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Por eso tenemos que proceder de esta ma- nera: desde lo que es menos
claro por naturaleza, pero más 20 claro para nosotros, a lo que es más
claro y cognoscible por naturaleza.
[…]
En el acto de cognición es siempre más claro lo que es en uno qu epor
naturaleza. Entonces, el acto se da desde uno a lo que en la naturaleza
es cognocible. De lo más proximo a lo más alejado.
La vía natural consiste en ir desde lo que es más cognos- cible y más
claro para nosotros hacia lo que es más claro y más cognoscible por
naturaleza4;porque lo cognoscible con respecto a nosotros no es lo
mismo que lo cognoscible en sentido absoluto.
184ª 20
4.-Locus clásico sobre la cuestión del próteron/histeron en el conoci- miento, en el que
Aristóteles nos presenta un método opuesto al de Platón: la epistkmé de laphisis ha de ir
de los fenómenos a los pnncipios y no a la inversa.
Por ello tenemos que proceder desde las cosas en su conjunto a sus
constituyentes particulares; porque un todo es más cognoscible para la
sensación, y la cosa en su con-
kathólou, que normalmente se lo traduce por «universal», «general», aquí parece
significar algo tomado como un todo (sentido etimológico de kathólou).
184b15
junto es de alguna manera un todo, ya que la cosa en su conjunto
comprende una multiplicidad de partes.
El nombre es un todo sin distinción de partes, la definición de las partes del nombre
viene después se le deja de decir padre a cualquier fulano y madre a cualsea mujer.
2 Número
de losprincipios. Elser no es uno como suponen Parménides y Meliso
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Lo que constituye a los entes es lo uno para algunos, y los que piensan que son
multiples buscan saber si son finitos o infinitos, o cuántos. Desearon saber si son uno o
muchos.
185a
El que el ser sea uno e inmóvil corresponde a la metafísica y no la física. La física no
puede responder, en Aristóteles, si sus principios son muchos, finitos, pocos, infinitos o
uno. Esto es así ya que para Aristóteles la metafísica expresa e interpreta a la
ontología, y por eso la física no puede tratar los límites del Todo o lo Uno puesto que la
física, ciencia de los límites de la física expresamente interpretada, debe proceder
desde nosotros a la naturaleza. Por tanto, la física debería ser tratada desde lo más
cognocible, y lo más cognocibles somos nosotros.
Los que filosofaron sobre el Uno, Parménides y Zenón de Elea, se equivocan al pensar
poner principios en su plano metafísico debido a que la ley de lo Uno dejaría de ser
verdadera. Hay para Aristóteles una carencia de ciencia que sea común a todas als
ciencias en sus antecesores jónicos materialistas, en los eleatas idealistas y pitagóricos,
puesto que tratan problemas desde una suerte tecnicidad a-teorica, no-aritmética.
Meliso es tosco, Heraclito es absurdo y atacarlo con argumentos poco se puede puesto
que para él, según Arístoeltes el Ser es un único hombre, sería argumentar
erísticamente, igual con Parménides. Parten de premisas falsas y son incosecuentes sus
conclusiones. No son permisibles las tesis o la doctrina de Meliso porque al dejar pasar
un absurdo se albergarán necesariamente otros.
185ª15
Por nuestra parte damos por supuesto que las cosas que son por
naturaleza, o todas o algunas, están en movimiento; esto es claro por
inducción 18 ( epag~gk,término no empleado antes de Aristóteles en el sentido
l8
técnico que tiene en el Corpus, aunque tiene antecedentes en los usos de epágein en
Platón (cf. Pol. 278 A); se suele traducir por «inducción», en sentido metodológico pero a
veces, como en este caso, significa simple- mente «experiencia». Para Aristóteles la
realidad del movimiento es un hecho indubitable (cf. 193a3 y nota ad loc.; Acerca del
alma 425a13- 427a16). )
Dice que sólo está obligado a refutar las que concluyen falsamente de los principios de
demostración, de otro modo no es necesario refutar cualquier doctrina adversa.
Así cómo el rellenado geométrico de antifonte lo considera un procedimiento erisitico.
Todos los problemas anteriores no versan sobre la naturaleza pero sí sobre los físico,
por esto para Ari. será conveniente decir algo ya que tiene interés filosófico. Ari.
intentará ver qué quiere decir Parmenides cuando dice que todas las cosas son una
unidad, aduce, puesto que el ser se dice en muchos sentidos.
Meliso y Parménides:
Pero si el Todo es uno en cuanto que es indivisible, nin- guna cosa
tendrá cantidad ni cualidad, ni el ser será infinito, como quiere Meliso,
ni tampoco finito, como afirma Par- ménides; porque aunque el límite
es indivisible, lo limitado no lo es.
Cantidad y cualdad serían lo mismo si todoes uno e indistinguible,
entonces, Heráclito tendria razón y lo bueno y lo no-bueno serían lo
mismo, y el caballo sería igual al hombre, las cosas no serían unidad
sino nada.
192b10
Por el contrario, una cama, una prenda de vestir o cualquier otra cosa
de género semejante, en cuanto que las significamos en cada caso por
su nombre y en tanto que son productos [20] del arte3, no tienen en sí
mismas ninguna tendencia natural al cambio; pero en cuanto que,
accidentalmente4,están he- chas de piedra o de tierra o de una mezcla
de ellas, y sólo 20 bajo este respecto, la tienen.
Notas al pie:
[[phisis y téchné son dos principios distintos de cosas. Todo ente emerge de un principio,
y, según sea éste intrínseco o extrínseco, tal emer- gencia será un «nacimiento» natural de
cosas o una «producción» artificial de ellas. Estos modos de proveniencia determinan dos
tipos contrapuestos y excluyentes de entes, pues la téchné sólo produce artefactos, cosas
que una vez producidas carecen de actividadnatural.
En el ente artificial se distingue entre aquello que hace que sea lo que es (la forma, lo que
hace que la cama sea cama) y aquello de que está hecho (la materia, su madera).
Considerado abstractamente según su ma- teria tiene naturaleza, aunque sólo per
accidens, pues la madera no le es esencial; pero en tanto que cama no lo tiene. Por lo
demás, la entidad de los artefactos es sólo «para nosotros)) (de suyo y según la
Naturaleza sólo sena madera); de ahí que se pueda decir que en rigor no son entes. Para
Aristóteles, lo único verdaderamente entificante es laphisis.
Met. 11, pág. 241), y como tal sólo puede ser efectiva si algo actual la hace estar siendo
actual, bien sea otra cosa, o bien, caso de que se mueva por sí mismo, si lo hace en tanto
que otro. La distinción per se / per accidens: el carácter intrínsecodel principio le
pertenece a laphisis esencialmente (per se), no circunstancialmente (per accidens). En sí
/ en otro: sólo lo natural tiene su principio «en si» como algo «por si» (es decir, como un
carácte que le pertenece esencialmente); lo artificial lo tiene «en otro)), aunque también
lo puede tener por accidente en sí mismo.]]
Lo artificial se puede mover o causar a sí mismo según Aristóteles pero solo de modo
accidental:
[…]
Ocurre lo
mismo con cada una de las otras cosas producidas acciden- talmente:
ninguna tiene en sí el principio de su producción, sino que unas lo
tienen fuera, en otras cosas, como la casa y cada uno de los
demásproductos manuales, y otras lo tienen en sí mismas, pero no por
sí mismas,
192b30
Naturaleza es, pues, lo que se ha dicho. Y las cosas que tienen tal
principio se dice que «tienen naturaleza».
[…]
No todo lo que es natural es naturaleza. Entre los entes naturales hay algunos que son
más bien entes de entes, afecciones de otros entes, se predican de otros y sólo tienen ser
por referencia y analogía con lo que de veras subsiste en y por si mismo, con la
substancia (ousía): son los acci- dentes (symbebékóta).La sustancia, en cambio, es el
sujeto último de toda predicación: no se predica de otro ni existe en otro. «Naturaleza»
es, pues, primariamente sustancia; los accidentes y las propiedades son «por natura-
leza». En Met. 1015a13-15 se dice: «La naturaleza, en su sentido primario y fundamental,
es la sustancia de los entes que tienen el principio del mo- vimiento en si mismos en
cuanto tales; pues la materia no toma el nombre de naturaleza sino porque es susceptible
de recibir tal principio)).