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MEAD
organismos individuales que son micmbros de una sociedad; no per¡
el organismo individual aislado de orros organismos individualc¡.
El espíritu surg€ en un proceso social, sólo cuando ese proccro,
como un todo, entra en la experiencia de cualquiera de los individuo¡
dados involucrados €n ese proceso o está presente en elta. Cuando
tal ocurre, el individuo tiene conciencia de sí y tiene un espíritu;
se torna consciente de sus relaciones con ese proceso como un todo
y con los otros individuos que participan en dicho proceso juntr.
mente con é1. Adquiere conciencia de ese proceso en cuanto modi. PARTE III
ficado por las reacciones y las interacciones de los individuos
cluso él misme- que lo están llevando a cabo. La aparición-in- €Vo.
LA PERSONA
lutiva del espíritu o la inteligencia ocurre cuando el conjunto del
proceso social de la experiencia y la conducta es internalizado en 18. L¡ PTNSONA Y EL ORGANISMO
é1, y cuando la adaptación del indíviduo al proceso es modificad¡
y refinada por la p€rcatación o la conciencia que él tiene del propio En nuestra exposición del desarrollo de la inteligencia hemos
proceso. Es mediante Ia reflexión que el proceso social es internali. sugerido ya que el proceso del lenguaje es esencial para el desarrotlo
zad,o en la experiencia de los individuos implicados en él; por de la persona. La persona posee un carácter distinto del organismo
tales medios, que permiten al individuo adoptar la actitud del fisiológico propiamente dicho. La persona es algo que tiene des-
otro hacia é1, el 'individuo está conscientemente capacitado para rrrollo; no está presente inicialmente, en el nacimiento, sino que
adaptarse a ese p¡oceso y plal,a modificar la resultante de dicho pro- surge en el proceso de la experiencia y la actividad sociales, es decir,
ceso en cualquier acto social dado, en términos de su adaptación al
se desarrolla en el individuo dado de resultas de sus relaciones con
mismo. La reflexión, pues, es la condición esencial, dentro del pro- ese proceso como un todo y con los otros individuos que se encuen'
ceso social, para el desarrollo del espíritu. tran dentro de ese proceso. La inteligencia de las formas inferiores
de la vida animal, como gran parte de la inteligencia humana, no
involucra una persona. En nuestras acciones habituales, por ejemplo
?n nuestras idas y venidas Por un mundo que existe simptemente
y al cual estamos adaptados de una manera, que no involucra
ningún pensamiento, existe cierta proporción de experiencia sensorial,
tal como la que tienen las personas cuando acaban de despertar, un
simple "estar allí" 1. Los caracteres que nos rodean pueden existir en
la experiencia sin ocupar su lugar en relación con la persona. Natu-
ralmente, en tales condiciones uno debe distinguir entre la expe'
riencia que tiene lugar inmediatamente y nuestra propia organi-
zacíón de la misma en la experiencia de la persona. Luego de efec-
tuar un análisis, uno dice que cierto objeto tenía su lugar en su
experiencia, en la experiencia de su persona. En forma similar, or-
g"nir"¡¡o, normalmente nuestros recuerdos al hilo de la persona. Si
asignamos una fecha a las cosas, las fechamos siempre desde el punto
de vista de nuestras experiencias pasadas. Frecuentement€ tenemos
1 En el original inglés, therene¡¡' (N. del T.\
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tecuerdos que no ¡rodemos fechar, que no podemos ubicar. De pronto :xpcriencia de la propia lrrsona. Se suponía que la conciencia poseía
se presenta ant€ nosotros una imagen y no podemos explicar dóndc dc algún modo esa iapacidad de ser un objeto para sí misma' Al
tuvo lugar esa experiencia. Recordamos en forma perfectamente dic- proporcionar una explicación conductista de la conciencia tenemog
tinta la imagen, p€ro no podemos ubicarla definidamente, y no nor qu. bor."r alguna clase de experiencia en la que el organismo físico
sentimos satisfechos hasta que ¡ndemos ubicarla en términos dc pueda llegar a ser un objeto para sí mismo 2.
nuestra experiencia pasada. Ello no obstante, creo que es evidente,
Cuando uno corr€ para alejarse de alguien que lo persigue, está
completamente ocupado en esa acción, y su experiencia puede des'
cuando se piensa en esto, que la p€rsona no está necesariamentc
involucrada en la vida del organismo, ni tam¡roco en lo que de- ¡parecer en los objetos que le rodean de modo que no tenga' en
nominamos nuestras experiencias sensoriales, es decir, la experiencia
cse mom€nto, ninguna conciencia de sí mismo' Por supuesto, es
en el mundo que nos rodea, pan el cual tenemos reacciones habi-
preciso que estemos muy absolutamente ocupados para que tal cosa
tuales.
ocurra, Irro creo que podemos reconocer esa clase de experiencia
Podemos distinguir bastante definidamente entre la persona y posible en la que no interviene la persona. Quizá ¡rodamos escla-
el cue4rc. El cuerpo puede existir y operar en forma sumament€ ,..., un po.o ir" situación gracias a las experiencias bn las que'
inteligente sin que haya una persona involucrada en la experiencia.
en una acción sumamente intensa, aparecen en la conciencia del
La persona tiene la característica de ser un objeto para sí, y esa individuo, por detrás de esa intensa acción, recuerdos y anticipa-
característica la distingue de otros objetos y del cuerpo. Es perfec-
ciones. Tolstoi, como oficial durante la guerra, nos relata haber
tament€ cierto que el ojo puede ver el pie, pero no ve ar cuerpo conp
tenido imágenes de sus experiencias pasadas, en medio de sus acciones
un todo. No podemos vernos la espalda; ¡rodemos palpar ciertas
más intensas. Están también las imágenes que atraviesan velocí-
partes de ella, si somos ágiles, pero no podemos obtener una exlx-
simament€ por el espíritu de una persona que se encuentra a pun-
riencia de todo nu€stro cuerpo. Existen, es claro, experiencias un to de ahogarse. En tales circunstancias existe un contratte entre
tanto vagas y difíciles de localizar, wro las experiencias corporales una experiencia que está absolutamente envuelta por una actividad
están para nosotros organizadas en torno a una persona. Ei pie y
exterioi en la que no interviene la persona corno objeto, y una
la mano pertenecen a la persona. Podemos vernos los pies, espe- acrividad de la mcmoria y la imaginación, en la que la persona
cialmente si los miramos desde el lado contrario de un par de bi-
es el principal objeto. La persona es, entonces, entetamente distin-
nóculos de teatro, como cosas extrañas que tenemos dificultad en guible de un organismo rodeado por cosas y actuando con refe-
¡econocer como propias. Las partes del cuer¡ro son completamente
rencia a cosas, incluso partes de su propio cue4ro. Estas últimas
distinguibles desde la lrrsona. Podemos perder partes del cuerpo pueden ser objetos como otros objetos, pelo son objetos simple-
sin sufrir una seria invasión de la persona. La mera capaciclad para
mente presentes en el campo y no involucran una p€rsona que sea
experimentar distintas partes del cuerpo no se diferencia de la expe-
un objeto para el organismo. Pienso que esto frecuentemente se
riencia de una mesa. La mesa presenta una distinta sensación de
pasa por alto. Es este hecho el que torna tan falaces nuestras fecons'
la que experimenta una mano cuando palpa a la otra, pero es una
lrucciones antropomórficas de la vida animal' ¿Cómo puede un
experiencia de algo con lo cual entramos definidamente en con-
individuo salir fuera de sí (experiencialmente) de modo de poder
tacto. El cu€rpo no se exp€rimenta a sí mismo como un todo, en convertirse en un objeto para sí? Este es el problema psicológico
esencial del ser lrrsona o conciencia de sí, y su solución se en-
el sentido en que la persona, en cierto modo, entra en la experiencia
de la persona.
contrará recurriendo al proceso de la conducta o actividad social
Lo que quiero destacar es la característica de la persona como en qu€ la persona o el individuo dado está implicado. El aparato
objeto para sí. Esta característica está representada por el término
"sí mismo", que es un reflexivo e índica lo que puede ser al propio 2 La conducte del hombre en 8u grupo cocial es t¿l, que.él puede convertiree
tiempo sujeto y objeto. Este tipo de objetg es esencialmente distinto .r, ,rtt o¡j.t" fit".i mismo, hecho.{u-e-h1ce- de él r¡ pioducto.más avanzado
-evotutivo
de otros objetos, y en el pasado ha sido distinguido como conscien-
lif á.*.tiili. que loc a¡imales inferiores, Fundamentalmentc,..es este
ñecho soiial no su pretendida posesión .de un alma o- espiritu de que é1, como
te, término que indica una experiencia con la propia persona, una i;dirii;:-h"-ys'idó--istetios" y sóbtenatutalmente dotado v con la que no han
;id; ¡;;á.; los animales inferiores- el que lo diferencia de ellos'
:*

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a sí, sino
de la razón no sería completo, a menos de que se lanzase a sí mis' vierte en parte de su conducta, cuando no sólo se escucha
que se rerpond", se habla y se replica tan-realmente como le replica
mo a su propio análisis del campo de la experiencia; o a menos individuos
de que el individuo se ubicase en el mismo campo experiencial la otra p€rsona, €ntonces t.n.rno, ot'" conducta en que los
se convierten en objetos para sí mismos'
de las otras txrsonas individuales con las cuales actúa en cual'
quier situación social dada. La razón no puede tornarse imper- Tal persona no es primariamente, diría yo's' el organismo fisio-
lógico. Ei organismo fisiológico le es esencial pero al menos nos
sonal a menos de que adopte una actitud objetiva, no afectiva,
es posible pensar en una lxrsona qve carczca de él' Las personas
hacia sí; de lo contrario, tendremos simplemente la conciencia, no
la conciencia de sí. Y es necesario, para la conducta racional, que qo. ....r, en la inmortalidad, o que creen €n fantasmas o en la
una
el individuo adopte de ese modo una conducta objetiva, impersonal, posibilidad de que la persona abandone el cuerpo' suponen
hasta
hacia sí mismo, que se convierta en un objeto para sí. Porque el p"rrot" completamente distinguible del cu€rpo' Es discutible
puede sostenerse con éxito esas concepciones'
pero' en
organismo individual es evidentemente un hecho o elemento cons- i,rJ p""ro
tituyente esencial e importante de la situación empírica en que actúa: rigor, nosotros separamos el cuerpo y el-organismo'-Es-justo.decir
y sin adoptar una visión objetiva de sí mismo como tal, no pucde qi" i comienzo de la p.rson" to-o objeto' hasta donde podemos
actuar inteligente o racionalmente. o.r, .. encontrará ei aqoellat experiencias que condujeron aque la

El individuo se experimenta a sí mismo como tal, no directa' concepción de un "doble". Los pueblos primitivos suponen
mente, sino sólo indirectamente, desde los puntos de vista Particu' un doble, presumiblemente alojado en el diafragma' que
"*iste
abandona el cuerpo temporariamente durante el sueño
y completa-
lares de los otros miembros individuales del mismo grupo social, engaños'
o desde el punto de vista generalizado del grupo social, en cuanto mente en la muerte. Pueie ser sacado del cuerpo, mediante
por el enemigo de uno y qúzá matado' En la infancia es represen-
un todo, al cual pert€nece. Porque entra en su propia experiencia
€omo persona o individuo, no directa o inmediatamente, no con' lJo pot los"imaginarios cómpañeros de juegos que losenniños sus
crean
juegos'
virtiéndose en sujeto de sí mismo, sino sólo en la medida €n que se y g.".i"t a los cua-les llegan a controlar sus experiencias
convierte prirneramente en objeto para sí del mismo modo que
otros individuos son objetos pan él o en su experiencia, y se con' 8a)Todaslaginterrelacioneseinteraccione¡¡ocialegcstán.arrrigrdasen
üt ,^"liáiiri.r¿gT.l'ffiilT q".;;¡;- ¿;"áog todos lo¡ individuos invo'
.i.,," conduct¡ ¡ocial ---que tienen su
vierte en objeto para sí sólo cuando adopta las actitudes de los lucrados en ellas. e"", i*ir'iiri;ldi.;r-¡; la eistem¡ nervioso centr¡l del indi-
il;;;Ei.'i* ¿ü
otros individuos hacia él dentro de un medio social o cont€xto sede o definitivo;ili'"
asiento
de dich¡ conducta' p"tiotttütt-potque cllar en ¡í misr¡ás
vidue- son las b¡ses
o'intiintot o tendencias d¿
de experiencia y conducta en que tanto él como ellos están invo- son sociale¡: es decir, til#.'d;'üü-;t'l;ñl;;;
-iJá¡¡¿uo puede- llevar a cabo ni datles
por oarte ¿"1 dado' au9 no
lucrados. conducta,
ero¡esión m¡nifiesta y -,¡rr1'..ür"rüli'.yoi"
.ooierativa de uno o más-.de loc
La importancia de lo que denominamos "comunicación" reside otios rndividuos. Los pli..T..'iiriJiáei.or'¿. la coiducta. de loc cuales ell¡¡ ¡on
p.o..'i''qi"';;;;;;i;;t"-involucran e más de un individuo'
en el hecho de que proporciona una forma de conducta en la que el mecanismo, .on
ofocesos en los que ot.or individuos, aparte del
el organismo o el individuo puede convertirse en un objeto para individuo d¡do. "rd'if;i;;i¿"J'iái-rit.rr"
EiemplJs'd;'i;;;i;;;.I .*i.l.s iooáamentales que hacln su¡sir (que
estac bases fisiológicas d;u'.ftil;;;;á
;; las relaciones entrc los sexos
sí. Es esa clase de comunicación lo que hemos venido analizando, cxpres¡¡n el instinto t.p;;*;;;t,'cntie
p"¿.te ¿-¡ijo (qoe'expr'san el instinto
no la comunicación en el *ntido del cloqueo de la gallina a los orternal) y entre t".,no"""(i"i'á;p;;:;; .[ii;ttinio"gtciirio)
Estos mecanismog
'apatte.de con¡titui¡
pollitos, o el aullido del lobo a su manada, o el mugido de una ó tendencias fisiológicos ,.¡1i""-"iii-r.nciito. v to¿i-ini"tioi,
ta base fisiolósica p¡ra ,iii'i.-iiiai.i" io.i¡ itr;;;, son también los 1na,111le¡
vaca, sino la comunicación en el sentido de los símbolos signifi- cuando nos r€terrmos a
ti.i&jü';;-;á;;lnttl.J*¿t-it "ituralez¡ humana: así' qitt e¡ esencialmente. social'
cantes, comunicación que está dirigida no sólo a los otros, sino l¡ naturaleza humana, ;;'t;;t;;;;;iiiitná" " ateques-
"tgo y defensas' las actividades
rambién al individuo mismo. En la medida en que ese tipo de comu-
b) Sexual v paternalmente' asi como."en.l-sust.ii¡¿l- áe'que el acto comenzado
del orsanismo fisiológiio'.ü-'.á.i.lo
rlent¡o-del orsanismo t;ig"""t; ;;;;i;ttle-"-* ltt
ttt¡oot* de los otros '-' Pero
nicación es parte de una conducta, introduce por lo menos a una d.el acto-es, en estos casos, social' lo es
persona. Por supuesto, uno puede oír sin escuchar; uno puede ver i"l"iii,i"L,i,tpiiiüJi.Jti!. éir"-ír'i,tot" los estímutos en tas actitudes y
sólo en la medida ." or. ir--"rg"-ni.-o buo. de sus ptopias reacciones' y por
cosas que no advierte, hacer cosas de las que no tiene realmente con- c¿racleret de otras forr"ll"ptt"-ii-i'"-pfttttiat
como pitte' de su propio medio'
medio de su conducta tiend'e a mantenei at otro
ciencia. Pero cuando reacciona a aquello mismo por medio de lo ¡nia.ár en el organismo individual
La conducta ¡eal del *il'i'a? i;;';i;;; no .r(MS)'
cual se.está dirigiendo a otro, y cuando tal reacción ptopia se con- ;;;;:;;-d;';;;6it pauta de conducta
lil!
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Este proceso de abstracción no puede ser llevado a cabo inde- rl]

Lapereona, en cuanto que puede s€r un objeto para sí, cl un público oyente' tiene
esencialmente una estructura social y surge en la experiencia social.
finidarnente. Uno busca inevitablemente
;;;;;i;;;;; ante alguien' En la inteligencia reflexiva' uno piensa lilii i
Dtspués de que ha surgido, una trrsona cn cierto modo se propor-
ciona a sí misma sus exlrriencias sociales, y así podemos concebir
para actuar, y parc
".*t
únicamente de modo que esa acción
siga
se torna prcpa-
iiendo parte de un proceso social' El pensamiento pensamiento es'
ltli j
una persona absolutamente solitaria. Pero es imposíble concebir
nna p€rsona surgida fuera de la experiencia social. Cuando ha sur' ratorio de la acción social' El proceso
naturalmente' una conversación interna
mismo del
que se lleva- a cabo' .Pcro llti
gido, podemos p€ns¡¡r en una percon¿ aislada para el resto de su
esunaconversacióndegestosque'ensucompletación,-involucra
tliill
vida, pero es una persone'que se tiene a sí misma por compañera y oyente' Un9 ecpara
l

la expresión de lo que .rio pitnt" a un público


que puede pensar y conversar consigo misma del mismo modo que lo que está diciendo a
l

El de la conversación ,*i i" significación-de y quiizi iililli


r. fri .o-onicado con otros. proceso a que m€ he referido, de
otros, y la tiene pt.p"ttat "1tttt de decirla'
La piensa'
reaccionar hacia la lrefsona de uno como otros reaccionan a ella, formando parte de li1
de tomar Inrte en la propía conversación con ottos, de ten€r con'
la escribe en forma i. ,ro libro; pero sigue y' al
una relación ,o.irt .rJi";; ;"" se dirige gue uno controla el
a otras personas
ciencia de lo que uno dice y de emplear esa conciencia de lo que ee y tt' lt
dice para determinar lo que ee ditá a continuación, es un proceso
mismo tiempo, a la propia P€rsona'
personas gracias a ú ¡eacción hecha al
hecho de dirigirse a otras
famiiiar para todos nosotros. Continuamente seguimos las palabras que el individuo reac-
que decimos a otra p€rsona con una comprensión de lo que decimos,
propio gesto. Es ,"ttt"'io para la p€rsona
social la que propor-
y empleamos esa comprensión en la dirección de nuestra conversa- cione a sí mismo, y es esta ilast de conducta No
dicha
ción continuada. Descubrimos lo que vamos a decir, lo que varnog
ciona la conducta dt";" de la cual aparece de -persoT' la- lingüística'
conozco ninguna ot,"- io'-t de conducta '
aperte
a hacer, diciendo y haciendo, y en el Proceso controlamos continua- para sí' y' hasta donde puedo
en la que el individui sea un objeto
mente el proceso mismo. En la conversación de gestos, lo que deci- el gntido reflexivo' a menos
ver, elindividuo no es una persona en
mos provoca cierta reacción en otro y, a su vez, cambil nuestr¡ el que confiere una
;;;;.-;;; o' o¡jtto -"- ptt"'ti' Es este hecho
acción, de rnodo que nos aPartamos de lo que comenzamos a hacer li tornonicación' puesto que se trata de un
importancia crítica
debido a la téplica que hace el otro. La conversación de gestos €s frente a sí mismo'
el comienzo de la comunicación. El individuo llega a mantener tipo de conducta .,, lot el individuo reacciona
cotidianas qr¡e un
una conversación de gestos consigo mismo. Dice algo, y eso provoca Advertimos en la conducta y experiencia
parte de lo que hace y dice'
en él cierta reacción que le hace cambiar lo que iba a decir. Uno individuo no quiere significar gran
Frecuentemer,,. ¿..i'noJ- q"t individuo no es él misrno' Nos
comienza a decir algo qu€ €s algo desagr¿d¡fts-, '"i de que hemos omi-
pero cuando está a punto-supongamos
de decirlo se da cuenta de que será cruel. alejamos de una entrevi'á con la conciencia
partes de la persona que no
E[ efecto que produce en él mismo lo que está diciendo, le contiene; tido cosas importantes, de que hay social misma es lo
se produce aquí una conversación de gestos entre el individuo y aparecieron .o lo qot''E diio.La'experiencia t"-::T:t^:-
p€rsona que entra
él mismo. Por conversación significante entendemos que la acción que determin, r" i'oporción de no necesrta ex-
ción. Po, supu"sio, buena parte de la persona
es tal que afx¡a el individuo mismo y que el efecto producido
sobre ci individuo es parte de la puesta en pnictica inteligente de en. tirminoc de nuestra opinión
de que
social adquieren significación singular
la conversación con otros. Por así decirlo, amputamos la fase so- iii'"'r"itiJi;io".¿"r^""i1,'t'.iL.*ri;;".r*if i#Hi:tJ"di.,o!:!ü,üü'f;
cial y Ia dejamos de lado por el molnento, de modo gue uno uno en el lugar de lo: otros' ::t: áe
::T^:-.::",::'::",.;:J;i á-iipi.si"".
los distintos asp?ctos o expresrones de inte-
{. los ottos, oo .. t'tptit'it;i;' ;;
habla consigo mismo como hablaría con otra frersona id**,q;::',l,';;#li'ii'ii****{**f 1*,tt".*¿i'*'-'n.Fi
4 Ge¡c¡almente ¡e trconoce que la¡ exprcrioner de inteligeacia cspc,cíficenrcnte
ti."titS'l*l;:il"lFü,.1pt',"'ll'T",ti;il':iü';;'?"áopta'i""ititud
¡ociales. o el eiercicio de-lo que a'menudo ei tlam¡do "inteligincia rccial", depende advirtiend.ü-áe.iat 'noao.las significaciones
del otro, o I,s act,tolesT. 1o, o.,o,,
ái- U- J"r"ii¿iJ- á.1- in¿iui¿i" dado pa¡e adoptar lor papóles o "porercc en el
i;r;; j;'' t";;ros individuos involuárados coñ ól cn siiuecione¡ soci¡t¿s dadrs, y i';;rü::'lTtu'a*iiliiüli'+l¡t,'¿*n*it+rl¡*ü*iT,:'*'
L-ñ¡¡¿" de-gu ionsieuiente scn¡ibilid¡d a las actitudes de elloc haci¡ ól.y dc lo¡ ir.ión int.tnt, con csos símbolos o gestos' ln'
u""s t¡acie los otros] Es claro que estas erprcsionec de intcligencia cspecíficamente
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presión. Establecemos toda una serie de distintas relaciones con fijar la atención en algo que uno está escribiendo' de modo que
diferentes p€rsonas. Somos una cosa para un hombre y otra para oiiti.. dos líneas distintas de comunicación, y si ello se hace correc-
otro. Hay partes de la persona que existen sólo para la persona tam€nte, se podrá hacer que las dos corrientes fluyan de rnanera
en relación consigo misma. Nos dividimos en toda clase de dic- que no se encuentren. Se puede obtener así dos series enteramente
tintas personas, con teferencia a nuestras amistades. Discutimoc áistintas de actividades. De esa manera' se podrá lograr la disocia-
de política €on una y de religión €on otra. Hay toda clase de dis' ción de la persona del individuo. Es un proceso de- establecer. dos
clases de comunicación que separan la conducta
del indivduo' Para
tintas personas que responden a toda clase de distintas teacciones
sociales. El proceso social mismo es el res¡ronsable de la aparición un individuo s€ trata ¿. ott" cosa dicha oída, y pafa el otro
y
una
de la persona; ésta no existe como una pen¡ona eparte de ese existe sólo lo que ve escrito. Por supuesto' es preciso mantener
tipo de experiencia. ._p"ii*.i" fuera del campo de la otra. Las disociaciones tienen
teidencia a darse cuando un acontecimiento conduce a
perturba-
tfna personalidad múltiple es en cierto sentido normal, como propio
ciones emocionales. Lo que es selnrado sigue por su
ca'
acabo de indicar. Por lo general existe una organización de toda
la persona con referencia a la comunidad a la que pertenecemos y mino.
a la situación en que nos encontramos. Lo que es la sociedad, el La unidad y estructura de la persona completa refleja la unidad
que est€mos viviendo con gente del presente, con gente de nuestra y estructura del proceso social como un todo; y cada una de las
propia imaginación o gente del pasado, varía, ¡ror supuesto, con p.*", elementaies de que está compuesta aquella trrrsona completa
los distintos individuos. Normalmente, dentro de la clase de co- refleja la unidad y estructura de uno de los varios astrrctos de ese
munidad, en cuanto un todo, a la que pert€necemos, existe una p-.Lo
-.rarias en
el que.i irrdiuidoo está involucrado' En otras palabras' las
lrrsona unificada, pero que puede ser quebrada. Para una p€rsona p"rrorr", elementales que constituyen la lrrsona completa' o
un tanto nerviosamente inestable y en la que hay una línea de que es¿n organizadas en ella, son los distintos aspectot¡ de la estruc-
clivaje, ciertas actividades se tornan imposibles, y esa serie de tura de esa persona completa que responden a los distintos as-
actividades pueden separar y desarrollar otra lxrsona. Dos "mí" y pectos de Ia estructura del proceso social como un todo: la estruc-
"yo" separados, dos distintas p€rsonas, resultan de ello, y ésa es tura de la persona .ompl.la es, así, el reflejo del proceso social
completo. La otganiz".iót y unificación de un grupo
la condición para que exista una tendencia a dividir la personalidad. social es
idéniica a la organhación y unificación de cada una
Se conoce un relato de un profesor de educación que desapareció, que
de las per-
quedó perdido para la comunidad, y que más tarde apareció en sonas que surgen dentro del proceso social en el
que dicho grupo
un campamento maderero del oeste. Se liberó de su ocupación y está ocupado o que está llevando a cabo
ó'

se le encontró en el bosque, donde se sentía, si se quiere, más a Elfenómenodeladisociacióndelapersonalidadescausado


sus anchas. El aspecto patológico de la cuestión era el olvido, la por una ruptura de la persona completa, unitaria' en' las personas
omisión del resto de su persona. Este resultado involucraba librarse i. qo. está comPuesta y que resP€ctivamente corresponden a los
de cíertos recuerdos corporales que identificarían al individuo para la
distintos asfrctos del proceso social en que está involucrada
sí mismo. A menudo reconocemos las líneas de ruptura que nos su persona completa o uni-
Ixrson¿ y d.ntro del cual ha surgido
recoruen. Nos agradaría olvidar ciertas cosas, librarnos de cosas
iaria: tales aExctos son los distintos grupos sociales a los que
con las que la persona está unida en experiencias pasadas. Tene- pertenece dentro de ese Proc€so.
mos ahí una situación en la que puede haber distintas p€rsonas,
y ella depende de la serie de reacciones sociales involucradas en 6Launidaddelespíritunoesidéntica-a-launidaddelapetsona..Launidad
lo referente a qué lrrsona s€remos. Si podemos olvidar todo lo ¿. r ñi.Ji"-;;t;.*íiüd"-il; ii o"i¿"¿-de toda la pauia de rel¡ciones de
i" .orráo.r" y l" ro.i"ter en que el individuo está involucrado, y que
involucrado en una serie de activídades, evidentemente dejamos "*p.ri"n.i"
;; ;.fl.j;-.; ia estrúctura de la persona;pero
'fa- m-uchor de los aqpecto¡ o caracteríe.
ticas de todo ese
ta u¡idad del
.rír* "" conciencia, de modo- queinclu¡iva
de lado esa parte de la persona. Tómese a una persona inestable, espíritu e8, en u¡r"rqo.il "" un¡- abstracciót de t¡ unidad má¡
*"1¡¿",- de la
ocúpesela con la conversación y al mismo tiempo oblíguesela a pefsone.
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ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD
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están aquí presupuestos
cituación social y el proceso de la conducta en aqué-
19. L¡ s¡sp cpNÉrtc¡. DE LA PERSoNA por los actos de f"t átgt"it-os individuales involucrados
elemento sepatable' en
llos. El gesto surge .iit ,.'o social como un
sensibilidades hacia
Ahora se presenta el problema de cómo surge, en detalle, un¡ virtud del hecho d. ;;; t' "ttttiot'"do por las gesto en la
persona. Tenemos que destacar algo del fondo de esa génesis. En ól de otros orgarrirmos; no existe meramente comoun gesto para
de
primer lugar, está la conversación de gestos €ntre animales, quc .*p.ii.n.i" del lndividuo aislado. La significación de otro or-
ui orgrrrir-o, repitámoslo, se encontrará en la reacción
involucra alguna clase de actividad coop€rativa. Ahí, el comienzo del acto del primer organis'
del acto de uno es un estimulo para que el otro reaccione dc ganismo a lo que t ti"l toipletación
cierto modo, en tanto que el comienzo de esa reacción se torn¡ lro qo. dicho gesto inicia e indica' construir todo
a su vez un estímulo para que el primero adapte su acción a la A veces hablamos como si una p€rsona pudieseen palabras para tfas-
ponedo
reacción en marcha. Tal es la preparación para el acto completo, un argufnento €n su espíritu y luego tiene lugar
pensamiento
que al final conduce a la conducta, que es el resultado de esa prc' mitírselo a algún otro.'En "álidtd' nuestro que uno posea
posible
paración. Sin embargo, la conversación de gestos no entraña la p"r -.¿i. de alguna clase de símbolos' Ee
"silla" sin que exista un sím-
rcferencia del individuo, el animal, el organismo, a sí mismo. No en su exlrriencia la sü"ifit"ti¿" de
bolo, pero en €se a*o" "o pensaríamos en
"silla"' Podemos sen-
es el actuar de cierta manera lo que provoca una reacción en el orgr' que. hac€mos; es decir' nuestr¿
nismo mismo, aunque se trata de conducta con referencia a la con- tarnos en una silla sin p""üt en lo ya en
ducta de otros. Ernpero, hemos visto que existen ciertos gestos que
a la titt"'tt" sido presumiblemente provocada
"pr."i-".i¿n
experiencia, de modo que la significación
está pr€sente en
afectan al organismo del mísmo modo que af.ectan a otros organismos "r.rri" que posee1"lg"1L clae dc
y pueden, por lo tanto, provocar en el organismo reacciones de igual ella. Pero si uno pi."t" en la silla' tiene
símbolo para ella. it;;;dt sc trat€ dc ia forma de la silla'
puede
otro. Aquí, pues, tenemos una si-
carácter que las provocadas en el
ser la actitua qo. al sentarse' pero lo más probable
tuación en la que el individuo puede por lo menos provocar reac- "lopti "tgoi"" que provoca esa reacción'
ciones en sí y replicar a ellas, con la condición de que los estímulos es que sea algún ti"iuoro áe lenguaje
es que exista alguna clase
sociales tengan sobre el individuo el efecto gue es probable tengan En un proceso de pensamiento "ttt"tio que tien-
es decir,
de símbolo qo. po.ii ieferirse a esa
significación,
en el otro. Por ejemplo, tal es lo que está involucrado en el len- para otras Pñ¡onas en
guaje; de lo contrario, el lenguaje como símbolo significante des' da a provocar esta reacción y servir asimismo
de pensamiento'
aparecería, pu€sto que el individuo no obtendría la significación de .r. *rrti¿". Si no fuese así, no sería un proceso
0'
Nuestros símbolos son todos universales
No se puede decir
lo que dice. cosa que-uno diga'
nada que ,." particular; cualquier
El carácter peculiar poseído por nuestro medio social humano "bsotuirmente está diciendo algo
que tenga alguna tig"ifi*tiá"' es.r¡niversal'
Se
le pertenece en virtud del carácter peculiar de la actividad social, en alguien siempre que el
humana; ese carácter, como lremos visto, se encuentra en el pro-
y que provoca una t""*iOn específica
simbolo exisb para ese alguien' en su experiencia' como existe
ceso de la comunicación, y, más particularmente, en la relación '

triádica en que se basa la existencia de la significación: la relación ;;;; ;"". Exisie el lenguaie hablado v el lenguaje de las manos'
del gesto de un organismo con la reacción adaptativa hecha por otro o El pensamiento sc efcctúa en términostt;ialo oor medio de universale¡' lJn
organismo, €n su capacidad indicativa en cuanto señalador de la Ht*" ;;d;;;iil.
-otg.oi"t.ión iimplemente' el acto ¡ocial
univer¡al interpretado ex e iiterrelación de todo¡ tos
completación o resultante del acto que inicia (siendo la significa- cn cuanto un rodo,-.'i'i"li.it"¡t-lt control de suc reaccione¡ manifiesta¡'
lo¡ bdividuo¡ ¡eufudoa ;';i *;;;1i"cia¡"al interacciones individualcs en un acto
ción del gesto, de tal manera, la reacción del segundo organismo a '##;;;;i"" a. r". ?iriini"r'"i*o¿er .e
social dado, con reterJ,i.t;'il il;;;;;iJ¿i
á. t.r migmas eh cuanto_ ¡ettizadas
él como tal, o como gesto). Lo que, por así decirlo, saca al gesto cuando h¡bramos de
oor ros propios inoividuos, ec lo que-r.Jirr.
queremos significar
fuera del acto social y lo aísla €n cuanto tal que hace de él un universal; V ¿f" ¿'e-tir"rrri"" ir1""r lrt-!.ttüittts reacciones explícitas de
ttt que dicho acto s¿ refiera
algo más que una simple primera fase de un acto -lo individual- es los individuos i""oloilii*'?it!-tJq" *9t"i'
"ila retación de los medios físico¡
.1un oroyecto .orr.r.,I"i."".o'"iq;i.t-;úJ-i.o;o
la reacción de otro organismo, u otros organismos, hacia é1. Tal o
v sociiles para los fin-es-áeseadós) o las.a u-n-a discusión puram€nte abstr¡cta' como'
platónicas'
it-'J"tividaá ideas
reacción es su significación, o le proporciona su significación. La álii'ii"i'" li'iii'r?"-¿t
179
ESPIRITU, PERSONA Y SOCIEDAD
178 GEORGE H. MEAD
en la técnica
de la talla de Wordsworth, que se interesaba muchoen sus prefa-
y puede haber también el lenguaie de la expresión de las faccioner. explica'
de la expresión poética' Wo'dsworth nqs
úno po.d. expresar lrna o alegría y provocar cieffas reacciones. Hay cómo sus poemas' en cuanto
cios y t"-bi¿r, en sus poesías'
.surgían
pueblk primilivos que pueden mantener complicadas conversaciones inmediato
el estímulo
mediante el solo empleo de las expresiones faciales. Aun en tate¡ ;;;;* -y nunca lu i*pt'i""tia misma era
proceso de encontrar en el len-
;;iañ expresión de la misma' Este
casos, la lrrsona que se comunica es afectada por la exPr€sión del q";;;Ate la emoción ottora experimentada' se
guaje la expresión
mismo -odo qo. eslxra que la otre p€rsona sea afectada' El pen- trata con el recuerdo de ella
lleva a cabo más fácilmente cua"do uno
samiento siempre involucra un símbolo que provoca en otro la misma experiencias extáticas como
que cuando r" .t.oat,,." uno €n mitad de
reacción que provoca en el pensador. Dicho símbolo es un univer- en su contacto con la natu-
sal de raciocinio; es de carácter universal. Siempre suponemos qu€ ;;.ih por las cuales pasó Wordsworth y ver cómo la expresión dada
nleza. IJno ticne que experimcntar
el símbolo que empleamos provocará en la otra persona la misma se sufren ahora en los levísimos
re-
reacción, siempre que forme parte de su mecanismo de conducta'
.iro."¿.-" t"r..".tiontt q"t que tenía grandes
cuerdos de las experi.Li"'- Alguien
dijo una vez
Una person" io" di.. algo, se está diciendo a sí misma lo que dice pot'i"i pos€ía- muchas ideas pero no podía
dificultadcs p"r" .,tt-iUi'
a los iemás; de lo contrario, no sabe de qué está hablando' que
Naturalmente, en la conversación de uno con otros hay una
.""t.t"ft el lenguaje quJnecesitaba' Se le dijo' correctamente'
gran parte que no provoca en la persona la misma reacción que des-
it p".ti" ,, .r.ribíi con palabras' no con ideas' carácter ge'nui-
catece de este
pi.rt" en los otros. Esto es particularmente cierto en el caso de las Gran parte de nuestra conversación
ella no sentimos deliberada-
-actitudes
emocionales. (Ino trata de amedrentar a alguien; pero no nanente estético; t"-i"'ttttt parte de
mente las emociones que provocarrlos'
No usamos normalmente
trata de am€drentarse a sí mismo. Además, existe toda una serie de nosotros la reacción €lnocio-
valores dados, en el lenguaje, que no tienen carícter simbólico' El estímulos de lenguaje para provocar en
provocando en otros' Por supuesto'
uno siente
actor tiene conciencia de esos valores; es decir, si asume cierta actitud, nal que estamos
lo-q-le busca cs' en
tiene conciencia, como decimos, de que esa actitud representa pena' ,i-piri" en las situaciones emocionales; pero en su pro-
En ese caso, está en condiciones de responder a su propio gesto' en fin de cuentas, lo que en el otro respalda al individuo provoca
algún sentido, como lo hace su público. No se trata de una situa- pil ..p.ti."cia' En el caso del poeta y el actor' el estímulo
la,fu¡ció¡r
en el artista lo que despierta ei el otro'.pero
no es ésa
cién natural; uno no es actor durante todo el tiempo' En ocasiones que la persona-que esté rurlosa
actuamos y nos pfeguntamos qué efecto tendrá nuestra actitud,
y ,t'"torrf del lenguaje; no suponemos
de voz provoque en sí el ,trno' q'it €stá
provoc"'áo utt alguna otra' La
puede que empleemos deliberadamente cierto tono para
acto no provoca ditectamente €n
nos-
prouo."t cierto resultado. Tal tono provoca €n nosotros la misma irrr. i**i.nal de nuestro
otro' Si una persona se muestra
ieacción que la que queremos provocar en algún otro' Pero una otros la reacción que provoca en el ¿6¡i-
hostil, la actitud dti ;;;t ti lt qot ella está interesada
gran parte de lo que ocurre en la conversación no tiene esta caracte-
tud que fluye natutalmente de su tono
airado- no es -r¡¡¿
una actitud
rística simbólica. por
sí misma' No nos asustamos
Es tarea, no sólo del actor, sino también del artista, encontrar la ;;; ;*.t";a definidamente en para asustar a algún otro' Por el lado
clase de expresión que provocará en otros lo que está sucediendo
en un tono que podamos emplear
con un grande del gesto vocal' no
é1. El poeia lírico tiene una experiencia de belleza estremeci- emocional, qu€ es una parte sumamente
miento-emOcional, y, como artista que emplea palabras, busca aque' semejante' la reacción que
provocamos en nosotros' en proporción
llas que responderán a su actitud emocional y que despertarán en provocamos en otros como 1o hacemos
en el caso de la conversación
otros la actitud que él mismo tiene. Sólo puede pon€r a prueba sus provocar en nosotros el tipo de
significante. En ésta tenemos que
resultados en sí mismo, viendo si las palabras provocan en él la reacción qua despertamos en otros;
tenemois que saber lo que esta-
reacción que quiere pfovocar en otros. En cierto modo, se encuen- que provocamos en nosotros
mos diciendo, y la actitud del otro,
tra en la misma situación que €l actor. La primera experiencia di- Racionalidad significa que el tipo
mismos, controla lo que decimos'
recta e inmediata no reside en la forma de comunicación. En este te- otros debería sel provocado del mis-
de reacción qo. p*ot'mos en
freno tenemos una aclaración interesantísima por parte de un Po€ta
illil'
ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD t8l
180 GEORGE H. MEAD
mo modo en nosotros, y que esa reacción, a su vez' debería ocuper que nos ocupa en el jardín de infantes, donde los papeles que los
su lugar en lo tocante a determinar qué otra cosa diremos y haremor. niños asumen son convertidos en bases para la educación' Cuan-
Lo esencial para la comunicación €s que el símbolo despiette en do el niño adopta un papel, tiene en sí los estímulos que provocan
esa reacción o grupo á. ,eac.iottes especiales' Por supuesto'
puede
la persona de uno lo que despierta en el otro individuo. Tiene quc
tener esa clase de universalidad para cualquier p€rsona Que se eñ' huir cuando es perseguido, como lo hace el perro, o puede volverse

cuentre en la misma situación. Existe una posibilidad de lenguajc y devolver el goipe, como lo hace el p€rro en su juego' Pero eso no
es lo mismo qrr. jugar a algo. Los niños se unen para
"jugar a los
cada vez que un estímulo puede afectar a un individuo como afect¡
a otro. En el caso de una persona ciega como Helen Keller, se trata indios,'. Esto signirica que el niño posee cierta serie de estímulos
de una experiencia de contacto que podría ser dada a olro como le que provocan en él las reacciones que provocarían en otros y que iliilljii

es dada a ella. Con esa clase de lenguaje fué construído el espíritu i.rpond.t a un indio. En el período de los juegos, el niño utiliza sus
de Helen Keller. Como ella lo ha reconocido, sólo cuando logró p.ápias reacciones a esos estímulos que emplea para construir una
€ntrar en comunicación con otras lrrsonas por medio de símbolos, p.r*nr.Lareacciónquetienetendenciaahaceranteesosestímu-
-Por
pudo provocar en sí las reacciones que ellos provocan en otras pergo- ios, organiza a éstos. ejemplo, juega a que se está ofre-ciendo
algo, y lo compra; se entrega una carta y la recibe; se habla
a sí
nas, a fin de obtener lo que denominamos un contenido mental, o arresta como si
una p€rsona. ,r,ir-o como si hablase a un padre, a un maestro; se
fuese un policía. Tiene una serie de estímulos qu€ provocan e¡ él la
Otra serie de factores básicos en la génesis de la persona está grupo de reac-
representada por las actividades lúdicas y el deporte' clase de reacciones que Provocan en otros' Toma ese
Entre los pueblos primitivos, como he dicho, la necesidad de ciones y las organiza en cierto todo. Tal es la forma más sencilla
distinguir entre la lxrsona y el organismo fué reconocida en lo que de ser otro p"i" la propia persona. Ello involucra una situación
temporal. El niño di.. en un pap€l y responde en otro- papel'
nosotros llamamos "el doble": el individuo tiene una persona cosi- "rg"
ficada que es afectada por el individuo como ella afecta a otros indi- y .nton.., su reacción en el otro papel constituy€ un estímulo para
viduos, y que se distingue del organismo inmediato en que puede ál .n el primer pepel, y así continúa la conversación' Surgen en él
abandonar el cuerpo y volver nuevamente a é1. Ésa es la base del
y en su otra personificación ciertas estructuras organizadas qu€ se re-
concepto del alma como entidad separada. plican y mantienen entre sí la conversación de gestos'
Encontramos en los niños algo que responde a ese doble, a sa- Si comparamos el juego con la situación en un deporte organi-
ber, los compañeros invisibles, imagínarios, que muchos niños pro- zado, tdveitimos la diierencia esencial de que el niño que interviene
ducen en su ptopia experiencia. De esa man€ra organízan las reec- en un deporte tiene que estar preparado para adoptar la actitud de
ciones que provocan en ottas lxrsonas y también en sí mismos. Por todos los otros involucrados en dicho deporte, y que esos diferentes
supuesto, este jugar con un compañero imaginario es no más que papeles deben tener una relación definida unos con otros' Toman-
del
una fase particularmente interesante del juego corriente. El juego io un juego sencillo como el cscondite, todos' con excepción no
en ese sentido, especialmente la etapa que precede a los deportes que se óculta, son una persona que persigue' Un niño necesita
más que la persona qo. ., perseguida y la que persigue' Si
juega
organizados, es un juego a algo. El niño juega a ser una madre, un
,rri.rtro, un policía; es decir, adopta diferentes papetes, como decimos .n .l prim., sentido, iontittúa jugando, pero no se ha conquistado
nosotros. En lo que llamamos el juego de los animales tenemos algo ,ringu-rr" organización básica. En esa primera etapa' pasa de un
que sugiere eso: una gata juega con sus gatitos, y los perros jue- prpil otro según se le dé el capricho' Pero en un deporte en que
"
están involucrados una cantidad de individuos, el niño que adopta
gan entre sí. Dos perros que juegan, se atacan y se defienden' en
o¡ p.o...o que, si fuese llevado tealmente a efecto, resultaría una un papel tiene que estar dispuesto a adoptar el papel de cualquier
verdadera riña. Existe una combinación de reacciones que frena la otro. Si se encuentra en la novena base de un partido de bóisbol'
tiene que tener involucradas las reacciones de cada posición en
la
profundidad del mordisco. Pero en tal situación, los perros no adop- a fin de poder
ir' on papel definido en el sentido en que un niño adopta delibera- propia. Tiene que saber qué harán todos los demás

damente ei papel de otro. Esta t€ndencia por patte de los niños es la s.gui. con su propio juego. Tiene que adoptar todos esos pape-
181
ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD
t82 CEORGE H. ÑIEAD
en cuanto distinto del deporte se encuentra en los
mitos y en varios
les. No es preciso que estén todos presentes en la conciencia al en
mismo tiempo, pero en algunos mom€ntos tiene que tener a tres o
J" l* juegos que llevan " .abo pueblos primitivos' especialmente
que encontramos
cuatro individuos presentes en su ptopia actitud' como, 1nr ejem- las ceremonias religiosas. La actitud lúdica pura
puede no encontrarse €n aquéllos'
plo, el que está por arrojar la pelota, el que la recibirá, etc. En el en el caso de los niños pequeños
que los participantes son adultos' e indudablemente la rcla'
deporte, pues, hay una setie de ieacciones de los otros, de tal modo ;;;" s€ €n-
ortanizaáas, que la actitud de uno provoca la actitud adecuada .iOn d. esos procesos de juego con lo que ellos interpretan pri'
cuentra, más o menos, ii"tá en el espíiitu de los pueblos más
del otro.
nritivos.Enelprocesodeinterpretacióndetalesritualesexisteuna
Esta organizaciín es expresada en la forma de normas para el con lo que
juego. Los niños dedican un gran interés a las reglas' Las impro- organización de juego que podiía quizá ser compatada
oi.rn .r, el acto, a fin de ayudarse a salvar dificultades. Parte del
tiáe lugar .r, .f j"i¿it de infantes, en el juego de los chiquillos'
o r€-
tendrá una estructura
placer del juego reside en esrablecer esas reglas. Ahora bien, las te- cuando se reúne a éstos en un equipo que juego
en el de
lación definida. Por lo menos "tg" a" eso se descubre
llrr .on la'serie de ttacciones que provoca una actitud especial. Uno los pueblos primitivos. Esta clase de actividad'
por supuesto' no co'
puede exigir una determinada reacción a otros, si adopta cierta acti- de la gente en su trato con los objetos
iud. Estas reacciones están también en uno mismo. Así se obtiene .*rpon¿. aia vida cotidiana
conciencia de
que la rodean ----€n ese caso tenemos una actitud de
una serie organizada de reacciones como aquellas a las que me he
referido, una serie un tanto más complicada que los papeles que se
ú -ás o menos desarrollada-, 3i¡6 a su actitud haciaenlas fuerzas
su actitud
que la rodean, fr".ia ti nattraleza dela cual depende;
descubren en el juego. Aquí, hay solamente una serie de reacciones e rnclerta' tenemos una.,reacción
que se siguen las-unas a las otras indefinidamente. En tal etapa deci-
hacia esta naturaleza que es vag;-
expresión en la
mucho más primitiur,'y t'" reacción encuentra su
mos que el niño no tiene todavía una lrrsona completamente desarro- juego a la expresión de sus dioses
det papel del otro, en el
llada. El niño reacciona en forma suficientemente inteligente a los "¿.p.i¿n cumplimiento de cie¡tos ritos que son la represen-
y-r-ris t¿ro.t,
estímulos inmediatos que llegan hasta é1, pero estos estímulos no ""if y héroes' El pro-
tación de lo que ,. .opán. que hacen dichos dioses
están organizados. No organiza su vida como querríamos que lo
c€sosedesarrollahastaconvertirseenunatécnicamásomenosdefi.
hiciera, es decir, como un todo. No hay más que una serie de reac- ha surgido
ciones del tipo de las del juego. El niño reacciona a ciertos €stímu-
;ú;, y es dominado; y sin embargo podemos decir quejuegan a ser
los, pero no es una Prsona completa. En su deporte tiene que te-
d. uná situación similar a aquella en que los chiquillos
padre, a ser maestro personalidad€s que están cerca de ellos
,r., orr" organización de esos papeles; de lo contrario, no puede -utg"t
y que les afectan 1 de las"cuales dependen' Esas son las personali-
jugar. El deporte reprcsenta el paso en la vida del niño, desde la y en €-s-a med.ida do-
dades que adoptan, los papeles que interpretan'
adopción del papel áe oros en el juego hasta la pafie organízada jardín de infantes
que es esencial para la conciencia de sí en la acepción completa del
*inan el desarrollo de su propia personalidad' El
trata de conseguir precisamente ese resultado' Toma
los caracteres
término.
estos sere^s vagos y los pone en tales relaciones
sociales
cle todos
mutuas,organizadas,quelogranconstruirelcarácterdelchiqui-
desde afuera
llo ?. El hecho de r" ,oi. intráducción de organización-
20. El ¡ueco, EL DEPoRTE Y EL oTRoGENERALIZADo
supone una falta de organización en ese período-de la experiencia
del niño y de los pue-
Hablamos de las condiciones sociales bajo las cuales la persona
del niño. En compara.ián ton tal situación
blos primitivos, tenemos el deporte como tal'
surge como un objeto. En adición al lenguaje, encontramos dos y el juego
La diferenci, foná,-tntal que existe entre el deporte
ejemplos: uno en el juego y el otro en el deporte, y quiero resu- que tener la actitud de
está en que, en .i--ntirntt", el niño tiene
mir y ampliar mi explicación de esos puntos. He hablado de ellos juego mismo' Las
todos los demás q.t. .ttan involucrados en el
desdá el punto de vista de los niños. Naturalmente, podemos refe-
rirnos t.-bién a las actitudes de los pueblos más primitivos, en los ? ["The of Play to Education" IJnioersít¡ of Chícago Record'
Relation '
que ha nacido nuestra civilización. Una notable ilustración del juego | (189-6'97), Págs. 140 v ss'l
184 GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 185

actitudes de las demás jugadas que cada parricipanre debe asumi¡, grupo social, tomándolas como un todo, tiene que actuar con rela-
se organiza en una especie de unidad y es precisamente la organi- ii¿tt diferentes empresas sociales que en cualquier momento dado
zación lo que controla la reacción del individuo. Anteg usamos l¡ dicha"sociedad ejecuta, o con relación a las distintas fases mayores
ilustración de una lrrsona jugando al béísbol. cada uno de sus pro. del proceso social general que constituye la vida de tal sociedad y
pios actos es determinado por su expectativa de las acciones de lo¡ de li cual dichas empresas son manifestacíones específicas. Esa in-
otros que están jugando. Lo que hace es fiscalizado por el hecho dc corporación de las actividades amplias de cualquier todo social dado,
que él es todos los den\ás integrantes del equipo, por lo menos en l¡ o sociedad organizada, al campo experiencial de cualquiera de los
medida en que esas actitudes afectan su reacción particular. Tenc- individuos involucrados o incluídos en ese todo es, en otras palabras,
mos entonces un "otro" que es una organización de las actitudet ta base esencial y prerrequisito para el pleno desarrollo de la persona
de los que están involucrados en el mismo pr(xeso. de ese individuo; sólo en la medida en que adopte las actitudes del
La comunidad o grupo social organizados que proporciona al grupo social organizado al cual pertenece, hacia la actividad social
individuo su unidad de persona pueden ser llamados "el otro gene- órganizada, cooperativa, o hacia la serie de actividades en la cual ese
ralizad.o". La actitud del otro generalizado es la actitud de toda la grupo está ocupado, sólo en esa medida desarrollará una persona
comunidad 8. Asi, por ejemplo, en el caso de un gn¡po social como completa o poseerá la clase de persona completa que ha desarro-
el de un equipo de pelota, el equipo es el otro generalizado, en l¡ lladó. y, por otra parte, los complejos procesot¡ y actividades coolr-
medida €n que interviene --<omo proc€so organizado o actividad fativos y funciones institucionales de la sociedad humana organizada
social- en la experiencia de cualquiera de los miembros individualec son, también, posibles sólo en la medida en que cada uno de los
de é1. individuos involucrados en ellos o pertenecient€s a esa sociedad pue-
Si el individuo humano dado quiere desarrollar una lrrsona en dan adoptar las actitudes generales de todc €sos otros individuos con
el sentido más amplio, no €s suficiente que adopte simplemente lar referencia a esos proc€sos y actividades y funciones institucionales,
actitudes de los otros individuos humanos hacia él y de eilos ent¡e y al todo social de relaciones e interacciones experienciales de ese modo
sí dentro del proceso social humano, e incorpore es€ proceso sociar constituídas puedan dirigir su conducta de acuerdo con ello'
como un todo a su experiencia individual, meramente €n elxrs térmi- -y
Es en la forma del otro generalizado que los procesos sociales in-
nos. Además, del mismo modo que adopta las actitudes de los otros fluyen en la conducta de los individuos involucrados en ellos y
individuos hacia él y de ellos entre sí, tiene que adoptar sus actitudes qrr. lot llevan a cabo, es decir, que es en esa forma que la comuni-
hacia las distíntas fases o aslxctos de la actividad social común o serie áad ejerce su control sobre el comportamiento de sus miembros indi-
de empresas sociales en las que, como miembros de una sociedad viduales; porque de esa manera el proceso o comunidad social entra,
organizada o grupo social, están todos ocupados; y entonces, gene- como factor determinante, en el pensamiento del individuo. En el
ralízand,o esas actitudes individuales de esa sociedad organizada o p€nsamiento abstracto el individuo adopta la actitud del otro gene-
ralizado8 hacia sí mismo, sin referencia a la expresión que dicho
_ 8 Es posible que loc objetos inanimados, no menos que ottos o¡qanismo¡
humanos, fo¡men part.e det otro genenlizado y organirrio io.ptiiimente
socializado--, en relación con algún individuo humaño dado, en ta medida en 8 H€mos dicho que la contersación interna del individuo consigo mismo cn
qu'e éste r.esponda_ a tales objetos socialmente o en un¿ fo¡ma social (por medio t¿r-¡"át-á*- p;l;úr-;
-¿.i testos significantes -le conver¡ación -
quc
-constituye el
del mecanismo del pensamiento, por ta converseción de gestos subietivad'al-. cort- iensamieíto-- es mantenida por el individuo desde et
quier coca ----<ualquier objeto o serie de objetos, animados o inalimados, hum¡- "'iá.ir.-"-1.,'iriá"¿
;;;,;i.-"iri; i.i;'oito generalizado". Y cuanto más abstracta es la convetgación,
más apartado está el otfo
-animales o simplemente físicos-- haci¡-la cual él actúe, o a la que ie"ccione i""rt" -¿r-"ttit".to r..ült" ser el pensamiento, tanto-
nos,
cocialmentc, es un eler¡ento en- el_,cuat, parz é1, está el otro g*eralizaáo;; ;¡ú: ,Ii.i¡rr"á. ¿. .o"iqui.r conexión cbr\ individuosla particulares.. O sea que e-special-
tando las actitud¿s de éste hacia é1, se tórne consciente de sí-como objeto'o indi- conversación,. por el individuo'
il;;;;';.1 p*r"-¡int" abstracro es mantenida individuo particular. Es así, por
viduo, y de tal-modo desarrolla una personr o_ personalidad. Así, p"or ejempto, ;;;-;1 ;r; ieneralizado, antes que con ningún
el .culto, en su forma primitiva, es simptemente la" corporización sociatláe-ii iela- eiemolo. qu.- tos conceptos abstiactos son ionceptoe enuniiados- en términoc de
ción,entr€ el grupo social dado, o comunidad, y eu-medio fisico- una forma ij"""iii*a1i-¿.-ioá" .i'gtopo o comunidad sociit; son e¡unciados sobre.la base
social organizada, adoptzda por. los miemb¡os ináividuales de ese grupo á .o-u- J" U-..i.i*.i" q". ¿ ifiiui¿o" tiene de las actitudes-del otro generalizado hacia
nidad, de entrar en relacienes gociales corf ese medio, o (en un centidó) ?e mantener ;l; ;;;;;;rrüráo ¿. que él ha adoptado esasque actitudes del o6o generalizado
conve'saciones con él; y de esa manera el ambiente se convie¡tc en parte áei otro u lu.no reaccionado a ellas. Y es así, iambién, las proposiciones abstractas
generalizado_to_tal para cada uno de los miembros individu¡les dei grupó-socirl óon e¡iunciadas en una forma que cualquiera otro individuo intelrg€nte-
o comunidad dados. puede aceptar. -cualquier
;lilli
l'iltl
,i
186 GEORGE H. MEAD EsPfRITU, PERSoNA Y socIEDAD 187 'l
:l
otro generalizado pueda asumh en algún individuo determin¡doi
tos, tales como los partidos políticos, los clubes' las co4roraciones'
y en el pensamiento concreto adopta esa actitud en la medidr que son todos, en realidad, unidades sociales funcionales'
en térmi-
en que es expresada en las actitudes hacia su conducta por
te de aquellos otros individuos junto con quienes está
ptf. n* d. los cuales sus miembros individuales se encuentran directa-
o
li
mente relacionados los unos con los otros' Las otras
invllucr¡do son clases I

en la situación o el acto social dados. p"ro rot" aaoftanao


rr ,o¡gropo, sociales abstractos, tales como la clase de deudores
y la
i

actitud del otro generalizado hacia él u miembros indivi'


-{n una otra de c¡¡¡ clase de acreedores, en términos de las cuales sus
maneras- Ie es posible pensar, porque sólo así puede darse p.n. unos con otros sólo más o menos indirec-
duales están relacionados
samiento. Y sólo cuando ros individuos adoptan ra "t o funcionan como
actitud o tamente, y que sólo más menos indirectamente l

actitudes del otro generalizado hacia sí mismos-, sólo entonces o representan posibilidades
hace posible la existen cie de un universo de raciocinio,
I unidades sociales, p€ro que proporcionan
como al ilimitadas para la amptiación, iamificación y enriquecimie-nto de las I

sistema de significaciones sociales o comunes que el pensamiento


relacionessociales.nt,.todo,losmiembrosindividualesdelasocie. ill
La participa-
dad dada en cuanto un todo organizado y unificado'
presupone.
El individuo humano consciente de sí, pues, adopta o asumc ción del individuo dado en variis de esas clases o subgrupos sociales
las actitudes sociales organizadas del grupo social o comunidad relaciones sociales (por
abstractos posibilita su entrada en definidas
dada (o de una parte de ella) a la que p"it.n..., hacia los problemar
indirectasquesean¡conunacantidadcasiinfinitadeotrosindi- u
sociales de distintas clases que enfrentan a dicho grupo
o .o-uni. uidoo, que también pertenec€n a ---o están incluídos
en- una
dad en cualquier momento dado y qu€ surgen en conexíón que atraviesan las
con la¡ otra de esas clases o grupos sociales abstractos'
correspondientes empresas sociales o tareas cooperativas unas de otras a las
organiza- tíneas funcionales d. á.m"r.,.ión que sElaran
distintas comunidades sociales humanas y que incluyen.
das en las que dicho grupo o comunidad, como tal, está a miem-
Y, como participante individual en esas tareas sociares o ".'opr¿o.emprelra! bros individuales de varías (en algunos casos de todas)
de esas
cooperativas, gobierna, de acuerdo con ellas, su propia de indi'
conducta. En comunidades. De esas clases o'subgrupos sociales abstractos
política, por ejemplo, el individuo se identifica con-todo la defí'
un pirtido viduos humanos, la más amplia y extensa es' por supu€sto'
político y adopta las actitudes organizadas de todo ese partidl
,rid" po, el universo lógíco de iaciocinio (o sistema de
símbolos
hacia
el resto de Ia comunidad social dada y hacia ros prout.ri"* qu"
i por la participación e inter-
tie- significantes universalesf determinado
ne que hacer frente el parrido dentro de la situación sociar porque, de todas clases
d)d^; y, comunicativa de ios individuos; esas.
en consecuencia, reacciona en términos de las actitudes organizadac ".i.i¿r, de miembros indivi-
o subgrupos, es la que qiene el mayor "ú-tto
del partido como un todo. De tal modo entra en una
serie especiar de duales,cosaquepermite'alamayorcantidadconcebibledeindivi-
relaciones sociales con todos los demás individuos qo. p.rtirr...r, mutua' por
duos humanos entrar en alguna clase de relación social
ese partido político; y de la misma manera entra en varias del fun-
otras" o abstracta que ella pueda 3s¡
indirecta
que surge
-¡gt¿siSn en €l
cionamiento universal de los gestos como símbolos significant€s
series especiales de relaciones sociales, con varias otras clases
de indi-
viduos, respectivamente, €n las que ros individuos de cada una de proceso general de la comunicación social humana'
esas clases son los otros miembros de alguno de ros subgru¡ros generales en el pleno
par- He señalado' pues' que existen dos etapas
ticulares organizados (determinados en términos socialireite fun- etapas' la persona
desarrollo de la persona. En la primera de dichas
cionales) de los que él mismo es miembro dentro de toda la socie- por una organización de
dad dada o comunidad sociar. En ras comunidades sociales más -r.tito¿..está constituída simplemente
individual y
i", particulares de otros individuos hacia el individuo
altamente desarrolladas, organizadas y complicadas en los actos sociales
desarro- de las actitudes de los unos hacia los otros'
lladas por el hombre civilizado-, estas distintas clases -las
o subgru¡ros específicos en qu€ aquél participa con ellos' Pero en la segunda eta-
socialmente funcionales de individuos a las que p€rtenece cualquier del individuo' €sta persona
;;JJ;"-pl.ü d.tnttotlo de la persona
individuo dado (y con los otros miembros ínái.riJuales de los cuales no sólo por una organrzación de las actitudes de
esos
está constituída,
entra, de tal modo, en una serie especial de relaciones sociales) son de las
de dos clases. Algunas de ellas son craoes o subgrupos
ii¿iui¿o* particulares, ,i,,o tambión por una organizaciín un todo'
grupo como
sociales .án.*- actitudes sociales del otio generalizado' o social
ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 189
188 GEORGE H. MEAD
al cual pertenece. Estas actitudes sociales o de grupo son incorporr- medida se convierte en un miembro orgánico de la sociedad. Se in-
das al campo de la experiencia directa del individuo e incluíd¡r corpora la moral de esa sociedad y se convierte en un miembro esen'
como elementos €n la estructura o constitución de su persona, dcl ciaf de ella. Pertenece a ella en el grado en que permite que la
mismo modo que las actitudes de otros individuos particulares; y ¡ctitud del otro, que él adopta, domine su propia expresión inme'
el individuo llega a ellas, o logra adoptarlas, gracias a que otganiza diata, Una especie de proceso organizado está aquí involucrado'
y luego generaliza las actitudes de otros individuos particular€s en Lo que es expresado en tórminos del deporte €s, por supuesto, con-
términos de sus significaciones e inferencias sociales organizadas. Dc tinuamente expresado en la vida social del niño, pero este proceso
tal modo la persona llega a su pleno desarrollo organizando esal más amplio vi más allá de la experiencia inmediata del niño' La
actitudes individuales de otros en las actitudes organizadas socialc¡ importancia del deporte estriba en que éste reside enteramente dentro
dc ia experiencia del niño, y la importancia de nuestro tipo
de edu-
o de grupo y, de esa man€ra, se convierte en un reflejo indivi- como
dual del esquema sistemático general de la conducta social o de gru- cación ,nod.rn" consiste en que es llevada tan lejos resulta
posible dentro de reino. Las diferentes actitudes que asume un
po en la que ella y los otros están involucrados '--{squema quc ese
defi-
niño están organizadas de tal manera, que ejercen un control
interviene como un todo en la experiencia del individuo, en términoc
de esas actitudes de grupo organizadas que, mediante el mecanismo nido sobre su reacción, así como las actitudes en un deporte con-
del sistema nervíoso central, adopta para sí del mismo modo que trolan su reacción inmediata. En el deporte logramos un otro
adopta las actitudes individuales de otros. organizado, un otro generalizado' que se halla en la naturaleza mis-
El deporte tiene una lógica, cosa que torna posible tal organi- ," d.l niño y .rr.o*tr, zu expresión en la experiencia inmediata
de éste. Y esa actividad organizada de la naturaleza del niño,
que
zac\ón de la persona: es preciso obtener un objetivo definido; la¡ y cons-
controla la reacción especial, es la que proporciona un'idad
acciones de los distintos individuos están todas relacionadas enttt
sí con referencia a ese objetivo, de modo que no entran en conflicto: truye su Persona.
uno no está en conflicto consigo mismo en la actitud de otro hombrc Lo que ocurre en el deporte ocurre continuamente en la vida del
del mismo equipo. Si uno tiene la actitud de la persona que arroja niño. Este adopta continuamente las actitudes de los que le rodean,
especialmente los papeles de los que en algún sentido le dominan
y
la pelota, puede tener también la reacción de atrapar la pelota. Am'
bas están relacionadas de manera de contribuir al objetivo del de- de tos que depende. Al principio entiende la función del proceso

¡rorte mismo. Están interrelacionadas en una forma unitaria, orgá' en una forma Ell" ptt" del juego al deporte en un sentido
nica. Existe, pues, una unidad definida, que €s introducida en la
"brtr".t".
real. El niño tiene que participar en el deporte' La moral del deporte
se apodera del niño .on -tyot fverza que la moral más amplia
de
organización de otras p€rsonas, cuando llegamos a la etapa del
deporte, en comparación con la situación del juego, en la que hay la comunidad. El niño entra en el deporte y éste expresa una situa-
puede
una simple sucesión de un papel tras otro, situación que es, por su- ción social en la que puede intervenir por completo; su moral
tener mayorutr"..iótr para él que la de la familia a la cual
peftenece
puesto, característica de la personalidad del niño. El niño es una
cosa en un momento y otra en otro, y lo que es €n un momento o la de la comunidad en la que vive' Hay toda clase de organiza-
otras
dado no determina lo que será en el siguiente. Eso constituye, a la ciones sociales, algunas de las cuales son bastante duraderas'
vez, el €ncanto de la niñez y su imperfección. No se puede contar temporarias, y en ellas el niño penetra y juega una especie de deporte'
con el niño; no se puede suponer que todas las cosas que él haga Es un período en que le agtada "pertenecer", e ingresa en organi-
determinarán lo que hará en un momento dado' No está otganiza' zaciones que nacen y desaparecen. Se convierte en algo que puede
do en un todo. El niño no tiene catácter definido, personalidad funcionar en el todo organizado, y de tal manera tiende a determi-
definida. proceso cons-
narse en su relación con el grupo al que lxrtenece' Ese
El deporte, constituve, así, un ejemplo de la situación de la tituyeunanotableetapaeneldesarrollodelamoraldelniño.Le
que surge una lxrsonalidad organizada, En la medida en que el a la
convierte en un miembro, consciente de sí, de la comunidad
niño adopta la actitud del otro y permite que esa actitud del otro
determine lo que hará con referencia a un objetivo común, en €sa cual pertenece.
iiill'u
190 GEORGE H. MEAD ESPIRITU, PERSONA Y SOCIEDAD l9l
Tal el proceso por el cual surg€ una personalidad. He hablado
es la sociedad, más definidamente universales deben ser esos objetos. iitl

de él como de un proceso que esencialmente tiene lugar mediante el De cualquier modo, es preciso que haya una serie definida de reac-
empleo del lenguaje. El lenguaje está predominantemente basado ciones, a las que podemos considerar abstractas y que puetlen p€lte'
en el gesto vocal gracias al que se llevan a cabo las actividades coop€- necer a un grupo sumamente amplio. La propiedad es en sí un
rativas de una comunidad. El lenguaje, en su sentido significante, concepto altamente abstracto. Es lo que el individuo mismo, y nadie
es ese gesto vocal que tiende a despertar en el individuo la actitud más, puede dominar. La actitud es distinta de la de un perro hacia ill
que despierta en otros, y este perfeccionamiento de la persona por un hueso. [Jn perro luchará contra cualquier otro perro que trate
medio del gesto es el que interviene en las actividades sociales de las de arrebatarle el hueso. No adopta la actitud del otro perro. Un
que surge el proceso de la adopción del papel del otro. Esta últirna hombre que dice "ésta es mi propiedad" está adoptando una actitud
frase es un tanto ínfortunada, en cuanto que sugiere una actitud de de la otra persona. Apela a sus derechos, porque puede adoptar la
actor que es en rigor más compleja que la involucrada en nuestr¡ actitud que tienen todos los demás del grupo con referencia a la
experiencia. En ese sentido, no describe correctamente lo que quiero propiedad y, de tal manera, provoca en sí la actitud de los otros'
decir. Vemos ese proceso más definidamente, en una forma primi- La organización de las actitudes comun€s al grupo es'lo que com-
tiva, en las situaciones en las que el juego del niño adopta distintos pone a la persona organízada. [Jna persona es una petsonalidad por-
papeles. En ellas, el solo hecho de que esté dispuesto pagú dinero, que pertenece a una comunidad, porque incorpora las instituciones de
por ejemplo, provoca la actitud de la persona que recibe ^ dinero: el dicha comunidad a su propia conducta. Adopta el lenguaje como un
proceso mismo despierta en él las actitudes correqlondientes de Ia medio para obtener su p€rsonalidad, y luego, a través de un proceso
otra persona involucrada. El individuo se estimula a sí mismo para de adopción de los distintos papeles que todos los dernás propor-
experimentar la reacción que está provocando en la otra persona, cionan, consigue alcanzat la actitud de los miembros de la comu-
y luego actúa, en cierto grado, en reacción a esa situación. En el nidad. Tal, en cierto sentido, es la estructura de la personalidad
juego el niño actúa definidamente en el papcl que él mismo ha de un hombre. Existen ciertas reacciones comunes que cada indi-
provocado en sí. Eso, como he dicho, es lo que proporciona un con- viduo tiene lracia ciertas cosas comunes, y en la medida €n que dichas
tenido definido al individuo que responde al estímulo que le afecta reacciones son provocadas en el individuo cuando influye sobr€ otras
como afecta a algún otro. El contenido del otro que pen€tra en una personas, en esa medida surge su propia p€rsona. Entonces, la es-
personalidad es la reacción, en el individuo, gue su gesto provoca en tructufa sobre la cual está construída la persona es esa reacción
el otro. común a todos, porque, para ser una persona, es preciso ser miembro
Podemos ilustrar nuestrto concepto básico refiriéndonos a la de una comunidad. Tales reacciones son actitudes abstractas, pero
noción de propiedad. Si decimos: "Esta es mi propíedad, yo la con- constituyen lo que denominamos el carácter de un hombre. Le pro-
trolaré", la afirmación provoca una serie de reacciones que tiene porcionan lo que llamamos sus principios, las actitudes reconociilas
que ser la misma en cualquier comunidad en que exista la propie- de todos los miembros de la comunidad hacia lo que son los valores
dad. Involucra una actitud organizada con referencia ala propiedad, de esa comunidad. Se coloca él en el lugar del otro generalizado,
actitud que es común a todos los miembros de la comunidad. Uno que representa las reacciones organizadas de todos los miembros
debe tener una actitud definida de dominio de su propiedad y de del grupo. Esto es lo que guia la conducta controlada por los prin-
respeto de la propiedad de los otros. Esas actitudes (en cuanto series cipios, y una persona que posee semejante serie de reacciones orga-
organizadx de reacciones) deben existir en tdos, de modo que, nlzadas es un hombre del cual decimos que tiene carácter, en el
cuando uno diga una cosa, provoque en sí la reacción de los otros. sentido moral.
Estará provocando la reacción de lo que he llamado el otro genera- Es, pues, una estructura de actitudes lo que construye a una per-
lizado, Esas reacciones comune$, esas actitudes organizadas, con refe- sona, en cuanto distinta de un grupo de hábitos. Todos nosotros
rencia a lo que denominamos propiedad, los cultos de la religión, tenemos ciertos grupos de hábitos, tales como, por ejernplo, la ento-
Ios procesos de la educacíón y las relaciones de la familia, son las nación particular que una lxrsona da a las palabras que usa en
que hacen posible la sociedad. Naturalmente, cuanto más anplia su conversación. Esta es una serie de costumbres de expresión vo'
r92 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD l9l
cal que uno pose€ p€ro que no conocc; no escuchamos las ento- las personas de los otros miembros de su grupo social; y la estruc-
naciones de nuestra conversación que escuc.han otros, a menos que tura de su persona expresa o refleja la pauta general de conducta
les prestemos ura atención especial. Los hábitos de la erpreción del grupo social al cual pertenece, así como lo hace la estructuta
emocional que pertenecen a nu€stra palabra hablada son de la misma de la persona de todos los demás individuos pertenecientes a ese
clase. Podemos saber que nos hemos exptesado en fotma albotozt- grupo social.
da, pero el proceso detallado no vuelve a nuestra lrñsone conscientc.
Hay ¡nrciones completas de tales costumbres que no cntran €n una 2I. Lr PERSONA Y LO SUBJETIVO
persona consciente, Irro que ayudan a constituir lo que se deno.
mina la persona inconsciente. El proceso del cual surge la lxrsona es un ptoceso social que
En fin de cuentas, pof conciencia de cí gueremos cignificar un involucra la'interacción de los individuos del grupo e invclucra la
despertar, en nosotros, del gnrpo de actitudes que provocam(N en pre-existencia del grupo 0. Implica, también, ciertas actividades co-
otros, eslrcialmente cuando se trata de una seric de reaccioncs i¡r- operativas en las que participan los distintos miembros del grupo.
portantes qu€ €onstituyen a los miembros de la comunidad. Ee poco Involucra, además, que de ese proceso puede desarrollarse, a su tur-
correcto unir o mezclat conciencia, en el sentido en que corrientc- no, una organización rnás complicada que aquella de la que ha
ment€ empleamos el término, y conciencia de sí. Conciencia, tal surgido la persona, y que las personas pueden ser los órganos, las
como se usa frecuentemente, se refiete simplemente al campo de la partes esenciales al menos, de esa organización social más compli-
expenencia, pero la conciencia de sí ce rcfíere a la capacidad ¡nre cada dentro de la cual surgen y existen esas p€rsonas. Y así, existe
provocar en nosotros una serie de reacciones definidas que lrrte- un proceso social del que nacen las personas y dentro det cual tiene
necen a otros comlx)nentes del grupo. La conciencia y la concicncia lugar la diferenciación, evolución y organización ulteriores.
de sí no están en el mismo plano. IJn hombre tiene, sólo é1, afop La psicología ha mostrado tendencia a encarat la persona como
tunada o desdichadamente, acceso a su propio dolor de muelag, un elemento más o menos aislado e independiente, una especie de
Irro no es eso lo qu€ queremos decit cuando hablamos de conciencia entidad de la que se podía concebir que existiese por sí misma. Es
de sí. posible que hubiese una sola persona en el universo, si comenzamoc
Hasta ahora he subrayado lo que llamé las estructuras sobn por identificar la persona con cierto sentimiento-conciencia. Si con-
las que se construye la persona, el marco de la persona, ¡rcr ací sideramos ese sentimiento como objetivo, podemos pensar en esa
decirlo. Por supuesto, no somos solamente lo que es común a todos; p€rsona como exist€nte por sí misma. Podemos pensar de un cuer'
cada una de las personas es distinta de todas las demás; pero es pre- po físico separado como existente por sí mismo, podemos suponer
ciso que exista una estructura común como la que tre esbozado a que tiene los sentimientos o los estados conscientes en cuestión, y
fin de que ¡rodamos ser miembros de una comunidad. No podemor de tal manera podemos establecer esa clase de persona, en el pensa-
ser nosotros mismos a menos de que seamos también miembros en miento, como existente simplement€ por sí misma.
los que haya una cornunidad de actitudes qu€ controlan las acti- Luego hay otro empleo de "conciencia" del que nos hemos
tudes de todos. No podemos tener derechos a menos de que tenga' ocupado especialmente, el que denota lo que denominamos pensa-
mos actitudes comunes. Lo que hemps adquirido como personee miento o inteligencia reflexiva empleo de "conciencia" que siempre
conscientes de nosotras mismas nos convierte en miembros de la tiene en sí, implícitamente al menos, una referencia a un "yo". Este
sociedad y nos proporciona personalidad. Las personas sólo pueden empleo de "conciencia" no tiene necesariamente conexión con el
existir en relaciones definidas con otras lrrsonas. No se puede esta- otro; es una concelxión enteramente distinta. Un empleo tiene que
blecer un límite neto y fijo entre nuestra propia p€rsona y las de ver con cierto mecanismo, con cierta forma en que actúa un orga-
los otros, puesto que nuestra propia trrrsona existe y participa como nismo. Si un organismo está dotado de órganos de los sentidos,
tal, en nuestra experiencia, sólo en la medida en que las personas
0 La relación de los organismos individuales con el todo eocial del
de los otros exist€n y participan también como tales en nuestra cual scn miembros, es análoga a l¡ relrción de las células individuales de un
cual

experiencia. Et individuo posee una lrrsona sólo en relación con organismo multicclul¡r ccn ei organismo como un todo.
ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 195
194 GEORGE H. MEAD
entonces existen objetos en su medio, y entr€ tales objetos se Co- Es cierto que la reflexión, tomada en sí rnisma' es algo a lo
contrará parte de su propio cueq)o ro. Es cierto que si el organismO cual solarnente nosotros tenemos acceso. Uno elabora su propia
demostración de una proposición, cligamos de Euclides' y el
pen-
no tuviei una retina y un sistema nervioso central, no habrlr propia conducta' Por
objeto alguno de visión. Para que tales objetos existan, es precho samiento es algo que tiene lugar dentro de su
que haya ciertas condiciones fisiológicas, pero los objetos no est¡n' el momento, es una demostración que existe únicamente en su lrn-
ellos mismos, necesariamente relacionados con una lrrsona. cuando samiento. Luego uno la publica y entonces se convierte en propie'
Ilegamos a ser person a, elcatzamos cierta clase de conducta, cier- dad pública. H"rt" entonces sólo era accesible para é1. Existen otros
contenidos de esa clase, tales como las imágenes de la memoria
y
tolipo de proceso social que involucra la interacción de distintos
individuos, y Que, al mismo tiempo, involucra a individuos ocu- el juego de la imaginación, que sólo son accesibles al individuo'
pados en una sue¡te de actividad coolrrativa. En tal pfoceso puedc Hay una característica común a todos estos tipos de objetos' que
generalmente identificamos con la conciencil, y a este proceso'
que.
surgir, como tal, la Persona.
cierta clase de proceso á.nomin"mos de pensamiento, en cuanto que ambos s91' qor lo
Queremos distinguir la persona co¡no menos en ciertas fases, accesibles solamente pef2 el individuo. Peto,
estruitural en la conducta del individuo, de lo que denomina' planos
como he dicho, las dos eries de fenómenos se encuentran en
mos conciencia de los objetos gu€ son experimentados. No exir- común de accesibilidad
completamente distintos. Esta característica
te necesariamente una relación entte los dos. La muela que duelc quiero
no les concede necesariamente el mismo estado metafísico. No
es un elemento importantísimo. Tenemos que pfestarle atención. pero sí quiero insistir en
analizar ahora los problemas metafísicos,
En cierto sentido se ídentifica con la lxrsona' a fin de que podamoc que sufg€
el hecho de que la persona ¡rosee la clase de estructura
fiscalizar ese tipo de experiencia. Ocasionalmente tenemos experien-
en la conduda y es completamente distinguible de la llamada ex-
cias que, decimos, Irrtenecen al ambiente' Todo el mundo parec€
periencia subjetiva de esas sedes de objetos especiales a las que sólo
estar deprimido, el cielo se muestra sombrío, el tiempo está des-
agradabL, se hunden los valores en los cuales tenemos interés. No
.l organismo tien€ acceso --el carácter común de singularidad de
acceso no funde a una con otra.
identificamos necesariamente semejante situación con una trñKlna¡
La persona a que m€ he estado refiriendo surge cuando la con-
simplemente, sentimos en derredor nuestro cierta atmósfera. Llega-
sujetos a tales clases de depresión, y versación de gestos es incorporada a la conducta de la forma indi-
-o, " recordar que estamos vidual. Cuando esta conv€fsación de gestos puede ser incorporada
descubrimos en nuestro pasado ese tipo de experiencia. Y entonc€3
a la conducta del individuo, de modo que la actitud de las otras
sentimos algún alivio, tomamos una aspirina, o descansamos, y el
formas pueda afectar al organismo, y de modo que el organismo
resultado es que el mundo cambia de catácter. Hay otras experien-
puede replicar con su gesto correspondiente y de tal manera provocar
cias que, en iualquier mompnto, podemos identificar con las per-
la actitud del otro en su propio proceso, entonces nace una lrr-
,orr"r. cr"o que podemos distinguir con suma claridad entre ciertos sona. lncluso la sencilla conversación de gestos que puede ser man'
tipos de e:rlxriencias, que llamamos subjetivas porque sólo nosotro¡ tcnida en las formas inferiores puede ser explicada por el hecho de
tenemos a ellas, y la experiencia que llamamos reflexiva' que dicha conversación de gestos tiene una función inteligente. Aun
"...*
r0 Nuc¡t¡a *lccció¡ co¡¡t¡uctiva de .¡uc¡tro m¿dio e¡ lo proyecta
que denonrin¡mo¡ try una part€ de proceso social. si es incorponda a la conducta
.ip.i-.t *otido d.t El organicmo no cu¡lid¡dcr "lri
del individuo, no sól,o mantiene dicha función, sino que además
".oo.i.i.ü;.o tétmino'
l?,?lf *-Hl:Lfil':f t"T'"'iiü-e"111: adquiere mayor capacidad. Si yo puedo adoptar la actitud de un
fr:#1fl#nx'l"'.:i,':ffi
r.t.lit."t", o a aqucl en término¡ má¡ ;;ig" .or, .l cual sostendré una discusión, al adoptarytal actitud
illil, ¿I1..iüriJ"Já. .cn.que
jl'i.'.ili¡¿'i.liit"-lói otitnit-ó¡.biológico¡ -babl¡ndo
v lo¡ órsanor cqeciela dc
íf,li"r'.1-: i-i* ót¡to¡- alimcnticio¡' Si no bubi¿l organirnor podié aplicarla a mí mismo y replicar como él replica' podté dar
lo¡ ¡entido¡ ¿" ,urgrm¡.Iili que si no hubiese empleado en mi
.r;1.i1"1i"-iir:li.: -o.ho mejor forma a las cosas
ixt"f dÉ1ffi 'f 'tr{F-*Si;"::#l{"J:i'Hfi cn l¡ mcdid¡ gg que conducta esa conversación de gestos. Lo mismo rige en cuanto a ó1.
;l;;;¿;i" - nrirJ-l-fen"do ¡l c¡rácter dcl medio,
¡u.lt¡or o¡g¡ni¡mo¡ bum¡-
IrT.r'.iilñ'jii ;;i;;"i;";6-lon*ruc_tiva¡rmtc.por
-¿"pá¿l Es bueno para ambos meditar por anticipado acerca de la situación.
nor. y c! le mcdid¡ ."-qo. -d¿ la rclaci|¡i
.¡tF cl prinero (en cuento
cada individuo tiene que adoptar también la actitud de la comu-
de ial'modo rcleccio¡ado o construído) y lot úItlmor'
ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 197
t96 GEORGE H. MEAD
tal
cabo gtacias a la interacción de los individuos' Naturalmente'
nidad, la actitud genetalizada. Tiene qu€ estar preparado Para actuar mediante intet-
es la fárma en qu€ la sociedad progresa, precisamente
conreferenciaasuspropi"tcondiciones'talcomoactuaríacualquier de-una cosa'
acciones como aquellas en que una p€rsona piensa acerca
individuo de la comunidad. Continuamente cambiamo., at algunos sentidos, nu€stro sistema so-
Uno de ro, -"yoti* en el desarrollo de la comunidad
"Jtt"'t* cial, y podemos hacerlo inteligentemente porque lrnsamos'
y
eurgecuandoesareaccióndelacomunidadsobreelindividuoadopta
con ello fai.t..l proceso reflexivo dentro del cual surge la persona;
i"-i". ff""raremos fot-" institucional. Queremosensignificar
determinadas cir- lo que he estado tratando de hacer es distinguir esta clase de con-
q".=i.¿iri comunidai actúe hacia el individuo, cien.ia de la conciencia en cuanto serie de caracteres determinados
ninguna diferencia'
cunstancias, en una f"t-" ídéntica' No establece por por parte de cierta cl"se de objetos' al organismo'
alguna pertenencia r -Es la accesibilidad,
en relación con una frron, que le está robando cierto que nu€stro pensamiento no es más que pensa-
En esas condi-
uno, el hecho ¿. qo. t tt"te ?t Ju"", Pedro o Diego' -mientras
miento-1s accesible sólo al organismo. Pero ese carictet común
toda la comu-
ciones, se produce una reacción idéntica por
parte de que el pensamiento
de ser accesible solamente al organismo no hace
nidad. Es así coflro se forma una institución' o la persona se conviertar, .r, "1go que t€n€mos que identificar
con
brevemente'
Y ahora hay otra cuestión a la que quiero ¡eferirmedesaprob'ación un giopo de objetos simplementi accesibles' No podemos- identificar
la
La única forrna ." q"i p"¿tmos reeccionar contra de comu- l, irron" .on lo qo" .o-ú,,-ente se denomina conciencia' es decir'
una clase superior
de la cornunidad eniira es estableciendo
.oi t" presencia privada o subjetiva de los caracteres de los objetos.y
votos a la que
ii¿r¿, que, en cierto sentido, supere en número de ir en contre de Existe, por supuesto' una áisdnción común entre la conciencia
conocemos. urr" p"tt"it potat ílegar
al punto de experien-
ella sola contre el la conciencia de sí, en la que la primera responde a ciertas
todo el mundo q".-i.-io¿""; po.á. levantarse
o la del placer' y la segunda se ¡efiere a
a sí misma con la cias tales como la del d.olor
mundo. Pero, para t ili ttf toJa' ha dc hablarse :¡n reconocimi€nto o aparición de la persona como objeto'
Empero'
las voces del pasado y del futuro'
lo, a"la razói, Tiene que abarcar lograr rrna voz que por lo general ,. ,opon. que estos otros contenidos conscientes
puede
Br" .t la única forma .n qot la persona
ir""r, ,pi'..¡ada asimismo una conciencia de sí' que un dolor es
siem'
,"" *"yo, que la voz de la comunidad' Por lo general' suponemos a algún
p.e el áolo. de alguien, y que si no, existiese esa teferencia
;;.Jvoz generalll ir."-o"idad es idéntica a la cornunidad más individuo, no se trataría de dolor. Hay en esto un elemento
de ver-
costumbre orga-
ltrnti" del plsado y el futuro; suponemos que unacosas que uno no dad sumamente definido' pero está lejos de decirlo todo' El dolor
liÁa^ r"pr-.rrrrt" lo que llamamos moralidad' Las tiene que pertenecer ,r...s"iiamente a un individuo; tiene
que ser de
Si adoptamos la actitud
n"¿ h"i.. ,on Ut d". todosconcondenatían'
nuestras propias reacciones' la ante-
uno, si le va a lxrtenecer a uno. El dolor puede pertenecerle
a cual'
ie l, .omunidad en relación quiera; pero si 1e perteneciera a todos, sería relativamente poco im-
rioresunaafirrnacióncierta,peronodebemosolvidaregaotfacapa. portante. Supongo que es concebible que' bajo un anestósico'
se
en que cambie el gesto
cidad, la de replicar a la comunidad e insistir prodo"." .rr," ¿i*.i".ión de las expetiencias' de modo
que los sufri-
cosas; podemos
d. i"' .o-oniáad. podemos reformar el orden desean mejores nor- mientos de uno ya no le pertenecen' por así decirlo' Tenemos
insistir en hacer que las nonnas de la comunidad .l;J"t de eso, ,in ll.g.t a la disociación anestésica' en una ex-
por la comunidad' Estamos
rnas. No estamos simpleme"te obligados pe.iencia de una .or" dÁagradable que pierde su poder sobre nos-
orr. .oi*rsación en la que lo que decimos es- escuchado otra Si'
otros porque concedemo, iot"t" atención a
dedicados alguna cosa'
" de ésta está afectada por
;;i;.;;nidad,-y en la cual la reacción
por decirlo así, podemos salirnos de la cosa' disociarla del ojo
loquetenemosque,decir.Estoesespecialmenteciertoensituaciones que ha perqigo- gran p^rte
.ri,i.rr. Un hombre se yergue y se defiende en relación con lo que iu. t. contemplai encontraremos quizá es una
opiniones' Quizá á. ,o, características de insoportable' Lo intolerable del dolor
hace; adopt" ro p-pi" ¿tfeisa; puede
pres€ntar sus reaccionar
reacción contra el mismo. Si urro puede llegar a
impedirse
con reslrcto a é1. El pro-
iüri.r-Liff r" "piii¿n de la comunidadque el individuo tiene' no contraelsufrimiento,severálibredeciertocontenidodelsufrimiento
ceso de la conversación es un proceso
en ser el dolor de
con la comunidad mismo. Lo que tiene lugar, en rigor' es qu€ deja de
,ál, .r derecho, sino también "t d.b.r, de hablar que se llevan a uno, Lo coniempla uno objetivamente' eso es tcdo'
Tal es el punto
de la cual forma parte y de provocar los cambios
*#r.

199
I98 GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD

de vista de que continuamente tratamos de imbuir a una pcrsonr cierto valor aparte de la persona. Al menos puede concederse que
que tiene tendcncia a dejarse arrastrar por las emociones. En ese caco, podemos llegar a un punto en qu€ algo que reconocemos como con-
no nos libramos del daño mismo, sino de la reacción contra el daño. icnido es cada vez menos esencial para la p€n¡ona, es apartado de la
que tenía para la
El carácter objetivo del juez es el de una lrrsona neutral que pudc frrsona actual y no tiene Ya pata ésta el valor
Irrmanecer simplemente fuera de una situación y aquilatarla. Si ¡nterior. Los casos extremos Par€€en respaldar la opinión de que
podemos adoptar esa actitud judicial en relación con el daño quc cierte parte de dichos contenidos puede ser separada absolutamente
de la persona. si b,ien, en cierto sentido, está presente, lista para apa-
nos infiere una p€rsona, llegamos al punto en que no noc hiere cl
daño, sino que lo entendemos, nos v€mos en una situación en quc ,*.. i. condiciones específicas, por ahora hállase disociada y no
entender es perdonar. Pot medio de tal actitud eliminamos gran 8e rnuestra por encima del umbral de nuestra conciencia de nos'
parte de la experiencia exterior a nuestra p€rsona. La actitud disti¡. otros mismos.
tiva y natuial hacia un daño es un resentimiento en relación con La conciencia de sí, por otra pafte, está definidamente organi-
zeda en torno del indiviáuo, y ello, como femos visto' no
es sim-
la persona qtre lo infidó, pero ahora hemos pasado, en cierto sentido,
y
plemente porque uno se encuentre en un grupo social sea afectado
más allá de esa persona y no,s convettimos en una lrrsona con otlaS
actitudes. Eriste cierta técnica, pues, a la que nos cornrtemos psr¡ po. ottot y ies afecte, sino porque (y éste es un punto que he
soportar el sufrimiento o cualquier situación emocional, y que con- venido subrayando) su propia experiencia como persona es una
siste en separar parcialmente la petsona de uno de la experiencia, de cxperiencia que uno recibe de su acción sobre otlos. Se convierte uno
modo que no sea ya la experrencia del individuo en cuestión. .n'on" persona en la medida en qu€ puede adoptat la actitud de
Si ahora pudiésemos separar enteramente la experiencia, a fin otro y i.tou hacia sí mismo como actúan otros' En el grado en
de no poder recordada, a fin de no ten€r que incorpor¡rla continua- que la conversación de gestos puede convertirse en parte de la con'
mente a la persona, día tras día, de momento en momento, entonces io.t" --*r, la dirección y fiscalización de la experiencia-, €n es€
ella no existiría ya, Frrt lo que a nosotros f€sp€cta. Si no tuviésemot grado puede surgir una lrrsona. Lo que constituye a una p€rsona
el recuerdo que.identifica las experiencias con la lxrsona, ellas dec- Jr.l pro.."o social de influir sobre otros en un acto social y luego
aparccerían, ciertamente, en lo que reErcta a su relación con la per- adopiar la actitud de los otros que ha sido provocada ¡nr el estí-
sona, y al mismo tiempo podrían continuar existiendo como exlr- aoio, y por fin reaccionar a su turno frente a esa reacción'
riencias sensoriales, sin ser incorporadas a la p€rsona. Esta clase de Nuestro cueq)o forma parte de nuestro medio; y es posible que
situación se presenta en el caso patológico de una personalidad múl- el individuo experimente su cuerpo y t€nga conciencia de él y de
tiple, en que un individuo pierde la memoria de cierta fase de ru las sensaciones corporales, sin tener conciencia de sí mismo: en otras
existencia. FIa desapatecido todo lo relacionado con esa fase de ru palabras, sin adoplar la actitud de los otros hacia é1. Según la teoría
experiencia, y aquél se convierte en una personalidad distinta. El social de la conciáncia, lo que entendemos por conciencia es ese caác-
pasado posee r¡na realidad, ya sea que se encuentre en la experiencia ter y asp€cto peculiares de la experiencia humana individual debidos
o no, Irro aquí no está identificado con la persona, no entra en la a la sociedad humana, a la sociedad de otras lrrsonas individuales
que adoptan la actitud de otros hacia ellas. La concepción teoría
composición de la persona. Adoptamolt una actitud de esa clase, por -o necesita
ejemplo, con rcferencia a otros, cuando una trrsona ha cometido al-
je la .oncie¡6i¿- fisiológica es, en sí misma, inadecuada;
gún tipo de injuria que p'rovoca una explicación de la situación, ser suplementada por el punto de vista sociopsicológico' [5 adopción
una admisión y qtizá pesadumbre y luego es olvidada. Una per- o .*rtrirn.t tación de la actitud del otro es lo que constituy€ la
sona que perdona pero no olvida es un compañero desagradable; .on.incia de sí, y no las meras sensaciones orgánicas de las cuales
junto al perdón tiene que ir el olvido, la eliminación del recuerdo tiene conciencia el individuo que las ha experimentado. Hbsta el
displacentero. surgimiento de su conciencia de sí en el proceso de la experiencia
social, el individuo experimenta su cue4to ss¡¡imientos y sen-
Existen muchos ejemplos que pueden presentarse en cua¡to a la -les
saciones ds [s¡s- simplemente como una parte inmediata de su
débil rclación entre los contenidos dados y una persona, en defensa
de nuestro reconocimiento de los contenidos como poseedores de medio, no como un cuerpo propio, no en términos de conciencia de
ilriflh

ESPÍRITU. PERSONA Y SOCIEDAD 201


200 GEORGE H. MEAD
que surglr' Es cierto que Cooley y James tratan de encontrarla base de la per-
de sí tienen ptimeramente
sí. La lrrsona y la conciencia sona en lis experiencias afctivas reflexivas, es decir, en las expe-
identificadas específicamentc
y luego ,"r., .*pt"tntitt- fotat" serpara adquirir' por así decirlo' riencias que involucran el "sentimiento de sí"; pero la teoría de que
con la persona' o "p'opi"¿"'
por ésta; la naturaleza de la 1rrsona debe encontrarse en tales experiencias no
esra herencia ¿. r" .*iirl*l"l
., p*.i* que la p€rsona se desarrollces¡ explica el origen de la persona, ni el del sentimiento de sí, que se
;;i;;;;;;J.oiio d:i^;;;,o.i,r.n er
cuar está invorucrada
,opon. que caracteriza tales experiencias. En dichas experiencias el
herencia. individuo no necesita adoptar las actitudes de los ottos hacia é1, pues-
organismo individual integrr
Gracias a la conciencia de sí, el conviertc to que ellas, en sí mismas, no exigen que lo haga; y, a menos de
en cierto sentido tt ;;;; ambiental;.su propio cuerpo se que lo hiciera, no podrá desarrollar una lrrsona; y no hará tal cosa
ambientales a los cuales reaccion¡'
en parte de la serie ¿"-t-'tirnotos elevadot con las mencionadas experiencias si su persona no se ha originado
t"-t:l--'," sus planos más
Aparte del contextJ;i;;;;;;" ya de otro modo, a saber, el modo que hemos venido describiendo.
La .sencia de la persona, como hemos dicho, es cognoscitiva: teside
sación de gestos co"ttltitt
entre los organismos ly::*s,-::
-¡qrrgttggenloscualesinvolucracomunicaciónconscienteyconvet- en la conversacián de gestos subjetivada que constituye el pensa-
individual no se opone a si mlsmo'
interactúan en él-, tl o'gani'mo miento, o en términos de la cual opera el pensamiento o la reflexión.
no se convierte' en cuanto un todo'
corno un todo, contra el medio; Y de ahí que el origen y las bases de la persona, como los del pen-
en un objeto p"'" 'i (y' por lo
tanto' no es consciente de sí); no
samiento, sean sociales.
es, en cuanto o,, i"" Jtt-il"f" al cual reaccione' Por el contrario'
y lor
'oio,
responde solamente a part€s
o aspectos separados de sí mismo'
de sí' sino simplemente como
considera, oo .o.o pliit" " "tp"ttos 22. EL "Yo" Y EL "Mf"
en general' Sólo dentro del procerc
;;il;;ctos -'i'1"medio
de-su
social en ,o, pl""ol ittu"¿os' sólo en términos de las forma¡
o de la situación social' logra el Hemos analizado en detalle las bases sociales de la persona, e
más desarroilaAas det medio social
en un objeto para sí, y, de insinuado que la p€rsona no consiste simplemente en la pura orga-
organismo indiviauai iot"l .on.r.rtirse nización de las actitudes sociales. Ahora podemos plantear explí'
proceso social en sus planos inferiores'
ahí, en consciente de sí; en el citamente la duda en cuanto a la naturaleza del "yo" consciente del
o situación psicológica lógi'
no conscien,.r, y á'iiiá tn tt medio .,mí" social. No pretendo plantear la cuestión metafísica de cómo
de la exlxriencia y la conducta
camente pru..d.rrt"-J;;;; social
en un objeto para sí' En la una persona puede ser a la vez "yo" y "mí", sino investigar la
presupuesta po, e't', lo " ton"ierte
puede- ser denominada conciente
de sí' signiiicación áe tal distinción desde el punto de vista de la conducta
experiencia o .ondott' que a aparcce el "yo" frente al "mí"?
actuamos y ,.".t*it* ttpttitlmentc con referencia nosotros -]r-r. ¿En qué punto de la conducta
toi' a otros individuos; y ser Si uno determina cuál es su posición en Ia sociedad y se siente po-
mismos, aunque t;;iét "ft"ncia y todo ello es definido con
convertirse en un objeto para sí seedor de ciertas funciones privilegios,
corfsciente de sí es, esencialmente' "yo" no un "mí" y no puede con-
sociales de uno con los otros
individuos' referencia a un "yo", pero el es
en virtud de las ,.mí".
'ii"tio"tt central del pensamiento' cuando vertirse €n un Puede que haya en nosotros dos personas, una
Debería ,oU'"y'^t la posición el "yo" frente al
se considera le naíuraleza de
la persona' La conciencia de sí' antes mejor y otra peor, pero eso, vna vez más, no es
pro' "mí", porque ambos son personas. Aprobamos a una y desaproba-
con sus acompañamientos motores'
;;; .*.riencia afectiva' primaria de la pelsona' que de
mos a la otra, pero cuando hacemos surgir a una u otra, están pre-
porciona el meollo y la estructura
cognoscitivo antes que emo- sentes, peratal aprobación, en su calidad de "mí"' El "yo" no apa-
irt *¿o es un fenómeno esencialmente i¡¡s¡¡¿lización y
cional. Et pro.t'o?-' ftn'"-it"t"
o intelectual
-t¿ rece en el proscenio. Hablamos con nosotros mismos, p€ro no nos
de la conversación externa
dramatizaci¿t in"tiJt' por el individuo' vemos. El "yo" reacciona a la persona que surge gracias a la adop-
su principal modo de inter-
de gestos ,igt ifi;;;;; {ot tottt'itove ción de las actitudes de otros. Mediante la adopción de dichas actitu-
pert€necienttt á l" misma 36sisd¿d- sg "yo"'
acción con otros individuos des, hemos introducido el "mí" y reaccionamos a él como a un
génesis y desarrollo de la persona'
la primera frr. .*pu'it"cial en la
i+€*!

202 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 20t

La forma más sencilla de encarar el problema sería haciéndolo dc reacciones organizadas. Y el que logre tener cgnciencia de si
en términos de la memoria. Flablo conmigo mismo, y recuerdo lo quc ¡c debe a la capacidad del individuo para adoptar lae actitudes de
dije y quizás el contenido emocional que acompañaba lo que dije' .ros otros en la medida en que éstos pueden ser organizados. La
El "yo" de este momento está presente en el "mí" del momento rdopción de todas esas series de actitudes organizadas le proporcio-
siguiente. Y aquí, una vez más, no puedo volverme con suficientc ne su "mí"; ésa es la persona de la cual tiene conciencia. Puede
l'apídez como para atraparme a mí mismo. Me convierto en un lenzar la pelota a algún otro miembrro gracias a la exigencia que
"mí" en la medida en que r:ecuerdo lo que dije. $in embargo, al l: presentan otros miembros del equipo. Esa es la persona que existe
"yo" puede concedérsele esa relación funcional. Gracias al "yo" inmediatamente para él en su conciencia. Tiene las actitudes de
decimos que nunca tenemos conciencia plena de lo que sc,moc, qut cllos, sabe lo que ellos quieren y cuáles serán las consecuencias de
no¡¡ sorprendemos con nuestra propia acción. Cuando actuamot, cualquier acto de é1, y ha asumido la responsabilidad de la eitua-
t.n.tttor conciencia de nosotros. En la memoria, la experiencia del ción. Pues bien, la presencia de esas series de actitudes organizadas
"yo" está constantemente presente. Podemos fetroceder directamente constituye ese "mí" al cual reacciona como un "yo". Pero ni él
unos pocos momentos en nuestra experiencia, y luego, para cl ni ningún otro sabe cuál será dicha reacción. Quizás haga una ju-
resto, dependemos de las imágenes de la memoria. De modo quc gada brillante o cometa un error. La reacción a esa situación, tal
el "yo", en la memoria, está Presente como voceto de la persona como aparece en su experiencia inmediata, es incierta, y ello es lo
en cuanto al segundo, minuto o días pasados. Tal comp está dado, que constituye el "yo".
es un "mí", p€ro un "mí" que fué el "yo" en un tiempo anterior' El "yo" es la acción del indivitiuc fre¡te a la situación soci¿l
Si se pregunta, pues, dónde aParcce el "yo" directamente, en la que existe dentro de su propia conducta, y se incorpora a su expe-
experiencia de uno, la respuesta es que apa¡ece como una figura riencia sólo después de que ha llevado a cabo et acto. Entonces tiene
histórica. El "yo" del "mí" es lo que uno era hace- un segundo' conciencia de éste. Tuvo que hacer tal y cual co$a, y la bizn. Cum-
Es otro "yo" que tiene que adoptar ese papel. No se puede obtener ple con su deber y puede contemplar con orgullo lo ya hecho.
la reacción inmediata del "yo" en el proceso !1. El "yo" es, en cierto El "mí" surge para cumplir tal deber: tal es la forma en que nace
sentido, aquello con lo cual nos identificamos. Su incorporación en su exlrriencia. Tenía en sí todas las actitudes de los otros, pro-
a la experiencia constituye uno de los problemas de la mayor parte vocando ciertas reacciones; ése eta el "mí" de la situación, y su
de nuestra experiencia consciente; no es dado dirsctamente en la reacción es el "yo".
experiencia. Quiero llamar en especial la atención sobre el hecho de que esta
El "yo" es la reacción del organismo a las actitudes de lo¡ reacción del "yo" es algo más o menos incierto. Las actitudes de
otrosl2; el "mí" es la serie de actitudes organizadas de los otros los otros, que uno adopta €n cuanto afectan a su ptopia conducta,
que. adopta uno mismo. Las actitudes de los otros constituyen el constituyen el "mí", y eso es algo que existe, pero las reacciones a
"mí" organizado, y lucgo uno teacciona hacia ellas como un "yo". ello no se han dado aún. Cuando uno st sienta a meditar en algo,
Examinaremos ahora con mhyor€s detalles estos concqltos. posee ciertos datos que existen. Supongamos que se trata de una
No hay "yo" ni "mí" en la conversación de gestos; el acto situación social que tiene que resolver. Se ve a sí mismo desde el
completo no ha sido llevado a cabo aún, pero la preparación tiene punto de vista de uno u otro individuo del gtupo. Estos individuos,
lugar en ese campo del gesto. Ahora bien, en la medida en que el relacionados todos juntos, le confieren cierta lrrsona. Bien, ¿qué
individuo despierta en sí las actitudes de los otros, surge un grupo debe hacer? No lo sabe, y no lo sabe nadie, Puede incorporar la
situación a su experiencia porque puede asumir las actitudes de los
1r La-nosensibilidad del organismo po¡e peft€s
-medio,.de sí mi¡mo co el medio.
si¡
cmbargo, tleva el proceso iit.l mirttto al y la prerentación imaginative distintos individuos involucrados en ella. Sabe cómo piensan ellos
;;;;Éd Jel organirmo cs incapaz de precentar la vid¡-delvida, .o-rganismo' Pucde
co¡- al respecto, gracias a la adopción de sus actitudes. Dice virtualmen-
;;bi;;q"; pt*ónt" las condiciónec en que-tiene-.luga.r la oigue pcto.no el proccso
vital unita¡io. El organismo fisico, en et ¡nedio, eiempre ciendo una co' te: "He hecho ciertas cosas que parecen obligarme a cierta forma
-- (MS).
sa de conducta". Quizá si actúa de ese modo, se colocará en una falsa
if-ib"." el "yo" visto como iadividuo biológico' véare Ensayoe Supte- situación con respecto a otro grupo. El "yo", en cuanto reacción a
mentarios II v III.I
204 GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 205

esa situación, en contraste con el "mí" involucrado en las actiü¡dal rcción del "yo" es algo cuya natvrelez no podemos predecir por
que adopta, es incierto. Y cuando la reacción se olt€ra, entoncet a¡t¡. rnticipado.
rece en el cam¡ro de la experienoia, mayormente como una imagen dr El "yo", pues, €n esta relación entre el "yo" y el "mí", es algo
la memoria. qu?, por decirlo así, reacciona a una situación social que se encuen-
Nuestro presente especioso, en cuanto tal, es sumamente corto. tr¡ dentro de la experiencia del individuo. Es la respuesta que el
Ello no obstante, experimentamos los acontecimientoe fugaces; ¡nt. lndividuo hace a la actitud que otros adoptan bacie é1, cuando él
te del proceso de los acontecimi€ntos pasajeros existe directamenta rdopta una actitud hacia ellos. Ahora bien, las actitudes que él
en nuestra experiencia, incluso algunos del pasado y algunos dcl rdopta hacia ellos están presentes en su propia experiencia, pero su
futuro. Vemos una pelota que pasa, al ceer, y, cuando pasa, partc rc¡cción a ellas contendrá un elemento de novedad, El "yo" propor-
de la pelota es visible y parte es invisible. Recordamos dónde estabr ciona la sensación de libertad, de iniciativa. La situación existe para
la pelota un momento antes y prevemos dónde estará después, rnl- nosotros, para que actuemos en forma consciente de nosotroo. Tene-
allá de Io que se da en nuestra experiencia. E igualmente en cuanto moc conciencia de nosotros, y de lo que es la situación, Irro jamás
a nosotros mismos; hacemos algo, pero miramos hacia atrás y vemot cntra en la experiencia la manerd ex?cta en qu€ actuaremos, h:¡ota
que lo que estamos haciendo involucra poseer imágenes anímica¡. dcspués de que tiene lugar la acción.
Dt modo que el "yo" aparece en realidad, experiencialmente, como Tal es la base del hecho de que el "yo" no apmezca en la
una part€ de un "mí". Pero sobre ta base de esta experiencia, distin- cxperiencia en el mismo sentido que el "mí". El "mí" representa
guimos al individuo que hace algo, del "mí" que le plantea el pro- una organización definida de la comunidad, presente en nuestras pro-
blema. La reacción entra en su experiencia sólo cuando tiene lugar. pias actitudes y provocando una reacción, pero la reacción es algo
Si'el individuo dice que sabe lo que va a hacer, aun entonces puedc que simplemente sucede. No hay certidumbre en relación con ella.
estar equivocado. Comienza a hacer algo, y ocurre cualquier cosr Existe para el acto una necesidad moral, pero no una necesidad me-
que le presenta obstáculos. La acción resultante es siempre un lrcco cánica. Cuando tiene lugar, nos damos cuenta de que ha sido he-
distinta de cualquier cosa que hubiese podido prever. Esto rige in- cho. La explicación anterior nos proporciona, creo, la posición re-
cluso para cuando está simplemente llevando a cabo el proceso de lativa del "yo" y el "mí" en la situación, y los motivos para la
caminar. El simple hecho de dar los pasos esperados le coloca en separación de ambos en la conducta, Los dos están separados en el
cierta situación que tiene un asp€cto levemente distinto del que se proceso, pero deben estar juntos, en el sentido de ser partes de un
eryera, cosa que, en cierto sentido, es novedosa. Ese movimiento todo. Están separados y, sin embargo, les corres¡ronde estar jun-
hacia el futuro es el paso, por así decirlo, del ego, dcl "yo". Es algo tos. La separación del "yo" y el "mí" no es ficticia. No son idén-
que no está dado en el "mí". ticos, porque, como he dicho, el "yo" es algo nunca enterament€
'Tómese la situación de un hombre de ciencia resolviendo un calculable. El "mí" exige cierta clase de "yo", €n la medida en que
problema acerca del cual posee ciertos datos qu€ provocan ciertas cumplimos con las obligaciones que se dan en la conducta misma,
reacciones. Parte de esa serie de datos exige que les aplique tal y pero el "yo" es siempte algo distinto de Io que exige la situación
cual ley, en tanto que otras series de datos exigen otra ley. Los misma. De modo que siempre hay esa distinción, si así se prefierc,
datos están presentes con sus inferencias. Sabe qué significa tal y entre el "yo" y el "mí". El "yo" provoca al "mi" y al mismo
cual coloración, y cuando tiene los datos ante sí, ellos representan tiempo reacciona a é1. Tomados juntos, constituyen una persona-
ciertas reacciones por su parte; pero ahora están ya en confticto los lidad, tal como ella en la experiencia social. La persona es
unos con los otros. Si tiene una reacción, no puede tener la otra. No ^parcce
esencialmente un proceso social que se lleva a cabo, con esas dos fa-
sabe qué hará, ni lo sabe nadie. La acción de la persona se produce ses distinguibles. Si no tuviese dichas dos fases, no podría existir
en reacción a esas series de datos en conflicto, en forma de un pro- la responsabilidad consciente, y no habría nada nuevo en la ex-
blema, que le presentan a é1, en cuanto hombre de ciencia, exigen- periencia.
cias en conflicto. Tiene que verlo desde distintos puntos de vista. Esa
206 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 207

[a actitud del otro frente al propio estímulo de éste, y al adoptarla la


23. L¡s ¡crrruDEs soctAI.cs y EL MUNm rfstco encuentra modificada en el sentido de que su reacción se hace dis-
tinta y conduce, a su vez, a nuevos cambios.
La persona no es tanto una sr¡stancia como un proceso en cl Las actitudes fundamentales son, presumiblemente, aquellas que
cual la conversación de gestos ha sido internalizada en un orga- sólo son cambiadas gradualmente, y ningún individuo puede re-
nismo. Este proceso no existe por sí mismo, sino que es simple- organizar toda la sociedad; pero uno afecta continuam€nte a la so-
mente una fase de toda la organización social de la que el indi- ciedad por medio de su propia actitud, porqu€ provoca la actitud
viduo forma parte. La organización del ¿cto social ha sido del grupo hacia é1, reacciona a ella y, gracías a dicha reacción, carn-
internalizada en el organisrno y se convierte en el espíritu ¿el indi- bia la actitud del grupo. Naturalmente, esto es lo que constante-
viduo. Aun así, incluye las actitudes de otros, pero ahora alta- ment€ €stamos haciendo en nuestra imaginación, en nuestro pensa-
mente organizadas, a tal punto que se convierten en lo que llama- miento; utilizamos nuestra propia actitud para provocar una distinta
mos actitudes sociales antes que en papeles de individuos separados. situación en la comunidad de la cual formamos parte; nos esforza-
Este proceso de relacionar el propio organismo con el de los otros, mos, exponemos nuestra opinión, criticamos la actitud de otros y
en las interacciones que se llevan a cabo, constituye la persona en aprobamos o desaprobamos. Pero podemos hacer tal cosa, sólo
la medida en que es internalizado en la conducta del hombre con la en la medida en que logramos provocar en nosotros la reacción
conversación del "yo" y el "mí" 18. El valor de la internalización de de la comunidad; sólo tenemos ideas en la medida en que tenemos
la conversación de gestos dentro de la conducta del individuo, reside capacidad para adoptar la actitud de la comunidad y luego reaccionar
en la superior coordinación conquistada para la sociedad en su con- a ella.
junto, y en la mayor eficacia del individuo como miembro del gru-
En el caso de los animales inferiores, la reacción del individuo
po. Es la diferencia entre el proceso que puede tener lugar en un gru- a la situación social, su g€sto en contraste con la situación social, es
po de ratas o abejas u hormigas y el que puede ocurrir en una lo que corresponde a la idea en el animal humano. No es, sin embar-
comunidad humana. EI proceso social, con sus distintas inferencias, go, una idea. Empleamos el gesto vocal para provocar la reacción
es incorporado realmente a la experiencia del individuo, de modo que corresponde a la de la comunidad. Tenemos, entonces, en nues-
que lo que ocurre tiene lugar más eficazmente, porque, en cierto tro propio estímulo, una respuesta a esa reacción, y esta respuesta
sentido, ha sido ensayado en el individuo. Este no sólo desempeña es la idea. Uno dice: "tengo la idea de que es preciso hacer tal y
mejor su papel en tales condiciones, sino que, además, reacciona ante cual cosa". l-a idea de uno es la respuesta gue uno ofrece a la exi-
la orgenización de la cual forma parte. gencia social que se le hace. La exigencía social, digamos, es que uno
La propia natanaleza de la conversación de gestos exige que la pague inr.puestos de cierta clase. LFno considera ilegítimos tales
actitud del otro sea can¡biada por mediación de la actitud del indi- impuestos. Entonces, la respuesta a la exigenci¿ de la comunidad
viduo al estímulo del otro. En la conversación de gestos de las for- ---+specíficamente, al imponedor de contribuciones-, tal como tiene
mas inferiores, el juego de vaivén es advertible, puesto que el indi- lugar en la expedencia de uno, es una idea. En la medida en que
viduo no sólo se adapta a la actitud de otros, sino que, también, uno tiene en su propia conducta símbolos que son la expresión de la
cambia la actitud de los otros. La reacción del individuo, en esta réplica a la exigencia, en esa medida tiene uno la idea de cuál debe-
conversación de gestos, modifica continuamente, en cierto grado, ría ser realmente el impuesto. Se trata de una situación ideal, en
el proceso social mismo. Y esta modificación del proceso resulta cuanto que uno adopta el papel del imponedor de contribuciones, en
de Ia mayor importancia en la experiencia del individuo. Este adopta contraste con uno mismo, y reacciona ante é1. No se patece a la
18 Segú¡ crtc punto de vista, la conunicació¡ conrientc c¿ de¡a¡rolla ¡ situación de la riña de perros, donde el perro se prepara para saltar
partir de l¡ comunicación inco'nriente dmtro del proceso ¡ocial; la conveoación realmente y el otro adopta otra actitud que frustra ese salto. La
en término¡ de gcrtor aignificentcr, a partir de la co¡veroció¡ en término¡ dc
gestos no significantes; y el desarrollo, de tal manera. dc l¡ comunicaciól co¡¡- diferencia consiste en que la conversación de gestos es parte de la
ciente, coincide co¡ el de¡a¡rollo de lo¡ crpíritur y lar perronar dentro del p¡oceso riña real rcalizada, en tanto que, en el otro caso, uno adopta por
social.
208 GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 209

anticipado la actitud de las autoridades impositivas y üed o pro- nuestra parte y para llevarlo hasta el punto en que pueda ser com-
voca su propia reacción a ella. Cuando tal cosa sucede en la expe- pletado el acto social.
riencia de uno, se tienen ideas. El "mí" y el "yo" residen en el proceso de pensamiento, e indi-
IJna person e le amenaza a uno, y uno la derriba en el acto. En can el toma y daca que caracteriza a éste. No existiría un "yo", en el
esa situación no ha intervenido ningún elemento ideal. Si uno cuen- sentido en que usamos este término, si no hubiese un "mí"; no ha-
ta hasta diez y piensa en lo que significa le amenaza, está teniendo bría un "mí" sin una reacción en la forma del "yo". Los dos, tales
una idea, está poniendo la situación en un marco ideal. Es eso como aparecen en nuestra experiencia, constituyen la personalidad.
lo hemos visto- lo que constítuye lo que denominamos espíritu. -ya Somos individuos nacidos con cierta nacionalidad, ubicados en cier-
Adoptamos la actitud de la comunidad y reaccionamos a ella, en to punto geográfico, con tales y cuales relaciones familiares y tales
€sa conversación de gestos. Los gestos, en este caso, son g€stos vo- y cuales relaciones políticas. Todo ello representa cierta situación
cales. Son símbolos significantes, y por símbolo no nos referimos que constituye el "mí" ¡ l>ero esto involucra necesariamente una ac-
a algo que reside fuera del campo de la conducta. Un símbolo no ción continuada del organismo hacia el "mí", en el proceso dentro
es otra cosa que el estímuto cuya reacción es dada por anticipado. del cual reside. La persona no es algo que exista primeramente y
Eso es todo lo que quiere decit para nosotros un símbolo. FIay una luego entre en relación con otros, sino que, por así decirlo, es un
palabra y un golpe. El golpe es un antecedente histórico de la pa- remolino en la corriente social, y, de tal manera, una parte de la
labra, pero si ésta representa un insulto, la reacción es tal que está corriente. Es un proceso €n que el individuo se adapta continua-
involucrada entonces en la palabra, es algo dado en el estímulo ment€, por anticipado, a la situación a la cual pertenece y reacciona
mismo. Eso es todo lo que represent¡ un símbolo. Pues bien, si ante ella. De modo que el ".yo" y el "mí", ese pensamiento, esa
dicha reacción puede ser dada en términos de una actitud utiliz¡da adaptación consciente, se convierte entonces en part€ de todo el pro-
para el posterior control de la acción, entonces la relación entre ese ceso social y torna posible una sociedad más altamente organizada.
estímulo y la actítud es lo que ent€ndemos por símbolo signifi- El "yo" y el "mí" pertenecen a la conversación de g€stos, Si
cante. hubiese simplemente "una palabra y un golpe", si uno respondiese
Nuestro pensamiento que, como decimos, se lleva a cabo dentro inmediatament€ a una situación social, sin reflexión, no existiría
de nosotros, es un juego de símbolos en el sentido antedicho. Gra- personalidad en el sentido antes mencionado, del mismo modo que
cias a los gestos, las reacciones son ptovocadas en nuestras propias no existe personalidad en la naturaleza del caballo o el perro. Nos-
actitudes, y en cuanto son provocadas, despiertan, a su vez, otras otros, naturalmente, tendemos a dotar de personalidad a nuestros
actitudes. Lo que antes era significación se convierte ahora en un animales domésticos, pero cuando logramos conocer sus condicio-
símbolo que tiene otra significación. La significación se ha con- nes nos damos cuenta de que no puede efectuarse esa clase de intro-
vertido, ella misma, en un estímulo para otra reacción. En la riña ducción del proceso social en la conducta del individuo. Los ani-
de perros, la actitud de uno tiene la significación de cambiar la acti- males no tienen el mecanismo para ello: el lenguaje. De modo
tud del otro lrrro, pero el cambio de actitud se convierte entonces en que decimos que no tienen personalidad; no son responsables por
un símbolo (aunque no en un símbolo de lenguaje o significante) la situación social en que se encuentran. El individuo humano,
para el primer perro, y también éste cambia de actitud. Lo que por el contrario, se identifica con esa situación social. Reacciona
era una significación se hace entonces estímulo. La conversación si' a ella, y aunqu€ sus reacciones pueden tener la natutlleza de una
gue continuamente, y lo que era reacción se convierte, en el campo del crítica así como de un respaldo, involucran una aceptación de la
gesto, en un estímulor / €n la reacción a éste que es la significación. responsabilidad presentada por la situación. Tal aceptación no
Las reacciones son significaciones en la medida en que están dentro existe en el caso de los animales inferiores. Ponemos personalidad
de esa conversación de gestos. Nuestro pensamiento es tal cambio de en los animales, pero ella no les lxrtenece; y ala postre nos damos
situación, gracias a nuestra capacidad para incorporarlo a nuestra prc- cuenta de que esos anímales no tienen derechos. Estamos en liber-
pia acción, para cambiarlo de modo que exija una actitud distinta de tad para matarlos; no se comete ningún daño cuando se mata a un
2ro GEORGE H. MEAD ESPIRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 2tl
hacemos abstracción de esa clase de reacción gracias a lo que llegamos
animal. Este no ha perdido nada, porque el futuro no e4iste pare
¡ conocer de tales objetos 16.
Ebtlrro, la rcacción inmediata es so-
el animal; éste no posee €n su experiencia un "mí" que Por medio
de la reacción del "yo" se encuentfa en oierto sentido bajo su control,
cial; cuando trasladamos un proceso lxnsante a la naturalezt, es'
a fin de que el fututro pueda existir para é1. No posee un pasado tamos haciendo racional a ésta. Ella actúa como se espera qu€ ac-
consciente, pu€sto que no tiene una P€rsona de la clase que hemot túe. Nosotros adoptamos la actitud de las cosas físicas quc nog
venido desciibiendo, una lrrsona que pueda ser extendida hacia el rodean, y cuando carnbiamos la situación, la naturalez¿ reacciona en
pasado por los recuerdos. En la experiencia de los animales inferiotts forma distinta.
ixisten,-presumibler¡ente, imágenes, pero no ideas ni recuerdos en cl La mano es reqronsable de lo que llamo cosas físicas, dietinguien-
sentido exigido 1.. No poseen una personalidad que mira hacia atrás y do la cosa físic¿ de lo que denomino la consumación del acto. Sí
hacia adelante. No tienen ese futuro y ese pasado que les confie¡en, tomásemos nuestros alimentos como lo hacen los l)€rros, con los
por decirlo así, derechos €n cuanto tales. Y, sin embargo, la actitud mismos órganos con que los masticamos, no tendríamos motivo
.orrrúo es la de asignarles precisamente personalidades como lac alguno para distinguir el alimento, en cuanto cosa física, de la vet-
nuestras. Les hablamos, y al hablarles actuamos como si tuviesen dadera consumación del acto, la ingestión del alimento. Lo toma-
la clase de mundo interior que tenemos nosotros' ríamoc con los dientes, y el acto mismo de tomado sería el acto de
una similar atribución está presente en la actitud inmcdiata comerlo. Fero en el caso del animal humano, la mano se inter-
que adoptamos hacia los objetos físicos inanimados qu€ nos rodean' pone entre la consumación y ol transporte del objeto a la boca. En
io-"o,or hacia ellos la actitud de seres sociales. Esto es más corn- tal caso estamos manipulando una cosa física. Dicha cos¿ alx¡tece
plicadamente cierto, por supuesto, en aquellos a quienes denomi- entre el comienzo del acto y su consumación final. En ese sentido,
t"-o, poetas de la naturaleza. El po€ta se encu€ntra en una rela- es un universal. Cuando hablamos de un¿ cosa, estamos p€n-
ción soiial con las cosas que le rodean, hecho que quizá se adviertc sando en una cosa física, en algo que podemos tomar. Hay, 1rcr su-
más vívidamenre en wordsworth. Las "Lines on Tintern Abbey"
puesto "cosas" que no se pueden tomar, tates corro los derecbos
nos proporcionan, creo, las relaciones sociales de wordsworth cuan- de propiedad y la imaginación de un poeta; pcro corrientemente,
do era ,tino y la continuación de las mismas a través de su vid¡. su cuando hablamos de cosas, nos referimos a las cosas físicas. Los ca-
explicación áe la relación del hombre con la naturaleza es esencial- racteres que las comfnnen están determinados primariamente por la
una relación social' Esta actitud social mano. El contacto constituye lo que denominamos la sustancia de
-*t. la relación del amor, física es prccisamente la gue uno tiene
del individuo hacia la cosa tal cosa. Tiene color y olor, por supuesto' Ixro nosotros pensa-
hacia orros objetos; es una actitud social. El hombre propina un mos que éstos son inherentes al algo que podemos manipular, la
puntapié a la silla con la cual tropieza, y siente cariño hacia un cosa física. Dicho algo es de grandísima importancia en el desarrollo
oUj.tó relacionado con él en su trabajo o en sus diversiones. La
de la inteligencia humana. Es universal, en el s€ntido de que es
niños a las cosas que les rodean, es social.
una cosa física, ya sea que la consumación sea la de comcr o la
reacción inmediata de los
Existe una base evidente para la reacción especial quc tenemos ante
cualquier cosa pequeña de escuchar un concietto. Existe toda una serie de cosas físicas
las cosas pequeñas, puesto que hay algo en
que se inter¡ronen entre el comienzo de un acto y su consuma-
qge p¡ovoca una reacción paternal; esag cosas provocan una reacción
ción, Irro son todas universales, en el sentido de que pertenecen a la
paternal qu€ e8 universal. Y esto rige para las cosas físicas tanto
experiencia de todos nosotros. La consumación que obtenemos de
como para los animales.
El objeto físico constituye una abstracción a partif de la reacción ró Se descubre que cl objeto físico e¡ eee objeto h¡cia cl cu¡l no exi¡te nin-
goo" na"..iáo ¡ocial gue p¡ovoquc e ru v.z un¡ ¡e¡cción ¡ocial eri el individuo.
social a la natu¡aleza. Hablamos a la naturaleza; nos dirigimos
a lac
l"r .ü¡.iór i.n los cüales no po-demos mantener una relación social son los objetoe
nubes, al mar, al árbol, a los objetos que nos rodean' Más tarde físico¡ del mundo (SM).
Hemos trasladado a t¡ psicotogíe nuestre ¡ctitud en t¡ cic¡ci¡ fí¡ica. de ¡odo
la No cri¡tcn prucbar dc quc lor enigdcl ca¡ cap.ccr de (.rlconoccr quc oue oerdimo¡ de vi¡td l¡ nitur¡leia ¡ocial ile nuestra ptimera concicncia. El niño
on" .or"'.r- ; E;.-d" ;tiuo" oi'." v dc utilizar dicho rigno ' ' ' l9l2) ' fbrmi objetor soci¡le¡ antc¡ dc former objetoc fí¡ica (1912).
2t2 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 213

un concierto es sumamente distinta par3 todos nosotros, p€ro lat


cosas físicas con las que nos enfrentamos son comunes, universales en 24. EI rsPfNTrU COMO LA INTERNALIZACIóN DEL PROCESO
ese sentido. Los goces mismos pueden adoptar formas que repre- SOCIAL EN EL INDIVIDUO
senten una experiencia accesible sólo para individuos ¿islados, P€F
lo que la mano manipula es algo universal. Aislamos un lugar especial He estado presentando a la persona y al espíritu en términos de
al que cualquier lxrsona puede llegar. Tenemos un juego de apa- un proc€so social, como la internalización de la conversación de ges-
ratos que cualquier lrrsona puede usar. Poseemos cierta serie de tos en Ia conducta del organismo individual, de manera que el orga-
Ixsos y medidas por medio de los cuales podemos definir esas cosat nismo individual adopta las actitudes organizadas de los otros pro-
físicas. En este sentido, la cosa física aparece para hacer posible una vocadas 1rcr la actitud de é1, en la forma de los gestos de las
cualidad común, dentro de la cual puedan olxrar las personas r0. mismas, y al reaccionar a esa reacción provoca otras actitudes
(In ingeniero que construye un puente habla con la naturaleza en organizadas en los otros de la comunidad a la cual pertenece el
el mismo sentido en que nosotros bablamos con un ingeniero. Hay individuo. Este proceso puede ser caracterizado, en cierto sentido,
allí tensiones y presiones que él tiene que cncarar, y lr naturaleza en términos del "yo" y el "mí", siendo el "mí" ese grupo de acti-
responde con otras reacciones que tiencn que ser encaradas de otro tudes organizadas a las cuales el individuo reacciona como un "yol'.
modo. En su pensamiento, adopta la actitud de las cosas físicas. Ha- Quiero subrayar especialmente la existencia temporal y pre-
bla con la naturaleza, y ésta le replica. La naturaleza es inteligcnte, lógica del proceso social con respecto al individuo c.rnsciente d¿
en el sentido de que existen ciertas reacciones de ella, hacia nuestra sí que surge en él r?. La conversación de gestos €s una parte del
acción, que podemos presentar, a las que podemos rcplicar y que se proceso social que se lleva a cabo. No se trata de algo que sea posi-
tornan distintas cuando hemos rcplicado. Se trata de un cambio bilitado por el individuo solo. Lo que el desarrollo del lenguaje,
al cual ¡ndemos responder, y finalmente llegamos a un punto cn especialmente el símbolo significante, ha tornado posible' es simple'
que nos es posible cooperar con la natvraleza. mente la incorporación de esa situación social externa a la conducta
Tal es el desarrollo de la ciencia moderna a partir de lo que de- del individuo mismo. De ello se sigue el enorme desarrollo de la
nominamos m¿gia. La magia es precisamente esa misma reacción, sociedad humana, la posibilidad de previsión de lo que tendrá lugar
mas con el agregado de la suposición de que las cosas f ísicas piensan y en la reacción de otros individuos y una adaptación preliminar a ello
actúan como nosotros. Dicha suposición se cons€rva en la actitud por el individuo. Esto, a su vez, produce una situación distinta,
que adoptamos hacia un objeto que nos hiere o hacia el objeto digno
de confianza del cual dependemos. Todos nosotros llevamos a cabo r? La ¡elación de espiritu y cuefpo es la guc existe entre. la,organización dc
la persona, en su condúcta como miembro de una comunidad racional, y el
cierta proporción de esa clase de magia. Esquivamos algo porque organismo corporal como coaa física'
lo presentimos en cierto modo peligroso; todos resp€tamos ciertos La actitud racional que caracteriza ¡l ser humano es, p[er, la relación de
agüeros a los que prestamos alguna atención. Mantenemos algunas todo el proceso en el que- el individuo está ocupado consigo mismo,. tal- como se
refleia en su adopción be los papeles organizados de los otros at estimularse a eí
reacciones sociales hacia la natvralez que nos rodea, aun cuando no -irtio p"r" dicha reacción. Esta persona, en cuanto distinguida-de las ot¡ag,.residc
permitamos que tal cosa influya sobre nosotros en las decisiones dentro del campo de comunicación, y los otros residen también dentto de ese
campo. Lo que puede ser indicado a los otros o a la propia persona y no reac-
importantes. Son actitudes que, quizá normalmente, encubrimos, cioni a tales- gesios de indicación es, en el campo de ta percepción, lo que- deno-
pero que se nos revelan en numerosas situaciones. En la medida en minamos una cosa f ísica. El cuerpo humano, especiatmente en su análisis, es
considerado corno una cos: fisica.
que somos racionales, en la medida en que razonamos y pensamos, La línea de demarcación entte la person¡y el cuerpo se encuentra, pues, prime-
adoptamos una actitud social hacia el mundo que nos rodea, críti- ramente en la organización social del acto dentro del curl surge Ia persona, en
ru contraste con la actividad del organismo fisiotógico (MS).
camente en el caso de la ciencia, sin sentido crítico en el caso de La bas¿ legítima de distinción entre el espíritu y el cuerpo es la gue existe
la magia. entre los.tqu."-". sociales y los esquemas dól otganismo mismo- La-educación
debe uni¡ esirechamente a ambos. Hasta ahora no tenemos una categotía q¡e los
comprenda. Esto no quiere decir que exista lógicamente algo que se -oponga -a
16 [Acerca de ta géaesis social y natura¡eza dc la co¡e fí¡ic¡, véase Sccción 35; ello; se trate, simplemente, de uni imperfección de nuestro apatato dc conoci-
tarnbién The Philosophg of the Present, págr. I 19-39.1 mie¡to (1927') .
:::r*i

2t4 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCTEDAD 2t5


que, a su turno, se refleja en lo que he denominado el "mí", dc Sólo en ese sentido se ha tornado "subjetivo" el proceso social. Si
modo que el individuo mismo adopta una distinta actirud. el experto lo hiciese como lo hace un ni5o, sería un juego; pero si
Considérese a un político o un estadista presentando algún po- se hace para la reglamentación real del tránsito, entonc€s hay la
yecto en el cual tiene la actitud de la comunidad en él mismo. Sabc operación de lo que denominamos espíritu. El espíritu no es sino
cómo reacciona la comunidad a esa proposición. El reacciona en co la internalización de €se proceso externo en la conducta del indivi-
propia experiencia a esa exprcsión de la co¡nunid¿d 6s¡ duo, a fin de hacer frente a los problemas que surgen.
-sis¡¡¿
dicha experiencia. Posee una serie de actitudes organizadas que son Esta organizaciín peculiar nace d€ un proceso social que es ló-
las de la comunidad. Su propia contribución, el "yo" en este caso, gicamente su antecedente. L/na comunidad dentro de la cual el
es un proy€cto de reorganización, un proyecto que él presenta a la organismo actúa en forma cooperativa, de tales características que la
comunidad tal como está reflejado en él mismo. También él cambia, acción de uno es un estímulo para que otro reaccione, y así si'
por supuesto, en la medida en que presenta ese proyecto y hace de guiendo, es el antecedente del tipo peculiar de organización que de-
éste una cuestión política. Ha surgido €ntonces una nu€va situación nominamos espíritu, o persona. Tómese una sencilla relación fami-
social de resultas del proyecto presentado. Todo el procedimiento liar, donde €stán el hombre y la mujer, y el niño que tiene que
tiene lugar en la experiencia del estadista, así como en la experiencia ser cuidado. Ahí hay un proceso que sólo puede llevarse a cabo
general de la comunidad. El estadista tiene éxito en la medida en gracias a interacciones dentro de ese grupo. No puede decirse que
que el "mí" final refleja la actitud de todos los de la comunidad. los individuos estén primero y la comunidad deqpués, porque los
Quiero señalar que todo lo que ocurre no tiene lugar simplemente individuos surgen en el proceso mismo, así como en el cue4ro hu-
en su propio espíritu, sino más bien quc su espíritu es la exprrsión, mano o cualquier forma multicelular surgen las células diferenciadas.
en su propia conducta, de esa situación social, de ese gran proceso Es preciso que se esté llevando a cabo un proceso vital a fin de que
cooperativo de la comunidad, que se lleva a cabo, existan las células diferenciadas; del mismo modo, tiene que estar
Quiero eludir la inferencia de que el individuo toma algo que es Ilevándose a cabo un proceso social para que existan los individuos,
objetivo y lo torna subjetivo. Hay un proceso real de vivir juntos Y tan cierto es en la sociedad como lo es en la situación fisiológica,
por parte de todos los miembros de la comunidad, que tiene lugar el que no podría haber individuo si no hubiese el proceso del cual
¡ror medio de gestos. Los gestos son ciertas etapas d¿ las activida- forma parte. Dado tal proceso social, hay la posibilidad de una
des cooperativas que hacen de mediadores en todo el proceso. Ahora inteligencia humana cuando el mencionado proceso, en términos
bien, lo único que ha tenido lugar en la aparición del espíritu es la de la conversación de gestos, es incorporado a la conducta del indi-
incorporación de ese proceso, en cierta medida, a la conducta del in- viduo entonces surge, es claro, un distinto tipo de individuo
dividuo particular. Existe determinado símbolo, tal como el que -y de las reacciones ahora posibles. Sería concebible que
en términos
emplea el policía cuando dirige el tránsito. Eso es algo que está existiese un individuo que simplemente jugase como lo hace el niño,
presente exteriormente. No se torna subjetivo cuando el ingeniero, sin intervenir en un deporte social; pero el individuo humano es posi-
comisionado por la ciudad para estudiar sus reglamentos de trán- ble porque existe un proceso social en el cual puede funcionar res'
sito, adopta la misma actitud que el policía con reslxcto al tránsito ponsablemente. Las actitudes forman parte de la reacción social; los
y, al mismo tiempo, Ia actitud de los conductores de vehículos. gritos no se mantendrían como gestos vocales a menos de que pro-
Queremos sugerir, sí, que tiene la misma organización que el con- vocasen ciertas reacciones en los otros; la actitud misma sólo podría
ductor; sabe que detener significa aminorar la marcha, aplicar los existir como tal en ese juego recíproco de gestos.
frenos. En su organismo existe una serie definida de partes, de El espíritu es, sencillamente, el juego recíproco de tales gestos
tal modo adiestradas que en ciertas circunstancias le parrniten dete- en la forma de símbolos significantes. Dbemos recordar que el gesto
ner el vehículo. El levantamienüo de la mano por parte del policía existe solamente en su relación con la reacción, con la actitud. No
es el gesto qu€ provoca los distintos actos gracias a los cuales el ve- habría palabras a menos de que existiesen dichas reacciones. El
hículo es detenido. Esos distintos actos existen en la organización lenguaje no habría surgido jamás como una serie de simples tér-
del ex¡xrto; puede adoptar la actitud del policía y la del conductor. minos arbitrarios adosados a ciertos estímulos. Las palabras han
216 GEORGE H. MEAD ESPIRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 217
surgido de una interrelación social. IJno de los cuentos de Gulliver cs que lo que ocurre exteriormente en el rebaño se ha internalizado
se refierea una comunidaC en la que se creó una máquina dentro de cn la conducta del hombre. Existe la misma señal y la misma ten-
la cual podían meterse mecánicamente las letras del alfabeto, en una dencia a reaccionar, pero el hombre no sólo puede dar la señal, sino
interminable cantidad de combinaciones, y entonces los miembro¡ que también le es posible provocar en sí la actitud de fuga aterrori-
de la comunídad se reunían en torno a ella para ver cómo se dis- zada, y gracias a que la provoca puede volver a su propia tendencia
ponían las letras después de cada rotación, en la creencia de que po- de provocar y contenerla. Puede reaccionar hacia sí mismo, al adop-
dían surgir en la forma de la llíada. uno de los dramas de Shake- tar la actitud organizada de todo el grupo tratando de huir del pe-
slxare o alguna otra gran obra. La suposición, en este caso, sería h ligro. No hay en eso nada más subjetivo que el hecho de que la
de que los símbolos tienen absoluta independencia de lo que nos- reacción a su propio estímulo puede ser encontrada en su propia con-
otros denominamos su significación. Carece de fundamento: no ducta, y de que puede utilizar la conversación de gestos que.se lleva
puede haber símbolos si no hay reacciones. No habría pedido de a cabo a finde determinar su conducta. Si puede actuar de tal modo,
socorro si no hubiese una tendencia a reaccionar a un grito de angus- le es posible establecer un control racional y, de tal manera, po-
tia. Esos símbolos significantes, en el sentido de una subserie de sibilitar una sociedad mucho más altamente organizada que de lo
estímulos sociales que inician una reacción coop€rativa, son los que, contrario. Este proceso no utiliza a un hombre dotado de una
en cierto sentido, constituyen nuestro espíritu, siempre que no sólo conciencia donde antes no la había, sino, más bien, a un individuo
el símbolo, sino también las reacciones, se encuentren en nuestra que incorpora todo el proceso social a su propia conducta. Esa ca-
propia naturaleza. Lo que el ser humano ha logrado hacer es orga- pacidad, es claro, depende en primer lugar de que el símbolo sea tal
nizar la reacción a cierto símbolo que forma parte del acto social, que pueda reaccionar a él: y, por lo que sabemos, el gesto vocal ha
de modo que adopta la actitud de la otra lrrsona que coopera con sido la condición para el desarrollo de este tipo de símbolo. No sé
é1. Esto es to que confiere un espíritu. decir si puede desarrollarse sin el gesto vocal.
El centinela de un rebaño es el miembro de éste que tiene más Quiero €srar seguro de que se entiende que el contenido puesto
sensibilidad que los demás al olor o al sonido. Ante Ia inminencia en el espíritu es sólo desarrollo y producto de la interacción social.
del peligro, romp€ a correr antes que los demás, que entonces le Es un desarrollo de enorme im¡rcrtancia, y conduce a complejidades
siguen, en virtud de la tendencia del rebaño a correr todos juntos. y complicaciones de la sociedad que está casi fuera de nuestro alcance
FIay un estímulo social, un gesto, si se prefiere, al cual reaccionan el analizar, pero originariamente no es sino la adopción de la actitud
todas las otras formas. La primera forma capta el olor antes que del otro. En la medida en que el animal puede adoptar la actitud del
ninguna otra y echt a correr, y su carrera es el estimulo para que otro y utilizar esa actitud para la fiscalización de su conducta, en
Ias otras conan también. Todo es externo; no está involucrado esa medida tenemos lo que se denomina espíritu; y ese proceso es el
ningún proceso mental. El centinela no se consider¿ como el indi- único mecanismo involucrado en la aparición del espíritu.
viduo que tiene que dar la señal; simplemente, rompe a corrrer en No conozco ninguna manera en que la inteligencia o el espíritu
un momento dado, y, así, hace que los demás corran también. Pero pudiera surgir, a no ser mediante la internalización, por parte del indi-
con un espíritu, el animal que da la señal adopta a su vez la actitud
viduo, de los procesos sociales de la experiencia y la conducta, es decir,
de los demás que reaccionan a ella. Sabe lo que significa su señal. (Jn
mediante la internalización de la conversación de gestos significantes
hombre que grita "¡Fuego!" está en condiciones de provocar en sí
hecha posible por la adopción, por parte del individuo, de la actitud
la reacción que provoca en los demás. En la medida en qu€ el hom-
de otros individuos hacia él y hacia lo que se está pensando. Y si el
bre puede adoptar la actitud del otro ¿61i¡ud de reacción al
-sl¡ a su propio grito seú
fuego, su sensación ds ¡srrq¡-, esa reacción espíritu o el pensamiento ha surgido de esa manera, entonces no
algo que convierta su conducta en una cuestión mental, en contraste
¡ación inte¡na, la inte¡nalización de la conversación, desde el grupo social al indi-
con la conducta de los otros 18. Pero lo único que ha sucedido aquí viduo; 2) . . . imaginación. La imaginación deberia ser considerada en telación
con la conducta en la cual funcion¡ (1931).
18 El lenguaje, ¿n cuanto formado de símbolos cignificantcs, es lo que nor- La imaginación desernpeña en el acto precisamente el mismo papel que el ham-
ottos entendemoc por espíritu. El contenido de nuestro espíritu es: l) conver- bre en el proceso de I¡ alimentación (1912). (tVéase Ensayo Suplementario, I.1)
218 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 219

puede haber ni podría haber habido ningrin espíritu ni pensamiento hacer la misma cosa, sin que ese proceso aparc7-ca enlo que llamamos
sin el lenguaje; y las primeras etapas del desarrollo del fenguajc conciencia. Adquirimos conciencia del proceso cuando adoptamos
deben de haber sido previas al desarollo del espíritu o pensamknto. definidamente la actitud de los otros, y esta situación debe ser dis-
tinguida de la anterior. Quizás uno dice que no lc interesa v€stin¡e
según cierta moda, sino que prefiere ser diferente; y lu€go inco4rora
25. F¡- .,yo,, Y EL ..Mf,, coMo FAsEs DE LA PERSoNA 1' a su propia conducta la actitud de los otros hacia ó1. Cuando una
hormiga de otro hormiguero es introducida €n un horrniguero de
otra especie, éstas s€ la¡zan contra ella y la hacen pedazos. [.a acti-
Llegamos aho¡a a la posición de la persona o espíritu consci€nte
de sí en la comunidad. Tal persona encu€ntra su expresión en ta
tud de la comunidad humana puede ser la del individuo mi¡mo,
negándose a someterse porque adopta esa actitud común. El caso
afirmación de sí, o en la dedicación de sí misma a la causa de la co-
de la hormiga es una cuestión enteramente ext€rna, p€to €n el indi-
munidad, La persona aparece como un nuevo tipo de individuo en
el todo social. Existe un nuevo todo social debido a la aparición del viduo humano se trata de un asunto de adoptar las actitudes de los
tipo de espíritu individual que he descrito, y debido a Ia persona otros y de adaptarse o luchar. Este reconocimiento del individuo
como persona, en el proceso de utilizar su conciencia de sí, es lo que
con Eu afirmación de sí misma o su ídentificación con la comuni-
le proporciona la actitud de afirmación de sí o la actitud de dedi-
dad. La persona es la fase importante del desarrollo, porque tal
cación a la comunidad. Se ha convertido, entonces, en una lrrsona
sociedad sólo surge gracias a la posibilidad de la internalizaciín
de esa actitud social en las reacciones de toda la comunidad. El definida. En ese caso de afirmación de si existe una situación com-
pletamente distinta de la del miembro del rebaño, que quizá lo
cambio que tiene lugar debido a dicha internalización de la conver-
sación de gestos en la conducta del individuo, es un cambio que domina y que puede lanzarse salvajemente contra distintos com-
ponentes de é1. Aquí, decimos, un individuo actúa instintivamente
ocurre en la experiencia de todos lgs individuos componentes.
en cierta situación. En la sociedad humana tenemos un individuo
Por supuesto, ésos no son los únicos cambios que se producen que no sólo adopta su propia actitud, síno que además, en cierto
en la comunidad. En la conversación ocuffen cambios definidos,
sentido, adopta la actitud de sus súbditos; en la medida en que do-
de los que nadie tiene conciencia. Es necesaria la investigación de mina sabe qué puede eErrar. Cuando tal cosa sucede en la expe-
los hombres de ciencia, pet^ descubrir que tales procesos se han riencia de un individuo, se produce una distinta reacción con distin-
llevado a cabo. Esto rige también para otras fases de la organización tos acompañarnientos emocionales, diferentes de los del caso del
humana. Ellas cambian, decimos, inconscientemente, tal como ha jefe de la manada. En el último hay simplemente ira y hostilidad;
sido ilustrado en el estudio del mito que Wundt llevó a cabo en su en el otro, la experiencia de la lrrsona afirmándose conscientemente
Vólherpsgchologie. El mito proporciona una explicación de la for- contra las otras p€rsonas, con la sensación de poderío, de domina-
ma eir que la organización se ha producido mientras carecía mayor- ción. En genetal, cuando la reacción de la comunidad se ha internali-
mente de o¡ientación consciente esa clase de cambio ocurre
zado en el ,individuo, existe un nuevo valor en la experiencia y un
continuamente. Tómese la actitud-y de una lrrsona hacia una nueva
nuevo orden de reacciones.
moda. Puede que al principio sea de objeción. Al cabo de un Hemos analizado la persona desde el punto de vista del "yo"
tiempo llega a un punto €n que piensa de sí misma adoptando esa y el "mi", representando el "mí" al grupo de actitudes qne repte-
nueva moda, advirtiendo las ropas de los escaparates y viéndose ata-
senta a otras de la comunidad, en especial a ese grupo de reacciones
viada con ellas. El cambio se ha operado en ella sin que lo advir- organizadas que hemos detallado al anelizar el deporte, por un lado,
tiese. Hay, pues, un proceso trror medio del cual el individuo, en y las instituciones sociales, por el otro. En tales situaciones existe
interacción con otros, se torna inevitablemente como los otros para cierto gru¡ro organizado de actitudes que responden a cualquier acto
re tambié¡ "The Dcfinition of the Physical", Uniwrdtg of Chicago
social ¡ror parte del organismo individual. En cualquier proceso coo-
¡Véase
Decennial Publications, 1903¡ páes. 104 y e¡.; "The Mechaniem of Soci¡l Cons- perativo, como el de la familia, el individuo provoca una reacción
ciousncs¡", Journal of Philotophg, IX (1912), págr. 401 y ¡c.; "Tbe Social en los otros miembros del grupo. Pues bien, en la medida en que
Self", ibíd., X (t913), págs. t71 y *.1
€t
220 GEORGE H. MEAD ESPÍRTTU, PERSONA Y SOCIEDAD 221

dichas reacciones pueden ser provocadas en el individuo de modo experiencia como una lxrsona; y mientras tal cosa no suceda no sur-
que éste pueda reaccionar a ellas, en esa medida tendremos los con- girá como persona.
tenidos que componen a le persona: el "otro" y el "yo". La distin- Naturalmente, la sociedad racional no está limitada a ninguna
ción se expresa en nu€stra experiencia en lo que llamamos el reconoci- serie especifica de individuos. La actitud de la comunidad hacia
micnto de los otros y el reconocimiento de nosotros en los otros. No nuestra reacción se internaliza en nosotlos en términos de la signi-
podemos realizarnos a nosotros mismos sino en el grado en eue reco- ficación de lo que estamos haciendo. Esto ocure, en su más amplio
nocemos al otro en su relación con nosotros. Sólo cuando adopta grado, en el raciocinio universal, en la réplica que el mundo racio-
la actitud del otro, puede el individuo realizar* a sí mismo como nal hace a nuestra afirmación. La significación es tan univ€rsal como
I)ersona.
la comunidad; está necesariamente involucrada en el caráctet racional
Nos referimos, por supuesto, a una situación social en cuanto de dicha comunidad; es la reacción que el mundo compuesto de
distinta de simples reacciones orgánicas como los reflejos del orga- seres racionales tiene inevitablemente hacia nuestra afirmación. In-
nismo, algunos de los cuales ya analízamos, por ejemplo el caso en corporamos al mismo tiempo el objeto y a nosotros mismos a la
que una persona se adapta inconscientemente a las que la rodean. experiencia, en términos de tal proceso; el otro aParcce en nu€stra
En esa experiencia no existe conciencia de sí. IJno logra la concien- experiencia en la medida en que adoptamos tal actitud organízada
cia de sí sólo en la medida en que adopta la actitud del otro o se y generalizada,
siente estimulado a adoptarla. Entonces se encuentra en posición de Si uno se encuentra en la calle con una p€rsona a la que no
reaccionar en sí a esa actitud del otro. Supongamos que nos encon-
logra reconocer, la reacción hacia ella es la misma que hacia cual-
quier otro que sea miembro de la misma comunidad. La persona es
tramos €n una situación económica. Sólo cuando adoptamos la acti-
tud del otro al hacernos una oferta, podemos expresarnos en ta el otro, el otro organizado, generalizado si se prefiere. (Jno adopta
aceptación o declinación de tal oferta. Es una reacción de la per- su actitud, en contraste con la p€rsona de uno. Si el otro se vuelve
en una dirección, uno tiene que ir en otra dirección distinta. Y es la
sona, distinta de un ofrecimiento claramente automático que puede
tener lugar sin la conciencia de sí. Un chiquillo nos mete en la existencia dentro de sí de tal actitud lo que hace posible que uno
sea una trxrsona. Ello involucra algo que va más allá del hecho de
mano un volante de publicidad, I nosotros lo tomamos sin con-
volverse hacia la derecha, instintivamente, como decimos, sin con-
ciencia definida de él o de nosotros mismos. Nuestro p€nsamiento
puede estar en cualquier otra parte, pero el proceso se lleva a cabo. ciencia de sí. Para tener conciencia de sí, uno tiene gue tener la
actitud del otro en su propio organismo, como controladora de lo que
Lo mismo rige, es claro, en el cuidado de los niños. Los niños pe- en la experiencia inmediata de la
queños experimentan Io que llega hasta ellos, y se adaptan a ello en
se va a hacer. Lo que eparece
p€rsona de uno, al adoptar tal actitud, es lo que nosotros denomina-
forma inmediata, sin que en su experiencia esté presente una lxrsona.
mos el "mí". La persona que es capaz de mantenerse en la comu-
Cuando aparece una persona, ella siempre involucra una expe- nidad es reconocida en ésta, en la medida en que reconoce a los
riencia de otra; no podría haber una experiencia de una persona sim- he referido llamán-
otros. Tal es la fase de la persona a la que me
plemente por sí misma. La planta o el animal inferior reaccionan a
dola el "mí".
su medio, pero no hay experiencia de una lxrsona. Cuando una
Frente al "mí" €stá €l "yo". El individuo no sólo tiene dere-
persona aparece en la experiencia, dparcce en contraste con el otro,
chos: también tiene deberes. No sólo es un ciudadano, un rniem"
y hemos venido delineando la condición en que este otro aparece en bro de la comunidad, sino que también reacciona a dicha comunidad,
Ia experiencia del animal humano, a saber, en la presencia de esa y su reacción a ella, como hemos visto en la conversación de gestos,
clase de estímulo, en la actividad cooperativa que provoca en el indi- la cambia. El "yo" es la reacción del individuo a la actitud de la
viduo Ia misma reacción que provoca en el otro. Cuando la reacción comunidad, tal como dicha actitud apatece en su propia conciencia'
del otro se convierte en parte esencial de la experiencia o conducta A su vez, su reacción a esa actitud organizada cambia a ésta' Como
del individuo; cuando adoptar la actitud del otro se torna parte hemos señalado, se trata de un cambio que no se encuentra presente
esencial de su conducta, entonces el individuo aparece en su propia en su experiencia hasta que tiene lugar. El "yo" apatece en nues-
222 GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 22)
tra experiencia en la memoria. Sólo después de haber actuado eabe- en el proceso cooperativo que corres¡ronde a cualquier comunidad.
mos qué hemos hecho; sólo después de haber hablado sabemos qué Las actitudes involucradas son extraídas del gru¡n, pero el individuo
hemos dicho. La adaptación a ern mundo organizado que está p¡e- en quien se organizan tiene la oportunidad de dades una expresión
sente en nuestra natural€za ¡epresenta al "mí" y está constantemcntc que, quizás, nunca han tenido antes.
allí. Pero si la reacción a él ec de la naturaleza de la convcrsación dc Esto plantea la duda general en cuanto a si puede aparecer algo
gestos, si crea una situación en cierto modo nueva, si uno defiendc m
nuevo 20. Prácticamente, es claro, la novedad se da constantemente,
aslrecto dcl caso, si se afirma contra otroc e insiste en que éstos adop- y el reconocimiento de ello recibe su expresión, en términos más ge-
t€n una distinta actitud hacia é1, entoncEs ocurre algo importante quc nerales, en el concepto de emergencia. La emergencia involucra una
no estaba anteriorment€ pr€sente en nuestra experiencia. reorganización, pero la reorganización introduce algo que no existía
Las condiciones generales en que uno actúa pueden estar presen- antes. La primera vcz que se unen el oxígeno y el hidrogelo, €trl€r-
tes en la experiencia, p€ro uno mismo ignora la manera en que f€ac- ge el agua. Ahora bien, el agua es una combinación de oxígeno e
cionará, así como cl hombrc de ciencia desconoce la hipótesis que hidrógeno, pero el agua no se encontraba Presente antes en los ele-
extraerá del estudio de un problema. Suceden tales y cuales cosas que m€ntos separados. El concepto de emergencia es un concepto al que
son contrarias a la teoría que se ha prcsentado. ¿Cómo se las cxpli- la filosofía reciente ha dado gran importancia. Si se contempla el
cará? Tómese el descubrimiento de que un grano de radio manten- mundo simplemente desde el punto de vista de una ecuación mate'
dría hirviendo una olla de agua y, apar€ntemente, no significaría mática en la que existe una absoluta igualdad de los distintos tér-
gasto alguno de energía. Ahí sucede algo que contradice toda la minos, entonces, por supuesto, no hay novedad. El mundo es
teoría de la física hasta la concepción de la actividad dcl radio. El simplemente una satisfa€ción de tal ecuación. Asígnese cualquier
hombre de ciencia que tiene los hechos ante sí, se ve obligado a esco. valor a X y a Y y la ecuación seguirá siendo tal. Las ecuaciones
ger alguna explicación. Sugiere que el átomo de radio se roop€r ]r persisten, es cierto, p€ro en su persistencia surge en rigor algo que
en consecuencia, libera energía. Según la teoría ant€rior, un átomo no existía antes. Por ejemplo, hay un grupo de individuos que tienen
de radio er¿ una cosa permanente, de la que no se podía obtener ener- que trabajar juntos. En una sociedad, debe encontralse en todos una
gía. Pero ahora, si se su¡rcne que el átomo mismo es un sist€ma serie de hábitos de reacción comunes, organizados, P€ro la forma en
que involucra una interrel¿ción de energías, entonces la ruptura dc que los individuos actúan es lo que origina todas las difcrencias indi-
tal sistema libera lo que es, relativament€, una enorme cantid¡d de viduales que caracterizan e las distintas personas. El hecho de que
energía. Lo que quiero señalar es que la idea le llega al hombre de t€ngan que actuar de cierta manera común, no les priva de origi-
ciencía, no está ya pr€sente en su espíritu. Su espíritu, más bien,
nalidad. El lenguaje común existe, pero se hace un distinto empleo
es el proceso dc la aparición de esa idea. (Jna persona quc defiende
sus derechos en cierta ocasión, ha ensayado la situación, s€ provoca
del mismo en cada nuevo contacto €ntre lxrsonas: el elemento de
a sí misma y dice algo que ya está en eu espíritu. Pero cuando ee lo noved¡d de la reconstrucción se da gracias a la reacción de los indi-
dijo por primera vez, no sabía lo que iba a dcci¿ Se dijo entonc.o viduos hacia el grupo al cual lxrtenecen. Esa reconstrucción no es
algo que era nuevo para ella, así como la hipótesis del hombte de dada por anticipado, así como no lo es la hipótesis que el hombre
ciencia es una novedad cuando se le ocurre. de ciencia presenta en la explicación del problema. Ahora bien, esa
Tal réplica nueva a la ¡ituación eocial involucrada en la ¡erie de reacción del individuo al "mí" organizado, el "mí" que en ci€rto
actitudes organizadas constituye el "yo", en contraste con cl "rnl". sentido es simplemente un miembro de la comunidad, es la que re-
El "mí" es un individuo convencional, habitual. Eetá siemprc pre- presenta al "yo" en la experiencia de la persona.
sente. Tiene que tener los hábitoe, las reacciones que todos tienen; Los valores relativos del "mí" y el "yo" dependen de la situación.
de lo contrario, el individuo no podría ser un miembro de la comu- Si uno defiende su propiedad en la comunidad, es de importancia
nidad. Pero el individuo reacciona constantemcnte a dicha comuni- primaria el que sea un miembro de ella, porque su adopción de la
dad organizada, expresándose a sí mismo, no necesariamente afir-
mándose en el sentido ofensivo, eino expresándose, eiendo él mismo zo ¡Cf. Thc Phíluophg of the Act, pa¡tc III.I
224 GEORGE H. MEAD pspfRIru, pERsoNA y socrEDAD 225

actitud de los otros le garantiza el reconocimiento de sus propios una diferencia significante. En tal persona, el "yo" es la fasc más
derechos. Lo importante en esas circunstancias es ser un "mí". Ello importante de la experiencia. Esas dos fases que aptrecen constan-
le confiere su posición, le concede la dignidad de ser un miembto temente son las fases importantes de la persona 2r.
de Ia comunidad, constituye la fuente de su reacción emocional
a los valores que le pertenecen como miembro de la comunidad.
Es la base de su incor¡roración a la experiencia de otros. 26, L¡ nr¡r¡z,rclóN DE LA pEREoNA EN LA
En ocasiones es la reacción del ego o "yo" a una situación, SITUACIÓN SOCIAL
la forma en que uno se expresa a sí mismo, lo que le proporciona
una sensación de gran importancia. Uno se hace valer en cierta si- Hay todavía otra fase del desarrollo de la persona que es pre-
tuación, y el énfasis reside en la reacción. La exigencia es de li- ciso presentar más detalladamente: la realización de la persona en
bertad con respecto a convenciones, a leyes dadas. Por supuesto, la situación social en la cual surge.
tal situación es posible sólo cuando el individuo recurre, por así He afirmado que la persona aparcce en la experiencia esen-
cialmente como un "mí" con la organización de la comunidad a la
decirlo, de una comunidad estrecha y restringida a une más amplia,
es decir, mayor en el sentido lógico de poseer derechos que no estón
quc lrrtenece. Esta organizaciín, por supu€sto, se expr€sa €n
tan restringidos. (Jno se aparta de convenciones fijas que ya no las dotes particulares y en la especial situación social del indivi-
tienen significación alguna en una comunidad en que los derechos duo. Este es un miembto de la comunidad, p€ro es una parte especial
serán públicamente reconocidos, y recurre a otros individuos, en la de la comunidad, con una herencia y una posición especiales que
suposición de que €xiste un grupo de otros organizados que resPon- le distinguen de todos los demás. Es lo que €s en cuanto miembro
den al llamado de uno cuando este llamado sea hecho para de dicha comunidad, y las materias primas de que nac€ ese indivi-
-aun
la posteridad. En ese caso ¡¡e trata d€ la actitud del "yo" en con- duo especial no constituirían una lxrsona, a no ser por la relación
traste con el "mí". del individuo con la comunidad de la cual forma parte. Así, él
tiene conciencia de sí mismo como tal, y €sto no sólo en la ciuda-
Ambos aspectos del "yo" y del "mí" son esenciales para la per'
danía política, o en su condición de miembro de grupos en los
sona en su plena expresión. Uno debe adoptar la actitud de los
que participa, sino también desde el puntc de vista del pensamiento
otros de un grupo, a fin de p€rtenecer a la comunidad; tiene que
reflexivo. Es miembro de la comunidad de los pensadores cuya lite-
emplear el mundo social exterior incorporado a sí, a fin de poder
ratura lee, y a la cual puede contribuir con sus propios pensamien-
desarrollar pensamientos. Gracias a su relación con los otros de esa
tos publicados. Pertenece a una sociedad de todos los seres racio-
comunidad, gracias a los procesos sociales racionales que se llevan a
nales, y la racionalidad que identifica consigo mismo involucra un
cabo en dicha comunidad, tiene existencia como ciudadano. Por
continuo intercambio social. La más amplia comunidad en la que se
otra parte, el individuo reacciona constantemente a las actitudes encuentra cl individuo, la que €stá en todas partes, en todos y para
sociales y cambia, en este proceso cooperativo, la comunidad misma
todos, es el mundo del pensamiento en cuanto tal. Es miembro de
a la cual lxrtenec€. Tales cambios pueden ser modestos y triviales.
dicha sociedad, y es lo que es en cuanto tal miembro.
Puede que uno no tenga nada que decir, aunque le lleve mucho
El hecho de que todas las trrrsonas estén constituídas por pro-
tiempo decirlo. Y, sin embargo, se lleva a cabo cierta proporción
cesos sociales, o en términos de ellos, y que sean reflejos individuales
de adaptación y readaptación. Hablamos de una lrrsona consi-
de ellos más bien, de esa pauta de conducta otganízada que ellos
derándola un individuo convencional; sus ideas son exactamente -o
las mismas que las de sus prójimos; dadas las circunstancias, es 21 Los psicólogos tratan, e¡ gene¡al, de los procesos involucrados en lo
que denominamos "percepción", pero han omitido mayormente de la explicación
alxnas algo más que un "mí"; sus adaptaciones son sólo las leves el carácter de la persona. La importancia de la persona ha penetr¡do en la
adaptaciones que ocurren, como decimos, inconscientemente. En psicología, principalmente gracias al patólogo, Las disociaciones han concentrado
la atención sobre la persone y demostrado cuán absolutamente fundamental es ese
contraste, €stá la persona que tiene una personalidad definida, que c:rácter social del espíritu. l-o gue constituye la pcrsonatidad r¿side en esa especie
de toma y daca entre tos miembros de un grupo ocupados en un proceso coope-
replica a la actitud organízada en una forma que Ia convierte en ¡ativo. Es esta actividad la que ha llevado hasta el animal humano inteligente.
*r-

226 GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 227

exhiben y que las personas aprehenden en sus respectivas estructu- bio, es claro, puede ser muy im¡rortante. Tómese Ia más amplia co-
ras--, no es en modo alguno incompatible con el hecho de que todac munidad que podamos presentar, la comunidad racional represen-
las personas individuales rienen su individualidad peculiar, su pro- tada en el llamado raciocinio universal. Hasta una época relativa-
pia pauta única, ni destruye tal hecho. Porque cada persona indi- mente reciente, la forma de tal comunidad era la de un mundo ans-
vidual, dentro de ese proceso, si bien rcfleja €n su estructura orga- totélico. Pero hombres de Norteamérica, Inglaterra, Italia, Alema-
nizada la pauta de conducta de dicho proceso en cuanto un todo, nia y Francia han cambiado considerablemente la estructura de ese
lo hace desde su punto de vista particular y único denrro de dicho mundo, introduciendo una lógica de rtlaciones múltiples en el lugar
proceso y, de tal modo, refleja en su estructura organizada un as- de la relación aristotélica de sustancia y atributo. Otro cambio fun'
Ircto o perspectiva de toda esa pauta social de conducta, distinta damental ha tenido lugar en la forma del mundo, gracias a la reac'
de la que se reflej" en la estructura organizada de cualquier otra per- ción de un individuo: Einstein. Las grandes figuras de la historia
sona individual que existe dentro de ese proceso (así como toda mó- provocan cambios fundamentalísimos. Estos cambios profundos
nada del universo leibniziano refleja ese universo desde un punto que se producen gracias a la acción de espíritus individuales, son
de vista distinto y, por lo tanto, refleja un distinto aspecto o lxrs- sólo la expresión extrema de los que se llevan a cabo continua-
pectiva de dicho universo) . En otras palabras, la estructura orga- mente debido a reacciones que no son simplemente las de un "mí",
nizada de cada persona individual, dentro del proceso social de sino las de un "yo". Fstos cambios tienen lugar gradualmente y
experiencia y conducta, rcfleja la pauta de relaciones organizadas de más o menos imperceptiblemente. Sabemos que cuando pasamos
dicho proceso €n cuanto un todo y está constituída por dicha parrta. de un período histórico a otro se han producido cambios fundamen-
Pero cada estructura de persona individual refleja un distinto aspec- tales, y sabemos que tales cambioc son debidos a las reacciones de
to o p€rspectiva de esa pauta de relaciones, y está constituída Dor los distintos individuos. Sólo podemos reconocer el efecto final,
esa pauta, porque cada estructura refleja esa pauta de relaciones des- pero las diferencias se deben a los gestos de los innúmeros indivi-
de su punto de vista único: y, así, el origen social y constitución duos que cambian realmente la situación en que se encuentran, aun-
comunes de las p€rsonas individuales y de sus estructuras no ex- que los cambios específicos sean demasiado minúsculos para que los
cluye la existencia de amplias diferencias y variaciones individuales identifiquemos. Como he señalado, el ego o "yo" que es res¡ronsable
entre ellas, ni contradice la indívidualidad peculiar y más o menos por los cambios de esa clase, aparece en la experiencia sólo después
or"rrntiva que cada una de ellas posee en realidad. Toda persona de que ha tenido lugar su reacción. Sólo después de haber pronun-
individual, dentro de una sociedad o comunidad social dade, re- ciado la palabra que estamos diciendo, nos reconocemos como la pt-
fleja en su estructura organizada toda la pauta de relaciones de la sona que la ha pronunciado, como esa lrrsona particular que dice
conducta social organizada qlue dicha sociedad o comunidad exhibe esa cosa particular; sólo después de haber hecho lo que vamos a
o pohe en práctica, y su €structura organizada está constituída por hacer, tenemos conciencia de lo que estamos haciendo. Por muy
el mencionado molde; Irro pu€sto que cada una de esas lrrsonas cuidadosamente que planeemos el futuro, éste es siempre distinto de
indi luales refleja un aspecto o perspectiva distinto, único, de esa lo que podemos pr€ver, y este algo que continuamente inco4rora-
paut. en su perspectiva, desde su lugar o punto de vista particular mos y agregamos es lo que identificamos con la persona que aparece
y tinico dentro del proceso total de conducta social organizada q:ue en el plano de nuestra experiencia sólo después de la completación
exhibe esa pauta +s decir, puesto que cada uno está diferente o del acto.
singularmente relacionado con ese proceso total y ocupa en él su En algunos sentidos, es claro, podemos determinar qué está por
propio foco, esencialmente único, de relaciones-, la estructura de hacer la p€nsona. Podemos aceptar ciertas responsabilidades por an-
cada uno está constituída por €sa pauta de un modo distinto del ticipado. Uno firma contratos y hace promesas, y se siente obli-
que €stá constituída la estructura de cualquier otro. gado por ellos. La situación puede cambiar, el acto puede ser
El individuo, como tremos visto, reacciona continuamente con- distinto de lo que el individuo pensaba llevar a cabo, pero está ligado
tra esta sociedad. Cada adeptación involucra algún tipo de cam- al contrato que ha firmado. Tiene que hacer ciertas cosas a fin de
bio en la comunidad a la cual el individuo se adapta. Y este cam- continuar siendo miembro de la comunidad. En los deberes de lo
228 GEORGE H. MEAD ESPfRITÜ, PERSONA Y SOCIEDAD 229

que llamamos conducta racional, €n nuestra adaptación a un mundo turalmente, hay cimientos profundos y sólidos. [Jno cumple con
en el que prevalecen las leyes de l¿ naturaleza y la economía y los su palabra, hace frente a sus obligaciones; y ello proporciona una
sistemas políticos, ¡rcdemos analizar lo que ocurrirá y aceptar la base para el respeto de sí. Pero son caracteres que prevalecen en la
responsabilidad de lo que vamos a hacet, y, sin embargo, la persona mayoría de los miembros de la comunidad con los cuales tenemog
real que aperece en el acto espera a la completación del acto mismo. relaciones. Siempre fracasamos en ciertos puntos, pero €n general
Ahora bien, este acto vivo es el que nunca lrnetra directamente en la somos gente que cumple con su palabra. Pertenecemos a la comu-
experiencia reflexiva. Sólo después de que ha tenido lugar el acto, nidad, y nuestro autorreslr€to depende de que nos reconozcamos
¡rodemos apresarlo en nuestra memoria y ubicarlo en términos de como tales individuos que se respetan a sí mismos. Pero eso no nos
lo que hemos hecho. Podemos decir que €s ese "yo" el que conti- basta, puesto que queremos reconocernos en nuestras diferencias con
nuamente estamos tratando de realizat, y de tealizar mediante la respecto a las otras p€rsonas. Tenemos, por supuesto, una situa-
conducta misma. uno no lo tiene nunca completamente ante sí. ción económica y social específica que nos permite distinguir-
A veces alguien puede decirnos algo sobre nosotros mismos de lo nos de tal modo. También tenemos, hasta cierto-pu-ñto, posicio-
cual no teníamos conciencia. (Jno nunca está seguro de sí, y se nes, €n distintos grupos, que nos proporcionan un medio de auto-
asombra a sí propio con su conducta tanto como asombra a otras identificación, p€ro detrás de estas cuestiones hay una sensación de
lxrsonas. que existen cosas que hacemos mejor que otras personas. Es
Las posibilidades de nuestra naturaleza, esos tipos de energía que sumamente interesante estudiar estas sup€rioridades, muchas de ellas
William James indicó con tanto placer, son posibilidades de la per- triviales, pero de gran importancia Para nosotros. Podemos
sona que están más allá de nuestra captación inrrediata. No sabe- analízt las formas de hablar o de vestirnos, la capacidad para re-
mos qué son. Obtenemos gran parte de nuestro goce con las nove- cordar, esto, aquello y lo de más allá, pero siempre es algo en que
las, las peliculas cinematográficas, el arte, poniendo en libertad, nos destacamos de otras p€rsonas. Tenemos cuidado, es claro, de no
por Io menos en la imaginación, capacidades que nos pertenecen, jactarnos nosotros mismos. Nos tomamos grandes trabajos para
o que qu€remos que nos pertenezcan. Los complejos de inferioridad encubrir semejante situación; pero en realidad nos sentimos gran-
surgen de la existencia en la persona de necesidades que querríamos demente complacidos. Entre los niños y entre las comunidades pri-
satisfacer; al no poder hacerlo, nos adaptamos a ellas mediante los mitivas, esas superioridades son exhibidas y la persona sc jacta de
llamados complejos de inferioridad. Las posibilidades del "yo" ellas; pero asimismo en nuestros grupos más avanzados existen
corres¡nnden a lo que realmente está sucediendo, teniendo lugar, y como formas esenciales de rcalizar la propia p€rsona, y no se las
son, en cierto sentido, la parte más fascinadora de nuestra expe- debe identificar con lo que denominamos expresión de la persona
riencia. Es en ellas que surge Ia novedad, y en ellas están ubicados egoísta o egocéntrica. IJna p€rsona puede ser tan sincera como se
nu€stros más importantes valores, En cierto sentido, continuamente quiera en materia de dólares y centavos o esfuerzos, y puede ser
buscamos la realización de esa p€rsona. sincera en su reconocimiento de. los éxitos de otras personas y de
Hay varias formas en que podcmos rcalizar €sa frrsona. Puesto su complacencia con ellos, pero eso no le impedirá que goce con
que se trata de una lrrsona social, es una persona realizada en su sus propias habilidades y obtenga una satisfacción especial de sus
relación con otras. Tiene que ser reconocida por otras, para tener propios éxitos.
los valores que queremos que le pertenezcan. En cierto sentido, se Esta sensación de superioridad no representa necesariamente al
rcaliza a si misma gracias a su superioridad con resp€cto a otros, tipo desagradable de carácter asertivo, ni significa que la prsona
del mismo modo que reconoce sus inferioridades cotejada con otros. quiera rebajar a otros individuos a fin de conseguir una posición
Los complejos de inferioridad son las situaciones inversas a esos más elevada. Esa es la forma que tal rcalización de sí mismo apa'
sentimientos de superioridad que alentamos con referencia a nosotros, renta tomar, para decir lo menos, y todos nosotros reconocemos
en contraste con las trxrsonas que nos rodean. Es interesante penetrar esa forma, no simplemente como infortunada, sino como más o
en la propia conciencia íntima y €ncontrar aquello de lo cual tene- m€nos moralmente despreciable. Pero existe una exigencia, una exi-
mos tendencia a depender para mantener nuestro autorrespeto. Na- gencia constante, pan rcalizar la propia p€rsona en alguna clase
rÉ:t:*
.5É4re

2t0 GEORGE H. MEAD ESPÍRTTU, PERSONA Y SOCIEDAD 23t


de superioridad sobre los que nos rodean. Aparccc quizá más defi- más graves, hay una actitud que involucra el sentimiento de supe-
nidamente en situaciones como aquellas a las que me tre referido y rioridad y que al mismo tiempo no entraña malignidad alguna.
que son las cosas m;ás difíciles de explicar. Existe cierto placer ca Podemos ten€r sumo cuidado con lo que decimos, pero aun así existe
las desdichas de otras lrrsonas, eqrocialmente de les que están con- la actitud de la persona que en cierto modo se siente superior en
centradas en torno de su personalidad. Encuentra su cxprcsióo ca esas condiciones: no hemos hecho esa cosa embarazosa, nos hemos
lo que denominamos murmuraciones, incluso murmuraciot€s fnt- librado de ella.
lévolas. Tenemos que estar en guardia contra ellas. Podemos rela. El sentimiento de superioridad es magnificado cuando perte-
cionar un acontecimiento con una pena real, y, sin embargo, siem- nocea una lxrsona que se identifica con el grupo. Se agrava en
pre hay cierta satisfacción en algo que le ha ocurrido a otra lrrsona nuestro patriotismo, en el que legitimizamos una afirmación de
pero no a nosotros. euperioridad que no admitiríamos en las situaciones a que me he
Esta es la misma actitud que la involucrada en la gracia de quc referido. Parece ser perfectamente legítimo afirmar la superioridad
alguien tropiece y caiga. En la risa que produce esa situación, hay de la nación a que uno lxrt€nece, con reslrcto a las demás naciones;
cierta liberación del esfuerzo que no tenemos que hacer para levan- describir la conducta de otras naciones con tintas sombrías a fin de
tarnos. Es una reacción directa, una reacción que subyace a lo quc destacar los valores de la conducta de los que componen nuestra
llamamos conciencia de sí, y el humorismo de la misma no acom- propia nación. Y esto es igualmente cierto en política y religión,
paña al placer por los sufrimientos de la otra lxrsona. Si una lrrson¡ en la preferencia de una secta por encima de las demás. Esto ocupó,
se quiebra una pierna, ¡rodemos simpatizar con ella, pcro, en fin en el primer período, de las guerras religiosas, el lugar de las expre-
de cuentas, fué gracioso veda esparrancada en el suelo. Por así de- siones de nacionalismo exclusivo. (Jno pertenecía a un grupo supe-
cirlo, comenzamos a caet con ella y a levantarnos después de que rior a todos los otros, y podía hacerse valer confiadamente porque
ha caído, y nuestra teoría de la risa es que se trata de una liberación tenía a Dios de su parte. Ahí encontramos una situación en la cual
de esa tendencia inmediata a sorprendernos en esas condiciones. parecia ser perfectamente legítimo afirmar esa clase de superioridad
Nos hemos identificado con la otra ¡rrsona, adoptado su actitud. que acompaña a la conciencia de sí y que, €n cierto sentido, parec€
Dicha actitud involucra un intenso esfuerzo que no tenemos que ser esencial para la conciencia de sí. Naturalmente, ella no se limita
Itacer, y la liberación de ese esfueno se expresa en risa. La risa es al nacionalismo y al patriotismo. Todos creemos que el grupo en
la forma en que el "yo", por así decirlo, reacciona en esas condi- que nos encontramos es superior a todos los demás grupos. Podemos
ciones. El individuo probablemente pone manos a la obra para unirnos a los miembros para un chismorreo que con cualquier otra
ayudar a la otra persona a levantarse, p€ro hubo en la reacción un persona o cualquier- otro grupo sería ímposible. El lídenzgo, gnr
elemento que se expresó en la sensación de superioridad de la per- supuesto, desempeña su papel, puesto que el entusiasmo por los que
sona que no perdió el pie con resp€cto a la que cay6 en la acera. tienen una posición elevada entre nosotros nos ayuda a la organiza-
Pues'bien, la situación general no se encuentra simplemente bajo ción del grupo; Irro, en conjunto, dependemos de un reconocimien-
condiciones físicas, sino que es igualmente evidente en la comuni- to común de que los otros no son tan buenos como nosotros.
dad cuando una p€rsona comete ttn faux pas; ahí también tenemo!¡ El sentimiento de superioridad de grupo se explica en general en
la misma sensación de diversión y superioridad. términos de la organización del grupo. Los grupos sobrevivieron en
Quiero destacar en estos ejemplos la diferencia existente ent¡e el pasado en la medida en qu€ se otganizaron contra un enemigo
la actitud ingenua del "yo" y la actitud más complicada del "mí". común. Se mantienen gracias a que han actuado como una unidad
(fno se comporta con perfecta corrección, suprime su carcajada, sc contra el enemigo común: tal es la explicación desde el punto de
apresura a poner de pie nuevamente a Ia persona caída. Esa es la vista de la supervivencia del más apto, de la comunidad que está
actitud social del "mí" en comparación con la del "yo", qtue goz organizada más satisfactoriamente. Por cierto que es la forma más
con la situación, pero que goza, diremos, en cierta forma inofensiva. sencilla de reunirse, y puede que sea una explicación adecuada.
No hay nada de maligno en ello, y aun en las situaciones €n que Si uno posee una legítima superioridad, se trata de una supe-
uno siente cíerta satisfacción en ent€rarse de escándalos y dificultades rioridad que descansa sobre la ejecución de funciones definidas. Uno
232 GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 2tt
es un buen cirujano, un buen abogado, y puede enorgullecerse dc ¡rce en la acción del "yo", peto la estructura, la forma de la persona,
su superioridad, pero es una superioridad de la cual hace uso. Y :¡ convencional.
cuando la emplea realmente en la comunidad a la que lrrtenece, ella Esta forma convencional puede ser reducida a un mínimo. En
pierde el elemento de egoísmo en que pensamos cuando trnsamot l¡ actitud del artista, donde hay creación artística, el énfasis puesto
en una lrrsona que se jacta simplemente de su superioridad sobrc mbre el elemento de novedad es llevado al límite. Esta exigencia
alguna.otra. He estado poniendo el acento en el otro aspecto, porquc rlc lo no convencional es especialmente adv€rtible en el arte moderno.
a veces lo encubrimos en nuestra expcriencia. Pero cuando el senti- lin él se supone que el artista debe apartarse de la convención; se
miento de superioridad se inco4rora a una expresión funcional, en- cñe que una parte de la expresión artística reside en la ruptura con la
tonces se hace, no solamente legítimo, sino que es la forma en que convención. Naturalmente, tal actitud no es esencial para la función
los individuos cambian las situaciones en que viven. Cambiamos la¡ ¡rtística, y probablemente jamás ocurr€ en la forma extrema en
cosas gracias a las capacidades que tenemos y otras frrsonas no que tan frecuentemente es proclamada. Tómese a ciertos artistas
tienen. Tal capacidad es la qu¿ nos torna eficaces. La actitud inme- del pasado. En el mundo griego los artistas eran, en cierto sentido,
diata lleva en sí un s€ntimiento de superioridad, de mantener la los supremos artesanos. Lo que ellos debían hacer era más o m€nos
Irrsona. La superioridad no es la meta que tenemos a la vista. Es c¡tablecido por la comunidad y aceptado por ellos, como, por ejem-
un medio para la conservación de la persona. Tenemos que distin- plo, la expresión de las figuras heroicas, de ciertas deidades, la erec-
guirnos de otros, y ello se logra haciendo algo que los demás no ción de los templos. Las reglas definidas eran aceptadas como esen-
pueden hacer o no pueden hacer tan bien. ciales para la expresión. Y sin embargo el artista introducía en ésta
Ahora bien, poder aferrarnos a nosotros mismos en nuestras la originalidad que distingue a un artista de otro. En el caso del
peculiaridades es algo encantador. Si se toma simplemente en la ¡rtista, el énfasis en lo que es anticonvencional, en lo que no está en
forma tosca de la persona que alardea de sí, entonces queda en ex- fa estructura del "mi", es llevado tan lejos, quizá, como se lo
hibición un aspecto desagradable y bajo. Pero si es una expresión puede llevar.
que se inco4rora a las funciones que sostiene, entonces pierde csc Ese mismo énfasis aparece también en ciertos tipos de conducta
carácter. Su¡ronemos que tal será el resultado definitivo de las expre- impulsiva. La conducta impulsiva es conducta no controlada. Le
siones de nacionalismo. Las naciones tendrían que ester en condicio- estructura del "mí" no determina en dicha conducta la expresión
nes de expresars€ en la forma funcional en que lo hace el profesional. del "yo". Si usamos una expresión freudiana, el "mí" es en cierto
En la Liga de las Naciones se encu€ntra el comienzo de tal organi- sentido un censor. Determina la clase de expresión que puede tener
zación. Una nación rc€onoce ciertas cosas que tiene que hacer como lugar, prepara el escenano y da el pie. En el caso de la conducta
miembro de una comunidad de naciones. Incluso el sistema de man- ímpulsiva, esta estructura del "mí" involucrada en la situación no
datos pone por lo menos un aspecto funcional en la acción de la proporciona tal control en ninguna proporción semejante. Tó-
nación dirigente, y no un ¡¡specto que sea meramente una expresión mese la situación de la afirmación de sí, en que la persona se hace
de poderío. valer simplemente sobre otros, y sulúngase que Ia tensión emo-
cional es tal que son dejadas de lado las formalidades de la co¡tesía
social en la conducta legítima, de modo que la persona se expresa
27, L¡s coNtnIBUcIoNEs DEL "yo" y EL "Mf" violentamente. En ese caso, el "mí" es determinado por la situación.
Hay ciertos campos reconocidos dentro de los cuales puede hacerse
FIp estado tratando de distinguir entre el "yo" y el "mí" como valer un individuo, ciertos derechos que le corresponden dentro de
fases distintas de la trrsona. El "rní", decimos, responde a las actitu- csos límites. Pero que la tensión se torne demasiado grande, y los
des organizadas de los otros, que nosotros asumimos definidamente, y límites no son observados y el individuo se hace valer quizás en
fque, €n consecuencia, determinan nuestra conducta en la medida una forma violenta. Entonces el "yo" es el elemento que domina
en que ella es de un carácter autoconsciente. Y bien, el "mí" puede sobre el "mí". En lo que consideramos circunstancias normales, la
ser considerado como dador de la forma del "yo". La novedad apa- forma en que actúa un individuo es determinada por su adopción de
234 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 2t5
Ia actitud de los otros del grupo, pero si al individuo no se le con. ciones normales, la contribución del individuo recibe su expresión
cede la oportunidad de elevarse en comparación con la gente, como en los procesos sociales involucrados en el acto, de modo que la
no se le concede a un niño a quien se le niegan relaciones con o(r¡t rgregación de los valores a la persona no representa egoísmo. La
txrsonas, entonces se produce una situación €n que la reacción no otra situación en que la persona, en su expresión, explota en algún
es controlada. ¡entido al grupo o sociedad al cual p€rtenece, es la situación estable-
El control social 22 es la expresión del "mi" en comparación cida por una persona estrecha, por decirlo así, qu€ se aprovecha de
con la expresión del "yo". Establece los límites, proporciona le todo el grupo para buscar su propia satisfacción. E incluso tal per-
determinación que permite al "yo", por así decido, emplear ct sona es una cuestión social. Distinguimos muy definidamente €ntre
"mí" como el medio para llevar a cabo la empresa en que todor cl hombre egoísta y el hombre impulsivo. El hombre que pierde los
están interesados. Donde las person¡¡s son mantenidas fuera o má¡ cstribos y derriba a otro puede ser un hombre sumamente abnegado'
allá de esa clase de expresión organizada, surge una situación en No es necesariamente una persona que utilice cierta situación con
que el control social está ausente. En la psicología colectiva rnás o me. vistas a sus propios intereses. Este últímo caso involucra a una per-
nos fantástica formulada por Freud, los estudiosos encaran la vida se- sona estrecha que no se relaciona con el grupo social del que forma
xual y la afirmación de sí en sus formas violentas, La situación parte.
normal, emlxro, involucra una reacción del individuo en una situa- Los valores se agregan definidamente a esa expresión de la pet
ción socialmente determinada, pero a la que él aporta sus propiar sone que es peculiar a la persona; y lo que es peculiar a la persona
reacciones como un "yo", La reacción, en la experiencia del indi- es lo que ésta llama suyo propio. Y, sin embargo, ese valor reside
viduo, es una expresión con la cual se identifica la persona. Es en la situación social y no existiria apafte de ella. Es la contribución
dicha reacción la que le eleva por encima del individuo institucio- del individuo a la situación, aun cuando el valor prevalezca sólo
nalizado. en la situación social.
Como he dicho antes, una institución, después de todo, no el Por cierto que buscamos €sa clase de expresión que es la expte-
más que una organización de actitudes que todos llevamos adentro, sión de sí mismo. Cuando un individuo se siente acorralado, teco-
las actitudes organizadas de los otros, que controlan y determinan noce la necesidad de lograr una situación en que se le presente una
la conducta. Pues bien, este individuo institucionalizado es, o debe- oportunidad parz hacer su contribución a la empresa, y no simple-
ría ser, el medio por el cual el individuo se expresa a sí mismo a mente para ser el "mí" convencionalizado, En una persona que lleva
su manera, porque tal expresión individual es lo que s€ identifica a cabo una tarea rutinaria, ésta conduce a una reacción contra la
con la lxrsona en los valores esenciales a ésta y que surgen de ésta. máquina y a la exigencia de que tal tipo de trabajo de rutina ocupe
Hablar de esos valores como surgidos de la p€rsona, no les confiere su lugar en el proceso social total. Naturalment€, existe cierta pro-
el carácter del egoísmo, porque en las condiciones normales a que porción de verdadera salud mental y física, una part€ esencialísima
nos referimos, el individuo hace su contribución a una empresa de la vida de uno, involucrada en la ejecución de trabajo rutinario.
común. El jugador de béisbol que efectúa una jugada brillante, está Uno puede muy bien cumplir de un modo más o menos mecánico
haciendo el juego que le exigen los nueve del equipo a que pertenece. con ciertos procesos en que su contribución es sumamente pequeña,
Juega para su bando. Por supuesto, un hombre puede jugar para y encontrarse en mejor situación gracias a ello. Hombres como John
la galería, puede tener más interés en hacer una jugada brillante que Stuart Mill han podido llevar a cabo tareas rutinarias durante cierta
en ayudar a los nueve a ganar, así como el cirujano puede llevar a parte del día y luego dedicarse al trabajo original por el resto de
cabo una operación brillante y sacrificar al paciente. Pero en condi- la jornada. tlna persona que no puede hacer cierta cantidad de
trabajo estereotipado, no es un individuo sano. Tanto la salud del
22 [Sob¡e el tema del control social véase "The Genesis of thc Self and
Social Control", Intemational Journal of Ethícs, XXXV (1924-25), pági- individuo como la estabilídad de la sociedad exigen una cantidad
nas 251 y ss.; "Tbe Working Hypothesis in Social Reform", Antticon,Ioutnal considerable de tal trabajo. La rcacción a la industria mecánica
of Eociologg, V (1899-1900), págs.367 y ss.; "Tbc Psychology of Puoitive
Justice", ióíd., XXIII (1917-18), págc. 577 y cs.l exige simplemente la restricción del tiempo dedicado a ella, pero
236 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 237

no involucra su abolición total. Ello no obstante, y admitiendo


esto, debe de haber alguna forma en qu€ el individuo pueda er- 28. L¡ cRT¡T¡VIDAD SOCIAL DE LA PERSONA EMERGENTE
presarse. Las situaciones en que es posible lograr esta clase de ¿x-
presión parecen ser especialmente prcciosas; me refiero a las situa- Hemos estado analizando el valor que se concentra en torno a
ciones en que el individuo queda en condiciones de hacer algo por la persona, especialmente el involucrado en el "yo", en compara-
su cuentaf en las que puede hacerse cargo de la responsabilidad y ción con el involucrado en el "mí". El "mí" es esencialm€nte un
llevar a cabo cosas a su modo, con una oportunidad para pcnsaf miembro del grupo social y representa, por lo tanto, el valor del
sus propios pensamientos. Esas situaciones sociales €n que ta estruc. grupo, la clase de experiencia que el grupo hace posible. Sus valores
tura del "mí", por el momento, es tal que el individuo recibe un¿ ¡ron los ialores quc pertenecen a la sociedad. En cierto sentido, tales
oportunidad para esa clase de expresión de la persona, pro¡rorcio- v¡lores son supremos. Son los que en ciertas condiciones morales
nan algunas de las experiencias más excitantes y placenteras. y religiosas extremas exigen el sacrificio de la persona en bien del
Dichas expeiiencias pueden tener lugar en una forma que re- conjunto. Sin esa estructura de cosas, la vida de la persona se tor-
pr€sente degradación, o en una forma que constituye la aparición naría imposible. Tales son las condiciones en que surge €sa apa-
de valores más elevados. La chusma pro¡rorciona una situación cn rente paradoja: la de que el individuo se sacrifica por el todo que
que el "mí" es tal que, simplemente, respalda y acentúa la clase hace posible su vida como p€rsona. Así €omo no podría haber con-
más violenta de expresión impulsiva. Esta tendencia está profun- ciencia individual sino en un grupo social, así el individuo, en
damente arraigada en la naturaleza humana. Resulta sorprendentc cierto sentido, no está dispuesto a vivir en determinadas condiciones
la proporción del "yo" de los enfermos gue está constituída por que involucrarían el suicidio de la persona en su proceso de reali-
las narraciones de asesinatos. Por supuesto, en el relato mismo eg z.ación. En contraste con esa situación, nos hemos referido a los
la búsqueda del astsino lo que r€pres€nta el punto focal del interés; valores que acompañan al "yo" más especialmente que al "mí",
Ixro esa búsqueda lo retrotrae a uno a la actitud de venganza de la tos valores qu€ se encuentran en la actitud inmediata del artista,
comunidad primitiva. En la narración de crímenes uno tiene al cl inventor, el hombre de ciencia en su descubrimiento: en general,
verdadero asesino, lo persigue y lo lleva ante la justicia. Tales ex- en la acción del "yo" que no puede ser calculada y que r€pres€nta
presiones pueden involucrar degradación de la persona. En situa- una reconstrucción de la sociedzd, y, por lo tanto, del "mí" que
ciones que representan la defensa de un país, puede prevalecer una p€rtenece a dicha sociedad. Es la fase de la experiencia que se en-
actitud de populacho o una actitud moral sumamente elevada, según cuentra en el "yo", y los valores que la acompañan son los corres-
el individuo. La situación en que uno puede abandonarse, en gue pondientes a ese tipo de experiencia en cuanto tal. Estos valores no
la estructura misma del "mí" abre la puerta el "yo", es favorable son peculiares al artista, al inventor y al descubridor científico,
para la expresión de sí. Me refiero a la situación en que uno puede sino que corres¡ronden a la experiencia de todas las personas en qu€
sentarse junto a un amigo y decirle lo que piensa acerca de otro existe un "yo" que responde al "mí".
individuo. Abandonándose de ese modo, se obtiene satisfacción. La reacción del "yo" involucra adaptación, pero una adapta-
Lo que en otras circunstancias uno no diría ni se permitiría siquiera ción que afecta, no sólo a la persona, sino también al medio social
pensar, es dicho en ese caso con toda naturalidad. Si uno integra un que ayuda a constituir a la persona; es decir: involucra un Punto
grupo que piensa como uno, entonces puede llegar a €xtremos quc de vista de la evolución en el cual el individuo af,ecta a su propio
sorprendan a la persona misma. En la mencionada situación, el medio al mismo tiempo que es afectado por éste. Una explicación
"mí" está definidamente constituído por las relaciones sociates. de la evolución, corriente en un período anterior, suponía simple-
Ahora bien, si tal situación abre la puetta a la expresión impulsiva, mente el efecto de un medio sobre el protoplasma vivo organizado,
uno obtiene una satisfacción especial, elevada o baja, la fuente de amoldándolo en algún sentido al mundo en que tenía que vivir.
la cual es el valor que s€ egrega a la expresión del "yo" en el pro- Según ese punto de vista, el individuo es realment¿ pasivo en rela-
ceso social. ción con las influencias que lo afectan constantemente. Pero ahora
es preciso reconocer que el carácter del organismo es un determinan-
218 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 2t9
te dc su medio. Flablamos de la simple sensibilidad considerándol¡ ¡<lnas de gran espíritu y gran carácter han cambiado notoriamente
existente por sí misma, olvidando gue se trata siempre de una *n. lar comunidades frente a las cuales reaccionaban. Las llamamos diri-
sibilidad a ciertos tipos de estímulos. En términos de su sensibilidad, gentes, líderes, etc., pero ellas no hacen más que llevar a la ené-
el individuo €scoge un medio, no €xactamente en el sentido en qu. rima potencia ese cambio de la comunidad que lleva a cabo el
una persona elige una ciudad o un país o un clima especial para vivir, individuo que se convierte €n parte de ésta, que pettenece a ellazs.
sino en el sentido de que encuentra las características a las que puedc l.os grandes caracteres han sido los que, siendo lo que eran en la
reaccionar y emplea las experiencias resultantes de modo de obtencr comunidad, hicieron que ésta fuese distinta. Han agrandado y en-
ciertos resultados orgánicos que le son esenciales para su proce(, riquecido a la comunidad. Figuras como los grandes personajes
vital continuado. Por lo tanto, en cierto sentido el organismo religiosos de Ia historia han aumentado €normemente, por su inter-
establece su ambiente en términos de medios y fines. Ese tipo de deter- vención como miembros, el tamaño posible de la comunidad misma.
minación del ambiente es, por supu€sto, tan real como el efecto Jesús generalizó la concepción de la comunidad en términos de la
del ambiente sobre la forma. Cuando una form¿ desarrolla la capa- f¡milia, en una afirmación como la del prójímo de las parábolas.
cidad cualquier modo que ¿lle gu6sd¿- de hacer frente ¡ Incluso el hombre que se encuentra fuera de la comunidad adop-
partes -de
del medio que sus progenitores no podían encarar, lta ctea- tará ahora hacia ésta la actitud familiar generalizada, y hará que
do, en ese grado, un nuevo medio para sí. El buey que tiene un los que de tal modo se ponen en relación con él se conviertan en
órgano digestivo capaz de tratar la hierba como un alimento, egteg miembros de la comunidad a la cual él pertenece, la comunidad de
un nuevo alimento, y, al hacerlo, ag¡ega un nuevo objeto. La su¡- una religión universal. El cambio de la comunidad gracias a la
tancia que no era alimento antes, se convierte ahora en é1. El medio actitud del individuo se hace, es claro, especialmente impresio-
de la especie se ha ampliado. El organismo, en un sentido rcat, €t nante y eficaz en la historia. Éface que los individuos se des-
determinante de su medio. Se trata de una situación en que hay taquen como simbólicos. Los individuos rep¡esentan, en su rela-
acción y reacción, y una adaptación que cambia a la especie debe, ción personal, un nuevo orden, y luego se tornan representant€s de
también, cambiar el medio. la comunidad tal como ésta podría existir si estuviese plenamente
Cuando el hombre se adapta a cierto medio, se convierte en un desarrollada según los lineamientos que ellos iniciaron. Las nuevas
individuo distinto; pero al hacerse un individuo diferente, ba úer- concepciones han traído consigo, por mediación de los grandes
tado a la comunidad en que vive. Podrá tratarse de un efecto leve, individuos, actitudes que han ampliado de manera enorme el am-
pero en la medida en que se ha adaptado, las adaptaciones han biente en que ellos vivían. Un hombre que es un prójimo para
cambiado la clase de medio ante el cual puede reaccionar, y, en cualquier otro del grupo es un miembro de una comunidad mayor,
c\nsecuencia, el mundo es un mundo distinto, Siempre existe una y en la medida en que vive en tal comunidad ha ayudado credt
relacíón mutua entre individuo y la comunidad en que el individuo
^
esa sociedad.
vive. Nuestro reconocimiento de tal cosa, €n condiciones corrientes, En tales reacciones del individuo "yo"-,
en compara-
se limita a grupos sociales relativamente pequeños, porque enton-
ción con la situación en que el "yo" se
-del
encu€ütra a sí mismo, tienen
ces un individuo no puede ingresar en el grupo sin cambiar, en
cierto grado, el carácter de la organización. La gente tiene que 28 Le conducte dc un genio está ¡ocialmente condicionada, tat como lo está
adaptarse a él tanto como él se adapta a ella. Puede ello parecer el l¡ de un individuo corriente; y suc consecuciones con resultados de estímulo¡
¡ociales --o re¡cciones a ellos-, lo mismo que Ias del individuo cor¡iente. El
moldeo del individuo por las fuerzas que le rodean, pero, del mismo genio, como et individuo corrientc, ¡e ve dcsde el punto de vista.det grupo social
modo, la sociedad cambia en ese proceso, y se convierte, hasta cierto órganizado al que pertenece y de las actitude¡ de ese. grupo hacia cualquicr em-
pñsa dad¡ en que lquél se ve¡ involucndo; y reaccion¡ a ¿se actitud geneiali-
punto, en una sociedad diferente. El cambio puede ser deseable o z,ada del grupo por medio de una actitud p¡obia, definide, hacia l¡ ta¡e¡ dad¡,
indeseable, pero tiene lugar inevitablemente. tal como io hace el individuo común. Pero esa actitud definida con que reacciona
a ta actitud generalizada del grupo, es única y original en el caso del genio, en
Esta relación del individuo con la comunidad se torna evidente tanto que tal-cosa no ocurrs en el caso del individuo corriente; y esa singularidad
cuando obtenemos espíritus que con su advenimiento hacen de la y originalidad de su ¡eacción a la situación social o problema o tarea dados -4ue,
no obstante, condicionan su conducta del mismo rnodo que to hacen con la det
sociedad más amplia una sociedad palpablemente distinta. Las per- individuo corriente- son lo que distinguen al genio del individuo común'
240 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 241

Iugar los cambios sociales im¡rortantes, Frecuentemente hablamoc en su exptesión


recibe su reacción emocional de la situación, porque
de violencia hace lo que los demás' El conjunto de la conrunidad
de éstos como expresiones del genio individual de ciertas personas.
No sabemos cuándo llegarán el gran artista, el gran hombre de cien- hace lo mismo. La reiresión que existía ha desaparecido'
y él forrna
cia, el estadista, el dirigente religioso: las personas que tendrán un un todo con la cornunidad y ésta un todo con é1. una ilustración
efecto formativo sobre la sociedad a ra cual p.rt*n.i.n. L¡ defini- de un carácter más trivial se encuentra en nuestras relaciones p¿r-
ción misma del genio se apoyaría en algo paiecido a lo que me he sonales con los que nos rodean. Nuestros modales no sólo son mó-
estado refiriendo, a esa cualidad incalculabre, a ese cambio iel medio todos de relaciones entre las lxrsonas, sino también formas de pro-
por parte de un individuo gracias a que él mismo se convierte en tegernos los unos de los otros. (]na lrrsona, por medio de sus
un miembro de la comunidad.
-ád"l.r, puede aislarse de manera de no ser tocada por nadie. Los
un individuo del tipo de que hablamos sr¡rge siempre con refe- modales proporcionan una forma de mantener a la
gente a distancia'
rencia a una forma de socíedad u orden social que tiene existencia a la gente que no conocemof y no queremos conocer' Todos em-
implícita pero no adecuadarrrente expresada. Tómese el genio reli- pf."ri.r, p.o..ro, de esa clase. Pero existen ocasiones en que dejamos
gioso, como Jesús o Buda, o el tipo reftexivo, .o,no Socratec. i. l"¿o .t ,ipo de modales que mantiene a le gente a la distancia
Lo que les ha conferido su importancia única €s gue han tomado de un brazi. Encontramos' en un país distante' al hombre con
l¡ actitud de vivir con referencia a una sociedad más amptia. Ese quien quizá, en nuestra patria, trataríamos de no encontrarnos
y
gfan pro-
estado más €xtenso era un estado que ya estaba más o implí- casi nos arrancefnos los brazos abrazándolo. Existe una
cito en las instituciones de la comunidad en que -.no, ellos vivían. porción de júbilo en las situaciones involucradas en la hostilidad
Tal individuo diverge del punto de vista de lo que llamaríamos d. ot."t tt".iott.t; todos parecemos una sola persona contra un
los prejuicios de la comunidad; pero, en ot.o ,"ntido, expresa los común; las barreras caen y experimentamos una sensación
principios de la comunidad más completamente que cualquler otro. "n.-igo
social de camaraderia hacia los que están junto a nosotros en una
Así surge Ia situación de un areniense o un hÁreo lapidando al empresa común. Lo mismo ocurre en una campaña
política. Por
genio que expresa los principios dc su propia sociedad, uno
el prin- áo-.n,o extendemos una mano amiga -y un cigarro- a cual-
cipio de la racionalidad, el orro el princifio de la completa cándi- "l
quiera que sea miembro del grupo al cual pertenecemos. Nos libra-
ción de prójimo. El tipo a que nos referimos es un genio de esta restricciones, restricciones qu€
-or, .n tales circunstancias, de ciertas una
clase. Existe una situación análoga en el campo de la cieación
a¡tís- realmente nos aPartan de las experiencias sociales intensas.
tica: los artistas también revelan contenidos que representan una p€rsona puede ser víctima de sus buenos modalcs; éstos, pueden
expresión emocional más amplia, qu€ responde a un" sociedad
más constreñiilo al rnismo tiempo que lo protegen. Pero en les condi'
amplia. En el grado en que hacemos distinta a la comunidad en ciones a qu€ me he referido, una p€rsona sale fuera de sí, y' al así
que vivimos, en ese grado tenemos todos lo que es esencial
al genio, hacerlo, se .onvi.rte en miembro definido de una comunidad mayof
y lo que se convierte en genio cuando los cimbios son profiirdos. que aquella a la que pertenecía previamente'
La reacción del "yo" puede ser un proceso que involucre una '
Eri, experiencia ampliada ejerce una profunda influencia. Es la
degradación del estado social así como una integración superior. clase de experiencia que tiene el neófito en la conversión.
Es la
Tómese el caso del populacho en sus disrintas expresiones. ún sensación de perteneccr a la comunidad, de tener una relación ínti-
pulacho es una organización que ha eliminado ciertos valores que
*- de individuos que pertenecen al
-" .on una cantidad indefinida
prevalecían en la interrelación de los individuos entre sí, una orga, grupo. se trata de la expcriencia que subyace tras los extremos
nización que se ha símplificado a sí misma y que, al hacer tal cosa, I o...r histéricos que se dan en las conversiones. La persona ha
ha hecho posible permitir al individuo, especiarmente al individuo ingresado en la comunidad universal de la lglesia,
y la experiencia
reprimido, que obtenga una expresión que de otro modo no le ..sultante es la expresión de esa sensación de identificación de la
podría permitir. La reacción del índividuo es posibilitada por la prsona de uno con tdos los demás de la comunidad. El sentido del
degradación de la estructura social misma, pero ello no arreúata
el l*o, ., demostrado por procedimientos tales como el lavado de los
valor inmediato al individuo que surge en tales condiciones. Este pies de los leprosos; en general, por la búsqueda de una persona que
242 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 24t
está sumamente alejeda de la comunidad para hacerle luego un cr- rn que la persona pueda expresarse tan fácilment€ como contra el
crificio aparentemente servil, identificando completamenti la per. rn:migo común a los grupos con los cuales ella está unida. El himno
sona de uno con aqrrélla. Esto equivale a un proceso de derribar lor qut nos acude al espíritu con más frecuencia como expresivo del
muros, de modo que el individuo sea un hermano de todos. El eento rri¡tianismo es "Adelante, Soldados Cristianos"; Pablo organizó la
medieval elaboro esa técnica de identificarse con todos los seres vi- l¡lcsia de su tiempo contra el mundo de paganos; y la "Revelación"
vientes, como lo hizo la técnica religiosa de la India. Este abati- rupresenta a la comunidad ante el mundo de la oscuridad. La idea de
miento de las barreras es algo que provoca une oleada dc emocione¡, ti¡tán ha sido tan esencial para la organización de la Iglesia, como la
porque pone en libertad una canridad indefinida de posiblef con-
¡rolitica lo fué para la organizacíín de la democracia. Hubo algo
tactos con otras lrrsonÍu¡, contactos que han sido reprimidos, re- (ontra lo cual luchar, porque la lxrsona se expresa a sí misma con
frenados. El individuo, al ingresar en esa nueva comunidad, graciac má¡ facilidad cuando se une a un grupo definido.
al paso dado al con\¡ertin€ en miembro, gracias a su experiencia dc El valor de una sociedad ordenada es esencial para nuestr:r exis-
identificación, se ha inco4rcrado el valor que p€rtenece a todo¡ lor trncia, pero también tiene que haber campo para una expresión del
miembros de esa comunidad. lndividuo mismo, si se quiere que exista una sociedad satisfactoria-
Tales experiencias son, €s claro, de inmensa importancia. La¡ m¿nte desarrollada. Mientras no tengamos una estructura social en la
empleamos continuamente cn la comunidad. Censuramos la acti- que un individuo pueda expresars€ como lo hace el artista y el
tud cle hostilidad en cuanto medio de llevar a cabo las interrelacione¡ científico, habremos de recaer en la clase de estructura que se en-
de las naciones. Sentimos gue tendríamos que su¡rr¡r los métodos cuentra en el populacho, en el que todos están en libertad de ex-
bélicos y diplomáticos y llegar a alguna clase de relación política dc pnesarse contra algún objeto odiado por el grupo.
las naciones entre sí, en la que puedan ser consideradac como miem- [Jna diferencia entre la sociedad humana primitiva y la socie-
bros de una comunidad común y, así, quedar en condiciones de dad humana civilizad,a consiste en gue, en aquélla, la persona indi-
expres:¡rse, no en una actitud de hostilidad, sino en términos de euc vidual está mucho más completamente determinada en relación con
valores comun€c. Esto es lo que postulamos como ideal de una Liga ru pensamiento y su conducta, por la pauta general de la actividad
de las Naciones. Tenemos que recordar, empero, que no podemos social organízada llevada a cabo por el grupo social al que lrrtenece,
fundar nuestras instituciones ¡nlíticas sin provocar las hosiilidade¡ de lo que lo está en la sociedad humana civilizada. En otras pala-
de partidos. Sin partidos, no ¡rcdríamos hacer que una fracción de bras, la sociedad humana primitiva ofrece mucho menos ámbito para
Ios votante¡ llegase hasta las urnas para expresarse en punto a pro- la individualidad el pensamiento y la conducta originales,
blemas de Ia rnayor importancia pública, pero podemos insciibir únicos o creadores -para
por parte de la persona individual que se encuen-
a una parte considerable dc la comunidad en un partido político tra dentro de ella o lrrtenece a ella- que la sociedad humana civi-
que,lucha conna algún otro partido. Et elemento de la lucha es lízada: y por cierto que la evolución de ésta a partir de la sociedad
el que mantiene el interés. Podcmos atraer el interés de una can- humana primitiva ha dependido mayounente de una liberación social
tidad de gente que quiere derrotar al partido o¡rositor, y hacerla progresiva de la persona individual y de su conducta -< resultado
llegar a las urnas con ese fin. La plataforma del partido es una ds sll¡-, con las modificaciones y complicaciones del proceso social
abstracción, natufirlmentc, y no eignifica gran cosa para nosotros, humano que han seguido a dicha liberación y sido posibilitadas por
puesto que en realidad dependemos pcicológicamente del funciona- ella. En la sociedad primitiva, en mucho mayor medida que en la
miento de esos impulsos ¡rás bárbaros a los fines dc mantener cn sociedad civilizada,la individualidad está constituída lxlr una conse-
marcha nuestras instituciones corrientcs. Cuando nqs oponemos a cución más o menos perfecta de un tipo social determinado
las organizaciones políticae corrompidas, deberíamos acordarnos de tipo ya dado, indicado o ejemplificado en la pauta organizada -unde
sentir cierta gratitud hacia la gente capez de atraer el interéc del la conducta social, en la estructura integrada de relaciones que el
pueblo hacia Ia cosa pública. grupo social dado exhibe y pon€ en práctica; en Ia sociedad civilizada
Normalmente dependemos de las situacionee en que la pereona la individualidad está constituída más bien por el apartamiento
€stá en condiciones de exprcearse en forma directa, y no hay cituación por la consecución modificada- del individuo de cualquier -o
tipo
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social dado, que por su conformidad, y tiende a ser algo mucho má¡ toma a los individuos y sus experiencias individuales ----espíritus y
distintivo y singular y peculiar que en la sociedad humana primitivr. personas individuales- como lógicamente anteriores al proceso so-
Pero incluso en las formas más modernas y más altamente evolu. cial en que están involucrados, y explica la existencia de ese proceso
cionadas de la civilización humana. el individuo, por odginal y rocial en términos de ellos; en tanto que la primera toma el proceso
creador que pueda ser en su pensamiento o conducta, siempre y nc- ¡ocial de la experiencia o la conducta como lógicamente previo a los
cesariamente adopta una relación definida hacia la pauta general individuos y sul exp€riencias individuales, y explica la existencia
organízada de la experiencia y Ia actividad que se manifiesta en el dc éstos en términos de ese proceso social. Pero el último tipo de
proceso social vital en el que él se encuentra involucrado y que ca- teoría no puede explicar Io que es tomado como lógicamente previo,
racteriza a este procesoi y, además, en la estructura de su lrrsona no puede explicar la existencia de espíritus y lrrsonas; en tanto que
o personalidad rcfleja dicha pauta, de la cual su lrrsona o perso- rl primer tipo de teoría puede explicar aquello que toma como lógi-
nalidad es, esencialmente, una expresión o cotporización creadora, c¡mente previo, es decir, la existencia del proceso social de la con-
Ningún individuo tiene un espíritu que funcione simplemente en sí ducta, en términos de relaciones e interacciones biológicas y fisiológi-
mismo, aislado del proceso vital social en el cuat ha surgido o del cas tan fundamentales como la reproducción o la cooperación de los
cual ha emergido y en el que, €n consecuencia, la pauta de la con- individuos para la protección mutua o para la consecución de ali-
ducta social organizada ha quedado básicamente impresa. mentos.
Nosotros afirmamos que el espíritu jamás puede encontrar ex-
presión, y jamás habría podido tener existencia sino en términos
29. Coup¡n¡clóN pNrne LAs rEoRfAs ¡NDIvrDUALrsrA de un medio social; gue una serie o pauta organizade de relacio-
Y SOCIAL DE LA PERSONA nes e interacciones sociales (especialmente las de la comunicación
por medio d€ gestos gue funcionan como símbolos significantes y
Las diferencias entre el tipo de psicología social que hace surgir que, de tal modo, crean un universo de raciocinio) es neceseria-
las personas de los individuos del proceso social en que ellos están mente presupuesta por él e involucrada en su natutaleza. Y esta
involucrados y en el que interactúan empíricamente entre sí, y el teoría o interpretación con:,pletamente social del espíritu 2á --+sta
tipo de peicología social que, en cambio, hace surgir ese proceso dc ¡firmación de que el espíritu se desarrolla y tiene su ser sólo en el
las personas de los individuos involucrados en é1, son claras. El proceso social de la experiencia y la actividad (y en virtud de él),
primer tipo supone un proce$) social u orden social como precon- ¡l cual, por lo tanto, presupone, y de que en ninguna otra forma
dición lógica y biológica para ta aparición de las trrsonas de lo¡ puede desarrollarse y tener
organismos individuales involucrados en es€ proceso o pertenecien- del punto de vista parcialmente (pero sólo parcialmente) social del
tes a ese orden. El otro tipo, por el contrario, supone a las personac espíritu. Según tal punto de vista, aunque el espíritu puede obte-
individuales como los presupuestos lógicos y biológicos del proceso ner expresión sólo dentro del medio de un grupo social organizado,
social u orden dentro del cual interactúan. o en términos de tal medio, se trata sin embargo, en cierto sentido,
La diferencia entre las teorías social e individual del desarrollo de un atributo nativo ¿¡¡ilr¡to biológico congénito o heredi-
del espíritu, de la lrrsona y del proceso social de la experiencia o -¡¡
conducta es análoga a la diferencia existente entre las t€orías evo- 26 Al dcfender la teoría social del espíritu, defe¡dcmos un punto de viste
funcional de su natu¡aleza, en contraste con cualquier fo¡ma de opinión sustantiva
lucionistas y contractuelee del estado, tales como fueron sostenidas en o cntitiv¡. Y, en especial, nos oponemos a todo punto de vista intracraneano o
el pasado 1rcr los racionalistas y los empiristas 2.. Esta rlltima teoría intraepidérmico cn cuanto a su carácter y ubicación. Porque se sigue de ¡uestra
teoría social del espiritu el que el campo de éste debe ser coextensivo con cl
24 Hictó¡icamcnte, tanto los ¡acion¡li¡ta! como lor empiristas eetán compro- cempo del proceso social de la experiencia y la conducta ---+ incluir e todos tos
componentcs del micmq-, eg decir, con la matriz de relaciones e inte¡accione¡
metidos en la interpret¡ción de la cxperiencia e¡ términos del individuo (tgtl). ¡ociales entre los individuos, presupuesta por el espíritu y de la cual surgc o tiene
Las otras personaS existen tanto como nocotror¡ pe¡¡ rer una p?rton¡ ton cl ser. Si el espíritu cstá socialmcnte constituído, entonces el campo o ta ubicación
necesarias otrar peroona¡ (1924). de cualquier espiritu individual dado debe extenderse tanto como la activid¡d
Ea nucst¡e expe¡iencia, la cosa cxiste tanto como nosotrot. Nuectre crperiencir ¡ocial o el aparato de ¡elaciones soci¡les qud lo constituye; y de ahí que ese campo
está en ta co&¡ tanto como en ¡o¡otroo (MS). no pueda ser limitado por la piel del organismo individual al cual pertenece.
246 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 247
tario- del organismo individual y no podría existir ni manifc¡. y cn desarrollo deba de pronto, en una etape especial de su evolu-
tarse de otro modo en el proceso social; de modo que no es él micmo ción, llegar a depender, para su posterior continuación, de un fac-
esencialmente un fenómeno social, sino que es más bien biológico, lor completamente extraño, introducido en é1, por así decido, desde
tanto en su naturaleza como en su origen, y social solo en sus rnani. ¡fuera.
festaciones o expresiones características. Más aún: según este último El individuo se incorpora, como tal, a su experiencia, sólo como
punto de vista, el proceso social presupone al espíritu y en cierto un objeto, no como un sujeto; y puede inco4nrarse como un obje-
sentido es producto de él; nuestro punto de vista opuesto, de que to sólo sobre la base de las relaciones e interacciones sociales, sólo
el espíritu presupone el proceso social y es producto de é1, ofrecc nrcdiante sus transacciones experienciales, con otros individuos, en un
un contraste directo. La ventaja de nuestro punto de vista consi¡tc medio social organizado. Es verdad que ciertos contenidos de la
€n que nos permite pres€ntar un análisis detallado y en realidad cxperiencia (especialmente los cenestésicos) son accesibles únicamente
explicar la génesis y el desarrollo del espíritu: en tanto que el punto rl organismo individual dado y no a ningún otro; y que esos con-
de vista de que el espíritu es un arributo biológico congénito del renidos de la experiencia privados o "subjetivos", en contraite con
organismo individual no nos permite explicar verdaderamente su los públicos u "objetivos", son por lo general consideradds como
naturaleza y origen, ni de qué clase de atributo biotógico sc trata, ¡xculiar e íntimamente relacionados con la persona del individuo,
ni de cómo llegan a poseerlo los organismos en cierto nivel del o como constituyendo, en un sentido esp€cial, experiencias p€rso-
progreso evolutivo 20. Más aún, la suposición de que el proceso nales. Pero esta accesibilidad €xclusiva, al organismo individual
social presupone al espíritu y es en cierto sentido producto de é1, dado, de ciertos contenidos de su experiencia no afecta la teoría
parece ser contradicha por la existencia de las comunidades socialer ^
de la naturaleza y origen sociales de la persona que estamos presen-
de ciertos animales inferiores, especialmente de las organizaciones so- tando, ni en modo alguno choca con ella. La existencia de contenidos
ciales altamente complejas de las abejas y las hormigas, que aparen- de la experiencia privados o "subjetivos" no altera el hecho de que
temente funcionan sobre una base puramente instintiva o rcfleja y la conciencia de sí implica que el individuo se convierte en un objeto
qu€ en modo alguno implican la existencia de espíritu o conciencia para sí al adoptar Ia actitud de los otros individuos hacia é1, dentro
en los organismos individuales que las forman o constituyen. Y aun de un marco organizado de relaciones sociales, y de que, a menos
cuando esta contradicción sea evitada por la admisión de que sólo en de que el individuo se convierta de tal modo en un objeto para sí,
sus planos más elevados en los planos represcntados por las no tendría conciencia de sí ni poseería una llcrsona. Aparte de sus
-sólo de los seres humanos- presu¡rone el
relaciones e interacciones sociales interacciones sociales con otros individuos, no relacionaría los con-
p¡oceso social de Ia experiencia y la conducta la existencia del tenidos privados o "subjetivos" de su experiencia consigo mismo,
espíritu, o sólo €ntonces se torna necesariamente un producto de y no podría tener conciencia de sí en cuanto tal, en cuanto individuo,
éste, aun así es poco plausible suponer que ese proceso ya en marcha en cuanto persona, simplemente por medio de dichos contenidos de
su experiencia o en términos de ellos; porque, a fin de adquirir con-
. 20 Segúo la ruporición tr¡dicion¡l de ta psicologí¡, el contenido de la cxpc-
riencia e¡ completamente individu¡l y en rnódo alguno puede eer ctplicado-ca ciencia de sí en cuanto tal, debe ge¡vsrtirse en un
términoc sociale¡, aun cuando 8ü m¡rco o cotrtexto ¡e¡ roiial. Y pen una prico- -¡spi¡imsste-
objeto para sí mismo o incor¡rorarse a su propia experiencia como
logia social como la de Cooley --que crtá basada precioamentd en es¡ mism¡
gupo¡ición-, todas las intcracciones sociales dcpenden de lac imagin¡cioncr dc un objeto, y sólo gracias a los medios sociales adoptando las
lo¡ individuo¡ involuc¡rdoc y tienen tugar en tirmi¡o¡ de la¡ influcnci¡¡ cons- -sólo
actitudes de los otros hacia él- puede convertirse en un objeto para
cientes ííratas, recíprocas, cn tor procesos dc la cxpcricncir ¡ocial. Lr psicotogí¡
¡ocial de Cooley, tal como se la encuentr¡ e¡ ctt l¡urrran Notu¡e and. ihe Soliat él mismo 2?.
Order, es,-por-lo,tanto, inevit¡blemcnte introrpectiva, y au método psicológico Naturalmente, es cierto gue una vez que el espíritu ha surgido en
llev¡ en sí ta implicación de un complcto solipiirmo: l¡ ¡ociedad no iiene ál-
mente eri¡te¡ci¡, ¡alvo cn el erpíritu del individuo, y cl concepto dc te percone
en cu¡nto intrín¡ec¡mente ¡oci¡l cn cualquier ¡e¡tido er un producto de ia im¡- 2l La capacidad fisiológica del ser humano pata desarrollar el eepíritu o la
ginación. Inctuso para Cootey la petcoai preropone c:pcricnlia, y la experieacie inteligencia cJ un producto del proceso de evolución biológica, t¡l como todo su
er un ptoceso dentro del cual rurgen tar pcrronar; pero pu¿sto quc crc prc?ro organismo: pero ál desarrollo real de su espíritu o inteligencia, concedide tal
c!-.per¡ él prima-riamente interno e individuat, antir qul ertcr¡-o y cociat, le capacidad, debe llevarse a cabo en términoa de las situacionss soci¡les dentro de las
ohlrga' .en ru pricotogír,a uaa posición mctafísic¡ ¡ubjetiv¡ e ideelirt¡ ¡ltei cuales recibe su expresión y significación; y de ahí que él mismo sea un producto
que objetiviste y aatunlirtr. del proceso de evotución social, del proceso de ta expetiencie y la conducta sociales,
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el proceso social, posibilita el desarollo de dicho proceso h¿sta llc-
gar a formas de interacción social, entre los individuoc componentet,
más complejas de lo que era poeible antes de que hubieoe eurgido. El
origen o existencia inicial del proceso social no depende, por lo
tanto, de la existcncia o interacción de las personas, aunqu€ cl depen-
de de csta última ¡nta los planoc más elevados de complcjidad y
organización que alcanza derpuéc de que las personae han surgido
dettro de t¿l procelo. PARTE IV
SOCIEDAD
30. L¡ NESP DE LA SOCIEDAD HUMANA: EL HOMBRE
Y LOS INSECTOs

En las primeras partes de nuestro análisis hemos seguido el


desarrollo de la persona en la experiencia humana; ahora debemos
cxaminar el organismo social en que dicha persona surge.
La sociedad humana tal como la conocemos no podría existir sin
espíritus y lrnnnas, pu€sto gue casi todos sus rasgos más caracterís-
ticos presu¡ronen la ¡rosesión de espíritus y personas IX,r sus miem-
bros individuales; pero sr¡s miemb,ros individuales no pose€rían espí-
ritus y personas si éstos no hubiesen surgido o emergido del proceso
social humano en sus €tapas inferiores de desarrollo €tapas en
que tal proceso era simplemente una resultante de las -las
diferenciaciones
y exigencias de los organismos individuales involucrados en é1, las
etapas en que dependía totalmente de aquéllas. Tienen que haber
existido esas etapas inferiores del proceso social humano, no sólo
por razon€s fisiológicas, sino también (si nuestra teoría social de
le naturaleza y el origen de los espíritus y las personas es correcta)
porque los espíritus y las personas, la conciencia y la inteligencia,
no podrían haber surgido de otro modo; es decir, porque tiene que
haber existido, previamente a la existencia de los espíritus y las per-
sonas en los seres humanos, alguna clase de proceso social en desarro-
llo en el que los seres humanos estuviesen involucrados, a fin de posi-
bilitar la adquisición, por parte de ellos, de espíritus y personas den-
tro de dicho proceso o en términos de él r.
1 Por otr¡ partc, le vclocid¡d mcdia dc desarrollo o evolución dc l¡ ¡ocieded
hum¡n¡, desde lr-cmergcnci¡ de los espítitur y las personal a partir de los.procesos
¡ociatc¡ bumanor de erperiencia y conducta, b¡ sido t¡cmend¡mente accle¡ad¡ de
result¡s de diche cmergencia.
L¡ cvolución o de¡¡rrollo socirl y te ¡utoevolución o dcs¡¡rollo son correl¡tiv¡s
e interdependi?ntes, üna vez que ta persona ha surgido del proceso vit¡l social.

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