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ROQUE DALTON

 
BIOGRAFÍA
Roque Dalton García  nació en San Salvador, El Salvador, el  14 de mayo de
1935.
Era hijo del inmigrante estadounidense Winnall Dalton y de la enfermera
salvadoreña María Josefa García.
Estudió en el Colegio Externado de San José, de los jesuitas y en 1953 se
trasladó a  Santiago de Chile para estudiar Derecho, aunque volvió a San
Salvador a continuar sus estudios. En 1957, con otros estudiantes salvadoreños,
visitó la URSS para participar en un festival internacional de jóvenes en el que
conoció a Carlos Fonseca, fundador del FSLN, al poeta argentino Juan Gelman y
al poeta turco Nazim Hikmet.
Dalton tuvo una clara conciencia izquierdista y revolucionaria desde sus tiempos
universitarios que los llevaron a ingresar en el Partido Comunista Salvadoreño a
los veintidós años. Su actividad literaria corrió paralela a la militancia
revolucionaria y el reconocimiento de su valía como escritor coincidió a su vez con
las primeras encarcelaciones. Formó parte de la llamada Generación
comprometida, que reflejó en la novela  Pobrecito poeta que era yo, publicada un
año después de su muerte.
Roque Dalton perteneció al Círculo Literario Universitario (1956), junto a Manlio
Argueta, Roberto Armijo, José Roberto Cea, Álvaro Menéndez Leal y Tirso
Canales.
Fue encarcelado en 1960 y liberado en octubre de ese año, al ser derrocado el
presidente José María Lemus, por lo que se exilió a México, Checoslovaquia y
Cuba.
Finalmente decidió volver clandestinamente a El Salvador para continuar la lucha
pero fue asesinado por sus propios compañeros del Ejército Revolucionario del
Pueblo (ERP), la guerrilla a la cual pertenecía en ese momento, junto con el
obrero Armando Arteaga, "Pancho", bajo la acusación de ser agente de la Central
de Inteligencia de EE. UU., en una casa del barrio de Santa Anita, en San
Salvador y también fue acusado de trabajar para la inteligencia cubana, todas las
acusaciones fueron desmentidas después.
Entre 2005 y 2008 aparecieron los tres volúmenes de su Poesía completa, bajo el
sello editorial de la estatal Dirección de Publicaciones de CONCULTURA, labor
que fue dirigida por el ensayista salvadoreño Rafael Lara Martínez.

Poema: como tú
Yo, como tú,
amo el amor, la vida, el dulce encanto
de las cosas, el paisaje
celeste de los días de enero.

También mi sangre bulle


y río por los ojos
que han conocido el brote de las lágrimas.

Creo que el mundo es bello,


que la poesía es como el pan, de todos.

Y que mis venas no terminan en mí


sino en la sangre unánime
de los que luchan por la vida,
el amor,
las cosas,
el paisaje y el pan,
la poesía de todos.
DAVID ESCOBAR GALINDO

BIOGRAFÍA
David Escobar Galindo nació el 4 de octubre de 1943 en Santa Ana, El Salvador.

Hijo de Esthela Galindo Pohl y José David Escobar Vides. Su abuela materna,
Lillie Emma Pohl Müller, era amiga de la poeta salvadoreña Claudia Lars, lo que
hizo que David se interesara desde niño por la poesía.

Cursó estudios en el Colegio García Flamenco. De 1961 a 1968, estudió


Jurisprudencia y Ciencias Sociales en la Universidad de El Salvador, donde
recibió el título de Doctor en Jurisprudencia y Ciencias Sociales.

Rector de la Universidad Dr. José Matías Delgado. Fue columnista del diario La
Prensa Gráfica.

Tuvo una destacada participación en la Comisión gubernamental para la


negociación que puso fin a la Guerra Civil de El Salvador con la firma de los
Acuerdos de Paz el 16 de enero de 1992.

Ganador de los Juegos Florales de Quetzaltenango, Guatemala, en 1980, 1981 y


1983. En el año 2011, recibió el XXXI Premio Mundial Fernando Rielo de
Poesía Mística.

Miembro de la Academia Salvadoreña de la Lengua, y desde el año 2006, director


de la misma. Nombrado Hijo Meritísimo de la Ciudad de Santa Ana.

Entre sus trabajos destacan la obra de teatro Las Hogueras de Itaca (estrenada


en 1984), la novela Una Grieta en el Agua (1972), las antologías poéticas; El
Árbol de Todos, Lecturas Hispanoamericanas (1979), y Páginas Patrióticas
Salvadoreñas (1988).
Poema: La garza vuela
La garza vuela sobre el agua inmóvil.
Desde la orilla, un bosque de álamos
se empina para ver el pozo ciego
donde se acaba de ocultar la luna.
En el entorno, suelta una cocina
tres pañuelos de humo,
para decirle adiós al sol noctámbulo.
Campos de trigo y de manzana
van emergiendo en la frescura quieta.
Y el día sólo encuentra afinidad
en la garza y el humo.

ALFREDO ESPINO

BIOGRAFÍA

(Edgardo Alfredo Espino Najarro; Ahuachapán, 1900 - San Salvador, 1928) Poeta
salvadoreño que a partir de la publicación de su único libro, Jícaras Tristes, ha
sido uno de los líricos más leídos en su país y está considerado como uno de los
autores clásicos de la literatura centroamericana.
Nacido en el seno de una familia numerosa (segundo de ocho hermanos), era hijo
del también poeta Alfredo Espino, miembro de una destacada dinastía de
profesores, médicos y escritores. El joven Alfredo recibió una esmerada formación
académica que finalizó en 1927, cuando se doctoró en la Facultad de
Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Universidad de El Salvador con una tesis
sobre Sociología estética.

A muy temprana edad comenzó a publicar colaboraciones literarias en las revistas


Lumen y Opinión estudiantil y en los periódicos La Prensa y Diario de El Salvador.
Llevó una vida bohemia y disipada que le condujo a caer en frecuentes crisis
alcohólicas, en una de las cuales se quitó la vida cuando contaba poco más de
veintiocho años de edad. Sus restos mortales, sepultados en primera instancia en
el Cementerio General de San Salvador, fueron después trasladados a la llamada
Cripta de los Poetas, en el camposanto de los Jardines del Recuerdo.

Sus composiciones, diseminadas en papeles sueltos y en distintas publicaciones,


fueron recopiladas por su padre con el fin de llevarlas a la imprenta. Una parte de
esta recopilación, prologada por un texto esclarecedor del poeta Alberto Masferrer,
fue publicada en 1932 en el diario Reforma social. A causa de su repercusión, en
1936 vio la luz en forma de libro una compilación más completa y representativa
de su obra que se tituló Jícaras tristes.

La poesía de Alfredo Espino es un equilibrio de romanticismo y expresión


mesurada, que canta al paisaje con imágenes de gran poder descriptivo y
plasticidad, siempre desde una percepción tierna de los seres y las cosas de su
tierra. Buena parte de su obra es un canto a la región de Cuzcatlán. Prefirió la
sencillez y la métrica tradicional para sus modestas pretensiones líricas y escribió
romances y sonetos, aunque no desechó el verso libre. Sus poemas evocan los
árboles, los frutos, el aroma de la noche, los colores, los niños y lo maternal.

Desde su publicación, sus poemas fueron acogidos y difundidos con entusiasmo


por los lectores salvadoreños, que enseguida se identificaron con su lírica
descripciones paisajísticas. Así, Jícaras tristes se convirtió en una de las lecturas
obligadas en los programas educativos salvadoreños, y desde instancias
gubernamentales se promovió su edición y difusión.

Poema: árbol de fuego


Son tan vivos los rubores
de tus flores, raro amigo,
que yo a tus flores les digo:
"Corazones hechos flores".

Y a pensar a veces llego:


Si este árbol labios se hiciera...
¡ah, cuánto beso naciera
de tantos labios de fuego...!

Amigo: qué lindos trajes


te ha regalado el Señor;
te prefirió con su amor
vistiendo de celajes...
Qué bueno el cielo contigo,
árbol de la tierra mía...
Con el alma te bendigo,
porque me das tu poesía...

Bajo un jardín de celajes,


al verte estuve creyendo
que ya el sol se estaba hundiendo
adentro de tus ramajes.

CLAUDIA LARS

BIOGRAFÍA

(Carmen Margarita Brannon Vega; Armenia, 1899 - San Salvador, 1974) Poetisa
salvadoreña, una de las voces más sobresalientes de la lírica centroamericana del
siglo XX.

Hija de Peter Patrick Brannon, ingeniero norteamericano, y de la salvadoreña


Carmen Vega Zelayandía, estudió en el colegio La Asunción de la ciudad de Santa
Ana, donde la joven Claudia se decantó por los estudios humanísticos. Religión y
poesía se vincularon en su hogar para acrecentar su sensibilidad natural. Desde
muy pronto recibió la influencia de los clásicos antiguos y españoles
(Góngora, Quevedo, Fray Luis de León), así como la de los románticos ingleses y
de Rubén Darío. También coincidió con algunos de sus contemporáneos, como el
cuentista salvadoreño Salarrué.
Poetisa precoz, con diecisiete años publicó un breve poemario que pasó
inadvertido: Tristes mirajes, que vio la luz gracias al mecenazgo del general y
poeta Juan José Cañas, uno de sus primeros mentores. Por esa época Claudia
Lars mantenía relaciones sentimentales con el poeta Salomón de la Selva. Pero
en 1919, cuando habían ya formalizado su compromiso de matrimonio, el padre de
Claudia decidió romper el vínculo y enviar a su hija a los Estados Unidos, a casa
de unos familiares afincados en Pennsylvania. Allí conoció a Le Roy Beers, con
quien contrajo matrimonio tras un breve período de noviazgo.

Sin abandonar el país norteamericano, la poetisa se instaló en compañía de su


nuevo esposo en el barrio de Brooklyn de Nueva York, donde ejerció como
profesora de lengua castellana en la Escuela Berlitz. En 1927 tuvo ocasión de
regresar a su país junto con su cónyuge, que acababa de ser nombrado cónsul de
los Estados Unidos en El Salvador. Aposentados en la capital salvadoreña, a
finales de 1927 nació su primer hijo, Le Roy Beers Brannon, que sería el único
vástago de Claudia Lars.

Claudia Lars volvió a frecuentar los cenáculos literarios, en especial el congregado


alrededor del poeta Alberto Guerra Trigueros, compuesto por escritores
como Alberto Masferrer, Salarrué y Serafín Quiteño. En ese nuevo ambiente la
poesía de Claudia Lars fluyó de nuevo con espontaneidad y soltura, lo que se
tradujo en 1934 en una nueva entrega lírica: Estrellas en el pozo, publicada en las
famosas Ediciones Convivio por voluntad expresa de su director, el intelectual
costarricense Joaquín García Monge.
Esta obra, bien recibida por críticos y lectores, allanó el camino del siguiente
poemario de Claudia Lars, Canción redonda (1936), al que siguió, tras un
paréntesis, La casa de vidrio (1942). En este fértil periodo publicó
también Romances de norte y sur (1946), Sonetos (1947) y Ciudad bajo mi voz,
libro premiado en el Certamen Conmemorativo del IV Centenario del Título de
Ciudad de San Salvador.

En 1948 se instaló en Guatemala para ejercer allí sus competencias como


agregada cultural de la Embajada de El Salvador, cargo con el que acababa de
honrarla el gobierno salvadoreño. En Guatemala conoció además a quien habría
de convertirse en su segundo esposo, Carlos Samayoa Chinchilla.

A su regreso a El Salvador, continuó desempeñando algunos cargos públicos en


el departamento editorial del Ministerio de Cultura, donde poco tiempo después
asumiría la dirección de la revista Cultura. Mostró una mayor madurez conceptual
y expresiva en el volumen Donde llegan los pasos (1953), al que siguió, dos años
después, Escuela de pájaros (1955), un texto con el que se acercaba a los
lectores infantiles.
Poema: Sangre

Para Alberto Guerra Trigueros


Zumo de angustias, leche milagrosa,
raíz inaccesible, árbol salado.
¡Qué temblor en el túnel anegado!
¡Qué llama y nieve en subterránea rosa!

Escala de contactos, misteriosa


razón del sueño, el miedo y el pecado.
Silencio a todo grito encadenado
y tapiada presencia dolorosa.

De los muertos nos llegas… ¡muerte andando!


Substancia inevitable, gravitando
en la masa despierta de la vida.

Mi cuerpo de mujer te alza en el hombre,


te suelta en la aventura de su nombre
y te derrama por interna herida.

HUGO LINDO

BIOGRAFÍA
Poeta, novelista, cuentista y diplomático salvadoreño, nacido en La Unión el 13 de
octubre de 1917, y fallecido en San Salvador el 9 de septiembre de 1985.
Premiada en numerosos certámenes nacionales e internacionales, su obra literaria
está considerada como una de las mayores aportaciones a las Letras
centroamericanas del siglo XX.
Volcado desde muy temprana edad hacia los estudios humanísticos, Hugo Lindo
orientó su formación académica hacia la vertiente de la Jurisprudencia y las
Ciencias Sociales, disciplinas que cursó en la Universidad de El Salvador para
egresar con un título de doctor en 1948. Su tesis, centrada en El divorcio en El
Salvador, fue galardonada con una medalla de oro por parte de las autoridades
académicas de su país natal.
En su condición de hombre público al servicio de la Administración salvadoreña,
desempeñó el puesto de embajador cerca de Bogotá (Colombia) y Madrid
(España). Posteriormente, fue Ministro de Educación (1961), cargo que abandonó
para asumir las funciones de director de la Oficina de Asuntos Culturales de la
Organización de Estados Centroamericanos.
Como escritor, Hugo Lindo destacó tanto en el cultivo de la prosa como en sus
numerosas incursiones en el género poético. Entre sus títulos de poesía, resulta
obligado destacar en primer lugar aquellos que obtuvieron algún galardón literario
de acreditado prestigio, como Libro de horas (1948), que fue distinguido con el
primer premio del Certamen Permanente "15 de Septiembre", convocado en
Guatemala en 1947; Navegante río (1963), galardonado con el primer premio de
los Juegos Florales de Quezaltenango (Guatemala), en su convocatoria de 1962;
y Sólo la voz (1968), que un año antes de su paso por la imprenta había sido
honrado con el segundo premio del Certamen Nacional de Cultural celebrado en
San Salvador. A estos tres títulos hay que añadir los de otros poemarios
como Sinfonía del límite (1953), Trece Instantes (Montevideo, 1959), Varia
poesía (1961), Maneras de llover (Madrid, 1968), Resonancia de
Vivaldi (1976), Fácil palabra (1985) y Aquí mi tierra (1989); pero esta relación
quedaría incompleta sin una obligada mención a Desmesura, un largo poema de
carácter autobiográfico que, aunque quedó inconcluso por la muerte de Hugo
Lindo, vio la luz a título póstumo en 1993.
En su faceta de prosista, el escritor de La Unión obtuvo también un merecido
reconocimiento en 1964, cuando su novela Cada día tiene su afán (que salió a la
luz al año siguiente) fue galardonada con el segundo premio del ya mencionado
Certamen Nacional de Cultura celebrado en la capital salvadoreña. Además de
esta obra narrativa, Hugo Lindo dio a la imprenta también una recopilación de
cuentos aparecida bajo el epígrafe de Guaro y champaña (1947); una muestra
colectiva presentada bajo el título de Antología del cuento moderno
centroamericano (que vio la luz en dos tomos, en 1949 y 1950, respectivamente);
una novela titulada El anzuelo de Dios (Santiago de Chile, 1956); una nueva
recopilación de relatos, publicados bajo el título de Aquí se cuentan
cuentos (Bogotá, 1959); otra novela, llamada ¡Justicia, Señor Gobernador! (1960);
un último volumen de narraciones breves, titulado Espejos paralelos (San José de
Costa Rica,1974); y su novela postrera, aparecida bajo el epígrafe de Yo soy la
memoria (1983).
Con esta producción narrativa y poética a sus espaldas, Hugo Lindo se fue
convirtiendo paso a paso en una de las figuras centrales del panorama literario
salvadoreño, y su presencia se hizo inexcusable en las principales instituciones
culturales de todo el ámbito lingüístico hispanoamericano. Así, fue elegido
miembro de la Academia Salvadoreña de la Lengua (en donde llegó a ocupar el
honroso cargo de Director Emérito), y miembro correspondiente de las Academias
de España, Chile, Colombia y Honduras.

Poema: Limonero del patio


Limonero del patio, yo recuerdo
tu matinal constelación dorada,
tus maduros planetas en el suelo
cantanzo zumos de amarillas gracias;
tu manera sutil de estar volando
en la invernal atmósfera del agua,
mientras en tu ramaje, las chiltotas
eran mudos ovillos de fragancia.

Recuerdo tu amorosa continencia,


tu dulce charla de hojas agitadas
y la quietud celeste que subía
hasta el perfume en tus dormidas aguas.

Y luego, a tu redor, manos inquietas,


nudos de voces, coros de algazaras
festejando inocentes, tu escondida
población de luciérnagas intactas.

Me fui de ti. Mi corazón te añora,


¡verde pilar de aromas en la infancia!
Mi soledad te busca en libros viejos,
cartas de amor y flores disecadas,
yendo corriente arriba por los años
a la acidez impúber de tu estampa.

Y me entristece a ratos tu recuerdo,


el frutal abandono de tu dádiva,
porque en tu olor se me enredó un cariño
y con el tiempo se ha tornado lágrima.
ALBERTO MASFERRER

BIOGRAFÍA

(Vicente Alberto Masferrer Mónico; Tecapa, 1868 - San Salvador, 1932) Escritor e
intelectual salvadoreño. De personalidad polémica, fue una de las figuras más
dinámicas de la vida cultural y política de su país y ejerció una fuerte influencia en
las generaciones más jóvenes.

Hijo de una ciudadana salvadoreña, Leonor Mónico, y de un español afincado en


El Salvador, Enrique Masferrer, su padre se negó en un principio a reconocerlo
como vástago; posteriormente se avino a reconocer su paternidad y Alberto pasó
a vivir a la casa de su progenitor. Cursó sus primeras letras en la escuela de
Jucuapa y, a los diez años de edad, ingresó colegio que había fundado en San
Salvador la pedagoga francesa Agustine Charvin.

En 1883 fue enviado por su padre a Guatemala en represalia por haberse negado
a cumplir un castigo que le había impuesto. El jovencísimo Masferrer rechazó la
custodia paterna y vagabundeó por Guatemala, Honduras y Nicaragua, trabajando
en oficios como el de buhonero.

Ejerció luego la docencia en el departamento nicaragüense de Rivas, desde donde


fue enviado a la isla de Ometepe para que impartiera clases en el presidio que allí
se levantaba. Posteriormente se trasladó a San Rafael del Sur, donde asumió la
dirección de la Escuela de Varones. En 1885 se trasladó a Costa Rica, donde
apenas permaneció un año, y en 1886 regresó a su país natal y fue profesor en El
Carrizal, donde residió durante tres años. En 1889 fue nombrado director de la
escuela de Jucuapa, la misma en que el propio Masferrer había recibido sus
primeras clases.
En 1890 fue nombrado subdirector escolar en Sensutepeque y archivero de la
Contaduría Mayor en San Salvador; dos años después asumió la dirección del
Diario Oficial, y en 1900 se convirtió en secretario del Instituto Nacional, cargo que
abandonó un año más tarde, cuando fue nombrado cónsul de El Salvador en
Buenos Aires (Argentina). Inició así una carrera diplomática que lo llevaría a
ocupar los consulados salvadoreños en Santiago de Chile (1902), San José de
Costa Rica (1907) y Amberes (Bélgica, 1910). Fue delegado de El Salvador en la
Conferencia de La Haya (1912), colaborador en el Segundo Congreso Científico
celebrado Washington en 1915, asesor del Ministerio de Instrucción Pública y
director del Instituto Ixeles (1916).

Su labor literaria y ensayística se desarrolló paralelamente. En 1923 se convirtió


en uno de los editorialistas del periódico El Día, y en 1928, en compañía de los
escritores y periodistas Alberto Guerra Trigueros y José Bernal, fundó en la capital
salvadoreña el rotativo Patria, donde se hizo cargo de la sección editorial y de una
aplaudida columna titulada Vivir. Sus trabajos periodísticos publicados en este
diario fueron recopilados al cabo de varios años por el poeta y crítico literario
Pedro Geoffroy Rivas, y publicados por la editorial de la Universidad de El
Salvador. Masferrer brilló también como periodista en territorio chileno, donde,
bajo el pseudónimo de "Lutrín", firmó una columna humorística que aparecía en
los rotativos El Chileno, de Santiago, y El Mercurio, de Valparaíso.

En los últimos años de su vida, Alberto Masferrer se implicó en la política de su


país. Participó ardientemente en la campaña electoral de 1929 y 1930 a favor del
partido laborista, apoyando al candidato Arturo Araujo, quien, elegido presidente
en 1931, resultó inmediatamente derrocado por el golpe de estado del general
Maximiliano Hernández Martínez. Las matanzas posteriores a manos del ejército
salvadoreño desengañaron a Masferrer, quien hubo de partir a Guatemala y a
Honduras sumido en la pobreza y la enfermedad.

Poema: El rosal deshojado

Así habrás de vivir

Serás como el viento, que canta mientras sopla,


 y no inquiere "de dónde viene ni para dónde va”.
Te contentarás, como el agua que corre, con ser
 una fuerza sumisa y desprendida.
Como la brisa, que se impregna de la fragancia
 encontrada al pasar, así disfrutarás de las venturas que
te ofrezca la vida: sin apegarte a ellas; sin rehacer tu
camino para gustarlas otra vez; sin tristeza por haberlas
perdido. Aquellas dichas que a nadie cuesten lágrimas,
esos son los fulgores con que has de iluminar las horas
grises de tu vida.
Y que te aliente la esperanza de que hay Ojos que
ven y' Oídos que oyen, aunque estén más allá de las
estrellas; y de que, así como para el agua y para el
viento, un día habrá reposo para tu corazón.

JUAN JOSÉ CAÑAS

BIOGRAFÍA

Compositor del Himno Nacional de El Salvador


Nació el 19 de enero de 1826 en San Miguel.

Cursó estudios de Medicina.

Se traslada a San Francisco, en busca de oro. Posteriormente viaja a Nicaragua y


se incorpora al ejército que luchaba contra el filibustero William Walker.

Fue poeta, militar y diplomático. Su producción literaria comprende versos, prosa,


crítica, narraciones y artículos siendo precursor del romanticismo en El Salvador.

Fue Gobernador Político Departamental y Subsecretario de Relaciones Exteriores.


En su carrera diplomática representó a El Salvador en Santiago de Chile en
calidad de Ministro Plenipotenciario, y logró la firma de un tratado que intensificó
las relaciones entre ambos países.

En 1882 la Academia Colombiana de Bogotá lo nombró socio honorario extranjero.


Fue Presidente de la Academia Salvadoreña de la Lengua.
El Himno Nacional Oficial fue compuesto y escrito por Juan Aberle, compositor
italiano que llegó al país como director de una Compañía de Opera y el General
Juan José Cañas. Se adoptó popularmente el 15 de septiembre de 1879, aunque
no tuvo reconocimiento oficial hasta el 11 de diciembre de 1953.

Juan José Cañas falleció en San Salvador, El Salvador, el 10 de enero de 1918.

Rubén Darío lo llamó "El Patriarca de la Poesía de Centro América" y José Martí,
"Veterano de la Lira y de la Espada".

Poema: BENJAMÍN VICUÑA MACKENNA

Aun contemplando por espacio breve

De este escritor la escultural cabeza,

Del Chimborazo se halla la belleza

Con su melena de brillante nieve.

Y como aquél, ostente de relieve

Entre muchas grandezas su grandeza,

Pero a esta excepcional naturaleza

Nube ninguna a oscurecer se atreve.

E su mente activísima lumbrera

Que de luz va dejando un gran reguero

De las letras fecundas en la esfera.

Y a quien pregunte, hipócrita o sincero,

¿Do lo negro dejó su cabellera?


“¡Aquí!” dirá al instante su tintero.

JOSÉ ROBERTO CEA

BIOGRAFÍA

José Roberto Cea, nace en la ciudad de Izalco, departamento de Sonsonate, el


10 de Abril de 1939. En El Salvador es unos de los autores más prolíficos de la
actualidad.
Ha escrito poesías, narraciones, novelas, cuentos, teatro, ensayos. De este último
género, dos trabajos muy importantes son; uno sobre la pintura y otro sobre el
teatro en El Salvador. Algunos críticos señalan que mientras un sector de
la poesía hispanoamericana sigue los movimientos europeos otro sector ha
buscado incorporar a la misma un indigenismo más o menos auténtico sin tratar
de caer en la imitación, lo cual se logra percibir en la obra de J. R. Cea. "La poesía
de Cea es un tipo de poesía que está marcado por el sello de la originalidad. El
país de cada escritor define, sin duda, el lenguaje y José Roberto Cea tiene a su
modo de expresarse un rico léxico de palabras de allá, con las que abarca lo
telúrico y lo mágico, el toque de los prodigioso, que alcanza el verdadero arte en
su esfuerzo por acercarnos a lo inefable". Es un autor que ha preferido ser
americano apoyándose en fascinantes orígenes. Su obra conduce a tomar
conciencia de lo nacional. Cea ha ganado muchos premios, entre los principales
figura: Premio Internacional de Poesía del Círculo de poetas y escritores
iberoamericanos de Nueva York, 1965; Premio 15 de Septiembre en Guatemala,
1965 y 1966; Premio Centroamericano de Teatro, en Quezatenango,
Guatemala, 1965; Premio Italia 1972; Primer Premio en el Certamen
Latinoamericano de Poesía "Pablo Neruda" en Lima, Perú, 1974; y muchos más.

Poema: Soledad
Hoy he visto caer de mis ojos la sombra.           
como un viaje cansado;                             
y dejó mi soledad                                   
cómo ciudad deshabitada de estrellas               
y perros que nos ladran;                           
sin la novia prendida en el recuerdo,               
sin el beso primero que nos llenó de asombro,       
sin amables señoras que nos dicen:                 
"---Cómo está, joven, buenos días.---"             
Sin éste mundo amargo y cotidiano                   
que nos duele en el pecho,                         
como la muerte del pastor de caracoles             
que murió sobre la arena                           
y apareció su viaje desnudo ante el crepúsculo...   
¡Dejó pues la sombra, mi soledad vacía...!         
                          
Mi soledad vacía.                                   
Tremendamente sola.                                 
Sin un grito siquiera.                             
¡Sin mis huesos!                                   
Sola.                                               
Sin perfume.                                       
¡Como un lirio quebrado en pleno invierno!         
Pura.                                               
Como un ángel despierto                             
sigue mi soledad.               

RICARDO LINDO FUENTES

BIOGRAFÍA

Ricardo Lindo Fuentes es un escritor, novelista, dramaturgo y poeta salvadoreño.


Nació el 5 de febrero de 1947 en San Salvador (El Salvador), ha viajado bastante
a lo largo de su vida. Al ser su padre diplomático, (el también escritor salvadoreño
Hugo Lindo), desde pequeño le tocó ver mundo, primero en Chile donde la familia
estuvo 6 largos años, y luego en Colombia.

La familia regresó a El Salvador, y cuando terminó sus estudios de bachillerato,


fue enviado a España a cursar sus estudios superiores, estudiando Filosofía y
Publicidad. En Madrid disfrutó del Museo del Prado y estuvo inmerso en el
ambiente cultural de la época. Luego fue a París, donde completó sus estudios en
la Sorbona, y donde también tuvo la oportunidad de disfrutar de pinacotecas
parisinas, así como del ambiente creador del Barrio Latino.

De regreso en El Salvador, siempre ha estado vinculado a la creación artística, y


ha participado en las instituciones culturales más relevantes. Sus obras son
estudiadas en los colegios salvadoreños.

Durante años ha sido el director de la revista ARS, cuya tercera época ha


comenzado a finales del 2010; ha hecho investigaciones sobre la pintura
prehistórica, la música y los cuentos tradicionales, que pasan de generación en
generación, para poder conservarlos.

También ha sido profesor en el Centro Nacional de Artes (CENAR) hasta


comienzos del 2010, y desde finales de dicho año, participa en una investigación
de arte rupestre en el Departamento de Morazán, en su calidad de Investigador
Institucional; al mismo tiempo que dirigela tercera época de la revista ARS.

Poema: Canto de los abuelos

Ya habrá tiempos de paz,           


Ya habrá tiempos de vida           
Cuando pasen los días               
Aciagos.                           
Otros serán los días,               
Otras las glorias                   
Y acaso sean                       
Otras también                       
Las miserias.                       
Pero un gran pueblo surgirá         
De obras rientes y fuertes,         
Un moreno pueblo por las tierras   
Que un día amamos                   
Nosotros                           
Los que nos vamos.                 

OSWALDO ESCOBAR VELADO

BIOGRAFÍA

(Santa Ana, 1919 - 1961) Poeta salvadoreño. La primera etapa de su producción


siguió los cauces del romanticismo, pero posteriormente desarrolló una obra más
realista, comprometida y social.

En el campo de la política, formó parte del "grupo de los seis", que luchó contra el
dictador Maximiliano H. Martínez. Vivió desterrado en Guatemala entre 1944 y
1945, y más tarde en Costa Rica. Abogó por la unión de Centroamérica en una
sola entidad. En los últimos años de su vida, sufrió un cáncer en la lengua que le
obligó a trasladarse en varias ocasiones a Texas, donde las intervenciones
quirúrgicas no lograron sanarle.

Su poesía es un equilibrio de belleza lírica y compromiso con su tiempo histórico.


Debatiéndose siempre entre el posmodernismo vanguardista, el romanticismo y el
compromiso social y político, su lírica resulta difícil de ubicar. Entre sus libros
destacan Poemas con los ojos cerrados (1943), Diez sonetos para mil y más
obreros (1950), Volcán en el tiempo (1955), Árbol de lucha y
esperanza (1951), Cristoamérica (1958), Cubamérica (1960), Antología
Poética (1967) y Patria exacta y otros poemas (1978).
Poema: La iguana

La iguana sola. Sobre la piedra, sola.


En pleno mediodía
apenas mueve su dorada cola.
Cola con sol y cola con poesía.

Sola. Sola. El sol la tornasola.


Se vuelve pedrería.
Su cresta en la cabeza es una ola
de fina alfarería.

Junto a los cactus, lejos de la hoja,


la iguana está sobre la piedra roja.
Sobre la piedra roja. Roja y dura.

Sola. Sola. El sol la tornasola


y cuando mueve su dorada cola,
la cola le fulgura.

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