ARTE EN EL VALLE DEL MANTARO:
LA PROPUESTA DE PEDRO
MARTICORENA
Rafael Loredo Chupán
Publicado en Revista del Colegio de Arquitectos del
Perú-Regional Junín
Pedro Elías Marticorena Oroña, vio la luz en el
Anexo de Umuto, Distrito de El Tambo, Huancayo,
el 11 de enero de 1952, realizó sus estudios en el
C.E. Nº 545 de Aza, luego en el Colegio “Mariscal
Castilla” de El Tambo, sus estudios superiores en la
Facultad de Pedagogía, especialidad de Educación
por el Arte de la Universidad Nacional del Centro del
Perú (UNCP). Desarrolla actividades como
agricultor, artista y como sacerdote andino en
rituales wankas. Expone sus trabajos en un museo
de sitio, vivo, dinámico y permanente conocido
como “Walli Wasi” en el Anexo de Umuto.
Hablar del arte pasa necesariamente por
plantear nuestra concepción sobre esta
categoría, es un tema polémico en nuestro
tiempo, donde los parámetros estilísticos o de
los “ismos” han perdido influencia en todos los
ámbitos, tanto por la naturaleza creativa que no
puede tolerar límites o encasillamientos, como
por la fuerza cultural, que aún en un mundo
globalizado, mantiene un enfoque particular
sobre la sensibilidad humana.
León Tolstoi consideraba que evocar un
sentimiento experimentado y luego por medio
de líneas, colores, movimientos, sonidos o
palabras transmitirlo a los demás, constituye el
arte.
Se puede afirmar que el arte es producto y
expresión de la emoción humana transmitida
por medio de representaciones que dan forma
y significado a un sentimiento como lo bello,
lo sublime, etc. . El acto mediante el cual el
hombre valiéndose de lo material o lo visible
expresa lo inmaterial o invisible.
Aquí se plantea el problema de distinguir el
arte, algunos filósofos consideran que existe
una diferenciación entre arte y no arte
(llamada también artesanía), se denomina
“arte” a aquello que nos puede suscitar un
“sentimiento” un “éxtasis”, es “autónoma” y
vale en sí y por sí, por otro lado la artesanía,
según esta concepción, es trivial, produce el
cliché, cae en el facilismo, en la idolatría de
una tradición, estas distinciones entre el arte
y artesanía pretenden diferenciar una
experiencia compleja que a nuestro entender,
es única, no existe diferencia entre arte y
artesanía, ambas son un reflejo de la realidad
a través de imágenes artísticas, la
experiencia estética puede generar diferentes
apreciaciones o interpretaciones, en
diferentes grados de intensidad, y esto nos
conduce a emitir un juicio estético, y es en
este nivel que una obra puede alcanzar un
logro estético elevado, elemental o bajo pero
finalmente siempre será arte.
Pedro Marticorena afirma que su arte esta
vinculado a la cultura wanka andina, su
percepción se nutre de la vivencia cotidiana
tanto en la temática como en el uso de los
materiales mas a la mano del artista, como
aquellos que pueden ser reciclados o
reutilizados, afirma que “el arte no es una
actividad de lucro, sino un lenguaje que
utilizamos para comunicarnos, propio de
nuestra cultura andina, no nos sometemos a
los istmos, nuestro trabajo es para servir al
pueblo es una manera de transmitir
conocimientos. Nuestros ancestros han
trabajado con la matemática, el cuadrado y su
diagonal son los elementos que ordenan
nuestra vida y el universo. Conversamos con
la piedra, el agua, el sol, ya que toda materia
tiene energía y vida aún la piedra, es el
espíritu de las cosas que nos interesan. El
conocimiento dual es la base de la
concepción andina, a diferencia de occidente
que pretende ser universal. El cuadrado es el
orden, el círculo es el caos, pero es el origen
de la vida. El color tiene significado, nosotros
utilizamos los que provienen del arco iris,
estos colores son de vida, de buen augurio,
cuando los colores pierden su intensidad
tienden a lo negativo. El concepto de belleza
que asumo no es aquella que se expresa en
la superficialidad en la forma, sino en el
mundo interior, en la espiritualidad donde todo
elemento del universo tiene belleza”

Su propuesta puede entenderse si analizamos

su pintura y escultura.

En la pintura encontramos dos momentos

claros: de influencia académica y autónoma. El
periodo académico corresponde a sus inicios,
donde utiliza una gran variedad de colores de
la escala cromática propios de una experiencia
académica de aprendizaje, también pinta
imitando algunos estilos desde el realismo que
reproduce fielmente las formas, hasta lo
abstracto.

El periodo autónomo es mas libre, su

cromatismo proviene de los colores naturales,
ocres y su temática se centra en motivos
cotidianos, costumbristas, representaciones de
mitos y exploración de sueños y fantasías,
predominan personajes y rostros todos ellos
impregnados de la cosmovisión andina.

En relación a la escultura utiliza materiales en

estado natural como raíces, plantas secas,
corteza de árboles, plumas, piedras, también
utiliza la bosta como material que le da
formas diferentes, los complementa con
materiales de desechos como bidones,
botellas, focos, ropa vieja, entre otros, estos
elementos son combinados para crear
personajes míticos que nos observan, el
acabado utiliza el color propio del material y
también los colores primarios como el
amarillo, el rojo y el azul; usa el blanco para
enmarcar los ojos, se caracteriza por trabajar
el gesto adusto, misterioso de estos
personajes de ficción que están en todas
partes como guardianes o espíritus que nos
acompañan en todo momento.

La opción artística de Pedro Marticorena es

original, no podemos encasillarla en ninguna
corriente artística, se nutre de la fuerza de la
cultura y la realidad proyectando imágenes
vitales, míticas, fuertes, su mensaje estético
va de lo bello a lo mágico, pasando por los
misterioso, postula la diversidad en la
interpretación de su trabajo, es por ello que
cada obra no tiene un nombre definido, sino
mas bien una motivación, es el espectador el
que lo interpreta encontrándole un significado
y un nombre, este puede variar en el tiempo y
en el espacio.
El mensaje implícito de su trabajo, además del
importante valor artístico, es reconocer que es
factible hacer buen arte con cualquier material,
nuestra creatividad no tiene límites ni en el
material ni en la temática.