Está en la página 1de 2

Martín Campuzano

Segundo BGU Eucaliptos


Lengua y literatura
Paulina Balseca
2017-12-18
Lenguaje coloquial
Carta a una pela
Amor mío:
Aunque te hagas la creída, te escribo en este momento de mi vida para que
no me llames aguafiestas. Te dejo. Me voy de mi hogar y no te volveré a ver.
Acabo de enterarme que en las juntas de profesores, me quedé a supletorio de
mate, física, química y hasta el profe de lite me dejo de año. Y no saben mis
viejos. Así es que, tomaré mi chompa e huiré al Guayas, al Oriente o hasta donde
sea. Estoy flechado hasta la coronilla. Pasaré frío, hambre y buscaré trabajo para
comer.
Si, me voy, ya no estaré más rondando por tu esquina. Otro men ocupará
mi lugar. Pero soy consciente. Todo esto se le debo a los mensos que se dejaban
ganar en el billar, justo en las horas de clase. Acolita la nota: solo tuve treinta
fugas. Porque las otras treinta fueron por ir a verte a ti, pelada querida. Y los
profes me decían: ponte pilas porque te quedas.
Son los recuerdos de este tu pelado, tu querido, el que siempre te habló
claro. No te olvides de pagarle a la seño del bar unos tres mil sucres que le debo.
Y diez mil al men de los helados. Me despides de mis brothers los arrechos,
porque a ellos tampoco los veré. Eso sí no seré ni ladrón, ni alcohólico, ni
drogadicto. Voy a trabajar en forma para olvidar mi pasado. Después de pagar mis
deudas, olvídame. No me recuerdes ni como alguien mandarina.
Besos al a distancia,
El arrecho
Lenguaje formal
Carta a una señorita
Querida mía:
Aunque seas presumida, te escribo en este punto de mi vida para que no
me llames pesimista. Te abandono. Me voy de mi casa y no te volveré a ver.
Acabo de informarme que en las juntas de profesores, he perdido el año en
matemáticas, física, química y hasta el profesor de literatura me hizo perder el
año. Y no saben mis padres. Así es que, tomaré mi abrigo y me iré al Guayas, al
Oriente o hasta donde llegue. Estoy enamorado hasta el tope. Pasaré frío, hambre
y buscare trabajo para alimentarme.
Sí, me iré, ya no estaré patrullando por la esquina de tu casa. Otro joven
ocupará mi lugar. Por soy consciente. Todo esto se lo debo a los hombres que se
dejaban ganar en el juego de billar, justo en las horas de clase. Ayúdame con la
calificación: solo tuve treinta fugas. Porque las otras treinta me las hice para verte,
a ti, mi enamorada querida. Y los profesores me decían: no te confíes porque vas
a reprobar.
Son los recuerdos de este joven, tu enamorado, el que siempre te habló
claro. No te olvides de pagarle a la señora del bar tres mil pesos que le debo. Y
diez mil al señor de los helados. Me despides de mi grupo de amigos, porque a
ellos tampoco los veré. Eso sí no seré ladrón, ni alcohólico, ni drogadicto. Voy a
trabajar en forma para olvidar mi pasado. Después de pagar mis deudas,
olvídame. No me recuerdes ni como alguien inocente.
Besos a la distancia,
El extraordinario

También podría gustarte