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AXON TRAINING

El Coaching ontológico
aplicado al Eneagrama

Silvia Diorio
FCD17

2015
Índice
1-Tema a abordar 2
2- Marco Teórico 3
 ¿Qué es el coaching ontológico?
 ¿Qué es el eneagrama?
 Esencia y Personalidad
3- Hipótesis y objetivos 20
4- Desarrollo 21
 Afirmaciones y declaraciones
 Juicios
 Escucha
 Miedo
 Quiebres
5- Conclusión 25
6- Bibliografía 28
7- Anexo 29

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1- Tema a abordar

Cuando comencé a pensar en cuál sería mi tema para exponer, varias cosas

surgieron, pero lo que hizo que me decidiera por éste fueron la habilidad que me

brindó este conocimiento ancestral para una autoobservación primero y luego ver

con qué herramientas contaba para transformarme y crecer. Mi llegada al

eneagrama fue por pura curiosidad, no sabía nada sobre el tema pero sí sabía

sobre la persona que dictaba el curso a quien admiro profundamente y hoy en día

es un referente para mí. Mi vida fue un antes y un después del eneagrama, hoy no

concibo vivir fuera de él, está constantemente en mi pensamiento, tanto en la vida

cotidiana como cada vez que tengo que tomar una decisión o afrontar cualquier

adversidad. ¿Por qué eneagrama y coaching? Descubrí que analizar nuestro propio

eneagrama se parece en mucho a una sesión de coaching. El eneagrama nos invita

a poner el foco en nuestro interior; sin saber quiénes somos mucho menos

podremos entender al prójimo y el por qué actúa de tal o cual manera. También nos

muestra cuáles son nuestras “luces y sombras” y nos dice cómo podríamos

trabajarlas. Cuando analizamos el mapa personal del eneagrama de alguien,

realizamos un diagnóstico del mismo, interpretamos lo que le pasa a la persona en

ese preciso momento, pero lo importante es siempre mantener la objetividad

respetando y remarcando el libre albedrío de cada uno y sin tratar de influir en las

decisiones del entrevistado con nuestros propios juicios; simplemente mostrar el

camino que lo conduce a su desarrollo personal y el camino que lo conduce a su

estancamiento, que en la jerga del eneagrama se denominan camino de integración

o centración y camino de desintegración o descentración.

Encontré en el coaching un complemento ideal del eneagrama, ya que ambos

hablan de conductas humanas y utilizan al poder de la palabra como una

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herramienta fundamental para comprender al coachee o a la persona que se le está

realizando una devolución de eneagrama. Por eso siento que el coaching ontológico

me ayuda a tener un acercamiento con la persona entrevistada sin que intervengan

mis juicios y a colaborar en que sea ella misma la que encuentre su camino. Citando

a un experto en el tema, Arnaldo Pangrazzi, él describe al eneagrama como “la

propuesta de un viaje al descubrimiento del ser humano, de lo que le impulsa a

reaccionar de forma diferente ante los demás, ante Dios y ante las crisis de la vida;

al descubrimiento de todo lo que le ayuda a hacerse libre y a experimentar el

bienestar”.

2- Marco Teórico

¿Qué es el coaching ontológico?

El Coaching ontológico es una dinámica de transformación de la persona, mediante

la cual revé, desarrolla y optimiza sus formas de estar siendo en el mundo. Este tipo

de práctica surge del discurso de la ontología del lenguaje porque a través de ella

se logran experiencias de aprendizaje donde la persona reconoce cambios en sí

misma. Le da la posibilidad de interpretar lo que le pasa de una manera distinta, la

ayuda a buscar otros caminos; desbloquea las situaciones ante las cuales se siente

impotente. Al final de este transitar, la persona reconoce que a través del coaching

ontológico pudo conectarse con el inmenso poder transformador que todos

poseemos en nuestro interior. Heidegger define a la ontología como el modo

particular de ser como somos los seres humanos. Por lo tanto, la ontología hace

referencia a nuestra comprensión genérica (nuestra interpretación) de lo que

significa ser humano. Cuando decimos que algo es ontológico, hacemos referencia

a nuestra interpretación de las dimensiones constituyentes que todos compartimos

en tanto seres humanos y que nos confieren una particular forma de ser. Resulta de

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vital importancia para comprender al coaching ontológico citar los tres postulados

básicos de la ontología del lenguaje:

 Interpretamos a los seres humanos como seres lingüísticos.

 Interpretamos al lenguaje como generativo.

 Interpretamos que los seres humanos se crean a sí mismos en el lenguaje y a

través de él.

El primer postulado establece que el lenguaje es, por sobre todo, lo que hace de los

seres humanos el tipo particular de seres que son. Los seres humanos son seres

lingüísticos, seres que viven en el lenguaje. Por lo tanto, éste es la clave para

comprender los fenómenos humanos. El segundo postulado establece que el

lenguaje no juega un papel pasivo en la vida de las personas. El lenguaje genera

acción, ser; por medio de él participamos en el proceso continuo del devenir. Es

decir que si el lenguaje genera acción, estamos señalando que éste crea realidades.

Al decir algo podemos abrir o cerrar posibilidades para nosotros mismos y para los

demás también. Modelamos nuestra identidad y el mundo en que vivimos a través

del lenguaje. El tercer postulado establece que el foco de atención de la ontología

son los seres humanos. Sujetos a condicionamientos biológicos y naturales,

históricos y sociales, los individuos nacen dotados de la posibilidad de participar

activamente en el diseño de su propia forma de ser. El ser humano no es una forma

de ser determinada ni permanente. Es un espacio de posibilidad hacia su propia

creación. Y aquello que lo posibilita es precisamente la capacidad generativa del

lenguaje.

Los seres humanos no tienen un ser dado, fijo, inmutable. Ser humano es estar en

un proceso permanente de transformación, de inventarnos y reinventarnos. No

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sabemos lo que somos capaces de ser. Nuestro ser es indeterminado, es un

espacio abierto apuntando hacia el futuro.

Desde el coaching ontológico comprendemos la importancia de observar las

acciones humanas para comprender cómo somos los seres humanos. Este es uno

de los principios básicos del coaching ontológico y dentro del cual nos es posible

efectuar lo que llamamos una “interpretación ontológica”. Al observar la forma en

que un individuo actúa (no olvidemos que el lenguaje es acción), el coaching

ontológico puede interpretar la forma de ser de tal persona. Pero esto es solo una

cara de la moneda. Nuestras acciones no sólo revelan cómo somos, también nos

permiten transformarnos, ser diferentes, evolucionar. Este es un segundo principio

del coaching ontológico y nos capacita para realizar lo que llamamos “intervención

ontológica”. Al hacer posible que una persona actúe de un modo determinado, el

coaching ontológico le permite moverse en una determinada dirección y dejar atrás

sus antiguas formas de ser. La acción, por lo tanto, no es sólo la manifestación de

un determinado ser que se despliega en el mundo, es también la posibilidad de que

ese mismo ser se trascienda a sí mismo y devenga un ser diferente.

¿Qué es el eneagrama?

El eneagrama es una figura geométrica que representa los nueve tipos de

personalidad fundamentales de la naturaleza humana y sus complejas

interrelaciones. Es una descripción de la psicología moderna basada en la sabiduría

espiritual de muchas tradiciones antiguas diferentes. La palabra proviene del griego

ennea, “nueve” y grammos, “figura”, significa “figura de nueve puntas”. El

eneagrama de los tipos de personalidad es una síntesis de muchas y diferentes

tradiciones espirituales y religiosas. En gran parte es una condensación de la

sabiduría universal, la filosofía acumulada durante miles de años por cristianos,

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budistas, musulmanes (especialmente los sufíes) y judíos (en la Kabbalah). La

esencia del eneagrama es el conocimiento universal de que todos los seres

humanos somos presencias espirituales encarnadas en el mundo material y que

misteriosamente compartimos la misma vida y el mismo espíritu del Creador. Bajo

las diferencias y apariencias superficiales, detrás de las cortinas de la ilusión, la luz

de la Divinidad brilla en cada persona.

“No somos seres humanos viviendo una experiencia espiritual, somos seres

espirituales viviendo una experiencia humana” (Teilhard de Chardin)

Uno de los grandes valores del eneagrama es que se mantiene al margen de todas

las diferencias doctrinales. Ha servido a personas de prácticamente todos los

principales credos religiosos para redescubrir su unidad fundamental como seres

espirituales. Pero el eneagrama no es una religión, no se inmiscuye en la

orientación religiosa de la persona; no pretende ser un camino espiritual completo.

Sin embargo, se ocupa del único elemento que es fundamental a todos los caminos

espirituales: el conocimiento de uno mismo.

Para comprender la historia del eneagrama es necesario distinguir entre su símbolo

y los nueve tipos de personalidad. Es una amalgama moderna proveniente de varias

tradiciones de sabiduría antigua combinadas con la psicología moderna. El origen

exacto del símbolo del eneagrama se ha perdido para la historia; no sabemos de

dónde procede. Se dice que se originó en Babilonia alrededor del año 2500 a. de C,

pero hay pocas pruebas fehacientes de que sea así. Muchas de las ideas abstractas

relacionadas con el eneagrama, por no decir su derivación de la geometría y las

matemáticas, sugieren que podría tener raíces en el pensamiento griego clásico.

Las teorías que subyacen al diagrama se pueden encontrar en las ideas de

Pitágoras, Platón y algunos filósofos neoplatónicos. En todo caso, está claro que

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forma parte de la tradición occidental que dio origen al judaísmo, el cristianismo y el

islam. De lo que no cabe duda es que el responsable de introducir el símbolo del

eneagrama en el mundo moderno fue George Ivanovich Gurdjieff. Él enseñaba un

compendio vasto y complejo de psicología, espiritualidad y cosmología cuyo objetivo

era ayudar a los alumnos a comprender su lugar en el universo y su finalidad en la

vida. Afirmaba que una persona no comprende algo por completo mientras no lo

entiende desde el punto de vista del eneagrama, es decir, mientras no sabe colocar

adecuadamente los elementos de un proceso en los puntos correctos del

eneagrama, para ver así las partes interdependientes del todo que se sostienen

unas a otras. Gurdjieff explicaba que el símbolo del eneagrama tiene tres partes que

representan tres leyes divinas que rigen toda la existencia. La primera de estas

partes es el círculo, mandala universal utilizado casi en todas las culturas. El círculo

representa la unidad, la totalidad y la unicidad, y simboliza la idea de que Dios es

uno, la característica distintiva de las principales religiones occidentales (judaísmo,

cristianismo e islam). Dentro del círculo encontramos el segundo símbolo, el

triángulo. En la tradición cristiana representa la Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu

Santo); para la Kabbalah (enseñanza esotérica del judaísmo) afirma que Dios se

manifiesta inicialmente en el Universo en forma de tres emanaciones o “esferas”, las

sefirot (Kéter, Biná y Jojmá), que aparecen en el principal símbolo de la Kabbalah, el

Árbol de la Vida; los budistas hablan de Buda, Dharma y Sangha; los hindúes de

Visnú, Brahma y Siva; y los taoístas hablan del Cielo, la Tierra y el Hombre. Es

notable cómo casi todas las principales religiones del mundo enseñan que el

universo es una manifestación no de dualidad sino de trinidad. La tercera parte de

este símbolo es la hexada. Esta figura simboliza lo que Gurdjieff llamó la “Ley de

Siete”, que tiene que ver con el proceso y desarrollo en el tiempo; afirma que nada

es estático, todo se mueve y se convierte en otra cosa. Todo cambia, se recicla,

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evoluciona o se transfiere, aunque de modos legítimos y previsibles según su

naturaleza y las fuerzas que actúan sobre ello. Los días de la semana, la tabla

periódica y la octava de la música occidental se basan en esta ley. Uniendo estos

tres elementos (círculo, triángulo y hexada) obtenemos el eneagrama. Es un

símbolo que representa la integridad de una cosa (círculo), cómo su identidad

resulta de la interacción de tres fuerzas (triángulo) y cómo evoluciona o cambia con

el tiempo (hexada).

Esencia y Personalidad

Cuando hablamos de eneagrama tenemos que hacer una distinción entre esencia y

personalidad. La verdad esencial que nos transmite el eneagrama es que somos

mucho más que nuestra personalidad. La personalidad no es más que las partes

conocidas y condicionadas de una gama de capacidades mucho más amplia que

todos poseemos. Mas allá de las limitaciones de nuestra personalidad, cada uno

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existe como una vasta categoría, en gran parte no reconocida, de Ser o Presencia,

lo que se llama nuestra Esencia. En lenguaje espiritual podríamos decir que dentro

de cada persona hay una chispa individual de lo Divino. Cuando hablamos de

esencia nos referimos a su significado literal, lo que somos fundamentalmente,

nuestro yo esencial, la base de Ser que hay en nosotros. También es importante

distinguir entre esencia o espíritu y “alma”. La base fundamental de nuestro ser es

esencia o espíritu, pero toma una forma dinámica que llamamos “alma”. Nuestra

personalidad es un aspecto particular de nuestra alma. Nuestra alma está hecha de

esencia o espíritu, si el espíritu fuera agua, el alma sería un río y la personalidad

sería las olas sobre la superficie. Generalmente no experimentamos nuestra

esencia ni sus muchos aspectos porque nuestra percepción está muy dominada por

nuestra personalidad. Pero cuando aprendemos a percibir nuestra personalidad,

esta se hace más transparente y entonces podemos experimentar más

directamente nuestra esencia. Seguimos funcionando en el mundo, pero con una

creciente comprensión de nuestra conexión con la divinidad. El eneagrama puede

servirnos para ver lo que nos impide recordar esta profunda verdad sobre quiénes

somos realmente, la verdad de nuestra naturaleza espiritual. Lo hace ofreciéndonos

percepciones profundas y concretas de nuestra naturaleza psíquica y espiritual.

También nos ofrece orientación respecto al aspecto que es necesario trabajar, pero

sólo mientras tengamos presente que no nos dice quiénes somos sino cómo hemos

limitado a quienes somos. El eneagrama no nos encierra dentro de una caja, nos

muestra la caja en la que ya estamos y la salida.

Una de las lecciones profundas del eneagrama es que la integración psíquica y la

comprensión espiritual no son procesos separados. Sin espiritualidad la psicología

no nos puede liberar ni conducir a las verdades más profundas acerca de nosotros

mismos, y sin la psicología, la espiritualidad puede llevarnos a la grandiosidad, la

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ilusión engañosa y al intento de huir de la realidad. El eneagrama no es ni

psicología árida ni misticismo enigmático, sino un instrumento de transformación

que utiliza la claridad y la percepción interior de la psicología para acceder a una

espiritualidad profunda y universal. El eneagrama es “el puente entre la psicología y

la espiritualidad”1. El núcleo de esta psicología básica es que nuestro tipo básico o

tipología básica revela los mecanismos psíquicos por los cuales olvidamos nuestra

verdadera naturaleza, nuestra esencia divina, nos revela el modo como nos

abandonamos. La personalidad utiliza las capacidades del temperamento innato

para desarrollar defensas y compensaciones para las heridas recibidas de la

infancia. Para sobrevivir a las dificultades, sean cuales fueren, con que nos

encontramos en esa fase de la vida, sin darnos cuenta nos especializamos en un

repertorio limitado de estrategias, imágenes propias y comportamientos que nos

permitieron salir adelante y sobrevivir en el entorno de esos primeros años. Cada

uno se ha hecho “experto” en una determinada forma de arreglárselas que, si se

usa en exceso, también se convierte en el núcleo del aspecto disfuncional de

nuestra personalidad. A medida que las defensas y estrategias de nuestra

personalidad se van estructurando, nos desconectan de nuestra experiencia directa

de nosotros mismos, de nuestra esencia. Entonces, la personalidad se convierte en

la fuente de la identidad, en lugar de ser el contacto con nuestro ser. Nuestro

sentido de nosotros mismos se basa cada vez más en imagenes internas, recuerdos

y comportamientos aprendidos y no en la expresión espontánea de nuestra

naturaleza. Comprender nuestro tipo de personalidad y su dinámica, por lo tanto, es

una forma potente de acceder al inconsciente, a nuestras heridas y mecanismos de

compensación y, en último término, a nuestra sanación y transformación. El

eneagrama nos muestra los aspectos donde más nos hace caer nuestra

1
Registrado por D. Riso y R. Hudson

10
personalidad. Destaca aquello de lo que somos capaces a la vez que nos muestra

los innecesarios y contraproducentes que son nuestros comportamientos y nuestras

reacciones. Por eso cuando nos identificamos con nuestra personalidad nos

acostumbramos a ser mucho menos de lo que realmente somos, es como si nos

regalaran una mansión decorada y con hermosos jardines, pero nos limitáramos a

vivir encerrados en un cuarto pequeño y oscuro del sótano. La mayoría hemos

olvidado que existe el resto de la mansión y que en realidad somos los propietarios.

Pero nuestra personalidad no es mala; es una parte importante de nuestro

desarrollo y es necesaria para el refinamiento de nuestra naturaleza esencial. El

problema es que nos quedamos atascados en nuestra personalidad y no sabemos

pasar a la fase siguiente. Entonces, una de las percepciones más transformadoras

que nos ofrece el eneagrama es la comprensión de que uno no es su personalidad.

Cuando comenzamos a comprender que no somos nuestra personalidad, también

empezamos a entender que somos seres espirituales que tienen una personalidad y

que se manifiestan mediante esa personalidad. Cuando dejamos de identificarnos

con nuestra personalidad y dejamos de defenderla, ocurre un milagro: surge

espontáneamente nuestra naturaleza esencial y nos transforma.

El eneagrama se inserta en el cuadro de las teorías tipológicas, porque descubre

características y tendencias recurrentes en las personas, y tiene un carácter

prevalentemente psicodinámico porque su perspectiva es la integración de la

personalidad. Es un instrumento de autoconocimiento que nos permite aclarar cómo

somos en verdad. Ayuda a descubrir rasgos y tendencias típicos de cada

personalidad determinada, permite descubrir semejanzas y diferencias,

características positivas y negativas, aptitudes y motivaciones inconscientes que

están en la raíz de determinados comportamientos. Estos son algunos aspectos

específicos:

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 el eneagrama integra la psicología y la espiritualidad;

 ayuda a ir rápidamente al problema que nos aqueja;

 ayuda a descubrir que muchos sufrimientos en nuestras relaciones se deben

a que no sabemos percibir el modo de ser y de comportase de los demás;

 su aportación introspectiva facilita vías de crecimiento y transformación en el

plano psicológico y en el espiritual;

 es una teoría dinámica, en continua evolución, como el propio ser humano.

El eneagrama ha servido a lo largo de los siglos para comprender la cosmología, las

matemáticas, la filosofía, la química, el arte, la música, los movimientos y las

fuentes de energía. En cuanto a su aplicación del símbolo a la personalidad, su

desarrollo es relativamente reciente y se le puede atribuir a Oscar Ichazo, que

estableció en los diversos puntos de la circunferencia las nueve fijaciones del yo.

Claudio Naranjo, famoso psiquiatra chileno, estudió con Ichazo y quedó cautivado

por el eneagrama. Comenzó a enseñarlo junto con otros sistemas psicológicos que

había estudiado; se interesó por hacer la correspondencia entre los tipos del

eneagrama y las categorías psiquiátricas que él conocía y comenzó a ampliar los

breves esquemas de Ichazo sobre los tipos. Este conocimiento comenzó a

expandirse por la costa oeste de EE. UU (Berkley y en seminarios jesuitas), y es allí

donde Don Riso quien, era seminarista jesuita, tomó el trabajo de Ichazo y el de

Naranjo y desarrolló nuevas teorías aplicadas al eneagrama, entre ellas, los niveles

de desarrollo2. Desde ese momento, el símbolo usado para comprender las leyes de

la naturaleza se transfiere al ámbito del autoconocimiento y da vida a un desarrollo

2
Ver Anexo

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dinámico y variado que abarca la espiritualidad, la psicología, el ámbito educativo,

empresarial, etc.

La técnica se basa en una serie de numerosas afirmaciones que la persona deberá

marcar de acuerdo a si se siente identificada con dicha afirmación o no. Eso arroja

un valor sobre cada una de las distintas tipologías y se observa cuáles son las más

marcadas y cuáles son las menos marcadas. Generalmente la tipología más

marcada determina el rasgo predominante en nuestra personalidad o esencia.

Las nueve tipologías son las siguientes:

Tipología Uno: el organizador (reformador):

El maestro; el activista; el cruzado; el moralista; el perfeccionista.

El tipo racional, idealista, de sólidos principios, determinado y controlado.

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Las personas de esta tipología son éticas, poseen un fuerte sentido del bien y del

mal. Se esfuerzan siempre por mejorar las cosas pero temen cometer errores. Bien

organizados, ordenados y meticulosos, tratan de mantener valores elevados, pero

pueden resultar críticos y perfeccionistas. Normalmente tienen problemas de ira e

impaciencia contenidas. En “luz”, el Uno es sabio, perceptivo, realista, noble y

moralmente heroico.

Tipología Dos: el servidor (ayudador):

El altruista, el amante, el celador, el complaciente, el permisor, el amigo especial.

El tipo afectuoso, amigable, efusivo, generoso, complaciente y posesivo, la persona

preocupada, orientada a los demás.

Los Dos son comprensivos, sinceros y bondadosos, son amistosos, generosos y

abnegados, pero también pueden ser sentimentales, aduladores y obsequiosos. Por

lo general tienen problemas para cuidar de sí mismos y reconocer sus propias

necesidades. En “luz” el Dos es generoso, altruista y siente un amor incondicional

por sí mismo y por los demás.

Tipología Tres: el realizador (triunfador):

El motivador; el modelo; el comunicador; el buscador de status; adaptable y

orientado al éxito; “el mejor”.

El tipo pragmático, sobresaliente, ambicioso y consciente de su imagen.

Las personas de tipología Tres son seguras de sí mismas, atractivas y

encantadoras. Ambiciosas, competentes y enérgicas, también pueden ser muy

conscientes de su posición y estar muy motivadas por el progreso personal. Suelen

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preocuparse por su imagen y por lo que los demás piensan de ellas. Normalmente

tienen problemas de adicción al trabajo y de competitividad. En “luz”, el Tres se

acepta a sí mismo, es auténtico, es todo lo que aparenta ser, un modelo que inspira

a otras personas.

Tipología Cuatro: el creador (individualista):

El artista; el romántico; el melancólico; el esteta; la “víctima trágica”; introspectivo; el

especial.

El tipo sensible, reservado, expresivo, dramático, ensimismado, temperamental.

Los de tipología Cuatro son conscientes de sí mismos, sensibles, reservados y

callados. Son demostrativos, sinceros y personales emocionalmente, pero también

pueden ser caprichosos y tímidos. Se ocultan de los demás porque se sienten

vulnerables o defectuosos, pero también pueden sentirse desdeñosos y ajenos a las

formas normales de vivir. Normalmente tienen problemas de autocomplacencia y

autocompasión. En “luz” los Cuatro son inspirados y muy creativos, capaces de

renovarse y transformar sus experiencias.

Tipología Cinco: el observador (investigador):

El pensador; el innovador; el especialista; el experto; vehemente, cerebral,

perceptivo y aislado.

Los Cinco son despabilados, perspicaces y curiosos. Son capaces de concentrarse y

enfocar la atención en desarrollar ideas y habilidades complejas. Independientes e

innovadores, es posible que se obsesionen con sus pensamientos y elaboraciones

imaginarias. Se desligan de las cosas pero son muy nerviosos y vehementes. Por lo

general tienen problemas de aislamiento, excentricidad y nihilismo. En “luz” el Cinco

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es pionero visionario, suele estar en la vanguardia y es capaz de ver el mundo de

modo totalmente nuevo.

Tipología Seis: el colaborador (leal):

El guardián; el fiel creyente; el escéptico; el tradicionalista; el incondicional.

El tipo comprometido, orientado a la seguridad, encantador, responsable, nervioso y

desconfiado.

Las personas de tipología Seis son dignas de confianza, trabajadoras y

responsables, pero también pueden adoptar una actitud defensiva, ser evasivas y

muy nerviosas; trabajan hasta estresarse al mismo tiempo que se quejan de ello.

Suelen ser cautelosas e indecisas, aunque también reactivas, desafiantes y

rebeldes. Normalmente tienen problemas de inseguridad y desconfianza. En “luz” los

Seis son estables interiormente, seguros de sí mismos, independientes, y apoyan

con valentía a los débiles e incapaces.

Tipología Siete: el entusiasta:

El hombre “orquesta”; el diletante; el estimulador; positivista.

El tipo activo, amigo de pasarla bien, espontáneo, versátil, codicioso, disperso,

productivo y ajetreado.

Los Siete son versátiles, optimistas y espontáneos; juguetones, animosos y

prácticos, también podrían abarcar demasiado, ser desorganizados e indisciplinados.

Constantemente buscan experiencias nuevas y estimulantes, pero la actividad

continuada los aturde y agota. Por lo general tienen problemas de superficialidad e

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impulsividad. En “luz” los Siete centran sus dotes en objetivos dignos, son alegres,

muy capacitados y muy agradecidos.

Tipología Ocho: el luchador (desafiador):

El líder; el protector, el proveedor; el inconformista; la roca.

El tipo poderoso, dominante, seguro de sí mismo, decidido, voluntarioso y retador.

Los Ocho son seguros de sí mismos, fuertes y capaces de imponerse. Protectores,

ingeniosos y decididos, también resultan orgullosos y dominantes; piensan que

deben estar al mando de su entorno y suelen volverse retadores e intimidadores.

Normalmente tienen problemas para intimar con los demás. En “luz” los Ocho se

controlan, usan su fuerza para mejorar la vida de otras personas, volviéndose

heroicos, magnánimos y hasta históricamente grandiosos.

Tipología Nueve: el pacificador:

El sanador; el reconciliador; el utópico; nadie especial.

El tipo indolente, modesto, receptivo, tranquilizador, simpático, conformista,

acomodadizo, humilde.

Los Nueve son conformistas, confiados y estables. Son afables, bondadosos, se

acomodan con facilidad y ofrecen su apoyo, pero también pueden estar demasiado

dispuestos a transigir con los demás para mantener la paz. Desean que todo vaya

sobre ruedas, sin conflictos, pero tienden a ser complacientes y a minimizar

cualquier cosa inquietante. Normalmente tienen problemas de pasividad y tozudez.

En “luz” los Nueve son indómitos y abarcadores; son capaces de unir a las personas

para solucionar conflictos.

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3

El eneagrama ayuda a tomar conciencia de la limitada visión que condiciona a las

nueve personalidades, de las imágenes idealizadas que empañan la relación con la

realidad, de las reacciones automáticas que caracterizan el obrar, de los prejuicios

que afectan a la percepción de uno mismo, de los demás y de Dios. Cada

personalidad es experta en interpretar su propio juego; cada personalidad es

esclava de su propia ilusión que se siente obligada a defender; y para liberarse de

su sombra debe tomar nota de sus motivaciones inconscientes, de sus zonas

oscuras y de su centro reprimido, transformando aquello que evita en oportunidad

de crecimiento y de integración. El eneagrama es un mapa que nos obliga a ser

honestos con nosotros mismos, porque llama a las ilusiones por su nombre y

desenmascara el juego de cada una. De esta manera, no se detiene en el análisis y

el diagnóstico, sino que ofrece pistas para salir de la propia prisión e indica

itinerarios para ir más allá de la propia compulsión, fijación e idealización. El

itinerario de crecimiento o de liberación pasa a través de tres momentos clave:

3
Los nueve tipos de personalidad (D. Riso y R. Hudson)

18
 El conocimiento: la persona recibe información para iluminar su situación y

comprender sus propias dinámicas, ilusiones, trampas, etc.

 La exploración de orientaciones alternativas: es la fase de discernimiento, que

permite valorar las limitaciones de la propia condición y examinar

aproximaciones, actitudes y comportamientos diversos.

 La elección de recorridos orientados a la maduración y a la auto

transformación: es la fase de la acción, cuando la persona se decide a

cambiar lo que necesita ser cambiado a pagar el precio exigido para

conseguir la renovación.

El eneagrama no es la respuesta, pero sí ofrece caminos concretos, válidos y

observables de maduración personal. Cada una de las teorías integradoras

constituye la propuesta de un sendero positivo para el viaje, la incorporación de una

nueva pieza para construir el mosaico de la propia vida. Es útil en tres aspectos: en

primer lugar, nos ayuda a identificar nuestros puntos fuertes y nuestras debilidades;

4
Growth: Integración o Centración. Stress: Desintegración o Descentración

19
en segundo lugar, nos ayuda a saber con claridad qué precio habrá que pagar a la

larga si seguimos inflando nuestro yo y evitando su crecimiento auténtico; y en

tercer lugar, nos ayuda a saber con certeza que existe un modo más positivo de

vivir. Todos podemos progresar o retroceder, pero no seguir siendo los mismos. Si

queremos que nuestro cambio vaya en la dirección del crecimiento, debemos

aprender a anhelar lo que es realmente adecuado para nosotros y tener el valor de

no sucumbir a nuestros miedos. Un conocimiento de nosotros mismos capaz de

revelarnos lo que realmente es bueno para nosotros.

3- Hipótesis y objetivos

Mi objetivo en esta tesina es que el lector tenga un acercamiento y un conocimiento

general del eneagrama junto al coaching porque, basada en mi propia experiencia,

sé que puede ayudar a comprender el por qué de ciertos comportamientos propios y

de los demás. Como expuse en la introducción, encontré en el coaching un

complemento ideal para acompañar al eneagrama. En ambos casos el tema central

consiste en identificar las motivaciones de determinadas conductas humanas. El

objetivo de ambas técnicas es llevar a la persona que está delante nuestro, el

conocimiento de que podemos generar otro tipo de actitudes, comportamientos,

emociones, tomando conciencia de que somos seres en continua evolución, y que

es mediante el lenguaje generativo y un conocimiento profundo de uno mismo, que

tenemos la posibilidad de ser protagonistas de nuestra propia historia. Durante una

devolución del mapa personal de un eneagrama, el especialista se limita a describir

lo que ese mapa muestra, que no es ni más ni menos que la representación de la

psiquis de la persona en ese momento. Ésta comienza a reconocer conductas,

hábitos, virtudes y defectos de sí misma a lo que el especialista deberá relatar con

empatía y calidez para otorgarle confianza y que no se sienta juzgada por las

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características de su personalidad. Allí radica la habilidad del especialista para no

juzgar, escuchar atentamente lo que el coachee tiene para aclarar o aportar y no dar

consejos, simplemente mostrar el camino de crecimiento que indica el eneagrama.

Cuando se comienza una devolución de eneagrama es muy similar a una sesión de

coaching en cuanto a generar un ambiente distendido donde la persona que va a

buscar ayuda de algún tipo, se sienta con la suficiente confianza y seguridad que le

brinda el especialista o coach en ese momento. Es muy importante la primera

impresión para facilitar la apertura del coachee o cliente. Generalmente estamos

tratando temas muy sensibles al cliente por lo que hay que ser muy cuidadosos y

elegir bien las palabras, la entonación, la escucha activa. El coaching junto al

eneagrama permite al coach obtener un conocimiento mucho más profundo del

coachee y le aporta las herramientas para poder comprender mejor sus conflictos.

4- Desarrollo

Afirmaciones y Declaraciones

“Las cosas no son como las vemos; las vemos como somos”

Tanto en coaching como en eneagrama es importante reflexionar sobre las

afirmaciones y las declaraciones. En ambos casos, al ser la vía de comunicación la

palabra, este punto es muy importante. Las afirmaciones corresponden al acto

lingüístico que llamamos “descripciones”, porque las afirmaciones que realizamos

no describen las cosas como son realmente, sino que es nuestro punto de vista. Los

seres humanos observamos según las distinciones que poseamos. Cuando

hacemos afirmaciones hablamos del estado de nuestro mundo y, por lo tanto,

estamos hablando de un mundo ya existente. Pero cuando hablamos de

declaraciones no hablamos acerca del mundo, generamos un nuevo mundo para

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nosotros. La palabra genera una realidad diferente. Esto hace que tomemos una

clase de compromiso diferente al de las afirmaciones; cuando declaramos algo nos

comprometemos a comportarnos consistentemente con la nueva realidad que

hemos declarado. Ya sea un coachee o un cliente de eneagrama es necesario que

reconozca su grado de compromiso con lo que quiere trabajar, esto es, si está

describiendo simplemente lo que le pasa a través de juicios o si su compromiso está

dado en querer que las cosas cambien, y para ello, realizar pedidos, ofertas y

promesas e incluso declarar quiebres (a estos últimos me voy a referir más

adelante). El eneagrama le otorga al cliente la posibilidad de hacer declaraciones

que quizá no imaginaba que podrían ayudarlo porque en muchos casos, su propia

personalidad se lo impide. Es por eso que, a las seis declaraciones fundamentales,

no puedo dejar de asemejarlas con algunas tipologías del eneagrama. Por ejemplo,

una persona de tipología Dos va a encontrar muy difícil hacer una declaración de

NO cuando su miedo básico es ser rechazado por el otro, entonces trata en todo

momento de complacer a los demás para que lo quieran olvidándose de sus propias

necesidades; va a decir que SI a todo lo que le pidan. Esto también se puede aplicar

a la tipología Seis, que cumple con todo lo que es emanado por una autoridad a la

que respeta y no se atreve a decir NO, y acata todas las órdenes. Los de tipología

Cinco suelen encontrar difícil declarar el NO SÉ, ya que debido a su inteligencia

racional que desea encontrar una explicación a todo, rara vez se declare ignorante

en alguna cuestión. A los de tipología Ocho también puede resultarle difícil en

ocasiones ya que el dudar los hace vulnerables y débiles. La declaración de perdón

es aplicable a todas las tipologías ya que el perdón es sanador y nos permite

barajar y dar de nuevo, con nosotros mismos o con los demás, es un

reconocimiento de nuestra humanidad imperfecta y de nuestra capacidad para

cambiar el observador. La declaración de amor es dificultosa para los de tipología

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Tres, Cinco u Ocho. A los Tres les resulta difícil comprometerse con alguien; a los

Cinco les cuesta conectarse con su corazón ya que son muy mentales y todo

aquello a lo que no puedan racionalizar, le temen; los Ocho son los “duros”, si abren

su corazón pueden volverse vulnerables y víctimas de alguien. Por último, la

declaración de gratitud aplica a todas aquellas tipologías que estén desarrolladas o

en vías de desarrollo, mostrando así un crecimiento personal.

Juicios

Con respecto a los juicios, tanto el Uno como el Seis poseen ese “juez mental” que

muchas veces no les permite actuar con libertad. Son dos tipos a los que no les

resulta difícil evaluar las primeras impresiones (normalmente no se equivocan) pero

que condicionan su accionar. Nada los alegra más que obtener un juicio positivo de

los otros. Nada los deprime más que recibir juicios negativos. La lógica de sus

actuaciones está fundamentalmente orientada a complacer a otros. Sus vidas, por lo

tanto, pasan a estar dirigidas por fuerzas que no controlan y que son resultantes de

los variados juicios que reciben. Los de tipo Ocho son los que generalmente no

distinguen entre un juicio y una afirmación. Para ellos las consecuencias suelen ser

la rigidez, la intolerancia y el cierre de múltiples posibilidades de aprendizaje. Un

juicio diferente es tratado como un error, como falsedad. El legítimo espacio de la

discrepancia se transforma en un espacio potencial de confrontación. Los Cuatro

generalmente, no saben distinguir entre juicios fundados y juicios infundados. Las

consecuencias son, la decepción permanente con respecto a sus expectativas y una

gran dificultad para diseñar su futuro. No logran entender por qué a ellos las cosas

no les resultan como quisieran y se comparan con los demás sin entender por qué a

ellos el éxito les es tan esquivo y por lo tanto, se sienten diferentes a los demás.

Viven de interpretaciones mágicas y la vida les resulta un misterio.

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Escucha

Las tipologías que más asociamos a la escucha son la Dos, Seis y Nueve. Las dos

primeras porque son empáticas, se involucran con lo que le pasa al otro y van a

tratar de ayudarlo en todo lo que puedan. Los Nueve escuchan y tratarán de llevar

un poco de tranquilidad al que habla y de mostrarle que no vale la pena hacerse

problema por las cosas.

Miedo

En el estudio del eneagrama se le da mucha importancia a los miedos porque son

los que constituyen nuestras trabas que no nos dejan avanzar en la vida. Cada una

de las tipologías tiene un “miedo específico”, característico de la misma, y de la

lectura del mapa personal, surgen “miedos circunstanciales” que van variando

según los acontecimientos de la vida. La intención es que junto al coaching se

puedan trabajar esos miedos que cierran posibilidades, y si bien esos miedos

constitutivos nos van a acompañar siempre según el tipo de personalidad, es muy

útil que el coach los identifique para poder entender la problemática del coachee de

una forma más abarcativa.

Quiebres

Un quiebre siempre implica un cambio en nuestro espacio de posibilidades. Lo que

antes creíamos posible puede no serlo ya, y lo que antes suponíamos improbable o

incluso imposible puede tornarse probable o posible repentinamente. Cada vez que

juzgamos que nuestro espacio de posibilidades ha cambiado, sea positiva o

negativamente, estamos enfrentando un quiebre. Todo quiebre involucra un juicio

de que aquello que acontece, sea lo que sea, no cumple con lo que esperábamos

que aconteciera. Por lo tanto, todo quiebre está asociado con una transformación de

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nuestros juicios sobre lo que es posible. Pero una de las ventajas de la distinción de

quiebre es que nos permite reconocer que estos pueden ser negativos o positivos.

Al hablar de quiebre hacemos explícito que éste habita en un juicio de un

observador. Cuando hablamos de problemas, en cambio, normalmente suponemos

que ellos existen por sí mismos, independientemente del observador. Todo

problema es siempre función de la interpretación que lo sustenta y desde la cual se

le califica como problema. De esta manera, lo que antes aparecía como problema

bien puede desaparecer; aquello que en principio se definía como problema, al

modificarse la interpretación que lo sustenta, puede ahora aparecer como una gran

oportunidad, se abre la posibilidad de observar del observador. Leonardo Wolk, en

su libro “el arte de soplar brasas” dice que tener un quiebre es hacer un juicio, y

tener un juicio no solo habla de la situación, sino de la persona que lo emite; del

particular observador que es. Es allí donde entra en acción el eneagrama junto al

coaching, que operará en la articulación entre quiebre y juicio, es decir, entre la

interpretación que hace el coachee de la situación. El objetivo es tratar de generar

un cambio en la visión del coachee si está declarando un quiebre que a su juicio es

negativo, o de estimular la visión si a su juicio se trata de un quiebre positivo. Es

importante que el cliente sepa que al declarar un quiebre está creando un nuevo

espacio de posibilidades para él.

5- Conclusión

Cuando una persona solicita una sesión de coaching o de eneagrama, es evidente

que algo de su vida cotidiana no lo está satisfaciendo y muchas veces cree que la

respuesta está fuera de sí mismo, ya sea en el trabajo, una relación, su aspecto

físico, bienes materiales, etc. Pero lo que todos ansiamos en el fondo de nuestro ser

es saber quiénes somos y para qué estamos aquí. La respuesta la encontramos

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en nuestro propio interior y tanto el eneagrama como el coaching nos ayudan a

iniciar ese viaje. En una era de cambios constantes y de presiones personales y

profesionales, es esencial que los coaches tengan a disposición los mejores

instrumentos posibles para ayudar a los clientes a alcanzar sus metas o deseos

personales. Es evidente la necesidad de que existan métodos que ayuden a las

personas a afrontar las presiones normales de la vida moderna. En este sentido el

coaching junto con el eneagrama puede ayudar mucho. Este sofisticado sistema de

tipos de personalidad nos ofrece un mapa detallado que contribuye a identificar no

solo los retos a los que se enfrenta cada cliente, sino también el potencial humano

que en la mayoría de las personas está desaprovechado: sus puntos fuertes. Este

es un magnífico instrumento para los coaches que puede ayudarlos a inspirar y a

capacitar a los demás para rechazar el conformismo y, en cambio, desarrollarse

plenamente. La identificación del potencial humano nos anima a utilizar toda nuestra

energía y a hacer esfuerzos, induciéndonos a tomarnos el tiempo necesario para

llegar a conocer a los seres humanos que están sentados delante de nosotros, con

el objetivo de ayudarlos a liberar ese mismo potencial. Esto es exactamente lo

contrario al “etiquetado”. Desde este punto de vista, el profesional escucha

activamente para comprender las necesidades del cliente y ser capaz de ver el

mundo desde la perspectiva que este tenga. También es importante mencionar la

necesidad de enfoques holísticos, integradores, espirituales y no críticos, que no se

limiten a los cambios conductuales meramente superficiales. Aquí es donde una vez

más el eneagrama demuestra su tremenda importancia. El sistema permite que los

coaches penetren en el ámbito de la diversidad y de la espiritualidad, pudiendo

entender así la riqueza de los mundos de los coachees. Asimismo les permite

diseñar estrategias e intervenciones específicas que aborden la unicidad de cada

cliente, las diferencias personales y las necesidades individuales. En definitiva, el

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coaching junto con el eneagrama es transformador ya que da lugar a un cambio

perdurable. Los coachees finalizan el proceso de coaching fortalecidos gracias a la

autoobservación y la transformación, métodos que pueden usar el resto de su vida.

Para finalizar, dos pensamientos que sintetizan un poco todo lo expuesto:

“Tu visión se hará más clara solamente cuando mires dentro de tu

corazón. Aquel que mira afuera, sueña; aquel que mira en su

interior, despierta.”

Carl Gustav Jung

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6- Bibliografía

La Sabiduría del eneagrama (Don Richard Riso y Russ Hudson)

Manual Eneagrama nivel I y II (Dr. Roberto Pérez)

El eneagrama, un viaje hacia la libertad (Arnaldo Pangrazzi)

Ontología del lenguaje (Rafael Echeverría)

Deja de estancarte y ¡crece! Las técnicas del eneagrama aplicadas al coaching

(Yechezkel y Ruth Madanes)

El arte de soplar brasas (Leonardo Wolk)

Links

 ¿Qué es el coaching ontológico?, por Rafael Echeverría

https://youtu.be/_MmxMqr_BwE

 ¿Qué es el eneagrama?, por el Dr. Roberto Pérez

https://youtu.be/ZzVLAov3fk4

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Anexo

Niveles de desarrollo: en 1977 Don Riso elaboró los patrones fundamentales de

cada nivel de desarrollo y su significado. Estos niveles revelaron las gradaciones de

crecimiento y deterioro por los que pasa la gente a lo largo de su vida; mostraron

qué rasgos y motivaciones van con cada tipo y por qué. En un plano más profundo,

indicaron nuestro grado de identificación con la personalidad y nuestra consecuente

falta de libertad. Reconoció que cada uno de los niveles sano, medio e insano

podían dividirse en tres subniveles, quedando de esta manera, nueve niveles de

desarrollo para cada tipología (estos niveles no se refieren a las nueve tipologías,

sino que están contenidos en ellas).

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