Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
I. LA EMPRESA
1. Noción
1. Concepto
a. Teorías
a. Sistemas
Existen en la legislación diversos sistemas a los fines de la organización de los elementos del
fondo de comercio y su constitución.
Así tenemos la legislación alemana que incluye a los inmuebles dentro de los elementos del
fondo de comercio.
La legislación francesa y la nacional excluyen del elenco de elementos del fondo de comercio a
los inmuebles aunque sean por su destino.
En relación con los elementos que componen el fondo de comercio, vale hacer algunas
aclaraciones y precisiones a los fines de comprender el contenido de dichos elementos, los que son
enumerados en el primer artículo de la ley.
Cuando se habla de “derecho al local”, se refiere al lugar donde propiamente se desempeña la
actividad comercial.
Se considera “local” al bien raíz donde está la sede o asiento de los negocios. El titular de la
explotación puede disponer de dicho bien por cualquier título, sea como propietario o como
locatario.
En cuanto a las “instalaciones”, se denomina de este modo a los enseres e instrumentos que se
colocan en el establecimiento con relativa permanencia, destinados al servicio y explotación de la
hacienda, como pueden ser las vidrieras, estanterías.
Las “máquinas” son los aparatos o artefactos destinados a la transformación o cualquier otro
proceso que produzca cambios en las mercaderías, generando variedad e importancia en ellas. Esto
tiene íntima relación con la magnitud de la explotación, esto es, la capacidad de transformación de
materias primas en múltiples mercaderías.
Cuando se refiere a “provisiones”, se las define como las sustancias destinadas a consumirse en
el establecimiento y que sirven como medios de explotación, tales como leña, combustibles, etc.
Como objeto final de la explotación del establecimiento encontramos las “mercaderías”, que
son elementos no esenciales y que son las cosas que la hacienda vende o comercializa.
Las mercaderías cuentan con características que las distinguen, pudiendo precisar que se trata
de bienes que deben:
- ser corporales y gozar de movilidad.
- ser aptos para el tráfico comercial.
- tener un valor ínsito en sí mismos.
- pertenecer a la actividad económica.
Haciendo referencia a las “materias primas”, éstas son consideradas como las sustancias que se
utilizan para la elaboración o preparación de mercaderías.
Otro elemento del fondo de comercio es el “dinero” al que se entiende como instrumento con
poder adquisitivo o cancelatorio y que es esencial en la actividad empresarial.
El fondo también se compone de “créditos y deudas”, los que, salvo pacto de transferencia
expreso, no pasan al adquirente en caso de compra del fondo de comercio, sino que deben ser
liquidados por el titular al momento de la venta.
Elemento importante en el establecimiento es la parte laboral, la gente que desempeña sus
labores allí y que se encuentra regida por la ley de Contrato de Trabajo 20.744. En caso de
transferencia del establecimiento, rige lo dispuesto por el art. 225 del citado cuerpo legal, que
expresa: “En caso de transferencia por cualquier título del establecimiento, pasarán al sucesor o
adquirente todas las obligaciones emergentes del contrato de trabajo que el transmitente tuviera con
el trabajador al tiempo de la transferencia, aun aquellos que se originen con motivo de la misma. El
contrato de trabajo, en tales casos, continuará con el sucesor o adquirente, y el trabajador conservará
la antigüedad adquirida con el transmitente y los derechos que de ella se deriven”.
En cuanto a los “proveedores”, son independientes por lo que puede o no haber relación de
continuidad entre el antiguo y el nuevo titular.
Especial mención se debe formular en relación con los “contratos pendientes de ejecución”. En
caso de tratarse de contratos de los denominados intuitu personae, resultan intransferibles, salvo
pacto en contrario, ya que se tiene interés en la persona del otro contratante. En cuanto a los
contratos sobre las cosas o denominados intuitu rei, se trasmiten con el fondo, tal es el caso del
servicio de teléfono.
El establecimiento también puede tener en su haber “distinciones honoríficas”, esto es,
premios, medallas, condecoraciones, en las que se deberá distinguir las que fueran otorgadas a la
persona que administra el establecimiento, ya que en ese caso son de carácter personal y quedan
excluidas del fondo, de las que se otorguen al establecimiento como tal, por lo que ellas se
transmiten y forman el valor venal del establecimiento.
Otro elemento importante es “la clientela”, a la que se define como el conjunto más o menos
coherente, más o menos homogéneo de personas o entidades que comercian con un establecimiento.
El establecimiento no puede subsistir sin el apoyo de la clientela.
La clientela puede distinguirse como permanente, que son las personas que entran
habitualmente al establecimiento. No hay que confundir “habitualidad” con “exclusividad”, ya que
esto último se refiere a la venta a personas determinadas. Y también se puede distinguir la clientela
ocasional, compuesta por quienes compran de paso, sólo accidentalmente contratan con el
establecimiento.
Finalmente, encontramos lo que se denomina “la llave del negocio”, que es una noción
compleja en la que la doctrina no ha sido pacífica al momento de formular sus elementos
característicos.
Se la ha definido como la capacidad de la hacienda por su composición y por el impulso dado a
su organización, de producir económicamente y brindar beneficios al empresario. Según este
concepto, sea cual fuere la explotación u organización, debe haber un rédito para el empresario.
Se caracteriza asimismo diciendo que debe haber una “condición de éxito”, refiriéndose a la
experiencia del establecimiento, su aptitud para colocar con mayor o menor facilidad sus productos.
En cuanto a la “capacidad de producción”, se la define como la absorción de productos en el
mercado. A mayor producción, los costos serían menores y las esperanzas o expectativas de
crecimiento son mayores.
Contablemente, se entiende al “valor llave” como el valor actual de las superutilidades futuras
más probables.
El “valor llave” va a depender de múltiples factores tales como: clientela, ubicación del
establecimiento, habilidad, experiencia y prestigio empresario, variedad, calidad, mercaderías,
crédito, publicidad, presentación de productos y cualquier otro elemento que le dé mayor valor a la
explotación comercial.
Tiene un valor patrimonial que debe ser tenido en cuenta, como resultado de la organización y
cantidad del fondo. Es un bien intangible, no puede contabilizarse pero su valor puede llegar a ser
superior a los elementos físicos.
Para finalizar, el establecimiento comercial debe contar con una autorización o habilitación
administrativa para funcionar. Dicho elemento es transferido juntamente con el establecimiento a
los fines de que continúe con su explotación, que según sea su actividad será municipal, provincial
o nacional.
En cuanto al lugar físico donde se desempeña la actividad de la empresa se remite a lo ya
desarrollado en el capítulo anterior referido al Domicilio Comercial (p. …...).
c. Patentes de invención
d. Marcas y designaciones
e. Modelos de utilidad
Se denomina modelo de utilidad, industriales y dibujo a todos aquellos diseños que sin llegar a
constituir en sí mismos un invento patentable, tienen trascendencia suficiente como para influir en
el público y en la calidad del producto.
De acuerdo con la ley 11.867, forman parte de la hacienda comercial y se transfieren con el
fondo de comercio.
Su régimen legal lo encontramos en la ley de patentes ya analizada, en el Título III, desde los
arts. 53 a 58, y sus modificatorias, que le reconoce derechos a su autor y protección pero de manera
temporal, por el término de 20 años, debiendo renovarse la licencia.
Dicho derecho goza de protección civil, ya que en el art. 77 de la ley 11.723 se establece una
acción específica para su protección y en los arts. 71 y 72 de la misma ley se ha tipificado a la
violación de este derecho como un supuesto de defraudación.
La ley 11.687, referida al describirse los elementos de la hacienda comercial, fue sancionada
para protección de los acreedores, en protección del crédito, del tráfico y del comercio en general
(Romero). El mecanismo de la ley garantiza, mediante la publicación del acto, la posibilidad a los
acreedores de oponerse a la transferencia hasta tanto sean satisfechos todos sus créditos, de esa
forma se evita que el comerciante se insolvente de manera fraudulenta.
Modos de transferencia: la compraventa es la forma más común y frecuente (ley 11.867). Se
siguen las normas del contrato de compraventa como acto jurídico según las nuevas disposiciones
establecidas en el Código Civil y Comercial (Libro Tercero, Título IV, Capítulo I, arts. 1113 y
sgtes.). Lo importante es la protección hacia los terceros y de los derechos que éstos le asisten por
sus acreencias y cualquier tipo de obligación que tenga el fondo de comercio para con aquéllos.
2. Régimen legal
3. Efectos
Una vez realizada la transferencia, ésta genera los siguientes derechos y obligaciones respecto
del vendedor, del comprador y de los acreedores:
Obligaciones del vendedor: 1) entregar el fondo con todos sus bienes, hacer inventario, lista del
pasivo y pagar edictos; 2) responder por evicción, debe garantizar el adquirente que no será
perturbado en su derecho (arts. 1044 y ss. CCyC); también por vicios redhibitorios (art. 1051 y ss.
CCyC) los que dan lugar a la resolución del contrato si el vicio no es subsanable más los daños y
perjuicios; 3) abstenerse de realizar cualquier acto que signifique una perturbación para el
adquirente: por ejemplo, colocar un mismo negocio dentro de un determinado radio para perjudicar
la clientela del anterior.
Derechos del vendedor: 1) percibir el precio de la operación (art. 6º).
Obligaciones del comprador: 1) pagar el precio; 2) recibir el fondo siempre que se hayan
respetado los requisitos exigidos por la ley 11.867.
Derechos del comprador: 1) exigir el cumplimiento del contrato; 2) entrega del fondo luego de
los diez días de realizada la publicación última.
Situación de los acreedores: El sistema de la ley 11.867 fue estructurado para protección de los
acreedores. El deudor de los acreedores del fondo siempre es el vendedor, ya que su venta o
transferencia no altera la situación personal de los acreedores con el enajenante. Asimismo, la
inobservancia de las formas establecidas por la ley no altera la situación del acreedor del vendedor
que no pierde ninguno de sus derechos que como tal le corresponden en contra de su deudor, sí se
agrega la solidaridad en el pago de los obligaciones tanto del comprador como a todas las personas
que intervinieron en la transferencia (art. 11). Con relación a los acreedores personales sólo pueden
trabar embargo sobre los bienes o actuar como mejor les parezca pero no pueden realizar la
oposición del art. 4º.
1. Noción
El presente tema se refiere al contenido del derecho comercial, que hace a la esencia de éste, a
su identidad como disciplina jurídica autónoma. Autonomía de la que no hay dudas, desde el punto
de vista científico, ya que tiene estructura conceptual, cognoscitiva y metodológica propia.
Se considera “acto de comercio”, según la definición dada por Bolaffio, a las actividades
económicas simples o complejas que se manifiestan en actos u operaciones comerciales.
El estudio del acto de comercio tiene dos aspectos fundamentales: hacer conocer el contenido
del derecho comercial en su aspecto sustancial y jurisdiccional conforme con la legislación vigente,
la que a través de la evolución produce la constante incorporación de nuevas formas de negocios y
de contratación.
2. Régimen legal
Básicamente existen dos sistemas a los fines de definir qué se entiende por actos de comercio:
a) Leyes que para determinar cuáles son los actos de comercio consignan un principio
general;
b) Leyes que efectúan una enumeración de los actos de comercio.
El Código de Comercio derogado, enumeraba en su art. 8º los actos que el legislador
consideraba de comercio. Así enumeraba operaciones, negociaciones, empresas, sociedades,
comercio marítimo. El acto de comercio es único, independientemente de que pueda, social o
económicamente, estar relacionado y disciplinado por el derecho comercial.
La enumeración de los denominados “Actos de comercio”, producida en el art. 8º C.Com.
derogado, tenía las siguientes características: 1) era de orden público y delimitaba la aplicación del
derecho mercantil, quedando sustraída del efecto derogatorio o modificatorio de la autonomía de la
voluntad, por lo que los particulares no podían atribuirle o quitarle su naturaleza comercial; 2) era
demostrativa, a tenor de lo dispuesto por el inc. 11 (“los demás actos legislados en este código”), o
sea que su carácter era enunciativo, lo que facilitaba someter a la disciplina del derecho comercial
ciertos actos que la evolución del comercio va incorporando.
Según Fontanarrosa, el art. 8º proporcionaba una serie de preceptos que constituían géneros o
categorías de actos que si bien eran heterogéneos, posibilitaban que el contenido de cada categoría
se haga extensivo a actos que tengan caracteres análogos con los descriptos en la ley. Esa es la tarea
del intérprete que a través de la analogía podrá extender esos “modelos” a otros y así poder
incorporarlos de esta disciplina.
Más allá de la enumeración del art. 8º C.Com. derogado, el mismo ordenamiento, en su art. 5º
rezaba: “Los actos de los comerciantes se presumen siempre actos de comercio salvo prueba en
contrario”. Por lo que la ley presumía que todo acto del comerciante era acto de comercio, “salvo
prueba en contrario”, lo que se refiere a la relación de conexión o de atinencia al comercio con el
ejercicio habitual de la profesión mercantil, las partes pueden saber o debían conocer su carácter
civil o la falta de vinculación con la actividad comercial.
Bibliografía
ALEM DE MUTTONI, Isabel Lucía, “La empresa”, en Ensayos de derecho empresario, Fespresa,
Advocatus, Cba., 2006, t. I
ALVAREZ, Héctor F. "Administración. Un enfoque interdisciplinario y competitivo", Ed. Eudecor,
Córdoba144., 2007, pág. 144
CONTRATO DE TRABAJO - LEY 20.744, La Cañada, Cba., 1996.
CRISTENSEN, Roberto, Empresa multinacional y Estado-Nación, Depalma, Bs. As., 1973.
DE LA RIVA, Ignacio M., “La doctrina social de la Iglesia ante el libre mercado”, Revista Valores,
dic. 2002.
DICCIONARIO DE LA LENGUA CASTELLANA, Sopena, Bs. As., 1949, t. II.
DICCIONARIO DE LA REAL ACADEMIA, Espasa Calpe, Bs. As., 1975.
ETCHEVERRY, Raúl Aníbal, Derecho comercial y económico, Parte general, Astrea, Bs. As., 1994.
FONTANARROSA, Rodolfo O., Derecho comercial argentino, Depalma, Bs. As., 1976.
FAVIER DUBOIS (H.), Eduardo M., La “Autonomía” y los contenidos del Derecho Comercial a
partir del Nuevo Código Unificado – Publicado en: La Ley 02/02/2015, 1
FAVIER DUBOIS (H.), Eduardo M., La derogación del Derecho Comercial por el Nuevo Código
Civil: Apariencia y realidad –, Publicado en La Ley 23/12/2014, 1, Enfoques 2015 (Enero), 105 –
Cita Onlina: AR/DOC/4654/2014
GALÁN DE RODRÍGUEZ PARDINA, Susana, El fondo de comercio y la empresa comercial, Lerner,
Cba., 1987.
GARRIGUEZ, Joaquín, Curso de derecho comercial, Biblioteca del Banco de la Provincia de
Córdoba, Madrid, 1956.
HALPERIN, Isaac, Curso de derecho comercial, Depalma, Bs. As., 1972.
LA PERA, Sergio, “Estatuto del comerciante, persona jurídica y sociedad en la ley de unificación”,
RDCO, t. 20, Depalma, 1987.
RICHARD, Efraín Hugo, Ensayo en torno al concepto de sociedad y principios societarios,
Universidad Nacional de Córdoba, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Homenaje al
Bicentenario 1791-1991, Advocatus, Cba., 1992, t. II.
- “Pluralidad de socios (y cuestiones conexas)”, RDCO, N° 214, Lexis Nexis, sep/oct. 2005.
- Ensayos de derecho empresario, Fespresa, Cba., 2006, t. I.
ROITMAN, Horacio y AGUIRRE, Hugo, “Reforma a la mayoría de edad y capacidad para constituir
sociedades comerciales”, Sec. Doctrina, Abeledo-Perrot, Cba., fasc. 3, 2010.
ROMERO, José Ignacio, Manual de derecho comercial, Parte general, 2ª y 3ª ed., Abeledo-Perrot,
Bs. As., 2008, 2010.
VIRAMONTE, Gustavo (h), “El concepto de persona”, RDCO, N° 213, julio/agosto 2005, Lexis
Nexis.
VITOLO, DANIEL ROQUE, “El derecho comercial en el Proyecto de Código Civil y Comercial de
la Nación: ¿Qué queda de él?, Proyecto de Código Civil y Comercial II – 2012-3 - Revista de
Derecho Privado y Comunitario - Rubinzal Culzoni, 2014.
ZABALA RODRÍGUEZ, Carlos Juan, Código de Comercio comentado, Depalma, Bs. As., 1980, t. III.