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Anatomía

histórico-p-olítica
del orden burgués

Foucault
frente a
Marx
Se\jun Mochel Foueaull_n el g,abadO--. ellnl.leelual.s
' •• d.slruelo, de evldenelas y Unlv.rlalolmol, el que •• •
na'a .I ndle •• n lalln'lelas y 1, •• uleelon.a del p.... nle
101 pun loa ,",blle •. l••• p.rtu .... lal linea. de lu.rza, el
que se d •• pl'lialnee.anlamente y no .. be a elenela ele.1I
Julia Varela y
dónde .slara ni que pen .... m.n.n •.. ". Fernando Alvarez-Uría

A aceptación por el marxismo del evolu-


L c ionismo darwiniano, que supon la im-
plícitamente la interiorización del malthl1-
Europa iban perdiendo terreno y es prec iso
reconoce,', que, pese a sus aspectos d iscuti -
bles. los althusserianos realizaron un esfucn.o
sianismo. convinió al hombre en el culmen de importante por librar la lectura de Marx de
un proceso biológico que sumado al culto de la una rémora blll'gucsa. Lástima que para ta l
pc,'sona lidad y al ~lajano\"Ísmo hi.fo po~iblc pro.\"L'"Cto hayan tenido que recurrir a Espino-
la derivación del marxismo hacia una feno- La, y lastima también que en vt!z de l:anjar la
menología cr istiana en la que el humani~mo, cuestión con un cO,'le tempora l entre el joven
la conc iencia 'Y la alienación constituían una Man.. y el Marx maduro no se hayan planteado
suplantación de las clases, la lucha política y las limitaciones del pensamiento marxista
la explo tación. Estos \" otros fa~lOres sumados como const!cuencia de su insc ripc ion socio-
a la imporlanc ia que Marx concedió a la ins- histórica.
tancia económica. entre otras razones porque
sobrc\ino su muerte cuando pretendía anali- Precisamente un ario después de que Alth usser
za" en E l Capital otros aspectos, tuvieron lanzase su contraorensiva anlihumanista
como resultado una concepción economicista (1965), Michcl Foucault, desde el terreno de la
que hacia de la superestructura un rene jo de Historia, rompia con todo tipo de existen-
las relaciones de producción ,v de la lu<.:ha cialismos ma,'xistas p3,'a mostra r que el hom-
obrera una consecuencia de la covuntura eco- bre habia sido producido rCcienlCnlt!ntc. Al
nómica -sirvan de ejemplo de tal mecani- menos dos consecuencias deri\'aban de tales
cismo algunas hlsto,'ias tristemente celebres condusiont!s: 1.0 La Historia no obedece a la
de l movimil'nto obrero espnñol- . El mar- ley del progreso dirigido por la razón,sino que
xismo se cantonaba cada \ez mas en su re- \ien!..' definida por 1eyes y determinaciones
ductoeconómico a medida que las posibilida- que no encuentran su exp licación en la con-
des dL' una lucha armada ~' prolctaria cn cienC i a humana. 2.0 Los derechos humanos v

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Hace ya más de cien aflOs
que Marx descubrió el continente
historia susceptible de ser analizado
en función
de las relaciones de producción,
las determinaciones económicas
y la lucha de clases.
Pero el materialismo histórico,
que suponía una ruptura
con las mixtificaciones burguesas
sobre el pasado y el presente,
se vería completado
por una filosofía
de tendencia totalizadora
denominada materialismo
dialéctico, que reforzada por
el triunfo de los princip ios
evolucionistas de la época y más
tarde por las simplificaciones
stalinistas, " Es en la practice-escribe Mar_-donda el hombre llene
produciría a la larga una esclerosis que demoatrar la verdad , es decir, la realidad y el poderlo.
la tetrenalldad de su pensamien to. El lIIIglo sobre la reall.
en la concepción dad o Irrealidad de un pensamiento ah.lado de la prácllca
ea un problema puramente escol:'stico~
marxista de la historia.

el desarrollo de las ciencias humanas , que se materiales destinados a servir en las luchas
articulan sobre el principio de la identidad , no polílicas de ta l forma que sean quienes los
funcionan tanto como falsa conciencia sino utilicen los encargados de juzgar sobre su
como condiciones de prodUCción del poder. validez o sobre la necesidad de reelaborar
Con Las p a la bras y las cosas Foueault no sólo otros nuevos. Se rompe así, entre otras cosas,
desenmascara los montajes teilhardianos y con el milO del intelectual tan cargado de nar-
persona listas, sino que plantea la relación en- cisismo y de totaJitarismo político, convir-
tre mecanismos de saber y de poder dando tiéndose éste en un fabr icante de herramien-
Jugara un nuevo tipo de análisis de la llamada tas destinadas a cambiar nuestro presente
superestructura. En cierto moclo Las pa labras mediante un detallado y pesado trabajo sobre
y las cosas son un ataque, desde el «interior », la Historia. Dicho proyecto entronca funda-
dirigido contra los saberes burgueses y mentalmente con el marxismo, a la vez que es
prolongan la crítica lanzada anteriormente, suficientemente irrespetuoso como para po-
desde el «exterior ),. en la H is toria d e la locura. nerlo en cuestión. En cierto modo el gran de-
En esta obra Foucault demuestra que nuestra bate de este momento está planteado entre
racionalidad establecida es imposible sin la Marx y Foucault. y pese a que no ha sido aún
reducción al silencio, de otro modo de razonar suficientemente explicitado , se puede afirmar
calificado como delirio y sinrazón . que desborda el marco de la polémica sUl'gida
en el interior de la primera internacional l .
La prisión , la sexualidad, el discurso, las cien- La próxima aparición de Vigilar y casti ga r en
cias humanas, la medicina, la locura. constitu-
yen los espacios minuciosamente analizados
por Michel Foucaull. Todos ellos forman pal1:e I Recientemellte (Le NOllvel Obsenl(lleUr, n .O 655, I .a semQtlQ
de un amplio proyecto político: realizar una de ¡¡mio de 1977J. N. Poulantzasrecotlocía que las verdaderas
anatomía politica del orden burgues, forjar cuestiones de {Olido a las que el mar](ismo tenía que respotlder

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ciales en donde recibian tratamiemos cien-
tíficos y cO¡Teclivos con el fin de ser integrados
de nuevo en el espacio ordenado y moral de la
normalidad. En cieno modo, Las palabras y
las cosas echa Po¡- tierra los cánlicos lauda-
torios sobre el hombre y sus va lores, en nom-
bre de la represión de los miserables, consti-
tuyendo así una especie de venganza.

Las direrentes arqueologías de FoucaulL


-desde las ciencias humanas y el saber hasta
la observación médica- partían de una con-
cepción espacial de la sociedad en la que ésta
era definida por sus má¡-genes sobre los que se
asentaban los derechos humanos que consti-
tuían el reverso de una reglamentación repre-
siva sirv iendo de escena¡-io a la comedia hu-
mana de la sociedad burguesa. No cabe duda
que este imelllo implicaba grandes avances:
f,-ente a la temporalidad, Foucault privile-
giaba el espacio; frente a la dicotomia ideolo-
gía / ciencia presentaba la invalidación del
saber que servía de justificación al ejercicio
del podersobn:! los cuerpos de los marginados,
los locos y los cadáve¡'es de lus pobres; frente a
un análisis centrado unilateralmente en la
producción económica oponía el estudio de las
prácticas ejercidas sobre los improductivos e
incapaces; rrente a la superestructura como
reflejo de una instancia determinante presen-
taba los discursos imbricados en las prácticas
de contml social; frente a una historia totali·
zadora y con tinu a introducía la discontinui·
dad, el análisis segmcntario y limitado, los
movimientos anónimos que cobran sentido a
La obrlil de Man RaV (1920), aquo representada, puede servir como
partir de la articulación de los distintos ele· modelo de nuestro sistema social. Que funciona sin ellterlo,ldlildea
mcnlOs. SiIl duda demasiadas evidencias se gracias a- Is sIncronización de los disposItivos de poder.

habían resquebrajado, pero también se ha-


bían introducido ciertos equívocos como el sociedad entendida en términos de oposición
propio Foucault reconocería más tar-de. Cabía (locura / razón, medicina I enFermedad, hom·
aún la posibilidad de pensar en un sujeto im- bre I máscara, ... ) porotra concepción también
personal de la Historia con!:>tituido por esas espacial pero eminent~mente funciona l que
masas marginales, lo que a la larga implicaba podda ¡-epreSenlarse por una enorme má-
introducir de nuevo la contimlÍdad, el pro- qu ina que marcha sin extel'iOl'idades en virtud
blema de los orígenes y con él la metafísica. de la sincronización d~ los distintos engrana~
Por otra parte, la circunscripción de espacios jes que la componen, y cuyo combustible seria
separados del núcleo social, que ,'ccubn::: el la energía producida mediante el ejercicio del
ámbiLO de la normalidad, planteaba el equí· poder que la propia maquina está encargada
vaco de una historia estructural de carácter de extraer. Se pasa así de un modelo de exclu-
formal, Finalmente, Las palabras y las cosas sión y complementariedad a otl"O definido por
podrían suge¡-il' una totalidad entendida en la inclusión y la runcionalidad. El primero ha
términos culLUra les posibilitando de nuevo la sido denominado 1'01- Foucault modelo de la
acusación de estl"Ucturalismo, Estos equívo- lepra; el segundo. modelo de la peste,
cos desaparecen cuando Foucaultse plantea la El modelo de la exclusión del leproso impone a
necesidad de una nueva concepción dd poder éste la ley del exilio pennólnellle respondiendo
y de la lucha política como consecuencia de en la época mcdil!val a l man tení m lento de una
Mayo del 68, Desde entoncc::; la historia fou- comunidad pura que exol'ciza los signos de la
caultiana no será ya arqueológica. sino ge- maldición divina. Por el contrario, las reglas
nealógica, En e l fondo. lo que cambia es una de la cuarl.!ntena impuestas a una ciudad ase-
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Conviene preguntar•• al la au."ncla d" un" I.orla politica del •• paclo "n Marx no ha .upue.'o que el campesinado heya sido considerado por
numerosos mardalas como cl ... r.acclonaria. (Reproducción de un. obra d. J . eeuys sobre la democracia dlr"cl8, 1912).

diada por la peste responden no sólo a un in· tos. La disciplina es el anverso de la democra-
tento de evitar el contagio, sino también de cia_ ~.
detener los frenéticos y festivos intercambios El sistema de la inclusión se impone a partir
entre los cuerpos producidos para intentar del siglo XVIII mediante la aplicación de una
exprimir hasta las últimas gotas de placer de serie de mecanismos disciplinarios dirigidos a
un tiempo que terminará con la muerte. El modelar los cuerpos, las actitudes, los com·
poder administrativo sometía a la ciudad porlamienlos, las representaciones, etcéte¡-a,
apestada a una cuadriculación del espacio cort'"el fin de regularizar la vida de los indivi-
para vigilarlo hasta los más íntimos rincones, duos. La burguesía ha sabido poner en marcha
Distritos, barrios, calles, manzanas, casas, a lo largo de su historia una maquinaria de
ventanas, individuos, serán sometidos a un control que funciona como el microscopio de
control milimétrico con el fin de detener la las conductas: la escuela, el ejército, el hospi-
danza de la muerte, Una serie de delegaoos tal, la prisión, asi como la sexualidad, los dis·
perfectamente jerarquizados, desde los vi· cursos, la infancia ... , se constituirán en lu-
gilantes de calle hasta el alcalde de la ciudad, gares de examen, de fabricación de saberes y
estarán encargados de que reine la calma y el de ejercicio de poderes que son la clave de la
orden más estrictos. Este modelo es la ejem- buena marcha del orden social. Es como si el
plificación del orden disciplinario vigente en principio de la tutela, ejercido en un primer
nuestras sociedades burguesas, El fascismo. momento sobre los locos, los niños y los ingo-
más que la dictadura de una fra cc ión reaccio- bernables en general, hubiese sido generali-
naria de la burguesia , es la multiphcación de la zado a todos los ciudadanos imponiéndoles un
intensificación de controles ejercidos desde estatuto de incapacidad que justifica la exten-
los humildes porteros y serenos hasta el más s ión del ámbito de la libertad vigilada. El
aparatoso jefe_ No se trata tanto de una época hecho de que los recintos cerrados de las pri-
de excepción cuanto de la radicalización y siones y los muros de los manicomios comien-
manifestación visible de técnicas discipli- cen a tambalearse, lejos de ser los síntomas de
narias extendidas por todo el cuerpo social en una liberación parecen mas bien entrar en la
las democracias burguesas. «Para que Wl lógica de la ampliación del control social. Los
cierto liberalismo burgués haya sido posible a psiquiatras ya no se conforman con ser los
nivel de las illstiltlciones ha sido preciso que al médicos de locos, sino que son los especiali!i-
nivel de lo que yo /lamo los micropoderes se las de las relaciones interpe¡'sonales; los
e;erciese LUl cerco mucho más cerrado sobre los
i"dividuos; ha sido preciso orgol1izar la cuadri· J Emre'l'lsra con -W. Foucault en Les Notlvelles Lit/emires,

culación de los cuerpos y de los comporulI1liel1- 11,°2477, /7-23 mano, 1975, pg. J,

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ma~stros ya no sólo moralizan a los niños, y normalizadores extienden y agilizan sus
sino que extienden, a los padres los secl-e- prácticas en virtud de la lógica totalitaria que
tos de una buena educación; el ejército ya les es constitutiva. Es posibJe que estos sa-
no aparece tan sólo como la garantía de la beres y los poderes que ellos encierran hagan
<ldefensa naciona!», sino que diagnostica los algún día innecesaria -por impopular- la
peligros internos, actúa como rompe-huelgas policía. Por el momento se contentan con
y permite que en' su nombre se lancen amena- complementaria.
zas para neutralizar cualquier tipo de contes- Los trabajos históricos de Michel Foucault y
tación. Más que a un sistema de segregación y de sus colaboradores constituyen una impor-
de marginalización de los indeseables, esta- tante contribución para elaborar la anatomía
mos asistiendo a lo que Robert Castel deno- política del orden burgués. Son un comple-
mina con aciel-to « le grand desenfermement», mt::nto decisivo a los realizados por Marx so-
para indicar la tela de araña de controles suce- bre la producción. El capitalismo no se con-
sivos que incrementan cada vez más sus do- tenta simplemente con explotar al trabajador
minios 3 . Psicoanálisis, psicología, pedago- haciéndole producir, sino queen función de un
gía, psiquiatría y otros saberes manipuladores máximo beneficio somete su cuerpo a una dis-
ciplina que regule sus gestos. Asimismo, al
.' R. Cote}: _Le psychoanalismelt. Ed. Maspero_ París /973.
depositar en sus manos la riqueza que supo-
Próxima aparición el1 castellano el1 Ed. Siglo XXI. nen las máquinas y las materias primas ne-

la medicina moderna es
una técnica de
poder-saber que conjura
peligros, Inculca valores.
domestica y vigila
además de curar.
(Disección vista por
Hogarth. siglo XVIII).

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cesita evitarsu deslrucción, lo cual explica esa Marx. Pero no todo puede ser explicado por el
«capa de moralización que (ue Itl/lzada desde stalinismo o por la desviación leninista. La
arriba sobre Ül poblacióll del siglo X/X'R 4 y historia marxista presenta una laguna impor-
cuyo objetivo era hacer del pueblo un sujeto tante al no estal'ensamblada a una teoría polí-
moral. tica del espacio.
Foucauh desarrolla los esbozos de Marx so- Uno de los grandes méritos de Foucauh ha
bre el someti miento y la moralización de los sido la introducción del espacio en la Hi storia,
trabajadores, los cuales parecen haber sido lo que ha supuesto malentendidos: «La utili-
subestimados por sus sucesores, Sin embargo, zación de térmil10s espaciales ha dado la impre-
no sólo existe una relación de complemen- siól¡ de all/i-hiSloria a. fados aquellos que COI1-
tal'eidad entre la historia foucaultiana y la funden la H is/oria COIl las viejas {armas de la
historia marxista. Foucault centm sus traba- evolución, de la continuidad viviente, del de-
jos en aspectos que hasta entonces no habían sarro/loorgánico, del progreso de la conciencia o
sido analizados en una PCI'spcctiva política, lo del proyecto de la existe/leia. Desde el momento
que plantea un problema de fondo. ¿Cómo es el1 que se hablaba en términos de espacio es que
posible que los historiadores marxistas hayan se estaba conlra el tiempo, es que se "negaba la
infravalorado centros de poder que fundonan historia". Como decían los tOI1/os, se era un
en lomo a la locura, la enfermedad, la prisión, "¡ecl'lócrcua". No se daban cuenta que en la per-
la sexua lidad, etcélcl-a? Los pocos estudios cepción de las implal'llaciones, de las delimita-
que han sido realizados en tal sentido no su- ciolles, de los COnlomos de los objetos, de los
peran el economicismo. Es como si de ante- gráficos, de las organizaciones de los domilúos,
mano se tuvieran las claves de los fenómenos lo que se hacía aflorar eran los procesos -por
haciendo innecesarios los análisis en profun- supuesto, históricos- del poder» $. Para Fou-
didad. Paradójicamente este modo de proce- caulL la ausencia de una teoría política del
der es contrario al utilizado pOI' el propio espacio podda provenir de q.!lc és te, desde
Kant, pasando por Hegel. Bergson, etcéte ra ,
ha sido identificado con lo muerto, lo no
~ .Emrelien sur la prisan: le li"reet sa methode,. en Le Maga- dialéctico, lo inmóvil, debido posiblemente a
zine l..iueraire, n." /01, jUllio /975, (1g. 29. (Se trattl de tW
Ilúmero extraardÍ1lQrio dedicado a Fouca/~".) la emergencia de tecnologías políticas qLle lo
ocuparon y a la aparición de prácticas cien-
tificas -física teórica y experimental, por
ejemplo- que contribu yeron a que. la filosofía
se acantonase en el problema del tiempo 6.
La ausencia del espacio en Marx: ha producido
efectos importantes que están aún sin ana li-
zar. En la explicación de esta ausencia, ade-
más de los facLOres seña lados, se añade el
hecho de que Mal'x haya centrado sus análisis
en el capital, en tanto que elemento desten-i-

J.Quesciolls ó. Miclwl FOllcault sur la geographie •. Rev.


Herodote, /1. 0 /, primer trimestre /976, pgs. 78-79.
~ Parece c/ara que Man: recibió de Hegd e.~ta ausencia, la cual
/10 se reduce a sus obras de juventud como puede comprobarse
al/ur el .Po~tracio a la seg!Ulda ediciólI del Capital,.. Feuer-
bach polle de mallifieslo ql¡e Hegel realiza U/la historia espa-
cial: .EI esptrilll de Hegel es un espíritu lógico, detenninado,
14/'1 espiritu que me atrevería a flamar entornológlco ( ... ). Este
espirilU se revela purticularmel'lte en su cancl.pción y en su
!Tawlflumto de la ¡'istorw. LoqueHegel analiza SOIT solamente
las di{erencias más relevantes de las religiOlle5, las filosofías,
las eras y los diwrsos pueblos, y sofamellle en una progresión
ascel/denle: la eomull, lo igual, lo idélllico, sml completa-
mente relegados a tm segwldo plano. Sólocotlstituye la {orma
de su inluiciÓtl y de su mismo método el tiempo que excluye y
ITa simufttilleame/lle el espacio qu.e tolera; su sistema no co-
/loce más que subordinación y sucesión, ignara lodo de la
coardüwciótl y de la coexistencia. Si" duda el último /nO-
men/o del desarrollo es siempre la totalidad que integra ell sí
El cu.rpo del niño se verá atravesado por numeroses ¡nstanclas los otros mOll1emos,.. L. Feuerbach: .,Contribu.cióna la critica
normalizado,., de c.rácler di,clpllnarlo coincidiendo con el de-
sarrollo d.la burgues'e. Plcabls n:preso e.te fenómeno en.u obra de la filasorlo. de Hegel. en .Ma/li{estes pltilosophiques_ Col.
.. El niño carburador~, 1919, que contemplamos. 10118. Paris /960, pg. 10-21 .

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La pslquiatria balo
formas aparentes de
liberación de la locura
encierra y ordena a lOS
dementes en un espacio
moral y Jerarquizado. La
Imagen muestra una
casa de loco. -grabado
de Hogarth en el
siglo XVIJI...._ poco antes
de la normalización.

lodalizador, y en el proletariado, que como e l campesinado en una guerr3 de liberación na·


pueblo judío, ha abandonado la tierra y vive cional.
de la esperanza en el ruturo. De aquí que el Seria necesario un estudio detallado sobre los
co ncepto de plusvalía -expropiación de una efectos concretos que produjo la comprensión
parte del tiempo de trabajo-- sea un elemento de la Historia bajo un prisma exclusivamente
central en la economía política marxista. temporal .... O el progreso hacia el socialismo o
Quizá la ausencia del espacio explique a su vez la ,-egresión hacia la barbarie», decía Engels
que la teor-ía marxista se asiente sobre una ell el Anti-Dührlng, y repetirán más tarde
topología simplista (infraestructul'a, estruc- Rosa Luxemburgo y tantos otros. La historia
tura y superestructura). En lodo caso esta aparece como ulla línea sin fronteras si-
deficiencia abre la posibilidad a uniformizar- guiendo la ley del progreso. Esto explica que
la historia favoreciendo todo tipo de histori- para realizar un análisis de la familia burgue-
cismas y correlativam ente de humanismos. A[ sa, de la propiedad privada o del Estado los
abrir la puerta al problema de los orígenes se historiadores marxistas se hayan visto obli-
da entrada a simplificaciones teóricas tales gadosa remontarse hasta tiempos remotos. Se
como Materialismo dialéctico y materialismo explica también que Kautski, ardiente discí-
histórico de Stalin o a los ensayos sobre la pulo de Darwin, esperase con optimismo la
contradicción de Mao. realización fatal del socialismo mientras bus-
Habría que preguntarse también si el papel caba las leyes comunes a la evolución huma-
que los marxistas han asignado tradicional- na, animal y vegetal. Trotski, por su parte,
mente al campesinado --caracterizado de estaba convencido en 1904 (Nuestras tareas
conservador y freno de la revolución- no en· políticas) de que «no sólo del crecimiento ine-
cuentra su raíz en una historia que se define vitable del partido político del proletariado.
por la ausencia de geografía_ A lo cual habría sino también de la victoria inevitable de las
que añadir los constantes ataques que en ideas del socialismo revolucionario en el in-
nombre del internacionalismo proletario terior de este partido». Frente a la actitud ex-
fueron lanzados contra los movimientos de pectante y al reformismo producido por la se-
liberación nacional porno responder, se decía, guridad de un futuro socialismo, Lenin o Rosa
a una concepción ortodoxa de la Historia. La Luxemburgo oponen una aceleración del
re.vo\uci.ón china y especialmente la vietna- ritmo de la Historia que de todos modos no
mita han rectificado estas concepciones al po- rompe con una concepción lineal. Lenin crevó
ner de manifiesto el carácter combativo del en el carácter agonizante del capitalismo en ~u
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HO.pltl'lS, prltlon ••, manicomios y otrOI "plclol disciplinarios l. construlr_ ...
-.o.,d. linar•• del .Iglo XVIII-- siguiendo l' modelo penoptlco del Bentttlm
In l' que se lunen II Ylgn,nc:l. I"riela y contin ua y '8 mlhl",.
"onom l. di ml d lo •. En lo. gra bado., proyecto. di prl.lón
y de ho . plta ' d,1 .1$110 XV III recogidos por
Mh;: he¡ Fouclull In "Sutll,m.r e ' pu nir .. ,

Jase imperialista y en la necesidad para el so-


cialismo de pasar por la fase previa del capi-
talismo de Estado. Tales convicciones estan
vinculadas a la leoria marxista do! la Historia.
la cual comenzó a modificarse a panir de la
guerra del 14, ya que la guerra implica ante
todo la evidencia de la geografia. las tomas 'Y
perdidas del terreno, y las estrategias de lucha
en función del espacio 7. Pese a esto el triunfo
de la Revolución Rusa se convirtió en la ejem-
plificación de las futuras revo luciones, ya que
una vez más la dimensión histórico-tempora l
prevaleció sobre el estudio de las condiciones
geográficas concretas. Rusia era el modelo a c;a co".'>titwiva de la ' de saber. 8. La
seguir y puesto que las diferencias espaciales critica de Nietzsche fundamenta una reoría de
no se tenían en cuenta, constituía al mismo la historia y de l poder que mu lti plica y corrige
tiempo el centro de decisión pobtica del prole- las potencialidades de los aná li s is m arx is tas.
tariado mundia l .
La Historia en Marx está ligada a la desterri-
torialización de la masa monetaria y a una H.-PODER
clase desposeída de su corporalidad al ven-
derse como fuerza de trabajo. En el fondo del oe Para mi 10esellc;al del trabajo es la elaboracióll
debate entre bakuninistas y marxistas existe de la reoria del poder» 9, Si bie'l los trabajos
posiblemente una disyuntiva entre la Historia históricos de Fouca ult pon ían a l descu b ie rto
y la licITa. Las comunas agrícolas. las ocupa- poderes específicos. Vigilar y castigar ¡nau -
ciones de locales, el manejo de los explosivos, ~ra una nueva representación de l poder.
los movimientos cantonalistas, la destrucción Frente a una visión esencialmente jurídica en
dc las instituciones y las acciones espontáneas la que el poder adopta la forma de la ley y
aparecen en oposición a las estrategias a largo cuyos efectos son eminente mente nega ti vos
plazo, los movimientos de conjunto bien sin- (prohibiciones, excl usiones, ocult am ientos.
cronizados, la programación y la teoría. rechazos, censuras ...) aparece a hora u n a con-
La Historia de Foucau lt es una genealogía ba- cepción táctica y estratégica de las re lacion es
sada en el espacio que se opone al despliegue de poder que cobran así una dimens ión de
meta-histórico de las significaciones y de los positividad. En el primer tomo de la Historia
indefinidos te leológicos. La genealogía se re- d e la sexu alidad (La volonté de savolr) aparece
monta en e l tiempo no para establecer la con- más claramente definida su nueva perspectiva
tinuidad y b uscar los orígenes, sino para re· política. El poder es en tend ido como «la mul-
construir la dispersión que caracteriza al pa- tiplicidad de relaciones de fuerza que SQ11 inma-
sado, rompiendo así con una historia que neutes al dominio en que se ejercen y constiwti·
busca la totalidad. Es, por tanto, una historia vas de su organización; el juego que media me
plenamente ma terialista que se desplaza de luchas \. en(rellfamienlOs i"cesames las trans·
los manicomios a las prisiones, de las fábricas forma, ¡as refuerza, las invierte; los apoyos que
a los barrios y que analiza localmente el entre· estas relaciones de fuerza erlcue,."ran I1 l1as en
cruzamiento de saberes y poderes. sigue sus °
otras (ormando cadenas sistemas, o, por el
engarces y descubre sus estrategias. Una his- co"trario, los desajusfes, las contradicciones
toria en fin que convierte oela veneración de los qz.u las aislan; en fin, las estrategias en las que
monwnenros etl parodia; el respeto de las viejas estas relaciones se materializa" .v cuyo diseño
continuidades etl disociación sistemática; la general o cristalización institucional se integra
critica de las injusticias del pasado basada sobre
la verdad que el hombre posee hoy en destnlc· • M. Foucault : .Niet1.,Sche, la gf!/Jea/ogie. I'histo;ye_ ell
ciÓIl del slIjeto de cOHocimiemo dada la injust;- .Hommage iJ /f!an Hyppolue». Ed. PUF, Paris /97 / . pg. / 72 .
• M. Foucauh : .Les rapports df! pou.vOIr pas~", a r'rlterieur
En tol sentido: Y. ucos te:.lA geographif!, (a
1 ~rr, d'abord, des corps_, f!n La Quim.ai1U! Littera;re, n.o 247. /·15 f!nUO
a {alrf! la guurf! •. Ed. Maspero, Pans 1976. 1977 , pg. 5.
98
así como la expansión tecnológica, nose expli-
can sin la diseminación de los poderes disci-
plinarios por todo el cuerpo social. Las rela-
ciones de poder no son, pues, superestruc-
turales ni están subordinadas a una instancia
determinante.
3,-EI poder viene de abajo y funciona en in-
numerables áreas, dando lugar a frentes de
inestabilidad que se conexionan entre si. se
entrecruzan, se oponen circunstancialmente.
Las múlliples relaciones de fuerza se conden-
san y redistribuyen produciendo efectos he-
gemónicos. Frente a la tradicional concepción
pimmidal del poder segun la cual existe un
punto central del que provienen todas las
derivaciones, o frente a una repartición bi-
naria entre dominadores V domi.,ados en la
que el poder sigue funcion-ando de arriba ha-
en los aparatos de Estado. ell la formulación de cia abajo, Foucault propone imbricaciones di-
la le_\', en las hegelllolllas _"ociales. 10. ferenciales de poderes y resistencias , El es-
El poder no se identifica con la s inst ituciones quema clásico asimilaba el Estado a una for-
ni con la concepción jundica de la imposición taleza favoreciendo así una altemativa poil-
o el sometimiento, ni tampoco con un sistema tica de guerra que exigía un ejército de mili-
general de dominación ejcl"cido por un indivi- tantes bien reglamentado, jerarquizado.v dis-
duo o por un grupo sobre los otros y cuyos ciplinado. Por el contrario. Foucault consi-
efectos atravesalÍan todo el cuerpo social. La dem el Estado como la integración institucio-
concepción foucaultiana del pode 1" ha sido nal de las relaciones de poder, siendo, pues.
producida POi" una necesidad teórica de cxpli- una resu ltante 'ti no el punto de partida .
car los fenómenos históricos que la concep- Rompe así con la representación jurídico-
ción tradicional no permitía comprender. administrativa del Estado como aparato mo-
Surge, pues, cOmo una herrami en ta de trabajo nolítico del poder por considerar que resulta
que se ve sometida a ,·ectificaciones a medida inadecuada en su aplicación a nuestras socie-
que los análisis históricos avanzan en tal dades disciplinarias en las quc se da una .pro-
perspectiva. Resumimos las líneas generales ducción multiforme de relaciones de domina-
de tal concepción: ción que SOIl parcialmente illlegrables el/ estra-
l.-El poder se ejerce, se arriesga conStante- tegias de CO IlJWIIO» 11.
mente en numerosos puntos y en el engranaje 4 .- Las relaciones de poder son a la \'cz inten-
de relaciones móviles y desiguales; no es, por cionales y no subjetivas. El poder nose explica
lo tanto. propiedad exclusiva de una c lase sino a partir de voluntades individuales o co lecti-
que las tácticas en las que e l pode,' cristal iza \'as; su inteligibilidad proviene de quc se
están en función de condiciones urgentes y ejerce en \"istas a objetivos concretos v limita-
concretas antes de ser reorganizadas 'ti mante- dos , La racionalidad del poder emana de que
nidas en una estrategia de clase que les pro- las tácticas son cxplicitas alll donde se locali-
porciona cierta cohesión. zan. Sus encadenamientos y condensaciones.
2.-las relaciones de poder son inmanentes , a lraves de resistcncias ." apoyos . terminan por
es decir, no están en relación de exte,'ioridad estructurarse en dispositivos de los que puede
respecto a procesos económicos, de conoci- inferirsc una lógica interna sin que ello impli-
miento, etcétera. El poder es de hecho uno de que una conciencia que ha\a formulado las
los elementos constitutivos del modo de pro- esl fa tegias ,
ducción capitalis ta . Hospitales, escuelas, ma- So-E l eje¡'cicio del poder conlleva la existen-
nicomios, prisiones, sexua lidad , dominación cia de resistencia5. que le son constitutivas val
machista, etcétera, no funcionan como garan- igual que las relaciones de poder, dichas re5.is-
tia de un modo de producción, o como subpro- tencias se producen continuamente. se distri-
ductos que lo conso lidan , sino quc lo constitu- buyen de forma irregular, se solidifican en
ye n. El desarrollo de las fucl'zas productivas. ciertos puntos, se debilitan en otros y at!"a\-ic-

.. M , Foucault: _HisrOlre d~ lo Socuoliri_. T. t. lA \'ololfte d~ " • Po/lloo/n t't strotegies •. E"trevi.5to co" \1. FOlleo/dt l'tI Le.~
S(.!vo/r, Ed, Gollimord. Poris 1976, pgs. 121-122. Rf!I'olte.5t..og/qlles. 11.° 4. prill1er¡rimeslre 1977. pg. 95.
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san, como el poder mismo, aparatos e institu, El poder produce saberes, y viceversa, todo
cioncssin localizarse exactamente en ellos. No saber, de forma instilUcional a partir del si-
son el anverso del poder ni su renejo, tampoco g lo XIX, co nlleva cierto ejercicio de poder.
están aprisionadas en él, sino que le son irre· Entre lécnicas de saber y estrategias de poder
ductibles. No existe, pues, un lugar unico v no existe una relación de exterioridad, si bien
específico en donde se fragua la revolución, cada una de ellas desempeña funciones espe-
sino que ésta será posible mediante la reorga· cíficas articulándose a partir de sus difercn·
nización estratcgica de los diferentes fremes cias. No existe, pues, un saber desinteresado y
de resistencia. libre al que exigencias económicas o ideolóti-
En resumen, frente al principio de la posesión cas hubiesen luego impuesto deformaciones ,
del poder por lIna clase, Foucaull seña la que ni tampoco en el otro extremo un saber total-
«Ia~i gmlUles dOHlmaciol1e."i .'iOII los efeclos he· mente determinado por el poder . .. El discurso
gemóllicos que ')oslielJeH cOlJ/i/ltwmellle la il1· velricula y produce saber, lo refuerza pero ,am-
leusidad de ellfrel1tamiel1los que recorrelllotloel bié" lo lIlilza, lo expone. lo vuelve frágil y permite
clIerpo social» I!. F,'entt! a su localización en elil/llllarlo» ". En consecuencia, el análisi~
el Estado y sus aparatos. propone una mulli· del discurso no consiste tanto en buscar, res-
plicidad de relaciones de fucn~a. frente a su pecto a un dominio determinado (locura, cri-
subordinación a la instan cia económica, su men, sexualidad, educación, ... ). quit!nes de-
integración en el modo de producción;)- fl'ente tentan el poder y quiénes lo padecen, quiénes
a un poder que produciria, a nivel del conoci· saben y quiénes son ignorantes, sino en cono·
miento, exclusivamente ideología, un poder cer el esquema de las modificaciones que las
que produce 10 real, favorece y estimula selec· relaciones de fuerza sufren en virtud de su
ti"amentt! ciertas prácticas y discursos. mismo ejercicio.
Foucault señab en Vigilar y castigar, refirién-
11 1\1. Founull: .HlHoire de fa w:wafitt_.Op. c. PI:. 124 dose al crime n, que a la condena moral de
principios del siglo XIX sucede un discurso
según el cual el delincuente ya no está tanto en
relación con una tecnología penal. la de la
prisión, cuanto con una tecnologla medica se-
gún la cual las acciones contra la leyencuen-
tran su justificación en el mal funcionamiento
del psiquismo, en fallos del carácter, o en el
inconsciente. Las funciones de normalización
se redistribuyen dando lugar a la intervención
de nuevos cspc.."Cialistas y a nuevas modalidades
en el ejercicio del poder. El cl'imen se psi colo·
giza pel'diendo cada vez más su carácter polí-
tico. Del mismo modo, en el caso de la sexuali-
dad (La volonté de savoir) ocurren transfor-
maciones in cesa ntes . Si en el siglo XIX la se-
xualidad infantil se problematiza en el in-
terior de una relación en la que intervienen
médicos, educadores y padres, más tarde con
la entrada en función de nuevos especialistas
(los psiquiatras y psicólogos fundamental-
mente) se extiende el campo llegando a pro·
blematizarse la sexualidad misma de los adul-
tos, especialmente de los padres, a partir de
las anomalías detectadas en la sexualidad in-
fami!.
En el analisis de los discursos, Foucault pant!
de lo que denomina • focos locales » de poder-
saber, en los cuales se conde nsan relaciones de
luerza, se entrecruzan diferentes formas de
LiI pri,ló"" " .1"10 que mh::roseoplo d. l., co"duc.I •• p.rmWr' la
discursos y de prácticas, perfilando, a tra\'é~
ofgl"lrlclo" de .ab.r•• "uevo., '1 Ipllc.cló" de.ec"lca, corree· de incesantes flujos y renujos entre ellas, de-
I .... ~ ,. l"culcacI6" da ",Ior., mo,. ... (¡Ye, a plrtlr de 1,1.
Ilbo,.lorio lIumano ••• ullllur'" e" la gl.tl6" pollllce de 11. po-
bllclo"••. t.llmlg." IIpr••• "1I u"a co"t.,."c:l1 ,obra lo, d .... ·
,re. del alcoholl.mo dirlgldl I lo. pr.lo •. 11 M. Foucauh: _Histoire de la se:cuafiti_. Op. c. PI!. J3J.
100
A par1lrdet .Iglo XV"' ... comienza un largo proceJ.O de encierro de lo. nh'to. {lgual qúe de lo. locos, los pobres y las pllulltulllSl que no cesll,lIIi de
ampliarse hasta nuutroa dlll. y que.e denomina la elcolllr1tIlCI6n~ -Ph A,le_. El grabldo muestra una escuela da¡óvenes detenIdos

terminadas formas de sometimiento, asi corno funcionan cuando se inscriben. medianIl.! cn -


esquemas específicos de conoc imi ento. Si to· cadenamientos sucesivos, en un"a estralegin
mamos de nuevo como referencia el crimen, amplia, a la que sirven de soporte y la que, a su
focos de poder-saberestarian constituidos por \'e7, les permite funcionar establecicndose a<;1
las relaciones que se establecen en los interro- una relación de doble..' condicionamientu,
gatorios. así como las que se instauran dil'ec· Ahora bien, es preciso lener en cuenta que la
tamente sobre los cuerpos de los culpables runción táctica de los discursos no es unifonn~
que, durante su detención, serán minuciosa· ni estable, por lo cual no puede pensarse en un
men te observados y su cond ucta anotada en mundo del discurso lomparlido entre discur-
detalle. La prisión se convierte en UI1 observa- sos aceptados y discurso~ prohlhidos, o entre
torio permanente, y los presos serán clasifica- discursos dominantes y discur~os de los do
dos según su mayor o menor grado de someti- mmados, sino mas bien en ulla multiplicidad
miento a los reglamentos. Todo un saber indi- de elementos discursivos que pucoen inscri-
vidualizante se organiza teni endo como re- birse en e..'stratcgias diferentes, Para Foucault
ferencia la peligrosidad que se supone en- e~ precisamente esta multiplicidad la que
cierra un individuo y que se manifiesta a tra- debe ser restituida con lo que ~upone de
vés de su conducta. La prisión aparece enton- vanantes y de efectos distintos, teniendo en
ces no sólo como una máquina de castigar y cuenta lo que sc dice y lo que..' se oculta, quien
transformar al culpable, sino también como lo dice, qué poder tiene, de .. de que inc;titucion
una fábrica de saberes. En el campo de la se- se ha bla. etcétera, para puder 1110st mI' los efec-
xualidad, focos de saber-poder se const ituyen tos reciprocos de poder-saber que los discur-
alrededor de la práctica de la confesión sos aseguran, y cuá les son las ILlaciones de
-examen, exposición de faltas, interpreta- fuerza que l o~ hacen Ilccesados en un deter-
ción, ..- , o, sobre el cuerpo vigilado del niño, minado momento histórico y en un enfrenta-
observado permanentemente desde el si- miento concre to de los multiple~ que se pro·
glo XVIIJ pOI' los padres, los médicos y los ducen.
pedagogos, que constatan las menores mani- La cuestión fundamental que subvacc a este
festaciones y modificaciones de su sexo, planteamiento es poner al descubierto los me-
Estos focos de poder-saber, así como las «ma- canismos que instauran y hacen c ircular dis-
trices de tran sformación » a que dan lugar. cursos calificados de «ve"dadcros/), y que
101
mino posibilitan sus amllisis. En contraparti·
da, la historia foucaulliana. rompiendo)' rec·
tifi cando otras utilizaciones de la historia
avanza una nueva concepción del funciona·
miento del poder de inmediatas repercusiones
políticas. El sistema social runciona a través
de la conexión de pode¡'es diseminados que
producen focos de "esistencia caracterizados
por su especificidad; esta multiplicación de
poderes. lejos de ser derivaciones de una ins-
tancia determinante, son en si mismos pro-
ductivos y generadores de impu Isos que hacen
runcionar los engranajes de la sociedad; las
resistencias que se producen en estas luchas ,
antes consideradas marginales, se encuen-
tran. pOI' tanto. en el centro mismo del siste-
ma, lo que implica que la vieja concepción de
la lucha política se VI;! desplazada por otra en
la que las tácticas y las estrategias pasan por
la radicalización de estos enfrentamientos que
no se diluyen en otras luchas prioritarias. sino
que en función de su especificidad presentan
la posibilidad de coordinarse entre sí. multi-
plicando sus efectos.
Dos alternativas se ven así superadas: la lucha
armada v el reformismo electoralista. La con,
Pa.a Foueaull. e5 preellO 8n8hza •• espeeto a I1 SI.Ullldlel. los
innumerables mee8nilmos que en nuesl.a sociedad In\lllan , Inel. cepción militar de la lucha politica proviene
lan, obllgl" a hablar del selto de la instrumentalización del Estado enten-
dido como baluarte que sólo puede ser con-
\chicutan poderes especificos . Comprender
cómo se constituye «la verdad » v que efectos quistado por un ejército de proresionales.
asegura. mostrar cómo sobre esta tecnologla Una tal altemati\'a es inviable en nuestras
sociedades disciplinarias, no tanto en virtud
se articula directamente el ol'den burgués.
de unos prejuicios morales cuanto por una
Realizar una anatomla histórico-politica de
lección histórica que muestra el rracaso de
su constitución es de alguna manera ofrecer
hacer rrente una y otra vez a ejércitos na-
herramientas que pueden ser'vir en una lucha
cionales. El reformismo electoralista a su
por su destrucción.
\cz parte de una concepción dd Estado
como Sujeto; es decir, siguiendo el mode-
1I1.-LUCHAS POLITICAS lo jurídico-administrativo del Soberano.
El poder del Estado es tal que toda la lucha
Las lucha!) contra el pode;>r medico. la institu- política se desarrolla por vía pacifica para
ción manicomial. la prisión. la justicia. las dis- conseguir ocuparlo. El objetivo no es. pues. la
ciplinas. etc" constitu\cn los centl'OS de;> aten- destrucción de poderes. sino la apropiación
dón de lo.., trabajos roucaultianos. «La hi.H oria del poder. en un primer momento. lo que im-
que !Ie reali:ado -dil.:l.'- JlO la he hecho más ql/e plica no sólo posponer y subordinar las luchas
eH !lIIlció,/ de estos eOll/hates ». Si los trabajos en los distintos frentes en runción de esta con-
uc Foucault preSl.'n1an la radicalidad que Jos quista planteada a largo plazo, sino también
caracteri ... a se debe sin duda a su par! icipación implícitamente aceptarlos, ya que no se pue-
en estas luchas. Mayo del 68 , el departamento den conseguir los votos de los técnicos, profe-
de Filosofia de la Facultad de Vinccnnes, la sionales y especialistas de todo tipo sin ase·
ocupación dt.' la Casa de Tune/ en la Ciudad gurarles su supervi vencía, lo que lleva consigo
Universitaria, las protestas cont,'a la ejecu- el mantenimiento de sus poderes. Para justifi-
ción de Sufret y Bontemps -dos .. asesinos car tal opción se ha creado el mito de .Ia nueva
comunes»-. la presencia en España con mo- clase obrera», constituida por los proletarios
ti\'o de la ejecución de los militantes de ETA v de bala blanca. En cierto modo, este tipo de
del FRAP. la creación, el apoyo del Grupo de alternativa sigue planteando la necesidad de
Inrormación sobre las Prisiones (GIP) .... he unos proresionales de la política que represen-
aqul algunos de los frentes en que Foucauh ten a las masas, sustituyéndolas. La política.
participó directamente ~ que en ultimo h~r- lejos de ser confrontaciones. se convierte en
102
reuniones de despacho, pactos y compromisos golpear, desenmascarar las trampas. preven
que excluyen a una mayoría ignorante. en cierta medida, las réplicas. «Hay en es/as
posiciones de FOLlcaulr una revolución reórica
Foucault ha puesto de relieve que las luchas de
que 110 va solamente contra las teorias burgue-
los soldados, los enfermos, los locos, los pri-
sas del ESfado, sitio COlltra la cOl1cepción mar-
sioneros, las mujeres, etc., no se solucionan
xi Sla del poder .v de sus re/acio/les con el Estado.
diluidas en intereses supuestamente priori-
Es, en (in, como si algo lluevo surgiese después
tarios, ya que para los que padecen el poder lo
de Marx. Es COI/lO si u 110. complicidad en ron1Oal
fundamental es destruirlo. Esto no excluye la
Estado se hubiese 1'010. Foucau/t 110 se contenta
imponancia de una victoria electoral de la
con decir que hay que repeHsar ciertas nociones,
izquierda, se sitúa a otro nivel: se trata de
incluso 110 dice lIada de esto, lo hace; y propOlle
acabar con un sistema disciplinario que fun-
así nuevas coordel'zadas para la práctica» 14.
ciona imponiendo la normalización. Tal pers-
Una nueva historia, una nueva teoria del po-
pectiva pone en cuestión formas de organiza-
der, una justificación distinta de las luohas
ción política estructuradas jerárquicamen te y
políticas ... , tales son algunas de las contribu-
que funcionan gracias a la delegación de po-
ciones de la anatomía histórico-política que
del-es al contestar el papel dirigente y omnis-
está realizando actualmente Michel Foucault
cente de unos pocos sobre una base mayori-
taria. ya que parece contradictorio levantar • J. V. V F. A.-V.
una maquinaria que interioriza los poderes y I~ G. Deleuze: op. c. pg. 1212.
la disciplina para mejor combatirlos en el ex-
terior. Sin duda, esto no será del agrado de los
estrategas de [Oda tipo que dogmatizan a
derecha y a izquierda las líneas ortodoxas a
seguiren nombre del proletariado ¡Como si el
proletariado no fuese capaz de hablar por sí
mismo en la calle. en las fábricas yen tantos
otros sitios de enfrentamiento! Han comen-
zado a sonar las campanas por todos aquellos
que, seguros de su saber, deciden en nombre
de los demás cuándo hay condiciones para la
lucha, recuperan de forma partidista el es-
fuerzo de todos y se definen como Jos aristó-
cratas de la política.
La función de los análisis históricos consiste
en romper evidencias, deshacer malentendi-
dos, señalar localizaciones estratégicas, pro-
porcionar materiales de lucha, mostrar lo in-
tolerable del poder y la necesidad de una
transformación. Las alternativas correspon-
den a aquellos que están directamente impli-
cados en los frentes de antagonismos. Por Olra
parte, el proceso de destrucción de los meca-
nismos de poder genera alternativas que no
pueden estar previstas de antemano. Las
luchas contra el poder se asemejan a un com-
bate de judo: es preciso aprovechar la fuerza
del contrario para utilizarla contra él. impro-
visar escapatorias, rectificar ataques, despla-
z.arse con agilidad. Las tácticas cambian en
función de ofensivas y contra-ofensivas. las
r. )
estrategias se modifican en función de las
relaciones de fuerza. la concepción correcta de
las luchas no se programa de una vez por to-
das, sino que se elabora en función de los I-e-
sultados obtenidos y de las reacciones del ad-
versario .
Las genealogías foucaultianas designan el M. Andry: .L. orlopedle o erte de pNvenlr 'f de correg1r en lo.
niño. 1.. delormldedes del cuerpo, 1749 (M. FouceuU lo /le reco-
campo de ba talla. los puntos donde se debe gido .n su "Survelller .t punlr_).

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