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Varela Uria - Foucault Frente A Marx PDF
Varela Uria - Foucault Frente A Marx PDF
histórico-p-olítica
del orden burgués
Foucault
frente a
Marx
Se\jun Mochel Foueaull_n el g,abadO--. ellnl.leelual.s
' •• d.slruelo, de evldenelas y Unlv.rlalolmol, el que •• •
na'a .I ndle •• n lalln'lelas y 1, •• uleelon.a del p.... nle
101 pun loa ,",blle •. l••• p.rtu .... lal linea. de lu.rza, el
que se d •• pl'lialnee.anlamente y no .. be a elenela ele.1I
Julia Varela y
dónde .slara ni que pen .... m.n.n •.. ". Fernando Alvarez-Uría
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Hace ya más de cien aflOs
que Marx descubrió el continente
historia susceptible de ser analizado
en función
de las relaciones de producción,
las determinaciones económicas
y la lucha de clases.
Pero el materialismo histórico,
que suponía una ruptura
con las mixtificaciones burguesas
sobre el pasado y el presente,
se vería completado
por una filosofía
de tendencia totalizadora
denominada materialismo
dialéctico, que reforzada por
el triunfo de los princip ios
evolucionistas de la época y más
tarde por las simplificaciones
stalinistas, " Es en la practice-escribe Mar_-donda el hombre llene
produciría a la larga una esclerosis que demoatrar la verdad , es decir, la realidad y el poderlo.
la tetrenalldad de su pensamien to. El lIIIglo sobre la reall.
en la concepción dad o Irrealidad de un pensamiento ah.lado de la prácllca
ea un problema puramente escol:'stico~
marxista de la historia.
el desarrollo de las ciencias humanas , que se materiales destinados a servir en las luchas
articulan sobre el principio de la identidad , no polílicas de ta l forma que sean quienes los
funcionan tanto como falsa conciencia sino utilicen los encargados de juzgar sobre su
como condiciones de prodUCción del poder. validez o sobre la necesidad de reelaborar
Con Las p a la bras y las cosas Foueault no sólo otros nuevos. Se rompe así, entre otras cosas,
desenmascara los montajes teilhardianos y con el milO del intelectual tan cargado de nar-
persona listas, sino que plantea la relación en- cisismo y de totaJitarismo político, convir-
tre mecanismos de saber y de poder dando tiéndose éste en un fabr icante de herramien-
Jugara un nuevo tipo de análisis de la llamada tas destinadas a cambiar nuestro presente
superestructura. En cierto moclo Las pa labras mediante un detallado y pesado trabajo sobre
y las cosas son un ataque, desde el «interior », la Historia. Dicho proyecto entronca funda-
dirigido contra los saberes burgueses y mentalmente con el marxismo, a la vez que es
prolongan la crítica lanzada anteriormente, suficientemente irrespetuoso como para po-
desde el «exterior ),. en la H is toria d e la locura. nerlo en cuestión. En cierto modo el gran de-
En esta obra Foucault demuestra que nuestra bate de este momento está planteado entre
racionalidad establecida es imposible sin la Marx y Foucault. y pese a que no ha sido aún
reducción al silencio, de otro modo de razonar suficientemente explicitado , se puede afirmar
calificado como delirio y sinrazón . que desborda el marco de la polémica sUl'gida
en el interior de la primera internacional l .
La prisión , la sexualidad, el discurso, las cien- La próxima aparición de Vigilar y casti ga r en
cias humanas, la medicina, la locura. constitu-
yen los espacios minuciosamente analizados
por Michel Foucaull. Todos ellos forman pal1:e I Recientemellte (Le NOllvel Obsenl(lleUr, n .O 655, I .a semQtlQ
de un amplio proyecto político: realizar una de ¡¡mio de 1977J. N. Poulantzasrecotlocía que las verdaderas
anatomía politica del orden burgues, forjar cuestiones de {Olido a las que el mar](ismo tenía que respotlder
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ciales en donde recibian tratamiemos cien-
tíficos y cO¡Teclivos con el fin de ser integrados
de nuevo en el espacio ordenado y moral de la
normalidad. En cieno modo, Las palabras y
las cosas echa Po¡- tierra los cánlicos lauda-
torios sobre el hombre y sus va lores, en nom-
bre de la represión de los miserables, consti-
tuyendo así una especie de venganza.
diada por la peste responden no sólo a un in· tos. La disciplina es el anverso de la democra-
tento de evitar el contagio, sino también de cia_ ~.
detener los frenéticos y festivos intercambios El sistema de la inclusión se impone a partir
entre los cuerpos producidos para intentar del siglo XVIII mediante la aplicación de una
exprimir hasta las últimas gotas de placer de serie de mecanismos disciplinarios dirigidos a
un tiempo que terminará con la muerte. El modelar los cuerpos, las actitudes, los com·
poder administrativo sometía a la ciudad porlamienlos, las representaciones, etcéte¡-a,
apestada a una cuadriculación del espacio cort'"el fin de regularizar la vida de los indivi-
para vigilarlo hasta los más íntimos rincones, duos. La burguesía ha sabido poner en marcha
Distritos, barrios, calles, manzanas, casas, a lo largo de su historia una maquinaria de
ventanas, individuos, serán sometidos a un control que funciona como el microscopio de
control milimétrico con el fin de detener la las conductas: la escuela, el ejército, el hospi-
danza de la muerte, Una serie de delegaoos tal, la prisión, asi como la sexualidad, los dis·
perfectamente jerarquizados, desde los vi· cursos, la infancia ... , se constituirán en lu-
gilantes de calle hasta el alcalde de la ciudad, gares de examen, de fabricación de saberes y
estarán encargados de que reine la calma y el de ejercicio de poderes que son la clave de la
orden más estrictos. Este modelo es la ejem- buena marcha del orden social. Es como si el
plificación del orden disciplinario vigente en principio de la tutela, ejercido en un primer
nuestras sociedades burguesas, El fascismo. momento sobre los locos, los niños y los ingo-
más que la dictadura de una fra cc ión reaccio- bernables en general, hubiese sido generali-
naria de la burguesia , es la multiphcación de la zado a todos los ciudadanos imponiéndoles un
intensificación de controles ejercidos desde estatuto de incapacidad que justifica la exten-
los humildes porteros y serenos hasta el más s ión del ámbito de la libertad vigilada. El
aparatoso jefe_ No se trata tanto de una época hecho de que los recintos cerrados de las pri-
de excepción cuanto de la radicalización y siones y los muros de los manicomios comien-
manifestación visible de técnicas discipli- cen a tambalearse, lejos de ser los síntomas de
narias extendidas por todo el cuerpo social en una liberación parecen mas bien entrar en la
las democracias burguesas. «Para que Wl lógica de la ampliación del control social. Los
cierto liberalismo burgués haya sido posible a psiquiatras ya no se conforman con ser los
nivel de las illstiltlciones ha sido preciso que al médicos de locos, sino que son los especiali!i-
nivel de lo que yo /lamo los micropoderes se las de las relaciones interpe¡'sonales; los
e;erciese LUl cerco mucho más cerrado sobre los
i"dividuos; ha sido preciso orgol1izar la cuadri· J Emre'l'lsra con -W. Foucault en Les Notlvelles Lit/emires,
culación de los cuerpos y de los comporulI1liel1- 11,°2477, /7-23 mano, 1975, pg. J,
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ma~stros ya no sólo moralizan a los niños, y normalizadores extienden y agilizan sus
sino que extienden, a los padres los secl-e- prácticas en virtud de la lógica totalitaria que
tos de una buena educación; el ejército ya les es constitutiva. Es posibJe que estos sa-
no aparece tan sólo como la garantía de la beres y los poderes que ellos encierran hagan
<ldefensa naciona!», sino que diagnostica los algún día innecesaria -por impopular- la
peligros internos, actúa como rompe-huelgas policía. Por el momento se contentan con
y permite que en' su nombre se lancen amena- complementaria.
zas para neutralizar cualquier tipo de contes- Los trabajos históricos de Michel Foucault y
tación. Más que a un sistema de segregación y de sus colaboradores constituyen una impor-
de marginalización de los indeseables, esta- tante contribución para elaborar la anatomía
mos asistiendo a lo que Robert Castel deno- política del orden burgués. Son un comple-
mina con aciel-to « le grand desenfermement», mt::nto decisivo a los realizados por Marx so-
para indicar la tela de araña de controles suce- bre la producción. El capitalismo no se con-
sivos que incrementan cada vez más sus do- tenta simplemente con explotar al trabajador
minios 3 . Psicoanálisis, psicología, pedago- haciéndole producir, sino queen función de un
gía, psiquiatría y otros saberes manipuladores máximo beneficio somete su cuerpo a una dis-
ciplina que regule sus gestos. Asimismo, al
.' R. Cote}: _Le psychoanalismelt. Ed. Maspero_ París /973.
depositar en sus manos la riqueza que supo-
Próxima aparición el1 castellano el1 Ed. Siglo XXI. nen las máquinas y las materias primas ne-
la medicina moderna es
una técnica de
poder-saber que conjura
peligros, Inculca valores.
domestica y vigila
además de curar.
(Disección vista por
Hogarth. siglo XVIII).
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cesita evitarsu deslrucción, lo cual explica esa Marx. Pero no todo puede ser explicado por el
«capa de moralización que (ue Itl/lzada desde stalinismo o por la desviación leninista. La
arriba sobre Ül poblacióll del siglo X/X'R 4 y historia marxista presenta una laguna impor-
cuyo objetivo era hacer del pueblo un sujeto tante al no estal'ensamblada a una teoría polí-
moral. tica del espacio.
Foucauh desarrolla los esbozos de Marx so- Uno de los grandes méritos de Foucauh ha
bre el someti miento y la moralización de los sido la introducción del espacio en la Hi storia,
trabajadores, los cuales parecen haber sido lo que ha supuesto malentendidos: «La utili-
subestimados por sus sucesores, Sin embargo, zación de térmil10s espaciales ha dado la impre-
no sólo existe una relación de complemen- siól¡ de all/i-hiSloria a. fados aquellos que COI1-
tal'eidad entre la historia foucaultiana y la funden la H is/oria COIl las viejas {armas de la
historia marxista. Foucault centm sus traba- evolución, de la continuidad viviente, del de-
jos en aspectos que hasta entonces no habían sarro/loorgánico, del progreso de la conciencia o
sido analizados en una PCI'spcctiva política, lo del proyecto de la existe/leia. Desde el momento
que plantea un problema de fondo. ¿Cómo es el1 que se hablaba en términos de espacio es que
posible que los historiadores marxistas hayan se estaba conlra el tiempo, es que se "negaba la
infravalorado centros de poder que fundonan historia". Como decían los tOI1/os, se era un
en lomo a la locura, la enfermedad, la prisión, "¡ecl'lócrcua". No se daban cuenta que en la per-
la sexua lidad, etcélcl-a? Los pocos estudios cepción de las implal'llaciones, de las delimita-
que han sido realizados en tal sentido no su- ciolles, de los COnlomos de los objetos, de los
peran el economicismo. Es como si de ante- gráficos, de las organizaciones de los domilúos,
mano se tuvieran las claves de los fenómenos lo que se hacía aflorar eran los procesos -por
haciendo innecesarios los análisis en profun- supuesto, históricos- del poder» $. Para Fou-
didad. Paradójicamente este modo de proce- caulL la ausencia de una teoría política del
der es contrario al utilizado pOI' el propio espacio podda provenir de q.!lc és te, desde
Kant, pasando por Hegel. Bergson, etcéte ra ,
ha sido identificado con lo muerto, lo no
~ .Emrelien sur la prisan: le li"reet sa methode,. en Le Maga- dialéctico, lo inmóvil, debido posiblemente a
zine l..iueraire, n." /01, jUllio /975, (1g. 29. (Se trattl de tW
Ilúmero extraardÍ1lQrio dedicado a Fouca/~".) la emergencia de tecnologías políticas qLle lo
ocuparon y a la aparición de prácticas cien-
tificas -física teórica y experimental, por
ejemplo- que contribu yeron a que. la filosofía
se acantonase en el problema del tiempo 6.
La ausencia del espacio en Marx: ha producido
efectos importantes que están aún sin ana li-
zar. En la explicación de esta ausencia, ade-
más de los facLOres seña lados, se añade el
hecho de que Mal'x haya centrado sus análisis
en el capital, en tanto que elemento desten-i-
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La pslquiatria balo
formas aparentes de
liberación de la locura
encierra y ordena a lOS
dementes en un espacio
moral y Jerarquizado. La
Imagen muestra una
casa de loco. -grabado
de Hogarth en el
siglo XVIJI...._ poco antes
de la normalización.
.. M , Foucault: _HisrOlre d~ lo Socuoliri_. T. t. lA \'ololfte d~ " • Po/lloo/n t't strotegies •. E"trevi.5to co" \1. FOlleo/dt l'tI Le.~
S(.!vo/r, Ed, Gollimord. Poris 1976, pgs. 121-122. Rf!I'olte.5t..og/qlles. 11.° 4. prill1er¡rimeslre 1977. pg. 95.
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san, como el poder mismo, aparatos e institu, El poder produce saberes, y viceversa, todo
cioncssin localizarse exactamente en ellos. No saber, de forma instilUcional a partir del si-
son el anverso del poder ni su renejo, tampoco g lo XIX, co nlleva cierto ejercicio de poder.
están aprisionadas en él, sino que le son irre· Entre lécnicas de saber y estrategias de poder
ductibles. No existe, pues, un lugar unico v no existe una relación de exterioridad, si bien
específico en donde se fragua la revolución, cada una de ellas desempeña funciones espe-
sino que ésta será posible mediante la reorga· cíficas articulándose a partir de sus difercn·
nización estratcgica de los diferentes fremes cias. No existe, pues, un saber desinteresado y
de resistencia. libre al que exigencias económicas o ideolóti-
En resumen, frente al principio de la posesión cas hubiesen luego impuesto deformaciones ,
del poder por lIna clase, Foucaull seña la que ni tampoco en el otro extremo un saber total-
«Ia~i gmlUles dOHlmaciol1e."i .'iOII los efeclos he· mente determinado por el poder . .. El discurso
gemóllicos que ')oslielJeH cOlJ/i/ltwmellle la il1· velricula y produce saber, lo refuerza pero ,am-
leusidad de ellfrel1tamiel1los que recorrelllotloel bié" lo lIlilza, lo expone. lo vuelve frágil y permite
clIerpo social» I!. F,'entt! a su localización en elil/llllarlo» ". En consecuencia, el análisi~
el Estado y sus aparatos. propone una mulli· del discurso no consiste tanto en buscar, res-
plicidad de relaciones de fucn~a. frente a su pecto a un dominio determinado (locura, cri-
subordinación a la instan cia económica, su men, sexualidad, educación, ... ). quit!nes de-
integración en el modo de producción;)- fl'ente tentan el poder y quiénes lo padecen, quiénes
a un poder que produciria, a nivel del conoci· saben y quiénes son ignorantes, sino en cono·
miento, exclusivamente ideología, un poder cer el esquema de las modificaciones que las
que produce 10 real, favorece y estimula selec· relaciones de fuerza sufren en virtud de su
ti"amentt! ciertas prácticas y discursos. mismo ejercicio.
Foucault señab en Vigilar y castigar, refirién-
11 1\1. Founull: .HlHoire de fa w:wafitt_.Op. c. PI:. 124 dose al crime n, que a la condena moral de
principios del siglo XIX sucede un discurso
según el cual el delincuente ya no está tanto en
relación con una tecnología penal. la de la
prisión, cuanto con una tecnologla medica se-
gún la cual las acciones contra la leyencuen-
tran su justificación en el mal funcionamiento
del psiquismo, en fallos del carácter, o en el
inconsciente. Las funciones de normalización
se redistribuyen dando lugar a la intervención
de nuevos cspc.."Cialistas y a nuevas modalidades
en el ejercicio del poder. El cl'imen se psi colo·
giza pel'diendo cada vez más su carácter polí-
tico. Del mismo modo, en el caso de la sexuali-
dad (La volonté de savoir) ocurren transfor-
maciones in cesa ntes . Si en el siglo XIX la se-
xualidad infantil se problematiza en el in-
terior de una relación en la que intervienen
médicos, educadores y padres, más tarde con
la entrada en función de nuevos especialistas
(los psiquiatras y psicólogos fundamental-
mente) se extiende el campo llegando a pro·
blematizarse la sexualidad misma de los adul-
tos, especialmente de los padres, a partir de
las anomalías detectadas en la sexualidad in-
fami!.
En el analisis de los discursos, Foucault pant!
de lo que denomina • focos locales » de poder-
saber, en los cuales se conde nsan relaciones de
luerza, se entrecruzan diferentes formas de
LiI pri,ló"" " .1"10 que mh::roseoplo d. l., co"duc.I •• p.rmWr' la
discursos y de prácticas, perfilando, a tra\'é~
ofgl"lrlclo" de .ab.r•• "uevo., '1 Ipllc.cló" de.ec"lca, corree· de incesantes flujos y renujos entre ellas, de-
I .... ~ ,. l"culcacI6" da ",Ior., mo,. ... (¡Ye, a plrtlr de 1,1.
Ilbo,.lorio lIumano ••• ullllur'" e" la gl.tl6" pollllce de 11. po-
bllclo"••. t.llmlg." IIpr••• "1I u"a co"t.,."c:l1 ,obra lo, d .... ·
,re. del alcoholl.mo dirlgldl I lo. pr.lo •. 11 M. Foucauh: _Histoire de la se:cuafiti_. Op. c. PI!. J3J.
100
A par1lrdet .Iglo XV"' ... comienza un largo proceJ.O de encierro de lo. nh'to. {lgual qúe de lo. locos, los pobres y las pllulltulllSl que no cesll,lIIi de
ampliarse hasta nuutroa dlll. y que.e denomina la elcolllr1tIlCI6n~ -Ph A,le_. El grabldo muestra una escuela da¡óvenes detenIdos
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