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07 Salmo 9-11
07 Salmo 9-11
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SALMOS
Amigo oyente, en nuestro estudio, regresamos hoy al libro de los Salmos y vamos a
considerar el Salmo 9. Finalizamos el Salmo 8 en nuestro programa anterior, y dijimos al
llegar a ese Salmo Mesiánico, Salmo 8, que era como el subir por una escalera, el escalar
una montaña. Ahora, del Salmo 9 en adelante, hasta llegar al Salmo 15, unos seis o siete
Salmos que están juntos y que pertenecen unos con otros, en realidad, lo que estos Salmos
nos cuentan es una historia profética. Estábamos escalando la montaña cuando llegamos
al Salmo 8, y ahora comenzamos a descender por el otro lado de ella. En esta sección aquí
estamos percibiendo algo del remanente judío al término de las edades. Vemos el
sufrimiento, vemos al hombre de pecado, a la persona sin ley, que aún aparecerá en esta
tierra.
El Salmo 9 y el que le sigue, el Salmo 10, están unidos estrechamente. Hay cierta
estructura alfabética aquí, y también un acróstico que no se puede notar en nuestra
traducción, pero que aparece en otras; como resultado uno puede notar que en versiones
como la Septuaginta y la Vulgata se ponen estos dos Salmos juntos en lugar de quedar
separados. Aquí tenemos otro término musical, y ya hemos informado que la mayoría de
estos Salmos han sido escritos por David. Él era el dulce cantor de Israel, el salmista, y él
era un gran músico. Y aquí se nos dice en el título del Salmo que es “Al músico principal;
sobre Mut-labén, Salmo de David.” David lo escribió y es Al músico principal, sobre
1
Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón;
Contaré todas tus maravillas.
2
Me alegraré y me regocijaré en ti;
Cantaré a tu nombre, oh Altísimo. (Sal. 9:1-2)
En vista de la redención que vendrá en el futuro, aquí tenemos un gran canto de alabanza que
el pueblo de este mundo entonará en aquel día. En el libro de Apocalipsis tenemos un cuadro,
en el que esta gran compañía de Israel, está allí para alabar a Dios. La iglesia estará allí – los 24
ancianos, – y será un tiempo de gran alabanza a Dios.
Nuevamente entramos en esa época del reino que es mencionada en el Salmo 8, cuando todas
3
Mis enemigos volvieron atrás;
Cayeron y perecieron delante de ti.
4
Porque has mantenido mi derecho y mi causa;
Te has sentado en el trono juzgando con justicia. (Sal. 9:3-4)
Lo importante que tenemos que notar aquí es, como dijo Martín Lutero, que “uno con Dios es
una mayoría”. Y él no se preocupaba mucho de que Dios estuviera de su lado, sino que quería
estar seguro que él estaba del lado de Dios. Eso es lo importante aquí, “mi derecho y mi causa
son las justas”. Tenemos que estar seguros de eso, tenemos que estar seguros de que estamos
del lado de Dios. Ahora, este es el tiempo que se acerca, el tiempo de juicio. Veamos ahora
el versículo 5:
5
Reprendiste a las naciones, destruiste al malo,
Borraste el nombre de ellos eternamente y para siempre. (Sal. 9:5)
6
Los enemigos han perecido; han quedado desolados para siempre;
Y las ciudades que derribaste,
Su memoria pereció con ellas. (Sal. 9:6)
Esta es una declaración muy severa del juicio que se aproxima. Y a veces nos preguntamos
“¿Es que no se predica del juicio en la actualidad?” Pues bien, lo diríamos de esta manera – que
se ha predicado lo suficiente de cierta clase de juicio. Pero, debemos notar dos cosas: una, es
que hay muy pocos mensajes basados en el tema del infierno. La mayoría de los sermones que
se escucha en la actualidad, son del consuelo para el pueblo de Dios. En realidad, hay
demasiados sermones que están siendo dirigidos hacia aquellos que parecen tener cierta clase de
Suponemos que una de las mejores cosas que se ha dicho acerca de Dwight L. Moody, aquel
gran predicador, tuvo lugar en cierta ocasión cuando un hombre dijo algo sobre una predicación
de Moody y sobre el tema del infierno. Un incrédulo dijo lo siguiente: “No me gusta escuchar
sermones sobre el infierno, pero si hay un hombre que puede predicar sobre ese tema, ese
hombre es Dwight L. Moody.” Debemos decir, amigo oyente, que no sólo debería haber
sermones sobre el infierno, sino que también tiene que haber o existir la persona apropiada para
hacerlo. Supongo que una de las razones por la cual yo nunca predico más sermones sobre ese
tema es porque esta misma cosa de la que estamos haciendo mención debería mover mi corazón
mucho más de lo que sucede en la actualidad.
Ahora, el salmista deja bien en claro aquí que los enemigos de Israel van a ser conquistados,
y eso quiere decir que es para el remanente que permaneció al lado de Dios. Esta es la victoria
de Dios, y en realidad lo que aquí tenemos es “la muerte del hijo,” del primogénito en Egipto.
Creemos que lo lleva a uno al mismo lugar donde nació el anti-semitismo. Comenzó allá en la
tierra de Egipto. Un nuevo rey en ese lugar esclavizó a la nación elegida. Este hombre trató de
exterminarlos, a la raza completa, tratando de frustrar la gracia y el propósito de Dios en Su
redención, y desde ese momento las naciones han sido enemigos de Israel. Y continuarán
siéndolo y odiándolos hasta el día de la redención.
Debemos decir que aun en nuestros días existe un sentimiento contra esa nación. Ahora
tenemos en los versículos 7 al 12, de este Salmo, que el reino es establecido, el trono de justicia
es establecido. Escuche lo que dicen los versículos7 y 8, de este Salmo 9:
Eso es muy importante. Pensamos que a nosotros nos hace falta tener más jueces. También
pensamos que necesitamos más jueces que sigan muy de cerca la ley. Que puedan aplicar
castigos cuando el castigo es merecido. Hay demasiados jueces tiernos, estamos seguros,
hombres que están tratando de ser populares, y eso parece ser lo común en nuestros días. Se
necesita la justicia en la actualidad. Aquel que es justo, y Aquel que hace las cosas con justicia
es Dios. No es lo que usted o yo pensamos que debería ser, es Dios quien pudo separar la luz de
las tinieblas. Yo nunca lo he podido hacer. Nunca me he levantado antes del amanecer y
realizado algunos movimientos con mi mano y hacer que aparezca el sol. Es Dios quien hace
eso. Él es el único hoy que cuando dice que una cosa es justa, así es. Y si usted no piensa de
esa manera, amigo oyente, pues usted está equivocado. Es así sencillamente. Alguien tiene
que hacer las reglas, así es que Él es quien crea todas las normas para este universo. Él es quien
lo hace andar. Y Él va a estar allí por mucho tiempo. Opinamos que Él tiene esa prerrogativa
en la actualidad. Esta es una tremenda sección de los Salmos en la que nos encontramos hoy.
Vamos a tener que comenzar a señalar los puntos más sobresalientes de estos Salmos, y
comenzaremos leyendo el versículo 13. Tenemos ante nosotros un cuadro de la condición
anterior a Su llegada a establecer Su reino. ¿Qué es lo que todos nosotros necesitamos antes de
que El venga? Bueno, escuche la primera parte del versículo 13, del Salmo 9:
13
Ten misericordia de mí, Jehová; (Sal. 9:13a)
13
Ten misericordia de mí, Jehová;
Mira mi aflicción que padezco a causa de los que me aborrecen,
Tú que me levantas de las puertas de la muerte,
14
Para que cuente yo todas tus alabanzas
En las puertas de la hija de Sion,
Y me goce en tu salvación. (Sal. 9:13-14)
Y nosotros, amigo oyente, necesitamos más personas que se regocijen en Dios en el día de
hoy. Llegamos ahora a un versículo que es tremendo, el versículo 15, leamos:
15
Se hundieron las naciones en el hoyo que hicieron;
En la red que escondieron fue tomado su pie. (Sal. 9:15)
Usted puede observar a las naciones en el mundo en la actualidad, aun las grandes naciones
del mundo. Estamos hundidos en el hoyo que hemos hecho. Parece que hemos quedado
atrapados también. Esa es la condición del mundo en la hora presente. Ahora, el versículo 16,
dice:
16
Jehová se ha hecho conocer en el juicio que ejecutó;
En la obra de sus manos fue enlazado el malo. (Sal. 9:16)
Y dice aquí también: “Higaión. Selah.” Este es un versículo fantástico, debemos decir de
paso. Notamos aquí que se eleva un lamento ahora; leamos el versículo 17:
Seol, quiere decir, los muertos. Ese es un gran principio que usted puede apuntar.
Tenemos ante nosotros un gran Salmo en verdad.
19
Levántate, oh Jehová; no se fortalezca el hombre;
Sean juzgadas las naciones delante de ti. (Sal. 9:19)
20
Pon, oh Jehová, temor en ellos;
Conozcan las naciones que no son sino hombres. (Sal. 9:20)
Y hay algunos que piensan en el presente que ellos están obrando en el lugar de Dios. Este
es un Salmo maravilloso el que hemos podido considerar. Tenemos ahora el Salmo 10, y éste
va junto con el Salmo nueve en muchas maneras. En el Salmo 9, vimos algo relacionado con
Goliat o con Faraón, de todos modos era titulado “la muerte del hijo.” Es simplemente un
pequeño cuadro del anti-Cristo que está por venir, el hombre de Satanás, y eso quiere decir que
él será dominado algún día.
Ahora, cuando uno llega al Salmo 10 se encuentra con el hombre de Satanás; él es el hombre
de la tierra y eso quiere decir que está identificado muy de cerca con el Salmo 9. Usted puede
notar aquí cómo se describe al malo. Y vamos a destacar algunos puntos sobresalientes de este
Salmo 10. En el primer versículo de este Salmo, leemos:
1
¿Por qué estás lejos, oh Jehová,
Y te escondes en el tiempo de la tribulación? (Sal. 10:1)
Ante nosotros tenemos un cuadro muy destacado, notemos lo que dicen los versículos 2 y 3:
2
Con arrogancia el malo persigue al pobre;
Será atrapado en los artificios que ha ideado.
3
Porque el malo se jacta del deseo de su alma,
Bendice al codicioso, y desprecia a Jehová. (Sal. 10:2-3)
4
El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios;
No hay Dios en ninguno de sus pensamientos. (Sal. 10:4)
18
Para juzgar al huérfano y al oprimido,
A fin de que no vuelva más a hacer violencia el hombre de la tierra. (Sal. 10:18)
Ese es el anti-Cristo. Uno puede ver que “el malo, por la altivez de su rostro, no busca a
Dios; no hay Dios en ninguno de sus pensamientos.” Nos damos cuenta que ellos niegan al
Padre y al Hijo, ¿y qué es lo que puede hacer el hombre en esto? Leamos los versículos 5 y 6,
de este Salmo 10:
Llegamos ahora a un salmo más breve; el Salmo 11. Este es también un salmo de David y
se nos dice en el título que es “Al músico principal”. No sabemos cuáles fueron las
circunstancias bajo las cuales fue escrito, pero es un producto de la persecución y sufrimientos de
la vida de David. Es un Salmo corto pero maravilloso también. En el primer versículo de este
Salmo 11, leemos:
1
En Jehová he confiado;
¿Cómo decís a mi alma,
Que escape al monte cual ave? (Sal. 11:1)
Eso es lo que los psicólogos le dicen a usted en realidad. A veces el médico dice: “Lo que
usted necesita es escapar de sus problemas, irse lejos de ellos. Viaje a alguna parte. Lo que
usted necesita es descanso. Apártese de las circunstancias presentes, “que escape al monte cual
ave”. Apártese de todo amigo”. Pero eso no resuelve nada. En cierta ocasión, una ama de
casa, cansada de todo se estaba quejando y lamentando de todo lo que le pasaba y quería irse,
apartarse de todo. Y su sirvienta le dice: “¿De qué está tratando de huir? ¿Quiere irse de este
hermoso lugar? ¿Quiere apartarse de sus niños tan lindos? ¿Quiere dejar a su amante esposo?
No importa donde vaya, usted siempre va a tener que cargar con usted misma”. Amigo oyente,
usted nunca puede huir de usted mismo, esa es una gran verdad. Y los amigos de David le
Y vamos a tener que detenernos aquí, amigo oyente, en nuestro estudio, porque nuestro
tiempo ha tocado ya a su fin. Dios mediante, continuaremos con este Salmo 11, en nuestro
próximo programa y bueno, quizá entonces avancemos un poco más rápido de lo que lo hemos
estado haciendo hasta ahora. Le invitamos pues, a acompañarnos. Será hasta nuestro próximo
programa amigo oyente, ¡que las bendiciones recibidas de Dios a través de este estudio, le
acompañen ahora y siempre, es nuestra ferviente oración!