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Biografia de Angel Felicisimo Rojas

Posted on April 30, 2013by sofylokita19

ANGEL FELICISIMO ROJAS

ESCRITOR Y CRITICO.- Nació en el anejo rural de “El Plateado”, parroquia de San Sebastián, Cantón Loja, el día 31 de
Diciembre de 1.909 y fueron sus padres el Dr. Angel Rubén Ojeda Torres, abogado considerado el mejor orador de su
tiempo en Loja y la profesora Filomena Rojas Solís, maestra rural del lugar, que le enseñó a leer entre sus alumnos
indios y cholitos. “Yo correteaba por esos tiempos con los cholitos y los indios por los potreros, por las charcas, por los
chamizales…”

De seis años pasó con su madre a residir en la escuela rural de Vilcabamba cerca de Yangana, luego viajó a Loja a
estudiar en la escuela de los Hermanos Cristianos donde permaneció un año solamente, terminando la primaria en el
Instituto “Miguel Riofrío”. Para ayudarse trabajaba ciertas tardes en la imprenta de Pablo Vélez y de once años ingresó
al “Bernardo Valdivieso” donde siguió la secundaria, obteniendo el premio “Alvarez Eguiguren”, consistente en
Medalla de Oro y Honores, por ser el mejor alumno del plantel.

En 1.925 y de solo quince años ingresó al Partido Socialista de Loja cuyo director era Ignacio Jaramillo y tuvo una activa
militancia en la organización de Cooperativas y en política lugareña.

En el conocimiento de la literatura se inició gracias a la ayuda que a todos prestaba Carlos Manuel Espinosa, suscitador
de las letras lojanas, quien importaba libros de España para venderlos al costo y en cómodas cuotas de pago. Después
colaboró en la revista “Hontanar” de propiedad de Espinosa y es considerada un clásico en su género.

Entre 1.928 y el 34 dictó clases de castellano en el ler. Curso del “Bernardo Valdivieso” con S/300 mensuales de sueldo
y logró ahorrar algo. Entonces comenzó a escribir su novela “Banca”; que tiene tanto de autobiográfica, pero luego la
abandonó por varios años y recién la concluyó entre 1.938 y el 40.

Ángel Felicísimo Rojas, un abogado que ahondó en las letras nacionales

Escribir sobre Ángel Felicísimo Rojas es hacerlo sobre uno de los grandes de las letras ecuatorianas, pues Rojitas, como
cariñosamente lo llamaban sus amigos de confianza, fue una especie de hijo adoptivo del grupo Guayaquil, de esos
cinco, como un puño, pues Rojas nació en Loja, un 28 o 31 de diciembre de 1909.

A Guayaquil la llamó su “patria grande” y a su Loja natal “ciudad portátil”. La migración fue uno de los hechos que
tendría un gran significado en su obra, la separación del terruño y el dolor que eso conlleva, el traslado de las frías
serranías al feraz trópico marcaría su personalidad.
Realizó sus estudios en Loja siempre apoyado por su madre, una maestra rural. Culminó su formación en Derecho,
profesión que ejerció toda su vida y de la cual indicó jocosamente que lo había ‘aburguesado’. Además de escritor, fue
docente en colegios como el Vicente Rocafuerte y en la universidad Central y de Guayaquil.

Se dedicó a la agricultura, cuando al ganar un pleito judicial obtuvo en pago una parcela de tierra en El Oro, hasta que
las inundaciones terminaron por dejarlo sin tierra y endeudado.

Se trasladó a Guayaquil y en 1936 entró a colaborar en el bufete de José de la Cuadra, con quien antes había
mantenido relación epistolar, igual lo había hecho con Joaquín Gallegos Lara, esto le permitió codearse con la
intelectualidad de izquierda de la ciudad, afín a esta corriente ideológica. Rojas fue fundador del Partido Socialista de
Loja, en 1927.

En su juventud había publicado textos como colaborador en revistas de su ciudad. Admirador confeso de Jack London,
Edgar Allan Poe, Miguel de Cervantes, Joseph Conrad, y Lope de Vega, quienes son sus referentes literarios.

Su militancia en el Partido Socialista Ecuatoriano (PSE) lo lleva a colaborar en la formación de Acción Democrática
Ecuatoriana (ADE, 1942) y a criticar duramente al gobierno de Arroyo del Río por la mutilación territorial a favor de
Perú. El Gobierno, carente de respaldo social, encarcela a sus opositores, incluso a Rojas. Participó en la insurrección
popular del 28 de mayo de 1944, que derrocó al régimen arroyista.

Velasco Ibarra en una de sus presidencias lo nombró contralor de la Nación.

Durante su actividad periodística colaboró como columnista en El Comercio (1980) y EL UNIVERSO (1987). Siempre
manifestó respeto por la muerte, que lo visitó mientras dormía el 20 de julio del 2003.

Su obra
Aunque no tuvo una prolífica producción, la obra del lojano se clasifica en novela, cuento, ensayo y trabajo
periodístico.

Su primera novela, Banca, la escribió en 1938. Es de carácter autobiográfico y describe los años juveniles de Andrés
Peña (álter ego del autor) y su vida estudiantil. Reflexiona sobre el tiempo perdido pero recuperado por la memoria.
Mantiene su vigencia por tratar un tema tan actual como el referente a las vivencias escolares.

El estilo de Rojas es sencillo y lleno de fino humor, que no cae en lo vulgar. En 1949 escribió su obra más lograda y
conocida, El éxodo de Yangana, novela de tintes épicos que narra el conflicto de tierras en una población alejada de los
grandes centros urbanos, explotada por los gamonales que ante la complicidad criminal de las autoridades locales,
toman la justicia en sus manos, abandonando posteriormente el pueblo por temor a la represión estatal y buscando la
tierra prometida en la región oriental.

Esta obra rinde un homenaje a Fuenteovejuna, de Lope de Vega. En España fue censurada por el Gobierno fascista de
Francisco Franco por considerarla subversiva, por lo que la editorial Losada no pudo comercializarla en ese país.

En 1946 presentó con la Casa de la Cultura Ecuatoriana el volumen de cuentos Un idilio bobo, el cuento del mismo
nombre recupera al personaje de Andrés Peña, que mantiene una correspondencia amorosa con una gringa a la cual ni
siquiera conoce.

En 1948 publicó en la colección Tierra Firme del Fondo de Cultura Económica de México, La novela ecuatoriana, un
ensayo sobre este género literario en nuestro país desde 1830 hasta 1945.

En 1983 publicaría su ultima novela, Curipamba, cuya temática consiste en la explotación del hombre en las
actividades mineras. El pensamiento y la obra de Rojitas se mantienen vigentes, sus novelas, cuentos y artículos de
opinión son ejemplos de enseñanza.

“La novela me parece que es una composición de estirpe inmortal, que mientras el hombre exista podrá la novela tener
muchas formas”.

“No me quejo de la forma como he podido vivir, pero creo que la vida hubiera podido ser más amable”.
ÁNGEL F. ROJAS

Rojas, Ángel Felicísimo (1909-2003).

Escritor, abogado y político ecuatoriano, nacido en Loja, el 31 de diciembre de 1909 y fallecido en Guayaquil el 20 de
julio de 2003.

Después de realizar los primeros estudios en su ciudad natal, estudió jurisprudencia en Quito. Desde 1925 militó en el
Partido Socialista, actividad que en 1942 le valdría seis meses de prisión; en 1944 ocupó la secretaría del partido
Acción Democrática Ecuatoriana (ADE), y fue también Contralor General de la República. En la década de 1950
renunció a la actividad política cansado de las pugnas internas y la corrupción, para dedicarse a trabajar como
agricultor independiente. Colaboró en varios periódicos y revistas, y tuvo una intensa actividad educativa como
profesor en los colegios Bernardo Valdivieso de Loja, Vicente Rocafuerte de Guayaquil y Normal Rita Lecumberry, así
como en las Universidades Central de Quito y de Guayaquil. A los 20 años hizo su primera incursión en el campo de la
narrativa, con un cuento titulado Un idilio bobo, considerado un clásico en su género. En la década de 1930 entró a
formar parte del grupo de novelistas de Guayaquil, y más tarde del grupo de "Escritores y Artistas independientes".
Para 1940 ya tenía redactada la que sería su obra más importante, la novela El Éxodo de Yangana, la cual vería la luz
pública en 1949, en la editorial Losada de Buenos Aires. Otras obras suyas son: Banca (1940),Curipamba (1942), novela
que se desarrolla en el ambiente minero de Portovelo;Estudio sobre la novela Ecuatoriana (1948), Agricultores de
escritorio, Una tipa llamada Marcela y los cuentos El Busto de Doña Leonor y El trompo de Gabriel. En 1979 entró a
formar parte de la Academia de la Lengua, y, en reconocimiento a su labor, la Municipalidad de Loja lo declaró el
"mejor ciudadano de Loja".

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