Está en la página 1de 30

3.

GESTIÓN DE RESIDUOS: URBANOS, INDUSTRIALES, HOSPITALARIOS Y


PELIGROSOS.

3.1. Definición y clasificación de los residuos.

Se entiende por residuo cualquier material que resulta de un


proceso de fabricación, transformación, uso, consumo o limpieza,
cuando su propietario lo destina al abandono.

Tal y como se puede deducir, se trata de una definición muy amplia que ha sido
objeto de las políticas de residuos desarrolladas en los países industrializados
a lo largo de los últimos años. La siguiente pregunta que se plantea es: ¿qué
hacer con los residuos?

En un principio las políticas iban encaminadas al vertido y dispersión de


contaminantes, bajo el supuesto de que la capacidad de carga del medio era
ilimitada. Sin embargo, el aumento del nivel de vida y el crecimiento
demográfico asociado determinaron también una producción más elevada de
residuos, con lo que aparecieron los problemas de espacio y aquellos
derivados de las características tóxicas y bioacumulativas de los residuos, lo
cual propició el establecimiento de medidas correctivas de final de línea ("end
of pipe") en los procesos (filtros, ciclones, depuradoras, vertederos) y métodos
de tratamiento de residuos (físico-químicos, térmicos, entre otros).

A pesar de todo ello, las políticas de tratamiento basadas en la corrección


poseen hoy en día numerosas lagunas, por lo que es necesario un cambio de
paradigma en la concepción de la gestión del residuo, replanteando la pregunta
inicial por otra de carácter preventivo: qué se puede hacer para no generar
residuos? A ésta y otras preguntas responderemos a lo largo del texto.

Tipos de residuos

Los tipos de residuos producidos por la actividad humana son muy variados. En
este sentido, se pueden clasificar en:

- Residuos Sólidos Urbanos.

- Residuos no peligrosos.

- Residuos peligrosos.

- Residuos Industriales.

- Residuos asimilables a urbanos.

- Residuos inertes.

- Residuos peligrosos.
Residuos sólidos urbanos

Elías (2000) define Residuos Sólidos Urbanos (RSU) como los "residuos que
se generan en espacios urbanizados como consecuencia de las actividades de
consumo y gestión de actividades domésticas (viviendas), servicios (hostelería,
hospitales, oficinas, mercados, etc.) y tráfico viario (papeleras y residuos varios
de pequeño y gran tamaño)".

Residuos no peligrosos

"Se generan en los domicilios particulares, comercios, oficinas o servicios, y


todos aquellos que no tengan la calificación de peligrosos y que por su
naturaleza o composición puedan asimilarse a los producidos en los anteriores
lugares o actividades" (Ley española 10/98 de 21 de abril, de residuos).

Esta definición indica que los residuos generados en la industria que no tengan
la calificación de peligrosos son residuos asimilables a urbanos y, por tanto,
pueden ser gestionados como tales.

Una posible clasificación divide los residuos domésticos en orgánicos e


inorgánicos (Tabla 3.1-1).

ORGÁNICOS INORGÁNICOS

Materia orgánica fermentable


Vidrio
(Residuos de comida)

Papel Latas de Hojalata

Cartón Aluminio

Plásticos Otros metales

Textiles Suciedad, cenizas, etc.

Goma

Cuero

Residuos de jardín

Madera

Otros orgánicos
Tabla 3.1-1. Composición típica de una muestra de RSU domésticos.
Fuente: adaptado de Tchobanoglous, Theisen & Vigil (1996,168).

Se consideran también como residuos urbanos no peligrosos:

- los procedentes de la limpieza de vías públicas, zonas verdes y recreativas,


playas, etc.;

- los muebles y enseres abandonados, animales domésticos muertos, entre


otros; y,

- los residuos y escombros procedentes de obras menores de construcción y


reparación domiciliaria.

Residuos peligrosos

La EPA (Environmental Protection Agency) define los residuos peligrosos en


general como "aquellos residuos o combinación de residuos que presentan un
determinado peligro, ya sea actual o potencial, para la salud humana o para
otros organismos vivos, debido a alguno de los cuatro motivos genéricos
siguientes:

- No degradabilidad y persistencia en el lugar de vertido.

- Posibilidad de efectos nocivos por acumulación.

- Posibilidad de producir transformaciones biológicas, que aumenten sus


efectos perjudiciales.

- Contenido elevado en componentes tóxicos".

Esta tipología de residuos exige un tratamiento específico o seguimiento


periódico dada sus características tóxicas o peligrosas.

Algunos ejemplos en el ámbito urbano son las pinturas, disolventes, pesticidas,


pilas, tubos fluorescentes, medicamentos, aceites, aerosoles, envases de
productos químicos, lodos, baterías, productos químicos de fotografía, entre
otros.

Asimilables a urbanos

Son los residuos procedentes de los comedores de las industrias, envases y


similares.
Inertes

Se define como residuo inerte aquel que "una vez depositado en un vertedero,
no experimenta transformaciones físicas, químicas o biológicas significativas"
(Directiva 1999/31/CE).

Esta tipología de residuos proviene de las actividades de construcción y derribo


de edificios, desmontes y excavaciones, siempre que no produzcan
alteraciones graves en el medio.

Peligrosos

Los residuos peligrosos pueden encontrarse en cualquier estado de agregación


(sólido, líquido, pastoso, etc.). Se pueden citar los aceites usados, los PCB y
PCT, envases que los contienen, metales pesados, etc.

3.1.1 Gestión de los residuos

En el pasado, los residuos eran considerados como un único material para el


cual se podía encontrar una única solución de tratamiento: el vertido. Hoy en
día se tiende a considerar a los residuos separadamente en sus componentes,
cada uno de los cuales necesita una recogida selectiva, un transporte y un
tratamiento y destino final separado. En los criterios avanzados de gestión no
existe ya un único flujo de residuos desde los lugares de producción a los
lugares de tratamiento, sino que se trabaja con flujos distintos que, partiendo
de componentes diferenciados, transcurren por vías específicas de transporte a
diferentes puntos terminales de tratamiento, según la mejor conveniencia de
cada uno de ellos.

Por otra parte, la gestión final, que en otro tiempo era única, hoy se plantea
como un sistema llamado tratamiento integrado, que prevé más de un punto
terminal en función del recorrido de los diversos flujos de los residuos.

3.1.1.1 Estrategias para la gestión de los residuos

Tal y como se ha comentado, la solución a estos problemas ha de pasar por


una gestión eficaz y un cambio en los hábitos de comportamiento de las
personas, basándose en la prevención, es decir, la minimización de los
residuos y en la recogida selectiva de estos materiales. De esta manera,
conseguiremos reducir la cantidad de residuos que en la actualidad se destinan
al rechazo y que causan graves problemas ambientales.

Actualmente, la política general de tratamiento de los residuos tiene las


siguientes fases:

- Reducción en origen o minimización. Se entiende la disminución del


volumen o la peligrosidad de los subproductos generados mediante la puesta
en marcha de prácticas adecuadas a la modificación de procesos que
impliquen el cambio a tecnologías más limpias, equipos más eficientes,
sustitución de materias primas o modificación de la composición de los
productos.

- Reutilización. Proceso de minimización de generación de residuos


consistente en recuperar los materiales e introducirlos de nuevo en los
procesos de producción y consumo, en lugar de destinar estas sustancias a las
corrientes de residuos. Normalmente puede tener lugar en las mismas plantas
productoras, y puede ser realizada por los mismos generadores de residuos.

- Reciclaje. Conjunto de sistemas que se siguen, por tratamientos diversos,


para la recuperación de materiales a partir de residuos y basuras procedentes
de diversos orígenes -que de otra manera se convertirían indefinidamente en
desechos de otras clases- y retorno de este material para su reutilización. El
reciclaje requiere de una mayor y más compleja estructura organizativa,
económica y tecnológica que la reutilización. El reciclaje incluye el compostaje
y la biometanización, pero no la incineración con o sin recuperación energética.

- Recuperación energética (valorización). Extracción de las sustancias o


recursos valiosos contenidos en los subproductos. Normalmente se realiza
mediante tratamiento previo importante y se utiliza posteriormente con otra
finalidad a la original. Comprende la valorización de los residuos mediante su
combustión controlada y el vertido a depósito controlado.

La Reducción, Reutilización, Reciclaje y Recuperación, constituyen la


denominada "Ley de las cuatro Rs".

3.1.2 El reciclaje de los residuos

Tal y como se ha comentado, el reciclaje es una operación compleja que


permite la recuperación, transformación y elaboración de un material a partir de
residuos, ya sea total o parcial en la composición definitiva (Elías, 2000, 39).

Con el reciclaje se pretenden resolver dos problemas al mismo tiempo: por un


lado, deshacerse de los residuos sin ocupar espacio en el vertedero y, por otro
lado, aprovechar lo que en ellos exista de recuperable. Este procedimiento se
considera un principio de cambio de postura hacia posiciones más racionales
sobre el uso de los recursos naturales y el incremento del costo de las materias
primas. En este contexto, dicho sistema de tratamiento de los residuos viene
impuesto por el nuevo concepto de gestión de los residuos que debe tender a
lograr los siguientes objetivos:

- Ahorro de energía.

- Ahorro de recursos naturales.

- Disminución del volumen de residuos a eliminar.

- Protección del medio ambiente.


El reciclado puede realizarse de dos formas:

• Mediante la separación de los componentes a recuperar de las basuras


domésticas desde su inicio, dando lugar a la denominada recogida
selectiva en origen. Para ello, es necesaria la participación ciudadana
al tener que depositar en recipientes distintos los diferentes
componentes de los residuos que intentan recuperarse. Normalmente se
utilizan tres contenedores: uno para el vidrio, otro para el papel y un
tercero para el plástico.

Con este objetivo, en las inmediaciones de las ciudades se pueden


encontrar unos espacios destinados a la recogida selectiva de residuos
de origen doméstico. Dichos espacios, denominados puntos limpios,
pueden ser fijos o móviles.

• En las plantas de reciclaje, a partir de las basuras brutas, y realizando


una selección de los residuos a reciclar. En este caso la separación es
un proceso costoso, ya que se necesita mucha mano de obra.

El reciclado de los componentes de los residuos consiste


básicamente en la recuperación y su reintroducción en los procesos
industriales y circuitos económicos.

SECUENCIA DE OPERACIONES REALIZADA EN UNA PLANTA DE RECICLAJE

1. Se separan los objetos de gran volumen clasificándolos para su posterior eliminación o


reciclado.
2. Se separan las latas y los materiales ferrosos con un imán magnético.
3. Se separa manualmente el papel y el cartón para su almacenamiento y posterior reciclado.
4. Separación manual de vidrios según su color.
5. Separación de materiales textiles.
6. Finalmente, quedan los restos orgánicos fermentables, que se utilizan para hacer compost o
se eliminan.

A pesar de las ventajas en cuanto a aprovechamiento de las materias primas,


economía energética y uso racional de los recursos naturales, existen no pocos
obstáculos que limitan el fomento del reciclaje:

- Barreras técnicas.

- Presencia de sustancias tóxicas.

- Ausencia de estándares.

- Temas relacionados con la imagen y la calidad.


Desde el punto de vista ecológico, un análisis del ciclo de vida sería muy
importante para saber si, por ejemplo, contamina más el reciclado de una lata
(aunque su recuperación es sencilla, debe sufrir una serie de operaciones de
limpieza y tratamientos con nueva generación de residuos, antes de su entrega
a la fundición) o su deposición en vertedero controlado. Si se habla en términos
económicos, la tarea resulta más fácil, pues únicamente hay que conocer el
precio de mercado y compararlo con los gastos de recogida y limpieza.

3.1.3 Política futura en la gestión de los residuos

Considerando todo lo visto hasta ahora, se puede decir que la gestión futura de
los residuos se centrará en tres líneas básicas de actuación jerárquica:

1. Prevención:

Se fomentará la minimización de residuos como herramienta básica de


prevención.

Se intentará impedir en la medida de lo posible que se generen residuos


innecesarios a través del uso de tecnologías limpias, que reduzcan al máximo
posible su producción.

Se promoverá la producción de productos limpios que produzcan el mínimo


impacto posible sobre el medio ambiente. Se promulgará el desarrollo de
productos de larga duración.

2. Recuperación:

Se someterán los residuos generados a un proceso de valorización con el


objetivo de volverlos a introducir nuevamente en el ciclo productivo. Para ello
se fomentará la recogida selectiva, la reutilización, el reciclaje y la
recuperación de materias primas o energía.

Para llevar a cabo esta línea de trabajo es necesario promocionar el desarrollo


de las técnicas de reutilización y reciclaje, optimizar estos procesos, reducir los
costes externos de estos trabajos y, por último, dar salida a los productos
reutilizados y reciclados.

3. Eliminación segura:

Una vez ejecutados todos estos procesos de tratamiento, los residuos que no
se hayan podido aprovechar deberán ser depositados en vertedero controlado
o incinerados con las debidas garantías marcadas por la legislación al
respecto.

La forma más barata de gestionar los residuos consiste en no


producirlos.
3.2. Características y composición de residuos urbanos, industriales,
hospitalarios y peligrosos.

3.2.1. Residuos urbanos

Desde la aparición de las primeras sociedades urbanas, las basuras se han


convertido en una de las preocupaciones ambientales más importantes.

Este problema se origina por el cambio de la sociedad hacia unos ideales


consumistas que comportan un desmesurado aumento del volumen de basuras
domiciliarias. Dichas basuras están formadas por productos de poca duración
(embalajes, envoltorios y envases de todo tipo) y difícilmente reutilizables.

La solución a estos problemas tiene varias vertientes:

- La adopción de acciones preventivas que eviten la fabricación de productos


de poca duración.

- La adopción de medidas de tratamiento de los residuos que posibiliten


encajarlos en su ciclo natural de descomposición.

- La adopción de medidas legales y fiscales destinadas a racionalizar el


consumo.

3.2.1.1 Producción de residuos sólidos urbanos

Las cantidades de residuos sólidos urbanos generadas por habitante y día no


son uniformes, sino que dependen de varios factores como pueden ser:

- El nivel de vida: en los barrios de nivel de vida más elevado los residuos son
mucho más abundantes y diversos que en los barrios más pobres.

- La localización: la producción de los residuos sólidos urbanos varía


dependiendo de la zona.

- La variación estacional: en verano se consumen más frutas y verduras


incrementándose la producción de residuos con un alto contenido en materia
orgánica, mientras que en invierno aumenta la producción de cenizas.

Por ejemplo, en España es de 1,3 kg/hab·día, es decir, una media de 0,35 t por
persona y año, a diferencia de otros países como Perú en que la tasa oscila de
0,5 a 0,6 kg/hab·día o México con 0,8 kg/hab·día.

3.2.1.2 Caracterización de los residuos sólidos urbanos

La caracterización de los residuos sólidos urbanos es uno de los temas de


mayor trascendencia en el desarrollo de un proyecto de gestión, ya que a partir
de la descripción de un residuo se pueden proponer diversas rutas de
tratabilidad y disposición final.
La tabla 3.2.1.2-1 ilustra los principales parámetros cuantitativos y cualitativos
necesarios a la hora de caracterizar un residuo sólido urbano.

PARÁMETROS QUE DEFINEN LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS RSU

Cualitativos Cuantitativos

Composición Inflamabilidad Volumen

Concentración de
Zonificación Producción per cápita
orgánicos

Porosidad Reciclabilidad Densidad

Concentración y% de fracciones que lo


Densidad Putrescibilidad
integran

Peso específico Biodegradabilidad Toxicidad

Humedad Reactividad Manejabilidad

Olor Compresibilidad

Solubilidad Relación C/N

Volatilidad Poder Calorífico

Tabla 3.2.1.2-1. Parámetros cuantitativos y cualitativos de caracterización de los RSU.

3.2.1.3 Composición

A diferencia de lo que ocurre en el ámbito de la generación de residuos


industriales, los hábitos en la generación de RSU son muy similares de unas
ciudades a otras.

Con el fin de hacerse una idea de la composición y porcentaje de las fracciones


de RSU que se generan una gran ciudad, en la Tabla 3.2.1.3-1 se muestra el
ejemplo de la ciudad de Sevilla (España).

FRACCIÓN %

Materia orgánica fermentable 37,8

Papel/cartón 23

Plásticos 14,3

Vidrio 8,9

Loza/tierra/cenizas 2,9
Madera 1,6

Metales férricos/no férricos 2,8

Bricks 1,4

Otros 7,3

Total 100

Tabla Composición de los RSU en la ciudad de Sevilla (España) en el año 2005. Esta
3.2.1.3-1 composición puede sufrir importantes modificaciones en virtud de varios factores,
aunque es bastante orientativa. Fuente: LIPASAM (2005).

Tal y como se puede observar, los residuos municipales están constituidos por
un conjunto de materiales muy heterogéneos. No obstante, para
caracterizarlos, se pueden dividir en una serie de categorías recogidas en el
siguiente cuadro.

Materia orgánica fermentable: está constituida por los residuos orgánicos propios del hogar,
que se producen principalmente en las cocinas por la manipulación, preparación y consumo de
la comida, y también por los residuos provenientes de productores singulares como pueden ser
los mercados municipales, restaurantes, hoteles, grandes superficies, etc...

Residuos de jardinería o poda: ya sea a nivel privado o municipal. En algunas bibliografías se


suele incluir conjuntamente a la materia orgánica fermentable.

Papel y cartón: comprende diarios, revistas, cartones y papel escrito o de ordenador como
más importantes. Presentan diferentes características en función de su composición, uso, etc...

Vidrio: incluye residuos provenientes fundamentalmente de envases de un solo uso como


pueden ser los de refrescos, conservas, comida para niños, vinos y licores.

Plásticos: proceden esencialmente de envases y embalajes. Los que más frecuentemente


encontraremos en los residuos sólidos urbanos son polietilenos de baja densidad (procedentes
de bolsas, sacos, juguetes,...), polietilenos de alta densidad (como cables, envases, embalajes,
botellas de leche, cascos,...), propilenos (formados por componentes de automóviles, utensilios
del hogar, cuerdas y varios tipos de envases), poliestirenos (componentes de
electrodomésticos, juguetes y utensilios de hogar), policloruros de vinilo, polietileno y
poliuretano.
Metales: incluye latas de bebida y pequeños objetos domésticos metálicos.

Textiles: como ropa, trapos, restos de tapicería, etc...

Voluminosos: se consideran como tales los muebles, los colchones, los electrodomésticos de
línea blanca y, en definitiva, los residuos que por su gran volumen no pueden ser evacuados
por los medios convencionales utilizados en los residuos urbanos.

Escombros: se engloban en este apartado los residuos que se producen en pequeñas obras
domésticas. Aquí no se incluyen los residuos procedentes de la construcción, ya que tienen
una regulación específica.

Peligrosos: en este epígrafe se incluyen todos aquellos residuos que por su composición
química o por sus propiedades físicas presentan unas características de peligrosidad para el
medio ambiente o para la salud de las personas, que hace que se tenga que plantear una
gestión especial. Aquí se incluirían algunos componentes de los residuos eléctricos y
electrónicos (equipos de rayos UVA, por ejemplo).

Otros: incluye residuos no considerados en los apartados anteriores o de difícil clasificación.

3.2.2 Residuos industriales

Toda actividad industrial transforma las materias primas en productos,


produciendo en mayor o menor medida pérdidas de eficiencia en forma de
residuos. Por tanto, se hace necesario que toda organización deba tener
presente en sus actividades un plan de gestión óptimo de los residuos que
produce.

Todo lo que no sea producto es pérdida de eficiencia y ello tiene un


coste económico.

Por ejemplo, una empresa debe conocer si sus residuos están considerados
como peligrosos, sus obligaciones como productor y los pasos a seguir para su
correcta gestión de acuerdo a la legislación vigente1. A menudo se asocia
residuo industrial a residuo peligroso. Tal y como se verá esto es un error pues
hay residuos generados por la industria que no están clasificados como tales
(envases o embalajes que no hayan contenido productos peligrosos, plásticos,
aguas de lavado de bebidas, etc.) ni tampoco todos los residuos peligrosos se
generan en la industria, como se mencionó a la hora de clasificar los RSU. Una
vez hechas estas matizaciones, se está en condiciones de definir qué se
entiende por residuo indutrial: Según la legislación española, se define como
residuo industrial "cualquier material sólido, pastoso o líquido, resultante de
un proceso de fabricación, de transformación, de utilización, de consumo o de
limpieza que el productor o el poseedor del mismo lo destina al abandono". Se
excluyen expresamente los afluentes gaseosos que se emiten a la atmósfera y
los que se eliminan como aguas residuales. Dentro de esta tipología de
residuos no se incluyen:

- Los residuos domésticos.

- Los residuos hospitalarios y clínicos.

- Los residuos derivados de la actividad minera.

- Los residuos radiactivos.

- Los residuos no industriales derivados de actividades agrícolas o ganaderas.

- Los efluentes gaseosos.

- Las aguas residuales.

Elías (2000) distingue entre residuo industrial y subproducto2:

Un residuo industrial es "un residuo generado en los procesos industriales


que no tiene la posibilidad de reciclarse, recuperarse o reutilizarse en la propia
planta, por ser imposible, no existir la tecnología necesaria para ello o no tener
salida al mercado, por su coste o no conocerse sus posibilidades". Un
subproducto es "un residuo que se obtiene en un proceso de producción, con
un valor más reducido que el del género principal, y que se puede utilizar
directamente como materia prima de otra producción o como sustituto de
productos comerciales y que puede ser recuperable sin necesidad de
someterlo a operaciones de tratamiento". Por tanto, desde el punto de vista
industrial, se entiende por tratamiento: "todos aquellos procesos que tienen
como fin reducir la toxicidad del residuo, pero cuyo final es el vertedero" (Elías,
2000).

En consecuencia, puede definirse el ciclo de los residuos dentro de los


procesos industriales tal y como se ilustra en la figura 3.2.2-1
Figura 3.2.2-1: Ciclo de los residuos industriales.
3.3. Gestión integral de residuos sólidos urbanos RSU: generación,
recolección, disposición y tratamiento. Normativa legal.

La gestión integral de los RSU se puede definir como el conjunto de


operaciones que tienen como fin proporcionar a los residuos producidos en una
zona el destino global más adecuado, desde el punto de vista ambiental y
sanitario y en concordancia con sus características, volumen, procedencia,
coste del tratamiento, posibilidades de recuperación y de comercialización y,
respetando las directrices administrativas existentes en este campo.

La figura 3.3-1 ilustra un esquema del proceso de gestión integral de los RSU.

Figura 3.3-1: Fases de la gestión integral de residuos sólidos urbanos.

Pre-recogida de los RSU

La forma en la que los ciudadanos depositen los RSU resulta decisiva para que
el servicio de recogida municipal sea rápido, higiénico y económico. Es por ello
que los ayuntamientos, a través de ordenanzas municipales, han implantado
las prescripciones técnicas mínimas de presentación de los residuos sólidos
urbanos en las condiciones higiénicas más idóneas, y en las horas y lugares
establecidos para ello.

Hoy por hoy, los recipientes más utilizados para depositar los residuos sólidos
urbanos al paso de los camiones de recogida municipal son los siguientes:

• Bolsas o sacos desechables. Normalmente son de plástico y, a pesar de que


tienen las ventajas de que se suprime la operación de devolución y la de
lavado del contenedor habitual, tienen el gran inconveniente de que se rompen
fácilmente, ensuciando la calle. Actualmente su uso es cada vez más reducido.

• Cubos de basura. Hasta hace poco tiempo era el sistema de recogida más
utilizado. Con este sistema se solucionan los inconvenientes de la recogida de
las bolsas de basura, pero presentan como desventaja que su manejo precisa
de un gran número de operaciones y de, al menos, dos operarios.

• Contenedores de dos ruedas. Éste es un sistema innovador y se está


implantando mucho por su gran eficacia. Posee muchas ventajas como su gran
maniobrabilidad (facilitando enormemente las tareas de recogida), su rapidez y
su resistencia. No obstante, este tipo de recogida exige un equipo
elevacontenedor en el camión de recogida, acceso fácil desde el camión y un
sistema de mantenimiento y limpieza de los contenedores.

• Contenedores de cuatro ruedas. Poseen una capacidad de carga mayor que


los anteriores sistemas y disfrutan de las mismas ventajas que los
contenedores de dos ruedas, aunque su gran capacidad y peso hacen
necesaria una recogida totalmente automatizada. Este sistema de recogida es
el más utilizado en ciudades y urbanizaciones.

• Contenedores de gran capacidad. Poseen mucha más capacidad que los


anteriores (tienen de 5 a 30 m3 de capacidad) y van equipados con un equipo
autocompactador que permite una reducción de 2/3 del volumen de los
residuos. En ellos se pueden depositar residuos voluminosos y se utilizan
principalmente en los grandes conjuntos de viviendas, en mercados y en
hospitales. Con este tipo de contenedores lo que se pretende es reducir el
número de transportes necesarios.

• Contenedores para la recogida selectiva. Están concebidos para recibir


exclusivamente un solo tipo de residuo: vidrio, latas, cartones o papeles,
plásticos, entre otros, por lo que se instalan en sectores estratégicos de la
ciudad para favorecer la recogida selectiva de aquellos residuos que es
interesante someter a procesos de recuperación.

Recogida y transporte de los residuos sólidos urbanos

La recogida y transporte de los RSU comprende la serie de operaciones que es


preciso realizar para la retirada de los residuos, partiendo desde el punto en el
que se ha abandonado el producto hasta la descarga o entrega en el lugar de
eliminación o en la instalación de aprovechamiento.

Dentro del problema global de los RSU, la recogida constituye la fase de más
envergadura y en algunos aspectos la más importante, pudiendo llegar a
representar entre el 70 y el 90% de los costes del servicio.

En la elaboración de un plan de recogida tenemos que intentar que ésta sea


rápida y eficaz, por lo que hay que considerar los siguientes aspectos:

- Características de los residuos a recoger.

- Variaciones estacionales de la cantidad de residuos sólidos urbanos


producidos.

- Infraestructura urbana y urbanismo.

- Distancia al centro de eliminación o descarga.

- Normalización de contenedores o recipientes.

Una vez depositados los residuos sólidos urbanos en los recipientes antes
descritos, ha de procederse a su carga en vehículos adecuados para
transportarlos a los distintos Centros de Tratamiento.
En la actualidad se dispone de una amplia gama de vehículos, tanto en tamaño
como en posibilidades técnicas, que permiten adoptar soluciones en todos los
casos, ya sea la recogida en el interior de los núcleos urbanos como en
recorridos con puntos diseminados. Los camiones recolectores-compactadores
permiten abarcar rápidamente gran cantidad de basuras (pueden reducir entre
3 y 5 veces el volumen de los residuos), realizar las operaciones de recogida
con una gran limpieza, facilidad de descarga y seguridad.

El sistema de recogida más implantado actualmente es el de la recogida


mecanizada en contenedores de cuatro ruedas distribuidos por manzanas o
grupos de viviendas. Este sistema supone un mayor esfuerzo de
desplazamiento para el usuario aunque, sin embargo, reduce mucho los
tiempos de la operación de recogida, aumentando el rendimiento de los
operarios.

La recogida neumática constituye un sistema novedoso que también acepta la


recogida selectiva de residuos. Consiste en una serie de buzones conectados
por una red subterránea de conductos por las que circula aire comprimido en
horas preestablecidas y que impulsa las bolsas de basura hasta unas centrales
de recogida, desde donde se trasladan por carretera a los puntos de
tratamiento o eliminación.

Por último, para un óptimo funcionamiento del sistema de recogida se hace


imprescindible contar con la colaboración ciudadana y para ello se deberán
realizar constantes campañas de concienciación.

Recogida selectiva

La recogida selectiva consiste en la organización de un servicio particular de


recogida para cada uno de los elementos que se quieren recoger
separadamente (vidrio, papel, plástico, etc...). Tras la recogida selectiva debe
haber un proceso de recuperación de materiales que posteriormente se
reciclarán. Este modelo de recogida parte de dos suposiciones:

1. Participación ciudadana, al depositar en distintos recipientes los diferentes


materiales que conforman los RSU. Se requiere un grado de concienciación y
colaboración ciudadana elevados.

2. La recogida por separado en vehículos adaptados para ello.

La tendencia actual de los municipios es la de organizar dos sistemas de


recogida independientes: la recogida ordinaria de los residuos sólidos urbanos
y la recogida selectiva.

Plantas de transferencia

En determinadas situaciones, las exigencias económicas y medioambientales


exigen transportar los residuos a lugares alejados con la finalidad de reducir al
mínimo los impactos. Cuando esto ocurre, los camiones de recogida
convencionales no pueden realizar estos servicios, ya que no sería rentable.
La idea básica de una estación de transferencia es la de trasladar los residuos
a una planta central de descarga, para transportarlos posteriormente, con
medios adecuados para largos recorridos (camiones, ferrocarriles, etc...) a los
puntos de tratamiento o eliminación. Con este planteamiento se consiguen
disminuir los costes del sistema de recogida al minimizar los costes de
transporte y al reducir los tiempos muertos ocasionados por el traslado hasta la
planta o vertedero.

En la figura 3.3-2 se ilustra el funcionamiento de una planta de transferencia.

Figura 3.3-2: Esquema de funcionamiento de una planta de transferencia.

Las plantas de transferencia están compuestas por una plataforma elevada de


unos tres metros en relación al nivel del suelo. Los camiones de recogida
acceden a esta plataforma por una rampa de acceso y allí maniobran para
vaciar la carga sobre unas tolvas, las cuales descargan por gravedad los
residuos sobre contenedores de gran capacidad (de 25 a 50 m3). En la base de
estas tolvas existen unos compactadores que compactan la basura reduciendo
su volumen y aumentando la capacidad de carga de los contenedores. Una vez
llenos, estos contenedores son evacuados con camiones apropiados hacia el
Centro de Tratamiento.

En general se estima que es necesaria una planta de transferencia cuando se


genera una cantidad importante de residuos y el Centro de Tratamiento se
encuentra a una distancia superior a 15-20 km.

Tratamiento integral de los residuos sólidos urbanos

Se entiende como tratamiento de residuos el conjunto de operaciones


encaminadas a su eliminación o aprovechamiento de los recursos contenidos
en ellos. Por ejemplo, supongamos que una familia de nivel de vida medio
genera un determinado volumen de RSU con una composición de:

- 41% de fracción fermentable.

- 45% de fracción combustible (RDF).

- 14% de inertes.
Una gestión integral de los RSU se basará en una recogida selectiva de la
fracción fermentable para la producción de compost; la recogida selectiva de
vidrio para reciclaje; la incineración de la fracción combustible y, finalmente, el
depósito en vertedero controlado del rechazo de la planta de tratamiento
(figura 3.3-3).

Figura 3.3-3: Posibles tratamientos de los residuos sólidos urbanos: vertido controlado,
incineración, recuperación de materiales y compostaje de la materia orgánica.

Aunque algunos de estos tratamientos serán objeto de estudio en el siguiente


capítulo, en la tabla 3.3-1 se adelantan las ventajas e inconvenientes de cada
uno.

MÉTODO VENTAJAS INCONVENIENTES

Ahorro de espacio en vertedero.


Consumo de energía.
Ahorro de materias primas, energía y
Emisión de CO2.
emisiones.
Malos olores.
Recuperación de materia orgánica y
Valorización: Problemas de comercialización del
NPK en los ciclos del suelo.
compost y del material reciclado.
Baja producción de efluentes.
- Genera un desecho.
Buena percepción social a nivel
Compostaje. Eficacia baja o mediana.
- Reciclado. general.
Inversiones altas.
El desecho llevado a un vertedero
Localmente, la percepción social
produce menos efluentes y menos
puede ser mala.
emisiones.

Ocupación del territorio.


Bajo consumo energético. Emisión de metano y CO2.
Posible utilización energética del
Vertedero Malos olores.
metano producido.
Posibles problemas de estabilidad al
Inversiones más bajas.
cabo de unos años.
Generación de efluentes líquidos y
gaseosos.
Uso ineficiente de los materiales de
los RSU.
Mala percepción social.

Emisión de CO2 y otros contaminantes


Alta recuperación de energía. atmosféricos.
Incineración Ahorro de vertedero, aunque las Generación de cenizas.
cenizas sí se han de llevar. Inversiones muy altas.
Muy mala percepción social.

Tabla Ventajas e inconvenientes de los diferentes métodos de tratamiento de los residuos


3.3-1 sólidos urbanos: valorización, vertido e incineración.

3.4 Gestión integral de residuos industriales: generación, manejo


almacenamiento, transporte y tratamiento, disposición final. Normativa
legal.

Se entiende por gestión de los residuos industriales "la recogida, el


transporte, el almacenamiento, la valorización, el tratamiento, la disposición del
rechazo y la comercialización de este tipo de residuos. No se considera como
gestión las operaciones de reciclaje en origen de los residuos que se
incorporan al proceso productivo que los ha generado" (Real Decreto
833/1988).

En la figura 3.4-1 se muestra un esquema del proceso de gestión de los


residuos industriales.
Figura 3.4-1: Esquema del proceso de gestión de los residuos industriales.

Agentes implicados en la gestión de residuos industriales

Los diferentes agentes implicados en la gestión de los residuos industriales son


el productor y/o poseedor, el transportista y el gestor de residuos.

• Productor y/o poseedor. Es la persona, física o jurídica, que en su actividad


produce residuos (como productor inicial), efectúa operaciones de tratamiento
previo, de mezcla o de otro tipo, que ocasionan un cambio en la naturaleza o
composición de estos residuos y quien los tiene en posesión y no tiene la
condición de gestor de residuos. Éste tiene la obligación de garantizar que
estos residuos se gestionen de acuerdo con lo que establece la normativa
vigente.

OBLIGACIONES DEL PRODUCTOR DE RESIDUOS

Estar debidamente autorizado.

Reportar a la Administración la Declaración Anual de residuos, especificando el volumen,


características y destino final de los residuos peligrosos producidos.

Separación y clasificación adecuada de los residuos peligrosos.

Envasado de los residuos peligrosos conforme dicte la legislación al respecto.


Llevar un registro de la producción y su destino.

Reportar toda la información necesaria al gestor de residuos.

Informar de forma inmediata a la Administración en caso de accidente, pérdida o desaparición


de los residuos peligrosos.

• Transportista. Es la persona, física o jurídica que, con la autorización


correspondiente del organismo competente, realiza la operación de traslado de los
residuos desde el lugar de generación hasta las plantas de reciclaje, tratamiento o
deposición del rechazo.

• Gestor de los residuos. Es la persona, física o jurídica, que, con la autorización


del organismo correspondiente, lleva a término la valorización, el tratamiento o la
disposición del rechazo de los residuos industriales.

Caracterización de los residuos industriales

Por caracterización se entiende "el conjunto de operaciones destinadas a


definir las características físicas, químicas y biológicas de un residuo, a partir
de las cuales se puedan tomar decisiones para incluirlo en uno de los sistemas
de gestión de residuos industriales para evaluar su potencial efecto ambiental".

La caracterización de residuos comporta un proceso analítico que se realiza en


laboratorios acreditados, en los cuales se determinan los parámetros
constitutivos del residuo según:

• Criterios de contenido. Dan una idea de la composición y expresan el


riesgo potencial de contaminación. Son análisis realizados sobre el
mismo residuo.

• Criterios de comportamiento. Permiten conocer el comportamiento


frente a situaciones simuladas, próximas a las que se verá sometido en
la realidad. Son análisis realizados sobre un extracto de residuo
obtenido mediante el test de lixiviación y pruebas similares.

En la figura 3.4-3 se muestra la metodología seguida para caracterizar y


analizar un residuo industrial y clasificarlo en la categoría correspondiente.
Figura 3.4-3: Metodología para la caracterización de los residuos industriales.

Clasificación de los residuos industriales

Existen numerosas clasificaciones de los residuos industriales, según


diferentes criterios. No obstante, desde el punto de vista de su gestión, una
buena clasificación es la que proporciona la Junta de Residus del Departament
de Medi Ambient en Catalunya (España), que establece la siguiente
clasificación de los residuos industriales en función de sus características y
propiedades intrínsecas:

• Residuos inertes. Son aquellos que por sus características no


ocasionan riesgo de contaminación directa.

• Residuos asimilables a urbanos. Tal y como su propio nombre indica,


son aquellos que, a pesar de provenir de la industria, pueden ser
tratados como RSU (cartones, papel, plásticos, etc.).

• Residuos especiales o tóxicos y peligrosos. Son todos aquellos que


proceden de la actividad industrial o comercial y que, por sus
características nocivas, tóxicas o peligrosas o por su grado de
concentración, requieren de un tratamiento específico y de un control
periódico de sus efectos nocivos potenciales sobre el medio ambiente.

El ramo industrial es el sector que produce un mayor número de residuos


peligrosos, aunque las cantidades generadas no suponen más de un 20-25%
del total de los residuos de la industria (Montañés, 2005); no obstante, la
amplitud y diversificación de este sector hace que su significación sea alta.
La inclusión de un residuo dentro de una de estas categorías condiciona el tipo
o la vía de gestión, desde el transporte del residuo hasta los requisitos
aplicables sobre las instalaciones autorizadas para su tratamiento.

Para determinar la vía correcta de gestión de los residuos industriales, deben


conocerse las características constitutivas del residuo.

Si alguno de los productores de residuos industriales tóxicos y peligrosos cree


que su residuo no merece esta clasificación, tendrá que demostrarlo según las
indicaciones de la legislación vigente y pasar un test estándar de lixiviación y
bioensayo homologados.

Esta tipología de residuos tiene un tratamiento individualizado, ya que vienen


condicionados por sus características de peligrosidad, los constituyentes que
puedan dar este carácter tóxico o peligroso, la actividad o el proceso en el que
se genera este residuo y las cantidades producidas, entre otros.

Alternativas para la gestión de los residuos industriales

A continuación se citan las alternativas más usuales para la gestión de los


residuos industriales.

- Comercialización. Se entiende como tal la operación de venta o


transferencia de subproductos y materias o sustancias recuperadas para
incorporarlas al proceso productivo.

- Reciclaje de los residuos industriales. Es la recuperación y/o reciclaje de


determinadas materias o sustancias contenidas en los residuos industriales
(aceites usados, disolventes, metales, bidones,...).

- Tratamiento. Incluye las operaciones que tienen como fin último la


disposición en vertedero controlado. Las más relevantes son:

- Tratamiento físico-químico. Este tratamiento engloba todas aquellas


operaciones orientadas a la reducción o neutralización de la toxicidad asociada
a los residuos y el acondicionamiento de los que posteriormente se tengan que
destinar a un vertedero.

- Estabilización. Es el conjunto de operaciones y procedimientos que se


utilizan para la fijación de los compuestos solubles (lixiviables) de los residuos,
con el fin de obtener un residuo final sólido y estable admisible en un vertedero
de residuos industriales.
- Oxidación húmeda. Es la descomposición de compuestos orgánicos por la
acción del oxígeno a temperaturas comprendidas entre 150-350ºC y presiones
elevadas (10-220 bar).

- Disposición del rechazo. Puede realizarse según los siguientes sistemas:

- Incineración. La incineración es el proceso térmico que se utiliza para la


descomposición térmica vía oxidación de los residuos industriales para
convertirlos en menos voluminosos, menos tóxicos y menos perjudiciales.

El campo principal de aplicación en la incineración de los residuos industriales


lo constituyen los residuos industriales orgánicos líquidos y pastosos, siempre y
cuando no contengan proporciones peligrosas de elementos susceptibles de
generar gases tóxicos. No obstante, también se pueden incinerar residuos
sólidos industriales.

- Inertización. Consiste en la estabilización de los lodos o cenizas con el fin de


obtener unos residuos químicos insolubles y sin reacción, de manera que
garanticen su seguridad al destinarlos a depósitos controlados.

Las tecnologías más utilizadas son la solidificación con cal, asfalto, productos
bituminosos, plástico y cemento, entre otros.

- Depósito controlado. El funcionamiento de un vertedero controlado de


residuos industriales es idéntico al de un vertedero de residuos municipales.
Únicamente hay que apuntar que en el caso de residuos tóxicos o peligrosos,
además de unos requerimientos de localización, características del terreno,
control y explotación más rigurosos, se hace necesaria una inertización previa
de los mismos antes de ser depositados en el vertedero con el fin de no dañar
el medio ambiente.

El criterio que debe seguirse para la elección de este tipo de tratamiento es el


de reservar su aplicación a los casos en los que no haya otra solución de
tratamiento seguro. Por lo tanto, sólo se aplicará a residuos incombustibles o
de difícil combustión, de tratamiento físico-químico o biológico imposible o que
se produzcan en cantidades escasas y no permitan la mezcla con otro tipo de
residuos para un tratamiento conjunto.

En la figura 3.4-2 se ilustra de forma esquemática las diferentes alternativas


que puede tomar un residuo a la hora de ser gestionado correctamente.
Figura 3.4-2: Alternativas más importantes en la gestión de los residuos industriales.

Reciclaje de los residuos industriales

La valorización económica o reciclaje de los residuos industriales no es una


solución milagrosa para la resolución total de los problemas que generan, pero
es un buen punto de partida. La valorización opera sobre los residuos ya
generados y su objetivo es conseguir que estos residuos no sean considerados
como tales.

Así pues, la función vital de la valorización es la de conferir un valor económico


a un residuo que, por estar destinado al abandono, carece de él. Este valor que
pueden adquirir los residuos industriales viene dado por la adquisición de
importancia como materia prima en otro proceso productivo al poder ser
reutilizado, inalterado o transformado de cualquier forma. Un ejemplo claro es
la regeneración de aceites lubricantes ya utilizados o la regeneración de
disolventes usados.

Existen una gama importante de tecnologías probadas para el reciclaje de


residuos, las más importantes son:

- La absorción.

- La adsorción.

- El intercambio iónico.

- La ceramización.

- Las vitrifiicación.

- Estabilización y solidificación.

- Sistemas mixtos.
- El compostaje.

Las empresas generadoras de residuos que puedan ser reutilizados en otros


procesos productivos, pueden ofrecer estos residuos como materiales útiles
para otras empresas. El aprovechamiento de todos estos subproductos
residuales de las industrias puede ser gestionado a través de las Bolsas de
Subproductos. Éstas funcionan como instrumentos multisectoriales que deben
ser impulsados desde las Administraciones y que funcionan como mercados de
encuentro de oferta y demanda de residuos, con una clara finalidad de evitar
una gestión innecesaria y un impacto sobre el medio ambiente.

Las líneas principales de trabajo en este tipo de tratamiento van orientadas


hacia los siguientes tipos de residuos:

- Regeneración de aceites usados.

- Recuperación de disolventes.

- Recuperación de metales.

- Recuperación de envases industriales.

- Aprovechamiento de residuos cárnicos.

- Valorización de neumáticos usados.

- Valorización de polvos de acerería en la fabricación de materiales cerámicos.

- Aprovechamientos de cenizas procedentes de centrales térmicas.

- Valorización de vehículos usados.

- Valorización de baterías.

- Otros productos.

- Neutralización de ácidos y bases.

- Separación de emulsiones agua-aceite.

- Oxidación de residuos de bajo contenido en compuestos orgánicos.

3.6 Gestión integral de residuos peligrosos: almacenamiento, transporte y


disposición final.

Dentro de los residuos sólidos urbanos existe un grupo que, por sus
características especiales, requieren ser gestionados con criterios diferentes a
los tratados hasta el momento: los RSU tóxicos y peligrosos.
Generalmente, la composición de estos residuos contiene sustancias tóxicas y
peligrosas, lo que significa que cuando se tiran a la basura, se está provocando
un considerable daño al medio. Estos residuos engloban generalmente a
medicamentos caducados, fluorescentes y luces de vapor de mercurio, aceites,
neumáticos, baterías, disolventes, pinturas, barnices, pilas y electrodomésticos
que contengan sustancias tóxicas.

Algunas de las características de los residuos tóxicos y peligrosos son las


siguientes:

- No son biodegradables o persisten en la naturaleza.

- Pueden acumularse biológicamente.

- Pueden ser letales.

- Pueden, de otra forma, causar o tender a causar efectos perjudiciales


acumulativos.

Una estimación sobre la cantidad de residuos municipales


especiales generados en diversas ciudades europeas ofrecía una
cifra entre 1,5 y 5 kg/hab/año.

Las propiedades de los materiales residuales que han sido utilizadas para
valorar si un residuo es o no peligroso están asociadas con cuestiones de
seguridad y salud:

- Propiedades relacionadas con la seguridad:

- Corrosividad.

- Explosividad.

- Inflamabilidad.

- Reactividad.

- Propiedades relacionadas con la salud:

- Cancerigenicidad.

- Infecciosidad.

- Irritabilidad (respuesta alérgica).

- Mutagenicidad.

- Toxicidad (venenos).
- Toxicidad aguda.

- Toxicidad crónica.

- Radiactividad.

- Teratogenicidad.

En particular, para definir un residuo peligroso dentro de los RSU, los


municipios normalmente utilizan las siguientes propiedades:

• Inflamabilidad.

• Corrosividad.

• Reactividad.

• Toxicidad.

• Cancerigenicidad.

Esta clasificación, sin embargo, debe ajustarse siempre a la normativa vigente


en el momento de hacer la valoración de los residuos peligrosos.

Como residuos peligrosos, las clasificaciones internacionales involucran: los


residuos listados (si aparece en la lista de peligrosos, se supone tóxico
independientemente de su concentración), los residuos peligrosos
característicos (basados en su inflamabilidad, corrosividad, reactividad y
toxicidad), y otros tipos de residuos peligrosos (mezclas de peligrosos y no
peligrosos, derivados de la gestión de otros residuos y materiales peligrosos
contenidos en los RNP).

COMPUESTOS TÍPICOS PELIGROS

Residuos orgánicos no persistentes:


Toxicidad en el ambiente y biota en la fuente
Aceites, disolventes de bajo PM, pesticidas
o punto de emisión.
biodegradables (organofosfatos, carbamatos, triacinos,
Efectos tóxicos rápidos después de
anilinas, ureas, aceites residuales, y la mayoría de
exposición (agudos y subagudos).
detergentes).

Efectos tóxicos inmediatos (agudos y


subagudos) en la fuente o punto de emisión.
Residuos orgánicos persistentes:
Toxicidad crónica a largo plazo.
Hidrocarburos clorados y aromáticos con PM alto,
El transporte de residuos orgánicos desde la
pesticidas (insecticidas clorados -hexaclorobenceno,
fuente puede producir bioacumulación en la
DDT, DDE, Lindane), PCBs, ftalatos.
cadena alimenticia.
Toxicidad crónica de la biota.

Tabla 3.6-1. Compuestos peligrosos típicos persistentes y no persistentes y peligros asociados.

Asimismo, estos residuos se caracterizan por su dificultad en reconocerlos, ya


que son fácilmente camuflables entre el grueso de los residuos municipales.
Por ello, al estar en pequeñas proporciones entre los residuos sólidos urbanos,
los sistemas habitualmente empleados para eliminar los RSU resultan
inadecuados para este tipo de residuos, de tal forma que sus características
tóxicas pueden llegar a dañar en mayor medida al entorno.

En este contexto, la colaboración del ciudadano es fundamental para proceder


a una recogida adecuada. De esta manera, pueden diseñarse sistemas
basados en:

- La devolución de los productos a los lugares de compra.

- Los puntos limpios fijos.

- Los puntos limpios móviles.

3.6.1 Los residuos hospitalarios

La sanidad es una importante actividad productora de residuos, tanto por su


cantidad como por las características de peligrosidad de algunos de ellos.

Dentro de los residuos clínicos existe una clara diferenciación entre los que
pueden originar riesgo de contaminación biológica y aquellos que no comportan
ningún riesgo. Estos últimos deberán depositarse en recipientes cuyas
características específicas variarán según la naturaleza del residuo que vaya a
eliminarse.

En el ámbito hospitalario, los residuos asimilables a urbanos son


gestionados por los mismos procedimientos que los habitualmente
establecidos para los RSU y con los mismos equipos.

El resto de residuos hospitalarios se recogen en contenedores herméticos y se


llevan a los centros de tratamiento en camiones destinados exclusivamente
para el transporte de este tipo de carga, con caja hermética cerrada y sin
mecanismos de compresión.

Estos residuos se eliminan por lo general mediante el sistema de incineración o


pirólisis, aunque en caso necesario también podrían ser esterilizados en
autoclaves y depositados en un vertedero controlado.

3.6.2 Los residuos eléctricos y electrónicos

En los últimos años los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE)


se han convertido en una importante fracción de los residuos generados en el
ámbito doméstico. Tanto es así que sólo en Europa se generaron en el año
2003 cerca de 4,4 millones de toneladas de chatarra electrónica, cifra que
aumenta un 4% cada año (Recupera, 2004).
Estos residuos contienen cantidades de metales pesados, plásticos no
reciclables, condensadores PCB´s, baterías, etc., que con suerte terminan en el
vertedero en el mejor de los casos.

La primera fase de todo proceso consiste en la separación exhaustiva de


todos los componentes potencialmente peligrosos: condensadores,
circuitos impresos, plásticos que contengan PCB's, relés de mercurio,
amiantos, etc.

De ahí la necesidad de fomentar su valorización, con el fin de reducir la


cantidad de residuos destinada a la eliminación, y economizar así recursos
naturales a través de la reutilización y el reciclaje.

También podría gustarte