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WAMANI
Investigación y
Gestión Cultural
CULTURANDINA
Nº1
Entre las perspectivas teóricas influyentes en las dos últimas décadas del siglo XX, están la
Arqueología Procesual, la Arqueología Estructuralista y Simbólica, la Arqueología Marxista, la
Arqueología Pos Procesual y la Arqueología Contextual. Se presenta una síntesis del desarrollo
y alcances de cada una de ellas.
WAMANI CULTURANDINA Nº 1 2
LA ARQUEOLOGÍA PROCESUAL
Se desarrolló en los años sesenta, y fue llamada también como la Nueva
Arqueología, pretendía hacer más científica la arqueología, capaz de
establecer leyes universales que expliquen las regularidades de la conducta
humana y los procesos culturales ocurridos en el pasado.
Antecedentes
Los orígenes de la Arqueología Procesual se pueden explicar a partir de los
siguientes factores, principalmente:
- Reacción frente a la Arqueología Tradicional o Arqueología Histórico-
Cultural.
- Aparición de Nuevas Tecnologías (C14 y uso de ordenadores).
- Influencia de la Antropología en los años 60.
Influencia de la antropología
En los años 50 se desarrollaba en la antropología norteamericana una corriente
denominada neoevolucionismo, la cual argumentaba que los seres humanos
optaban por preservar su forma de vida y los cambios que se debían a factores
externos fuera de su control, a estos factores se les denominó ecosistema
(Trigger 1992:272). Los principales exponentes del neoevolucionismo fueron
Leslie White y Julian Steward. White dio mucho énfasis a la tecnología para
entender a las culturas y sus respectivos cambios, por lo que se le denominó a
esto como un “determinismo tecnológico”. Steward planteó enfoques
ecológicos para el estudio de la evolución cultural, su planteamiento propuso
que había regularidades significativas en el desarrollo cultural y que mediante
el estudio de la adaptación ecológica se podría determinar la variabilidad de los
sistemas culturales (Trigger 1992:272). Estos planteamientos influenciaron en
la disciplina arqueológica, lo que condujo a pensar que al reconstruir la
tecnología y el medio ambiente de una cultura prehistórica se podían
determinar los demás rasgos de la misma (Trigger 1992:275).
Planteamientos
En 1968 se presentaron dos publicaciones que causaron gran conmoción en la
comunidad arqueológica, la primera fue New perspectives in archaeology, la
cual contenía un conjunto de artículos propuestos por un grupo de jóvenes
arqueólogos liderados por el norteamericano Lewis Binford; y la otra fue
Analytical archaeology que fue publicado por el Británico David Clarke
(Renfrew y Bahn 1998:36-37; Binford 1988:114; Clarke 1984). Ambas
publicaciones causaron impacto y muchas discusiones al respecto, estas
proponían la ruptura con los enfoques tradicionales (historia–cultural), y
planteaban el estudio de los procesos culturales a través del uso de la teoría
general de sistemas y otras nuevas propuestas explicativas contrarias a la
arqueología descriptiva anterior, las cuales también permitirían explicar los
cambios culturales de las sociedades prehistóricas. Seguidamente detallamos
los principales planteamientos.
Críticas y autocríticas
Si bien la arqueología procesual fomentaba el estudio de los sistemas
culturales en su totalidad, principalmente se concentró en aspectos
económicos y en menor grado en la organización social. Esta arqueología se
dedicó más a la elaboración de modelos de subsistencia y tecnología, debido a
su influencia neoevolucionista la cual daba mucha importancia a los
condicionantes ecológicos sobre los sistemas culturales (Trigger 1992:305) por
lo que descuidaron muchos de los otros aspectos de la cultura.
La actividad humana, según la arqueología procesual, se consideró como el
producto de las interrelaciones sistémicas, y apareció como algo atemporal
donde no interesaba el contexto histórico; según Ian Hodder el análisis
sistémico que se realizó fue a un nivel “superficial”, y a la vez daba expresa
importancia a un registro arqueológico minuciosamente cuantitativo (Hodder
1994:48).
Muchos de los planteamientos de la arqueología procesual norteamericana
fueron tomados de Lewis Binford, quien a su vez los planteó desde su
experiencia personal, la cual solo se limitaba al estudio de sociedades de
cazadores-recolectores y a los inicios de la agricultura (Binford 1998), y
muchos de estos planteamientos fueron mal interpretados y en muchos casos
se abusaron de ellos pretendiendo usarse en todos los campos de la
arqueología, lo cual condujo a absurdos como el mismo Binford lo manifestó,
sobre todo en el uso del método hipotético-deductivo, lo cual condujo a la
formulación de hipótesis y leyes tan simples que solo explicaban cosas
evidentemente lógicas (Binford 1998:115).
Antecedentes
El estructuralismo
En el estudio y comprensión de las sociedades, el término estructura fue
utilizado con diferentes connotaciones de acuerdo a contextos históricos
específicos. Uno de los que primero utilizó la palabra estructura para explicar la
sociedad en el siglo XIX, fue él filosofo y economista alemán Carlos Marx,
quien manifestaba que la sociedad estaba compuesta por una base o
“estructura económica” y una “superestructura” que sería la conciencia social
(Marx 1986:7). La importancia que se le dio al término estructura en
antropología fue en Inglaterra a mediados del siglo XX, por Alfred Radcliffe-
Brown, quien empezó a usar la denominación “estructura social” para referirse
a la compleja red de relaciones por las cuales están conectados los seres
humanos (Radcliffe-Brown 1974:217). Sin embargo, quien empezó a definir una
línea de investigación específica sobre estructuras presentes en las sociedades
pero con una connotación diferente fue el francés Claude Lévi-Strauss, quien
influenciado a su vez por la lingüística, habla de “estructura social” como los
aspectos formales de los fenómenos sociales (Lévi-Strauss 1968:249), para
este antropólogo la noción de “estructura” se refiere a los “modelos construidos
de acuerdo a la realidad empírica”, y que las “estructuras sociales” en sí son
modelos construidos en base a las “relaciones sociales” (Lévi-Strauss
1968:251); así pues las estructuras no serían manifestaciones concretas de la
realidad, sino modelos cognitivos de la realidad, con lo cual las estructuras se
encontrarían como modelos mentales (conscientes o inconscientes) inherentes
en cualquier sociedad y en cualquier tiempo, pero en los modelos inconscientes
sería mas probable el conocimiento de la conciencia colectiva (Lévi-Strauss
1968:253).
Lévi-Strauss dedicó su línea de investigación a los estudios de parentesco y
aspectos simbólicos, para lo cual manifestaba era necesario llegar a conocer
las estructuras inconscientes (Lévi-Strauss 1968:22), las cuales tendrían una
función simbólica que se ejercería en todos los seres humanos según las
mismas leyes (Lévi-Strauss 1968:183-184); asimismo mostraba que al estudiar
una sociedad con carácter de organización dualista se podía encontrar
biparticiones en el grupo social, y que las mitades que la conformaban estaban
asociadas con oposiciones binarias, características tales como: lo blanco y lo
negro, el día y la noche, lo alto y lo bajo, lo bueno y lo malo, etc. (Lévi-Strauss
1985:109).
Estos planteamientos estructuralistas, especialmente del estructuralismo
francés, influyeron en las investigaciones de algunos arqueólogos, los cuales
tomaron más interés por el estudio de aspectos simbólicos de las sociedades
del pasado.
El estructuralismo en arqueología
Trabajos iniciales
Se considera como un trabajo pionero al estudio hecho en los años sesenta por
el francés André Leroi-Gourhan sobre las manifestaciones artísticas del
paleolítico superior en las cuevas de Europa occidental (Trigger 1992:326).
Leroi-Gourhan recurrió a los principios estructuralistas para interpretar el arte
rupestre, sobre todo acerca de las representaciones de diferentes tipos de
animales (Renfrew y Bahn 1998:446), esta investigación fue la primera
aproximación sistemática al estudio del arte parietal, en la cual Leroi-Gourhan
al estudiar las posiciones y asociaciones de los dibujos de animales afirmaba
que estas figuras formaban composiciones, determinando una unidad temática
de base y una disposición intencionada de las representaciones en las cuevas
(Renfrew y Bahn 1998:361), basándose en este tipo de estudio Leroi-Gourhan
planteó que había identificado un “modelo” ideal que sirvió para la decoración
de los muros y que se repetía en todas las cuevas por él estudiadas, asociando
ciertos animales a determinadas zonas de las cuevas (Fernández 1998:262)
donde su probable interpretación hacía referencia a las relaciones entre los
principios masculino y femenino (Trigger 1992:326).
Críticas
El estructuralismo en arqueología se le considero como una arqueología parcial
por que se enfocó más en el estudio de símbolos y estructuras mentales, razón
por la cual se le llamo también como arqueología simbólica. Por un lado esta
fue cuestionada debido a la aparente falta de rigurosidad en su análisis y la
poca probabilidad de contrastación de sus resultados, además de que este tipo
de arqueología era en su mayoría análisis abstractos de signos y significados
constituyendo un problema para la disciplina que se ocupaba principalmente de
restos materiales; pero por otro lado también fue apoyada, pues se interesaba
por aspectos que había descuidado la arqueología procesual y que a través de
ésta se tenía la posibilidad de acceder a otros niveles más profundos de
análisis. Por lo que se considero que el estructuralismo en arqueología podía
LA ARQUEOLOGÍA MARXISTA
La arqueología que utiliza las teorías propuestas por Carlos Marx y Federico
Engels es conocida como arqueología marxista, generalmente esta teoría es
utilizada para explicar el cambio social producido por las contradicciones
internas que ocurren dentro de los grupos sociales; las explica basándose en la
dialéctica marxista y se usa para fines de análisis de la definición de formación
económico- social para referirse a las distintos grupos de sociedades.
Antecedentes
El marxismo
El conjunto de ideas y planteamientos conocidos como Marxismo fueron
propuestos por Carlos Marx y Federico Engels en el siglo XIX en diferentes
publicaciones, donde se planteaba que: el desarrollo de la sociedad se
producía por las contradicciones que se daba en ella, y que la ley del desarrollo
de la historia humana estaba en las luchas entre las clases sociales.
Generalmente el termino marxismo es utilizado tomando como base el apellido
del político, filósofo y economista alemán Carlos Marx, quien escribió muchas
de las ideas principales de esta teoría. Según el marxismo, las principales
formas de conocer y explicar a la sociedad y su desarrollo sería a través del
entendimiento de la dialéctica y lo que son las formaciones económico-
sociales.
La dialéctica marxista
La idea de dialéctica que Marx utiliza estuvo basada en sus investigaciones
filosóficas y la influencia del filósofo alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel,
idea que Marx después de reformularla en un plano social, la considera
adecuada para explicar el desarrollo de la sociedad (Marcuse 1971:305;
Lefebvre 1973:23). La idea de dialéctica tuvo su origen en la antigua filosofía
griega, posiblemente con Heráclito según algunos estudios de Hegel (Nicoli
1990:16), según otros filósofos Platón es considerado como su inventor (Ceruti
1944:120; Popper 1983:376), pero es en Heráclito que de forma ingenua se
manifiesta la idea de dialéctica como la pugna de principios contrapuestos que
originan el cambio (Iovchuk et al. 1978:58). La palabra dialéctica viene del
termino dialegos que quiere decir dialogo o polémica (Ceruti 1944:120) o de la
expresión “he dialektike” que puede ser traducida como “el arte del uso
argumental del lenguaje” (Popper 1983:376). Sin embargo en un sentido
moderno, tal como lo entendía Hegel, la idea de dialéctica en términos
generales se puede entender como el desarrollo de algo en base a oposiciones
y contradicciones, negaciones o la unidad y lucha de contrarios, la cual está
formada por una tríada dialéctica: tesis, antítesis, síntesis. Es decir primero se
da una idea, teoría o movimiento que puede ser llamada una tesis. Esta tesis a
menudo provoca oposición y la idea o movimiento opuesto es llamada antítesis
porque está dirigida contra la tesis. La lucha entre la tesis y antitesis generarán
una tercera idea o movimiento que es la solución o conclusión de las dos
primeras y que será llamada síntesis. A su vez esta síntesis puede convertirse
en una nueva tríada dialéctica, generando nuevamente oposición, lo cual
Críticas
La mayor contribución de la arqueología marxista es la perspectiva de
determinar cambios y procesos sociales a través del conocimiento de las
relaciones dialécticas dentro de los grupos humanos, pues según esta teoría el
desarrollo de la sociedad se da a través de la unidad de los contrarios, tales
relaciones antagónicas subyacen en la formación económico-social (Hodder
1994:73), y las partes que conforman a una formación económico-social son
estructuras, en este aspecto se observa similar forma de concebir a los grupos
humanos con la arqueología estructuralista e incluso con la arqueología
procesual, sobre todo en el punto de vista materialista y económico-
tecnológico. El análisis marxista de la ideología o la superestructura, esta teoría
menciona que la ideología es algo compartido por todos los miembros de una
sociedad, por lo tanto esto muestra que su visión es normativa (Hodder
1994:80). A pesar de los esfuerzos de muchos de sus militantes en
arqueología, este tipo de investigación tiene aún mucha dificultad en conectar
la teoría con la práctica, sobre todo en las estrategias directas en la
recuperación de información más que en su carácter interpretativo.
LA ARQUEOLOGÍA POST-PROCESUAL
Orígenes
La Arqueología Post-Procesual es una corriente del pensamiento arqueológico
que rechaza la mayoría de los principios de la nueva arqueología o
arqueología procesual. También se le puede calificar de una tendencia, pues
surge como una critica abierta a los postulados procesuales. La denominación
se la otorga Ian Hodder en los años ochenta (Hodder 1987:22;1994:160).
Agrupa a otras tendencias o posturas, cada una con características
particulares, pero todas como una respuesta a la arqueología procesual.
Planteamientos
Hodder presenta los puntos a tomar en cuenta con la arqueología post-
procesual (Hodder 1987:22-25;1994:167-176) y que se resumen de la siguiente
manera:
- Materialismo e idealismo. La dicotomía entre materialismo e idealismo
necesita y puede ser trascendida en una arqueología post-procesual. En
vez de dividir los datos en campos procesuales y normativos, los
arqueólogos pueden emplearlos para estudiar las interrelaciones entre lo
material y lo ideal, entre economía y cultura.
- Proceso y estructura. La estructura es el medio y la consecuencia de la
acción, por lo tanto las estructuras se utilizan e inducen al pensamiento y
al proceso, aunque en el curso las estructuras se ven afectadas.
- Sociedad e individuo. El objetivo de la arqueología debería ser el estudio
de las relaciones entre las estructuras generales de un grupo cultural y
las acciones y hechos individuales que ocurren dentro de cualquiera de
los contextos de ese grupo.
- Arqueología objetiva y subjetiva. Reconocer que los datos arqueológicos
son a la vez subjetivos y objetivos. Los datos arqueológicos son a la vez
hechos firmes, en el pasado real y objetivo, y también subjetivos y
presentes.
- Lo general y lo particular. La acción humana puede concebirse como
una implicación entre juicio e intencionalidad por el hecho de conectar
reglas generales a contextos particulares. Resulta inadecuado que los
arqueólogos equiparen la explicación a la identificación de reglas
generales.
Posturas
En el conjunto de las posturas post-procesuales (Hodder 1994:176-189) en
arqueología podemos mencionar a:
- Las arqueologías indígenas. Surgen en base de algunas tendencias
liberales y el interés por los recursos del medio en la sociedad
occidental, las cuales junto con las reivindicaciones territoriales indias, y
los vínculos entre el turismo y la herencia cultural han llevado a los
arqueólogos occidentales a trabajar a favor de los grupos indígenas
sobre todo de los Estados Unidos y Canadá.
- Las arqueologías feministas. Perspectiva en arqueología la cual tiene su
origen en la crítica de las mujeres contemporáneas o feministas, que van
en contra de las posturas androcentricas que se le da a las
explicaciones; y además presentan una reinterpretación del papel de la
mujer en la prehistoria con un carácter más positivo. La arqueología
Críticas
Las reacciones hacia la arqueología procesual generaron posturas muy
variadas y en algunos casos extremas. La mayoría de ellas inspiradas en las
reformulaciones de Hodder. Éste a su vez además de su postura crítica,
planteó propuestas metodológicas y analíticas denominadas arqueología
contextual.
Las posiciones post-procesuales en su mayoría han tomado interés en
aspectos que descuidó la teoría procesual, por lo que se nota el interés por
estudiar de forma asociada y con diferentes perspectivas las estructuras, los
contextos, la acción individual y las implicancias del poder.
Pero también han surgido grupos y personas que dan su versión del pasado
desde sus propias perspectivas ajenas a la arqueología. Lo cual en cierto
sentido es una consecuencia de los pensamientos post-modernos, pero que a
su vez dan opción de que cualquiera pueda decir su versión aunque fuera sin
base científica, lo cual da paso a las arqueologías marginales o alternativas,
con el riesgo de caer en un relativismo (Renfrew y Bahn 1998:450).
LA ARQUEOLOGÍA CONTEXTUAL
Como crítica a la arqueología procesual norteamericana surge en los años
ochenta una nueva posición teórica situada dentro de las corrientes post-
procesuales, la cual es denominada arqueología contextual por Ian Hodder,
quien formula sus principales planteamientos, dando importancia a la
comprensión del contexto como herramienta metodológica y analítica, sobre
todo en la interpretación arqueológica y los estudios simbólicos.
Origen
Una perspectiva ordenada e interesante para hacer arqueología, pero sobre
todo para la interpretación, y en especial para el estudio de símbolos, es sin
duda las ideas que formula el arqueólogo británico Ian Hodder, él mismo
Planteamientos
Hodder sugiere que la cultura material debe de ser observada como un texto,
y como se dijo líneas arriba deba de ser leída, como si existiera un lenguaje,
pero en muchos aspectos la cultura material no es, en absoluto, un lenguaje; es
sobre todo acción y practica en el mundo. En la medida en que es un lenguaje,
es muy sencillo compararlo con la lengua hablada o escrita (Hodder 1994:138).
Hodder el año 1986, en su libro Reading the past, presenta por primera vez a
su “arqueología contextual” en el cual esboza sus métodos de identificación y
análisis de contextos para interpretar el significado (Hodder 1994:140-159), él
presenta los siguientes puntos a tomar en cuenta:
- El estudio de semejanzas y diferencias. Los arqueólogos al sistematizar
la cultura material deben proceder a identificar semejanzas y diferencias
relevantes que formen tipos de asociaciones contextuales.
Especialmente cuatro tipos de semejanzas y diferencias: 1. Temporal, si
dos objetos son similares en su dimensión temporal podrían situarse con
mas facilidad en un mismo contexto y darles significados
relacionándolos entre sí; 2. Espacial, se debe de tratar de identificar
significados y estructuras funcionales y simbólicas a partir de la
disposición de los objetos en el espacio; 3. Unidad de deposición,
combinación de las dos primeras, si los objetos están delimitados en el
tiempo y espacio, pueden tener significados asociados porque proceden
de la misma unidad de deposición; 4. Tipológica, variante de las dos
primeras, si dos objetos son similares tipológicamente tienen
disposiciones o formas semejantes en el espacio. Para definir los tipos,
los arqueólogos tiene que analizar la asociación histórica de los rasgos,
para intentar penetrar en el significado subjetivo que éstos connotan.
Críticas
Según muchos arqueólogos la arqueología contextual es reconocida como el
desafió y el paradigma rival de la arqueología procesual (Trigger 1992:323),
El enfoque de Hodder de que la cultura material se utiliza como un elemento
activo de la interacción social contradice los argumentos cuidadosamente
desarrollados por arqueólogos procesuales acerca los patrones funerarios
dentro de una sociedad reflejan de manera precisa el grado de diferenciación
social (Trigger 1992:325). Las investigaciones de la escuela de Hodder han
mostrado que las ideas complejas relativas a religión, higiene y a rivalidades de
estatus también influyen significativamente en las costumbres funerarias, y
además concluye que una sociedad en particular con costumbres funerarias
simples no era igualitaria en la práctica y esto a su vez revelaría el estatus
ideológico de esas costumbres (Trigger 1992:325).
El enfoque conceptual de la arqueología contextual se basa en la convicción de
que los arqueólogos necesitan examinar todos los aspectos posibles de una
cultura arqueológica para poder comprender el significado de cada una de las
partes que la componen. Al dirigir su atención hacia propiedades de la cultura
material que hasta ahora han sido ignoradas, Hodder ha revelado los peligros
inherentes a la interpretación de la evidencia arqueológica que se analiza de
manera aislada a su contexto cultural más amplio También ha demostrado que
la cultura material tiene propiedades simbólicas dinámicas que concuerdan
mejor con el marxismo o con la interpretación particularista histórica de la
cultura que con el neoveolucionismo (Trigger 1992:325).
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