérica.
El principio de imputación necesaria tiene directa relación con el
derecho de defensa al punto que la Corte Interamericana, en la sentencia
del Caso Fermín Ramírez vs. Guatemala6, precisó que la descripción
material de la conducta imputada recogida en la acusación constituye “la
referencia indispensable para el ejercicio de la defensa del imputado y la
consecuente consideración del juzgador en la sentencia. De ahí que el
imputado tenga derecho a conocer, a través de una descripción clara,
detallada y precisa, los hechos que se le imputan”. En la misma línea,
Julio Maier7 enseña que la imputación correctamente formulada es la
llave que abre la puerta a la posibilidad de defenderse eficientemente,
pues permite negar todos o alguno de sus elementos para evitar o
aminorar la consecuencia jurídico-penal que se pretende o, de otra
manera, agregar los elementos que, combinados con los que son
afirmados, orientan también a evitar las consecuencias graves o, en su
caso, reducirlas.
De modo que sin discusión se acepta que con la acusación se
materializa el principio de imputación necesaria y es deber legal del
órgano jurisdiccional controlar este aspecto. En efecto, la Sala Penal
Permanente de la Corte Suprema ha establecido como precedente
vinculante lo siguiente: a) la imputación necesaria supone la atribución
de un hecho punible, fundado en el factum correspondiente, así como en
Código Procesal Penal, Gaceta Penal y Procesal Penal, Lima, 2013, pp. 279-345; del mismo autor, Tutela
judicial de derechos e imputación necesaria. Análisis del Acuerdo Plenario Nº 2-2012/CJ-116, en Rev.
Gaceta penal y procesal Penal, T. 43, enero 2013, pp. 179- 237; además, El principio de imputación
necesaria como garantía procesal y a la vez sustantiva, Peña Cabrera Freyre, Alonso, en Rev. Gaceta
penal y procesal Penal, T. 45, marzo 2013, pp. 13-29; La imputación necesaria y los grados de
conocimiento en el Código Procesal Penal de 2004, Benavente Chorres, Hesbert, en Rev. Gaceta penal y
procesal Penal, T. 45, marzo 2013, pp. 30-42.
5 En parecido sentido, Castillo Alva refiere que “la acusación personal e individualizada debe efectuarse
116.
10 Acuerdo Plenario del 13 de noviembre de 2009. En idéntico sentido se pronuncia el Acuerdo Plenario
Extraordinario Nº 2-2012/CJ-116
11 Es jurídicamente inaceptable exigir que el titular de la acción penal realice en su acusación, una
narración detallada y precisa del hecho objeto de imputación, en un caso en el cual es imposible
materialmente llegar a conocer todos los detalles del hecho delictivo.
12 Lecciones de Derecho Procesal Penal, Editorial Colex, Madrid, 2001, p. 325.
planteada y mantenida por un sujeto distinto al órgano jurisdiccional,
pues en cualquier otro caso, nos encontraríamos en un proceso
inquisitivo. Mediante la interposición de la pretensión penal por la parte
acusadora se da cumplida respuesta a la exigencia del principio
acusatorio general.
De ahí que el profesor Sánchez Velarde13 enseña que la acusación
fiscal o requerimiento acusatorio constituye uno de los actos procesales
propios del Ministerio Público, en donde ejerce a plenitud su función
acusadora formulando ante el órgano jurisdiccional los cargos de
incriminación contra persona determinada, propone la pena y la
reparación civil, convirtiéndose en parte en sentido estricto.
El fiscal formulará acusación luego que del análisis de los
resultados de la investigación preparatoria (efectuada con el exclusivo
objetivo de buscar, recolectar y reunir los elementos de convicción de
cargo y descargo) llega a las siguientes conclusiones:
1. Existen elementos o medios de prueba (no prueba debido a que esta a
excepción de la prueba anticipada, solo se produce en el juicio oral)
suficientes que determinan o crean convicción en primer término de que
la conducta investigada constituye delito de persecución por acción
pública.
2. Existen elementos o medios de prueba suficientes que sirven para
determinar las circunstancias y móviles de su comisión, así también para
determinar si sirven para identificar en forma fehaciente a los autores y
partícipes, así como a la víctima del delito investigado.
La acusación será debidamente motivada, es decir, se hará una
justificación tanto interna como externa, utilizando para tal efecto los
elementos de convicción con los que cuenta el fiscal responsable del caso.
Esto significa que el deber de motivación de las acusaciones, impone al
fiscal, la obligación de que los requerimientos de acusación que emita
han de ser fundados en derecho. De modo que requiere suficiente
explicación que permita conocer, aun de manera implícita, los criterios
fácticos y jurídicos esenciales que fundamentan la decisión de solicitar
pena y reparación civil para el acusado14. Basta, entonces, que el fiscal
exteriorice su proceso valorativo en términos que permitan conocer las
15 Como parámetros para saber qué debemos entender por una acusación debidamente motivada,
consideramos que sirve los lineamientos que nuestra Corte Suprema ha establecido respecto de la
motivación de las resoluciones como doctrina vinculante el Acuerdo Plenario N° 06-2011/CJ-116. En
efecto, allí se ha establecido que “la motivación de las resoluciones es un derecho que integra el contenido
constitucionalmente garantizado de la garantía procesal de tutela jurisdiccional efectiva, que impone al
Juez la obligación de que las decisiones que emita han de ser fundadas en derecho. (…) La motivación…
requerirá que el razonamiento que contenga, constituya lógica y jurídicamente, suficiente explicación que
permita conocer, aun de manera implícita, los criterios fácticos y jurídicos esenciales fundamentadores de
la decisión. Basta, entonces, que el órgano jurisdiccional exteriorice su proceso valorativo en términos que
permitan conocer las líneas generales que fundamentan su decisión. La extensión de la motivación, en
todo caso, está condicionada a la mayor o menor complejidad de las cuestiones objeto de resolución, esto
es, a su trascendencia. No hace falta que el órgano jurisdiccional entre a examinar cada uno de los
preceptos o razones jurídicas alegadas por las partes, sólo se requiere de una argumentación ajustada al
tema en litigio, que proporcione una respuesta al objeto procesal trazado por las partes”.
16 Parafraseando al profesor español Picó y Junoy, quien se refiere a la motivación de resoluciones
judiciales. Cfr. Las Garantías Constitucionales del Proceso. Editorial Bosh, Barcelona, 1997, p. 64.
17 Este aspecto establecido en el artículo 349º del CPP de 2004 tiene su fundamento constitucional en el
respecto, el Tribunal Constitucional ha precisado que el contenido del derecho a la motivación de las
resoluciones judiciales exige que exista lo siguiente: a) fundamentación jurídica; que no implica la sola
mención de las normas a aplicar al caso, sino la explicación y justificación de por qué tal caso se encuentra
o no dentro de los supuestos que contemplan tales normas; b) congruente entre lo pedido y lo resuelto, que
implica la manifestación de los argumentos que expresarán la conformidad entre los pronunciamientos
del fallo y las pretensiones formuladas por las partes; y c) que por sí misma exprese una suficiente
justificación de la decisión adoptada, aun si esta es breve o concisa, o se presenta el supuesto de
motivación por remisión, fundamento 6 de la sentencia del 12 de diciembre de 2012, Exp. 3244-2010-
PHC/TC- Lima-caso Salazar Monrroe.
18 Vid. inciso 2 del artículo 349° del CPP de 2004.
19 Cfr. Neyra Flores, Op. Cit., 2010, p. 310.
20 Nieva Fenoll, Op. Cit., 2012, p. 215.
21 De fecha 13 de noviembre 2009, fundamento 8.
bien jurídico protegido por el ordenamiento sustantivo. En tanto se trata
de un acto de postulación, que es objeto de conocimiento del acusado y
respecto del cual se iniciará el juicio oral, no es de recibo sostener que tal
proceder del fiscal vulnera el principio de contradicción o lesiona la
garantía de defensa procesal.
Igual, luego de la acusación y producido el juicio oral es
perfectamente posible que el juzgador se desvincule de la calificación
jurídica efectuada por el titular de la acción penal. Lo concreto es que
solo los hechos objetos de imputación son inmutables, en tanto que la
calificación jurídica puede ser cambiada en determinados presupuestos.
Así la Corte Interamericana, en la sentencia del caso Fermín Ramírez vs.
Guatemala22, estableció que la calificación jurídica de los hechos puede
ser modificada durante el proceso por el órgano acusador o por el
juzgador, sin que ello lesione o ponga en peligro el derecho de defensa del
imputado, cuando se mantienen sin variación los mismos hechos y se
observen las garantías procesales previstas en la ley para llevar a cabo la
nueva calificación.
Esta posibilidad de modificar la calificación jurídica inicial no
representa problema alguno para el pleno ejercicio del derecho de
defensa, en razón de que la defensa respecto a la calificación jurídica es
fundamentalmente una defensa de alegaciones jurídicas y no una
defensa de participación en los hechos. Por lo que cuando se modifica la
tipificación de un hecho, queda un espacio suficientemente amplio para
poder ejercitar plenamente el derecho a la defensa respecto de la nueva
calificación jurídica efectuada23.
En la acusación, el fiscal responsable del caso también podrá
señalar alternativa o subsidiariamente las circunstancias de hecho que le
permitan calificar la conducta del imputado en un tipo penal distinto al
de la imputación principal. Esto tiene trascendencia para el caso que no
resultare demostrado en el debate los elementos que componen su
calificación jurídica principal, pero si se demuestra la concurrencia de los
elementos del delito que fue objeto de calificación alternativa.
Esta forma de proceder evita que en estos casos, los autores o
partícipes de un hecho punible queden sin sanción, y por otro lado, se
evita la indefensión de los imputados. Una vez que el imputado conoce la
acusación y verifica que hay una calificación principal y otra alternativa
o subsidiaria, estará en la posibilidad concreta de planificar su estrategia
22Sentencia del 20 de junio de 2005.
23Cfr. Tutela judicial de derechos e imputación necesaria. Análisis del Acuerdo Plenario Nº 2-2012/CJ-
116, Ávalos Rodríguez, Constante, en Rev. Gaceta penal y procesal Penal, T. 43, enero 2013, p. 211
de defensa para atacar ambas imputaciones. Se minimiza la posibilidad
de que el imputado pueda alegar indefensión.
El fiscal responsable del caso, de acuerdo al inciso 4, artículo 349°
del CPP de 2004, indicará en la acusación las medidas de coerción
subsistentes dictadas durante la investigación preparatoria; y, en su
caso, podrá solicitar su variación o que se dicten otras según corresponda.
Aquí, muy bien se habilita a los fiscales a solicitar la medida coercitiva
de prisión preventiva para un acusado que tiene comparecencia con
restricciones cuando por ejemplo, las reglas de conducta impuestas las ha
incumplido sin justificación alguna.
2. CONTENIDO DE LA ACUSACIÓN
El inciso 1 del artículo 249° del CPP de 2004, establece en forma
taxativa el contenido que debe tener el escrito de acusación formulado
por el Fiscal responsable del caso. Se prevé que la acusación será
debidamente motivada y en consecuencia, en su estructura contendrá los
siguientes aspectos:
2.1. Generales de ley del imputado. Son los datos específicos que sirven
para identificar o individualizar al acusado. Es común denominar a estos
datos como generales de ley del imputado. Es preciso que el imputado
esté plenamente identificado para evitar errores en la determinación de
la legitimación pasiva y, de esa forma, conferir al acusado la posibilidad
real del ejercicio de su derecho de defensa a lo largo de la etapa
intermedia y de ser el caso, del juzgamiento. No debe obviarse que el
Tribunal Constitucional en reiterada jurisprudencia ha insistido en que
el derecho de defensa tiene una doble dimensión: una material, referida
al derecho del imputado de ejercer su propia defensa desde el mismo
instante en que toma conocimiento que se le atribuye la comisión de
determinado hecho delictivo; y otra formal, que supone el derecho a una
defensa técnica, esto es, al asesoramiento y patrocinio de un abogado
defensor de su elección desde que es citado o detenido por la autoridad y
durante todo el tiempo que dure la investigación y el proceso mismo.
Posición que incluso nuestra Corte Suprema ha establecido como
jurisprudencia vinculante24.
de los hechos sea narrada con la mayor claridad posible, indicando lo sucedido en forma cronológica, el
lugar, las circunstancias propias de la comisión del delito, la intervención de las personas involucradas, de
la víctima, de los testigos, las armas u objetos utilizados. También si fuera el caso, los hechos anteriores a
la comisión del delito o los actos de preparación así como la conducta sumida con posterioridad al mismo.
Op. Cit., 2009, p. 159.
de los específicos supuestos que sirven para medir o graduar las
consecuencias jurídicas que se debe aplicar al caso concreto28.
Es obvio que la relación clara y concreta del hecho objeto de
imputación, así como sus circunstancias precedentes, concomitantes y
posteriores, se efectuará cuando ello sea materialmente posible. No en
todos los casos se exigirá al titular de la acción penal precise en forma
detallada los hechos imputados, pues la realidad y la experiencia
crudamente nos demuestran que existen casos en los cuales es difícil
identificar determinados aspectos o circunstancias del caso. A este tipo
de casos, los norteamericanos los denominan casos duros. El profesor y
fiscal provincial Ávalos Rodríguez29 pone como ejemplo de estos casos, los
delitos de acceso carnal sexual sobre menores de temprana edad o de
personas sin capacidad de discernimiento, que son descubiertos tiempo
después de su perpetración, en los que la víctima por su misma condición,
no sabe precisar las circunstancias de fecha, lugar, modo y forma en que
se realizó el ataque sexual en su agravio, pero sí atribuye con firmeza tal
hecho al imputado. Son frecuentes este tipo de casos. Pero no ocurre solo
en los delitos sexuales, sino en todos los delitos recogidos en nuestro
Código Penal o leyes penales especiales.
Ocurre por ejemplo también en un homicidio, donde el fiscal luego
de la investigación llega a determinar que la víctima había sido asfixiada
mecánicamente en lugar diferente a donde se encontró el cadáver. Como
investigado se tiene a la persona que los testigos refieren haberla visto
junto a la víctima el día en que esta desapareció. Al declarar el
investigado, se limita a reconocer el hecho afirmando “yo lo mate”, luego
guarda silencio. En consecuencia, no da más detalles del lugar, fecha,
modo y forma en que realizó la asfixia mecánica contra la víctima.
Igual ocurre en los delitos contra la administración pública, pues al
ser clandestinos, es difícil llegar a determinar todos los detalles de su
perpetración. En algunos casos, solo nos acercamos a los detalles del
hecho delictivo, cuando el agente es intervenido en flagrancia delictiva, o
cuando ha sido filmando cometiendo el ilícito o si el investigado se somete
a la confesión sincera. No obstante, en la mayoría de casos, tales
circunstancias no se producen y el fiscal para acusar tiene que recurrir a
la concurrencia de indicios. Cuestión más problemática ocurre en los
delitos cometidos por organizaciones criminales (tráfico ilícito de drogas o
de armas, lavado de activos, trata de personas, etc.).
32 Al respecto, Vid. Salinas Siccha, Delitos contra la administración pública, Grijley, 3ra. edición, Lima,
2014, pp.15-32.
33 Cfr. Del Río Labarthe, Op. Cit., p. 145.
reducirá, atenuará o disminuirá la pena prudencialmente en el supuesto
que al final del juicio concluya por condenar.
De modo que no es correcto afirmar34 que el artículo 349º del CPP
de 2004 no solo se refiere a las atenuantes, sino también a circunstancias
que perjudican la situación del acusado, como son las agravantes
genéricas.
En efecto, las circunstancias agravantes o atenuantes genéricas
previstas en los artículos 45º y 46º del Código Penal, de modo alguno
modifican la responsabilidad penal del agente del delito. Aquellas solo
sirven o se toman en cuenta luego que se ha establecido la
responsabilidad penal del acusado, para individualizar o graduar la pena
por imponer. Es decir, las circunstancias agravantes entran a tallar
luego que se haya acreditado la responsabilidad penal del acusado.
Nunca antes.
En tal contexto, el fiscal en la acusación debe mencionar si por
ejemplo, concurre un error de prohibición vencible previsto en la última
parte del artículo 14º del Código Penal. Allí se establece que si el error
fuera vencible se atenuará la pena. O concurre un error de prohibición
culturalmente condicionado previsto en el artículo 15º del CP. Allí se
establece que el que por su cultura o costumbres comete un hecho
punible estando disminuida la posibilidad de comprender el carácter
delictuoso de su acto o determinarse de acuerdo a esa comprensión, se
atenuará la pena. O concurre en el caso concreto, alguna de las
eximentes incompletas que se prevé en el artículo 21º del CP. Allí se
establece que en los casos del artículo 20º del Código Penal, cuando no
concurra alguno de los requisitos necesarios para hacer desparecer
totalmente la responsabilidad, el juez podrá disminuir prudencialmente
la pena hasta límites inferiores al mínimo legal. O también, el titular de
la acción penal deberá mencionar si concurre algún supuesto de
responsabilidad restringida por la edad del acusado, casos en los cuales
el juez reducirá prudencialmente la pena señalada para el hecho punible
cometido.
37 Fundamento cuarto de la Ejecutoria Suprema de fecha 18 de octubre de 2012, dictada por la Sala Penal
Transitoria de la Corte Suprema. R. N. Nº 2661-2012.
38 Vid. contenido del artículo 93° del Código Penal.
39 Norma penal que tiene correlato y sustento en el artículo 1983° del Código Civil que prevé: “Si varios
son responsables del daño, responderán solidariamente. Empero, aquel que pagó la totalidad de la
indemnización puede repetir contra los otros, correspondiendo al juez fijar la proporción según la
gravedad de la falta de cada uno de los participantes. Cuando no sea posible discriminar el grado de
responsabilidad de cada uno, la repartición se hará por partes iguales”.
40 Dictada el 14 de agosto de 2012.
(…)”; asimismo, el vinculo normativo que permite fundamentar la
responsabilidad en calidad de solidaria, para el presente caso, viene
determinado por el artículo mil novecientos ochenta y uno del Código
Civil, que señala: “Aquel que tenga a otros bajo sus órdenes responde por
el daño causado por este último, si ese daño se realizó en el ejercicio del
cargo o en cumplimiento del servicio respectivo. El autor directo y el
autor indirecto están sujetos a responsabilidad solidaria”.
Por otro lado, la naturaleza jurídica de la reparación civil es
incuestionablemente civil, pero su aplicación junto a la pretensión penal
(acumulación heterogénea de pretensiones), responde exclusivamente a
la aplicación del principio de economía procesal en el entendido que con
el menor desgaste posible de jurisdicción, se pueda reprimir el daño
público causado por el delito y reparar el daño privado ocasionado por el
mismo hecho41. En el mismo sentido, el profesor español Silva Sánchez42
ha señalado que el fundamento de la institución “responsabilidad civil
derivada de delito” se halla en un criterio de economía procesal,
orientado a evitar el denominado “peregrinaje de jurisdicciones” en busca
de reparación civil por el daño ocasionado por el hecho punible.
En tal contexto, se entiende que el titular de la acción penal, en la
acusación fiscal, solicitará un monto dinerario por concepto de reparación
civil a favor de los agraviados o perjudicados que no se hayan constituido
en actor civil o como se conoce comúnmente, en “parte civil” antes de la
finalización de la investigación preparatoria como lo prevé el artículo 101
del CPP de 2004. En cambio, en los procesos donde hay constitución de
parte civil, el fiscal en su acusación no podrá solicitar monto de
reparación civil en beneficio de aquel agraviado o perjudicado que se
constituyó en actor civil43. En este supuesto, solo al actor civil le
corresponde precisar el quantum indemnizatorio que pretende. Ello
significa que cuando corresponda, el fiscal debe individualizar el tipo y
alcance de los daños cuyo resarcimiento solicita y cuánto corresponde a
41 Cfr. Acuerdo Plenario Nº 5.2011/CJ-116 del 6 de diciembre de 2011. En el mismo sentido, Gimeno
Sendra, Derecho Procesal Penal, 2da. edición, Colex, Madrid, 2007, p. 257; Gómez Colomer, Derecho
Jurisdiccional III. Proceso Penal. Objeto del proceso, 12ma edición, Tirant lo Blanch, Valencia, 2003, p.
110.
42 Cfr. ¿“ex delicto”? Aspectos de la llamada “responsabilidad civil” en el proceso penal, en
CPP de 2004 sostiene que “la acusación fiscal sólo se pronuncia sobre aspectos vinculados a la acción civil
cuando no exista un actor civil expresamente constituido en el proceso”. Op. Cit., p. 148. En contra, Peña
Cabrera Freyre, La etapa intermedia en el Código Procesal Penal de 2004. Las funciones del Ministerio
Público y el juez de la investigación preparatoria, en Actualidad jurídica, Nº 157, diciembre de 2006, p.
139.
cada tipo de daño que afirma haber sufrido la víctima44. Este aspecto
jurídico aparece del contenido de la última parte del artículo 11º.1 del
citado Código Procesal que establece en forma contundente: “si el
perjudicado se constituye en actor civil, cesa la legitimación del
Ministerio Público para intervenir en el objeto civil del proceso”. Así ha
sido establecido como doctrina legal vinculante en el Acuerdo Plenario Nº
5-2011/CJ-11645. En efecto, allí se establece que la participación del
Ministerio Público es por sustitución, esto es, representa un interés
privado. Su intervención cesa definitivamente cuando el agraviado se
apersona al proceso y se constituye en actor civil.
Aquí es pertinente precisar lo siguiente: en una investigación
preparatoria donde existe un solo agraviado y este se constituye en actor
civil, el fiscal no tiene razón ni fundamento jurídico alguno para solicitar
monto alguno por concepto de reparación civil. Igual sucederá cuando al
existir varios agraviados, todos se constituyen en actores civiles. En
cambio, en el supuesto que exista más de dos agraviados y no todos se
constituyan en actores civiles, el titular de la acción penal tiene la
obligación jurídica de solicitar un monto de reparación civil a favor de
aquellos agraviados o perjudicados que no se constituyeron en actores
civiles. Es obvio que el pedido será debidamente fundamentado.
48 Su contenido fue modificado por la Ley N° 30076, publicada en El Peruano el 19 de agosto de 2013.
abogado defensor. En caso que no concurra el acusado concernido o los
otros si fueran causas complejas o seguidas contra varios encausados,
sería imposible desarrollar la audiencia de terminación anticipada. Su
aceptación obligaría a fijar otra audiencia, con serio desmedro del
principio de aceleramiento procesal.
Desde la perspectiva de los demás sujetos procesales también se
producen inconvenientes. Al no ser obligatoria la presencia de ellos no se
podrían oponer a la realización de esta audiencia, pues como señala el
artículo 468°.3 CPP el requerimiento fiscal o la solicitud del imputado
será puesta en conocimiento de todas las partes por el plazo de cinco días,
quienes se pronunciarán acerca de la procedencia del proceso de
terminación anticipada y, en su caso, formular sus pretensiones. Empero,
al aplicar la terminación anticipada en la etapa intermedia tal trámite,
indispensable, no será posible49.
En consecuencia, la referencia a criterios de oportunidad que
pueden aplicarse en la etapa intermedia nos lleva a concluir que se
refiere necesariamente a los supuestos previstos en el artículo 2° del CPP
de 200450. De modo que en aplicación del apartado 7 del citado numeral,
el juez de la investigación preparatoria, previa audiencia, podrá a
petición del fiscal, con la aprobación del imputado y citación al agraviado,
dictar auto de sobreseimiento. Procedimiento que puede realizarse así el
fiscal del caso haya formulado acusación. Se entiende que el debate sobre
el pedido de la aplicación del principio de oportunidad, deberá realizarse
antes que se comience al efectivo control de la acusación escrita, esto es,
antes que el fiscal oralice en forma resumida el contenido de la acusación
escrita.
g) Ofrecer medios de prueba de descargo para el juicio, adjuntando la
lista de testigos y peritos que deben ser convocados al debate, con
indicación de nombre, profesión y domicilio, precisando los hechos acerca
de los cuales serán examinados en el curso del debate. Los requisitos son
los mismos a los exigidos al fiscal.
h) Presentar los documentos que no fueron incorporados antes, o señalar
el lugar donde se hallan los que deban ser requeridos.
51Cfr. Sentencias casatorias: 7 de junio de 2012 en la Casación Nº 53-2010- Piura y del 5 de marzo de
2010 en la Casación Nº 60-2009-La Libertad.
el libre albedrío la forma y oportunidad en que se planteen las
observaciones a la acusación escrita.
Por tales razones, de lege ferenda se propone una modificación
legislativa al inciso primero del artículo 350° del CPP de 2004. Se
propone que en la última parte del citado numeral se agregue lo
siguiente:
“Tales pedidos si no son planteados por escrito y en el término indicado
no podrán ser planteados oralmente en la audiencia preliminar de la
etapa intermedia”.
La propuesta tiene su fundamento además en la circunstancia que
el nuevo proceso penal es totalmente transparente para las partes. No se
admiten pedidos o postulaciones sorpresivas. La trasparencia del proceso
penal común bajo el sistema acusatorio garantista con rasgos
adversariales, exige que cuando las partes sean citadas a cualquier
audiencia, conozcan todas las peticiones para que de esa forma, se
preparen y puedan contradecir en forma razonable de ser el caso. Igual
debe ocurrir cuando son citados a la audiencia preliminar de la etapa
intermedia. No puede admitirse que al fiscal, en plena audiencia, se le
sorprenda con el planteamiento de un medio técnico de defensa por
ejemplo. Seguramente, un buen fiscal podrá absolver el traslado, pero
para ello podrá solicitar un tiempo prudencial mínimo para articular su
contradicción, originando con ello que la audiencia se suspenda por breve
término. Dificultando el desarrollo normal de la audiencia. El principio
de celeridad procesal se ve seriamente perjudicado.
De igual forma, si las partes tienen prueba que ofrecer deberán
hacerlo por escrito y en el término de diez días de notificado el
requerimiento de acusación, con la finalidad de que la otra parte conozca
al testigo y perito ofrecido, y de ser posible, indague sobre su persona o
sobre los temas a declarar, con la finalidad de que cuando en audiencia se
oralice tal ofrecimiento, la otra parte pueda alegar alguna oposición.
Caso contrario, si recién en la audiencia la parte ofrece a sus testigos o
peritos, la otra parte muy poco podrá alegar para oponerse. Como es
natural no habrá tenido tiempo para indagar sobre la persona del testigo
o perito ni menos sobre los temas que pretende declarar.
53 Vid. inciso 2, artículo 371° del CPP de 2004 que prescribe: “Acto seguido, el fiscal expondrá
resumidamente los hechos objeto de la acusación, la calificación jurídica y las pruebas que ofreció y fueron
admitidas. Posteriormente, en su orden, los abogados del actor civil y del tercero civil expondrán
concisamente sus pretensiones y las pruebas ofrecidas y admitidas. Finalmente, el defensor del acusado
expondrá brevemente sus argumentos de defensa y las pruebas de descargo ofrecidas y admitidas”.
54 Op. Cit., 2010, p. 314.
hacerlos que concurran al lugar de la audiencia para que simplemente se
les notifique lo resuelto por el juez.
Cit., p. 81.
6.3. RESOLUCIÓN DE MEDIOS TÉCNICOS DE DEFENSA. De
estimarse cualquier excepción o medio de defensa planteado por la
defensa del acusado, el juez expedirá en la misma audiencia la resolución
que corresponda. Procede recurso de apelación contra la resolución
judicial dictada por parte de sujeto legitimado. Dependiendo de qué tipo
de excepción se trate, el procedimiento continuará o se le pondrá fin. En
efecto, si se declara fundada la excepción de naturaleza de juicio, el juez
dispondrá que el proceso se adecue al trámite que establezca en el
respectivo auto. Por el contrario, si de declara fundada las demás
excepciones previstas en el artículo 6° del CPP de 2004, como por
ejemplo, la de improcedencia de acción o de prescripción deducida, el juez
a la vez declarará concluida la audiencia, disponiendo el sobreseimiento
del proceso en forma definitiva57.
Aquí considero importante precisar respecto de los supuestos de la
excepción de improcedencia de acción, acerca de que el hecho no
constituya delito o que el hecho no sea justiciable penalmente58, se viene
efectuando una interpretación restringida. Se viene interpretando el
supuesto de que “el hecho no constituya delito” como que “el hecho no sea
típico” o que “el hecho sea típico, pero no antijurídico”. No obstante, la
fórmula representa el supuesto de que “el hecho no constituya delito”.
Para tal efecto, el operador jurídico debe tener clara la teoría del delito y
conocerla.
Debe saber perfectamente cuáles son los elementos y subelementos
que deben concurrir en una conducta determinada para tenerla como
delito. En tal sentido, es lugar común en la doctrina y en la
jurisprudencia nacional, considerar a una conducta humana como delito
siempre y cuando concurran en forma progresiva cuatro elementos:
tipicidad, antijuricidad, culpabilidad y punibilidad. Pero además, tales
elementos tienen sub-elementos que es necesario conocer. De modo que
cuando se plantea o deduce el medio técnico de defensa denominado
“improcedencia de acción”, el fiscal primero y luego el juez, deben
verificar si en el hecho objeto de formalización de investigación
preparatoria concurren o no todos los elementos y subelementos del
delito de que se trate. Si luego del análisis correspondiente concluye que
falta alguno de ellos declarará procedente la excepción. Caso contrario, la
declarará improcedente. De esa forma, causales de error de tipo
(tipicidad), legítima defensa, estado de necesidad justificante
(antijuricidad), error de prohibición, estado de necesidad exculpante,
64Montero Aroca, Juan, Proceso penal y libertad, editorial Thomson Civitas, Madrid, 2008, p. 352.
65Cfr. ¿“ex delicto”? Aspectos de la llamada “responsabilidad civil” en el proceso penal, Barcelona, julio,
2001, en www.Indret.com.
patrimoniales, que consisten en la lesión de derechos de naturaleza
económica, que debe ser reparada, radicada en la disminución de la
esfera patrimonial del dañado y en el no incremento en el patrimonio del
dañado o ganancia patrimonial neta dejada de percibir; cuantos daños no
patrimoniales, circunscritos a la lesión de derechos o legítimos intereses
existenciales -no patrimoniales- tanto de las personas naturales como de
las personas jurídicas. La reparación del daño ocasionado por la comisión
de un delito requiere, siempre que sea posible, la plena restitución
(restitutio in integrum), la cual consiste en el restablecimiento de la
situación anterior. De no ser esto posible cabe al juez determinar una
serie de medidas para, además de garantizar los derechos conculcados,
reparar las consecuencias que los hechos ilícitos produjeron, así como
establecer el pago de una indemnización como compensación por los
daños ocasionados66. Su naturaleza y su monto dependen de las
características del delito y del daño ocasionado en los planos material e
inmaterial67.
El daño material supone la pérdida o detrimento de los ingresos de
las víctimas, los gastos efectuados con motivo de los hechos y las
consecuencias de carácter pecuniario que tengan un nexo causal con los
hechos del caso sub judice, para lo cual, cuando corresponde, el juez fija
un monto indemnizatorio que busque compensar las consecuencias
patrimoniales de los delitos, que han sido declaradas en la sentencia. En
cambio, el daño inmaterial comprende tanto los sufrimientos y las
aflicciones causados a la víctima directa y a sus allegados, el menoscabo
de valores muy significativos para las personas, así como las
alteraciones, de carácter no pecuniario, en las condiciones de existencia
de la víctima o su familia. Dado que no es posible asignar al daño
inmaterial un equivalente monetario preciso, solo puede ser objeto de
compensación, para los fines de la reparación integral a la víctima,
mediante el pago de una cantidad de dinero o la entrega de bienes o
servicios apreciables en dinero, que el juez determine en aplicación
razonable del arbitrio judicial y en términos de equidad. El daño
inmaterial infligido a las víctimas resulta evidente, pues es propio de la
naturaleza humana que, por ejemplo, toda persona sometida a un delito
grave o medianamente grave, experimente un profundo sufrimiento,
68 Igual en el fundamento 57 de la sentencia del 19 de setiembre de 1996 en el caso Neira Alegría y otros
vs. Perú.
69 Establecido en la sentencia del 7 de junio de 2005, R.N. N° 948-2005-Junín- Sala Penal Permanente.
Reiterado en la Casación Nº 164-2011 del 14 de agosto de 2012.
70 Cfr. García Cavero, La naturaleza y alcance de la reparación civil: A propósito del precedente
72 Cfr. La naturaleza y alcance de la reparación civil: A propósito del precedente vinculante establecido en
la Ejecutoria Suprema R. N. 948-2005-Junín, 2012, Op. Cit., p. 93.
73 Parecida conclusión Del Río Labarthe, Op. Cit., 2010, p. 73.
74 Así se precisa en el inciso 5, artículo 352° del CPP de 2004.
que tiene la obligación legal de hacer todo lo necesario para que la prueba
se actúe en juicio oral es el juez penal como único director y responsable
de esta etapa central del proceso penal. Solo al buen juez le interesa que
el proceso penal cumpla su finalidad.
Aquí se debe ser contundente: una vez que el testigo o perito ha
sido admitido para que concurra al juicio oral, deja de ser testigo o perito
de la parte que la ofreció para convertirse automáticamente en testigo o
perito del juicio oral. Es testigo o perito del proceso penal y en
consecuencia, el director del juicio oral tiene la obligación legal de agotar
todos los medios legales a su alcance para hacerlo concurrir cuando sea
citado, ya sea contando con la ayuda, auxilio o colaboración del sujeto
procesal que le ofreció, o sin ella.
Incluso puede ser hasta aceptable que las partes sean un poco
negligentes en su actuación en el juicio oral, pero el juez de juzgamiento
tiene que cumplir su tarea de dirigir el juicio oral siempre en forma
diligente, con el objetivo claro y firme de emitir la resolución final de
acuerdo a Ley y a la Constitución. Esto significa que el juez penal
siempre debe tener claramente establecido que la finalidad del juicio oral
es condenar al que realmente es autor o cómplice culpable de los hechos
objeto de acusación, así como absolver al que realmente es inocente,
independientemente de la calidad de abogado defensor que haya tenido el
acusado.
Por el contrario, si el juez penal no actúa de esta forma, hay
muchas posibilidades de absolver al culpable, imponiéndose de esa forma
la impunidad, o en su caso, condenar al inocente, imponiéndose así la
arbitrariedad75.
En otro extremo, volvemos a insistir: la pertinencia, conducencia y
utilidad de los medios probatorios propuestos, corresponden ser
evaluados por el juez de la investigación preparatoria para decidir si
admite o no el medio probatorio ofrecido. Esta calificación debe hacerse,
aun cuando la otra parte no se oponga. El juez tiene que ser cuidadoso y
activo en esta cuestión, pues no puede aceptarse razonablemente, con el
cuento del sistema acusatorio e imparcialidad del juez, que ante el
ofrecimiento de un medio probatorio evidentemente impertinente e inútil
para el esclarecimiento de los hechos objeto de imputación, el juez
simplemente lo admita con el argumento simple y torpe que la otra parte
no se opone. El juez que tiene comportamiento pasivo respecto de este
75Teniendo claro este aspecto de modo alguno puede aceptarse simple y razonablemente aquello que con
insistencia se escucha y se repite: si las partes no llevan a sus testigos o peritos admitidos al juicio oral, el
juez los tendrá por desistidos y resolverá el caso con lo poco o nada que se haya actuado en el juicio oral.
tema, perjudica al juicio oral. Al admitir todos los medios probatorios que
ofrecen las partes, el juicio oral se vuelve pesado y tedioso al punto que
difícilmente cumple su finalidad.
Para tal efecto, los jueces de investigación preparatoria deben tener
en cuenta que el Tribunal Constitucional76 ha precisado que “en términos
generales, el derecho a la prueba se encuentra sujeto a determinados
principios como son que su ejercicio se realice de conformidad con los
valores de pertinencia, utilidad, oportunidad y licitud. Ellos constituyen
principios que informan la actividad probatoria y, al mismo tiempo,
límites inmanentes a su ejercicio, esto es, derivados de la propia
naturaleza del derecho. Sin embargo, lo anterior no quiere decir que no
pueda establecerse otra clase de límites, derivados esta vez de la
necesidad de armonizarse su ejercicio con otros derechos o bienes
constitucionales, siempre que con ellos no se afecte su contenido esencial
o, en su caso, los principios de razonabilidad y proporcionalidad”.
El pedido de actuación de una testimonial siempre deberá estar
sustentado en la precisión del punto que será materia de interrogatorio y
contra interrogatorio, o mejor, materia sobre la que el testigo aportará
con la información que posee en el esclarecimiento de los hechos objeto de
acusación.
Por otro lado, el pedido de la concurrencia de un perito al juicio oral
o la práctica de un peritaje, siempre deberá estar sustentado en la
especificación del problema o tema que requiere de una explicación
especializada con la finalidad de que el juez unipersonal o colegiado,
adquiera un mejor panorama para mejor resolver la causa.
Estas exigencias deben cumplirse a cabalidad, caso contrario, los
interrogatorios corren el riesgo de tornarse en tediosos e inútiles para los
fines del proceso penal.
c) Se indique el domicilio de los testigos o peritos que se ofrece. Este es
otro requisito importante en el ofrecimiento de los medios probatorios, el
mismo que si no se cumple es causal para no admitir al órgano de prueba
propuesto. Este requisito deviene en fundamental, debido a que el órgano
jurisdiccional al tener la obligación de citarlos para que concurran al
juicio oral, tiene que saber en qué domicilio debe notificarlos. Incluso, el
requisito de indicar el domicilio del testigo o perito tiene también como
objetivo hacer posible el apercibimiento de ser conducido de grado o
fuerza en caso de renuencia a las primeras citaciones.
76 Vid. Sentencia recaída en el Exp. 10-2002-AI/TC -caso Tineo Silva y más de 5,000 ciudadanos.
En otro extremo, la resolución que dicte el juez de investigación
preparatoria en la audiencia preliminar de la etapa intermedia, respecto
de la admisión o no admisión de un medio probatorio propuesto por las
partes, es inimpugnable según el texto expreso y claro del inciso 5,
artículo 352° del CPP de 2004. Esto significa que no es objeto de recurso
impugnatorio alguno. El fundamento de tal disposición normativa, en el
supuesto de que no se admita un medio probatorio propuesto, radica en
que la parte procesal que se crea afectada con la decisión judicial, tiene la
oportunidad de volver a intentar se logre su admisión al inicio del juicio
oral tal como lo prevé el artículo 373°.2 del CPP de 2004, con la única
exigencia de que se realice una especial argumentación. Esto es, se den
mayores argumentos o consideraciones de por qué debe ser admitido el
testigo o perito que se ofrece. Incluso, ante un nuevo rechazo, la parte
afectada tiene nuevamente la oportunidad de volver a intentarlo en el
juicio de segunda instancia tal como lo prevé el artículo 422°.2.b) del CPP
de 2004.
Aquí por ejemplo, es posible que el juez de investigación
preparatoria ante la oposición de la otra parte, declare fundada la
oposición y, en consecuencia, resuelva no admitir el medio probatorio
ofrecido al considerar que ha sido obtenido con violación de derechos
fundamentales, ante lo cual el afectado con tal decisión podrá como se
tiene dicho, volver a intentar su admisión77.
En el supuesto que se admita un medio probatorio pese a la
oposición expresada, la razón por la que tal decisión tenga el carácter de
inimpugnable, radica en el hecho concreto de que la parte que se crea
afectada con el medio probatorio admitido, puede ponerlo a prueba o en
cuestionamiento, en pleno juicio oral, esto es, cuando se concretice el
principio de contradicción o en forma más específica, se verifique el
contra interrogatorio. Si por ejemplo, estamos ante un supuesto medio
probatorio obtenido con violación de derechos fundamentales, en el
contradictorio se pondrá en evidencia tal situación y corresponde al juez
de juzgamiento determinar lo conveniente al respecto. De constatarse
que algún medio probatorio fue obtenido violentando derechos
fundamentales, el juez aplicará la regla de la exclusión, salvo que en el
caso sea posible la aplicación de alguna de las excepciones a la valoración
77 Respecto de este punto, el profesor San Martín Castro enseña que es un tema opinable, pues nada dice
en forma expresa el NCPP, luego con propiedad sostiene que “aunque pereciera que aquí puede
dilucidarse tal pretensión de rechazo liminar (la prueba prohibida tiene asociada la sanción procesal de
inutilización: artículo 159 NCPP), sin perjuicio de que la fiscalía en sede del juicio oral puede internar
incorporar una prueba rechazada (artículo 373.2 NCPP) y que el juez penal en la sentencia muy bien
puede excluir una evidencia obtenida inconstitucionalmente (artículo VIII. 2 TP. NCPP). Cfr. Prólogo del
libro: La Etapa Intermedia en el Nuevo Proceso Penal Acusatorio, Del Río Labarthe, Op. Cit., 2010, p. 17.
a la prueba prohibida como se acepta en la jurisprudencia y en la
doctrina78.
78 Sobre las excepciones a la prueba prohibida véase: Miranda Estrampes, Manuel, La prueba en el
proceso penal acusatorio, reflexiones adaptadas al Código Procesal Penal peruano de 2004, Jurista
editores, Lima, 2012, pp. 65-111. Asimismo, haciendo una comparación entre el modelo norteamericano y
alemán respecto de la teoría del árbol envenenado, véase Kai Ambos, La teoría del efecto extensivo en el
derecho procesal penal estadounidense y su traslado al proceso penal alemán, en Libro homenaje al
profesor José Hurtado Pozo, Idemsa, Lima, 2013, pp. 737-764.
su energía en hechos controvertidos del caso o en su caso, debe dedicar
toda su energía en construir argumentos de defensa respecto de los
hechos tenidos como acreditados.
7. EL AUTO DE ENJUICIAMIENTO
Una vez que en la audiencia preliminar de la etapa intermedia se
han resuelto todas las cuestiones planteadas, el juez dictará el auto de
enjuiciamiento, el mismo que se constituye en una resolución judicial no
recurrible por expresa disposición del artículo 353°1 del CPP de 2004. El
fundamento para no ser recurrible radica en el hecho que si alguna de las
partes del proceso tiene algún reparo u objeción al citado auto, existe la
posibilidad de ponerlo en conocimiento al juez de juzgamiento al inicio
del juicio oral, quien si lo considera necesario previo debate, resolverá lo
pertinente89. En el mismo sentido, San Martín Castro90, citando a Ernst
Berling, enseña que el auto de enjuiciamiento es irrevocable sobre el cual
el imputado no tiene derecho impugnativo alguno.
El auto de enjuiciamiento se constituye en una resolución judicial
por la cual la autoridad jurisdiccional encargada de la etapa intermedia
resuelve que la acusación tiene fundamento fáctico y jurídico, y en
consecuencia, dispone que el caso pase a la etapa estelar del proceso
penal: el juicio oral. El juez adopta tal decisión toda vez que luego de lo
debatido en audiencia, llega a la clara conclusión de que existen serios
elementos de prueba que acreditan el hecho delictivo objeto de acusación
y que sobre el acusado existen suficientes sospechas de haber cometido el
delito que se le atribuye y, por tanto, existe una fuerte probabilidad que
será condenado luego del juicio oral.
La posición especial que adopta el juez, luego de la audiencia de
control de acusación, de estar convencido de que existen suficientes
sospechas sobre el acusado, es decir, está prejuiciado e incluso
identificado con la acusación, se constituye en fundamento ineludible en
un sistema acusatorio garantista, para que el juzgamiento se encargue a
otro juez con la finalidad de garantizar la imparcialidad del juez de fallo.
Tal como aparece previsto en nuestro Código Procesal Penal. Una vez que
el juez de investigación preparatoria emite el auto de enjuiciamiento,
dispone en el mismo auto, que el caso pase al despacho del juez
unipersonal o colegiado, quien dirigirá el juzgamiento.
89 Roxin, interpretando el Código Procesal Alemán, afirma que en principio, el auto de apertura no puede
ser recurrido por el acusado ni por la Fiscalía. Una nueva demora -después de los procedimientos
preliminar e intermedio, de larga duración- ya no sería razonable; en el juicio oral, ambos (acusado y
fiscal) tienen oportunidad suficiente para hacer oír su punto de vista. Op. Cit., p. 352.
90 Derecho Procesal Penal, v. I, 2da. edición actualizada y aumentada, Grijley, 2003, p. 629.
La resolución que resuelve pasar el caso a juicio oral, bajo sanción
de nulidad (353° CPP) deberá contener los siguientes aspectos:
1. El nombre completo de los acusados y de los agraviados. Tanto
acusados como agraviados deben estar debidamente individualizados.
Esa es labor exclusiva del titular de la acción penal. No hay forma de
acusar a una persona, por ejemplo, con apellidos incompletos. Ya hemos
expuesto que uno de los fines de la investigación preparatoria es
individualizar a los procesados así como a los agraviados.
2. El delito o delitos materia de la acusación fiscal, indicando el tipo
penal respectivo y de ser el caso que se hubieran planteado, las
tipificaciones alternativas o subsidiarias. Se entiende que en el auto de
enjuiciamiento, el juez de investigación preparatoria, expondrá o narrará
con la mayor claridad posible los hechos objeto de acusación. Los mismos
que no podrán ser cambiados por las partes ni por el juez de juzgamiento
al emitir su resolución final. Esos hechos son inmutables. Otra opción
razonable que han adoptado algunos jueces es indicar que los hechos
objetos de imputación son los narrados y precisados en la acusación
escrita. Este mecanismo sirve en los casos en los cuales luego del debate
oral, no haya sufrido modificación alguna la parte fáctica de la acusación.
Sin embargo, este mecanismo no es el más adecuado ni razonable, si
luego del debate de control de acusación, los hechos objetos de
imputación han sido objeto de modificación, se entiende, por parte del
fiscal. No debe obviarse que el juez no tiene injerencia alguna para
establecer los hechos que plantea la fiscalía, salvo que por deficiencia en
los medios de prueba se restrinjan algunos hechos.
Todo el debate del juicio oral girará en torno a ellos. De ahí la
importancia de tenerlos precisados en forma adecuada desde antes del
juicio oral. Estos hechos son la brújula del juez para observar la actividad
probatoria y luego resolver como corresponda. Caso contrario, si no tiene
claros los hechos objeto de imputación, el juez de juzgamiento no podrá
controlar ni conducir el debate y por otro lado, el imputado tendrá menos
posibilidades de armar una estrategia de defensa adecuada y coherente.
3. La enumeración de los elementos o medios de prueba ofrecidos por las
partes y admitidos por el juez para ser actuados en el juicio oral. Aquí, el
juez de la investigación preparatoria precisará cuáles son los medios u
órganos de prueba que ha admitido y que serán actuados a nivel de juicio
oral. De igual modo, indicará los medios u órganos de prueba que fueron
rechazados y que la parte que los propuso planteó la reserva
correspondiente.
4. El ámbito de las convenciones probatorias. Se expondrán si han
existido y de ser así, se narrará en qué consisten esas convenciones
probatorias. Es obvio que de acuerdo al inciso 2, artículo 350° del CPP de
2004, las partes en audiencia pueden proponer acuerdos acerca de los
medios de prueba que serán necesarios para que determinados hechos se
estimen probados o también respecto de hechos, ante tal propuesta si el
juez lo acepta, así lo expondrá en el auto de enjuiciamiento.
5. La indicación de las partes constituidas en la causa.
6. La orden de remisión, es decir, la disposición que el caso pasa al
despacho del juez unipersonal o colegiado de juzgamiento, ello
dependiendo del caso, quién será el responsable de la realización del
juicio oral.
El auto de enjuiciamiento al constituir una decisión judicial por la
cual se admite el pedido del fiscal que el acusado sea sometido a juicio
oral, público y contradictorio, cumple función trascendente en el proceso
penal. En él se determina el contenido preciso del juicio, delimitando su
objeto y, por ello, se precisa que se describa en forma clara el hecho
justiciable91.
Esta determinación tiene su leif motiv en el principio procesal de
congruencia entre los hechos narrados en la acusación y los hechos de la
sentencia, según lo cual la sentencia que se dicte al final del proceso solo
podrá versar sobre los hechos que originaron el inicio del juzgamiento.
Ello tiene por finalidad evitar acusaciones sorpresivas y, por otro lado,
garantizar una adecuada defensa del acusado.
Luego, el auto de enjuiciamiento será notificado al fiscal y los demás
sujetos procesales tal como lo establece en forma taxativa el inciso 1,
artículo 354° del CPP. Acto seguido, en un plazo máximo de 48 horas se
producirán la remisión o traslado material del caso al juez unipersonal o
colegiado responsable del juicio oral, adjuntando los documentos y los
objetos incautados. Se pondrá a su disposición a todos los acusados que
tengan medida coercitiva de prisión preventiva92
.