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La banalidad del mal y la terrorífica normalidad de los nazis

“El Lobo es el apodo de Michael Karkoc, un criminal nazi responsable de la muerte


de al menos 44 hombres, mujeres y niños en 1944. También es un anciano de 98
años que sigue trabajando en su jardín de Minneapolis, donde vive desde que huyó
de Ucrania al final de la Segunda Guerra Mundial y donde se le ha encontrado tras
una investigación de la agencia AP.”

Hanna Arendt en La banalidad del mal y la terrorífica normalidad de los nazis nos
da a entender que cualquier persona mentalmente sana puede cometer crímenes
muy altos cuando pertenece a un grupo totalitario; actuando dentro de las reglas del
sistema al que pertenecen sin reflexionar sobre los actos que cometen, y a su misma
vez no se preocupan por las consecuencias de lo que hacen solo por cumplir las
órdenes. Un claro ejemplo de ello es cuando la autora nos habla sobre la forma en
que Eichmann durante el juicio que se le hizo, no mostró sentimiento de culpa o de
arrepentimiento justificando sus actos diciendo que el solo se limitaba a hacer su
trabajo y a obedecer órdenes. A partir de este ejemplo también se puede deducir
que los más terribles horrores y sufrimientos pueden ser causados por personas
mediocres, en nombre de ideologías radicales. Sin duda alguna, Arendt no excusa
a Eichmann de los horrores que cometió puesto que la autora decía también que
para evitar llegar a ser una persona como Eichmann, se debía poner en práctica el
juicio crítico, que básicamente consiste en ponerse en el lugar del otro y pensar en
las consecuencias que traería sus acciones; lo cual en mi opinión es muy importante
tener un buen juicio crítico ya que a partir de este se podrá reconocer lo bueno y lo
malo de las acciones que se realizan sin causar ningún daño a alguien. La autora
también explicaba que era importante mantener siempre el espíritu crítico y el
dialogo abierto, puesto que la violencia se produce cuando hay una estructura
general, política e ideológica que favorece el conformismo y el aislamiento entre las
personas, esto en consecuencia hace más difícil poder ponerse en el lugar de otra
persona; puesto que al no haber una buna relación social entre las personas, cada
uno se preocupa en si mismo, en su comodidad y bienestar.

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