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Para transformar la educación
Metodologías docentes
para transformar la educación
Agustín de la Herrán
1ª Edición. Santiago de Compostela Abril 2011
© Agustín de la Herrán
Edita: Meubook, S.L.
Praza de Mazarelos, 14
15703 – Santiago de Compostela
www.meubook.com / www.iacat.com
Imprime: Tórculo Artes Gráficas, S.A.
Agustín de la Herrán
Universidad Autónoma de Madrid
______________
INTRODUCCIÓN
“Remoce tras remoce, las reformas educativas suelen dejar por hacer la reforma de la
educación” (A. de la Herrán, 2003, p. 142). Quizá por eso la Enseñanza Secundaria
(Obligatoria y Bachillerato) cambia poco sus modos de enseñar. Á. Pérez Gómez (2007)
lo observa al expresar que: “De manera generalizada, la enseñanza que se da en la ESO1
es puramente académica y homogénea” (p. 25). Lo más habitual es que los alumnos
comprendan sólo para la superación de los exámenes. Pero la sociedad precisa de algo
más que de ‘conocedores’. Necesita jóvenes con una formación diferente que les lleva a
ser, a la vez, personas competentes y maduras, que sepan autodisciplinarse, razonar,
dialogar, organizarse, cooperar, imaginar, comprometerse, autorregularse, etc. Un
origen de esta posibilidad tiene algo que ver con la metodología de enseñanza.
Proponemos analizar estos dos apoyos íntimos para una evolución metodológica:
2 Ante el despertar pedagógico de la universidad (europea, latinoamericana, anglosajona…) se corre el riesgo de que
la Secundaria se quede, desde la perspectiva que tratamos, didácticamente aislada.
competencias diversas y resultar útiles para la enseñanza.
Mejora de la motivación Puede sorprender agradablemente a los alumnos, estimular su motivación por el
formativa aprendizaje formativo de los contenidos de enseñanza, posibilitar una comunicación
didáctica más interesante, completa y exigente.
Individualización de la Puede favorecer la individualización de la enseñanza, la calidad de la comunicación
enseñanza y orientación profesor-alumnos y una formación más compleja y completa, más allá de la
didáctica instrucción
Mejora de la interpretación Puede contribuir a que se interprete mejor la gestalt metodológica ofrecida por el
metodológica del alumno centro o por los profesores
Mejora de la evaluación Se puede incrementar el carácter continuo y formativo de la evaluación y propiciar
que los procesos de auto y coevaluación ocupen un lugar más relevante, natural y no
forzado en los procesos de la comunicación educativa
Posibilidad de compartir Puede contribuir a la complejidad del concepto tradicional de rendimiento
una noción enriquecida de académico, por lo que puede aportar desde la formación y por atender competencias
‘rendimiento académico’ que a través del ‘método convencional’ apenas serían cultivables.
Incidencia en el desarrollo En la medida en que la enseñanza es una actividad básica del profesorado, puede
profesional y personal del ofrecer posibilidades de desarrollar la profesión de modo más atractivo, ofreciendo
docente más pero también cosechando mucho más. Y puede coadyuvar a procesos de
colaboración, innovación, cambio y mejora acordes con un mejor desarrollo
personal y profesional de los docentes, motivadores para la formación de todos.
TABLA 1: Ventajas de un enfoque metodológico basado en la Didáctica General
3
Hay quien utiliza, indiferentemente, técnica y método para este significado. Por ejemplo, para S. de la Torre (1993),
el método es la organización y secuenciación de la acción para alcanzar una meta (p. 287). Nosotros, como C. Freinet
(1999), preferimos la voz más abierta de técnicas al término método, para evitar connotaciones de cierre.
propuestas metodológicas y metodologías (en plural), y con ellas nos referiremos a
formatos, fórmulas o formas contrastadas de articular actividades didácticas. Por tanto,
mediarán entre el método y las actividades, con la finalidad de favorecer la formación
de los participantes. En síntesis: las técnicas de enseñanza estructuran actividades que
responden a modos de proceder desde la práctica.
Proponemos unas analogías: 1) Analogía del palacio: Si los métodos fuesen las
grandes secciones de un palacio, las técnicas podrían ser sus pasillos y estancias, y las
actividades sus zonas y su decoración. 2) Analogía del árbol: Si la enseñanza fuese un
árbol, los métodos podrían ser sus grandes divisiones, las técnicas podrían asimilarse a
sus ramas menores, y las actividades a las hojas y a las flores, unas naciendo de ramas y
alguna directamente del tronco y de las grandes ramas. 3) Analogía del viaje en
carretera: Si los métodos fuesen autopistas, las técnicas serían las salidas de esas vías,
y las actividades, las estaciones de servicios, las pistas de frenada, los vericuetos, las
paradas, las vistas, las conversaciones, las experiencias sensibles…
TÉCNICAS DE ENSEÑANZA
Técnicas para la mejora Técnicas expositivas de Técnicas participativas Técnicas cooperativas Técnicas específicas Técnicas presenciales Técnicas no presenciales
de la exposición docente otros expertos complementarias a la para la creatividad
exposición docente
Centradas en la
elaboración conjunta
hacia una meta común
Centradas en la
orientación educativa del
alumno
Figura 1: Técnicas de enseñanza
Los principios didácticos tienen mucho que ver con el contexto social y ético en que se
idean, consensúan, desarrollan y evalúan. Tienen un carácter bastante estable, envejecen
poco. Conectan y adecuan las cualidades de la mejor enseñanza realizada en el pasado
con la deseable en el futuro, trayendo nuevas necesidades, otras situaciones y más
complejidad. Por eso su rejuvenecimiento se orienta a la redefinición e inclusión de
otros principios, desde la sensibilidad, la apertura y el conocimiento. Enlazan los fines
de la educación con la comunicación didáctica, y ahorman a todos los niveles
educativos entre sí. Pueden considerarse guías para la calidad, el compromiso y la
autoexigencia pedagógica en la que se implican todos los procesos educativos que se
desarrollan en el centro docente y la etapa de referencia, y no sólo en la comunicación
didáctica. Son causa y consecuencia de una cultura y un clima de centro determinados
que sale y entra de las aulas por ósmosis, cohesionando y definiendo el estilo
pedagógico real del centro, el nivel y/o el aula. Cobran mayor sentido cuando se
proyectan en y desde un currículo (semi)abierto, cuando la enseñanza es autónoma, y la
institución es democrática, colaborativa y se orienta a la innovación y al desarrollo
profesional y personal de los docentes. Se suelen concretar por etapas. Requieren
conciencia (comprensión clara), voluntad, compromiso y trabajo sostenido por parte de
los docentes implicados. Pueden conceptuarse como: 1) Bases metodológicas de la
enseñanza compartidas por los miembros de un equipo docente en un contexto
determinado. 2) Orientaciones didácticas, ingredientes o características pretendidas de
la enseñanza en un contexto definido, capaces de mejorar las relaciones interpersonales,
los aprendizajes formativos, la adquisición de competencias, etc. Así, se habla de
metodología activa, significativa, transdisciplinar, etc., en función de las cuales se
planifica y desarrolla. 3) Posibles criterios de evaluación de la enseñanza-aprendizaje
en todo su continuo de concreción: desde la planificación hasta la experiencia didáctica,
pasando por métodos, técnicas y actividades didácticas.
Los principios didácticos sostienen la enseñanza. Son las vigas de la casa. Los métodos
y las técnicas didácticas podrían ser las traviesas. Unas técnicas aplicadas sin
orientación didáctica pueden ser incoherentes, y unas intenciones sin realización pueden
indicar una didáctica inmadura. Así, métodos y técnicas de enseñanza quedan
ahormados por principios didácticos y se desarrollan con actividades didácticas.
1) Principio de clima social del aula: La vida en el aula se desarrolla sobre un clima
social que queda bien descrito por el signo (más o menos positivo) y por su
característica orientadora (por ejemplo, el interés, la ansiedad, la apatía, la
inclusión, la eficacia, la cooperación, el emprendimiento, la iniciativa, la autonomía,
la creatividad-innovación, el tedio, etc.). Resulta del clima social del centro, el
respeto didáctico del docente, su cercanía e implicación en el grupo y sus procesos,
su ética y su fiabilidad, la motivación didáctica, el empleo de la asertividad en el día
a día, el ritmo didáctico, la cohesión, la satisfacción, la eficacia del trabajo, la
convergencia de autoestimas individuales y colectivas, la variedad y la coherencia
metodológicas, el ritmo de enseñanza fiable y sensible al aprendizaje, los
agrupamientos flexibles, la organización del ambiente físico, etc. Se mantiene y
nutre además con elementos concretos, como el empleo de los nombres de los
alumnos y del ‘nosotros’ para referirse al grupo, la comunicación de expectativas
positivas, la definición de la relación y de la metodología (en clase y en tutorías), la
atención a lo que les preocupa, la disponibilidad y la ayuda, la comunicación con las
familias, la evitación de comportamientos egocéntricos, etiquetas, prejuicios, etc.
2) Principio de aprendizaje formativo, más allá del aprendizaje significativo y
relevante: Se asume acríticamente que se debe pretender un aprendizaje
significativo y relevante, entendiendo por tal el que el alumno realiza desde las
capacidades disponibles, relacionando el contenido nuevo con lo que ya sabe,
haciendo desde sí mismo, actuando desde una educación armónica (emocional,
cognoscitiva, social…) para la vida, más allá de lo escolar, etc. El objetivo de esta
pretensión es la funcionalidad, la aplicación y el aprender por sí mismo para
realimentar lo anterior. Este planteamiento no es incorrecto, pero nos parece
incompleto. Es como saber colocar ladrillos bien cementados, sin preguntarse: “¿qué
estamos haciendo?” o “¿qué estamos construyendo?”. Desde nuestro punto de vista,
el objetivo de la Didáctica no es sólo el aprendizaje significativo y relevante. No lo
ha sido nunca. El objetivo de la Didáctica es la formación de la persona, en función
de la cual sí caben aprendizajes relevantes. Esta diferencia es esencial, porque sin la
formación como anhelo didáctico lo construido puede no tener nada que ver con la
educación. En efecto, nos parece esencial revisar el tradicional principio de
significatividad. El aprendizaje significativo no tiene norte, como tampoco lo tienen
constructos como la motivación, la creatividad o la autoestima. Por ello no todo
aprendizaje significativo se traduce en formación, y muchos pueden ser
deformativos (A. de la Herrán, e I. González, 2002, pp. 282, 283, adaptado). En
función de la formación con frecuencia es preciso desaprender y reaprender muchas
cosas. El aprendizaje formativo, que implica una interiorización creativa y la
evolución de la persona, apunta más allá de la actividad mental y del aprendizaje
significativo o relevante.
3) Principio de personalización, atención a la diversidad e inclusión: La enseñanza se
ha de adecuar a las características de cada alumno, de modo que cada uno sea -y se
sienta- atendido personalmente. Una adaptación didáctica en el marco de grupo es
acorde con la educación en todos los ámbitos de la vida, personal, familiar, social y
profesional, desde la percepción de la diversidad como valor saludable de
normalidad social. Desde esta realidad caben todos los alumnos, cada cual con sus
peculiaridades y precisamente por ello, de modo que la percepción de su ‘diferencia’
(por ejemplo, en capacidad, aspecto físico, sexo, religión, colectivo étnico,
orientación sexual, edad, pertenencia a un grupo social vulnerable, etc.) sólo es la
expresión de un acto egocéntrico. Por tanto, no ha de vivirse como un problema,
sino como una característica de convivencia plural, una oportunidad para el respeto,
el conocimiento mutuo, la cooperación y la formación de todos como ciudadanos y
aprendices abiertos y flexibles. Este principio anima a persuadir a los alumnos sobre
la necesidad de componer una ciudadanía compuesta por colectivos más sensibles y
maduros y menos narcisistas.
4) Principio de educación con y de la familia: Dependiendo de la madurez y
adaptación del alumno, este principio puede incluir una relación de diferente nivel
de profundidad: ‘información a’, ‘coordinación con’, ‘participación de’ o
‘formación de’ la familia. De ellos el más complejo y fértil es el último, que justifica
a los demás. Verifica que el camino más corto en educación es la línea curva, y que
esta curvatura pasa por la familia y por los medios de comunicación. Refiriéndonos
aquí a la primera, requiere de los tutores una preparación pedagógica adecuada, y de
los padres una receptividad por su formación como educadores. Este principio
didáctico tiene mucho que ver con el trabajo autoformativo de los padres o tutores,
incluyendo que: “El único modo de educar bien es que el que eduque funcione bien.
[…] Éste es el mayor regalo, el mayor bien que uno puede hacer y dar a sus hijos.
[…] ya podemos estudiar toda la pedagogía que queramos, que nuestra educación
será reflejo de cómo estamos funcionando y no de lo que hemos leído” (A. Blay,
2006, p. 52). Se trata de crear un frente educativo común familia-escuela, asumir,
desde la humildad y la unidad, que la educación es una tarea compartida, conocer y
aprovechar lo que ambas aportan, trabajar las discrepancias, aprender de los errores.
c) Principios relativos a la orientación didáctica del alumno:
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Se trata de aproximar lo antes posible lo profesional a la formación, comprendiéndolo como fuente de motivación y
de inserción social, que favorece el conocimiento de la sociedad que compone desde el ejercicio de sus profesiones y
potencia el necesario proceso de identidad (social y profesional) del alumno.
oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del conocimiento”. Si
admitimos que: “la persona no es más que lo que la educación hace de ella” (I.
Kant), que “somos lo que conocemos” (F.E. González) o que “resultamos de nuestra
interiorización creativa”, el estudio puede experimentarse como ‘camino para el
cultivo personal desde el conocimiento cuyo fin social es contribuir a una sociedad
más lúcida y madura’. Dicho inversamente: donde no hay estudio prevalece la
ignorancia (bien como desconocimiento, bien como ilusión de conocimiento), que a
veces se expresa como estupidez. Quien no estudia bien algo, no sabe de ello y no
puede desembocar en una ignorancia lúcida basada en ‘saber lo que desconoce’.
Quienes ignoran, pueden pensar que saber es creer conocer. A esta identificación
abocan muchos modelos en los medios. La escuela está bastante sola en esta lucha
por la honestidad. Su esperanza de antes y de mañana sigue dependiendo del
estudio, que se puede orientar a tres ámbitos relevantes para la formación: la
comprensión, la creatividad y el autoconocimiento. La enseñanza debería
integrarlos.
3) Principio de trabajo en equipo, cooperación y autonomía: El trabajo en equipo, la
cooperación en función de una meta común y su desarrollo desde la autonomía del
alumno son buenos contrapuntos del trabajo y el estudio individuales. La autonomía
del alumno tiene más sentido didáctico si se asienta en un conocimiento previo
necesario o se encamina a él. Las diversas técnicas de enseñanza han de pretender el
desarrollo de actitudes y procedimientos desde los que cabe acceder al aprendizaje
de conceptos, así como a otras competencias relevantes, como la autoorganización,
la iniciativa, el liderazgo, la resolución de problemas, la superación de las
dificultades y la resiliencia, el aprendizaje de los errores, la investigación reflexiva,
la autoexigencia y la búsqueda de calidad de lo elaborado, la creciente capacitación
y autonomía, la autorregulación y autoevaluación responsable, la capacidad de
relación o de conocimiento, etc.
4) Principio de autoevaluación continua y formadora: ‘Evaluar’ es analizar para
mejorar. ‘Analizar’ es conocer para proceder. Y ‘mejorar’ es mejorarse,
desempeorarse, orientar y optimizar lo que se hace. Por tanto, la ‘evaluación’ está
vertebrada por la formación y la coherencia. Como parte de su formación, toda
persona ha de aprender a autoevaluarse, en cualquier edad y haga lo que haga, tanto
si está habituado o se le entiende ‘capaz de ello’ como si parece que no lo es, y
precisamente por eso. La autoevaluación ligada a un aprendizaje didáctico, a su vez
articulado en ‘criterios de evaluación’ o resultados de aprendizaje esperados y
compartidos, favorece la motivación por el aprendizaje didáctico, relaciona el
aprender con la responsabilidad como estudiante, la madurez personal y la inserción
social. Su síntesis asocia un enfoque intensamente formativo. Su desarrollo se basa
en una enseñanza que ayuda al alumno a hacerse más dueño de sí mismo y lo que
hace desde lo que la escuela le propone, pero sin permanecer en ello.
Áreas de
conocimiento,
materias, asignaturas
Una cuestión normal ante esta propuesta u otra semejante, podría ser: ¿Cómo
abordar estos ámbitos desde la enseñanza? Nuestra respuesta es que, si lo que se
practica es la educación, ¿cómo pueden no abordarse?
CONCLUSIÓN
"No se puede dejarlo así; no se puede no dejarlo así; no se puede dejarlo así, ni no
dejarlo así" (Thich Nhat Hanh, 1978, p. 133).
BIBLIOGRAFÍA CITADA
BIBLIOGRAFÍA DE ESTUDIO
GLOSARIO
Estudio: Camino para el cultivo personal desde el conocimiento cuyo fin social es
contribuir a una sociedad más compleja, lúcida y madura. Es una vía de (auto)formación
que puede llevar a saber más, ser mejores personas y comportarnos como ciudadanos
más sensibles, reflexivos y cultos. Se apoya y favorece la comprensión del legado
social, la propia creatividad y el autoconocimiento (AH).
ACTIVIDADES
Gran grupo:
Seminario:
Mixtas-no presenciales:
Introducción y programación
Con el fin de que reconstruyan a diario la Didáctica, con frecuencia se pide a los profesores de
todos los niveles educativos que innoven en su enseñanza. Se les persuade de que deben
investigar y reflexionar sobre su práctica y colaborar con sus colegas. Esta propuesta, llena y
vacía a la vez, casi una letanía, va asociada casi siempre a tres errores fundamentales:
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realidad práctica. Como consecuencia de ello, se incurre en un practicismo reactivo y
extremoso en diversos grados, a pesar de las prevenciones de Stenhouse.
A la vista de estas consideraciones duales o incompletas nos preguntamos: ¿En qué ámbito
científico ocurre que enseña quien no sabe, no se comunica contenido fundamental, y se
considera conveniente prescindir de la contribución de los expertos (pedagogos especialistas
en didáctica), tachándoles de ‘teóricos’, sin tomar sus propuestas como soportes fiables de
conocimiento? Es posible que algunas ciencias verifiquen algunas de estas condiciones, pero
en Educación es frecuente que converjan las tres. La Didáctica es una ciencia compleja, y
como toda ciencia se comprende como una tarea cooperativa e histórica. Necesita de
conocimiento válido, no de prejuicio. Por lo que respecta a la metodología didáctica, el
panorama con que nos hemos topado a lo largo de más de 150 acciones formativas
desarrolladas en los últimos quince años en todos los niveles educativos, es un conocimiento
metodológico deficiente. Es por ello por lo que, con las posibilidades de espacio con que
contamos, intentaremos describir una selección de ellas.
En las decisiones sobre la selección, adaptación o creación de técnicas didácticas suelen estar
presentes algunas variables:
- La humildad del docente, para poder apercibirse de que para la formación de sus alumnos
pudiera ser más adecuada otra opción diferente a la habitualmente desarrollada.
- La voluntad profesional para llevar a cabo su planificación, desarrollo y evaluación.
- La idea de enseñanza, según se centre en los contenidos, el rendimiento académico, la
metodología y los recursos, la formación, el cambio social, la evolución humana, etc.
- El conocimiento que de la técnica se tenga, bien por experiencia propia, por tradición del
centro, porque algún compañero la maneja, etc.
- Los condicionantes externos: número de alumnos, tipo de asignatura, tiempos y horarios,
espacios, recursos didácticos, clima de equipo, cultura profesional orientada a la
innovación, tradición del centro, etc.
- Las necesidades de los alumnos: necesidades y demandas (a veces sonoras y otras veces
sordas) de los alumnos, su expectativa y aportaciones potenciales, la motivación didáctica
de los alumnos, su experiencia como grupo, etc.
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- Los objetivos didácticos, según se pretenda conocer y analizar, ejercitar y utilizar,
autoorganizarse y cooperar, investigar y experimentar, resolver problemas y crear, etc.
- El carácter de los contenidos didácticos: instructivos-formativos, conceptuales-de
procedimientos-de actitudes- de sentimientos, teóricos-aplicados, etc.
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i) Incluir, como apoyo a la cultura colaborativa, democrática, innovadora, con base y
desembocadura en el desarrollo profesional y personal del docente y en su formación
continua, una base o plataforma metodológica que incluya un vocabulario común,
innovaciones metodológicas realizadas y tradiciones avanzadas asentadas de los equipos
docentes.
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TÉCNICAS DE ENSEÑANZA
Técnicas para la mejora Técnicas expositivas de Técnicas participativas Técnicas cooperativas Técnicas específicas
de la exposición docente otros expertos complementarias a la para la creatividad
exposición docente
Centradas en la
elaboración conjunta
hacia una meta común
Centradas en la
orientación educativa del
alumno
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Destacamos cuatro grupos de técnicas, que serán desarrollados en éste y en capítulos
siguientes:
Alguna de estas propuestas y recursos puede apoyar el desarrollo de las diversas técnicas
didácticas:
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a) Creación de bibliotecas de aula: La biblioteca de aula es un recurso didáctico
excepcional que puede facilitar enormemente el desarrollo de la mayor parte de las
técnicas interactivas. Se trata de un armario o vitrina en el que se encuentran clasificados
libros de texto de otras editoriales, libros legados de hermanos, diccionarios,
enciclopedias, monografías y trabajos bien calificados hechos por los alumnos del mismo
y otros cursos, minerales, fósiles, problemas resueltos, bancos de propuestas, baterías de
preguntas de examen resueltas, etc.
b) Posibilidad de enseñanza en equipo: Un equipo cohesionado compuesto por un conjunto
de docentes, expertos en diferentes áreas, se constituye en equipo de expertos. Su función
será atender y orientar, en horarios y lugares definidos, a los alumnos de un gran grupo de
estudiantes del mismo nivel o aula. Este equipo docente puede funcionar mejor con uno o
dos coordinadores, que pueden hacer las veces de tutores del grupo. Así, expertos, tutores
y alumnos pueden constituir una comunidad didáctica. En caso necesario, cada miembro
del equipo de expertos puede estar relacionado con “ciudadanos distinguidos (artistas,
científicos, profesionales, artesanos, etc.)” (G.F.J. Cirigliano, y A. Villaverde, 1985), de
sectores específicos, que pueden ser consultados por algún grupo de alumnos y asesorarles
o facilitarles información o materiales. Se trata de una forma de organizar la enseñanza
compatible con técnicas de enseñanza transdisciplinares y a la vez promotoras de un
aprendizaje en cooperación, como los proyectos didácticos o el ABP, etc. Requiere de un
plan didáctico y evaluativo especialmente meditado y comprensible para todos los
docentes, una previa formación y una definición de funciones de todos los protagonistas:
tutores, expertos, asesores externos y alumnos. Al mismo tiempo, requiere de la
activación especial de las tutorías en pequeño grupo, bien en directo, bien mediante TIC.
Pueden mostrar una especial compatibilidad con las técnicas de enseñanza basadas en la
exposición docente y en la exposición realizada por otros expertos (diferentes al docente),
que podrían canalizar intervenciones directas o a través de TIC de algunos de los
“ciudadanos distinguidos”. Además, son compatibles con todas las propuestas
metodológicas en general. Por la razón anterior pueden atender de un modo especial el
desarrollo de competencias de inserción social y promover la motivación de los alumnos.
Su lado más difícil es la coordinación docente, que no sólo precisa de una
complementariedad epistemológica, sino de una obvia compatibilidad personal, que dé pie
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a una planificación cooperativa, un desarrollo coordinado y una evaluación de la
enseñanza y la formación consensuadas.
c) Formación de un grupo flexible: Para alguna asignatura de entre las más instrumentales y
dependientes del dominio instructivo (Lengua extranjera, Matemáticas, etc.), se crea,
junto al grupo de referencia, un grupo flexible. Se precisa para ello un espacio y un
docente idóneos. Al proceder de este modo se pretende reducir el número de alumnos en
ambos grupos para mejorar la atención educativa a todos los alumnos. Los objetivos,
contenidos y los criterios de evaluación son los mismos en ambos agrupamientos. Se
espera en ambos diferencias en cuanto al desarrollo de la metodología, las actividades
(tutorías de iguales, enseñanza mutua, rincones, talleres, etc.) y a una atención
personalizada más rica con cada alumno. Se prevé incrementar la motivación, la
autoestima, la experiencia de éxito y el nivel de competencia en todos los alumnos.
Algunas estrategias para optimizar la organización de los grupos flexibles son:
- Formar el grupo flexible con los alumnos más aventajados, en lugar de con los
alumnos con más dificultades. Contribuye a disolver prejuicios
- Favorecer que la adscripción al grupo flexible sea voluntaria o acordada, previa
orientación tutorial. Cuando el alumno lo deseara, o, en cualquier caso, cuando los
profesores lo entendieran conveniente a partir de sus evaluaciones y de la opinión del
alumno, éste retornaría a su grupo original. Puede ser oportuno establecer unos
periodos mínimos de permanencia o algún tipo de contrato o compromiso
- Minimizar el trauma de la separación: al realizarse sólo en alguna asignatura, no
aparece sensación de separación significativa entre amigos de clase, ya que al poco
volverán a estar juntos
- En el grupo flexible puede estar algún alumno con un nivel de competencia medio,
que incremente la heterogeneidad del grupo y evite los etiquetajes
- Aprovecharlo para desarrollar alguna propuesta metodológica complementaria y
avanzada (con contenidos particulares), proyecto, taller, inmersión temática, ABP, etc.
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ajustar la expectativa y el refuerzo, adquirir compromisos y evaluar formativamente la
comunicación educativa. Se puede traducir en mejora del clima social y del flujo de
afectos, sobre los que las tareas didácticas se desarrollan con mayor fluidez. Los
contenidos se connotan más positivamente y el estudio puede ser más grato.
e) Constitución de una comisión metodológica: Tendría como finalidad la mejor
organización de la complejidad asociada a la metodología didáctica. La comisión
didáctica-metodológica podría estar compuesta por profesores (de etapa, ciclo o aula) que,
sistemáticamente y contar con la participación de los alumnos implicados. Se podría
ocupar de atender, organizar, canalizar, gestionar y difundir proyectos y resultados de
procesos de innovación didáctica. Así mismo, podría gestionar informaciones relevantes,
fuentes para la formación (bibliografía, acciones formativas, eventos, etc.) en metodología
didáctica.
f) Empleo de buzones de sugerencias: Se trata de aprovechar la creatividad (ideas, críticas,
propuestas, etc.) de los miembros de los equipos docentes y de los alumnos implicados,
para enriquecer procesos actuales o futuros. Pueden orientarse a la mejora de la
comunicación didáctica, de la organización, para la ideación de innovaciones, para la
evaluación de la enseñanza e institucional, y de manera especial para favorecer y
promover la elaboración de bancos de técnicas, quizá compuestos por las mejores técnicas
de enseñanza (programación, desarrollo y evaluación) desarrolladas en cada curso, que
puedan ponerse a disposición del equipo educativo de éste y de futuros cursos, de modo
que queden plasmadas en ficheros organizados por cursos, ciclos, departamentos o
asignaturas, objetivos, criterios metodológicos, etc. etc. Podrían ser gestionados por la
comisión metodológica.
g) Asistencia delegada a reuniones científico-didácticas: En otro orden de cosas, esta
comisión metodológica podría delegar rotatoriamente a uno o dos representantes del
equipo docente para acudir a jornadas de intercambio de experiencias, seminarios, centros
formativos, etc., y de un modo especial a congresos relevantes, para actualizarse sobre
temas concretos. Los congresos tienen la función básica de la actualización, el
intercambio de conocimiento científico y la reflexión polarizada sobre aportaciones que se
pueden conocer, valorar, criticar, relacionar, etc. Las Jornadas suelen estar centradas en
las aportaciones de un aserie de ponentes muy seleccionados. Los congresos y las jornadas
de intercambio de experiencias admiten comunicaciones o ponencias de los participantes.
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Su función será representar al equipo didáctico y traer información relevante para el resto
de los compañeros, de modo que todos se enriquezcan. Es interesante, para el mayor
aprovechamiento de esta metodología, que entre la entrega de los materiales y la acción
individual pase poco tiempo y medien reuniones de trabajo o seminarios de
autoformación. De este modo, la comisión metodológica incluiría dos grandes áreas de
trabajo: 1) Comunicación didáctica (en sus diferentes niveles de concreción: centro, etapa,
ciclo, nivel, aula) y 2) Desarrollo profesional de los docentes (colaboración, innovación,
comunicación).
h) Aplicación de las TIC a la formación: Se indican en el apartado sobre materiales.
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más extensos, acaso con componentes afectivos, relacionados con el cambio de actitudes, etc.
Así, podemos distinguir los siguientes criterios y tipos de unidades didácticas:
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Programación de una unidad didáctica
Las unidades didácticas –y por extensión toda propuesta metodológica que actúe como unidad
de programación- se puede planificar sobre los siguientes momentos:
Venga del profesor o de los alumnos y en función de las circunstancias, cabrían varias
decisiones preliminares sobre la(s) técnica(s) en que se está pensando: rechazarla,
posponerla, aplicarla, modificarla, antecederla con otras, incluirla en otras, sucederla por
otras, complementar a otras, englobarla por otras, proponer otra técnica, etc.
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convivir en respeto e igualdad, construir la paz, consumir adecuadamente, cuidar el
medio, comprender la dimensión sexual humana, ser buen ciudadano y buena persona,
etc.), los recursos disponibles, la actualidad, el futuro, etc.
- Esquema significativo o mapa de contenidos: Proponemos iniciar la programación con
un esquema o mapa de contenidos (conceptual, de procedimientos, de actitudes, de
sentimientos, etc.), una red de mentefactos (Zubiría), disciplinar o supradisciplinar.
Aunque se pueda presentar al principio, conviene realizarse al finalizar la
programación. Se trata de que el lector, en un golpe de vista, perciba globalmente lo
que a continuación puede analizar.
- Vinculación con el currículo: A través del proyecto educativo (didáctico o curricular)
de referencia, se expresará la relación con las competencias (cuáles, por qué y cómo se
van a desarrollar desde todas las áreas o materias implicadas) y con las áreas de
conocimiento o materias, dentro de las cuales conviene especificar los objetivos,
bloques de contenido y criterios de evaluación con los que la propuesta se vincula o
que en cada área del ciclo se van a programar. La justificación es que es preciso ir
verificando que en el tercer nivel de concreción se enseñan y se aprenden las
prescripciones curriculares del primero, a través del segundo (proyectos curriculares
de cada etapa, incluidos o no en los proyectos educativos de cada centro).
- Vinculación con la transversalidad: Así mismo, aunque se haya podido mencionar en
la justificación educativa, se concretará la vinculación desde cada uno de los temas
transversales, recuperando, para el caso de España, la propuesta enunciada
inicialmente en los Programas Renovados de la LGE de 1970 y desarrollada por la
LOGSE de 1990. Proponemos que los avances en complejidad, como claramente es
éste, no se pierdan.
- Evaluación inmediata: Cuáles son los requisitos necesarios y con qué técnicas,
instrumentos y actividades se va a analizar lo que se sabe y cómo se sabe. Conviene
desarrollarla con antelación, antes de terminar la anterior unidad didáctica o propuesta
metodológica, para planificar los cambios en función de lo obtenido.
- Objetivos didácticos por áreas: Qué se pretende que los chicos aprendan y desarrollen.
Mejor pocos, variados y muy presentes (conscientes). Conviene que estén definidos
con flexibilidad: que no atrapen el aprendizaje posible. Internamente han de pretender
una compensación de elementos didácticos en dos planos: las capacidades cuyo
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desarrollo pretenden y la clase del contenido que contienen. Las primeras implican
objetivos conceptuales, de procedimiento, de actitudes y de sentimientos equilibrados.
Las segundas han de pretender la presencia armónica (variable, según el nivel
educativo) entre capacidades cognoscitivas, afectivo-comunicativas, de equilibrio y
madurez personal, psicomotrices, de inserción socio-profesional, etc.
- Contenidos didácticos por áreas y por clases: Los contenidos se refieren a aquello de
lo qué trata la enseñanza o qué se prevé que se va a aprender. Pueden ser de diversas
clases: hechos, conceptos, características, procedimientos, habilidades, actitudes,
sentimientos, etc. Los contenidos y sus representaciones pueden ser globalizados,
disciplinares, interdisciplinares, transdisciplinares, etc. Una programación globalizada
no tiene por qué ser reiterativa y pesada para cualquiera: no se trata de no dejar ni a sol
ni a sombra durante semanas “el agua”, “los medios de transporte”, “el cuerpo
humano” o los “animales extinguidos”. Hay otros temas y actividades independientes
de ella que, estén o no relacionadas con ella, podrán ser trabajados convenientemente,
de modo que la inquietud por el conocimiento prevalezca. Pueden incorporar
competencias transversales o comunes de forma explícita, y pueden expresar
vinculaciones a temas transversales (relacionados con la educación en valores) y al
cultivo de virtudes personales.
- Organización didáctica: De varios tipos:
o 1) Espacial (dónde se va a desarrollar): lugar de realización, expreso
globalmente o por fases.
o 2) Temporal (durante cuánto tiempo se va a desarrollar): duración de la
propuesta, duración de las sesiones.
o 3) Personal (con quién/es se puede contar para su desarrollo, en su caso).
- Fases de desarrollo: Se refiere, en su caso, a la secuencia flexible sobre la que se
realizará la propuesta.
- Actividades didácticas (de enseñanza-aprendizaje-formación-evaluación-innovación)
que en la propuesta se pretenden realizar, incluida su distribución temporaria por
semanas, los espacios en que se van a desarrollar, los tipos de agrupamiento para cada
actividad y los recursos didácticos por actividad. Se recomienda hacer una tabla
descriptiva que exprese categorías como:
o 1) Semana / Día.
14
o 2) Nombre de la técnica.
o 3) Pretensión formal: 3-1) Aprendizaje comprensivo. 3-2) Recuperación o
refuerzo. 3-3) Enriquecimiento o ampliación.
o 4) Fases del desarrollo o secuencia flexible de actividades, en su caso.
o 5) Agrupamiento (para cada fase o actividad): En función de los objetivos
pretendidos, su presentación puede ser variable. Una forma sencilla de
describirlos podría ser: 5-1) Según la forma de organizarlos: 5-1-1) Libres o
por elección de los alumnos. 5-1-2) Por designación docente. 5-1-3) Mixto. 5-
2) Según el tipo (relativo) de agrupamiento constituido: 5-2-1) Homogéneo. 5-
2-2) Heterogéneo. 5-2) Mixto. 5-3) Según el aula de referencia de los alumnos:
5-3-1) Alumnos de clase. 5-3-2) Alumnos del ciclo. 5-3-3) Alumnos de otras
aulas de diferentes ciclos. 5-4) Según el número de alumnos agrupados: 5-4-1)
Individual. 5-4-2) Parejas. 5-4-3) Pequeños grupos (4-5 alumnos). 5-4-4)
Seminario. 5-4-5) Gran grupo. 5-4-6) Grupo cooperativo.
o 6) Tutorías fuera del aula: 6-1) Individuales. 6-2) A parejas. 6-3) A pequeños
grupos.
o 7) Recursos necesarios (para cada fase o actividad).
o 8) Espacios didácticos (para cada fase o actividad).
o 9) Adecuaciones para alumnos con necesidades educativas especiales (para
cada fase o actividad).
- Recursos didácticos necesarios (con qué): Puede incluirse en este parágrafo, en caso
de que se entienda más adecuada o útil una presentación sintética o común que
analítica (por fases o para cada actividad específica), como en caso del apartado
anterior.
15
objetivos didácticos, contenidos didácticos,
organización, fases, tipos de actividades, recursos
didácticos y evaluación formativa, continua y final.]
16
docente y en grandes reajustes o conclusiones para la mejora de aplicaciones
futuras
- Observaciones: Anotaciones relevantes no incluidas en algún apartado anterior
Cuadro 13.1 Diferencias entre la unidad didáctica y las demás propuestas metodológicas
Son susceptibles de globalización, disciplinariedad, Unas son globalizadas (por ejemplo, los proyectos
interdisciplinariedad, transdisciplinariedad o didácticos, las inmersiones temáticas, etc.) y otras no lo
metatransdisciplinariedad son (por ejemplo, los rincones, los talleres de técnicas,
etc.).
Desde el punto de vista del alumno, su sentido es menos Normalmente su sentido mejor comprendido por el
comprendido en su globalidad, porque su diseño está alumno: sabe por qué se hace, de qué va a tratar, para
más centrado en la enseñanza que en el aprendizaje qué se va a hacer y para qué le puede servir para la vida
Puede resultar una propuesta menos motivadora Pueden ser más motivadoras
Las actividades de las UD pueden ser (aunque no suelan Normalmente sus actividades son más participativas en
ser) más variadas y se ocupan más en la actividad todas sus fases, desarrollando la socialización, la
individual autonomía, la creatividad…, siendo menos frecuentes
las actividades individuales
Los contenidos de las UD son más variados Normalmente sus contenidos son menos variados
17
Además de su condición de propuesta metodológica, la Esto no ocurre con otras propuestas metodológicas,
UD se considera la ‘unidad de programación’ salvo con los proyectos didácticos o los talleres
componente de la programación de aula. integrales en algunos centros de Educación Infantil
Actividades
18
Herrán, A. de la (2009). Técnicas de enseñanza basadas en la exposición y la participación
(pp. 251-278). En J. Paredes (Coord.), A. de la Herrán (Coord.), M.Á. Santos Guerra, J.L.
Carbonell, y J. Gairín, La práctica de la innovación educativa. Madrid: Síntesis.
Capítulo 14.
El espíritu didáctico de la exposición docente queda bien reflejado en esta curiosa cita:
El doctor Jonson, arcediano de Niasa, ha escrito un libro sobre los pueblos africanos. Ha vivido entre ellos, y los ha
observado durante cuarenta y nueve años. Y cuenta que cuando un orador habla por largo rato en las reuniones de cierta
tribu del Gwangwara, el auditorio le hace callar gritando: “¡Imetosha!”, “¡Imetosha!”, que significa “¡Suficiente!”,
“¡Suficiente!”. Otra tribu permite que el orador hable por cuanto pueda mantenerse sobre un solo pie. Cuando el dedo
gordo del otro pie toca el suelo, sanseacabó. Tiene que retirarse (Dale Carnegie).
La técnica expositiva es una técnica fundamental. Presupone que los receptores interpretan o
pueden interpretar lo que se comunica. Su versión tradicional asocia una interacción
verbalista, directiva y unívoca, disciplinar, conceptual y abstracta que asocia abandono
pedagógico, tanto en su lectura metodológica como personal y afectiva. Puede asociar
limitaciones en cuanto a su potencialidad comunicativa, evaluativa, motivadora, inductora de
1
autonomía, demostradora de respeto didáctico, de atención individual, etc. Se dirige al estudio
individual para un examen sobre lo expuesto. Las tutorías, si tienen lugar, se orientan al
control o asesoría docente y a la consulta no pocas veces defensiva del estudiante. Las
motivaciones docentes por las que se utiliza masivamente se suelen basar en algunas de estas
causas: inercia de la propia vivencia didáctica, comodidad docente, desconocimiento de otras
metodologías y técnicas, sincera confianza en la validez del método, prisa… En educación, la
línea recta no suele ser el camino más corto: unas veces, atajar es llegar antes, pero otras,
atajar es no llegar.
a) Las mejores exposiciones suelen coincidir con los mejores ponentes, no con excepcionales
acciones. Una clase magistral, si es verdaderamente magistral, es un lujo, y según con qué
finalidad educativa, un método y una técnica idónea. Pero es preciso que incluya una serie
de características: motivadora, amena, respetuosa, vinculada a las actividades siguientes y
de una extensión e intensidad ajustada a la curva media de concentración de los alumnos.
b) La clase magistral que es acorde con las edades e intereses de los alumnos de referencia
puede ser una técnica generadora de intensa actividad intelectual, altamente formativa. Si
bien puede entenderse que favorece a priori el aprendizaje significativo por recepción
(D.P. Ausubel, 1968), creemos que una buena exposición o sistema expositivo puede ser
también una fuente de intenso aprendizaje por descubrimiento, ya que puede traducirse en
apertura, sugerencia, reflexión creativa, crítica, elaboración alternativa, etc. Además,
puede ser impactante y muy transformadora, inmediatamente o a medio o largo plazo,
siempre que se asuma como punto de partida, y no como desembocadura. A todo ello
ayudará que el docente sea culto, empático, que se exprese con riqueza verbal adecuada,
que relacione conocimientos y ámbitos y facetas del conocimiento, que eduque la razón,
que induzca a la duda fértil, que respete al alumno desde su metodología, y que la
enriquezca con alguna técnica didáctica interactiva o favorecedora del trabajo autónomo.
2
La exposición, como decimos, no tiene por qué ser una técnica diferenciada hasta la
dualidad.
c) Puede asociar una comprensión significativa y contribuir a elaboraciones cognoscitivas
creativas (alternativas, flexibles, inquiridoras, críticas…).
d) La exposición docente no ha de ser un acto unívoco de quien expone a los participantes.
La exposición docente puede estar orientada a la sistematización y apertura del
conocimiento, a la crítica, el cuestionamiento, la provocación, la interrogación y la
aclaración, y a la comunicación y participación de los alumnos. De hecho, aunque la
referencia pueda ser su formato tradicional, no suele tener lugar de forma pura: puede
incorporar pautas motivadoras, combinarse o formar parte de otras técnicas anejas
interactivas que gravitarán en torno al discurso docente o se orientarán a una posterior
interacción, a aprendizaje grupal y autónomo e incluso transdisciplinar.
e) Además, las técnicas interactivas y de descubrimiento, así como las técnicas de trabajo
individual o autónomo, pueden incluir secuencias de exposición docente como
componente explicativo y evaluativo mayores o menores.
f) Por último, es erróneo identificar la exposición como una actuación privativa del docente.
La exposición, si a alguien ha de asimilarse, es a quien expone y comunica conocimientos:
docente, alumnos, padres, profesionales, etc. Piénsese, por ejemplo, en las técnicas
basadas en la exposición del alumno, como las “conferencias” (C. Freinet) o las
comunicaciones, que serán para los ponentes experiencias creativas de primer orden en las
que, además, desarrollarán una responsabilidad comunicativa especial.
La mejora del método expositivo se puede centrar tanto en los contenidos comunicados como
en la actuación expositiva. Puede incorporar elementos que impliquen mayor amenidad,
motivación, comprensión y actividad mental, tanto receptiva como creativa. He aquí algunas
propuestas concretas para la mejora de su práctica:
a) Preparar bien la clase: si no está bien preparada, puede transmitirse inseguridad y ser
causa indirecta de torpeza en el manejo de recursos, peor desarrollo comunicativo,
desatención e indisciplina de los alumnos y peor disposición para la clase siguiente
3
b) Cuidar los comienzos (el primer minuto), porque su calidad puede condicionar el resto de
la clase: puntualidad de todos, empezar cuando haya silencio, saludar o propiciar un inicio
afectivo, propiciar el contacto visual (más allá de la “T” invertida), etc.
4
teniendo en cuenta por empatía comunicativa la incidencia del proceso comunicativo en el
clima social afectivo del grupo y su efecto en la receptividad de los alumnos. 2)
Responder sensiblemente a las intervenciones de los alumnos favoreciendo desde la
expectativa positiva, la autoestima y la experiencia de éxito de quienes participan
mediante un trato correcto y personal, reconociéndolas, valorándolas, relacionándolas con
otros contenidos de la misma o de otras disciplinas, incorporando, reciclando y
enriqueciendo el valor de las aportaciones al discurso didáctico común, responder con
precisión a las preguntas, evitando con tacto que se monopolice la palabra, distribuyendo
la atención a todos los alumnos, ofreciendo ayuda para aclarara dudas, orientar a quien lo
precisa, etc.
d) Pretender comunicar, a la vez, claridad e inquietud por el conocimiento, para generar
creatividad e iniciar procesos que pueden continuar desde otras técnicas didácticas
e) Realizar acciones que puedan apoyar y motivar la atención del alumno: escribir en la
pizarra un esquema o proyectarlo (vídeo, diapositivas…) -de modo que su utilización sea
didáctica y no egocéntrica (para sí): piénsese en algunas diapositivas…-, preguntar a
algún alumno, modificar el plan de la clase o la organización física del aula, expresar
sentirse afectado, planificar y acordar con los alumnos la forma de proceder, invitar a
realizar preguntas, poner ejemplos, etc.
f) Desarrollar una comunicación amena que ayude a concentrarse: de forma lógica, con una
duración adecuada, atendiendo al ritmo expositivo (medio-alto, sin irregularidades,
detenimientos, acelerones, distracciones), con una rica comunicación verbal y coherencia
no verbal, haciendo preguntas que ayuden a reflexionar, evitando las preguntas
impersonales y las respuestas a coro, favoreciendo que cada uno se pregunte y/o se
responda, pidiendo aclaraciones, aclarando, dosificando los voluntarios, ofreciendo breves
espacios para la iniciativa del alumno y cambiándolo según las necesidades del
aprendizaje, percibido mediante evaluación formativa, recapitulando parcialmente, etc.
g) Indicar tareas presenciales y trabajos no presenciales definiendo con los alumnos las
pretensiones, contenidos, actividades y fases, dialogando sobre los recursos y el tiempo
disponible, aclarando los criterios y técnicas de evaluación.
h) Proponiendo actividades variadas que requieran procesos distintos como hablar, escuchar,
consultar, leer, graficar, escribir, etc., convergentes (reflexión, refuerzo, consolidación,
respuestas únicas, etc.) y divergentes (descubrimiento, relación, preguntas, ampliaciones,
5
resolución de problemas abiertos, etc.), disciplinares y supradisciplinares, globales,
minuciosas y prácticas (Thorndike), supervisando durante la tarea que se ha comprendido,
dialogando con todos los grupos para que se sientan atendidos, cuidando la colocación
docente (se recomienda atender desde la parte externa del aula y mirando hacia adentro),
teniendo en cuenta la duración de las actividades, favoreciendo agrupamientos distintos
(individuales, parejas, pequeño grupo, colectivas y cooperativas), idénticas o
diferenciadas, para el aula y fuera de ella, obligatorias, de refuerzo y de ampliación, etc.
i) Terminar la sesión acompasando la bajada de concentración y desestructuración de la
atención con acciones adecuadas: recapitulando y cerrando, relacionando lo expuesto y
realizado con el objetivo o en su caso con el “organizador avanzado”, haciendo ver lo que
se ha avanzado con relación a ese objetivo, invitando a hacer un mapa conceptual de lo
visto, relacionando lo analizado con la clase siguiente, lanzando algún reto, pregunta, idea
inacabada y propuesta para la reflexión para enlazar con la clase siguiente y ser retomado
en ésta, hablando de técnicas y actividades que se realizarán en clases posteriores,
asignando tareas no presenciales para afianzar la comprensión, realizando una “evaluación
en 1 minuto”, dialogando aparte con quienes no han participado
j) Incluir o desembocar en técnicas interactivas auxiliares que contribuyan a la motivación
por aportar variedad metodológica.
6
didáctica relevante como proceso de interiorización y progresiva toma de conciencia a
realizar durante toda la vida con maestros diversos, etc.
b) Desde una perspectiva metodológica, de un modo general, Colocando la enseñanza en
función de la formación, desarrollando la comunicación didáctica desde el conocimiento,
no desde los contenidos. Más precisamente: 1) Atendiendo el clima social del aula y la
motivación formativa del alumno. 2) Siendo consciente de la ejemplaridad y el
consecuente propio cultivo y desarrollo personal de uno mismo como docente. 3) Evitar
instruir respondiendo continuamente a ninguna pregunta, teniendo en cuenta que “los
métodos poderosos de enseñar quitan al alumno todo el mérito de aprender” (B.F.
Skinner). 4) Evitando querer cosechar pronto lo que se enseña, ni sembrar
inmediatamente lo que se aprende. 5) Conceptuando la enseñanza como un punto de
partida personal, no como una desembocadura grupal. 6) Escuchando a los alumnos antes
de decidir. 7) Planificando las clases, especialmente las cuestiones críticas o profundas. 8)
Reconociendo los esfuerzos de los alumnos por formarse más allá de los contenidos,
comunicando expectativas de éxito y apoyando los procesos de madurez y evolución
personal. 9) Educando en la duda, la crítica, la creatividad, la humildad, la paciencia, la
perseverancia y el pensamiento autónomo. 10) Apoyando el estudio y el trabajo personal
como vía de interiorización creativa y de madurez personal. 11) Educando para la
universalidad. Por tanto, respetando las actitudes parciales. 12) Enseñando a cuestionarlo
todo y en razonar por uno mismo lo mejor posible. 13) Desplegando una variedad amplia
de opciones metodológicas. 14) Ofreciendo al alumno diástoles o lapsos para sus
elaboraciones sin premuras sobre todo para aprendizajes delicados. 15) Evitando
entrometerse o violentar su aprendizaje autónomo. 16) No incurriendo en sesgo evaluativo
de ningún tipo. 17) Enseñando al alumno a autoevaluarse. 18) Enseñando al alumno a
utilizar su procesamiento inconsciente de la información en función de la productividad y
educación de su razón, etc.
c) Desde los contenidos en sí: 1) Enseñando (mostrando) con equilibrio, sin predisposición,
prejuicio, ocultación o tergiversación del objeto, evitando comunicar partes por el todo o
desarrollar “parcializaciones de lo universal o de lo aceptado” (A. de la Herrán, e I.
González, 2002). O sea, anhelando la ecuanimidad informativa y expresiva, pretendiendo
desarrollos objetivos, neutrales, completos y complejos. En su caso, ofreciendo datos
neutralizantes o compensadores de sesgo, evitando precipitar razones en modelos duales,
7
soluciones definitivas, certezas aseguradas, etc. Cuando menos, expresando las propias
cojeras (Carr), o sea, indicando que unos piensan esto, que otros proponen aquello, que los
demás creen otras cosas, que el profesor tiene tal sesgo, pero que lo que más importa es lo
que cada alumno vaya generando y construyendo. 2) Favoreciendo el descubrimiento
personal y colectivo de relaciones y vínculos, conociendo ecuánimemente lo que otros (de
todas las opciones, tendencias e ismos) han aportado, sin apegarse definitivamente a
modos de ver o de hacer. En su caso, enseñar que cada uno de esos modos es uno entre
varios. 3) Enseñando a dudar, relativizando observaciones, evidencias, conclusiones, etc.,
practicando la lógica dialéctica, percibiendo las opciones en términos de
complementariedad o desde las síntesis posibles, destacando lo que aúna y minimizando
lo desemejante. Inducir a la desidentificación de lo parcial y a la reidentificación en
unidades de complejidad superior, enseñando a ‘desaprender significativamente’ de este
modo. 4) Proponiendo vínculos disciplinares o supradisciplinares: multi, ínter, trans o
metadisciplinares, procurando la menor incoherencia entre intencionalidad consciente e
inconsciente, y entre contenido, comportamiento docente y planteamiento educativo. 5)
Relacionando el contenido específico con los temas perennes. A saber, el
autoconocimiento, la madurez personal, la posible evolución humana, la humanidad, la
muerte, la universalidad, la educación de la conciencia, etc.
Mentefactos
El ‘pensamiento conceptual’ es, a juicio de J. Huxley (1967), la característica mayor del ser
humano como especie: “La primera característica humana, y la de más evidente originalidad,
es su capacidad de pensamiento conceptual; si se prefiere una expresión objetivada,
aludiremos a su empleo del lenguaje verdadero [...]. El verdadero lenguaje implica el uso de
signos verbales para los objetos, y no simplemente los sentimientos” (p. 9). La anterior podría
ser una de las motivaciones que llevaron a M. de Zubiría Samper (1999, 1999b) a desarrollar
esta herramienta de conocimiento desde el marco de su “Pedagogía Conceptual”.
Probablemente sean antecedentes de los mentefactos autores que han estudiado la “formación
de conceptos”, como Bruner, Austin, Goodnow, Ausubel, Novak, Eggen, D. Kauchak, y R.J.
8
Harder, Merril y Reigeluth, etc., otros tratados en el trabajo de P. Langford (1990) y, más
atrás, las “formas de asociación” para el recuerdo de investigadores citados en E. Clapàrede
(1907), como Aschaffenburg, Münsterberg, Bourdon, Ziehen o Ranschburg.
En contraposición con los artefactos (trastos, aparatos, máquinas…), que son objetales, los
mentefactos pretenden ser ideogramas, esquemas de pensamientos. Se corresponden con el
modo en que los conceptos están representados y se relacionan entre sí en la mente. Un
concepto se refiere a lo conocido y a lo desconocido: englobaría sustantivos, adjetivos,
hechos, acontecimientos, principios, características, valores, etc. y a unidades semánticas
equivalentes. Se refiere al modo en que, desde la más tierna infancia y progresivamente, el
cerebro interioriza y organiza significativamente y de un modo natural (lógico) cualquier
concepto, en el contexto de la red semántica que compartimos con los demás y desde la que
nos comunicamos. En primer término, un mentefacto es un diagrama que representa una
conceptuación, o sea, la estructura interna y externa de un concepto. Relaciona ideas
potencialmente significativas con el concepto que se va a aprender, expresándolas como
unidad semántica compleja. La consideramos una propuesta de definición de la ‘molécula del
conocimiento conceptual’. Pero su interés para la Pedagogía y en concreto para la Didáctica
radica en poder ser un instrumento útil para enseñar y aprender conceptos (particulares o
genéricos) de un modo sencillo, comprensivo, duradero y abierto.
La hipótesis sobre la que se plantea su utilidad posible es que un mentefacto delimita bien
cualquier concepto de cualquier disciplina. Si lo hace, puede contribuir a que el conocimiento
conceptual de una persona se clarifique, y a que con mayor definición pueda comunicar su
claridad a los demás. Si esta persona es un profesor, un padre, un alumno, etc. su
potencialidad didáctica está servida. En definitiva, pueden ser herramientas eficaces del
conocimiento orientadas a la mejor comprensión de conceptos. Su finalidad didáctica básica
es, pues, servir para la enseñanza-aprendizaje significativa de un concepto. Y lo hace
mediante la objetivación de una serie de preguntas obvias basadas en operaciones lógicas y la
observación de la realidad. A saber: cualquier concepto está incluido en otros, engloba a
otros, tiene una serie de características, incluye ejemplos y se define por su similitud,
diferencia u oposición con otros conceptos cercanos. Si trasladamos estas operaciones a un
esquema, nos resultará algo semejante a la figura
9
Categoría envolvente
(supraordinada)
Conceptos
Cualidades, semejantes o
propiedades o distintos
características CONCEPTO
(exclusiones)
10
Concepto=Suma de subclases inmediatas. La operación asociada a su identificación es
denominada por su autor infraordinar. Proponemos el término alternativo subordinar.
- Este: Responde a: “¿Con qué conceptos semejantes y de su mismo nivel de complejidad
comparte la categoría inmediatamente superior?” o bien “¿Con qué conceptos
pertenecientes a su categoría se diferencia?” Se concretan conceptos semejantes
(coordinados por la misma categoría envolvente, luego más cercanos al concepto a
aprender) al estudiado, luego distintos al concepto a aprender. En conjunto se denominan
exclusiones. Podrían responder a la siguiente operación: Exclusiones=Categoría
envolvente inmediata-Concepto objeto de aprendizaje. Contribuirían a definir el negativo
del concepto a analizar. La operación asociada a su definición es denominada por su autor
excluir. Proponemos además emplear coordinar.
- Oeste: Responde a la pregunta: “¿Cuáles son sus características?” o “¿Qué cualidades les
son propias?”. Se trata de concretar las particularidades, cualidades, propiedades, etc. más
relevantes del concepto objeto de estudio o enseñanza. Destacamos que son las
características principales, y no las accesorias, las que componen esta categoría. La
operación asociada a su concreción es denominada por su autor isoordinar. Proponemos
el término caracterizar.
- Centro: Es el concepto que se va a aprender. Se admite que un mismo término puede
hacer referencia a conceptuaciones distintas. En consecuencia, se trabaja sobre la acepción
que el contexto y la situación definen.
- Flechas, conectores, yuxtaposiciones: Hacen referencia a las razones por las que se han
tomado las decisiones clasificatorias que forman el esquema. Lo más formativo es
exteriorizarlas, compartirlas, reflexionarlas, justificarlas, discriminarlas…
- Figura general: Podemos entenderla como el producto de una conceptuación.
- Describe el modo en que el concepto está incluido en la red semántica de una persona.
- Incluye formas graficas muy clarificadoras.
- Es muy complementario a la ‘definición’.
- Puede ayudar a comprender y a la vez a recordar: la claridad comprensiva que asocia
puede actuar preservando el conocimiento actual de futuras confusiones.
11
- Favorece la recordación y relación con otros conceptos al mismo o diferente nivel de
complejidad.
- Puede servir de guía funcional para la enseñanza (planificación y desarrollo) de la parte
conceptual de una asignatura.
- También podría guiar la comunicación didáctica en torno al aprendizaje de un concepto en
una clase o una sesión didáctica.
- Puede servir para evaluar el contenido de libros de texto y detectar lagunas de
planteamiento y explicativas.
- Ayuda a evaluar el conocimiento conceptual de los alumnos con más dificultades: no sólo
que un concepto no se comprende, sino por qué y cómo reorganizar su comprensión.
- Esta técnica se presta a la elaboración de una red tupida de núcleos conceptuales de un
programa, cuyo grade cohesión interna podría potenciarse. Hoy día esto podría ser más
fácilmente realizable con TIC.
12
función de la formación de los alumnos –no al revés-, y que para algunos alumnos es
preciso recurrir a otros modos de enseñar.
Mapas Conceptuales
Los mapas conceptuales son esquemas o diagramas que pretenden describir un tema desde
una perspectiva nocional. Parten de que ese tema puede comportarse como una idea principal
(que suele ser un concepto general o particular), de la que se pueden desprender otras ideas
secundarias, terciarias, etc. Su representación gráfica y deductiva puede resultar clarificadora
sobre todo para quien la realiza, y quizá también para los demás. En un mapa conceptual
estándar se distinguen varios elementos constituyentes:
13
Se divide en
Se transforma en
Los mapas conceptuales admiten otras presentaciones (por ejemplo, las cajas, los círculos
concéntricos, otras configuraciones creativas). Es importante que el conjunto agrade a su
autor/a: la comprensión comienza en la estética. Para ello las TIC pueden ser una buena
herramienta. Entre sus ventajas destacamos que pueden clarificar el conocimiento, ayudar a
comprender el sentido de lo que se estudia, servir para esquematizar las relaciones de los
contenidos relevantes de un tema de forma significativa, preparándolo para el estudio de la
red de relaciones que subyace a los contenidos del tema, y con ello favorecer la recordación.
14
siempre es el camino más corto. A veces acortar es no llegar.
Pueden ser complementarios: admiten soluciones combinadas
Sondeos Formativos
Técnicas para gran o pequeño grupo, cuya finalidad es evaluar una sesión o proceso formativo
antes, durante o a su finalización. Se propone que los participantes escriban en una hoja
anónima y con sinceridad su parecer o la respuesta a alguna cuestión docente: dificultades,
dudas, ideas, autoevaluación, evaluación de la enseñanza, etc. Se recogen todas las hojas, con
el compromiso del profesor de que la información es confidencial para todos. Se reparte una
muestra de ellas elegida al azar –por ejemplo, cinco- a algunos compañeros, que leen su
contenido. El gran grupo diserta y toma decisiones responsables y constructivas a partir de lo
leído.
15
Además de ser una técnica compatible con la exposición docente, es instrumental a aquellas
que requieren un diálogo previo. Por ejemplo, puede anteceder a una ronda de valoraciones, a
procesos de toma de decisiones en grupo, a una lluvia de ideas, a un estudio de caso, a una
resolución de problemas, etc. Además, se puede utilizar aisladamente. Se desarrolla en las
siguientes fases: Primero, los participantes dialogan por parejas o tríos durante tres a seis de
minutos sobre una propuesta docente, dependiendo de su dificultad o de la dedicación
necesaria. A continuación, cada pareja o trío –o, si se trata de un grupo muy grande, una parte
del mismo- expone sus conclusiones, que alguien recoge, mejor en un soporte (por ejemplo,
pizarra) a la vista de todos.
16
relación a las del grupo. En la medida en que los alumnos sienten que se van a apreciar los
productos de su trabajo intelectual, se sentirán motivados para futuras propuestas análogas y
se entregarán de un modo más satisfactorio a la tarea. Los diálogos pueden ser realizados por
grupos cohesionados de más de dos alumnos: triálogos, tetrálogos, etc.
En cuanto a sus ventajas, la técnica es válida tanto para grupos grandes y pequeños. Puede
servir para inducir a trabajar a la mayor parte de un grupo en los primeros minutos de
interacción, con las positivas repercusiones que ello puede tener para el clima positivo y de
actividad del resto de la sesión y para el futuro. Puede servir para incorporar al grupo a algún
alumno que pueda parecer algo apartado del grupo o algún alumno nuevo. Puede ser muy útil
para analizar conocimientos previos o realizar una evaluación inmediata. Puede ser buena
para compartir los conocimientos de los demás, desbloquear iniciativas, inspirar divergencias,
etc. En cuanto a sus limitaciones o precauciones, conviene pensar e incluso planificar las
propuestas que al grupo se hacen. Si se abusa de la técnica con propuestas que no den juego o
inadecuadas, la motivación del grupo por el aprendizaje se puede resentir
Esta técnica suele ser instrumental a otras muchas técnicas que requieran un diálogo previo:
por ejemplo, puede anteceder a una propuesta de ejemplos, a una ronda de valoraciones, a
procesos de toma de decisiones en grupo, a un brainstorming o lluvia de ideas, a un estudio
de caso, a una resolución de problemas, etc. En especial, favorece la riqueza del
brainstorming o tormenta de ideas, con la que se integra de manera natural.
17
- Nombramiento de un/a secretario/a, en un contexto comunicativo creativo y para una
mejor motivación.
- Generación de ideas, durante la cual es menester respetar cuatro reglas dadas por su
creador: 1) Se prohíben las intervenciones destructivas: ridiculizaciones, censuras, gestos
hirientes, comentarios sarcásticos, críticas precipitadas… porque inhiben buenas ideas en
ciernes o alumbradas. 2) Toda idea es bienvenida, por alejada que parezca, y mejor si es
no-convencional. 3) Cantidad es calidad. Cuantas más ideas, mejor. 4) Las ideas pueden
responder a la propuesta del docente o elaborarse sobre las respuestas de los participantes,
sin que nadie deba molestarse: el conocimiento se desarrolla sobre el conocimiento, venga
de uno mismo o de otros. Todas se pueden continuar, alterar, modificar, aumentar,
disminuir, variar… y doblar, derretir, evaporar, disolver, endulzar, espolvorear…
- Moderación de la interpretación, análisis de la viabilidad, valor o utilidad de lo
comunicado. Apoyo en los análisis posteriores.
- Conclusiones, incluido su respaldo o aval necesario.
18
Podemos destacar algunas ventajas de esta técnica:
- Puede servir para hacer hablar a la mayor parte de un grupo en pocos minutos de
interacción, con positivas repercusiones para el clima social del aula y de las actividades
siguientes.
- Puede servir para incorporar al grupo a algún alumno que pueda parecer algo apartado del
grupo, o algún alumno nuevo.
- Puede servir para analizar conocimientos previos o realizar una evaluación inmediata.
- Puede ser buena para compartir los conocimientos de los demás, desbloquear iniciativas,
inspirar divergencias, etc.
- Puede fomentar asociaciones inusuales y nuevas relaciones, desde el inconsciente y el
consciente, la memoria y el insight, las aportaciones propias y ajenas... que pueden ser
útiles, buscadas o no, con o sin salida aparente o interpretación inmediata, significados,
alternativas o soluciones, críticas, aportaciones, etc.
- Puede favorecer el mejor conocimiento de los demás e incrementar la Zona de Desarrollo
Próximo social
- Es útil para escuchar las propuestas de los demás enriqueciendo o rectificando la propia
- Es capaz de inducir a posibles cambios en el propio conocimiento, creencias, prejuicios,
opiniones, críticas, creatividad, etc.
- Se basa en la práctica de habilidades o destrezas encaminadas a sentir concretamente la
creatividad.
- La técnica incorpora una profunda naturaleza evaluativa, con independencia de la
finalidad que tenga. Puede servir tanto para coevaluar lo que los demás saben o proponen
como para llegar a evaluar tanto las aportaciones del grupo como los cambios y las
aperturas personales paulatinamente conseguidas.
- Puede ayudar a superar el propio egocentrismo y su reflejo en el conocimiento
(parcialidad, dualidad, identificación, apego, etc.)
- Puede contribuir a la ampliación los contenidos curriculares
19
Como los diálogos simultáneos, las lluvias de ideas podrían ser: 1) Evaluativas. 2) Creativas.
3) Expositivas, y 4) Mixtas.
20
La asamblea o reunión de aula se basa en el respeto democrático al grupo por parte de todos.
Es una técnica relevante en cualquier etapa educativa. Se desarrolla mejor si se retoma y
cultiva el hábito en todas las etapas y si se desarrolla apoyada en la participación preferente de
responsables, coordinadores o comisionados previamente elegidos. Tiene como finalidad
apoyar el proceso de madurez personal y social de los miembros del grupo aula y la evolución
cooperativa del grupo. Incluye una forma de sentir y practicar la importancia de la educación
social y para una ciudadanía más abierta. Permite experimentar a corta distancia el sabor y los
procesos propios de una democracia experimentada basada en la reflexión, el conocimiento y
la escucha sensible. Lo hace mediante la gestión y el diálogo sobre cuestiones de interés
general, como la convivencia y la vida cotidiana, problemas, temas de interés, análisis
relevantes, decisiones colectivas, etc. En tanto que los alumnos son una parte activa de la
comunicación didáctica, otro de los contenidos posibles podría ser las técnicas didácticas a
desarrollar, tanto en su fase de ideación, evaluación inicial, información, desarrollo,
evaluación final y propuestas futuras. Por ejemplo, en la asamblea se pueden sondear
necesidades didácticas, recoger propuestas de talleres, proyectos, inmersiones temáticas,
estudio, trabajo autónomo, etc., informar sobre sus conceptos y sentidos formativos, presentar
materiales y ejemplos, hablar sobre su organización, participación y evaluación. A tal fin
pueden crearse comisiones variadas: de ideas y propuestas, de talleres, del periódico de aula,
de teatro, de evaluación de técnicas, etc. De este modo, se cultiva una cultura pedagógica que
no debería ser extraña a ningún estudiante, se normaliza la innovación y se responsabiliza al
alumno en su proceso desde una perspectiva de gestión estratégica y global, lo que
obviamente también es formativo. Su desarrollo más directivo o más cooperativo dependerá
del hábito y la madurez del grupo y de la moderación del profesor.
Puede discurrir mejor con un mínimo orden del día. Su duración y frecuencia son variables.
Conviene delimitarlas y actuar en consecuencia. En su desarrollo se puede practicar el reflejo,
el parafraseo, el hábito de atender cuando alguien habla, el resumen o recopilación, la
observación y justificación pública de actitudes, gestos, etc. Conviene evitar el tumulto, el
desorden, la falta de respeto, la no-escucha, el acaparamiento de la palabra, la obligación de
hacer hablar a quien no quiere, las estructuras de ‘rueda de prensa’ en torno al profesor/a, etc.
Pudieran ser de dos tipos: ordinarias y extraordinarias, según los contenidos. Su éxito depende
de su objetivo y su efecto positivo, que incluye la eficiencia, la eficacia y que nadie (profesor
o alumnos) tenga la sensación de que se ha perdido el tiempo.
21
Las asambleas se diferencian de otras propuestas metodológicas en que normalmente no
requieren materiales didácticos especiales, no están en principio abiertas a la participación de
los padres o de otros agentes educativos, y que en que algunas de ellas no se programan, a no
ser que estén incluidas como actividad dentro de otras técnicas de enseñanza. Por otra parte,
pueden ser relacionadas o incorporadas por cualquiera de ellas para enriquecer su desarrollo,
con fines de evaluación inicial (o inmediata), presentación, cohesión, organización, diálogo,
evaluación final, etc. Las asambleas o coloquios son una de las técnicas de enseñanza más
formativas para el desarrollo de una sensibilidad cooperativa en la que basar experiencias
democráticas de verdadera calidad y relativa madurez, objetivamente más avanzadas que la
democracia egocéntrica o política (parcial, sesgada a priori) que conocemos.
Podría responder a la pregunta: “¿Qué podemos aprender (conocer, hacer, utilizar, etc.) de una
forma autónoma?” La oferta didáctica puede venir de los alumnos, y quedar abierta. Es una
propuesta metodológica basada en la reunión de materiales en espacios definidos que se
organizan por temas, para realizar una serie de actividades didácticas muy concretas en un
tiempo limitado. Su aplicabilidad dependerá del conocimiento docente y de la intencionalidad
educativa. Nos referiremos de un modo especial, por su infrecuencia, a la Educación
Secundaria. Algunos ejemplos de rincones en este nivel podrían ser: rincón del ordenador,
rincón del interior de la Tierra, rincón del cuarzo, de los Nobel, de fósiles, de las especies
extinguidas, del diálogo y la mediación, de faltas de ortografía, de energías alternativas, del
átomo, del Románico, de derivadas, de la estrella Wolf 424, de cristalografía, de fractales, de
Letonia, de las gimnospermas, de Ruffini, de Empédocles, de Ramón Gómez de la Serna, etc.
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Los rincones se pueden clasificar con diversos criterios:
Los rincones se pueden coorganizar con los alumnos, situarlos en zonas estratégicas en que no
estorben, con una zona que permita el almacén del material, adjudicando un papel de
encargado/a que se responsabilice de cotejar el listado de enseres, que comunique deterioros o
carencias, proponga renovaciones, etc. En ocasiones, quizá por la exclusividad del material,
por la intencionalidad docente o porque requiere de una explicación muy concreta, la
enseñanza se polariza en un solo rincón de trabajo, que se lleva a cabo en momentos o días
definidos. En este caso, cada grupo va pasando por él, realizando las actividades indicadas,
registrando observaciones, mientras el resto desarrolla otra clase de trabajo autónomo. Los
rincones permiten la colaboración puntual de alguna persona externa (otro profesor, un
profesional, etc.). Es práctico que si otra clase del mismo curso que el nuestro trabaja por
rincones no coincida con los propios, para intercambiar recursos.
Talleres Didácticos
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Los talleres didácticos adquieren su plenitud como propuestas metodológicas con C. Freinet,
que sintetizó en ellos la actividad manual y el trabajo intelectual. Responden a la pregunta:
“¿Qué podemos aprender a hacer?” La oferta puede venir del profesor/a, los alumnos o
consensuarse. Se caracteriza por ser eminentemente práctica, basada en el aprendizaje de
técnicas, procedimientos, habilidades o destrezas y experimentación, e incluir una base
manipulativa. De cualquier taller se sale sabiendo hacer algo. Ese algo puede ser
complementario o central en el currículo, y se justifica por su educatividad y su traslación
directa a la vida. Quizá sea la técnica más directamente relacionada con un concepto de
competencia funcional y con habilidades de intervención en contextos reales y útiles para la
vida. Más concretamente, pretenden desarrollar la atención, la habilidad manual, el análisis, la
comunicación, la colaboración, el respeto, la ayuda mutua, la autonomía, la creatividad, la
memoria, etc. en el contexto externo del taller e interno de la educación de la personalidad.
Siendo una propuesta didáctica adecuada para todas las edades, a los más pequeños les
permite atender necesidades afectivas, de movimiento, de manipulación, de descubrimiento y
construcción, de lenguaje, comunicación e imaginación, de autonomía, de inserción social,
etc. Permite observar al alumno y desarrollar una evaluación continua, formadora u
orientadora e individualizada. Se clasifican y denominan de varias formas no excluyentes:
24
unidad didáctica de referencia
Talleres relacionados con ella:
previos, incluidos o posteriores
Según los grupos de alumnos Talleres de aula
implicados en su desarrollo
Talleres de nivel
Talleres de ciclo
Según su eje funcional Talleres de técnicas
Talleres temáticos o globalizados
(incluyen varias técnicas
relacionadas)
Según la orientación de las Talleres de actividades paralelas o no
actividades que desarrollan relacionadas (por ejemplo taller de
arcilla)
Talleres cooperativos (por ejemplo,
taller de periódico)
Según los resultados previstos Talleres de aprendizaje de una más
técnicas
Talleres productivos (divulgativos o
expositivos)
Según las necesidades atendidas Talleres de movimiento, de
(para los más pequeños) manipulación, de construcción, de
lenguaje, comunicación e
imaginación, de autonomía, de
inserción social, etc.
Algunos ejemplos de talleres adaptables o comunes a varias etapas educativas podrían ser:
Taller de corte y confección, “talleres de costura para una educación intercultural” (R. Ansó
Doz, 2007), taller de maquetas, taller de coreografías, de bricolaje, de cocina, de reciclaje, de
pintura, de CO2, de escritura creativa, de juegos creativos, de técnicas de estudio, de radio, de
vídeo, de trigonometría, de geometría (urbana o natural), de dudas de Álgebra, de Física (u
otra Ciencia de la Naturaleza) recreativa, de instrumentos y músicas del mundo, de nutrición,
de educación sexual, de la paz, taller solidario, taller de conflictos internacionales, de
derechos humanos, taller de introducción al psicodiagnóstico clínico y dinámico a través del
test de Rorschach, de estadística aplicada a la investigación cuantitativa y cualitativa, de
programas informáticos (Flash, Autocad, etc.), de experimentos e inventos, de bases de datos,
25
de motores eléctricos, de habilidades sociales (en la relación cliente-profesional sanitario), de
acuarela, etc.
Es especialmente motivador que en la decisión sobre los talleres a desarrollar intervengan los
alumnos, bien desde su propuesta, bien desde la propuesta de los profesores, siendo
seleccionados por ellos o decidiéndose de un modo consensuado. El procedimiento más
habitual es que el equipo docente lo oferte en función de las posibilidades formativas,
personales, materiales y formales, sin demasiada posibilidad de selección por lo alumnos. Su
proceso didáctico suele incluir varias fases:
- Ideación, mejor con los chicos a principio de curso, seleccionando de entre sus propuestas,
lo que será siempre más motivador, y teniendo en cuenta la colaboración de ‘encargado de
taller’.
- Planificación, compartiendo la programación e incorporando sugerencias de los alumnos.
He aquí un esquema para su programación: 1) Título del taller. 2) Tipo de taller. 3)
Justificación educativa: ¿Por qué es importante para la formación? 4) Ubicación: Curso,
fechas, duración neta, etc. 5) Vinculación con el currículo o con la planificación de
estudios: Competencias, áreas de conocimiento implicadas, objetivos, contenidos y
criterios de evaluación vinculados. 6) Evaluación inicial. 7) Objetivos didácticos. 8)
Contenidos didácticos por clases (conceptos, procedimientos, actitudes, sentimientos). 9)
26
Organización didáctica: Personal, material, espacial y material. 10) Actividades y recursos
didácticos. 11) Fases del taller. 12) Evaluación del taller: De la enseñanza y de la
formación. 13) En su caso, comunicación, difusión, exposición, degustación, etc.
- Desarrollo (pasos): 3-1) Presentación, en su caso distribución de los alumnos por rincones
de taller, 3-2) Realización de la actividad y 3-3) Recogida de materiales y limpieza.
- Evaluación de la experiencia (aprendizaje y enseñanza) y propuestas de mejora.
- En su caso, difusión, representación, etc.
Uno de los aspectos más críticos del diseño y desarrollo de los talleres didácticos es su
organización. Proponemos algunas sugerencias:
a) Para la organización personal: En los casos en que los grupos de taller sean superiores en
número a las aulas de referencia, serán necesarios más espacios y encargados de taller que
permitan ampliar la oferta. Podrían hacer esta función otros profesores, miembros del
equipo directivo o del departamento de orientación, o padres y madres de mucha
confianza, habilidad pedagógica y conocimientos especiales relativos al taller concreto.
Los padres participantes pueden ofrecer y aprender mucho. Al principio de curso se les
informará de la posibilidad y se requerirá su compromiso. Otra opción es contar con algún
alumno de etapas superiores que guste de la enseñanza y el apoyo a los más pequeños.
b) Para la organización espacial: Los talleres puede desarrollarse en el aula habitual o en
otras más equipadas, así como en espacios comunes o exteriores adecuados. En todo caso,
puede proponerse la organización de sus rincones o agrupamientos sobre sus instalaciones
fijas: puerta, enchufes, ventanas, pizarra, lavabos, etc.
c) Para la organización material: El material es quizá el centro de gravedad funcional del
taller. Siempre que pueda los materiales deben ser reales, abundantes en número, variados,
no peligrosos y no estar deteriorados o rotos. Conviene que los haya para un uso
convergente, o más susceptibles de creatividad. Deben guardarse en lugares accesibles y
bajos.
d) Para la organización temporal: Puede dedicarse a su desarrollo uno o varios días, o medios
días, en el caso de talleres a tiempo parcial. En este caso, pueden hacer taller la mitad de la
clase (talleres simultáneos) o todo el grupo.
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Los talleres deben evaluar tanto la enseñanza como la formación: La enseñanza, en aspectos
tales como la programación y sus elementos, la actuación docente y la evaluación continua y
formativa, la participación de los encargados voluntarios de taller, en su caso, los problemas
de organización, la distribución de alumnos, etc. La formación, en aspectos tales como los
objetivos didácticos, las competencias (comunicativa, matemática, digital, su autonomía, la
resiliencia, etc.), los contenidos adquiridos, los valores, los conflictos, el interés y motivación,
el respeto, la calidad de las producciones, en su caso, etc.
- En todos los niveles educativos desarrollan bien la educación para la vida, pueden atender
multitud de contenidos de inserción social, incluidos los valores educativos y los temas
transversales, desde la perspectiva de las competencias. Además, favorecen la
socialización de los alumnos más allá de las paredes de su aula (con otros de su mismo
curso o ciclo y la cooperación con alumnos de otras etapas, con los que se puede colaborar
elaborando materiales, difundiendo resultados, representando, etc.).
- Los talleres permiten tanto el trabajo individual como grupal, en el contexto de un
agrupamiento flexible, pudiendo, en su caso, juntarse alumnos de diferentes edades y
aulas. Al ser más, los grupos de taller pueden ser heterogéneos y más pequeños que los
grupos de referencia. Con los más pequeños, la distribución puede realizarse con tarjetas,
iconos, carteles…
- Pueden ser muy complementarios a otras propuestas metodológicas. Por ejemplo, en
algún momento de su desarrollo pueden requerir incorporar una salida, bien como
propuesta metodológica enriquecedora, bien como parte del taller.
- Dentro de un taller bien definido cabe un diseño en espiral, a saber, susceptible de
creciente detalle o profundización. Así mismo, dentro de cualquier taller cabe el desarrollo
concéntrico de otros talleres, si se quiere en versión reducida, pero de posible ampliación
futura, lo que permite y fundamenta la anterior programación en espiral. Por ejemplo, para
Secundaria, dentro de un taller de escritura en inglés, cabría un taller de presentación de
trabajos en inglés o un taller de cantautores. Para Universitaria, dentro de un taller de
investigación cualitativa, cabría un taller de diseños fenomenológicos, taller de ‘teoría
fundamentada’, etc.
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- Pueden ser excelentes laboratorios tanto de observación de los alumnos como de práctica
de la intervención educativa de otros profesionales de la educación y de padres.
Alguna precaución de cara a la práctica: La primera es que los talleres no se suelen desarrollar
durante los periodos de adaptación, ya que se entiende que requiere que los grupos existan o
estén algo consolidados. La segunda es que en algunos centros se corre el riesgo de
desarrollar talleres y anquilosarse, al ser siempre los mismos y desarrollarse de una forma
calcada. Así, una propuesta inicialmente innovadora puede pasar a ser indicador de ranciedad.
Desde las edades más tempranas, la enseñanza de las Ciencias por antonomasia (Matemática,
Física, Química, Biología, etc.) admite un desarrollo recreativo. Su característica es la
actividad experimental en un ambiente de análisis, control y juego científico, a la vez
científico, divertido y riguroso, adecuado a la edad de los alumnos y a los objetivos
formativos. Su finalidad es transferir saberes de estas ciencias a la vida cotidiana, despertar la
curiosidad científica, enseñar a mirar comprensivamente la naturaleza desapercibida y atender
al vínculo ciencia-creatividad.
Salidas
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Es una técnica de enseñanza que se reconoce como una actividad complementaria. Como
tales pueden enriquecer o formar parte de unidades didácticas, talleres didácticos, proyectos
didácticos, inmersiones temáticas, etc. Se utiliza con regularidad en Educación Infantil y
Primaria, buscando el máximo ajuste a las características evolutivas de los niños y al
desarrollo actual de la programación de aula o de otras propuestas metodológicas. En etapas
posteriores incluyen finalidades más científicas (por ejemplo, excursiones geográficas) y
preprofesionales (p.ej., visitas a empresas), etc. Aquí nos centraremos en las salidas como
propuestas metodológicas adecuadas para niños de Infantil y Primaria. No se trata sólo de que
se los niños se lo pasen bien, aunque éste es un factor irrenunciable. Una salida es una
propuesta metodológica cargada de intencionalidad educativa, y como tal ha de programarse o
subprogramarse dentro de otra propuesta envolvente o más compleja. Aprovechando el interés
(curiosidad) que casi siempre tiene para los alumnos, se trata de favorecer un cambio de
escenario educativo en el que pueda ampliarse conocimiento, facilitar nuevas vivencias y
disfrutar de ellas, promover el desarrollo social, comprobar o validar lo trabajado en clase,
experimentar, al menos parcialmente, la unidad con la naturaleza y con la historia, etc. Desde
el punto de vista docente, una de las características más destacadas de las salidas es la
responsabilidad especial que asocia, motivada por riesgos potenciales, cuya satisfacción
requiere una evaluación inicial y tomar una serie de medidas preventivas que pueden
condicionar su planificación:
- Medidas previas ligadas a los niños: 1) Han de tener una autorización escrita de sus padres
o tutores legales y haber abonado los gastos correspondientes. 2) Han de tenerse en cuenta
las necesidades especiales asociadas a algún niño concreto: alergias a alimentos,
medicamentos, limitaciones alimentarias y otras características y necesidades personales.
3) Deben llevar una mochila básica proporcionada por sus padres de acuerdo con las
instrucciones de su tutor/a, en la que a la vuelta podrán llevar.
- Medidas ligadas al lugar en general. 1) Han de tenerse en cuenta la distancia a la que se
encuentra (relacionada con el transporte a utilizar). 2) Su climatología (frío, lluvias
probables, etc.) es un dato esencial. 3) Sus gentes: si están adecuadamente informadas
pueden ser buenas colaboradoras. 4) Conviene ser visitado en la víspera por algún
maestro/a: ha podido cambiar significativamente desde la última vez que se visitó.
- Medidas de seguridad: 1) El número de maestros/as ha de ser adecuado. Ha de contemplar
la posibilidad de que uno de ellos/as deba regresar con un niño por alguna eventualidad
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imprevista (enfermedad u otra razón). Puede contarse con la colaboración de algún padre
o madre. 2) El medio de transporte debe reunir todas las condiciones de seguridad de
acuerdo con la normativa vigente. 3) El entorno ha de carecer de peligrosidad (animales
agresivos, cercanía a carreteras, basureros, pozos, aguas fecales o no potables, cortados,
torcas, etc.). 5) Las instalaciones interiores, sobre todo si los niños van a pasar la noche,
no han de conllevar peligro o inadecuación (bordes cortantes o puntiagudos, enchufes,
cristales sueltos, etc.). 6) Es indispensable que cerca del destino haya alguna población, si
es posible dotada de servicios y profesionales pertinentes (guardia civil, centro de salud,
etc.), que deberán estar informados y cuyo teléfono deben llevar encima todos los
maestros/as. 7) Es importante que todos los maestros/as lleven teléfonos móviles y estén
comunicados entre sí. 8) Es importante que algún maestro/a tenga conocimientos de
primeros auxilios y se responsabilice de la custodia y uso del botiquín dotado de material
adecuado y no caducado.
- Medidas de higiene y confort: 1) Es preferible que, aunque se salga a la naturaleza, el
destino esté dotado de aseos limpios y, en su caso, adecuados a la altura y necesidades de
los niños.
El diseño y desarrollo de una salida como propuesta metodológica incluye estas fases:
- Fase de propuesta docente y motivación inicial: Sólo en determinados casos puede dejarse
que la idea de adónde salir surja del grupo de alumnos. Otra opción intermedia es dar a
elegir y desarrollar la técnica de las prelaciones para adoptar una decisión democrática.
- Fase de programación o subprogramación dentro de otras propuestas más complejas. En
todo caso, conviene que incluya los siguientes elementos: Destino, fechas, justificación
didáctica (en sí y desde el punto de vista de la pertinencia de su momento didáctico), en su
caso propuesta metodológica de referencia, evaluación inmediata, objetivos didácticos,
competencias, contenidos didácticos, actividades y recursos (cronograma), evaluación
continua y formativa, evaluación final.
- Fase de desarrollo o realización de la salida: De la planificación anterior se desprende que
es conveniente programar con detalle algunas actividades que realicen el potencial
educativo de la actividad. Algunas actividades pueden ser facilitadas por gentes del lugar,
que pueden convertirse en excelentes colaboradores puntuales.
31
- Fase de desarrollo de la evaluación final de la experiencia de los alumnos, mediante
puesta en común y evocación en clase y en casa, para la que pueden ser útiles los folletos,
datos, objetos, minerales, recuerdos, fotos, vídeos, etc. Algunos de ellos, por decisión de
los alumnos, pueden enriquecer la vitrina del aula, la biblioteca del aula, o bien la
habitación del niño en la casa. En esta fase pueden obtenerse datos e ideas que ayuden a
mejorar futuras salidas al mismo sitio o a otros lugares.
- Fase de evaluación de la enseñanza, incluyendo en ella la adecuación del lugar, de las
medidas tomadas, del entorno, las instalaciones y las personas (docentes, padres,
lugareños), el grado de consecución de los objetivos, la adquisición de contenidos, la
adecuación de las actividades, la idoneidad de la evaluación, las propuestas de mejora, etc.
Puede ser útil el empleo de técnicas de evaluación para la recogida de datos (observación
sistemática, asambleas, actividades del alumno, entrevistas, encuesta, grabación, etc.) e
instrumentos de evaluación ad hoc (anecdotarios, listas de control, escalas de estimación,
cuestionarios, diario del profesor, etc.), así como técnicas de análisis de datos,
especialmente la triangulación.
Actividades
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Herrán, A. de la (2009). Técnicas de enseñanza basadas en la cooperación (pp. 279-307). En
J. Paredes (Coord.), A. de la Herrán (Coord.), M.Á. Santos Guerra, J.L. Carbonell, y J. Gairín,
La práctica de la innovación educativa. Madrid: Síntesis.
Unos alumnos enseñan a otros y se aseguran de que esos otros han comprendido. Mediante
esta técnica, todos aprenden: quien orienta o enseña y quien es tutelado: el primero
comprende y sintetiza antes de comunicar, resultando de ello conocimiento, siendo de
aplicación lo que decía Puig Adam: “nadie sabrá bien matemáticas hasta que no enseñe
matemáticas”. Y el tutelado podrá ser especialmente receptivo a la ayuda del compañero. Muy
frecuentemente ocurre que entre los alumnos el aprendizaje resulta más significativo que
cuando proviene de un docente. Pero pudiera ocurrir lo contrario: es posible que aparezcan
incompatibilidades o choques, o que los alumnos prefieran decididamente que les enseñé su
profesor/a. La dinámica requiere un mínimo de formación destinada a quienes deban hacer las
veces de tutores. Es preferible que su desarrollo tenga lugar conforme a una guía de trabajo
muy estructurada en actividades y en tiempo. Para su desarrollo normalmente la clase se
organiza por parejas a cuyos miembros (por ejemplo, los A y los B) se asocia una función
asimétrica con un objetivo común: uno orienta al compañero y otro aprende de él en función
de un objetivo. La tutoría de alumnos puede realizarse entre parejas de alumnos de una clase,
1
pero la tutela de un alumno puede extenderse a un subgrupo. Siempre que sea posible,
conviene que los papeles de tutor y tutorando roten o cambien de modo que la enseñanza
mutua –también entendida como técnica de otros expertos- se consume y pase a ser un
intercambio de conocimientos o experiencias. Y además que lo hagan con cierto ritmo, para
adquirir el hábito y con él la flexibilidad. Los alumnos pueden ser de diversas clases, niveles o
cursos.
Es eficaz, aunque criticable, en la medida en que son los alumnos que superan el estándar de
dominio quienes enseñan a los que no superan, con lo que el papel de tutor no es desarrollado
a veces por algunos alumnos.
Esta técnica nos parece el eslabón perdido entre las técnicas de aprendizaje en cooperación y
las técnicas basadas en la exposición de otros expertos. Es un sistema especialmente eficaz
para trabajar con grupos numerosos de un modo personalizado. Se basa en el trabajo de un
conjunto de alumnos aventajados voluntarios, a cambio del cual va a ser considerado su
trabajo. Puede desarrollarse sobre estas fases:
2
- Fase de presentación de la técnica de enseñanza al gran grupo.
- Fase de selección: El docente selecciona, de entre una muestra mayor de alumnos
aventajados, tantos monitores como subgrupos de 10 alumnos se vayan a formar.
- Fase de tutoría (I): preparación de monitores: El docente se reunirá reúne en tutoría con
los monitores y los preparará en metodología y en contenido, con el fin de que puedan
tener los suficientes conocimientos como para actuar de expertos con sus compañeros. Se
dialogará sobre una guía didáctica (tema, objetivos, contenidos, actividades, criterios de
evaluación) con la que cada monitor trabajará con su subgrupo.
- Fase de enseñanza de monitores. Cada monitor entregará a los componentes de su
subgrupo la guía didáctica, y trabajará con ellos las actividades propuestas. Los monitores
recogerán las actividades o producciones de sus compañeros de subgrupo. En su caso, la
fase de enseñanza de monitores incluye la preparación de los miembros de su grupo para
la prueba de examen
- Fase de tutoría (II): corrección de las actividades o aclaración del contenidos de los
trabajos con monitores: El docente analizará y corregirá las actividades y trabajos de los
compañeros o subgrupos con los monitores, para asegurarse de competencia para
evaluarlos formativamente
- Fase de evaluación formativa de los monitores: Lo antes posible, los monitores corregirán
los trabajos de los compañeros y les informarán de sus aciertos y errores de acuerdo con
las consignas dadas por el profesor
Para un siguiente tema los monitores deben cambiar. Ninguna de estas fases obvia la
responsabilidad y el trabajo docente.
Comprendida como una variante de la tutoría entre alumnos, su interés creativo y formativo
va más allá de su desarrollo: los alumnos pueden seleccionar y elegir temas, proponerlas o
decidirlas, invitar, organizarlas, realizarlas, asistir, intervenir, actuar como ponentes, etc.
Pueden suceder, anteceder o formar parte de otras técnicas didácticas. Por ejemplo, puede
venir precedidas por otras (Phillips 6.6, Consejo de Representantes, etc.) y/o ser antesala de
alguna otra técnica de aprendizaje (inmersión temática, riesgo, proyecto...). Son susceptibles
de organización por los alumnos con el apoyo de equipos didácticos o departamentos,
mediante el método de proyectos.
3
Resolución de Problemas
Los problemas son cuestiones que pueden responderse mediante aplicación de elementos de
teoría científica (relaciones, leyes, algoritmos, principios, experimentos…) previamente
interiorizados. Pueden actuar como (auto)evaluadores o espejos del aprendizaje, así como
indicadores de la necesidad de conocimientos más complejos que los disponibles. De hecho,
una propuesta didáctica seguida por algunos profesores es el planteamiento de problemas
encadenados, cada vez más complejos y ricos, que puedan vertebrar un proceso comprensivo
desde niveles básicos a cotas avanzadas. Un último ingrediente de este proceso didáctico es la
experiencia de éxito. Será tan importante resolver y experimentar un efecto positivo
(Thorndike), como detectar la frontera o atisbar el horizonte. De lo contrario, los problemas (y
por extensión las mal llamadas Ciencias) se transforman en fuentes de frustración y por ende
de rechazo.
4
oportunidades para razonar científicamente. En este sentido, una didáctica desarrollada sobre
problemas no ha de finiquitar en ellos, sino en la educación de la razón de quien resuelve.
Será entonces cuando el alumno podrá hacerse mejores preguntas y proponer otros problemas
de complejidad superior. Quizá entonces podamos asegurar que ha aprendido.
Desde el punto de vista de las técnicas de enseñanza asociadas, proponemos los siguientes
formatos para su desarrollo didáctico: 1) Formación de subgrupos y adjudicación de
problemas distintos o complementarios, resolución y puesta en común. 2) Rotación de los
problemas por los diferentes subgrupos. 3) Elaboración, propuesta y resolución de problemas
creativos por los alumnos. 4) Elaboración y resolución de problemas de dificultad creciente
por grupos cooperativos. 5) Elaboración de baterías de problemas clasificados y resueltos por
los alumnos, y sancionados por el profesor, de modo que puedan ser una fuente de cuestiones
para la prueba de examen. 6) Enseñanza mutua de problemas, alternando papeles. Otra
opción, aplicando la propuesta de Getzels, y Jackson (1962) podría consistir en proponer
“construir problemas”. O sea, dada una deducción compleja basada en información numérica,
plantear todos los problemas matemáticos posibles.
Las variantes de aprendizaje en grupos cooperativos pueden emplearse como técnicas aisladas
o bien como parte de otras (por ejemplo, estudios de caso, método de proyectos, ABP, etc.).
El aprendizaje en grupos cooperativos incluye varias fases genéricas:
- Fase de organización de los grupos: Bien por elección de los alumnos –más recomendable
al empezar a aprender esta dinámica- o por designación docente –porque en la vida y en
las profesiones no siempre trabajamos con quienes queremos-, se forman grupos
homogéneos (según el nivel de habilidades, experiencia, competencia…) o heterogéneos,
y de tamaño idóneo (4-6 miembros). La heterogeneidad de los grupos puede incrementar
la zona del próximo desarrollo (Vigotsky). Es estratégico nombrar un coordinador/a de
grupo, para canalizar la comunicación y sus procesos.
- Fase de selección del tema y asignación de tareas: Según la finalidad de la actividad, los
grupos desarrollan tareas diferentes, complementarias o idénticas
5
- Fase de trabajo en grupos, desde guías de trabajo y/o recursos adecuados, con la intención
de favorecer la ayuda mutua y la normalización de actitudes constructivas, desarrolladas
sobre procesos basados en la autoorganización en función del logro de objetivos concretos
- Fase de evaluación del trabajo cooperativo, que comentaremos posteriormente.
Con respecto a la evaluación del aprendizaje en grupos cooperativos proponemos definir estos
nudos funcionales:
- Finalidad (para qué evaluar): Para conocer los puntos débiles, los puntos fuertes e
identificar propuestas de mejora
- Objeto (qué evaluar): Se trata de evaluar (o sea, ‘analizar para mejorar’): 1) En el plano
individual: asistencia, participación activa, contribución, responsabilidad personal,
preparación individual, rendimiento. 2) En el plano grupal: funcionamiento del grupo,
cooperación y ayuda a los demás, autoorganización, trabajo realizado o producto
colaborativo, etc. Dentro de la producción grupal, pueden considerarse estos criterios:
presentación, puntuación (corrección ortográfica), compleción (exhaustividad),
complejidad (relaciones, originalidad), ausencia de errores, etc. 3) La propuesta
metodológica: recursos, dificultades, eficacia global, etc. 4) La enseñanza: capacidad
organizadora, comunicación, evaluación continua y formativa (observación), orientación
didáctica, sistema de evaluación, etc.
- Método (cómo evaluar): Es preferible acordar y consensuar el proceso evaluativo con los
alumnos. Se puede proceder de varios modos complementarios: Puede trabajarse con la
premisa de que el éxito grupal sólo podrá ser alcanzado si y sólo si todos los miembros del
grupo lo logran individualmente. Esto, que puede interpretarse como injusto, puede
aceptarse al establecer paralelismos con la vida real: en un equipo médico, en un proyecto
de ingeniería, en un bufete de abogados, en una empresa… el éxito o el fracaso de uno es
el éxito o el fracaso de todos. Esto coadyuva a una dinámica de ‘solidaridad interesada’,
que puede llevar a experimentar procesos de ayuda mutua no tan distintos a los de la vida
adulta o profesional. Para desarrollar esta idea se pueden considerar algunos procesos, que
pueden adoptarse total o parcialmente, según las características de los grupos: El
coordinador del grupo de turno puede actuar como entrenador (coaching), asegurándose
del conocimiento de cada miembro del grupo, antes de la evaluación docente. Todos los
miembros del grupo deberán superar un estándar de dominio; si alguno no supera, el
6
grupo entero ha de ayudarle a hacerlo, o bien este alumno, ayudado por los demás, realiza
actividades alternativas homologables. Cuando todos han superado ese estándar, la
calificación de los miembros del grupo será la nota media del grupo. Otra opción, que
cobra mayor sentido cuando los grupos son muy grandes, consiste en realizar la prueba de
examen a un par de alumnos de cada grupo elegidos al azar, que serán quienes le
representen y den al mismo su nota o calificación en esta actividad. De este modo el
trabajo docente se simplifica y los procesos de compromiso y ayuda pueden potenciarse.
Las anteriores propuestas pueden complementarse con otros procesos de evaluación
continua-formativa y final del profesor, dirigida a grupos e individuos, y mediante
coevaluación y autoevaluación finales de cada componente, grupo y, más allá de la
dinámica, mediante coloquio o asamblea de aula. Específicamente se sugiere que se
incluya la evaluación mutua de la contribución de cada alumno a su grupo, pidiendo que
cada componente de un grupo describa anónimamente la contribución de los demás
miembros mediante preguntas concretas, definiendo como estimación final el promedio de
cada ítem y como valoración global al promedio de todas. Este dato intersubjetivo puede
ser válido para detectar alumnos parásitos. Otro procedimiento es organizar en una tutoría
careos pacíficos sobre la participación equitativa de los miembros del grupo.
- Instrumentos (con qué evaluar): A través de cuestionarios (individuales o grupales) que
pueden haber sido consensuados o construidos por los alumnos cooperativamente, hojas
de registro de actividades, informes grupales, actas de reuniones, proyectos, memorias,
portafolios, monografías, producciones, etc. Lo anterior puede optimizarse mediante la
incorporación de TIC, que ayude a registrar actividades, permita reuniones y foros
virtuales, intercambios de ficheros, objetos, direcciones, etc.
- Alcance (con qué efectos): Pueden utilizarse para obtener reconocimientos (puntos, notas,
gratificaciones grupales…) acumulativos o autorreferenciales, elaborar rankings, etc.
- Permite abordar mejor programas amplios, aunque ello requiera una planificación
meditada.
- La exposición se utiliza cuando es preciso, pero suele ser más corta y más efectiva,
dándose un efecto motivador por la variedad metodológica.
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- La instrucción docente cede protagonismo a la orientación didáctica, de modo que el
profesor puede atender mejor a las personas, mejorando con ello su aprendizaje y la
relación didáctica.
- Distribuye mejor el tiempo de docencia, que delega en el alumno, mediante su trabajo
autónomo e interacción entre alumnos. En la interacción entre alumnos puede haber más
intercambio de datos y de emocionalidad que con el profesor, mayor receptividad y está
más nivelada que con el docente. En cuanto a sus limitaciones, destacamos el hecho de
poder interpretar procesos interdependientes de ayuda, compartición de recursos, actitudes
constructivas, etc. en función de un interés egocéntrico: “le ayudo porque me interesa”.
Aunque efectivamente este tipo de interés inmaduro sature la vida adulta, no ha de ser
excusa para permanecer en ello cuando de formación se trata.
Dos de las muchas formas de estructurar el aprendizaje en grupo son las técnicas del
“calidoscopio” y el “aprendizaje en grupo para el dominio”, que describimos a continuación:
Desde la técnica del puzzle (jigsaw), que a nosotros se nos antoja denominar
calidoscopio, se plantea al gran grupo abordar cooperativamente un tema de estudio de
interés asimilable a unidades didácticas o extracurriculares. Proponemos el siguiente
desarrollo:
8
en grupos funcionales, de modo que los cinco miembros “1” se reúnen para tratar el
tema o aspecto “1”, los cinco miembros “2” hacen lo propio con el tema o aspecto “2”,
y así los demás. A cada grupo temático se le puede facilitar una guía didáctica con
material suficiente y posibilidades de acceso a la información. Su función será recabar
información, estudiarla para sí y para los demás y ayudarse en la tarea.
- Fase de regreso a los grupos de referencia: Cuando los “1”, los “2”, los “3”, los “4” y
los “5” han terminado su tarea vuelven a sus grupos de origen como únicos portadores
en su grupo del conocimiento en el que han indagado. La responsabilidad de cada
componente será comunicar y compartir conocimientos y materiales con su grupo-
origen el trabajo realizado en su grupo funcional, mediante alguna guía didáctica,
presentaciones adecuadas, respuestas a preguntas de los demás, etc., procurando que
todos acaben por tener una buena formación en los cinco temas.
- Fase de evaluación: Podría incluirse una fase de coevaluación, mediante alguna
técnica de aprendizaje cooperativo. La que sí parece conveniente es una evaluación
individual por parte del profesor, en que se evaluará el aprendizaje adquirido.
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Se trata de promover el estudio y el aprendizaje individual y de atender dificultades
asociadas, de modo que la cooperación se entienda como necesidad metodológica por el
alumno. Proponemos estas fases:
Aunque la técnica pueda ser estimulante y eficaz en cuanto al rendimiento, desde un punto
de vista formativo es incompleta: puede exacerbar el interés en los alumnos por la
calificación y recompensas del grupo. Además, como la evaluación se desarrolla en
términos relativos, se podría plantear la posibilidad de empezar con un bajo rendimiento
para mejorar y ser mejor puntuados al final del proceso. Puede incluir motivaciones
competitivas intergrupos, formativamente estériles o negativas. La riqueza de la
socialización se cultiva en escasa medida: la ayuda desinteresada puede estar ausente. La
creatividad prácticamente no se atiende. La ampliación del aprendizaje de los más capaces
o interesados no se favorece. Las eventualidades anteriores han de evaluarse. En su caso,
no se sugiere un empleo predominante de esta técnica.
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Es una técnica muy complementaria con la exposición docente, especialmente adecuada para
alumnos de 11-12 años. Se trata de aprender contenidos de un área de conocimiento a través
de un torneo colectivo realizado sobre lo que el profesor ha explicado y el grupo ha trabajado
en un lapso, por ejemplo un trimestre. Nuestra experiencia ha demostrado la especial eficacia
de esta técnica en áreas de Ciencias Naturales, Conocimiento del Medio, Geografía e Historia
o similares. Pero, como se explica, el factor determinante no es el área sino el profesor/a, lo
que significa que podría ser de utilidad en otros ámbitos. Requiere de un docente con mucho
conocimiento o capacidad de relación, cuya formación vaya mucho más allá de los libros de
texto. Se trata de disfrutar de una competición saludable vivida como juego, en la que se
coteja el conocimiento propio y el de los demás. La motivación aumenta si las normas de
funcionamiento y las reglas de juego han sido consensuadas o propuestas por los alumnos.
Mediante esta técnica se desarrollan competencias como la atención a los detalles expuestos,
el desarrollo de la curiosidad, el aprendizaje mutuo, la superación personal, la competición
saludable y respetuosa, la capacidad de divertirse con el conocimiento, etc. Proponemos estas
fases:
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- Fase de torneo: Suponiendo que en una sesión dé tiempo a uno o dos torneos, cada uno de
ellos podría transcurrir así: 1) Intercambio de banderines entre capitanes, etc. 2) Los
equipos pueden alinearse de pie a lo largo o ancho del aula, de modo que los componentes
queden enfrentados aleatoriamente. 3) Los capitanes podrán comprobar que cada miembro
del equipo contrario lleva escritas tan sólo preguntas. También pueden renunciar a ese
derecho. 4) A cara o cruz se decide quién empieza. 5) El miembro 1 del equipo A
pregunta al miembro 1 del equipo B. Seguidamente, el miembro 1 del equipo B pregunta
al miembro 1 del equipo A. El autor de la pregunta dictamina si la respuesta es correcta o
no. Si hubiera dudas, el profesor dictamina si la respuesta vale o no. Quien no responda
exactamente queda eliminado y se sienta (en el centro de la clase, con el resto de
compañeros que no compiten ese día). 6) Quien elimina a su contrincante queda liberado,
y en la siguiente ronda puede dirigir su pregunta a cualquiera. Quien se queda sin
homólogo, también puede dirigir su pregunta a cualquiera del equipo contrario. 7) Vence
el equipo del último componente (el último mohicano), que se queda con los dos
banderines.
- Fase de clasificación de equipo y de sus miembros: Los resultados del equipo en los
torneos y la posición de cada alumno se empleará como indicador de aprendizaje. Los
miembros del equipo ganador y los cinco últimos supervivientes de cada equipo pueden
tener 1 punto más en el examen, etc. Puede ser útil la figura de un apuntador en la pizarra
o un secretario. Será preciso completar este dato con procesos de evaluación formativa y
de evaluación final.
Uno de los efectos de esta técnica es que se puede incrementar la motivación del grupo por el
aprendizaje de unos contenidos específicos. También queda potenciada la autoestima de
quienes consideran que mejoran o han ganado, y ofrece oportunidades a que los alumnos con
más baja autoestima puedan reforzarla a través del juego. También se suele incrementar la
autoridad docente, al reforzar su papel de experto. Con esta autoridad incrementada, será
posible orientar mejor la motivación competitiva hacia la superación personal, la ayuda del
compañero y el desarrollo personal mediante el conocimiento. El liderazgo se orientará
también al enfoque y rigor aplicado al uso del conocimiento, la capacidad de apertura y de
relación que puede comunicar.
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15.2. Centradas en la realización de una meta común
- Elección del tema y motivación por su conocimiento. Es preferible que el tema sea
propuesto por los alumnos, por afectarles al ser de interés social, psicoevolutivo,
circunstancial, etc. El interrogante puede enraizarse en un aspecto de actualidad, una nota
de prensa, un informe de investigación, un asunto profesional, un tema muy específico,
una hipótesis o una buena pregunta de algún alumno, una lluvia de ideas, etc. Algunos
ejemplos podrían ser: la energía nuclear, el cáncer [porque a un compañero se le
diagnostica la enfermedad], el Amazonas en peligro, El Niño y La Niña [los meteoros],
los virus, la Revolución Francesa, el movimiento anarquista en España a primeros del
siglo XX, etc.
- Motivación y lluvia de ideas sobre el tema propuesto: El gran grupo realiza un primer
despliegue de interrogantes, en torno a una serie de cuestiones motivadoras: ¿Qué
sabemos de...? (1º mapa conceptual evaluativo) o ¿qué cosas queremos saber de...? (2º
mapa conceptual)
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- Clasificación / categorización: Los interrogantes se agrupan en aspectos relacionados
entre sí. Se construye en papel continuo cooperativo o un hipertexto rudimentario un
mapa conceptual
- Agrupamientos: Se forman tantos grupos como categorías conceptuales se han definido
- Lluvia de ideas intragrupo: Cada grupo se centra en su categoría y desarrolla una lluvia de
ideas sobre su subtema, desde la consigna: “¿Qué queremos conocer de...?”
- El resultado es elaborado por el grupo y puede pasar al 2º mapa conceptual (papel
continuo cooperativo o hipertexto)
- Apertura al gran grupo: El trabajo por grupos se abre al plenario, con la consigna:
“¿Alguien de la clase quiere saber algo más de...?”. Se añaden las propuestas pertinentes
- Identificación de fuentes de información: Los subgrupos determinan dónde pueden
encontrar información sobre los temas o a qué fuentes pueden acudir: libros, Internet,
televisión, periódicos, expertos (a los que preguntar o que podrían venir), otros docentes
(equipo de expertos), empresas...
- Producción escrita (monografía), supervisión docente y elaboración de CD rom: expresión
en variedad de lenguajes creativos: textual, fascículos, vídeo documental, musical,
matemático, físico-analógico, lengua extranjera, plástico, dramático, coreografía...
- Presentaciones o breves ponencias por grupos
- Evaluación: metacognición: ¿Qué hemos aprendido? (3º mapa conceptual). Contraste
entre los tres mapas conceptuales. Puntos fuertes / débiles / propuestas de mejora. Posible
contraste con expertos, para validar la producción.
- Posible inclusión del producto final como material de la biblioteca de aula.
Puede ser muy pertinente la realización de una salida en algún momento de su proceso. Una
variante puede ser la inmersión temática compleja, compartida por varias aulas del mismo o
diferente nivel. Otra, la inmersión temática coordinada o comparativa, cuando dos o más aulas
indagan en el mismo tema o en temas distintos y al finalizar comparten o intercambian sus
trabajos. Esta propuesta metodológica tiene como ventajas principales la motivación por el
conocimiento, la práctica de la cooperación, la creatividad, la autoorganización, la autonomía,
la experiencia de la transdisciplinariedad (si el tema recorre varias disciplinas de referencia y
áreas de conocimiento) y la complejidad didácticas, la toma de conciencia del alcance de lo
tratado, la mejora del clima de aprendizaje, mejora de la autoestima personal y del grupo, la
evidente aportación de los alumnos al conocimiento y la enseñanza y posibles elaboraciones
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extraordinarias. Como desventajas podríamos destacar: posibles desarrollos incompletos,
erróneos, excesivamente abiertos, inadecuados (por acceso a información impropia, que puede
ser difícil de elaborar), poco rigurosos, etc. Para paliarlos se nos antoja esencial la labor de
orientación didáctica y de evaluación continua y formativa durante el proceso, tanto del
profesor como de posibles equipos tutoriales de expertos (a los que se puede recurrir en
determinadas horas y lugares), la selección previa de fuentes, y la posibilidad de continuación
posterior desde los afianzamientos aprendidos, etc.
Proyectos Didácticos
La idea original partió de J. Dewey (1859-1952) y fue desarrollada por varios de sus
discípulos (Charters, Stevenson, Sneden, Wells), entre quienes destacó W.H. Kilpatrick
(1871-1965) que publica “The Project Method” en 1918 (M. Lorenzo Delgado, 1994, p. 442,
adaptado). W.H. Kilpatrick conceptuaba ‘proyecto didáctico’ como: “Una actividad
intencional realizada con todo el corazón y desarrollada colectivamente”. Como muchos
autores de entonces y posteriores, estuvo muy influido por el conexionismo de E.L.
Thorndike, muy relacionado con la autonomía, la cooperación y la creatividad didáctica,
aunque se haya malinterpretado, a nuestro juicio, posteriormente.
Los proyectos intentan ser una solución a lo que J. Dewey denomina “el problema de la
instrucción”, que se resolvería con “actividades inteligentes, específicas, que tengan un fin,
una significación para el niño. En una palabra, actividades que le interesen”. Dewey criticaba
la enseñanza rancia y el hecho de que lo que se aprendía en contextos educativos parecía no
servir más que para superar exámenes. Para dar una alternativa, desde el trabajo sobre
proyectos didácticos propuso educar teniendo en cuenta el interés de los alumnos, desde ellos
y con ellos sobre planes compartidos, pretendió reducir a 0 la distancia entre lo que se
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enseñaba en la escuela y lo que se necesitaba en la vida, e identificaba el aprender para la
vida con resolver problemas de manera activa (learning by doing) en contextos de
cooperación y actividad. En la medida en que todos estamos cada día planteándonos
proyectos, formando parte de otros y resolviendo problemas, el planteamiento de estos autores
está cuajado de sentido. Además, se constituye en una oportunidad didáctica para vincular la
escuela con el futuro profesional.
Los proyectos didácticos se pueden clasificar desde una serie de categorías secantes entre sí,
que presentamos, intentando mejorar la clasificación de W.H. Kilpatrick (1918):
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las preguntas del cuestionario de examen saldrá del “Trivial”. Con ello se ganará en
tiempo de estudio, en conocimiento, bajará la ansiedad y aumentarán los aprobados.
- Proyectos de desarrollo o perfeccionamiento: Pueden responder a la consigna: “¿Cómo
adaptar o mejorar…?” Por ejemplo, ¿cómo simplificar un procedimiento?, ¿cómo adaptar
un receptor de FM de 100 MHz para escuchar conversaciones de una torre-cabina?,
¿cómo mejorar un objeto?, etc.
- Proyectos de solución de problemas: En general pueden responder a la consigna: “¿Cómo
aprender a, cómo poder o cómo actuar en…?” Por ejemplo, ¿cómo proceder en
situaciones de primeros auxilios?, ¿cómo orientarse en el campo?, ¿cómo analizar la
potabilidad del agua de un río?, etc.
- Proyectos organizativos: Responden a la consigna: “¿Cómo organizar…?” Por ejemplo:
¿cómo organizar una exposición-homenaje a la Revolución Francesa, al Siglo de Oro, a
Lorca, a Einstein, a Teilhard de Chardin, etc.?, ¿cómo formar una orquesta?, ¿cómo crear
una ONG?, ¿cómo se crea una empresa, un negocio, una consulta…?, ¿cómo constituir
una cooperativa?, ¿cómo crear un servicio de mediación de conflictos para el centro?,
¿cómo mejorar la comunicación de la Unidad de Oncología Pediátrica (en que está nuestro
compañero P. F. y la clase?, etc.
- Proyectos de creación e innovación: Pueden responder a la consigna: “¿Cómo construir o
cómo será…?” Por ejemplo: ¿cómo construir una máquina de siete pasos?, ¿cómo
construir un robot?, ¿cómo crear un modelo de huracán por ordenador?, ¿cómo diseñar un
salón inteligente?, ¿cómo será nuestra ciudad en 150 años?, etc.
- Fase de ideación y elección del tema: “¿Qué vamos a hacer?”. Es una fase crítica, a veces
difícil de prever, de programar. La propuesta del tema de un proyecto ha de venir de los
alumnos, normalmente en asamblea. Es fundamental que lo sientan como propio, aunque
un docente con mano izquierda pueda catalizar o inducir una decisión. Un ejemplo: quizá
sea difícil que un grupo de Primaria decida por sí mismo hacer un ‘corto’ sobre un tema
de interés. Pero el profesor puede proponer realizar con otras clases un festival de cortos.
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Una vez que el grupo asume el reto, estará enfocando, para ese año, a la vez dos
proyectos: la organización del festival y el corto en sí. Cuando el grupo decide el
proyecto, su motivación, su movimiento se dirige a su resolución, y con esto mucho está
ganado. Si un proyecto se impone, no es que sea menos motivador: es que deja de ser un
proyecto. Si el alumno responde a propuestas del profesor estamos en el campo de las
unidades didácticas, de los talleres o de otras propuestas metodológicas distintas.
- Fase de planificación cooperativa: “¿Cómo lo vamos a hacer?”. Objetivos didácticos, qué
es necesario, cómo realizarlo, qué hace falta, dónde buscarlo, a quién recurrir, cuándo
hacerlo (cronograma), aun teniendo en cuenta que los proyectos didácticos tienen una
duración indeterminada, etc. Se discuten los pros y contras, se aprende a pensar y a decidir
democráticamente.
- Fase de realización y evaluación continua y formativa: “¿Cómo estamos realizando el
proyecto?”. Se distribuyen las tareas, se realizan las actividades previstas en cada fase, se
deciden mecanismos de evaluación y de puesta en común, se analiza, se corrige y se
toman decisiones para mejorar el proceso de forma continua, etc.
- Fase de evaluación final: “¿Cómo hemos hecho el proyecto?” Del producto construido o
propuesto: calidad, utilidad, etc. De los materiales utilizados y de los recursos disponibles.
De la participación de las personas.
- Fase opcional de exposición, explotación, difusión o generación de nuevos proyectos.
- Fase posproyecto: Lo realizado puede afianzar la motivación de aprendizajes formativos
posteriores, inmediatos (porque se entienda que el aprendizaje adquirido a través de un
proyecto puede ser tan atractivo como incompleto) o mediatos, de modo que la
experiencia pueda actuar como organizador avanzado experimental de gran calado
didáctico.
Los proyectos didácticos se prestan a ser desarrollados tanto como actividad ordinaria,
complementaria y/o extraescolar. Algunos centros los adoptan como propuesta metodológica
principal y desarrollan el grueso de su trabajo sobre ellos. Otros los incorporan como técnica
de enseñanza complementaria a las unidades didácticas de referencia. Con frecuencia, una
salida puede ser parte de un proyecto didáctico, y puede tener mucho sentido en cualquier
momento de su proceso: para la ideación, en el desarrollo, en la fase posproyecto, etc. En
otras ocasiones, un proyecto se puede desarrollar en el seno de una salida. En otras sucede a
una inmersión temática (proyecto didáctico temático) o va naturalmente seguido de un taller.
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A veces, alguna técnica de experto, como la ‘entrevista pública colectiva’ puede ser un
magnífico colofón o inicio de un proyecto. Otras, el proyecto está incluido en una unidad
didáctica, de modo que el tratamiento de un tema atraviesa una fase de proyecto seguida de
otra de unidad didáctica convencional, etc. Además, los proyectos pueden apoyar su
desarrollo en otras técnicas didácticas instrumentales, como los rincones. Por ejemplo, un
rincón determinado puede permanecer mientras dure un proyecto.
En otras ocasiones, un proyecto se puede desarrollar en el seno de una salida. En otras sucede
a una inmersión temática (proyecto didáctico temático) o va naturalmente seguido de un
taller. A veces, alguna técnica de experto, como la ‘entrevista pública colectiva’ puede ser un
magnífico colofón o inicio de un proyecto. Otras, el proyecto está incluido en una unidad
didáctica, de modo que el tratamiento de un tema atraviesa una fase de proyecto seguida de
otra de unidad didáctica convencional, etc. De cualquier modo, ha de programarse.
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- Verifican de hecho que pueden desarrollarse aprendizajes formativos muy próximos a los
que se precisan para la vida
- Tiene una gran capacidad globalizadora de contenidos de diversas áreas de conocimiento
y clases
- Si el proyecto está bien planteado, es muy motivador para quienes lo realizan, tanto en lo
que respecta al tema de que trata, las competencias que requiere, la comunicación
interpersonal que precisa, su proyección en la vida profesional o adulta, y la posibilidad de
realizar algo verdadera y objetivamente satisfactoria.
- Activan competencias muy transferibles a la inserción social y profesional, estructuradas
por un aprendizaje por descubrimiento colectivo y una creatividad cooperativa
- Fortalecen la autoestima individual y colectiva
- A veces es preciso programar con mucho cuidado la fase de ideación para desarrollarse
con los alumnos, con el fin de que el grupo de alumnos lo entienda como ‘su proyecto’, ya
que es determinante del resto. Aun así, algunos alumnos pudieran no compartir ese interés
general.
- Aunque puedan desarrollarse en el aula, puede ocurrir como a los talleres: que el espacio
puede ser limitador
- Aunque su duración pueda estimarse, sobre todo al principio puede ser difícil de
concretar.
- En ocasiones, un proyecto no se logra. El hecho pudiera ser frustrante, aunque no por ello
debería de dejar de ser formativo, más bien al contrario.
- Los recursos y la reorganización de horarios a veces pueden ser una dificultad difícilmente
salvable.
- La evaluación didáctica puede ser algo más difícil que con otras propuestas
metodológicas, tanto en la evaluación inmediata, en la evaluación continua y formativa y
en la evaluación final.
- Un proyecto puede atender bien importantes conjuntos de competencias, mientras
desatiende otras capacidades imprescindibles relacionadas con el estudio para la
comprensión. En otras palabras, pudiera ocurrir que su funcionalismo extremo se tradujera
en una superficialidad probable. Cabría que el proyecto se identificara con una fase de una
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propuesta metodológica o unidad didáctica mayor orientada precisamente al cubrimiento
de estas desatenciones.
Esta técnica vuelve del revés la propuesta anterior, desde la fase de planificación cooperativa.
Tiene sentido si se realiza antes del desarrollo del proyecto didáctico. Suele ser más pertinente
en proyectos que por alguna razón son importantes para el grupo. Tiene como ventaja que
enseña a pensar. Se trata de imaginar qué podría salir mal en cada paso. Entre todos se
asume el supuesto de que cada cosa que se haga va a estar interferida por circunstancias,
problemas previstos e imprevistos, capaces de conducir a que el proyecto no resulte o sea un
fracaso. Las divergencias de los agoreros pueden ser muy positivas, y constituirse en retos
para el grupo. Posteriormente se tratará de ir dando soluciones preventivas o vacunas
parciales para que lo inesperado e indeseable no surja.
Se trata de una propuesta metodológica disciplinar, inter o transdisciplinar, que apunta a una
necesidad de conocimiento cuya respuesta requiere datos (números o palabras). No se trata
tanto de desarrollar un proyecto de investigación científica, como del uso del ‘proyecto de
investigación’ como técnica didáctica. Aproxima al alumno al modo en que se llegó al
conocimiento científico, que permanentemente utiliza en sus asignaturas, limpio de polvo y
paja. Se trata de:
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- Experimentar que lo más exacto es relativizar las conclusiones (“parece ser que…”, “todo
indica que…”, “de nuestros datos desprendemos que…”), etc.
En función de lo que se quiere obtener, las preguntas pueden requerir el empleo de técnicas de
recogida de datos cuantitativos o numéricos, cualitativos (relatos, vivencias, significados), o
mixtos, según sea el diseño de la investigación. Algunas técnicas cuantitativas empleadas en
estudios experimentales, descriptivos o correlacionales podrían ser las observaciones
estructuradas, los cuestionarios, las entrevistas estructuradas, los tests de papel y lápiz y las
evaluaciones alternativas. Y algunas cualitativas son la observación participante, la
observación de campo, la entrevista en profundidad, el análisis documental y de enseres y las
técnicas suplementarias. Se sugiere la elaboración de un banco de proyectos de investigación
por ciclos, asignaturas o departamentos, en el que conste la planificación de la acción
formativa realizada.
Las competencias trabajadas específicamente con esta técnica didáctica tienen que ver con la
aplicación de una fundamentación disciplinar o supradisciplinar, la investigación científica,
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desde la perspectiva de su actitud, habilidades, responsabilidad, rigor, honestidad,
minuciosidad, paciencia y resistencia a la frustración asociadas, la cooperación en el seno de
un grupo de investigación, etc. Proponemos estas fases, que han de ser evaluadas, al ser un
trabajo secuencial:
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- Es conveniente que los profesores hayan investigado. Si no se tiene experiencia en
investigación, es preferible formarse, pensarlo en equipo junto a un compañero con
experiencia o partir de otra investigación semejante ya realizada y replicarla o adaptarla.
- Los proyectos de investigación pueden ser desarrollados por un grupo flexible de clase
(por ejemplo, alumnos aventajados o especialmente motivados), por toda la clase, por
varias aulas del mismo o diferente nivel, puede continuarse en futuros cursos.
- Si el proyecto de investigación resulta irrealizable, desde su comprensión global puede
realizarse una actividad representativa por fase, bien concentrarse en una fase (por
ejemplo, construir y validar un cuestionario, entrevistar a una muestra, analizar e
interpretar los datos, etc.), o bien realizar alguna actividad global, por ejemplo, en niveles
altos de enseñanza: “Dado un paper, realícese un ensayo”, o “dado un paper con alguna
parte incompleta, complétese”.
- Desde el punto de vista del conocimiento didáctico y del investigativo, interesa que la
reflexión predomine al esquematismo, la pregunta a la respuesta, la minuciosidad a la
premura, la honestidad a la apariencia, lo obtenido a lo imaginado.
- Toda investigación científica intenta proporcionar conocimiento. Pero toda investigación
con ‘con-ciencia’ mira siempre a dos destinos: la evolución social y la mejora personal. Es
muy interesante desarrollar con los alumnos estas orientaciones epistémicas.
Stands
Un ponente (generalmente un alumno) permanece junto a una instalación -que puede incluir
pósters, maquetas, folletos, fotografías, etc.- en la que describe su investigación realizada o
proyecto pretendido, y explica y aclara lo necesario a quienes se le acercan y preguntan. Un
conjunto amplio de stands puede componer una feria, por ejemplo una feria de ciencias.
Feria de Ciencias
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Es una propuesta metodológica especialmente desarrollada por el pedagogo argentino A.
Sobral, en el pueblo de Villa María (Córdoba, Argentina), cariñosamente considerado por sus
profesores “oasis pedagógico” de Argentina.. Se trata de una reunión de proyectos de
investigación y pequeñas investigaciones realizadas por alumnos de 3 a 17 años, que los
exponen a través de numerosos posters y stands, cuyo proyecto y/o experiencia puede
contener, en su caso y de manera adecuada a cada edad, los siguientes aspectos, que
aproximan al razonamiento científico: 1) Tema. 2) Problema. 3) Finalidades o pretensiones.
4) Preguntas de investigación o hipótesis 5) Acciones o proceso. 6) Técnicas empleadas. 7)
Resultados obtenidos. 8) Implicaciones sociales y/o ambientales. La feria se celebra en una
gran instalación (por ejemplo, un polideportivo) de algún centro participante. Los alumnos de
ese centro pueden encargarse de la difusión del evento, a través de un proyecto didáctico y/o
taller cooperativo ad hoc. Intervienen en la feria alumnos de un centro o conjunto de centros
de una zona, cuyos trabajos, en su caso, han sido seleccionados. A su vez, la feria de una zona
puede estar conectada con otras de ámbito local, provincial, autonómico, estatal,
internacional, etc. En estos casos, se requiere de un jurado entendido, imparcial y con
sensibilidad pedagógica que proceda a la selección de propuestas sobre criterios objetivables
y conocidos por todos.
Pueden incluirse en este apartado todas aquellas técnicas dirigidas al cultivo del conocimiento
mutuo, la afirmación, la colaboración, aprender a pensar, cultivo de la razón creativa y
sensible, clarificación de valores, aprendizaje metafórico, etc. Algunas de ellas se han
presentado en otro capítulo de este mismo libro. Describimos estas otras además:
Prelaciones
Se trata de una técnica basada en diálogos simultáneos, lluvia de ideas, mapa conceptual, etc.
A su vez puede formar parte de otras, como la inmersión temática, la resolución de
incidentes, el estudio de caso, etc. Expliquémosla brevemente: Un grupo de alumnos se
encuentran en la situación de tener que generar ideas, propuestas, soluciones a problemas...
para tomar una decisión colectiva y vinculante en un breve periodo de tiempo. El objetivo de
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la técnica es canalizar la organización de esas ideas conforme a un procedimiento para ser
priorizadas, con el fin de llegar democráticamente y lo antes posible a un resultado válido que
contente a la mayoría. Fases de aplicación:
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secundario que puede inducir a posibles cambios en el propio conocimiento, creencias,
prejuicios, opiniones, críticas, creatividad, etc. Sirve también para practicar habilidades o
destrezas encaminadas a sentir concretamente la creatividad, y coevaluar lo que los demás
saben o proponen.
Una técnica como ésta en muy útil para rentabilizar el tiempo y realizar rápidamente
selecciones de propuestas que de otro modo podrían ser eternas e insatisfactorias Es
importante no sesgar antes de la decisión, no influir en el resultado de la votación y
comprometerse con los resultados. Pese a que la técnica ahorra tiempo y gana en
confiabilidad, no es preciso realizarla con premura. La técnica de las prelaciones tiene
aplicación en otros entornos en los que se dan cita la generación de propuestas, un gran
número de miembros, la necesidad de resultados y la de terminar lo antes posible. Por
ejemplo, órganos colegiados numerosos, reuniones con gran asistencia de padres y madres, y
hasta reuniones de vecinos.
Son dos técnicas que presentamos combinadas, por su alta compatibilidad. Pueden ser
instrumentales a otras. La primera, el Phillips 6.6 es discusión breve en pequeños grupos, de 4
a 6 personas, sobre un mismo asunto o problema para alcanzar una conclusión. La versión
original de la técnica proponía el trabajo en grupos de 6 alumnos, 6 minutos. De ahí su
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denominación. La práctica informa que los tiempos y los grupos pueden flexibilizarse, aunque
pueda ser positivo acostumbrar a los alumnos a un ritmo. Con la flexibilidad indicada, es
idónea para situaciones de aprendizaje como: concluir o valorar lo explicado o tratado
previamente, tomar decisiones colectivas, realizar una presentación, comunicar el resultado de
una investigación, etc. Por eso, podríamos considerarlos: 1) Instructivos. 2) Valorativos. 3)
Creativos, o 4) Mixtos. La segunda, el Consejo de Representantes lo proponemos como
técnica para un análisis público y representativo de los datos.
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los alumnos será más eficaz que si el diálogo se desarrolla en un plenario vecinal o
televisivo. El coordinador sintetizará las aportaciones y se intentará llegar a conclusiones
compartidas para el gran grupo. La clase lo validará. El tiempo estimado es de 15-20
minutos. Es importante que los papeles de moderador de pequeños grupos y de plenario
roten.
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Escenificaciones (role playing)
Se basa en la participación activa de todos los componentes del grupo. Queremos destacar su
gran capacidad formativa, sus efectos directos en la cohesión comunicativa y humana del
grupo, que es útil para la educación del afecto y la razón sensible y que es válida para la
orientación profesional temprana, cultivable en el juego simbólico desde la Educación
Infantil. Se articula en la representación de una escena definida y en su experiencia
socioemocional, que puede ser analizada después con fines educativos. La situación puede ser
cotidiana, profesional, histórica, imaginada, etc. Puede representar situaciones conflictivas,
difíciles, ansiógenas, comprometidas, de alta responsabilidad, delicadas, previsibles,
inesperadas, que entrañen tomas de decisiones y cambios críticos, etc. Por ejemplo: un
problema entre compañeros, una situación familiar, una situación de primeros auxilios, una
vivencia social conflictiva, un dilema ético, etc. Entre otras, favorece el aprendizaje de
competencias como:
Para su desarrollo es importante que haya una motivación positiva por la actividad (escena
representada) y un buen clima de comunicación, que el grupo exista o tenga voluntad de ello,
que en sus componentes haya una cierta autoestima, seguridad en sí mismo suficientes y
madurez emocional que permita la capacidad de compartir actitudes constructivas polarizadas
en la actividad, que haya confianza en la técnica y en su coordinador, y que la metodología se
comprenda o se asocie a experiencias positivas anteriores. Su calidad se ve favorecida con un
buen papel de los secretarios, como analizadores y registradores de conductas, si en los
participantes se verifican otras capacidades como la interpretativa, la de abandonarse a la
30
situación representada sin perder la conciencia de observador, capacidad de empatía (ponerse
en la situación, el sentimiento y el conocimiento de otras personas), etc. Además, las
escenificaciones requieren de privacidad, antes, durante y después de su desarrollo. Por su
grado de planificación podrían clasificarse como no estructuradas, si sólo se asignan los
papeles, semiestructuradas, si se asignan papeles y un guión breve, abierto, y estructuradas si
la escena y los discursos están muy definidos. Además, cabe la variedad mixta. Podría durar
una o más sesiones. Aun así, conviene evitar que se alargue innecesariamente. En cuanto a su
aplicación, podría estructurarse en las siguientes fases:
- Preparación: Se reparten los papeles con pegatinas o papelitos, que identifican a cada
personaje. Es preferible el azar a la designación voluntaria, excepto, por ejemplo, en casos
de gran timidez, para evitar que un alumno se bloquee y pase un mal rato. Se concede un
tiempo para la identificación con el papel asignado (2 minutos). En ocasiones, otros
miembros del grupo contribuyen a preparar el escenario y a caracterizar y a aleccionar a
un personaje.
- Representación: En 5-7 minutos se precede a una escenificación breve. La escena se
puede repetir a la vista de todos, con los mismos u otros personajes, con sustituciones y
rotaciones de papeles. Una variación posible es lo que llamamos role playing comparado:
Mientras que en el formato convencional el grupo converge en una sola escena
(coordinador, uno o dos secretarios, actores y observadores), en el comparado varios
grupos actúan simultáneamente en diversos espacios desarrollando la misma escena,
secuencias sucesivas o escenas con ciertas modificaciones. Esto favorece que todos sean
actores y todos observen. Una vez representadas las diferentes posibilidades, si éstas son
diferentes, pueden rotar. Al desarrollarse en grupos más pequeños, estar expuestos a
menos miradas y diversificar su desarrollo, podrían ser más adecuadas para empezar, si no
existe destreza en el uso de la técnica y para los más tímidos. Una vez que el grupo se
familiariza con ella, puede generar resultados del foro más ricos que con las
escenificaciones convencionales. En cualquier caso, la dinámica mejora con un secretario
por grupo.
- Reflexión: Normalmente se da la palabra a los actores, y después a los secretarios y
observadores. Posteriormente se desarrolla un foro inmediatamente posterior a la
representación, que dialoga sobre sentimientos, decisiones, actuaciones, alternativas...
Puede cerrar el foro el coordinador
31
El profesor invita a participar, expecta positivamente sobre la dinámica, la presenta, se
asegura de que se comprende, exhorta a la responsabilidad y sentimiento grupal, solicita que
las actitudes inadecuadas se eviten: distraer, reírse, abuchear, aplaudir, etc., resalta el interés
formativo, social o profesional de lo que se va a vivir, define la duración de la representación,
favorece la resolución creativa de problemas (flexibilidad-redefinición, cantidad de respuestas
divergentes, elaboración, originalidad, realización de preguntas, etc.), propicia la repetición de
la escena hasta que se considere suficiente, observar y evalúa la representación tanto en lo que
es formativo como en actitudes inadecuadas y prejuicios, modera la reflexión posterior sin
inhibir o sesgar, otorga espacio a la expresión de sentimientos y discursos, favorecer que los
participantes valoren la experiencia desde la conciencia, no desde el egocentrismo personal o
colectivo, agradecer la participación de todos, y puede invitar a elaborar por escrito sobre lo
vivido, mejor voluntariamente y sobre todo si la experiencia ha sido muy significativa. Dentro
de las competencias docentes, adquiere especial relevancia la evaluación de la técnica. Tiende
a ser cualitativa, interpretativa, basada en las observaciones de los secretarios, en los
significados personales de quienes se han expresado en la fase reflexiva de foro, y en las
propias observaciones docentes. Debe referirse especialmente al desarrollo de sentimientos,
actitudes, conocimientos, conciencia, etc., y a la superación de prejuicios de los participantes.
La técnica permite el acceso en breve tiempo a cuestiones poco accesibles de otros modos. Si
los personajes son reales (compañeros de clase, profesores, etc.) podrán incluirse pequeñas
imitaciones, gestos y modos propios que permitan conocer cómo nos ven los demás. La
experiencia puede ser de una gran capacidad evaluativa sobre nuestra forma de hacer y de
actuar. La escena debe ser motivadora a priori para los participantes; si sólo se centra en lo
que interesa al profesor, el aprovechamiento será menor. Esta técnica puede guardar relación
con las siguientes: Exposición docente y foro, respecto a las cuales es una técnica compleja o
envolvente. Consejo de Representantes, si la actividad se articula en las observaciones de los
secretarios o en otros observadores. Proyectos de investigación científica, si las observaciones
fueran parte del mismo. Proponemos estos ejemplos:
- “El juicio”: Se trata de un role playing o juego de roles muy concreto en el que se juzga
un tema polémico. Por ejemplo: ‘los deberes para casa’, ‘la emigración ilegal’, ‘la tala de
árboles’, etc. Sobre la cuestión hay un equipo defensor, con su portavoz, que actúa como
abogado, un equipo fiscal, cuya intervención mediante su portavoz será crítica e intentará
demostrar la “culpabilidad” del asunto juzgado. Antes del juicio, los equipos prepararán
32
argumentos a favor de sus tesis, y podrán prever críticas de la otra parte. Durante el
desarrollo del acto, habrá un juez, que coordinará el proceso. También podrán aparecer
otros personajes necesarios, como los secretarios, que toman notas para el acta o el
guardia que presenta el acto, el jurado, que decidirá democráticamente y según lo
escuchado si el tema juzgado es culpable o inocente, y el público. Los niños más
pequeños se disfrazarán adecuadamente para el solemne acto, que puede durar más de una
sesión. La sesión puede grabarse para actividades didácticas posteriores y para el
conocimiento de los padres. En próximos juicios, los papeles deberán rotar.
- “Telediario”: La clase se reúne por secciones y prepara noticias, que serán contadas por
unos locutores previa caracterización. Otros se encargarán del guión, otros de las cámaras,
otros del sonido y la iluminación, otros de la dirección, otros de cada sección, etc. Dentro
de esta peculiar escenificación cabe un especial desarrollo de la creatividad a todos los
niveles: planificación, comunicación, contenidos, etc. Por ejemplo, pueden incluirse
anuncios en los que se intentará vender material inútil o bien cosas de uso corriente,
destacando sus utilidades y ventajas reales o imaginadas. Pueden incluirse secciones
originales, por ejemplo un rincón de las palabras, en el que se recitan poemas estéticos o
divertidos.
- “Teatro-foro” (Augusto Boal): Es una técnica didáctica basada en la escenificación
desarrollada como teatro del oprimido por A. Boal, un pedagogo que llevó a teatro la
pedagogía de Freire. Principalmente es un recurso metodológico de Educación para la
Paz. Se representa una escena conflictiva breve, en la que hay tres clases de figuras:
opresoras, oprimidas y neutras. Las opresoras son las mismas personas, no cambian. Las
oprimidas y las neutras, en cualquier momento de la reescenificación, pueden ser
sustituidas por alguien del público, que a la voz de “¡Stop!” paraliza la escena, toca en el
hombro al personaje a sustituir y continúa desarrollando la escena para resolverla de un
modo alternativo, siempre que sea de forma no violenta. Un par de escenas susceptibles de
teatro-foro, desarrolladas por la experta Myrna Rivera: Una sala de un aeropuerto en la
que dos vigilantes piden la documentación de forma distinta según el origen y la raza de
los viajeros a los que se dirige. Una parada de autobús con varias personas: aparece un
joven que empieza a molestar a una muchacha. Para profundizar puede consultarse el
trabajo de T. Baraúna (2008).
Actividades
33
Identificar algunas técnicas o aspectos de ellas no practicados e incorporarlos al proyecto
de trabajo personal y del equipo didáctico.
Definir, desarrollar y evaluar algún proyecto de innovación docente sobre técnicas de
enseñanza en nuestra etapa o/y en otras etapas o niveles anteriores o posteriores.
Constituir uno o varios grupos coordinados y heterogéneos (de distintos niveles, ciclos,
etapas y especialidades) de investigación-acción sobre técnicas de enseñanza, para la
mejora de la formación de los alumnos, la autoformación específica o el enriquecimiento
didáctico y el desarrollo profesional y personal de los participantes desde esta perspectiva.
34
Herrán, A. de la (2009). Técnicas didácticas en la práctica de la creatividad formativa (pp.
135-160). En J. Paredes (Coord.), A. de la Herrán (Coord.), M.Á. Santos Guerra, J.L.
Carbonell, y J. Gairín, La práctica de la innovación educativa. Madrid: Síntesis.
INTRODUCCIÓN
Uno de los centros de interés de toda escuela innovadora es la enseñanza que, con amenidad,
creatividad y frescura, forma personas competentes y completas. La creatividad para la
formación requiere de la planificación y el desarrollo de muchos elementos: competencias
específicas, principios didácticos, técnicas de enseñanza, recursos didácticos, evaluación
continua, sensible y formadora, etc. Su desarrollo se podría favorecer desde las siguientes
intenciones o competencias docentes:
- Atender el afecto para crear un buen sustrato para la comunicación didáctica. En cualquier
edad el conocimiento prende mejor con seguridad emocional y confianza, escucha y
receptividad, climas positivos orientados al conocimiento y a la innovación, expectativa
positiva sobre todos, y oxigenación de la autoestima, individual y colectiva.
- Favorecer una actividad intelectual productiva, desde la investigación y la pregunta.
- Reducir la cantidad de contenidos de enseñanza en beneficio de mayor relación y hondura:
la creatividad se desarrolla mejor en la profundidad de las cuestiones.
- Primar la formación fundamental sobre el especialismo en primer plano en todos los
niveles educativos1.
- Evitar quietudes o adherencias -identificaciones, dependencias, distorsiones, prejuicios,
valoraciones sesgadas, etc.- a los contenidos de entrada o transmitidos al alumno. Más
bien, favorecer su compleción a partir de ellos. Evitar que el proceso: ‘identificación
(contenidos iniciales) Æ desidentificación (cuestionamiento, distanciamiento) Æ
reidentificación (en conocimientos personalizados)’ se estanque en alguno de los pasos,
incluido el tercero.
- Confiar en la capacidad creativa de cada estudiante para descubrir verdaderos
conocimientos por sí mismos, cuyo origen pueden ser las reflexiones docentes. Desear que
las producciones creativas del estudiante tengan lugar, y estar preparados para sacar el
mayor partido formativo posible a las acciones, producciones y respuestas creativas.
- Reconocer y disolver el propio egocentrismo docente para comprender y favorecer que
algunos opten por perspectivas y producciones distintas a las propias o esperadas, y que
puedan ser formas de conocimiento susceptibles de orientación didáctica.
- Evitar que el propio egocentrismo condicione la valoración de expresiones creativas de
algún estudiante o profesor. Controlar la tendencia a evaluar las producciones creativas
dualmente, o muy positivamente o muy negativamente, según lo percibido sea afín o no a
las propias tesis y prejuicios. Descubrir procesos conscientes o involuntarios de
adoctrinamiento por condicionamiento intelectual, refuerzos, simpatías, rechazos, etc.
1
H.-G. Gadamer (2000) lo proponía incluso para el ámbito universitario, valorando así el proceder de las escuelas superiores
alemanas: “Solemos llamarla ‘formación general’, y con ello hacemos referencia a algo que, en efecto, es muy importante, a
saber, que no se impongan prematuramente las especializaciones. A mi parecer, algo que todavía hoy está bien en las
escuelas superiores alemanas es que no se persigue en exceso las especializaciones” (p. 37). Y añadía: “Este tipo de
formación es hoy especialmente necesario en las universidades, pues los medios de masas lo dominan todo y tienen efectos
ensordecedores, mientras que en los planes de estudios y de preparación profesional de las universidades las
especializaciones van en aumento –a despecho del nombre ‘universidad’” (pp. 46, 47).
1
Autoanalizar los estados de recelo o estupefacción causados por respuestas, elaboraciones
y planteamientos imprevistos, de difícil asimilación a las categorías mentales del docente.
- Relacionar la Didáctica de la Creatividad con la práctica de la Educación en Valores y la
madurez personal y social para la formación del profesor y los alumnos, intentando
desembocar en la mejora social.
- Desde un punto de vista operativo, optar por técnicas o andamiajes que favorezcan la
curiosidad, la duda, el aprender de los errores, el desaprendizaje relevante, la autonomía y,
en definitiva, el conocimiento, que no es ajeno al descubrimiento paulatino de la vida.
Ofrecemos una selección de ellas.
Nuestro punto de partida es que toda técnica de enseñanza1, incluida la exposición docente,
puede favorecer la creatividad, y que una técnica inicialmente propicia puede agostarla. Por
otro lado, la creatividad no es una pretensión principal de la Didáctica General: a donde la
Didáctica mira es a la formación, de la que la creatividad puede ser una característica. Con
esta doble caución, adjuntamos una selección de técnicas válidas para el trabajo didáctico. La
creatividad para la formación puede ayudar a comprender la realidad escolar, personal y
profesional de otros modos, y adquirir mayor conciencia de ella desde un mejor
conocimiento. Las agrupamos en ámbitos, pero no por edades o ciclos educativos, para que
sean los docentes quienes, según sus criterios, las adapten o cambien. Presentaremos siete
bloques:
“Me llamo”: Sentados en círculo, cada participante dirá: “Me llamo X y una cosa que me
gusta es”, y dirá algo que comience por la primera letra de su nombre.
“Me pica aquí” (P. Cascón Soriano y C.M. Martín Beristáin, 1995): El gran grupo se sienta
en círculo. Un miembro del grupo se presenta, diciendo: “Me llamo X y me pica aquí”, e
indicará dónde le pica. El siguiente dirá: “Se llama X y le pica aquí, y yo me llamo Y y me
pica aquí”, y así sucesivamente.
“Un besito al cerdito” (P. Cascón Soriano y C.M. Martín Beristáin, 1995): Se desarrolla en
dos vueltas. En la primera cada uno imagina un cerdito, que coge con las manos y del que
dice: “Me llamo X. Éste es mi cerdito, y le voy a dar un besito en...”, y se lo pasa al siguiente,
que dirá lo mismo. En la segunda vuelta, el ‘cerdito’ es el compañero de la derecha. Cada uno
1
Pudiéramos clasificar y relacionar centenares. Tómense como muestra las mencionadas en este libro.
2
dirá: “Éste es mi cerdito [nombre del/la sentado a la derecha], y le voy a dar un besito en..., y
se le besa en el mismo sitio en el que se besó al cerdito imaginario en la primera ronda.
2) “Para formar parejas o pequeños grupos”: Se pueden repartir al azar tantas tarjetas
como componentes tenga el grupo. Su contenido corresponderá a un criterio conocido por
todos, bien por parejas, bien por agrupamientos definidos. Por ejemplo, para formar parejas
podrían ser las dos partes que normalmente componen los refranes, personajes de dibujos
animados o del cine, animales muy parecidos (lobo y perro, caballo y cebra, dromedario y
camello, etc.). Para pequeños grupos, por ejemplo de cinco miembros, las cinco vocales, los
cinco sentidos, los cinco continentes, etc., o bien animales de una misma categoría:
domésticos, felinos, úrsidos, dinosaurios, reptiles, roedores, anfibios, artrópodos, insectos,
rapaces, extinguidos, etc.
“¿Quién es como yo?” (J.R. Feldman, 2000): Se pide a los alumnos que copien y respondan a
una serie de preguntas: ¿De qué color son mis ojos?, ¿en qué mes nací?, ¿cuál es mi música
preferida?, ¿qué deporte me gusta más?, ¿qué programa de TV me gusta más?, ¿tienes
mascota, cuál?, ¿qué quieres ser de mayor?, etc. Posteriormente deambulan por el aula
buscando un compañero cuya respuesta coincida. Los compañeros que coinciden pondrán su
nombre junto a la respuesta.
“Detective de huellas” (J.R. Feldman, 2000): Los niños realizarán una tarjeta de identidad
con sus huellas digitales. Se escribirán los nombres por detrás de la tarjeta. Con una lupa se
contemplarán las huellas de todos y se expresarán diferencias entre unas y otras. Otra opción
será sacar fotocopias de las huellas en transparencia y proyectarlo en el retroproyector o el
ordenador. Se reparará en el hecho de que todas las huellas de los niños son semejantes pero
diferentes. Luego se intentarán reconocer las propias huellas y las huellas de los demás.
Finalmente los niños harán muñecos o figuras a partir de las huellas recogidas. Se podrá
dialogar sobre qué cosas hacen a los niños únicos y especiales.
3
consecuencia la receta de la clase maravillosa. También puede procederse a escribir la
receta de mi mejor amigo, la receta del buen estudiante, etc.
- Propuesta de A. Bacus, y Ch. Romain (1994): Cada persona responde a las preguntas
preparadas por una comisión.
- Propuestas de R. Gil Martínez (1997, adaptado):
“Póster” (P. Cascón Soriano y C.M. Martín Beristáin, 1995): El profesor o los alumnos traen
multitud de revistas. Cada uno debe escoger en ellas la foto que colocaría en su habitación en
tamaño póster, y por qué.
“El mago” (A. Bacus, y Ch Romain, 1994): Cada participante imagina que se encuentra con
un mago, al que puede pedir tres deseos. Cada uno puede explicar a los demás sus motivos de
elección.
“El regalo que quisiera…” (A. Bacus, y Ch Romain, 1994): Cada uno expone a los demás el
regalo que quisiera que alguien le regalara. Puede ser interesante constatar cómo habrá
alumnos más y menos materialistas.
“La isla desierta”: Se responde a “¿Qué nos llevaríamos a una isla desierta? ¿Por qué?”.
“El fin del mundo”: Si sólo quedasen 24 h de vida, ¿qué haríamos? ¿Por qué?
4
fundamentalmente orientado a los fundamentos del conocimiento, a las actitudes y posiciones
mantenidas o defendidas. El objetivo educativo es llegar a la síntesis, la complementariedad y
la autocrítica.
“Suponte” (E.P. Torrance), “¿Qué hacer si...? (J.R. Feldman, 2000) o “¿Qué hacer
para…?”: Siendo una adaptación del ‘test de consecuencias’ de Guilford, tratan de resolver
problemas o de ofrecer soluciones a situaciones de las que podrían derivarse consecuencias
diversas: accidente, primeros auxilios, emergencias, situaciones beneficiosas, sequía,
inundación, peligro potencial, etc., con el fin de que los participantes elaboren por anticipado
y se sientan más seguros. Con los más pequeños puede jugarse a clarificar las respuestas entre
todos y escucharse: Por ejemplo: “¿Qué hacer si te pierdes en el parque de atracciones o en la
calle?”, etc. Con los más mayores pueden trabajarse cuestiones pertinentes por pequeños
grupos y/o se pueden dramatizarse algunas de las situaciones. Por ejemplo: “Qué hacer si nos
ofrecen pastillas”, “para contribuir a evitar la sequía”, “para mejorar la convivencia en la
clase”, “para recordar mejor lo estudiado”, “en una situación de primeros auxilios”, “si se
pierde la información del ordenador por un virus”, etc.
“Dilemas éticos”: Se discute sobre dilemas éticos cotidianos o profesionales del tipo
siguiente: “¿Es ético que.../si...?”. O bien a partir de relatos que inducen a percibir situaciones
desde otros puntos de vista, por ejemplo al estilo del excelente trabajo editado por el Gobierno
de Canarias (2001). Esta técnica es compatible con otras, a las que puede nutrir de contenidos.
5
“Confrontación dialéctica”: Se trata de clarificar los propios argumentos que apoyan una
toma de postura, creencia, opinión, prejuicio, etc. Se puede desarrollar a través de una serie de
fases consecutivas:
“Dentro, fuera” (J.R. Feldman, 2000): Es adecuado para niños pequeños, de segundo ciclo de
Educación Infantil. A partir de diferentes tipos de manzana (rojas, amarillas, verdes, etc.) y
una vez que los niños se han lavado las manos, se examinarán las manzanas: ¿son iguales, son
distintas, en qué son distintas, en qué se parecen? Tomar una manzana roja y preguntar a los
niños qué piensan ellos que tiene dentro. Cortar la manzana por la mitad y transversalmente y
enseñarles el corazón. Cortar una manzana amarilla y otra verde. ¿Cómo son por dentro?
Concluir con que las manzanas son como las personas, diferentes por fuera pero con un
corazón idéntico. Comer las manzanas a media mañana. Puede hacerse lo mismo con huevos
blancos y morenos, una vez hervidos.
“Los oficios” (A. Bacus, y Ch. Romain, 1994): Es adecuada para un grupo de adultos cuyos
miembros aún no se conocen entre sí. Cada uno imagina la vida cotidiana, las actividades de
tiempo libre o la actividad profesional que el otro ‘debe desempeñar’ en función de su cara,
comportamiento o aspecto. Una vez concluida la primera vuelta, cada quién explica su
verdadera ocupación y situación. Puede dialogarse sobre los motivos que le llevaron a pensar
eso del otro, y de la inconsistencia de las intuiciones basadas en prejuicios.
“¿Es esto creativo?”: La actividad se puede realizar en dos grupos -sin comunicación
simultánea entre sí-, a los que se pondrá un fragmento musical. Podría ser la obertura del
tercer acto de “El Ocaso de los Dioses” o la obertura de “Parsifal”, de R. Wagner. Antes de la
audición del primer grupo, se les informa de que Wagner entusiasmaba a A. Hitler. Se
recuerda que éste creó campos de concentración, alguno de ellos, como el de Maydaneck, sólo
para niños. Se inicia la audición. A su término se les pide que escriban con palabras sueltas
6
sus sensaciones, y que digan si creen que lo que han escuchado es o no creativo y por qué. A
continuación, se informa al segundo grupo que Wagner creador del “arte total”, que sobre
todo estas obras se han considerado por muchos cimas insuperadas de la música. Se inicia la
audición, pidiéndoles que en un papel, escriban lo que van experimentando. Al final se les
pide que digan si creen que lo que han escuchado es o no creativo y por qué.
“La caja del tesoro”: Se prepara una caja en cuya base interior se fija un espejo, de modo que
al abrirla, el rostro el niño se ve reflejado. La caja se deja en una esquina. Se pide a cada niño
que vaya a donde está la caja, y que descubra su tesoro. Deberá hacerlo en silencio, y no decir
nada sobre el secreto de su contenido.
“Somos estrellas o superestrellas” (J.R. Feldman, 2000): Con niños pequeños se puede pegar
una foto en medio de una estrella y anotar algunas características especiales para llenar el aula
de estrellas y adornarla de afecto.
- “Frases afirmativas”: Se trata de escribir cosas buenas de los demás. Se forman corros de
10 alumnos. Cada uno pone su nombre en la parte superior de una hoja, que se pasa al
compañero de la derecha. Éste escribe una frase positiva del compañero cuyo nombre está
escrito en la hoja, dobla para adentro lo que ha escrito, para que no se vea, y se lo pasa al
de su derecha, que hará lo mismo. Al final, la hoja llega a la persona, que podrá lo
positivo que los demás le han escrito.
7
- “Mensajes con corazón”: Se trata de escribir cosas buenas de otra persona en su corazón.
Para ello cada uno recortará un corazón y se lo pegará en la espalda. Todos andarán por la
clase y con su bolígrafo, escribirá en la espalda del que tenga más cerca un mensaje
positivo y anónimo. Al terminar, cada uno leerá lo que los demás le han escrito.
- “El mágico número 11”: Se forman grupos de 3-4 personas sentadas en corro en el suelo.
Cada uno pondrá una mano cerrada delante. Sin hablar, sacudirá tres veces y sacará
cualquier número de dedos. Cuando la suma de todos los dedos dé 11, todos mostrarán su
agradecimiento a todos los demás compañeros, estrechándose las manos, abrazándose y
comentando el buen trabajo que entre todos han realizado.
- “La peonza”: Se forman pequeños corrillos de 6-7 personas de pie, que quedan muy
juntas entre sí. Se venda los ojos a uno que queda en el centro. Con el cuerpo rígido, se
deja caer en todas direcciones y el grupo lo mantiene.
- “La cama de agua”: Cuatro jugadores se ponen a cuatro patas, muy pegados unos a otros,
de modo que no se deja espacio entre ellos. Una quinta persona se echa sobre el lecho de
agua, que comienza a balancearse. El juego termina cuando todos han sido balanceados.
- “La cinta transportadora”: Unos 20 alumnos se tumban en el suelo en dos filas, oreja
con oreja. Levantan las manos y transportan a un compañero/a que es transportado al final
de la cinta. Al terminar, se coloca boca arriba, como los demás, y el primero es
transportado.
- “Coche y conductor”: La clase se divide en parejas. La mitad de las parejas se venda los
ojos. La otra se coloca detrás, y con las manos en sus hombros, circularán por toda la clase
sorteando todos los obstáculos. Al cabo de un rato, se cambiarán los papeles. Puede
comenzarse lentamente y luego algo más rápido. Con más personas, pueden formarse
autobuses.
- “El muro”: En el patio, con los ojos vendados, un compañero/a inicia una carrera
desenfrenada, y es detenido con suavidad por el resto del grupo, antes de que atraviese
una línea pintada en el suelo o choque con una pared.
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- “Vehículo prehistórico”: Se forma un grupo de cinco jugadores. Uno se sienta sobre una
tabla colocada encima de dos filas paralelas de balones. Dos participantes tiran de la tabla
con una cuerda, mientras otros dos van cogiendo los balones que quedan detrás y los
colocan por delante, para que el vehículo siga su recorrido.
- “Mesas colocadas”: Todos los jugadores suben a una superficie de mesas. Una vez arriba,
casi sin espacio, el coordinador pide a los participantes que piensen en su número de mes
de nacimiento. El juego consiste en colocarse del 1 al 12, recolocándose, sin hablar, sin
bajar y sin tocar el suelo. Es un juego de paciencia, cooperación, ayuda, mejora de la
cohesión y trabajo con meta común en un sitio en el que sólo hay lugar para todos, si se
piensa en los demás.
- “La pared”: Media docena de voluntarios salen del aula un momento, para poder dar las
consignas al resto del grupo: les instarán a sentarse y a abandonar su posición, por
absurda o sin sentido. Se invita a pasar a a media docena, y se les pide que se coloquen
cara a la pared, manteniendo la nariz a un 1 cm de ella. El profesor/a no dice más, sólo se
escuchan las invitaciones de los demás a abandonar el extraño juego. Al cabo de varios
minutos, algunos se sientan, pero otros permanecerán largo tiempo inmóviles. Se trata de
darse cuenta de que algunas veces es fundamental saber desobedecer. Hay que tener
cuidado de no perder el lado lúdico, para que ninguno de los dóciles se sienta
ridiculizado.
“Usos múltiples”: Se proponen usos de objetos cotidianos o menos frecuentes. Hay varias
posibilidades:
- O.M. Dadamia (2001) sugiere pensar, primero, en usos comunes (Getzels, y Jackson,
1962), después en usos desacostumbrados (Guilford, Torrance, Godman, 1964, Wallach, y
Kogan, 1965), y por último en usos desconocidos.
- “Reciclaje”: Por parejas o grupos, se escogen cosas inservibles que podrían ser útiles para
un determinado fin, quehacer u ocupación. Es preciso explicar por qué.
- “Usos virtuales”: Se tata de dar usos a objetos modificados o alterados, sean o no útiles.
Podría intentarse después proceder con entidades y fenómenos sociales.
- Propuesta de Chase (1916) y Ch. Whiting (1958): Se parte de una serie de objetos,
palabras, conceptos, fenómenos, etc. de los que se pide encontrar relaciones de semejanza,
diferencia u otras no convencionales. Pueden asociarse al azar y encontrarse parecidos
consistentes o arbitrarios y otras relaciones entre ellas. La búsqueda de analogías puede
practicarse para ofrecer soluciones a problemas o desarrollarse con este objetivo.
- Propuesta de A. Bacus, y Ch. Romain (1994, pp. 171,172, adaptado): Se puede desarrollar
en tres pasos: 1) Se comienza por escribir los objetos o situaciones similares al problema,
según la fórmula “Se parece un poco a...”. Lo importante en esta etapa es anotarlo todo.
9
Por ejemplo, para idear unas contraventanas para unas ventanas puede pensarse en
parecidos: un obturador fotográfico, el párpado, una cortina, un blindaje, unas gafas de
sol, una máscara, un tablero decorativo, etc. 2) Se eliminan las falsas analogías
(asociaciones de ideas o parecidos fonéticos) y se reagrupan las propuestas por categorías
o características. Posiblemente aquí aparezcan las principales funciones, que permitirá
encontrar nuevas analogías. Siguiendo el anterior ejemplo: el obturador fotográfico, el
párpado y la cortina pudieran tener la función de detener la entrada de luz. El blindaje, las
gafas de sol y la máscara, la función de protección y disimulo. El tablero decorativo, una
función estética, etc. 3) Después de la clasificación, se buscará la forma de transportar o
trasponer al problema estudiado las soluciones obtenidas, con todos los componentes y las
soluciones privilegiadas. Por ejemplo, al reagrupar estos objetos y privilegiar tal o cual
función, podremos imaginar nuevos tipos de contraventanas.
“Triturado” (A. Bacus, y Ch. Romain, 1994): Es especialmente eficaz cuando se estudia un
objeto o función “simple”. Consiste en imaginar las diferentes transformaciones que podría
tener lugar en un objeto o función hasta obtener algo totalmente nuevo y poder percibirlo con
una mirada nueva. Por ejemplo, considérese un objeto familiar. Por ejemplo, una nuez. ¿Qué
le sucedería en caso de exponerla a... ¿Un aumento... de peso de talla, de volumen, de precio,
de sueldo, de cantidad, de seguridad, de importancia social, etc.?, ¿Una disminución... de peso
de talla, de volumen, de precio, de sueldo, de cantidad, de seguridad, de importancia social,
etc.?, ¿Una inversión... del uso, del rol, del tiempo, de utilización, del proceso de fabricación,
de la presentación, del proceso de distribución, etc.?, ¿Una yuxtaposición... con elementos
que no tienen nada que ver, contradictorios, que intervienen en un sentido u otro, etc.?, ¿Una
transformación... de la forma, del color, del material, del lugar y momento de empleo, del uso,
del coste, del precio de venta, etc.?, ¿Una sustitución... del objeto por otros, de usos, etc.?
¿Qué surgirá? ¿Es una mejora o apunta a ella? ¿Por qué no existe? Esta técnica deja al
descubierto las “evidencias” que la costumbre ha podido dejar instaladas en la mente. Esta
técnica puede ser instrumental con relación a la del “Esparcimiento o derrame”.
“Esparcimiento o derrame” (A. Bacus, y Ch. Romain, 1994, adaptado): Ante una situación
de atasco en el proceso de resolución de un problema, los autores proponen, primero, esparcir
los datos del problema, descomponerlos en elementos lo más simples posibles. Un moderador
o un miembro del grupo puede definir categorías significativas o menos significativas
(funciones, momentos, lugares, componentes, características, etc.), que a su vez contendrán
elementos que se están manejando. En un segundo momento se crean nuevas situaciones o
ideaciones distintas: Podrá someter las palabras más interesantes a un triturado:
consecuencias de alterar un elemento, suprimirlo, reducirlo, invertirlo, ablandarlo... Otra
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opción puede consistir en relacionar palabras entre sí: por ejemplo, una función y un
componente, etc.
“Descubriendo ventajas”: Observando cosas, se trata de expresar cuáles son las ventajas y
utilidades de que la cosa o situación que percibimos sea como es.
11
innovarse, de que “abrirse es cambiar”, como ayer me dijo Héctor, un niño de 3 años y 10
meses. El objetivo no es otro que poner en entredicho lo habitual, lo común, lo obvio, lo
establecido, lo que nadie discute, porque su mera duda ya es chocante. Ésta es la consigna:
“¿Por qué... [lo establecido, lo observable, lo habitual, lo obvio…]?”. Con frecuencia hace
falta una actitud ingenua, fresca, flexible, como la de un niño de apenas tres años para
hacerse buenas preguntas: Por ejemplo, “¿por qué los papeles para escribir son
rectangulares?”, “¿por qué los teclados tienen teclas?”, “¿por qué los coches tienen cuatro
ruedas?”, “¿por qué los relojes tienen manillas?”, “¿por qué los tomates o las sandías son
(tienen que se) redondas?”, etc. Ésta es, desde mi punto de vista, la pregunta básica de la
innovación. Lo normal será escuchar mensajes-tapón, como: “¿Cómo podría ser de otro
modo?”, “¡Por qué va a ser…!”, “¡Qué cosas tan raras te planteas…!”, “¡Eso es una
tontería!”, “Otra cosa sería imposible”, etc. O sea, una suerte de “Sí, pero…”, frente a la
actitud abierta (respuesta-pregunta socrática) “¿Y por qué no?”. El cuestionamiento en
este sentido puede provocar una crisis inducida (tácita o expresa) de las relaciones hechas,
o, literalmente, un ‘efecto brocha’ (el de la retirada del piso o de la escalera que nos deja
con la brocha en la mano), así como el vislumbramiento de otras relaciones posibles. El
desarrollo de esta solución será una clave del progreso o el cambio que puede ayudar a
avanzar por caminos distintos hacia un mejor futuro. Lo que provoca esta pregunta
pudiera comprenderse como la motivación instrumental-molecular gracias a la que la
creatividad se justifica y abre paso desde el conocimiento.
- “Por qué” (diálogos científicos): Se forman parejas. Una de ellas empezará a contar algo
a la otra. Ésta preguntará a todo “¿Por qué?”, y el narrador intentará contestar. El profesor
intentará aprovechar la coyuntura comunicativa para expresar la necesidad de
conocimiento del ser humano y por ende de la ciencia, orientada a la búsqueda de
conocimiento. No es distinta esta actividad a la que espontáneamente realizan los niños de
3 años y medio y que lo cuestionan todo compulsivamente. Tampoco debe ser distinto del
modo de desarrollar la comunicación didáctica en el aula. Entre todo el grupo se pensará y
adoptarán decisiones para que en las clases predomine y se aproveche esta actitud
inquiridora.
- “Descubriendo porqués pasados”: Desde el presente se pueden descubrir probables
porqués que ya fueron respondidos: Por ejemplo, el invento del reloj digital pudo
motivarse por la pregunta: “¿Por qué los relojes tienen manecillas?” Por ejemplo, los
tomates o sandías de formas geométricas variadas –y bastante caras, por cierto-, ante la
pregunta: “¿Por qué son redondos?”. Un abrigo de piel sintética y de calidad pudo ver la
luz gracias a preguntas como: “¿Por qué los ‘abrigos de piel’ tienen que ser de ‘piel de
animales’?”. Y a lo mejor los abrigos de diseño innovador se crearon después de
preguntarse cosas como: “¿Por qué los abrigos tienen que llevar botones, ojales, solapas,
deben ser negros, largos, oscuros, etc. Otros porqués pasados pudieron ser: “¿por qué la
tinta de la pluma gotea y mancha el pergamino?”, “¿por qué los alimentos se estropean a
temperatura ambiente?, “¿por qué por el teléfono se transmite sólo voz?”, “¿por qué los
faros de los vehículos son fijos?”, “¿por qué el motor de los trenes se localiza en la
locomotora?”1, “¿Por qué el hormigón es resistente pero quebradizo?”2, etc.?”. Algunos
hoy nos hacen sonreír, entre otras cosas porque ya se han descubierto y son parte del
pasado que creemos, un tanto egocéntricamente, ‘superado’. Su responsabilidad y
compromiso con el cambio correspondió a otros. Y sin embargo, ¿podemos asegurar que
1
Hacemos referencia al S-103, el tren sobre carriles más rápido del mundo. Carece de cabeza tractora, no tiene locomotora:
sus motores están distribuidos en cada remolque.
2
Se está investigando y generalizando un ‘hormigón flexible’, conocido por las siglas ECC, cuya clave es su composición.
Está preparado para mezclarse como el convencional, pero se muestra más resistente a terremotos y otros episodios
dinámicos que afectan al terreno a su estructura.
12
los modos de resolución fueron los únicos posibles? ¿No pudo haber habido otras rutas de
solución que hicieran transcurrir el presente de otro modo? Una comprensión flexible de
la naturaleza de la creatividad no cerraría la ventana ni la puerta a esta posibilidad: las
innovaciones condicionan el futuro, porque engarzan los hechos de un modo concreto
entre una gama enorme de posibilidades.
- “Descubriendo porqués actuales o futuros”: Análogamente, es posible formular
descubrir porqués sobre objetos o fenómenos actuales, que apuntan a cuestionamientos
que aún –que sepamos- no han sido contradichos, desestabilizados, refutados…y cuya
propuesta mira hacia el futuro. Los cuestionamientos de hoy, como ocurrió antaño, nos
pueden resultar difíciles de admitir. Por ejemplo: “¿Por qué la electricidad tiene que ir por
cables?”, “¿por qué los bolígrafos tienen tinta?”, “¿por qué los coches tienen ruedas?”,
“¿por qué los limpiaparabrisas son negros?”, “¿por qué al aparcar, si avanzamos hacia
atrás, golpeamos con nuestro guardabarros al coche de atrás?”, “¿por qué concierta
frecuencia, a plena luz del día, vemos largos tramos de autovía con sus farolas encendidas
derrochando energía?”, “¿por qué las manillas de los relojes avanzan hacia la derecha?”,
“¿por qué las varices se curan tirando a la basura trozos de vena?”, “¿por qué matar a los
toros en la plaza?”, “¿por qué los coches tienen batería?”, “¿por qué no nos entendemos
con una persona que habla una lengua extranjera desconocida?”, “¿por qué los coches van
por la calzada?1”, “¿por qué un vehículo con bajo uso debe pagar la misma cuota de
seguro que otro de mayor uso?”, “¿por qué los coches no pueden ir equipados con ‘cajas
negras’, como las aeronaves?”, etc. A partir de aquí se pueden esbozar inventos que no
existen. Tres ejemplos de inventos que creemos que no existen aún podrían ser: 1)
Almohada de cama de matrimonio con dos alturas que se aproximen más al estándar de
hombros anchos y estrechos. 2) Sistema de bloqueo automático de frenos autoactivado al
dispararse la señal continua del chivato de obstáculos traseros, e impida el contacto físico
con cualquier objeto con que, por ejemplo, al aparcar, se pueda encontrar el vehículo. 3)
Sistema de vigilancia de la circulación en las carreteras: Pequeñas unidades volantes y
móviles, situadas en lugares estratégicos a gran altura, de gran autonomía, controladas por
satélite y dotadas de potentes cámaras desde las que fotografiar vehículos que circulen
imprudente o incorrectamente por amplias zonas.
- “Planteando porqués de alternativa definida”: La consigna de los porqués puede ser
menos divergente o detallada, y aplicarse a carencias, propuestas y transformaciones con
preguntas como: “¿Por qué no incorporar...?”, “¿Por qué no puede haber...?”, “¿Por
qué no se puede ofrecer...? “¿Por qué no puede ser X en lugar de Y?”, etc. Pudieran ser
pasados o actuales-futuros, pero en este caso, el porqué de la pregunta y punto de partida
y la estrategia difusa se concreta en un ‘por qué no…’ de la respuesta y el punto o línea de
llegada. Por ejemplo: “¿Por qué no obsequiar con la entrega de llaves de un hotel un
bolígrafo de cuatro colores?”, “¿por qué los pivotes que evitan el paso de vehículos por
determinadas calles de una ciudad o pueblo tienen que ser fijos?”, “¿por qué no incorporar
un sistema de líquido refrigerante en lugar de un ventilador en el ordenador?”, “¿por qué
no se pueden ofrecer helados derretidos?”, “¿por qué los llamados platos típicos tienen
que corresponder a cocinas nacionales o culturales definidos y no se combinan, creando
cocina de fusión más universal?”, “¿por qué los molinos de viento que afean los paisajes
no pueden situarse en zonas acotadas de alta mar?”, “¿por qué en las autoescuelas no se
1
Quizá esto se lo cuestionó Paul Moller, fabricante del M400 Skycar, un coche volador que se ha intentado sacar al mercado,
sin éxito, desde 1964. Pero parece que otro proyecto análogo podría realizarse en pocos años. Nos referimos al vehículo
“Transition”, desarrollado por la empresa “Terrafugia” e inventado por un estudiante de doctorado del Instituto Tecnológico
de Massachussets (MIT). Quedó finalista en el 17º Concurso Anual de Empresarios MIT”. El piloto conduciría hasta una
pista local, tomaría pista (mínima de 450 m), abriría las alas y despegaría llegando a una velocidad máxima de 190 Km/h,
pudiendo volar sin repostar unos 800 Km.
13
aprende a disolver el propio egocentrismo de los conductores, si la mayor parte de los
accidentes se deben a ello?”, etc.
“Viaje al centro del problema” (A. Bacus, y Ch. Romain, 1994, adaptado): Se trata de
identificarse en profundidad, en transformase en no-dos con el problema, para sentirlo e
intentar solucionarlo empáticamente, desde sí mismo. Los autores proponen el siguiente
ejercicio de imaginación, orientado a la solución o a la mejora de un problema, especialmente
mecánicos o tecnológicos. Se trata de imaginarse dentro del problema, identificándose o
imaginándose ser los objetos, los fenómenos, los usuarios u otras variables activas en juego,
para sentir en mayor medida lo que se describe desde distintos puntos de vista y pensar y
alcanzar percepciones flexibles. Por ejemplo, trabajando en Berna (Suiza), Einstein se
imaginaba:
¿Cómo sería montar en una onda de luz –viajar a la velocidad de la luz? Si sostuviéramos un espejo enfrente de nosotros,
¿entraría la luz en el espejo y se reflejaría de vuelta? ¿Veríamos nuestro reflejo o estaría el espejo en blanco? Si fuera ese el
caso, y en relación al viajero, la luz parecería haberse detenido. Durante 10 años, de 1895-1905, Einstein se rompió la
cabeza con esto, ya que estaba convencido de que, de algún modo, su imagen no debía desaparecer (P. Moore, 2003, p. 36).
“Técnicas aleatorias o imaginación proyectiva” (A. Bacus, y Ch. Romain, 1994): Consiste
en tomar recursos del azar para que surja la inspiración, o de utilizar el azar como fuente de
relaciones para alimentar la imaginación, en el marco de un invento, de un proceso de
ideación literaria o de hallar una cosa, sin demasiadas limitaciones. Cualquier objeto,
cualquier palabra puede favorecer relaciones inusuales, haciendo bueno aquello de que: “la
14
unión del azar con las limitaciones estimula la imaginación” (p. 175). Esta técnica favorece lo
que hemos denominado ‘procesamiento inconsciente del conocimiento’, y equivale,
funcionalmente, a ‘dejarse pensar por las ideas, los estímulos y los proyectos’ desde el
hemisferio derecho. Ha sido utilizado por no pocos grandes creativos. Por ejemplo, Leonardo
da Vinci aconsejaba a sus alumnos contemplar las manchas de humedad de las paredes para
encontrar motivos decorativos y estimular su imaginación.
“¡Qué extraños son estos terrícolas!”: Dos o tres extraterrestres venidos de una galaxia
lejana visitan por primera vez la tierra y tienen la oportunidad de conocer objetos,
profesiones, costumbres y problemas que en nuestro planeta se tienen. El juego transcurre a lo
largo de estas fases: 1) Caracterización y preparación del encuentro y de los principales
contenidos. 2) Los extraterrestres ven la vida cotidiana de forma extraña y analizan y valoran
lo que para otros es familiar. De este modo, experimentan un proceso básico de la creatividad:
cuestionar lo habitual o lo aceptado. 3) Los más mayores pueden preguntarse y a proponer
soluciones radicales a problemas con que el ser humano convive: odios, racismos, guerras,
etc. 4) Otra posibilidad es inventar y recrear formas diferentes de vida alternativa, según la
comprensión extraterrestre. 5) Se puede dialogar en torno a la idea de cómo será nuestro
planeta dentro de 100 años. Si en algún momento la dinámica diera de sí, podría dar lugar a
un guión original, un ensayo, un mural, una obra de teatro, etc.
“La mejor compra”: Es otro enfoque de la dinámica anterior. 1) Tras pasar una temporada en
la Tierra y observar la vida en ella, los extraterrestres deciden volver a su planeta para hacer
una compra, que podrán definir en tantos por ciento positivos y negativos. Por ejemplo: Un
20% de paz, un 25% de confianza, un 5% de ternura, un 15% de alegría, un -50% de odio, un
-30% de hipocresía, etc. 2) En un segundo momento, la clase intentará pensar cómo podría
aplicarse esa receta a la vida de la clase y el centro. Se trata de definir la clase actual
proyectando su valoración crítica en una serie de “ingredientes”. Esa definición se puede
realizar desde preguntas estratégicas, que adoptamos del proyecto “Inventudes”1 (Alcaldía
Mayor de Bogotá, D.C. Secretaría de Educación, 2007): De una lista dada, seleccionar los
ingredientes con los que caracterizas la clase (El docente puede proporcionar esos rasgos).
¿Cuáles son los ingredientes que cambiarías en esta clase? ¿Cuáles son los ingredientes que
añadirías a esta clase? Este proyecto podría dar lugar a debates y a actuaciones posteriores
comprometidas.
“El viaje imaginario” (A. Bacus, y Ch. Romain, 1994): Se trata de de imaginarse en un país
o un planeta diferente donde un problema definido (social, tecnológico, etc.) que nosotros
padecemos en la actualidad, ha sido resuelto. Sencillamente, el problema allí no existe. Puede
imaginarse el aspecto, las condiciones de vida, la decoración, etc. Posteriormente puede
entrevistarse a las personas o seres que allí viven, en torno a la cuestión.
1
Ejemplo de investigación colectiva aplicada a la mejora de la convivencia pedagógica cotidiana.
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situara un submarino terrestre. ¿Qué ocurriría? ¿Cómo habría que rediseñarlo para que no
fracasara en ese medio?”. La técnica puede seguir estas fases:
“Cocina creativa”: Preparar por parejas o pequeños grupos postres, pasteles, zumos, batidos
o ensaladas originales. Todos los productos recibirán un premio especial: a la originalidad, al
sabor, al color, a la presentación, etc.
“Completar figuras” (Godman, 1964, adaptado): Desde algún trazo o forma dada (por
ejemplo, un segmento, una línea ondulada, una elipse, etc.), dibujar libremente. Después,
hacer una exposición de producciones (por ejemplo, la “exposición de la línea ondulada”).
Reflexionar después sobre el papel o la función que aquella primera forma tuvo en el
producto final, qué hizo pensar o qué sugirió, y por qué se decidió llegar a la producción final.
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“Transformar un objeto” (Godman, 1964, adaptado): Se trata de decorar un objeto
cualquiera hasta llegar, en parejas o pequeños grupos, a transformarlo en otra cosa. Todos los
subgrupos pueden partir del mismo objeto o de unos cuantos modelos que los grupos puedan
elegir.
“Dibujo cooperativo”: A partir de un trazo, continuar dando forma a una figura emergente.
“Puzzles con mensaje”: Se trata de construir un puzzle reversible, con un mensaje verbal,
cifrado o icónico por la parte de atrás.
“Seres imposibles”: Se trata de dibujar cosas, frutas, árboles o animales imaginados como
consecuencia de mezclar las características de dos o más existentes o extinguidos. Puede
comentarse después sobre la existencia real de la ovecabra (cruce de oveja y cabra) o el ligre
(cruce de león y tigre). También se pueden crear nuevos personajes de cómic (tipo
Spiderman) como consecuencia de incorporar características de algún ser vivo particular.
“Mi cuadro favorito” (M.A. Vierb, 1975, p. 157, adaptado): Se trata de preferir un cuadro de
entre una muestra y recrearlo desde diversas técnicas plásticas.
“Parecidos literales”: Se determina una letra y por grupos se propondrán formas parecidas
desde metáforas, analogías, semejanzas, etc. Podría ser interesante que lo que los mayores
pudieran realizar les fuese útil a las clases de quienes empiezan a leer y a escribir.
“Cosas al revés”: Se trata de decir cosas que ocurren y parecen ‘al revés’, al modo indicado
por J. Goitisolo en su obra “Un mundo al revés”.
“La palabra que más me gusta”: Individualmente, se pensará en la palabra que más nos
gusta. Luego se compartirá por qué: Por su sonido, por lo que evoca, etc.
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“Mis versos preferidos” (M.A. Vierb, 1975, p. 157, adaptado): Se trata de encontrar de entre
una muestra unos versos preferidos y recrearlos desde diferentes perspectivas: gráfica,
plástica, literaria, dramática, etc.
“Test de Cunnington”: E.P. Torrance (1962) lo describe así: se presenta al grupo de alumnos
una serie de sonidos inusuales, mejor no identificables. Se pide a los niños que dibujen las
palabras evocadoras mientras los escuchan dos o tres veces. Luego explican por qué.
“Código secreto”: En su versión más básica, se trata de sustituir una palabra por otra, cuyo
significado sólo un grupo conozca. Otro grupo puede intentar descubrir la equivalencia
secreta. Otra posibilidad es sustituir sílabas o letras por números, para cuya conversión sean
precisas tablas secretas, etc., que puede ocultarse en un documento secreto escrito con zumo
de limón.
“Lenguaje universal”: Se tata de redefinir un idioma nuevo, que pueda ser interpretado por
cualquier ciudadano del mundo. Esta técnica puede dar ocasión a conocer el “Esperanto” y su
proyecto.
“Inventar palabras”: Inventamos una palabra nueva que sirva para identificar algo que no
queda bien definido con palabras existentes. Se pondrá en común el proceso seguido para
inventarla: Condensar, transformar, rotar, doblar, exprimir, etc. Es una actividad en la que de
un modo especial se cultiva la flexibilidad.
“Entrevista virtual”: El gran grupo, a través de alguna comisión creada al efecto, puede
preparar una entrevista pública a un alumno o alumnos que representen papeles inventados:
un famoso, un deportista, un personaje histórico, el de un relato significativo, un grupo de
extraterrestres que han visitado la Tierra y conocido sus inventos, costumbres, ritos, etc., etc.
“Sustantivo + adjetivo” (M. Pérez): El profesor reparte tarjetas de dos colores. Pide que en
una se escriban sustantivos y en otra, adjetivos, intentando evitar palabras frecuentes. Se
escogerán al azar y se escribirán en la pizarra los resultados. Por ejemplo: “Esfera abierta”,
“fotografía fosforescente”, etc. Se trata de flexibilizar las posibilidades de relación entre
significados, de inducir a la imaginación de nuevas realidades y de reírse un rato. Los
resultados pueden servir para realizar actividades posteriores: poemas, redacciones, etc.
“Sustantivo + ‘de’+ sustantivo” (M. Pérez): Se trata de hacer lo mismo, pero colocando dos
sustantivos a uno y otro lado de la preposición de. Resultan cosas como por ejemplo: “Árbol
de música”, “rinoceronte de hielo”, etc.
“Sustantivo + ‘de’ + sustantivo + adjetivo […] ‘con’ sustantivo + adjetivo” (M. Pérez): Se
trata de escribir un poema con las tarjetas anteriores, compuesto de n versos con la estructura
“Sustantivo + ‘de’ + sustantivo + adjetivo”, y el último verso, de cierre, “‘con’ sustantivo +
adjetivo”. Habrá que hacer corresponder los géneros entre sustantivo y adjetivo. Un ejemplo:
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“Televisión de estrellas densas / ascensor de sonido vaporoso / rebaños de maquetas
responsables / con libros sellados”.
“Palabras encadenadas”: El gran grupo se sienta en círculo. Uno dice una palabra. El de su
derecha pronuncia otra cuya primera sílaba sea la última de la palabra escuchada, y así
sucesivamente.
“Palabras escondidas”: Se trata de descubrir en una palabra larga otras formadas con sus
letras. En caso de duda, el profesor o el diccionario pueden decidir.
“La evolución de las palabras”: Desde una palabra dada breve (mejor de cuatro letras), cada
participante de la derecha encontrará otra como resultado de cambiar una letra de la anterior.
Por ejemplo, “rata”, “rota”, “ropa”, “mopa”, etc. Si se hace de forma independiente por
pequeños grupos, podrán constatarse desarrollos diferentes.
“Poemas con rima”: Se harán dos columnas de palabras que rimen entre sí. Apoyándose en
ellas, se harán composiciones originales con rima y con un significado chocante o divertido.
Posteriormente pueden definirse parejas de columnas de rima distinta, para apoyar
composiciones de rima más compleja.
“Completar cuentos (I)”: Se entrega a los participantes el inicio de una historia y se pide que
la completen. Puede procederse en corro (historia cooperativa) o por subgrupos, en cuyo caso
tendremos varios desenlaces diferentes.
“Completar cuentos (II)”: Se entrega a los participantes el final de una historia y se pide que
la completen hasta desembocar en ella.
19
persona que vive muy lejos. 3) Carta desde el pasado. Posteriormente, pueden compartirse y
recrearse.
“Las palabras mágicas” (J.R. Feldman, 2000): Se trata de expresar situaciones en las que
utilizar: hola, adiós, perdón, gracias, ¿puedo?, disculpe, lo siento, por favor, etc. Escenificar
situaciones en las que se deban utilizar: un tropiezo, una entrega en una tienda... Dramatizar
pronunciándolas y sin pronunciarlas, expresar cómo nos sentimos, cuál preferimos, por qué.
Poner más ejemplos... Puede variarse el juego hablando por teléfono, aplicarlo a la mesa, etc.
Diálogos encadenados: Es una técnica para entrenarse en la práctica del teatro creativo.
Consiste en dialogar improvisando pero con el requisito de tener que apoyar las propias frases
en algún elemento de la frase anterior. Favorece el ingenio, la flexibilidad, la originalidad, la
elaboración y el sentido del humor. Se puede proceder así: 1) La clase se divide en dos partes,
A y B. Se forman parejas provenientes de cada una de ellas. Las parejas se distancian entre sí,
para no interferirse. 2) Se deja un minuto para concentrarse y los miembros de la pareja A
pronuncian una frase con cualquier contenido. Su pareja B la continúa libremente, pero
retomando alguna de sus partes o el sentido de la frase del interlocutor. Por ejemplo: A:
“Tengo un motivo para estar contento”. B: “Sí, sobre todo desde que te dejé mi vídeo de los
Rolling”. A: “Un vídeo haría yo contigo nadando bajo el agua, como ayer, para que tu novia
vea cómo chapoteas”. B: “Me han dicho que los fondos marinos de Lanzarote son preciosos”,
etc. Al principio, todas las parejas pueden trabajar simultáneamente. Cuando se toma
confianza y se gana en práctica, se experimenta menos presión, se agiliza la capacidad de
improvisación, se incrementa la velocidad de respuesta y se gana en flexibilidad expresiva.
Puede ser el momento de iniciar actuaciones ante el grupo de parejas designadas
aleatoriamente. La misma actividad puede desarrollarse adjudicando papeles dramáticos.
“Teatro”: Se presta a metodología de taller y/o grupos de trabajo. Es una técnica muy potente
para el cultivo de la educación con la creatividad, estrechamente unida al lenguaje escrito y
expresivo. Por ello se relaciona naturalmente con la educación artística. Parece lógico
aprovechar la ideación, los ensayos, la cooperación, la disciplina intrínseca del grupo, la
búsqueda de calidad, el autocontrol, la memoria, la expresividad, etc. con fines formativos. Es
especialmente interesante la buena gestión del tiempo que permita el desarrollo de foros
posteriores en todos los casos. Algunos formatos no excluyentes son:
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teatro puede hacerse con marionetas que pueden representarse a sí mismos o a otras
personas. De este modo se pueden resolver conflictos reales.
- “Teatro-foro” (Augusto Boal): (Ver el otro capítulo en este mismo libro).
- “Teatro social”: Cualquier representación pertinente, con los permisos oportunos, se
puede llevar a la calle, a una sección pediátrica de un hospital, a un centro de personas
mayores, a otro ciclo de niños más pequeños, etc.
- Otros tipos de representaciones son: el “teatro de sombras”, el “teatro negro”, el “teatro
mudo”, las “coreografías”, etc.
“Frontenis dialéctico”: Dos alumnos desarrollarán ante los demás una divertida
conversación, a la vez constructiva y agorera. Uno comenzará sus argumentos con:
“Afortunadamente”, “Por suerte…”, “Por fortuna…”, “Lo bueno es que…”, e inicios
similares. El otro le responderá con: “Sin embargo…”, “Pero…”, “Con todo, hay que tener en
cuenta que…”, “Desafortunadamente” y otros reflejos parecidos. Se trata de concluir con que
en todas las áreas de la vida hay dos actitudes polares: “Sí, pero… no” e “¿Y por qué no?”.
“Unir los 9 puntos que forman un cuadrado de 3 puntos de lado sin levantar el lápiz del
papel” (M. Cortina, adaptado): Un juego clásico de creatividad propone unir, sin levantar el
lápiz, todos los puntos del cuadrado de tres puntos de lado con el menor número de líneas. El
juego admite varias soluciones. Para unas hay que salirse del papel, para otras, no es
necesario. ¿Qué pueden significar o a qué se pueden referir aquellos puntos? En muchas
situaciones de la vida es preciso salirse a veces, distanciarse, flexibilizar los planteamientos,
vivir la creatividad y sus posibilidades desde fuera. Dependiendo del tema, a referencias
culturales, anclajes epistemológicos, caminos trillados, hábitos de razonamiento, tradiciones,
normas, identificaciones, creencias, convicciones... No se trata sólo de superar las referencias
externas, también las personales. Su logro puede dar lugar a nuevas relaciones, luego a nuevo
conocimiento. Esto puede asociar formas distintas de resolver problemas, enfoques
diferenciados, síntesis inusuales, propuestas originales, conflictos con lo establecido,
divergencias brillantes, definición de huecos... Nada más propio para el conocimiento que la
generación de conocimiento mismo, decimos. Por tanto, aquellos puntos dados pueden ser tan
relevantes como importante puede ser su concepción flexible. El dilema didáctico consiste en
tomarlos como puntos de llegada, o tomarlos sobre todo como puntos de partida para la
propia formación. Por cierto, en la antigua China existía una expresión que merece más que
una mirada: Bu chu hu siyu [literalmente, “no salirse de las cuatro regiones (fronterizas)”]. Se
utilizaba para señalar que los conocimientos de alguien eran muy limitados
“Estrella de ovillo” (M. Cortina): En este juego se unen la colaboración y la orientación para
la vida. Un grupo de 10-15 personas se colocan de pie en círculo. Se trata de tirar al que está
21
enfrente un ovillo, del que nos quedamos el extremo. Al cabo de varias tiradas queda definida
una figura estrellada. Desde aquí, se pueden obtener reflexiones como:
- La figura necesita de una cierta tensión de todos para mantener su forma. Cada uno ha de
asumir su parte de responsabilidad cuando trabaja en cooperación.
- Cuando alguien se desentiende o destensa el hilo, la figura entera se resiente.
- Cuando alguien acapara o tira más de lo que le corresponde, puede poner en peligro a la
figura, puede romperla o incluso dañar a los demás.
- Cuando trabajamos en equipo, nadie somos expertos en todo: necesitamos a los demás.
Entonces es posible el enriquecimiento debido al intercambio.
“La dinámica de los cubos” (P. Cascón Soriano y C.M. Martín Beristáin, 1995): Es un juego
cooperativo en el que se sintetiza el aprendizaje para la resolución de conflictos y la
orientación didáctica para la vida. Se forman varios grupos de seis personas y se les reparte
material desigualmente: cartulinas, tijeras, papel adhesivo, regla, lápiz, goma, etc. El
coordinador da la consigna: “Se trata de construir el mayor número posible de cubos de 8 cm
de arista en media hora”. Cada grupo tiene un embajador, que es la única persona que podrá
comunicarse con los otros grupos. Es de especial interés el intercambio de experiencias
posterior: “¿Cómo nos hemos sentido?”, ¿A qué situaciones nos recuerdan?”. Con esta
dinámica, se experimenta el no tener y los comportamientos desiguales que asocia, la mejor
comprensión de los que tienen y de los que no, y el autoanálisis asociado a conductas
realizadas por componentes del grupo que pueden sorprender, incluidos a ellos mismos.
ACTIVIDADES
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DIDÁCTICA DE LA MOTIVACIÓN1
INTRODUCCIÓN. La educación ha sido y será una forma de violencia. Quizá la más sutil y
compensada, la más rentable y necesaria. Pero si la enseñanza se orienta bien, el aprendizaje no sólo
no ha de suponer ningún dolor, sino que ha de ser algo intrínsecamente grato.
Al menos desde Vives, Ratke o Comenio, aunque mucho antes ya fuera expresado por Quintiliano,
atender a la motivación del alumno se ha transformado en parte de la buena enseñanza. Hoy el
profesor de cualquier etapa educativa debe pretender favorecer esa motivación, como un imperativo
o un derecho-deber estrechamente ligado a su profesionalidad. Con esta incorporación definitiva e
irreversible a su quehacer, el trabajo docente, lejos de complicarse, se ha completado en mayor
medida.
UNA CLASIFICACIÓN DE MOTIVOS. ¿Qué motiva los comportamientos de cada alumno? ¿Qué
los mueve? ¿A qué se orientan? ¿Por qué actúan de una determinada manera? Conocer la
motivación de los alumnos es el primer eslabón de la enseñanza sensible a la diversidad y que la
atiende. Principalmente por esta variedad, podemos dar múltiples explicaciones o respuestas
diversas [no excluyentes] a los posibles motivos de los alumnos, que pueden ser:
a) Básicos-individuales:
1
Herrán Gascón, A. de la (1999). Didáctica de la Motivación (I y II partes). Suplemento Pedagógico Acade (25), 10-13, y (26), 6-9.
1) Relacionados con la supervivencia: Necesidad de alimentos, de agua, de aire, de albergue, de
espacio, de sueño, etc.
2) Relacionados con la seguridad emocional: Necesidad de estar física y psíquicamente seguro, libre
de riesgos, amenazas, riñas, castigos, humillaciones, insultos, etc.
3) Relacionados con las sensaciones: Necesidad de placer, de emoción, de relajación, etc.
b) Básicos-sociales:
CONSECUENCIAS.
a) Algunos, como los motivos básicos, se asientan en necesidades neutralizables. Otros, como por
ejemplo los cognoscitivos, una vez satisfechos crecen sobre sí mismos, lógica e imparablemente.
b) A veces, algunos motivos básicos pueden no estar bien cubiertos: un alumno puede sentirse
inseguro o desintegrado del grupo. Por el bien del alumno, el docente ha de atender y actuar
didácticamente para compensar estas deficiencias.
c) Algunas de estas motivaciones pueden vertebrar y condicionar una vida, con independencia de la
edad o la profesión. Los docentes no somos distintos de los alumnos.
d) Es posible encontrar y es lógico esperar cualquiera de estos motivos en nuestros alumnos:
conozcámoslos mediante la reflexión, para poder reconocerlos.
i EL CLIMA SOCIAL DEL AULA, orientándolo hacia la cooperación y la empatía, a través de:
a) El clima social del centro, que define la calidad de las relaciones entre los miembros de la
comunidad educativa, que acaba penetrando en las aulas en forma de tensión, bienestar, actividad,
innovación, confianza mutua, etc. Queda muy determinado por el estilo de dirección del centro.
b) El fomento del compañerismo y cohesión del sistema-clase, en el que la integración emocional y
activa del docente es muy conveniente en las primeras etapas educativas.
c) El carácter docente, que resultará más motivador cuanto más afable, tranquilo, respetuoso y
equilibrado sea.
d) La mentalidad docente será mejor motivadora cuanto más indagadora, flexible, crítica, autocrítica
y coherente pueda ser.
e) La autoridad docente, que no se define como capacidad de imposición, sino como admiración
suscitada en el alumno y consecuente respeto natural, espontáneo.
f) El liderazgo docente, que en el seno de una sociedad democrática sólo tiene sentido que actúe
promoviendo una libertad basada en la responsabilidad y el compromiso de todos, enseñando
democracia desde el ejemplo.
g) La expectativa sobre el grupo y la integración docente, que anima colectivamente y hace sentir a
los alumnos a gusto y satisfechos en su aula, con un docente que forma parte activa e importante de
ella.
h) La variación de la organización física de la clase, siempre que se adecue a la actividad propuesta.
i) El empleo de metodologías didácticas participativas y activas, que promueva modos diversos,
adecuados y variados de participación en el entorno de aprendizaje.
j) Los desarrollos didácticos teniendo en cuenta los intereses de los alumnos: partiendo de ellos,
relacionándolos con lo que se trata, encaminándose a ellos, apoyándose en ellos, etc.
k) La enseñanza cuya pretensión sea cultivar y potenciar la creatividad y la productividad de los
alumnos.
l) El estilo de gestión de la disciplina, que será tanto más motivador cuanto más cooperativo y
aceptado sea, y, sobre todo, más centrado en la prevención de perturbaciones.
m) Las actuaciones orientadas a reducir los niveles significativos de ansiedad de los alumnos,
tanto colectivos como individuales, bien por circunstancias ansiógenas (exámenes), escolares o no-
escolares.
n) La participación y la coordinación con la familia en la educación de sus hijos, fundamental en
Educación Infantil y Primaria, y conveniente en Secundaria.
ii LAS EXPECTATIVAS DOCENTES SOBRE CADA ALUMNO, teniendo en cuenta que las
expectativas y previsiones de los profesores sobre los comportamientos de cada alumno, no sólo
pueden determinar sus conductas (efecto Pigmalion), sino que pueden resultar fundamentales para
su autoestima y su bienestar, condicionando poderosamente su motivación. Las expectativas sobre
los alumnos pueden provenir y consolidar prejuicios, difíciles de desmontar, porque quedan
ahormadas por el ego docente. El control sobre el tándem expectativa-prejuicio pasa porque los
docentes autoanalicen:
a) Los anclajes donde ambos se enraízan, sobre todo si las expectativas no son positivas:
características físicas del niño, rendimiento de sus hermanos, logros anteriores, resultados de tests,
simpatía de los padres, origen socioeconómico, comportamiento, etc.
b) El mecanismo [bucle], analizable en tres pasos, por el cual el docente segrega desde su diferente
expectativa:
1) El docente expecta de modo distinto sobre los alumnos.
2) Esa estimulación diferente genera comportamientos diferenciales.
3) El docente valida subjetivamente la diferenciación de expectativa.
c) ¿En qué consisten los comportamientos discriminatorios? Desde el punto de vista de los alumnos,
en un trato distinto, manifestable a través de una diferente simpatía, de la cantidad, forma y
dificultad de las preguntas dirigidas a los alumnos, del tiempo concedido de respuesta, de las ayudas
y sonrisas ofrecidas y de las palabras de ánimo y de aceptación, de los agrupamientos realizados,
etc.
iv LA CURIOSIDAD:
a) De una enseñanza que no transmita más deseo de saber que contenidos finiquitos, puede decirse que
ha fracasado, porque habrá saturado la motivación por el conocimiento. Siendo así, ¡cuántos
contenidos se agostan y se pierden en las aulas cada día! Esto pasa porque el docente y el centro
educativo plantean la enseñanza egocéntricamente: pensando más en cosechar que en sembrar. Y
ocurre que, en educación, quien siembra no siempre cosecha. Por eso, la enseñanza debería
evaluarse uno, dos o cinco años después: sin duda la curiosidad inducida reflejaría las mejores
enseñanzas.
b) En los más pequeños, la curiosidad se fomenta desarrollando sobre todo actividades basadas en la
manipulación, el descubrimiento, la exploración, la cooperación, el diseño y desarrollo de proyectos
didácticos, la variedad metodológica, etc.
c) En los más mayores, la curiosidad se potencia, entre otros modos, ayudándoles a pensar, a criticar, a
relacionar inter y transdisciplinarmente, a plantearse preguntas y solucionar desafíos intelectuales,
retos y paradojas, a superar contradicciones, a diseñar y desarrollar proyectos de investigación, etc.,
así como trabajando desde métodos didácticos basados en el descubrimiento, la cooperación y la
producción.
d) Todo parece indicar que de lo que se trata es de que el alumno vaya mucho más allá de los
contenidos que se le ofrecen de partida. Este planteamiento centrado en la comunicación de la
curiosidad no sólo cambia la concepción de la enseñanza, sino también la de la evaluación: se
tratará de evaluar los frutos del aprendizaje, no las semillas de la enseñanza. O sea, la forma en que
han sido transformados por cada alumno, o hasta dónde ha podido llegar cada uno, y no el grado o
el modo en que se hayan podido reproducir los contenidos de partida.
INTRODUCCIÓN. Muchas de estas técnicas pueden ser adaptadas al trabajo docente de cualquier
etapa educativa. Otras son más específicas. En todo caso, todas ellas han mostrado reiteradamente
su eficacia como posibles técnicas motivadoras del aprendizaje individual y colectivo, en marcos de
grupo.
5) ATENCIÓN INDIVIDUAL: dedicación del tiempo necesario a tratar con los estudiantes, bien
individualmente o por pequeños grupos, bien formalmente (entrevistas de tutoría) o informalmente
(conversaciones espontáneas), y aproximación a la persona: conocimiento y comunicación de
interés por sus circunstancias relevantes, intereses profesionales, dificultades, disponibilidad de
apoyo, de ayuda, etc.
10) COMUNICACIÓN NO VERBAL Y PARAVERBAL que puede ser relevante para el normal
desarrollo de una enseñanza motivadora
17) COMUNICACIÓN DE CURIOSIDAD, o inquietud por el conocimiento del tema que ocupará
el tiempo de la clase, por ejemplo, relacionándolo con un centro de interés, las preocupaciones de
los estudiantes, cuestiones que son cercanas a los estudiantes, las vivencias personales cotidianas,
acontecimientos de actualidad (mejor si son relevantes o aceptados), los contenidos de los
aprendizajes recientemente adquiridos (en ésta u otras materias), aspiraciones profesionales,
objetivos de los estudiantes, etc.
28) PRESENTACIÓN DE UN PROBLEMA COMPLEJO COMO RETO que hay que abordar.
39) FOMENTO DEL TRABAJO INDEPENDIENTE, individual o en grupo, desde propuestas del
profesor.
40) FOMENTO DEL TRABAJO INDEPENDIENTE, individual o en grupo, desde proyectos del
estudiante.
48) INTERRUPCIÓN DE UNA AYUDA docente, esperada por los estudiante, para la realización
de una tarea o la resolución de un problema.
50) DEVOLUCIÓN INFORMATIVA GRUPAL, lo antes posible, de los errores y aciertos más
significativos del examen o el trabajo realizado, para aprender sobre ello.
65) BUEN USO DEL TIEMPO, en diversos sentidos: secuencias de enseñanza-aprendizaje bien
calculadas, utilización de tiempos funcionalmente distintos para actividades diversas: por ejemplo,
actividades de inicio, actividades de desarrollo y actividades de finalización, adecuación del tiempo
disponible según el horario: por ejemplo, preparación de actividades un poco más relajadas para la
clase de la última hora del viernes, si fuera el caso, adecuación del tiempo disponible según otras
circunstancias imprevistas, situaciones significativas del grupo, etc.
¿CÓMO FAVORECER LA MOTIVACIÓN DEL ALUMNO?1
Agustín de la Herrán
La educación ha sido y será una forma de violencia. Quizá la más sutil y compensada, la más
rentable y necesaria. Pero si la enseñanza se orienta bien, el aprendizaje no sólo no ha de
suponer ningún dolor, sino que puede ser algo intrínsecamente grato. Hacer lo posible por influir
en la motivación del alumno -al menos desde Quintiliano, Vives, Ratke o Comenio-, es un
indicador de buena enseñanza. Con esta incorporación definitiva e irreversible a su quehacer, el
trabajo docente, lejos de complicarse, se torna más complejo y se completa.
Pero favorecer la motivación del alumno no es, ni mucho menos, tarea fácil, ni a mi juicio, por
lo general, se enfoca de manera correcta. Me explico. Si por motivación se entiende la acción y
el efecto de motivar -que a su vez es dar causa o motivo para algo-, y motivo es lo que activa y
orienta los comportamientos, podemos inferir que:
Si por motivar hemos entendido favorecer el movimiento (de los alumnos), la cuestión
más importante y previa que inmediatamente nos asalta es: ¿vemos lo suficiente -tanto
padres como profesores- para saber hacia dónde y para qué? Ver es un acto de
conciencia que emerge del conocimiento, y conocer bien requiere humildad, estudio y
un cierto esfuerzo adquisitivo. Este esfuerzo, realizado mediante el diálogo reflexivo y
cooperativo, nunca debe deshacerse de la duda, su soporte más fiable. La miopía, que
entiende mal los horizontes, puede causar disgustos mediatos.
Por ello a veces es preciso mirar más allá de los modos heredados de hacer, de la
tradición académica, de los sistemas de pertenencia o referencia, de los ismos con que
nos identificamos, de los imperativos del sistema educativo... pero sobre todo de nuestro
egocentrismo individual o colectivo, entendido como dificultad para darnos cuenta de
que, además de nuestro punto de vista o forma de entender la realidad, hay otros, quizá
mejores), porque puede generar en nuestras decisiones parcialidad, sesgo o prejuicio.
Si nos elevamos lo suficiente sobre el suelo quizá nos demos cuenta de que en una
sociedad como la nuestra puede ser muy peligroso enseñar sólo para rendir o para sólo
adquirir aprendizajes significativos. El horizonte de la Pedagogía –que quizá tenga algo
que ver con nosotros- y por ende el movimiento educativo de todos debe llegar al educar
1
Herrán, A. de la (2003). ¿Cómo Favorecer la Motivación del Alumno? Biblos (14), 4-5. Oviedo.
para formar. Y la formación, que tiene como columna vertebral la madurez personal,
además del rendir ha de incluir otras esferas esenciales, como el sentir, el conocer-
pensar-estudiar-decidir, el hacer, el convivir-cooperar, el conservar el medio ambiente,
y el ser más para ser mejores.
Rendir
Sentir Pensar
Hacer Convivir
Por ejemplo, si bien los profesores pueden estar capacitados con un arsenal de
estrategias y técnicas de motivación, su efectividad puede multiplicarse o inhibirse
convergiendo, o no, con la motivación favorecida desde la familia. Para que ambas
fuentes de educación puedan ensamblarse, es muy importante la humildad, el deseo de
aprender y la preparación de todos como educadores. No nos podemos rodear en esta
tarea crucial. La conciencia de que nuestro ejemplo y coherencia influye directamente
en la motivación de los alumnos, y de que es absolutamente imprescindible que la
expectativa centrada en las calificaciones pueda ver más allá y colocar su centro de
gravedad en la madurez personal es un reto que no empieza en el alumno o el hijo, sino
en nosotros mismos. Por tanto, si queremos favorecer su motivación formativa, seamos
conscientes de hasta qué punto influimos en ella en primer lugar desde nuestra
ejemplaridad. Quizá de este modo podamos orientar mejor su crecimiento, no sólo
pretendiendo que puedan ser individuos competentes, sino personas capaces de tejer una
sociedad mejor, menos egocéntrica, más justa, más consciente y, sobre todo, más
madura que la actual.
ETIQUETAS DE PROFESORES, LASTRES DE ALUMNOS1
Agustín de la Herrán Gascón
I INTRODUCCIÓN TERMINOLÓGICA
ii PREJUICIOS. A su vez, tales juicios pueden actuar como categorías previas con
otros elementos que se vayan a conocer después [generalización prejuiciosa del juicio, o
empleo del juicio anterior como prejuicio]. Esta es una característica esencial del
prejuicio: que ya está formado antes de conocer los objetos, fenómenos o personas sobre
los que se proyectan, y a los que acompañan con una determinada cotización emocional,
ahormada sobre la comodidad y el desconocimiento (A. de la Herrán, 1997, p. 152). Los
prejuicios se afianzan normalmente sobre pars pro toto (partes que se toman por el
todo), y que predominan absolutamente sobre las demás. Algunos ejemplos de estos
anclajes suficientemente conocidos: el aspecto físico, el sexo, los nombres y apellidos
1
Herrán Gascón, A. de la (2000) (Coord.). Etiquetas de Profesores, Lastres de Alumnos (I, II y III partes). Suplemento
Pedagógico Acade (números 27, 28).
(raros, conocidos, familiares, etc.), los colectivos raciales, la nacionalidad (o
regionalidad, localidad, barrio, etc.), la clase social, las creencias (religiosas, políticas,
etc.), las simpatías, etc.
II EXPECTATIVAS EN GENERAL
VARIABLES GENERALES. ¿De qué puede depender que las expectativas influyan
más o menos? Fundamentalmente de:
2
Por ejemplo, cuando se percibe que determinados alumnos tienen cara de algo. Algo que generalmente se hace
corresponder con lo que se dice que son.
3
Son frecuentes las correspondencias inconscientes.
4
Según Braun, se espera menos de las razas distintas a la propia. Creemos que, generalmente, esto no es así, si se admite que
existen colectivos humanos que se pueden valorar más positivamente que el entendido como propio.
5
Se espera más frecuentemente que los niños con nombres raros sean perdedores.
6
Se espera menos de los niños que puntúan más bajo (similar a la experiencia de Rosenthal, y Jacobson).
i) COMENTARIOS DE MAESTROS/AS: Sobre todo si los informantes son
compañeros apreciados profesionalmente, otros padres o incluso alumnos bien
conceptuados), especialmente si se refiere a su conflictividad (famas atribuidas
de revoltoso, de malo, de diablillo, etc.), etc.
j) COMPORTAMIENTO EN EL AULA: Puntualidad, participación (calidad,
cantidad y oportunidad), lugar de la clase en que se sienta, actitudes (hacia el
maestro/a, los otros alumnos, el colegio, etc.), simpatía o trato del alumno hacia
el profesor (frialdad o cariño), etc.
k) COMPORTAMIENTO GENERAL HABITUAL: Si es incómodo1 para el
docente, suele asociar una menor expectativa de rendimiento.
l) RENDIMIENTOS ANTERIORES: Sobre todo inmediatos (semana, trimestre,
curso), aunque los mediatos pueden ser un lastre mayor para algunos alumnos.
m) SITUACIÓN ESCOLAR ANTERIOR: Si repite o ha repetido, centro de
procedencia, docentes anteriores (en su caso, quiénes, edad, otras
características), etc.
n) RASGOS PERSONALES: Afectuosidad, dependencia emocional, carácter,
inteligencia, inquietud, agresividad, tranquilidad, apertura social, creatividad
manifiesta apreciada por el docente, etc.
o) CARACTERÍSTICAS PSICOSOCIALES DEL NIÑO: Papel social o rol
capturado en el aula, popularidad entre los compañeros, sociabilidad, etc.
p) PREJUICIOS YA FORMADOS HACIA GRUPOS DE REFERENCIA O DE
PERTENENCIA con que se relaciona, otros estudiantes o personas concretas.
q) PADRES O TUTORES: Edad, ocupación y cargo profesional, nivel de estudios,
nivel adquisitivo, nivel socioeconómico2, ideología política, ideología religiosa,
asistencia a entrevistas, a reuniones de padres, a actividades didácticas,
participación e interés en el proceso educativo de su hijo/a, actitud demostrada al
tutor, docentes u orientador, (interés, información que aportan, pasividad,
pasotismo, ansiedad, agresividad, destructividad, entremetimiento, etc.), etc.
r) SITUACIONES FAMILIARES DEL ALUMNO:
1
Por incómodo no queremos referirnos necesariamente a mal comportamiento. Hay docentes para los que un comportamiento
incómodo es sinónimo de no deseado: comportamientos callados, aplicados, creativos, etc. pueden ser incómodos.
2
Se espera menos o se dedica más atención y apoyo a quienes se sabe su menor nivel socioeconómico de origen (Braun).
u) EDUCACIÓN QUE SE SOSPECHA QUE LA FAMILIA OFRECE O DEJA
DE OFRECER.
EFECTOS ESPECÍFICOS. Cada uno de los items anteriores, para unos u otros
alumnos, conlleva efectos propios. Nos es imposible desarrollar, pues, todos ellos, pero
su alcance o incidencia real puede ser enorme. Un botón de muestra sobre la atención a
las respuestas de los alumnos en función de las expectativas:
1
Aunque aquí tratamos de las de los docentes, gran parte de lo dicho es extensible a los padres, adultos significativos
(abuelos, vecinos, etc.) y a otros niños, tanto de clase como del entorno familiar.
b) Puesto que antes de expresar una respuesta, se produce una síntesis de lo que se
sabe y se verifica aprendizaje, los niños más cuestionados aprenden más que los
otros sobre el ámbito de las preguntas.
c) Los niños más preguntados adquieren más hábitos de participación, aprenden a
hablar mejor y se les cree conocer más.
d) Al contestar más veces correctamente, se les considera más que al resto. No hay
que olvidar que pueden actuar, a su vez, como refuerzo y ayuda para el docente,
hacia su claridad expositiva, su método seguido, sus propios comportamientos
sesgados, etc.
e) La mayor interacción alumno-profesor puede generar en ambos más seguridad
emocional y una mejora general en el sentido del refuerzo de tal relación.
BIBLIOGRAFÍA CITADA
1
Utilizamos el concepto de proyección como mecanismo de defensa, según la acepción de A. Freud.
RENOVACIÓN
DE LA
EDUCACIÓN
Herrán, A. de la (2002). Para que una Reforma Educativa Nazca Bien. Escuela Española (3549),
16-18.
Aunque a la educación nadie la ha visto desnuda jamás, podemos asegurar que no es ni debe ser
nacionalista, ni confesional, ni sesgada, ni parcial, ni está teñida de nada, sino estar volcada al
futuro desde lo universal y para ello. Pretenderlo es respetarla y entenderla como la actividad más
noble que pueda realizar el ser humano. Sin embargo hoy, como ayer, las Administración
educativas (políticas, editoriales e investigadoras) de todos los signos y tendencias están más
pendientes de que la escuela se sepa nutrir, que de que se autoabastezca; de que no cree para
hacer, sino que haga lo que se le decrete y preceptúe. Operan sobre ella como con otros sistemas
sociales, y la escuela no fue, ni es, ni será un sistema social más. La dinámica administrativa de
altas leyes, baja formación y malas condiciones de trabajo docente facilita el manejo de la
institución escolar y que no se haga labor desde la escuela: las decisiones, o se le dan hechas, o se
le impera a que las retome como se le dan. La mayoría de los leguleyos, editorialistas e
investigadores que dictan su caminar no han sido profesores, y por tanto no pueden conocerla. De
aquí que se la trate geográficamente, cuando su naturaleza es molecular. Por eso la educación sólo
se remoza, y con cada reforma educativa se deja siempre por hacer la reforma de la educación. Las
reformas no se hacen bien, pero se carece de humildad para ceder el paso a los que saben y deben
desarrollarlas. Debemos repensar a Sócrates.
DE LAS REFORMAS EDUCATIVAS. A escala mundial, una gran parte de las reformas
educativas son normalmente criticables, al menos, por los siguientes argumentos:
a) Duran poco, menos de lo que necesitan para cuajar: Una de las conclusiones del Informe de J.
Delors et al. (1996), se refiere precisamente a esto: La necesidad de que las reformas se
desarrollen en un plazo suficiente. El exceso de reformas sucesivas casi siempre opuestas actúa
en contra de la reforma de la educación.
b) Se gestan y administran, tácita y expresamente, por poderes con intereses distintos a los que
pudieran manifestar los profesionales de la didáctica y la práctica pedagógica, preocupados
esencialmente con su actividad, que son los principales afectados. ¿Cuántos diseños de reforma
cuentan con los docentes de todas las etapas educativas, activamente y desde el principio, para
su diseño?
c) Por tratar la educación, están ligadas a un factor de popularidad muy significativo. Por tanto, al
estar destinadas a la modificación de un tema tan permeable y opinable, han de conllevar,
como garantía de éxito, comprensión y evidencia, con lo que su profundidad, menos
comprensible y evidente, suele ser secundaria y tratarse en más escasa medida. Una parte
importante de esa profundidad se refiere a la necesidad de completar, intensificar y alargar la
formación del profesorado (M.Á. Santos Guerra, 2000), que exigiría, además, no sólo un
cambio cuantitativo (más sobre lo mismo), sino una reorientación o cambio cualitativo
sensible y profundo.
d) De todos modos, las administraciones que mueven las reformas jamás podrían llegar a la
esencia de la evolución de la didáctica, porque, por naturaleza, ésta no puede prescribirse. Ni
siquiera aunque se prescriba que nada se prescribe por no ser prescriptiva, como normalmente
se asume, sin reparar en que tal razonamiento es una imposibilidad sobre un sinsentido.
e) Por exclusión, se centran en un sistema educativo y en un periodo de tiempo breve, que no se
relaciona generosamente con la reforma que se está acometiendo en un país vecino o lejano.
Luego no reforman la educación, ni siquiera la práctica educativa, sino la estructura y la
política sistémica en la que se va a continuar introduciendo, básicamente, los mismos aciertos
y los mismos errores.
f) No están interesadas en su autocrítica radical (a pesar de ser ésta una característica deseable
para todo sistema sano), retomando sus repercusiones egóticas (identificación política,
editorial, de "paradigmas", de nacionalidades, de prejuicios confesionales, de preferencias
sesgadas, de la vanidad de sus promotores, del propio sistema educativo, de los intereses
sociopolíticos condicionantes, etc.).
g) Los procesos de transformación se arraigan en motivaciones egóticas. Tienden a atender o
transformar, con preferencia, todo aquello que vaya a reportar a sus administradores una serie
de logros evidentes constatables a corto o medio plazo, para que los brazos ejecutores de su
administración puedan atribuirse, al poco de sembrar, los frutos de la cosecha. En realidad, esta
actitud es incompatible, de nuevo, con la naturaleza de la educación, para la que no es fácil
determinar el momento y el tipo de cobranza.
h) Quienes tienen el poder y la administración están más preocupados por la apariencia de la
cantidad, que por la calidad misma de lo que a toda costa quieren ver o precisan justificar antes
de su desaparición política.
i) Una vez legislada y desarrollada, se induce y persuade a los profesionales directamente
afectados a ir tras ella. Unas veces, el imperativo es inicial (modelos cerrados) y en otros es
progresivo (modelos pseudoabiertos). Luego, en sentido estricto, se les impera a trabajar
pegados al pasado. ¿Y no es, acaso, este planteamiento otra vez contradictorio, si se reconoce a
la comunicación didáctica y, por extensión, a la educación en su globalidad, como una
permanente innovación educativa?
j) Por estructurarse en sistemas educativos de cuna y tradición nacionalista, las reformas no
forman parte de ninguna macrorreforma universal (o metarreforma) clarividente, capaz de
centrarlas, supraorientarlas y darlas un sentido histórico prospectivo, de acuerdo con unas
pretensiones que favorezcan una función más trascendente. Tienden a mejorar lo que aparece,
apoyándose en el pasado, condicionada por el presente y dando la espalda al futuro posible.
Sin sentido, sin flecha, no tienen norte noogenético.
En toda reforma educativa hay, al menos, dos intenciones de fondo, muy entrelazadas, que tienden
a evidenciarse con el tiempo:
a) La primera parece ser el mantenimiento del protagonismo y del vigor de los tres vértices
administrativos básicos. Es imprescindible que ellos aseguren sus funciones, para poder continuar
controlando a la escuela más seguramente.
b) La segunda es la inhibición del protagonismo legítimo de la escuela. Es indispensable
mantener el sistema educativo lo suficientemente debilitado y poco consciente, como para ser
empleado como instrumento de poder y de influencia social en función del ego administrativo de
turno.
a) Las "presentes reformas", en vez de ser proyectos para el futuro, son, sobre todo, reformas
pasadas, reformas de otras reformas o reformas del pasado.
b) No es exacto que aquéllas "están vacías de contenidos educativos", sino que el producto que
las colma es una combinación de imperativos1, cuya verdadera naturaleza es difícil reconocer, y
en donde lo que falla estrepitosamente es una axiología universal.
c) Ni siquiera: "Sus puntos más importantes son políticos": son administrativos (políticos,
editoriales y de investigación alienígena). Pero también albergan indudables "puntos" educativos.
1 “No creo que las grandes reformas educativas puedan surgir del deseo de ampliar nuestra ventaja en competitividad
o de fortalecer el escudo de nuestra defensa nacional” (J. Bruner, 1988, p. 207).
Desde esta perspectiva, las reformas educativas son formalizaciones de obviedades, preocupadas
por no aparecer con sencillez, por si también pudiera criticarse. Obviedades que, en ocasiones, no
son muy diferentes de alguna otra reforma anterior, lo cual prueba la ineficacia del sistema
consistente en hacer crecer la educación basándose en reformas a base de decretos (o tirones).
Actitudes aparte, unos sabrán lo que desconocen, pero otros seguirán sin saber lo que saben y no
saben2, tanto más cuanto más abundante sea su alícuota de ego. Una vez que las disposiciones se
encuentran a favor del sentido común, o de lo más favorable para la evolución humana, el
siguiente momento, previo todavía al diseño de cualquier intento destinado a reformar la
educación, ha de estar encaminado a la anulación del ego de los administradores del poder
educativo, por una triple vía mínima: política, económica (rentabilidad, ganancia, expansión,
favoritismos, etc.) y de ambición (personal y profesional por vanidad, sensación de poder,
ganancia de responsabilidades, etc.).
Puesto que: "Las mejores reformas fracasarán si no disponen de maestros en calidad y número
suficientes" (J. Piaget, 1986, p. 142), "construyamos nuestras escuelas y preparemos a nuestros
maestros, para hacer avanzar esta bendita labor de educación" (T. Arnold, 1920, p. 72). O
escuchemos bien la necesidad social, que no siempre es expresa.
Por lo que respecta a la formación docente, J.L. García Garrido (2000) destaca en su percepción
del profesor del siglo XXI que es la profesión docente una de las que goza de mayor estabilidad, y
a la que socialmente se le va a exigir más de lo mismo:
2 Eso de Teilhard de que el animal sabe, pero que sólo el ser humano sabe que sabe, no es aplicable a todos/as.
f) Que su enseñanza sea coherente con su vida, a través de su ejemplo (p. 42, adaptado).
Si tomamos estas aseveraciones como premisas, podemos deducir que un segundo esquema de
estructuración menos maduro podría ser el regulado desde fuera por personas que lo conocieran y
entendieran. Y, en tercer lugar, el modelo de relación más inmaduro, por encontrarse más lejos de
la "autorregulación" funcional, sería el organizado sobre el control exógeno por personas que ni lo
conocen ni lo entienden suficientemente. Evidentemente, este modelo de interacción entre el
sistema y su modo de control es el diseñado, desarrollado y mantenido por las administraciones
educativas que comentamos. Luego, actualmente, se sigue una pauta de organización formal
evidentemente pobre. Todo lo cual indica por dónde cabría planificar progresivamente una posible
progresión de las reformas educativas a medio y largo plazo, dentro de un proceso superior de
metarreforma, y el proceso de cambio hacia la maduración del esquema de funcionamiento del
sistema escolar, obviamente dirigido hacia la recuperación del control administrativo de la escuela
por sí misma.
En todo docente recién egresado y en todo veterano profesor hay casi siempre un gran montante
de ilusión y de capacidad de sacrificio. Es contradictorio que hoy la organización del sistema no
coadyuve a la existencia de la mejor estructuración de relaciones para medrar, sobre todo si puede
conocerse el modelo al que responde. En la medida en que el profesorado se vaya haciendo más
capaz (desde su formación, su conciencia, su ausencia de parcialidad, y su capacidad de relación y
de comunicación con los demás), las administraciones educativas deben desegotizarse también.
Que las administraciones educativas se desegoticen significa que han de evitar, por propia
convicción, colocar sus propios intereses por delante y por encima de los de la evolución humana.
Una buena administración en este sentido podría proceder sobre tres finalidades:
3 Los sistemas humanos no son realmente abiertos. Son, sobre todo, sistemas egocéntricos cuya máxima aspiración
es la rentabilidad restringida. Todavía no han surgido lo que en otro lugar llamamos “sistemas evolucionados” (A. de
la Herrán, 1999).
4 A manera de DNA, asiento de vida, que en este caso sería de noosfera.
No obstante, aunque la inmadurez o desconocimiento de la educación de los poderes educativos
sea hoy más fuerte que la tendencia a evolucionar y a dejar evolucionar, la situación de la relación
entre el sistema administrativo y el tándem escuela-profesor no es permanentemente estable: la
creciente complejidad de la conciencia personal y profesional del docente se traduce en
incremento de madurez, claridad de visión, comprensión, sentimiento de responsabilidad y
conciencia de evolución.
PARA QUE UNA REFORMA EDUCATIVA NAZCA BIEN. Para que una reforma educativa no
sea un malparto o una ruina que no cuaje o sencillamente reduzca mucho la probabilidad de
fracaso, sugiero que se den una serie de condiciones, algunas de las cuales tuve ocasión de
exponer en el I Encuentro Iberoamericano sobre Reforma Educativa, celebrado en Guayaquil (A.
de la Herrán Gascón, 1999):
La mayor parte de las reformas profundas y duraderas en el campo de las (sic) educación que han tenido lugar en los grandes
países industriales a lo largo de los últimos cuarenta años fueron ideadas y llevadas a cabo por los profesores mismos y por ellos
solos. El ejemplo más claro viene representado por el movimiento Freinet: nacidas en una humilde escuelita de Provenza, las
técnicas de libre expresión de Celestino Freinet han sido adoptadas espontáneamente por más de 20000 maestros (p. 143).
5 Sus 9 Recomendaciones para fortalecer el papel de los docentes en los procesos de transformación social y
educativa (J.L. García Llamas, 1999, p. 8) fueron:
1) El gasto en educación suele ser un plato no-principal para los gestores políticos menos
conocedores o directamente ignorantes. Así, con frecuencia se puede oír que, cuando un país va
bien, pueden surgir resistencias para sufragar una mejor educación, porque resulta inflacionario. Y
cuando un país va mal, no se gasta en educación porque no existe presupuesto posible. Pero la
educación no es tanto un gasto social como una inversión social de la que depende todo. El
proverbio japonés: “Cuando el agua sube, el barco también” se ajusta plenamente a lo que
queremos señalar.
2) Una pauta adecuada puede ser afrontar plenamente la reforma cuando se puede invertir en
educación un mínimo del 6% del P.I.B., como recomienda la UNESCO (R. Marco, y J. Lizcano,
1999, p. 211), con la doble pretensión de no bajar significativamente de esa cota, y en cambio
pretender su crecimiento.7 Sin embargo, este presupuesto adquiere sentido cuando es respaldado
por un importante porcentaje de inversión al sector complementario correspondiente a
Investigación y Desarrollo.
g) La promoción del profesionalismo como estrategia para mejorar la situación y las condiciones de trabajo de los
docentes.
h) Solidaridad con los docentes que trabajan en situaciones difíciles.
i) La cooperación regional e internacional: un instrumento para promover la movilidad y la competencia de los
docentes.
6 El término descentralización puede tener dos acepciones: Una pesimista (“cambio de administración política”), y
otra no-pesimista (“acercamiento a los protagonistas”) y otra optimista (“posibilitar la autonomía”).
7 “La educación es cara, pero la falta de educación es más cara” (M.Á. Cornejo).
i) PARECE LÓGICO QUE SITÚE SU EPICENTRO VARIOS AÑOS POR DELANTE DE
LOS ACONTECIMIENTOS Y DEMANDAS ACTUALES. Ni siquiera debe estar sobre todo
centrada en el presente.
j) HA DE DISEÑARSE, EQUILIBRADAMENTE, EN DESAFÍOS (MOTIVACIONES,
OBJETIVOS Y CONTENIDOS) PERENNES, ANTICIPATORIOS Y CIRCUNSTANCIALES
k) HA DE ATENDER EL PRINCIPIO DE LA CASCADA FORMATIVA, A SABER:
- A partir de aquí, tiene sentido reconocer que, también aquí: “la actividad docente ve
incrementada considerablemente su eficacia cuando es el fruto de una serie de decisiones
discutidas y asumidas colectivamente por los equipos de profesores de los centros” (Ministerio de
Educación y Ciencia, 1992, p. 19).
- Por otra parte, un planteamiento y desarrollo autoorganizado del profesor evitará la
prescripción de errores graves, como pueden ser el diseño de sistemas amenazadores al trabajo
docente, relativos a la rendición de cuentas o a la evaluación de su quehacer, tomando como
referencia criterios de calidad no didácticos, como en algunos sistemas educativos existen.
8 Por ejemplo, decidir la conveniencia de acordar un modelo de estructura curricular semicerrada, con matices de
naturaleza prescriptiva, etc.
n) HA DE EVITAR DISEÑARSE COMO ESTRATEGIA DEFENSIVA PREDOMINANTE, ni
ante la globalización, ni ante la postmodernidad, ni como respuesta a lo que en otros países y
sistemas se realiza, ni ante ningún otro argumento parecido. Porque estas actitudes se pueden
asociar a los mayores lastres que una reforma de la educación pueda tener:
BIBLIOGRAFÍA
SÍNTESIS. Se presentan unas consideraciones en torno a seis posibles retos éticos de los
medios de comunicación para el siglo XXI, desde los que se propone el debate educativo
destinado a la reflexión formativa de lo que se hace, percibido crítica y autocríticamente:
______________
Entendemos que la educación de y desde los medios de comunicación social debería incorporar
grandes líneas de reflexión y de actuación educativa que consideramos de alta importancia:
- A mi juicio, las grandes funciones de los medios de comunicación son cinco: a) vender, b)
influir, c) informar, d) entretener, y e) formar. Comentemos alguno de ellos. Respecto a la
información, con frecuencia y regularidad los medios prestan verdadero culto a las mil y
una caras de la negatividad, el dolor y el sufrimiento, si acaso con una indispensable
función evaluativa, poco formativa, al parecer. En su defecto, atienden a las culminaciones
positivas fallidas. En tercer lugar y enormemente distanciada de las otras dos se encuentran
los temas relacionados con realizaciones de capacidades positivas –o de su intrahistoria-,
que parecen menos reseñables o atractivas al interés normal. Evidentemente, por donde
pasa mucho el agua, se acaba haciendo un surco. Este efecto es de aplicación a todo tipo de
informaciones ofrecidas –ideas, prejuicios, efectos, refuerzos, expectativas y actitudes de
fondo-, con independencia de su veracidad, en la medida en que, por su orquestado
monopolio, acaban siendo autorreferenciales. G. Sartori (2003) ha definido a la televisión
como la más grande agencia de formación de la opinión pública (p. 27). Su punto de vista
acerca de este medio de comunicación es que: “la televisión ha entrado en una carrera
competitiva decadente cuyo producto final es, primero, una información reducida; segundo,
información improvisada e inútil, y tercero, una desinformación absoluta” (p. 33). Una de
las actitudes de fondo más expandidas es la queja o la insatisfacción, apuntalada y
promovida por los medios de comunicación sea cual sea el resultado o el hecho que se
1
Herrán, A. de la (2006). Seis Retos Éticos para una Reforma Educativa con los Medios de
Comunicación. Revista Electrónica Étic@net (5).
http://www.ugr.es/~sevimeco/revistaeticanet/index.htm [picar “ética”]
expresa o comunica. En estos últimos años los medios están desarrollando el
entretenimiento por el camino fácil de remover las emociones, bien atropellando la
intimidad de quien no lo desea y no se siente respetado, bien con montajes con quien lo
desea demasiado y sistemáticamente. Esta ruta desciende a cotas cada vez más próximas a
la miseria humana.
- En la medida en que la función o dimensión –formativa- es una apenas entendida y
atendida, asumimos la precoz reflexión de P. Neruda: “Muere lentamente quien hace de la
televisión su gurú”. Reparando especialmente en la TV, en los niños y en la escuela como
fuente de formación, todo parece indicar que: "Lo que hace la escuela durante el día lo
deshace la televisión durante la noche". Esta apreciación la ofrece J.M. Pérez Tornero
(2004), profesor de la UAB y autor del “Libro Blanco sobre la Educación en el Entorno
Audiovisual”, presentado por el Consejo Audiovisual de Cataluña. El autor refleja en su
estudio que un niño español está de media más horas anuales delante del televisor (990h)
que en la escuela (960h). El tiempo de TV aumenta cuando la renta disminuye. Entre 4 y 12
años dedican 990h anuales, la franja más vista es entre 21-24h, fuera del horario protegido,
y hay escasez de programación infantil en ese horario. Si a las 19h semanales de televisión
se suma el tiempo destinado a videojuegos y ordenador (11h), un menor pasa de media 30h
semanales frente a una pantalla, y no precisamente formándose. Entre 43-50% de los
alumnos de ESO tiene televisión en su habitación. A la luz del estudio, V. Camps,
vicepresidenta del CAC, subrayó la necesaria responsabilidad compartida entre padres,
profesores y cadenas de televisión para hacer frente al mal uso de los medios que hacen los
niños, y comprometía a los padres "para que controlen la dieta televisiva de sus hijos igual
que controlan la alimentaria". Esta percepción diría: ¿Por qué apagar la TV? Al contrario:
veámosla, critiquémosla, destaquemos con nuestros hijos los aspectos positivos y los
negativos. Desde nuestro punto de vista, este enfoque tiene sentido, en la medida en que se
puede aprender algo. Pero así planteada ésta es una batalla perdida, si la fuente no cambia
de productos: una tronco de pera en la montaña es biodegradable. Una tonelada de troncos
de pera es prácticamente un basurero. Y es que, además, los paraguas defensivos no sirven
para casi nada, ya que apenas están montados. Muchos padres creen que cuidan bien la
nutrición de sus hijos, pero desconocen que no saben. Lo mismo pasa con la alfabetización
de los medios. ¿Cómo contar con que pueden practicar lo que en general no saben -y de lo
que apenas tienen información- si tampoco se puede contar con la mínima colaboración de
los medios?
- Desde el punto de vista de la necesaria educación del adulto, un comienzo del hilo podría
ser evitar el empobrecimiento cognitivo a que conduce el actual (ab)uso de los medios:
personas con “perfiles dispersos”, en opinión de G. Sartori. En el mismo sentido se expresa
G. Villapalos (1998), al calificar los medios como “un agente activo de contraeducación”
que forma “personas con muchas ideas desconexas que flotan en el vacío de la falta de
criterios” (p. 12). Obviamente, quizá debido a esa misma dispersión, tampoco es cuestión
de magnificar la capacidad modificadora positiva de los medios y concretamente de la TV:
millones de yugoslavos se empaparon de series-pastel del tipo “La casa de la pradera”, y
muchos más estadounidenses transforman en éxitos películas “pacifistas” de tema bélico,
mientras el mismo contemplador vota a quien defiende el bombardear en nombre de la
tolerancia, eso sí, en países físicamente lejanos y humanamente alejados, claro es, por el
apoyo de los mismos medios, que a la vez informan, aplauden, tergiversan y justifican lo
que se les impera. Ya F. Nietzsche señalaba –y nosotros suscribimos- que, quien odiaba o
despreciaba la sangre ajena, ni siquiera era una persona, sino protoplasma humano. Con
todo, tanto quien asesina como quien odia tienen su caldo de cultivo de primera calidad
garantizado en los medios.
- Un proverbio japonés dice: “Cuando el agua sube, el barco también”. En nuestro discurso,
el agua es la educación planificada y conseguida, por ejemplo, desde esa formación
desatendida. El camino lógico y fiable es la coherencia: educar primero a los medios, a los
padres y a los adultos en general, y sólo entonces se tendrá alguna probabilidad de que
nuestros niños se eduquen más y mejor, adquieran más conocimiento crítico y creativo y
por ello puedan ser más libres y lúcidos. Con frecuencia, la TV informativa y formativa, de
la que por cierto casi ha desaparecido la figura del experto, interrumpe el discurso, las
cadenas lógicas, corta la concentración y la longitud de las razones: impide profundizar.
Otro proverbio dice: “Cuando las raíces son largas y fuertes, al árbol puede ser alto”. Estos
medios no ayudan a profundizar, pero lo que construye no deja de elevarse. ¿Hasta dónde
lo hará?, ¿hasta cuándo? Cuando un medio (como la TV, la radio, la prensa...) se critica, la
respuesta o la defensa alude al éxito como variable dependiente y plataforma de razón. Y el
éxito a su vez se identifica con criterios obtusos como los índices de audiencia o las tiradas.
Éste podría ser un criterio de cantidad¸ pero no necesariamente un criterio de calidad. La
calidad que proponemos vendría definida por la presencia de la cuarta función y el proceso
o el logro de los objetivos que la desarrollaran.
- A medio camino entre ambas nos parece pertinente la siguiente propuesta: cantidad en
función de la calidad. Consistiría en favorecer la formación social, aprovechando su misma
potencia comunicativa. La tesis principal es ésta: si el mero conocimiento modifica poco
profundamente, la observación o la escucha pasiva lo hace aún menos. Sin embargo, si la
atención cuantitativa estuviera canalizada por la formativa, emergería, incluso sin una
preparación pedagógica especial de administradores y técnicos, el cuidado centrado en la
evitación de la función no-deteriorante, que por lo menos minimice la presencia de cócteles
de publicidad, vaciedades, cotilleos, violencias, reiteraciones, programas infantiles para
adultos, fútbol, etc. sólo dependientes de los índices de audiencia y cuya capacidad
educativa es despreciable. Sobre todo porque a la omnipresencia de todo lo anterior
acompaña una ausencia significativa de programas o espacios dedicados al conocimiento y
a la mejora social, que, por cierto, van bastante más allá de los programas de naturaleza y
seres vivos no humanos.
b) Orientación educativa para prevenir su mal uso o ingesta indiscriminada de sus contenidos,
para receptores de todas las edades pero especialmente a niños. A saber, el desarrollo de
fundamentos y programas de actividades encaminados a trabajar, en hogares y escuelas, el
sentido crítico y creativo (análisis y lectoescritura de imágenes y mensajes verbales), para
dotar, a mentalidades colectivas e individuales, de recursos aptos para su completa
autonomía interpretativa. Los medios se alienan por una norma preocupante, exteriorizante,
que le aleja de su función o razón de ser, por someterse a la mercantilización de su
información. De ello también es preciso defenderse, sobre todo por lo que alcanza a los
valores sociales. Decir mercantilización es decir macdonalización o macglobalización, y
esto es lo mismo que decir escasez, homogeneidad (atentado contra la singularidad de los
contextos), ausencia de reflexión, exceso de sesgo, profundización en lo superficial y
cortedad de miras y de compromisos universales, etc. Llamo a esto falta de
profesionalidad, profesionalidad ciega o malapraxis mediática, aunque coincida con el
ejercicio de una norma generalmente justificada. La motivación por los índices de
audiencia se corresponden con la motivación básica o elemental del espectador
descomprometido, aplicada a lo que se entiende por mundo adulto (que no maduro), y de
ella podemos decir que ha evolucionado poco. Sus aportaciones no han variado
significativamente desde los espectáculos en que el genio de F. Nietzsche (1984) reparaba,
y que relacionaba con la resolución de problemas:
nos encanta ver cómo los héroes de tragedia encuentran palabras, razones, ademanes elocuentes, y en suma, claridad de
espíritu en los momentos en que la vida se aproxima al abismo y en que el hombre real y verdadero suele perder la cabeza, y
de seguro pierde el buen decir (p. 76).
Los medios de comunicación son los superconductores de los valores sociales. Y esta es la
peor de las noticias, a la vista de lo que analizamos, porque lo negativo que emiten es
excesivo e intoxicante. Se hace necesario pasar al activismo en el sentido que ya
propugnaba R. Eucken, el único premio Nobel de la historia, por haberse ocupado del
estudio directo de la posible evolución humana. Este activismo es lucha crítica, pero
siempre y cuando esa lucha haya sido antecedida por una transformación autocrítica,
dimensión personal y organizacional incluidas. Este es el reto más importante y difícil para
el ser humano, y, sin embargo, imprescindible. También podría indicar sensibilidad,
conciencia y movilización del espíritu y del comportamiento. Todo ello instrumentalmente
movido por una sensibilidad madura desarrollada más allá del inmediatismo egoísta, más
allá de toda dualidad o silenciosa catástrofe anunciada. Me viene a la memoria que el
desastre de New Orleans (setiembre, 2005) fue predicho y calculado en un par de ocasiones
cuatro o cinco años antes y publicado en medios de prestigio... y no se hizo nada.
c) Asunción del proceso general de imprescindible educación social compartida con otras
instituciones y poderes fácticos, mediante la canalización comunicativa y estimulación de
las formas de escolarización o educación social en tres sentidos:
2
Tanto en su vertiente negativa (no-parcialidad, disolución de barreras, fronteras, estrechez de conciencia, prejuicios
nacionalistas, sexistas, racistas, etc.) como positiva (estimulación de sentimiento de universalidad, discursos centrados en la
humanidad, en la condición humana, en la posible evolución del ser humano, en la posible unidad, entendimiento y
cooperación entre los pueblos como meta, mucho más allá de la democracia, de la tolerancia o de la paz).
tales comportamientos son normales, frecuentes y admitidos. En consecuencia, generan
efectos sociales entre los cuales sólo algunos de los más evidentes (por ejemplo,
racismo, sexismo, clasismo, adicciones, depresiones, etc.) se tratan, desde sus
consecuencias, ni siquiera desde su causa socioeducativa, su proceso o sus capacidades
negativas activas.
2) La promoción de capacidades y valores formativos, como el respeto, la diversidad, la
generosidad, la convergencia, la cooperación y la ayuda al otro, la creatividad, la crítica
con sentido, la cortesía en la carretera, lo que favorece o puede contribuir a la posible
evolución humana, etc. Tales pretensiones podrían ofrecer pautas, reflexiones o
modelos alternativos capaces de enriquecer los repertorios de esquemas de
conocimiento constructivos, en nombre del ser humano y de su educación, no de una
bebida, de un jabón o de un ismo, que se vendan o convenzan [por una especie de
condicionamiento clásico o pavloviano] por la apropiación o identificación con un
comportamiento aceptado por todos, o recurso manipulador que en otro lugar
denominamos “parcialización de lo esencial” (A. de la Herrán, 1998, p. 130). ¿Por qué
no se arranca de una vez en el sentido de un proceso perfectivo hacia delante y hacia
arriba? La causa fundamental puede ser de índole motivacional (A.H. Maslow, 2001).
Una forma particular de colaborar con otras instituciones y poderes fácticos que sirvan al
interés común es intentando evitar inducciones a efectos o reacciones contrarias. Llamaremos
a este efecto error básico de los medios de comunicación. Es el caso de aquellas informaciones
cuyo efecto reforzante incrementa la conducta indeseable de los receptores. En efecto, los
medios y en especial la TV pueden ayudar a idear (trazar rutas neurológicas), posibilitar o
amplificar vía expectativa (condicionamiento predictivo) procesos sociales indeseables, lo que
puede producir un efecto normalizador de lo negativo. Desde el punto de vista del aprendizaje,
la aportación que criticamos actúa como un andamiaje hacia la normalización (social)
sostenido por la expectativa que queda avivada por la nueva idea o relación de ideas que se
proporciona al televidente. Las consecuencias serán peores si la identificación con la
información es mayor, si el pensamiento del contemplador es débil, inmaduro y no autocrítico,
y si la comunicación del medio es mejor. La consecuencia es un aprendizaje significativo
negativo (A. de la Herrán, e I. González, 2002, pp. 282-284).
Puede darse deterioro del receptor con o sin apercepción del emisor. Si hay conciencia, se
estaría manipulando. Si no la hay, proponemos que este hecho, que se encuentra en la mente y
en las quejas de tantos lectores, oyentes y telespectadores, se reflexione más y en consecuencia
se cambie. Por ejemplo, con la Justicia los medios suelen colaborar intentando aportar la ayuda
básica, esto es, informando, disuadiendo de delinquir y contribuyendo expresamente a su
cumplimiento, en el mismo sentido que la justicia, más allá de cualquier género de
cualificación. O sea, intentando evitar el error básico, como complicidad involuntaria con la
tendencia a lo destructivo o a lo negativo.
Con frecuencia se incurre en esta falla. Con poca frecuencia se aporta la ayuda básica, e incluso
en algunos casos se hacen las dos cosas a la vez. Un par de ejemplos de este tercer caso, más
infrecuente:
- El llamado caso del asesino de la baraja. Un programa de TV, “Todo Madrid”, emitido el
31 de marzo de 2003, contribuyó eficazmente a la captura de este homicida en serie
siguiendo un plan trazado por la policía y un psiquiatra especialista, consiguiendo
intimidarlo, poniéndole trampas, etc. que contribuyeron a su desenmascaramiento, que en
este caso le llevó a entregarse. Esta fue la contribución básica. El error básico se dio
cuando los medios de comunicación crearon al asesino de la baraja, ya que fueron ellos
quienes dieron la idea y bautizaron así a este criminal, al asociar a la primera víctima con
un naipe tirado en el suelo. De este modo, indirectamente, le alimentaron su ego y le
motivaron a seguir buscando víctimas, mediante la comunicación de la expectativa sobre
quién será el siguiente naipe. ¿Por qué se actúa así? ¿Qué sobra y qué falta para actuar
desde la preeminencia de la ayuda básica? Desde mi punto de vista se actúa correctamente
cuando se incrementa la conciencia (órgano psíquico del darse cuenta), se ven las cosas y
después esta percepción se vincula a la profesionalidad. Y no se actúa profesionalmente en
este sentido cuando, por mor de una cierta miopía, desborda el inmediatismo, el
egocentrismo y la ignorancia, como consecuencia de una formación escasa.
- El caso de los menores acosadores con TIC. El miércoles, día 7 de diciembre de 2005, en
el recién estrenado Canal 4, el destacado periodista Iñaki Gabilondo comentaba una noticia
sobre un grupo de adolescentes que acosaban a otros. La noticia contenía además una
novedad relativa: los violentos grababan en sus teléfonos móviles las palizas y los lamentos
de las víctimas. Al finalizar la presentación, el periodista llegó a decir, literalmente, que
“esperemos que esta práctica no se convirtiera en una moda”. ¿Ese comentario no puede
ser contraproducente?
Otro ejemplo de error básico suele estar ligado al terrorismo. Deducíamos en un artículo en
memoria de Francisco Tomás y Valiente (A. de la Herrán, 1995) que cada acción terrorista
tenía dos objetivos: el acto sanguinario, y su publicidad, con lo que el terrorista siempre
conseguía pleno, aun cuando “sólo” produjera daños materiales, arruinando o dejando en el
paro a padres y familias enteras. Porque, en todos los casos, los medios se encargaban de
potenciar o amplificar la segunda de las pretensiones, sin duda sustantiva para la pervivencia
de una violencia futura de naturaleza mafiosa3. De esta forma y aunque nos doliera, podríamos
entendernos como copartícipes de un sistema terrorista de naturaleza pentaédrica, cuyos
vértices son: la motivación (odio), la técnica (creatividad aplicada), la chispa (acto de terror), la
mecha (medios de comunicación), la materia inflamable (expectación, atención prestada y eco
social). Proponíamos -y seguiremos haciéndolo- un consenso necesario entre los medios de
comunicación, orientado a minimizar la repercusión social de las acciones terroristas, para
dejar de tomar una parte tan activa e importante del sistema. Porque mucho más importante
que la satisfacción de obligaciones informativo-compulsivas es que los criterios de actuación
3
Una aclaración diferenciadora: Hay pueblos que están objetivamente oprimidos, desde los que se suelen
desarrollar acciones mal calificadas como terroristas: La clase más digna es la de aquellos que, con muy pocos
medios, desarrollan su causa llevando el diálogo hasta sus últimas consecuencias y minimizan la violencia.
Ejemplo: el pueblo saharaui. Otros desarrollan su causa dialogando y utilizando las armas ante la injusticia.
Ejemplo: el pueblo español invadido por Francia, el pueblo palestino o el pueblo iraquí. Finalmente, los hay que
están hiperbólicamente oprimidos y que, desde una motivación diferente, optan por el refinamiento y la vía de la
extorsión con impuestos mal llamados revolucionarios, asesinatos esporádicos y a traición a quienes no se lo
esperan porque no pueden imaginarse enemigo de nadie. Esta tercera vía no es defendible, en contra de las otras
dos, que son comprensibles y perviven en el contexto de la injusticia y muy frecuentemente de la impunidad
internacional. Éstos –o sus capos- dejaron hace mucho tiempo de levantarse a las 6.30 de la mañana para trabajar.
Pues bien, sólo nos referimos a ellos.
de los medios sean conscientes, flexibles, adaptables y, sobre todo, converjan con la evolución
humana. De otro modo, sólo contribuirán a reforzar la patología de aquellos para los que es
más importante destruir humanidad en nombre de un pedazo de suelo, que reflexionar sobre su
profunda naturaleza universal. En síntesis:
Existe una interrelación dialéctica entre los acontecimientos y las noticias. Éstas son un reflejo de aquéllos, pero a la vez
estimulan el comportamiento violento del ser humano, en la medida en que vienen a constituirse en la información que él
recibe de manera privilegiada. Esto, por las razones neuropsicológicas ya mencionadas [...] es mucho más profundo y
perjudicial en el caso de los niños (A. Jiménez Barros, 1999, pp. 26, 27).
Uno puede llegar a pensar si es torpeza o destructividad (más o menos inconsciente) lo que
mueve a la TV y otros medios a no desidentificar información de efecto adverso o reacción
contraria. Para este tema, propondría tener en cuenta la Teoría del virus, que adaptamos de D.
Sperber. Vendría a decir que los virus no se pueden replicar solos, necesitan colonizar bacterias
u otras células a las que infectar. Así, las ideas más fecundas y creativas infectarían con mayor
éxito, utilizando las mentes individuales y colectivas como mecanismo de propagación, léase
popularidad de la idea. Lo que nosotros proponemos es aplicar la hipótesis de D. Sperberg
también a las malas ideas. Esta reflexión nos debe hacer pensar dos veces o más en cómo
comunicar las informaciones, hasta llegar a la ética. ¿O acaso no es la ética el resultado de
haber pensado bien?
Tercer reto: La violencia favorecida por los medios de comunicación
Desde esta alternativa podría intentarse (¡qué menos!) salir de este mare magnum consumista y
uniforme, sustituyéndolo por un océano de estímulos formativos y accesibles, en cuyo seno la
maduración interior pueda ser un fenómeno más probable. De aquí que la presencia de padres y
madres, y pedagogos, psicólogos y expertos de la orientación y la didáctica, dentro de los
medios de comunicación social, pueda ser conveniente, siempre y cuando desarrollen un
trabajo emancipador y evolucionista. Porque se dan casos representativos como el del
“Convenio sobre Principios para la Autorregulación de las Cadenas de Televisión en Relación
con Determinados Contenidos de su Programación Referidos a la Protección de la Infancia y la
Juventud”, firmado por el M.E.C., las Consejerías de Educación de las Comunidades
Autónomas y las Cadenas de Televisión, y otros intentos avalados por comités de sabios que se
cumple en una escasa medida, decimos nosotros que por inmadurez mediática o falta de
autoeducación de los medios, que tanto da.
Desde un punto de vista mediático, ego es apego. Y el apego o dependencia aplicada también
se vincula a la motivación del criterio audiencia (cuantitativo), un referente lamentable,
irrespetuoso, manipulador y pseudodemocrático por definición, que evita el acceso a la
profundidad intelectual y humana. Y este sesgo es, posiblemente, una de las explicaciones de la
excesiva presencia de violencia televisiva y de prensa. Es preciso que, desde los mismos
medios se luche con el fin de que otro criterio formativo (cualitativo) lo desplace y lo relegue
para siempre. Esta reflexión es extensible a los noticieros y a la publicidad. En efecto, según A.
Jiménez Barros (1999), las noticias4, por ejemplo, deberían ser un reflejo de lo que sucede en
el mundo, pero no lo son.
Los acontecimientos violentos cotidianos en el planeta son, con absoluta seguridad, inferiores en número y menores en
intensidad, que lo que proporcionalmente muestra la prensa, más aún si comparados con el total de eventos “noticiables”
que acontecen todos los días, en los diversos campos de la actividad humana. (No es el caso de entrar a analizar la
preferencia, casi morbosa, de muchos medios de comunicación por las noticias violentas, ni las razones, en la mayoría de los
casos de orden financiero, que están detrás de ello (pp. 26, 27).
A la luz de la teoría de la motivación de A.H. maslow (2001) podríamos deducir que es posible
y necesario otro enfoque de los contenidos noticiables:
4
Por aludir a la clase de programas que debieran ser más rigurosos.
Esta situación desalentadora puede entenderse en efecto en términos de la teoría de la motivación. ¿Cómo? Es como si los
periodistas y los editores de las noticias dominantes de los medios de comunicación estuvieran motivados actualmente sólo
por las necesidades de carencia y nunca por las necesidades de crecimiento. Es como si entendieran que sólo son dignos de
noticia el dolor y nunca el placer, la felicidad o la alegría, las malas personas y nunca las buenas.
Para crear una sociedad mejor, hay que cambiar esta situación (p. 259).
Una reforma educativa interna de los medios de comunicación social debería ocuparse, de
modo exquisito, del problema de la manipulación a través del lenguaje. "Debemos abordar sin
dilación esta tarea, pues todo el esfuerzo educativo de años puede ser anulado con un golpe de
mano por una persona o un grupo social que conozca de cerca los recursos estratégicos del
lenguaje", afirma A. López Quintás (1991, p. 25). Desde el punto de vista del lenguaje y el
contenido, en general, puede decirse que los medios de comunicación de masas manipulan o
permiten el acto permanente de la manipulación, y que, entonces, la sociedad está manipulada
por sí misma. Por tanto, se puede (debe) intervenir atajándolo antes de publicarse, por ejemplo,
mediante asesorías pedagógicas adecuadas y vinculantes in situ, cuya presencia será más
necesaria en la medida que la comunicación sea más interactiva. Se manipula, porque lo que se
hace es: "ejercer dominio sobre una persona que ha sido reducida de propósito a mero objeto"
(A. López Quintás, 1993, p. 28):
Manipular es tratar a una persona o a un grupo de personas como si fueran meros objetos, medios para los propios fines. El
manipulador quiere vencer sin tomarse la molestia de convencer, ofreciendo razones. Para tornar manejables a las personas,
se las hace pensar, sentir y querer de la forma que conviene a los propios intereses. La persona manipulada pierde toda
libertad interior, pero no se apercibe de ello, antes se cree más liberada que nunca (A. López Quintás, 1993, p. 734).
De esta manera la publicidad, incitante y vana, retorcida y estéril (la publicidad, la nostalgia de absoluto y todo el mundo de
sugestiones), se erige como uno de los elementos principales de innúmeras ramificaciones en la creación de estímulos sin sentido,
de espejismos dorados, que a la larga le van a reportar al hombre su –ya nada despreciable- sentido de la incompletividad y le
van a seguir permitiendo enfrentarse con su verdadero destino –la muerte- en un estado de continua perplejidad y de
inconsciente coraje (pp. 165,166).
El control del lenguaje es muy importante, pero la fuente es un exceso de egocentrismo de los
medios, que representa un ámbito mucho más amplio. Incluso es posible que el sistema esté
egotizado (identificado con alguna parcialidad), haya perdido la capacidad de distanciamiento
y autoanálisis comparativo y, por tanto, se haya escorado sin apercibirse claramente de ello. En
ese caso, su lenguaje dual no se considerará manipulador, sino acorde al sistema cuya
producción quizá cubra vacíos generado por su propia sesgadura, aunque objetivamente sí
pueda percibirse como dual, si se contemplara desde coordenadas dialécticas más amplias. Por
ejemplo, los demócratas tienden a mantener que las arengas de la Alemania nazi eran
intensamente manipuladoras. Pero ¿quién dirá que apoyar a España o al Barcelona en un
partido de fútbol contra equipos extranjeros no lo es? ¿Y quién objetará que sea un contenido
informativo más relevante la presencia de un astronauta español y sus expresiones de contento,
que los objetivos y objetos de investigación de una misión espacial? ¿Debe aceptarse como “lo
normal” que cualquier anuncio de TV genera más atención que el trabajo de casi cualquier
premio Nobel, excepción hecha de los premiados que puedan pertenecer a nuestro mismo
“terrenito” continental, nacional, autonómico, local...? ¿Qué estamos haciendo? Y es que la
parcialidad y la simpleza narcisista lo impregnan casi todo, lo que hace que sus esquemas sean
normales y esperados por la mentalidad identificada. ¡Pero la educación, desde la escuela o
desde los medios, si de verdad pretende formar [algo que J. Krishnamurti, 1983 ponía en
duda], ha de ver más y pretender superarlo! Evidentemente, los ismos, comportan adherencias
y sesgos nacidos del ego humano, y obedece a un síndrome normal común (A. de la Herrán,
1997). El ismo de lo nacional o de lo sexual o de la clase social o del color de la piel, etc. son
flores de miseria del tronco matriz de la inmadurez generalizada de la humanidad, que es
principal reto educativo que tenemos y somos, con o sin medios, pero indispensablemente
desde ellos.
Parte de la función didáctica que en otro tiempo tuvieron las fábulas y las parábolas, hoy quizá
haya sido retomada por algunos chistes. Nada mejor que comenzar con uno de los buenos, de
mano y corazón de Périch (1991): Uno pregunta: "¿Qué es el nacionalismo?". Responde el
gato: "El triunfo de la geografía sobre la razón..."5 (p. 31). Este peculiar triunfo geodésico se da
en la mayoría de los cerebros humanos y en la casi totalidad de la superficie sólida de la Tierra.
Sólo un lugar se libra, provisionalmente, de esta obsesiva atención: la región polar norte del
océano Glacial Ártico, que quizá por ello sea la mayor reserva de dulzura del planeta6. Dulzura
flotante a cambio de la cual el ser humano sólo devuelve un calor que la deshace y dosis
incontroladas de contaminación7.
Partimos de la tesis de que los nacionalismos, sean secesionistas o centralistas, son expresiones
de etnocentrismo entre los que apenas existen diferencias formales. A ambos nos referiremos,
pues, sin matizarlos más en adelante. Al nacionalismo lo hemos considerado una forma de
“pasado del presente”. Desde un punto de vista educativo o pedagógico no podemos
pretenderlo como anhelo. Para la mayoría de las personas, el nacionalismo y su avidez
asociada son inocuos. Pero, ¡coincidencias!, en la antigua China existía una expresión que
merece una reflexión inicial: Bu chu hu siyu [literalmente, “no salirse de las cuatro regiones
(fronterizas)”]. Se utilizaba para señalar que los conocimientos de alguien eran muy limitados
(I. Preciado, 1996, p. 357, nota; Zhuang zi, 1996, p. 74). Pese a su diafanidad, es preciso
trascender la didáctica de los saberes populares y de la historieta, para llegar a la historia, y
desde ella, a su concreción en el momento presente.
Pero antes, una consideración filogenética. Para muchas especies, el olor es la clave de la
convivencia y de la identidad comunitaria. Que se sepa, desde las colonias de abejas, hormigas
o focas a los clanes de hienas y leones, los animales suelen articular su filiación territorial
principalmente sobre este sentido. Es una solución biológica eficaz. Cuando, en el curso de la
evolución, la nariz animal fue sustituida por la inteligencia humana, llegaron las mil y una
versiones de aquella racionalización proxémica, en formas diversas: etnias, tribus, colectivos,
filosofías, religiones, ciencias, paradigmas, artes, conquistas, pugnas, naciones, ismos en
general, etc. Entonces, en lugar de extender su territorio animado por un sentido, se orientó por
su ego, hasta verificarse, en palabras de P. Teilhard de Chardin (1967c), que “en ninguna
época un ser superior ha ocupado jamás la Tierra tan extensivamente como el hombre” (p. 82).
En efecto, observando el árbol genealógico del nacionalismo, se contempla cómo éste se
entronca en la lejanía con la “proxemia” (E.T. Hall, 1966), entendida como espacio físico
5
Entre las innumerables variedades de nacionalismos pudiéramos considerar los surrealistas que reflejarían sucesos y
aspiraciones asimilables a cualquier historieta de tebeo o cómic. Uno de estos casos fue el contencioso del Islote Perejil entre
España y Marruecos (julio, 2002), que podría quedar como paradigma o ejemplo difícil de superar.
6 En la otra parte del mundo, el protocolo de protección de la Antártida (Madrid, 1991) garantiza sobre el papel 50 años de
respeto que, muchas de las estaciones nacionales que allí están incumplen, y algunas gravemente.
7 Según el informe GEO-2000, de UNEP (programa medioambiental de la ONU), la contaminación en forma de isótopos
radiactivos, fundamentalmente debida a las pruebas nucleares, es considerable en su fondo marino.
necesario para vivir. Y se deduce que podría ser el hijo legítimo de las demarcaciones
territoriales olfativas que siempre han elaborado los seres vivos, desde la selva a la estepa, y
que después se racionalizaron filogenéticamente. Sintetizando y parafraseando a Périch,
podríamos conceptuar al nacionalismo como el triunfo evolutivo del olfato sobre la razón. Uno
de los frutos de este impulso extensivo, entre zoico e infantil, que siempre se da mejor en
terrenos de cultivo abonados por el desequilibrio y la inmadurez personal y colectiva, han sido
sin duda los conflictos duales, y en particular las guerras, que en el siglo XX han llegado a su
apogeo. A este XX podríamos denominarlo el siglo de las guerras, porque en apenas 90 años y
por causas bélico-territoriales ha albergado más muertes que en toda la historia anterior de la
humanidad. Y además, lo ha hecho con un número creciente de muertes de civiles, hasta
alcanzar el actual 90% del número total de víctimas. Es llamativo que una gran parte de los
conflictos bélicos estén protagonizados o inducidos por los mismos países. Deducimos de esto
que existen tradiciones belicosas, arquetipos de ego conservados y promovidos, o, en
definitiva, problemas educativos severos de esta naturaleza, quizá desapercibidos en aquellos
sistemas, por su misma sintomatología, en la que no cabe fácilmente el desarrollo de la
ecuación teilhardiana “Síntesis = Centración = Interiorización” (en J. de Sahagún Lucas
Hernández, 1996, p. 28). O, quizá, simplemente, los intereses económicos o los deseos de
poder son suficientes para justificar o incluso crear conflictos a la medida de las necesidades
coyunturales, incluso concretamente ligadas al mercado de las armas. Se colige que es preciso
atender, sobre todo en los entornos de los países poderosos y agresivos, la formación pacifista
de los individuos, para intentar limpiar, en dos o tres generaciones, tanta motivación para el
conflicto. P. Bovet (1922) lo prescribía así8, admitiendo que la agresividad forma parte de la
naturaleza humana: “hay que formar la [educación pacifista] de los gobernantes, y en los
individuos, destruir las tradiciones belicosas, que proceden de la tradición y de cuadros de
guerra sin correspondencia con la realidad” (p. 350).
Y así, tras generaciones de eslabones perdidos de nosotros mismos, nos hemos encontrado con
excepciones, como P. Freire (1996), quien, a propósito de la intervención ética del ser humano
en el mundo, nos recuerda que:
Hasta hoy en la historia, jamás se supo que los leones africanos, por ejemplo, arrojaran bombas mortíferas en ciudades de
leones asiáticos. Hasta ahora, nada se supo en las investigaciones históricas de la existencia de algún león de África que
matara cobardemente. Sólo el ser humano es capaz de pedir condolencias. La transgresión ética sólo es hecha por el ser con
la capacidad ética.
Pero no hemos de desanimarnos: aún podemos aprender mucho de los animales, que, además
de ser unos grandes maestros en el arte del morir (V.J. Wukmir), también lo son en la
prevención de conflictos. En el caso de los animales de la misma especie, los espacios se
conservan por tres motivos vitales: comida, procreación y territorio. Entre ellos es mucho más
frecuente la paz y la convivencia que la muerte y la aniquilación. Cuando parece que no hay
más remedio, el animal que defiende un territorio tiende a desarrollar mecanismos y
comportamientos destinados a la disuasión. En consecuencia, si en algo se nota que la más
antigua raíz de nuestra vida emocional radica en el lóbulo olfativo, que a su vez desempeña
una función condicionante en los diseños de la arquitectura neurológica, podemos decir que
todavía nos queda una esperanza fundada científicamente: aprender de los animales con el
córtex, si es que antes no los aniquilamos a todos desde nuestro destructivo animalismo.
Por nacionalismo se pueden entender tres identificaciones muy parecidas: la inclinación de los
naturales de una nación a ella y a cuanto le pertenece, la exaltación, en todos los órdenes, del
8 Según la conclusión de una serie de capítulos correspondientes a un curso de psicología moral profesado en el Instituto J.J.
Rousseau, de Ginebra –del que P. Bovet fue director-, durante el invierno de 1915-1916, en plena reposición tras el estupor
causado por la primera gran guerra.
carácter nacional y la aspiración o tendencia de un pueblo o raza a constituirse en estado
autónomo. Sea cual sea la clase de adherencia, el nacionalismo consiste en señalar, enfatizar,
exaltar o hacer valer por medios más o menos violentos –dependiendo del grado- las
diferencias, y en estructurar sobre esa separatividad (como diría C. Vela de Almazán), toda
una estructura de razones de egotización y autosuficiencia crecientes. En todo caso, desde un
referente fundamental, el nacionalismo se asienta, no sólo terminológicamente, sobre el
concepto que de nación se tenga. Posiblemente, sea relevante considerar la fragilidad histórica
de este concepto experimental. En este sentido, el político estadounidense S. Talbot ha
señalado que: “En el próximo siglo, el concepto de nación, tal y como actualmente se conoce,
quedará obsoleto. Todos los Estados reconocerán una autoridad única y global”. En otra línea
menos “globalizadora” y más concreta, se orientan unas declaraciones del escritor M. Vargas
Llosa, a D. Massot, a propósito de la entrega en Francfort del premio de la Paz por los libreros
alemanes. Decía de los nacionalismos:
Acabar con ellos es el reto más arduo con el que se ha de encarar la cultura democrática. Lo que el nacionalismo puede
producir es la tragedia, en Bosnia lo hemos visto. Esto debería servir de ejemplo a las mentes más lúcidas, para que se den
cuenta del peligro. [...]
Y añadía:
Todos ellos [los nacionalismos], en el fondo, van a lo mismo, tienden a separar. Se trata de un racionalismo xenofóbico, que
siempre resulta una fuente de violencia. El caso de Bosnia es una importante lección a aprender.
¡Pues, entonces, intentemos aprender! En “La amenaza separatista”, comentaba M. Platón que
la naturaleza del nacionalismo le lleva a adoptar facetas de movimiento social, agresividad y
un cierto aire de pasado. Nosotros añadimos que a ningún nacionalismo acompaña alternativa
alguna, centrada en algo que no trascienda sus límites egóticos. Cada vez más personas piensan
y experimentan que ya ha pasado suficiente tiempo. Teniendo en cuenta que el origen de los
nacionalismos data del siglo XVI y su plenitud en el XVIII9, ¿no es momento de aspirar a algo
menos elemental y más útil al proyecto humano que la dialéctica entre nacionalismos
centrípetos y centrífugos? No se trata de criticar para defenderse o enfrentarse, sino de
flexibilizar y trascender lo que ya nos sabe a poco, porque pretendemos razonar desde nosotros
mismos, gracias a Kant. Hemos dicho razonar, que es finalmente concluir por ahora, y toda
conclusión es una forma de síntesis, o sea, de aprendizaje creativo y lógicamente capaz. A su
vez, las síntesis pueden ser falsas o sesgadas (duales), o bien ser dialécticas o uno-ternarias. En
este caso, proporcionan conciencia sobre los componentes duales en juego y su vínculo.
Aplicando lo anterior, se trataría de determinar un punto de encuentro no contradictorio entre
la dualidad nacionalismo-no-nacionalismo. Y un ámbito de solución podría encontrarse en la
misma forma, estilo o intensidad de apego, en la medida en que éste no se transforme en fuente
de actitudes extremas o destructivas. Nos parece oportuno traer a colación la reflexión
pronunciada por M. Sanz, presidente de Comunidad Foral de Navarra, que, en una conferencia
en el "Club Siglo XXI" el 11 de mayo de 1998, decía: "Los nacionalismos son legítimos, pero
no obligatorios". Dicho de otro modo: “La superación de los nacionalismos no tiene por qué
poner en entredicho el apego natural de todo ser humano por su territorio de origen, por su
lengua, por su cultura propia” (J.L. García Garrido, 1997, p. 61). En el mismo sentido se ha
venido pronunciando hace años la personalidad rebelde y tierna de Juan Goitisolo, al exponer
algo que para muchos es profundo: que es posible ser vasco o catalán o gallego, sin ser
nacionalistas10. El escritor propone el concepto de ciudadanía (no nacionalista) como
propuesta más compleja sobre la que enhebrar una pauta de solución. Algo parecido es lo que
Educar para la paz es educar en la internacionalización, la tolerancia y el reconocimiento en la diversidad. Conviene, por
tanto, evitar a toda costa que los nacionalismos, hoy en auge, conviertan en causa de enfrentamientos sin fin. Sólo es lícito el
concepto de nación capaz de articularse coherentemente con la actitud de apertura y respeto a los otros. Las identidades
culturales sólo son válidas y positivas si constituyen una fuente de seguridad que no se base en la exclusión sistemática de
otras culturas (p. 132).
Ideas como éstas, básicas pero saludablemente orientadas, son las que, a nuestro juicio, podrían
conformar una buena almohadilla para las actitudes del siglo de la educación que podría ser el
XXI. Con todo, para nosotros, el internacionalismo es una fase necesaria, pero insuficiente.
Por encima de que los nacionalismos puedan ser un derecho legítimo pero no obligatorio11, ni
una elección necesariamente unida al lugar de nacimiento, se trata de un contenido cuyo
condicionamiento egótico es preciso pretender superar por la educación y el análisis personal
insesgado. Y quizá la justificación más poderosa para aspirar a tal motivación sea el puro
sentido común, unido a la conciencia compartida de evolución que, si queremos y cultivamos
durante el tiempo suficiente, podrá ser irreversiblemente adquirida. Porque no se trata de dónde
se parte, de la anécdota de la circunstancia personal, sino de lo que profundamente se vive y se
pretende. Decía el maestro P. Freire: “Cuanto más enraizado estoy en mi localidad, tantas más
posibilidades tengo de explayarme, de sentirme ciudadano del mundo” (en M.J. Vitón de
Antonio, 1998, p. 64). Esto es muy importante. A este futuro de síntesis superadora,
necesariamente más completa, es conveniente que se dirijan las nuevas mentalidades, las
nuevas generaciones y las finalidades educativas desde premisas y proyectos favorecedores del
descubrimiento autónomo de la condición de no-parcialidad esencial, gracias a un respeto
educativo creciente, cuya motivación sea la libertad individual y el deseo de una mayor
responsabilidad, como consecuencias de una mayor complejidad de conciencia y un ego
aminorado.
a) Misión espacial (I parte): Salida del “Voyager II” de la Vía Láctea. La sonda espacial
"Voyager II" había realizado durante doce años importantes descubrimientos. Entre ellos,
nuevas lunas y anillos de algunos planetas del sistema solar. Antes de perderse
definitivamente en la Vía Láctea, mientras transmitía una documentación excepcional
sobre Neptuno y Tritón, se daba esta noticia en el correspondiente resumen de titulares del
telediario del día: "España ha realizado el seguimiento de ocho horas de la nave 'Viajero II
[...]". Prácticamente, no decía más.
b) Misión espacial (II parte): Vuelo del Discovery. ¿Cuál es la misión del “Discovery”? ¿Qué
experiencias, descubrimientos, hipótesis de investigaciones se pretendieron desarrollar?
11 Las opciones peores en formato obligatorio han sido frecuentes en la historia. Digamos, además, para contrarrestar
ésta, que: “La visión fragmentaria de la realidad no es sólo un obstáculo para la comprensión de la mente, sino también un
aspecto característico de la enfermedad mental” (F. Capra, 1996, p. 433).
¿Las conoce alguien? Lo que casi todos acabamos por enterarnos, porque se repitió hasta el
empalagamiento, es que “un español”, Pedro Duque, viajó en la nave. En segundo lugar, se
supo que su tío, quizá portavoz de la familia, estaba satisfecho y feliz, porque pudo
reencontrarse con Pedro, el español volador, capaz de enardecer y acicatear a los pequeños
complejos de comparación nacionalista. Después de todo, la selección española de fútbol
no hizo un gran papel en el último Mundial.
c) El gran huracán “Mitch” de 1998. Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala... Miles y
miles de muertos. Millones de personas sin hogar. Canales abiertos para la ayuda
internacional. Impresión y tristeza generalizados. Una y otra vez, la noticia desarrollada por
televisión y en prensa era que “España es el país más solidario”, “Los pueblos de El
Salvador y Honduras están muy agradecidos, sorprendidos por la generosidad del pueblo
español”, etc. En algún reportaje, se llegaba a preguntar a los afortunados lugareños,
mientras literalmente lloraban y recogían sus pertenencias de los escombros, cosas como:
“¿Qué opina usted de la actitud del pueblo español?”. Es obvio que, ante tragedias como
aquélla, esta política (o espontaneidad) mediática fue útil para incrementar la cantidad de
aportaciones (objetivo material). Pero eso, aunque fuera bueno para los países receptores,
que es lo prioritario, es deformativo para quienes proporcionan la ayuda. ¿Es tan complejo
el diseño de comunicaciones informativas que formen conciencias sin incrementar egos?
¿Cómo se pueden dedicar tantos o más minutos al autobombo españolizante como a la
información sobre la tragedia misma? ¿Y qué motiva profundamente este comportamiento
egocéntrico? Una causa remota es que en las facultades de Ciencias de la Información
(tampoco en las de Educación, Psicología, Sociología, Ciencias Políticas, etc.) no se
estudie o se reflexione sobre el ego humano. En consecuencia, es infrecuente el desarrollo
de planteamientos desde la virtud (entiéndase en este contexto generosidad, inteligencia o
cordura), porque lo normal es hacerlo desde el sistema de pertenencia. Quizá por lo
antedicho, el centro de gravedad emocional (que no informativo) se sitúa más en el recibir
que en dar, en la necesidad de reconocimiento que en la ayuda sana, madura o altruista.
Además, es significativo recordar que, según datos del P. Silva, antes del Mitch, sólo en
Honduras morían 1000 niños al día. ¿Y hoy?
d) El genocidio serbio-kosovar y el éxodo: Significativamente menores, aunque
proporcionalmente análogas, han sido las autorreferencias relativas a la ayuda española
(esta vez, contemplada desde algunas comunidades autónomas y ciudades receptoras, desde
abril de 1999) a los ciudadanos kosovares, quizá por no tratarse de un país tradicionalmente
hermano (menor) con el que poder establecer una clara relación de superioridad, como era
el caso de los estados centroamericanos que sufrieron el huracán devastador. Esta
elaboración etnocéntrica no es distinta de la que impedía al gobierno español autocriticar y
rectificar la rígida, por interesada, actitud otanounidense y sus destructivas acciones en
territorio yugoslavo, que insultaron e insultan los esfuerzos de quienes, durante siglos,
enfatizaron en la educación para fuerza de la razón, más allá del primitivo recurso de la ley
del más alto y el más fuerte, tanto más avergonzante cuanto más desigual sea. Y es que,
cosas como éstas demuestran que algunos seres humanos, por mucha renta per cápita que
tengamos, seguimos siendo cavernícolas o inmaduros que escriben en ordenadores y hablan
por móviles. ¡Aunque a su amparo se hayan aprobado convenios internacionales o leyes
orgánicas que parecen luchar por todo lo contrario!
e) Españolismo deportivo. Como suponemos que ocurre en otros países, casos de
españolísimos hasta el empalago, como “Juanito” Muehlegg, vencedor en Salt Lake City de
carreras de esquí de fondo en febrero de 2002, u otros casos de “nacionalizados”, como
Martín López Zubero, Sandra Myers, Niurka Montalvo, etc., cuyas españolidades se
utilizan para reforzar el nacionalismo receptor.
Un segundo ejemplo: El occidentalismo como ejemplo de internacionalismo. Nos sirve para
ejemplificarlo la consideración de las diferentes clases de muertes de la “guerra” de
Afganistán. Con respecto a este acontecimiento salvaje, motivado por la venganza ciega y
desarrollado al margen del Derecho Internacional, como otras conocidas y menos conocidas
que se siguen sucediendo, nos centraremos a mes y medio de la caída de las “Twin Towers” de
New York. Por aquellos 22 y 23 de octubre de 2001, el mundo pudo contemplar el primer
entierro de una víctima estadounidense. En las imágenes se veía al hijo de este sargento del
ejército estadounidense, correteando ante la cámara por el cementerio, y la entrega de una
bandera plegada a la viuda. La lupa mediática destacó el dolor resignado por la pérdida de
aquella vida. Al otro lado del mundo, el mismo día 23, a través de un oficial de Defensa, no se
tenía más remedio que reconocer que “errores colaterales” del ejército estadounidense habían
destruido bastantes vidas en una residencia de ancianos cercana a Herat y en un hospital de la
misma ciudad. Y es que el día anterior, era el Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, quien
negaba esa “acusación talibán”. Además, la propia ONU denunciaba la utilización de bombas
de racimo, de altísimo poder destructivo, que asolaron aldeas afganas llevándose a todos por
delante. Esto no es nada, en comparación con las destrucciones y asesinatos masivos,
indiscriminados y legales que ocurrirían durante los meses siguientes con otras bombas, con
otros horrores, tanto en Afganistán como en Iraq.
Analicemos la cuestión sobre el ejemplo anterior. Desde el punto de vista del espectador, por la
acción de los medios, todo apunta a que estamos ante dos clases de muertes (o ¿vidas?). Por un
lado, la del militar estadounidense pareciera individualmente significativa. Por otro, las de los
niños, mujeres, hombres y ancianos afganos diríase que son colectivamente irrelevantes (o, con
seguridad, menos relevantes o noticiables). Y nos preguntamos: humanamente, rigurosamente,
científicamente, jurídicamente, espiritualmente... ¿cabe un disparate mayor? Un equipo de
educadores ya investigamos hace poco tiempo el hecho de que para el niño de tres a seis años,
la muerte ajena tiene grados, y una de las razones es lo que llamábamos la “cercanía emocional
del objeto de apego”:
Es decir, no será igual que muera un indio que un vaquero, un tío que la mamá. Este criterio, de raíz natural, es ciertamente
corregido hacia la no-diferenciación en la madurez. Sin embargo, una vivencia egótica nacionalista o racista latente nos
puede hacer valorar de manera distinta la muerte de unos ciudadanos españoles que otros africanos o asiáticos o gitanos.
Demostramos, una vez más, la normalidad de las mil y una caras de los infantilismos adultos, cuyo origen (el ego humano)
parece invisible para la educación y la cultura convencionales (A. de la Herrán, I. González, M.J. Navarro, S. Bravo, y M.V.
Freire, 2000, pp. 87-88).
De esto deducimos que el fomento de clase en todo lo referente al ser humano, y en especial a
su vida-muerte, es un proceder que invita al conocimiento y a la ética. Otro breve ejemplo en
un sentido similar. 11 de junio de 2004. En el teletexto de TVE se puede leer: “En las últimas
24 horas, los soldados israelíes han asesinado a cinco palestinos de Cisjordania, entre ellos un
joven de 13 años en la ciudad de Naplusa, y otro de 22 en Belén”. Es curioso cómo un niño de
13 años se transforma para la agencia de información en “joven” cuando se le liga a una guerra
lejana, desarrollada por personas de otra cultura. Si este niño hubiese sido español y asesinado
por un agente de seguridad o de un ejército extranjero en España o en otro lugar, ¿se hablaría
de “joven” o de “niño de tan sólo 13 años”? Luego, para los medios, este proceder clasista, o es
ignorante o es inmoral. Pero no es de altura profesional. Hoy, cuando la norma es que los
medios induzcan subliminalmente a la valoración desigual de regiones, de vidas y de muertes,
cuando la norma es la ausencia de autocrítica, el interés de lo propio sobre todo, la mala
reflexión, el pensamiento descafeinado, la debilidad mental y ética, la manipulación tan
expandida y ladina que ni se percibe... Hoy, cuando la consecuencia de ello es la ausencia de
lucha cuando la situación es desigual, porque todo vale, hasta el cinismo, conviene volver a
actualizar tesis que podría suscribir un niño de 7 años o un revolucionario verdadero. Por
ejemplo, que: “vale, pero millones de veces más, la vida de un solo ser humano, que todas las
propiedades del hombre más rico de la Tierra” (Discurso del "Che" pronunciado el 19 de
agosto de 1960).
¿Qué puede estar pasando? La vida en general y los hechos en particular se pierden de vista, a
fuerza de distorsionar la realidad que queda tapada con una corteza de virtualidad mal
empleada. Y lo que es más importante: el valor de la vida y la validez de los hechos, o sea, la
capacidad de ambos para centrar la reflexión y disciplinar el pensamiento, dejan de importar,
porque dejan de existir... un poco... o más.
Esa falta de neutralidad o exceso de interés por el sesgo del ver sin estar nos parece que contribuye también a una creciente
insensibilidad escorada o, sencillamente, a una deformación de las convicciones y de la personalidad en su conjunto. El
antídoto que falta es un desarrollo de la conciencia con efecto reparador, restaurador (E. Lledó, 2002).
De ese modo se deforman algo los receptores (personas, instituciones, colectivos, naciones,
alianzas internacionales, etc.), que demandan más de lo mismo, motivados inconscientemente
por su misma carencia. La TV -y otros medios en menor medida-, tergiversa el reflejo de la
vida, y desde esa distorsión, influye en ella, no precisamente para centrarla. Muchos medios
públicos y privados colaboran, reproducen y mantienen viva y con salud a esta sinfonía
confusional, este sucedáneo de la realidad o este bucle compulsivo. Cualquiera diría que ésta
fuera su función básica. Ellos siguen informando, con cuidado de no comunicar claridad con
sus datos. La conciencia equivaldría a la capacidad de reconocimiento, de visión y de
autocrítica. Pero ése podría ser su antídoto, su fin. ¿Qué diría Kant de todo esto?
Sin ser expertos en el tema, cualquier telespectador, oyente o lector puede apercibirse de una
serie de técnicas nacionalistas de los medios de comunicación:
a) Atención preferente en cantidad y detalle sobre los temas entendidos como propios
(locales, autonómicos, nacionales, internacionales, etc.)
b) Deslizamientos del centro de gravedad informativo (referente de observación) hacia la
identificación más abundante o normal.
c) Descompensaciones de aspectos accesorios sobre los esenciales, en beneficio o función de
lo propio.
d) Signos evidentes de respuestas de complejo (de superioridad o inferioridad) nacionalista,
bien patentes desde el momento en que quedan definidos los objetos de la información
relacionados con el sistema egótico de referencia.
e) Tratamiento y expectativa diferencial (cambios de entonación, autorreferencias, más
tiempo dedicado, etc.) cuando el objeto (noticias, deportistas12, temas cercanos,
representaciones, personas, alusiones, etc.) se relaciona con el propio ámbito egótico.
f) Ausencia de autocrítica o de voluntad de rectificación en alguno de los aspectos anteriores.
Es normal que los medios de comunicación, desde su aparentemente escasa por mal enfocada
reflexividad fomenten mucho, entre otras miserias, aquello del pensar con el ombligo, en vez
de con el kilo y medio de materia gris que tenemos sobre los hombros, pese a su condición de
“complejo entre complejos” (E. Morin, 1988, p. 107). Tendrá que nacer otra generación de
medios y de profesionales más y más conscientes, más maduros y mejor formados y, por ende,
mejores formadores, útiles como instrumentos válidos de una verdadera reforma educativa
desde las instituciones y los poderes fácticos (A. de la Herrán, 1993,2003) que algunos
proponemos como necesaria y lógica.
12 Más intenso en los casos, cada vez más frecuentes, de jugadores o practicantes nacionalizados, que vienen a
alimentar, aunque es verdad que de otro modo, el mito del arrepentido o de la oveja que entra en el buen redil.
Sexto reto: Promover una Educación para la Universalidad
Acabada esta centuria con méritos para ser recordada como el siglo de la aniquilación de la
naturaleza, de la contaminación, de las drogas, de la desigualdad internacional, de la
demografía, de las guerras, de las caravanas de tristeza..., aunque también el de la ciencia y de
la infancia, podemos aspirar a una época mejor. Siempre es momento para esperar,
parafraseando al joven M.J. de Larra13, un nuevo siglo con una cara nueva. El XXI podría ser
el siglo de la educación, en su amplitud mayor, aunque quizá para ello debamos amplificar e
indagar mucho más la educación. Por ejemplo, es llamativo que, atravesando el marco de la
puerta del milenio, la educación todavía no ha reparado en la universalidad como un
excepcional campo educativo, legitimado no sólo por el derecho a la no-parcialidad, sino por el
imperativo de aspirar al desarrollo más pleno posible del ser humano de una forma concreta,
más allá de los intereses estrechos de los sistemas enanizantes como son en general los
sistemas educativos, quizá por su raíz nacionalista.
Como gran opción evolutiva, los medios deben ayudar a recorrer el vector formativo que
transcurre a lo largo de su definición, la crítica, la autocrítica, la alternativa y la transformación
social y educativa en torno a este sentido, este derecho desasistido por los sistemas educativos,
y esta liberación humana pendiente y adelantada a este tiempo, predominantemente parcial y
fragmentador, neoliberal y materialista. A la universalidad puede llegarse trascendiendo los
nacionalismos. ¿Por qué? Por un lado, porque parece lógico centrarse antes en aquello que la
frena y dificulta de un modo sustantivo, antes de pasar a las consideraciones sobre su
alternativa. Y, en esencia, lo que la impide es el ego humano, que por la misma razón podría
ser el epicentro de la Educación con mayúsculas o de una educación perenne. Porque, sin una
comprensión y superación del ego, no puede darse verdadera educación, ni integración, ni
desarrollo profundo de la persona, colectividades, instituciones o pueblos. Desde aquí,
discrepamos con E. Morin (2000) cuando se refiere a los grandes enemigos de la comprensión:
Los grandes enemigos de la comprensión son el egoísmo, el etnocentrismo y el sociocentrismo. Enseñar la comprensión
significa enseñar a no reducir al ser humano a una o varias de sus cualidades, que son múltiples y complejas. [...] Se puede
mejorar la comprensión mediante la apertura empática hacia los demás y la tolerancia hacia las ideas y formas diferentes,
mientras no atenten contra la dignidad humana. La verdadera comprensión exige establecer sociedades democráticas, fuera
de las cuales no cabe ni tolerancia ni libertad para salir del cierre etnocéntrico (p. 1534).
Porque esos enemigos a los que se refiere son expresiones, otras ramillas y epífitas del
verdadero reto o fuente común, el ego humano. Pero ni siquiera es un enemigo. Conceptuarlo
así invita a subrayar esquemas de ruptura esquizoide. Porque esa raíz somos nosotros mismos y
porque es paradójicamente necesaria para evolucionar desde ella misma, a partir de ella. Por
tanto, aplicando a lo que nos ocupa, podemos decir: ¿educación más allá de los
nacionalismos? ¡Desde luego y decididamente! Pero también más, mucho más profundamente:
la posible evolución14 humana, que podría considerarse como un jarrón o un recipiente al que
diariamente observamos, pero sólo desde fuera (como progreso, desarrollo, calidad de vida,
sociedad del bienestar, etc.), y cuya verdadera utilidad reside, como decía Lao tse, en su
oquedad, en su no-ser (la educación, la conciencia, la universalidad, el autoconocimiento,
etc.). Bienes que, aunque no se coticen tanto como los primeros, hacen bueno algo que ya
hemos dicho en otro sitio: que “muchas veces lo que la sociedad necesita para progresar no
coincide con lo que las personas y la propia sociedad requieren para evolucionar” (A. de la
Herrán, 1998). Si la cordura es, como mantenemos, la universalidad, podemos deducir que la
13 Decía este Hölderlin que cada siglo tiene su cara, como cada persona la suya.
14 Cuando se trate de evolución humana no lo haremos desde un punto de vista darwiniano (biológico y relativo al
pasado), sino teilhardiano (consciente y orientado al futuro).
razón no rige, que no ha regido nunca. Como ha subrayado la catedrática emérita M. García
García (1999), en la historia del ser humano han pesado más los instintos, que son zoicos,
aunque vengan condicionados por la inteligencia y la voluntad, y su propio bienestar.
Estamos con Kant, Herder, Condorcet, Eucken, Teilhard de Chardin, Morin... en que la
humanidad precisa un proyecto de unidad humana y apertura a la universalidad desde la
educación, entendida como medio para acceder al nivel de realidad más elevado de la
evolución humana, el más concreto, el más real, del que tan distantes estamos todavía. Y, con
la objetividad más exquisita, H.G. Wells decía que la verdadera nacionalidad de la persona es
la humana. En este conjunto quedan incluidos como subsidiarios los intolerantes y los
pacíficos, los obtusos y los inquisidores, los fragmentarios y los centralistas. El artificio o la
ilusión de identificación muchas veces radica en lo que desde el nacimiento nos hacen creer:
que somos nuestro nombre, que somos esto, que somos de aquí y que, por tanto, no tenemos
nada que ver con lo de aquello o con los otros, que son distintos. Los diferentes países y sus
ciudadanos se miran mucho a sí mismos, bastante unos a otros y muy pocos lo hacen en el
mismo sentido, quizá porque ignoran hacia dónde hacerlo, y, sobre todo, para qué. Hoy el
mundialismo se desarrolla en el seno de un mundo a punto de abortarlo o de tenerlo. Porque,
por mucho que tantos se empeñen, jamás se conseguirá a través del capitalismo feroz, ni
pegando tiros, ni con inmolaciones a lo bonzo. Los nuevos órdenes mundiales y la
globalización capitalista sólo demuestran que, entre el prejuicio y la tragedia, sólo hay grados
de egoísmo organizable y una enorme falta de madurez. La universalidad, entendida como
conquista natural, será más realizable si la pretendemos mediante una serie de líneas
educativas, útiles para el desarrollo de una Educación para la Universalidad, más allá del ego
humano, individual y colectivamente comprendido, y en el sentido de la verdadera educación.
¿Cómo instrumentarla? Para poderse desarrollar, precisa de un cuerpo docente con buena
formación profesional, intelectual y comprensión amplia, flexible y profunda de la realidad,
fundada en la ausencia de egocentrismo (personal, institucional, nacional, etc.) y plagada de
generosidad y conocimiento, en todos los sentidos, que sea capaz de trabajar en coordinación
con las familias, en el anhelo de la universalidad, junto a unos medios de comunicación más
reflexivos y sensatos. Escuela15, familia y medios de comunicación podrían componer un
15 Entiéndase el conjunto de todos los establecimientos educativos formales y no-formales, desde las edades infantiles a
la universitaria.
subsistema capaz de renovar y formar a la sociedad emergente con un sentido nuevo,
lógicamente evolucionista, en un periodo de tiempo relativamente breve, haciendo bueno
aquello de Teilhard de Chardin de que: “La unión, la verdadera unión, no confunde,
diferencia”.
Conclusión
Una actuación a gran escala de los medios en estos sentidos podría contribuir a consolidar
andamiajes éticos o educativos capaces de hacer de la vida cotidiana un espacio vital más
agradable; y de imprimir inercias emocionales y cognoscitivas avaladas por la publicidad de
esa nueva normalidad constructiva. Su repercusión alcanzaría absolutamente todos los entornos
(desde el automóvil a la tienda del barrio, desde la propia casa al lugar de trabajo, etc.), y sería
válida para toda persona, sea cual sea su edad, sea cual sea su dedicación. Se trataría de
favorecer un cambio conceptual casi paradigmático: de medios de comunicación social a
medios promotores de la evolución social, porque puedan ser capaces de anteponer lo más
beneficioso para el ser humano a los tristes dineros institucionales y a los resultados
cuantitativos (ranking de difusión).
Es preciso pensar cuáles pueden ser las actuaciones más inteligentes y eficientes. Porque la
tarea perentoria no es tanto evitar las maldades desde una bien pertrechada defensa de sus
sinsentidos y agresiones, sino tender: "hacia adelante y hacia arriba", como decía P. Teilhard de
Chardin. Desde el punto de vista de los mismos medios, el curso más sólido y fiable es orientar
la acción para que se desarrolle una atención y transformación cuyo origen sea cada quién. Por
ejemplo, sería muy importante que un periodista que escribiera o publicaran sobre la cortesía
en la carretera, primero la practicaran, y después hablara de ella. Entonces, habría actuado
como un “profesional superior” (según terminología confuciana). Esto es muy importante,
porque la coherencia y la ausencia de hipocresía o falsedad son las bases de la ética, de la
virtud y de la eficacia verdaderas. Por tanto, el principal caballo de batalla de este proceder
sería la ejemplaridad de los sujetos activos (personas, grupos e instituciones).
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Integración curricular de la televisión1
Agustín de la Herrán Gascón
José Luis Villena Higueras
INTRODUCCIÓN
La utilización educativa de la televisión puede contemplarse tanto desde el medio como del
televidente. Entre ambos median las funciones actuales y potenciales del medio, su lenguaje e
intenciones, el alcance social y la evaluación de lo que pretende y produce, que a su vez
realimenta y corrige dialécticamente a aquellas funciones primeras. El abordaje de la
utilización educativa de la televisión en Educación formal y no formal nos pide detenernos en
dos aspectos interrelacionados y consecutivos: la crítica (denuncias, análisis, lecturas...) y la
propuesta de construcción (anuncios, síntesis, escrituras...). Lo haremos desde una propuesta
de evolución educativa del medio.
PALABRAS CLAVE
Presencia y relevancia de la TV
1
Herrán, A. de la, y Villena, J.L. (2006). Integración curricular de la televisión. En J.A. Ortega Carrillo, y A.
Chacón Medina (Coords.), Nuevas tecnologías para la educación en la era digital. Madrid: Pirámide.
La TV es un elemento que, desde su condición de medio para el intercambio informativo,
ideológico, cultural, de entretenimiento, económico, etc., ha redefinido la historia
contemporánea. Concretamente, está presente en la vida de la mayor parte de las personas. Su
protagonismo vital se debe a la autoridad que le otorga el televidente y que se traduce en
influencia. Ésta es a veces constructiva, a veces negativa, y otras veces se define por lo que
deja de hacer y construir. Su acción impacta tanto en adultos como en niños y adolescentes,
bien directamente o a través de adultos educadores.
La TV es uno de los medios de comunicación de mayor influencia. ¿Pero influencia para qué?
Para lo que se decida hacer y transmitir. Por ejemplo: en Nueva Zelanda, Bolivia o Zimbawe -
por citar algunos lugares conocidos-, se sabe de algunas ciudades españolas merced a la liga de
fútbol... G. Sartori (2003) ha definido a la televisión como la más grande agencia de formación
de la opinión pública (p. 27). Su punto de vista acerca de este medio de comunicación es que:
“la televisión ha entrado en una carrera competitiva decadente cuyo producto final es, primero,
una información reducida; segundo, información improvisada e inútil, y tercero, una
desinformación absoluta” (p. 33).
Desde nuestro punto de vista, el problema general es que la TV no obedece a ningún proyecto
de futuro que incluya la variable evolución humana, legible en una cuádruple vertiente:
educación, madurez personal, mejora social y humanización de la vida. Estas finalidades se
topan con un gran obstáculo: el pensamiento débil o egocéntrico de productores y usuarios,
uno de cuyos indicadores es la polarización de intereses a la rentabilidad y la eficacia de los
sistemas parciales de pertenencia, por encima del bien común, exterior e interior. Sus acciones,
por tanto, empiezan y acaban en sí mismo o en los sistemas con que se vincula.
Con una finalidad orientadora, podríamos diferenciar los siguientes estadios evolutivos,
enfoques, percepciones, motivaciones o niveles de calidad de la TV, desde un punto de vista
educativo, que podrían actuar como condicionantes de la utilización educativa de la TV en
Educación formal y no formal:
a) En primer lugar, que el público es el pretexto, el tapador de los fines particulares de cada uno. El escritor dice que
emborrona papel, y saca el dinero al público por su bien y lleno de respeto hacia él. El médico cobra sus curas
equivocadas, y el abogado sus pleitos perdidos por el bien del público. El juez sentencia equivocadamente al inocente
2
El concepto de rentabilidad o eficacia ordinarias puede redefinirse desde coordenadas más complejas. Este
cambio conceptual, más allá de los sistemas rentables, podría quedar albergado en medios más maduros, más
complejos y más educados, educadores y educativos.
por el bien del público. El sastre, el librero, el impresor, cortan, imprimen y roban por el mismo motivo; y, en fin hasta
el... Pero ¿a qué me canso? Yo mismo habré de confesar que escribo para el público. So pena de tener que confesar que
escribo para mí (p. 21).
Trasladando esta razón a lo que nos ocupa, diremos que la TV desarrolla su programación
pensando en sí misma y más concretamente en o por la publicidad que emite (L. Rico,
1992). El público no le importa, porque no le respeta.
b) Y en segundo lugar, concluyo: que no existe un público único, invariable, juez imparcial, como se pretende; que cada
clase de la sociedad tiene su público particular, de cuyos rasgos y caracteres diversos y aun heterogéneos se compone la
fisonomía monstruosa del que llamamos público; que este es caprichoso, y casi siempre tan injusto y parcial como la
mayor parte de los hombres que le componen; que es intolerante al mismo tiempo que sufrido, y rutinero al mismo
tiempo que novelero, aunque parezcan dos paradojas; que prefiere sin razón, y se decide sin motivo fundado; que se deja
llevar de impresiones pasajeras; que ama con idolatría sin porqué, y aborrece de muerte sin causa; que es maligno y
malpensado, y se recrea con la mordacidad; que por lo regular siente en masa y reunido de una manera muy distinta
que cada uno de sus individuos en particular; que suele ser su favorita la medianía intrigante y charlatana, y objeto de
su olvido o de su desprecio el mérito modesto; que olvida con facilidad e ingratitud los servicios más importantes, y
premia con usura a quien le lisonjea y le engaña; y, por último, que con gran sinrazón querremos confundirle con la
posteridad, que casi siempre revoca sus fallos interesados (pp. 21,22).
LA coartada
INTERESES
TELEVISIÓN por
dificultan la
depende
como
PERSONALIDAD CONTENIDO
Las producciones educativas suelen centrarse en una edad o etapa de Educación formal –por
ejemplo, la Telesecundaria mexicana-, dirigirse al profesorado –por ejemplo, parte del Canal
Educativo cubano, del Canal 4 en Marruecos, la experiencia peruana, etc.), documentales
científicos, culturales o artísticos, programas de debate con expertos, espacios didácticos
infantiles, etc. Parece que con ello programas, canales y sistemas de TV han cumplido su
función. El resto se comprende que no debe ocuparse de la educación del niño o el ciudadano,
porque se piensa que no es ésa su función o cometido. En ellos se verifica un abandono
pedagógico y con frecuencia una ausencia de evaluación (análisis para la mejora) de
informaciones negativas, neutras o posiblemente mejorables. La estrategia de esfuerzos
aislados o de islotes de formación es la expresión de una homeostasis basada en el
desequilibrio en el ejercicio de la responsabilidad programática. Quizá se trate de un estadio
evolutivo o ético del medio.
Estrategias de Educación formal y no formal para mejorar el estadio dual de la TV
La mejor y más amplia televisión educativa dual es subsidiaria de la Educación formal, juega
un papel constructivo con la no formal y orientador en la informal. Prolongan al maestro y a la
familia, para unirse con ellos en aquello que más les importa: los hijos, por ellos mismos y
como sociedad naciente. Las producciones televisivas de este estadio podrían mejorar
educativamente y contribuir a fortalecer el pensamiento, si:
De la falsa importancia atribuida a la Educación formal en casi todos los foros, vía TV
Desde las palabras, no hay quien no otorgue la máxima importancia a la Educación escolar,
porque también de palabra bastantes personas creen que a través de la educación se pueden
arreglar o mejorar la mayor parte de los problemas sociales. Desde los hechos, la declaración
dista mucho de la realidad. Unos ejemplos de incoherencia, que apuntan a que la supuesta
confianza en la capacidad de influencia de la Educación formal o es cínica o es ignorante:
3
Actualmente no es común que en programas de debate o análisis el telespectador pueda seguir concentrado un
hilo de razonamiento un tiempo suficiente. El entrevistador o moderador y/o la publicidad suelen interrumpir y
evitar las mesetas de concentración, bien por necesidades programáticas, bien porque se entiende que la
profundización equivale a la pérdida de audiencia, bien por hábitos técnicos normalizados.
- La televisión desprende educatividad (ayuda social para su crecimiento y su mejora) en
unos pocos espacios.
- La universidad no parece preparar pedagógicamente a los futuros responsables o
encargados de la producción y difusión relacionados con los medios.
- La religión institucionalizada adoctrina (no educa) generando necesidades que sólo ella
asegura poder volver a llenar.
- La economía no parece querer-querer evolucionar a econosuya (o economía de la
cooperación), etc.
Meditación preliminar
Normalmente reclamamos que todos los productos que comemos estén en buen estado.
Esperamos que nuestro coche sea continuamente fiable. Para algunas cosas, esperamos calidad
continua. Con la TV, que nutre la razón y el sentir de nuestros hijos y el nuestro, no se sigue
este planteamiento, y este modo de proceder es en sí mismo contradictorio. ¿Qué sentido tiene
beber agua de modo que ¾ partes sean potables y la otra ¼ parte no? Si las cifras se
invirtieran, se cosecharía más salud. ¿A quién perjudica esto? ¿A quién no favorece lo otro?
Porque si se admite que la TV es el mayor transmisor de valores sociales, ¿qué sentido tiene no
cuidarla integralmente? Esta concepción de la función educativa del medio posiblemente esté
arraigada en una falta de conciencia (sensibilidad y conocimiento) educativa de los
4
Entendemos que el concepto de alfabetización puede y debe ampliarse desde una dimensión instrumental-crítica
(P. Freire) a una alfabetización de la conciencia, basada en las variables: educación para la universalidad y
evolución humana (A. de la Herrán, 2003).
responsables, diseñadores y desarrolladores del medio, así como de gran parte de su audiencia,
consumista y acrítica.
Todo acto humano tiene lugar en el lenguaje. Todo acto en el lenguaje trae a la mano el mundo que se crea con otros en
el acto de convivencia que da origen a lo humano; por esto, todo acto humano tiene sentido ético. Este amarre de lo
humano a lo humano es, en último término, el fundamento de toda ética como reflexión sobre la legitimidad de la
presencia del otro (p. 163).
- De acuerdo con UNESCO, “la Educación para toda la vida coincide con la noción de
sociedad educativa”
- Es una concepción “integradora porque incluye modelos de Educación formal, no formal e
informal, que se inspiran y corrigen entre sí”. [...] “Se interesa por todas y cada una de las
realizaciones de estos modelos”.
- “La redacción de informativos [léase el estudio de TV] en la sociedad educativa se
asemejaría a la cátedra5 de un aula tan grande como el mundo”.
En un informe, E. Megías et al. (2002) concluían que un 40% de los padres señalaban sentirse
desbordados a veces o con frecuencia, un 5% se arrepentía de ser padre o madre a veces, y un
5
El autor la identifica con una “Unidad dinamizadora de la conciencia pública”.
4% se arrepentía de ser padre o madre de un modo continuo. Es previsible que los datos
actuales no sean mejores. Una respuesta a la desorientación de los padres pudiera encontrarse
en su propia formación como educadores. Para esta tarea, la colaboración de la Educación
formal de sus hijos y de la TV pudieran componer una ayuda valiosa.
Toda la sociedad pasa por la escuela. La familia es una constante social en torno a cada niño.
Familia y escuela contienen, juntas, mayor potencialidad educativa. En la Educación formal
radica un notable conocimiento educativo. Nunca como en la actualidad ha existido en la
escuela un conocimiento didáctico superior al actual. Los padres o tutores son sujetos de
formación, y de ella tiende a ocuparse la escuela, vía planes de acción tutorial extendidos
(programaciones para la formación de padres y madres de aula, nivel o ciclo) y vía televisión
educativa no formal (amena y sistemática). ¿Por qué? Porque, o la escuela y su Educación
formal forman frente educativo con la familia, o la batalla sólo será ganada por los mejor
situados (motivación, preparación, condiciones, recursos, genética...). En Educación el camino
más corto es la línea curva, y ésta pasa inevitablemente por la familia.
6
Departamentos y profesorado espacializado en Educación a través de las TIC.
- Producción de materiales videográficos o programas didácticos para todo el sistema
educativo, tanto para la enseñanza no-universitaria como universitaria. Destacaría el papel
de los departamentos relacionados con Educación.
- Creación de las bases para que se desarrollen estudios diversos que permitan planificar y
evaluar con rigor las acciones que, en relación con la TV educativa se llevan a cabo.
Con relación a los programas didácticos que las universidades pudieran realizar, proponemos
una serie de características optimizadoras de estas producciones:
Hacia una reforma educativa de los medios (TV incluida) como requisito
Las reformas educativas dejan casi siempre por hacer la reforma de la educación. Suelen ser
remoces corticales, polares y sobre todo políticos del sistema educativo. En otro lugar hemos
entendido que podrían centrarse en otros sistemas sociales y poderes fácticos, si de verdad se
desea ayudar a la escuela a desarrollar su función educativa (A. de la Herrán, 2003). En
educación el camino más corto es la línea curva, y ésta pasa por los medios y por la familia. La
posible evolución de la TV y de la contribución social que podría realizar está relacionada con
un paso previo e ineludible: la necesidad de una reforma educativa del medio mismo, que
desde nuestra perspectiva tiene algún sentido. Las TV más conscientes (mejor conocedoras y
más responsables y completas) y menos egocéntricas pueden ser las principales interesadas en
ofrecer un servicio social, como suelen pregonar, que no tiene por qué suponer oposición entre
los índices de audiencia y una orientación humanizadora de lo que se hace, si la ciudadanía
cada vez está más y mejor preparada intelectualmente y por ello reflexiona e indaga mejor y
exige más. Quizá sea demasiado tarde, quizá sea demasiado pronto, quizá pueda ser éste el
mejor de los momentos.
RESUMEN
1) Divídase la clase en tres grupos. Mediante lluvia de ideas, diálogos simultáneos o Phillips
6.6, se trata de definir indicadores de los tres estadios educativos de la TV que se proponen
en el artículo. ¿Podría hacerse otra clasificación?
2) Identificar los programas habituales que conoce en las distintas cadenas según los estadios
propuestos, y se planteen su tratamiento en el aula, dependiendo del nivel educativo de
referencia.
3) A partir del apartado Papel educativo de la TV en educación formal, no formal e
informal, puede reflexionarse sobre los cauces que se podrían seguirse para demandar un
tipo (o todo tipo) de atención de los que se presentan.
4) Algunos profesores piensan que, actualmente, como en otros momentos, hay una carencia
de actitudes, conocimiento y capacidades críticas y reflexivas de gran parte del alumnado
universitario hacia la TV. ¿Podría elaborar unas preguntas de investigación y diseñarse un
cuestionario para identificarlas? ¿Podrían realizarse algunas entrevistas que indagaran en
sus motivaciones, significados, factores que, en su caso, las mantienen en un estado de
desarrollo mejorable? ¿Los profesores son conscientes de ello? ¿Qué hacen para
potenciarlas?
5) Invite a un grupo de alumnos de último curso de la Facultad de Ciencias de la Información
a un grupo de discusión, con o sin alumnos de carreras docentes o de Educación, sobre el
tema “Televisión y Educación”. Grábenlo en vídeo y analícese críticamente.
6) Realicen una revisión crítica, por grupos, de la programación de las distintas cadenas y a
continuación, expónganlo en clase. Seguidamente, elíjanse los programas con sentido
educativo propongan actividades que se pudieran realizar en clase para potenciar su uso
útil para el trabajo desde el aula. Hágase lo mismo con programas que pueden estar al
alcance por horario y/o publicidad del alumnado correspondiente (infantil, primaria…) y
carecen de educatividad. ¿Por qué? ¿Qué aprendizajes significativos negativos (no-
formativos) están favoreciendo? Expongan estrategias de autocontrol y limitación de su
visionado. Con ambas propuestas, se crearía un “banco” de actividades que podría
utilizarse por toda la clase y futuras promociones.
7) Se trata de realizar entre toda la clase el proyecto “Programación de un Canal Educativo.
Puede apoyarse en algunas de las Estrategias de Educación formal y no formal para
mejorar el estadio dual de la TV. El resultado puede compararse críticamente con el Canal
Educativo cubano.
8) Con el apoyo de su profesor/a, diseñe e intente desarrollar alguna propuesta de
colaboración de la Universidad con un canal de TV, para proponer mejoras que
contribuyan a la educación de la ciudadanía.
9) Con el apoyo de su profesor/a y la participación de algún profesor de Educación Infantil,
Primaria o Secundaria, defina e intente desarrollar alguna propuesta de colaboración de la
Universidad7 para reforzar la Educación formal de una escuela o una red de escuelas, en
torno a la utilización de la TV y otros recursos tecnológicos.
10) J.M. Pérez Tornero (2004), refleja en un estudio que un niño español está de media más
horas anuales delante del televisor (990h) que en la escuela (960h). El tiempo de TV
aumenta cuando la renta disminuye. Entre 4 y 12 años dedican 990h anuales, la franja más
7
Departamentos y profesorado espacializado en Educación a través de las TIC.
vista es entre 21-24h, fuera del horario protegido, y hay escasez de programación infantil
en ese horario. Si a las 19h semanales de televisión se suma el tiempo destinado a
videojuegos y ordenador (11h), un menor pasa de media 30h semanales frente a una
pantalla, y no precisamente formándose. Entre 43-50% de los alumnos de ESO tiene
televisión en su habitación. A la luz de estos datos, realicen una revisión de experiencias y
un concurso (no competitivo) de ideas y proyectos de ocio alternativo y/o educación no
formal, destinado a administraciones, centros, familias y a los propios niños y jóvenes.
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NUEVOS APRENDIZAJES PARA EL SIGLO XXI:
UNA MIRADA EVOLUCIONISTA Y GRUYERIANA1
Dr. Agustín de la Herrán Gascón2
En primer lugar, quiero dar las gracias a la Fundación Fernando Rielo por su invitación a participar en
este Ciclo, y felicitar a sus responsables por el proyecto. Después, quiero enmarcar mi intención en esta
exposición. Intentaré centrarme en la zona de próximo desarrollo (L.S. Vygotski, 1978) del aprendizaje
humano posible para los tiempos nuevos y para la sociedad que aflora. Nuestro talante o nuestro reto se
sintetiza así: nuevos tiempos, nueva educación, nuevos aprendizajes, nueva formación, nueva sociedad.
En definitiva, rehumanización, como diría J.L. Cañas. Como condensación de lo anterior, se aportarán
fundamentos para la formación de un nuevo docente, ante las exigencias expresas y silenciosas de la
humanidad, a la luz de sus errores y esperanzas.
EXORDIO. El presente trabajo tiene tres epígrafes: “Aproximaciones al Medio”, con cuatro secciones:
I “El Suelo: Contexto Interior, Contexto Exterior”, II “Las Adversidades e Inclemencias: La
Desorientación Social”, III “La Fotosíntesis: Una (R)Evolución Social Centrada en la Escuela”, y IV
“La Luz: Epistemología y Conocimiento Capaces”.
1
Herrán, A. de la (2006). Nuevos aprendizajes para el siglo XXI: Una mirada evolucionista y gruyeriana. En C.
Vilanou Torrano, F.E. González Jiménez, A. de la Herrán Gascón, M. Fernández Pérez, y L. Grosso García,
Epistemología del aprendizaje humano (pp.123-266). Madrid: Fundación Fernando Rielo.
2
www.agustin.delaherran.com
PRIMERA PARTE: APROXIMACIONES AL MEDIO
Estamos en la sociedad del acceso a la información, pero no aseguraría que eso fuera un triunfo
terminal o motivo de autocomplacencia. Identificarse con ella apunta a que nos hemos alejado de las
coordenadas de Sócrates -que para los más informados, está superado-, que hemos dado una patada en
el trasero de Kant, y que, después de ignorar el guiño de Eucken o de Teilhard de Chardin, seguimos
haciendo lo mismo: identificarnos o erigir ismos, en nombre de la mejor verdad o ilustración de la
razón -declarada o tácita- que nunca llegarán a ser istmos, aunque se conecten por Internet.
Sobre todas las posibles cualificaciones de sociedades quisiera subrayar que, muy por delante de otros
reflejos y refracciones, estamos en la sociedad del egocentrismo, característica más destacada de la vida
humana sobre la tierra. En ella los sistemas (personas, grupos, instituciones, naciones, comunidades
internacionales y sociedades en general) tienden a anudarse más y más para centrarse cada cual en su
reducto en el sentido de lo propio, desatendiendo expresamente otros anhelos, conocimientos y
realizaciones que pudieran incidir en la posible mejora de la evolución humana. Estas ausencias
definirán, desde luego, un segundo grupo de huecos gruyerianos, las materias pendientes para el siglo
que viene y los siguientes. En mi opinión, formamos parte de una sociedad poco culta (cultivada) –
aunque muy autocomplaciente-, que tiene a su disposición un océano de información deteriorada. La
información sirve, de hecho, para mirar, refrescarse, chapotear, nadar o navegar –según las
posibilidades- pero no para orientarse. Pese a que sus aguas encauzadas no son muy profundas, se corre
el peligro de agotarse y de ahogarse. Además el medio está turbio: sus corrientes colectan toda clase de
vertidos, que discurren a merced de los mercados, que la arrastran a un bienestar miope, progresar a
toda costa sin evolucionar. Para todo esto -además de para contribuir a la humanidad anude su
noosfera- Internet es necesario. Y ya lo decía F. Mayor Zaragoza (2000c), al recibir uno de los II
Premios “Educación y Libertad”3:
Se nos dice ¡qué bien, ya tenemos todos estos sistemas de información! Está bien, está bien, es igual a como tener libros, pero lo que es
importante es que después se lean y que se mediten y que no seamos exclusivamente estos espectadores del mundo de la información,
espectadores que ya no tenemos tiempo para pensar, y por tanto no tenemos para existir, y por tanto no tenemos para sentir, y por tanto
actuamos al dictado, no somos libres [...].
José Saramago ha dicho algo que me parece muy importante, ha dicho, corremos el peligro de tener tecnología 100 pensamiento 0. Este sería
realmente el cambio más importante desde un punto de vista de valor de civilización y de identidad cultural, de defensa de la unicidad de cada
ser humano que ya se ha producido en los últimos siglos. Yo espero que no. Yo espero que no tenga razón (p. 79).
Por tanto, no estamos aún en la sociedad del conocimiento. No tanto porque información y
conocimiento sean incompatibles, sino porque éste ha sido enterrado por una estrato de aquélla
3
Otorgados por Fundel (Fundación Europea Educac.ión y Libertad).
información, cuyos residuos aumentan. Si estuviéramos en la sociedad del conocimiento, la
información importaría menos, y la persona y su razón importarían mucho más. Al hilo de ello resulta
llamativo que el conocimiento sea un elemento en el que la tradición curricular no haya reparado
suficientemente. Dicho de otro modo: en la autodieta humana, sobran datos sobre sabores y falta
cultura sobre nutrición. Este esquema nos ha sumido en una época de espíritu frágil, de debilidad
intelectual, de voluntad descafeinada, de ausencia de compromisos sociales serios, y en cambio
polarizada en objetivos que no van más allá de los propios sistemas y deseos. Por eso, con datos
escalofriantes sobre el estado mundial (A. de la Herrán, y J. Muñoz, 2002), todo indica que el mundo se
desmembra, que se abandona a la entropía.
¿Existe alguna causa o foco común a la mayoría de problemas y debilidades sociales interiores? La
respuesta a mi juicio es afirmativa, y podría calificarse como inmadurez o egocentrismo generalizado.
Radicaría en lo que hemos denominado ego humano (A. de la Herrán, 1997), entendido como la parte o
costra inmadura del yo4. ¿Y la esperanza, alguna capacidad humana, acaso poco contemplada, capaz de
contrarrestarlo? Análogamente contesto que sí, y que no ha de ser otra que la conciencia humana (A. de
la Herrán, 1998), que vincularía conocimiento y espiritualidad, desde la destilada intuición que otorga el
bien sentir y el buen pensar. Como corolario a lo anterior, un deseo, en la medida en que se aceptase el
postulado de que la evolución humana transcurre del ego a la conciencia: si la educación avalase e
impulsase expresamente el vector ego-conciencia como eje de la formación individual y colectiva,
podría favorecer a varias generaciones vista, el surgimiento de seres humanos significativamente menos
polarizados en lo propio y cada vez más conscientes (capaces, generosos, éticos e inteligentes). Y ese
norte formativo tendría como sistema de referencia la posible evolución humana, pero percibida en
parte inversamente; o sea, con la mirada deshollinadora puesta en sus descosidos y roturas egoicas y
contemplando en primer plano lo que esencialmente la lastra, evita o sobra. Será el momento de
considerar “didácticas negativas” (A. de la Herrán, e I. González, 2002, pp. 333,334), articuladas sobre
capacidades egógenas, con cuya pérdida se gane ser y con ello se mejore esencialmente.
Cruzamos el atrio de la sociedad del acceso a la información y el bien estar. Lejos están la sociedad de
la conciencia y del más ser, pero podemos orientarnos hacia ella trabajando por una sociedad de la
educación. En este transitar la persona se difumina y se pierde de vista su naturaleza. Mantovanni
escribía en “Educación y plenitud humana”: la educación es “un riguroso proceso de formación humana
que parte del individuo (ser psicovital) y concluye en la persona (ser cultural)” (B.S. Calvo, 1997, p. 54).
A pesar de que Platón y Aristóteles ya destacaban que la esencia y el fin de la república y la democracia
era la educación, hoy ésta no siempre nace para el individuo, y mucho menos se pretende su plenitud.
“En una democracia, educar es cultivar la diversidad, la riqueza y la participación humanas” (J. Bruner,
1988, p. 207). Dicho de otro modo: el individuo, como dice A. Sobral, no es un “medio” para fines
sociales o estatales, sino también, un “fin”, que se configura conforme a sus posibilidades, a sus energías
potenciales y a su particular destino (B.S. Calvo, 1997, pp. 67, adaptado).
Desde la conciencia de ser hijos de Kant, centramos las mayores esperanzas iniciales en la atención y la
educación de la “capacidad de soberanía personal” (F. Mayor Zaragoza, 2000b, p. 9), contemplada
tanto durante el proceso como en el resultado, denominamos base de la diversidad. Y, como afirma E.
Vera Manzo (1997b): “La riqueza de la humanidad se encuentra en la diversidad y no en la
homogeneidad o reducción cultural. Debemos respetar a las personas, culturas y comunidades
existentes y enriquecernos con lo mejor de cada una de ellas” (p. 29), porque "La uniformidad es la
muerte, la diversidad es la vida" (M. Bakunin), hasta tomar conciencia del sentido del caos5. Desde esta
perspectiva, nuestro estado actual es embrionario, ilusivo, predemocrático y autocomplaciente.
4
Atribuible tanto a personas como a colectivos identificados, con independencia de su amplitud.
5
No casualmente, un corazón saludable presenta un diseño caótico. Sin embargo, cerca del infarto, su ritmo se muestra regular,
periódico, hasta que el sujeto muere. Con todo, ese caos está profundamente “ordenado” y “matematizado”.
Pudiendo ser así: “¿Por qué no todos los hombres pueden desarrollarse y tornarse seres diferentes? La
respuesta es muy simple. Porque no lo desean. [...] para convertirse en un ser diferente el hombre debe
desearlo profundamente y durante mucho tiempo” (P.D. Ouspensky, 1978, pp. 14,15). Porque formar
es autoformarse, como diría Gadamer, autoeducarse. Y he aquí que, desde este punto de vista, la
educación de la humanidad, depende por entero de cada uno de nosotros.
capitalismo
.educación
tecnología
pseudo, cuasi o predemocracia
GLOBALIZACIÓN Y CAMBIO DEL CONTEXTO. Al área de esta nueva Trimurti (los nuevos
Brahma, Vishnú y Shiva) del primer mundo se ha denominado globalización, para nosotros, sistema
para el englobamiento. En un primer momento, entiendo que la globalización debe considerarse,
además de “una fase del capitalismo” (P. Freire, 1996), una estrategia más amplia centrada en la mayor
ganancia de los mejor situados. Siendo hija legítima de los anteriores vértices obligatorios, unidos por
obsesiones de crecimiento, de expansión, de aumento de productividad y de conquista material, es
preciso desmitificarla, porque trata de la “generalización del proyecto neoliberal, no de otra cosa” (L.
Regueiro, 1997, p. 78). Quizá desde este enfoque lo negativo no sea la globalización en sí, sino la
comprensión y desarrollo que de ella se hace desde el modelo neoliberal asociado al capitalismo feroz
que la acompaña. Porque el pensamiento, mecanicista, simplificador, lineal y funcionalista, no está a la
altura de la verdadera globalidad7 del ser humano, esencialmente compleja, transdisciplinar, dialéctica,
espiral y evolucionista, mucho más allá de la confusa y mediocre postmodernidad, actual intersticio,
6
Department of Organization and Leadership Teachers College de la Universidad de Columbia.
7
Es preciso, como hace F. Mayor Zaragoza (2000), distinguir entre globalidad y globalización.
introducido con calzador, de la sociedad de la información.
Todo lo anterior, percibido desde las coordenadas de la conciencia humana, nos reta a la lucha por la
humanización, más allá de la hominización (Teilhard de Chardin), por una mutación epigenética de la
vida humana, por una “rehumanización” (J.L. Cañas) que no puede realizarse en nombre de nadie, por
un “cambio radical” basado en alguna clase de “terapéutica del hombre” (J. Rof Carballo, y J. del Amo,
1986), porque en un futuro gradual la globalización pueda tornarse en proyecto de integración humana,
necesariamente orientado –quizá por considerarnos hijos de Kant- a redibujar la persona y a potenciar
la diversidad y el pensamiento propio pero maduro, esto es, autocrítico, cooperativo, consciente,
transformador, universal..., apuntando siempre más allá de Kant.
Para ello, un primer paso puede consistir en reparar en los brotes de la insensatez rectora que rigen de
hecho al pensamiento postmoderno. Me refiero a poner fin a ciertos absurdos existenciales, que desde el
neoliberalismo8 “ha puesto de moda –o más bien, de la noche a la mañana, ha decretado- un sinfín de
fines: ‘fin de la historia’, ‘fin de las utopías’, etc.” (G. Santa María Suárez, 1997, p. 2), que invitan a
“adoptar el día a día como ‘eternidad’” (A. Bolívar Botía, 1999, p. 159) comunicando la certeza de la
desesperanza y el convencimiento de la imposibilidad de mejorar y de cambiar el mundo. Estamos con
P. Freire (1996) en que es urgente combatir el modelo neoconservador y neoliberal, cuyas premisas
fundamentales son: “Se acabó la historia”, “se acabaron las clases sociales”, “se terminaron las
ideologías”. Pero ¿cómo? Un modo fundamental es no creerse en el final del camino, como el mismo P.
Freire (1994, 1996) ha hecho, y refutar esas mismas premisas desde su raíz: “la historia no se acabó, la
ideología sigue viva, las clases sociales están ahí, la explotación no terminó y las cosas pueden
cambiar”. F. Mayor Zaragoza (2000c) expresaba una reacción semejante: “yo espero que no tenga
razón Fukuyama [F. Fukuyama (1993)] cuando nos dice ha concluido la historia. ¡Hombre, no! Señor
Fukuyama, ha concluido la historia de la fuerza y de la dominación, y de la ley del más alto y del más
fuerte y ahora llegamos a la historia, ¡ojalá!, a la historia de esa libertad que proporciona la educación”
(p. 79). Creo que éste es un problema educativo que, de no resolverse, podría significar el comienzo de
la cosecha de la decadencia del primer mundo.
En segundo lugar, se trata de intentar desarrollar un referente orientador desde la propia educación,
quizás comprendido como eje ausente, para fundar la mutación de aquella figura triangular en tetraedro.
Evidentemente, esta reconstrucción pasa por la crítica, pero se catapulta más allá, no se queda con ella.
La superficie de aquel triángulo también ha saturado a la educación, que bombea poco oxígeno para su
renovación o complejidad para su conciencia. Situación contextual y realidad interior han conducido al
hamburguesamiento social, y desde él, al de la escuela9. “La McDonalización de la sociedad (Ritzer,
1996) nos introduce en un ritmo trepidante que se preocupa poco de lo que sucederá pasado mañana”
(M.Á. Santos Guerra, 1999, p. 100), y que promueve la inmersión en lo superficial. Además, entendida
como fagocitación “cultural” homogeneizante, brutal y generalizada, se lleva por delante ecosistemas,
biotopos, especies, diversidades lingüísticas y a gran diversidad del ser humano (nativos no-dominantes,
culturas milenarias...), que, sucumbe o se castra, o se extingue. La macdonalización puede entenderse
como un efecto y una aplicación de la globalización política y económica en ámbitos diversos. La
tendencia al sesgo puede llegar a ser de tal calibre que el sistema puede perder su autoconciencia (desde
8
Para G. Travé González (1998): la tendencia neoliberal, de claro matiz conservador, se fundamenta en los posicionamientos
ideológicos del liberalismo de Adam Smith (1725-1790) y en su versión actualizada, del monetarismo de Friedman. En estos
momentos es considerada la base del pensamiento único, una vez desaparecido el socialismo real representado por la extinta
URSS. y, cada dia, está más interesada en destacar el papel que el sistema educativo debería proporcionar en la búsqueda de la
prosperidad y competitividad económica (p. 205) [...] Este enfoque conservador ha impulsado una propuesta educativa basada,
por una parte, en la orientación curricular hacia una determinada profesión; por otra, en el gerencialismo, por el cual se
pretende que los responsables o gerentes de estos planes de estudio no sean docentes, sino el propio mercado; y, en definitiva,
en el consumismo, que traspasa la planificación educativa del estado al individuo (p. 206).
9
Por escuela entiendo el conjunto de establecimientos de educación, desde la Educación Infantil hasta la universidad,
la percepción de su imagen como sistema de referencia y actuación). El modelo capitalista
estadounidense-europeo es quien impone los objetivos, los contenidos, los recursos, las actividades, los
ritmos, las excelencias, lo que vale, lo que puede o debe prevalecer y lo que ha de cambiar, y quien dicta
lo que se ha de evaluar, para que los sistemas nacionales e institucionales se aproximen más y más a
este perfil.
Además, es posible que los objetivos pudieron estar fijados de forma pobre o deshonesta, que para
alcanzar los objetivos quizá haya que renunciar a la ética, que esos objetivos pueden ser accesibles sólo
para unos privilegiados sociales, y que una vez alcanzados pueden ser referente de un mal uso (M.Á.
Santos Guerra, 1999, p. 89, adaptado). Este esquema no se corresponde con la verdadera educación,
universal y profunda. ¿Podría identificarse algún factor (variable) causal, que por un lado explique el
deterioro educativo y que por tanto anide la esperanza? Científicamente, “Comer mal atonta”10 (J.M.
Bourre), refiriéndose también a las hamburguesas. Y pareciera como si tanta y tanta carne picada
informativa nos hubiera afectado a la capacidad de reflexión y a la conciencia. Quizá por esto se ha
optado por un filósofo como Jurgen Habermas, como epicentro de la racionalidad didáctica, y no por
verdaderos gigantes como Eucken, Teilhard de Chardin, Krishnamurti, Panikkar, Dürckheim, Rielo,
Blay, etc. Pero las condiciones y los elementos de entrada o de ingesta del ambiente egocéntrico y
psicodinerario imperante no invitan a ello.
Para la educación, el triángulo aludido no sólo actúa como el más determinista de los currícula
cerrados, sino que contribuye a alimentar la ilusión de apertura, basada en la superficialidad y en la
uniformización. Éste ha sido el regalo promocional por la compra de la obligada globalización
capitalista, inventada por quienes en su casa cosechan tantos éxitos bolsistas como fracasos educativos;
fracasos tan grandes que el mismo D. Mann (1999), expresaba que el sistema educativo de EE.UU. ya
no respondía a los intentos de mejora, porque casi se había inmunizado a las reformas educativas. Casi
está inmunizado contra las dietas, los bienestares, la sensibilidad social altruista, la empatía
internacional, y otras virtudes aplicadas más allá del ego. He ahí la paradoja bien denunciada por la
pedagogía crítica flotante de quienes tienen más motivos y conocimientos para criticar: Latinoamérica,
el principal cuarto trastero de EE.UU., y, dentro de ella, los países en proceso de fagocitación
“dolarosa”. Como posibles sujetos respondientes a esta actitud crítica, se suele hablar de tres clases de
mentalidad: la conservadora, que no cambia, la idealista-ingenua, que lo hace compulsivamente, y la
realista, que así mismo puede optar por alguna clase de movimiento consecuente. A mi juicio, estas tres
mentalidades receptoras están definidas por las dos dimensiones sistémicas que definen el plano en que
10
En El País, del 17 de febrero de 1992.
se inscribe el triángulo anterior. O dicho de otro modo, constituyen la representación bidimensional
fotográfica de una realidad mucho más rica y esperanzadora. Y esa realidad es de nuevo la conciencia,
entendida como la capacidad en la que cabe radicar la interiorización educadora, tanto personal como
colectivamente comprendida.
conciencia
ingenuidad realismo
conservadurismo
Éste podría ser un buen momento para comenzar a hablar, sin reparos, de otra clase de mentalidad no
excluyente con las tres anteriores: la consciente o evolucionista. Y si nosotros no lo hacemos, otros lo
harán, porque aunque en este discurso se lleva muchísimo retraso, la evolución desde el ego a la
conciencia es un proceso imparable.
DE LA UTILIDAD DE LA ESCUELA. No hay cosa que atente o beneficie más al orden y al bien
público que lo que un profesor hace con sus alumnos en el aula. Sin embargo, ya hemos reparado en
que, en su estado actual, la escuela11 contribuye relativamente poco a la evolución humana, personal y
social. De hecho, la formación escolar, formal o informal, se detiene en plena inmadurez, por tres
razones: Porque la escuela no realiza en plenitud su cometido, porque el cometido que ejecuta lo lleva a
término incompleta o imprecisamente, y porque otras entidades sociales actúan en sentido contrario al
de tal realización, interfiriendo los escasos logros. A mi modo de ver, la causa del fenómeno es, más
detalladamente, una lemniscata, construida sobre siete puntos de referencia: La escuela no tiene como
plenamente propio lo que se le adjudica. No lo tiene como plenamente propio, porque no se le permite
asumir su función social, natural y lógica (vanguardista, creativa, productiva, innovadora, investigadora,
orientadora, relevante socialmente, inquiridora, preventiva, optimizadora, consciente y de gran
responsabilidad). No asume su función social, natural y lógica, porque sus elementos personales-eje
(docentes de todos los tramos académicos) no tienen, en general, una cultura (cultivo personal,
madurez) especial o una formación adecuada suficiente o pertinente (con su actividad profesional). Los
profesores no tienen una cultura o una formación adecuadas, por falta de estímulo social (económico, de
reconocimiento profesional, etc.), porque la sociedad no aprecia la importancia de la educación en toda
su amplitud. La sociedad no aprecia la importancia de la educación en toda su amplitud, porque arrastra
y mantiene una actitud conservadora y distante de la actividad educativa. La sociedad es conservadora y
distante respecto a la educación, porque quienes la administran no pertenecen, en su mayoría, a la
escuela, y, por tanto, no han podido promoverla nunca desde dentro. Porque quienes la administran no
pertenecen, en su mayoría, a la escuela, y por tanto no la han promovido nunca desde dentro, la escuela
no tiene como propio lo que se le adjudica.
Quienes administran la escuela, deben saber que, si se la sigue esclavizando, no irá más lejos de donde
ha llegado. Ni la sociedad tampoco. Los quehaceres, o se le dan hechos, o los retoma como se le dan.
Hoy la Administración educativa está más pendiente de que la escuela se sepa nutrir, que de que se
autoabastezca; de que no cree para hacer, sino que haga lo que se le decrete y preceptúe. Opera sobre
ella como con otros sistemas sociales (transfiriéndole experiencias de sistemas educativos lejanos,
ensayando fórmulas posiblemente positivas, investigando sobre ella pero sin ella, etc.), imprimiéndole
11
Desde la Educación Infantil hasta la universidad.
fundamentos, fuentes, modelos, paradigmas y unas teorías marco que, además de ser parciales, acotadas
y escasas, pocas veces habrán nacido en ella. Y la escuela, no fue, no es y no será un sistema más. La
dinámica socioeducativa de investigadores que sin pertenecer a ella le marcan la pauta, y de altas leyes y
baja formación docente, facilita, sigue facilitando su manejo y que no se haga labor desde la escuela.
Desde aquí sólo se la podrá remozar, tratándola geológica y geográficamente, cuando la naturaleza de
su verdadera reforma posible es molecular. Por eso, cada reforma educativa deja siempre por hacer la
reforma de la educación (A. de la Herrán, 1993). Las posibilidades de la escuela se preservan así de un
futuro más rico, y con ello a la entera sociedad. En cambio, la intervención de la institución escolar
resulta imprescindible para los desarrollos, los apogeos, las integraciones, las adaptaciones, los
incrementos, las expansiones, los auges, los progresos, las prosperidades, los rendimientos, el bienestar,
la competitividad, la colaboración de conciencia estrecha, etc. Favorece, en este sentido, el
acrecimiento de los sistemas sociales incluido el de la propia educación, desde el subsuelo de la cultura
y, mediante ellos, la consolidación de la sociedad como sistema. La aportación de la educación para la
evolución, y para el análisis de aquellos motivos que la perjudican, que la sesgan, o que distorsionan el
interés natural de todo ser humano hacia su promoción es escasa en cantidad, y poco intensa, con
relación a sus posibilidades.
La escuela es una entidad radicada en lo real y volcada espontáneamente hacia el futuro. Quien así no la
comprenda e interprete, quien así no la respete y la estime, ni la entiende ni debiera jamás dedicarse a la
enseñanza. Por eso necesita tener el necesario conocimiento, el campo abierto y las manos libres. Por
todo lo anterior, no es lógico, admisible o conveniente a todo plazo o a cualquier precio, que la escuela
sea un vagón de cola de un tren social a veces patético que la precisa, porque, con esta colocación, el
convoy entero se sentencia12. Esa relegación se manifiesta a través de un conjunto de síntomas:
a) Persistente uso de la educación como instrumento y terreno aptos para el desarrollo de la vanidad de
unos políticos sin visión suficiente cuyo afán predominante es la ganancia de votos, el
mantenimiento del poder y una serie de años cobrando un sueldo poco desdeñable.
b) Abuso de las editoriales educativas (fundamentalmente las de libros de texto escolares) que, a costa
de la evidente falta de preparación docente y crecientes interrogantes y complejidades, cierran
determinan el trabajo docente, atentan contra la autonomía pedagógica de más alta calidad, se
lucran abundantemente y mantienen las cotas de formación inalterables.
c) Consideración tácita del sistema educativo como aquel gran reducto laboral al que pueden acceder,
por medio de un examen, todos aquellos titulados en áreas no pedagógicas cuando no encuentran
trabajo en la suya.
d) Otorgamiento de la máxima responsabilidad de la administración educativa a personas que no han
pertenecido nunca a la escuela, ni la comprenden, ni la quieren entender, y que, por tanto, la
gestionarán en la forma.
e) Protagonismo institucional y metodológico procedente de otros ámbitos del conocimiento que, a
veces, distanciando a los profesores de la posibilidad de investigar, entrega el papel de
protagonistas a agentes externos a la escuela, evitando en gran medida la posibilidad de desarrollar
una epistemología (como síntesis de epistemes) propia. Se desconectan así los resultados
apreciables de unas raíces comunicativas que no existen. ¿En qué otro ámbito del conocimiento
ocurre esto? La escuela no ha hecho todavía su teoría, y la necesita con urgencia. J. Piaget (1986) se
ha hecho la misma pregunta que nosotros: "¿Por qué la pedagogía es en tan escasa medida obra de
los pedagogos?" (p. 17).
f) Idea predominante (social y oficial) de la escuela como parte de la sociedad fundamentalmente
encargada de responder a las demandas y necesidades sociales y culturales de comunidades
limitadas.
12
No obstante, los trenes modernos son reversibles, o sea, tienen lo que ferroviariamente se denomina push-pull (doble
tracción).
La permanente retroalimentación social por estas vías contribuye, significativamente, a que la escuela se
configure una autoimagen nada estimulante para quienes palpan sus grandes carencias y su falta de
autonomía real. Evidentemente, opinan de este modo quienes no prefieren un modelo de escuela
dependiente. Esta actitud puede compensarse por la buena formación inicial y permanente, la
conciencia inquieta, las ganas de trabajar, el carácter equilibrado, el optimismo y el afán de
comunicación, todo ello ligado a un desarrollo profesional cuyo eje radica en lo personal.
A mi entender, las conocidas propuestas de la UNESCO del informe Delors (J. Delors et al., 1996, pp.
95 y ss.): “aprender a conocer”, “aprender a hacer”, “aprender a vivir juntos”, “aprender a ser”,
“aprender a conservar el medio ambiente”-, no son suficientes porque no se centran en lo nuclear: el
vector que va de la miseria humana (interior y exterior, individual y colectiva) a su posible evolución.
El tejido curricular que con su hilo conductor podría formarse es insuficiente para abrigar a la naciente
humanidad. Por tanto, como terapéutica didáctica, propongo la complementariedad entre aquellas
propuestas y otras cinco cuestiones, retos o fases de un proyecto mayor y a largo plazo, de un proceso
de evolución social centrado en la educación (porque éste podría ser el siglo de la educación) y la
escuela (porque ésta podría ser la hora de la escuela) , ampliamente entendida:
a) Diagnóstico de la miseria humana, individual y colectiva: qué es, qué la mantiene, cómo lo realiza,
quién lo hace, y por qué. La respuesta que ofrezco a esta pregunta es el egocentrismo humano,
como fenómeno generalizado y clave del posible desempeoramiento14 individual y social.
b) Investigación sobre la fundamentación de una didáctica de la evolución humana. La respuesta a
esta cuestión pasa por considerar en toda su amplitud, educabilidad y posibilidades didácticas a la
conciencia humana, como capacidad en la que radica la posibilidad de evolución personal, grupal y
social.
c) Orientación de sendos fundamentos al cultivo de un cuerpo docente excepcional, desde una
“formación total” del profesorado (A. de la Herrán, 1999), más amplia y compleja que la actual.
d) Reforma educativa, no centrada en los sistemas educativos nacionales, sino mundial, dirigida a y
desarrollada por los poderes fácticos, las instituciones, agentes y medios de influencia y
comunicación, liderado por la escuela y con alcance general. Este cambio apuntalaría una mutación
de modelo de sociedad: de la sociedad de bienestar a una sociedad de más ser.
e) Evolución profunda de la sociedad debida a una mejor educación, y fortalecimiento de los
elementos y procesos que lo permiten y estimulan, que puede identificarse y casi medirse por el
grado de universalización, convergencia y cooperación que vaya consiguiendo, a medida que los
13
Ajeno, sesgado, parcial, superficial y seguro de lo que sabe y no sabe
14
Entiéndase lo contrario a desmejorar y al mismo tiempo lo complementario a mejorar (optimar, aumentar), porque se
refiere a la eliminación de negatividad.
egos se reducen y las conciencias se amplían, profundizan, complejizan, elevan, convergen y
centran.
Las cinco referencias son básicas, para que la estrella de la educación de los tiempos nuevos, que es la
conciencia (de autoconocimiento y de universalidad), comience a parpadear y a despertar. O dicho de
otro modo, compondrían un conjunto funcional, en virtud de cuya unicidad podría aflorar un sexto
elemento de categoría envolvente, como ocurre con el área de un triángulo, que aparece cuando se
consideran geométricamente sus lados. Y éste no sería otro que la posible evolución humana, que tras
elevar al ser humano a nuevos estados de interiorización, nos acabaría por confirmar nuestra condición
de eslabones perdidos de nosotros mismos.
a) “La realidad puede ser transformada, aunque sea difícil” (P. Freire, 1996), sobre todo porque todo lo que
el ser humano anhela, lo termina por lograr.
b) Quizá para transformar la realidad, tengamos que centrarnos en sus causas. Y la causa primera de las
causas básicas podría condensarse en el propio pensar humano, o sea, en la propia razón que las
provoca. Dos reconocidos físicos opinan sobre la causa común, coincidiendo en su diagnóstico con
nuestra conclusión: Por un lado, F. Capra (1984) ha expresado que: “Nos hallamos hoy en un profundo
estado de crisis mundial. [...] Todas estas amenazas son en realidad diferentes aspectos de una misma
crisis: esencialmente, una crisis de percepción” (p. 39). Y de otra, D. Bohm (1997) concuerda con que:
“La auténtica crisis no consiste en los hechos a los que nos enfrentamos [...], sino en el pensamiento que
ha generado todo eso. Y puesto que todos somos capaces de pensar, todos podemos hacer algo a ese
respecto” (p. 86).
c) Quizá un acceso claro a este mismo pensamiento pueda ser la enseñanza. Años antes que aquellos
autores, escribía G. Marañón (1953):
¿Qué cosa puede interesar más que la Enseñanza a los hombres de buena voluntad? Si ahora volvemos la vista a la gran tragedia que la
Humanidad acaba de atravesar, una conclusión indiscutible se desprende del pretérito y lúgubre panorama: el fracaso de la Enseñanza. Y me
importa consignar que no hablo sólo de España, sino de todo el mundo. [...] La Enseñanza es lo más fracasado en esta crisis del mundo, y lo
que más importa rehacer. ¿Cómo?
d) Además de centrarnos para el cambio en lo esencial de esa realidad –su pensamiento generador-,
probablemente el orden correcto, como también sostuvo Confucio, sea empezar por nosotros mismos.
Porque, en sentido estricto, hoy no se sostiene, “a partir de un determinado estadio, la distinción entre el
observador y lo observado (W. Heisenberg), y debemos concluir, como solía decir Krishnamurti, que el
observador es lo observado” (D. Bohm, 1997, p. 112). Por tanto, con el máximo rigor puede sostenerse
que, en la medida en que es posible tomarnos como sujetos objetos de conocimiento de nosotros
mismos, la realidad a transformar somos nosotros.
e) Lo anterior apunta a otra evidencia encadenada, que adoptamos como hipótesis plausible: el ser humano
normal y los sistemas sociales que compone son definitoriamente incompletos. El conocimiento y la
conciencia, desarrollados como generosidad y madurez generalizada, son hoy una excepción. Si el
problema humano tiene una naturaleza y una importante causalidad educativa, capaz de condicionar el
pensamiento y la actuación, educativa habrá de ser la solución. La finalidad siempre será la formación -
entendida como síntesis entre conocimiento, conciencia y madurez personal-, también expresable como
conjunto de adquisiciones o aprendizajes que, no obstante, deben entenderse como objetos de estudio,
principios de enseñanza o finalidades íntimamente relacionadas con la formación didáctica, anhelables
desde premisas educativas distintas.
f) Es posible evolucionar personalmente15, tomando como medios las actividades y ocupaciones
cotidianas.
g) Ello pasa por la convergencia individual y colectiva más allá del ego, estructurada desde una formación
unida a la madurez, que hoy no se cultiva expresamente en las escuelas ni en las universidades16,
catapultada por una educación que debe ser abierta, no-parcial, compleja y orientada... por tanto,
evolucionista.
h) A pesar de que a la educación nadie la ha visto desnuda jamás, podemos asegurar que no está tintada de
ningún color, ni está sesgada, ni cabe esgrimirse en nombre de nadie ni es limitante. Por tanto, entre
otras escoras, no es nacionalista (radicada en un sistema educativo). Mantengo que no ha de pretender,
en primer término, el desarrollo del propio sistema educativo nacional, ni tampoco de reducto mayor
como punto de llegada, sino, en todo caso, la posible evolución del ser humano o la universalidad,
desde el coto que sea.17
i) El futuro (junto a todos sus desafíos), en, hacia y para el que sobre todo tenemos que pensar y trabajar es
apasionante, si así lo pretendemos.
j) Formamos parte de un proceso evolutivo superior al de cualquier sistema que se quiera o que se pueda
contemplar o imaginar. Nos trasciende y lo trasciende, y es absolutamente real. Tomar conciencia de su
realidad es orientarse automáticamente desde unas coordenadas lógicamente englobadoras,
responsabilizando automáticamente en un proyecto cooperativo inmenso y con sentido: la evolución
humana, y cuya comprensión englobe e incluya a todos los sistemas e intereses menores, situándolos en
su justo lugar.
La educación procede generalmente de esta manera: procura en caminar al individuo, mediante una serie de atractivos y de ventajas, hacia
una determinada manera de pensar y de conducirse que convertida en hábito, en instinto, en pasión, se apodere de él y le domine contra su
conveniencia, pero en bien general [...]
Si esa educación da el resultado apetecido, todas las virtudes del individuo se convierten en materia de utilidad pública y en perjuicio privado,
15
A pesar de que de esto nada se nos diga en las carreras docentes y psicopedagógicas.
16
De sistemas educativos histórica y sincrónicamente ligados estrechamente a los nacionalismos, como en alguna ocasión ha
señalado García Garrido.
17
Análogamente, parece bastante lógico que para que una amistad prospere el centro de gravedad haya de ponerse en la pareja
de amigos/as (tercer ser), antes que en los intereses parciales de uno y de otro componente. Lo mismo ocurre en las aulas, cuyo
tercer ser envolvente puede ser el clima sociorrelacional, y cuyo tercer ser vincular puede ser la comunicación didáctica.
18
Medítese en esta versión actualizada de la locución, de la pluma de F. Mayor Zaragoza (1999), basada en investigación y
hechos: “La educación aporta los saberes necesarios para el despegue económico. La educación permite reducir, por decisión
propia, el crecimiento demográfico. La educación hace innecesaria la emigración. La educación es indispensable para forjar la
paz y la libertad; para la convivencia en el respeto al prójimo y a la naturaleza; para la conservación y el aumento de la
herencia cultural que nuestros antepasados nos legaron y que un día transmitiremos a las generaciones futuras (p. 160).
en relación con los superiores fines individuales, siendo la consecuencia probable una especie de desmejoramiento de la inteligencia y de los
sentidos y una decadencia precoz (pp. 47,48);
"El objeto de la educación es formar seres aptos para gobernarse a sí mismos, y no para ser gobernados
por los demás" (H. Spencer); “¿Debe la educación formar personas competentes o completas?” (F.
Savater, 1997); V. García Hoz (1946) entendía que: “En la tarea de la reconstrucción del mundo la
educación puede representar un papel decisivo; así lo reconocen, de una parte, los hombres de gobierno
al reunirse en Conferencias de Educación y [...] los cultivadores de la Pedagogía al abandonar la postura
de meros espectadores de la desorientación humana” (p. 9).; parece tratarse de "una carrera entre la
educación y el caos" (J. Bousquet, 1974, p. 147).
a) Desafíos de primer orden: Para la supervivencia o para la mejor vivencia, asociados a los entornos,
contextos o situaciones. Son circunstanciales, actuales, arrastrados, coyunturales y neutralizables
con los recursos necesarios.
b) Desafíos de segundo orden: Para la vida cotidiana de la nueva sociedad emergente: Presentan
características comunes para casi todos los entornos, asociadas al progreso. Requieren una actitud,
un conocimiento y una reflexión de naturaleza anticipatoria. En principio, no son neutralizables,
porque, una vez satisfechos, se abren a nuevos desafíos y emergencias.
c) Desafíos de tercer orden: Para la posible evolución humana: Son independientes de contextos y
sociedades, pero han de orientarse desde cada realidad. Presentan una naturaleza perenne, inherente
a la condición humana. Sin embargo, en toda circunstancia pueden considerarse más recientes que
los desafíos de las categorías anteriores, porque son anteriores a ellos y se renovarán en su mismo
sentido, y sin embargo aquéllos son mutables, mudables.
Dados los cambios vertiginosos de los últimos años, y para los futuros, nos inclinamos por una
formación polivalente pero con raíces, centrada en la conciencia, que capacite a los estudiantes, a la vez,
para dar respuestas constructivas y equilibradas a:
LOFUNCIONAL lo evolutivo
LO FUTURO LO PERENNE
LO CIRCUNSTANCIAL
A la vista del esquema, lo habitual es la hipertrofia funcional-circunstancial en detrimento de la
polaridad futuro-perenne. Es importante que el pensamiento y la razón sean anticipatorios, pero sin
referirnos sólo al previsible cambio social o de la escuela por las aplicaciones de las nuevas tecnologías,
que no llegan ni llegarán nunca a rozar la fundamentación pedagógica. Anticiparse también puede
equivaler a activar o a despertar aquellas cuestiones perennes sodormidas, ni siquiera ligadas a
progresos, a rentabilidad, a circunstancias o a desarrollos objetales que, aunque nos hagan a algunos la
vida más cómoda, quizá no contribuyan a estimular la humanización de la sociedad, el cambio interior.
Por tanto, definitivamente es erróneo identificar nuevo siglo, nuevo milenio, etc. sólo con perspectivas
duales, como la emergencia de lo último, lo situado, lo práctico... Primariamente debería asimilarse a lo
que, siendo casi atemporal o tenaz puede ser novedoso, independientes del tiempo, no sólo por estar
irresuelto, sino abiertamente relegado u olvidado, siendo básico para la vida. Y que, desde luego,
constituyen los aprendizajes gruyerianos y evolucionistas más útiles.
¿Es que no existen, es que aún no han sido adecuadamente formuladas? Creo que no. Pienso, con E.
Fromm (1987): "Puede decirse sin exageración que nunca estuvo tan difundido por el mundo como en
la actualidad el conocimiento de las grandes ideas producidas por la especie humana, y que nunca esas
ideas fueron menos efectivas que hoy" (p. 45). Por ello, como dijo Rimbaud: “Es muy posible que nos
hallemos en un tiempo en el que el futuro próximo hable la misma lengua del remoto pasado”.
Como consecuencia de la forma de vida actual, “Nos entretienen con noticias a corto plazo. Todos son
ruidos y no nos dejan sintonizar con las grandes cuestiones de nuestro tiempo” (F. Mayor Zaragoza,
2000b, p. 9). No sólo nos entretienen con noticias: cualquier anuncio de TV o programa de
entretenimiento genera más pensamiento que la mayoría de los premios Nobel.. Lo de menos es lo que,
cómo y para qué se piense; al fin y al cabo, estas respuestas no van a incidir directamente en los índices
de audiencia. Pero sea cual sea su raquítico y aprofesional criterio, el conocimiento será siempre la
puerta de entrada a una profunda felicidad capaz, además, de catapultar al ser hacia su propia
construcción y a la de su entorno.
19
Entiendo por la concreción pedagogías, sobre todo si va antecedido de los artículos “las” o “unas”, como sinónimo de
concepciones educativas.
Enfoque:
ALTERNATIVO (A COMPLEJO-
DESCRIPTIVO EXPLICATIVO
TRADICIONAL) EVOLUCIONIST
Acción:
Campo centrado
HACER PARA SER Campo centrado Campo centrado en la Campo centrado en la
en el mejoramiento de
MÁS Y MEJORES en lo esencial desegotización adquisición de concien
evolución total.
TEMAS\PERSPECTIVATECNOLÓGICAINTERPRETATIVSOCIOCRÍTICAEVOLUCIONISTA
REFERENTES
Resultados Procesos Problemas Crecimiento interior
CALIDAD
CLAVE GRAVITATOREficacia Significación Emancipación Complejidad
CARÁCTER Cualitativo-
Cuantitativo Cualitativo Funcional
METODOLÓGICO transformador
ORGANIZACIÓN
Leyes, principios Principios flexibles Negociación Convergencia
ESTRUCTURANTE
Contextos e inte
CONDICIONANTE Normatividad Subjetividad Universalidad
sociales
ASIENTO DE RAZÓN Teórica Práctica Crítica Dialéctica
Valorativa
EVALUACIÓN Estandarizada Negociada Consciente
autovalorativa
ELEMENTOS Evaluación del ego
CURRICULARES Actividades Evaluación conciencia docente
Objetivos y conten
CONDENSACIÓN (pu experiencias elementos y contex didáctica de
de iceberg) complejidad
PROFESIONAL
Ingeniero Pintor Profesor Maestro
CONDENSACIÓN21
20
De noogénesis, evolución reflexiva de la humanidad en su conjunto.
21
Para N.L. Gage (1993): “el paradigma positivista estaría representado idealmente por el trabajo de los psicólogos, y el
paradigma cualitativo tiene su origen en el trabajo de los antropólogos, el paradigma de la teoría crítica ha sido configurado
por los intereses de sociólogos, economistas y politólogos” (p. 227). También S. de la Torre (1993) expresa analogías
profesionales con los paradigmas fundamentales: el arquitecto, para el positivista; el artista para el interpretativo; el político
para el sociocrítico, y el asesor-gestor para el comprensivo, con el que él se identifica.
Cuando entre los paradigmas consensuados desplegamos un eje nuevo, compatible con aquéllos, cual
es la posible evolución humana -algo propiamente didáctico, en tanto que estrechamente ligado a la
formación-, se conforma automáticamente un referente no-sistémico, menos parcial que cualquiera de
los anteriores, no excluyente con ningún otro o complementario a todos, muy relacionado con
inquietudes que con frecuencia se encuentra en los docentes más maduros profesionalmente.
22
Szasz, entiende que la herejía “no tiene nada que ver con el hecho de no creer lo que creen los demás o lo que uno debe
creer, sino con la proclamación de la falta de creencia cuando lo correcto es profesar la creencia o, al menos, permanecer en
silencio” (en A. Hargreaves, 1996, p. 188). Nosotros, como Szasz, consideramos que cuando existe tensión entre un grupo y un
individuo, aparece la herejía. Y el hereje, en ciencia y educación, en principio, debería ser una figura interesante, por una sola
y sencilla razón: el grupo normal es la respuesta; el hereje es la pregunta. Y la historia necesita de ambos para fluir.
j) La descalificación y desánimo hacia quien se adentra en otros espacios disciplinares, ignorando
cuántos autores venerados no son pura sangre.
k) Los enfados egóticos porque se interpreta que un compañero/a ha entrado en la propia área o
¡hasta se ocupa de indagar en ella!, aun cuando la índole de lo tratado así lo precise y lo haga
inevitable.
l) Las pugnas egocéntricas de intereses institucionales, orientadas a alcanzar más competencias y
radio de acción (especialidades, alumnos, créditos, contenidos, recursos, materias, investigaciones,
dotación, capacidades de gestión y evaluación, etc.).
Ante esta estrechez de actitudes los nuevos tiempos traen mayor apertura, flexibilidad, mayor relación,
y una nueva comprensión supradisciplinar (inter, trans y metadisciplinar), capaz de:
Una hipotética nueva comprensión científica universal muy bien podría definirse como “zona de
próximo desarrollo” o probable paso siguiente, lógicamente definible, a las formas habituales de
proceder en investigación.
23
Entenderemos por dialéctica (adjetivo), relativa a la síntesis, y por dialéctica (sustantivo), el arte de descubrir síntesis
superadoras desde las opciones parciales, menos complejas y sesgadas.
24
Especialmente lo potencial o realmente problemático o extremoso o parcial. No es difícil deducir que gran parte de los
problemas humanos pueden radicarse en el razonamiento parcial, egotizado y cristalizado por prejuicios, que los cierran,
como intocables zarzas de dualidad.
d) Potenciar, sin forzar las percepciones amplias y bien articuladas y una comprensión relacionante
superior a la de los cotos disciplinares.
e) Primar el interés y la actuación para la mejora social y la posible evolución humana sobre cualquier
otro interés mecánico o sistémico-parcial, más allá de la rentabilidad, más allá del ego o más allá de
la inmadurez personal o colectiva.
La humanidad gusta de pensar en términos de extremos opuestos. Está acostumbrada a formular sus creencias bajo la forma de “o esto
o lo otro”, entre los que no reconoce posibilidades intermedias. Cuando se la fuerza a reconocer que no cabe optar por los extremos,
todavía sigue inclinada a mantener que son válidos en teoría, pero que en las cuestiones prácticas las circunstancias nos obligan a llegar
a un compromiso.
25
A.H. Maslow (1991) señaló como una de las más significativas características de las personas autorrealizadas el hecho de
que, en su conocimiento, las polaridades se disolvían y tendían a conformar unas con otras una unidad.
26
Finalmente, coincidimos con la esencia del advaita (del sánscrito, no-dualidad): “Expresión metafísica de la irreductibilidad
de la realidad a pura unidad (monismo) o a mera dualidad, elaborada filosóficamente por muchas religiones, en especial en
Oriente” (R. Panikkar, 1999b, p. 253).
27
No hay una sola clase de síntesis (fichte-hegeliana). En A. de la Herrán Gascón (2002) se recogen más de una veintena.
complejo y completo, luego más consciente a priori. Con todo, pueden expresarse más
sencillamente o incluso dualmente. Quien multiplica, cuando es preciso suma. Por eso, a veces no
se reconoce con facilidad este pensar o a su sujeto.
ESTRUCTURA UNO-TRINA DEL CONOCIMIENTO (TOTAL). Pienso que hay tres aspectos que
constituyen la molécula trina del conocimiento humano. Uno de sus vértices es la ciencia, y los otros
dos son la conciencia y la docencia, considerados en todas sus variantes y en todos los niveles posibles.
Si se medio admite esta hipótesis, estaremos sugiriendo la posibilidad de un cuarto (=uno) elemento
(área), de naturaleza distinta a los otros tres vértices, que, surgiendo de su confluencia, define de hecho
un espacio epistemológico que antes no existía y que se muestra extremadamente útil al conocimiento
humano. Podría denominarse formación. Sin embargo, si se observa con cuidado, lo más útil y
sorprendente de esta dinámica molecular quizá sea descubrir que la figura triangular o plana es tan
inestable o fugaz que bien pudiera decirse que no llega a existir nunca, que no puede hacerlo, porque se
trata de un estado transitorio. La geometría real desplegada es una pirámide vista desde arriba, cuyo
vértice superior es el mejoramiento de la vida humana y la evolución del conocimiento. O sea, que la
tríada ciencia-conciencia-docencia pasa directamente al elemento unificador evolución humana por
medio de la formación y la transformación social, cuyo anhelo vectorial, axiológico, centrador,
propulsor y utópico puede adoptar en su proceso la categoría de investigación y de arte.
Ojalá las instituciones culturales y las organizaciones científicas pudieran desarrollar una conciencia
uno-trina de aquellos elementos, y tanto con relación a “su naturaleza en sí, en desarrollo y concreta” (S.
García Bermejo, 1992). Porque los progresos parciales (monistas o duales)28 en el futuro tenderán a ser
engullidos por la historia y defecados con rapidez, por pretéritos o simples. Entiendo, en cambio que si
su anhelo apunta a la complejidad y la evolución interior-exterior, definirá la parcialidad de otras
conciencias menos amplias y sensibles, quizá el sentido de una selección natural-noogenética, y abrirá
ante sí un reto inabarcable, perenne, que por tanto le trascenderá tanto a ella como a sus responsables
actuales. Además -y esta puede ser la belleza mayor-, quizá de este modo desarrollen en cierto modo
una docencia social (comunicación didáctica institucional u organizacional) capaz de drenar, nutrir e
instrumentar la propia conciencia de su propia existencia. Yo llamaría a este enfoque, con propiedad,
"enfoque total" del conocimiento. Así y sólo así, a mi juicio, lo institucional puede no ser un estorbo, en
cuanto a la generación y de conocimiento y la coherencia.
Podría pensarse que la unidad del conocimiento pueda atentar contra la individualidad, la creatividad,
por definición original y novedosa. Esta sospecha emerge cuando se identifica unidad con uniformidad,
y nada más lejos de la realidad. Pero partimos de la premisa teilhardiana de que la unidad, si es
28
Bien identificados con la sola ciencia, con la sola conciencia o con la sola docencia, o bien con la supremacía o el conflicto
polar que se quiera considerar.
verdadera, no confunde: diferencia. Unidad es relación, convergencia, síntesis y mucha más visión y
creatividad, en la medida en que el campo de diversidad potencial se multiplica hacia la infinitud. En
cambio, uniformidad es castración de todo ello. Como E.O. Wilson (1999) explica para su consilience:
“Un sistema unido de conocimiento es la manera más segura de identificar los ámbitos de la realidad
todavía no explorados” (p. 435). Intuimos que el proceso hacia la unidad humana y universal de todo
ser consciente (individuo, sociedad) o producción progresivamente consciente (arte, ciencia, etc.),
atraviesa una secuencia matemático-cualitativa analizable en tres pasos:
SEGUNDA PARTE: APROXIMACIONES A LOS FRUTOS DE UNA EDUCACIÓN
FUTURA
QUÉ ES EL EGO. El ego es la corteza del árbol metafórico al que nos estamos refiriendo. Nuestra
acepción coincide con la percepción más vulgar del término, a saber, la que se refiere al mirarse, actuar
y ser desde y para el ombligo, tanto individual como colectivo. Estaría relacionado, como dice J. Hick,
con la limitación de la vida personal (en J.C. Eccles, 1986, p. 262, adaptado). Por tanto, coincidimos con
M. Almendro (1995), en que el ego estaría formado por aspectos concretos de la propia programación
negativa que, a veces desde una posición de soberbia y endiosamiento ilusorio, se manifiesta
burdamente o en las más finas e hipócritas de las expresiones, incluso desde el subconsciente. Se refiere
a los procesos de pensamiento por sí y para sí, incluso utilizando la energía del otro. Se ceba en la
autoimagen, es lo que separa al ser de lo(s) que le rodea(n). En sus aspectos cotidianos, nos introduce en
una falta de perspectiva de universalidad, de ignorancia, inundándonos de trivialidad. También conduce
a actitudes poco importantes o inconsistentes, como la complacencia de ser elegido o el sentirse herido,
aludido, rebajado, etc., por la rigidez que el propio ego genera.
De lo anterior se deduce que este ego, en poco o nada coincide con el ego del Psicoanálisis29, al que sí
conviene fortalecer, por la autoestima (imagen valorada del autoconcepto o yo como objeto). Así pues,
no entendemos el término o el concepto de ego como yo, como personalidad o como entidad evolutiva
que “surge en el proceso de la experiencia y de la actividad sociales” (G.H. Mead, 1982; R. Usher, e I.
Bryant, 1992), sino como la parte más inmadura de ésta, el llamado por algunos autores yo inferior.
Estamos próximos a la pretensión de controlar y diluir el ego del budismo, que posteriormente ha
retomado la mística universal, la corriente transpersonal o el mismo A.S. Neill (1975), que define como
aquello que emerge cuando me intereso más por mí que por otra persona, y como “una psicología
peculiar que se manifiesta en los hombres y en las mujeres que suelen presentarse mucho ante el
público” (p. 33). Quizá por esta razón, el autor conceptúa la docencia como una profesión propicia para
el incremento desmesurado del ego. Desde el sistema de referencia de los profesores, A.S. Neill (1975)
ha relacionado el ego docente con: la “omnipotencia”, el “egoísmo exteriorizado”, el “afianzamiento al
pasado”, la “autoprotección”, el “servir de ejemplo a los alumnos”, el “interés por sí mismo antes que
por nadie”, el “choque de egos”, la “hipocresía”, la “ausencia de sinceridad”, el “retorno al ego
infantil”30, etc. (pp. 33-41, adaptado). Análogamente, H. Pelegrina Cetrán (s/f) expresa que: “El apego
al propio Ego es un estancamiento en el proceso de maduración personal, que hace pervivir el ego
infantil”. Nosotros entendemos la lucha por la disolución del ego propio como origen de posible
autoconocimiento e indagación crítica, a caballo entre la personalidad y la necesaria formación de todo
profesional, especialmente de los educadores. Pero el ego y el yo están tan ensartados, unidos y
entremezclados, que resulta difícil separarlos. Nadie te recomienda que prescindas del yo, que resultaría
tanto como renunciar a la propia e individual personalidad. Pero los pensadores y experimentadores más
conscientes de lo humano, o los modernos científicos que contemplan lo transpersonal como objeto y
método de conocimiento, coinciden en recomendar la desaparición del ego. [Análogamente, es
recomendable la desaparición de la obesidad de un cuerpo, pero no del cuerpo mismo.] En síntesis, el
ego es la parte del yo: Inmadura, limitadora, condicionante, dependiente, apegada, identificada, parcial,
centrípeta, diluible, costrante, que impide una evolución profunda, que muere, que lastra la conciencia.
29
Que más adelante se abre con C.G. Jung hacia lo espiritual, y con Erikson hacia la generosidad, en el sentido de tener un
yo para compartir.
30
Esta intuición se tiene desde antiguo. Se atribuye a Confucio esta reflexión: “¿Cómo, pues, puedo yo andar buscando o
pensando si los hombres me alaban o no me alaban? A este modo de proceder llaman los hombres simplicidad infantil” (en
Chuang tzu, 1977, p. 209).
Por su desatención educativa y social desde las que se desarrolla, está a la vez omnipresente y olvidado.
Y, sin embargo, en ocasiones no hace falta que nadie nos diga lo que es el ego. Con la suficiente
sensibilidad y voluntad, por no hablar de capacidad de duda y verdadero deseo de aprender, se puede
descubrir, primero en los demás, y en el mejor de los casos, en uno mismo.
En este esquema, que podría representar al yo (en clave de modelo de persona potencial) cabrían
diferenciarse una serie de variables constitutivas, que quizá algún día se resuelvan o definan más. Por
ejemplo: El diámetro exterior, el diámetro interior, la anchura del anillo, la densidad de su materia, la
porosidad o impermeabilidad entre el interior y el exterior, la situación de la figura, la posición de su
centro (virtualidad existente), etc. La madurez personal se verifica cuando la corteza de
condicionamientos del ego cede paso a la conciencia, y el yo, en definitiva, cada vez es menos ego y
más conciencia. Cuando el sujeto es progresivamente menos ego y más yo, normalmente es porque va
conquistando niveles sucesivos de evolución interior, que podrían denominarse zonas de próximo
desarrollo de conciencia, adecuando al caso el concepto vigotskyano. Cuando los yoes individuales o
colectivos son más ego que conciencia, se experimentan bloqueos y dificultades de aprendizaje que, de
tan frecuentes, pasan desapercibidas: para la apertura y flexibilidad mental, la capacidad de síntesis, la
capacidad de cooperación, integración y convergencia, el sentimiento de unidad, la humildad, el
autoconocimiento, la serenidad interior, la capacidad de duda, el sentido crítico no-dependiente, la
capacidad de rectificación, la generosidad, la ética autógena, etc.
Nos parece esencial su análisis, de cara a su posible reflexión educativa. Por eso, la superación del ego
humano podría entenderse como epicentro de la educación perenne y por tanto de lo por venir. Sin una
comprensión y superación del ego, no puede darse verdadera educación, ni integración, ni desarrollo
profundo de personas, colectividades, instituciones o pueblos. La educación no puede avanzar
desconectada de lo que inhibe o lastra la conciencia-madurez individual y colectiva. ¿Cómo podría
hacerlo? El control o dominio del egocentrismo personal y generalizado es competencia de la
educación, o debería serlo. Pero éste, que ya calificamos como “problema principal de la educación”,
está como tapado o ignorado. ¿Por qué? Desde mi punto de vista, porque la propia inmadurez general
anterior lo impide, lo bloquea. Esto es lo mismo que reconocer que podría tratarse de una cuestión de
complejidad de conciencia, o sea, de evolución ligada al tiempo. Cuando el yo está saturado de ego, la
realidad se percibe distorsionada. El análisis de los propios condicionantes internos puede actuar como
antesala del conocimiento. En caso contrario, el conocimiento queda sesgado y la realidad
distorsionada. Sin embargo, la enseñanza normalizada se realiza sobre conocimientos sesgados, con
tendencia a justificar y a acrecer escoras del mismo tipo, lo que jamás puede ser idéntico a formar, sino
a alimentar (reforzar, promover, inducir, deformar) el conocimiento desde creencias, opiniones,
prejuicios, predisposiciones, generalizaciones, etc. de un solo signo.
¿CÓMO TRASCENDER EL EGO? Desde un punto de vista (auto)didáctico, la disolución del ego es
una tarea larga y difícil. Pero todavía no son muchos los pedagogos y los psicólogos que explican el
“cómo”. Para trascender el ego pueden diferenciarse dos clases de métodos básicos:
i Desde el punto de vista de la porción del yo a la que se atiende y desde la que se actúa, la evolución
personal se puede abordar con un enfoque:
a) Egógeno o de lastres, centrado en la suelta, disolución o control de negatividad, desde cuya pérdida
se ganaría.
b) Centrado en la conciencia o de ganancias, desde el trabajo hacia una complejidad orientada.
ii Desde una perspectiva metodológica, distinguimos dos grandes vías de trabajo sistemático con el sí
mismo para trascender el propio ego:
La distinción entre el yo como ego y el yo como persona sugiere que a medida que el individuo humano se hace más perfecto, se
hace también progresivamente más persona y menos ego. Puesto que la personalidad esencialmente es mirar hacia el exterior, es
una relación con las demás personas, mientras que el ego forma una muralla que limita la vida personal, el individuo perfecto
habrá alcanzado una personalidad sin ego, una conciencia vital transparente, frente a las demás conciencias, en relación con las
cuales vive en plena comunidad de amor. De este modo, tenemos el cuadro de una pluralidad de centros personales sin periferias
separadas. Estos habrán dejado de ser mutuamente exclusivos y se habrán convertido en mutuamente inclusivos y abiertos los
unos a los otros en un rico complejo de conciencia compartida. La barrera entre su vida inconsciente común y su conciencia
individual habrá desaparecido, de modo que experimentan una intimidad de comunidad personal de la que apenas podemos
tener atisbos (en J.C. Eccles, 1986, p. 262).
2)La diferenciación ego-nosotros. Otra diferencia entre yo y ego es que el primero se refiere
fundamentalmente a personas individuales, así mismo puede hablarse de ego grupal, social,
institucional, etc. Por tanto, en cuanto a sus dimensiones normales, el ego es más amplio,
porque abarca tanto la esfera personal como la social o sistémica-colectiva. Y lo hace hasta tal
punto que, cuando los sujetos de referencia componen un sistema social (colectividades,
instituciones, ismos, etc.), lo más normal es que su principal fuente de motivos sea su ego
compartido. Las asociaciones, colectivos, empresas o grupos institucionales que actúan desde
la generosidad, la convergencia o con la variable evolución humana antepuesta a sus propios
intereses, son la excepción, porque podrían correr el riesgo de dejar de ser rentables (en el
sentido que sea), por ser más evolutivos.
ADHERENCIAS IDENTIFICACIONES
APEGOS
DEPENDENCIAS ATADURAS
EGOÍSMO COMPRENSIÓN Y
EXPRESIÓN
EGOCÉNTRICA
AUTOIMPORTANCIA HUMILDAD
DISMINUIDA
PARCIALIDAD DISTORSIÓN DE
EXPRESIONES
LA REALIDAD
DESEO DE DEL EGO HUMANO
(LASTRES DE CONCIENCIA) PREJUICIO
COMUNICACIÓN COMO
DE PREJUICIOS NORMALIDAD
COMUNICACIÓN AUTONOMÍA
DE SESGOS DISMINUIDA
INCOMODIDAD
AUSENCIA DE ANTE LA
AUTOCRÍTICA CRÍTICA
ESTRECHEZ DE
LIBERTAD COMO CONCIENCIA RECHAZO A LO
SOLO BIENESTAR DESESTABILIZADOR
Y ACUMULACIÓN
1) Capacidad de visión disminuida, quizá porque unos pocos árboles no dejen ver el bosque, ni el
lago que hay a su lado, ni el horizonte. Un/a maestro/a dispone de una amplia visión.
2) Menor comprensión, generada por el apego a determinados procesos de dependencia
afectocognitiva. Un/a maestro/a dispone de gran comprensión.
3) Menor confianza en sí mismo, como argumento para no asumir responsabilidades y para
aceptar capacidades de otros.. Un/a maestro/a conoce sus posibilidades y límites.
4) Menor amor, entendida como dificultad para integrar y practicar el “tener ojos en el corazón y
corazón en los ojos” (M. Moya, 1999), para entender la vocación como entrega personal y
profesional, más allá de la situación funcional, laboral o del contrato, y para escuchar y trabajar
por los demás. Un/a maestro/a integra e incorpora armónicamente esta experiencia a su trabajo.
5) Menor capacidad de síntesis superadoras de dualidades, o de enseñar tolerancia de mano de la
lógica subyacente al conocimiento integrador. Un/a maestro/a supera en sí toda dualidad y suele
enseñar a hacerlo.
6) Rechazo a la complejidad, o bien apego a las soluciones, planteamientos, desarrollos y
evaluaciones simples y simplificadoras. Un/a maestro/a está abierto al conocimiento no
condicionado (áreas, disciplinas, culturas, etc.).
7) Menor flexibilidad mental, o creatividad limitada o rígida. Puede llevar a enormes
contradicciones didácticas. Por ejemplo, defender la creatividad por un lado, y por otro no
soportarla, si se sale de las previsiones de ámbito, de flexibilidad, de originalidad, de fluencia,
de elaboración, etc. Un/a maestro/a dispone de una enorme creatividad, adquirida como
consecuencia de su evolución personal, para la mejora de la vida inmediata y mediata.
8) Dificultad para la rectificación, aunque se consigan contemplar los errores, deficiencias,
lagunas, etc. Un/a maestro/a, desde su humildad y su capacidad de autocrítica, es capaz de
cambiar sus comportamientos, cara a los demás.
9) Ausencia de sentimiento o interés por la universalidad, ya que el que predomina es el de
parcialidad, aunque se totalice como mecanismo de defensa:
Cuando el hombre piensa así de sí mismo [fragmentariamente], tiende inevitablemente a defender las necesidades de su propio
“Ego” contra las de los demás, o, si se identifica con un grupo de gente de la misma clase, defenderá su grupo de un modo
parecido. No puede pensar seriamente en la humanidad como una realidad básica que exige su prioridad (D. Bohm, 1987, p. 11).
Un/a maestro/a se orienta a lo no-universal y a lo universal a la vez, colocando lo primero en
función de lo segundo.
10) Escasa virtud o generosidad, en la medida en que la rigidez y dualidad no puede reflejar, más
que en casos (quizá compensatorios) muy determinados, lo opuesto a lo que la mantiene. Un/a
maestro/a es virtuoso, entendiendo por virtud lo que desde hace miles de años se ha hecho
equivaler a la generosidad, coherencia y madurez personal.
11) Menor disposición para el desarrollo de la autoconciencia desde sus dimensiones sincrónica
(compromiso social), diacrónica (histórico) y transcrónica (cooperación en el proceso global
de evolución humana). Un/a maestro/a está siempre dispuesto a identificarse con la más amplia
y plena autoconciencia.
y) Posible serenidad interior disminuida, generada por un mal uso de las posibilidades asociadas a la propia
razón, o apoltronamiento en la quietud. Un/a maestro/a está más serenado en la inquietud.
z) Orientación de su libertad, valores y recursos personales y materiales a reunir, acumular o a acopiar, y al
solo bienestar, ya que la conciencia no puede crecer hacia una complejidad dialéctica e integradora.
Un/a maestro/a, más que bienestar, pretende ser más para ser mejor, y realizar mejor su trabajo docente
y su vida en general.
aa) Intolerancia o rechazo a las opciones distintas a la propia, que en mayor medida se expresan si quien
difiere participa del mismo sistema de identificaciones. Bien podría denominarse a esto el síndrome de
San Martín. Un/a maestro/a opta en libertad por lo más beneficioso para el ser humano, más allá de la
dualidad.
bb) Intolerancia, rechazo y/o desarrollo de actitudes fóbicas hacia todo lo desestabilizador de la propia
homeostasis: análisis del ego/conciencia, práctica de la duda, ejercicio ecuánime de la autocrítica,
desarrollo no inhibido de la creatividad, cultivo no condicionado de la inquietud por el conocimiento,
expansión de la complejidad, incorporación de humildad, práctica del amor, etc. Un/a maestro/a está en
crisis, en cambio y en autoconstrucción permanente, desde su conciencia, no sólo para el cambio
exterior necesariamente crítico, sino para contribuir al mejoramiento de la vida humana, más allá de la
crítica y de la transformación, esto es, desde su autoconciencia.
"Falta un eslabón en las teorías generalmente admitidas [...], aun teniendo como base la idea de la
posibilidad de una evolución del hombre" (P.D. Ouspensky, 1978, p. 1978, pp. 15,16), y quizá tenga
una alta relación con el autoconocimiento, como requisito de la interiorización. Como observador del
fenómeno humano, esta circunstancia, esta ausencia de atención o esta atención desorientada me parece
extraña, preocupante, sobre todo por sus consecuencias, terribles y abundantes, que, lógicamente, suelen
quedar inatribuidas para la conciencia ordinaria. Y sin embargo, el origen de tantas y de tantas
negatividades lo tenemos delante de nuestra propia nariz, como en esta historia del maestro Foyan:
Imagina que un hombre se ensucia la nariz con excremento mientras duerme. Al despertar, inconsciente de lo que ha sucedido, percibirá el mal
olor, olfateará su camisa y, creyendo que es ésta la que apesta, se la quitará. Sin embargo, al no haber identificado correctamente la fuente del
mal olor, éste persistirá. Si alguien le mencionara el origen del hedor, no le creería y se negaría a limpiarse la nariz pero, cuando lo hiciera,
descubriría que el mal olor procedía de su propia nariz (en T. Cleary, 1994, pp. 84,85).
¿QUIÉNES CREEMOS QUE SOMOS NORMALMENTE? Y... ¿POR QUÉ?. Del anterior caos
aparente, resulta una situación interior del ser humano verdaderamente lamentable, en la medida en que
de hecho somos yoes que son más ego que conciencia; conciencias inhibidas, entre dormidas y miopes;
seres resultantes de mala (auto)educación; en cuanto al autoconocimiento, ignorantes sin la humildad
necesaria; seres poco interesados en madurar; abanderados de la parcialidad: disgregadores de lo crudo
y lo cocido; razonadores que no están a la altura de su propio cerebro. ¡El eslabón perdido entre el
prehomínido y el ser humano aún no ha nacido! Las causas de lo anterior pueden ser variadas, y las
sistematizamos en varios grupos:
EFECTOS DE UN MAL APRENDIZAJE. Desde el punto de vista del mal aprendizaje, distinguimos
los siguientes efectos:
a) De tipo cultural y político, como mal uso del término, tanto como imprecisión especulativa, como,
con demasiada frecuencia, como manipulación institucional. En definitiva, se vive “la confusión entre la
luna y el dedo que apunta a la luna” (T. Deshimaru). Y esto genera un enorme e invisible peligro
potencial y concreto
b) De tipo psicológico, sociológico y pedagógico, desde indicadores interiores (íntimos, subjetivos):
Sesgo en el conocimiento, dificultad para la convergencia, insatisfacción esencial, angustia normal-
difusa ante la levedad de ser, desorientación axiológica, formación sin norte universal, refugio en lo
objetal: trivialidad y/o superficialidad asegurada, propensión al condicionamiento: identificación,
dependencia, apego, limitación autoconstructiva, inmadurez generalizada, complejidad de conciencia
lastrada, evolución personal y colectiva disminuida, desunión, etc.
I Acceso directo: Su lema podría ser: “Sin pensamientos alcanzo mi verdadera naturaleza”
Este método trata de dirigirse al centro de la figura, desde cualquier punto. El centro es el satori, el
samaddhi, el zikr, el éxtasis, la iluminación, la experiencia mística... El método por excelencia es la
meditación: actitud y trabajo sobre la propia conciencia. Al respecto, remarca el psiquiatra E. Rojas:
“Solo a través de la meditación es posible llegar a responder a la pregunta "¿quién soy yo?“. Es
independiente de ideologías, de culturas, de ambientes, de circunstancias históricas... El centro tiene una
naturaleza radical. Orienta todo lo perimétrico, siempre que no se pierda la conciencia o la distancia:
enseñanza, aprendizaje, conocimientos, procesos... Por él pasan todos los diámetros. De él nacen los
radios. No se opone a radios, diámetros o perímetros. Es del todo complementario a ellos.
Su eje podría decirse que son ciertas preguntas. C.G. Jung las sintetizó a lo largo de su vida en estas dos:
“¿Quién soy yo?”, y “¿Qué es el mundo?” Foyan dice: "Dirige tu mirada hacia ti mismo. Observa a la
mente que piensa. ¿Quién está pensando?“. P. Brunton (1979) propone otras en un sentido parecido:
"¿Quién es el que piensa?", "¿Quién está haciendo esto?”, “¿Quién siente esta emoción?”, “¿Quién dice
estas palabras?”, “¿Quién está pensando estos pensamientos?“, "¿A quién perturba esto?”, ¿A quién
apena esto?”, “¿A quién sorprende esto?”, “¿A quién abruma esto?”, “¿A quién tienta esto?".
Desde el perímetro se puede reconocer el centro que sitúa a la figura. De algún modo, el centro está en
todas partes (Pitágoras). No importa no estar en el centro, con tal de no perder la conciencia de la
distancia. Sin referencia al centro, el resultado es grotesco, puede ser conocimiento desnaturalizado.
Su eje cabe entenderse entre tesis que vienen a apuntar la metatesis de que Sólo existe un conocimiento,
de que no hay diferencias formales entre auto y heteroconocimiento: Wagensberg: “Y si forzamos aún
más nuestra sinceridad, incluso estaremos dispuestos a admitir, con el corazón en la mano, que lo que
cada uno busca en todo conocimiento es un indicio de sí mismo” “Este ‘estar en su centro’ no es nunca
algo exclusivamente interior: concierne también a la existencia en el mundo, esto es, en el cuerpo”
(K.G. Dürckheim, 1982, 151). F. Nietzsche (1984) decía: “Debemos considerar la ciencia como una
humanización de las cosas todo lo fiel posible. Al descubrir las cosas, lo que hacemos es aprender a
describirnos a nosotros mismos cada vez con mayor exactitud” (p. 103). Cualquier conocimiento destila
un autoconocimiento alícuota. Pero esto ocurre de un modo significativo, sólo si se desea y durante
mucho tiempo. Algunos errores básicos, propios de esta vía de acceso son: Primero, detenerse en algún
punto de la circunferencia: “sentirse en la mejor opción o en la más válida”. Parece que a este error
contribuye activa e inconscientemente la ciencia (positiva): Teilhard de Chardin lo subrayaba: "¿Y no es
precisamente uno de los atractivos de la Ciencia el de desviar y hacer descansar nuestra mirada sobre un
objeto que, por fin, no sea nosotros mismos?". Otro es perder de vista el centro: Este error es puesto de
manifiesto por J.J. Rousseau: "¡Oh, hombre!, concentra tu existencia en tu interior, y no serás ya
miserable", o por J. Krishnamurti: “Sin conocimiento propio, la nueva información conduce a la
destrucción“. En tercer lugar, equivocarse y tomar un punto externo como centro, o “vivir en lo
existencial y jugar con lo esencial”, justo lo opuesto a lo que se debiera.
Algunas implicaciones didácticas podrían transcurrir sobre las siguientes premisas: Un diseño y
desarrollo de la enseñanza puede ser centrante o no. Una eventual Didáctica de la Conciencia se
diseñaría y desarrollaría con esta caución, en dos sentidos de más y más complejidad: intencionalidad
despierta, y atención al proceso de evolución personal. Algunas aptitudes cultivables desde este modo
de acceso son las asociadas a la capacidad de visión, de comprensión, de relación, de convergencia, de
síntesis, de creación generosa, etc. Algunos procesos que lo pueden favorecer son: reflexión sobre los
fenómenos, indagación desde la relación del fenómeno consigo, humildad, como alcance de la propia
ignorancia, como fenómeno predominante o justificativo del saber, prospectiva, como previsión futura,
desarrollo e incorporación al currículo ordinario de nuevos temas transversales y radicales (transversales
de transversales, o espirales), práctica de la enseñanza y el estudio como de conciencia, etc.
III Acceso en negativo: Su lema pudiera ser: “Reconociendo mi no-yo esencial, alcanzo la conciencia
de mí mismo”
Yo cortical
Ser esencial
En esta figura aparece un anillo exterior (corteza) y una circunferencia interior (núcleo). El objetivo es
llegar al interior, reconociendo a la corteza como corteza. A la conciencia (interior) se puede llegar
indagando en negativo, descartando el yo cortical. A mayor conocimiento de la corteza, mayor
discernimiento entre lo que proviene de ambos y mejor intuición de la porción central. El método es el
razonamiento como meditación. Para cada persona o colectivo pudiera hacerse corresponder un
diámetro exterior, un diámetro interior, una anchura del anillo, una densidad de su materia, una
porosidad o permeabilidad entre el interior y el exterior, una situación del centro de la figura, etc.
Esta vía de acceso se centra en respuestas, centradas en un interés (llegar al yo cortical) y en la verdadera
utilidad (alcanzar el yo nuclear), como diría Lao zi. Respuestas análogas las han ofrecido grandes
maestros: R. Maharsi (1986): "Yo no soy mi cuerpo“. “El cuerpo burdo [...] eso no soy. Los órganos
sensoriales [...] eso no soy. No soy siquiera la mente que piensa. Y tampoco la nesciencia”. “Tras haber
negado todo lo arriba mencionado diciendo ‘eso no’, ‘eso no’, esa Conciencia es lo único que
permanece, eso soy”. Bhaktivedanta Swami Prabhupada (1976): "Yo no soy este cuerpo. Yo no soy
hindú... Ustedes no son americanos... Somos todos almas espirituales”. “El yo, ¿quién es?, ¿soy un
cuerpo? No, porque las células de mi cuerpo son renovadas continuamente y, en siete años, no queda ni
una de las anteriores y, sin embargo, tú sigues siendo el mismo. [...] tampoco soy mis pensamientos,
pues ellos cambian continuamente y yo no...] tampoco soy mis actitudes, ni mi forma de expresarme, ni
de andar Yo no puedo identificarme con lo cambiable, que no son más que las formas de mi yo, pero no
soy yo. Yo soy el ser, lo que es“. A. de Mello (1987): “Conocerse uno a sí mismo es fundamental y, sin
embargo, lo curioso del caso es que no hay respuesta para la pregunta ¿quién soy yo?, porque lo que
tienes que averiguar es lo que no eres, para llegar al ser que ya eres”. "Lo importante es ser, y no el
figurar”. A. Blay (1991): ha escrito sobre: "Yo no soy el cuerpo, tengo el cuerpo", "Yo no soy mis
sentimientos y emociones" y "Yo no soy mi mente ni mis pensamientos". Sato Norikiyo (Saigyo)
escribió el siguiente hayku: “¿Es, pues, quien perdió / su ego quien / sale perdedor? Pierde / quien no
pierde/ su ego.
Algunas implicaciones didácticas podrían ser: Trabajo lento sobre contenidos diferenciadores, más allá
del ego: El figurar y el ser, lo existencial y lo esencial, lo que creemos ser y lo que somos, con lo que
nos identificamos y con lo que convergemos, etc. Así mismo, la posibilidad de desarrollo de didácticas
negativas, la evaluación del ego docente (A. de la Herrán Gascón, e I. González Sánchez, 2002), como
clave para identificar las fuente de malapraxis y mejorar el desarrollo profesional, etc.
CONCLUSIONES PARA LA DOCENCIA. De entre las conclusiones para los docentes destaco dos
grupos de cuestiones: unas primeras de tipo social, y otras más específicamente didácticas:
a) Premisas sociales: Los sistemas educativos no favorecen el autoconocimiento, sino más bien lo
contrario: identificaciones, parcialidad, dependencia, certezas, ausencia de duda, etc. Autoconocerse es
un derecho educativo del aprendiz. Su enseñanza, un deber del docente. Sin embargo, este derecho-
deber se niega o se violenta, de hecho
b) Premisas didácticas: “El autoconocimiento es un proceso unido a un resultado: el ser humano “no
nace como un yo [...] aprende a ser un yo” (K.R.Popper, 1980). El autoconocimiento es el eje de la
madurez personal, que a su vez es el eje de la formación, que a su vez es finalidad fundamental de la
didáctica. Es además es un tema radical (espiral de transversales). Los profesores lo pueden contemplar
como objeto y objetivo de reflexión y de enseñanza. Se puede comunicar directamente (tratándolo) o
indirectamente (desde otros contenidos), siempre que se actúa no sólo con ciencia, sino con con-ciencia.
Antes de enseñarse, se requiere una experiencia de conciencia y autoconocimiento suficientes. Los
métodos didácticos privilegiados son: la ejemplaridad y la transmisión de inquietud por el
conocimiento, en función de la evolución humana (propia, ajena y colectiva: total)
Desde la enseñanza podrían cultivarse capacidades como: la pérdida o superación de ego, tanto
colectivo como individual: “Del conocerte saldrá el no hincharte, como la rana que quiso igualarse con
el buey” (Cervantes); la humildad: “Sólo sé que nada sé” (Sócrates); la superación del prejuicio; la
práctica de la duda; la construcción del propio conocimiento desde y para la síntesis; el razonamiento
complejo; la comprensión del sentido la vida-muerte; la reflexividad y centración; la serenidad, la
compasión, la interiorización, meditación; la visión flexible y amplia; el nivel ético; la madurez
personal; la más clara comprensión de sí y del mundo; el sentimiento de humanidad y universalidad,
etc.
Para todo ello, insisto, es esencial para los profesores y por ende para sus alumnos la práctica de la
coherencia. Algunas buenas razones nos pueden servir de guía didáctica: "La sabiduría empieza con el
conocimiento propio" (Krishnamurti); "Sabio es quien conoce a los hombres, y clarividente quien a sí
mismo se conoce" (Lao zi); “Los hombres superiores primero hacen las cosas y después hablan de
ellas” (Confucio); "Los hombres perfectos de la antigüedad, primero buscaban su propia plenitud, y sólo
después ayudaban a los demás" (Zhuang zi); "Gobernarse a sí mismo, antes de gobernar a los
demás"(maestro Lie); “Queremos alterar las cosas externas sin revolución interior. Pero la revolución
interior debe producirse primero, y ella traerá el orden en lo externo" (Krishnamurti); "Tú hablas de ver
y conocer el mundo. Pero sin conocerte tú mismo, el sujeto cognoscente (sin el cual no hay
conocimiento del objeto), ¿cómo puedes conocer la verdadera naturaleza del mundo, del objeto
conocido?" (Maharsi).
QUÉ ES LA CONCIENCIA. “La época que se abre es de universalidad y colectivismo, cayendo las
cadenas del individualismo atomizante del mundo pasado. La verdad es Unión y no Desunión”, decía
Nicolás Berdiaev. Y, para orientarse a ella y consumarla, ¿qué clase de racionalidad es la adecuada?
¿Cuál es su discurso, su sillar estructural? ¿Qué pensamiento, razón o coherencia podrá, a la vez,
soportar y catapultar las nuevas comprensiones de la realidad, las nuevas amplitudes? ¿A qué dar
prioridad? ¿Cuál enseñar y promover en las escuelas y en la vida cotidiana? Y, ¿desde qué capacidad o
ámbito es más sensato plantear el crecimiento, la posible evolución humana: la ambición, la voluntad, el
amor, la creatividad, la espiritualidad...? Si las raíces no son largas y fuertes, el árbol no puede ser alto.
Desde el punto de vista de las consecuencias para el conocimiento, la experiencia y la investigación, la
fuente de las fuentes o su causa común es la conciencia, que podría comprenderse como aptitud-causa y
conocimiento-consecuencia de la evolución interior, tanto individual como social.
Desde un punto de vista neurológico, A. Blay Fontcuberta (1992) relaciona el desarrollo de la mente
con la conciencia:
El desarrollo de la mente básicamente depende de la capacidad de darnos cuenta de las cosas, de ser conscientes de ellas. [...] Para
desarrollar la mente hemos, pues, de desarrollar directamente el grado de conciencia, de lucidez mental, no haciéndola saltar de un objeto a
otro, no acumulando datos de un mismo orden, sino procurando que crezca en amplitud, en profundidad, en agilidad, en capacidad de
combinación, en manejo de todos los datos de que dispone y que lleva dentro, y esto con fluidez, con soltura, etc. (p. 405).
Desde nuestra perspectiva, la conciencia es el anhelo de una complejidad con norte en el proceso
imparable de la posible evolución humana. Desde aquí se pueden comprender mejor los términos de
capacidad de reflexión e indagación, porque automáticamente se orientan a la madurez personal y
social. Desde esta perspectiva, deducimos que su sentido puede aprehenderse desde el siguiente sistema
conceptual de ecuaciones: Su naturaleza (como ocurre con la mente) es una incógnita para la ciencia; es
sobre todo evaluable cualitativamente; su incremento se puede traducir en elevación del nivel ético y de
la coherencia; es el conocimiento del conocimiento31; parece relacionada con el autoconocimiento y el
conocimiento más objetivo; está relacionada con la capacidad de repliegue del ser sobre sí mismo y
percibirse; es el yo esencial o ser esencial, que permanece una vez suprimida la corteza de apegos que
caracterizan al ego personal (R. Maharsi); podría decirse que es ausencia de ego y ausencia de cuerpo;
a escala global, es la noosfera o capa pensante que envuelve a la Tierra (Teilhard de Chardin); desde mi
punto de vista, es la aptitud educativa de la evolución humana, individual o colectivamente considerada,
que se expresa en cada persona mediante otras subcapacidades sintomáticas: discriminación entre ego y
conciencia, sentimiento de unidad, de no-fragmentación, autoconciencia o presencia emotivocognitiva
de la humanidad, la historia, la universalidad y la evolución humana como sistemas de referencia más
activos del momento presente, amor-generosidad (en el sentido de F. Rielo, 2001)32, ejemplaridad-
coherencia, creatividad, capacidad de relación y de abstracción, cooperación no-dual, receptividad
(armonía interior, con el entorno y con la totalidad de lo que evoluciona), empatía, comprensión,
compasión, penetración intelectual, práctica de la duda (A. de la Herrán, 1997), disminución de la
angustia, pérdida de miedos y disolución de la angustia de muerte, etc. Por todo ello, el eje ego-
conciencia es el centro de gravedad de la innovación permanente más importante: el cambio interior,
cuyo resorte básico es la ganancia con la pérdida de los lastres (tela de araña) que antes desplegamos,
31
Evidentemente, nos limitamos a identificar conciencia con conciencia intelectual [cuestionamiento de su conocimiento
sobre la realidad], pese a que F. Nietzsche (1984) ya observara que: “la mayoría de los hombres carecen de conciencia
intelectual [...] a lo sumo se ríen de sus dudas. Quiero decir que la mayoría de los hombres no juzga despreciable creer tal o
cual cosa y vivir según esa creencia, sin haber adquirido conciencia previa de las razones últimas y ciertas que la abonan como
verdad, ni siquiera haberse tomado el trabajo de buscar tales razones [...] Pero verse en medio de este rerum concordia discors,
de toda esta maravillosa incertidumbre, de esta multiplicidad de la vida, y no preguntar, no sentir el estremecimiento del deseo
y el placer de la interrogación, no odiar siquiera al interrogador, sino tal vez divertirse con él, eso es lo que me parece
despreciable ” (p. 34).
32
“El sujeto educador debe encarnar, además de aptitud o cualificación propia de su campo científico, la actitud de generosa
entrega que se resuelve en un conjunto de virtudes morales que, con síntesis en el amor, condicionan no sólo la transmisión de
virtudes intelectuales, sino la propia formación integral del sujeto educando en interacción también con la formación del sujeto
educador” (F. Rielo, 2001, p. 44).
así como a través de los que hemos identificado como procesos básicos de conciencia (A. de la Herrán,
e I. González Sánchez, 2002, pp. 75-78).
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Una gran parte de las personas se quejan sin visión dialéctica. Otras muchas crítican más desde el ego
(individual y colectivo) que desde la conciencia. Hay quien ha dado un paso importante y practica la
33
Aquella que pone en función de la variable evolución humana las finalidades sistémicas.
34
“¡Si el tiempo que dedicamos a la queja lo empleásemos en el remedio!, escribía J.M. Sánchez Gey (1977, p. 38) como una
de sus máximas.
autocrítica, tanto personal como desde el punto de vista de los sistemas con que se identifica. Muy
pocas la superan y, cara a fuera, llegan a la transformación. Y menos se encuentran en el camino de la
mejora personal.
Cuando alguien cuyo estado de conciencia dominante sea la transformación o la mejora personal se
queje, seguro que es útil escucharle. Cuando critique, seguro que se aprende y enriquece. Cuando se
autocritique, encontraremos modelos para madurar. Cuando transforme nos estará enseñando a vivir en
la coherencia. Y cuando constatemos que mejora o evoluciona interiormente entroncado con la vida,
nos estará comunicando un sentido y un referente de ser, el camino del maestro.
ENTORNO PLANETARIO. Nuestro planeta es como una gran escuela sin proyecto, cuyas sus fallas
globales inciden de mil modos en los sistemas menores. Del mismo modo a como el agua tiende a
rellenar los huecos a su paso, en un futuro los temas y sus perspectivas, no sólo tenderán a superar las
fronteras, sino que expresamente se referirán a horizontes verdaderamente planetarios. Esto ocurrirá,
con toda probabilidad, por unas razones básicas: Primero, por el incremento de complejidad de la
conciencia individual, que conduce a la formación de cada vez más “conciencias sin fronteras” (K.
Wilber, 1990), al que sin duda pueden ayudar los futuros medios de comunicación social, frente a los
actuales medios de confusión social. Segundo, por la densificación de las relaciones entre los sistemas
menores (ya hemos reparado en Internet), cada vez con más rapidez, originando pseudoglobalidades
cuyo caminar sólo pueden conducir a la globalización real o a la composición de un sistema único,
dotado de una equifinalidad planetaria: “El futuro del planeta habrá de configurarse como una sola
unidad de objetivo único” (R. Portaencasa, y J.A. Martín Pereda, 1992, p. 2). Quizá en tercer lugar, la
salida de la Tierra, o sea, la exploración y profundización humana, más allá de la atmósfera,
importantísima para la apertura actitudinal, cognoscitiva y útil para la educación (disolución) de nuestro
recalcitrante egocentrismo.
HUMANIDAD. “Esta idea de humanidad vive aquí y allá desde hace mucho tiempo, mantenida por la
reflexión de moralistas o por el ejemplo de sabios. Pero la humanidad se ha convertido en una realidad
planetaria sólo muy recientemente” (E. Morin, 1983, p. 517). Sobre la humanidad todavía se conversa
poco y se reflexiona menos. Y no es extraño. La ignoran los adultos, la ignoran las naciones más
poderosas y, por la falta de vivencias o de rutas neurológicas, no se considera una ideación capaz de
albergar un realismo primario. Nuestra experiencia nos dice que la mayor parte de los niños son capaces
de abstraer la intuición de humanidad desde los tres años y medio. Y sin embargo, con el paso del
tiempo y de los aprendizajes significativos localistas (desde el barrio a la propia comunidad
internacional), se incapacitan para soñarla. Sólo si los docentes interiorizan (normalizan) la idea, podrán
interpretar la presimbolización y simbolización infantil de éste y otros contenidos como verdaderas
antesalas de conciencia.
Quizá su falta de cultivo se deba a sea uno de los conocimientos/fenómenos menos sesgados-en-sí. Por
lo tanto, a los ismos o al resto de sistemas y personas parciales no interesa su realce, salvo para
parcializarla, apropiársela, monopolizarla o estropearla. Pero, aunque su escasa relevancia sea
comprensible, no es lógica: no percibirla en primer término, es un mal aprendizaje global, resultante de
una enseñanza fragmentaria, cuyo mal hacer está costando caro. Actualmente, como mucho, es una
especie de trasfondo, de pared, ni siquiera de marco: “Y actualmente la humanidad, como no ha sido
nunca ninguna patria, es una comunidad de vida y de muerte [...] Al mismo tiempo que vive sus
pluralidades de vidas nacionales, la humanidad vive ya su muerte sin haber podido nacer todavía” (E.
Morin, 1983, p. 517). Pero, “¿Vivimos hoy nuestra agonía o el dolor de parto de una mentalidad
superadora, que se expande irreversiblemente para aprender a contemplarse como humanidad? Todo
dependerá del trabajo interior. Por tanto, digamos finalmente lo sustancial a esta propuesta: es muy
importante volver a comprender la humanidad como conjunto, y cultivar esta percepción en las
escuelas. Porque, si no se hace, ¿en qué ideas de afianzamiento se asentará el sentimiento de
universalidad? Y en ese caso, ¿cómo podría el ser humano cohesionarse? Hay que hablar de la
humanidad, hay que hablar de evolución humana, razonar desde ella y para ella por delante de
cualquier otro sistema inferior. Sin ser mucho pedir, pudiera ser definitivo. Es preciso realzar la
relevancia de este sujeto de sujetos en muchas más proposiciones y razones. Porque está tan elíptico,
que lo hemos dejado de percibir en la conciencia ordinaria. Cuanto más se haga para su refuerzo, mejor
para todas las partes, porque se estará evidenciando y cubriendo la mayor de las carencias, un déficit de
totalidad. En principio, para lograrlo bastaría con querer plenamente, a tres bandas: con el sentimiento,
con el conocimiento y con la conciencia. Las tres se resumen en querer con honestidad y durante largo
tiempo la unidad. Por otro lado, las fuentes no están lejos, y son tan antiguas como la educación. Dos
ejemplos:
-Confucio (Kung-Fu-Tse) (1969) entendía que la humanidad estaba y era en lo profundo de cada ser
humano. Por eso propuso esta enseñanza: "¡La humanidad está tan lejos de nosotros! Deseo poseer
humanidad y la humanidad viene a mí" (p. 295).
-Ananda era uno de los primeros discípulos de Buda Shakyamuni. Un día de gran calor, al volver de su
gira de mendicidad (takuhachi), se acercó a un pozo a beber. Al acercarse vio una muchacha que sacaba
agua. Le pidió un poco y la joven le respondió: “Soy una sudaran (intocable). Usted no puede recibir
agua de mi mano.”. Y volvió la cara llena de vergüenza. “¡No!” –dijo Ananda- “¡La Humanidad es una!
¡Ninguna casta puede dividirla!”. La joven le ofreció un poco de agua. Después, Ananda siguió su
camino (T. Deshimaru, 1981, p. 133).
Las fuentes no están lejos, pero las hemos alejado, y en esta sociedad de sistemas egocéntricos chocan,
porque despiertan la nostalgia de un ideal de formación casi perdido de vista. Sin embargo, el callejón
sin salida en el que el ser humano se encuentra actualmente, tiene una salida. También está la pared, que
también puede ser útil.
La evolución del ser humano es la más bella y profunda utopía. Se realiza desde cada sujeto,
interiorizándose, desempeorándose y mejorando. A todas las escalas resulta peculiar, porque lo
sintetiza todo: Se refiere a cada ser, a las colectividades y al grupo humano en su conjunto. Es
permanentemente realizable e irrealizable. Sobre esta polaridad se hace real. Es sesgada e insesgada,
porque contiene toda parcialidad, y beneficia a todas las partes y a la totalidad, irreversiblemente.Es
mediata e inmediata, porque se genera en cada momento sin terminarse jamás. Es fenómeno y
conocimiento del fenómeno, entropía y conciencia constructora, individuo y sociedad, ser y no-ser. Es
útil e inútil, riqueza universal y respetuoso silencio, devenir y freno. Mientras que, en cuanto al ser
humano, es una abstracción considerable, resulta ser uno de los fenómenos más fiables.
Esta es nuestra conclusión y preliminar, que se encuentran en la misma vertical, después de haber
trazado esta espira de conocimiento cuyo único anhelo ha sido abrazar la realidad para realzarla hacia lo
universal. El ser humano, definitivamente, tiene que llegar a ser persona, porque no lo es plenamente
todavía. Y el mejor momento para pretenderlo siempre es ahora, a pesar de las dificultades de las
circunstancias presentes, a pesar de la problemática experimentada por cada mente autoconsciente.
Porque siempre estamos en una encrucijada. En esto consiste la vida, vista desde fuera: en una, no ya
prolongada, sino permanente situación de crisis, entendida en su sentido original como situación de
juicio, cambio o duda en proceso de equilibrio. Desde dentro, el arte de vivir sólo se ejecutará bien, si la
experiencia de cada presente se orienta al futuro con la máxima conciencia.
No se trata ya de revolucionar, sino de evolucionar. No hay revoluciones que valgan más la pena, aquí
no hay enemigos. El reto es que cada ser humano se separe del plano de los sistemas y, permaneciendo
solidario al antiguo régimen, inicie espiras, cuyos giros de progreso convergente definan alturas
irreversibles de humanización y aproximaciones graduales al eje de la evolución posible. He aquí la
verdadera re-evolución, para la que la utopía puede ser una ayuda necesaria y permanentemente
insuficiente. Para esto, siempre podremos contar con ella. Como la naturaleza misma, nunca nos fallará.
A lo peor -como suele decir F.E. González Jiménez- sólo tendremos autoengaños.
Cuando cada hombre, en virtud de una concepción del Mundo que sólo requiere un mínimo de Metafísica, y que por lo demás se impone por
un máximo de sugestiones experimentales, admita que su verdadero ser no se halla limitado a los contornos estrechos de sus miembros y de su
existencia histórica, sino que, en cierto modo, forma cuerpo y alma con el proceso que arrastra consigo al Universo, entonces comprenderá
que, para permanecer fiel a sí mismo, deberá entregarse, como a una obra personal y sagrada, al trabajo que le pide la vida. En él renacerá la
confianza en el Mundo, en un Mundo cuya totalidad no podrá perecer; y además la fe en un Centro supremo de personalización, de reunión y
de cohesión en donde solamente puede concebirse una salvación del Universo (p. 175).
35 Que, a mi entender, merecería un suspenso en Litosfera; un muy deficiente en Biosfera, y un aprobado raspado en
Noosfera.
el último nacimiento biológico, pero ni el primero ni el último de los nacimientos antroposociales” (p.
520). Y para ello, para la culminación de esta gran empresa, que no da sentido a la vida, sino que es su
sentido y el de todas las vidas existentes, un solo recurso: el pensamiento: “La hominización del
conocimiento hace emerger la humanidad del conocimiento. El conocimiento humano pasa del Umwelt
–el entorno- al Welt –el Mundo-. El movimiento que crea el mundo del pensamiento es el mismo que
abre el pensamiento al mundo” (E. Morin, 1988, p. 77).
Lo cual lleva a tomar conciencia, primero, de nuestra existencia como hito útil, indispensable y crítico
para la misma evolución. Y, en segundo término, de la posibilidad de desarrollar uno de los
sentimientos vitales menos parciales o sesgados (por tanto, compatible con toda parcialidad o sesgo) de
todos cuantos puedan existir: que cada ser humano puede experimentarse, advertirse o percatarse de que
es un ser participante fundamental de la creación, evolución, naturaleza, universo, Tao, Alá, Abba,
Amor, Dios, Uno, Absoluto, Wakan Tanka, Orden o como se prefiera llamar. Y que este permanente
resultado necesita de la contribución consciente de cada persona para realizarse. Podemos compartir el
sentimiento de P. Teilhard de Chardin (1964), cuando en un emocionado texto exclamaba: “LO QUE
ME APASIONA [mayúsculas en texto original] en la vida es el poder colaborar en una obra, en una
Realidad más duradera que yo: dentro de este espíritu y de esta visión trato de perfeccionarme y de
dominar un poco más las cosas” (p. 118). Lo que significa que, a medida que ese dominio (sobre todo,
de conocimiento) vaya siendo mayor, la responsabilidad-compromiso podrían mutar en mayor
autonomía, lo que lleva a asumir otros niveles de derecho-deber: “Cuando el hombre caiga en la cuenta
de que determinados mandos del mundo están pasando a sus manos, advertirá que en esta nueva
situación, le interesa formarse una convicción acerca del valor y del futuro de la obra que le ha sido
confiada para siempre” (M. Corvez, 1967, p. 109, 110). Esta apercepción de sentimiento-conciencia es
una experiencia muy importante en la formación de los educadores, causa originaria de la nueva ética de
lo por venir, porque lleva a conceptuar la educación como una actividad privilegiada, una de cuyas
funciones más importantes es favorecer el descubrimiento de este sentir. Máxime, cuando,
concretamente: “La educación no debería ser una preparación para la vida; debería ser vida” (A. de
Mello, 1989, p. 11). Nosotros pensamos que, a la vista de lo que tenemos, la educación, efectivamente,
no sólo debe preparar para la vida: debe preparar para transformarla, para que llegue a ser más.
Los andamios tienen sentido sólo al inicio de una obra y no deben permanecer erigidos una vez
construida. Esta es mi pretensión.
Lo principal ante todo. Me parece que constituye un hecho psicológico elemental, si bien para percibirle se necesite una cierta educación de la
mirada interior. Por lo que a mí respecta, la cosa es clara: en el caso de una acción verdadera (entiendo por tal aquella en la que se pone algo
de la propia vida), sólo me comprometo con la segunda intención, ya advertida por el viejo Tucídides, de hacer “una obra para siempre”. No
significa esto, por supuesto, que yo tenga la vanidad de querer legar mi nombre a la posteridad. Sino que hay una suerte de instinto esencial
que me hace entrever, como única cosa deseable, la alegría de colaborar atómicamente al establecimiento definitivo de un Mundo; y ninguna
otra cosa en definitiva podría interesarme. Desprender una cantidad infinitesimal de absoluto. Liberar un poco de ser, para siempre. Todo lo
demás no es más que insoportable vanidad (P. Teilhard de Chardin, 1970, p. 120).
Cuando el ser se indaga bien, topa con la generosidad y el desapego. Automáticamente le deja de
interesar contemplar a toda costa la opción de salvarse o condenarse (productos egocéntricos), nacida
de la angustia y de la misma motivación biológica de la autoconservación. Lo que importa
verdaderamente es el movimiento de la conciencia hacia y para los demás, mediante la participación
constructiva en la activación, orientación y construcción de la trama humana, y en cómo contribuir a la
dinámica de la evolución universal. Dicho de otro modo: “Un optimismo colectivo, realista y animoso
debe sustituir decididamente al pesimismo y al individualismo, cuyas nociones hipertrofiadas de pecado
y salvación individual han invadido y pervertido gradualmente el espíritu cristiano” (P. Teilhard de
Chardin, 1974, p. 33). Para eso es urgente que cada persona comience ya a enriquecer su conciencia de
que forma parte de un cosmos en trance de salvación y de evolución física, biológica y noosférica.
Tenemos que entender que hoy por hoy la única patria preconizada por Joshua, Confucio, Buda, etc. es
el universo conocido, y por tanto la única patria de cualquier evolucionista sólo puede ser la totalidad.
Hay que comenzar por desarrollar esa idea, y procurar que cada ser humano piense, incluso
religiosamente, de un modo suficientemente parecido, en cuanto al fondo, y lo menos
institucionalizadamente posible, en cuando a forma. Y vigilar los egos institucionales e
institucionalizados. Es urgente la sustitución legítima del sentimiento tradicional de patria, nación y
doctrina parcial y fragmentaria por el de universo en evolución. “Porque a esta vida no hemos venido
para estar. Vinimos o nos trajeron para hacer. Somos como los arrendatarios de una tierra o bien
explotable que, además, se nos cede gratis. Y nuestra obligación más importante es trabajar para dar
frutos, y no para beneficiarnos, ni enriquecernos, ni salvarnos...” (M. Gascón, 1998, comunicación
persona). Finalmente, todo depende del conocimiento y de la acción, que son trascendentes, porque
fructifican más allá de quien los realiza, en términos de utilidad. Decía Aristóteles que lo que nos
diferencia a una persona de otra son los comportamientos, las acciones. Pero vayamos más allá:
socialmente somos lo que conocemos y lo que hacemos, y también lo que dejamos de realizar, de
reflexionar y construir. Y lo más importante que se puede hacer es contribuir, cada quien desde su
circunstancia, al mejoramiento de la vida humana.
Lo maravilloso es descubrir que la vida tiene un fin más alto, un destino infinitamente superior. Hay que recordar que la evolución no es una
cosa ciega, privada de dirección. El carácter racional de los resultados obtenidos hasta aquí, no podría explicarse con otra hipótesis. Se
comprueba con exactitud que todos los esfuerzos de la vida y de la materia tienden hacia un fin admirable. Y, hecho notable, la ejecución de
este destino que parece presidir la vida, encuentra por todas partes obstáculos y dificultades (pp. 159, 160).
El sufrimiento tiene un sentido concreto que el ser humano puede reconocer, hasta el punto de que su
superación pueda considerarse, a falta de una conciencia mayor, un referente fiable. Para las
percepciones menos egocéntricas, puede revelar una condición de positividad compensatoria y
evolutiva, que continuamos recogiendo en los siguientes testimonios:
-“Un mundo en vías de concentración consciente debería gozar únicamente, piensan ustedes. Todo lo
contrario, diré. Un mundo semejante es justamente el que debe sufrir lo más natural y lo más
necesariamente” (P. Teilhard de Chardin, 1967b, pp. 92, 93).
-“Inexplicable y odioso si se le observa aisladamente, el dolor adquiere efectivamente una figura y una
sonrisa en cuanto se le restituye su puesto y su papel cósmico. [...] En sentido inverso y complementario
del apetito de felicidad, el dolor es la sangre misma de la Evolución” (P. Teilhard de Chardin, 1967c,
p.57).
-Para un observador perfectamente clarividente y que estuviera mirando desde hace mucho tiempo, y desde arriba, la Tierra, nuestro planeta
aparecería en primer lugar azul por el oxígeno que le rodea; después, verde por la vegetación que le cubre; y luego luminoso -cada vez más
luminoso- por el Pensamiento que se intensifica en su superficie; pero también oscuro -cada vez más oscuro- por un sufrimiento que crece en
cantidad y en refinamiento al mismo tiempo que asciende la Consciencia a lo largo de las edades (P. Teilhard de Chardin, 1967, p. 229).
-El sufrimiento humano, la totalidad del sufrimiento diseminado en cada momento sobre la Tierra entera, ¡qué inmenso océano! Pero, ¿de qué
está formada esa masa? ¿De negruras, de lagunas, de desperdicios? No, en absoluto, sino, repitámoslo, de energía posible. En el sufrimiento
se oculta, con una intensidad extrema, la fuerza ascensional del Mundo. Todo el problema radica en liberarle, infundiéndole la conciencia de
lo que significa y de lo que puede (P. Teilhard de Chardin, 1964, p. 96).
-“El Mal [‘Un mal no ya catastrófico, sino evolutivo’ (p. 241, nota)], efecto secundario, subproducto
inevitable, de la marcha de un Universo en evolución” (p. 241).
-“Así pues, Teilhard considera que el mal, es decir, ante todo, el sufrimiento y la muerte de los seres
vivientes, es una consecuencia inevitable de la estructura misma del universo, y de su movimiento
evolutivo dirigido a un incremento del espíritu” (M. León-Dufour, 1969, p. 86).
Sobre la muerte entendemos las siguientes premisas (A. de la Herrán, I. González, M.J. Navarro, M.V.
Freire, y S. Bravo (2001):
a) La necesidad de actuar desde la condición humana, más allá de toda cualificación o calificación
proporcionada por toda opción parcial (religiosa, científica, cultural, política, social, etc.) que nos impida
hacernos sentir cooperadores-sin-más-y-sobre-todo, en un proceso compartido y convergente de
construcción no-fragmentada o universal del mundo.
b) La importancia de la indagación y de la interiorización, del incremento de reflexividad humana y de
complejidad-conciencia -evidentemente, más allá de la metodología de la investigación-acción-. La
evolución humana, entendida como el paso del ego parcial a la conciencia universal, en la que la muerte
cobra un sentido nuevo.
c) Desde el punto de vista del dolor y el sufrimiento, la muerte puede pasar de ser un fin para mí y lo
mío (egocentrismo), a un prólogo para los demás (generosidad), tanto más enriquecedor cuanto más y
mejor hayamos vivido.
d) La educación es asiento de posible convergencia humana equilibrada y respetuosa, realmente
integradora de toda opción parcial, desde lo que las identifica, pero no desde ninguna opción concreta
que centre a las demás alrededor de su ego. El sentido orientado de todo lo pasado, tomado como
referencia optimista para todo lo futuro, que lo entiende como irreversible, aunque parezca continuo
dolor de parto.
e) La universalidad a priori de todo ser humano, fundamenta de manera natural toda aspiración
universal, arraigada en la evidencia de que en el fondo del alma de cada ser humano está Dios o Tao o
Abba o Amor, etc. y en las enormes consecuencias (r)evolucionarias que ello acarrea, y que alcanza a la
muerte.
Porque el objetivo de la vida no es la muerte; es la trascendencia, como nos explicó Teilhard de Chardin, y trascender es entregar a los
demás lo que cada ser humano pueda aportar al perfeccionamiento o mejoramiento de la humanidad. Por eso hay dos clases de vida: la
vida que muere y la vida que trasciende y que nunca muere del todo (Manu, 1998, p. 17).
Es verdad que el dolor ante la muerte de alguien querido puede ser tan concreto que hasta tenga un
fundamento neurológico. De hecho se verifica en los sufrientes un vacío funcional o una interrupción
brusca de la inercia emotivocognitiva relativa a sinapsis tanto más intensas y densas cuanto mayor sea
la afectividad y el apego hacia la figura de referencia. Quizá sea bueno actualizar las enseñanzas y las
propuestas educativas comunes de los grandes maestros del bien común (Lao zi, Buda, Zhuang zi,
Confucio, Yeshua, Eckhart, Maharsi, etc.), orientadas a aspirar a minimizar el miedo y a activar la
idea de la muerte como posible plenitud trascendente. Pero más allá de las metafísicas, de lo que
sobre todo estamos convencidos es de la conveniencia, casi sustantiva, de que los docentes de todas
las etapas educativas, y especialmente los maestros/as de Educación infantil, a quienes se destina de
un modo principal este material curricular, reflexionen, o mejor, indaguen profunda, crítica e
íntimamente en el asunto, antes de pretender educar en torno a él.
a) La mortalidad de todo ser humano, requisito para poder otorgar un sentido constructivo a la propia
vida (V.E. Frankl), y la mejor fórmula para aprovechar y contribuir a la posible evolución del ser
humano. El eje de ese para qué suele tratarse poco en escuelas y universidades, quizá porque no
pertenezca a ninguna asignatura determinada, pese a su naturaleza transversal a todas ellas.
b) La presencia de aquellos que murieron. Una cosa es, como afirmaba W. Blake, “conducir la carreta
y el arado por encima de los huesos de los muertos” (eso también lo hacen los grillos y los patos, sin
pretenderlo), y otra muy distinta, como decía A. Einstein, “pensar mil veces al día que la propia vida,
externa e interna, se basa en el trabajo de otros hombres, vivos o muertos”. Cuando se es consciente
de esto, la propia labor se transforma automáticamente en una tarea compartida, en quehacer
cooperativo cuya principal fuente de motivación es esa responsabilidad naturalmente heredada. Esto es
algo que, además, puede ayudarnos a percibir la vida más allá del ego, quizá desde la conciencia, hasta
llegar a darse la justa importancia. Entonces, sólo entonces, puede experimentarse que: "El ser humano
es un reflejo de la Consciencia Pura. Cuando uno disuelve su ego en la Consciencia, vivir o morir
carece de importancia" (R.A. Calle, 1997, p. 164). Porque, si se contempla desde las coordenadas de la
evolución, cada muerte es un paso hacia una mayor evolución, con lo que, aunque dolorosa, no es
negativa, y compone un continuo indiferenciado con la vida.
c) El deseo (no egótico) de trascendencia, como síntesis de un buen aprendizaje desarrollado entre las
variables anteriores [ego, conciencia, evolución interior, muerte]. Porque, como decía M. Gascón
36
Pese a que en A. de la Herrán et al. (2000) se ha desarrollado ampliamente este tema, tomamos de ella unas breves ideas introductorias.
(1996), ocurre que no hay tema más "constante" e "indiferente" que la muerte. Quizá no sea el acto de
morir lo que ocasione mayor rechazo, sino la indiferencia que conlleva:
Por eso he pensado que toda muerte humana está inserta entre dos posibilidades o límites: el de la indiferencia, que la mayoría de las gentes
no sabe cómo superar, y el de la trascendencia, con múltiples versiones, unas más seguras que otras, pero cuya certidumbre se alcanza
cuando la vida humana tiene un objetivo calificable como trascendente. Y a mí me parece que no hay ninguno mejor que el de existir
empujando o acelerando el proceso de evolución y mejoramiento de la VIDA HUMANA (comunicación personal).
VIII APRENDER A SER MÁS: En una sociedad que emerge ciegamente sobre sí misma, se hace
cada vez más importante diferenciar entre dos conceptos y fenómenos básicos: progreso social y
evolución humana. “Porque muchas veces lo que la sociedad necesita para progresar37 no coincide con
lo que las personas requieren para evolucionar” (A. de la Herrán, 1998). Ambos deben granar
solidariamente relacionados y generalizados. El desarrollo exteriorizante y orientado al bienestar ha de
verse compensado con el crecimiento interior, basado en el deseo de “ser más” (P. Teilhard de Chardin,
1974), para ser mejores. Además de Teilhard de Chardin, Frankl, Maslow, Freire, Rielo, Suárez y otros
pensadores, cada cual desde su óptica, han apuntalado la tesis de que el ser humano experimenta el
anhelo profundo de ser más y de que está capacitado para conseguirlo. Ser más es para mí contribuir al
paso de esta miope y egocéntrica sociedad de bienestar a otra sociedad de más ser que, integrando lo
mejor de la primera, la realce, por:
g) Aprender a ganar en visión, fuerza y convicción para diluir o superar el ego (dualidad, fragmentación,
parcialidad, egoísmo, autoimportancia, etc.).
h) Aprender a jugar con lo existencial, pero a vivir en lo esencial
i) Aprender a cultivarse a través de la indagación sobre el conocimiento y la conciencia.
j) Aprender dudar y a ejercer una capacidad crítica coherente, esto es, asentada en una autocrítica
individual, institucional, colectiva, etc.
k) Aprender a desarrollar una mejor creatividad, socialmente (auto)constructiva , como consecuencia de
37 Como expresa el profesor A. Velasco (1999), el progreso debe estar al servicio del ser humano, no contra el ser
humano, contra ningún ser humano. Y si 80 países no sólo no progresan, sino que marchan hacia atrás, algo falla en el
general progresar. El progreso, el verdadero progreso, “debe dirigirse al bienestar y a la realización de todos los
hombres –no de una parte de la humanidad, de los privilegiados".
una más compleja conciencia (A. de la Herrán, 2001).
l) Aprender a crecer desde un conocimiento autónomo, si acaso tomando doctrinas, autores, ismos
(formales o informales, personales o colectivos), premisas institucionales, etc. como referentes de
partida necesariamente provisionales, no como puntos de llegada aseguradores o preservadores de
duda.
m) Aprender a priorizar la condición humana sobre toda calificación y cualificación humanas.
n) Aprender a tomar conciencia de la propia condición trascendente.
o) Aprender a experimentar incremento de compromiso social, responsabilidad, optimismo y sentido vital
p) Aprender a experimentar incremento de empatía (compasión, bondad y generosidad
q) Aprender a experimentar pérdida de miedo y angustia existencial a la muerte
r) Aprender a experimentar totalización del pensamiento (S. García-Bermejo), como un estado posible:
menor parcialidad, mayor comprensión y autoconciencia.
s) Aprender a contribuir al mejoramiento de la vida humana, más allá del ego (individual, institucional,
colectivo...), con plena conciencia de ello, como fenómeno concreto, trascendente e histórico.
t) Aprender a practicar la convergencia entre soluciones parciales, desde su identidad, su diversidad y su
semejanza, para desembocar en la unidad.
u) Aprender a cultivar y ganar en autoconocimiento como epicentro de todo otro conocimiento
v) Aprender a respetar el razonamiento parcial (personal, de grupo o social) o distinto.
w) Aprender a experimentar y comprender que en el fondo del alma de cada ser humano está Dios, Tao,
Abba, Amor, Ser, Orden, Evolución...
x) Aprender a tomar conciencia de que el mundo no ha sido creado, sino que está siendo creado-
evolucionado-acicateado por el ser humano cada día
y) Aprender a experimentar y comprender la autoconciencia histórica, sincrónica y evolutiva.
z) Aprender a cultivar el sentimiento de universalidad y, en el caso de los docentes, aprender a educar para
ello.
Cada acción deja su influencia sobre las acciones que la sucederán. El momento presente ha heredado todos los acontecimientos pasados que,
sin ninguna omisión, nos han sido transmitidos por incontables ciclos de existencia. En este sentido, este momento depende del pasado entero.
Mira hacia el futuro, y este mirar hacia delante, causa, igualmente, una dependencia sobre el futuro (p. 132).
Vivir para estar bien, estar bien para conocer más, conocer más para hacer más, hacer más para ser más,
ser más para ser mejor, ser mejor para darse más, darse más para morir bien, morir bien para trascender
plenamente, trascender plenamente para contribuir a la auténtica evolución y desarrollo humano
creativo. Es la lógica definitoria de la humanización. En definitiva, ser más para contribuir o cooperar
con mayor y mejor visión al mejoramiento de la vida humana, entendida permanentemente como dato
del proceso de la evolución y convergencia universal.
Del anterior gráfico deducimos que podemos entender por planetaridad o mundialidad a la
universalidad que tiene lugar en la Tierra, y más concretamente en su noosfera (capa pensante que la
envuelve), entendida como sujeto progresivamente consciente. Considérese bien como conocimiento o
bien como fenómeno, se trata de una concreción que, en este caso, coincidiría con una fase elemental
del proceso de universalización. La planetaridad podría considerarse la consumación de las relaciones
globales en el nivel de realidad o entorno físico concreto llamado Tierra, de creciente vigencia bien por
el acrecentamiento directo de la conciencia, bien por los efectos reactivos que su destrucción están
produciendo. Desde el punto de vista de la conciencia, no es nada nuevo, pero ha sido experimentada
por quienes disponían de una complejidad adelantada a las coordenadas de su tiempo, aunque actuaran
desde alguna parcialidad institucional, casi inevitable: Buda experimentaba la unidad total a través de la
no dependencia total. N. de Cusa (1984), apelaba a la unidad interna de la Humanidad, en nombre de
38 El uso del término planetaridad lo considero relevante, porque muchas veces, un cambio de etiqueta resuena de otro
modo distinto y resulta sorprendentemente significativo. Por ello, por si acaso las voces planetaridad o planetización
pudiera caer en gracia al amable lector/a o estudioso/a, llegar a ser una llave válida para abrir el cofre de las actitudes
universales o valer como despertador adecuado para la emergencia de nuevas sensibilidades, la utilizamos aquí.
39 La autoconciencia espacial condensada en la dimensión local (o localizada) es, realmente, una autoconciencia
egotizada o una pseudoautoconciencia. Muchas tragedias ha vivido la humanidad porque algunos sigan pensando que
la representación de su pequeña y limitada autoconciencia, constreñida en un terrenito o reducto proxémico
(ideológico, doctrinario, nacionalista, etc.) entendido como el verdadero o el más válido, debía fagocitar, conquistar,
comprar o convertir a los demás.
Cristo, desde una lógica uno-trina, como, mutatis mutandis, después harían Teilhard de Chardin, D.
Soldevilla, J. Martí, Sergio García-Bermejo o yo mismo. De idéntico calado son las tesis principales de
Abdul Bahá´u´lláh (1817-1892) (Bahá´u´lláh, 1974, 1978; D. Hofman, 1983): “La tierra es un solo país
y, la humanidad, sus ciudadanos”, “La unificación es el estado al que la sociedad se aproxima
inminentemente, la meta por la que suspira”. O la que serviría a B. Russell (1991), para conceptuar al
hombre feliz, como: “El que se siente ciudadano del universo y goza libremente del espectáculo que le
ofrece y de las alegrías que le brinda, impávido ante la muerte, porque no se cree separado de los que
vienen en pos de él” (p. 226). Más profundo fue el maestro J. Martí, común fuente del fraccionado
pueblo cubano, para quien la verdadera patria era la humanidad: “Yo vengo de todas partes, y hacia
todas partes voy. Artes soy entre las artes, y en los montes, montes soy”. En cuanto a los ideólogos
educativos, merecen ser destacados Comenio Kant, Herder o Condorcet, por desarrollaron ideas directa
o indirectamente aplicables a la educación de la humanidad o a la creación de un gobierno educativo
universal e independiente (A. de la Herrán Gascón, 1993), capaz de administrar activamente una
educación de la humanidad. Teniendo en cuenta, pues, que: “Nuestra tarea es y sigue siendo entrar en la
edad planetaria” (K. Axelos, 1973, p. 144), podemos pensar que: “la comprensión del propósito
planetario puede ser la mayor contribución que podemos hacer al proceso evolutivo. El regreso al seno
de la asociación planetaria significa cambiar el punto de vista del ego” (T. Mc Kenna, 1991, p. 19). Una
razón de peso que lo justifica es un argumento cierto que aún no se ha asimilado del todo: “Hoy
sabemos –con certeza física absoluta- que el Universo astral no está centrado en la Tierra, ni la vida
terrestre en la Humanidad” (P. Teilhard de Chardin, 1970, p. 45). Por eso es pertinente y natural hablar
de interplanetaridad, entendida como preuniversalidad empero satisfactoria para los tiempos e intereses
que corren. A pesar de que la humanidad no está aún madura para el éxtasis planetario, ha dado ya el
paso decisivo hacia lo interplanetario. De hecho, el viaje a la Luna podría considerarse la actuación
científica más importante del siglo, y su colonización con bases intermedias para facilitar otros tránsitos
a lugares más lejanos, ya está teniendo lugar. Desde esto, invito a que pensemos guiados por la lógica y
sin miedo a ser llamados visionarios, a creer que adelantarse al propio tiempo pueda ser un imperativo
de la educación, vanguardia donde las haya de todo lo social. Estrellas y planetas son los “crisoles”
donde se elabora el universo (P. Teilhard de Chardin, 1964, p. 30). Al menos cien mil millones de
crisoles de una misma fábrica y con una labor coordinada común, regida por un mismo “orden
implicado” (D. Bohm), cuyo sentido, por lo que respecta a la conciencia humana, es articularse y
engranarse de un modo cada vez más y más perfecto. “Los seres humanos son considerados como
objeto y sujetos de la evolución y agentes integrales de la misma en nuestro planeta y tal vez en todo el
Sistema Solar. Somos evolución y como tales debemos ejercer un poder responsable en ella” (A.
Nemeth Baumgartner, 1994, p. 102).
I APRENDIZAJE DE LA UNIVERSALIDAD. Siglo XXI fue hace dos años. Siglo XXI lo será
mañana y dentro de noventa y cinco. Las siguientes propuestas podrían ser válidas para el siglo XXI
pero también para los siguientes. Para este esbozo de una educación futura, cualquier sistema de
referencia cerrado resulta inconveniente. Desde aquí podemos llegar a definir o interpretar mal ideas
naturalmente amplias. Nuestra actitud es de totalidad, entendida como anhelo de evolución interior o
conciencia generalizada, podría identificarse con un proyecto de educación para la universalidad (A. de
la Herrán, y J. Muñoz Diez, 2002), justificable en tesis como éstas:
a) La opción más universal será siempre superior a la más parcial, desde un punto de vista no sólo
lógico, sino humano, social, epistémico, educativo, psicológico, etc.
b) Los sistemas educativos deberían superar su conciencia sistémica (egocéntrica) y pasar a
transformarse en “sistemas evolucionados” (generosos) (A. de la Herrán Gascón, 1998). Para ello, un
paso intermedio es superar el nacionalismo de origen y dejar de apoyar y promover “aprendizajes
significativos” y “relevantes”, pero miopes, a su costa. El informe de J. Delors (1996) señala que:
Los nacionalismos obtusos deberán dejar paso al universalismo, los prejuicios étnicos y culturales a la tolerancia, a la comprensión y al
pluralismo, y un mundo dividido –en que la alta tecnología es privilegio de unos pocos- a un mundo tecnológicamente unido. Este imperativo
entraña enormes responsabilidades para el personal docente, que participa en la formación del carácter y de la mente de la nueva generación
(J. Delors et al. 1996, p. 162).
J.L. García Garrido (1998) propone lo siguiente, para un programa de acción para el siglo XXI:
En primer lugar, me refiero a la necesidad de trascender el concepto de “nación” y de “nacionalidad” a la hora de formar al profesorado de
hoy y de mañana. En todas partes del mundo, las instituciones de formación del profesorado padecen una fijación casi enfermiza por lo
nacional, por los problemas del propio país relativos a la escolarización, a la elevación del rendimiento académico con respecto a otros países,
etc. Parece como si se utilizaran los estudios comparativos (que además se utilizan poco) sólo para suscitar la competencia entre países. O
para justificar el talante nacionalista (p. 37).
La instituciones de formación docente piden con frecuencia a sus alumnos (sobre todo en países de escaso desarrollo) que, cuando sean
docentes, trasciendan los límites de su escuela y sepan convertirse en líderes comunitarios, empapándose completamente de su inmediato
entorno. Lo que está muy bien, siempre y cuando les pidan también una radical apertura al ancho mundo. En contra del “pueblerinismo” del
que tan frecuentemente hacen galas las instituciones de formación docente en todos los países, habría más bien que asegurar a los futuros
docentes una visión abierta y despierta ante los agudos problemas no sólo económicos y sociales, sino también morales y espirituales, que
padece hoy la humanidad en su conjunto (p. 99).
a) Externa o hacia afuera: Enseñar desde pequeños a los niños y jóvenes a colocar los propios intereses (de
los sistemas parciales: personales, locales, comunitarios, nacionales, internacionales, etc.) en función de
un vector más amplio, el de la evolución humana, de tal manera que, entre ellos, no haya objetivos
egocéntricos o dependencias que contrarrestar, ni pugnas que desarrollar. Cuando los límites del
entorno físico y emocional se amplían suficientemente, se desemboca en la universalidad.
b) Interna o hacia dentro: La segunda puede ser causa o consecuencia de la anterior, y desde esta lógica
está ligada al problema del autoconocimiento, tan mal resuelto o tan bien irresuelto por la educación.
¿Cuál es, pues, la vía de entrada, de Educación con mayúsculas? A nuestro juicio, los sentidos para su
desarrollo serían dos, que transcurrirían desde el ego (parcial) a la plena conciencia (universal): Desde
el punto de vista del individuo, la desexteriorización e interiorización-madurez personal. Desde el
punto de vista de la sociedad, la convergencia-evolución social. Sendas líneas de acción son
complementarias, convergentes y pueden formar más allá de la parcialidad, hacia el aprendizaje de
mentalidades y creencias propias de adultos sanos, saludables e internamente amplios.
Nuevos objetivos didácticos, motivados por razones éticas y de evolución personal y general de
fondo:
Principales capacidades educativas adquiribles más allá del ego. Desde el punto de vista del
aprendiz que experimenta desegotización:
En otro trabajo (A. de la Herrán, e I. González Sánchez, 2002, pp. 75-78) identificamos los que
denominamos “procesos básicos de conciencia”, a través de los cuales era posible analizarla y
desarrollarla. Sin podernos detener aquí en su desarrollo, los mencionamos: Percepción y
ensanchamiento, análisis y discriminación reflexiva, apercepción, reconocimiento o visión,
evaluación y diagnóstico, educación, orientación y terapia, interés y anhelo, creatividad y
descubrimiento productivo, estudio y disciplina personal, autonomía y pensamiento propio,
interiorización, desegotización y liberación de vieja piel, meditación-refinamiento, empatía y
ética, comprensión amorosa y compasión, síntesis y conocimiento integrador, autoconciencia y
pensamiento totalizado, y apertura y acción para la convergencia universal y actuación para el
mejoramiento de la vida humana
41
La propuesta de esta tercera dimensión del currículum fue propuesta en A. de la Herrán, I. González, M.J. Navarro, S.
Bravo, y M.V. Freire (2000, p. 17), a propósito de uno de los temas: la educación para la muerte.
reconocimiento reflexivo del propio ego42 o añadidura al ser que esencialmente sí somos.
Pretendiendo el control y reducción del ego, como realizaciones coherentes que realzan y
proporcionan un sentido funcional al anterior conocimiento reflexivo, conceptuándolo como
clave del desempeoramiento individual, grupal y social.
42
Respondiendo a la pregunta: esencialmente, yo quién no-soy (R. Maharsi, 1986).
Entendiendo la universalidad como plenitud del sentimiento y del conocimiento, siempre
superior a toda percepción fragmentada (nacionalista, escorada, limitada, inhibida o parcial),
expresión natural de una conciencia desarrollada.
f) Educación para un lenguaje universal, como inversión para la unidad comunicativa, vía
lenguaje, de manera no-excluyente con opciones lingüísticas locales. Es una opción altamente
rentable y evolucionaria, desde la cual podrían aprovecharse mejor los conocimientos y las
conclusiones científicas, se densificaría la comunicación interpersonal, se diluirían barreras
nacionalistas o el concepto de extranjerismo, se evitaría la excesiva pérdida de energía
invertida en el aprendizaje de lenguas extranjeras, se potenciaría el enriquecimiento cultural, se
desinflarían los imperialismos económicos, políticos, científicos y culturales, se ganaría en
unidad y comprensión del otro. El fundamento de este anhelo se asienta en el reconocimiento
de la verdadera lengua materna, a saber, la conciencia, definitoriamente universal, a cuya cota
los lenguajes instrumentales se aproximan irreversiblemente.
g) Educación para la muerte, desde los puntos de vista preventivo, paliativo y evolutivo, como
clave de una más realista y consciente orientación de la vida, individual, histórica y colectiva,
base para vivir mejor y con mayor plenitud, otorgando la importancia debida a las cosas que la
tienen. Porque, superando multitud de aprendizajes cuestionables y de cúmulos de miedos y de
mitos gratuitos en torno a la muerte, no sólo se vive mejor, sino que se aprovecha mejor el
tiempo, a la vez que se reorienta la conciencia.
Sólo con unos profesores satisfechos, preparados, conscientes y cultos (cultivados personal y
profesionalmente) es esperable que la escuela esté dispuesta a soltar amarras. Si no, puede ser
peligroso, negativo o inútil. ¿Cuál es el camino para que emerja una educación para el futuro como
la que tantos desean y tan pocos dibujan, una Didáctica de la Posible Evolución Humana en la que
todo ser pueda depositar su admiración y su esperanza? Tres respuestas convergentes: J.
Krishnamurti (1983): "La educación sólo puede ser transformada educando al educador, y no
simplemente creando una nueva norma, un nuevo sistema de acción" (p. 16); G. Marcel (1968):
"Probablemente, de lo que el mundo actual tiene mayor necesidad es de educadores. Desde mi
punto de vista, ese problema de los educadores es el más importante" (p. 71); y J. Bousquet (1974):
"Resulta evidente a todas luces que, para ayudar a los demás a forjar su propia libertad, los
educadores han de ser ellos mismos los primeros ejemplos de hombres libres" (p. 148). Sin
embargo, percibidos desde su propia realización didáctica, el panorama compuesto por los
docentes es muy heterogéneo, y oscila desde los que acumulan experiencias positivas a los que
comunican mecanización y tedio, entre los innovadores y artistas, y los que viven de las rentas
reproduciendo la misma experiencia año tras año.
La mayor contribución que la escuela y el resto de la sociedad educadora podría hacer a la cultura
de hoy es la aportación, desde su profesorado, de un proyecto concreto de apoyo y solución a las
causas de este sentir, tan abstracto como intensamente compartido, de desesperanza esencial y
existencial, sin salida fácil. Proyecto que, como condición sine qua non, ha de pasar, en primer
término, por la evolución interior del profesorado. Por otro lado, el mayor aporte que la sociedad
puede hacer a sus instituciones educativas es formar docentes excepcionales, para procurar, en una
segunda gran etapa, la paulatina autonomía de la escuela. Confiamos en que la solución posible a
esta coyuntura histórica acabará teniendo lugar, y a ella apuntamos. Sólo es cuestión de tiempo y
de un mayor incremento de la "complejidad de la conciencia" de nuestra especie.
Formación necesaria. Estoy de acuerdo con F.E. González Jiménez (1991) en que la formación
del profesor debía abarcar cuatro bloques ineludibles: 1) Procesos de psicogénesis y evolución
psíquica, teorías de la enseñanza y el aprendizaje, Didácticas específicas, y actividades prácticas
docentes (pp. 186-192). Evidentemente, las categorías de conocimiento profesional así lo
requieren, como J.I. López Ruiz (1999) sistematiza, recorriendo las propuestas de Shulman, de
1986, de Bromme, de 1988, de Mc Diarmid, y Ball, de 1989, de Grossman, de 1990, de Martín
Pozo, de 1994, de Azcárate, de 1995, o la suya propia, que, tomando como base las otras,
convergiendo en las siguientes dimensiones formativas: Conocimiento de la materia, conocimiento
psicopedagógico, conocimiento curricular y conocimiento empírico (pp. 78, 79). Pero estas
categorías, tal y como normalmente se entienden, componen una atención insuficiente al fin,
porque el trabajo docente es bastante más que técnico y objetal (centrada en los contenidos, en los
estudiantes, las técnicas, etc.) y relativo sólo al hacer y a la acción educativa, y desde luego, esto
significa atender al autoconocimiento. Es un imperativo, pues, superar el esquema de profesor
reflexivo centrado en su acción, que ya es exterioridad, porque nuestras evidencias muestran que:
Hacia una formación total del profesorado. En otro lugar (A. de la Herrán, 1999), esbozamos
como campo de formación total el definido por un área triangular irregular, cuyos vértices o
sentidos formativos podrían ser complementarios y válidos tanto para la formación inicial como
permanente: Uno, el imperativo de aprender a formarse o de adquirir conocimiento técnico-
profesional lo mejor fundamentado y lo más funcionalmente posible. En segundo lugar, la
posibilidad de aprender a desempeorarse o de reconocer limitaciones y mejorar, en la actualidad y
de cara al futuro ejercicio docente. En tercer lugar, el deseo de aprender a evolucionar o de
interiorizarse y madurar o de seguir cumpliendo años mentales, lo que ni es fácil ni está facilitado
por los sectores dominantes de la psicología. La nada o baricentro de esta área estaría ocupado por
la voluntad de inquirir, de investigar, de indagar (forma de conocimiento) y de adecuar el propio
trabajo como medio de perfeccionamiento personal y profesional. El todo o conjunto
tridimensional (longitudinal, transversal y radical) compondría lo que podríamos denominar área
real de la formación de los profesores. Todo lo anterior podría sintetizarse en la siguiente unidad
triádica: {ciencia - arte – conciencia}, cuyo mayor interés radica en sus interrelaciones.
Nuevos campos de objetivos para la formación del profesorado. Se puede realizar la siguiente
clasificación de campos:
43
Coincidimos con Á.I. Pérez Gómez (1992) en que: “Superar el ego o etno-centrismo de las interpretaciones localistas de los
individuos y de los grupos es un objetivo prioritario de toda investigación desarrollada dentro del enfoque interpretativo” (p.
136).
c) Relativos a la conciencia y a la transformación docentes: Ética y coherencia-ejemplaridad,
crítica y duda, autocrítica y rectificación, reflexión y complejidad, realización de síntesis
dialécticas, cooperación y convergencia, comprensión y generosidad, aportación y
trascendencia, adaptación y producción, etc.
Nuevas clases y grados de objetivos formativos. Se pretende con esta propuesta traspasar la
cota de la significatividad para alcanzar la de la renovación interior Y para esto puede ser bueno,
recordar que, sobre todo en lo profesional, y más en la profesión de educar: “Cualquier
conocimiento que no transforme la calidad de nuestra vida será un conocimiento estéril y de muy
dudoso valor” (J. Powell, 1993, p. 8). Así, proponemos pretender expresamente, para la formación
inicial y permanente de los profesores:
• C-E: Interiorización
• A-O: Dominio suficiente de destrezas
• C -A: Incrementar la base y el razonamiento científicos
• T: Enseñanza de base tecnológica
4 • P: Autonomía comprensiva-expresiva
Objetivo • P-R-: Análisis y perfeccionamiento continuos
Formativo • S-R: Formar para el cambio
• P-H: Descubrimiento del propio modo de enseñar
• C-E:Madurez personal-profesional
• C-E:
• Ejemplaridad
• Atención a temas perennes
• Convergencia y síntesis
• Práctica de meditación o de vías de conciencia (profesión u
otras específicas)
• C-E:
• Centrado en la complejidad-conciencia
• Orientado a la síntesis
• No-parcial
• Desde y para la evolución humana
Variables
Lo anterior en func
de:
Sociedad y minor
Contenidos Aprendizaje
Centración (injusticia y
(disciplinas) (interés) La complejidad d
discriminación)
conciencia
La madurez huma
Las anteriores, e
función de:
Transmisión del ace
Problemas concre
Prioridad cultural y científico Igualdad, liberta -Una educación par
Funcionalidad
civilización occide universalidad
-La evolución hum
(del ego a la concien
Síntesis entre lo
anteriores y:
Temas perennes
(espirales)
RASGO EXPRESIÓN
AUTORES Confucio, Sócrates, Hegel, Martí,, Eucken, Teilhard de Chardin, Blay, Maslow, Dürckheim,
Deshimaru, Fromm, Morin, Rielo, cada persona...
REQUISITOS Interiorización
Ejemplaridad
Atención a temas perennes
Convergencia y síntesis
ACCESO Práctica de meditación/ vía de conciencia (profesión u otras)
Didácticas “negativas”
Culto
Capaz de contribuir al mejoramiento de la vida humana
ALUMNO PRETENDIDO Capaz de ser más para ser mejor
44
Decía L.S. Vigotsky (1978) que: “El buen aprendizaje es aquel que las capacidades del sujeto no le permiten atender [...] La
pedagogía no debe orientarse hacia el ayer sino hacia el mañana del desarrollo infantil”. “[Lo contrario es] orientarse por la
mentalidad y de actuación docente, porque en el marco de un desarrollo interior pleno, los podría
contener a todos. Y que, por tanto, no sólo sea rutinario/a, porque pueda ser45 tecnólogo/a; no sólo sea
tecnólogo/a, porque pueda ser reflexivo/a; no sólo sea reflexivo/a, porque pueda ser crítico/a; no sólo
sea crítico/a, porque pueda ser autocrítico/a; no sólo sea autocrítico/a, porque pueda desempeorarse;
no sólo pueda desempeorarse, porque pueda ser coherente; oo sólo sea coherente, porque pueda ser
indagador/a; no sólo sea indagador/a, porque pueda ser capaz de interiorizarse; no sólo sea capaz de
interiorizarse, porque pueda ser generoso/a; no sólo sea generoso/a, porque pueda ser virtuoso/a; no
sólo sea virtuoso/a, porque pueda estar no-egotizado/a46; no sólo no esté no-egotizado/a, porque sea
verdaderamente maduro/a; no sólo sea verdaderamente maduro/a, porque sea plenamente consciente; y
no sólo sea plenamente consciente, porque pueda ser total: practicante de su autoconciencia y todas las
cualidades y condiciones anteriores. Si otorgamos cierta validez a las anteriores ZDPP, en los mejores
casos podríamos estar en la ZDPP cuarta de catorce. Y he aquí que todo ser humano está dotado para
evolucionar, aun a pesar de que las carreras docentes, psicopedagógicas, psicológicas, filosóficas, etc.
no ayuden demasiado, porque no expliquen ni pauten en qué consiste esto, o se diga cómo hacerlo. ¿Y,
sin embargo, acaso en ellas no se trata de formar verdaderos maestros y verdaderas maestras?
línea de menor resistencia, atendiendo a la debilidad del niño y no a su fuerza”. Nuestra cuestión es que encontramos tanta o
más aplicación cuando de lo que se trata es de docentes, y no de niños, y cuando nos empezamos a ocupar de la conciencia
humana, más allá de los contenidos e incluso de los conocimientos.
45
Este pueda ser que aparece en todos los niveles es un imperativo ético, además de una capacidad al alcance de nuestro
cerebro. Significa que, si puede ser y no es, se incurre en una cierta amoralidad profesional. Y he aquí que todo docente –y
todo ser humano- está capacitado, no sólo para ser, sino para ser más y mejor.
46
Aunque sería más preciso hablar de egoizado/a, de egoico/a o de egoización, hemos empleado las voces egotizado/a,
egótico/a y egotización, con su misma significación.
BIBLIOGRAFÍA CITADA
**********************
INTRODUCCIÓN. “La época que se abre es de universalidad y colectivismo, cayendo las
cadenas del individualismo atomizante del mundo pasado. La verdad es Unión y no
Desunión”, decía Nicolás Berdiaev. ¿Cómo sentir, cómo pensar, cómo anhelar llegar a ello?
Toda nuestra construcción parte de un axioma formal: Desde la complejidad más enriquecida
se hace posible acceder a todo lo que engloba y a sus combinaciones. Por lo tanto, a lo más
complejo se aproxima lo más completo y capaz, que es lo menos parcial, lo más integrador,
lo más profundo, lo más amplio, lo más humano, y, en definitiva, lo más universal. Por esto
decía Aristóteles que “no hay más ciencia que la de lo universal”, Pascal que: "Lo universal
es siempre mejor", el físico N. Bohr que “la cuestión de la unidad del conocimiento está
íntimamente vinculada a la prosecución de una comprensión universal, destinada a elevar la
cultura humana”, o el crítico R. Young (1993) que “La universalización y la evolución
coinciden” (p. 12). Este texto aporta pinceladas que apuntan a otra forma de percibir o de
entender la realidad educativa que, englobando a las perspectivas aceptadas, trae
interrogantes distintos, temas, problemas y planteamientos novedosos. Decimos novedosos,
pero no nuevos ya que, estando casi desatendidos por el conocimiento pedagógico normal,
nunca han sido ajenos a la educación ni a los investigadores y/o educadores más sensibles o
maduros, porque quizá constituyan su fibra más íntima.
El Paradigma Complejo-Evolucionista pudiera ser, hasta el momento, el único verdadero
paradigma surgido desde el campo de la Educación. Lo presentamos1 como documento para
el debate, recogiendo ciertas claves o centros de interés relacionados con su campo de
conocimiento, aún por roturar. No son todos pero sí algunos de los más importantes, y al
menos nos invitan, de modo coherente con su naturaleza epistémica, a intentar reflexionar,
relacionar, divergir y converger.
I COMPLEJIDAD
1
La mayor parte del texto constituyó el contenido de una conferencia titulada “El Nuevo Paradigma Complejo-
Evolucionista en la Educación”, pronunciada en el III Simposium Internacional “Didáctica, Investigación y Valores:
Perspectiva de la Educación en el Siglo XXI”, celebrado en la Universidad Autónoma de Sinaloa. Sinaloa (México),
8, 9 y 10 de octubre de 2003. Una versión ampliada se encuentra en: Herrán, A. de la, Hashimoto, E., y Machado, E.
(2005). Investigar en educación: fundamentos, aplicación y nuevas perspectivas. Madrid: Dilex.
La simplificación aísla, es decir, oculta el relacionismo consustancial al sistema (relación no solamente con su entorno,
sino con otros sistemas, con el tiempo, con el observador/conceptuador). La simplificación reifica, es decir, oculta la
relatividad de las nociones de sistema, subsistema, suprasistema, etc. La simplificación disuelve la organización y el
sistema (E. Morin, 1986, p. 171).
En efecto, como afirmaba J. Giraudoux: “Siempre ha hecho falta mucha más imaginación
para captar la realidad que para ignorarla” (en E. Morin, 1983, p. 23). Y ocurre que, desde la
Física, se ha demostrado ampliamente algo que no puede ser ignorado por la Didáctica: que
los fenómenos naturales no responden ni se pueden explicar ni predecir mediante modelos
lineales. O sea, que por muchos datos que se tengan a que se quieran integrar, el paradigma
newtoniano-mecanicista no explica suficientemente bien la realidad. Esta conclusión surge
en origen desde los estudios del comportamiento climático de Poincaré, o Lorenz, pero
alcanzan hasta el último resquicio de las ciencias sociales y humanas, y aunque todavía las
Ciencias de la Educación no parece haberse dado por aludida, también le afecta a sus
conocimientos. Dicho con otras palabras convergentes, según E. Vera Manzo (1997b),
exdecano de la Facultad de Psicología (Guayaquil):
esto no quiere decir que no usemos la lógica científica que tenemos y que es la única para muchos. Lo que está en quiebra
en la lógica de Newton y Descartes es su concepción lineal, de causa-efecto, su objetividad, su falta de visión sistémica, su
relación con el entorno y los distintos sistemas de pensamiento y niveles del conocimiento. Esa lógica no incorpora una
visión holística o, como dirían otros, una visión ecológica. El problema de la lógica aristotélica, de Kant y de Newton, es
que actúan con el principio del tercer excluido, que siempre tratan de escoger entre lo uno y lo otro y no ven que a veces,
incorporando las ideas de la lógica dialéctica, tiene que plantearse el problema de la unidad de los contrarios. Cuando a
nombre de esa lógica se niega la subjetividad, o cuando se niega la colectividad, ahí estamos fracasando (p. 32).
Para J. Nieto Díez (1995): “Todo ‘modelo’ ha de ser entendido como una abstracción
estereotipada de la realidad, una síntesis, una reducción que en absoluto puede reflejar una
totalidad (p. 39). Por tanto, los modelos son explicaciones simplificadas de una realidad
compleja, y puede tenerse en cuenta que: “La simplificación no sólo supone limitación sino
que encierra tergiversación” (M.Á. Santos Guerra, 1999, p. 103). Quizá por ello, M.T.
Aguado Odina (1993) señala que: “Las principales deficiencias de un modelo derivan de ser
simplificaciones y del riesgo de plantear analogías forzadas, metáforas inapropiadas o usos
inadecuados de símbolos o diagramas (p. 33). ¿Cuándo puede hablarse de validez en un
modelo [explicativo]? J.M. Bower decía: “Creo que las mejores pruebas de un modelo son
las que permiten al experimentador la mejor [respuesta] a las siguientes preguntas: ‘¿qué
sabes ahora que no supieras antes?’ y ‘’¿cómo puedes averiguar si eso es verdad?’ (en F.
Crick, 1994, p. 217). Si, en sentido estricto, un modelo implica una organización que nos es
incierta al conocimiento actual, su aspiración es reducir esa incertidumbre, para hacerla
comprensible o entendible, al menos aportando nuevo conocimiento clarificador. Es en el
momento de realizar ese esfuerzo por redefinir la realidad cuando puede errar. Denominamos
sesgos a los errores explicativos de los modelos, que casi siempre van acompañados
(antecedidos o sucedidos) de predisposiciones maniqueas. Desde este punto de vista,
podemos también conceptuar a los modelos como interpretaciones sistemáticas y con
frecuencia sesgadas de la realidad. Su sesgo puede provenir, principalmente, de su
superficialidad, de su parcialidad, de su empobrecimiento relacional, o de su precipitación y
su sordera interesada:
Un rasgo importante del ser humano es su complejidad y todos los elementos que la constituyen deben ser abordados por la
educación. Desde el “fondo vital”, en expresión de Lersch, hasta los aspectos que conforman “la estructura superior de la
personalidad, la voluntad, el yo, el sí mismo personal”, pasando, entre otros elementos, por los “instintos y las tendencias”
con sus correspondientes “vivencias emocionales”. Pero todos esos elementos no deben estar aislados, sino formar una
estructura, una totalidad. En la configuración de la personalidad plena, un quehacer fundamental de los elementos que la
constituyen al servicio de la totalidad (p. 33).
II COMPLEJIDAD Y EDUCACIÓN
Según acota el mismo autor: “el concepto de complejidad organizada se refiere a entidades y
relaciones identificables, pero multiples y variables. Difiere del de simplicidad organizada,
que define componentes identificables invariables y relaciones secuenciales, y del de
complejidad caótica, que se orienta hacia entidades y relaciones inidentificables y sólo
reseñables en términos de probabilidades o gradientes continuos”.
A esta acción natural de conocimiento vía conquista progresiva de la complejidad podemos
denominar aproximación a la realidad, que se desenvuelve mediante tres procesos
complementarios, y a mi juicio necesarios para la práctica y la investigación en educación:
a) La reflexión sobre los fenómenos objetales, cualesquiera que éstos sean: organización,
alumno, planificación-currículum...
b) La indagación, como consecuencia de la fértil reflexión, entendida como meditación,
interiorización, reflexión o conocimiento sobre uno mismo, en relación con los
fenómenos considerados, orientando la actitud a la construcción del futuro.
c) La humildad, luego fuerza de sabiduría, porque ya dijo Sócrates que: “No es más sabio
el que cree saber, sino quien es más consciente de aquello que ignora”. Y antes
Confucio: “Saber que no se sabe lo que no se sabe: eso es saber”. Surge como resultado
de la buena indagación, comprendida como reconocimiento del alcance de la propia
capacidad, e incluso de la limitación del conocimiento mismo, como opción más
rigurosa o menos desacertada.
a) Interdependencia de sujeto y objeto: Todo es porque alguien piensa que lo es. El sujeto
emerge al mismo tiempo que el mundo, y ambos componen un sistema en interacción
en un ambiente en el que se verifica desorden y orden, caos y predicción.
b) La inserción de la indeterminación y el azar en el conocimiento: En el conocimiento,
también el azar tienen una función importante. La complejidad comprende
incertidumbres, indeterminaciones, fenómenos aleatorios. Morin presenta el concepto
de sistema autoorganizado, que precisa de indeterminación y azar para su propia
autodeterminación. M. Souto (1998) nos recuerda que el principio de la incertidumbre
marca el final del sueño de Laplace sobre una teoría de la ciencia y modelo del universo
deterministas (pp. 124,125, adaptado). Según la aplicación del principio de
Incertidumbre de Heisenberg y su relativismo asociado, y empleando palabras de R.
Núñez (2000), director de la Casa de las Ciencias de La Coruña: “cada concepto tiene
sentido solamente en función de los experimentos realizados para medirlo”, de donde se
deduce que “aquello que no puede medirse no tiene significado en física” (p. 139). Por
tanto, añadimos nosotros, conoceremos la medición, no el objeto sobre el que ella se
realiza. Si esto es aplicable al átomo de Bohr, ¡cuánto más lo relativo al ser humano!
Todo cae y se disuelve en el remanso de la historia. Como ha señalado E. Morin (2000),
es relevante la actualización y generalización del principio de incertidumbre:
El siglo XX ha derruido totalmente la predictividad del futuro como extrapolación del presente y ha introducido la
incertidumbre sobre nuestro futuro. La educación debe hacer suyo el principio de incertidumbre, tan válido para la
evolución social como para la formulación del mismo por Heisenberg para la Física (E. Morin, 2000, p. 1534).
En efecto, no hace mucho que las realizaciones educativas atravesaron su edad de oro
(periodo de renovación internacional denominado Nueva Educación), con epicentros en las
universidades de Chicago y Columbia (Nueva York) y en la Universidad de Ginebra, en
Europa. De esta última surge J. Piaget, biólogo, lógico, psicólogo y epistemólogo, que
encarna muy bien el nuevo enfoque epidisciplinar (H. Maturana, y F.J. Varela, 1992) y
revoluciona las nuevas concepciones didácticas, mucho más lejos de lo que pudo sospechar.
Él mismo decía:
Estoy convencido de que nuestros estudios pueden tener algún uso en el campo de la educación, tanto en términos de teoría
del aprendizaje como de métodos. Creo que esto es fundamental, pero no soy pedagogo y aún no tengo ningún consejo para
dar a los educadores. Todo lo que podemos hacer es establecer hechos, pero creo que los educadores pueden, a partir de
aquí, obtener nuevos métodos educacionales" (en Evans, 1973, p. 51).
Problemas,
REFERENTES DE CALIDAD Resultados Procesos Madurez personal
injusticias sociales
CARÁCTER
Cuantitativo Cualitativo Cualitativo-transformador Funcional
METODOLÓGICO
ORGANIZACIÓN
Leyes, principios Principios flexibles Negociación Convergencia
ESTRUCTURANTE
BARICENTRO
Resultados Procesos Cambio social Evolución personal
DE LA CALIDAD
“Didácticas negativas”,
CARÁCTER DEL Predeterminado , Ámbito a cuestionar y no-parcialidad,
Conjunto de experiencias
CURRÍCULO cultura envasada, reconstruir Educación para
la universalidad
Valorativa y
EVALUACIÓN Estandarizada Negociada Autocrítica y consciente
autovalorativa
ELEMENTOS
CURRICULARES DE Evaluación de
Objetivos y contenidos Actividades y experiencias Formación
CONDENSACIÓN elementos y contextos
(puntas de iceberg)
REFERENTES DE LA
Toma de conciencia
FORMACIÓN DEL Investigación científica Reflexión didáctica Transformación evolutiva
transformadora
PROFESORADO
PROFESIONAL DE
Ingeniero Pintor Profesor Maestro
CONDENSACIÓN
Desde el simple sentido común, el filtro interpretativo confiable debería ser el sentido crítico
de todo ser humano (I. Kant), gestado como consecuencia de una buena educación. Y no,
“los críticos” (T. Eagleton, 1999), sean literarios, políticos, educativos o mixtos, se entiendan
como se prefiera: o clásicamente, como herederos de quienes marcaron el origen de la crítica
moderna oponiéndose a los Estados absolutos, o lights, o sea, como “guardianes e
instructores del gusto público”. En la medida en que “La búsqueda de la verdad exige
reflexividad, crítica y corrección de errores”, E. Morin (2000) concluye con que: “La primera
e ineludible tarea de la educación es enseñar un conocimiento capaz de criticar al propio
conocimiento” (p. 1534). Sin embargo, quisiéramos acotar nuestra concepción de crítica. La
crítica no es más que una reacción reflexiva del ser humano ante una contradicción social
entre lo que se entiende y lo que se constata. Uno no es crítico a priori, desarrolla su crítica
ante lo que percibe y valora. Y a partir de aquí, se hace pseudocrítico o se hace crítico.
El verdadero crítico sólo se hace experimentando, aceptando retos y lucha desde la realidad a
que se refiere su discurso. Y sólo se puede experimentar en plenitud cuando se conoce bien
aquello que se critica: sólo siendo pobre se experimenta la pobreza y uno se hace
verdaderamente crítico de ella. Siendo así, ¿quiénes pueden considerarse críticos en nuestros
días? Además, el verdadero crítico no critica lo demás en mayor medida que a sí mismo. O
sea, es coherente: primero autocrítico y después crítico, mediando la experiencia a que antes
hacíamos alusión. Siendo así, ¿quiénes pueden considerarse críticos en nuestros días?
La gran mayoría de los críticos que tratan y aplican sus teorías a la enseñanza no la han
probado. Son sombras pálidas de una figura que daña a la escuela, porque lo único que hace
es marchar al frente suya sin ser ni haber sido jamás escuela alguna. Dañan y confunden. Son
nuevos dogmáticos que en casi nada se diferencian de los de la acera opuesta. Son como
ellos: amblíopes, incultos, malos enseñantes y peores aprendices. Los profesionales debieran
criticarlos con dureza. El problema es que el maestro, porque carece de medios, normalmente
no puede hacerlo. Y aquellos, como no suelen ser verdaderos (auto)críticos, tampoco
reconocerían nunca su errada trayectoria. Nunca cederían protagonismo, ni pedirían perdón,
ni admirarían el saber de los maestros/as, ni darían las gracias, ni se retirarían a su agujero
para no salir de allí jamás. La crítica genuina no es la dogmática epistemológica ni la
metacrítica que desde la Escuela de Franfort se ha confeccionado para la escuela, sino la
causada en el buen razonar-experimentar (episteme) de cada ser. En educación ha de fluir
como reacción refrescante y nutriente, en clave de lucha freireana pero más allá de Freire,
tanto en la “esfera pública” como la “esfera íntima” [en 1962, Habermas conceptuó la
primera como conjunto de instituciones sociales (clubes, cafés, periódicos, radio, televisión,
etc.), y la segunda, como entorno de vivencias más personales], pero no hacia ellas, sino
desde ellas, añadimos nosotros, y de la segunda a la primera, o sea, de dentro a fuera. Y aún
más: de la autocrítica a la crítica, para que, mientras recorre el sentido lógico, sea capaz de
discurrir por un vericueto natural moralmente fuerte, por coherente. Y todavía podríamos
añadir una tercera condición fundamental: o el sentido crítico está orientado, o no tendrá
sentido. Y el sentido crítico no está orientado, porque precisamente no tiene la autocrítica ni
la evolución interior-exterior como referencia primera, ni la transformación de la realidad
desde su cambio interior como eje de su pretensión.
Como reflejo de tales argumentos, nos parece fundamental que el educador no sólo deba ser
un “intelectual” [¡qué bajo es el techo de H. Giroux (1990)!], con criterios de razonamiento
claros más allá de su entorno social, cultural e histórico, de lo que circunstancialmente se
considera deseable, de lo que parcialmente se interpreta como perenne o de lo que se vende
como indispensable para el futuro. Porque un educador hondamente crítico ha podido pasar
por alto lo más importante para la coherencia: su sí mismo.
Nos resulta paradójico, una vez más, que la perspectiva básica o fundamental que
presentamos esté prácticamente inédita para la formación normal del profesorado. Pero
somos conscientes de que no se marcha en línea recta en casi nada, y que, a no mucho tardar,
la espiral del interés –desde luego, más allá de Habermas- por la posible evolución humana
habrá de retornar y quizá alumbrar otra faceta de la realidad capaz de profundizarla, elevarla
y orientarla hacia la evolución posible.
V RACIONALIDAD COMPLEJO-EVOLUCIONISTA
Ante esta estrechez de actitudes los nuevos tiempos traen mayor apertura, flexibilidad, mayor
relación, y una nueva comprensión supradisciplinar (inter, trans y metadisciplinar), capaz de:
recoger mejor la complejidad de lo investigado, enriquecer las percepciones y los enfoques
disciplinares, acortar distancias entre fenómeno y conocimiento del fenómeno, para estudiar
“el fenómeno, pero todo el fenómeno” (P. Teilhard de Chardin), y desarrollar, paralelamente
a la técnica, la capacidad de cooperar y autoindagarse, con el fin de promover perspectivas
de conocimiento más creativas y conscientes. Una hipotética nueva comprensión científica
universal muy bien podría definirse como “zona de próximo desarrollo” o probable paso
siguiente, lógicamente definible, a las formas habituales de proceder en investigación.
Los modelos pueden servir como apoyos para la reflexión y el conocimiento, como
orientaciones para la interpretación de la actuación educativa, como condicionante positivo
de educación, como guía para apoyar un modelo personal provisional. Pero estoy con J.
Nieto Díez (1995) en que “Todo ‘modelo’ ha de ser entendido como una abstracción
estereotipada de la realidad, una síntesis, una reducción que en absoluto puede reflejar una
totalidad (p. 39). Y así mismo, entiendo con F.E. González Jiménez (2002) que, desde un
punto de vista didáctico, los modelos “arruinan la capacidad de relacionar” (comunicación
personal). En ese sentido, vuelvo a insistir en que lo importante es diferenciar claramente
entre el anillo del dedo que apunta a la luna y la luna misma. Con esta cautela, seguimos
construyendo.
Centrándonos en los que comentamos, entiendo que la mayoría de las categorizaciones se
refieren a las mismas orientaciones, luego con frecuencia se solapan. Y se reiteran en su
parcialidad, a veces de una forma reduccionista y dual. Esto, que pudiera resultar no-positivo,
podría dar lugar a otra lectura deductiva, si acaso menos positiva a mi entender, cual sería la
del consenso científico. Y es que el escape de la complejidad también aleja al fenómeno del
conocimiento del fenómeno. Tras el estudio de los modelos básicos de formación, opino que
todos son parcialmente enriquecedores y que, en consecuencia, si se razona desde la realidad
y su complejidad definitoria, se estará en mejores condiciones de percibirla e investigarla,
que si se piensa desde modelos concretos, capaces de alterar su percepción hasta rayar la
invalidez. De acuerdo con nuestra propuesta de coordenadas para una didáctica de la
complejidad y orientada a la evolución propia y general, estimo que pueden llegar a ser
obstáculos una serie de actitudes inadecuadas y estrictamente acientíficas, aunque normales:
Pero los obstáculos anteriores son salvables mediante diversos impulsos de potenciación:
motivación socrática, orientada a la humildad; motivación fichte-hegeliana, orientada a la
síntesis; motivación euckeniana, orientada a la autocrítica; motivación moriniana, orientada
a la complejidad; motivación teilhardiana, orientada a la convergencia.Y más
concretamente, varias líneas de acción: un esfuerzo de reflexión desde los fenómenos
objetales, cualesquiera que éstos sean, una indagación sobre el propio conocimiento y sus
condicionantes, y una actitud de humildad o disposición al reconocimiento de nuestra propia
ignorancia como hecho investigativo más destacado. Desde una percepción de complejidad,
se puede comunicar argumentos, procesos y resultados: sintéticos o complejos en sentido
estricto, lógicamente superadores de opciones parciales; parciales, porque así lo requieran
los objetivos y contenidos investigados, y silenciosamente, o sea, sin investigar, sino
comportándose de manera acorde. Realmente es otro modo de expresar resultados,
cementados por la coherencia y sustentados en un aprendizaje experimentar o sináptico. De
lo anterior se puede desprender que puede ser confuso el límite entre la complejidad y la
pseudocomplejidad. Señalamos unas cautelas finales, con el fin de diferenciarlas: la
complejidad no se muestra como otra opción dual, parcial, distinta. Y si aparece como tal,
podría ser pseudo; y la complejidad no es una opción a la que se llegue reduciéndose,
simplificándose, esquematizándose, formalizándose, paralizándose o, en otro orden,
institucionalizándose o taponando a otras. Y si lo hace, podría estar lentificando o
empastando su potencial de relación, iniciando son ello una etapa de pseudocomplejidad.
A partir de aquí, nos identificamos con que la enseñanza puede considerarse un proceso
de creación artística no-dual, en el que el profesor actúa como reconstructor o
recreador de un proyecto cultural compartido y contextualizado, como un «investigador
en el aula» (Zeichner, 1986; Stenhouse, 1984). Desde nuestra perspectiva, apostamos
por favorecer un pensamiento reflexivo sobre la propia práctica, pero avanzando más
allá de la investigación-acción como fuente de conocimiento (A. de la Herrán Gascón e
I. González Sánchez, 2002).
e) De la perspectiva sociocrítica también nos identificamos con algunos planteamientos,
criticamos otros y pretendo superar otros. Admito que la actividad individual y
colectiva del maestro, dentro y fuera del aula, pueda entenderse como transformadora
de la cultura dominante, pero no sólo emancipadora. Es ideal y deseable que el medio
básico de las comunidades críticas puedan ser los equipos de trabajo reflexivos, críticos
y colaborativos, aunque creemos que desde sus dinámicas democráticas pueden
distanciar o marginar a otras personas [entiéndase la “difuminación del individuo” o la
recuperación de la persona en el sentido de J. García Yúdez o de F. Mayor Zaragoza
(2000)] que no participen de los mismos argumentos y orientaciones ideológicas, con
importantes repercusiones en el clima social del centro. Con independencia de su
relevancia contextual (S. de la Torre, 1993), admito el valor sobresaliente de la
reflexión cooperativa-crítica, siempre y cuando esa crítica empiece coherente y
periódicamente en la propia comunidad reconstructiva, y sólo entonces critique a lo
demás (Confucio), pero expreso la duda de que una subjetividad crítica consensuada y,
como diría A. Bolívar Botía (1999), ilusoriamente situada por encima de los
condicionantes sociales (p. 148, adaptado) pueda prescribir lo que se deba hacer,
favorezca la aproximación a una didáctica no-sesgada, entendiendo por tal la exenta de
escoras a lo parcial o sistémico (A. de la Herrán, 1997, p. 225, adaptado). Por otra
parte, la incorporación de la dimensión ética-social (general y centrada en minorías, tan
y como esgrime la opción radical-postmoderna) a mi entender es un imperativo lógico,
orientado a la superación de las desigualdades e injusticias en la escuela y la sociedad,
más allá de la dualidad sistémica, en la medida en que se trata de valores universales o
simplemente favorables a la evolución humana, que para nosotros constituye un
objetivo formativo prioritario.
f) Del modelo personalista-humanista asumo la relevancia del cultivo personal desde la
unicidad del sujeto, y desde los primeros compases de su periodo de formación inicial.
Evidentemente, la seguridad personal del profesor con su clase y su autoestima son
requisitos necesarios para el equilibrio personal y comunicativo el mantenimiento de
relaciones interpersonales de calidad, a la par que el dominio de los contenidos de
referencia. Me sirven de referencia los trabajos de A.W. Combs, R. A. Blume, A. J.
Newmann, y H. L. Wass (1979), A. Abraham (1987), A. Abraham y cols.(1986), o J.
M. Esteve (1984, 1987), o nuestras propias aportaciones, que pretenden avanzar un
poco más. La voluntad y la motivación ambiciosa e idealista-sana o de buena utopía es
básica para que el educador pueda hacer de sí mismo un buen instrumento didáctico.
Destaco de ello el valor del ejemplo. Promuevo como posibilidad deseable para una
formación ideal el hecho de que la práctica didáctica se pueda inscribir en un proceso
no sólo de desarrollo profesional, sino nuclearmente de autorrealización y madurez
personal como clave de educación no muy atendida pero accesible en la formación
didáctica de los profesores. No comparto en cambio que la formación docente se deba
apoyar sólo ni predominantemente en el descubrimiento de los modos de enseñar (A.W.
Combs, R.J. Blume, A.L. Newman, y H. Wass, 1979, pp. 143-166): el conocimiento de
tendencias estadísticamente contrastadas no atenta contra la actitud humanista. La
interpretación dual o rígida sí, evidentemente. Con todo, podemos recordar que el
mismo A. Maslow, por ejemplo, no se situaba en favor del conductismo o el
psicoanálisis, porque entendía lo humanista-transpersonal como superestructura
compatible.
TRADICIONAL, • Actitud de entrega profesional
ARTESANAL-OFICIO • Educación del alumno en primer plano
• Emancipación de la improvisación
TECNOLÓGICO, • Búsqueda de objetividad y rigor
TECNICISTA • Atención a la eficacia
Variables
Investigador y
Alumno Los anteriores, para ser más,
Conocedor, competente reconstructor de su Crítico y transformador social
pretendido y ser más para ser mejores en
experiencia
coherencia y generosidad
C-E: El ser humano actual no es el último eslabón de la cadena evolutiva: entre el simio y el ser
humano autoconsciente estamos nosotros.
A la vez, somos el eslabón perdido de nosotros mismos o de lo que podríamos llegar a ser.
El principal reto educativo es la inmadurez generalizada del ser humano y la humanidad como
conjunto. Éste es el gran reto radical de la educación.
La evolución humana es posible desde cada ser humano (Herder)
P: Autonomía comprensiva-expresiva
OBJETIVOS
P-R-: Análisis y perfeccionamiento continuos
FORMATIVOS
S-R: Formar para el cambio
T: Conclusiones científicas
P: Experiencia, participación
C-E: Culto
Capaz de contribuir al mejoramiento de la vida humana, más allá del ego
Capaz de ser más para ser mejor
T: Epistemólogo y actualizado
CATEGORÍA SÍNTESIS
Confucio, Sócrates, Herder, Hegel, Martí, Eucken, Nietzsche, Teilhard de Chardin, Blay, Maslow,
ALGUNOS Dürckheim, Krishnamurti, Deshimaru, Fromm, Morin, cada persona...
AUTORES
El ser humano actual no es el último eslabón de la cadena evolutiva: entre el simio y el ser
humano autoconsciente estamos nosotros. A la vez, somos el eslabón perdido de nosotros
TESIS mismos o de lo que podríamos llegar a ser. El principal reto educativo es la inmadurez
generalizada del ser humano y la humanidad como conjunto. Éste es el gran reto radical de la
educación. La evolución humana es posible desde cada ser humano (Herder)
OBJETIVO
Madurez personal-profesional, más allá de la técnica y de la reflexión sobre
FORMATIVO la acción, el currículo, el alumno, la organización y otros referentes objetales
Ejemplaridad
Atención a temas perennes
Planificación de la enseñanza de temas radicales (espirales de transversales)
ACCESO Convergencia y síntesis
Práctica de meditación o de vías de conciencia (profesión u otras específicas)
“Didácticas negativas” (sobre capacidades que lastran o anclan la madurez personal y
social)
Culto
ALUMNO Capaz de contribuir al mejoramiento de la vida humana, más allá del ego
PRETENDIDO Capaz de ser más para ser mejor
FORMACIÓN NECESARIA. Estoy de acuerdo con F.E. González Jiménez (1991) en que la
formación del futuro profesor debía abarcar cuatro bloques ineludibles: 1) Procesos de
psicogénesis y evolución psíquica, teorías de la enseñanza y el aprendizaje, Didácticas
específicas, y actividades prácticas docentes (pp. 186-192). Evidentemente, las categorías de
conocimiento profesional así lo requieren, como J.I. López Ruiz (1999) sistematiza,
recorriendo las propuestas de Shulman, de 1986, de Bromme, de 1988, de Mc Diarmid, y
Ball, de 1989, de Grossman, de 1990, de Martín Pozo, de 1994, de Azcárate, de 1995, o la
suya propia, que, tomando como base las otras, convergiendo en las siguientes dimensiones
formativas: Conocimiento de la materia, conocimiento psicopedagógico, conocimiento
curricular y conocimiento empírico (pp. 78, 79).
Pero estas categorías, tal y como normalmente se entienden, componen una atención
insuficiente al fin, porque el trabajo docente es bastante más que técnico y objetal (centrada
en los contenidos, en los estudiantes, las técnicas, etc.) y relativo sólo al hacer y a la acción
educativa, y desde luego, esto significa atender al autoconocimiento y sus graves
implicaciones. Es un imperativo, pues, superar el esquema de profesor reflexivo centrado en
lo exterior. En A. de la Herrán, e I. González (2002) concluimos con que:
En otro lugar (A. de la Herrán, 1999), hemos esbozado como campo de formación total el
definido por un área triangular irregular, cuyos vértices o sentidos formativos podrían ser
complementarios y válidos tanto para la formación inicial como permanente: Uno, el
imperativo de aprender a formarse o de adquirir conocimiento técnico-profesional lo mejor
fundamentado y lo más funcionalmente posible. En segundo lugar, la posibilidad de aprender
a desempeorarse o de reconocer limitaciones y mejorar, en la actualidad y de cara al futuro
ejercicio docente. En tercer lugar, el deseo de aprender a evolucionar o de interiorizarse y
madurar o de seguir cumpliendo años mentales, lo que ni es fácil ni está facilitado por los
sectores dominantes de la psicología. La nada o baricentro de esta área estaría ocupado por
la voluntad de inquirir, de investigar, de indagar (forma de conocimiento) y de adecuar el
propio trabajo como medio de perfeccionamiento personal y profesional. El todo o conjunto
tridimensional (longitudinal, transversal y radical) compondría lo que podríamos denominar
área real de la formación de los profesores. Todo lo anterior podría sintetizarse en la
siguiente unidad triádica: {ciencia - arte – conciencia}, cuyo mayor interés radica en sus
interrelaciones. Obviamente se trata de trascender la formación del profesorado a favor una
autoformación del profesorado conducente a la transformación del profesorado, la cual
permita percibir aquella formación primera de un modo muy distinto.
a) Como fenómeno, mantenemos que tanto el ego como la conciencia docentes son dos
referencias psicopedagógicas de primer orden, que permean el ámbito de la formación
del profesorado, más allá de lo técnico, de lo reflexivo y de lo crítico.
b) La respuesta formativa, la hacemos derivar de esta cuestión: ¿Qué mejor camino para
completar la formación de los docentes que atender a parcelas en menor medida
exploradas?
Éste es, a nuestro juicio, el método natural, además del más sencillo y lógico. ¿Acaso cuando
el agua discurre por las laderas, no tiende a rellenar huecos a su paso? ¿Y es que la mente no
tiende a hacer lo mismo espontánea, automáticamente? Siendo así, ¿qué gran y pragmático
sentido es aquel que se empeña en lo contrario: en profundizar sobre lo que ya está labrado,
en volver a investigar lo que ya se sabe y el dejar a los huecos vírgenes? Desde aquí,
proponemos indagar por este campo abierto, poco entendido y necesario, pretendiendo
superar barreras de evitación, de rodeo, de rechazo, de alergia-repugnancia (en algunos
casos), de tendencia al reduccionismo, a la simplificación, a la inercia por lo de casi siempre,
etc., porque su consideración por la educación, la didáctica y la formación de los profesores
debería tomarse como un reto de máxima relevancia. Desde esta concepción es básico:
a) Proporcionar recursos para analizar el ego docente, en todas sus dimensiones (propia y
ajena, individual, interpersonal e institucional, etc.) y con todos los interlocutores de la
comunidad educativa inmediata y mediata: alumnos, compañeros, miembros del equipo
educativo, miembros de la coordinación o de la dirección, inspección, padres y madres,
tutores de la escuela, profesores de la Universidad y asesores externos, personal de
administración y servicios, personas del entorno, etc.
b) De manera específica, enriquecer y ampliar la reflexión que dentro de la didáctica
actualmente se realiza, de manera que pueda servir de sistema de referencia formativo,
tanto para la prevención (o vacuna desempeoradora de malas prácticas docentes y de
la propia comunicación didáctica).
c) En caso de poderse compartir la reflexión como experiencia grupal, constatar cómo, por
lo que respecta al ego, no existen grandes diferencias entre los modos de paliar errores
entre los maestros/as experimentados/as y los que no lo son tanto.
- Docentes de didácticas que presenten una metodología comunicativa pobre, casi vulgar.
- Expertos en evaluación que, tras desarrollar decenas de procedimientos activos, “no tienen
más remedio que hacer un examen tradicional” de lo tratado, o muy proclives al prejuicio,
o que no se autoevalúan.
- Quienes pueden estar magistralmente hablando, durante 4 horas, sobre los beneficios de los
métodos cooperativos.
- Quienes explican complejos modos de diseñar contenidos de enseñanza y ellos mismos
reconocen que no lo practican, ni el que proponen ni ningún otro.
- Quienes siendo expertos en relaciones interpersonales e interacción comunicativa tienen
una comunicación cotidiana fundamentalmente desconfiada y desagradable, o se
aprovechan de sus habilidades para pretender quedar por encima del de enfrente en toda
interacción, etc.
- Quienes, siendo docentes de temas transversales, a través de su comportamiento
manifiestan lo contrario del contenido de su reflexión.
- Investigadores de la creatividad que, con frecuencia, no toleran que los demás diverjan.
- Supuestos conocedores de temáticas propias y afines a la educación para la diversidad que
viven el conmigo o contra mí, cuando alguien piensa de otro modo, etc.
- Docentes que no se coordinan con el compañero de despacho o con otro docente del mismo
equipo didáctico, y a quienes se le gasta la saliva hablando de la importancia del trabajo en
equipo.
- Profesores que nunca se han planteado la necesidad de un proyecto curricular y que
destacan su importancia para sus alumnos.
- Docentes que solapan extensamente sus clases con lo que otros han dicho, y que discurren
sobre la necesidad de la coordinación para la buena secuencia entre clases, materias y
cursos, etc.
- Profesores de metodología de la investigación que no han investigado nunca Investigadores
que orientan su proceso a cambios contextuales, pero que terminan su compromiso con su
investigación.
- Autores que hablan de “superar el conocimiento experto” desde dogmáticas renovadas, del
signo o la orientación que sea.
- Quienes dicen que el docente debe “retirarse” para que “entre” el alumno, y no paran de
decirlo de catorce mil maneras, hasta que los “espectadores” se ven obligados a huir para
aliviarse.
- Profesores “interpretativos” y “críticos” que no soportan la critica ajena. Otros de esta
misma orientación pedagógica que rechazan sistemáticamente la posibilidad de transformar
situaciones injustas concretas, porque la formación de sus alumnos y la transfomación de
la realidad no les interesa nada. Y finalmente otros críticos que en las juntas de Facultad y
en comisiones aplican sistemáticamente la democracia del rodillo, pisando con ello la
posibilidad de reflexión dialógica y la razón dialéctica, y con ello la valoración o el respeto
de las propuestas minoritarias o diversas.
- Profesores de psicologías que, lejos de pensar y actuar desde la ética para la ayuda al otro,
emplean conocimientos de psicología barata para manipular los procesos de
comunicación, quedar por encima sistemáticamente y conseguir que sólo se apruebe en
votaciones lo que ellos proponen. Y que en caso contrario, desvían, aplazan, tergiversan,
difaman o perjudican los procesos.
- Expertos en innovación que no ponen en práctica sus conocimientos en el centro de trabajo,
porqué aquí es imposible, etc., y que explican cómo practicarla desde una rutinización
rancia.
- Profesores que escriben sobre investigación-acción, expresando que su base es el diálogo
creativo y crítico, y a quienes la creencia en la posibilidad de dialogar en el aula les
produce risa.
- Profesores interesados en la filosofía que optan por el prejuicio y el razonar desde
ocurrencia (Ortega y Gasset) y rehuyen el diálogo y la posibilidad de convergencia.
IX TOTALIZACIÓN
Campo centrado en los Campo centrado en las Campo centrado en las Campo centrado en las
CONOCER
fenómenos causas opciones síntesis.
Campo centrado en la
Campo centrado
Campo centrado en lo Campo centrado en construcción
HACER en el movimiento y la
tecnológico la crítica significativa de
coherencia
aprendizajes
Campo centrado en el
Campo centrado en el
Campo centrado en lo análisis Campo centrado en la
SER conocimiento insesgado
existencial del ego humano interiorización
y ético
(individual y colectivo)
Una razón profunda por la que no se avanza en el sentido propuesto podría ser de índole
metodológica. Me explico:
Metodológicamente una realidad puede ser descrita o puede ser interpretada; en el primer caso, el análisis se limita a
cuantificar, e incluso cualificar –por lo general en un momento específico del tiempo- los principales fenómenos que
caracterizan a una realidad determinada, y definirla a partir de los indicadores, tasas e índices que el análisis permite
elaborar. Interpretar supone, además de describir: establecer la lógica interna de dichos fenómenos y su
interrelacionamiento dinámico; definir y estudiar los factores fundamentales que han influido para que el comportamiento
de las variables fundamentales sea el que presentan en el momento del estudio, y no otro; y proyectar esa realidad en
función de su tendencia histórica, de su componente previsible, y de la influencia que factores aleatorios podrían tener en
esa dinámica (A. Jiménez Barros, 1999, p. 7,8).
Pues bien, sospecho que la realidad física o biológica puede ser, efectivamente, descrita o
interpretada. Pero la realidad educativa, además, puede evolucionar. En este sentido, y desde
un punto de vista epistemológico hemos de considerar que la educación no sólo tiene un
campo de actuación distinto al de la Biología o al de la Física. Es que, además, dispone de
campos de distinta clase, que permanecerán inéditos mientras no se normalicen conceptos
como ego, conciencia o evolución humana. Desde este punto de vista, el nivel de desarrollo
de la Educación, al contrario que el de la Física, debe considerarse, con relación a su propio
potencial, insatisfactorio. Como causa y consecuencia de ello, tampoco los fundamentos de
enseñanza o el profesorado pretenden, renovaciones que se traduzcan en madurez personal
(desegotizadora) o en una conciencia superior. Craso error, a mi entender, no estudiar el
tándem ego-conciencia en las facultades de Psicología, Educación y en las carreras docentes.
Porque estamos convencidos de que los cambios humanos (individuales y sociales) tienen
indefectiblemente su origen y su principal repercusión en la conciencia, entendida como
capacidad sobre la que es posible articular la posible evolución humana (A. de la Herrán,
1998), y esto sólo se puede conseguir diluyendo el egocentrismo arrastrado que satura vidas
individuales, motiva funcionamientos colectivos y define a los mal llamados sistemas
abiertos. Es raro encontrar alusiones objetivas a la conciencia. Por nuestra parte, intentamos
una redefinición teórica para la educación en A. de la Herrán (1998). El cambio centrado en
la conciencia es una cuestión personal de cada uno y un derecho-deber general de todo ser
humano, por el hecho de serlo, y especial de los profesores, desde cuyo trabajo están en
condiciones de proporcionar la duda unida a la autocrítica y a la coherencia más útil. Sólo
entonces puede decirse, con propiedad, que su conciencia germina, que trasciende, que se
eleva concretamente para realizar su sentido, esto es, contribuir al mejoramiento de la vida
humana.
BIBLIOGRAFÍA CITADA
III Somos, en general, malos aprendices de los grandes maestros/as. En muchos casos
nos los sabemos pero no les conocemos –por no querer querer hacerlo-, ni practicamos
la destilación (¿alquimia?) de conocimiento a conciencia mediante la coherencia. No
les pretendemos llevar a la práctica ejemplarmente y no nos interesa la autocrítica
1
Herrán, A. de la (2004). De la sociedad de la información a la educación de la conciencia. En A. Canteras (Dir.),
Los jóvenes en un mundo en transformación. Nuevos horizontes de la sociabilidad humana. Madrid: Ministerio de
Asuntos Sociales. INJUVE.
2
www.agustin.delaherran.com
individual, mucho menos colectiva y aún menos la rectificación, aunque sí ejercer el
abanderamiento... con lo que los traicionamos e invalidamos triplemente. Quizá en
todo esto radican los más urgentes aprendizajes para el siglo XXI y sucesivos, que
sobre todo son huecos y raíces perennes.
Estos retos han sido, son y serán la base de la verdadera alfabetización de los tiempos
nuevos, que no es otra que la alfabetización de la conciencia.
I Sobre todas las posibles cualificaciones de sociedades quisiera subrayar que, muy por
delante de otros reflejos y refracciones –aunque apenas se mencione en los entornos
académicos-, estamos en la sociedad del egocentrismo, por cierto, característica más
destacada del adulto –versus Piaget- y de la vida humana sobre la tierra. En ella los
sistemas (personas, grupos, instituciones, naciones, comunidades internacionales y
sociedades en general) tienden a anudarse más y más para centrarse cada cual en su
reducto y en el sentido de lo propio (autores, tesis, intereses, prejuicios, etc. que acaban
cuajando en verdaderas programaciones mentales compartidas), desatendiendo
expresamente otros anhelos, conocimientos y realizaciones universales (no-parciales)
que pudieran incidir en la posible mejora de la evolución humana.
II En mi opinión, formamos parte de una sociedad poco culta (cultivada) –aunque muy
autocomplaciente-, que tiene a su disposición un océano de información deteriorada.
La información sirve, de hecho, para mirar, refrescarse, chapotear, nadar o navegar –
según las posibilidades- pero no para orientarse. Pese a que sus aguas encauzadas no
son muy profundas, se corre el peligro de agotarse y de ahogarse. Además el medio está
turbio: sus corrientes colectan toda clase de vertidos, que discurren a merced de los
mercados, que la arrastran a un bienestar miope: progresar a toda costa sin
evolucionar.
III Para todo esto -además de para contribuir a que la humanidad anude su noosfera-,
Internet es necesario. Y ya lo decía F. Mayor Zaragoza (2000c), al recibir uno de los II
Premios “Educación y Libertad”3:
Se nos dice ¡qué bien, ya tenemos todos estos sistemas de información! Está bien, está bien, es igual a como tener
libros, pero lo que es importante es que después se lean y que se mediten y que no seamos exclusivamente estos
espectadores del mundo de la información, espectadores que ya no tenemos tiempo para pensar, y por tanto no
tenemos para existir, y por tanto no tenemos para sentir, y por tanto actuamos al dictado, no somos libres [...].
José Saramago ha dicho algo que me parece muy importante, ha dicho, corremos el peligro de tener tecnología 100
pensamiento 0. Este sería realmente el cambio más importante desde un punto de vista de valor de civilización y de
identidad cultural, de defensa de la unicidad de cada ser humano que ya se ha producido en los últimos siglos. Yo
espero que no. Yo espero que no tenga razón (p. 79).
V Dicho de otro modo: en la autodieta humana, sobran datos sobre sabores y falta
3
Otorgados por Fundel (Fundación Europea Educac.ión y Libertad).
cultura sobre nutrición. Este esquema nos ha sumido en una época de espíritu frágil, de
debilidad intelectual, de voluntad descafeinada, de ausencia de compromisos sociales
serios, y en cambio polarizada en objetivos que no van más allá de los propios sistemas
y deseos.
VI Por eso, con datos escalofriantes sobre el estado mundial (A. de la Herrán, y J.
Muñoz, 2002), todo indica que el mundo se desmembra, porque se abre en tantos
pequeños nortes (tantos como sistemas orientados a la rentabilidad -luego egocéntricos-
hay) que se abandona a una entropía informativamente estimulada pero huérfana de
conciencia de humanidad (Herder), acicateada desde dentro por una importante carga
de inmadurez.
4
Atribuible tanto a personas como a colectivos identificados, con independencia de su amplitud.
I Para algunos la vida transcurre en el umbral de la sociedad del acceso a la
información y el bien estar. Para todos demasiado lejos están la sociedad de la
conciencia y del más ser. ¿Demasiado tarde? ¿Demasiado pronto? Quizá sea el mejor
de los momentos: podemos orientarnos hacia ella trabajando por una sociedad de la
educación. En este transitar la persona no puede difuminarse.
III Desde la conciencia de ser hijos de Kant, centramos las mayores esperanzas iniciales
en la atención y la educación de la “capacidad de soberanía personal” (F. Mayor
Zaragoza, 2000b, p. 9), contemplada tanto durante el proceso como en el resultado de
lo que denominamos base de la diversidad. Y, como afirma E. Vera Manzo (1997b):
“La riqueza de la humanidad se encuentra en la diversidad y no en la homogeneidad o
reducción cultural. Debemos respetar a las personas, culturas y comunidades existentes
y enriquecernos con lo mejor de cada una de ellas” (p. 29), porque "La uniformidad es
la muerte, la diversidad es la vida" (M. Bakunin), hasta tomar conciencia del sentido
del caos5.
5
No casualmente, un corazón saludable presenta un diseño caótico. Sin embargo, cerca del infarto, su ritmo se muestra regular,
periódico, hasta que el sujeto muere. Con todo, ese caos está profundamente “ordenado” y “matematizado”.
adaptado). A. López Quintás (1991) ha acotado que: "Desde la primera guerra mundial, la
sociedad de Occidente se halla carente de ideales firmes que den sentido a su existencia y la
impulsen hacia metas valiosas" (p. 141). F. Mayor Zaragoza ha calificado como
“catastrófico” y “creciente” el panorama de desigualdad mundial. N. Caballero (1979) ha
calificado la nuestra como: "Una sociedad de sonámbulos satisfechos". Mi percepción es que
el egocentrismo generalizado que caracteriza a los sistemas que componen la humanidad
define automáticamente las coordenadas de su sinsentido.
capitalismo
.educación
tecnología
pseudo, cuasi o predemocracia
DE LA GLOBALIZACIÓN A LA CONCIENCIA
I Al área de esta nueva Trimurti (los nuevos Brahma, Vishnú y Shiva) del primer mundo se
ha denominado globalización, para nosotros, sistema para el englobamiento. En un primer
momento, entiendo que la globalización debe considerarse, además de “una fase del
capitalismo” (P. Freire, 1996), una estrategia más amplia centrada en la mayor ganancia de
los mejor situados. Siendo hija legítima de los anteriores vértices obligatorios, unidos por
obsesiones de crecimiento, de expansión, de aumento de productividad y de conquista
material, es preciso desmitificarla, porque trata de la “generalización del proyecto neoliberal,
no de otra cosa” (L. Regueiro, 1997, p. 78). Quizá desde este enfoque lo negativo no sea la
globalización en sí, sino la comprensión y desarrollo que de ella se hace desde el modelo
neoliberal asociado al capitalismo feroz que la acompaña. Porque el pensamiento,
mecanicista, simplificador, lineal y funcionalista, no está a la altura de la verdadera
globalidad7 del ser humano, esencialmente compleja, transdisciplinar, dialéctica, espiral y
evolucionista, mucho más allá de la confusa y mediocre postmodernidad, actual intersticio,
introducido con calzador, de la sociedad de la información.
II Todo lo anterior, percibido desde las coordenadas de la conciencia humana, nos reta a la
lucha por la humanización, más allá de la hominización (Teilhard de Chardin), por una
mutación epigenética de la vida humana, por una “rehumanización” (J.L. Cañas) que no
puede realizarse en nombre de nadie, por un “cambio radical” basado en alguna clase de
“terapéutica del hombre” (J. Rof Carballo, y J. del Amo, 1986), porque en un futuro gradual
la globalización pueda tornarse en proyecto de integración humana, necesariamente
orientado a redibujar la persona y a potenciar la diversidad y el pensamiento propio pero
maduro, esto es, autocrítico, cooperativo, consciente, transformador, universal..., apuntando
6
Department of Organization and Leadership Teachers College de la Universidad de Columbia.
7
Es preciso, como hace F. Mayor Zaragoza (2000), distinguir entre globalidad y globalización.
siempre más allá de Kant.
III Para ello, un primer paso puede consistir en reparar en los brotes de la insensatez rectora
que rigen de hecho al pensamiento postmoderno. Me refiero a poner fin a ciertos absurdos
existenciales, que desde el neoliberalismo8 “ha puesto de moda –o más bien, de la noche a la
mañana, ha decretado- un sinfín de fines: ‘fin de la historia’, ‘fin de las utopías’, etc.” (G.
Santa María Suárez, 1997, p. 2), que invitan a “adoptar el día a día como ‘eternidad’” (A.
Bolívar Botía, 1999, p. 159) comunicando la certeza de la desesperanza y el convencimiento
de la imposibilidad de mejorar y de cambiar el mundo.
8
Para G. Travé González (1998): la tendencia neoliberal, de claro matiz conservador, se fundamenta en los posicionamientos
ideológicos del liberalismo de Adam Smith (1725-1790) y en su versión actualizada, del monetarismo de Friedman. En estos
momentos es considerada la base del pensamiento único, una vez desaparecido el socialismo real representado por la extinta
URSS y, cada día, está más interesada en destacar el papel que el sistema educativo debería proporcionar en la búsqueda de la
prosperidad y competitividad económica (p. 205) [...] Este enfoque conservador ha impulsado una propuesta educativa basada,
por una parte, en la orientación curricular hacia una determinada profesión; por otra, en el gerencialismo, por el cual se
pretende que los responsables o gerentes de estos planes de estudio no sean docentes, sino el propio mercado; y, en definitiva,
en el consumismo, que traspasa la planificación educativa del estado al individuo (p. 206).
9
Por escuela entiendo el conjunto de establecimientos de educación, desde la Educación Infantil hasta la universidad.
aproximen más y más a este perfil.
Además, es posible que los objetivos pudieron estar fijados de forma pobre o deshonesta, que
para alcanzar los objetivos quizá haya que renunciar a la ética, que esos objetivos pueden ser
accesibles sólo para unos privilegiados sociales, y que una vez alcanzados pueden ser
referente de un mal uso (M.Á. Santos Guerra, 1999, p. 89, adaptado).
IV Para la educación, el triángulo anterior no sólo actúa como el más determinista de los
currícula cerrados, sino que contribuye a alimentar la ilusión de apertura, basada en la
superficialidad y en la uniformización. Éste ha sido el regalo promocional por la compra de la
obligada globalización capitalista, inventada por quienes en su casa cosechan tantos éxitos
bolsistas como fracasos educativos; fracasos tan grandes que el mismo D. Mann (1999),
expresaba que el sistema educativo de EE.UU. ya no respondía a los intentos de mejora,
porque casi se había inmunizado a las reformas educativas. Casi está inmunizado contra las
dietas, los bienestares, la sensibilidad social altruista, la empatía internacional, y otras
virtudes aplicadas más allá del ego. He ahí la paradoja bien denunciada por la pedagogía
10
En El País, del 17 de febrero de 1992.
crítica flotante de quienes tienen más motivos y conocimientos para criticar: Latinoamérica,
el principal cuarto trastero de EE.UU., y, dentro de ella, los países en proceso de fagocitación
“dolarosa”.
V Como posibles sujetos respondientes a esta actitud crítica, se suele hablar de tres clases de
mentalidad: la conservadora, que no cambia, la idealista-ingenua, que lo hace
compulsivamente, y la realista, que así mismo puede optar por alguna clase de movimiento
consecuente. A mi juicio, estas tres mentalidades receptoras están definidas por las dos
dimensiones sistémicas que definen el plano en que se inscribe el triángulo anterior. O dicho
de otro modo, constituyen la representación bidimensional fotográfica de una realidad mucho
más rica y esperanzadora. Y esa realidad es de nuevo la conciencia, entendida como la
capacidad en la que cabe radicar la interiorización educadora, tanto personal como
colectivamente comprendida.
conciencia
ingenuidad realismo
conservadurismo
VI Éste podría ser un buen momento para comenzar a hablar, sin reparos, de otra clase de
mentalidad no excluyente con las tres anteriores: la consciente o evolucionista cuya molécula
constituyente no sería la información objetal sino el conocimiento,entendido como tejido
bien ahormado de la madurez personal y social. Si nosotros no lo hacemos, otros lo harán,
porque, aunque en este discurso se lleva muchísimo retraso, la evolución desde el ego a la
conciencia es un proceso imparable en el que la educación personal y colectiva, escolar y
social tiene todo que decir porque aún balbucea.
I Más lejos de toda antítesis, esbozada cuidadosamente, como respuesta a los esquemas
alienantes que supura nuestro tiempo, más allá de los humanismos amorfos y de las
metafísicas sin norte –por muy fundamentadas que estén-, infinitamente más lejos de las
filosofías nihilistas o de las poses pseudocríticas de tantos falsos pedagogos de moda,
cuyo razonamiento no trasciende las fronteras de la actividad (mental o externa,
individual o social), como “tercera vía” entre el capitalismo obsesivo y el socialismo
atascado debe haber algo más definitivo, convincente y permanentemente actual. Y lo
hay, porque lo hubo. Podría sintetizarse en la complejidad evolucionista o el anhelo de
R. Eucken (activismo) o de P. Teilhard de Chardin (complejidad-conciencia), quienes
nos recuerdan que:
CONCLUSIÓN
Bibliografía de referencia
Introducción
Las raíces no suelen percibirse. Permanecen bajo tierra. De ellas depende la nutrición y el
desarrollo de la planta. Son su afianzamiento. Sin raíces largas y fuertes, el árbol no puede ser
alto. La pregunta motivadora no es si tienen o no que ver con la realidad (lo que aparece ante
la vista), sino cómo es posible que no estén más presentes en la investigación y en la práctica.
abstracciones, sino que observe lo que realmente está pasando y considere la posibilidad de
redefinir el contexto social de la enseñanza, las dificultades del aprendizaje, los retos
Schrödinger o Heisenberg coincidieron en definir investigar como ver lo que todos ven y
pensar sobre ello de modo diferente, no tanto para obtener nuevos hechos, sino para descubrir
modos distintos de razonar desde ellos. Por tanto, redefinir es investigar, o sea, observar los
Ahora bien, la redefinición incluye lo definido, lo engloba dialécticamente. Por ello, puede
1
abrirse, y asocia el riesgo del error. Pero sólo lo inverosímil tiene la posibilidad de ser cierto,
La enseñanza que practicamos se sitúa en un contexto de cambio social complejo, con rasgos
Un proverbio zen afirma que: “para forjar la imagen hay que romper el espejo”. Lo
compartimos tan plenamente que lo rechazamos del todo. A veces puede ser tan inútil como
necesaria una mirada en el espejo. La imagen reflejada es la de un siglo que se mira en otro,
Teilhard de Chardin en el XX, entre otros. El centro de interés lo han copado las TIC
ingenua y las llanuras románticas por los semáforos, la conversación por el ladrillo político, la
lectura privada por la consigna pública, la reflexión intelectual por el rugido deportivo.
Hemos pasado de la hipnosis a la distracción. Nos entretienen con noticias a corto plazo.
Todos son ruidos y no nos dejan sintonizar con las grandes cuestiones de nuestro tiempo (dice
F. Mayor Zaragoza). Hay mucho ruido fuera, pero la humanidad se mueve poco.
2
18.1.2. El pantanal del siglo XXI
‘tecnología’ (figura 18.1), que en el subsuelo se comunica con una fosa motivacional que es
fuente de desastres anunciados. Estaría formada por los ángulos: ‘egocentrismo’, cuya
‘poder’, cuya realización es el control para dominar materias primas, bienes y personas. En
conjunto, limitan un fangal en que Occidente podría finiquitar su ciclo. Lo afirma J.L.
presión a Iraq.
capitalismo egocentrismo
tecnología miedo
pseudodemocracia poder
“modernización”. La idea de modernización fue utilizada durante mucho tiempo por las
ciencias sociales americanas como una forma eufemística de imponer un modelo desarrollista
ingenuamente etnocéntrico que permite clasificar las diferentes sociedades según su distancia
globalización es que todo influye en todo. Desde nuestro punto de vista, este fenómeno tiene
3
sus antecedentes en Hermes Trismegisto (“Todo en todo”), Lao Tse (“Todo repercute en
todo”) o en Confucio (“La única regla del mundo es la reciprocidad: no hagas a otros lo que
no quieras que te hagan a ti”). Así pues, el bien acaba revirtiendo como bien y quien siembra
vientos a veces recoge tempestades. Esa estrecha relación entre lo que uno hace y sus efectos
aplicación egocéntrica de la complejidad. Ahora bien, esa aplicación más bien ha sido la
sido la pobreza, al tiempo que ha generado una geografía fragmentada con yuxtaposición de
A un nivel global o planetario, el ser humano no sabe lo que estaba haciendo (G. Bateson). La
presencia mayor es la ausencia de norte. Esta carencia se localiza en los vértices de aquel
triángulo (figura 18.1). Especial mención merece el ángulo ‘Tecnología’ en su relación con la
ese tramo donde suele fallar: Inventamos y después necesitamos lo que hemos inventado (J.
educación, no sólo es eso. Aplicamos lo que otros hacen para nosotros, y en función de ello
conocimiento, ¿qué beneficio indiscutible tiene? Como ha expresado F.E. González Jiménez ,
con frecuencia la escuela sirve a aquello que denosta, sin apercibirse de ello.
son esquemas que podrían superarse por la educación. Por ejemplo, la tecnología podría
4
contribuir expresamente a volver a la naturaleza, a autoconocerse, a experimentar la
ayude el hecho de que esta variable (‘evolución posible’) apenas se menta, ni en los medios ni
sociedad, no hay norte en la escuela. Se tambalean los puntos de referencia y emerge una
nueva perplejidad: es la revolución del desconcierto y del pensamiento débil (dice E. Rojas).
Estamos en las antípodas de una paideia. Esto equivale a que la orientación social se ha
desdibujado, porque la pérdida del sentido de la educación asocia el del sentido de ser en el
La sociedad [...] está frecuentemente dominada por la preocupación política de continuar y no tiene tiempo ni
calma para pensar en lo que será dentro de diez o veinte años. Es solo el mañana inmediato lo que la obsesiona.
Y es sólo para este mañana inmediato para lo que pide a la escuela que prepare al niño (p. 29).
Nuestra tierra es una escuela sin proyecto. El sentido de una sociedad ha de ser
persona y grupo social, al sentimiento y anhelo de universalidad exterior e interior, etc. Difícil
proyecto, si no se repara en que: “No hay pasajeros en la nave espacial que se llama tierra:
todos somos tripulación” (H.M. Mc Luhan). Y más difícil todavía, con una sociedad tan
fragmentada. Pero no imposible. Luchamos, desde una educación redefinida, por poner las
cosas boca arriba. O sea, por dar prioridad a la casa sobre la puerta, al cerebro sobre la
neurona. A partir de aquí nos preguntamos: ¿En qué sistema educativo se recogen al menos en
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En los últimos años, el baricentro de la contemporaneidad se ha desplazado hacia una
voracidad informativa a la que cada vez se accede de un modo más avanzado y eficaz, pero
también arriesgado para el profesional: “El exceso de información o el uso poco inteligente de
presente y el de otros momentos es que el de ahora ha sido enterrado por un estrato inmenso
lleva a lo segundo, la información no cambia nada profundo en ningún caso. Una carretera
puede ser necesaria para el desarrollo de una zona, pero su construcción no es suficiente:
habrá que utilizarla, viajar y transportar por ella, protegerla, repararla, etc. Además, “vivimos
en la era de distracción y en la era de las interrupciones, tanto en el campo del aprendizaje, del
trabajo, de la amistad y del amor” (M.Á. Santos Guerra). Adultos y niños de todas las
latitudes siguen haciéndose las mismas preguntas existenciales de hace diez o quinientos
nuevo no acaba de emerger y lo viejo no se acaba de superar”. Se puede conocer mucho, pero
se sabe muy poco. “Puede decirse sin exageración que nunca estuvo tan difundido por el
mundo como en la actualidad el conocimiento de las grandes ideas producidas por la especie
humana, y que nunca esas ideas fueron menos efectivas que hoy” (E. Fromm). Dicho de otro
reto compartido por toda la sociedad, que compartiría una nueva Paideia. Pero se ha impuesto
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Pero sobre todo nos encontramos en la sociedad del egocentrismo. Es éste –el ego humano -
descafeinada, de polarización del interés en objetivos que no van más allá de los propios
reducto y desde ahí en el provecho de lo propio. Cruzamos el atrio de la sociedad del acceso a
más ser. Con todo, podemos orientarnos con la educación a la futura sociedad de la
(1937) hablaba del XX como el “Siglo del Niño”, amparándose en las nuevas ciencias y
social gracias a ella. Nuestro esfuerzo se orienta a reflexionar sobre una reforma en
profundidad de la Pedagogía. Trabajamos convencidos de que éste podría ser “El siglo de la
Parafraseando a A. Einstein -que se refirió a las dos primeras-, decimos que hay tres
de la Didáctica. La superación del egocentrismo, que hemos definido como problema número
único impulso conocido que contrarresta la entropía, está inédito. Hoy está en primer plano lo
que J.L. Pinillos ha llamado ‘razón instrumental’, el ocio y el lucro, un par de ramas del
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egocentrismo humano, que en la cultura euroamericana, aflora como rentabilidad y placer
E. Rojas (2004) concreta que estamos en una “sociedad adolescente”, que se caracteriza por la
inmadurez colectiva, y sus mensajes son tan contrapuestos que resulta muy difícil
reconciliarlos.
años, aproximadamente- es la dificultad para darse cuenta de que hay otros puntos de vista
diferentes al propio y de que alguno de ellos puede ser mejor que el nuestro, o no hemos
adulto. Se deduce de ello que quizá no estemos tanto en una sociedad adolescente, sino en una
sociedad infantilizada (A. de la Herrán, 2003, 2008). Puesto que el infantilismo adulto
(personal y colectivo) es uno de los grandes retos inconfesables de la Educación, puede que
necesidades del mercado (económico, político...). Hoy predomina el ‘homo light’: “ni chicha
bolsa de la Historia ha bajado bastante, si bien los narcisismos subrayan rankings llamativos:
mientras el ser humano pierde valor global, se aprecia previsiblemente según el filtro de su
ismo. Por ello desde la enseñanza debe promover a la persona desde su condición, no desde su
calificación. Y desde unos medios educadores, es preciso prestigiarle, como se hace con los
bienes de consumo, para elevar su cotización. Aunque sólo sea para que algún día se dejen de
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arrojar bombas en lugares habitados por seres humanos. Nuestra fuerza, desde una razón
humanizada, ha de ser superior a las agresiones impunes, lentas o violentas que ahogan a la
mayoría. ¡Qué lejos están el sentir de S. Juan de la Cruz, cuando decía: “Un solo pensamiento
del hombre vale más que todo el mundo", o el “Che” Guevara, que apuntaría lo mismo más
adelante. Nosotros suscribimos que: “el ser humano no es ninguna máquina programada ni la
vida es un proceso de consumo, sino un proceso de conciencia” (M. Almendro). Para esto y
desde una Educación de la Conciencia, debemos recuperar a la persona y enseñar a mirar sin
sesgo.
En este siglo XXI la educación consolida un protagonismo secundario. Lo que más preocupa
cola al que se pide acciones de locomotora. Desde este símil, podríamos concretar el retrato
robot de la ‘escuela buen vagón de cola’, frente a la ‘escuela locomotora’. La escuela buen
vagón de cola siempre trabaja en el pasado, tras la reforma curricular de turno, para un futuro
demandado desde atrás, y orientado sólo a neutralizar y reparar problemas inminentes. Por
tanto, apenas cultiva la actuación para un futuro aún no demandado o para satisfacer
necesidades perennes o radicales. ¿Cómo se concreta esta idea desde el punto de vista de los
contextos concretos? Una escuela buen vagón de cola responde lo mejor posible a las
La escuela no está sólo para satisfacer demandas sociales o partidarias deseosas de teñir la
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cierta capacidad transformadora, siempre política -en la medida en que el ser humano, como
grandes desastres, léase contiendas mundiales. Es una lástima y es un error que la sociedad
mire a la Educación defensivamente, como terapia de otros peligros sociales o para obtener
proverbio japonés: “Cuando el agua sube, el barco también”. Porque el agua es la educación,
y el barco todo lo demás. Hoy los trenes más modernos, seguros y rápidos no tienen
necesaria se tiene.
alabastro que deja al maestro fuera, o colocan los ladrillos de sus paredes para que sus
detalle. Después, consecuentemente, se está más pendiente de nutrir a la escuela, que de que
se autoabastezca. Por esto, la escuela está “fuera de punto” (A. Romero). En consecuencia,
perdemos el norte, y por eso nos comenzamos a deslizar por la pendiente, entrando
un cada vez más descontrolado capitalismo, una creación demasiado imperfecta que se nutre
de nosotros. En mi opinión, formamos parte de una sociedad poco culta (cultivada), aunque
muy autocomplaciente.
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18.1.8. Carencias esenciales en la educación
pero de cerca. Esta limitación lleva a bajar la mirada, con lo que el horizonte pierde relevancia
imaginar e intervenir para que ese horizonte a la vez se integre y se desplace hacia adelante.
Con la mirada baja sorteamos los pozos, pero los salientes y las farolas son nuestras, y
donde se incluyen minimizarían el hecho, ya que lo que se hace y lo que se deja por hacer
proviene de ellos. Y puede ocurrir lo que a los conductores: que son excepción los que
reconocen que pueden estar circulando mal. Pero ésta es nuestra valoración: o está perdida o
no responde a lo que aparece ante su vista. Me explico. La orientación educativa se debe basar
coincidimos con E. Lledó (2002), cuando identificaba así ‘el problema más grave de nuestro
tiempo’: la pobreza, la ignorancia, la miseria. Y no sólo la miseria real, sino la miseria mental
que, por supuesto, se extiende a clases que no padecen miseria o pobreza alguna.
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Lo intentamos justificar en la figura 18.2., representando dedicaciones excesivas y carencias
esenciales, que traen como consecuencia una educación exteriorizante, que coloca el centro de
Evolución social
egocentrismo
Sostenemos la tesis de que la educación está desorientada, que está incompleta en lo esencial.
En gran medida, ocurre esto porque la educación ha interiorizado malos hábitos relacionados:
- Marcha sólo tras “El Flautista de Hamelin” de la reforma de turno. Luego lo hace
Herrán, 2003).
- Trabaja casi en exclusiva a demanda, y no puede hacer otra cosa por su bajo margen
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Muerte (A. de la Herrán, y M. Cortina, 2008). En consecuencia, ignora o rechaza
social superficial.
nuestro parecer: Por un lado, investigadores de bata que no la conocen bien, porque
nunca han formado parte de ella. Se empeñan en imprimir sus intereses profesionales
desde temas y enfoques alejados de los profesores. Valgan como ejemplo los
ni tratan de ella. Desarrollan sus corpus científicos desde colegios invisibles cosidos a
base de citas mutuas que se repiten hasta la náusea sin apenas contribuir al
Al ser la enseñanza respondiente, el vacío educativo resultante visibiliza una educación con
estructura de corona circular, de ‘donut’ o de cubierta a la que se exige rodar sin apenas llanta.
suele quedarse bloqueada, por no disponer de una tercera vía superadora de confesionalismos,
pasado o lo sincrónico, otros lo harán en el futuro. O quizá lo haga el futuro solo, sin contar
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con casi nadie. En síntesis, parecen ser dos los sentidos de la posible reorientación educativa:
la profundidad y la universalidad.
Al salir de la Edad Oscura, la Europa del Renacimiento asumió como gran reto instrumental
antes Giner de los Ríos ("Mediante la razón […] puede, ciertamente, el hombre formular
verdades valederas para todo lugar y todo tiempo"), coincidían en sus pretensiones. Pero esta
Clásica Hindú y China. Después fueron Protágoras de Abdera (-480 a -410), Sócrates (-470 a
-399) e Isócrates (-436 a -338). Y más tarde Séneca (4 a 65), que advirtió que: "No hay
ninguna cosa buena que no tenga su base en la razón", porque: "Los verdaderos bienes,
sólidos y eternos, son los de la razón". Nuestra tesis es que en la Educación de la Razón radica
la base de una “terapéutica del hombre” y el imprescindible “proceso radical de cambio” (J.
Rof Carballo y J. del Amo, 1986). Ahora bien, es posible analizar algunas causas y
colectivo.
- Conciencia, interpretada como requisito necesario pero insuficiente para mejorar como
personales y profesionales. Tener más conciencia es poder ser mejores. En este contexto,
- Libertad o liberación interior: “Sólo el que sabe es libre y más libre el que más sabe. No
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- Paz: La paz interior es la paz exterior, porque es consecuencia de un equilibrio adquirido
UNESCO, que expresa que fue creada “para edificar los baluartes de la paz en la mente de
los hombres”!
- Universalidad: Que nos ayude a ser menos parciales, menos limitados y menos limitantes,
para evolucionar a través de la razón” (A. de la Herrán, 2007). Son de hecho dificultades para
ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas” (A. Einstein). Por
ello necesitamos a los demás (personas, colectivos, ismos de enfrente, etc.). No avanza el
conocimiento sin un buen uso de la razón, porque ve lo que no es o dice ser lo que no
entiende. El problema instrumental no es tanto ‘saber que nada sé’ (Sócrates). Este
que no se sepa que no se tiene ese conocimiento (Confucio). Y ésta es una gran dificultad
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- Comprender no es razonar: “La racionalidad no es comprensión. Generalmente se
- Creer conocer no es saber: "por todas partes se enseña que la ignorancia es ciencia y
cerebro al modo de pegatinas tipo ‘post it’. Pero la humildad se enseña poco, porque no
bien las manos antes de operar. Con la ausencia de humildad, el ego desplaza a la
conciencia en la persona. Como consecuencia de ello: “El hombre cree siempre ser más de
lo que es, y se estima menos de lo que vale” (Goethe). La realidad es que somos
autoformación.
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2) Dificultad para reconocer y superar nuestros condicionamientos: Estamos
identificados con unos sistemas, parcialidades o ismos que con otros. Esa identificación
puede tener que ver con falta de madurez. También incorpora una mirada diferente, según
dicho que desde pequeños los medios adoctrinan nuestros condicionamientos, y nos
aclaran quiénes son ‘los buenos’ y ‘los malos’, ‘los nuestros’ y ‘los otros’, ‘los indios’ y
‘los vaqueros’, ‘los americanos’ y ‘los demás’, ‘los que son como nosotros’ y ‘los
fortalece y tiende a engrosar durante toda la vida, arrastrando con ello flujos de actitudes,
Cuando todo esto se inocula en el niño desde antes de nacer sus padres, la pendiente se
Siendo así, nos parece imprescindible cruzar la variable ‘aprendizaje durante toda la vida’
(long life learning) con la variable ‘egocentrismo’. Porque los resultados suelen ser
sujetos y los objetos de referencia, y protagonizados por los egos personal y colectivo.
“Siento, luego existo”, ha propuesto M. de la Herrán (2005: 66). Pero ¿cómo siento? He
aquí el quid de la cuestión, porque si mi sentimiento está muy distorsionado, ¿de qué
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categorías y rankings perceptivos: Una muestra: Siete niños de cinco y seis años
celebraban un cumpleaños en la casa de uno de los amiguitos. Una bomba (colateral) cayó
en su casa y los destrozó. Instantes después dejaron de ser niños, porque los medios los
la otra, ¿habrían dejado de ser niños? Si sentimos tan mal, ¿cómo podemos imaginar que
podemos pensar bien alguna vez? Este mal sentir es un indicador de que la devaluada
cotización del ser humano es intersubjetiva y egocéntrica. Porque lo normal es creer que
nuestras razones son las correctas, por ser las nuestras y estar validadas por nuestro
entorno narcisista, y que por tanto ese modo de actuar es el más acertado. Huelga decir
que son los demás quienes yerran, se equivocan y deben cambiar. Y lo normal es que
todos piensen lo mismo. Los San Martines una excepción. De donde se desprende que a
veces es preciso recurrir a imperativos, como que “La naturaleza prescribe que el hombre
mire por el hombre, precisamente por ser hombre” (Cicerón) o la cita del “Che” antes
señalada. En síntesis, proponemos este cambio: del manido ‘pensar en global y actuar en
local’, al: ‘sentir la universalidad y actuar en lo local para contribuir a lo global’. Quizá
complementario: “Si deliberadamente decides ser menos de lo que eres capaz de ser, serás
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transformación y evolución posible. Como a veces la ‘desidentificación’ es casi imposible
una “Educación para la Universalidad” (A. de la Herrán, y J. Muñoz, 2002). Esta nueva
– Coherencia: Empezar desde nosotros mismos y lo cercano. Sólo entonces reparar en los
contendrán coherencia y ejemplaridad: “En primer lugar, uno debe empezar muy cerca
para ir muy lejos. Nosotros queremos llegar muy lejos sin dar el primer paso, y quizás
pertenece al tiempo. Todos estamos impacientes por progresar: ‘Dígame rápidamente esto
o aquello’, pero si tienen paciencia, o sea, si no están tratando de obtener algo, de alcanzar
algún fin, alguna meta, entonces investiguen paso a paso” (J. Krishnamurti).
liberarse.
– Evolucionismo, más allá del laicismo: Frente a las dos opciones convencionales, la
cualquier otro ismo etnocéntrico del contenido que sea: político, nacional, cultural,
deportivo, etc. Educar para el Descondicionamiento se convierte así en una línea didáctica
de primera magnitud.
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3) Dificultad para indagarse y acceder al autoconocimiento: El predominante
que cada persona pueda descubrir su verdadera identidad. Desde la Educación Infantil no
laza, suave pero firmemente con un nombre, una nacionalidad, una religión, un sexo, un
Como consecuencia de esto, normalmente de adultos morimos sin tener ni idea de quiénes
somos esencialmente, porque creemos ser sobre todo una u otra capa de la cebolla en que
nos hemos convertido. Esto confunde hasta a los más capaces. En el Epílogo de su
supe lo que era vivir. Sin embargo, el gran consuelo de perder la vida es que uno muere
pero los grandes ideales van a seguir viviendo, y nunca el mal podrá en definitiva con el
bien”. La educación no nos enseña a profundizar y a descubrir que ésa es sólo una lectura
existencial o provisional de nuestro ser. No nos enseña que un referente para la identidad
enseñar con claridad que no tenemos nada que ver con eso. Si tan sólo enseñara a cada
positivas, o en sentido estricto, no-negativas. ¿Por qué hoy estas posibilidades están tan
históricamente más fiable forma de enfocar la educación, desde el Baghavad Gita? Una de
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las causas es, como hemos apuntado en A. de la Herrán (2003), que la Psicología y la
Psiquiatría alopáticas han confundido ‘autoconocimiento’ (respuesta a ‘quién soy yo’) con
‘autoanálisis’ (respuesta a ‘cómo soy yo’ o ‘dónde estoy yo’), con lo que están
intermedia. Pero teniendo en cuenta, como decía P. Bourdieu, que “Lo visible, eso que
está inmediatamente dado, oculta lo invisible que lo determina”. ¿No tendría esto mucho
comprendida como hogar. Por un lado, puede que la crisis de pensamiento esté
íntimamente relacionada –como anticipaba Buda- con que hemos etiquetado, adjetivado,
definido, conceptuado y recortado todo. De algún modo, esa clasificación nos ha separado
del objeto calificado. Esto puede haber afectado al sentimiento directo hacia los objetos de
pensamiento, que con dificultad se perciben directamente. Los yoes acorazados tienen con
llegar a interpretarse como ‘lógica de la naturaleza’, desde la cual vuelve a la unidad entre
Poincaré: “¿Cómo es posible que los alumnos odien las matemáticas, si las matemáticas
forman parte de ellos mismos?”. Otra es recurrir a artificios, como la práctica de algún
deporte, arte marcial, poesía, arte o meditación, para evocar aquella unidad perdida. Más
allá de los artificios anteriores, proponemos como método general la búsqueda de más
21
conocimiento, comprendido como camino de libertad o de liberación de
En este sentido dice Martí: “Más bella es la naturaleza cuando la luz del mundo crece con
la de la libertad”.
era una fuerza capaz de unificar a la humanidad. También I. Kant sostuvo que los niños se
mejora del ser humano. Para interiorizar el conocimiento estas ideas, es preciso superar la
de 2003, durante la segunda invasión de Iraq, el país era saqueado por todos. El “Museo
protegió. Los marines sólo tenían órdenes de defender con sus vidas los pozos de petróleo.
Este ejemplo es menos extremo de lo que parece: cámbiense sus contenidos, sus
de ello: “Al mundo en que vivimos le falta corazón” (J.L. Pinillos) o una “razón educada”
(F.E. González Jiménez). Para tener humanidad no hace falta más que autoconciencia y
22
lucidez: “Deseo tener humanidad y la humanidad viene a mí”, dijo Confucio. También lo
los cinco años un niño se da cuenta de que forma parte de la humanidad, puede sentirse
Pues bien, hoy esto es inusual en la educación, porque los sistemas educativos y por ende
termina en los demás y en el futuro del presente. Esto proporciona a la persona sensible y
que además otorga un sentido a su vida que es el mismo al de la evolución que nutre. Por
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Hoy se enseña y se educa para la parcialidad, o sea, para sentir, pensar y hacer ‘hacia’ o
‘para’ ella sobre cualquier otra opción concursante. Es una normalidad tan extendida en
El pensamiento fuerte o más consciente equivale en este contexto a aquel que puede ser
conjunta los intereses parciales. Puede que esa sea una vía para que el ser humano cada
1) Quizá no haya que educar para el progreso: Antes de redefinir la enseñanza, es preciso
redefinir la idea que del desarrollo social se tiene. Todo parece indicar que lo que vale
para progresar no siempre sirve para evolucionar. El desarrollo depende del progreso,
1600), se dice: “En el mundo vegetal los tallos crecen hacia arriba, y las raíces lo hacen
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nutrirse o crecer hacia arriba el ser humano no lo hace del todo mal; que elimina peor, y
que eso de repararse, como exige autocrítica y madurez personal, es lo que peor realiza.
2) Quizá no haya que ‘educar para la vida’: Si la vida es un desastre, ¿por qué tanto
énfasis en educar para la vida? Debemos educar para cambiarlo casi todo, y cambiarlo casi
Nuestro interior forma parte del paisaje, porque de hecho es su manantial y lo produce.
primera instancia, sus raíces les traspasan y arraigan en el sector adulto. No acertaremos a
camino más corto no es la línea recta, sino la línea curva, y esta curvatura pasa por la
familia y los medios de comunicación. Después, por los sistemas sociales que no se
llaman escuela: familia, epolítica, economía, religión... Se impone a mi juicio una reforma
educativa de todos ellos para después proceder a una reforma educativa con todos ellos
(A. de la Herrán, 2003, 2006). No se trata de que la tribu-toda eduque (J.A. Marina), sino
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de que la tribu entera antes se eduque. No sólo eso: su autoeducación podría comenzar
Humanidad, de modo que aprenda a actuar no tanto ‘hacia’ sí, sino ‘desde’ sí misma, para
adulto más culto comprenderá mejor al niño y al joven, pero también entenderá mejor la
a su imagen y semejanza, y con ello le evite ser niño y evolucionar hacia el adulto. M.
Montessori reconoce esta ceguera adulta, que es egoísmo inconsciente y que se manifiesta
desde que el niño nace, sobre todo en el plano educativo. C Freinet (1971) lo concreta
hablando de la miopía de los padres para con la formación de sus hijos: instrucción,
Nosotros nos referimos a una ‘ceguera’ mayor que incluye a ésta: la que lleva al niño y al
mentales colectivos, etc., que impide muchas veces que descubra desde su pensamiento.
de ser escuela.
la sospecha de que podemos salirnos de la vía, que quizá ya nos estamos saliendo, que el
vehículo no tiene estabilidad, que el estado del firme no es el adecuado o que nuestra
pericia es escasa. Desde una perspectiva social, también sentimos que perdemos el control
26
enfoque social y educativo de mucho recurso exterior y de un desarrollo educativo para
atender esa hipertrofia, dejando el interior inédito, podría ser erróneo. Lo que hemos
creado a veces es atroz, no sólo porque “Lo que estamos creando nos está arrollando” (M.
los más débiles como parte del pago, porque a los países ricos, que son los que deciden,
no les suele afectar. Desde estas coordenadas se piensa que un incremento de aceleración
podría producir un accidente. Pero esta inferencia es errónea, porque la aceleración hace
bien, supongamos que en nuestro contexto la aceleración del vehículo social, gracias a las
TIC, sí va unida a ella. Pues bien, aun así no nos parece que éste sea el problema principal
del que debamos ocuparnos. Como señala F. González Jiménez, la razón nos puede
destruir, pero sólo ella nos puede sacar de los problemas. Habrá que educarla. El problema
desaceleración. La pregunta clave es: ¿hacia dónde vamos? o ¿para qué avanzamos?
Tomar conciencia de ello puede ser bueno para evitar un percance, procediendo a
– La altura del centro de gravedad: Un centro de gravedad alto hace más inestable a un
vehículo. Si toma las curvas sin cuidado o a velocidad inadecuada, podría volcar o salirse
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del ser humano es la segunda, no la primera. La situación es preocupante, porque los
del siglo XXI’: Cuando se dice esto, podríamos estar equivocados, por dos razones:
formativo, que sólo lo será si favorece la evolución de la persona. Éste no tiene por
b) Porque para el siglo XXI hay varias clases de retos, que clasificamos así:
que educar es depositar en cada ser humano toda la obra humana que le ha
antecedido.
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naturaleza. Los denominamos futuros u orientados al futuro. F. Mayor Zaragoza
contextos y sociedades, pero han de orientarse desde cada realidad. Presentan una
enunciada por A. Rimbaud, el poeta que a los 20 años había escrito su obra
literaria: “Es muy posible que nos hallemos en un tiempo en el que el futuro
próximo hable la misma lengua del remoto pasado”. El horizonte de los tiempos
actuales. En toda circunstancia pueden considerarse más recientes que los desafíos
embargo aquellos son mudables. Entre los temas perennes podrían diferenciarse
los demandados de los no demandados, casi siempre por una influencia directa del
contexto ideológico.
Teniendo en cuenta que lo normal es centrarse en los segundos, que son estructuras
para los primeros y comodines para los terceros, nos inclinamos por un planteamiento
constructivas a todos los retos que se representan, colocando los primeros y los
29
segundos en función de los terceros. Se trata además de superar la estrecha
consideración de ‘lo nuevo’ en función de ‘lo actual’, porque en el siglo XXI coinciden
Futuros
Funcionales Perennes
demandados
Perennes no
demandados
Contextuados
Preguntémonos a la vista de la figura 18.3.: ¿En qué aristas, ángulos o superficies se suelen
posible sesgo apunta a una formación armónica? ¿Es realista pretender una armonía de
lo que se entiende por tal? ¿No son muchos los contenidos formativos desatendidos?
¿Un enfoque global y orientado de esta naturaleza podría contribuir a capacitar a los
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alumnos a una mejor formación, si compromete la enseñanza con la madurez del
aprendiz, o quizá llevarle a saber ver y pensar, saber criticar y autocriticarse, saber
definición del constructo. Los valores son ideales consensuados, bien nacionales,
existen cosas valoradas o a las que se adjudica un cierto valor. Y esta aplicación es casi
exclusiva de aquella cualidad o abstracción comúnmente aceptada. Los valores son parte o
ni promovida por un ismo. El buen pensar tiene más que ver con la educación de la razón,
Frente a ella, el pensamiento parcial se atribuye lo que a todos suena bien para el propio
beneficio. Esta “parcialización de lo aceptado” ocurre también con los valores, que,
Desde esta perspectiva, los valores, cuya raíz etimológica es fuerza, traen como
adaptado). En esta situación, la conciencia relativa no se libera del ego, y las valoraciones
y sus fuentes acaban por ser promovidas por sistemas que precisan para su homeostasis de
etc. Todo ello lastra la conciencia. Siendo así, el camino de la formación queda definido:
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Cuando se bota un globo, no sólo es necesario atender la seguridad de la barquilla y
revisar la fuente de calor: es preciso soltar amarras y lastres. Para perder esta clase de
odios...) son esenciales para el afianzamiento de los valores egocéntricos anteriores a que
nos referimos. Esto probaría la tesis con que arrancamos el parágrafo: “Los valores se
encuentra alternativa –la historia demuestra que siempre son parciales- y porque no se
educativos se basa en la respuesta a dos preguntas: ‘¿Valor para quién y para qué?’ y
– La respuesta a la primera cuestión no la dan los valores en sí, sino el uso que de los
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de su intensidad. En efecto, todos ellos son esenciales, a la vez, para la destrucción y
2) Logro para mi sistema. 3) Mi sistema para la posible evolución humana. Cada uno
razón. Si por ética entendemos una consecuencia de haber pensado bien, inferiremos
– El ‘camino directo’ del conocimiento desde una lógica dialéctica: El buen pensar
tiene algo que ver con la fiabilidad y la belleza ordenada de las cosas y de los
fenómenos. Quizá la lógica, comprendida como “método con que la razón ejerce su
función” (F.E. González Jiménez), pueda comprenderse como “la forma más elegante
de la ética” (M. Fernández Pérez). Pero esa lógica no podrá ser dual, sino dialéctica,
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realidad, un asiento de su potencialidad sin actividad real. Podemos llamarlo
para la síntesis, y como anhelo la adquisición de más conciencia. Allí donde ambas
– El ‘camino indirecto’, centrado en las virtudes humanas: Por la labilidad del término
favor de una Educación en Virtudes, como opción más fiable, por razones de peso: La
entre valores y virtudes, y ésas son articulaciones que pueden resultar positivas; pero
nótese que son los casos de virtudes asumidas como valores. Por ejemplo, la virtud-
didáctica, proponemos trabajar preferentemente desde las virtudes que los alumnos
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valoran en lo concreto, relacionando con ello los objetivos personales para el bien del
colectivo, como proponía Makarenko. Un enfoque didáctico como éste requiere por
parte docente de gran dosis de observación y escucha, hasta el punto de tomar al niño
en la utilidad de la virtud”.
Manuel Machado escribió: “No tener vicios no añade nada a la virtud”, creemos que al
ser humano lo que le ocurre es justo lo contrario: el trabajo personal y social centrado
enfoque educativo.
35
propia responsabilidad y compromiso para la mejora social. Con propiedad podríamos
una forma insignificante e insustituible a la vez. Todo esto puede tener que ver con la
bien en el mundo" (I. Kant). Es útil no sólo para crecer, sino para revitalizar el terreno. Su
enseñanza. Así pues, requiere aprender a interpretar la parcialidad definitoria de los ismos,
trae el conocimiento.
Hoy la educación y la enseñanza son pensadas por otros sistemas fácticos, de modo que
estamos lejos de todo anterior. Pero esa lejanía define un horizonte formativo cada vez
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más claro y dependiente de la autorrealización. El horizonte, interior y exterior, sí cuenta
en educación.
Necesidad de elevarse sobre la enseñanza para poder redefinirla: En los años de las
Luces, J.J. Rousseau afirmaba que el aprendizaje del niño sólo cobra sentido en una
señalar que: “Los problemas más serios que tenemos no pueden ser resueltos al mismo nivel
enseñanza. Su reflexión requiere elevarse y distanciarse de ella. Sólo así se puede percibir con
Desde esta posibilidad proponemos dos preguntas básicas de un profesor: 1) “¿Qué estamos
haciendo?”, “¿Qué estamos construyendo?”, y 2) “¿Para qué educar, para qué la formación?”.
etnocentrismo, no valdrá. Para responderla nos parece imprescindible trascender los límites
del propio sistema educativo, relacionarla en sinergia con todos los demás sistemas, y
estructurarla desde el sentido de la vida humana. De las tres, la tercera es la flecha del vector
universales. De todos los posibles, el que más nos convence es este híbrido, que coloca el
segundo en función del tercero: “Ser más para cooperar mejor desde cada opción parcial en el
cultiva, consciente y decididamente, desde los sistemas educativos y desde cada aula?
37
18.5.1. ¿Qué es enseñar?
- Enseñar sobre todo es mostrar: Luego, no es ocultar. Pero tampoco es exponer o ayudar
a descubrir sólo una parte. Mostrar es mostrarlo todo o al menos equilibradamente, sin
conciencia. Una enseñanza que promueva una complejidad es menos manipulable. Pero si
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ratificación de un enanismo interior. La educación, si es coherente, desemboca en
espíritu nacional o bien la identidad nacional del país en cuestión” (J.L. García Garrido).
Como resto de aquella inercia original, los cuestionarios oficiales desarrollan dos
pueden ser la alternativa. 2) Convergen con los sistemas de su entorno hasta alcanzar un
religión, política, cultura, deporte, etc. La escuela no debe contribuir a ello. Ante esta
39
inercia social la enseñanza tiene cuatro grandes opciones formativas: la Educación para el
la cara de un tetraedro: puede servir de base a los demás, se contienen mutuamente, son
perfectamente equivalentes.
- Enseñar es enseñarse a sí mismo desde la acción o el ejemplo: Quiérase o no: “Lo que
somos llega a los alumnos con tanto ruido, que a veces les impide escuchar lo que decimos” (M. Á.
Santos Guerra, 1998). Por ello el docente consciente madura o mejora y enseña desde su sí
Kong preguntó qué era un hombre superior. El Filósofo dijo: Es el que, desde luego, pone
sus palabras en práctica, y en seguida habla conforme a sus acciones". Desde esta
Proponemos que la enseñanza desarrolle su sentido en estos tres planos: personal, escolar y
curricular y social.
medida en que se supera el propio egocentrismo –el modo de vida habitual del ser
40
humano-, que nutre el pensamiento débil (A. de la Herrán, 2003). Por tanto, la consigna
kantiana sigue siendo válida: ‘hay que fortalecer el pensamiento’. Con este enfoque puede
hacerse realidad la realización del fin de la educación en uno mismo: “Dirigir con sentido
la propia vida” (F. Giner de los Ríos). O como diría manu Gascón, dando por hecho que la
como criterio de excelencia. Y lo que hay que cultivar en educación es la totalidad del ser
debe adquirir, y orientar para abrir caminos, enseñar a dudar y transmitir madurez
personal para que los alumnos progresen. La verdadera formación no necesita apellidos.
dialéctica en el entorno cercano y el mundo. Más allá del aprender a ser (J. Delors)
y su norte evolutivo. Pero, ¿de qué materia están ambos hechos? Nosotros diremos que de
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“Somos lo que conocemos” (F.E. González Jiménez), y somos lo que conocimos, porque
nuestro pasado experimental determina lo que hacemos. Pero además somos lo que hemos
– Plano curricular y social: Hay quien dice que la teorización e investigación sobre el
currículum está agostada, terminada. Algo parecido han asegurado insignes investigadores
proponemos es que la enseñanza promueva una motivación social por la formación. Ahora
cerebro “un complejo entre complejos”, al decir de E. Morin (1988), y con la evolución de
se orientan acaso a esa formación y a lo que la constituye? Creemos que no, sin paliativos.
Una redefinición social y educativa como ésta pudiera requerir un currícula distinto.
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educación, la evolución humana, la humanidad, la universalidad, la muerte y su didáctica,
se explican cómo los grandes temas del ser humano pueden estar tan lejos de la educación
momento, puede que reconozcan que su razón está condicionada o atrapada en una red de
prejuicios que limitan su desarrollo personal. Desde aquí, hay quien emprende el camino
nos deberíamos preguntar si la escuela, además de educar para la vida, lo hace para lo
conoce bien, porque el problema de fondo es perenne y ha sido bien diagnosticado. Siendo
así, podría enseñarse para ayudar a que cada niño descubra su identidad universal, lo que
para evolucionar subyace a las últimas palabras que Buda dirige a su discípulo Ananda:
“Así pues, Ananda, procurad ser vosotros mismos vuestra luz, vuestro propio refugio. Que
nada más sea vuestro refugio, que la doctrina sea vuestra luz y vuestro refugio. Que nada
orientación del conocimiento a la propia formación. P. Laín Entralgo lo explicaba así: "Mi
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biblioteca es imprescindible, pero todos los libros que puedo consultar los pongo en
Para construir el propio conocimiento es preciso abrirse, escuchar y conocer bien lo que
han aportado los demás, en especial los mejor conocedores. Pero haciéndolo desde el
movimiento evolutivo personal. Por tanto, no desde el sesgo, desde el estante o desde el
caballito de tiovivo al que uno se aferra y del que no se quiere bajar, aunque se haga de
noche, aunque se acabe la feria. F.E. González Jiménez dice que: “El conocimiento se
nutre de dos fuentes: la dieta y más conocimiento. Por eso, el conocimiento llama siempre
a más y mejor conocimiento”. Así, del conocimiento depende su propio desarrollo. Pero
conocimiento” (E. Morin) para la obtención de un nuevo modo de pensar. En ello reparó,
destrucción”. Nuestro potencial depende del uso que hagamos de nuestra razón: “La
Así, nuestro gran recurso es “Conocer y reconocer”, comprendidos a la vez como placer y
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En síntesis, proponemos las siguientes características de la enseñanza futura, con la mirada
puesta en la Humanidad y su posible transitar cooperativo, velada por las pequeñas variables
– Orientada a una formación más allá del prurito por el aprendizaje significativo.
el conocimiento.
entre otras cosas, el futuro potencial. Por tanto, la “autoconciencia histórica” es relevante para
la formación de los profesores. Sin embargo, ¿conocen los docentes las innovaciones y
autores más destacados de la Historia de la Enseñanza, para al menos saber cómo se reflejan
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El primero es que su lluvia de innovaciones ha calado tan bien en el campo educativo que no
ella. Para bien y para mal a la vez han perdido su identidad, y se procede de determinadas
dónde y de quién vienen. Esta clase de ignorancia también afecta a la política educativa. Lo
señalaba en “Los Olvidados” J. Martínez Bonafé (1995), al indicar que las recientes reformas
síndrome de amnesia total, que conlleva el olvido de las raíces en las que se ha venido
El segundo es que a veces se habla de ellos sin conocerse bien. Algunos ejemplos: 1) ¿Por qué
se atribuye a J.A. Comenio el origen de la Didáctica, cuando su verdadero origen recae en los
sofistas, concretamente en Protágoras (480 a 410) y en Sócrates (470 a 399)? 2) ¿Por qué el
origen del currículum se asocia a la obra "Professio Regia" de Peter Ramus (Basilea, 1575) o
el propuesto por Isócrates (436 a 338) para la formación del orador? 3) Dentro del llamado
creatividad o con la educación para la paz? 5) ¿Se sabe lo que W.H. Kilpatrick aportó la
C. Freinet, más allá de las técnicas que llevan su nombre? 7) ¿Se sabe que mucho antes de que
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“experimentales”, E. Claparède revisó en 1902 un buen número de “formas de asociación”
conceptual o sustantiva o “formas de evocación”, que asoció a la memoria, pero también a los
conciencia ‘de los cuales el segundo no es objeto de una percepción’”. Así, cita
luz de los “organizadores avanzados” de D.P. Ausubel (1960) o de los “mentefactos” (M. de
relativamente fácil que pueden destruirse, y lo mucho que vale la pena trabajar para
mantenerlas y mejorarlas. Esto se realiza mejor cuando somos conscientes de que el trabajo
que no hemos superado, deducimos que la enseñanza actual está históricamente empobrecida
y sesgada a la superficie. Quizá esto tenga que ver con su desorientación general.
18.6.2. El propio tradicionalismo como punto de partida: Casi nadie se reconoce como
mismo. La cuestión no es tanto que haya personas más tradicionales que otras: “es que
nuestras mentes viven en la tradición” (J. Krishnamurti, 2008). Incluso lo hacen las personas
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y profesionales más innovadoras y creativas en una segunda fase convergente pueden seguir
su tradición. Siendo así, distinguiremos entre tradicionales de primer orden, porque siguen los
dictados de otros, y los tradicionales de segundo orden, que siguen los propios dictados, a
veces creativos en su origen. En cualquier caso, cuando la ruta está creada y se sigue la
no nos cuestionamos. No hay que pensar al respecto, porque es la tradición la que, como
programa mental personal o compartido, nos piensa, y como nos exime de pensar, inhibe la
razón.
comodidad, más o menos declarada. Cuanto más antigua, poderosa o afianzada es la cultura,
tanto más atada está la mente al pasado (pasado del pasado o pasado en el presente) y a su
solera, en él vive ratificado y feliz. Pero la cuestión no es superar esta o aquella tradición,
que la formación prevalezca: “La tradición en todas sus formas, desde la religiosa a la
conocimiento [acumulativo], por vasto que sea, es finito, como es la tradición” (J.
Nunca como ahora se ha dispuesto de más y mejores recursos materiales y humanos para el
reto de la educación. Pero entre lo que se tiene y lo que sucede se percibe una distancia
importante. ¿Este hiato significa que la formación del profesorado es todavía insuficiente? No
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exactamente. Sostenemos que está desenfocada, que es superficial, limitada y casi siempre
en un laboratorio o en el campo con objetos. Sobre todo, va a trabajar consigo mismo. Por
tanto, tiene sentido que su primer campo de innovación sea su ‘sí mismo’ En esta medida, es
No hay cambio exterior sin cambio interior. Por eso la innovación educativa más importante
es el cambio interior, centrado en el conocimiento y la conciencia, sin los que toda pretensión
exterior es insuficiente e incoherente. Éste se apoya, desde cada profesor, en una actitud
orientada a la innovación, liderazgo del equipo directivo, formación continua, etc. Todas estas
esencialmente fáctica y al mismo tiempo tiene todo que ver con nosotros. De ahí su máxima
dificultad: “Uno puede tener cantidad de conceptos e ideales, pero éstos nada tienen que ver
con los acontecimientos cotidianos de nuestra vida. La gente se nutre de ideales; cuanto más
fantásticos sean, más nobles se les considera […]. Si la mente está atiborrada de conceptos,
convierte en una traba” (J. Krishnamurti, 2008, p. 29). La formación pedagógica y didáctica
es imprescindible, pero desde la perspectiva del cambio real puede ser cortical e insuficiente.
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Lo ha sido siempre. Para realizarse requiere de una especial madurez que la respalde, de una
profesional posible.
Pero cuando un docente muy consciente se interioriza profesionalmente, no se topa sólo con
Así, según el modelo educativo occidental (desde la Grecia Clásica), la formación continua
educativo Oriental (India y China Clásicas) debe extender su ámbito de interés a otras dos
polaridades: a ausencias convenientes, en tanto que nocivas, desde una atención específica a
de desarrollo profesional. De este modo, quedaría definido un triángulo que limitaría un área
inéditas, que son las se corresponden con la mala práctica (ausencias deseables) y con la
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Los pilotos de líneas aéreas, los profesionales de la sanidad, de la arquitectura, etc. tienen en
la noticia sale en los medios. Pero cuando un profesor sesga cohortes enteras de alumnos año
tras año nadie suele enterarse. Como hemos dicho, la Educación Oriental (Vedas,
Upanishads) nos informa de que la educación consiste en disolver el ego. Siendo así, la
coherencia didáctica y eje de la mejora profesional y personal. Por esto en su día propusimos
formativa con la pérdida, la ‘mala práctica didáctica’ como ámbito relevante para la
práctica tiene sobre todo un origen personal, y es asimilable al propio egocentrismo. Esto
ocurre sobre todo en aquellas profesiones que se desarrollan cara al público, como decía A.S.
Neill (1975).
El ego docente es una variable central presente en los vértices de otro triángulo didáctico:
– Desarrollo profesional y personal del docente, porque sin mejora personal no hay
desarrollo profesional en la docencia. Pero ‘lo personal’ ha quedado en el fondo del cajón,
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contraria a la formación del profesorado convencional, polarizada en temas y en la acción
psíquico del infantilismo adulto, pudieran reiterarse los mismos errores sin solucionarse
causalmente. La autoevaluación del propio ego, que no se hace, iría más allá del
especial para poder realizarse y cambiar. Es relevante, porque, como hemos verificado (A.
de la Herrán, e I. González, 2002), la mayoría de los errores de un profesor tiene que ver
con lo personal, que es nutrido por su ego. Esto hace que sea difícil de reconocer o
Ser consciente de los procesos y mecanismos del ego asocia un compromiso automático
institucionales, nacionales, políticos, etc. que pueden colisionar con la lucidez de una persona
Chardin.
Este corolario se debe articular en dos partes: la educación de la conciencia como eje del
Creemos que la Educación y la Enseñanza necesitan un cambio radical para ser mucho más
útiles a su entorno social actual y sobre todo futuro. Este cambio puede pasar por la atención a
lo que nos causa y sostiene, más que lo que hemos sido capaces de hacer o no hemos hecho.
52
A nuestro parecer tendría que ver con el imperativo de evolucionar o crecer más y mejor
interiormente. Para ello pudiera ser útil la existencia de una Educación de la Conciencia, hoy
Educación desde la enseñanza?” “¡Desde luego!”, diremos. Porque sobre todo en Didáctica ‘lo
ideal’ es una parte esencial de la realidad, de la que también se ocupa. Además, como
nutren lo mejor y lo peor de lo evidente. Esta intención, este acto voluntario tiene el anhelo de
cambio en tres planos: lo concreto, lo exterior y lo interior. Los tres referentes, como los
por los paralelos de la educación. La humanidad se une y gana altura al hacerlo, como el
53
persona “llegue a ser lo que es” (Buda, Píndaro, Rousseau, Fröebel, Blay). La Didáctica debe
Por lo que hace a la ciencia de referencia, cabe preguntar: ¿Didáctica redefinida o Didáctica
‘redicha’?: Pese a que la educación y la enseñanza son lo más parecido a un queso Emmental,
repleta de oquedades (A. de la Herrán, 2006), por diversas razones la Didáctica se renueva
poco. Desde hace lustros, atraviesa una profunda crisis de originalidad (A. de la Herrán,
2003b). En su devenir dominan más los coros y los ecos que las voces. La investigación
convergente sobre lo que ya está investigado y los trabajos obvios, que cuantifican o
proliferan en exceso. Este esquema lineal es consonante con el que existe entre sociedad y
necesidad educativa se demanda. Si optamos por el camino fácil de los ecos y la crianza de lo
creado por otros, estaremos siendo sucedáneos de nosotros mismos, perdiendo las mejores
y se nos reconozca más. Ahora bien, mientras que las voces solistas pueden atribuirse a
porque no se le pueden reprochar a un investigador los silencios de otros. Sin embargo, esas
voces ausentes pueden tener algo que ver con lo construido entre todos y al mismo tiempo
indican la zona del próximo desarrollo (Vigotsky) de un avance potencial, sea solitario o no.
Queremos contribuir al debate radical desde una mirada diferente: Por un lado, o con un ojo,
Metafóricamente: Sin denostar el rigor del “paper”, no debemos abandonar las indagaciones
54
Nosotros detestamos la parálisis epistemológica en educación, y criticamos a quienes lo
hacen, sobe todo porque encarnan la paradoja general de persuadir a centros y profesores de
que reflexionen y reconstruyan su enseñanza. La realidad indica que mientras la mayor parte
innovadora, que es una fracción minoritaria que a la sazón forma parte de la escuela.
lógico es que la sociedad interiorice lo mejor de sus avances, y que la escuela asuma su
función crítica y redefinidora desde su forzada posición en retaguardia. Por eso, cuando es
necesario, actúa como los salmones en desove, superando corrientes de indiferencia, rechazo
hueros, cosidos con citas bibliográficas que no suelen aportar profundidad ni novedad, pero
eso sí, de autores anglosajones eufónicos y de los últimos dos o tres años. La ‘Didáctica
redefinida’ cuestiona e induce a crisis a la propia Didáctica, al que dice y al que hace, sobre lo
que se hace bien, mal y lo que queda por hacer, y lo abre a debate. Se pregunta o critica de
otro modo lo mismo, descubre problemas donde antes no se percibían, propone enfoques
alternativos y nuevas vías de solución donde antes las cosas no se cuestionaban. O sea, hace
55
Herrán, A. de la (2008). Hacia una Educación para la Universalidad: Más allá de los
ismos. En J. Valle (Coord.), De la identidad local a la ciudadanía universal: el gran reto
de la educación contemporánea. Bilbao: Fundación para la Libertad-Universidad
Autónoma de Madrid. ISBN: 978-84-691-7399-2. Puede pedirse a:
http://www.paralalibertad.org/
INTRODUCCIÓN
Este escrito propone redefinir alguna raíz de la formación, desde la que se orienta a la
búsqueda o a la definición de una educación distinta. se dirige a quienes relacionan su
formación con su vida personal y profesional y la de otros. Partimos de una percepción
optimista, crítica, radical, utópica, compleja y evolutiva de la realidad, y proponemos
argumentos y andamiajes abiertos al debate para un mejor futuro, en el que la formación
del ser humano y todo lo relacionado con ella –principalmente la Didáctica- se coloque
en el centro y el eje de su transitar social. Nuestra tesis general es triple: 1) Estamos
funcionando mal cotidianamente, educativamente. 2) “Otra educación es posible”, como
afirma M. Martín Bris. 3) Proponemos cómo puede desarrollarse esta posibilidad.
Constituimos una noosfera (capa pensante que envuelve a la Tierra, según Teilhard de
Chardin) caracterizada por un estado de conciencia parcial, inmaduro, etnocentrista,
sesgado, promovido por una sociedad escasamente cultivada que ha perdido el
significado y sentido de su propia educación. Formamos parte de la sociedad del acceso
a la información y el egocentrismo. No hemos iniciado el camino hacia una sociedad del
afecto, ni del desconocimiento. Siendo así, no es posible haber accedido a la sociedad
del conocimiento. Muy lejos queda la sociedad de la educación y de la conciencia.
La identificación normal con el propio sistema parcial tiene efectos que pasan por un
fortalecimiento de una conciencia rentabilista, lo que asocia un apego a la eficacia, lo
1
Quizá en esto sí se ha avanzado: antes la realidad era en blanco y negro, ahora es en color. Dentro de un tiempo será
holográmica, pero de seguir así no habrá cambiado esencialmente.
que precisa de una cierta insensibilidad hacia lo demás, lo que dificulta la autocrítica, lo
que interfiere la posibilidad de rectificación, lo que impide percibir la autoimagen con
ecuanimidad, lo que bloquea que se desarrollen sinapsis de generosidad, cooperación,
convergencia y madurez, lo que evita la posibilidad de reidentificarse con unidades más
amplias de un modo más generoso, situadas en una dimensión diferente o superior a
“nuestra pequeña parcela de intereses”. Todos los sistemas tienden a creer que su
posición es la acertada, y a sentir que son los demás quienes se encuentran en un error.
Todos defienden su postura de un modo formalmente semejante -es lo que
denominamos “paradoja del ismo perfecto” (A. de la Herrán, 1997, pp. 75 y ss.)-. ¡Y
parece que casi todo el mundo está muy contento y hasta orgulloso, porque lo normal es
considerar y valorar la propia partición (nacionalista, religiosa, política, cultural,
deportiva, epistemológica...) como la más verdadera, importante o acertada! ¿Cómo
podría ser de otra manera?
Posibilidades educativas
Hasta tal punto pervive ese relativo conformismo o normalidad que, por ejemplo,
resulta raro que nos preguntemos en qué medida esta ausencia de universalidad, como
sentimiento y proyecto social, ha de preocupar o ha de atenderse en la planificación, el
desarrollo y la evaluación de la enseñanza o la formación de los profesores, y en la
conceptuación y uso de las TIC, con especial referencia a Internet. De hecho, alguien
podría decir que la vida es así: limitada y para la limitación; que un interior polarizado a
lo parcial y desmembrado es lo normal; que es algo tan extendido que pasa
desapercibido; que pensar en otra cosa es ingenuo, utópico o propio de chalados; que el
discurso de la conciencia de marcos y metas más amplios no es lo concreto, que ni
siquiera debería considerarse como contexto o como anhelo, porque va mucho más allá
de lo controlable, etc. ¡Abultado error -diremos-! Pues es precisamente ese
indiferentismo, esa negación lo que debería motivar que la educación reaccione. Y para
nosotros es tan extraño que esto no ocurra como que un viajero que toma un avión no lo
haga para desplazarse a algún destino.
El agente divisor no es exterior, porque está ligado a la práctica del egocentrismo desde
la génesis y el desarrollo del ‘pensamiento egocéntrico’ y a la correspondiente forma de
actuar de personas, instituciones y colectivos, cuyas prioridades suelen ceñirse a su
pequeño espacio de intereses y acciones y su continua preeminencia relativa. El impulso
compensador, a saber, el anhelo de convergencia o de unidad es lábil, apenas ocupa
lugar en la conciencia ordinaria. Ahora bien, para este sentimiento de universalidad y
anhelo de unidad, para la emergencia de una conciencia extraordinaria, para la
imprescindible ausencia de estrechez de conciencia, ¿influye haber cursado el
Bachillerato? ¿Pesa en algo ser universitario? ¿Los doctores ya han accedido a esto? ¿Y
qué decir de los catedráticos de universidad? Como la respuesta es ‘no’, pareciera que la
limitación de la conciencia no está muy asociada con los grados académicos o a los
desempeños profesionales. Las más altas cotas de preparación académica no se
corresponden siempre con la formación para el desarrollo de la persona, ni siquiera de
un modo especial en quienes están comprometidos con la formación de otros. Por tanto,
nos preguntamos urgentemente: ¿Qué estamos dejando de hacer en educación y en
formación?
Ha dicho E. Rojas (2004): “Se tambalean los puntos de referencia y emerge una nueva
perplejidad: es la revolución del desconcierto y del pensamiento débil” (p. 20). Este
constructo intuido por tantos se puede precisar, a nuestro juicio. Desde otro punto de
vista, reflexiona M. Riesco (2007): “No sé si estamos en una sociedad de razón débil o
de razón oculta...” (Comunicación personal). Lo que casi podemos asegurar es que no
nutrimos bien ni suficientemente la razón culta (cultivada, educada), y ella tiene
bastante que ver con lo que hacemos. Si todo callejón sin salida tiene una salida, la de
éste es la nutrición y el cultivo de la razón desde y hacia una educación para la
complejidad y la evolución de la conciencia, tras una previa identificación y análisis de
sus lastres. La cuerda que los mantiene ensartados es lo que queremos señalar con este
nombre un tanto descriptivo de ‘pensamiento egocéntrico’. En A. de la Herrán y J.L.
Villena (2006) definíamos ‘pensamiento egocéntrico’ como “raciocinio ajeno (causado
en y por otros), dependiente, competitivo, desde y para mi sistema, rentabilista,
superficial, impulsivo, inminentista, exento de lógica o con lógica dual, inmaduro,
desconocedor o no fundamentado, parcial, sesgado...”. Es decir, como el de personas y
colectivos cuyo desarrollo es escaso, y que es una forma de razón inmadura, superficial,
programada colectivamente, previsible, dual, que fluye desde y para el propio interés y
que valora la realidad de un modo sesgado y desigual según se entienda como propia o
afín, o como ajena o concursante.
a) Una razón pudiera ser que “no toda necesidad educativa social se reconoce y por
tanto se demanda” (A. de la Herrán, y M. Cortina, 2006). A diferencia de en
Medicina, en Educación quien parece responsable de dictar al profesional lo que
tiene que enseñar y lo que se tiene que aprender son las Administraciones (política,
editorial, investigadora, postrera, mediática) (A. de la Herrán, 1993) y los usuarios
(sectores sociales, poderes fácticos, etc.). Como consecuencia, la educación trabaja
casi sólo a demanda, sobre lo visible y sobre lo calificado como urgente, que suele
ofrecerse a la escuela ‘ya pensado o digerido por otros’. Y esto es objetivamente
raro, entre otras razones porque: 1) Pareciera que los profesionales (de la escuela, de
la universidad, de la investigación…) no tuviesen nada que decir. 2) No se reconoce
una de las funciones básicas de la universidad: informar críticamente a la sociedad
para su provisión actualizada de conocimiento en las diferentes áreas del saber. En
consecuencia, no busca ni escucha al sector a priori mejor preparado para aprender,
razonar y contrastar. La principal fuente, en efecto, no es el conocimiento, sino el
interés, que llama a sus instrumentos, y entre ellos la política sesgada. Al
encontrarse la política en una fase inmadura o egocéntrica (A. de la Herrán, 2004b,
2004c), no se promueve con sinceridad la duda, y menos un transcurso evolutivo
que mire más allá de las opciones parciales.
b) Otra posibilidad es que no se vea. Y esta falta de percepción puede ser por dos
grandes razones: 1) Porque el asunto es radical –que lo es-, y por tanto está tapado.
Pero las raíces tienen todo que ver con el ser, son su zona más vital. Las
reparaciones de las hojas y las flores a veces son asuntos radicales o profundos, de
gran alcance. 2) Porque, aunque se tiene delante, lo visible no se interpreta. Es decir,
que no se es consciente de ello, y por tanto no se piensa en ello. Si esta fuera válido,
que también lo sospechamos, no tendríamos más que apelar a A. Szent-Györgyi, E.
Schrödinger o W. Heisenberg, para decir que se trata de pensar lo que otros no han
pensado sobre lo que todos ven. Como estamos en Pedagogía, y no en Física, en un
segundo momento se trataría de relacionar esa percepción con la formación, para
vincular cambio interior y cambio exterior de todos y contribuir desde ese cambio a
la mejora social.
c) Otra tercera posibilidad es que no se quiera ver ni actualizar, o bien que se perciba y
que se mire para otro lado. Lo que ocurre es que entonces estaríamos en el umbral
de la dejación, la irresponsabilidad, el indiferentismo o la manipulación. En
ocasiones, también en Medicina se incurre en este error. Pero los aplazamientos se
pueden traducir en riesgos. Y cuando el dolor de muelas –u otro dolor de peor
pronóstico- se hace insoportable, los tratamientos tienen que ser más contundentes,
y traen más sufrimiento. Cuando esto pasa, el miedo al dentista muta en la imperiosa
necesidad de profesional. Podría ser tarde, la infección estar muy avanzada y perder
la muela. Por esto la sociedad sobre todo se acuerda de la educación tras las grandes
contiendas mundiales.
En todos los casos, el camino más lógico es el discernimiento y el diálogo –sobre todo
para un ámbito o constructo en elaboración como es el pensamiento egocéntrico, que
creemos está en la raíz misma de todo lo anterior.
¿Por qué? Porque los profesores están comprometidos con la formación propia y de los
otros. Y se forma desde y para el conocimiento. Si existe unanimidad en que el
razonamiento propio y la capacidad dirigir la propia vida desde una suficiente capacidad
de soberanía personal –entiéndase como ‘razón fuerte’- es una finalidad ineludible del
proceso formativo, su larga y no siempre recorrida antesala podría ser objeto de
investigación de la Didáctica de indudable interés.
PENSAMIENTO EGOCÉNTRICO
I DIMENSIÓN VERTICAL: PENSAMIENTO INMADURO O DÉBIL
Indicadores
1) DESBORDAMIENTO EMOCIONAL Observaciones
Impulsividad, impaciencia
Inmediatismo, cortoplacismo
Precipitación
Vagancia, pereza
Baja tolerancia a la frustración, fragilidad
Escasa capacidad de resiliencia
Darse por aludido, sentirse herido
Causas de todo lo negativo fuera, de otros y por causa de
otros. Y causas de lo positivo dentro, aún sin razón.
Énfasis sobre derechos y evitación de los deberes
Crítica sin alternativas Tendencia a echar las culpas
fuera
Necesidad de terminar las razones, prurito de quedar por
encima, de decir la última palabra
Miedo
Prisa
2) SUPERFICIALIDAD
Pensamiento estereotipado, sobre contenidos frecuentes
Ramplonería
Intereses vulgares, altamente recurrentes
(macdonalización, hamburguesamiento intelectual),
Interés principal por lo trivial, lo entretenido, lo
morboso, lo emocionalmente atrayente, lo ocioso
Argumentos con base en la ocurrencia
Argumentos con base en la apariencia o en indicios
Argumentos con base en suposiciones o en prejuicios
Argumentos con base en prejuicios
Práctica de la generalización falsa
Argumentación sin fundamento
Interés polarizado a lo ‘práctico’
Argumentación para la continuidad de la vida actual
Razones construidas desde contenidos (objetales y de
otros), no desde conocimiento
Autoobservación disminuida
Autoobservación sesgada
3) DIFICULTAD PARA LA AUTOEVALUACIÓN: Autoobservación inexistente
Fobia o rechazo al autoanálisis
Dificultad para reconocer que no se sabe lo que no se
sabe
PENSAMIENTO EGOCÉNTRICO
II DIMENSIÓN HORIZONTAL: PENSAMIENTO ÚNICO, PROGRAMA MENTAL COMPARTIDO O
RAZONAMIENTO PARCIAL
Indicadores
1) HACIA EL PROPIO SISTEMA Observaciones
1
La autoevaluación autocomplaciente es una forma de autoevaluación inmadura. Se realiza para la homeostasis, o
sea, para la continuación en el mismo estado, y no para la mejora, con lo que es profundamente contradictoria. Por
ello la consideramos ‘preautoevaluación’. Ante todo, anhela el no-cambio. Se basa en la percepción previamente
(prejuzgadamente) aceptada de la propia imagen de un sistema (persona, institución, colectivo, etc.), con frecuencia
desde la exacerbación de todos aquellos puntos fuertes que, descontextuados, podrían ser aceptados por la mayoría
que importa. El incremento de su intensidad y exceso a la postre incrementa el ego, que a su vez, por mor de la falta
de autoconciencia asociada, reclamará más y más sesgo en su mismo sentido y determinará conductas posteriores.
4) HACIA SISTEMAS O COMUNIDADES AFINES O
ACEPTADAS
Tendencia a asimilar como buenas ideas ajenas
Argumentos sobre tesis arropadas por afines
Tendencia a la constitución de círculos (invisibles o
descarados) de honda motivación narcisista,
homeostática, conservadora, quietista
Preferencia por las autovías trazadas por el propio
sistema o por otros afines
Colaboración interesada o si favorece el propio sistema
Solidaridad restringida a afines
Predominio de la valoración del sistema de referencia
del comunicador sobre su contenido comunicado
Apoyado en una motivación de amor a la profesión y compromiso con el trabajo, una voluntad formativa y en
hábitos de trabajo personal y productivo voluntariamente organizados. Potenciador de la capacidad de trabajo, la
dedicación y la realización de la obra bien hecha
Apoyado en el conocimiento ajeno, abierto a la complejidad de fuentes y relaciones diacrónicas (pasado, historia),
sincrónicas (presente, ciencia), futuras (evolución) e interiores (autoconocimiento, conciencia).
Receptivo a proyectos superadores, lógicamente más universales que los propios y comprometido con ellos
Original, crítico, creativo, flexible y en irreversible evolución. Con preferencia por los vericuetos, sin renunciar a las
autopistas
Prudente, dedicado, humilde y coherente: capaz de analizarse, rectificar, corregirse, repararse, desempeorarse y
mejorar, comprometido, fiable
Con dos nortes o dos desembocaduras: la evolución personal durante toda la vida y la mejora social y de la vida
El ser humano es el único ser vivo conocido capaz de reflexionar sobre su ecosistema.
Pero además, porque realidad y potencialidad se encuentran en una formación que no
está a la altura de las posibilidades, también es el único ser conocido que no reconoce
cuál es su verdadero ecosistema. En la antigua China existía una expresión: Bu chu hu
siyu [literalmente, “no salirse de las cuatro regiones (fronterizas)”]. Se utilizaba para
señalar que los conocimientos de alguien eran muy limitados (I. Preciado, 1996, p. 357,
nota; Zhuang zi, 1996, p. 74). ¿Es de aplicación este concepto hoy? ¿Tendría la
formación o la Didáctica algo que decir de esto?
1
Es una forma de autoevaluación madura, sí y sólo si desde el conocimiento se orienta a la rectificación, la
reparación (reconstrucción) o el cambio. El incremento de su intensidad y exceso mina la autoestima y puede
favorecer un substrato de complejo, desde los cuales condicionar percepciones y comportamientos futuros.
que estemos total, completamente libres de esa limitación, no tiene sentido el mero
inquirir o averiguar en qué consiste ese nuevo instrumento que no es el pensar (J.
Krishnamurti, 2002).
A. Blay (2006) lo concreta con gran sencillez: “Cada uno está hipnotizado ahora con unas ideas
y ése es el límite” (p. 70):
Pero sostenemos también que el apego a los ‘ismos’ proviene de no haber nacido del
todo a la vida. Los ‘ismos’ son senos maternos, cordones umbilicales. Por tanto, lo
natural es que cuando se produce en el ser un desarrollo suficiente, se salga al exterior y
se corte el cordón. Cuando no se sale a la vida o el cordón sigue ligado, puede ocurrir
que lo que predomine sea el miedo a la soledad creativa y a la responsabilidad de pensar
desde la duda y el conocimiento, es decir, por uno mismo.
A una parte superior de este iceberg blanco y brillante la llaman creatividad. Pero la
creatividad no es diferente del conocimiento: es una cualidad suya. Su buen o mal uso
dependerá de la formación de la persona y de su orientación y aplicación
Los educadores y los científicos son los grandes tejedores del conocimiento básico, cada
uno en su ámbito. Si "Un investigador es alguien de talante universal" (M. Barbacid),
¿qué cabe decir de un educador profesional? La Educación, o es para la universalidad, o
no será plenamente Educación. Tendríamos que llamarla de otra manera: una mezcla de
formación y de adoctrinamiento. Lo diremos una y cien veces. La Educación es la
(R)evolución dentro de todas las revoluciones sociales y políticas vigentes.
i Conceptuaciones incompletas
ii Pseudouniversalidad
Una vez señalado aquello con lo que la universalidad con frecuencia se confunde,
podemos intentar conceptuarla desde aquello que más propiamente la define por su
extraordinaria riqueza de significado desde el conocimiento, la experiencia y la posible
transformación, y desde diversas perspectivas:
1
"Todo es perfecto al salir de las manos del hacedor de todas las cosas; todo degenera entre
las manos del hombre" (J.J. Rousseau, 1978, p. 35).
parciales, pero es capaz de orientarlas más allá del parcialismo. Probablemente A.
Adler con su Gemeinschaftsgeguhl o A.H. Maslow (1991) con su sentimiento de
comunidad reflejan bien esta identificación humana máxima, que hace sentir a los
sujetos autorrealizados más ciudadanos del mundo que de un país o región concreta
(en J.J. Zacarés, y E. Serra, 1998, p. 56, adaptado)
Podemos entender por universalidad y unidad como dos facetas del mismo
fenómeno: la universalidad, como sentimiento, actitud, conocimiento, estado de
conciencia o mundo interior no fragmentado del sujeto. Y la unidad, como meta o
culminación correspondiente a esa percepción global. En efecto: “La unidad, en la
vida humana, no constituye un medio para el logro de ciertos fines. Es el medio por
el cual llega el hombre a plenitud. La unidad es una meta” (A. López Quintás, 1991,
p. 65). La universalidad como motivación es a la vez una meta exterior, pero la
misma meta puede incluir un sentido interno: a saber, la coincidencia esencial desde
cuya apercepción sí es posible la vivencia de unidad. Para experimentarla es preciso
aprender a renunciar a lo que de la propia parcialidad nos aleja o nos distancia de la
convergencia y la universalidad. Esto será comprensible y realizable, si la
motivación por la universalidad es muy superior a la motivación por la parcialidad.
Si la parcialidad no pasara a un verdadero segundo plano, la mezcla de motivos no
llegaría nunca ser combinación. La motivación que anhela la unidad proviene de la
conciencia, y su realización pasa por el desprendimiento y la renuncia: con las
manos ocupadas no podemos abrazar. Pero la pseudomotivación universal que no
renuncia a nada valioso o que da pasos falsos y vende los intentos como avances,
nace obviamente del ego. Un método de trabajo es la meditación. Decía K.G.
Dürckheim (1982) que: “La fuerza que lleva al hombre a la meditación nace de su
sufrimiento ante la ausencia de su unidad total” (p. 77).
d) Universalidad como no-parcialidad: La universalidad trasciende y supera el mundo
de las pequeñas ambiciones: el deseo de preeminencia egocéntrica, el parcialismo, la
dualidad, la identificación limitada, el narcisismo colectivo (Horkheimer, Lasch), la
dificultad para la convergencia, la ausencia de duda, etc. En definitiva, no
permanece en lo que abona la miseria humana, no se queda con ella. Para acceder a
ese sentido de orden superior, es preciso no identificarse sólo o fundamentalmente
con opciones dependientes de sistemas incapaces de colocar su propio interés en
función de la evolución humana, gran variable intencional verdaderamente global.
Universalidad se opone a sólo-limitación, egocentrismo compartido, ismo cerril.
Nada más pegado a la vida que su pretensión, nada más legítimo que su
prosecución. De aquí que J.L. García Garrido (1986) observe, por ejemplo: "la
necesidad de superar las actuales barreras que los nacionalismos imponen a los
sistemas educativos" (p. 218). La razón principal que avala penetrar en su
conocimiento, radica en la naturaleza misma de la educación, cuya labor es
definitoriamente "universal" (T. Arnold, 1920, p. 72). Deducimos de esto que un
problema educativo fundamental del ser humano radica en haber comprendido la
posición y significación del pensamiento en la Naturaleza, respecto a la cual las
vivencias "istas" (nacionalistas, racistas, sexistas, partidistas, etc.), además de
obedecer a un mismo "síndrome egótico"1, individual o compartido, pueden
entenderse como representaciones mentales desecadas de la experiencia universal.
P. Teilhard de Chardin (1967b), en La energía humana, expresaba que el problema
fundamental de quien ha comprendido la posición y significación del pensamiento
en la Naturaleza:
El amor a lo propio (lo que refuerza la identidad) no es egoísmo. Puede ser un asiento
para dar el salto a lo universal, si es que esa intención y esa nobleza reivindican –y por
tanto no traicionan- la condición humana, está trazada. Decía Blas Zambrano, padre de
María Zambrano: “La patria es la parte más cercana de la humanidad” (en J.L. Mora
García, 2004). Éste es, un poco, el sentido de lo que apuntamos. Los abismos no se
pueden superar con pequeños pasos. En todo caso, puede hacerse extendiendo puentes
con la máxima seguridad. Para atravesar esa distancia hay que verse en el otro lado. La
esperanza de logro a un espacio mejor es básica para el paseante. Sin ella carece de
sentido alcanzar la otra parte. La identidad con lo cercano, en el contexto de un
aprendizaje-experiencia-transformación hacia la universalidad, no solamente puede ser
positiva, sino ineludible, indispensable. El tándem indisoluble quién y para qué son las
preguntas básicas capaces de elevar a la persona de uno a otro lado. La libertad de
movimientos es indispensable. Sobra el que nadie nos empuje o lleve de la mano. Sobra
con la conciencia, sensibilidad y razón educada incluidos.
1
Este autor cita a E. Morin (1983), expresando que la complejidad es la unión de la simplicidad y la complejidad, de
la sola reducción y de la sola globalidad. Nuestro enfoque (A. de la Herrán, 2003b), a diferencia del de Morin, nace
de la Didáctica y cuenta con la evolución de la conciencia como orientación inseparable de la educación.
La educación, como decía Ferrer i Guardia, en sentido estricto, no puede estar
dimensionada de etnocentrismo ni estar teñida de nada, ni ser europea, ni de izquierdas,
ni confesional, ni occidental, ni capitalista, ni socialista, ni nada que no sea universal y
que por tanto sea automáticamente adoctrinante. Es indispensable el generoso anhelo de
respeto didáctico, comprendido como no-parcialidad o como proyecto decididamente
universal. La Educación no es parcial, ni acotada, ni escorada, ni lo ha sido nunca,
porque lo que pretende es la madurez de la persona y la ciudadanía universal, desde la
recuperación de su identidad universal, no la confirmación de su enanismo interior. La
educación, si es coherente, desemboca en autoeducación, que si es eficiente, se traduce
en transformación, que si es profunda, se trueca en evolución personal.
Por otra parte, asumimos que “la Didáctica es la búsqueda de nuevas posibilidades” (J. Paredes,
2007, comunicación personal), tanto para solucionar problemas como para redefinir la realidad y
descubrir y pensar problemas allí donde nadie los ve. Eso es un indicador del compromiso con la
formación que todo educador, por el hecho de serlo, debería tener. La Educación no se traduce en
otra cosa que en evolución del ser humano, o sea, en creciente complejidad de conciencia
acompañada de reducción de egocentrismo, individual y colectivo. Todo mero estrechamiento,
toda miopía avalada o pretendida no coincide con ningún fin de la Educación ni debiera someter
el conocimiento de ningún educador, precisamente porque nuestro compromiso es con la
formación del otro. Hoy se practica sin impunidad el proselitismo de menores y mayores
con el fin de poblar verdaderos viveros de creencias, para el control y el poder. Nosotros
pensamos que la Educación, o es para la universalidad o es, por definición, sesgada, luego
adoctrinante. Y no hay nada más opuesto a la formación que desde la Educación se pretende que
el adoctrinamiento. Como éste es general –ideológico, político, religioso, cultural, deportivo…-,
nosotros denunciamos el estado del agua estancada en que nadamos a diario, y sospechamos que
nuestro grado de condicionamiento o de falta de libertad están relacionados con el intoxicante
entorno. Hace tiempo valía aquello de dar peces para comer. Luego se pensó con buen
criterio que lo que procedía era enseñar a pescar. Más adelante, el estanque se
contaminó. Los peces que se pescaban estaban intoxicados: sabían a rancio y sentaban
mal. Como se compartían los síntomas, nadie se dio cuenta. Hoy ya no quedan peces,
nos faltan vitaminas y, como dice M. Íñiguez (2006), “nos los están inventando”. Se
pescan ilusiones ópticas, holografías, peces manufacturados, cosas anticipables y en
serie. Si el ser humano -por su cerebro real y su formación potencial- es la encarnación
de la complejidad evolutiva, cómo podemos conformarnos con tan poco? A esta
‘tolerancia’, a esta ‘sumisión’ y conformismo es a lo que llamamos ‘alienación’.
Decía R. Eucken (1925) que: “Nuestra vida y acción deben estar ligadas de algún modo
a la vida universal, pero, ¿cómo llegaremos a ésta y con qué derecho podemos elevar
esta corta existencia terrenal a una esencia universal” (p. 379). A esta importante
cuestión hay una respuesta principal, aunque su potencial esté hoy prácticamente
inactivado, desapercibido: por medio de la educación y desde unos sistemas educativos
con una conciencia redefinida. Las primeras preguntas que un profesor ha de tener bien
contestadas son: 1) Qué estamos haciendo, qué estamos construyendo, y 2) Para qué
educar, para qué la formación. Se trata de poder responder a ello sin escorarse hacia la
superficie o hacia un lateral. Nos parece imprescindible trascender, aunque sea por
escasos momentos, los límites del propio sistema educativo y entrar en sinergia con
todos los demás y con la función y el sentido principal del ser humano:
¿A quién perjudica este ideal? ¿A quién favorece? ¿Por qué no se cultiva desde los
sistemas educativos? ¿Qué se podría crear como consecuencia de la universalidad? Una
lectura interpretativa puede ser la inercial-histórica:
Los sistemas escolares nacieron en gran parte como consecuencia del nacionalismo y
se pusieron como uno de sus objetivos primordiales el de servir al nacionalismo, es
decir, a eso que a veces se ha denominado el espíritu nacional o bien la identidad
nacional del país en cuestión (J.L. García Garrido, 1997, p. 60).
a) Por un lado se promueve una fuerte identificación del centro educativo y sus
proyectos con su entorno.
b) Por otro se realza la importancia localista, cuyo resultado, en términos de orgullo
narcisista, de separatividad y de condicionamiento colectivo que puede distar de la
formación.
Hoy la educación es pensada por otros poderes fácticos, de modo que se pertenece poco
a sí misma. Estamos muy lejos de todo lo anterior, pero esa misma lejanía quizá defina
el contorno del horizonte formativo por venir. Nos identificamos con razones de lucidez
extraordinaria, identificables con una educación plenamente sentida y comprendida:
1) Primera clasificación:
2) Segunda clasificación:
1
En A. de la Herrán Gascón (2002) reparamos en que hoy estamos iniciando la “sociedad del acceso a la
información” (F. Mayor Zaragoza), aunque sobre todo nos encontremos en la “sociedad del egocentrismo”, “del
acaparamiento”, “del bien estar” o “de la inmadurez generalizada de la humanidad”. Lejos queda, en sentido estricto,
la “sociedad del conocimiento”, y más allá la “sociedad de la educación”, “de la conciencia” o “del más ser”.
(ganancia, consideración, etc.). A nosotros no nos parece posible esta vía, en la
medida en que sin formación puede conducir al radicalismo y a una dualidad
crecientes, con tendencia al apoderamiento de la totalidad en nombre de la
parcialidad y sin suelta de lastres.
c) Propuesta de formación especial con los países del primer mundo: Parece muy
claro y a nadie acompleja el hecho de que a los países del tercer mundo les falta
formación para el desarrollo. De hecho, es habitual relacionar pobreza con
educación. Nosotros proponemos un simultáneo trabajo formativo con los países
más desarrollados, porque: “La pobreza material de la mayoría de los países del
mundo proviene de la pobreza espiritual de quienes más tienen” (F. Mayor
Zaragoza, 2003). Pero en ningún caso debe entenderse esto como un dejarse caer en
manos de los confesionalismos. Si deducimos que: “El fenómeno espiritual trae un
cambio gradual y sistemático del inconsciente al consciente y del consciente al
autoconsciente” (Teilhard de Chardin), nuestra percepción es que esa
autoconciencia, para ser verdaderamente útil y eficiente, ha de llegar al
reconocimiento del propio egocentrismo (personal y colectivo), como fuente de
multitud de enfoques y errores habituales y sostenidos. Un buen diagnóstico puede
permitir, mediante Educación de la Conciencia, una formación orientada a la
progresiva suelta de lastres y ganancias en sensibilidad y en ética como
consecuencia de conocimiento.
d) Propuestas insuficientes:
¿Por dónde empezar? Tiene sentido que el cambio metodológico comience por nosotros
mismos, “como si todo dependiera de nosotros” (Matilde García), porque toda la
realidad proviene de nuestro conocimiento. Cambiarse uno mismo es contribuir a
cambiar la humanidad desde uno de sus múltiples centros, porque somos insignificantes
e insustituibles a la vez. Distinguimos las siguientes vías o estrategias metodológicas:
a) No haciendo nada. Cultivando el nada hacer1: El niño nace universal. Después, esa
condición se pierde, acabamos convencidos de lo contrario, debido a los
condicionamientos inducidos. Según comenta J. Arias (2002), Leonor, hija de K.
Marx, cuenta que su padre elogió el hecho de que el carpintero de Nazaret enseñó
[léase desde una perspectiva histórica] a amar y aprender de los niños.
Para el niño no existe la acepción de personas, las clases sociales. Para un niño
todos los niños son iguales e interesantes porque puede jugar con ellos. Le da igual
que sea hijo de un rico o de un pobre, de un rey o de un campesino. Cuando un niño
encuentra a otro niño por la calle lo primero que hace es preguntarle si quiere
jugar, no si es rico o pobre. Ni siquiera el hablar otra lengua le atemoriza. Se
entiende sin hablar. Los niños no tienen miedo a los niños. […] Los niños tienen
sólo los miedos que nosotros les infundimos (J. Arias, 2002, p. 274).
O sea, el niño, que nace como un ser no-parcial, puede volver a ser universal. Tiene
la capacidad de sentir global y profundamente desde su simultánea realidad local.
(“Patria es humanidad”, dijo J. Martí). Se le sustituye su potencia, que se tiñe de un
color distinto, más o menos deslumbrante, y se le identifica con tribus, ismos,
estrechas patrias y sistemas egocéntricos de menor o mayor radio e historia. Lo que
sí pierde de vista casi irreversiblemente es su centro, su identidad esencial. El
borreguismo cambia el baricentro por dualidad y sesgo. Todo esto hace que la
elaboración de la propia muerte y que la conciencia y la educación para la universalidad
sean las excepciones, y esto es lo que a algunos nos resulta más extraño de todo. En
ambos casos, su potencialidad neurológica se pierde porque no se retoma, no se
cultiva. No podemos calificar esto de otro que como gravísimo error educativo. Un
error con autores y ámbitos: la Psicología Evolutiva, la Pedagogía y la Didáctica
General. Así, mejor que “De la identidad local a una ciudadanía universal”, quizá
debiera hablarse de: “De una ciudadanía local a la identidad universal”. Somos
universales contrariados.
1
Pudiera interpretarse como una aplicación didáctica del “wu-wei” propuesto por Lao Tse, Lie Zi, Zhuang Zi o
Chuang Tzu como unos de los fundamentos del pensamiento taoísta.
b) Adoptando la complejidad superadora como método: Vía superior complejidad.
Superando gradualmente, lógicamente, lo conseguido, lo logrado. En el prólogo de
“Aurora”, F. Nietzsche, quizá adelantando la ley de complejidad-conciencia
teilhardiana, dice:
Porque no hay duda: también a nosotros nos habla un deber; también nosotros
obedecemos a una severa ley que se halla por encima de nuestras cabezas; y ésta es
la última moral que podemos seguir entendiendo, la última moral que incluso
nosotros podemos todavía vivir; pues si en algún sentido seguimos siendo hombres
de conciencia, es precisamente en éste. No queremos volver a lo que consideramos
superado y caduco, a lo que no juzgamos digno de crédito
Con esta mirada lógica, la opción más universal será siempre superior a la más
parcial, desde un punto de vista humano, social, epistémico, educativo, psicológico,
etc.
En la medida que uno cree ser este cuerpo físico, es evidente que toda seguridad es
muy relativa, porque al final la historia siempre acaba mal. O sea, que, en todo
caso, la seguridad es momentánea y provisional. Ahora, si uno se da cuenta de que
no es el cuerpo, entonces para él la seguridad será otra cosa distinta. Y ahí está uno
de los factores fundamentales para descubrir la propia identidad. El día que llegues
a descubrir que lo que realmente eres, que tu identidad no tiene nada que ver con lo
que nace y muere, que lo que eres es algo de por sí invulnerable, eso es el
descubrimiento de la auténtica seguridad; cualquier otra cosa es falsa, es ilusoria.
Pero esto ha de ser no por una creencia, sino porque uno lo descubre, de hecho, de
un modo inmediato y constante (A. Blay, 2006, p. 63).
Ellos [los niños] quieren sólo el uso de las cosas, no la propiedad. Por eso les
parece normal adueñarse del juguete del amigo. No entienden por qué no pueden
jugar con él. Y cuando el niño ha jugado, abandona el juguete, y ya no le sirve. No
tiene. Como los adultos, el sentido de la propiedad. Son los padres quienes le dicen
que tiene que conservar las cosas, no romperlas ni darlas, ni prestarlas para “no
perderlas” (J. Arias, 2002, p. 275).
1
En abril de 2004 se propuso al rector de la Universidad de Camagüey (Cuba) un proyecto para la creación de una
“Cátedra sobre la Evolución Humana”.
‘necesidad mínima’ que el ser humano tiene? Tomando como referencia la
perspectiva que desarrollamos, al derecho del niño antes enunciado tendría que
seguirle otra razón: es un imperativo el derecho a poder trascender ese derecho
limitante, de modo que el niño pudiera ser reconocido como parcial y total a la vez,
o sea, como ser y ciudadano genuinamente, moralmente universal. Desde nuestra
perspectiva, es un imperativo de toda Administración Educativa y de los
profesionales de la educación facilitarle ese derecho.
h) Institucionalización de premios para la Evolución Humana o para la Conciencia, del
mismo modo que hay premios para la Paz.
Autoconciencia
Componemos una familia universal en la que, como apuntaba Dostoyevsky, todos
somos corresponsables de todo. Formamos parte de algo inmenso y con sentido. Algo
mucho más grande y profundo que nuestra referencia de identificación más amplia. Es
un ser que todavía no se reconoce, pero cuya autoconciencia va en aumento. Cobra
forma y se realiza, en la medida en que el ser humano converge, se une y toma
conciencia del sentido del ciclo vida-muerte que siempre prosigue en un universo
evolutivo. Para nutrirlo, para realizarlo, parece esencial superar los condicionamientos y
los sistemas educativos egocéntricos (quietistas y fragmentarios) y cultivar, no sólo el
sentimiento y el conocimiento, sino la conciencia de universalidad. Para todo esto puede
resultar indispensable la emergencia de una nueva educación, no tanto centrada en el
qué, el cómo y el cuándo, sino en el quién y el para qué más ambiciosos. “¿Quién y para
qué?” Éstas son las preguntas capaces de vertebrar toda acción consciente. El pasado,
referencia útil de lo porvenir, nos contesta esencialmente los qués y los porqués. El
presente, cuál y cómo está siendo el resultado. La respuesta al para qué se realiza
supeditando pasado y presente al futuro, y ese futuro a la global evolución humana, sin
etiquetas, sin calificaciones, sin corsés irreflexivos o peor meditados. El quién es el
sujeto que, haciéndose objeto trascendente de sí mismo, se plantea las cuestiones e
intenta realizarse en ellas. Esta pretensión ratifica que: “La educación debe contribuir a
alumbrar una sociedad mundial en el corazón de cada persona” (Informe Delors),
porque, así como entre la espiritualidad y el conocimiento media la conciencia humana,
entre la conciencia ordinaria y la universalidad se enraízan los corazones concretos,
sociales e individuales, verdaderos superconductores de humanización posible. Para un
universal, los países son barrios, la vida es un proceso evolutivo y el mundo es una
escuela en la que formarnos, aunque de momento no exista un proyecto educativo de
centro. ¿Dónde quedan los ismos limitantes y las fijaciones1 etnocentristas
(nacionalistas, tribales, duales tras este acto de conciencia, tras estos anhelos? Es muy
importante enriquecer el debate de superación de los ismos, desde dentro y desde fuera,
mediante una educación que, con un enfoque de lastres, trabaje desde la más tierna
infancia para la superación del egocentrismo para analizarlo mediante el razonamiento.
Los maestros del bien común como avales de la Educación para la Universalidad
Los conocimientos de los grandes maestros del bien común de todas las épocas y de
todas las culturas se encuentran en la Universalidad y son compatibles con la Unidad
del Ser Humano. Convergen, porque se elevan, en intención y motivación. Diríase que
desarrollan, mutatis mutandis, parámetros comunes, casi un mismo discurso
(Ramakrishna; A. de la Herrán, 1997; A. de la Herrán, y J. Muñoz Diez, 2002). Este
verdadero ‘consenso entre expertos (ex post facto)’ valida teóricamente el constructo de
la Educación para la Universalidad a que nos referimos, y aproxima a una posibilidad
científica el estudio de las ideas desarrolladas desde ‘altos estados de conciencia’ (A. de
la Herrán, 1998, 2006, 2007). Ahora bien, la historia también nos enseña que cuando las
ideas de alta conciencia son interpretadas por los egos inflados e impermeables, ocurre
como cuando se tira el buen vino al suelo: que se desperdicia. Si los grandes maestros
(creadores) levantaran la cabeza, coincidirían en la Educación para la Universalidad,
porque su enseñanza se orientó, desde su prisma y circunstancia precisamente a esto. De
donde se deduce que todo buen seguidor (criador) estaría así mismo de acuerdo, aunque
para ello estuviese promoviendo la liberación de la vieja piel. O precisamente por eso,
aunque la realidad indica que los que llegan a esto son una minoría.
1 Como mecanismo de defensa contra la propia evolución, mediante un refugio o una atadura en los cálidos brazos de
la estrechez de conciencia, apoltronados en la quietud y la reflexión anodina y concreta, más acá de la utopía.
La unidad del ser humano como meta
¿Tiene sentido plantearse fines educativos a dos o cinco siglos vista? Con
independencia de que dentro de cincuenta años el caparazón de la sociedad se parezca
poco a la actual, y precisamente por eso, esto es lo que proponemos: la Unión como
proceso de personalización progresivo. Todos avanzamos a la unidad, que no es la
unidad de los cuarteles, sino la unidad de las sinfonías. La unión no es un monismo, es
una diferenciación. La realidad es una espiral centrante, es una realidad concéntrica.
III CONCLUSIÓN
Podríamos pensar que si “la UNESCO ha conseguido muchas veces que la humanidad
(casi doscientos estados) se ponga de acuerdo en temas espinosos” (J.A. Ortega, 2007),
cuesta creer que no pueda acordarse el inicio de una andadura hacia la progresiva
construcción de un ámbito educativo que pueda contribuir a la evolución de todos los
sistemas educativos, nacionales e internacionales. Pero seamos realistas: cuando un país
o un estado suscribe un acuerdo o se pone de acuerdo en un tema supranacional
espinoso, lo hace, bien porque le interesa, bien porque no le perjudica hacerlo. Salvo
excepciones, son los ‘egocentrismos’ (nacionalismos) y no la ‘conciencia de
universalidad’ lo que rige la motivación y las decisiones. Pudiendo ser así, querrá decir
esto que el actual ‘estado de conciencia’ ordinario es parcial, inmaduro y adolescente.
Los organismos internacionales como la UNESCO y la ONU son estructuras insertas en
un retículo de sistemas nacionalistas. Esta es un poco la radiografía que cada día se
saborea. Y si no se trabaja desde y para una Educación para la Universalidad y la
educación para la disolución de los egocentrismos, tanto personales como colectivos, la
difusión de las grandes ideas coexistirá con la más exquisita infertilidad.
Porque, ¿de qué valdrá insuflar tanta energía al globo con tanto lastre y tanto cabo
atándole al suelo? ¡Se acabará rompiendo o quemando…! Dicho con otra analogía:
Intentamos enfriar un cacharro de sopa removiendo su contenido, simplemente dándole
vueltas, ignorando la leña que arde debajo. ¿No habría, que apartarlo, o apagar o reducir
la llama? Sin una atención decidida y consensuada a una Didáctica para la Posible
Evolución Humana Masiva, con repercusión personal y colectiva, la batalla estará
perdida de antemano, y emprenderla será absurdo.
Las ideas solas no van a traer las soluciones. Más bien nuestro trabajo personal
encaminado a promover el tránsito ‘del ego a la conciencia’ será lo que determine la
orientación de la esperanza. Un 8 de marzo, día de la mujer trabajadora, Gabriel García
Márquez terminaba una disertación ante jóvenes latinoamericanos diciendo:
A ustedes, soñadores con menos de cuarenta años, les corresponde la tarea histórica de componer estos entuertos.
Recuerden que las cosas de este mundo, desde los transplantes de corazón hasta los cuartetos de Beethoven
estuvieron en la mente de sus creadores antes de estar en la realidad. No esperen nada del siglo XXI, es el siglo XXI
el que lo espera todo de ustedes. Un siglo que no viene hecho de fábrica sino listo para ser forjado por ustedes a
nuestra imagen y semejanza, y que sólo será tan pacífico y nuestro como ustedes sean capaces de imaginarlo.
BIBLIOGRAFÍA
EL ESTADO
DE LAS AUTONOMIAS,
LA EDUCACION
Y LOS NACIONALISMOS
Pauli Davila Balsera
Catedrático de Historia de la Educación
Universidad del país vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea
E
xiste una especie de barbarie, dulce o cruel, según cusión sobre la necesaria hegemonía o no de un nacionalis-
queramos mirarla, cuando nos referimos a las fun- mo sobre otro.
ciones de la escuela, entre las cuales, a pesar de to- Si hubiésemos podido plantearnos este tema hace treinta
dos los discursos pedagógicos, esta la función ideológica. años, seguramente que no lo hubiéramos podido hacer de la
Por ello para hablar sobre educación y nacionalismo me misma manera que ahora, pues hace treinta años no existía la
gustaría precisar algunas evidencias, sin entrar en una dis- Constitución y, por lo tanto, tampoco existía el Estado de las
Autonomías que, después de estos años de vigencia se ha de-
mostrado que fue un buen invento y que además existe un
consenso generalizado sobre su buen funcionamiento. Por lo
tanto, la Constitución fue el marco que posibilitó un alto gra-
do de descentralización y una organización territorial que,
con sus respectivos estatutos de autonomía, ha logrado que
en lo educativo el sistema funcione de manera que, a partir
del año 2000, prácticamente todas las autonomías tienen las
mismas competencias educativas, dejando atrás un plantea-
miento discriminatorio en cuanto a las vías acceso a los esta-
tutos de autonomía.
Lo dicho hasta ahora no es más que la constatación de una
evidencia, pero también hay que decir que aquella organiza-
ción territorial posibilitó el surgimiento de nuevas identida-
des regionales allí donde no habían existido anteriormente y
que los nacionalismos históricos lograron implantarse en sus
respectivas comunidades, sobre todo en los casos de Cataluña
y el País Vasco. Con ello surgió también una nueva concep-
ción dentro del ámbito del nacionalismo y que intentaba plas-
mar una nueva identidad nacional ligada a la nueva realidad
surgida de la Constitución. Se trataba de otro nuevo invento
que tiene cierto prestigio dentro de determinados grupos polí-
ticos, me refiero al “nacionalismo constitucional” que, como
puede apreciarse, su referencia no es ya un territorio, como
corresponde a cualquier otro nacionalismo, sino al texto cons-
titucional que consagra el Estado de las Autonomías1. Hay
que recordar que no se es nacionalista en abstracto, o a secas,
sino se es nacionalista español, francés o vasco. Y lo que defi-
Pie de foto
na el ser español, francés o vasco es harina de otro costal.
LA ESCUELA, UN MEDIO
DE NACIONALIZACIÓN
NOTAS
1
Bastida, X. (1998): La nación española
y el nacionalismo constitucional, Barcelona,
Ariel Derecho.
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cionalismos y escuela pública (1890-1939),
Madrid, Biblioteca Nueva.
3
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políticas educativas durante el siglo XX: de
la centralización a la descentralización” en
Dávila, P.: Las políticas educativas en el
País Vasco siglo XX, Barcelona, Biblioteca Pie de foto
Nueva.
EL SISTEMA EDUCATIVO
ANTE LOS NACIONALISMOS:
EL CASO DE ESPAÑA
Inmaculada Egido Gálvez
Universidad Autónoma de Madrid
E
s sabido que el origen de los sistemas educativos, del Estado central fue, en la mayoría de los casos, un me-
tal y como ahora los conocemos, se encuentra estre- canismo orientado a asegurar la igualdad de derechos y a
chamente vinculado al desarrollo de los Estados terminar con los privilegios de determinados grupos. De
Nacionales durante el siglo XIX. Por una parte, la instruc- hecho, todavía hay voces que defienden la centralización
ción pública fue el instrumento necesario para que los ciu- de la enseñanza como una medida orientada a la justicia
dadanos adquirieran una cultura y unos valores comparti- social1.
dos, así como un idioma común, es decir, para construir Con el paso del tiempo ese centralismo del sistema esco-
una identidad nacional. Por otra, la organización de un sis- lar se ha considerado sinónimo de rigidez, de incapacidad
tema educativo homogéneo para todo el país bajo el poder para atender a un alumnado diverso. Las ventajas del acer-
camiento del servicio educativo a los ciudadanos y de la
descentralización como instrumento para fomentar la parti-
cipación se han puesto de manifiesto en muchas ocasiones y
forman parte de las recomendaciones de Organismos Inter-
nacionales, como la UNESCO o la OCDE. No hay que olvi-
dar, sin embargo, que a esos planteamientos tampoco es aje-
no el pensamiento neoliberal y su postulado de minimizar el
papel del Estado en aras de alcanzar una mayor eficacia eco-
nómica.
Por tanto, aunque en nuestro contexto pocas veces se
plantea de ese modo, la descentralización del sistema educa-
tivo no conlleva en sí misma el progreso, sino que puede di-
ficultar la labor del Estado como garante de la igualdad y la
equidad. Una mirada al desarrollo educativo de América La-
tina en los pasados años basta para comprobarlo. Es impor-
tante en este tema tener presente que un determinado modelo
político de administración de la educación, sea centralizado
o descentralizado, no es sinónimo ni garantía de una mayor
democracia en el sistema.
Ahora bien, las tendencias descentralizadoras no son las
únicas a la que los Estados se enfrentan en nuestros días, sino
que a ellas se suman también fuerzas en el sentido contrario.
El papel cada vez más importante de las organizaciones
transnacionales, la necesidad de la cooperación internacional
para afrontar una amplia variedad de problemas y, en suma,
los procesos de globalización, desdibujan muchos de los ras-
gos tradicionales de los Estados-Nación y repercuten en una
pérdida del poder de los mismos. El resultado de esas presio-
nes contradictorias es que en nuestros días “parece como si
los Estados fueran demasiado pequeños para resolver los
grandes problemas y demasiado grandes en relación con los
Pie de foto
de la vida cotidiana”2.
Otras más sutiles, especialmente en asignaturas como Geo- dad dentro del territorio nacional atienda también a dichas
grafía, Historia o Literatura proceden del énfasis que en al- demandas. A este respecto resulta imprescindible el refuer-
gunos currículos de CCAA se otorga a los “particularismos”, zo de las competencias de todos los alumnos en lengua cas-
eliminando o reduciendo los contenidos relativos a España a tellana. También se precisa un enfoque de la historia, de la
meras fórmulas testimoniales. geografía, del arte y de la cultura en general que, respetan-
Dejando de lado las disputas políticas en torno a este te- do lo local, no omita o relegue lo nacional. Pero, además, es
ma, es evidente la necesidad de garantizar para todo el alum- importante tener en cuenta que formamos en valores, por lo
nado los aspectos básicos del curriculum que prevé la legis- que también es esencial la formación en las libertades, los
lación. Si España como Estado es el marco de convivencia derechos y los deberes de la convivencia en una sociedad
que nos hemos dado, es necesario que existan elementos co- democrática, no sólo como asignatura, sino sobre todo co-
munes en la educación para todo el país. La cohesión social mo vivencia práctica. Esos elementos comunes deberían
requiere un capital cultural común, una serie de valores y de estar más allá de lo que el gobierno central o autonómico en
ideas compartidas, así como la garantía de la igualdad de de- el poder quiera hacer en un momento puntual y deberían
rechos. Lo que en ningún caso significa, como pudo suceder formar parte de ese consenso sobre la educación tan de-
en tiempos pasados, centrar la educación en torno al Estado u mandado.
homogeneizar la formación de todos los alumnos. El refuerzo de esos elementos comunes no significa que
Prácticamente nadie discute en estos momentos que esos no se respete la diversidad local, regional o autonómica. No
elementos comunes o básicos del currículo deben atender a niega la existencia de un pluralismo de identidades dentro
las exigencias cognitivas, emocionales e interpersonales que del Estado español, como tampoco debería negarse esta evi-
nos impone la actual “sociedad del conocimiento” y que se dencia en el seno de cada Comunidad Autónoma. Al contra-
derivan de la necesidad de homologar las titulaciones y, so- rio. La diversidad es un hecho y es una riqueza. Ese es el
bre todo, de equiparar los niveles de formación de nuestros principio de una educación intercultural y es absolutamente
estudiantes con los del contexto europeo. La premisa de la necesario en sociedades que se enfrentan al reto de acoger
que parten las evaluaciones internacionales de rendimiento multitud de inmigrantes de diferentes procedencias, como es
educativo es precisamente que las competencias lingüísticas, la España de este momento. En definitiva, todos sabemos
matemáticas, científicas o de cualquier otro ámbito son las que la educación debe centrarse en la persona, atender a las
mismas aquí que en otros lugares del mundo y esas compe- demandas de cada uno, y para ello la autonomía debe llegar
tencias son las que se les van a exigir a los alumnos en el fu- hasta el nivel del centro escolar y del profesorado. Pero las
turo inmediato para tener éxito en sociedades caracterizadas identidades no son excluyentes y, si optamos por seguir man-
por la movilidad y la competitividad. teniendo la unidad en el seno de nuestro país, unos mínimos
Se cuestiona más, por el contrario, que esos elementos de formación común resultan necesarios para tener un siste-
básicos del currículum deban contemplar también deman- ma educativo vertebrado.
das educativas planteadas en el plano nacional. Sin embar-
go, parece razonable que una formación común que permi-
ta la homologación de las titulaciones y facilite la movili- NOTAS
1
En Francia, por ejemplo, son clásicos los de-
bates a este respecto. Véase Éliard, M. (2002): El
fin de la escuela. Madrid, Unisón; Ministry of
Education – France (1994): The French Educa-
tion System. Background Report to OECD. Paris,
Ministry of Education; o Secretariat D’etat au
Plan (1991): Eduquer pour demain. Acteurs et
partenaires. Paris, La Decouverte/La Documen-
tation Française.
2
Galino, A. (2005): “Transnacionalidad y educa-
ción”. En VV.AA.: Homenaje al profesor Alfonso
Capitán. Murcia, Universidad de Murcia, p. 195.
3
Torres del Moral, A. (1986): Principios de De-
recho Constitucional Español. Madrid, Átomo.
4
“Profesionales ante la LOE. Encuesta de la
Universidad de Otoño”. Boletín del Ilustre Cole-
gio Oficial de Doctores y Licenciados en Filoso-
fía y Letras y en Ciencias, nº 169, noviembre de
2005.
5
Algunos trabajos rigurosos sobre esta cues-
tión son: Frías, A. (2004): Política educativa y
normativa curricular de las administraciones
educativas: la problemática de las enseñanzas
mínimas y comunes. Tesis Doctoral no publicada.
Madrid, UNED; y Santamarta , M.E (2004): Aná-
lisis de las políticas educativas de las Comunida-
Pie de foto des Autónomas: estudio comparado. Tesis Docto-
ral no publicada. Madrid, UNED.
DE LO LOCAL A LO UNIVERSAL:
EL RETO INELUDIBLE
DE LA EDUCACIÓN EUROPEÍSTA
Javier Valle
Universidad Autónoma de Madrid
b) Entre los elementos instrumentales resultan funda- co, capaz de analizar sus beneficios y criticar sus perjui-
mentales los idiomas (debido a la variedad lingüística eu- cios.
ropea), el conocimiento de las TIC (que facilitan y agili-
zan el encuentro entre ciudadanos de puntos geográficos
muy distantes y el acceso a la actual sociedad del conoci- ALGUNAS IDEAS PARA LLEVARLO A CABO
miento), y ciertas habilidades sociales tales como la aser-
tividad y la empatía (que facilitan el entendimiento entre ¿Cómo conseguir esa educación europeísta? No existe
personas de diferentes culturas). respuesta única porque la realidad de cada escuela es dife-
c) En lo actitudinal, es vital la transmisión de los valo- rente. Pero podemos ofrecer aquí algunas ideas: Un paso pre-
res fundamentales del proyecto de una Europa Unida y en vio es una adecuada formación del profesorado. Sería bue-
paz: el respeto (el reconocimiento en el otro de la misma no empezar por jornadas de sensibilización europeísta que
Dignidad Humana que yo poseo), la tolerancia (esforzar- intenten implicar al profesorado en la difusión del europeís-
nos en comprender posturas diferentes a la nuestra), la so- mo en su centro. A partir de ahí puede pensarse en la creación
lidaridad (promover un reparto equitativo de la riqueza) en el centro de un “Equipo Escolar Europeísta” (EEE). Un
el interculturalismo (procurar un intento de ver en la dife- EEE no sería más que un grupo de profesores encargado de
rencia un enriquecimiento de las relaciones y no un obstá- dinamizar el desarrollo de actividades europeístas.
culo a las mismas), el diálogo (la herramienta esencial pa- Una de esas actividades puede ser la Eurobiblioteca que
ra resolver los conflictos) y una actitud constructiva (que es tan sencillo como reunir un apartado específico en la bi-
motive al esfuerzo por mejorar lo que existe). blioteca escolar dedicado a la historia y el desarrollo de la
d) Los aportes antedichos, debidamente integrados, construcción de Europa1. Otra idea puede ser crear un Euro-
conducirán a los sujetos a la adquisición de una serie de periódico, dedicado exclusivamente a noticias de la Unión
competencias esenciales entre las que destacan: aprove- Europea y que puede implicar a todas las áreas y a todos los
char las posibilidades (académicas y profesionales) que niveles. El EEE puede dinamizar también la celebración del
ofrece vivir en el marco de la Unión Europea, convivir de “Día de Europa” el 9 de mayo, implicando a toda la comu-
forma enriquecedora en el marco multicultural en el que nidad educativa. También puede estimularse la participación
estamos y aportar a la globalización un pensamiento críti- del centro en concursos europeístas como “Euroscola” que,
Los cursos que comienzan en marzo tienen reconocimiento oficial del MEC (Instituto Superior
de Formación del Profesorado) para 2006: Cuatro créditos (1º cuatr.) + tres créditos (2º cuat.)
para profesores que cumplan los requisitos del BOE (10-XII-1992)
Matrícula: 240€ por cuatrimeste.
Se reservan becas del 50% para Colegiados del CDL
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organizado cada año por la Comisión Europea, ofrece como EL VERDADERO RETO
premio una visita al Europarlamento.
La reflexión acerca del propio Proyecto Educativo de Y terminamos este artículo donde lo comenzamos: en la
Centro hay también que tenerla en cuenta. La comunidad globalización. Una verdadera educación europeísta no es
educativa debe ser consciente de que el centro apuesta por la aquella que se queda en el sentido de lo Europeo. Eso no
integración europea y ello puede ser, además, un signo de sería europeísta, sería eurocentrista o, aún peor, euronacio-
identidad y distintivo de calidad. Posteriormente, los proyec- nalista. Y como cualquier nacionalismo excluyente, servi-
tos curriculares de etapa, de área y de aula deben irse tam- ría de poco a unos ciudadanos que han de vivir en un con-
bién europeizando. Como parte del currículo, la elaboración texto globalizado. Con ella se haría flaco favor a la aspira-
de materiales didácticos con contenido europeísta es algo ción de una educación cuyo pleno sentido se alcanza desde
que puede realizarse desde cualquier área de conocimiento y el servicio a la persona y, desde ésta, al conjunto de la Hu-
en cualquier nivel del Sistema Educativo2. manidad. En la educación debe primar el sentido de coope-
Se ha dejado para el final la posibilidad más eficaz: poten- ración para la búsqueda del bien común de la especie, el es-
ciar la participación de los alumnos en los programas euro- fuerzo por el bienestar del conjunto de todos y cada uno de
peos SÓCRATES y LEONARDO que ofrecen actualmente los Seres Humanos. El verdadero europeísmo debe apoyar-
amplias posibilidades para intercambios, visitas de estudio y se en los sentimientos de lo más próximo para edificarse
proyectos educativos conjuntos con centros de otros países. con pilares seguros y sólidos y debe alzarse por encima de
Es una pena no aprovechar esas posibilidades, pero para su las fronteras europeas para poder tener así una visión uni-
conocimiento es imprescindible la formación del profesora- versalista (Valle: 2006). Ése es el verdadero sentido de la
do. Volvemos así a la primera de las opciones con la que ini- educación. Ése es el auténtico reto de una educación euro-
ciábamos este epígrafe. En la formación de los profesores peísta contemporánea.
se esconde la llave que abre a los alumnos las puertas del
futuro en Europa.
REFERENCIAS CITADAS Y OTRAS OBRAS DE
INTERÉS
NOTAS
1
Existen materiales gratuitos que pueden conseguirse solicitándolos a la
Oficina de la Comisión en España, sita en la C/ Castellana, nº 46, de Madrid.
2
Existen ya editados algunos buenos ejemplos de materiales y juegos
europeístas que, desde diferentes instituciones de la Unión quieren llegar a
la población escolar (el juego “Europa” o los folletos divulgativos sobre los
programas educativos europeos son buenos ejemplos). Pueden conseguirse
solicitándolos a la Oficina de la Comisión en España, sita en la C/ Castella-
na, nº 46, de Madrid.
prensión universal, destinada a elevar la cultura humana”, o más totalidad que parcialidad, más persona que etiqueta. Es-
el crítico R. Young (1993) que “La universalización y la evo- to sólo será posible si aprenden a morir a sus identificaciones
lución coinciden” (p. 12). En esta tensión evolutiva, lo frag- duales para renacer en lo universal. 6) La convergencia y la
mentante resulta necesario para una construcción equilibrada cooperación no selectivas (no-narcisistas), como actitudes
más allá del ego. Pero, ¿y el dolor o la tristeza ligada a esa sanas y superiores, de todo orden: personal, institucional,
desidentificación de lo parcial? No más –decimos nosotros- etc. 7) El lenguaje universal como inversión para el mejor
que dejar atrás la suma o la calculadora para hacer uso del aprovechamiento de la energía humana. A dos o tres genera-
producto o el ordenador. Y es que los niveles de complejidad ciones vista, supondría ganancia en comprensión y en uni-
más avanzados realzan lo anterior, no lo relegan. Por tanto, dad, y el fin de los imperialismos lingüísticos actuales. 8) El
siempre que se precise se sumará, verificándose incluso que, amor como conciencia aplicada, y la conciencia, como amor
cuando se multiplique bien, se sumará mejor. aplicado. 9) El prejuicio y el odio, como lastres relacionados
a soltar a través del conocimiento, la empatía y el proyecto
evolutivo común –y no sólo con alianzas egocéntricas y de-
III. OTRAS PREMISAS DE UNA EDUCACIÓN fensivas-. 10) La duda, como soporte más fiable del saber y
PARA LA UNIVERSALIDAD aprendizaje orientado a un mejor uso de la razón. 11) La
muerte, como clave de una más realista y consciente orienta-
Idea de Educación. La Educación es la energía primera ción y de la vida.
de la Humanidad, útil no sólo para crecer, sino para reparar- Formación del profesorado: La actual formación del
se. Su fin último es la evolución humana o complejidad de profesorado es escasa y superficial. Proponemos un compro-
conciencia generalizada. Requiere superar el confesionalis- miso docente con la transformación social y el mejoramiento
mo y el laicismo para llegar al evolucionismo, al que se llega de la vida, comenzando por la innovación más importante: el
si, además de desarraigar las doctrinas religiosas de la educa- cambio interior, desde la indagación y el incremento de refle-
ción pública, se hace lo propio con los nacionalismos, los et- xividad, obviamente más allá de la investigación-acción. Pa-
nocentrismos y en general todas las identificaciones organi- ra ello proponemos profundizar en ella desde tres líneas de
zadas incapaces de evitar la inducción de egos y narcisismos trabajo: el primero estaría hoy incompleto y los otros dos,
inéditos (Herrán y González, 2002): 1) Formación técnica y
colectivos a través de la enseñanza. Así pues, requiere apren-
crítica: temática, psicológica y didáctica. 2) Mala praxis téc-
der a interpretar la parcialidad definitoria de los ismos, así
nica y de origen personal (25% y 75% de los errores habitua-
como el sentido y el modo de superarla, por la desidentifica-
les, respectivamente). 3) Madurez personal centrada en la
ción y la convergencia que trae el conocimiento.
conciencia, el autoconocimiento y la coherencia, o sea, “pri-
Accesos a la universalidad: A la universalidad se accede
mero hacer las cosas y después hablar de ellas” (Confucio).
por dos caminos principales, no excluyentes: 1) Externo: En-
Desde ahí, educar desde la ejemplaridad.
señar desde pequeños a los niños y jóvenes a colocar los pro-
Otras orientaciones para la formación: 1) Desarrollo de
pios intereses (de los sistemas parciales: personales, locales,
comunitarios, nacionales, internacionales, etc.) en función
de un vector más amplio, el de la evolución humana. Cuando
los límites del entorno físico y emocional se amplían sufi-
cientemente, se desemboca en la universalidad. 2) Interno:
Puede ser causa o consecuencia del y está ligado al autoco-
nocimiento.
Más allá de la transversalidad: No toda necesidad social
se demanda. Esto ocurre con varios temas perennes (temas
radicales) cuya desembocadura natural es la Universalidad
(A. de la Herrán, y M. Cortina, 2006): 1) El ego(centrismo)
humano, como clave del desempeoramiento individual, gru-
pal y social. 2) El autoconocimiento, como el más importan-
te aprendizaje. 3) La complejidad de la conciencia desde el
conocimiento, como enfoque para el desarrollo de la capaci-
dad sobre la que radica la evolución interior. 4) La evolución
interior, como consecuencia de la reducción de ego e incre-
mento de conciencia. 5) La humanidad, como contenido del
que es preciso hablar y pensar o, como diría Eucken, la única
realidad. Es conveniente la consideración permanente y pro-
tagonista del concepto y el fenómeno de la humanidad, den-
tro de las reformas educativas parciales de cada sistema, his-
tóricamente nacionalista. Su finalidad sería que las perso-
Pie de foto
nas, desde la primera infancia, puedan empezar a sentirse
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