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Poetisa salvadoreña
Fue novia en 1919 de Salomón de la Selva, poeta nicaragüense, al que conoció en un tren cuando
ella se dirigía a Honduras y él a Nicaragua. Por sugerencias leyó a los clásicos del Siglo de Oro, a
poetas ingleses, norteamericanos y a Rubén Darío. Sus padres procurando evitar la relación la
enviaron Estados Unidos. En Pensylvania conoció a Le Roy Beers, con el que contrajo matrimonio.
Dio clases de español en la Escuela Berlitz de Brooklyn. Regresó en 1927 a El Salvador tras haber
sido nombrado su marido cónsul de Estados Unidos, y en ese mismo año tuvo a a su único hijo, Leroy
Beers Brannon.
Obtuvo reconocimiento sobre todo por sus creaciones dedicadas a los niños, aunque también
escribió sobre la maternidad o el amor. Comenzó a usar el seudónimo Claudia Lars en 1933 y un año
después se editó su obra Estrellas en el Pozo. Autora de una vasta producción literaria,
posteriormente publicaría títulos como La casa de vidrio (Santiago de Chile, 1942), Romances de
Norte y Sur (1946), Sonetos y Ciudad bajo mi voz (1947).
Cuando volvió a su país trabajó en el Departamento Editorial del Ministerio de Cultura, dirigiendo la
revista Cultura. Por entonces se publicaron sus obras Donde llegan los pasos (1953), Escuela de
pájaros (1955), Fábula de una verdad (1959) y Tierra de infancia. Mantuvo una destacada vida social
participando en eventos nacionales y conoció a los escritores más destacados de la época.
En 1919 fue encarcelada por criticar en una de sus columnas, al alcalde de Atiquizaya y luego, en
Guatemala, fue encarcelada varios meses por acusaciones de colaborar con la planificación de un
golpe de Estado.[1] En 1921 publicó el libro "Escible. Aventuras de una viaje a Guatemala" donde
narraba su viaje a ese país en los últimos meses del gobierno dictatorial de Manuel Estrada Cabrera;
además publicó los libros "Inmortal, amores de loca" (1925) y "Payaso literario en combate" (1928).
A finales de la década de los años 1920, ella fundó y dirigió el periódico Redención femenina, donde
expresó su postura en defensa de los derechos ciudadanos de las mujeres.
En 1930, consciente de sus derechos como mujer, retó al sistema social político de su tiempo al
lanzarse como candidata a la Presidencia de la República convirtiéndose así en la primera mujer en
El Salvador e Hispanoamérica en optar a esa investidura La legislación salvadoreña no reconocía el
derecho al sufragio femenino. Su plataforma de gobierno incluía el apoyo a los sindicatos, la
honradez y transparencia en la administración pública, la limitación de la distribución y consumo del
aguardiente, el respecto por la libertad de cultos y el reconocimiento de los "hijos ilegítimos" (hijos
fuera del matrimonio). Se inició un debate público de argumentos jurídicos y políticos a favor y en
contra de su pretensión. Uno de los defensores de su candidatura fue el filósofo, maestro, escritor
y diputado Alberto Masferrer, quien escribió en el periódico Patria:
Prudencia Ayala defiende una causa justa y noble, cual es el derecho de la mujer a ser elector y
ocupar altos puestos. Su programa de gobierno no es inferior en claridad, sentido práctico y
sencillez, al de otros candidatos que se toman en serio
Sufrió muchas humillaciones y varias veces fue encarcelada se le conocía como "prudencia la loca"
si bien es cierto en su momento no se le supo reconocer ha pasado mucho tiempo desde que aquella
mujer de piel morena y ojos grandes escandalizo a la sociedad netamente machista pero de seguro
con su bastón de madera abrió el camino de la historia para anunciar la igualdad de derechos"
NORA MÉNDEZ
Ha sido invitada a participar en el 2º Festival de Poesía en El Salvador (2003), el 1er Festival de Poesía
en Granada, Nicaragua (2005 y 2007), el Festival de Poesía de Medellín, Colombia, organizado por
la Revista Prometeo (2006) y el Latinale Festival, en Berlín, Alemania (2006).
Durante los años 1980 fue además intérprete y compositora del grupo musical “Nuevamérica”,
participando en conciertos en Centroamérica. Actualmente escribe una crónica de guerra en su blog
Crónicas de Guerra.
CONSUELO DE SAINT-EXUPÉRY
Llegó a San Francisco con 19 años y una beca para estudiar inglés. Allí conoció al que sería su primer
marido, Ricardo Cárdenas, con quien se casó nada más cumplir la mayoría de edad, obteniendo la
licencia oficial el 15 de mayo de 1922 en la ciudad de San Francisco, del Estado de California. Hasta
hace poco se mencionaba que se había casado con un militar, lo que no es cierto (esto es
probablemente resultado de la capacidad imaginativa de Consuelo, en su afán de tratar de salir
adelante en su vida), pues el joven Ricardo, de tez blanca y de padres de nacionalidad mexicana,
trabajaba como dependiente en un almacén de pinturas. Consuelo vivía en el 562 de Maller Street,
y la ceremonia fue oficiada por el Juez de la Corte Superior de California. Divorciado de Consuelo,
Cárdenas murió a los pocos meses en un accidente de ferrocarril.
Viuda y con 22 años se fue a México, donde inició estudios de Derecho, aunque los abandonó pronto
cambiándolos por los de Periodismo. Durante su estancia en Francia, Consuelo contrajo matrimonio
con Enrique Gómez Carrillo, diplomático guatemalteco, escritor y periodista. Después de la muerte
de Gómez Carrillo en 1927 a causa de un derrame cerebral, a los once meses de la boda, Consuelo
que se encontraba nuevamente viuda y dueña de una gran fortuna, se afincó en Buenos Aires,
Argentina, donde obtuvo la nacionalidad de este país. Tenía 25 años.
Consuelo murió de un ataque de asma en Grasse, Francia el 28 de mayo de 1979 y fue enterrada en
el cementerio de Père-Lachaise en París junto a los restos de su segundo marido Enrique Gómez
Carrillo. Legó todos sus bienes y derechos al español José Martínez-Fructuoso, quien fuera su
mayordomo y jardinero.
María Isabel Rodríguez, exministra de Salud
Marcela Zamora