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VIOLENCIA Y RESISTENCIA A LA AUTORIDAD

I. DELITO DE VIOLENCIA CONTRA LA AUTORIDAD PARA OBLIGARLE A ALGO

ARTICULO 365°. “Atentado contra el libre ejercicio funcional”. El que, sin alzamiento
público, mediante violencia o amenaza, impide a una autoridad o a un funcionario o
servidor público ejercer sus funciones o le obliga a practicar un determinado acto de
sus funciones o le estorba en el ejercicio de estas, será reprimido con pena privativa
de libertad no mayor de dos años.

1. Bien Jurídico

El bien jurídico tutelado es el libre ejercicio de la función pública sin el cual no es


posible el normal desenvolvimiento de administración.

Cuando el agente impide, obliga o estorba el ejercicio de las funciones públicas,


utilizando medios violentos: físicos o psíquicos, no hace más que atacar la libertad
con que se debe prestar la administración pública.
El tipo en comentario exige que el funcionario sea víctima de violencia en ejercicio
de su cargo.

De esta manera se le coacta la libertad jurídica de actuar según la ley. Quedaran


fuera del tipo los actos violentos dirigidos a obligar o impedir al funcionario público
la realización de acciones distintas al ejercicio funcional.

El bien jurídico tutelado “libertad en el ejercicio de la función pública” es protegido


siempre y cuando el ejercicio de la función se realice en el cauce de la ley. El
derecho penal no ampara los actos arbitrarios y tampoco castiga la legítima reacción
de los ciudadanos frente a hechos de tal jaez.
Si la autoridad, el funcionario o servidor público actúan coaccionados, los actos que
realizan carecen de efectos legales y, principalmente, no pueden considerarse como
actos funcionales.

A la ausencia de efectos jurídicos de los actos realizados bajo coacción que no


pueden ser considerados como “actos funcionales” se suma el menoscabo de la
supremacía, el respeto y acatamiento que en la esfera social deben poseer los actos
realizados por la autoridad.

Esto último llevo a que Manzini considere, también, que el atentado contra la
autoridad vulnera la preeminencia de la Administración pública; el “prestigio” que es
fundamental preservar para que aquella pueda ordenar y pretender ser debidamente
obedecida.

Finalmente, el atentado contra el libre ejercicio funcional se diferencia del delito de


sedición, previsto en el art. 347 del Código Penal, en que el primero se configura
ejerciendo violencia “sin alzamiento público” para impedir u obligar la realización de
actos funcionales, mientras que en la sedición el ejercicio de la violencia se lleva a
cabo con “alzamiento armado”, esto es, públicamente y con armas. No obstante que
en ambas figuras el agente busca impedir que la autoridad ejerza libremente sus
funciones, el legislador no procura amparar mediante estas el mismo bien jurídico.
En efecto, en el delito de sedición se tutela el orden constitucional, y, en el tipo que
venimos comentando, se protege el libre ejercicio funcional como presupuesto
necesario para el normal desenvolvimiento de la Administración pública.

2. Tipo objetivo

2.1 Sujeto activo


Solo puede serlo el particular extraneus a la administración pública. Si comete el
atentado contra el libre ejercicio funcional un funcionario o servidor público
entonces se configura la circunstancia agravante especifica prevista en el artículo
367° del Código Penal.

2.2 Sujeto pasivo


Solo pueden serlo mediatamente aquellos que representan a la administración
pública en calidad de autoridad, funcionario o servidor público. Se trata de los
sujetos a quienes no les corresponde la titularidad del bien jurídico directamente
protegido en esta figura típica. Por esta razón se debe tener como sujeto pasivo al
Estado, que es la entidad a quien corresponde el bien jurídico vulnerado.

2.3 Acción Típica

2.3.1. Impedir sin alzamiento público mediante violencia o amenaza, que una
autoridad funcionario o servidor público ejerzan sus funciones.

Impedir es estorbar o imposibilitar la ejecución de una cosa. En el tipo bajo


análisis el agente ha de obstaculizar el ejercicio de la actividad funcional. El
medio utilizado para conseguir esta finalidad es la violencia, que puede
presentarse de una manera física o psíquica, esto es, mediante fuerza o
amenaza.

Es violencia física aquella que se realiza directa o indirectamente sobre el


cuerpo del sujeto pasivo (vis absoluta), mientras que la intimidación o amenaza
adquiere su correcto sentido técnico de coerción moral (vis relativa), o sea la
que recae sobre el aspecto psicológico afectivo del hombre. La violencia ha de
ser idónea para coactar la libertad en el ejercicio de la actividad funcional.
Quedan excluidos otros medios, como podrían ser la astucia, engaño o la
persuasión, supuestos en que el hecho no constituirá atentado, sin perjuicio de
la comisión de otro delito.

Actualmente, existe una polémica en la doctrina respecto al carácter punible o


no punible de la amenaza injusta contra un funcionario - para impedir a este el
ejercicio de su actividad funcional. El problema mencionado es resuelto
correctamente teniendo en cuenta que no es necesaria que la amenaza sea
en si misma injusta, sino respecto al acto para el cual se quiere constreñir al
funcionario público. La solución que Grispigni da al problema planteado es la
siguiente: si el servidor de la administración publica realmente a cometido un
delito, y se le amenaza con denunciarlo para impedir que cumpla con sus
deberes oficiales, se estructura el delito. No se encuadrara en el tipo aquella
amenaza consistente en denunciar al funcionario por un hecho que el agente
considere lesivo a su derecho.

a) Consumación
Para la consumación de este hecho punible no es necesario que la
finalidad perseguida por el agente (impedir que el funcionario público
ejerza sus funciones) se obtenga. Es suficiente con que el agente
proceda con ese propósito, utilizando medios violentos o amenazas.

b) Tentativa
Para que se configure el tipo basta con que la violencia sea
efectivamente ejercida sobre la persona del funcionario público. Ha de
descartarse la tentativa puesto que la violencia física o moral se realiza
una vez que se inicia. La amenaza o intimidación deben incidir sobre el
amenazado, lo que no sucedería si es desconocida para la persona
contra la cual se dirige, al no haber representación mental de la
violencia futura.

2.3.2. Obligar sin alzamiento público, mediante violencia o amenaza, a practicar un


determinado acto de las funciones públicas

Obligar implica mover e impulsar a hacer o cumplir una cosa; compeler. En este
supuesto, el agente obliga a realizar, mediante amenaza o violencia, un
determinado acto de la función pública. De esta manera, el sujeto activo procura
imponerse al funcionario público, quebrantando su voluntad. En efecto, cuando
el sujeto activo obliga a practicar un determinado acto funcional trata de cumplir
la finalidad que él no puede concretar por sí mismo por ser para ello necesaria
la actividad del sujeto pasivo calificado, es decir, de la autoridad, funcionario o
servidor público.
Cuando se obliga a un funcionario público a ejercer los actos funcionales de su
competencia se está menoscabando el arbitrio legal de aquel para determinar el
momento oportuno para realizarlos.

Como hemos señalado líneas arriba, los actos practicados por un funcionario
público sujeto a coerción carecen de eficacia legal y no pueden ser tenidos como
verdaderos “actos funcionales”.

Para la configuración del tipo se exige que los actos que se obligan a practicar
sean actos propios de las funciones. Así, se excluye de la descripción legal la
utilización de violencia o amenaza contra el funcionario público con distintas
finalidades, o sea, cuando lo que se pretende de él es un hacer que nada tenga
que ver con la función, por ejemplo, exigirle que pague un alquiler.

Es necesario señalar que el acto funcional que realiza el sujeto pasivo calificado
debe ser uno que quede comprendido dentro de su competencia legal.

Comprendemos dentro del acto funcional, para la efectiva materialización de los


tipos bajo análisis, los actos de autoridad, de función y de servicio público.

a) Consumación
El delito se consuma con la sola ejecución de la fuerza o la formulación de
la amenaza. No es necesario que el autor logre la finalidad trazada, esto es,
obligar a practicar un determinado acto funcional.

2.3.3. Estorbar sin alzamiento público mediante violencia o amenaza el ejercicio de las
funciones publicas

En este supuesto el sujeto activo obstaculiza el ejercicio de la función pública,


pero cuando ya está realizando. Los medios desplegados por el agente,
violencia o amenaza, han de coactar eficazmente la voluntad del funcionario
público.
3. Tipo subjetivo

Es un delito doloso. Todas las hipótesis típicas descritas en el art. 365° se pueden
realizar únicamente de manera dolosa. Es necesario señalar que el sujeto activo
debe saber que el funcionario a quien obliga, impide o estorba en el ejercicio de las
funciones públicas se encuentra en el pleno ejercicio de sus atribuciones
funcionales, y asimismo, en la esfera de su competencia. Los actos realizados por
los sujetos pasivos inmediatos deben ser aquellos para los cuales la ley y la
administración les ha conferido autoridad. Si el sujeto activo utiliza violencia o
amenaza, para que el funcionario público ejecute o deje de cumplir actos que no
corresponden a la actividad funcional, su acción estará fuera del tipo descrito en el
art. 365 y se amoldara a las previstas en los delitos contra la libertad personal.

II. DELITO DE VIOLENCIA CONTRA LA AUTORIDAD PARA IMPEDIR EL


EJERCICIO DE SUS FUNCIONES

Articulo 366°. “Violencia y resistencia a funcionario público o persona que le presta


asistencia”. El que emplea intimidación o violencia contra un funcionario público o
contra la persona que le presta asistencia en virtud de un deber legal o ante
requerimiento de aquel, para impedir o trabar la ejecución de un acto propio del
legitimo ejercicio de sus funciones, será reprimido con pena privativa de libertad no
menor de uno ni mayor de tres años.

1. Bien jurídico
El delito de violencia y resistencia a la autoridad lesiona el orden de la
administración pública, atacando el libre ejercicio de la actividad funcional.

2. Tipo objetivo

2.1.- Sujeto activo

Solo puede serlo un particular extraneus a la administración publica. Si el autor es un


funcionario o servidor público, la resistencia a funcionario o persona que le presta agravante
especifica prevista en el art. 367° del C.P.

2.2.- Sujeto pasivo


El sujeto pasivo titular del bien jurídico vulnerado es el Estado. Sin embargo, la afección del
bien jurídico se lleva a cabo en la persona de sus representantes, esto es, los funcionarios
públicos o las personas que les prestan asistencia en virtud de un deber legal o ante
requerimiento de aquellos.

2.3.- Acción típica

La acción típica consiste en impedir o trabar mediante intimidación o violencia la ejecución


de un acto propio de legítimo ejercicio de las funciones públicas.

Impedir es imposibilitar la ejecución de algo. En la figura que analizamos el sujeto activo


busca evitar el ejercicio legitimo de la función pública, para esto se vale de medios violentos
(vis absoluta o vis relativa). Como ya hemos señalad la violencia debe ser idónea para
coactar la libertad del funcionario público.

Trabar es impedir o estorbar la ejecución de una actividad. En este caso el sujeto activo
puede obstaculizar el ejercicio de la actividad funcional, cuando esta ya está realizando, así
como el evitar que esta empiece. Como señala Fontan Balestra la ejecución del acto
funcional significa entorpecerlo o dificultarlo.

Si el sujeto activo se opone activamente durante el desarrollo del acto funcional menoscaba
el libre ejercicio de la función pública. La actividad constituirá la acción de “trabar” o resistir
la labor de la autoridad. Para que se realice el delito es necesario que concurran dos
elementos:

a) Que la resistencia importe siempre una oposición activa al desarrollo del acto funcional
por parte del agente. Por ello el tipo exige que la acción se lleve a cabo mediante un impedir
o “trabar”.

b) Que la acción típica es posible durante todo el desarrollo del acto funcional. No es posible
realizar el tipo cuando la ejecución o el ejercicio de la función pública ya ha cesado puede
que no existirán en este caso, resistencia. (1)

3. Tipo subjetivo
Es un delito doloso. El agente actúa con la finalidad de impedir o trabar la
ejecución de un acto propio de legítimo ejercicio de la función; para ello utiliza
la intimidación o violencia contra un funcionario público o contra la persona
que le presta asistencia en virtud de un deber legal o ante requerimiento de
aquel.
4. Consumación
El delito se consuma con el despliegue de los medios violentos contra el
funcionario público o los otros posibles sujetos pasivos mediatos, con la
finalidad de impedir o trabar el acto funcional. No es necesario que el agente
cumpla su cometido, esto es, llegar a impedir o trabar efectivamente el acto
funcional.

5. Legislación comparada

 Argentina

En la legislación pena argentina, el art. 238 de la Ley 21.338 establece: “Será


reprimido con prisión de dos meses a tres años, el que empleare intimidación
o fuerza contra un funcionario público o contra la persona que le prestare
asistencia en virtud de un deber legal o a requerimiento de aquel, para
impedir o trabar la ejecución de un acto propio del legitimo ejercicio de sus
funciones”.

MANUEL FRISANCHO APARICIO Y A. RAUL PEÑA CABRERA DELITOS CONTRA LA


ADMINISTRACION PÚBLICA EDICION 1999

III. DELITO DE DESOBEDIENCIA O RESISTENCIA A LA AUTORIDAD

Artículo 368°

El que desobedece o resiste la orden impartida por un funcionario público en el ejercicio de


sus atribuciones, salvo que se trate de la propia detención, será reprimido con pena privativa
de libertad no mayor de dos años.

1. Generalidades:

* "Figura penal de relativa complejidad por el empleo de dos verbos rectores: desobedece
o resiste, los mismos que posibilitan la presencia de dos modalidades de delito.

* De naturaleza omisiva la modalidad desobediencia': y de naturaleza comisiva activa la


modalidad "resistencia". La primera de consumación instantánea y de simple actividad; la
segunda de consumación permanente e igualmente de simple actividad.
* S0e trata de una figura penal caracterizada por la inexistencia de violencia o amenaza
relevantes.

* Penalidad mínima".

2. Bien jurídico protegido:

Es el normal y correcto ejercicio de la administración pública expresada en la eficiencia y


vigencia de las órdenes o mandatos emitidos en el ejercicio de la función adecuada a
Derecho. La conducta del agente menoscaba dicha funcionalidad.(2)

(2)BRAMONT ARIAS-TORRES, LUIS ALBERTO, MANUAL DE DERECHO PENAL PARTE


ESPECIAL 4TA EDIC. SAN MARCOS 1998

3. Sujeto activo:

El sujeto activo es tanto el particular como otro funcionario o servidor público, contra quien
va dirigida la orden.

4. Sujeto pasivo:

Es el Estado, como titular del bien jurídico tutelado.

5. Comportamiento típico:

Los verbos rectores en el tipo son los vocablos: "desobedecer" y "resistir" utilizados por el
legislador peruano para denotar las conductas del agente ante una orden impartida por
funcionario público. Esta desobediencia y resistencia debe ser ante una orden, "no una
simple citación, declaración, petición o notificación no conminatoria. La orden, es el
mandato de carácter intimidatorio de cumplimiento obligatorio que debe ser acatada y
observada".

No es una orden que genere tipicidad de carácter genérica y vaga. Así que así como su
expresividad interesa que cumpla con la formalidad que el caso amerita. Esta orden puede
ser escrita y verbal.

En el caso de la desobediencia es un comportamiento omisivo simple, se consuma


entonces una vez vencido el plazo legal y cuando es perentoria en forma simultánea a la
orden. Si la orden que se obedece es de menor importancia constituye falta, Artículo 452.
3.
Respecto a la resistencia. Trata de impedir el cumplimiento de la orden con medios que no
deben llegar a la violencia o intimidación. Es lo que se conoce como la resistencia activa,
no violenta. Porque sino se presentaría la resistencia contenida en el Artículo 366.

Es causa de atipicidad legal cuando se trata de una orden de detención.

6. El componente subjetivo:

Se obra a título de dolo. Siendo suficiente que el autor obre con dolo eventual.

A) Consumación y tentativa:

"En la modalidad de desobediencia, el delito se consuma al vencerse el plazo para cumplir


la orden. Los actos posteriores de acatamiento no cancelan la tipicidad del delito, pues éste
ya se ha consumado. En la modalidad de resistencia, el delito queda consumado al
producirse el primer acto material de resistencia, asumiendo permanencia"

Por tanto se hace difícil que se presenten casos de tentativa.

B) Penalidad:

Se reprime con una pena privativa de libertad no mayor de dos años.

C) Autoría y participación:

Se presenta en todas sus formas.

D) Concurso de delitos:

Se presenta un concurso aparente con el Artículo 366, Artículo 367, que se resuelve de
acuerdo a la especificidad.

III. DELITO DE VIOLENCIA CONTRA AUTORIDADES ELEGIDAS

ARTICULO 369 El que impide a los senadores o diputados o a los miembros de las
asambleas regionales o a los alcaldes o regidora el ejercicio de las funciones propias de
sus cargos, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de
cuatro años.
Si el agente es funcionario o servido público sufrirá, además, inhabilitación de uno a tres
años conforme al Artículo 36, Incisos 1 y 2.

1. Generalidades:

* Tipo penal simple de atentado específico, orientado a proteger el desempeño funcional


del alto funcionariado que debe su calidad especial a un título democrático: la elección.

* Tipo penal de resultado y de comisión activa u omisiva, de consumación instantánea que


puede asumir permanencia.

* Penalidad moderada

2. Bien jurídico protegido:

Es el normal funcionamiento de la administración pública y específicamente la labor


funcional de las autoridades.

3. Sujeto activo:

El sujeto activo en este injusto penal puede ejercer cualquier persona, incluso un funcionario
servidor público.

4. Sujeto pasivo:

Es el Estado como el titular del bien jurídico tutelado, y como sujetos pasivos mediatos
deberá tenerse en cuenta a los congresistas, Presidente de los Gobiernos regionales y
miembros del Consejo de Coordinación Regional, asimismo, a los alcaldes y regidores
distritales, así como provinciales.(3)

(3) BRAMONT ARIAS , OB CIT PAG 108

5. Comportamiento típico:

La norma contiene la descripción de este injusto penal, como una figura típica-especial
agravada por la naturaleza de los sujetos pasivos mediatos y la labor funcional de sus
cargos.
La acción dolosa final del agente se orienta a coartar la libertad de éstas autoridades
elegidas por el voto popular, el ejercicio de sus funciones propias de su cargo.

El verbo rector en el tipo es el vocablo: “impedir", cuya acepción gramatical hace alusión a
la acción de imposibilitar la ejecución de algo.

El tipo es una norma de reenvío tácito; una ley penal en blanco a ser llenada
interpretativamente por el juzgador. La expresión "...

En el ejercicio de las funciones propias de sus cargos..." Denota ésta vital característica
siendo que lo peculiar de la ley penal en blanco es el empleo del reenvío.

6. El componente subjetivo:

Se actúa a título de dolo.

A) Consumación y tentativa:

Es un delito de resultado, de modo que se consuma con el impedimento del ejercicio de las
funciones públicas. Cabe la tentativa y también el desistimiento.

B) Penalidad:

De acuerdo al primer supuesto de alcaldes, regidores la penalidad será privativa de libertad


no menor de uno, ni mayor de cuatro años. Pero, si el agente es un funcionario o servidor
público, sufrirá, además, inhabilitación de uno a tres años, confórmela Artículo 36°, Inciso
1 y 2.

C) Autoría y participación:

Se presentan en todas sus modalidades. El agente puede ejercer el hecho directamente o


utilizando a terceros y/o concurriendo al hecho con otros agentes.

IV. DELITO DE ATENTADO CONTRA LA CONSERVACIÓN E IDENTIDAD DE OBJETO

La figura penal:

Artículo 370°
El que destruye o arranca envolturas, sellos o marcas puestos por la autoridad para
conservar o identificar un objeto, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de
dos años o con prestación de servicio comunitario de veinte a treinta jornadas.

1. Generalidades:

* Tipo penal de relativa complejidad, con empleo de dos verbos rectores: destruye o
arranca, de orientación teleológica.

* De consumación instantánea que requiere de resultados materiales concretos, de


naturaleza comisiva activa.

* Penalidad mínima

2. Bien jurídico protegido:

En términos generales, el bien jurídico tutelado por la norma penal es el normal ejercicio de
la administración pública precisada en la seguridad y resguardo de los objetos cuya
conservación o identificación se considera de necesidad pública. La acción dolosa del
agente vulnera la voluntad del Estado de asegurar la conservación o la identidad de un
objeto.

(4) DONNA, EDGAR ALBERTO, DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


BUENOS AIRES , RUBINZAL CULZONI, EDIC2000

3. Sujeto activo:

El sujeto activo puede ser cualquier persona, incluso el funcionario o servidor público.

4. Sujeto pasivo:

El titular del bien jurídico tutelado es el Estado.

5. Comportamiento típico:

El tipo se caracteriza por ser de acción dolosa. El agente orienta su acción a destruir o
arrancar envolturas, sellos o marcas puestas por la autoridad con propósito de conservación
o identificación de un objeto. El agente en el dominio del hecho de la acción puede ejecutar
el hecho directamente o utilizando a terceros y/o en concurrencia con otros sujetos activos.

Custodias simbólicas colocadas sobre la cosa o su contenido o la seguridad del lugar, por
donde se encuentra el objeto cuya conservación o identidad se trata de preservar.
La acción de envolver, cubrir, proteger un objeto o cosa.

Es todo indicativo que identifica a un objeto especial.

6. El componente subjetivo:

Se obra a título de dolo.

7. Consumación y tentativa:

Es un delito de mera actividad, pues se consuma con destruir o arrancar la envoltura, sello
o marca para la identificación conservación de un objeto puesto por la autoridad.

8. Penalidad:

Se aplica una pena privativa de libertad no mayor de dos años o con prestación de servicios
comunitario de veinte a treinta jornadas.

V. DELITO DE NEGATIVA A COLABORAR CON LA ADMINISTRAIÓN DE JUSTICIA

La figura penal:

ARTICULO 371

El testigo, perito, traductor o intérprete que, siendo legalmente requerido se abstiene de


comparecer o prestar la declaración, informe o servicio respectivo, será reprimido con pena
privativa de libertad no mayor de dos años o con prestación de servicio comunitario de
veinte a treinta jornadas.

El perito, traductor o intérprete será; sancionado, además, con inhabilitación de seis meses
a dos años conforme Artículo 36°, Incisos 1, 2 y 4.

1. Generalidades:

* Figura penal especial de autoría minada, de relativa complejidad contiene dos


modalidades estructuradas en base a los rectores "abstenerse de comparecer "prestar
declaración".

* De naturaleza omisiva simple. De simple actividad, asume permanencia en su primera


modalidad, siendo de consumación instantánea en la segunda.
* Penalidad mínima

2. Bien jurídico protegido:

Es la normal actuación de la administración de justicia.

3. Sujeto activo:

Pueden ser el perito, el testigo, el traductor o intérprete quienes siendo requeridos


legalmente se abstiene de comparecer o prestar Declaración, informe o servicio respectivo.

4. Sujeto pasivo:

Es el Estado, quien es afectado por el inadecuado funcionamiento del Estado.

5. Comportamiento típico:

La conducta que se describe en el tipo es meramente omisiva, expresada en abstenerle de


comparecer o prestar la declaración, informe o servicio respectivo, habiendo sido
ilegalmente requerido. Se trata de un delito de pura omisión.

Para la configuración del tipo, la norma exige, también, un requerimiento previo; este
concepto jurídico tiene una acepción bastante amplia que abarca desde la simple solicitud
o pedido hasta la conminación u orden bajo apercibimiento de denuncia penal. Acepción en
que debe interpretarse este vocablo a los efectos de la configuración de ésta conducta
como un hecho ilícito. Este Requerimiento tiene una connotación de apercibimiento y una
exigibilidad basada en la facultad que tiene la autoridad competente por mandato Apreso
de la ley procesal.

6. El componente subjetivo:

Es el dolo.

7. Consumación y tentativa:

Se consuma con la abstención u omisión de cumplir con sus responsabilidades


recomparecer o prestar declaración, informe o servicio respectivo.

8. Penalidad:
Se sanciona con una pena privativa de libertad no mayor de dos años o con prestación de
servicio comunitario de veinte a treinta jornadas, y además de una pena de inhabilitación
de seis meses a dos años, con-forme al Artículo36°, Incisos 1, 2 y 4.

VI. DELITO DE ATENTADO CONTRA DOCUMENTOS QUE SIRVEN DE PRUEBA EN EL


PROCESO.

La figura penal:

Artículo 372°

El que sustrae, oculta, cambia, destruye o inutiliza objetos, registros o documentos


destinados a servir de prueba ante la autoridad competente que sustancia un proceso,
confiados a la custodia de un funcionario o de otra persona, será reprimido con pena
privativa de libertad no menor de uno ni mayor de cuatro años.

Si la destrucción o inutilización es por culpa, la pena será privativa de libertad no mayor de


un año o prestación de servicio comunitario de veinte a cuarenta jornadas.

1. Generalidades:

* Figura penal compleja de evidente menosprecio o la autoridad pública. Puede cometerse


mediante actividad (sustraer, cambiar, ocultar, destruir o inutilizar) como también por
omisión (ocultar, inutilizar). De consumación instantánea.

* Son modalidades de resultado la inutilización y la destrucción de objetos, registros o


documentos.

* Penalidad moderada en su comisión dolosa y atenuada en la culposa

2. Bien jurídico protegido:

El bien jurídico tutelado por la norma penal en términos amplio y general es el normal
desenvolvimiento de la administración y específicamente inviolabilidad de las pruebas a
sustanciarse en un proceso.

3. Sujeto activo:
Puede ser sujeto activo del ilícito penal, el funcionario o servidor público o un particular. Sea
en La condición de custodias oficiales de los objetos, registros o documentos o no teniendo
ésta condición.

4. Sujeto pasivo:

Es el Estado como titular del bien jurídico.

5. Comportamiento típico:

El tipo es un delito de acción dolosa (medios-fin) que contiene una voluntad rectora respecto
de la acción del agente. Por ejemplo, no se configura en el tipo la conducta del agente que
sustrae un objeto dado en custodia sin destino probatorio, para destruirla, tampoco la
conducta del sujeto activo que sustrae un documento histórico confiado en custodia con
fines probatorio para apropiarse de ella, por ser éste coleccionista.

6. El componente subjetivo:

Es un delito que configura el dolo, y también culposo en los casos de destrucción o


inutilización de los objetos, registros o documentos.

7. Consumación y tentativa:

Se consuma con la efectiva realización de los comportamientos señalados en el tipo penal


vulnerando la custodia oficial de los bienes.

8. Penalidad:

En el caso de obrar dolo se sanciona con una pena privativa de la libertad no de un año ni
mayor de cuatro.

Si configura culpa, se aplica una pena privativa de la libertad no mayor de un año o


prestación de servicio comunitario de veinte a cuarenta jornadas.

9. Autoría y participación:

Es el autor quien sustrae, oculta, cambia o destruye o inutiliza los documentos confiados; a
su custodia. Será participe quien o quienes contribuyan a que los documentos bajo custodia
se destruyan impidiendo su utilización: como elemento de prueba.

10. Concurso de delitos:


Se produce un concurso ideal con el Artículo 405° sobre encubrimiento real.

VII. DELITO DE SUSTRACCIÓN DE OBJETOS REQUISADOS POR AUTORIDAD

La figura penal:

Artículo 373°

El que sustrae objetos requisados por la autoridad, será reprimido con pena privativa de
libertad no menor de dos ni mayor de cuatro años.

1. Generalidades:

* Tipo penal simple de un solo comportamiento relevante, de simple actividad, de


consumación instantánea. Dicha consumación está condicionada a la procedencia especial
de los objetos.

* Penalidad moderada

2. Bien jurídico protegido

Es la correcta marcha en la administración

3. Sujeto activo:

El sujeto activo en el tipo penal puede ser cualquiera incluido el funcionario o servidor
público en determinadas condiciones especiales.

4. Sujeto pasivo:

Es el Estado como titular del bien jurídico tutelado.

5. Comportamiento típico:

La acción básica o rectora en el tipo se halla expresada en el vocablo: "sustraer", cuya


acepción carece de un sentido determinado y específico.

La exigencia del tipo penal para su configuración basta la acción de sustraer un objeto a
sabiendas de que éste ha sido requisado por la autoridad.
Si bien para el juzgador bastaría la mera ilustración del objeto requisado, como juicio le
reproche de este injusto penal, deberá, además, tener en cuenta la voluntad rectora en la
acción dolosa.

El tipo tiene una estructura simple aun pando, expresamente, no se indica la voluntad
rectora del agente en su acción finalista, es a título de dolo.

Referido a los objetos de la acción, que son Aquellos requisados por la autoridad. Es decir
el término requisa está asociado a la acción de incautar, confiscar, decomisar bienes
pertenecientes a particulares cuyo origen se presume ilícitos o teniendo un origen legal
sirvieron o sirven como insumos para la producción de productos prohibidos por la ley. (5)

(5) BUSTOS RAMIREZ,JUAN . MANUAL DE DERECHO PENAL-PARTE ESPECIAL.


BARCELONA ARIEL

6. El componente subjetivo:

La acción dolosa de sustraer implica actuar con voluntad de quitar de la esfera de custodia
en que se halla los objetos requisados haciendo perder al Estado la posibilidad de ejercer
su dominio. Es decir, el agente sabe o conoce que el objeto que sustrae ha sido requisado
por una autoridad, si desconoce ésta situación o condición especial del objeto.

7. Consumación y tentativa:

La consumación se produce cuando el agente desplaza el objeto requisado del lugar donde
se encuentra, aun cuando no se actué con la intención de apoderarse de él.

8. Penalidad:

Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de cuatro años.

9. Autoría y participación:

Se configuran en todas sus modalidades.

10. Concurso de delitos:

Puede concurrir un concurso con el Artículol85° sobre hurto simple, o incluso con el Artículo
372° en el caso de documentos que sirven de prueba.
CAPITULO SEGUNDO

DOCTRINA ESPAÑOLA

ATENTADO Y RESISTENCIA A LA AUTORIDAD

I. Antecedentes de ambos tipos penales:

Si bien afirma Núñez que el Título XI del Código Penal recién aparece en el proyecto de
1891, tomado del italiano, y dejando de lado al Código de 1886, conformando un solo grupo
de delitos referidos a regular el funcionamiento de la administración pública, en cualquiera
de sus ramas, sea que provengan de los particulares, sea que provengan de los
funcionarios públicos, lo cierto es que el atentado ya se encontraba legislado en el Proyecto
Tejedor, en el Capítulo V, del Libro II, Sección II, Título I, en el artículo 374, bajo el rubro
Atentados y desacatos contra la autoridad. En la nota se decía que se trataba de hechos
aislados que nacen y mueren en un punto sin carácter alguno político.

En Código de 1886, en su artículo 234, afirmaba “Cometen atentado contra la autoridad los
que, sin alzamiento público, emplean sobre ella intimidación o fuerza al tiempo de practicar
sus funciones, o por consecuencia de haberlas practicado”.

El Proyecto de Piñero, Rivarola y Matienzo de 1891 incorporaba en el Título XI de los delitos


contra la administración público, en el Capítulo I, en el título Atentado y resistencia contra
la autoridad, definiendo en el artículo 282 al atentado y en el 283 a la resistencia del actual
Código. En la Expropiación de Motivos se afirma que: “el Capítulo Primero prevé el atentado
y la resistencia contra la autoridad. Estos delitos tienen de común con el desacato, tratado
en el Capítulo Segundo, que su objeto es defender a los funcionarios públicos. Su
diferencia, en Código actual, no está bien marcada, ni por el medio empleado, ni por el
resultado inmediato que el delincuente se propone. La intimidación aparece indistintamente
en uno y otro delito, al tiempo de practicarse las funciones públicas o a causa de haberlas
practicado.

La comisión, siguiendo los consejos de la legislación comparada, ha adoptado una


distinción más precisa. Lo que, en el proyecto, caracteriza el atentado o resistencia contra
la autoridad es el propósito de impedir el libre ejercicio de las funciones propias de ellas.
Cuando la ofensa hecha al funcionario no es, por su naturaleza u oportunidad, capaz de
influir en los actos oficiales que la motivan, no hay resistencia contra la autoridad: hay sólo
un ataque a la dignidad o decoro del funcionario, es decir, sólo hay desacato 6.

El Proyecto Segovia, en los artículos 320 y 322, del Título X, Delitos contra la autoridad y
administración pública, definía de mejor manera el atentado, ya que hablaba de quien
empleaba violencias o amenazas contra un funcionario o empleado público, o cualquier
persona que desempeñare un servicio público, para exigirle la ejecución u omisión de un
acto propio de sus funciones. En cambio en el 322, cuando definía la desobediencia y la
resistencia, hablaba sólo del que desobedeciere gravemente o resistiere abiertamente a un
funcionario público. Con lo cual, a nuestro entender, ya estaban dadas las bases para la
distinción que trajo problemas ala jurisprudencia argentina.

En similar sentido, el proyecto de 1906 distinguía ambos tipos penales, en los artículos 256
y 258.

En el proyecto de 1917 se afirma en la Expropiación de Motivos que se ha aceptado en el


tema el proyecto de 1906, modificándose sólo el artículo 234.

II. Semejanzas y divergencias entre ambas figuras:

Como se puede ver, en el análisis histórico que se ha reseñado, el primer problema


consistió en diferenciar el atentado y la resistencia del motín, y el segundo fue el de
diferenciarlo del desacato. De modo que para doctrinarios y legisladores no había
problemas en la diferenciación de ambas figuras, pero sí para la jurisprudencia, que no
consiguió, quizás por falta de profundización en el tema, poder distinguir dogmáticamente
ambos tipos penales. Adviértase que hasta el día de la fecha siguen algunos autos de
procesamiento que insisten en calificar los hechos como atentado y resistencia. De modo
que, si bien la cuestión e sencilla, es necesario aclarar este punto, a los efectos de evitar
cualquier duda. Más aún cuando con el código actual la resistencia no contiene agravantes,
cosa que el atentado sí.

El atentado del artículo 237 del Código Penal castiga con prisión de un mes a un año al que
empleare intimidación o fuerza contra un funcionario público o contra la persona que le
prestare asistencia a requerimiento de aquél o en virtud de un deber legal para exigirle la
ejecución u omisión de un acto propio de sus funciones.

La resistencia, tipificada en el artículo 239 del Código Penal, castigada con prisión de quince
días a un año al que se resistiere o desobedeciere a un funcionario en el ejercicio legítimo
de sus funciones o a la persona que le prestare asistencia a requerimiento de aquél o en
virtud de una obligación legal.

Entonces, tal como surge de la ley y de los antecedentes, el atentado se puede


conceptualizar como la exigencia de ejecución u omisión de un acto propio de sus
funciones, y la resistencia como el empleo de intimidación o fuerza contra los sujetos, antes
descritos, para impedir o trabar la ejecución de un acto propio del legítimo ejercicio de sus
funciones.

En ambos está en juego la actuación de los funcionarios y su actuar legítimo, pero la


diferencia entre ellos es profunda. Por ella, más modernamente, la doctrina se ha
preocupado especialmente en aclarar que los tipos penales son diferentes y, es más,
excluyentes entre sí, debido a que los bienes jurídicos protegidos también lo son.

El tipo penal del atentado salvaguarda la libertad de decisión del funcionario, que es
lesionada por un comportamiento multiofensivo, de usurpación de autoridad y de privación
de la libertad del funcionario en cuanto ser humano; mientras que con la figura de la
resistencia, en cambio, se protege la libertad de acción del sujeto paciente, una vez que ha
tomado la decisión de actuar.

Entonces, la primera distinción que debe hacerse consiste en afirmar que en el atentado se
impone la ejecución de un acto no decidido todavía por el funcionario público; en cambio,
en la resistencia se trabará la ejecución de un acto ya decidido y puesto en marcha en virtud
de la libre voluntad del funcionario.

La diferencia se puede oscurecer en los casos de imposición de una omisión o la de impedir


la ejecución, puesto que ambos supuestos se refieren a una imposición de pasividad en el
comportamiento del sujeto pasivo, aunque la cuestión en el fondo sigue siendo la misma,
ya que se intenta evitar una decisión, en el atentado, y se quiere impedir el actuar, en la
resistencia.

Otras semejanzas apuntadas por Tozzini, que pudieron llevar a confusión, en torno a la
escala móvil y a la agravante para el caso de funcionario público, pierden vigencia frente a
las reformas estatuidas por la ley 23 077.

En cuento a los medios, éstos están claramente determinados en el delito de atentado, pero
no en el de resistencia, aunque no hay duda de que en este último debe haber una oposición
o un rechazo, ya que de lo contrario se entra en el campo de la desobediencia.

Más por la confusión jurisprudencial que por lo complicado del tema, en el año 1947 la
Cámara Criminal y Correccional de la Capital Federal fue convocada a reunirse en los
inconstitucionales plenarios en la causa “Palienko”, con el fin de dilucidar la diferencia entre
ambos delitos. La doctrina que surgió del plenario estaba basada, en principio, en
consideraciones de tipo temporal, y sostenía que se estaba en presencia del delito de
atentado cuando el acto funcional no había sido dispuesto voluntariamente ni comenzado
por el funcionario. Y en atención a la forma de exteriorización, la cámara expresó que en el
atentado la voluntad del funcionario no debía haber pasado al estado de ejecución, es decir,
no debía haberse transformado en una orden dirigida al destinatario. Aquí radica una de las
diferencias ya señaladas: el atentado implica exigir a un funcionario público alguna acción
que aún no había hecho. En la resistencia, en cambio, se impide o se traba una acción que
ya está en ejecución.

El tribunal determinó que se tipificaba el delito de atentado cuando la violencia ejercida con
fines de omisión provenía de un tercero, siempre y cuando el destinatario de la actuación
del funcionario no estuviera ofreciendo resistencia. Posteriormente la jurisprudencia ha
seguido la doctrina establecida en este plenario. Así se ha sostenido casi de manera
constante: “Para que exista atentado a la autoridad es menester que el acto funcional aún
no haya comenzado; en la resistencia, que aquél haya sido iniciado. La contemporaneidad
entre la violencia y el acto del funcionario es, pues, el rasgo más firme que distingue la
resistencia del atentado, que se caracteriza, a su vez, por la prioridad de la violencia
respecto del acto. Los delitos de atentado y resistencia resultan de imposible concurrencia
coetánea cuando el funcionario comenzó a actuar, distinguiéndose siempre el delito de
atentado como el dirigido contra el funcionario que no había aún decidido actuar, para
imponerle una acción u omisión, del delito de resistencia, que sólo podía ejercerse contra
el funcionario con el fin de impedirle o trabarle un acto legítimo de sus funciones ya puesto
en marcha. Existe resistencia si el sujeto se opone con violencia al accionar del funcionario
para hacerle cumplir algo, mientras que en el atentado es el autor quien toma la iniciativa
para que el funcionario haga u omita un acto propio de su cargo. El tipo de atentado a la
autoridad requiere que se exija al agente que haga o se abstenga de hacer un acto propio
de su función que no habría sido dispuesto voluntariamente. La acción del procesado que
se limitó a resistir al arresto, provocando lesiones al agente y daños en su uniforme, no
cumple con dichos extremos por lo que, al tratarse de un hecho único – aunque con
pluralidad de resultados lesivos-, tal accionar debe considerarse como constitutivo del delito
de resistencia a la autoridad. Si no se exigió la omisión de un acto funcional a los
preventores, no se cometió atentado a la autoridad. Comenzada la represión del delito, la
resistencia a ella encuadra en la hipótesis del artículo 239 del Código Penal.

Con estos elementos es difícil que se confundan ambos tipos penales. De todas formas, se
ha sostenido, a los efectos de precisar la resistencia, cuando se ha intendo explicar el verbo
“impedir”, utilizando en el tipo del artículo 239, que tendría aplicación en los siguientes
casos: el primero, que se refiere a todos los casos en que el funcionario comenzó a actuar,
tras la orden impartida y recibida, como es obvio, por el particular. Un segundo caso se
daría cuando interviene un tercero en ayuda del destinatario, que se está resistiendo (en
este caso rigen los art. 45 y 46. Cód. Pen., referentes a la participación delictuosa). Y el
tercero se daría también cuando interviene un tercero en favor del destinatario que no se
resiste ante la actuación del funcionario.

III. Atentado a la autoridad:

Dice el artículo 237 del Código Penal: “Será reprimido con prisión de un mes a un año, el
que empleare intimidación o fuerza contra un funcionario público o contra la persona que le
prestare asistencia a requerimiento de aquél o en virtud de un deber legal, para exigirle la
ejecución u omisión de un acto propio de sus funciones”.

1. Bien jurídico protegido:

La protección penal acordada por este tipo penal se asienta en la necesidad de proteger el
normal y buen desarrollo de las funciones que detentan las autoridades y sus agentes para
asegurar su completa y eficaz ejecución.

Desde este ángulo, es preciso, por un lado, proteger las funciones que desempeña el
funcionario público o la persona que le presta asistencia para asegurar su digna y eficiente
ejecución, en tanto que por otro dichas personas requieren una protección penal más
vigorosa a causa de su misión y de sus deberes profesionales que, a veces, les obligan a
lesionar derechos o intereses individuales, razón por la que se hallan más expuestos que
otros ciudadanos a ataques contra su persona.

De una manera más amplia se puede afirmar que el bien jurídico protegido es la integridad
de la organización estatal de las autoridades. El interés social protegido por medio de la
incriminación de esta conducta es, entonces, de un modo inmediato, la libertad de
determinación de funcionario, vale decir, su libertad de decisión en su fase funcional.

2. Tipo objetivo:

a) Acción típica

a.1) Fuerza. Intimidación: la acción típica consiste en usar intimidación o fuerza contra un
funcionario público, con el fin de imponerle un determinado hace ro una determinada
omisión de orden funcional. De modo que la intimidación o la fuerza de por sí no alcanzan
para que el verbo típico quede configurado, sino que la acción final tiene que estar destinada
a exigir una determinada actividad u omisión de carácter funcional.

La fuerza, como elemento del tipo penal en análisis, debe entenderse como violencia física
(vis absoluta) que se realiza directa o indirectamente sobre el cuerpo del sujeto pasivo7.

(7 ) MEZGER, Edmund, Derecho Penal. Parte especial, trad. De la 4 ed. Alemana por
Conrado A. Finzi, Revista de Derecho Privado, Madrid, 1963, p. 374

La intimidación o la fuerza ejercida deben incidir sobre un bien, es decir, sobre algo valioso
para el sujeto pasivo. Este mal debe reunir los caracteres de grave, serio e inminente. Grave
quiere decir que tienda a lesionar intereses vitales del sujeto pasivo y que no admitan una
reparación más o menos rápida. Se tiene en cuenta al bien jurídico puesto en peligro. No
configuraría atentado, por ejemplo, amenazar con desacreditar al funcionario, pues el honor
admite reparaciones subsiguientes y además está dentro del riesgo propio del funcionario,
y más aún con la teoría asumida por la Suprema Corte de Justicia, de la llamada real
malicia, el ámbito de protección del funcionario, en materia de delitos contra el honor, se ha
visto seriamente restringido.
b) Sujetos

Autor de este delito puede ser cualquier persona, incluso un funcionario público, supuesto
en el cual la pena se agrava, dada la especial calidad que reviste el sujeto activo (art. 238,
tercer párrafo).

Sujeto pasivo es el funcionario público en el ejercicio de sus funciones, o la persona que le


prestare asistencia a su requerimiento o en virtud de un deber legal en ese ejercicio.

c) Tipo subjetivo

Es el atentado a la autoridad un delito doloso. En su faz intelectual, el dolo requiere el


conocimiento de la cualidad de funcionario público del sujeto pasivo, o bien que la persona
esté actuando a requerimiento de aquél o en virtud de un deber legal. Desde que debe
existir una congruencia entre lo que el sujeto conoce y lo que pretende llevar a cabo, la falla
de la conciencia de alguno de estos elementos del tipo penal, ya sea por error o ignorancia,
constituye un error de tipo que excluye la tipicidad subjetiva de este injusto.

d) Antijuridicidad

No siempre que una persona ejerza intimidación o fuerza sobre un funcionario para
imponerle un actuar o un omitir la conducta constituye, por sí sola, atentado.

En este sentido, no debe olvidarse que hemos tomado posición por la teoría tripartita del
delito, esto es, que el delito sólo contiene un juicio de desvalor general, provisorio, no
vinculante sobre el hecho, un mero indicio de la antijuridicidad. Existe en esta concepción
una relación de valoración entre el tipo y la antijuridicidad, pero sólo como base para
conocer esta última. Consumación

La doctrina mayoritariamente ha admitido que se trata de un delito instantáneo, que se


consuma con la sola utilización de la fuerza o de la intimidación sobre el sujeto pasivo, con
la finalidad antes dicha, sin necesidad de que el funcionario realice lo exigido.

Según Creus, se trata de un delito de peligro, ya que no se exige que la acción del autor
tenga éxito. Aunque debe admitirse que la acción debe haber sido desarrollada sobre el
funcionamiento. Si alguien llama, por ejemplo por teléfono al funcionario y equivoca el
número, el tipo penal no se consuma.
e) La tentativa

La mayoría doctrinaria argentina afirma que no es posible la tentativa del delito de atentado
a la autoridad. A este inicio no exceden la categoría de preparatorios.

Sin embargo, autores como Antolisei y Manzini afirman que la tentativa no puede excluirse
a priori. Es el ejemplo del mensaje intimidatorio que no llega a destino. Sin embargo, el
ejemplo no parece aceptable, ya que esa intimidación desconocida no es, para el
destinatario, grave, seria, ni inminente.

CONCEPTO DE FUNCIONARIO Y AUTORIDAD

Debemos, en primer lugar, tener claro que es autoridad y que es funcionario, atendiendo al
artículo 24 del Código Penal Español.

1 “A los efectos penales se reputará autoridad al que por sí solo o como miembro de alguna
corporación, tribunal u órgano colegiado tenga mando o ejerza jurisdicción propia. En todo
caso, tendrán la consideración de autoridad los miembros del Congreso de los Diputados,
del Senado, de las Asambleas Legislativas de las Comunidades Autónomas y del
Parlamento Europeo. Se reputará también autoridad a los funcionarios del Ministerio
Fiscal.”

2. “Se considerará funcionario público todo el que por disposición inmediata de la Ley o por
elección o por nombramiento de autoridad competente participe en el ejercicio de funciones
públicas.”

Conviene matizar, porque en ocasiones se ha dado lugar a la duda, la figura del personal
interino, laboral o eventual; así se ha pronunciado el TS “el concepto penal de funcionario
público no exige las notas de incorporación ni permanencia, sino fundamentalmente la
participación en la función pública” (STS 4-12-2002). “Así como interinos, sustitutos, pues
los funcionarios de empleo, en contraposición de los funcionarios de carrera, tienen similar
cuadro de derechos y obligaciones que los recogidos en el propio Estatuto de los
funcionarios de propiedad” (STS 30-09-92). Además, para mayor compresión de la palabra
funcionario y lo que ella abarca, desde el TS se ha llegado a asimilar funcionario público
desde un gestor de una administración de loterías, hasta un arquitecto municipal. Parece
pues, que más que allá del nombramiento por órgano legal, que es lo que aprendimos en
su momento, es más adecuado pensar en la efectiva participación en funciones públicas,
sin más ambages, para considerarse funcionario.

El tribunal Supremo en sentencia Nº 1952/2000 de 19 de diciembre (RJ 2000. 10190) afirma


que el concepto de funcionario público es:

“Un concepto nutrido de ideas funcionales de raíz jurídico- política, acorde con un
planteamiento político-criminal que exige, por la lógica de la protección de determinados
bienes jurídicos, atribuir la condición de funcionario en atención a las funciones y fines
propios del derecho penal y que, sólo eventualmente coincidió los criterios del derecho
administrativo.”

Una vez enunciados cuáles son los rasgos básicos del concepto y tras haberlo desligado
oportunamente de la acepción administrativa, es el momento de abordar el análisis
pormenorizado del Art.24 del C.P delimitando los elementos configuradores del concepto
penal de funcionario público.

Hemos de concretar que, a efectos penales, este concepto se caracteriza por dos
elementos definidores:

1) La incorporación del sujeto a la función pública tiene que haberse dado por tres vías que
queden perfectamente habilitadas como medio de adquisición de tal condición y que son:
disposición inmediata de la ley, elección o nombramiento.

2) Es imprescindible que el sujeto participe en el ejercicio de la función pública.

De esta manera lo explica el Tribunal Supremo en sentencias como la Nº 68/2003 de 27 de


enero (RJ 2003, 1033), en la que textualmente puede leerse:

“Es tradicional en nuestro país, la existencia de una definición legal que constituya una
interpretación autentica respecto del concepto de funcionario público. Ocupaba el párrafo
tercero y último del Art. 119 C.P 73 y ahora se encuentra en el 24.2 del actual.

Nos dice esta ultima norma que” se considerará funcionario público todo aquel que por
disposición inmediata de la ley o por elección o por nombramiento de autoridad competente
participe en el ejercicio de funciones públicas”.
Para ello, concurren los dos requisitos que se deducen del propio texto de tal precepto:

1) Participación en el ejercicio de funciones públicas, tanto las del estado, entidades locales
y comunidades autónomas, como las de la llamada administración institucional que existe
cuando una entidad pública adopta una forma independiente, incluso con personalidad
jurídica propia, a veces hasta la de una sociedad mercantil,, con el fin de conseguir un más
ágil y eficaz funcionamiento. Cualquier actuación de estas entidades donde exista un interés
público, responde a este concepto amplio de función pública.

2) Ha de existir una designación pública para el ejercicio de tal función, en cualquiera de


las tres formas previstas en el propio Art. 24.2 C.P por disposición inmediata de la ley, por
elección o por nombramiento de autoridad competente.

DESCRIPCION TÍPICA

Artículo 550º C.P español

Son reos de atentado los que acometan a la autoridad, a sus agentes o funcionarios
públicos, o empleen fuerza contra ellos, los intimiden gravemente o les hagan resistencia
activa también grave, cuando se hallen ejecutando las funciones de sus cargos o con
ocasión de ellas.

En este artículo se menciona la palabra “agentes”, a lo que hay que deducir que se trata de
la calificación que la LOFCS 2/86 de 13 de marzo hace en su artículo 7, reconociendo a sus
miembros, en el ejercicio de sus funciones, tal carácter.

BIEN JURIDICO PROTEGIDO

El bien jurídico protegido en esta figura el principio de autoridad, la dignidad de la función,


cuya relación con el orden público se pone de relieve pensando que no hay disciplina social
y política posible si los órganos a través de los que el Estado cumple sus fines no son
respetados. Para Octavio de Toledo, ese “monstruoso concepto de orden público”, sólo
puede caracterizar a un estado autoritario que, en este aspecto, viene a suponer una vuelta
a la situación del antiguo régimen “en los que los delitos contra el rey, contra el “Estado”,
contra los funcionarios reales y contra los funciones desempeñadas por éstos se
amalgaman bajo el denominador común de la “lesa majestad”, esto es, una situación en la
que función pública no aparece todavía diferenciada de quienes la ejercitan, por eso, son
rasgos propios de ese régimen el “principio de autoridad”, los “fueros privilegiados”, la ”idea
de sometimiento” o el “poder de imperio”. (Carmen Juanatey Dorado).
Asimismo, el bien jurídico protegido es el principio de Autoridad según han coincidido
Doctrina y Jurisprudencia aunque alguna STS de 29 de Noviembre de 1999 ha recalcado
que se protege la libertad de ejercicio de la función pública, siempre que el ejercicio de la
mencionada función sea legítima.

ELEMENTOS DEL TIPO

1.- El elemento objetivo de la tipicidad formado por:

a) El carácter de autoridad, agente de la misma o funcionario público en el sujeto pasivo,


estando los conceptos de autoridad y y funcionarios públicos en el artículo 24 del CP, no
definiéndose qué ha de entenderse por agente de la autoridad que viene no obstante
incluyéndose dentro del concepto más amplio de funcionario público. La LO de 13 de Marzo
de 1986 de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, en su artículo 7.1 reconoce este carácter a
los miembros de dichas fuerzas y cuerpos en el ejercicio de sus funciones. Respecto al
personal de seguridad privada la Ley 23/1992 de 30 de Julio no les reconoce el carácter de
agentes de la autoridad aunque vistos los artículos 14 de dicha Ley y el artículo 4.2 de la
LOFCS les será aplicable la protección establecida en el artículo 555 (Consulta de la
Fiscalía General del Estado 3/1993, de 20 de Octubre).

Actualmente ante el reciente fenómeno de agresiones de alumnos y padres a profesores


se elaboró una instrucción por la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña por
la cual se equipara a funcionario público a aquellos profesores titulares que han accedido
mediante oposición, siendo por tanto objeto de protección por este tipo penal.

b) Que se halle el sujeto pasivo en el ejercicio de las funciones de su cargo o con ocasión
de ellas. Esto último significa que el ataque se debe a las funciones ejercidas, a las que se
están ejerciendo o como consecuencia de haberlas ejercido.

La protección se extiende siempre que las acciones que lesionan el bien jurídico protegido
se hayan producido por venganza o resentimiento por actos realizados en el cumplimiento
de la función aún cuando se hubiera cesado en el desempeño de la misma e incluso en
atención solamente a la función (STS de 27 de Febrero de 1996)

Sin embargo cuando el sujeto pasivo se excede en sus funciones o abusa notoriamente de
ellas, pierde la cualidad que fundamenta la especial protección de la ley; pero ello no ocurre
si se trata de extralimitaciones leves (STS 2 de Marzo de 1993). Se da la notoria
extralimitación si el sujeto pasivo insulta, provoca o se dirige en actitud amenazadora contra
la persona a quien se intenta imponer su mandato. (STS 14 de Febrero de 1995).

c) El acto típico se realiza con el acometimiento, empleo de fuerza, intimidación grave o


resistencia activa, también grave (STS 28 de Septiembre de 1989).

En cuanto al acometimiento tanto vale la embestida, ataque o agresión, supuestos en los


que se propina un puñetazo o una bofetada, empujón fuerte o arroje de piedras u otros
objetos contundentes.

Al acometimiento equivale la grave intimidación, que puede consistir en un mero acto formal
de iniciación de ataque o en un movimiento revelador del propósito agresivo (STS de 18 de
Octubre de 1990).

Por lo que se refiera a la resistencia, para que ésta constituya atentado, se precisa una
conducta activa de enfrentamiento y empleo de fuerza, que no es necesario que se traduzca
en agresión. (STS de 11 de Mayo de 1992).

2.- Los elementos subjetivos son:

a) Conocimiento por parte del sujeto activo de la cualidad y actividad del sujeto pasivo,
especificando que esa protección no puede depender del uso del uniforme en el momento
que se ejerce la autoridad, dado que el uniforme sólo permite el rápido reconocimiento del
agente (STS de 3 de Enero de 1990), sin embargo debe tenerse en cuenta que los
miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad deben intervenir en cualquier tiempo y
lugar, se hallaren o no de servicio (STS 10 de Noviembre de 1993).

b) Elemento subjetivo del injusto integrado por el dolo de ofender, denigrar o desconocer el
principio de Autoridad. Va ínsito en los actos mencionados. Tal ánimo se presume aunque
puede excluirse cuando existan datos objetivos que acrediten que el sujeto actuaba por
razones estrictamente personales.

NATURALEZA JURIDICA DEL DELITO

* ¿DELITO DE MERA ACTIVIDAD O DE RSULTADO?

Uno de los criterios de clasificación de los tipos penales, que la doctrina ha establecido
tradicionalmente, es la distinción entre delitos de mera actividad y de resultados; los
primeros se caracterizan porque el tipo de injusto se agota con la mera realización de la
conducta por parte del autor, sin que se precise la producción de un “resultado” ulterior,
separable espacio-temporalmente de aquella. Los segundos, sin embargo, requieren para
su consumación la verificación de un resultado separado espacio-temporalmente de la
conducta.

Esta diferenciación entre delitos de mera actividad y delitos de resultado juega un papel
relevante, entre otros aspectos, en materia de causalidad, en la apreciación de las formas
imperfectas de ejecución del delito, en la determinación del tiempo y lugar de la acción, etc.

Pues bien, el Art 556 de C.P español castiga al que desobedeciere gravemente a la
autoridad o a sus agentes en el ejercicio de sus funciones. Y por desobedecer hay que
entender el incumplimiento de la orden o mandato recibido, ya sea mediante la realización
de la conducta que la orden prohíbe hacer; ya sea a través de la omisión de la conducta
que la orden manda a hacer.

En consecuencia, esta figura pertenece a un delito de mera actividad: el tipo penal se


consuma con la mera ejecución de la conducta por parte del sujeto, esto es, con la
verificación de aquello que la orden o mandato de la autoridad o de sus agentes prohíbe
hacer, o con la omisión de lo que la orden impone a hacer. Es suficiente para la
consumación del delito, que con su conducta activa u omisiva, el sujeto desobedezca la
orden que le dirigen la autoridad o los agentes de la misma en el ejercicio de sus funciones.

CONCURSO DE DELITOS

Cuando se realice una sola actividad agresiva frente a varios agentes de la autoridad se
aprecia un sólo delito de atentado , lo que no impide si se producen daños a la integridad
física que los homicidios o lesiones o detención ilegal serán castigados aparte como
infracciones penales, en concurso ideal con el atentado (STS 650/1993 de 22 de Marzo).

LA PENA

Artículo 551º C.P español

1.-Los atentados comprendidos en el artículo anterior serán castigados con las penas de
prisión de dos a cuatro años y multa de tres a seis meses si el atentado fuer contra autoridad
y de prisión de uno a tres años en los demás casos.

2.-No obstante lo previsto en el apartado anterior, si la autoridad contra la que se atentare


fuera miembro del Gobierno, de los Consejos de Gobierno de las Comunidades Autónomas,
del Congreso de los Diputados, del Senado o de las Asambleas Legislativas de las
Comunidades Autónomas, de las Corporaciones locales, del Consejo General del Poder
Judicial o Magistrado del Tribunal Constitucional, se impondrá la pena de prisión de cuatro
a seis años y multa de seis a doces meses.

Dicho artículo tiene su precedente en los artículos 232, 233 y 236, párrafo 1 del CP del

1973.

La definición legal se establece en el artículo 550 y en el artículo 551 se determinan las


penas distinguiendo entre las penas de los atentados contra la autoridad, contra los
restantes ciudadanos y contra los miembros de órganos muy relevantes.

Artículo 552º

e impondrán las penas superiores en grado a las respectivas previstas en el artículo anterior
siempre que en el atentado concurra alguna de las circunstancias siguientes:

1.- Si la agresión se verificará con armas u otro medio peligroso.

2.- Si el autor del hecho se prevaliera de su condición de autoridad, agente de ésta o


funcionario público.

El precedente se encuentra en el artículo 232 del CP de 1973, habiéndose reducido en el


actual el número de agravaciones.

Se trata de un subtipo agravado o de un tipo cualificado a diferencia de las penas


establecidas en el artículo 551 que son las del tipo básico.

La palabra “agresión” equivale a acometimiento, como la forma más usada de atentado, de


modo que que si el arma no es utilizada para la agresión o acometimiento sino para otro
objetivo distinto, como puede ser la intimidación del sujeto pasivo, no entrará en juego esta
circunstancia.

Respecto a la utilización de un vehículo de motor la Jurisprudencia venía descartándolo


como acto de acometimiento, por no ser éste equiparable a las armas (STS de 9 de
Noviembre de 1992); sin embargo actualmente tendrá cabida en el concepto de medio
peligroso (STS de 13 de Noviembre de 1991)

La circunstancia 2ª del artículo amplía su radio de acción ya que incluye a la autoridad o al


agente de ésta; pero exige el prevalimiento de tal condición.
No se aprecia tal circunstancia en la amenaza con navaja a la policía (STS de 5 de
Noviembre de 1998), ni tampoco la intimidación con una pistola a la policía (STS de 23 de
Marzo de 1999), habiéndose apreciado tal circunstancia como instrumento peligroso
cuando se arroja a la policía un cóctel molotov (STS 28 de Febrero de 1998)

Artículo 553º

La provocación, la conspiración y la proposición para cualquiera de los delitos previstos en


los artículos anteriores serán castigadas con la pena inferior en uno o dos grados a la del
delito correspondiente.

Este artículo establece el castigo a las formas de resolución manifestada aplicándose el


imperativo establecido en los artículos 17.3 y 18.2 del CP.

Los Tribunales deberán de bajar obligatoriamente en un grado y facultativamente en dos


grados.

Artículo 554º

1.- El que maltratare de obra o hiciere resistencia activa grave a fuerza armada en el
ejercicio de sus funciones o con ocasión de ellas, será castigado con las penas establecidas
en los artículos 551 y 552, en sus respectivos casos.

2.- A estos efectos, se entenderán por fuerza armada los militares que, vistiendo uniforme,
presten un servicio que legalmente esté encomendado a las Fuerzas Armadas y les haya
sido reglamentariamente ordenado.

El tipo tiene su precedente en el artículo 235 bis del CP de 1973.

Se trata del tipo de atentado a fuerza armada, estableciéndose la extensión de la protección


penal a las fuerzas armadas.

El Código Penal establece un concepto de fuerza armada prescindiendo de que lo sea


portando armas que contiene el artículo 10 del CP Militar.

Los miembros de la Guardia Civil no se incluyen protegidos en este artículo, pero queda
protegida por el artículo 550 del CP.

Artículo 555º
Las penas previstas en los artículos 551 y 552 se impondrán en un grado inferior , en sus
respectivos casos, a los que acometan o intimiden a las personas que acudan en auxilio de
la autoridad, sus agentes o funcionarios.

Este artículo privilegiado o subtipo atenuado tiene su precedente en el artículo 236, párrafo
2º del CP del 1973.

La acción consiste en acometer o intimidar a las personas que acudan en auxilio de la


autoridad, sus agentes o funcionarios siendo el sujeto activo “cualquiera” y el sujeto pasivo
las personas que acudan en auxilio de la autoridad, sus agentes o funcionarios,
incluyéndose el personal de seguridad privada, que no cabe castigar conforme al artículo
550 del CP.

Los demás elementos son los mismos que respecto al tipo básico.

ARTÍCULO 556º

Los que, sin estar comprendidos en el artículo 550, resistieren a la autoridad o sus agentes,
o los desobedecieren gravemente, en el ejercicio de sus funciones, serán castigados con
la pena de prisión de seis a un año.

El tipo tiene su precedente en el artículo 237 del CP de 1973 excluyendo en su ámbito de


protección a los funcionarios públicos.

La Jurisprudencia ha venido distinguiendo la resistencia grave, que constituye el delito de


atentado y la no grave, que se integra en el delito de resistencia; habiéndose mantenido
que la nota distintiva radica en el carácter activo en la resistencia grave y en el carácter
pasivo en la resistencia no grave.

A su vez el tipo también castiga la desobediencia grave a la autoridad o a sus agentes en


el ejercicio de sus funciones. Entendiéndose por desobedecer como aquel incumplimiento
de una orden o mandato emanado de la autoridad o sus agente, revistiendo las
formalidades legales y hallarse dentro de la competencia del que lo íntima, para ser legítimo
(STS de 25 de Mayo de 1935)

Referente a la conducta del que no se deja detener, haciendo caso omiso a las órdenes de
alto, se debe tener en cuenta que no está castigado en los artículo 468 y 469, ni puede ser
constitutivo de desobediencia, ya que la huida subsiguiente a un delito queda absorbida por
éste, por ello sólo se castigará en casos de resistencia a ser detenido y no en los de huir o
no detenerse (STS 17 de Septiembre de 1988).

La línea divisoria entre el delito y la falta se encuentra en que en el delito existe una
reiterada, manifiesta oposición y persistencia en la negativa y grave actitud de rebeldía, no
existiendo estas notas en la falta (STS de 29 de Junio de 1992) .

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