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El Proceso Abreviado Laboral

EL NUEVO MODELO PROCESAL TIENE COMO FINALIDAD ESENCIAL REDUCIR LA DURACIÓN DE LOS
PROCESOS LABORALES, QUE ACTUALMENTE DEMORAN ENTRE 4 Y 8 AÑOS, A UN PROMEDIO DE SEIS
MESES.

Y es que una de las grandes innovaciones procesales que tiene esta norma es el cambio de un sistema
procesal laboral escrito a un sistema procesal laboral oral. Según el artículo I del Título Preliminar se
instituye el principio de oralidad como inspirador del proceso laboral, mientras que el artículo 12
establece la oralidad en los procesos por audiencia.

Asimismo, esta nueva Ley Procesal del Trabajo (LPT) instaura cinco tipos de procesos
laborales: el proceso ordinario laboral, el abreviado laboral, el impugnatorio de laudos arbitrales
económicos, el cautelar y el de ejecución.

De igual forma, destaca el hecho de que establece un proceso especial – el proceso abreviado

laboral – para las pretensiones relativas a la vulneración de la libertad sindical. Más cuando

la defensa y respeto de la libertad sindical exigen aplicar reglas simples y de celeridad acentuada. La

nueva Ley Procesal Laboral permitirá tutelar este derecho humano fundamental en forma rápida y

efectiva.
Sin embargo, existen algunos aspectos polémicos que requerirían un mayor debate. Paúl
Castellanos, abogado laboralista, considera que la instauración del proceso laboral abreviado, como
proceso especial para tutelar el ejercicio de la libertad sindical, es preocupante. Señala que según la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional (TC), el proceso de amparo es una vía procesal
idónea para que un sindicato pueda exigir la tutela de los intereses colectivos e individuales de sus
afiliados, especialmente los vinculados directamente con el ejercicio de un derecho constitucional como
lo es la libertad sindical.
Así, ante el caso de un despido o traslado masivo de dirigentes o afiliados, que afecta la
libertad sindical en su aspecto colectivo, un sindicato podía – hasta antes de la nueva LPT – iniciar
un proceso de amparo para obtener la tutela del derecho y lograr la reposición en el puesto de trabajo.
Igualmente, ante la vulneración de otras manifestaciones de la libertad sindical – como el derecho de
información – un sindicato podía interponer un amparo exigiendo, cuando menos, la existencia de un
periódico mural.
Esto mismo ocurrirá con la vulneración al derecho a la negociación colectiva, cuyo ejercicio
constituye la “razón de ser” del derecho a la libertad sindical.
Hasta antes del nuevo código procesal no existía una vía procesal específica para la tutela de los
derechos sindicales. Con esta nueva ley, la vía específica será el proceso laboral abreviado. Por lo
tanto, no cabe la menor duda que cualquier amparo será rechazado, al menos por los jueces
constitucionales de primera instancia y por las cortes civiles a nivel nacional. Veremos como el TC
define su competencia en estos casos. Esto podría vulnerar, una vez más, el derecho a la libertad
(comprendidas prácticas discriminatorias o abiertamente antisindicales).
Y es que los jueces en el Perú – incluida la Corte Suprema – no sólo se caracterizan por su
pobre formación académica, sino que además muestran una histórica y secular tradición legalista
en la aplicación del sistema jurídico. En este escenario, salvo contadas excepciones, resulta difícil
encontrar fallos que, inspirados en los criterios jurisprudenciales del Tribunal Constitucional y en las
normas internacionales de derechos humanos, tutelen el respeto a la libertad sindical en tanto derecho
humano fundamental.
Por otro lado, si bien esta ley pretende un sistema procesal que tenga como principio la
oralidad, romper la tradición documentaria de nuestro sistema procesal será una tarea ardua. La
plena vigencia del proceso abreviado puede tomar varios años.
Castellanos observa también que con la nueva LPT los procesos sobre afectación a la libertad
sindical ya no terminarán en el Tribunal Constitucional, sino en la Corte Suprema, institución
a la que no se le conoce una sola sentencia que haya establecido un desarrollo interesante sobre la
libertad sindical, o algún otro derecho fundamental en materia laboral. Es de esperar una Corte
Suprema de criterios restrictivos y marcadamente legalista.
Tanto el Comité de Libertad Sindical como el Sistema Interamericano de Justicia, han establecido un
estándar de “proceso rápido y eficaz” para la tutela de la libertad sindical. Sin embargo, Castellanos
advierte que a corto plazo este proceso especial abreviado puede no resultar ni rápido ni eficaz.

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