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El Ciclo Global Del Carbono
El Ciclo Global Del Carbono
Víctor J. Jaramillo*
INTRODUCCIÓN
EL FLUJO DE CARBONO
Las plantas superiores adquieren el bióxido de carbono (CO2) atmosférico por difusión
a través de pequeñísimos poros de las hojas conocidos como estomas, y es
transportado a los sitios donde se lleva a cabo la fotosíntesis. Cierta cantidad de este
CO2 regresa a la atmósfera, pero la cantidad que se fija y se convierte en
carbohidratos durante la fotosíntesis se conoce como producción primaria bruta (PPB).
La magnitud de estos flujos es tal que ha sido posible detectarlos mediante las
variaciones estacionales de las concentraciones atmosféricas de CO2, particularmente
en el Hemisferio Norte debido a su mayor masa continental en comparación con el
Hemisferio Sur.
Otro componente natural del ciclo del carbono lo constituye el metano (CH4). Este gas
es, después del bióxido de carbono, el compuesto de carbono más abundante en la
atmósfera (Schlesinger, 1997). Se produce por la fermentación de la materia orgánica
en condiciones anaeróbicas, tal como ocurre, por ejemplo, en los humedales, los
sedimentos lacustres y en el aparato digestivo de los rumiantes y las termitas. La
concentración de metano muestra variaciones latitudinales es mayor en el Hemisferio
Norte que en el Sur †y fuertes oscilaciones estacionales. Tiene una capacidad de
absorción de radiación infrarroja 20 veces mayor por molécula que el bióxido de
carbono (Silver y DeFries, 1990), por lo que el aumento de la concentración de este
gas en la troposfera tiene también el potencial para contribuir de manera significativa
a un cambio climático global (ver el capítulo Los gases regulados por la Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, de D. H. Cuatecontzi y Jorge
Gassca, en esta sección).
Las perturbaciones al ciclo global del carbono se enmarcan dentro de un contexto más
amplio reconocido como «el cambio ambiental global», que amenaza de diversas
formas el funcionamiento del planeta e incluye varios fenómenos y procesos
íntimamente relacionados. Un cambio global se define a partir de dos tipos de
fenómenos: a) aquel que altera las capas de fluídos del sistema de la Tierra (la
atmósfera o los océanos), y que, por lo tanto, es experimentado a escala planetaria, y
b) aquel que ocurre en sitios discretos pero tan ampliamente distribuidos que
constituye un cambio global (Vitousek 1992). Como ejemplos del primero tenemos el
cambio en la composición de la atmósfera (p. ej. aumentos en la concentración de
bióxido de carbono y de metano), el cambio climático, la destrucción de la capa de
ozono en la estratosfera y el aumento de la incidencia de radiación ultravioleta. Dentro
del segundo tipo están la pérdida de la biodiversidad, el cambio en el uso del suelo (p.
ej. la destrucción de los bosques para uso agropecuario), los cambios en la química
atmosférica (p. ej. la lluvia ácida y el aumento en la concentración de ozono en la
troposfera) y las invasiones biológicas.
El denominador común de todos los componentes del cambio ambiental global es el ser
humano y sus actividades, que han adquirido enormes proporciones con relación a los
flujos de energía y materiales en el nivel global. Por ejemplo, el ser humano consume
directamente, el solo, cerca de 2% de la productividad primaria neta de los
ecosistemas terrestres, pero al hacerlo utiliza o destruye cerca de 40% del total
(Vitousek et al.1986). Las perturbaciones del ciclo global del carbono tienen graves
repercusiones en el clima del planeta debido a las propiedades del CO2 y del metano
como gases de efecto invernadero: a una mayor concentración en la atmósfera mayor
temperatura promedio global del planeta.
Esto significa un incremento de 31% en poco más de 100 años. Aunque se han
documentado concentraciones similares a la actual en el registro geológico, ésta
constituye el nivel más alto alcanzado en los últimos 420,000 años, y la velocidad de
cambio no parece tener precedente en los últimos 20,000 años (IPCC, 2001). Sin
embargo, la tasa de aumento presenta variaciones anuales bastante grandes. La
concentración de metano en la atmósfera, que es mucho más baja que la de CO2,
aumentó de cerca de 700 partes por billón (ppb) en 1750 a 1745 ppb en 1998, lo que
representó un aumento de 150%. Esta concentración no ha sido excedida tampoco en
los últimos 420,000 años. Las causas del incremento de la concentración de gases de
carbono en la atmósfera están bien identificadas. En el caso del CO2 son el uso
industrial y doméstico de combustibles que contienen carbono (petróleo, carbón, gas
natural y leña), la deforestación –que provoca la descomposición de la materia
orgánica– y la quema de la biomasa vegetal. En el caso del metano son la agricultura
(p. ej. cultivo de arroz), el uso de gas natural, los rellenos sanitarios, el aumento del
hato ganadero y la quema de la biomasa vegetal. Sin embargo, es el uso
indiscriminado e ineficiente de los combustibles fósiles el principal generador de la
tendencia actual (IPCC, 2001, cuadro 1). Desde la perspectiva del ciclo global del C,
estos flujos antropogénicos son pequeños si se les compara con los que ocurren
naturalmente entre la atmósfera, los ecosistemas terrestres y los océanos (ver
magnitudes en la figura 1), pero son suficientes para modificar los flujos netos y
aumentar el contenido de CO2 de la atmósfera. Es importante notar que son los
movimientos anuales de carbono, más que la cantidad almacenada en los diferentes
reservorios, lo que importa en este contexto. Por ejemplo, el océano contiene el mayor
almacén de C cerca de la superficie de la Tierra (figura 1), pero la mayor parte de
dicho almacén no está en intercambio activo con la atmósfera.
CUADRO 1. EL BALANCE GLOBAL DEL CARBONO EN PGC/AÑO PARA DOS DÉCADAS
1980 1990
Aumento atmosférico 3.3 ± 0.1 3.2 ± 0.1
Emisiones (combustibles fósiles cemento) 5.4 ± 0.3 6.3 ± 0.4
Flujo tierra-atmósfera -1.9 ± 0.6 -1.7 ± 0.5
Flujo tierra-atmósfera* -0.2 ± 0.7 -1.4 ± 0.7
*dividido como
Cambio de uso del suelo 1.7 (0.6 a 2.5) ND
Sumidero terrestre residual -1.9 (-3.8 a 0.3) ND
Los valores positivos son flujos hacia la atmósfera, y los valores negativos representan captura desde la atmósfera.
Los errores indican 1 D.E. como valor de incertidumbre, pero no la variabilidad anual, que es sustancialmente
mayor. ND = información no disponible
Fuente: Cuadro modificado de IPCC 2001.
Es importante considerar que las magnitudes que se calculan actualmente para los
sumideros de C no operarán de manera constante en el futuro, ya que todos los
procesos claves disminuirán. Por ejemplo, la captura de C por los bosques jóvenes que
crecen en las tierras agrícolas disminuirá conforme éstos lleguen a la madurez.
Igualmente, las respuestas a la fertilización por el CO2 atmosférico y por la deposición
de nitrógeno mostrarán una saturación fisiológica, al tiempo que también otros
recursos se volverán limitantes. Más aún, se espera que los efectos del cambio
climático sobre los ecosistemas reduzcan la capacidad de los sumideros a una escala
global (Schimel et al. 2001). Es fundamental tomar en cuenta estas limitaciones de los
sistemas biológicos de la Tierra al hacer consideraciones sobre el balance global de
carbono en el futuro.
AGRADECIMIENTOS
BIBLIOGRAFÍA
Houghton, R.A. 1999. The annual net flux of carbon to the atmosphere from changes
in land use 1850-1990. Tellus 51B:298-313.
IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change). 2001. Climate Change 2001: The
Scientific Basis. Contribution of Working Group I to the Third Assessment Report of the
Intergovernmental Panel on Climate Change. Technical Summary. U.K.: WMO-UNEP.
Cambridge University Press.
Lovelock, J. E. 1988. The Ages of Gaia. New York: W.W. Norton and Co.
Silver, C. S. y R. S. DeFries. 1990. One Earth, One Future. Washington, D.C.: National
Academy Press.
Notas