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NUEVA LUZ SOBRE LA PERDIDA ATLÁNTIDA

Por Pierre Termier


Miembro de la Academia de Ciencias, Director de Servicio,
Departamento Geológico de Francia
(Traducción del francés al inglés por el Instituto Smithsoniano, Washington, D.C.)

(Artículo publicado en la revista “The American Rosae Crucis” Vol. 02, Nro. 05,
Agosto de 1917-Traducido del inglés al español por Alejandro Daniel Silvani
Costa, F.R.C.)
Tras un largo período de desdeñosa indiferencia, se observa cómo en los
últimos pocos años la ciencia está retornando al estudio de la Atlántida.
Cuantos naturalistas, geólogos, zoólogos, o botánicos, se están preguntando
unos a otros hoy si Platón no nos ha transmitido, con ligera amplificación, una
página de la historia real de la humanidad. Ninguna afirmación es aún
permitida; pero parece más y más evidente que una gran región, continental o
hecha de grandes islas, ha colapsado al oeste de los Pilares de Hércules,
llamado de otro modo el Estrecho de Gibraltar, y que su colapso ocurrió en un
pasado no tan distante. En cualquier caso, la cuestión de la Atlántida es puesta
de nuevo ante los hombres de ciencia; y como yo creo que esto no puede ser
nunca resuelto sin la ayuda de la oceanografía, he pensado natural discutirlo
aquí, en este templo de la ciencia marítima, y llamar la atención de tal problema
a los oceanógrafos, mucho tiempo despreciada opero ahora siendo revivida,
como así también la de aquellos que, aunque inmersos en el tumulto de las
ciudades, prestan un oído al distante murmullo del océano.
Leamos de nuevo primero, si les parece, el relato de Platón. Es en el diálogo
llamado “Timeo” o “Concerniente a la Naturaleza”. Hay cuatro oradores: Timeo,
Sócrates, Hermócrates y Critias. Critias tiene la palabra; él está hablando de
Solón, y de un viaje que este sabio legislador hizo a Sais, en el delta de Egipto.
Un anciano sacerdote Egipcio asombró profundamente a Solón revelándole la
historia de los orígenes de Atenas, completamente olvidada por los Atenienses.
“No tendré secretos de esto contigo, Solón (dijo el sacerdote), estoy de acuerdo
en satisfacer tu curiosidad, por respeto a ti y a tu país, y, sobre todo, con el
objeto de honrar a la diosa, nuestra patrona en común, quien crió y estableció
tu ciudad, Atenas, hija de la Tierra y Vulcano, y mil años más tarde nuestra
propia ciudad, Sais. Desde la fundación de la última nuestros libros sagrados
hablan de un lapso de 8.000 años. Te entretendré brevemente con las leyes y
las más finas hazañas de los Atenienses durante los 9.000 años que han
transcurrido desde que Atenas comenzó a vivir. Entre tantas grandes andanzas
de sus ciudadanos hay una que debe ser puesta sobre todas las demás. Los
registros nos informan de la destrucción por Ateas de un ejército singularmente
poderoso, un ejército que vino del Océano Atlántico y que tuvo el descaro de
invadir Europa y Asia; pues este mar era entonces navegable, y más allá del
estrecho que ustedes llaman los Pilares de Hércules había una isla más grande
que Libia y aún Asia. Desde esta isla uno podía fácilmente pasar a las otras
islas, y de ellas al continente entero que rodea el océano interior. Lo que hay
de este lado del estrecho del cual estamos hablando asemeja una gran puerta,
la entrada de la cual podría ser estrecha, pero que es realmente un océano, y
la tierra que la rodea es un verdadero continente. En la Isla de la Atlántida
reinaban reyes de poder asombroso. Ellos tenían bajo su dominio la isla entera,
tan bien como varias otras islas y algunas partes del continente. Además, en el
lado de acá del estrecho, ellos todavía estaban reinando sobre Libia hasta
Egipto y sobre Europa hasta el Tirreno. Todo este poder estuvo una vez unido
con el objeto que mediante un simple golpe se subyugase a nuestro país, el
tuyo, y todos los pueblos viviendo sobre este lado del estrecho. Fue entonces
que la fuerza y el coraje de Atenas se encendió. Por el valor de sus soldados y
su superioridad en el arte militar, Atenas era suprema entre los Helenos; pero,
como los últimos se vieron forzados a abandonarla, ella sola enfrentó el
atemorizante peligro, detuvo la invasión, apiló victoria tras victoria, preservó de
la esclavitud a las naciones todavía libres, y restauró a una completa
independencia a todas aquellas que, como nosotros mismos, vivíamos de este
lado de los Pilares de Hércules. Más tarde, con grandes terremotos e
inundaciones, en un solo día y en una noche fatal, todos los que habían sido
guerreros contra ustedes fueron tragados. La isla de la Atlántida desapareció
debajo del mar. Desde esa época el mar en esos lugares se ha vuelto
innavegable; los navíos no pueden pasar por allí debido a las arenas que se
extienden sobre el sitio de la isla enterrada.”

Aquí seguramente hay una narración que no tiende de ningún modo los visos
de una fábula. Esta es de una exactitud casi científica. Puede pensarse que las
dimensiones de la Isla de la Atlántida están ligeramente exageradas aquí, pero
debemos recordar que el sacerdote Egipcio no conocía la inmensidad de Asia,
y que las palabras “más grande que Asia” no tienen en su boca el significado
que ellas tienen hoy. Todo lo demás es perfectamente claro y enteramente
probable. Una gran isla, fuera del Estrecho de Gibraltar, madre de una raza
números, fuerte y guerrera; otras islas pequeñas, en un amplio canal
separando la isla más grande de la costa Africana; uno puede pasar fácilmente
de la isla más grande a las más pequeñas, y de estas últimas al continente, y
es fácil entonces ganar las costas del Mediterráneo y subyugar los pueblos que
se han establecido allí, aquellos del sur primero, hasta la frontera de Egipto y
de Libia, luego aquellas del norte, hasta el Tirreno y aún a Grecia. Esta
invasión por los piratas del Atlántico fue resistida por Atenas con éxito. Tal vez,
sin embargo, ella podría haber sido conquistada, cuando un cataclismo vino en
su ayuda, engullendo en unas pocas horas la isla de la Atlántida, y resonando,
con violentos choques y espantosas marejadas, sobre todas las costas del
Mediterráneo. Los ejércitos en conflicto desaparecieron, tomados
desprevenidos por la inundación de las costas; y cuando los sobrevivientes se
recuperaron percibieron que sus invasores estaban muertos, y ellos supieron
que la misma fuente había sido desvanecida cuando descendió esa terrible
horda. Cuando mucho, mucho después algunos marineros resistentes se
aventuraron a pasar a través de los Pilares de Hércules y navegar a través de
los océanos occidentales, pronto fueron detenidos por tal profusión de rocas y
escombros de las tierras engullidas que el temor se apoderó de ellos, y
huyeron de estas regiones malditas, sobre las cuales parecía colgar el anatema
de un dios.

En otro diálogo, que se denomina “Critias”, o “Concerniente a la Atlántida”, y


que, como el anterior, es del “Timeo”, Platón cae en una descripción de la
famosa isla. Es de nuevo Critias quien está hablando. Timeo, Sócrates y
Hermócrates le están escuchando.

Critias dice: “Según la tradición Egipcia una guerra común sucedió hace 9.000
años entre las naciones de este lado de los Pilares de Hércules y las naciones
venidas de más allá. De un lado estaba Atenas; del otro lado los Reyes de la
Atlántida. Hemos dicho ya que esta isla era más grande que Asia y África, pero
que fue sumergida siguiendo un terremoto y que su lugar no se puede
encontrar más con excepción de una masa de arena que detiene a los
navegantes y hace que el océano sea infranqueable.

Tal es la Atlántida de Platón, y tal, de acuerdo al gran filósofo, es la historia de


esta isla, una historia fabulosa en sus orígenes, como la mayoría de las
historias, aunque extremadamente exacta y altamente probable en sus detalles
y trágica terminación. Esto es, además, todo lo que la antigüedad nos enseña,
pues las narraciones de Teopompo y Marcellus, mucho más vagas que las de
Platón, son interesantes solamente de la impresión que ellas nos dejan de la
amplia circulación de la leyenda entre los pueblos a lo largo de las costas
Mediterráneas. En síntesis, llegando muy cerca de nuestra propia era, había
una creencia general, todo acerca del Mediterráneo, en la antigua invasión por
los Atlantes, que vino de una gran isla o un continente- vino por toda causa de
más allá de los Pilares de Hércules, una invasión abruptamente chequeada por
la instantánea o al menos muy súbita sumersión del país del cual estos
invasores venían.

Ahora, veamos que enseña la ciencia en cuanto a la posibilidad o la


probabilidad de tal colapso, tan reciente, tan súbito, tan extendido
superficialmente, y tan colosal en profundidad, Pero debemos como preliminar
recordar los hechos de la geografía en cuanto a la región del Océano Atlántico
donde el fenómeno debió haber ocurrido.

Para un barco saliendo a navegar hacia el oeste la distancia a lo largo del


Océano Atlántico desde el Estrecho de Gibraltar es de 6.400 kilómetros. Tal
barco tocaría la costa Americana en la localidad de Cabo Hatteras. En su viaje
no encontraría ninguna tierra. Esta nave pasaría, sin verlas, entre Madeira y las
Azores, y dejaría las Bermudas muy lejos en el sur, aunque estas islas de
coral, muy pequeñas y bajas, podrían a los mojos de la tripulación haber
emergido del horizonte marítimo. Sus pasajeros no habrían de sospechar del
relieve de las profundidades oceánicas, tan irregular no obstante, y ninguno de
los misterios del “océano de oscuridad” se habría levantado delante de ellos.
Pero si el navío se hubiese desviado de su ruta un poco haciendo un rodeo,
primero hacia el sudoeste, esto habría sido bastante, sucesivamente, para traer
a la vista a Madeira, la más al sur de las Azores, y finalmente las Bermudas, Y
si los viajeros, quienes están supuestamente embarcados en nuestro navío,
hubiesen poseído un instrumento perfeccionado de sonar, y hubiesen sabido
cómo usarlo, ellos podrían haber descubierto, no sin sorpresa, que las
profundidades marinas sobre las cuales están navegando son extrañamente
desiguales. Muy cerca de Gibraltar el fondo el océano es de 4.000 metros; se
eleva de nuevo abruptamente para formar un muy estrecho zócalo, que
sostiene a Madeira; cae de nuevo 5.000 metros entre Madeira y las Azores del
sur; vuelve a ascender al menos 1.000 metros en la vecindad de estas últimas
islas; permanece por una larga distancia entre 1.000 y 4.000 al sur y al
sudoeste de las Azores, con muy abruptas proyecciones, algunas de las cuales
se aproximan muy cerca de la superficie del océano; luego se hunde a más de
5.000 metros, y por una corta distancia aún a más de 6.000; se eleva de nuevo
súbitamente en un salto que corresponde al zócalo de las Bermudas;
permanece enterrado bajo 4.000 metros de agua dentro de una corta distancia
de la costa Americana, y finalmente sale de nuevo en una pendiente inclinada
hacia la orilla.

Observen un hecho primario: la región oriental del Océano Atlántico, sobre toda
su longitud y probablemente de un polo al otro, es una gran zona volcánica. En
la depresión a lo largo de la costa de África y de Europa y en la parte oriental
de la tira altamente elevada que ocupa el medio de los volcanes marinos es
abundante. Todos los picos que alcanzan la superficie del mar sobresalen en
la forma de islas volcánicas o tienen volcanes. Isla Gough, Tristán da Cunha,
Santa Helena, Ascensión, las Islas de Cabo Verde, las Canarias, la gran
Madeira y las islas vecinas, todas las Azores, Islandia, Isla Jan Mayen son ya
sea íntegramente o en su mayor parte formadas de lava. Diré en un momento
cómo ciertos dragados en 1898 encontraron lavas, a profundidades de 3.00
metros, sobre una línea desde las Azores a Islandia, y a cerca de 900
kilómetros al norte de las Azores. Un navegante en 1838 estableció la
existencia de un volcán submarino sobe el Ecuador alrededor de 22º Longitud
Oeste, o sobre la línea uniendo Ascensión al archipiélago de Cabo Verde; una
corriente cálida estaba levantándose de las olas y aguas poco profundas se
habían formado a diferencia de aquellas indicadas en los mapas. Sobre las
islas yo he justo nombrado muchos volcanes que están todavía en actividad,
los extinguidos parecen haberse extinguido solamente ayer, terremotos por
todas partes son frecuentes, aquí y allí isletas pueden aparecer abruptamente
del océano o grandes rocas conocidas pueden desaparecer. La continuidad de
estos fenómenos es ocultada por el océano que los cubre, pero para el geólogo
esto es incuestionable.
Algunos cataclismos ciertamente han ocurrido, y ellos están fechados
solamente como desde ayer. Yo pido a todos aquellos que están concernidos
con el problema de la Atlántida escuchar atentamente e imprimir sobre sus
mentes esta breve historia; no hay ninguna tan significativa: en el verano de
1898 un barco fue empleado en el tendido de un cable submarino telegráfico
que uniese Brest con el Cabo Cod. El cable había sido roto, y ellos estaban
tratando de pescarlo de nuevo mediante anzuelos de hierro. Esto era en Latitud
Norte 47º 0’ y Longitud Oeste 29º 40’ de París, en un punto cerca de 500 millas
al norte de las Azores. La profundidad media era cercana a los 3.100 metros. El
tendido del cable presentaba grandes dificultades, y por varios días fue
necesario arrastrar los anzuelos de hierro sobre el fondo. Esto fue establecido:
el fondo del océano en esas partes presenta las características de un país
montañoso, con altas cimas, pendientes pronunciadas, y profundos valles. Las
cimas son rocosas, y hay cieno solamente en los huecos de los valles. Los
anzuelos de hierro, siguiendo esta superficie muy perturbada, eran
constantemente tomados en las rocas por puntos duros y bordes afilados;
volvía casi siempre roto o doblado, y las piezas quebradas recuperadas tenían
estrías de gran calibre y rastros de un uso rápido y violento. Al recuperarlos
varias veces, ellos encontraron entre los dientes de los anzuelos de hierro
pequeñas astillas de mineral, teniendo la apariencia de restos recientemente
rotos. Todos estos fragmentos pertenecían a la misma clase de rocas. La
opinión unánime de los ingenieros que estaban presentes en el dragado era
que las astillas en cuestión habían sido separadas de una roca desnuda, un
afloramiento real, afilado y angular. La región de donde provenían las astillas
era además precisamente aquella donde los sonares habían revelado las más
altas cimas submarinas y la casi completa ausencia de cieno. Los fragmentos,
así arrancados de los afloramientos rocosos del fondo del Atlántico, eran de
lava vítrea, teniendo la composición química de los basaltos y llamada tachilita
por los petrógrafos. Nosotros estamos preservando algunos de estos preciosos
fragmentos en el Museo de la Escuela de Minas en París.

El asunto fue descripto en 1899 a la Academia de Ciencias. Pocos geólogos


comprendieron entonces su gran importancia. Tal lava, enteramente vitreosa,
comparable a ciertas piedras basálticas de los volcanes en las Islas
Hawaianas, podía solidificarse en esta condición solamente bajo presión
atmosférica. Bajo varias atmósferas, y más específicamente bajo 3.000 metros
de agua, esta podría haber cristalizado. Nos aparecería como formada de
confusos cristales, en lugar de estar compuesta solamente de materia coloidal.
Los estudios más recientes sobre este tema no dejan duda, y me contentaré
con recordar la observación del Señor Lacroix sobre las lavas del Monte Pelee
de Martinica: Vidrioso, cuando ellos estaban coagulados al aire libre, estas
lavas se volvían llenadas con cristales tan pronto eran enfriadas bajo una
cubierta, aun cuando no muy gruesa, de rocas previamente solidificadas. La
superficie que hoy constituye el fondo del Atlántico, 900 kilómetros al norte de
las Azores, estuvo por lo tanto cubierto con la lava fluyendo mientras estaba
todavía sumergido. Consecuentemente, este ha sido enterrado, descendiendo
3.000 metros; y como la superficie de las rocas ha preservado su aspecto
distorsionado, sus escarpadas asperezas, los bordes afilados de la misma
reciente lava fluyendo, debe ser que las cuevas se sucedieron muy cerca
después de la emisión de las lavas, y este colapso fue súbito. De otra manera
la erosión atmosférica y la abrasión marítima habrían nivelado las
irregularidades y aplanado la superficie entera. Continuemos nuestro
razonamiento. Estamos aquí sobre la línea que une Islandia con las Azores, en
el medio de la zona volcánica Atlántica, en el medio de la zona de movilidad, de
inestabilidad, y actual vulcanismo. Parecería una inteligente conclusión, que la
región entera al norte de las Azores y tal vez la misma región de las Azores, de
las cuales ellas pueden ser solamente las ruinas visibles, fue muy
recientemente sumergida, probablemente durante la época que los geólogos
llaman actual porque es tan reciente, y que para nosotros, los seres vivientes
de hoy, es lo mismo como ayer.

Si usted recuerda ahora lo que yo dije un poco atrás de la extrema desigualdad


de las profundidades al sur y al sudoeste de las Azores, usted coincidirá
conmigo que un dragado detallado al sur y al suroeste de estas islas daría los
mismos resultados que han sido mostrados al norte, en las operaciones de
tendido del cable telegráfico de nuevo. Y ante sus ojos se incrementaría
entonces, casi inmensurablemente, la región enterrada, la región que fue
abruptamente engullida ayer, y de la cual las Azores no son más que las
evidencias, escapadas del colapso general.

Pero observe otros hechos, siempre del orden geológico. El abismo Atlántico,
casi como un todo, parece ser relativamente de una fecha reciente; y, antes
que el colapso de la región Azoriana, otros colapsos ocurrieron allí, el tamaño
de los cuales, más fácilmente medibles, hacen tambalear la imaginación.

Dese que Eduard Suess y Marcel Bertrand nos enseñaron a considerar nuestro
planeta y descifrar la lenta o rápida transformación de su faz a través de
innumerables centurias nos hemos vuelto asegurados de la existencia de un
muy antigua unión continental entre Europa del norte y Norte América y de otra
unión continental, también muy antigua, entre la masiva África y Sud América.
Hubo un continente Nor Atlántico comprendiendo Rusia, Escandinavia, Gran
Bretaña, Groenlandia y Canadá, al cual fue añadido más tarde una banda al
sur hecha de una gran parte de Europa central y occidental y una inmensa
porción de los Estados Unidos. Hubo también un Continente Sud Atlántico, o
Africano-Brasileño extendiéndose del norte al sur del borde del Atlas, hacia el
este del Golfo Pérsico y al Canal de Mozambique, del oeste al borde oriental de
los Andes y a las Sierras de Colombia y Venezuela. Entre los dos continentes
pasaba la depresión mediterránea, ese antiguo surco marítimo, que ha formado
un escarpe alrededor de la tierra desde el inicio de las eras geológicas, y que
todavía vemos tan profundamente marcado en el actual Mediterráneo, el Mar
del Caribe, y el Mar de la Sonda o de las Flores. Una cadena de montañas más
ancha que la cadena de los Alpes, y tal vez en algunas partes tan alta como el
majestuoso Himalaya, una vez se elevó sobre la orilla del terreno vallado del
continente Nor Atlántico, abarcando los Vosgos, la Meseta Central de Francia,
Bretaña, el sur de Inglaterra y de Irlanda, y también Terranova, Nueva Escocia,
y en los Estados Unidos, toda la región de los Apalaches. Las dos costas que
se enfrentan una con otra sobre las aguas Atlánticas 3.000 kilómetros aparte,
esa de Bretaña, Cornwall, y el sur de Irlanda de un lado, esa de Terranova y
Nueva Escocia por el otro, están ente las más finas orillas del estuario en el
mundo, y sus estuarios están enfrentados. De un lado como del otro, los
pliegues de la antigua cadena se cortan abruptamente, y con frecuencia
naturalmente, por la orilla; y las líneas dirigentes de la cadena Europea están
directamente alineadas con aquellas de la cadena Americana. Dentro de unos
pocos años será uno de los placeres de los oceanógrafos, al levantar el mapa
detallado de las camas oceánicas entre Irlanda y Terranova, establecer la
persistencia de un pliegue, de orientado aspecto montañoso, sobre el sitio de
esta antigua cadena montañosa sumergida. Marcel Bertrand da el nombre de
“Herciniana” a esta antigua cadena. Eduard Suess la llama la cadena de los
Altaides, pues esta viene de la lejana Asia, y para él los Apalaches son nada
menos que los Altaides Americanos.

Así la región de la Atlántida, hasta una era de ruina que comenzó no sabemos
cuándo, pero cuyo fin fue en el Terciario, estuvo ocupada por una masa
continental, unida al sur por una cadena de montañas, y que estaba toda
sumergida a lo largo antes del colapso de esas tierras volcánicas que las
Azores parecen ser los últimos vestigios. En el sitio del Océano Sur Atlántico
hubo, del mismo modo, por muchas miles de centurias un gran continente
ahora muy profundamente sumergido bajo el mar. Es probable que estos
movimientos de depresión ocurrieran en varios períodos, los contornos del
Mediterráneo, que luego separó los dos continentes, siendo frecuentemente
modificado en el curso de las edades. Desde la mitad del Cretáceo el
Mediterráneo avanzó hasta las Canarias, y su orilla sur estuvo muy cerca del
sitio hoy ocupado por estas islas. Sobre este asunto tenemos un dato preciso
recientemente hallado por el Señor Pitard, y muy exactamente establecido por
los Señores Cottreau y Lemoine. La región de las Islas de Cabo Verde, en la
misma era, todavía pertenecían al Continente Africano-Brasileño.

Mientras el Mediterráneo en esta región Atlántica estaba siendo agrandado por


el gradual colapso de sus orillas, estaba siendo subdividido tal vez, y en
cualquier caso su fondo se estaba volviendo ondulado por la formación bajo
este de nuevos pliegues y arrugas. En este amplio y profundo surco, donde los
sedimentos de los continentes del norte y del sur estaban acumulando a
enormes espesores, el movimiento estaba en efecto desarrollando lo que
durante el período Terciario dio origen en Europa a la cadena Alpina.

¿Cuán lejos esta cadena Terciaria, esta cadena Alpina, se extendió en la


región Atlántica? Y, también, ¿Cuál fue la extensión de sus fallas en esta nueva
región oceánica? ¿Algunos fragmentos de la cadena se levantaron bastante
alto para elevarse ellos mismos por algunas centurias por encima de las aguas
antes de retornar, súbitamente o lentamente, dentro de la noche sin estrellas?
¿Los pliegues de los Alpes o de las Montañas Atlas se esparcieron tan lejos
como el Mar Caribe? Y debemos admitir, entre nuestros Alpes y la Cordillera de
las Islas Occidentales, que es en sí misma solamente una sinuosa avanzada
de la gran cordillera de los Andes, un lazo tectónico, como estamos admitiendo,
como Suess nos ha mostrado, una cadena estratigráfica? Estas preguntas
todavía no tienen respuesta. El Señor Louis Gentil ha seguido, en las Montañas
Atlas occidentales, los pliegues de la cadena terciaria a la orilla del océano, y él
ha visto estos pliegues, gradualmente disminuyendo, “ahogándose ellos
mismos”, como dicen los mineros, descendiendo dentro de las olas; su
dirección, en esta costa de Agadir y en el Cabo Ghir, es tal que, si la
prolongamos en la mente, ellas nos conducirían a las Canarias. Pero para ser
capaces de afirmar que las Canarias son fragmentos altamente elevados del
Atlas sumergido uno debe haber observado los pliegues en su sedimento
Cretáceo, y no creo que esta observación haya sido hecha. La Cordillera Atlas,
como todos saben, es solamente una de las ramas de la gran cadena Terciaria;
es la prolongación en el norte de África del sistema montañoso de los
Apeninos. En cuanto a los verdaderos Alpes, que son la rama principal de la
misma cadena, ellos pueden ser seguidos sin dificultad tan lejos como la Sierra
Nevada, y aún a Gibraltar. Bajo el Estrecho de Gibraltar ellos están reunidos a
las Montañas Rif. Pero el Rif, en el cual algunos geólogos verían la
continuación del entero sistema Alpino, ciertamente corresponde a solamente
una parte de este sistema; todos de una banda norteña de los pliegues Alpinos,
emergiendo de debajo de las napas de la Sierra Nevada, se mueve hacia el
oeste en lugar de volverse hacia Gibraltar. Los veo, bajo los recientes terrenos,
cruzando Andalucía, formando una angosta banda sobre la costa de Algarve, y
finalmente, en Cabo San Vicente, abruptamente cortada y no mostrando
ninguna tendencia hacia “ahogarse”, escondiéndose ellos mismos en el mar.
Su dirección, si es prolongada, nos llevaría a Santa María, la isla más al sur de
las Azores, donde observamos sedimentos del Mioceno sin perturbaciones.

Resumiendo, hay fuertes razones para creer en la prolongación Atlántica de los


pliegos Terciarios, aquellos de las Montañas Atlas hacia las Canarias, aquellos
de los Alpes hacia las islas del sur de las Azores, pero nada permite todavía
extender muy lejos o limitar muy estrechamente esta prolongación. Los
sedimentos de Santa María prueban solamente esto, que en la época del
Mioceno – esto es, cuando los grandes movimientos Alpinos fueron terminados
en Europa- una costa Mediterránea se extendió no lejos de esta región de las
Azores, la costa de un continente o de una gran isla. Otra costa del mismo
océano del Mioceno pasó cerca de las Canarias.

En todos los sentidos la geografía ha cambiado singularmente en la región


Atlántica en el curso de los últimos períodos de la historia de la tierra; y la
extrema movilidad del fondo del océano muestra en la época actual por tal
multiplicidad de volcanes y tal extensión de campos de lava, seguramente
fechas muy antiguas. Depresiones durante el período secundario, agrandando
el Mediterráneo y provocando la ruina de la cadena Herciniana hasta
desaparecer; pliegues en la zona entera Mediterránea durante la primer mitad
de la era Terciaria, modificando las camas de este océano y provocando que
islas montañosas se levanten aquí y allí cerca de su costa norte; colapsos de
nuevo al final del Mioceno, en la zona plegada del Mediterráneo y en las dos
áreas continentales, continuando hasta la final aniquilación de los dos
continentes y la obliteración de las costas; luego, en el fondo del inmenso
dominio marítimo resultante de estos hundimientos, la aparición de un nuevo
diseño cuya dirección general es norte y sur y que oculta o, por lo menos,
oblitera parcialmente la antigua marca; el derramamiento de las lavas, en todas
partes un poco, en las islas residuales y aún en el fondo de los océanos, siendo
este derramamiento la necesaria e inevitable contraparte del muy profundo
hundimiento de tales porciones de la costra. Tal, en breve, es la historia del
Océano Atlántico por varios millones de años. Muchos incidentes de esta
historia nunca serán correlacionados exactamente, pero sabemos que algunos
de ellos son muy recientes. El Señor Louis Gentil nos ha dado, a este respecto,
algunas observaciones muy interesantes, reunidas a lo largo de las costas de
Marruecos. El Estrecho de Gibraltar fue abierto al principio del Plioceno. Ya, en
la época Tortoniana, el océano estaba lavando la orilla de Agadir, y
consecuentemente Madeira y las Canarias estaban entonces ya separadas del
Continente. Pero las camas Tortoniana y aún la Plasenciana sobre esta costa
Marroquí están falladas y plegadas. Por lo tanto en la zona de la prolongación
de las Montañas Atlas ha habido importantes movimientos posteriores al
Plasenciano, y consecuentemente al Cuaternario. El canal que separa Madeira
y las Canarias de la masa Africana fue de nuevo profundizado en la era
Cuaternaria.

Tales son los datos de la geología. La extrema movilidad de la región Atlántica.


Especialmente en conjunción con la depresión mediterránea y la gran zona
volcánica, de 3000 kilómetros de ancho, que se extiende desde el norte al sur,
en la mitad oriental del actual océano; la certeza de la ocurrencia de estas
depresiones son como de ayer, en cuanto a la era Cuaternaria, y esa
consecuentemente podría haber sido por el hombre; la certeza de que algunos
de ellos han sido súbitos, o al menos muy rápidos. Vean cuanto hay para
alentar a aquellos que todavía sostienen la narración de Platón.
Geológicamente hablando, la historia Platónica de la Atlántida es altamente
probable.

Ahora consultemos a los zoólogos. Hay un joven erudito Francés, el señor


Louis Germain. Que va a respondernos; y yo realmente lamento mucho no ser
capaz actualmente de darle la palabra, sino en vez de eso ser solamente su
muy inadecuado intérprete.

Primero que todo, el estudio de la fauna terrestre actual de las islas de los
cuatro archipiélagos, las Azores, Madeira, las Canarias y Cabo Verde, ha
convencido al señor Germain del claro origen continental de esta fauna. Él
observa aún numerosas indicaciones de una adaptación a la vida desértica. La
fauna malacológica especialmente está conectada con aquella de la región
alrededor del Mediterráneo, mientras que difiere de la fauna ecuatorial Africana.
Las mismas analogías que la fauna alrededor del Mediterráneo son observadas
en las Molucas del Cuaternario.

Segundo, las formaciones Cuaternarias de las Canarias se asemejan a


aquellas de Mauritania e incluyen las mismas especies de las Molucas; por
ejemplo, las mismas especies de Hélix.

A partir de estos dos hechos primarios el Señor Germain deduce la evidente


conclusión que los cuatro archipiélagos estuvieron conectados con el
Continente Africano hasta una época muy reciente cercana a la nuestra, al
menos hasta el mismo fin del Terciario.

Tercero, en las actuales Molucas de los cuatro archipiélagos hay algunas


especies que arecen ser los sobrevivientes de las especies fósiles del Terciario
Europeo; y una similar sobrevida existe también en las series vegetales, un
helecho, el Adianto reniforme, actualmente extinto en Europa, pero conocido en
el Plioceno de Portugal, continuando hoy en las Canarias y en las Azores.

El Señor Germain deduce de este tercer hecho el vínculo, hasta la época del
Plioceno, con la Península Ibérica, del continente que abarcó los archipiélagos
y la ruptura de este vínculo durante el Plioceno.

Cuarto, la Pulmonata Mollusca, llamada Oleacinidae, tiene una peculiar


distribución geográfica. Ellos viven solamente en América Central, las Indias
Occidentales, la Cuenca Mediterránea y en las islas Atlánticas ellas se han
vuelto mucho más pequeñas.

Esta distribución geográfica de la Oleacinidae evidentemente implica la


extensión a las Indias Occidentales al principio del Mioceno del continente que
incluía las Azores, las Canarias, y Madeira, y el establecimiento durante el
Mioceno, o hacia su final, de una separación entre las Indias Occidentales y
este continente.
Dos hechos permanecen en relación con los animales marinos, y ambos
parecen imposibles de explicación, excepto por la persistencia, hasta muy
cerca de la época actual, de una costa marítima extendiéndose desde las
Indias Occidentales hasta Senegal, y aun uniendo juntos Florida, las
Bermudas, y el fondo del Golfo de Guinea. Quince especies de Moluscos
marinos vivían al mismo tiempo, ambos en las Islas Occidentales y sobre la
costa de Senegal y en ningún otro lado, a menos que esta coexistencia pueda
ser explicada por la transportación de embriones. Por el otro lado, la fauna
Madreporaria de la isla de Santo Tomás, estudiada por el Señor Gravier,
incluye seis especies- una no vive fuera de Santo Tomás, excepto en los
Arrecifes de Florida: y cuatro otras son conocidas solamente de las Bermudas.
Como la duración de la vida pelágica de las larvas de Madreporaria es solo de
algunos días, es imposible atribuir esta sorprendente reaparición a la acción de
las corrientes marinas.

Al tomar todo esto en cuenta, el Señor Germain es llevado a admitir la


existencia de un continente Atlántico conectado con la Península Ibérica y con
Mauritania y prolongándose algo hacia el sur como para incluir algunas
regiones de clima desértico. Durante el Mioceno de nuevo este continente se
extendió tan lejos como las Indias Occidentales. Este entonces se ha partido,
primero en la dirección de las Indias Occidentales, luego en el sur, por el
establecimiento de una cuenca marina que se extiende tan lejos como Senegal
y a las profundidades del Golfo de Guinea, luego lejos al este, probablemente
durante el Plioceno, a lo largo de la costa de África. El último gran fragmento,
finalmente sumergido y no habiendo dejado ningún vestigio adicional que los
cuatro archipiélagos, sería la Atlántida de Platón.

Me refrenaré en mi incompetencia de expresar la más ligera opinión en cuanto


al valor zoológico de los hechos señalados por el Señor Germain, y en cuanto
al grado de certeza de las conclusiones que él extrajo de ellas. Pero ¿cómo
uno puede sentirse asombrado por la casi absoluta coincidencia de estas
conclusiones zoológicas con aquellas a las cuales la geología nos ha
conducido? Y, ¿quién podría ahora, enfrente de tan completo acuerdo, basado
sobre argumentos tan diferentes, dudar todavía de la preservación, hasta una
época muy cercana a la nuestra, de extensas tierras emergidas en parte del
océano que está al oeste de los Pilares de Hércules?

Eso es suficiente; y esto es lo que deberíamos recordar de nuestra breve


charla. Reconstruir aun aproximadamente el mapa de la Atlántida permanecerá
siempre una difícil proposición. Al presente no debemos pensar aún en esto.
Pero es enteramente razonable creer que, mucho tiempo después de la
apertura del Estrecho de Gibraltar, algunas de estas tierras emergidas todavía
existían, y entre ellas una isla maravillosa, separada del Continente Africano
por una cadena de otras islas más pequeñas. Una sola cosa permanece a ser
probada – que el cataclismo que causó que esta isla desapareciera fue
subsecuente a la aparición del hombre en Europa occidental. El cataclismo es
indudable. ¿Vivieron entonces hombres que pudieron atestiguar la reacción y
transmitir la memoria de esto? Esta es la pregunta completa. Yo no creo que
sea completamente insalvable, aunque me parece que ni la geología ni la
zoología lo resolverán. Estas dos ciencias parecen haber dicho todo lo que
tenían que decir; y es de la antropología, de la etnografía, y finalmente, de la
oceanografía que yo estoy ahora esperando la respuesta final.

Mientras tanto no solo la ciencia más moderna, no hará un crimen para todos
los amantes de leyendas hermosas creer en la historia de Platón de la
Atlántida, pero la ciencia misma a través de mi voz llamará la atención de esto.
La ciencia misma, tomándolas de la mano y conduciéndolas a lo largo de los
restos esparcidos de la costa oceánica, esparcidos ante sus ojos, con cientos
de barcos hundidos, los continentes sumergidos o reducidos a remanentes, y
las islas sin número engullidas en las profundidades abismales.

Por mi propia parte no puedo ayudar en pensar de los abruptos movimientos de


la costra terrestre y, entre otros, de aquél terrorífico fenómeno de la casi súbita
desaparición de algún pedazo de un continente, algún elemento de una cadena
de montañas, alguna gran isla, en una fosa de muchos cientos de metros de
profundidad. Que tal fenómeno puede ser producido, y aun repetido muchas
veces, en el curso de los últimos períodos geológicos, y que esto puede
alcanzar con frecuencia un tamaño gigantesco, esto ningún geólogo tiene
derecho a cuestionar. Estamos sorprendidos algunas veces que similares
cataclismos no han dejado rastros sobre nuestras costas, sin reflexionar que es
la misma brusquedad de su llegada y su partida que los hace escasamente
concebibles. Ni uno de ellos, en efecto, ha ocurrido nunca sin iniciar un
descenso del nivel medio del mar, pero la reacción nunca es demorada del
todo, y la rápida elevación de otra división del fondo oceánico, o la lente
emanación por ningún medio inimaginable de los flujos submarinos de lavas,
han restablecido pronto el equilibrio; tan exacto es el balance en el cual
estamos pesados- de un lado las profundidades, del otro lado las montañas.

Y cuando en pensamiento así reviso estas espantosas páginas de la historia de


la tierra, usualmente en presencia del sonriente mar, indiferente, ante el mar
“más bello que las catedrales”, y sueño con la última noche, esa “gran noche”
de la humanidad que tendrá semejanza. Los hombres jóvenes han partido
todos para la guerra, más allá de las islas del Levante y los distantes Pilares de
Hércules; aquellos que permanecen, son hombres de edad madura, mujeres,
niños, ancianos, y sacerdotes, ansiosamente preguntando al horizonte marino,
esperando allí ver los primeros navíos apareciendo, heraldos del retorno de los
guerreros. Pero esta noche el horizonte es oscuro y vacío. ¡Cuán sombrío
crece el océano; cuan amenazante es el cielo tan nublado! La tierra por
algunos días ha temblado y se ha agitado. El sol parece destrozado, aquí y allí
exhalando ígneos vapores. Se han reportado aún que algunos de los cráteres
montañosos se han abierto, de donde el humo y las llamas escupen y las
piedras y las cenizas son arrojadas al aire. Ahora por todas partes un polvo gris
caliente está cayendo. La noche ha caído rápido, una oscuridad temible; nada
puede ser visto sin la luz de las antorchas. Súbitamente atrapada de un terror
ciego, la multitud se apresura a entrar en los templos; pero ¡oh! Aún los
templos crujen, mientras el agua avanza e invade la costa, su cruel clamor
elevándose fuerte sobre todo otro ruido. Lo que toma lugar podría ser en
verdad la cólera Divina. Luego reina la quietud; no más hay allí montañas o
costas; no más ninguna cosa excepto el océano incansable, adormecido bajo el
cielo tropical, con sus estrellas innumerables; y en la respiración del viento que
pasa escucho la voz del inmortal poeta cantando:

“Oh, olas, ¡cuántas tristes historias conocen ustedes!


¡Amplias olas profundas, que las madres arrodilladas temen!
Esas historias las mareas vuelven a contar con cuidado;
Y así se levantan esas voces de desesperación
Las cuales tú esta noche de nuevo traes contigo aquí!
LA INICIACIÓN-SU VALOR PRÁCTICO
Por Benevolentia, Grado Séptimo

(Artículo publicado en la revista “The American Rosae Crucis” Vol. 02, Nro. 05,
Agosto de 1917-Traducido del inglés al español por Alejandro Daniel Silvani
Costa, F.R.C.)

1-Los Antiguos Misterios


“El Poder pertenece a aquel que sabe”, es un viejo axioma. Pero el
conocimiento, el primer paso hacia lo que es la correcta comprensión de la
Verdad, de discernir lo real de lo falso, es para aquellos solamente que
habiéndose liberado ellos mismos de cualquier prejuicio y conquistado su
presunción humana y egoísmo, están listos para aceptar la Verdad, una vez
que esta es demostrada a ellos. De estos hay muy pocos.
Que los hombres sepan por certeza que difícilmente haya una afirmación en las
Ciencias Ocultas que no esté fundada sobre hechos Científicos en la
Naturaleza, y él proseguirá el estudio de esas ciencias con el mismo, sino con
un más grande, ardor que el que ha gastado en rehuirles. Esto no puede, sin
embargo, ser alcanzado de inmediato, pues para beneficio de la humanidad
tales verdades deben ser reveladas gradualmente y con gran cuidado, pues la
mente pública no está preparada para ellas.
El primer y fundamental principio de la Fuerza y el Poder Moral es la asociación
y solidaridad de pensamiento y propósito. Fue la comprensión de estos
principios que condujo a los antiguos a formar Escuelas Secretas, Templos de
Aprendizaje, y de Misterios, inaccesibles a todos excepto mediante debidas
pruebas y probaciones. La palabra “Misterios” es derivada del Griego “Muo”,
que significa cerrar la boca. En Egipto y en Oriente, toda religión, aún en sus
más poéticas formas, eran más o menos un misterio; y la principal razón por la
cual, en Grecia, un nombre y oficio distinto fue asignado a los Misterios. Fue
debido a que la superficial teología popular dejaba un anhelo insatisfecho, que
la religión en un sentido más amplio solo podía satisfacer. Aristóteles dice que
ellos fueron lo más valioso de todas las instituciones religiosas, y así fueron
llamados Misterios por excelencia; y el Templo de Eleusis fue considerado
como, de alguna manera, el Santuario Común de la tierra entera, donde la
religión había traído junto todo lo que era imponente y más augusto.
El Iniciado tiene que divorciarse de cada elemento de superstición exotérica y
clericalismo y volverse educado de cada peligro de ser esclavo ya sea por un
hombre o por una idea. Exteriormente fue una escuela o colegio, donde se
enseñaban ciencias, artes, ética, legislación, filantropía, el culto de la verdadera
y real naturaleza de los fenómenos Cósmicos; secretamente, pruebas prácticas
de lo último eran dadas.
Zoroastro y Confucio extrajeron sus doctrinas de los Misterios; Clemente de
Alejandría, hablando de los Misterios, dice: “Aquí termina toda Instrucción. La
Naturaleza y todas las cosas son vistas y conocidas”. Si solamente las
verdades morales hubiesen sido enseñadas al Iniciado, los Misterios nunca
podrían haber merecido o recibido el magnífico elogio de los más iluminados
hombres de la antigüedad- de Píndaro, Plutarco, Isócrates, Diodoro, Marco
Aurelio y otros; filósofos hostiles al espíritu sacerdotal o historiadores
dedicados a la investigación de la VERDAD. No; todas las ciencias eran
enseñadas allí y aquellas tradiciones orales o escritas brevemente
comunicadas que alcanzaban hasta la primer edad del mundo. Y muchos
antiguos escritores han testificado el hecho que ya sea a través de la Iniciación
en un Templo o el estudio privado de la Teúrgia, cada estudiante obtenía la
prueba de la inmortalidad y sobrevivencia de su Alma.
Aquellos que podrían aprender la Verdad en todas las cosas,- aquellos que
podrían mirar a la gran Isis en su rostro sin velos y sostener la terrible Majestad
de la Diosa- se volvían Iniciados. Los nobles preceptos enseñados por los
Iniciados de las primeras razas pasaron a la India, Egipto, Grecia, China y
Caldea, y así se esparció por sobre todo el mundo. Su código de ética, basado
en el altruismo, se ha vuelto universal.
El antiguo canon de proporción es parte del conocimiento secreto de los Sabios
de la antigüedad- un conocimiento hace largo tiempo monumentado en la Gran
Pirámide y en los templos de Egipto, Asiria e India. La habilidad moderna
apenas puede imitar hasta que obtenga acceso a esa sabiduría ocultada en el
glifo y en el símbolo, la clave de la cual descansa en ese milagro de milagros-
el hombre.
El tema que he tratado de desarrollar puede ser sintetizado en la afirmación
que el verdadero Místico o Iniciado, en la antigüedad así como en la época
moderna, es alguien que constantemente se esfuerza en llegar a conclusiones
independientes mediante el pensamiento racional, poniendo cada verdad en
uso, y esforzándose en vivir la vida de acuerdo con lo que su propia razón y su
propia consciencia señalan como incorporando su propio estándar moral de
derecho. Las verdades son las fuentes de las que fluyen los deberes; y no es
sino hasta hace unos pocos cientos de años que una nueva Verdad comenzó a
ser distintamente vista- que el hombre es supremo sobre las instituciones, y no
ellas sobre él. Ellas son para él de acuerdo a su desarrollo, no él para ellas. La
analogía y la correspondencia son guías que van con el sincero buscador por la
Verdad, para conducirlo fuera del laberinto de la aparente duda hacia un claro
plano, donde la razón fortificada por la experiencia es consciente del
conocimiento real. La naturaleza nos muestra en todas partes orden y sistema,
así que debemos tener cuidado de los así llamados descubrimientos de los
más grandes secretos del mundo, y mirar por unos pocos principios que ellos
puedan ser discernidos; perseguir el conocimiento desde todos los puntos de
vista, procediendo de los hechos para discernir la ley y de la ley para explicar
los hechos; sosteniendo deducciones como tentativa y arrojando la luz de la
experiencia sobre ellos, de modo que este método de estudio y observación
puede ser del más grande valor. Puede ser que como seres finitos no
lleguemos a la Verdad final, pero nuestras experiencias al menos nos
asegurarán de estar en el camino que conduce a la aprensión de la Verdad.
LA FUERZA SÍQUICA Y SU MANIFESTACIÓN
Por Edward W. Cox, S.L., F.R.G.S.
Para Miembros del Cuarto Grado
(Continuación del último mes)

(Artículo publicado en la revista “The American Rosae Crucis” Vol. 02, Nro. 05,
Agosto de 1917-Traducido del inglés al español por Alejandro Daniel Silvani
Costa, F.R.C.)
XVII. Cualquier cosa que fuertemente desvíe la mente del Síquico o los
pensamientos de las personas presentes siempre disminuye la Fuerza.
XVIII. La presencia de un escéptico no es obstáculo a la exhibición de la
Fuerza. Es de otro modo con el antagonismo positivo. Perturbando la mente del
Síquico, y tal vez de otros, probablemente destruye esa armoniosa acción del
cerebro que parece ser esencial a la operación de la Fuerza Síquica.
Nota: todas las condiciones mencionadas arriba con completamente
inconsistentes con la teoría espiritista, y enteramente consistente con la
teoría física, del origen de esta Fuerza.
XIX. Hasta donde he encontrado en mis propios experimentos, y por la
experiencia informada por otros, parece que la inteligencia de las
comunicaciones es medida por la inteligencia del Síquico. Nada es provisto por
ellas que no esté en la mente del Síquico o de alguna persona presente.
XX. No hay nada en el carácter o sustancia de las comunicaciones indicando
una inteligencia superior que la nuestra propia, o un más grande conocimiento.
Ellas son con frecuencia inútiles y sin propósito; ellas son raramente un
absoluto sinsentido; pero como raramente hacen ellas exhiben algo más allá de
la inteligencia ordinaria. Ellas consisten principalmente de consejos morales;
tanto los pensamientos y el lenguaje reflejan precisamente los pensamientos y
lenguaje del Síquico.
XXI. No es infrecuente que las comunicaciones sean falsas al señalar hechos.
Ellas son con frecuencia tentativas, como si la inteligencia directora tuviera una
percepción imperfecta del objeto o del sujeto, o como si estuviera más bien
adivinando más que conociendo la respuesta a ser dada.
XXII. Las descripciones de la vida futura son precisamente tales como el
Síquico las formaría. Por un niño Síquico ellas son descriptas según la noción
de un niño del cielo; y cuando el Síquico es un hombre o una mujer, ellas son
descriptas de conformidad con las concepciones particulares de un cielo
concebido por ese Síquico.
Nota: estas diferencias en cuanto al proceso de la muerte y las
condiciones de una vida futura prueban que las descripciones no
proceden de ninguna inteligencia actualmente relacionada con ellos, y
por lo tanto no de los espíritus de los muertos.
XXIII. Los movimientos de los cuerpos sólidos, como se describieron
previamente, cuando son hechos sin contacto, son, si no siempre, casi siempre
HACIA el Síquico; y, como si por alguna fuerza atractiva en él, las sillas y otros
muebles que parecen moverse espontáneamente de sus lugares, a cualquier
distancia del Síquico, invariablemente avanzan hacia él en línea recta, si algún
obstáculo no es interpuesto. Cuando una silla, por ejemplo, viene al lado de la
mesa que está opuesta a él, es porque la mesa permanece en el camino de
una línea recta desde el sitio donde partió hacia el Síquico.
Nota: yo estoy informado que esta atracción HACIA el Síquico no es
siempre vista, pero que algunas veces, aunque raramente, cuerpos
sólidos parecen ser repelidos, y moverse DESDE él. Yo estoy narrando
solamente mis propios experimentos, y yo nunca he atestiguado un
ejemplo de movimiento repulsivo. Cada movimiento espontaneo de
muebles, dentro de mi propia observación, ha sido HACIA el Síquico.
¿Qué puede levantar una presunción más fuerte que esta, que la fuerza
atractiva está en el Síquico? Verdaderamente, los Espiritistas se
encuentran ellos mismos compelidos a admitir la existencia de una
Fuerza Síquica (llamándola magnética), pero ellos dan cuenta de los
hechos establecidos arriba por la ingeniosa pero conjetural explicación
que los espíritus desencarnados, por quienes los movimientos, sonidos,
y comunicaciones se cree que son hechas por ellos, reúnen y emplean
el magnetismo del Síquico como el material por el cual ellos están
capacitados para manifestarse a los sentidos mortales, y que de allí
surge la remarcable similaridad que los actos hacen, y las
comunicaciones hacen, invariablemente semejantes al carácter mental e
inteligencia del Síquico.
Siendo tales algunas de las principales condiciones que yo he notado
asistiendo a las manifestaciones de la Fuerza Síquica, ¿Cuáles son las
conclusiones a las cuales ellas señalan?
Primero, que la Fuerza Síquica misma procede de, o en alguna manera
desconocida está asociada con, la organización humana.
Segundo, que está controlada y dirigida por la inteligencia del Síquico.
La manera en la cual esto es efectuado no se ha descubierto, porque esto aún
no ha sido examinado científicamente.
Que es el resultado de una acción INCONSCIENTE del cerebro, el ganglio, o
los nervios, probablemente será considerado por aquellos que han notado
estrechamente el fenómeno para ser suficientemente establecido. La atención
del Síquico no requiere estar fijada sobre lo que está sucediendo. Respuestas
son dadas a las preguntas mientras el Síquico está conversando con otros
sujetos, y aun cuando las preguntas son puestas tan débilmente que él no
podría oírlas él las ha estado escuchando en vez de conversando.
Y no solamente son todas estas condiciones comprobadas consistentes con la
conclusión CIENTÍFICA, que la Fuerza procede de, y es dirigida por la
inteligencia de, el Síquico, sino que ellas son inconsistentes con la teoría
Espiritista, que ellas son la obra de espíritus desencarnados de los muertos.
Todo es precisamente como podría ser anticipado como el Síquico actuaría y
hablaría en tal caso; nada es hecho o comunicado en ninguna manera tal como
podría razonablemente ser supuesto que un espíritu desencarnado haría o
diría.
En tales circunstancias, el curso prescripto tanto por la Ciencia como el sentido
común es aceptar la solución más cercana y racional en preferencia a la
distante y sobrenatural. Hay una Fuerza visiblemente, audiblemente y
palpablemente trabajando, y es indudablemente dirigida por una inteligencia.
¿De dónde viene esta? Ya sea de una o más o de todas las personas
presentes, o de algún ser invisible. Si todas las condiciones presentes en las
operaciones de la Fuerza son consistentes con lo primero e inconsistente con
la última hipótesis, la ciencia, la razón y el sentido común nos dirige a preferir la
primera- aceptar la teoría del Siquismo en preferencia a la teoría del
Espiritismo.
CARACTERÍSTICAS DE LA FUERZA
El término FUERZA SÍQUICA ha sido empleado para describir el poder o
influencia que ya sea procede de o está íntimamente asociado con la
organización humana, no como siendo un nombre perfecta para esta, sino a
falta de uno mejor.
La llamamos UNA FUERZA porque muchos de los fenómenos presentan el
resultado de una fuerza. Pero esto no debe ser tomado como una afirmación
por parte de aquellos que, como yo mismo, afirmamos la teoría de su origen
humano, y luchamos para que esta caiga dentro del apropiado dominio de la
ciencia, ya que esta asemeja los otros poderes en la naturaleza a los cuales la
ciencia ha dado el nombre de “fuerzas”. La noción de las fuerzas de calor, luz,
magnetismo, electricidad, galvanismo (sean ellas la misma o muchas), es
aquella de partículas en movimiento, haciéndose ellas mismas perceptibles a
nuestros sentidos cuando ellas golpean alguna materia que se les opone,
aunque esto es muy difícil de comprender, viendo que el magnetismo, como la
Fuerza Síquica, operan, aunque un cuerpo sólido sea interpuesto entre el
magneto y el objeto que este atrae. Pero no se desprende que en esta
particular Fuerza Síquica debería semejarse a aquellas otras fuerzas. La
llamamos una fuerza por conveniencia, y por falta de un término mejor; pero es
dudoso si, estrictamente hablando, sea una FUERZA- si esto no sea más en la
naturaleza de una INFLUENCIA que del movimiento de partículas proyectadas
e incidiendo sobre otros cuerpos y por el impacto causando movimientos y
sonidos sobre los cuerpos golpeados. El asunto es extremadamente oscuro,
muy poco esfuerzo se ha hecho para examinarlo pacientemente, con
experimentos y pruebas guiadas con sagacidad, como la Ciencia ha
investigado otros fenómenos, y con un sincero deseo de aprender la misma
verdad, a pesar de lo perturbadora que pueda ser aceptar los principios y
opiniones de esa verdad.
Con esta protesta contra un posible mal entendimiento de nuestro sentido
cuando hablamos de la Fuerza Síquica, pido una breve consideración de sus
características más destacadas.
I-La fuerza, o influencia, viene en ondas que están en rápido movimiento,
elevándose y disminuyendo continuamente. Las ondas son generalmente
sincrónicas, pero de magnitud desigual. Ellas son más o menos temblorosas al
sentido perceptivo. Las cosas movidas por esta, cualquiera que puedan ser,
con raras excepciones TIEMBLAN, en este particular difiriendo en una manera
muy marcada de la fuerza muscular, que es ejercitada ya sea por un impacto
súbito en la forma de un empujón o un golpe o por una presión firme. Esta
diferencia en el carácter de la Fuerza Síquica de inmediato la distingue de la
fuerza muscular, y es por sí misma una prueba satisfactoria que el fenómeno
no es el resultado de la acción muscular, ya sea voluntaria o inconsciente.
II-En otro aspecto la Fuerza Síquica opera sobre los cuerpos sujetados a esta
en una manera completamente diferente a la fuerza muscular. No es ni un
golpe, ni empujón, ni presión. Si el sujeto del experimento es una mesa, por
ejemplo, los sonidos no son de la superficie, como si algo golpeara la madera,
sino que ellos eran producidos en el centro fibroso de la tabla. La vibración es
más palpable al toque que cuando un golpe de similar potencia es dado sobre
una mesa. El sonido difiere mucho de aquel producido por los dedos o por
cualquier instrumento de madera o de metal, hasta el punto que una muy breve
experiencia es suficiente para permitir que el oído instantáneamente descubra
la diferencia entre sonidos artificiales y el verdadero sonido de la Fuerza
Síquica.
Así es con movimientos de cuerpos sólidos causados por la Fuerza Síquica.
Ellos tienen un carácter especial. En adición al curioso temblor o
estremecimiento que asiste a estos movimientos, ellos parecen ser causados
por un poder ejercido en una manera ampliamente diferente de aquella de la
acción muscular. Un brazo, por ejemplo, aplica su fuerza a una parte del sujeto
solamente, y por ninguna estratagema puede extender esa fuerza igualmente
sobre el cuerpo entero. Refirámonos de nuevo al familiar ejemplo de una mesa.
La fuerza muscular, como de un brazo, podría levantar o deprimir la mesa
sobre el lado en el cual esta es usada- aplicándose arriba, esta sería
deprimida; aplicándose abajo, esta sería levantada- pero solo en este punto de
contacto; y el pie aplicado a la pata de la mesa podría levantarla de un lado,
pero no podría posiblemente deprimirla. La mesa no podría ser levantada
enteramente del piso por nadie sean una o más personas aplicando presión
muscular sobre un lado solamente, debido a la inhabilidad para difundir la
fuerza muscular por igual a través del entero cuerpo a ser movido. Una mesa
podría ser levantada del piso, preservando su posición horizontal, solo
mediante la aplicación de una fuerza muscular igual de dos personas, al
menos, estando en lados opuestos. Esta es otra prueba que la Fuerza Síquica
no es fuerza muscular, pues raramente un experimento puede ser tratado con
un Síquico sin movimientos de la mesa siendo producidos del lado de la mesa
OPUESTO a aquel en el cual él está sentado, y en una posición que nace que
la aplicación de fuerza muscular por él a esa parte de la mesa una pura
imposibilidad.
III-La Fuerza Síquica parece difundirse sobre la totalidad del cuerpo al cual es
aplicada, y ejercerse en cualquier parte de ese cuerpo con igual poder y
facilidad. Los lados de la mesa opuestos al Síquico, alejados del alcance del
contacto muscular por él, son elevados o deprimidos, y los sonidos proceden
de esas partes tan frecuentemente y tan vigorosamente como en el lado de la
mesa en la cual él está sentado, o dentro del alcance de sus poderes
musculares.
IV-La Fuerza Síquica, a diferencia de la fuerza muscular, no parece operar por
presión; es más de la naturaleza de difusión e inflación; es aparentemente una
Fuerza el material de la cual es completamente desconocido para nosotros.
Los cuerpos movidos por esta no son movidos por un idiota, o por una continua
presión hacia arriba o hacia abajo aplicada a una porción del sujeto solamente;
la Fuerza Síquica parece difundirse ella misma a través de la sustancia total de
la cosa movida. Así, si es una mesa, si es levantada, no como por una fuerza
aplicada debajo de esta, sino como si por la levitación del material del cual está
compuesta. Cuando se levanta del piso sube como un globo. Si la mano es
presionada sobre esta en su ascenso, en lugar de deprimirla sobre ese lado y
sentir una contra presión de resistencia en alguna parte especial de esta, la
sensación al toque es esa de un cuerpo flotando elevándose a causa de ser
más liviano que el aire: una sensación que será de inmediato reconocida por
aquellos que siempre se divierten con globos. Se cierne en el aire como un
FLOTADOR, no como un cuerpo LEVANTADO, y desciende generalmente con
más o menos un movimiento de péndulo, como en un globo descendiendo, o
un paracaídas. Nunca CAE como una masa sólida.
V-Por estas características de la acción de la Fuerza Síquica, yo estoy
inclinado a la conjetura (porque aún es un poco más), que esta es una fuerza
antagonista a la de la gravitación, o en alguna manera desconocida exceptuada
de la influencia de la gravitación, o al menos que esta opera para contrarrestar
la fuerza de gravitación sobre los cuerpos en los cuales está difundida.
VI-Esta conjetura en cuanto a la naturaleza de la Fuerza Síquica parece derivar
alguna confirmación del proceso requerido para su exhibición. La fuerza
muscular no necesita preparación para su ejercicio. Un brazo o un pie pueden
ser levantados y aplicarán la misma cantidad de fuerza en un instante como en
una hora. Esto no puede ser acumulado en ningún cuerpo. La continuada
presión de las manos sobre una mesa no incrementa la cantidad de fuerza
muscular aplicada a la mesa. Aquello que entra en el punto de contacto es
absorbido por la fuerza de gravitación tan rápido como esta es desarrollada, y
al final de una hora y media la mesa no puede ser movida más fácilmente que
al final de un minuto.
Pero la Fuerza Síquica es evidentemente capaz de acumulación. Crece por
lentos grados. Un lapso de tiempo, variando de acuerdo a muchas condiciones
no aún examinadas, es requisito antes de que una suficiencia de esta sea
infundida dentro del sujeto para producir algún efecto perceptible. Primero
vienen delicados sonidos, audibles solamente mediante la ayuda de un
estetoscopio; luego crece y se hace más fuerte, y puede ser escuchada por el
oído y sentida por la mano; y luego vienen los movimientos que ninguna
persona que los haya atestiguado una vez puede imaginar o equivocarse. Pero
todo esto es manifiestamente la evidencia de una acumulación de fuerza, como
la electricidad es acumulada en una batería, o el magnetismo en una bobina; y
la persona sentada con las manos sobre la mesa es el proceso de cargarla (si
yo puedo usar el término) con la Fuerza Síquica, que todos los seres humanos
poseen en un mayor o menor grado, pero que el Síquico posee en un grado
anormal, combinado con el poder de dirigirla, cuando es así acumulada. En
alguna manera hasta ahora desconocida, pero que debería ser la ocupación de
a Ciencia el descubrir.
CONCLUSION
De los experimentos mencionados no es irrazonable que quienes los
atestiguaron hubiesen concluido:
I-Que hay una Fuerza diferente de aquellas de las Fuerzas de la Naturaleza
hasta ahora reconocidas. Pero si esta es una Fuerza que se dice que cambia
meramente su forma según la sustancia en la cual es exhibida, o es una
Fuerza enteramente distinta de las Fuerzas Físicas conocidas, y sujeta a otras
leyes asociadas con la vitalidad, no hay todavía una evidencia suficiente para
determinarlo.
II-Que esta Fuerza produce sonidos y movimientos positivos en cuerpos sólidos
traídos dentro del radio de su influencia.
III-Que esta Fuerza es hallada operando sin definir pero no indefinida, distancia
del cuerpo humano.
IV-Que es desarrollada (en cuanto a ser perceptible a los sentidos por sus
efectos) en ciertas personas solamente, a quienes el nombre de Síquicos les
ha sido dado.
V-Esos Síquicos no se distinguen de otras personas por ninguna peculiaridad
perceptible de organización mental o corporal. Ellos son de cualquier sexo, de
todas las edades, de todos los grados de inteligencia, de variados poderes
físicos, de todos los grados de salud corporal, de todos los países y razas.
VI-Que hay alguna, pero no suficiente evidencia, que el poder de un Síquico es
una facultad especial (tal como es la de un genio para la música, la poesía,
etc.) y que es con frecuencia heredada.
VII-Que es probable (pero aún no está probado), que esta Fuerza procede de,
o está íntimamente asociada con, la organización nerviosa, y es poseída por
todos los seres humanos en un mayor o menor grado, pero que en sus
condiciones ordinarias no produce efectos externos perceptibles por los
sentidos; que cuando es poseída a un grado extraordinario, esta Fuerza es
proyectada más allá del cuerpo, y causa movimientos y sonidos en los objetos
penetrados por esta, o sobre el cual esta incide.
VIII-Que hay alguna, pero no todavía suficiente evidencia, que la Fuerza
Síquica, y lo que los fisiologistas han llamado “fuerza vital”, y el Dr. Richardson
el “éter nervioso”, son idénticas.
IX-Que en alguna manera, todavía no investigada y por lo tanto no
comprobada, una concurrencia de Fuerzas Síquicas de varias personas
promueve la actividad de la Fuerza exhibida por el Síquico.
X-Que todavía no está determinado si es la posesión de Fuerza Síquica en un
raro grado que se hace perceptible por su operación sobre cuerpos sólidos, o si
un Síquico es solamente una persona que no tiene en él mismo una gran
cantidad de Fuerza que otros, pero que posee el poder de atraer las Fuerzas
Síquicas combinadas de las personas que están dentro de un cierto radio
indefinido de él mismo.
XI-Que la Fuerza Síquica está controlada y dirigida por la inteligencia del
Síquico. Que esta inteligencia frecuentemente actúa sin la consciencia del
Síquico. Pero si tal acción es aquella del cerebro, o de una individualidad
distinta del cerebro e incorporal, todavía no existe suficiente evidencia.
XII-Que la condición del Síquico durante tal dirección inconsciente de la Fuerza
es generalmente similar a, si no idéntica con, aquella del sonambulismo, cuyos
actos inteligentes son el resultado de la acción inconsciente del cerebro, que no
solamente sueña, sino que causa que el paciente actúe el sueño.
Estos son los resultados, concisamente establecidos, obtenidos en la época
presente, de una investigación científica de la Fuerza Síquica. Será visto que
ellos son, en cuanto a lo reciente de la obtención de PRUEBAS de la existencia
de la Fuerza que estas podrían haber sido conjeturas, y todavía muy
imperfectas. Unos pocos hechos han sido comprobados, pero muchos más
están todavía en un estado dudoso, esperando posterior examinación. Las
condiciones bajo las cuales la Fuerza Síquica existe y es desarrollada y dirigida
han sido insuficientemente examinadas, y hay numerosos puntos en el amplio
campo así abierto a los investigadores a los cuales su atención puede ser
ventajosamente dirigida. Yo aventuro afirmar unos pocos de estos, en la
esperanza que ellos puedan estimular a algunos lectores a un curso de
experimento y prueba, con una vista para obtener soluciones satisfactorias.
I-¿Cuáles son las distancias precisamente medidas a la cual se halla que la
Fuerza Síquica se extiende?
II-¿Disminuye la Fuerza de conformidad a la distancia del Síquico, y si es así,
en qué proporción?
III-¿Qué relación de calor, humedad, electricidad, y magnetismo terrestre
separadamente tienen relación con la cantidad de Fuerza exhibida?
IV-¿En qué medida la Fuerza es afectada por la cantidad de personas
formando la cadena?
V-¿Existen y cuanto se incrementa en la Fuerza por la formación de una
cadena de organizaciones nerviosas, y en qué grado por la extensión de la
cadena? ¿Es el mismo efecto si las mismas personas están meramente
agrupadas juntas cerca del Síquico sin formar un círculo o en cualquier manera
uniendo la Fuerza Síquica poseída por cada persona, excepto por el eslabón
común del piso sobre el cual ellos están?
VI-¿Es la concentración o la dirección de la Fuerza afectada en alguna medida
por el material del cual está formada la mesa u otro cuerpo usado como
conductor o colector de la Fuerza? ¿Es el metal más o menos favorable a la
exhibición de la Fuerza que la madera; y es un tipo de madera más favorable
que otro tipo?
VII-¿Se acumula en efecto alguna ventaja del contacto real de las personas
presentes: y no es la mesa u otro conductor empleado igualmente para servir
de conducción o reunión de la Fuerza?
VIII-¿Mediante qué proceso es que la acción inconsciente del cerebro, afirmada
por el Dr. Carpenter, dirige la Fuerza Síquica con propósitos inteligentes?
Estaré obligado si algún lector prosiguiendo esta interesante y muy importante
investigación en la naturaleza y operaciones de la Fuerza Síquica se comunica
conmigo para darme los resultados de sus experimentos; pues es solamente
por una gran acumulación de hechos, y una multitud de observaciones, hechas
baja una variedad de condiciones, que esta rama de la ciencia de la Sicología
puede ser adelantada. Una nota cuidadosa debería ser tomada en todas las
pruebas, y cualquier cosa que fuese capaz de una real medida debería ser
determinada por regla o escala.
Dejemos que sea reconocido de una vez que este es un tema para la Ciencia,
y no una mera estructura de la imaginación ni una superstición erigida sobre
una base de hechos, y que debería haber un final para la extraña aversión
ahora sentida para el examen del fenómeno que, si es establecido. Debería
arrojar un rayo de luz sobre muchas de las oscuridades de la Fisiología y
misterios de la medicina.
Traídos dentro del dominio de la Ciencia, los hechos reconocidos, examinados,
y trazados a sus fuentes, hasta donde sea verdad será añadido al almacén del
conocimiento; hasta donde sea falso, o cuya fantasía pueda haberse erigido
sobre los hechos, será disipado. Es así, y solamente así, que la Ciencia puede
efectivamente desvanecer la Superstición.

CÓMO INVESTIGAR
Para aquellos que pueden estar deseosos de ayudar en la investigación ahora
en progreso, unas pocas sugerencias de los mejores medios de hacerlo serán
indudablemente bien venidas.
Hay una errónea impresión que nadie excepto los Síquicos profesionales tienen
que ser encontrados. En verdad, los Síquicos son frecuentes en la vida privada,
y especialmente entre los niños. Hay pocos círculos familiares en los cuales
ellos no puedan ser descubiertos mediante paciente experimento. Como no hay
nada en la mente, persona o manera para indicar una organización teniendo tal
exceso de Fuerza Síquica como para producir el fenómeno del siquismo, su
existencia puede ser solamente descubierta por pruebas repetidamente hechas
con el mismo círculo. El proceso es muy simple. No menos de cinco ni más de
nueve deberían ser parte del grupo, que deberían reunirse dos o tres veces a la
semana (mientras más frecuentemente mejor). En vez de descansar frente al
fuego, ellos deberían sentarse en una mesa, colocar sus manos sobre ella, y
en esa posición continuar su charla, mezclada con música y canciones. Esta es
una fácil forma de disfrutar una reunión social sentados así como en cualquier
otra agrupación. Si no hay ni un sonido ni movimiento en la mesa en una hora,
rompan el círculo, tomen te, charlen y en media hora vuelvan a formarlo- esto
es, si nadie está cansado, pues en tal caso la prueba terminaría de inmediato.
No debería haber desilusión si nada sucede, pero esto debería ser tratado una
y otra vez, SIEMPRE PRESERVANDO EL MISMO CÍRCULO. Si uno del grupo
es un Síquico, signos de esto probablemente aparecerán hacia la sexta
reunión, y luego podrá ser rápidamente comprobado quien es el Síquico
haciendo que de a uno se vayan saliendo del círculo, y así descubriendo la
persona cuya presencia es necesaria para la acción de la Fuerza. Tan pronto
como sonidos y movimientos se han presentado, una nota cuidadosa debería
ser tomada del fenómeno ocurriendo en cada futura reunión, y los
experimentos y pruebas diseñados y tratados para el propósito de comprobar
las condiciones bajo las cuales el fenómeno aparece, y así ayudar la consulta
en su causa que está siendo ahora tan extensivamente y activamente
perseguida en todas partes del país.
Ha sido calculado que alrededor de una persona cada treinta es Síquico en
Inglaterra, y cerca de una persona en veinte en Escocia y América, la facultad
siendo obviamente más poderosamente desarrollada en ciertas razas de
hombres que en otras. Como he dicho arriba, es muy frecuente con niños, y
con frecuencia desaparece de ellos enteramente a la pubertad. Niños en
brazos son algunas veces Síquicos, y se ha dicho que hay un instante y un
marcado incremento de la Fuerza cuando ellos entran dentro del círculo o aún
son llevados al salón. En un caso dentro de mi propia observación, la entrada
de una sirviente con un mensaje fue instantáneamente seguida por un acceso
manifiesto de la Fuerza, se mostró cuando la puerta se abrió, continuando
mientras ella estaba en el cuarto, y declinando cuando ella salió. Donde un niño
es Síquico, sería deseable comprobar la naturaleza de la inteligencia que
entonces dirige la Fuerza- si es aquella de un niño- y en el caso de un niño
Síquico si alguna inteligencia cualquiera que sea es exhibida por la Fuerza- y
yo estaré grandemente obligado por información de experiencias reales sobre
estos puntos, cuya importancia será obvia de un vistazo.
Una mesa no es necesaria para la operación de la Fuerza. Cualquier cuerpo
sólido que conecte a las personas formando la cadena es igualmente eficiente.
Pero una mesa se halla siendo el más conveniente sujeto para experimentar, y
permite al grupo estar confortablemente sentados y conversar con facilidad.

CONVENCION ROSAE CRUCIS


En nuestro próximo número, el Número de Septiembre, informes completos
serán dados de la Primer Convención Anual de la Orden Rosae Crucis,
recientemente realizado en Pittsburgh, Valle de Pensilvania, del 30 de Julio al 4
de Agosto de 1917. Este es el primer Conclave anual de Rosaecrucianos sobre
este hemisferio durante tiempos Modernos. Registros prehistóricos existen al
efecto de que los Rosaecrucianos se han reunido “en masa” en al menos dos
sitios dentro de la actual Jurisdicción Norte Americana, y traducciones de
algunos de estos “encuentros” aparecerán en números futuros. Al presente
estamos más concernidos con el pensamiento, esfuerzo y adelanto Moderno e
informaremos completamente a través de la cámara y la lapicera.
EL PODER DE LA SUGESTIÓN
Un Dramático Incidente de la Vida Occidental
Por el Imperator

(Artículo publicado en la revista “The American Rosae Crucis” Vol. 02, Nro. 05,
Agosto de 1917-Traducido del inglés al español por Alejandro Daniel Silvani
Costa, F.R.C.)
El tren Los Ángeles Limited desde Chicago al Oeste se detuvo súbitamente en
una pequeña estación al lado de las vías en Iowa temprano en la mañana y el
conductor me informó que era en este sitio donde yo debía hacer un cambio
para alcanzar una pequeña ciudad cerca del límite Occidental del Estado.
Era Marzo, el último Marzo, cuando el Medio Oeste había sido visitado con una
pesada tormenta de nieve, y la pequeña estación estaba abandonada llena de
montículos y bancos de nieve que la separaban completamente de las pocas
casas que constituían la villa.
Raras veces se había detenido el tren Limited en esta estación y mucho interés
fue mostrado por los pasajeros en los esfuerzos del conductor y del ingeniero
para llevar a la sección del tren en la cual yo estaba tan confortablemente
ubicado opuesto a un pequeño lugar limpiado donde yo pudiera descender con
mi pesado equipaje.
Luego que el Limited salió de la nieve moliendo y gimiendo, me encontré que
estaba solo excepto por un hombre que estaba parado dentro de un pequeño
salón cubierto usado como salón de espera y boletería. Él era alto, de buena
constitución, de alrededor de cuarenta años de edad, bronceado y de color
robusto y vestido como un próspero granjero. Sus largas botas de cuero y
goma, la camisa marrón y la corbata azul oscuro, el amplio sombrero de fieltro
y los grandes guantes de cuero y lana hacían una pintura no diferente a
aquellas que vemos en el Este en las pantallas de cine.
Mi interés en el hombre era solamente casual. Yo estaba tratando de juzgar la
sección del país por su único representante. Por una hora y media yo estudié al
hombre y el lugar esperando ansiosamente por el otro tren que iba a llevarme
unas pocas millas más hacia el Oeste.
Al final un tren moviéndose lentamente se aproximó a la plataforma de la
estación sobre uno de los lados y mi atención fue de inmediato centrada sobre
los vagones. El tren consistía de una anticuada máquina, tres vagones de
carga, arrastrando al final, un coche de pasajeros pequeño, de color amarillo
brillante y grandemente desgastado. Dentro de este último yo trepé con mi
equipaje y me senté en un viejo asiento de felpa. El coche era polvoriento y
sucio, las ventanas manchadas con suciedad y escarcha y los asientos eran
duros y rotos en varios lugares. No había nadie conmigo en el coche hasta que,
tras quince minutos de espera, el desconocido sobre la plataforma saltó hacia
la última plataforma cuando el tren estaba casi por dejar la estación.
Él permaneció en la parte de atrás del vagón, fumando una pipa. No me di
vuelta a mirarlo, sino que estaba consciente de su presencia porque yo era
consciente de su mirada concentrada sobre mí.
El tren se movió lentamente a través de la pesada nevada y pronto se detuvo
en una pequeña plataforma donde, yo noté tras una larga espera, que algunas
cargas estaban siendo depositadas. El silbato chifló y nos movimos de nuevo
aún más lentamente que antes.
El viaje que iba a tomar sobre este coche no era de una gran distancia, y si el
tren hubiese sido otro que un lento tren de carga con un único vagón de
pasajeros, mi viaje hubiese sido de apenas una hora de duración cuanto más.
Pronto tras hacer la primer parada me levanté de mi asiento e impacientemente
paseé a través del tren. Había una pequeña estufa de carbón al final del vagón
que daba un poco de calor. Me paré frente a esta para calentar mis manos y
mirar el movimiento de las llamas alrededor de los pocos carbones cuando el
desconocido me habló.
-“Este es con seguridad un tren bastante lento, ¿no es así?”
-“Sí lo es, muy lento y – frío”, respondí, dando la bienvenida a una oportunidad
para la conversación. “Parece ser un tren de carga y nosotros como pasajeros
somos solamente incidentales.”
-“Usted es un extraño en estos lugares, supongo y no sé si esta forma de viajar
es lo mejor que tenemos. El tren Limited en que usted vino raras veces se
detiene más allá, pues tenemos dos líneas troncales que pasan a través de
aquí. Los extraños rara vez descienden en estos sitios. No hay nada que les
interese alrededor de aquí.”
Sus vocales eran muy amplias y su habla lenta y enfática. Me senté al lado de
él y encontré sus ojos intensamente interesantes. Había bondad en ellos
cuando él era natural, pero a medida que observé la expresión en ellos vi que
él estaba muy tenso y grandemente perturbado. Aún sus manos y pies
delataban nerviosidad y él estaba sentado inquietamente, siempre atisbando
por la ventana sobre las colinas cubiertas de nieve.
-“Esta nieve pondrá un intervalo a nuestro trabajo por un tiempo y pensé que es
un buen momento para dar una vuelta. Tengo algunos asuntos de negocios
que atender en Council Bluffs. ¿Ha estado usted en Council Bluffs? Yo he
vivido en los alrededores por cerca de doce años y nunca ha sido de esa
manera antes.”
“No”, repliqué, “yo nunca he estado en Council Bluffs, pero espero estar allí en
unos pocos días. Voy a hacer otra parada antes de ir allí. Este país es todo
nuevo para mí.”
El tren se había detenido de nuevo y me puse el tapado y salí a la tormenta y a
la nieve para mirar a los hombres que descargaban algo más de mercancías.
Sobre la plataforma había un hombre con un guardapolvo, evidentemente el
agente de la estación, y con él una pequeña niña con vestido de algodón y un
pesado suéter de lana. Los estibadores estaban descargando varias pesadas
piezas de maquinaria agrícola y un automóvil Ford nuevo. La maquinaria fue
puesta en los bancos de nieve y, no habiendo allí una oficina de carga, las
piezas fueron dejadas allí profundamente enterradas para volverse cubiertas
con la nieve que caía rápido. Yo estaba especulando sobre este asunto cuando
vi que el tren comenzó a moverse y, saltando sobre los escalones del vagón,
entré de nuevo y volví a mi propio asiento a muchos metros lejos del
desconocido.
Tras unos pocos minutos él vino a mi asiento, y paseándose descuidadamente
cerca de mí él comenzó la historia que mantuvo mi interés a través de las tres
horas de viaje.
-“Usted sabe, amigo, vemos desconocidos que vienen a estas partes, y no
tengo nada personal cuando le pregunto a usted de dónde ha venido para
detenerse por aquí. Algunas veces los únicos problemas que nosotros que
somos gente pacífica tenemos, vienen a través de desconocidos y puede ser
que seamos muy suspicaces, pero nos gusta saber justo qué está pasando. Yo
sospecharía que usted es uno de esos vendedores con un gran equipaje si no
fuera porque no hay almacenes en los alrededores, y usted dice que va a
detenerse de este lado de Council Bluffs. ¿A dónde va a ir usted?
-“Voy a ir a Harlan, mi amigo”, repliqué voluntariosamente, “y no me incomodan
sus preguntas personales de ningún modo. Pero no tengo idea que los
desconocidos atrajesen la atención o despertaran el interés aquí sin hablar de
las suspicacias. ¿Cuál ha sido el problema con los desconocidos hasta ahora?
-“Bueno. Si usted va a ir a Harlan, eso es distinto. Ese es un lugar grande. La
Tienda County Court está allí y algunos buenos almacenes, lo mejor de este
lado de Council Bluffs. Reconozco que he sido un poco suspicaz y no quise
importunarlo. ¿Qué piensa de la guerra?”
Su preguntó significó que deseaba cambiar de conversación, pero mi interés en
sus “desconocidos” se había despertado y quise volver a eso. Así que respondí
su pregunta y añadí una, mucho como dicen en Europa que todos los
Americanos hacemos.
-“La guerra me interesa muy poco, mi amigo. Yo preferiría hablar acerca de la
Paz. ¡Mire esas colinas! Mire cuan maravillosamente blancas son. Mire el cielo
claro, tan azul y suave como una gran pieza de terciopelo azul. Hay unas pocas
cabañas tranquilas aquí y allá, y en todo a nuestro alrededor se ven evidencias
de Paz y Plenitud. ¿Por qué deberíamos concernirnos nosotros mismos acerca
de la guerra? Esta no puede venir a usted aquí a menos que usted
voluntariamente la traiga a usted mismo.” Me entusiasmé mientras hablaba, Yo
quería proporcionar una de nuestras lecciones a él.
-“Sí”, él balbuceó en una forma semi soñadora. “Está todo bien bastante, esta
conversación acerca de las pequeñas casas y la paz. Pero no siempre hay paz
en esas calmas casas pequeñas tampoco. Sus amigos de la gran ciudad
aprecian pintar tales imágenes y decir tales cosas lindas. Ustedes están
siempre hablando acerca de las pacíficas casitas sobre las colinas. Pero allí es
donde ustedes están equivocados.”
Él se estaba volviendo excitado y muy positivo. Él se levantó de su asiento y se
volvió hacia mí y abruptamente se expresó con un: “Es que son las personas
como usted que crean todos los problemas. Usted viene aquí del exterior con
toda esa charla suave, ese lindo lenguaje y usted comienza por alabar nuestra
calma vida. Mientras más de sus amigos hablan, más hacen nuestras vidas
miserables. ¡Usted sabe lo que quiero decir! Nuestras mujeres campesinas les
escuchan a ustedes y mientras más pintan la excitación de la ciudad y la
pacífica quietud del campo, más las mujeres se ponen descontentas y
entonces tenemos guerra. Esta es la razón por la cual yo estoy aquí en este
tren. Yo voy a comenzar una guerra que llegará a su fin, también. Esto es, yo,
yo voy a ayudar a un amigo que va a agarrar a uno de los amigos de su ciudad
en Council Bluffs y a llenarlo de plomo antes que termine esta semana.”
-“Lo siento”, comencé “si yo me he aventurado sobre un tema que se ha vuelto
displacentero para usted. Es cierto que en las grandes ciudades encontramos
mucho desorden, una gran cantidad de falsa y superficial felicidad y poca paz.
Pero al decir lo que dije yo no estaba hablando ociosamente, sino como alguien
que desea promulgar una actitud de paz en todas partes. Yo sé que si
pensamos en la paz podemos prevenir la guerra, y usted me perdonará por
decir que los pensamientos que ahora ocupan su mente le traen mucho
descontento e infelicidad de la cual usted sufre.”
Él estuvo muy evidentemente descontento con mis observaciones y mi réplica.
Él se levantó y luego se paseó a través del pasillo en profundo pensamiento. El
tren hizo otra parada y vi que uno de los vagones de carga estaba siendo
desenganchado. Tuve ocasión de una larga espera para pasearme otra vez en
la nieve y respirar el maravilloso aire estimulante. Cuando retorné al vagón mi
extraño desconocido estaba sentado en un asiento cerca del mío y en profundo
pensamiento.
-“Voy a decirle cómo es esto”, dijo y se sentó de nuevo, “y entonces usted
entenderá que la guerra es algunas veces necesaria para preservar la paz.”
-“Este amigo mío del que le hablé hace poco, vivía en una de estas lindas y
pequeñas casas campesinas como las que usted ve en las colinas. Él tenía una
hermosa casa grande, la mejor de los alrededores de aquí si voy a decirlo. Él
se crió en ese lugar y se aquerenció a esta cuando sus pares murieron. Su
esposa era una de nuestras muchachas campesinas, como sus amigos de la
ciudad las llaman, y ella era una muchacha muy esbelta, también. Le digo, mi
amigo, que esa muchacha era tan dulce y tan buena como cualquier muchacha
que un hombre quisiera tener. Ella era demasiado hermosa para este condado
creo, pero ella atendió sus propios asuntos e hizo un hogar feliz para, para mi
amigo. Y mi amigo la apreciaba, también,- usted no podría decir que no hizo
por ella. Por Dios que él hizo todo lo que un hombre podría hacer por ella.
Tenía mucho dinero y un teléfono en su casa. Aún tenía una radio y un piano.
Incluso tenía luces eléctricas y un cuarto de baño al estilo de Chicago.
-“La esposa era joven, como esperaba decirle, y ella leía esas revistas y
periódicos que vienen aquí y tienen todas las imágenes acerca de hermosos
vestidos de ciudad. A ella le gustaban ese tipo de vestidos más que los del
condado. Esta es la razón por la cual ella, mi amigo, se quedaba despierta
hasta tarde por las noches imaginando que tenía algunos de esos vestidos
hasta que se iba a la cama y soñaba con ellos en la noche y hablaba acerca de
ellos. Muchas veces ella hablaba sobre esto durante toda la noche hasta que
yo,- hasta que mi amigo tuvo que alejar esas revistas de sus manos.
-“Y ellos eran gente temerosa de Dios, también. Ellos iban a la iglesia que
usted ve sobre esa colina cada domingo, regularmente. Siempre tenían
pensamientos de bondad y había paz en sus mentes con nada de qué
preocuparse en ningún momento. Mi amigo siempre trataba de ayudar a otros y
así fue como llegó su problema. Esto de dejar la puerta de entrada abierta para
que un desconocido en necesidad pueda entrar y encontrar lo que quiere está
todo bien en los libros de historias, pero resultó en un infierno en ese hogar.”
Yo vi que él estaba poniéndose en un estado nervioso. Su mano derecha
estaba siempre alcanzando su pañuelo para limpiar su frente de las gotas de
transpiración que caían como cuentas sobre una tela de color rosáceo. En sus
ojos había una mirada de preocupación, una amenaza determinada y un
presentimiento de una inminente explosión de pasión. Yo sólo podía escucharlo
cuidadosamente y esperar un momento apropiado para calmarlo; pero yo me di
cuenta que el frenesí dentro de él debía estar consumiéndolo.
-“Un día una persona de la ciudad llegó a este pacífico hogar y pidió por
trabajo. Él estaba vestido con ropas de ciudad y se le veía que nunca había
hecho ningún trabajo duro en su vida, aunque era lo bastante grande para
igualarme en cualquier trabajo del lugar. Dijo que era un estudiante
universitario y que estaba terminando un curso en agricultura y quería pasar el
verano en un trabajo real. Solamente quería mesa y cuarto, no le preocupaba
ninguna paga. Sepa usted que la ayuda es escasa por aquí en el verano y
estuve contento de que él llegara, „Él fue introducido,- esto es, mi amigo del
que le estoy hablando, lo tomó, usted ve, no yo. Se le dio un buen cuarto y se
le hizo uno de la familia. Él realmente hizo algún trabajo por unos pocos días y
estaba siempre diciendo cuan contento estaba de haber salido de la gran
ciudad. Yo no recuerdo de dónde dijo que era, pero pienso que él dijo Chicago
o Nueva York. Pero tuve su nombre y teléfono, todo bien.
-“Él solía sentarse por las tardes y tocar el piano y cantarles las últimas
canciones de Nueva York y contarles acerca de los espectáculos y los sitios
danzantes donde ellos podían cantar y tener un momento de diversión mientras
comían. Él solía referirse a eso cuando estábamos comiendo en nuestra mesa,
y él aún quería que la esposa cantara una de las canciones que él le había
enseñado mientras comíamos.
-“Luego él hablaba acerca de los finos vestidos que usaban las damas. Dios, él
podía contarlo bien. Él podía hacer que usted viera los vestidos y a las mujeres.
Luego estaban los parques, y los lagos, especialmente algún lago grande,
pienso que era en Chicago. Luego estaban los lugares donde bañarse, las
playas y los divertidos lugares alrededor.
-“Por dos meses yo escuché acerca de estas cosas hasta que pude verlas
todas en mis sueños. La primer cosa que supe que quería la esposa era un
automóvil como la demás gente tenía. Eso fue todo. Ella quería cosas como las
que tenían otras personas. Yo escuchaba eso con frecuencia: “Como la otra
gente tenía”. Llegó a ser su única ambición y pronto se puso descontenta con
la granja y el hogar “pacífico”.
-“Este extraño aquí hizo una gran impresión sobre la esposa. Él tenía algo de
dinero y lo usó para llevarla en su automóvil a esa ciudad que justo hemos
pasado y ellos tomaban helado y golosinas y veían las películas que llegaban
cada dos semanas. Oh, ellos se volvieron grandes amigos los dos, y su esposo
anciano como un viejo tontón no sospechaba nada.
Él estaba sentado al lado mío ahora y estaba con una rabia salvaje. Nuestro
tren se estaba moviendo lentamente y yo perdí todo interés en adónde íbamos
o cuán lejos habíamos llegado. Podía ver a través de la historia que él estaba
contando y reconocí una oportunidad para poner en práctica algunos de los
principios que enseñamos en nuestro trabajo. Lo alenté a que continuara la
historia.
-“Entonces un día yo salí hacia la ciudad donde usted salió del Limited. Esto es,
bien ve usted, mi amigo salió de su hogar y ese joven de la ciudad tomó esa
joven esposa en el automóvil con algunos de sus vestidos y ellos se fueron.
Cuando llegó la noche y ella no apareció ante su hombre, esto es su marido, no
sospechó mucho. Pero alrededor de las diez de la noche Jennison, que vive en
la granja próxima, vino y dijo que el automóvil estaba estacionado cerca de las
vías del tren Great Western al lado de la estación y que no había nadie en este.
-“Esto hizo sospechar a mi amigo y él esperó hasta la mañana y cuando se
llegó hasta el automóvil descubrió que su mujer y el joven de la ciudad habían
abordado el tren alrededor de las cinco de la tarde. Él nunca oyó de ellos hasta
ayer, y que los dos estaban viviendo en Council Bluffs. Esa es la razón por la
cual voy allí. Y usted puede apostar que va a ver alguna perturbación de paz
como una guerra regular por alrededor de cinco minutos.
Ahora fue mi oportunidad.
-“¿Y qué espera hacer su amigo en Council Bluffs?” pregunté como si no
entendiera tan bien como yo en verdad lo entendía.
-“Él está yendo allí para pegarle un tiro a ese joven de ciudad a plena luz del
día,- ¡eso es todo! ¿No está el en lo correcto? No tenemos sus ideas aquí, y no
tenemos miedo de una pequeña guerra cuando se tiene que solucionar un
problema de este tipo,”
-“No tiene usted miedo de matar al hombre,- es decir, su amigo, él no está
temeroso que él pueda matarle?”, pregunté cautelosamente.
-“Eso es justo lo que va a suceder”, replicó. Y vio su mano derecha
inconscientemente alcanzando hacia la izquierda de su bolsillo de cintura. Vi
unos destellos que salían de ese bolsillo que mostraban la manipulación de un
arma de buen tamaño. Sobresalía de su cuerpo amenazadoramente. Él no
supo que yo la vi.
-“Seguramente nada puede ser ganado tomando la vida del hombre. Déjeme
decirle algo para que usted le diga a su amigo. Escúcheme cuidadosamente y
repita lo que digo.”
Yo hablé lentamente y distintivamente. En mi mente yo tenía la imagen del
hombre a mi lado. Mi mente estaba concentrada sobre él, pues sabía, sentía en
cada fibra de mi cuerpo, que él era el esposo agraviado empeñado en ser un
homicida. Yo quería que mis palabras se hundieran en consciencia subjetiva y
se volvieran poderosas sugestiones. La forma más fácil de sostener esta
atención concentrada mientras trabajaba sobre su mente era a través de
contarle mi pequeña historia en una manera lenta y determinada de modo que
le hiciera pensar, - pensar de cada palabra y su importancia.
-“Su amigo ha sufrido seriamente. En las manos de uno a quien él no había
hecho ningún daño sino bien, él ha sufrido de una forma que USTED y yo
difícilmente comprendemos. Podemos mirar el asunto más calmadamente que
lo que él puede. Él ve solamente su injuria personal mientras que USTED y yo
lo vemos en un gran error. El hombre que se ha vuelto un falso amigo es la real
víctima como USTED y yo sabemos. Él ha hecho aquello que lo acosará y
aterrorizará por años por venir. Aún ahora él puede temer la llegada del marido
o de la policía. Seguramente, él no puede dormir a la noche tan apaciblemente
como USTED y yo podemos dormir. Usted es el mejor amigo del marido.
USTED puede salvarlo y hacerlo feliz. Déjeme decirle cómo.
-“¡Usted va a Council Bluffs! Tal vez usted pueda saber dónde el hombre y la
mujer descarriada están parando. ¡Usted sabe dónde están ellos? Eso es
bueno. Entonces usted puede ir allí y esperar a que el hombre la deje sola.
Espere a que salga, aunque sea solo por uno o dos minutos. Luego vaya allí y
vea a la mujer. Dígale cómo su marido se ha preocupado, cómo ella ha roto su
corazón. Dígale que ÉL la perdonará; explíquele cómo SU corazón sangra para
perdonarle el primer error en su vida, justo como Jesús perdonó, justo como los
GRANDES hombres perdonan. Dígale que USTED ha venido a llevarla de
regreso a su hogar y alejarla de un hombre que nunca pudo respetarla o
amarla. Dígale cómo su marido la ha amado siempre y cuan pacífico es en su
hogar. Ella entenderá. Ella no ha tenido un momento de paz o contentamiento
desde que dejó su hogar y su corazón está triste. Estoy seguro de eso. Hágale
saber que aunque hay hombres malvados, engañosos y destructivos en el
mundo, su marido es un hombre bueno que más bien traería verdadera
felicidad que dolor y tristeza al corazón de cualquiera.
-“Haga que el marido prepare una buena comida para el regreso de su esposa.
Tenga una bienvenida lista para ella y ella entenderá la gran lección en el
mundo.
-“Mantenga en su mente, mi amigo, el pensamiento de paz. Un hombre ha
cometido un error. Puede ser un crimen para el marido, pero para USTED y yo
vemos esto como un error de juicio, un error de interpretación de las leyes de la
naturaleza. Ese hombre en su mal pensamiento ha quitado la paz de su
corazón y de su alma, pero él no podrá tener paz lejos de nosotros pues
USTED y yo no hemos hecho nada equivocado Y NO NOS
EQUIVOCAREMOS. Nosotros pensaremos paz en nuestros corazones de
modo que la paz llegue al marido y al hogar de esta amante pareja que ha sido
tan rudamente separada.”
Nos estábamos aproximado a Harlan. Fue anunciado por el conductor que tuvo
ocasión de entrar al vagón para notificarme. Debía dejar al extraño. Él estaba
relajado. Una vez más la transpiración caía en gruesas gotas sobre su frente.
Él estaba pensando profundamente y la tensión estaba gradualmente pasando.
Él estaba listo a dejar a un lado sus intenciones y- yo me levante y le extendí
mi mano. Intercambiamos cordiales y fervientes saludos y él me acompañó a la
plataforma. Estuve parado allí mientras lo miraba y él me miraba. Él estaba
tratando de ver si yo discernía en él y en su historia al marido real y yo,. Bien
yo estaba enviándole silenciosamente mi último pensamiento. Cuando el tren
dejaba la estación le dije a él, severa y directamente:
-“¡Recuerde mi amigo, paz! Paz del alma, de la mente, del corazón. Paz en su
hogar y a través de todas las cosas de su vida. Es la más grande bendición en
el mundo. Dele paz a esa esposa, sálvela del horror de un marido irreflexivo
pero BUENO. Paz, amigo, la paz sea con usted.”
Y, mi última imagen de él está todavía clara en mi mente. Las grandes lágrimas
como aquellas de un muchacho herido con un corazón adolorido, estaban
rodando sobre sus mejillas. Estaba inclinado sobre su dolor, pero había una luz
de entendimiento en sus ojos. Él movió su mano y con una clara voz gritó:
“¡Paz, mi amigo, paz!”.
LAS ESTRELLAS DE CATALINA DE MEDICIS
Por Ida Duncan Little

(Artículo publicado en la revista “The American Rosae Crucis” Vol. 02, Nro. 05,
Agosto de 1917-Traducido del inglés al español por Alejandro Daniel Silvani
Costa, F.R.C.)
Esa maravillosa antigua Ciudad de Florencia. Ciudad de los príncipes
mercaderes del Renacimiento, donde Lorenzo el magnífico ha sido celebrado
durante los primeros años del despertar de Italia a las artes y letras; es ciudad
de belleza estaba todavía en su zénit cuando el año 1519 apareció en el
calendario. La familia de los Medici había vuelto a ganar su mando sobre el
gobierno y uno de ellos había sido hecho Papa con el título de León X. Lorenzo
II gobernaba en Florencia llenado de lujo, genio y el gozo de vivir, y allí, el 13
de abril, su hija Catalina nació. Su madre era una princesa de la Casa de
Borbón, Magdalena de Auvernia, así que en las venas de esta niña corría la
sangre de Francia y de Italia, y el alma retornando así a encarnación despertó
a una vida memorable, trágica y llena de mal. La sutileza, el amor por el poder,
la brutalidad así como el gusto artístico y la inclinación científica de ese
decadente príncipe, su padre, halló respuesta en ella. Al estudiar esta vida el
hecho es aparente que almas retornando, vienen al medio ambiente y al
período de tiempo que mejor permite la expresión de sus naturalezas. La ley de
atracción, de afinidad está siempre activa. La vieja idea que el hombre es
enteramente el producto de la herencia y del medio ambiente debe ser
descartada cuando obtenemos un punto de vista más universal.
La madre de Catalina murió en el momento de su nacimiento, y Lorenzo,
siempre de delicada salud siguió a su mujer en unos pocos días. La abuela,
Alfonsina Orsini, se hizo cargo de la niña y desde el principio ella se volvió un
centro alrededor del cual la familia Medici luchó por el poder. Su niñez fue
solitaria, fría y sin amigos, transcurrió dentro de grandes palacios y varios
conventos donde ella estuvo rodeada por constantes intrigas. Ella fue
trasladada de Roma a Florencia y de Florencia a Roma a medida que los
complots y los contra complots aparecían y caían y su familia luchaba por los
tronos de Italia. A los once años de edad ella era una niña muy brillante y
animada, con grandes ojos luminosos bajo pesadas pestañas, un rostro
agraciado y negras trenzas de cabello. Ella era todavía ingeniosa e inteligente
al hablar, y el Papa comenzó su lucha por arreglar su matrimonio por el cual los
Medici deseaban incrementar su influencia. Él finalmente tuvo éxito en hacerla
prometida de Enrique, hijo del Rey de Francia, Francisco I, y ella se casó con él
a los quince años. Roma estaba empobrecida para proporcionar su dote y
regalos de boda, mientras que su ajuar fue la conversación de Italia.
Hagamos aquí una pausa y consideremos el horóscopo de nuestra princesa.
En primer lugar podemos estar absolutamente seguros de su corrección, a
pesar del paso del tiempo por esta razón. En la época del nacimiento de
Catalina vivían en la corte de Florencia, bajo el patronato de Lorenzo, dos
hermanos de apellido Ruggieri. Su padre era el médico de la corte, matemático
y astrólogo, tres profesiones con frecuencia unidas durante la edad media. Este
hombre, con la asistencia de un famoso matemático de nombre Bazile hicieron
el horóscopo de la niña. La lectura de la carta fue también maravillosa en su
exactitud y predijo los eventos de la vida como ellos ocurrieron después.
Ruggieri el mayor, fue el jefe de un grande y secreto colegio de ocultistas, del
cual salieron Cardan y Nostradamus, astrólogos y médicos del momento. Aquí
tenemos también a sus dos hijos educados. Cosmo, el mayor se volvió el
astrólogo de Catalina y la siguió a Francia, mientras que Lorenzo fue llamado
“El Grande” por los estudiantes de la Cábala. En este período, el siglo dieciséis,
el ocultismo era estudiado con un interés y entusiasmo nunca visto de nuevo
hasta el presente inmediato, cuando su luz una vez más brilla sobre la
humanidad. Las universidades establecían sillas para el estudio de la
astrología. Grandes generales deseaban astrólogos con ellos para sus
campañas. Desde los Papas hasta las masas todos deseaban saber las
influencias de las estrellas sobre sus vidas y fortunas. Lo secreto, el lado oculto
de la vida, era realizado en su verdadero lugar sobre las actividades humanas.
El Renacimiento ha inducido a los hombres de entendimiento a retornar a la
Naturaleza, y estudiar los clásicos. En los primeros días de la centuria la
influencia de Platón, sus ideas de la unidad de Dios y el hombre y el
esteticismo de los filósofos Griegos, mantuvieron un poderoso dominio. Si a
medida que el tiempo pasó las grandes verdades degeneraron en el
Paganismo y la indulgencia de los sentidos, esto fue debido al hombre mismo
que perdió su base real y ética. La Astrología alcanzó su más grande altura
durante este revival del conocimiento y encontramos eminentes hombres
dedicándole años a su estudio. La Medicina era estudiada usualmente en
conexión con esta como la influencia de las estrellas sobre el organismo físico,
siendo por supuesto, profunda. Por ejemplo, Girolamo Cardan, un profesor de
medicina en la universidad de Pavía, tenía una reputación Europea por sus
obras sobre astrología, y es de interés observar que él, como Sócrates, tenía
un daemon o espíritu guardián que hablaba con él. La familia Medici estuvo
grandemente interesada en las obras científicas, intelectuales y artísticas.
Brillantes de mente ellos mismos, ellos reconocieron la brillantez y el genio en
otros, y sus cortes estaban pobladas con hombres de conocimiento, poetas,
artistas y arquitectos. Así fue que al nacimiento de Catalina el astrólogo de la
corte confeccionó el horóscopo.
Encontramos que la carta resulta por síntesis en el signo del zodíaco llamado
Capricornio, que gobierna el medio cielo y contiene al planeta Saturno. Estos
puntos son importantes. Capricornio es el signo del hombre de estado, el
diplomático; tiende al sentimiento de que “el fin justifica los medios”; da una
ambición que nunca está satisfecha, y, si el carácter no es uno noble, todas las
cosas y todas las personas serán sacrificadas a los objetivos personales. Este
es un signo terrestre, y las cosas del mundo material, la posición, el poder, la
riqueza pueden asumir una importancia indebida. Saturno aquí añade
grandemente a todas estas cualidades, dando también auto control y sutileza.
El signo sobre el medio cielo de cualquier carta debería dársele más
consideración que lo usualmente es el caso. En forma general hallamos que el
mal o los aspectos inarmoniosos entre los planetas son casi universales. En el
este, al momento del nacimiento salía el grado diecisiete del signo de Aries,
dando el planeta Marte como gobernante de la vida, y este planeta y la luna
están en exacto mal aspecto con el grado del ascendente y uno con otro. El
ascendente dio a Catalina su intenso deseo por estar a la cabeza de las cosas,
conducir, controlar a otros, y estando inarmoniosamente relacionado, estas
cualidades fueron llevadas a un extremo. Aries es el signo gobernante de la
cabeza, y mercurio, el planeta de la mente, levantándose aquí, le dio un
brillante e incansable intelecto.
El sol en el segundo grado del signo Tauro, el toro, da a su ser interno o
individualidad, fortaleza, obstinación, la habilidad para soportar su tiempo a
pesar de la impulsividad de su temperamento, y añadido a su egoísmo. La
conjunción del planeta Venus con el sol habría beneficiado grandemente el
carácter si no fuera por la inmediata presencia del planeta Urano enfriando
ambos. La luna representando la personalidad o ser externo está en el signo de
Libra, y la hace artística en temperamento y habría sido de mucho beneficio si
no hubiera estado tan malamente relacionado con los otros planetas. Es de
interés notar que las causas del padre y la madre contienen a los dos
maléficos, Marte y Saturno, en mala relación uno con otro, el ascendente y la
luna; los padres falleciendo en la época de su nacimiento. El principal aspecto
bueno de esta carta, la conjunción de la luna con el planeta Júpiter, tuvo mucho
efecto. Le dio su dignidad, éxito y posición, la ayuda de amigos poderosos y le
hizo adelantar de ser una hija de la princesa mercader de Florencia a ser la
Reina de Francia y más tarde Regente con enorme poder en sus manos para
bien o mal.
Los primeros años de Catalina en Francia estuvieron lejos de ser felices.
Enrique pronto vino a estar enteramente bajo la influencia de Diana de Poitiers
y permaneció así hasta su muerte, pero Francisco I quería a su nuera Italiana.
Ella era fuerte y activa, ella cabalgaba con él para cazar y lo divertía con su
charla inteligente y rápido ingenio. Ella era alegre y amante del placer y podía
bailar o manejar la ballesta. Ella no era, sin embargo, una favorita del pueblo
que la llamaba “la Florentina” y no gustaba de sus seguidores italianos. Entre la
edad de veintidós y treinta y seis, Catalina tuvo diez hijos, tres de los cuales
fallecieron en la infancia. La luna gobierna la casa de los hijos, la quinta, y su
conjunción con Júpiter en el fructífero signo Libra es aquí de interés. Ella fue
una madre cuidadosa mientras sus hijos fueron jóvenes y muñecos en sus
manos. Ella, con su amor por el conocimiento los hizo bien educados, y fue
también la pequeña María Estuardo quien fue traída entre ellos y más tarde se
casó con el hijo mayor, Francisco II. Pero cuando estos mismos niños crecieron
y desarrollaron voluntad propia, los problemas comenzaron, y la más rebelde,
la Princesa Margot, fue con frecuencia golpeada aún tras alcanzar años de
madurez. Los hijos fueron naturalmente débiles de carácter y siempre
sometidos a su madre. El afecto por ellos fue tan limitado que este nunca
interfirió con sus deseos dominantes. Cuando ella parecía luchar por sus
intereses, era siempre por poder para ella misma. En una palabra, Catalina
tenía siempre un solo pensamiento, ella misma y su ambición.
Hasta la muerte de su marido su posición estuvo lejos de ser envidiable.
Descuidada por Enrique, obligada a someterse a Diana de Poitiers, sus
poderes de auto control fueron grabados al máximo, pero el odio dentro de ella
pudo yacer frío y todavía hasta que su oportunidad llegara. No debemos
pensar, sin embargo, de ella como siendo morosa o silenciosa de carácter, el
mal puede ser tan activo en una mujer brillante y vital llena de vida y energía.
Ella podía complotar contra un enemigo o planear un asesinato tan
cuidadosamente como cuando ella era larga y solemne de rostro. Ella podía
reír y ella podía llorar para adecuarla a sus propósitos. Ella podía jugar a ser la
patética viuda o la mujer de paz que la ocasión requería. Ella era una Italiana y
naturalmente demostrativa. Su amor por la ceremonia y etiqueta le inducían a
tener una manera de reina, su rápida risa y su forma graciosa de ser en el
mundo a lo grande, pero dentro de la reclusión de su vida privada había
presentes otros aspectos de este diverso carácter. En cuanto a la moral, no era
un asunto de menor o mayor moralidad; había una entera ausencia de la
cualidad. Un escritor inteligente la ha llamado “la más respetable mala mujer
del período” pues su ambición por gobernar nunca le permitió ser indulgente
con ninguna tendencia que pudiera producir un escándalo. Sin embargo, el
aliento de sus hijos en disipación para que ella pudiera mantener su poder
sobre ellos, y la baja moralidad de su corte, muestra su entera indiferencia a la
cuestión. Para el mundo exterior ella era siempre amante de sí misma, pero
dentro de su familia sus violentos y con a menudo brutales arranques de cólera
eran de ocurrencia frecuente. Cuando ella llamaba a un amigo “mi querido” en
una manera extremadamente graciosa ese individuo temblaba y vivía con
temor. Ella era diplomática, una Jesuita natural, una verdadera discípula del
gran Maquiavelo. Una debida justicia, sin embargo, debe ser dada a ella.
Debemos realizar que ella vivió en un período cuando envenenar a su enemigo
o traicionar a su amigo no era visto a la luz en la que es hoy, y ella
probablemente se sentía bien justificada en todo lo que hacía. Nadie se
considera a sí mismo un monstruo.
El primer período de la vida de Catalina, el período de auto represión, terminó
con la muerte de su marido en 1559. A pesar de su descuido, ella realmente lo
apreciaba. Parecería que haber sido su único afecto. La manera de su muerte
es de interés. Catalina soñó que Enrique perdía un ojo. Ella parece haber
tenido un sentido síquico que en varias ocasiones le avisó de peligros
inminentes. Venus en el signo de Tauro y la luna en Libra darían cuenta
parcialmente de esto. Hubo grandes festividades en la corte para celebrar el
matrimonio de la Princesa Elizabeth con ese melancólico Católico, Felipe II de
España. Un torneo de tres días fue realizado, en el cual el Rey tomó parte a
pesar de las protestas de su esposa. Cuando la lucha comenzó Enrique era
victorioso, pero súbitamente y extrañamente la lanza de su adversario penetró
en su ojo y lo lanzó al piso, falleciendo corto tiempo después.
El reino de poder de Catalina comienza ahora. Ella había esperado por este
hasta que tuvo cuarenta años de edad. Aunque Francisco II estaba en su
decimosexto año, su débil e indolente carácter lo hacía su herramienta. La
historia de su reino y aquella de sus dos hermanos es la historia de la Reforma
Protestante sostenida por los Borbones contra los Católicos y la familia de
guise, que también deseaba el trono. Es una larga e intrincada historia de
batallas, y derramamiento de sangre, de intriga y traición, resultando finalmente
en la terrible Víspera de San Bartolomé. Catalina oscilaba como un péndulo
entre estas dos partes, su única idea era retener el poder de su trono. Si la
Reforma se volvía muy poderosa, ella se volteaba a los Católicos y los Guises,
y hacía triunfar a los últimos, ella favoreció al primero, aún, a veces, jugando en
las manos de ambos. Ella no tenía ningún noble pensamiento, ni nobles
objetivos, sino un profundo e innato egoísmo sostenido por todo el mal en su
naturaleza. Encontramos a Mercurio el siempre cambiante planeta, saliendo en
el ascendente en su carta y recibiendo solamente malas vibraciones, así su
vacilación era extrema. Podemos estar seguros que ella lo llamaba diplomacia,
estrategia y arte de gobernar.
La joven María Estuardo había estado casada con Francisco y ellos era
devotos el uno del otro. María, siempre brillante desde la niñez, era una favorita
con cualquiera que entrase en contacto con ella; su belleza y encanto siendo
tan grande como lo fue más tarde en su vida. Desafortunadamente ella estaba
completamente bajo la influencia de sus tíos, los Guises, y ellos la usaron para
sostener su poder en la corte. Si Francisco hubiese vivido, la vida de esta hija
de Escocia probablemente hubiera sido más feliz, su destino menos trágico,
pero las estrellas lo decretaron de otra manera. A la edad de diecisiete años
Francisco, siempre un muchacho delicado, falleció muy súbitamente, María
inmediatamente retornó a su tierra natal y Catalina se convirtió en Regente en
realidad.
Hagamos una pausa y tratemos de imaginarnos la apariencia de la Reina en
este período de su vida. Una mujer alta, de fina figura, activa y enérgica en
movimiento. La influencia del signo Aries ascendiendo en su nacimiento con
Mercurio saliendo en este, es así mostrada. El rostro es doméstico en sí mismo
y misterioso en expresión, los grandes ojos claros se ven bajo unos pesados
párpados que los ocultan, los labios llenos y las mejillas pesadas están sobre
montadas por espesas trenzas de cabello castaño. La luna en Libra tendiendo
siempre hacia la corpulencia., ha unido a esta al expansivo Júpiter, mientras a
esto es añadido el efecto del sol en Tauro, de modo que a medida que Catalina
avanzaba en edad ella se volvía así extremadamente corpulenta que
difícilmente podía caminar. Pero todavía a la edad de cuarenta ella era todavía
fuerte, una mujer activa, vigorosa de mente y cuerpo y dominando todo
alrededor de ella. Su retrato cuelga en el Palacio Ufizzi de Florencia y ella está
parada ante nosotros con toda su dignidad natural, con una de sus manos,
notable por su belleza, descansando sobre la mesa a su lado. Como todos los
Medici, Catalina era devota de las artes y se esforzó en atraer genios a su
corte. La arquitectura fue indudablemente su principal interés artístico, y
aunque Regente y absorbida en los asuntos de estado, ella estaba
constantemente construyendo o reconstruyendo y empleando los grandes
arquitectos del día. Felipe Delorne construyó para ella su pieza maestra, el
palacio de las Tullerías. Algunos críticos afirman que ella no tenía un sentido
real artístico, sino que simplemente seguía la moda de la época, pero esto es
fácilmente desaprobado cuando echamos un vistazo a su horóscopo. La luna y
Júpiter en el signo artístico, Libra y el planeta Venus en su propio signo, Tauro,
son pruebas concluyentes de su fuerte sentimiento por la belleza. Es cierto que
ella era muy inclinada por los lujos y poseía un gusto Italiano por los
ornamentos. Ella era una coleccionista nata y cuando una copa de plata, hecha
por el gran Benvenuto Cellini le fue presentada, ella fue cautivada por esto, y le
dio un lugar entre los tesoro de la corona. El espíritu adquisitivo del
coleccionista fue algunas veces un peligro para sus amigos como la siguiente
historia mostrará. Ella oyó un día que su tesorero poseía algunos muebles
maravillosos, y como su esposa estaba enferma, ella decidió llamar a la dama y
ofrecerle sus condolencias. Entonces ella vio un banco con el tapizado bordado
con grandes lirios dorados y decidió que debía tenerlo. Ese hombre
desafortunado, su tesorero, fue declarado deshonesto y condenado a morir,
mientras que naturalmente sus pertenencias fueron confiscadas por la corona.
Fue todo bastante simple y verdaderamente un procedimiento de los Medici.
Tras la muerte de su marido, Enrique II, ella ordenó a ese genio de la época,
Miguel Ángel, hacer una estatua del Rey, y tuvo la temeridad de dictar cómo
debería ser hecho. Es fácil imaginar la sonrisa sobre el rostro del gran calmo
hombre como el que lee sus órdenes. Catalina tenía un primo de la familia
Strozzi, que era un ardiente coleccionista de libros y antigüedades, y cuando él
falleció ella ofreció a su hijo una gran suma por la preciosa colección. Su hijo
aceptó y las cosas fueron enviadas a Francia, pero nunca fueron pagadas, Otra
peculiaridad de nuestra gentil heroína.
Carlos IX tenía apenas nueve años de edad cuando llegó al trono, y por lo tanto
Catalina fue hecha Regente en realidad como ella había sido practicamente
durante el reinado de Francisco. Los tres de sus hijos que se volvieron reyes,
Francisco II, Carlos IX y Enrique III fueron degenrados más o menos tanto en lo
físico como en el carácter y ellas los dominaba a todos. Ellos no la amaban,
sino que le temían y la obedecían. Ella parecía tener un efecto hipnótico sobre
ellos, como sobre sus hijas y muchos otros, que se inclinaban todos ante su
voluntad. Había una fuerza viril en su oscura naturaleza que sometía y
controlaba el mundo a su alrededor. Ella era una fuerza del mal que atraía
guerra, confusión y enemistad. En el arte de gobernar era fue siempre sutil, no
fidedigna, movediza, jugando una persona o un partido unos contra otros. Los
grandes problemas de su Regencia fueron los deseos de los Hugonotes por
libertad religiosa, y los proyectos de los príncipes de la Casa de Guises y de la
Casa de Borbón para arrebatar el trono de la declinante Casa de Valois.
Catalina era intelectualmente, si no emocionalmente inclinada al
Protestantismo, pero su temor por los Guises y su yerno Felipe de España, la
mantenían en jaque. El sol en conjunción con el planeta Urano le daba un
amplio punto de vista, pero la luna en mala relación con Saturno la llenaba de
miedo.
El Rey, Carlos IX, a medida que maduraba vacilaba en puntos de vista y
acciones según su madre le dictara. Muy similar a su padre en temperamento,
él era alto, delgado, un joven de apariencia enfermiza con finos ojos marrones
y una débil barbilla. Él era el más atractivo y el menos degenerado de los tres
hijos. Extremadamente estético por naturaleza, la música era su mayor interés,
mientras que su amor por la poesía era ilimitado. Unido con estos rasgos tenía
una cepa salvaje de insana energía y un profundo sentido del miedo, que
debemos entender en orden de comprender sus acciones en relación a los
Protestantes. Cuando los hijos de Catalina eran jóvenes ella había invitado a su
corte al gran astrólogo Francés Nostradamus, y lo había empleado para hacer
sus horóscopos, e instruirlos en la ciencia. Este hombre de origen judío, cuyo
nombre real era Miguel de Nostradamus, había alcanzado distinción como
doctor de medicina, y durante la gran plaga su habilidad había salvado muchas
vidas. Él usaba la astrología en conexión con la medicina y escribió muchos
libros, pero no fue hasta que escribió su libro de profecías rimadas llamado
“Centurias”, que su fama se espació sobre Europa. Fue esta obra la que atrajo
por primera vez la atención de Catalina, y más tarde, cuando su renombre se
incrementó, debido al cumplimiento de muchas de sus profecías, él fue hecho
médico de la corte. Este hombre tuvo gran influencia sobre Carlos y se esforzó
en mejorar su frágil físico y estabilizar sus erráticas tendencias.
Se recordará que cuando Catalina fue a Francia ella estaba acompañada por
muchos Italianos, entre ellos Cosmo Ruggieri, su astrólogo. Ella lo había hecho
inmensamente rico mediante regalos de tierras y tesoros; había construido para
él un observatorio donde él podía mirar las estrellas, y lo consultaba en todas
las ocasiones. Su gran interés y fe en la astrología nunca falló. El planeta
Urano en aspecto con su regente, Marte, y también con el sol tuvo mucho
efecto sobre ella. Ruggieri mantuvo su poder sobre ella hasta el día de su
muerte. Es interesante imaginar que Cosmo y su hermano Lorenzo, que se le
unió en Francia, le dijeron a la gran Reina en relación a ella misma. Ellos deben
haber comprendido bien a su Catalina con su carta ante ellos pero la
diplomacia Italiana probablemente los guió pues nunca perdieron su favor. Qué
maravilloso libro de “Memorias” de Cosmo Ruggieri podría haber sido hecho.
¿Conocía él todas las traiciones, los asesinatos, las malas acciones de este
oscuro carácter? ¿Le avisó él contra ellos? ¿Le advirtió de la enemistad
constantemente rodeando a esta mujer a quien nadie amaba? ¿Pensaba él
solamente de sí mismo y su poder, con todo su oculto conocimiento?
Solamente en la imaginación podemos responder. De esto no sabemos mucho.
Cosmo estaba involucrado en un complot instigado por la Reina para deponer a
Carlos IX, hacerlo prisionero y pone a su hermano más joven en el trono. El
complot fue descubierto y todos los complotados fueron decapitados excepto el
astrólogo, quien, a pesar de la influencia de Catalina fue condenado a las
galeras. Tras la muerte de Carlos unos pocos meses más tarde, él fue llamado
de nuevo a la corte y toda su riqueza y honores restaurados. Cosmo y su
hermano Lorenzo vivieron hasta ser hombres muy ancianos y el famoso Conde
de Saint Germain fue un discípulo suyo.
Durante el reinado de Carlos IX el líder del movimiento Protestante era el
Almirante Coligny, uno de los verdaderos grandes hombres del período, un
fino, honesto y moral carácter. En los días en que Catalina favorecía a sus
seguidores él estuvo mucho en la corte, y él y el joven Rey se volvieron unidos
entre sí. Él influenció extremadamente a este impresionable joven y desarrolló
sus mejores rasgos mientras él también se esforzaba en inducirlo a mostrar
bondad a los Hugonotes y permitirles libertad de adoración. Catalina veía esta
amistad con celos y finalmente con alarma, pues ella no quería que nadie salvo
ella misma dirigiera al Rey. Ella por lo tanto, decidió asesinar a Coligny. En las
calles de París él fue disparado por uno de sus Italianos que solo tuvo éxito en
herirlo. Él estaba en París en este momento para asistir al casamiento de la hija
de Catalina, Margarita, con el príncipe Protestante Enrique de Navarra. Para
este casamiento de la Princesa Margot, como ella era llamada, y de quien un
escritor proclamó “la más brillante mentirosa en una familia de brillantes
mentirosos”, los Protestantes de toda Francia habían afluido a la capital. Fue
justo tras el casamiento que Coligny fue herido, y entre sus seguidores la
agitación y la cólera se esparció rápidamente. Ellos habían venido en amistad y
confianza y su amado líder era atacado como ellos bien sabían por orden de la
Reina. ¿Por qué no deberían unirse y castigarlo? La idea fue susurrada entre
ellos.
Había en la naturaleza de la Florentina un elemento de temor que parecía fuera
de lugar en un carácter como el de ella, pero el miedo por la pérdida de poder
era una fuerza motivadora. Ella vio claramente el peligro de una revuelta entre
los Hugonotes y el consecuente peligro para ella misma y el Rey. Ella actuó
con prontitud. Un consejo fue llamado, el Rey, su hermano y los Guises
Católicos asistieron; un largo y secreto consejo donde se le mostró su peligro al
Rey, y su siempre activo temor de ser asesinado trabajó sobre sus nervios
torturados hasta que en un rapto de frenesí él gritó: “Como ustedes han elegido
asesinar al Almirante yo consiento, pero entonces ustedes deben asesinar a
todos los Hugonotes en Francia para que no quede ni uno que me reproche
después que esto sea hecho.” Luego con espuma sobre sus labios él se volvió
salió apurado del salón. Catalina lo había de nuevo moldeado a su voluntad;
este hombre loco había decretado la terrible masacre de San Bartolomé.
Alrededor de este período las estrellas mostraron tumulto. Por dos años la
guerra había prevalecido y luego vino el hambre debido a una extraña
enfermedad en el trigo. Anormales estaciones de calor y frío causaron intenso
sufrimiento. Hubo inundaciones y cometas y terremotos que añadieron a la
miseria general. Encontramos mucho de las mismas condiciones prevaleciendo
en la época de la Revolución Francesa y, cuando miramos hacia atrás en la
historia del mundo, realizamos que grandes perturbaciones entre los hombres
han estado acompañadas por grandes perturbaciones en la naturaleza. Para el
Rosacruz estas cosas no parecen extrañas pues él entiende el poder del
hombre sobre la naturaleza. Miles de mentes unidas en pensamientos de odio
y violencia deben producir resultados sobre el alma plástica de la naturaleza,
que recibe estas impresiones y responde al hombre en sus propios términos. El
ocultista reconoce no solamente el poder del pensamiento en el individuo, sino
también el poder del pensamiento en las masas de hombres unidos por una
idea. La acción es seguida por la reacción y el hombre es cogido en la telaraña
que él mismo hace. Él pide a Dios por ayuda, pero es lento en reconocer que él
mismo es la fuente de su propia miseria.
Fue en la noche del 23 de agosto del año 1572 que la gran campana de la
Iglesia de Saint Germain dio la señal que significaba la muerte para los
Protestantes. Todos los panes fueron perfeccionados. Catalina con dos de sus
hijos a su lado permaneció en una ventana del Louvre para observar, dirigir,
alentar. Las armas rugieron y turbas salvajes llenaron las calles. Los
Hugonotes fueron asesinados en sus camas, Coligny siendo uno de los
primeros. Hubo una carnicería en todas partes muy horrible de relatar. París se
hizo salvaje y París salvaje, fue terrible. Por dos días la carnicería duró y luego
continuó entre las provincias. El destino del Protestantismo en Francia fue
entonces sellado a pesar de sus últimas luchas, ni podía este haber florecido
allí. El alegre y placentero temperamento Francés, con su necesidad de
alimento para las emociones, siempre se había revuelto de su ascetismo. Pero
el crimen de San Bartolomé yace a la puerta de una Italiana. Catalina sola fue
responsable y su nombre ya negro, se hizo más negro, y así ha permanecido
sobre las páginas de la historia. Se dice de ella que se la veía diez años más
joven tras este horrible evento, y este simple hecho afirmado por un hombre
que la conocía, nos hace pensar en la profundidad del mal. Con Carlos, el Rey,
fue diferente. Él nunca fue de nuevo él mismo. Él oía extraños sonidos y veía
extrañas visiones y su fin llegó. Él murió de consumición prontamente tras sus
veinticuatro años de edad. La suya fue un alma donde un sentido de la belleza
luchaba con el mal, donde la debilidad sucumbía a una fuerza más poderosa.
El tercer hijo de Catalina en ocupar el trono era su favorito. Enrique III era débil,
degenerado, innoble, bajo, afeminado, aún como toda su familia, estético y
dramático. El lado romántico de la vida apelaba a él; él escribió versos, visitaba
artistas, usaba joyas, incluyendo aros. Él pasó sus días en la búsqueda del
placer, en inventar divertimentos. Los asuntos de estado le aburrían y su mente
sin objetivos y su frágil cuerpo le hacían huir de la actividad de todo tipo.
Catalina se esforzó en hacerlo popular y mantenerlo al lado de los Guises,
todavía poderosos. Ella viajó por toda Francia para resolver conflictos, y
atender asuntos de estado. Su gran tamaño hacía que el áspero viaje de esa
época fuera una prueba para ella, pero ningún sacrificio era tan grande cuando
este incrementaba su poder y el poder del trono. Todo fue en vano. Tras un
reinado miserable, llenado con guerra e intriga, Enrique III fue asesinado por un
joven monje, y la Casa de Valois llegó a su fin.
El asesinato de Enrique ocurrió en julio del año 1589 pero su madre fue
dispensada de esta última tragedia en la familia. Catalina de Medici había
tenido una muerte solitaria el 5 de enero anterior en el Chateaux de Blois. Se
preguntó a Paris si la enterraban, pero declaró que si su cuerpo era traído allí
sería arrojado a las aguas del río Sena. Muchos años después, cuando la
cólera había sido enfriada por el tiempo, sus restos fueron llevados a París y
enterrados en Saint Denis al lado de aquellos de su marido.
Y así pasó uno de los renombrados caracteres de la historia-el real gobernante
de Francia por más de treinta años. Un gran carácter si por grande queremos
decir poderoso, pues ella mantuvo la Casa de Valois en el trono durante el
reinado de tres reyes, mientras dos diferentes familias usaban cada
estratagema para obtenerla para ellos mismos. Ella se enfrentó con hombres
de intelecto y poder y los superó. Ella dominó su medio ambiente y aún así ella
murió falta de poder, solitaria, sus ambiciones insatisfechas, su nombre
execrado. Ella escribió de sí misma “Yo estoy tan acostumbrada a nunca
poseer un gozo malo, que no me parece tan extraño como a otros”. No
podemos tener más que piedad por un alma tan envuelta en el mal y el
infortunio, pero sabemos que su largo viaje sobre el sendero de la
reencarnación le permitirá aprender grandes lecciones, y que finalmente su
alma atravesará la oscura capa de ignorancia y verá la Luz en toda su belleza.
OTRO MENSAJE A LOS TEOSOFISTAS
Por el Imperator Harvey Spencer Lewis

(Artículo publicado en la revista “The American Rosae Crucis” Vol. 02, Nro. 05,
Agosto de 1917-Traducido del inglés al español por Alejandro Daniel Silvani
Costa, F.R.C.)

En el número de Febrero de esta publicación fue publicado el informe


Teosófico oficial de un discurso hecho por la Señora Besant en la Convención
de la Sociedad Teosófica en India en 1912. En este discurso la Señora Besant
advirtió a la Sociedad Teosófica de los peligros de la intolerancia. Ella
explícitamente afirmó que “Yo estoy a favor de la libre habla, la libre opinión, el
libre pensamiento”, y “Tolerancia no significa tolerar la opinión con la que usted
está de acuerdo; significa tolerar la opinión con la cual usted está en
desacuerdo”.
Nuestro propósito al publicar tal informe fue hacer claro en las mentes de
muchos de los Teosofistas que preguntaron acerca de nuestra Orden que no
había razón por la cual ellos no pudieran proseguir el trabajo de la Teosofía y
del Rosacrucismo al mismo tiempo.
Desde la publicación del informe, sin embargo, hemos recibido otras cartas de
Teosofistas que indican que lo que la Señora Besant estableció como verdades
fundamentales han sido ignoradas por sus trabajadores en este país.
Por ejemplo: una típica carta de uno de nuestros miembros recientemente
iniciados es como sigue, en parte:
“Yo aprecio mucho la solemnidad de la ocasión y he recibido mucha fuerza de
esta… Siento que no puedo continuar con las lecciones pues he hallado que
como soy miembro de la Sociedad Teosófica y he afirmado ya mi intención de
volverme un miembro de su escuela oculta llamada la Sección Esotérica, que
si yo ingresase en su Logia yo sería excluido de entrar en la Sección Esotérica.
Yo creo que esto sería lo que es llamado una violación de „ética oculta‟. Yo
tengo que ponerlo en mi solicitud en el Otoño para ser miembro. Yo he sido
miembro de la Sociedad Teosófica por ocho años pero no fue hasta que yo
llegué a Oregón y he charlado con los jefes de la Sección Esotérica (en esta
parte de EEUU) que pude sentir que me volvería elegible para ser miembro.
Siento profundamente todo el problema que le he causado… Yo estoy
profundamente impresionado con el juramento y la iniciación y le aseguro que
mi Juramento de Neófito será siempre mantenido sagrado por mí…Yo puedo
ver fácilmente cuan maravillosas son sus enseñanzas. De nuevo le agradezco
por su bondad y asegurándole mis mejores deseos por el crecimiento de su
Orden, yo soy, suyo con agradecimiento.”
¿Qué tenemos que decir a esta Hermana y a muchos Hermanos y Hermanas
que nos escriben en similar tenor, usualmente antes de ser iniciados en nuestra
Orden? Y, ¿qué significa con “éticas ocultas”? ¿Puede ser ético impedir a
alguien que está buscando luz de gozar todos los privilegios de la investigación
y el estudio?
Una Teosofista muy entusiasta que está muy bien familiarizado con las reglas
de la Sociedad Teosófica explica que las reglas arbitrarias de la Sociedad
Teosófica en relación a nuestra Orden no deben ser consideradas como un
criticismo de nuestro trabajo. Ella dice: “Nosotros simplemente creemos que
nadie puede seguir un curso de estudios con nosotros y con alguna otra
escuela al mismo tiempo. Deseamos que nuestros miembros estudien nuestras
enseñanzas y se desarrollen con nosotros exclusivamente. Por esa razón ha
sido decretado que aquellos que entran o han entrado en la Sección Esotérica
no deberían volverse miembros de la Orden Rosae Crucis.
Concuerdo completamente con los maestros que dicen que un estudiante de
cualquier filosofía o ciencia harían bien en adherir a solo un curso a la vez o
asistir a una sola escuela a la vez. En nuestro propio trabajo aconsejamos a
nuestros miembros refrenarse de asistir a las sesiones así llamadas espiritistas
hasta que hayan aprendido a discriminar y comprender lo que ven, oyen y de
otra manera sienten objetivamente y subjetivamente. Del mismo modo
aconsejamos a nuestros miembros abstenerse de proseguir un curso de
estudio en Nuevo Pensamiento, Vedanta, Teosofía, Ciencia Cristiana, etc.,
hasta que hayan estudiado cuidadosamente las primeras leyes fundamentales
de nuestras enseñanzas, como están abarcadas en los primeros tres grados
(cubriendo alrededor de cuatro meses de estudio). Pero – y aquí está el punto
en cuestión- aconsejar a nuestros miembros del valor de abstenerse de un
estudio dual NO está limitando su libre uso del juicio y la auto decisión.
Nosotros NO ponemos una barrera entre ellos y nuestro trabajo o entre ellos y
cualquier estudio que puedan desear proseguir.
Muchos de quienes nos escriben y dicen que ellos lamentan que su solemne
juramento de fidelidad a la Sección Esotérica les impide de aún ingresar en
nuestra Oren (sin profundo estudio) han sido miembros de la Sociedad
Teosófica por siete u ocho años y de la Sección Esotérica por una cantidad de
años. Con una larga membrecía en la Sección Esotérica y un estrecho estudio
de las enseñanzas de la Sociedad Teosófica ellos todavía sienten la necesidad,
o el deseo, por mayor Luz e instrucción; ¡pero oh! La Luz está prohibida, el
conocimiento prohibido.
¿Cómo pueden los maestros en la Sociedad Teosófica o los jefes de la Sección
Esotérica interpretar sus decretos y leyes a la luz del discurso oficial de la
Señora Besant sobre el tema de la “tolerancia”? Tales limitaciones no pueden
permanecer largo tiempo a la fuerza, pues, como en una gran ciudad del medio
oeste, miembros de las Logias de la Sociedad teosófica realizarán que los
decretos ahora añadidos a sus juramentos son injustos y ellos se rebelarán
contra tales limitaciones a sus mentes, cuerpos y almas y renunciarán a las
Logias de la Sociedad Teosófica y se unirán con nosotros.
Nosotros no tenemos nada más que el mayor respeto por las enseñanzas y
trabajo de la Sociedad Teosófica. Una gran mayoría de nuestras Hermanas ha
sido- y todavía son- miembros de la sección exotérica de la Sociedad
Teosófica; y de la Sociedad Vedanta y muchas otras organizaciones ocultas o
científicas. Estamos orgullosos de ellos como miembros y complacidos con su
tolerancia, su amplitud de mente y su excelente basamento en temas
metafísicos. Nuestros rangos están abiertos a todos los que son dignos, sin
importar la raza, religión, credo o ESCUELA. Este hecho ha impresionado a
muchos que han sido amenazados con la expulsión en cualquier parte si ellos
se unían con cualquier otra escuela y ellos vienen a nosotros agradeciendo una
oportunidad de conocer todo lo que DEBE SER CONOCIDO y ser libre,
MENTALMENTE y ESPIRITUALMENTE.
Así, a nuestros amigos Teosofistas les envío este mensaje: sean fieles a sus
juramentos y obligaciones cualesquiera que puedan ser estos. Si ahora
interpretan que tal membrecía con nosotros o cualquier otro cuerpo similar es
negado a ustedes, entonces estén bajo la voluntad de sus Maestros y sus
profesores.
Pero con paciencia vendrá un más grande entendimiento y las barreras serán
removidas y la Luz serás revelada.
REVISIÓN DE LIBROS

(Artículo publicado en la revista “The American Rosae Crucis” Vol. 02, Nro. 05,
Agosto de 1917-Traducido del inglés al español por Alejandro Daniel Silvani
Costa, F.R.C.)

“EL FILÓSOFO AFICIONADO”, por Carl H. Grabo, publicado por Charles


Scribner’s Son, Nueva York. Precio US-1,50 neto. Este libro es una historia de
vida del autor, narrando las experiencias personales y razonamientos,
cubriendo un largo período de años. Él narra su experiencia en la universidad e
ilustra cuan sin objetivo es realmente la educación universitaria, y que el
estudiante realmente comienza a vivir tras haber finalizado su curso en la
universidad. El autor especula mucho en abstractas teorías de antiguos credos
dogmáticos y en la continuidad de la vida, sus posibilidades y probabilidades.
Sus conclusiones están definidas en las siguientes sentencias:
“Dios y el principio vital de vida, como yo me he esforzado en definirlos, no
explica la existencia completamente. Yo no puedo concebir cómo la materia
nace de la nada, ni puedo decir cómo la vida se elevó primero de la materia
inanimada e hizo uso de esta para sus propósitos. Pero estas dificultades son
inherentes en la constitución del intelecto humano. Ellas están en la naturaleza
de la vida mental y deben permanecer siempre insuperables dificultades en el
sendero de un completo entendimiento de la vida. Ellas están en los reinos de
lo incognoscible. Es como si el universo fuera una esfera hueca y nosotros
dentro de él. Lo que yace más allá de sus confines no lo podemos saber, y
nuestras conjeturas nos conducen inevitablemente a una paradoja. Pero dentro
de las limitaciones de nuestra experiencia y el molde humano de nuestras
mentes debemos idear las mejores explicaciones que podamos, debemos
esforzarnos en concebir de Dios y de los principales fines del hombre,
debemos determinar la importancia de la conducta e idear un código de
morales para nuestra guía. Al hacer esto hacemos uso de la razón para
suplementar nuestras más profundas guías, las intuiciones.
“La intuición la he hecho la fuente de mi filosofía, acordando a la razón un sitio
secundario. Yo he hecho esto por la razón de que nuestras intuiciones parecen
yacer más cerca del principio vital de vida que lo que hace el intelecto.”

“LA PRESENCIA PROTEGIDA”, por Anne Rix Militz.

Aquí hay un pequeño libro, atractivamente impreso, fácilmente llevado en el


bolsillo para leer en aquellos momentos cuando uno siente la necesidad de
pensamiento inspirado. El mismo primer párrafo del libro revela el tema de su
contenido, pues el autor nos dice: “Cada uno que es nacido sobre esta tierra
lleva su propio preservador de vida dentro de él mismo”.
A través del libro hay un aliento de Cristianismo y los credos y doctrinas del
hombre Jesús; y encontramos un muy buen pensamiento expuesto que, “El
carácter es un talismán”. Ciertamente nadie desearía para un encanto de la
más grande buena suerte, una más grande protección contra las influencias
malignas y la ira del hombre que un bello carácter. En la última parte del libro,
encontramos muchos pensamientos de oración. Uno de los grandes salmos de
protección comienza con esta declaración que es recomendada a todos los
Rosacruces: “El que habita en el sitio secreto del Más Alto morará bajo la
sombra del Todopoderoso”.
Entendemos que el libro está teniendo una buena venta y lo merece y tomamos
esta oportunidad para recomendar el libro. El pequeño precio de veinticinco
centavos lo hace disponible para todos y es vendido por la editorial Master
Mind Publishing Company, 649 South Flower Street, Los Ángeles, California.
Esta compañía, por cierto, publica la Revista Mente Maestra (Master Mind
Magazine), una buena revista de su tipo para estudiantes de pensamiento y si
nuestros lectores y amigos y miembros no han visto la revista sería bueno para
ellos solicitar una copia y entender la interpretación Cristiana de la obra del
Nuevo Pensamiento.

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