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-II
Escuela Profesional de Psicología Humana
Trabajo académico
Docente: Nota:
Rubén Campos Ardiles
Ciclo: V Sección: Módulo II
Uded de matrícula:
HUARAZ
Fecha de publicación en
campus virtual DUED
LEARN:
Hasta el Domingo 31 de
Diciembre 2017
(Hora peruana)
Recomendaciones:
1. Recuerde verificar la
correcta publicación de
su Trabajo Académico
en el Campus Virtual
antes de confirmar al
sistema el envío
definitivo al Docente.
Revisar la
previsualización de su
trabajo para asegurar
archivo correcto.
2. Las fechas de publicación de trabajos académicos a través del campus virtual
DUED LEARN están definidas en la plataforma educativa, de acuerdo al
cronograma académico 2017-II por lo que no se aceptarán trabajos
extemporáneos.
3. Las actividades de aprendizaje que se encuentran en los textos que recibe al
matricularse, servirán para su autoaprendizaje mas no para la calificación, por lo
que no deberán ser consideradas como trabajos académicos obligatorios.
5. Estimado alumno:
El presente trabajo académico tiene por finalidad medir los logros alcanzados
en el desarrollo del curso. Para el examen parcial Ud. debe haber logrado
desarrollar hasta el ítem 3 y para el examen final debe haber desarrollado el
trabajo completo.
Criterios de evaluación del trabajo académico:
Este trabajo académico será calificado considerando criterios de evaluación según
naturaleza del curso:
1 Presentación adecuada Considera la evaluación de la redacción, ortografía, y
del trabajo presentación del trabajo en este formato.
Considera la revisión de diferentes fuentes bibliográficas
y electrónicas confiables y pertinentes a los temas
tratados, citando según la normativa
Investigación
2 APA.
bibliográfica:
Se sugiere ingresar al siguiente enlace de video de
orientación:
Preguntas:
1.- Efectué búsquedas sobre la influencia del estrés sobre el metabolismo
endocrino y cuáles son los trastornos más frecuentes en este nivel (3
puntos)
El cuerpo libera hormonas y así es como responde frente al estrés que se está
generando en el cuerpo por cualquier factor del ambiente. Igualmente, el estrés es
funcional cuando es en ocasiones moderadas ya que si hay un exceso puede llevar
a cabo muchas dolencias, etc. Como todo, también podemos reconocer por nuestros
propios medios cuándo una persona es adulta y está presentando cierto tipo de
problemas como presión arterial alta, insuficiencia cardíaca, diabetes, obesidad,
depresión, entre otras más; con lo que nos podemos dar tiempo a trabajar.
De manera breve podría definirse el estrés como un estado físico y mental en el que
entramos como respuesta a acontecimientos estresantes. Las respuestas ante el
estrés no son solo conductuales, aunque ésta sea la única respuesta que
directamente observable.
Para ello se activa nuestro sistema nervioso autónomo (se tensan los músculos,
aumenta nuestra presión sanguínea, sudamos, aumenta el tamaño de nuestra
pupila…), activa nuestro sistema inmunológico y nuestro sistema endocrino segrega
epinefrina, norepinefrina y esteroides.
La activación de nuestro sistema inmunológico se produce para evitar que suframos
alguna infección mientras respondemos ante el estímulo estresor, pero si este
estímulo perdura en el tiempo el sistema inmunológico cae y nos deja expuesto ante
las infecciones. Por ello es tan usual resfriarse justo después de un periodo de
exámenes.
Entre los daños cerebrales destaca la destrucción de las neuronas del hipocampo
que causa problemas de aprendizaje y memoria. También se ha comprobado que la
amígdala sufre daños, lo cual hace que la persona identifique una situación nueva
como estresante.
Digamos que las modificaciones de ciertos circuitos cerebrales hacen que se den
respuestas estresantes ante cualquier tipo de situación, lo cual hace que la persona
sufra más estrés, vuelve a modificar su circuito y dan respuestas estresantes cada
vez más intensas. Este fenómeno puede causar irritabilidad, cambios de humor y un
aumento de la agresividad.
Los efectos que tenga el estrés sobre nuestra salud depende tanto de variables
internas, es decir, las asociadas al individuo, como externas, las asociadas al
contexto.
Las personas más resistentes al estrés suelen tener una predisposición genética
que les hace resilientes, es decir, les hace superar eventos estresantes negativos,
tienen un temperamento calmado, perciben que tienen el control de la situación,
sienten que son eficaces, tienen una autoestima alta y están bien integrados
socialmente.
También existen variables externas que hacen que el evento se perciba como
menos estresante como pertenecer a sociedades comunitarias donde sea normal
apoyarse en las personas del entorno para superar eventos estresantes, tener
buenas relaciones con los familiares (sin que éstos lleguen a ser sobreprotectores),
que el evento estresante no ocurra durante la infancia y, por supuesto, que los
estresores sean de baja intensidad y no ocurran de manera prolongada.
Está claro que el estrés empeora algunos trastornos psicológicos, pero ¿por qué
ocurre esto?
Los trastornos del sueño. Es frecuente que las personas que sufren niveles altos
de estrés desarrollen trastornos del sueño como el insomnio. Además, en un estudio
reciente, se ha demostrado que las maneras que tienen de afrontar el estrés este
tipo de personas son poco eficientes.
Síndrome del colon irritable (o del intestino irritable). Este síndrome está
provocado directamente por una situación que cause un estrés intenso o un estrés
prolongado. La hiperactivación del sistema endocrino debida al estrés puede
provocar un aumento de sensibilidad en los órganos internos, como el colon o el
intestino.
Por último, me gustaría recordaros que todos estos trastornos influidos o provocados
por el estrés se desarrollan porque usamos estrategias que no son saludables para
afrontarlos y no por el mero hecho de sufrir estrés.
2.-Efectue búsquedas sobre el tema de Psicobiología de la audición,
explicando en particular los procesos fisiológicos a nivel del oído interno
y su relación con la orientación, indique sus características e importancia
(3 puntos)
El oído interno, lleno de líquido (laberinto) es una estructura compleja que consta de dos
partes principales:
El órgano de la audición (cóclea)
El órgano del equilibrio (sistema vestibular)
Cóclea
La cóclea, un tubo hueco enrollado en espiral (con forma de caracol), está llena de líquido.
En su interior se encuentra el órgano de Corti, que consiste, en parte, en unas 20 000
células especializadas, denominadas células ciliadas. Estas células tienen diminutos
filamentos (cilios) que se extienden hasta el interior del líquido. Las vibraciones sonoras
transmitidas desde los huesecillos del oído medio a la ventana oval en el oído interno
hacen que el líquido y los filamentos vibren.
A pesar del efecto protector del reflejo acústico, el ruido intenso puede lesionar y destruir
las células ciliadas; cuando una de estas células se destruye, ya no vuelve a crecer. La
exposición continua a ruidos intensos causa un daño progresivo, que acaba finalmente
en sordera y, a veces, en ruido o zumbido en los oídos (acúfenos).
Sistema vestibular
El sistema vestibular está formado por dos sacos llenos de líquido, el sáculo y el
utrículo, y tres tubos llenos de líquido denominados canales semicirculares. Estos
sacos y tubos recopilan información sobre la posición y el movimiento de la cabeza,
y el cerebro utiliza esta información para ayudar a mantener el equilibrio.
Los conductos semicirculares son tres tubos llenos de líquido que están en ángulo
recto entre sí y que detectan la rotación de la cabeza. El movimiento de la cabeza
hace que el líquido de los conductos se mueva. Según la dirección en que se mueva
la cabeza, en uno de los conductos el movimiento del líquido será mayor que en los
otros. Los conductos contienen células ciliadas que responden a este movimiento
del líquido. Las células ciliadas inician impulsos nerviosos que advierten al cerebro
de la dirección en que se está moviendo la cabeza, de modo que pueda adoptarse
la acción apropiada para mantener el equilibrio.
Las emociones tienen una función adaptativa de nuestro organismo a lo que nos
rodea. Es un estado que sobreviene súbita y bruscamente, en forma de crisis más
o menos violentas y más o menos pasajeras.
En el ser humano la experiencia de una emoción generalmente involucra un
conjunto de cogniciones, actitudes y creencias sobre el mundo, que utilizamos para
valorar una situación concreta y, por tanto, influyen en el modo en el que se percibe
dicha situación.
Durante mucho tiempo las emociones han estado consideradas poco importantes y
siempre se le ha dado más relevancia a la parte más racional del ser humano. Pero
las emociones, al ser estados afectivos, indican estados internos personales,
motivaciones, deseos, necesidades e incluso objetivos. De todas formas, es difícil
saber a partir de la emoción cual será la conducta futura del individuo, aunque nos
puede ayudar a intuirla.
Apenas tenemos unos meses de vida, adquirimos emociones básicas como el
miedo, el enfado o la alegría. Algunos animales comparten con nosotros esas
emociones tan básicas, que en los humanos se van haciendo más complejas gracias
al lenguaje, porque usamos símbolos, signos y significados.
Cada individuo experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de sus
experiencias anteriores, aprendizaje, carácter y de la situación concreta. Algunas de
las reacciones fisiológicas y comportamentales que desencadenan las emociones
son innatas, mientras que otras pueden adquirirse.
Las emociones son procesos que se activan cada vez que nuestro aparato psíquico
detecta algún cambio significativo para nosotros. Este hecho las convierte en un
proceso adaptativo.
Las emociones tienen una alta plasticidad y capacidad para evolucionar,
desarrollarse y madurar. Por ello decimos que las emociones no son procesos
estáticos, sino que van cambiando en función de las demandas del entorno.
Su principal función es la organización de toda nuestra actividad.
Las emociones reclutan a los restantes procesos psicológicos como la percepción,
la atención, la memoria, el pensamiento, la comunicación verbal y no verbal.
Son aquellas reacciones físicas que se reflejan en nuestro cuerpo. Estas reacciones
no son controlables y aparecen queramos o no. Por ejemplo, si sentimos miedo
pueden aparecer taquicardia, sudoración, temblor, tensión muscular… O si
sentimos vergüenza podemos ruborizarnos. A veces estas reacciones también
provocan cambios conductuales de manera indirecta, ya que podemos querer
ocultarlos.
Por ejemplo, si sentimos miedo, nuestro cuerpo utiliza la energía de esta emoción
para prepararse para salvarnos del peligro, nos ayuda a ser más efectivos en la
respuesta y provoca cambios en los neurotransmisores. Así, en caso de huida,
la adrenalina entraría en juego.
Los cambios surgidos son manejados por el sistema nervioso simpático. Aumenta
el tono muscular, hace que nuestro corazón lata más deprisa y que tengamos
reacciones más rápidas y eficientes que en reposo. Una vez que la amenaza pasa,
nuestro cuerpo tiene que volver a la homeóstasis y regular todas las funciones
corporales, de esto se encarga el sistema parasimpático.
Componente conductual
Cuando vemos a alguien llorar, sabemos que no se encuentra bien y que puede
necesitar nuestra ayuda. También puede proporcionarnos información útil para
evitar problemas: si vemos que alguien está muy enfadado, nos alejamos.
Componente cognitivo
La glándula pituitaria es una pequeña glándula del tamaño de un guisante que juega un
papel importante en la regulación de las funciones vitales del cuerpo y el bienestar general.
También se conoce como la ‘glándula maestra’ del cuerpo, porque controla la actividad de
la mayoría de las otras glándulas secretoras de hormonas.
Esta glándula se encuentra ubicada en una cavidad ósea en la base del cráneo,
debajo del cerebro y detrás del puente de la nariz, conocida como la silla turca. Está
unida al hipotálamo, que es la parte del cerebro que controla su actividad. Aunque
la glándula pituitaria luce como una sola glándula, en realidad tiene dos partes bien
diferenciadas, la glándula pituitaria anterior y la glándula pituitaria posterior. La parte
anterior de la glándula pituitaria está formada por células glandulares que están
conectadas al cerebro mediante vasos sanguíneos muy cortos. La glándula pituitaria
posterior es en realidad una parte del cerebro que secreta hormonas directamente
en el torrente sanguíneo según las órdenes del cerebro.
Cada una de las hormonas controladas por la glándula pituitaria, cumple una función
esencial y especifica en el organismo. Por tanto, si alguna de estas fallas, nos
podemos ver muy perjudicados.
La amígdala forma parte del llamado cerebro profundo, ese donde priman
las emociones básicas, tales como la rabia o el miedo. También el instinto de
supervivencia, básico sin duda para la evolución de cualquier especie.
De ahí, que la amígdala, esta estructura en forma de almendra, sea propia de todos
los vertebrados y se halle en la profundidad de los lóbulos temporales, forma parte
del sistema límbico y procesa todo lo relativo a nuestras reacciones emocionales.
En neurobiología es casi imposible asociar una sola emoción o una sola función a
cualquier estructura, pero cuando hablamos de la amígdala podemos decir sin
equivocarnos que es una de las más importantes asociadas al mundo de las
emociones.
Es la que hace, por ejemplo, que seamos más variables que cualquier pariente
evolutivo cercano. Ella es la responsable de que podamos escapar de situaciones
de riesgo o peligro, pero ella también la que nos obliga a recordar nuestros traumas
infantiles, y todo aquello que nos ha hecho sufrir en algún momento.
La amígdala y el aprendizaje emocional
De una forma muy sencilla, la etología tiene dos objetivos: describir y explicar el
comportamiento de los animales. Por esta razón algunos autores dicen que la
etología pretende estudiar qué hacen los animales y por qué lo hacen. La
descripción de la conducta de los animales se realiza mediante la observación, y de
ahí que la imagen característica de un/a etólogo/a sea la de una persona que pasa
muchas horas observando y registrando la conducta de los animales. La explicación
de la conducta, por otra parte, requiere trabajos experimentales o de comparación
entre especies. De acuerdo con el artículo de Tinbergen al que nos hemos referido
antes, explicar la conducta supone estudiar su control –es decir, los mecanismos
fisiológicos que son responsables de la misma-, ontogenia –cómo cambia a lo largo
de la vida del animal-, función –cómo contribuye a la supervivencia y éxito
reproductivo del individuo que manifiesta la conducta – y evolución –de que manera
la conducta se ha modificado a lo largo de la historia evolutiva de la especie-. Estos
cuatro aspectos del comportamiento de los animales –control, ontogenia, función y
evolución- se conocen a menudo como las cuatro preguntas de Tinbergen.
El término "etología clínica" se utilizó por primera vez en los años setenta para hacer
referencia al estudio de los cambios de conducta que los veterinarios utilizan para
diagnosticar las enfermedades de los animales. Actualmente, el objetivo de la
etología clínica es más amplio e incluye la prevención, el diagnóstico y el tratamiento
de los problemas de comportamiento de los animales domésticos. Los problemas
de comportamiento son aquellas conductas de los animales que resultan peligrosas
o molestas para las personas, o que pueden causar una lesión o una enfermedad
en el animal que las manifiesta. Algunos ejemplos de problemas de comportamiento
del perro y del gato son la conducta agresiva, la eliminación en lugares inapropiados,
el ladrido excesivo o las conductas de automutilación. Algunos problemas de
comportamiento son el resultado de una enfermedad, mientras que otros son la
expresión de una conducta normal que, sin embargo, resulta inapropiada en el
entorno doméstico.
La observación
Experimentación
Comparación entre especies