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PROGRAMA No.

0643

SALMOS

Salmos 9, 10 & 11:1

Amigo oyente, en nuestro estudio, regresamos hoy al libro de los Salmos y vamos a
considerar el Salmo 9. Finalizamos el Salmo 8 en nuestro programa anterior, y dijimos al
llegar a ese Salmo Mesiánico, Salmo 8, que era como el subir por una escalera, el escalar
una montaña. Ahora, del Salmo 9 en adelante, hasta llegar al Salmo 15, unos seis o siete
Salmos que están juntos y que pertenecen unos con otros, en realidad, lo que estos Salmos
nos cuentan es una historia profética. Estábamos escalando la montaña cuando llegamos
al Salmo 8, y ahora comenzamos a descender por el otro lado de ella. En esta sección aquí
estamos percibiendo algo del remanente judío al término de las edades. Vemos el
sufrimiento, vemos al hombre de pecado, a la persona sin ley, que aún aparecerá en esta
tierra.

El Salmo 9 y el que le sigue, el Salmo 10, están unidos estrechamente. Hay cierta
estructura alfabética aquí, y también un acróstico que no se puede notar en nuestra
traducción, pero que aparece en otras; como resultado uno puede notar que en versiones
como la Septuaginta y la Vulgata se ponen estos dos Salmos juntos en lugar de quedar
separados. Aquí tenemos otro término musical, y ya hemos informado que la mayoría de
estos Salmos han sido escritos por David. Él era el dulce cantor de Israel, el salmista, y él
era un gran músico. Y aquí se nos dice en el título del Salmo que es “Al músico principal;
sobre Mut-labén, Salmo de David.” David lo escribió y es Al músico principal, sobre

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Mut-labén. Ahora, ¿Qué es lo quiere decir esta palabra? Bueno, su significado es “muerte
del hijo”. Y dirigimos nuestra atención a algo similar en el Salmo 8, donde algunos habían
identificado este título como que correspondía a ese Salmo anterior. Pero opinamos que lo
podemos identificar aquí, “muerte del hijo”. Y ha existido diferentes maneras de
identificar esto en la vida de David, y por supuesto, lo más importante podría ser la muerte
del gigante Goliat. Otros lo identifican con la muerte del hijo de Betsabé. Pero su
significado es, como dijimos: “muerte del hijo,” del primogénito. Quisiéramos opinar que
se refiere a lo que ocurrió en la tierra de Egipto la noche de la redención, cuando murieron
los primogénitos. Y este Salmo comienza con una alabanza, de la misma manera en que lo
hizo el Salmo 7, y también como en ese Salmo, en este Salmo tenemos la alabanza que es
una anticipación a la victoria que llegará cuando, – como el Salmo 8 predijo de una manera
hermosa, – todas las cosas serán puestas bajo los pies de Aquel que fue hecho un poco
menor que los ángeles. Es así como podemos ver en esta primera sección del Salmo un
pronóstico profético de lo que serán las condiciones en el mundo cuando el Hijo del hombre
haya recibido el trono en justicia y en paz. Con eso en mente, comencemos ahora a leer
este Salmo, y esperamos que usted note las frases que tenemos al mismo comienzo.
Leamos los primeros dos versículos de este Salmo 9:

1
Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón;
Contaré todas tus maravillas.
2
Me alegraré y me regocijaré en ti;
Cantaré a tu nombre, oh Altísimo. (Sal. 9:1-2)

En vista de la redención que vendrá en el futuro, aquí tenemos un gran canto de alabanza que
el pueblo de este mundo entonará en aquel día. En el libro de Apocalipsis tenemos un cuadro,
en el que esta gran compañía de Israel, está allí para alabar a Dios. La iglesia estará allí – los 24
ancianos, – y será un tiempo de gran alabanza a Dios.

Nuevamente entramos en esa época del reino que es mencionada en el Salmo 8, cuando todas

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las cosas serán puestas debajo de Sus pies. Escuche lo que dicen los versículos 3 y 4, de este
Salmo 9:

3
Mis enemigos volvieron atrás;
Cayeron y perecieron delante de ti.
4
Porque has mantenido mi derecho y mi causa;
Te has sentado en el trono juzgando con justicia. (Sal. 9:3-4)
Lo importante que tenemos que notar aquí es, como dijo Martín Lutero, que “uno con Dios es
una mayoría”. Y él no se preocupaba mucho de que Dios estuviera de su lado, sino que quería
estar seguro que él estaba del lado de Dios. Eso es lo importante aquí, “mi derecho y mi causa
son las justas”. Tenemos que estar seguros de eso, tenemos que estar seguros de que estamos
del lado de Dios. Ahora, este es el tiempo que se acerca, el tiempo de juicio. Veamos ahora
el versículo 5:

5
Reprendiste a las naciones, destruiste al malo,
Borraste el nombre de ellos eternamente y para siempre. (Sal. 9:5)

Este es un salmo muy hermoso. Escuche lo que dice el versículo 6:

6
Los enemigos han perecido; han quedado desolados para siempre;
Y las ciudades que derribaste,
Su memoria pereció con ellas. (Sal. 9:6)

Esta es una declaración muy severa del juicio que se aproxima. Y a veces nos preguntamos
“¿Es que no se predica del juicio en la actualidad?” Pues bien, lo diríamos de esta manera – que
se ha predicado lo suficiente de cierta clase de juicio. Pero, debemos notar dos cosas: una, es
que hay muy pocos mensajes basados en el tema del infierno. La mayoría de los sermones que
se escucha en la actualidad, son del consuelo para el pueblo de Dios. En realidad, hay
demasiados sermones que están siendo dirigidos hacia aquellos que parecen tener cierta clase de

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complejos, o que están buscando a alguien para poder llorar sobre sus hombros. Sin embargo,
hay algunos que consideran el tema del infierno, pero se nota demasiada dureza, demasiada
severidad en el predicador; y pensamos nosotros que un hombre así antes de predicar sobre el
infierno, debería analizar su propio corazón, para estar seguro que si él está predicando sobre el
juicio y sobre el infierno, que eso lo esté afectando a él. ¿Le duele a él el corazón al saber que
hay muchos hombres que están perdidos?

Suponemos que una de las mejores cosas que se ha dicho acerca de Dwight L. Moody, aquel
gran predicador, tuvo lugar en cierta ocasión cuando un hombre dijo algo sobre una predicación
de Moody y sobre el tema del infierno. Un incrédulo dijo lo siguiente: “No me gusta escuchar
sermones sobre el infierno, pero si hay un hombre que puede predicar sobre ese tema, ese
hombre es Dwight L. Moody.” Debemos decir, amigo oyente, que no sólo debería haber
sermones sobre el infierno, sino que también tiene que haber o existir la persona apropiada para
hacerlo. Supongo que una de las razones por la cual yo nunca predico más sermones sobre ese
tema es porque esta misma cosa de la que estamos haciendo mención debería mover mi corazón
mucho más de lo que sucede en la actualidad.

Ahora, el salmista deja bien en claro aquí que los enemigos de Israel van a ser conquistados,
y eso quiere decir que es para el remanente que permaneció al lado de Dios. Esta es la victoria
de Dios, y en realidad lo que aquí tenemos es “la muerte del hijo,” del primogénito en Egipto.
Creemos que lo lleva a uno al mismo lugar donde nació el anti-semitismo. Comenzó allá en la
tierra de Egipto. Un nuevo rey en ese lugar esclavizó a la nación elegida. Este hombre trató de
exterminarlos, a la raza completa, tratando de frustrar la gracia y el propósito de Dios en Su
redención, y desde ese momento las naciones han sido enemigos de Israel. Y continuarán
siéndolo y odiándolos hasta el día de la redención.

Debemos decir que aun en nuestros días existe un sentimiento contra esa nación. Ahora
tenemos en los versículos 7 al 12, de este Salmo, que el reino es establecido, el trono de justicia
es establecido. Escuche lo que dicen los versículos7 y 8, de este Salmo 9:

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7
Pero Jehová permanecerá para siempre;
Ha dispuesto su trono para juicio.
8
El juzgará al mundo con justicia,
Y a los pueblos con rectitud. (Sal. 9:7-8)

Eso es muy importante. Pensamos que a nosotros nos hace falta tener más jueces. También
pensamos que necesitamos más jueces que sigan muy de cerca la ley. Que puedan aplicar
castigos cuando el castigo es merecido. Hay demasiados jueces tiernos, estamos seguros,
hombres que están tratando de ser populares, y eso parece ser lo común en nuestros días. Se
necesita la justicia en la actualidad. Aquel que es justo, y Aquel que hace las cosas con justicia
es Dios. No es lo que usted o yo pensamos que debería ser, es Dios quien pudo separar la luz de
las tinieblas. Yo nunca lo he podido hacer. Nunca me he levantado antes del amanecer y
realizado algunos movimientos con mi mano y hacer que aparezca el sol. Es Dios quien hace
eso. Él es el único hoy que cuando dice que una cosa es justa, así es. Y si usted no piensa de
esa manera, amigo oyente, pues usted está equivocado. Es así sencillamente. Alguien tiene
que hacer las reglas, así es que Él es quien crea todas las normas para este universo. Él es quien
lo hace andar. Y Él va a estar allí por mucho tiempo. Opinamos que Él tiene esa prerrogativa
en la actualidad. Esta es una tremenda sección de los Salmos en la que nos encontramos hoy.

Vamos a tener que comenzar a señalar los puntos más sobresalientes de estos Salmos, y
comenzaremos leyendo el versículo 13. Tenemos ante nosotros un cuadro de la condición
anterior a Su llegada a establecer Su reino. ¿Qué es lo que todos nosotros necesitamos antes de
que El venga? Bueno, escuche la primera parte del versículo 13, del Salmo 9:

13
Ten misericordia de mí, Jehová; (Sal. 9:13a)

Yo no sé lo que usted necesita, pero yo necesito misericordia, misericordia de Dios. Ahora,


alguien quizá diga: “Pero usted dice que habrá justicia”. Bueno, eso es correcto, eso es cierto,

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pero usted se da cuenta que la justicia ya ha sido establecida en la persona del Señor Jesucristo,
cuando Él llevó sobre Sí mismo nuestros pecados, y Él ha sido hecho nuestra justicia. Lo que
necesito hoy es misericordia. Y la misericordia es ofrecida a cada uno de nosotros en la persona
de Jesucristo. Leamos ahora los versículos 13 y 14:

13
Ten misericordia de mí, Jehová;
Mira mi aflicción que padezco a causa de los que me aborrecen,
Tú que me levantas de las puertas de la muerte,
14
Para que cuente yo todas tus alabanzas
En las puertas de la hija de Sion,
Y me goce en tu salvación. (Sal. 9:13-14)

Y nosotros, amigo oyente, necesitamos más personas que se regocijen en Dios en el día de
hoy. Llegamos ahora a un versículo que es tremendo, el versículo 15, leamos:

15
Se hundieron las naciones en el hoyo que hicieron;
En la red que escondieron fue tomado su pie. (Sal. 9:15)

Usted puede observar a las naciones en el mundo en la actualidad, aun las grandes naciones
del mundo. Estamos hundidos en el hoyo que hemos hecho. Parece que hemos quedado
atrapados también. Esa es la condición del mundo en la hora presente. Ahora, el versículo 16,
dice:

16
Jehová se ha hecho conocer en el juicio que ejecutó;
En la obra de sus manos fue enlazado el malo. (Sal. 9:16)

Y dice aquí también: “Higaión. Selah.” Este es un versículo fantástico, debemos decir de
paso. Notamos aquí que se eleva un lamento ahora; leamos el versículo 17:

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17
Los malos serán trasladados al Seol,
Todas las gentes que se olvidan de Dios. (Sal. 9:17)

Seol, quiere decir, los muertos. Ese es un gran principio que usted puede apuntar.
Tenemos ante nosotros un gran Salmo en verdad.

“Porque no para siempre será olvidado el menesteroso.” Sin embargo, así es en la


actualidad. Parece que hay programas para ayudar a los pobres, pero la persona que se
encuentra a cargo de todo, parece recibir todo lo que viene, antes de que eso pueda ser entregado
a aquellos que lo necesitan realmente. “Porque no para siempre será olvidado el
menesteroso.” Él juzgará a los pobres, eso es otra cosa que debemos mencionar. Ellos
recibirán justicia, algún día, no será sino hasta cuando llegue el Señor Jesucristo. Usted sabe
que nosotros los pobres deberíamos estar más interesados en el Señor Jesucristo. Hay tantos en
la actualidad que están en la pobreza, y están acudiendo hacia los partidos políticos; se inclinan
hacia ciertos candidatos políticos, sin importarles de qué partido son. Pero, amigo oyente,
permítanos decirle que esta gente no va a hacer mucho por usted. Lo único que ellos están
tratando es lograr un puesto de poder en el gobierno. Y no están tratando de ayudar al
necesitado. El Señor Jesucristo en cambio, no está buscando algún puesto de poder en el
gobierno, Él ya tiene el Suyo, Él es el Rey de reyes, y Señor de señores. Así es que Él no está
buscando ansiosamente complacer a ningún partido político o algún grupo en particular en este
mundo. Cuando Él vino aquí por primera vez vino a hacer la voluntad de Dios; ya que Él es
Dios, cuando regrese nuevamente Él va a hacer su propia voluntad. Amigo oyente, como dice
aquí el versículo 18: “porque no para siempre será olvidado el menesteroso, ni la esperanza de
los pobres perecerá perpetuamente.” Ellos están esperando mucho de los hombres en la
actualidad, pero sólo Dios puede satisfacerlos. Escuche ahora lo que dice aquí el versículo 19,
de este Salmo 9:

19
Levántate, oh Jehová; no se fortalezca el hombre;
Sean juzgadas las naciones delante de ti. (Sal. 9:19)

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Y las naciones serán aun juzgadas. El Señor Jesucristo pronunció una oración en la que
decía que las naciones aun deberán comparecer ante Él. Y el versículo 20 dice:

20
Pon, oh Jehová, temor en ellos;
Conozcan las naciones que no son sino hombres. (Sal. 9:20)

Y hay algunos que piensan en el presente que ellos están obrando en el lugar de Dios. Este
es un Salmo maravilloso el que hemos podido considerar. Tenemos ahora el Salmo 10, y éste
va junto con el Salmo nueve en muchas maneras. En el Salmo 9, vimos algo relacionado con
Goliat o con Faraón, de todos modos era titulado “la muerte del hijo.” Es simplemente un
pequeño cuadro del anti-Cristo que está por venir, el hombre de Satanás, y eso quiere decir que
él será dominado algún día.

Ahora, cuando uno llega al Salmo 10 se encuentra con el hombre de Satanás; él es el hombre
de la tierra y eso quiere decir que está identificado muy de cerca con el Salmo 9. Usted puede
notar aquí cómo se describe al malo. Y vamos a destacar algunos puntos sobresalientes de este
Salmo 10. En el primer versículo de este Salmo, leemos:

1
¿Por qué estás lejos, oh Jehová,
Y te escondes en el tiempo de la tribulación? (Sal. 10:1)

Ante nosotros tenemos un cuadro muy destacado, notemos lo que dicen los versículos 2 y 3:

2
Con arrogancia el malo persigue al pobre;
Será atrapado en los artificios que ha ideado.
3
Porque el malo se jacta del deseo de su alma,
Bendice al codicioso, y desprecia a Jehová. (Sal. 10:2-3)

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Hay dos cosas que caracterizan al malo: el orgullo y la jactancia. Y cuando uno mira a su
alrededor aquí en este mundo, uno quiere saber quiénes son los malos, ¿los grandes del mundo?
Ellos están llenos de orgullo. No tienen ningún lugar para Dios. Lo segundo, es que ellos
hablan mucho, se jactan demasiado. Y pensamos nosotros, no sabemos lo que piensa usted,
pero, no estamos muy impresionados por estos hombres del presente. Estos políticos y líderes
mundiales que siempre se están jactando de cómo ellos van a resolver todos los problemas de
este mundo. Ellos se jactan de las cosas grandes y piensan que son dioses. Y luego parece que
no pueden llegar a hacer nada, y en realidad prácticamente nunca hacen nada. Qué cuadro el
que tenemos aquí de los malos. Y éste, por supuesto, es un cuadro de toda la humanidad. Él es
el falso Mesías. Nos damos cuenta que él es quien se está jactando. Es identificado aquí en
este Salmo. Vamos a continuar leyendo y destacando ciertas cosas que se mencionan aquí. En
el versículo 4, de este Salmo 10, leemos:

4
El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios;
No hay Dios en ninguno de sus pensamientos. (Sal. 10:4)

Dios no forma parte de la conversación, y tampoco figura en las charlas de la actualidad.


Probablemente Dios es la persona menos popular que existe en este mundo, ¿por qué? Porque
los malvados, los malos en el presente están sobre todas las cosas y dirigiéndose hacia el tiempo
cuando el pecado del hombre traerá al hombre de pecado, y éste es el último anti-Cristo.
Observemos el último versículo de este Salmo, el versículo 18, allí dice:

18
Para juzgar al huérfano y al oprimido,
A fin de que no vuelva más a hacer violencia el hombre de la tierra. (Sal. 10:18)

Ese es el anti-Cristo. Uno puede ver que “el malo, por la altivez de su rostro, no busca a
Dios; no hay Dios en ninguno de sus pensamientos.” Nos damos cuenta que ellos niegan al
Padre y al Hijo, ¿y qué es lo que puede hacer el hombre en esto? Leamos los versículos 5 y 6,
de este Salmo 10:

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5
Sus caminos son torcidos en todo tiempo;
Tus juicios los tiene muy lejos de su vista;
A todos sus adversarios desprecia.
6
Dice en su corazón: No seré movido jamás;
Nunca me alcanzará el infortunio. (Sal. 10:5-6)

Ese es el hombre de nuestros días, se jacta de su prosperidad, y del hecho de que él no


necesita a Dios en el día de hoy.

Llegamos ahora a un salmo más breve; el Salmo 11. Este es también un salmo de David y
se nos dice en el título que es “Al músico principal”. No sabemos cuáles fueron las
circunstancias bajo las cuales fue escrito, pero es un producto de la persecución y sufrimientos de
la vida de David. Es un Salmo corto pero maravilloso también. En el primer versículo de este
Salmo 11, leemos:

1
En Jehová he confiado;
¿Cómo decís a mi alma,
Que escape al monte cual ave? (Sal. 11:1)

Eso es lo que los psicólogos le dicen a usted en realidad. A veces el médico dice: “Lo que
usted necesita es escapar de sus problemas, irse lejos de ellos. Viaje a alguna parte. Lo que
usted necesita es descanso. Apártese de las circunstancias presentes, “que escape al monte cual
ave”. Apártese de todo amigo”. Pero eso no resuelve nada. En cierta ocasión, una ama de
casa, cansada de todo se estaba quejando y lamentando de todo lo que le pasaba y quería irse,
apartarse de todo. Y su sirvienta le dice: “¿De qué está tratando de huir? ¿Quiere irse de este
hermoso lugar? ¿Quiere apartarse de sus niños tan lindos? ¿Quiere dejar a su amante esposo?
No importa donde vaya, usted siempre va a tener que cargar con usted misma”. Amigo oyente,
usted nunca puede huir de usted mismo, esa es una gran verdad. Y los amigos de David le

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decían a éste que “escape al monte cual ave”, y que eso resolvería sus problemas. Bueno, lo
sentimos mucho, pero esa no es la manera por medio de la cual uno los puede resolver.

Y vamos a tener que detenernos aquí, amigo oyente, en nuestro estudio, porque nuestro
tiempo ha tocado ya a su fin. Dios mediante, continuaremos con este Salmo 11, en nuestro
próximo programa y bueno, quizá entonces avancemos un poco más rápido de lo que lo hemos
estado haciendo hasta ahora. Le invitamos pues, a acompañarnos. Será hasta nuestro próximo
programa amigo oyente, ¡que las bendiciones recibidas de Dios a través de este estudio, le
acompañen ahora y siempre, es nuestra ferviente oración!

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