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Los Salarios Hedónicos

La técnica de los precios hedónicos no necesariamente se debe ajustar al ámbito de los


precios de algunos bienes de consumo final. El salario de equilibrio de un determinado
puesto de trabajo también será una función de sus características. Éste es el punto de
partida para la construcción de la función de los salarios hedónicos. La teoría indica que
el salario de equilibrio de un puesto de trabajo determinado (W) es una función de muchas
variables, tal y como aparece reflejado en la siguiente ecuación:

expresión en la que:
𝐶ℎ es el vector de los requerimientos de capital humano (nivel de estudios, experiencia)
del puesto de trabajo.
𝐸ℎ es el vector de las características del entorno: tamaño de la ciudad, atractivo del barrio.
𝑆ℎ es el vector de características sindicales: presencia y tamaño de los sindicatos más
representativos en el sector.
𝑅ℎ es el vector de características que tienen que ver con variables como la temperatura,
salubridad y, sobre todo, riesgo asumido al desempeñar la función correspondiente.

Es la valoración de características que constituyen un bien, como el entorno natural y


socioeconómico de una ciudad; Estos son definidos como el precio implícito del trabajo
y de los atributos que revelan los agentes económicos de los precios observados de
diferentes productos y de una cantidad específica de características asociados a ellos, aquí
se refleja la valorización económica que la empresa asigna de acuerdo a las cualidades y
aptitudes que el trabajador posee. Este diferencial en los precios refleja la valoración
económica que los trabajadores asignan a las características que el trabajo posee. En el
mercado laboral se observa que los trabajadores simultáneamente venden sus servicios de
trabajo e instantáneamente compran los atributos de este trabajo. Y estos atributos son
fijos en todos los trabajos, pero varían de trabajo en trabajo. Por otro lado, los
empleadores simultáneamente compran los servicios y las características de los
trabajadores y venden los atributos de sus trabajos ofrecidos en el mercado. Estas
características que compran son fijasen cada trabajador, pero pueden variar de trabajador
en trabajador.
METODOS DIRECTOS
Cuando el recurso ambiental tiene un valor de no uso. Cuando esto ocurre se debe que aplicar un
método directo de valoración. Ésta es la gran ventaja de los métodos directos ya que pueden
aplicarse, en general, en los mismos casos que los métodos indirectos.
Los métodos directos cubren valores más amplios que el de los métodos indirectos. Tratan de
descubrir el valor que las personas conceden a los distintos recursos ambientales, simulando un
mercado en el que pudieran adquirirse o transarse los derechos sobre los mismos.
El método de la valoración contingente
Los métodos englobados bajo la denominación de valoración contingente intentan averiguar la
valoración que otorgan las personas a un determinado recurso ambiental
El punto de partida obligado del método lo constituyen las encuestas, entrevistas o cuestionarios,
en los que el entrevistador construye un mercado simulado para el bien ambiental objeto de
estudio, y trata de averiguar el precio que pagaría el entrevistado por el mismo. Éstas suelen venir
estructuradas en tres bloques: el primero contiene la información relevante sobre el objeto de
valoración; el segundo se dirige a intentar averiguar la disposición a pagar (o, en su caso, la
compensación exigida) de la persona por el mismo; y el tercero indaga sobre algunas de sus
características socioeconómicas más relevantes, de acuerdo al problema objeto de estudio (renta,
edad, estado civil, nivel de estudios).
Como es natural, la encuesta puede realizarse de tres formas alternativas: mediante entrevistas
personales, telefónicas, enviando los cuestionarios por correo, o una combinación de ellas.
Varias son las fórmulas que pueden utilizarse para plantear la pregunta:
 Formato abierto: El entrevistador simplemente espera la respuesta a la pregunta
formulada: ¿cuánto vale para usted…?, ¿cuánto pagaría por…? Tiene la
desventaja de que cosecha un elevado número de no-respuestas, ante el simple
desconocimiento por parte del entrevistado de lo que podría ser una cifra
razonable.
 Formato «subasta» (bidding games): Para evitar el problema anterior, se utiliza
una segunda posibilidad que consiste en que el entrevistador adelanta una cifra, y
pregunta al entrevistado si estaría dispuesto a pagar esa cifra o no. Si la respuesta
es positiva, la cifra original se eleva en una cantidad predeterminada, y si es
negativa, se reduce, hasta que el entrevistado finalmente se queda con una
cantidad.
 Formato binario o dicotómico: Una tercera alternativa, que goza de creciente
aceptación, consiste en plantear la pregunta sobre la disposición a pagar por un
cambio no de forma abierta, sino binaria: ¿pagaría usted tanto por…?, ¿sí o no?
Es lo que se conoce también como el formato referéndum. El procedimiento es
seleccionar una muestra representativa de la población, se subdivide en grupos
igualmente representativos, y se les hace la pregunta mencionada, a cada uno de
Ellos con una cantidad diferente. De las respuestas obtenidas se puede extraer,
analizando la frecuencia de respuestas positivas y negativas para cada precio, y
mediante una transformación logit, por ejemplo, la estimación econométrica
correspondiente de la disposición a pagar de la población por el cambio analizado
(su curva de demanda implícita).

Los principales problemas del Método de la Valoración Contingente


Se derivan básicamente de la posibilidad de que la respuesta ofrecida por el entrevistado
no refleje la verdadera valoración que le confiere al recurso analizado. Se trata, en efecto,
de evitar que la respuesta esté sesgada por algún motivo, que impida que aflore la
verdadera disposición a pagar (o compensación exigida).
Los posibles sesgos en la respuesta son de varios tipos:
 El sesgo originado en el punto de partida: Este sesgo aparece cuando la
cantidad primeramente sugerida, en el formato subasta, condiciona la respuesta
final: la persona ofrece una respuesta cercana a ella, para acortar el tiempo de la
entrevista, por ejemplo, o porque considera que, si se la sugiere quien
aparentemente tiene mayor información al respecto, debe ser «razonable».
 El sesgo del medio, o vehículo de pago: Parece, en efecto, que las personas no
son indiferentes entre los distintos medios de pago, y que el ofrecido en el
cuestionario puede condicionar su valoración: es posible que la disposición a
pagar por el mantenimiento de un determinado parque no sea la misma cuando se
solicita una contribución para un fondo de conservación que cuando se plantea
cobrar a la entrada del mismo.
 El sesgo del entrevistador, o sesgo de complacencia: En efecto, cuando el
ejercicio se lleva a cabo entrevistando directamente a la persona, se ha observado
que ésta tiende a exagerar su disposición a pagar por mejorar el medio ambiente,
por temor a aparecer como poco solidaria o consciente del problema; por simpatía
con la organización promotora de la medida; o, simplemente, para caerle bien al
encuestador.
 El sesgo del orden: Aparece este sesgo cuando se valoran simultáneamente varios
bienes, y la valoración de cada de ellos es función del puesto que ocupa en la
secuencia de presentación: en concreto, la disposición a pagar por un determinado
bien es mayor cuando éste aparece en los primeros lugares de la secuencia, y
menor si aparece en los últimos.
 El sesgo de la información: Partimos de la base de que la persona está informada
sobre el cambio propuesto, sus características y lo que representa para ella. Puede
ocurrir, sin embargo, que desconozca las posibilidades reales de que, con la
respuesta dada, la situación se modifique: responde a la pregunta, pero no Sabe si
con la cantidad expresada y las que están revelando los demás, la modificación
propuesta (dado su coste) se llevará a cabo. ¿Cambiaría su disposición a pagar si
se le informara de ello? Si la contestación es afirmativa, su respuesta original
estaba sesgada por una carencia de información.
 El sesgo de la hipótesis: El problema que aparece con este sesgo es el siguiente
dado el carácter meramente hipotético de la situación que se le plantea a la persona
(¿cuánto estaría usted dispuesto a pagar para poder disfrutar de…?), ésta no tiene
ningún incentivo para ofrecer una respuesta correcta. Al fin y al cabo, todo se
mueve en el base de la hipótesis, y en él, equivocarse no tiene consecuencias
aparentes.
 El sesgo estratégico: La persona puede tener un incentivo para participar en la
experiencia con interés, cuidando bien su respuesta, pero se argumenta que, si éste
es el caso, su respuesta no será honesta sino estratégica. El incentivo aparece, en
efecto, cuando la persona cree que, con su respuesta, puede influir en la decisión
final que se tome sobre la propuesta sometida a su consideración, de forma que
salga favorecida.

El método de la ordenación contingente


El método consiste, en presentar a la persona entrevistada una colección de alternativas,
y pedirle que las ordene de más a menos preferida. Estas alternativas se componen,
generalmente, de una combinación de calidad ambiental (por ejemplo, la calidad del agua
de un río), y un precio que habría que pagar para conseguirla.
La principal ventaja es que a la persona le resulta más fácil ordenar una serie de
alternativas que valorar económicamente la calidad de algún atributo ambiental. Puede
que sea cierto en el caso de la pregunta con formato abierto, o incluso para la pregunta
con formato subasta, pero no está tan claro en el caso del formato dicotómico: puede que
a la persona le resulte más sencillo responder si o no a la pregunta sobre si estaría
dispuesta a pagar una determinada cantidad por algo, que ordenar un conjunto de
alternativas, sobre todo cuando los atributos incluidos en cada una de ellas son múltiples.
El método requiere un mayor tamaño muestral, y la utilización de técnicas estadísticas
más complejas y refinadas. Un inconveniente del método es que, si la persona tiene una
ordenación de las alternativas, pero con valores muy distintos a los que se le presentan,
pero su nivel de utilidad no será el que el analista le imputa, con lo que se viola una de
las condiciones necesarias para calcular el excedente (compensatorio), y no se podría
derivar la función inversa de demanda buscada.
LIMITACIONES DE LOS MÉTODOS
Los métodos que proporciona el análisis económico para valorar algunas de las funciones
no esenciales del medio ambiente. Algunas de sus principales limitaciones esta en la
cantidad de contribución que aportan, ya que su mejor línea de defensa consiste en tener
muy claras las características de la información que proporcionan, para no utilizarla allí
donde no se debe.
Los métodos se basan en la aceptación de la ética antropocéntrica ampliada: es decir, en
la afirmación de que el medio ambiente tiene valor en tanto en cuanto el ser humano se
lo da (incluidas las generaciones futuras); y en la medida en la que se lo da. Los métodos
buscan obtener la misma información que proporciona el mercado con respecto a los
bienes privados: un indicador de la intensidad de las preferencias individuales con
respecto a ellos. Son las personas, por tanto, a través de la expresión de sus preferencias,
las que deciden la solución al viejo problema de la asignación de recursos (qué producir,
cómo, dónde, cuándo, y cómo repartir lo producido). Ahora bien, aceptar que sean las
personas, como consumidores, las que determinen en definitiva la estructura productiva
y distributiva de la sociedad (incluido el nivel de calidad ambiental), supone aceptar como
buenas, por lo menos, tres cosas.

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