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Obediencia y Responsabilidad

Por: Juan David Garcia Barrero (A00373291)

Eichmann no es un monstruo es un hombre terriblemente banal, un burócrata sin


imaginación que limitándose a cumplir con las ordenes que se le daban causo un mal
espantoso contra la humanidad, la tesis central del libro Eichmann en Jerusalén se centra en
la idea del la banalidad del mal como lo explica Hannah Arendt, la idea de que las personas
en sistemas totalitarios u en otro tipo de escenarios jerárquicos pueden causar actos de
violencia e injusticia hacia otras personas o grupos no por una tendencia maléfica o por
placer, sino porque una figura de autoridad ordena y premia la obediencia.

La noción de la obediencia en nuestra sociedad es en general buena, por ejemplo se espera


que los niños obedezcan a sus padres para ser considerados como buenos, se premia a los
animales por obedecer comandos y seguir las directrices de sus dueños, un empleado que
puede ejecutar de manera eficiente lo que se pide de el es tenido en buena estima, sin
embargo la obediencia como cualquier otra cosa en la vida es buena cuando se trata con
mesura, lo que sucede en sistemas autoritarios como lo fueron la Alemania nazi y el
régimen estalinista es que se premia una obediencia ciega hacia el régimen, sea cual sea la
orden un ciudadano debe acatarla para ser considerado como un buen ciudadano, aquellos
que dudan, critican o no están de acuerdo no son personas deseables y por tanto deben ser
exterminados, por cómo fue muy popular decir en la Alemania nazi “traición y corrupción
de la sociedad”.

Esta obediencia ciega surge de una transmisión de la responsabilidad y una perversión de


los valores morales de las personas mediante la propaganda y la amenaza de represalias
hacia el individuo, un individuo normal es convencido a ejecutar acciones terribles gracias
que la figura de autoridad que valida ejecutar la acción, como explica Zymunt Bauman en
“La ética de la obediencia ciega” un individuo puede sentir responsabilidad por sus actos
cuando considera que estos fueron resultado de una decisión libre, sin embargo la presencia
de la autoridad transfiere la responsabilidad de las consecuencias y la persona se termina
convirtiendo en una herramienta, la responsabilidad de lo que se haga con una herramienta
la carga el individuo que lo utiliza, si una persona utiliza un arma para asesinar a otra la
culpa no es del objeto sino del individuo, sin embargo esta noción se vuelve compleja
cuando la herramienta en cuestión es una persona que es consciente, que puede entender
que los actos que está perpetrando son dañinos y el usuario de esta no es un individuo sino
una institución, un sistema que no puede ser definido como un individuo.
Para aterrizar esta idea se puede entender que a pesar de que Hitler fuera la cara y principal
representante del nazismo este no es el único responsable del Holocausto, Hitler no asesino
a los 6 millones de judíos, Hitler no pudo haber hecho nada si no fuera por los miles de
miembros de la SS, los ciudadanos comunes que no hicieron nada, o la escandalosa
colaboración de los lideres judíos, un sistema como el nazismo no es Hitler, de hecho en
sus discursos el no habla sobre él, sobre que los alemanes deben realizar estos actos porque
el lo desea, sino como él lo describe “porque esto es necesario por el bien del pueblo
alemán”, así es como se validó la masacre, cuando los fanáticos más fieles al partido
tomaron el control del discurso político y ejecutivo y con este aplastaron toda forma de
pensamiento que se opusiera a sus ideales, tergiversando la moral y predicando sobre como
los actos que se estaban perpetrando eran necesarios, que no hay otra solución, que si o si
se tiene que hacer esto y que no se puede tolerar la traición.

Esto también se relaciona con otra cualidad humana, la necesidad de pertenecer a algo mas
grande que el individuo, sea una familia, una comunidad o una religión los humanos
buscamos pertenecer y que nuestra labor sea valorada por los demás, el partido también se
convierte en este yugo que acoge a los individuos, sin embargo este los homogeneiza, este
exige una completa devoción del individuo hacia este, desincentivando el pensamiento
critico y recompensando la obediencia, lo que convirtió al pueblo alemán en una masa
como lo describe Hannah Arendt, a pesar de esto muchos alemanes entendían que lo que
estaba sucediendo era completamente inhumano y perverso, mas sin embargo el peso del
sistema llevaba a estos individuos a la misma conclusión a la que llego Eichmann, “ya no
soy dueño de mis propios actos” y “no puedo cambiar nada”, pero esto no es cierto,
ejemplo de esto hay cientos de historias de resistencia, de personas que a pesar de las
consecuencias decidieron oponerse, que cuestionaron lo que estaba sucediendo en su pais y
que lucharon contra el régimen de muchas formas.

Historias como la del empresario Oskar Schindler, que protegió a judíos polacos del
exterminio utilizándolos como trabajadores en su compañía, salvando a más de mil
hombres y mujeres judíos de todas las edades de Auschwitz, o como de los combatientes
del Z.O.B. (organización judía de combate) que se alzaron en armas en el ghetto de
Varsovia plantando cara a las SS alemanas en abril de 1943 defendiendo a los
sobrevivientes judíos de las deportaciones a campos de concentración, también como del
alemán Claus Graf von Stauffenberg quien se volvió otro símbolo de la resistencia al
orquestar varios intentos de asesinato contra Hitler en 1944, más notablemente el del 20 de
julio en el que planto una bomba en el cuartel general del Führer e intento efectuar un golpe
de estado, sin embargo el plan fracaso y el día siguiente fue ejecutado en Berlín junto con
sus camaradas, personas como estas muestran que la resistencia no esta limitada a un rubro
particular de la sociedad, cada una de ellas aplico a su manera los principios kantianos
“eleva a un máximo universal tus actos para saber si son correctos”, son figuras humanas y
mártires que llevaron hasta las ultimas consecuencias sus acciones porque era lo correcto,
mas sin embargo una resalta en particular, porque está muy relacionada con nosotros lo
jóvenes, siendo esta Sophie Scholl junto con el resto de estudiantes y personas parte de la
organización la rosa blanca.

La importancia del sacrificio y dedicación de los hermanos Scholl sigue vigente hoy en día,
es un símbolo de la resistencia estudiantil, del activismo por la justicia y la verdad, la rosa
blanca velo por oponerse a la guerra y por mostrar una luz sobre las atrocidades comedidas
rampantemente por el nazismo, difundió su discurso a través de las universidades y
ciudades alemanas mediante panfletos criticando a Hitler y al régimen, y por esto fue
capturada por la Gestapo, fue interrogada, encerrada y en ultimas condenada a la pena
capital, por expresarse, por abiertamente defender su postura política en un régimen que no
toleraba la oposición, junto con su hermano y su amigo Christoph Probst fueron ejecutados
el 22 de febrero de 1943 en la guillotina, el sacrificio de los hermanos Scholl junto muchos
estudiantes alemanes perdura a día de hoy, es un testamento contra la transferencia de
responsabilidad de la obediencia ciega, muestra como no fue imposible oponerse al
régimen, como siempre se puede hacer algo, como la voluntad de hacer el bien en los
momentos mas oscuros puede relucir e impulsar a mas personas a tomar acción, el enemigo
del totalitarismo y los sistemas autoritarios son los ciudadanos políticos, críticos,
heterogéneos y plurales, que protestan y cuestionan los dogmas totalitarios que se reúsan a
convertirse en medios para los fines de otras personas, que como Sophie, Schindler, Los
combatientes del Z.O.B. y Stauffenberg son capaces de tomar la responsabilidad de
oponerse y cambiar los sistemas de autoridad, en pro de un bien colectivo.

Entender e indagar sobre los sistemas que habilitaron el holocausto y la caída moral
alemana es un trabajo que requiere de investigar sobre Filosofía, Historia y Psicología, es
necesario cuestionar lo que sucedió, no solo por prevenir que estos sistemas puedan volver
a expandirse en el futuro, sino que también para honrar a las víctimas y los mártires que
resultaron de este periodo tan oscuro de la especie humana, como principal aprendizaje de
este viaje por el siglo XX, por la filosofía de Hannah Arendt y las memorias del pueblo
judío, me quedo con el valor de la responsabilidad y la voluntad como individuos, con que
nosotros como estudiantes y ciudadanos tenemos un deber de cuestionar nuestras acciones,
de hablar en voz alta en el espacio político y de proteger a nuestro prójimo, la
responsabilidad de lo que hacemos es solo nuestra y esta en nuestras manos el educarnos y
oponernos a las posturas simplificadoras y totalitarias, el buscar los matices y comprender
que el mundo es un lugar complejo, que no existen soluciones simples para problemas
complejos, mas sin embargo vale la pena luchar por un mundo mejor, uno mas humano y
mas tolerante, al final la responsabilidad de mejorar y aprender recae solo en nuestras
manos y corazones.

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