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Sustentibilidad en Cultivos Anuales CERO LABRANZA PDF
Sustentibilidad en Cultivos Anuales CERO LABRANZA PDF
SUSTENTABILIDAD EN
CULTIVOS ANUALES
CERO LABRANZA
MANEJO DE RASTROJOS
Editor
E.Acevedo
Ing. Agr. MS. Ph. D.
Profesor Titular Universidad de Chile
FONDEF
Financiamiento:
FIA. Proyecto FIA-PR-V-2002-1A-026
FONDEF. Proyecto D99I1081
Sem Ameris
LISTA DE PARTICIPANTES
E. ACEVEDO.
Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Agronómicas, Laboratorio de Relación Suelo-Agua-
Planta. Casilla 1004, Santiago, Chile. eacevedo@uchile.cl
INTRODUCCIÓN
LITERATURA CITADA
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SISTEMA DE LABRANZA Y PRODUCTIVIDAD DE LOS SUELOS 13
2
Sistema de Labranza y Productividad de los Suelos
E.ACEVEDO Y E. MARTÍNEZ.
Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Agronómicas, Laboratorio de Relación Suelo-Agua-
Planta. Casilla 1004, Santiago, Chile. eacevedo@uchile.cl
RESUMEN
ABSTRACT
INTRODUCCIÓN
La labranza es una práctica que facilita labores agrícolas, entre las que destacan
control de malezas, formación de camas de semillas que lleven a una buena
germinación y establecimiento del cultivo, incorporación de fertilizantes y
pesticidas al suelo, incorporación de materia orgánica y residuos del cultivo
anterior. La labranza consiste comunmente en la inversión y mullimiento de la
capa superficial del suelo (15-30 cm) a través de araduras y rastrajes que, cuando
se operan con una humedad adecuada del suelo, resultan en una disgregación
y mullimiento mejorando las propiedades mecánicas para su posterior
intervención (siembra u otro).
Junto con facilitar las labores de siembra, controlar malezas y generar el mullimiento
deseado, la labranza tiene algunos efectos no deseados. Expone el suelo a los
principales agentes erosivos ( agua y viento) y facilita el contacto de los organismos
del suelo con una alta presión parcial de oxígeno (ca 20 kpa ). El movimiento de los
gases en medios porosos como el suelo es por difusión. Es un proceso lento que, en
buenas condiciones de aireación, mantiene a una profundidad de 10-20 cm una
presión parcial de oxígeno de ca 10-15 kpa. La labranza aumenta la presión parcial
de oxígeno estimulando la actividad de los microorganismos del suelo, los que
oxidan la materia orgánica al utilizarla como furente de energía. Así, dos grandes
procesos destructivos se asocian a la labranza con inversión del suelo: erosión y
oxidación (quema) de su materia orgánica. Estos dos procesos disminuyen la
capacidad productiva del suelo. El primero de ellos es comunmente apreciado ya
que hay ruptura y remoción física del suelo perdiendose parte de la capa superficial
y junto con ésta, la materia orgánica y nutrientes. La productividad baja en función
a la magnitud de suelo removida por erosión ya que son las capas más superficiales
las que tienen la mayor concentración de carbono y de nutrientes.
La disminución del C orgánico del suelo después de que es intervenido por el
hombre ha sido documentada ampliamente. La Figura 1 muestra la evolución
de este proceso desde una situación climax de bosque a una situación de cultivo
intensivo. En un período de 50 años el carbono y nitrógeno del suelo bajan
aproximadamente a la mitad.
LABRANZA Y EROSIÓN
La erosión hídrica del suelo y el transporte de sedimentos en un campo depende
del impacto que causa la gota de lluvia en el desprendimiento de las partículas
de suelo y de la energía del flujo superficial que contribuye a desprender y
transportar los sedimentos en sentido de la pendiente (Peralta, 1976; Logan,
1990). Este proceso depende tanto de la naturaleza del suelo como de la lluvia
y, específicamente, de la cubierta con plantas o residuos vegetales. La agricultura
basada en cero labranza reduce la erosión eólica e hídrica mediante el
impedimento físico que ejerce la cobertura de residuos de cosecha de las
temporadas anteriores depositados en la superficie del suelo.
El arado, usado en los sistemas de labranza tradicionales, aumenta la erosión
del suelo en terrenos ondulados y con pendiente (Lal et al., 1990) mediante una
acción de tipo mecánica inducida por las herramientas de corte del suelo. Esta
erosión es conocida como “erosión por labranza” (Torri y Borselli, 2002), dejando
al suelo suceptible a la acción del viento y agua.
La erosión del suelo por labranza es proporcional a la pendiente. Torri y Borselli
(2002) distinguieron tres fases que explican el movimiento de traslación del suelo:
1. Arrastre, el suelo es transportado en contacto con la herramienta de corte.
2. Salto, los terrones de suelo son eyectados por la herramienta de corte y
viajan en caída libre bajo el efecto de la gravedad y la velocidad inicial al
momento de la eyección.
3. Rotación, los terrones rotan – o bien se deslizan – por efecto gravitacional,
de resistencia al roce y de velocidad, al término de la fase de salto.
Al remover el suelo, mediante la labranza tradicional (LT), ya sea quemando o
incorporando los residuos de la cosecha anterior, se destruyen los agregados naturales
del suelo quedando particulados y expuestos a los agentes erosivos. En un estudio
realizado en un suelo franco arcilloso, haploxeralf típico, de la VIII Región, Chile, se
encontró una relación significativa y positiva entre el grado de cobertura del suelo y
la estabilidad de los agregados (Gallegos, 1998). Otros estudios muestran que la
estabilidad de los agregados, indicada por el diámetro ponderado medio de los agregados,
aumenta al realizar cero labranza y dejar los rastrojos sobre el suelo (Figura 2).
* Significativo al 5%
El espacio poroso del suelo se distribuye entre agua y aire en proporciones que
dependen del grado de saturación hídrica. La capacidad de aire de los suelos, o
contenido volumétrico de aire cuando el suelo se encuentra a capacidad de
campo, generalmente se torna limitante al crecimiento de las plantas cuando
disminuye de un 10% en volumen (Figura 4). La cero labranza aumenta la
proporción de poros de mayor diámetro aumentando su capacidad de aire.
PROPIEDADES BIOLÓGICAS
El cultivo de los suelos no perturbados representa una serie de cambios en la
estructura y actividad de la comunidad biológica nativa del suelo (Hendrix et
al., 1990). Sin considerar la introducción de sustancias químicas tóxicas, como
pesticidas, los cambios en la abundancia y actividad biótica del suelo pueden
estar relacionados a cambios en los factores reguladores de ella, como
temperatura, agua y cantidad y distribución de materia orgánica. En los sistemas
arables, las fluctuaciones estacionales de las propiedades microbiológicas
pueden ser significativas (Petersen et al., 2002).
El uso intensivo de herbicidas, por otra parte, puede alterar la fauna del
suelo.Tales cambios en las condiciones del hábitat y disponibilidad de nutrientes
reducen la diversidad de especies, pero, en muchos ocasiones pueden
incrementar la abundancia de otras.
20 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
(+): mayor, (-): menor, (±): sin diferencias, (±+): tendencia a aumentar, (±-): tendencia a disminuir
*: Más estable durante el año.
Crovetto, 2002.
(+): mayor, (-): menor, (±): sin diferencias, (±+): tendencia a aumentar, (±-): tendencia a disminuir
*: Mayor durante el mes de diciembre probablemente debido a la excepcional precipitación de 88 mm.
**: Mayor durante el período húmedo
Crovetto, 2002.
SISTEMA DE LABRANZA Y PRODUCTIVIDAD DE LOS SUELOS 21
Cuadro 6. Análisis del margen bruto para siembras de trigo, bajo tres
sistemas de labranza. Salinas (1996).
Sistemas Ingreso Costo Margen bruto
(Kg/ha) (kg/ha) (kg/ha)
Convencional 1.500 1.130 370
Mínima labranza 3.000 1.870 1.130
Cero labranza 4.000 1.940 2.060
Salinas (1996), señala que las prácticas de labranza convencionales, que implican
uso intensivo de tractores e implementos agrícolas, producen modificaciones
generalmente desfavorables desde el punto de vista de la conservación de suelos,
que se traducen en: (1) degradación integral del recurso suelo (física, química y
biológicamente); (2) incremento de las superficies con problemas de erosión hídrica
y (3) paulatina pérdida de productividad de los suelos.
CONSIDERACIONES FINALES
Hay abundante evidencia de carencia de sustentabilidad en los sistemas
agrícolas de cultivos anuales en que se realiza labranza con inversión de suelo.
El problema se genera por la exposición del suelo a la erosión hídrica y eólica y
por la oxidación de la materia orgánica con la consecuente pérdida de carbono
del suelo. Los balances de carbono en suelos en que se realiza labranza
tradicional son negativos. La cero labranza, manteniendo los rastrojos sobre el
suelo, evita la erosión y ayuda a almacenar carbono en el suelo mejorando sus
propiedades físicas, químicas y biológicas, aumentando su productividad y
haciendo que el suelo cumpla un rol de almacenamiento de carbono desde el
punto de vista ambiental.Esta práctica agronómica disminuye, además, las
emisiones de CO2 a la atmósfera por menor consumo energético.
AGRADECIMIENTOS
Los autores desean agradecer las sugerencias hechas por la Sra. Paola Silva en
la redacción del manuscrito. Parte de este trabajo se realizó con aportes del
proyecto FONDEF D99I1081.
SISTEMA DE LABRANZA Y PRODUCTIVIDAD DE LOS SUELOS 25
LITERATURA CITADA
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26 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
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MANEJO INTEGRADO SUELO - PLANTA Y DESARROLLO SUSTENTABLE 29
3
Manejo Integrado Suelo - Planta y Desarrollo
Sustentable de la Agricultura del Sur de Chile(1)
RESUMEN
ABSTRACT
INTRODUCCIÓN
La agricultura en las principales regiones agrícolas del Sur de Chile se ha
caracterizado por la aplicación continua, por más de un siglo, de un sistema de
agricultura intensiva. Esta situación ha provocado erosión y agotamiento de la
fertilidad de los suelos, degradación de la vegetación pastoral y como
consecuencia, bajos niveles de productividad en el estrato de agricultores
pequeños e indígenas, y reducida rentabilidad agrícola en el estrato de
agricultores empresariales.
Con un alto precio de la tierra y un alto costo de oportunidad los requerimientos
de eficiencia del sector de producción agrícola han aumentado. Si, además, se
tienen precios de productos no favorables, como lo es en la actualidad, se hace
necesario intensificar las técnicas de producción en los sistemas de producción
de forma de obtener altos rendimientos en forma consistente para pagar la
inversión. Se ha intensificado el uso del suelo sin un manejo conservacionista,
y se usan altas dosis de nitrógeno y fósforo en los sistemas de producción para
aumentar su productividad. La intensificación de los sistemas de producción
ha significado un aumento en el uso del suelo con dominancia de rotaciones
“cortas” basadas en cultivos anuales y ausencia de leguminosas de grano. Se
observa degradación del ambiente, síntoma de baja sustentabilidad, arriesgando
la oferta de alimento en un sistema en que la demanda va en aumento.
Se ha argumentado y documentado mundialmente durante las dos últimas
décadas sobre la necesidad de alcanzar una práctica masiva de agricultura
sustentable. Sin embargo, las publicaciones especializadas han sido precavidas
puesto que los sistemas de producción agrícola sustentables a veces no son
“deseables” para algunos productores y para el sector de agronegocios. En el
caso de Chile y en especial de la Zona Sur, en la que se concentra el 70% de la
superficie dedicada a la producción de especies agrícolas que definen la dieta
MANEJO INTEGRADO SUELO - PLANTA Y DESARROLLO SUSTENTABLE 31
ANTECEDENTES EXPERIMENTALES
Las investigaciones fueron realizadas por un grupo interdisciplinario en
diferentes proyectos (FONDECYT, OIEA ,ARCAL, CHI’s y DIUFRO) en el área
del Secano Interior de la IX Región de Chile. La región se caracteriza por la
dominancia de suelos Ultisol (Typic Hapludult), derivados de rocas volcánicas
andesíticas, basálticas y cenizas volcánicas; de textura franco arcillo limosa con
alto contenido de arcilla (>50%) en su perfil y Alfisoles derivados de material
intrusivo rico en cuarzo, granito o diorita cuarzosa; de textura franco arcillo
arenosa (Fajardo, 1976). Esta área agroecológica posee clima mediterráneo con
sequía estival y alta concentración de pluviometria en otoño-invierno.
Se usaron suelos de cinco localidades: un suelo transicional, y un Andisol serie
Vilcún ambos en General López (Carillanca), un Ultisol (Hapludult) en Pumalal,
Nueva Imperial, Ultisol (Palhumult) en Tromén, y un Alfisol serie Cauquenes,
en Los Sauces de la IX Región.
En otoño el suelo permanece en barbecho para las siembras invernales con
manejo tradicional, esto es, con eliminación de los rastrojos mediante el uso del
fuego y posterior inversión. Lluvias de hasta 400 mm entre los meses de abril a
junio, sobre suelo desnudo, generan alto nivel de erosión. Los sistemas de manejo
de suelo que han sido utilizados en estas investigaciones son cero labranza y
quema de residuos (CL+Q), cero labranza sin quema de residuos (CL-Q), y
sistema tradicional con inversión del suelo y quema de residuos (TRAD). En
cada tratamiento se establecieron 2 rotaciones, lupino-trigo-avena y trigo-lupino-
trigo, durante tres temporadas consecutivas 1997/1998, 1998/1999 y 1999/2000
en Nueva Imperial y Los Sauces y las rotaciones lupino-trigo y avena-trigo en
el sitio Pumalal. En el sitio Carillanca se ha utilizado una rotación de pradera-
pradera-avena-lupino-trigo desde 1995/1996 a 2000/2001 en el que se agregó
el manejo mínima labor (ML), una pasada de arado cincel, TRAD con quema
de residuos (TRAD+Q) y TRAD sin quema de residuos, incorporados al suelo
(TRAD-Q). En general se utilizó una fertilización con N-P-K, de acuerdo a la
recomendación del servicio de análisis de suelo de INIA Carillanca.
Se utilizaron técnicas isotópicas con 15N para la evaluación de los balances de
nitrógeno (Rennie y Paul, 1971; Hauck y Bremner, 1976; Zapata, 1990 e IAEA,
2001), y 137Cs, para la estimación de las tasas netas y medias de erosión (Schuller
et al., 2000; Schuller et al., 2002). En los sitios de Nueva Imperial y Pumalal, se
usó una dosis de 150 Kg N ha-1, en forma de Urea, marcada con 15 N, 10% at.exc.
En la determinación de la eficiencia agronómica de uso de N, en genotipos de
32 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
Esta diferencia fue más notable en un año con desbalance hídrico temprano y
menor pluviometría, como en la temporada 1998 – 1999 con 647 mm de caída
pluviométrica y 508 mm acumulados en el período comprendido entre siembra
y cosecha. En una temporada “normal” en cuanto a balance hídrico, como la
temporada 1999 – 2000 con 1.054 mm de caída pluviométrica y 876,5 mm
acumulados entre siembra y cosecha, Iq presentó una diferencia signifi-
cativamente (p≤0.05) entre CL – Q y TRAD, pero no entre CL – Q y CL + Q, ni
entre CL + Q y TRAD.
Los resultados indican que, desde el punto de vista de almacenamiento de agua
en el perfil de suelo, se observa un efecto positivo de los sistemas conserva-
cionistas, especialmente si se mantienen sobre el suelo residuos postcosecha,
principalmente desde el período fenológico encañado-espigadura en adelante,
cuando la precipitación es menor y los requerimientos de agua del cultivo
aumentan (Cuadro 2). En CL-Q los niveles de humedad en la zona superficial,
hasta los 40 cm de profundidad fueron mayores en relación con las técnicas de
labranza convencionales y CL + Q. En situación de precipitación baja indica que,
en el caso de conservar cobertura sobre el suelo, se produjo un aumento sig-
nificativo en el nivel de humedad en las estratas superficiales. En un año de
precipitación normal los tratamientos conservacionistas con y sin quema no
presentan diferencia de nivel de humedad con respecto al sistema TRAD.
34 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
Estos resultados han sido coincidentes con los indicadores de mejor calidad del
suelo Ultisol, su mayor potencial del crecimiento de los vegetales, como asimismo
el rápido efecto de las cubiertas vegetales, especialmente abonos verdes. Por su
parte, la disminución de la Da, como índice del mejoramiento de la estructura
del suelo, puede a su vez explicar la mayor velocidad inicial de infiltración que
se observó al usar abonos verdes o residuos post-cosecha sobre el suelo.
Resistencia a la penetración
Los cambios en la densidad aparente del suelo y de su resistencia a la penetración,
medida esta última con un penetrómetro de cono, como índices del mejoramiento
de la estructura del suelo pueden explicar los cambios en la velocidad inicial de
infiltración (Lal, 1995b). En la Figura 3 se observa que después de una temporada
(un año) de uso de cobertura de suelo permanente durante el período de barbecho,
como abonos verdes o pajas sobre el suelo, disminuyó la resistencia a la
penetración del suelo en la estrata 0-20 cm en comparación a la presentada por el
mismo suelo (testigo) que permaneció sin cobertura en el mismo período.
Erosión
El uso de cobertura vegetal sobre el suelo, en especial la mantención de residuos
post-cosecha, disminuyó las pérdidas de suelo por erosión en suelos Ultisoles
con 10% de pendiente, de 16,7 Mg ha-1 año-1 en condiciones de manejo TRAD a
2,4 Mg ha-1 año-1 (Gaete et al., 1999) obtenida en condiciones de manejo con CL-Q.
137
Ultimamente, la aplicación de la técnica del Cs ha permitido, aparte de entregar
la distribución espacial de redistribución de suelo, discriminar entre tasas medias
de erosión y sedimentación de acuerdo al tipo de explotación (rotación anual
de cultivos o pradera) y manejo (baja o alta tecnología) a que ha sido sometido
el suelo (Schuller et al., 2000; Schuller et al., 2002). En el Cuadro 4 se observan
los resultados obtenidos por Schuller et al., (2000) y Schuller et al. (2002)
utilizando este método en un Palehumult, en cuatro sitios sometidos a
explotación y manejo contrastantes: (A) sitio pequeño agricultor, bajo grado
tecnológico, con cultivos anuales en rotación (manejo de subsistencia) (B) sitio
agricultor empresarial, tecnificado, con cultivos anuales en rotación (manejo
tradicional tecnificado) (C) sitio pequeño agricultor con pradera de rotación
larga (manejo de subsistencia) y (D) sitio agricultor empresarial, tecnificado,
con pradera de rotación larga (manejo tecnificado).
Cuadro 4. Tasas de redistribución de un suelo Palehumult (Ultisol), IX
Región
Sitio A B C D
Zona erosionada:
Tasa media de erosión (kg m-2 a-1) 1,27 0,93 0,27 0,29
Fracción del área (%) 74,1 55,6 51,3 25,0
Zona de sedimentación:
Tasa media de sedimentación (kg m-2 a-1) 0,73 0,87 0,98 0,68
Fracción del área (%) 25,9 44,4 48,7 75,0
Área total:
Tasa neta de erosión (kg m-2 a-1) 0.75 0.13
Tasa neta de sedimentación (kg m-2 a-1) 0.34 0.44
La tasa media de erosión fue mayor en los dos sitios sometidos a rotación anual
de cultivos que en las praderas, ya que en éstas, y en especial en las praderas de
rotación larga, se mantuvo una cobertura mayor de la superficie del suelo, en
comparación a los sitios cultivados anualmente. El barbecho y el manejo de los
factores agronómicos (fertilización, rotación, época de siembra, control de
enfermedades foliares, etc.), que influyen en el grado de cobertura del suelo
durante el crecimiento de los cultivos, determinan a la vez variación en la tasa
neta de erosión. Es por lo anterior que en cultivos con manejo tecnificado tanto
38 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
CL-Q Avena 13,10 4,56 33,20 690 5,79 9,0 21,6 2.482
Lupino 13,38 4,82 33,80 465 5,46 9,7 22,2 2.566
TRAD Avena 15,15 2,45 16,10 492 5,60 9,1 17,6 2.317
Lupino 11,86 2,10 18,70 379 5,50 9,1 15,1 2.203
ML: Mínima labranza; TRAD-Q tradicional sin quema de residuo; TRAD+Q, tradicional con quema
de residuos
ML: Mínima labranza; TRAD-Q tradicional sin quema de residuo; TRAD+Q, tradicional con quema
de residuos.
EFICIENCIA AGRONÓMICO-PRODUCTIVA
Del nitrógeno total absorbido por un cultivo de trigo, en situación de manejo
bajo cero labranza, aproximadamente un 40% proviene del N del fertilizante
y un 60% proviene del N del suelo, Sin embargo, estas cifras se invierten al
manejar el suelo con inversión y eliminación de los residuos mediante el
fuego. Estos estudios muestran, además, que en el sistema CL-Q establecido
en situación de agricultor por alrededor de 6 años es posible obtener el
“máximo rendimiento del agricultor” de alrededor de 8 toneladas de grano
por hectárea con una dosis de 150 kg N ha-1, cantidad significativamente
inferior a las dosis aplicadas por los agricultores (≥ 200 kg N ha-1), lo que
implica una reducción en la dosis de aplicación de al menos 50 kg N ha-1.
(Rouanet et al., 2001; Nario et al., 2002, Pino et al., 2002).
La mantención de la paja en CL-Q contribuye a recuperar la fertilidad del
suelo a un nuevo equilibrio, contribuyendo a aumentar la eficiencia de uso
de N-fertilizante y permitiendo reducir las dosis de N-fertilizante con
economía para el agricultor. Los residuos sobre el suelo protegen del proceso
de erosión y actúan como fuente potencial de reciclaje de nutrientes. Así
mismo, después de cosechado el trigo en un sistema de manejo CL-Q, se
estarían reciclando potencialmente 20 Kg N total ha -1 y 9 Kg de Nddf
(Nitrógeno derivado del fertilizante) residual ha-1, contenido en los residuos
post-cosecha. El punto anterior esta corroborado con datos del balance global
de nitrógeno del sistema suelo-planta de los tres años de estudio, donde
claramente se muestra que el sistema CL-Q presentó un balance positivo de
nitrógeno superior al encontrado en los otros tratamientos en que los balances
fueron negativos (Cuadro 12).
MANEJO INTEGRADO SUELO - PLANTA Y DESARROLLO SUSTENTABLE 45
CL +Q CL +Q CL +Q
0-20 cm 67,2 4,9 18,4
20-40 cm 12,3 3,2 11,5
40-60 cm 9,5 3,1 9,6
60-80 cm —- 1,8 5,9
Nddf perfil suelo 89,0 13,0 45,4
Nddf en planta 53,1 —- 59,8
Nddf planta+suelo 142,1 —- 105,2
Nddf: Nitrógeno derivado del fertilizante; Ndds: Nitrógeno derivado del suelo. N total = Nddf +
Ndds
Mientras la cantidad de nitrógeno aplicado para los ensayos fue 150 Kg ha-1, en
producciones comerciales para el Secano Interior, suelos Ultisoles, la
cantidad de N aplicado varía de 200 a 300 kg ha-1 (Godoy y Rouanet, 2000).
Si en situación agricultor se ajustara la cantidad de nitrógeno aplicado a
150 Kg ha -1, variando proporcionalmente los fertilizantes considerados,
manteniendo constantes los demás costos y disminuyendo los rendimientos
en un 6% (de acuerdo a la variación de la respuesta a nitrógeno fertilizante),
se obtendría un aumento del margen bruto por hectárea. La Figura 4 muestra
los márgenes brutos incrementales, o el excedente económico adicional por
hectárea que tendría el agricultor al aplicar una combinación de fertilizante
(similares a las utilizadas por los agricultores informantes) que en total
aporten una cantidad de 150 Kg ha-1 de N fertilizante.
El beneficio adicional que tendría el agricultor podría variar (con la
información presentada) entre un 2% y un 32% dependiendo del sistema
de labranza y las temporadas consideradas. La mantención de la paja en el
año más seco presentó el margen bruto económico más alto de ganancia
comparado a los otros sistemas, lo cual debe estar asociado con la mejor
conservación del agua en el suelo.
13
1
5
CONSECUENCIAS AMBIENTALES
En una proyección de uso del suelo en la IX Región con especies anuales,
en una rotación lupino-trigo-avena, que alcanzaría una superficie anual de
153.000 ha, la conservación del residuo post-cosecha sobre el suelo repre-
sentaría un potencial menor de emisión de carbono a la atmósfera en fun-
ción de las especies incluidas en esta superficie cada año. (Cuadro 15). El
cambio de estos sistemas de producción al más conservacionista, CL-Q, per-
mite proyectar una disminución en base anual de la contaminación atmos-
férica con gases de efecto invernadero (CO2, NH4, CO entre otros) de 332 a
369 Gg. De este total, 2 Gg y 50 Gg corresponderían a las fracciones equiva-
lentes de CH4 y CO respectivamente, emitidas en proporciones menores,
pero las que presentan una mayor incidencia en el calentamiento global.
El potencial de menor emisión de la actividad agrícola en la IX Región en
sistemas de producción con cultivos anuales, al variar el sistema de manejo
de suelo, se resalta más en una proyección de seis años de uso de suelo con
esta rotación (dos ciclos de la rotación). Si un 60% del carbono de estos
residuos retornan al suelo en un año (Aguilera et al., 1993), y de esta fracción
el 10% es transformado en humus (Lal et al., 1998), el aporte de carbono al
suelo al no eliminar los residuos postcosecha podría variar incremental-
mente en el período de tres años en la superficie proyectada de 153.000 ha.
En el sistema TRAD se ha observado un decaimiento del contenido de
carbono del suelo en el mismo período de tres años de -0,005% ha-1, en
comparación al valor incremental (+0.0001%) que se obtendría si los residuos
postcosecha no fueran eliminados, como sucede en CL-Q. Se ha medido en
el suelo Ultisol Imperial, una variación del contenido de carbono entre los
años 1995 a 1999, para la estrata 0-20 cm de profundidad en el sistema CL-
Q, posiblemente por el retorno de carbono de los residuos que se dejan
sobre el suelo. En este caso se estaría en una situación de máxima
sustentabilidad, por los índices de producción, protección del suelo de la
erosión, rentabilidad de la producción y mitigación de la contaminación
atmosférica.
50 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
(1) En este ejercicio se ha considerando la quema de residuos post-cosecha como única fuente
de emisión de carbono, aunque se reconoce que el suelo emite también CO2 a la atmósfera
y otros gases como N2O, debido a la actividad biológica en él.
(2) Contenido de C (%) en residuos: trigo 42,6%; avena 41% y lupino 41,3%
(3) Fracción de residuos efectivamente quemados: trigo y avena 0,9; lupino 0,5
MANEJO INTEGRADO SUELO - PLANTA Y DESARROLLO SUSTENTABLE 51
CONSIDERACIONES FINALES
Los resultados de manejo integrado suelo-planta muestran la tendencia del
efecto del manejo conservacionista sobre el suelo y sus propiedades. El
manejo conservacionista ha demostrado promover la conservación de la
fertilidad natural al aumentar en un plazo de 4 a 6 años el contenido de
carbono orgánico y el nitrógeno disponible en el suelo. Los sistemas
enzimáticos asociados a los ciclos de nutrientes, muestran variaciones que
se pueden asociar a mayor disponibilidad de N y P principalmente en el
suelo. El suelo manejado con cubierta vegetal contínua experimenta cambios
en su velocidad de infiltración y densidad aparente, que explican menores
tasas de erosión y un mejor establecimento de los cultivos. Por otra parte se
ha demostrado un aumento en la eficiencia agronómica de uso de nitrógeno,
EAN, presentándose así un potencial ahorro de fertilizantes nitrogenados.
La relación costo/beneficio (C/B), la que conceptualmente se asemeja y
representa la acepción biológica de la relación de eficiencia, ha sido
modificada positivamente al no reducir significativamente los rendimientos
por superficie, pero si al reducir el costo por uso de tractores, maquinarias
y combustibles. La erosión provocada por la inversión de suelos y por el
escurrimiento de agua lluvia una vez aplicado este sistema conservacionista
disminuye significativamente en 4 a 5 años, restaurándose la calidad del
suelo, sus propiedades edáficas, la fertilidad natural, en función de la
restauración de las propiedades biológicas de este recurso de producción.
Un manejo conservacionista en particular para suelos Ultisoles del Sur de
Chile, con mayor degradación actual y potencial de erosión, puede ser
considerado como parte de las estrategias requeridas para aminorar el efecto
invernadero, al secuestrar más carbono atmosférico en el suelo y disminuir
las emisiones de este gas al evitar las quemas de residuos post-cosecha.
La mantención de la paja en el año más seco presentó el margen bruto
económico más alto de ganancia comparado a los otros sistemas, lo cual
debe estar asociado con la mejor conservación del agua en el suelo.
La cero labranza con quema disminuye el riesgo del factor clima sobre la
época de siembra, factor decisivo en el rendimiento en condiciones de secano
interior. La cero labranza sin quema (siembra directa) aumenta el riesgo
del sistema, y la producción entre potreros es variable. Sin embargo, la
relación Costo/Beneficio de la unidad productiva no se ve alterada
significativamente. Las técnicas conservacionistas de manejo de suelo
potencian la rentabilidad.
Un método simple de intensificación sustentable, es el manejo conserva-
cionista: sin inversión del suelo y con manejo de los residuos post-cosecha
sobre éste, apoyado en la biología del suelo.
52 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo se ha realizado a través de los proyectos FONDECYT 11981116,
1990756, 1000609, 1020306. IAEA CHI/5/020, CHI/5/021. ARCAL XXII.
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MANEJO DE RASTROJOS BAJO CERO LABRANZA 57
4
Manejo de Rastrojos en Cultivos Bajo Cero
Labranza(1)
I.VIDAL Y H.TRONCOSO.
Universidad de Concepción, Departamento de Suelos. Casilla 537, Chillán, Chile. ividal@udec.cl
RESUMEN
(1) Parte del Proyecto FONDEF D99I 1081 “Incremento de la rentabilidad de cultivos
mediante cero labranza y manejo de residuos”.
58 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
ABSTRACT
INTRODUCCIÓN
La precordillera andina de la VIII Región de Chile se encuentra visiblemente
deteriorada por la actividad agrícola tradicional que se ha desarrollado en el
área. Por ser suelos ondulados en su mayoría, con pendientes variables, la
erosión hídrica ha estado permanentemente deteriorando la capa arable de los
suelos (derivados de cenizas volcánicas) durante la época invernal, en que se
concentra la mayor pluviometría. Por ejemplo, en pendientes de 11%, cultivadas
MANEJO DE RASTROJOS BAJO CERO LABRANZA 59
La mayor parte de los sitios están ubicados en suelos de la serie Sta. Bárbara
(Typic Haploxerands). Son suelos poco evolucionados, formados sobre
cenizas volcánicas recientes depositadas sobre substrato fluvioglaciales o
materiales fluviales difícilmente detectables por la profundidad en que se
encuentran. Son suelos profundos a muy profundos, bien drenados, de
texturas franca a franco limosa en el primer horizonte y franco limosa en
profundidad, bien estructurados, de buen arraigamiento, muy porosos y
sin gravas en los primeros 160 cm. Las pendientes superiores a 30% se
asocian a una erosión moderada; sectores con 50% muestran erosión
moderada a severa.
El suelo Collipulli (Typic Rhodoxeralfs) corresponde a un suelo evolucionado,
desarrollado a partir de cenizas volcánicas antiguas, descansando sobre un
substrato constituido por un conglomerado fluvioglacial, parcialmente
meteorizado de composición andesítico-basáltica. Moderadamente profundo,
de textura fina en superficie y fina a muy fina en profundidad. Presenta drenaje
bueno a imperfecto en los sectores bajos, siendo su permeabilidad moderada.
Ocupa una posición de lomajes remanentes de topografía ondulada y es
altamente susceptible a la erosión hídrica.
MANEJO DE RASTROJOS BAJO CERO LABRANZA 61
En I (a), se quemó la totalidad de los rastrojos del cultivo anterior en los meses
de marzo a abril. En II(a), se procedió a hilerar los rastrojos del cultivo anterior
con un rastrillo, dejando una franja libre para cultivo que varió de 9 a 15
metros de ancho entre sitios, quedando una superficie sin siembra equivalente
a un 8 a 13% de la superficie total. En III(a) se procedió a picar y distribuir los
rastrojos del cultivo anterior con segadora de cuchillo horizontal alrededor
de un mes antes de siembra. En los sitios que se cosechó con automotriz con
aditamento picador y distribuidor, no se efectuó ninguna labor posterior. En
tanto, en IV(a) se cosechó el cultivo más alto (40-50 cm) y se dejó la caña
parada sin intervención.
Donde se estudió el efecto de diferentes niveles de residuos, se tuvieron los
siguientes casos:
I(b). Quema. Se quemó la totalidad del rastrojo del cultivo anterior.
II(b). Nivel bajo. Se retiraron las franjas de residuos que deja la máquina
cosechera sin distribuidor.
III(b). Nivel medio.Se retiró en forma alternada las franjas de residuos que deja
la máquina cosechadora.
IV(b). Nivel alto. Se dejó la totalidad del residuo del cultivo anterior.
En todos los tratamientos, con excepción de la quema, se procedió a triturar y
distribuir la paja con ayuda de una máquina segadora horizontal.
JH3 Raps 2000 Lysabeth 18 abr 8.3 190 180 56 500 yeso,
Trigo 2001 Crak 15 may 205 174 168 66 700 cal
OR6 Avena 2000 Plutón 24 may 165 170 116 39 500 yeso,
Trigo 2001 Crak 5 may 225 197 149 63 300 cal
JR7 Raps 2000 Lysabeth 14 abr 8.5 187 173 0 400 yeso
Lupino 2000 Danya 17 may 140 9 77 0
Trigo 2001 Barredor 7 may 190 161 147 8
Trigo 2001 Barredor 7 may 190 161 147 8
(1)
Se consideraron sólo dos niveles de rastrojos.
MANEJO DE RASTROJOS BAJO CERO LABRANZA 65
EVALUACIONES
En los diferentes sitios experimentales se realizó una caracterización física y
química del suelo, se llevó un registro climático con estaciones meteorológicas
automáticas, se realizó análisis químico de suelo antes de siembra y después de
66 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
RASTROJOS
Los rastrojos se definen como las fracciones de las plantas que quedan en el
campo después que el cultivo ha sido cosechado. En el Cuadro 6, se presentan
las cantidades de nutrientes contenidos en este tipo de material después de
cosecha para los cultivos de trigo, avena, raps y lupino.
El Cuadro 6 muestra que los rastrojos tienen un efecto importante en la
cantidad total de nutrientes removidos desde el suelo. Los cereales se
destacan por poseer un alto contenido de elementos monovalentes como
potasio. Raps y lupino poseen mayor concentración de iones divalentes,
como calcio y magnesio. Los principales elementos que contienen los
diferentes cultivos son potasio, nitrógeno y calcio, los que pueden significar
un aporte importante a la rotación. Cabe señalar, que estos materiales muchas
veces son considerados como desechos que se deben eliminar del potrero.
No obstante, tomando en cuenta su aporte nutricional, deberían ser
reconocidos como un recurso natural.
De acuerdo al Cuadro 6, una cantidad de rastrojos de trigo equivalentes a
-1
10 T ha , que corresponde a un rendimiento de 7 T ha-1, aportaría 58 Kg de
N, 114 Kg de K, 12 Kg de S, 51 Kg de Ca y 9 Kg Mg. Al valorar solamente el
precio de estos macronutrientes, considerando los fertilizantes más
-1
económicos en el mercado, se llega a una cifra de US$ 90-100 ha . Al dejar
este material en el suelo, se puede ahorrar una considerable cantidad de
fertilizantes y, adicionalmente, agregar alrededor de 400 Kg de carbono por
tonelada de rastrojos. En consecuencia, los rastrojos pueden ser usados para
mejorar la calidad del suelo y su productividad, con el consiguiente ahorro
en fertilizantes.
68 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
QUEMA DE RASTROJOS
Una de las principales ventajas de la quema es la rápida limpieza del suelo
antes del establecimiento del próximo cultivo, facilitando la germinación y
establecimiento. La intensidad de la quema está determinada principalmente
por el contenido de humedad de los residuos. Cuando prevalecen condiciones
frías y húmedas, no se logra una buena quema si los residuos también están
húmedos. Felton et al. (1987), recomiendan que en casos que la quema sea
inevitable, debería procederse después de un período de lluvia, para minimizar
las pérdidas por lixiviación de los nutrientes liberados.
En la Figura 5 se presenta la temperatura alcanzada en el perfil de suelo con la
quema de rastrojo (avena) de 6.5 T ha-1. Se puede observar que, la mayor
variación de la temperatura del suelo se produjo en el primer centímetro de
suelo, alcanzando alrededor de 90ºC. Sin embargo, el período de ocurrencia de
esta temperatura no superó los 2 minutos. El 2º centímetro de suelo alcanzó
50ºC en este mismo período y bajo los tres centímetros de profundidad
prácticamente no se produjo variación en la temperatura. Se puede inferir que
el efecto directo de la quema de rastrojos, con este nivel de paja, no debiera
afectar fundamentalmente la población de los microorganismos del suelo ni
sus propiedades físicas.
(*) A los resultados de raps no se les efectuó análisis estadístico, puesto que son datos que
proceden de un solo sitio experimental y una temporada.
(a)
(b)
(c)
(d)
Figura 6. Relación entre el rendimiento de Trigo (a), Avena (b), Lupino (c) y
Raps (d), obtenidos en los diferentes sitios experimentales y
cantidad de rastrojos presentes sobre el suelo.
MANEJO DE RASTROJOS BAJO CERO LABRANZA 77
(a)
(b)
(c)
(d)
CONSIDERACIONES FINALES
Los trabajos de manejo de residuos utilizados en la elaboración de este Capítulo
señalan algunas consideraciones de importancia.
Al dejar los rastrojos sobre el suelo hay un aparente balance positivo en relación
a elementos nutritivos para las plantas, adicionalmente, hay un aporte de materia
orgánica. Los rastrojos pueden ser usados para mejorar la calidad del suelo y
su productividad. Por ello no deben ser considerados como desechos, sino como
un importante recurso natural que permite mayor sustentabilidad en el proceso
productivo.
Los residuos picados tienen mayor velocidad de descomposición, lo cual puede
incidir favorablemente a largo plazo. Al cabo de dos años, en algunos sitios
estudiados, el picado del rastrojo presentó hasta 3 T ha-1 menos de rastrojos en
comparación con el rastrojo parado sin picar.
La temperatura alcanzada en el perfil de suelo con la quema de rastrojos de
cultivos no es considerable, y no debiera afectar la población de los
microorganismos del suelo ni sus propiedades físicas. La mayor variación de la
temperatura del suelo se produjo en el primer centímetro (90ºC) por un período
de ocurrencia que no superó los 2 minutos. El segundo centímetro de suelo
alcanzó 50ºC en este mismo período y bajo los tres centímetros de profundidad
prácticamente no se produjo mayor variación en la temperatura.
La quema puede resultar en pérdidas importantes de nutrientes como resultado
del flujo convectivo directo de las cenizas y como consecuencia de la acción de
arrastre por agua y viento. Simultáneamente, se pierde prácticamente la
totalidad del C, S y N en la combustión.
En los cultivos de trigo y avena, la quema de rastrojos no tuvo diferencias
significativas en rendimiento con respecto a los tratamientos de rastrojo picado
y parado. El tratamiento hilerado fue el que presentó el menor rendimiento,
como consecuencia de la superficie ocupada por la franja de rastrojo que queda
sin siembra.
La cantidad de rastrojos no afectó el rendimiento de trigo y avena, por lo que se
puede inferir que existen otros factores más determinantes en la producción de
estos cultivos. Estos factores no estarían asociados a los rastrojos y pueden ser
de índole físico-químicos del suelo y/o de manejo del cultivo.
Respecto a los cultivos de lupino y raps, hay un claro efecto depresivo del rastrojo
sobre el rendimiento de ambos cultivos, aún cuando los datos son procedentes
de sólo un sitio experimental, en el caso de lupino, y de dos para raps.
Con los antecedentes disponibles hasta el momento, se sugiere incorporar
gradualmente la práctica de manejo de rastrojos en los predios sembrados con
trigo/avena, considerando en primer término aquellos suelos de mayor
potencial productivo y donde se hayan solucionado aspectos de deficiencias
nutricionales y acidez.
Los resultados utilizados en el análisis son de dos años de experimentación y
en este tipo de investigación es recomendable hacer seguimientos a más largo
plazo con el fin de observar los efectos de la adición de materia orgánica sobre
los cultivos.
80 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
AGRADECIMIENTOS
Se agradece especialmente a los productores que facilitaron sus predios,
maquinarias e insumos para llevar a cabo el presente trabajo: Sres. Jaime
Rodríguez, Juan Harismendy, Walter Solar, Ignacio Martínez, Juan Guillermo
Martínez, Hernán Martínez, Juan Carlos Allende, Pablo Basterrica, Felipe Cruz,
Jorge Rojas y Oscar Rojas. Al personal técnico del Departamento de Suelos,
Sres. Pablo Ainardi y Juan Fuentes, por su importante colaboración en la
instalación de los ensayos y evaluaciones.
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EFECTO ALELOPATICO DE LOS RASTROJOS 83
5
Efecto Aleopático de los Rastrojos
P. SILVA.
Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Agronómicas, Laboratorio de Relación Suelo-Agua-Planta.
Casilla 1004, Santiago, Chile. psilva@uchile.cl
RESUMEN
La cero labranza, dejando los rastrojos sobre el suelo, es una práctica agrícola
que tiene diversas ventajas, como disminución de la erosión hídrica y eólica
y mejor balance hídrico y de nutrientes del suelo. Por otra parte, constituye
uno de los factores más importantes secuestrantes de carbono atmosférico.
A pesar de sus numerosas ventajas, los rendimientos de los cultivos en este
sistema son a menudo inferiores por una serie de factores negativos. Uno
de ellos es la presencia de rastrojos del cultivo anterior y su efecto alelopático.
Los rastrojos de algunos cultivos han sido utilizados como efectivos
supresores de malezas, sin embargo en cero labranza estos rastrojos también
pueden afectar el establecimiento e incluso el rendimiento del siguiente
cultivo en la rotación. La alelopatía de los rastrojos se genera durante los
primeros procesos de la descomposición, cuando comienzan las lluvias. En
estas condiciones su efecto puede ser mayor, afectando tanto a semillas en
estado de germinación como a plántulas en desarrollo. Tanto la persistencia
de la alelopatía como el tipo de aleloquímico cambia con la especie cultivada.
Existe evidencia de variabilidad genética inter e intra-específica tanto en el
potencial alelopático como en la resistencia a la alelopatía. Por medio de
manejo agronómico se pueden reducir los problemas generados por la
alelopatía, entre éstos se puede destacar el riego, el picado del rastrojo, el
uso de rotaciones y variedades adecuadas, entre otras.
ABSTRACT
Direct drilling leaving the crop residues on top of the soil has many
advantages. It improves the water and nutrient balance of the soil and
decreases water and wind erosion. It also increases atmospheric carbon
84 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
ALELOPATÍA
La alelopatía se define como el grado de inhibición del crecimiento de una planta
sobre otra, entre especies diferentes (Kimber, 1973a) y entre cultivares de una
misma especie (Guenzi et al., 1967) debido a la liberación de compuestos
químicos (aleloquímicos). Los síntomas relacionados con estos compuestos en
el campo son reducción de la germinación, menor vigor de la plántula, radículas
con escaso desarrollo, muerte de plántulas y amarillamiento de hojas. Diversos
autores señalan que el efecto de estos compuestos es más pronunciado en el
crecimiento de la radícula que sobre la germinación (Dias, 1991; Hedge y Miller,
1990) o el crecimiento de brotes, lo que se evidencia en una reducción en la
relación raíz:brote (Kimber, 1967; Kimber, 1973a; Lovett y Jessop; 1982).
Los aleloquímicos están presentes en todos los tejidos de la planta, incluyendo
flores, frutas, hojas, raíces, rizomas, semillas y polen. Estos compuestos son
sintetizados y almacenados en diferentes células de la planta en forma libre o
conjugada con otras moléculas y son liberados en el entorno en respuesta a
diferentes estreses bióticos y abióticos (Sampietro, 2002). Se desconoce si los
aleloquímicos son liberados en forma activa o pasiva y el modo de liberación
de un agente alelopático depende de su naturaleza química.
Las plantas superiores liberan regularmente compuestos orgánicos por
volatilización desde la planta viva, por lixiviado de compuestos solubles en
agua por acción de las lluvias, neblina o rocío, o por exudado de las raíces. Los
residuos del cultivo, como los rastrojos, liberan aleloquímicos al entorno a través
de procesos de descomposición (Rice, 1984). Durante el proceso de
descomposición se pierde la permeabilidad diferencial de las membranas, se
activan enzimas hidrolíticas que permiten la liberación de compuestos
fitotóxicos al medio.
Los compuestos alelopáticos pueden afectar directamente a otras plantas o
pueden ser utilizados por los microorganismos del suelo en el proceso de
descomposición, degradándolos o sintetizando nuevos aleloquímicos. Norstadt
y Mc Calla (1971) identificaron la presencia de una fitotóxina, patulina, como
agente tóxico sobre el crecimiento de plantas, la que es producida por el hongo
Penicillum urticae Bainier. Patulina es un fuerte inhibidor de plántulas de maíz
y trigo (Rice, 1984). Ellis y Mc Calla (1973) señalaron que este hongo comprende
la mayor parte (90%) de la población fúngica en los residuos de trigo.
Cultivo Aleloquímico
Avena Escopoletina
Cebada Hordenina
Arroz Ac. fenólicos
Sorgo Ac. fenólicos
Centeno Ac. hidroxámicos (DIBOA)
Trigo Ac. fenólicos/ Ac. hidroxámicos (DIMBOA)
Modificado de Olofsdotter (2002)
Acidos fenólicos
Se ha identificado una variedad de compuestos potencialmente alelopáticos de
los rastrojos de cultivos de grano, los que incluyen ácidos fenólicos. Salomonsson
et al., (1978) señalaron que los ácidos fenólicos, ácido trans-p-cumárico y el ácido
trans-ferúlico fueron los dominantes (510-3.100 y 440-3.100 mg/g de paja,
respectivamente) en los rastrojos de cebada, avena, trigo, centeno y arroz. Rice
(1984) consideró a estos ácidos fenólicos como los más comunes, no sólo en los
residuos de trigo, sino también en los de avena, sorgo y maíz, encontrando que
estos compuestos afectan el crecimiento de las plántulas de trigo, siendo el ácido
p-cumárico el observado en una mayor cantidad.
Guenzi y Mc Calla (1966) señalaron a los ácidos fenólicos como los principales
componentes de la alelopatía de los rastrojos de trigo sobre trigo, destacando el
efecto negativo del ácido ferúlico sobre la elongación de la radícula de las
plántulas de trigo. Bruce y Christen (2001) al comparar el efecto alelopático del
rastrojo de trigo sobre plantas de raps observaron un patrón similar al efecto
del ácido ferúlico sobre la elongación de la radícula, no así en la germinación,
indicando que el ácido ferúlico puede explicar una proporción del efecto
supresivo de los lixiviados de trigo. Por otra parte, Lodhi et al., (1987)
identificaron la presencia de los ácidos p-cumárico, vanilínico, siríngico, ferúlico
y p-hidroxibenzoico en suelos que tiene rastrojo de trigo, encontrando en el
suelo una mayor concentración de ácido ferúlico (941 Kg/ha) que de ácido p-
cumárico (684 Kg/ha). Blum et al. (1991) encontraron una mayor concentración
de ácido p-cumárico en los suelos (4µg/g suelo) que tienen presencia de estos
EFECTO ALELOPATICO DE LOS RASTROJOS 87
del aire sobre congelación y bajo 15 ºC, características que dan inicio al proceso
de descomposición del rastrojo (Cochran et al., 1977).
En un trabajo realizado por Guenzi et al. (1967) observaron que el potencial
alelopático de los rastrojos cambia durante la descomposición en el campo como
con la especie, es así como el rastrojo de trigo tiene un valor máximo a las cuatro
semanas, perdiendo su efecto después de ocho semanas de iniciada la
descomposición. La mayor toxicidad de los rastrojos de avena ocurre a la cosecha
y desaparece su actividad inhibitoria, al igual que el trigo, ocho semanas después
de iniciada la descomposición. La toxicidad de los rastrojos de sorgo y maíz es
mayor en el tiempo, siendo máxima a las 16 y 22 semanas después de iniciada
la descomposición, respectivamente. Ambos pierden su efecto alelopático
después de 28 semanas (Cuadro 2). Purvis (1990) señala una relación positiva y
2
lineal (r =0,94) entre el tiempo de descomposición de los rastrojos de sorgo y la
producción de materia seca del siguiente cultivo.
1
La tolerancia fue calculada como el peso de soya en el estado de crecimiento V6 con rastrojo
dividido entre el peso de la soya que crece sin rastrojo por 100.
2
Duncan (P≤ 0,05)
trigo y raps. De éstos, el rastrojo de mayor toxicidad fue el de sorgo, que provocó
20% de reducción en el rendimiento de trigo (Figura 2).
CONSIDERACIONES FINALES
La alelopatía de los rastrojos dejados sobre el suelo ha sido poco estudiada en
Chile. Este problema es una realidad para amplias zonas en que se desee
practicar la cero labranza, particularmente en condiciones de clima mediterráneo
y altos niveles de producción. El clima mediterráneo que impera en Chile, con
lluvias que se concentran en invierno, provoca que la descomposición del
94 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
AGRADECIMIENTOS
La autora agradece la lectura del manuscrito y sugerencias hechas por el Dr. E.
Acevedo. Los alumnos del curso de «Agronomía de Cultivos Anuales: Cero
labranza y Manejo de Rastrojos» de la Universidad de Chile participaron
realizando experimentos preliminares en este tema. Los proyectos FONDEF
D99I1081 y DID 2002 código I-02/5-2 han financiado parte de la investigación
en alelopatía del laboratorio de Relación Suelo-Agua-Planta de la Facultad de
Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile.
EFECTO ALELOPATICO DE LOS RASTROJOS 95
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SIMULACIÓN DE LA DINÁMICA DE LOS RASTROJOS SOBRE EL SUELO EN CERO LABRANZA 99
6
Simulación de la dinámica de los rastrojos sobre el
suelo en cero labranza
V. GARCÍA DE CORTÁZAR G.
Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Agronómicas, Departamento de Ingeniería y Suelos.
Casilla 1004, Santiago, Chile. vgarcia@uchile.cl
RESUMEN
El cultivo bajo cero labranza se caracteriza por dejar los rastrojos del cultivo
anterior sobre la superficie del suelo, mejorando el balance hídrico y
nutricional de los cultivos en la rotación. A la vez, se pueden producir
algunos problemas si la acumulación de residuos es excesiva. Este trabajo
presenta un análisis de la evolución en el tiempo de rastrojos sobre el
terreno, en rotaciones cereal-leguminosa a lo largo de 20 años, y del impacto
que tiene sobre balance hídrico y de nitrógeno en la rotación. Es un análisis
teórico basado en el uso del modelo computacional, CropSyst que permite,
entre otras cosas, simular el comportamiento de rotaciones de cultivos con
o sin rastrojos sobre el terreno. Las simulaciones se hicieron para
condiciones meteorológicas y de suelo de Santiago y Temuco, con cultivos
de trigo y lupino, con fertilización nitrogenada para el cereal y sin
fertilización para la leguminosa. Las simulaciones indicaron que es poco
-1
probable una acumulación de residuos superior a 8 T ha estabilizándose
a partir del cuarto año (al término del segundo ciclo de rotación). El dejar
los rastrojos sobre el suelo produce aumentos en la disponibilidad de agua
y nitrógeno para los cultivos siguientes en la rotación. Sin embargo, las
magnitudes observadas no producen aumentos importantes en los
rendimientos. El efecto benéfico de los residuos en conservar agua por
reducción de la evaporación, es contrarrestado en parte, por un aumento
en percolación profunda y lixiviación de nitrógeno.
100 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
ABSTRACT
Zero-till agriculture leaves the crop residues of the previous crop on top of
the soil, improving the water and nutritional balance of the following crops
in the rotation. Problems can occur if the amount of residues is excessive.
This paper presents the results of an analysis of the evolution of
aboveground residue accumulation over 20 years in a cereal-legume
rotation, and its impact on the water and nitrogen balance of the rotation.
This is a theoretical analysis based on the use of a crop modeling software,
CropSyst, that allows simulation of different crop rotations with and
without aboveground residues. Simulations were done for meteorological
and soil conditions of Santiago and Temuco. The rotation was wheat-lupin
in two consecutive years. Wheat was fertilized with nitrogen and lupin
received no fertilizer.The results showed that the residues did not
-1
accumulate beyond 8 T ha. The residue values stabilized around the fourth
year, at the end of the second rotation cycle. The presence of residues
increased the water and nitrogen availability for the following crops in
the rotation, but the yields did not increase significantly. The reduction in
soil evaporation increased the soil water content but it also increased soil
water percolation and nitrate leaching.
INTRODUCCIÓN
Los sistemas agrícolas se caracterizan por la gran cantidad de procesos que
interactúan entre sí para determinar el rendimiento de los cultivos. Una forma
de poder analizar la importancia de distintos procesos en la determinación del
rendimiento de los cultivos es utilizar simuladores de cultivos. Estos son
programas computacionales en los que se simulan los principales procesos que
determinan el rendimiento mediante ecuaciones diferenciales (Thornley y
Johnson, 2000). Existen numerosos simuladores que han sido desarrollados para
estudiar sistemas agrícolas. En este trabajo se utilizó el modelo CropSyst (Stöckle
et al., 1994) que incluye simulación de crecimiento de cultivos, bajo diferentes
manejos (entre ellos cero labranza).
Uno de los principales problemas de los sistemas de cero labranza es el manejo
de rastrojos que quedan sobre el suelo después de la cosecha. Si éstos no se
eliminan o se manejan de forma de reducir su cantidad, pueden constituir un
problema para el cultivo siguiente, ya sea por alelopatía o bien por reducción
de la calidad de la siembra por exceso de material sobre el suelo. Por otra parte,
la presencia de rastrojos sobre el suelo tiene efectos deseables mejorando el
balance hídrico y nutricional del suelo.
En 1999 se inició un estudio conjunto entre la Universidad de Concepción y la
Universidad de Chile, con el fin de identificar manejos de rastrojos y rotaciones
culturales que permitan aumentar la productividad y sustentabilidad del
secano de la precordillera de la VIII región. Una de las actividades de este
proyecto fue el uso de modelación como complemento a la actividad de
investigación, demostrándose que el modelo CropSyst podía utilizarse para
SIMULACIÓN DE LA DINÁMICA DE LOS RASTROJOS SOBRE EL SUELO EN CERO LABRANZA 101
DATOS CLIMÁTICOS
Se utilizaron datos meteorológicos diarios de 10 años obtenidos en Centros
Regionales de Investigación (CRI) del INIA de La Platina (R.M.) y en el CRI
Carillanca (IX Región). Los datos incluyen temperatura mínima y máxima diaria,
radiación global y precipitación. En ambas localidades los datos incluyeron
años secos y años húmedos de modo de generar un amplio espectro de
situaciones meteorológicas. Los Cuadros 1 y 2 muestran los valores medios
anuales de los parámetros utilizados en la simulación.
SUELOS
Para las simulaciones se usaron suelos genéricos basados en información real
(Comisión Nacional de Riego, 1981, Beinroth et al., 1985 y Oscar Seguel 2002
comunicación personal). En Santiago, se utilizó un suelo franco arenoso de 0,70
m de profundidad (Suelo1). Para las simulaciones en la IX Región se utilizó dos
suelos de diferente profundidad, un trumao franco arenoso de 0,70 m de
profundidad (Suelo2) y un trumao franco arenoso de 1,4 m de profundidad
(Suelo3). Las características de los perfiles que se utilizaron en las simulaciones
aparecen en el Cuadro 3.
CULTIVOS
Se hicieron simulaciones de crecimiento de trigo y lupino. Los archivos de
características de cada especie se construyeron, en el caso del trigo, a partir de
información de del Pozo (1988) y de ensayos de variedades en la Estación
Experimental Antumapu de la Universidad de Chile (E. Acevedo, comunicación
personal). Para el caso del lupino se utilizó como base las características de
crecimiento de lupino blanco (Lupinus albus L.) del modelo APSIM (APSRU,
2001) y trabajos de López-Bellido et al., 2000. En el Cuadro 4 aparecen las
principales características de los cultivos utilizados en las simulaciones.
MANEJO SIMULADO
En las dos localidades se simularon rotaciones de dos años trigo-lupino, con
siembra de trigo el 15 de mayo del primer año y de lupino el 1 de agosto del
segundo año de la rotación. El trigo fue fertilizado con 200 Kg N ha-1 en forma
de úrea aplicado a la siembra para las simulaciones en Santiago y aplicado un
tercio a la siembra y 2 tercios a la macolla para el caso de Temuco. El lupino no
fue fertilizado.
VARIABLES ANALIZADAS
Se analizó la variación en el tiempo de la biomasa de residuos presente sobre el
suelo, balance hídrico del suelo, balance de nitrógeno del suelo, acumulación
de materia seca de los cultivos y rendimientos.
RESULTADOS
Los residuos producidos por trigo y lupino fueron diferentes en cantidad y en
velocidad de descomposición. La Figura 1 muestra la variación en el tiempo de
la materia seca de residuos en función de los día desde la cosecha. Se aprecia en
la Fig. 1a que el trigo a la cosecha deja el doble de residuos por unidad de
superficie de suelo que lupino. Al cabo de 1 año, todavía la cantidad de residuos
de trigo es superior a la cantidad inicial de residuos de lupino. Por otra parte,
debido a su menor relación C:N los residuos de lupino se descomponen mucho
más rápido que los de trigo (Fig. 1b). Al cabo de 1 año queda aproximadamente
un 20% de los residuos originales, mientras que en trigo, para el mismo período
aún queda un 50%.
a b
La presencia de residuos asegura una conservación del agua del suelo durante el
período de barbecho, mejorando las características hídricas de la cama de semilla
para el cultivo siguiente en la rotación. Para Santiago, la presencia de residuos
aumentó el contenido de agua al momento de la siembra en 54% de 0,13 a 0,20 m3
m-3 en los primeros 5 cm de suelo. Para Temuco las diferencias fueron de sólo un
8% de 0,47 a 0,51 m3 m-3. Esta menor diferencia se explica por la mayor frecuencia
de lluvias en la zona, que disminuye las diferencias entre condiciones de manejo.
Al considerar el total de perfil de suelo, la presencia de residuos aumentó en 10% el
contenido de agua al momento de la siembra en Santiago y 3% en Temuco.
Con respecto al balance hídrico del suelo en toda la temporada de los cultivos,
el efecto de la presencia de rastrojo picado es en primer término reducir la
evaporación de agua desde la superficie del suelo. El Cuadro 5 muestra que
bajo condiciones de residuo quemado un 53% de la evapotranspiración
corresponde a evaporación, mientras que en condiciones de suelo cubierto de
residuos este valor baja a 33% promedio para todas las situaciones. Además
bajo condiciones de riego, la presencia de residuos permite reducir en 32% la
cantidad de agua a aplicar.
La reducción de evaporación produce un mejor estado hídrico del suelo y de las
plantas, lo que aumenta en un 32% la transpiración para Santiago en secano. Sin
embargo para riego y para Temuco donde la posibilidad de déficit hídrico es
menor, no se observaron aumentos importantes en la transpiración. Un efecto
negativo de la presencia de residuos con respecto al balance hídrico es que produce
aumentos en la percolación profunda. En efecto, el aumento del contenido hídrico
del suelo, producto de la menor evaporación, facilita la posibilidad de percolación
en cada lluvia. El Cuadro 5 muestra un aumento medio de 66 mm en la percolación
profunda en Santiago y de 137 mm en Temuco al comparar las simulaciones con
residuos picado con respecto a las simulaciones con residuo quemado.
Cuadro 5. Componentes de balance hídrico anual (mm). Promedio de 20 años.
Lugar Condición Manejo Lluvia Riego Transpiración Evaporación Percolación
de riego/ de profunda
suelo residuos
Santiago Riego Quema 372 275 284 253 104
Picado 372 187 292 71 187
Secano Quema 372 0 115 175 78
Picado 372 0 152 89 126
DISCUSIÓN
A pesar de no disponer de información detallada como para validar las
predicciones del modelo, los resultados son razonables. Los valores de
rendimiento obtenidos en las simulaciones están cercanos a los valores obtenidos
por del Pozo, 1988, López-Bellido et al., 2000, e información colectada en los
ensayos del proyecto que dio origen a este trabajo.
Un análisis de sensibilidad realizado sobre los parámetros detallados en el
Cuadro 4, indicó que el modelo era muy sensible al parámetro ‘partición tallo-
hoja’ y ‘área específica de hojas’. Estos dos parámetros controlan la tasa de
crecimiento del índice de área foliar, con fuerte impacto en los valores predichos.
Los valores asignados para trigo en el archivo genérico de CropSyst eran muy
grandes y generaban trigos que no superaban IAF de 4 en las mejores
condiciones. Analizando curvas de crecimiento de trigo (García de Cortázar y
Acevedo, 1979) se definieron los valores presentados en el Cuadro 4. Esto mejoró
la calidad de las predicciones de IAF, aunque con tendencia a generar valores
muy altos de IAF para las siembras en Temuco (valores no mostrados). Sin
embargo, para un coeficiente de extinción de 0,5 (Cuadro 4) valores superiores
a 6,0 no cambian la tasa fotosintética en más de 5%, por lo que esta
sobreestimación no tendría un efecto importante.
El efecto más importante de la presencia de residuos sobre el terreno fue de
reducir la proporción de agua que es evaporada desde la superficie del suelo
(Cuadro 5). Sin embargo, este aspecto beneficioso fue contrarrestado en parte
por una mayor percolación profunda y lixiviación de nitrógeno (Cuadros 5 y
6). La mayor parte de la percolación ocurrió en otoño e invierno cuando el
suelo se encontraba cerca de capacidad de campo en cada evento de lluvia lo
que produjo una alta probabilidad de percolación. Los valores de lixiviación de
N en promedio equivalen a 0,12 Kg de N mm-1 percolado. Valores medidos en
cultivos de maíz con labranza tradicional, altas dosis de fertilizante y altas tasas
SIMULACIÓN DE LA DINÁMICA DE LOS RASTROJOS SOBRE EL SUELO EN CERO LABRANZA 109
de riego muestran valores entre 0,16 a 0,51 Kg de N mm-1 (Rao et al., 1981; Tanji,
et al., 1981). Por otra parte Meek et al., 1995 en rotaciones cereal-leguminosa con
diferentes métodos de labranza determinaron pérdidas de N por lixiviación
que oscilaron entre 0,07 KgN mm-1 para cero labranza a 0,22 KgN mm-1 para
labranza tradicional. Por lo tanto el orden de magnitud de la lixiviación de
nitrógeno aparece como razonable.
Las diferencias de rendimiento de trigo entre tratamiento con quema y residuo
picado (Cuadro 7), fueron similares a las obtenidas por Pannkuk et al., (1998)
cuando compararon la producción de trigo bajo cero labranza con similar manejo
de residuos en secano del Noroeste de USA. Los mismos autores encontraron
para esa situación un buen ajuste entre las predicciones de CropSyst y los
rendimientos reales.
Para el caso del lupino, Heenan et al., (2000) encontraron que los rendimientos
de lupino eran 7% mayores en tratamientos de quema con respecto a dejar los
residuos en el terreno. Esto es opuesto a lo obtenido en este trabajo (Cuadro 7),
pero se puede explicar porque CropSyst no simula la posibilidad de ataque por
la mancha café, que aumenta en los casos de presencia de residuos sobre el
terreno (Heenan et al., (2000) y resultados en publicación del proyecto que dio
origen a este trabajo).
CONSIDERACIONES FINALES
No existe riesgo de acumulación excesiva de rastrojos con los manejos simulados
en este trabajo.
El dejar los rastrojos sobre el suelo produce aumentos en la disponibilidad de
agua y nitrógeno para los cultivos siguientes en la rotación. Sin embargo, las
magnitudes observadas no producen aumentos importantes en los
rendimientos.
El efecto beneficioso de los residuos en conservar agua por reducción de la
evaporación, es contrarrestado en parte, por el aumento en percolación profunda
y lixiviación de nitrógeno.
AGRADECIMIENTOS
El autor agradece muy especialmente la contribución de los investigadores Dr.
Edmundo Acevedo y Sra. Paola Silva.
LITERATURA CITADA
APSRU. 2001. The APSIM Lupin Model. s/modu les/lu pin_pseudo.html» http://
apsim-help.tag.csiro.au/APSIM_docs/modules/lupin_pseudo.html. (26 de
marzo 2001).
BEINROTH, F.H., LUZIO, W., MALDONADO, F., SWARAN, H. 1985. Proceedings
of the Sixth International Soil Classification Workshop, Chile and Ecuador. Part
II: Tourguide for Chile. Sociedad Chilena de la Ciencia del Suelo, Santiago, Chile.
110 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
6
Simulación de la dinámica de los rastrojos sobre el
suelo en cero labranza
V. GARCÍA DE CORTÁZAR G.
Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Agronómicas, Departamento de Ingeniería y Suelos.
Casilla 1004, Santiago, Chile. vgarcia@uchile.cl
RESUMEN
El cultivo bajo cero labranza se caracteriza por dejar los rastrojos del cultivo
anterior sobre la superficie del suelo, mejorando el balance hídrico y
nutricional de los cultivos en la rotación. A la vez, se pueden producir
algunos problemas si la acumulación de residuos es excesiva. Este trabajo
presenta un análisis de la evolución en el tiempo de rastrojos sobre el
terreno, en rotaciones cereal-leguminosa a lo largo de 20 años, y del impacto
que tiene sobre balance hídrico y de nitrógeno en la rotación. Es un análisis
teórico basado en el uso del modelo computacional, CropSyst que permite,
entre otras cosas, simular el comportamiento de rotaciones de cultivos con
o sin rastrojos sobre el terreno. Las simulaciones se hicieron para
condiciones meteorológicas y de suelo de Santiago y Temuco, con cultivos
de trigo y lupino, con fertilización nitrogenada para el cereal y sin
fertilización para la leguminosa. Las simulaciones indicaron que es poco
-1
probable una acumulación de residuos superior a 8 T ha estabilizándose
a partir del cuarto año (al término del segundo ciclo de rotación). El dejar
los rastrojos sobre el suelo produce aumentos en la disponibilidad de agua
y nitrógeno para los cultivos siguientes en la rotación. Sin embargo, las
magnitudes observadas no producen aumentos importantes en los
rendimientos. El efecto benéfico de los residuos en conservar agua por
reducción de la evaporación, es contrarrestado en parte, por un aumento
en percolación profunda y lixiviación de nitrógeno.
100 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
ABSTRACT
Zero-till agriculture leaves the crop residues of the previous crop on top of
the soil, improving the water and nutritional balance of the following crops
in the rotation. Problems can occur if the amount of residues is excessive.
This paper presents the results of an analysis of the evolution of
aboveground residue accumulation over 20 years in a cereal-legume
rotation, and its impact on the water and nitrogen balance of the rotation.
This is a theoretical analysis based on the use of a crop modeling software,
CropSyst, that allows simulation of different crop rotations with and
without aboveground residues. Simulations were done for meteorological
and soil conditions of Santiago and Temuco. The rotation was wheat-lupin
in two consecutive years. Wheat was fertilized with nitrogen and lupin
received no fertilizer.The results showed that the residues did not
-1
accumulate beyond 8 T ha. The residue values stabilized around the fourth
year, at the end of the second rotation cycle. The presence of residues
increased the water and nitrogen availability for the following crops in
the rotation, but the yields did not increase significantly. The reduction in
soil evaporation increased the soil water content but it also increased soil
water percolation and nitrate leaching.
INTRODUCCIÓN
Los sistemas agrícolas se caracterizan por la gran cantidad de procesos que
interactúan entre sí para determinar el rendimiento de los cultivos. Una forma
de poder analizar la importancia de distintos procesos en la determinación del
rendimiento de los cultivos es utilizar simuladores de cultivos. Estos son
programas computacionales en los que se simulan los principales procesos que
determinan el rendimiento mediante ecuaciones diferenciales (Thornley y
Johnson, 2000). Existen numerosos simuladores que han sido desarrollados para
estudiar sistemas agrícolas. En este trabajo se utilizó el modelo CropSyst (Stöckle
et al., 1994) que incluye simulación de crecimiento de cultivos, bajo diferentes
manejos (entre ellos cero labranza).
Uno de los principales problemas de los sistemas de cero labranza es el manejo
de rastrojos que quedan sobre el suelo después de la cosecha. Si éstos no se
eliminan o se manejan de forma de reducir su cantidad, pueden constituir un
problema para el cultivo siguiente, ya sea por alelopatía o bien por reducción
de la calidad de la siembra por exceso de material sobre el suelo. Por otra parte,
la presencia de rastrojos sobre el suelo tiene efectos deseables mejorando el
balance hídrico y nutricional del suelo.
En 1999 se inició un estudio conjunto entre la Universidad de Concepción y la
Universidad de Chile, con el fin de identificar manejos de rastrojos y rotaciones
culturales que permitan aumentar la productividad y sustentabilidad del
secano de la precordillera de la VIII región. Una de las actividades de este
proyecto fue el uso de modelación como complemento a la actividad de
investigación, demostrándose que el modelo CropSyst podía utilizarse para
SIMULACIÓN DE LA DINÁMICA DE LOS RASTROJOS SOBRE EL SUELO EN CERO LABRANZA 101
DATOS CLIMÁTICOS
Se utilizaron datos meteorológicos diarios de 10 años obtenidos en Centros
Regionales de Investigación (CRI) del INIA de La Platina (R.M.) y en el CRI
Carillanca (IX Región). Los datos incluyen temperatura mínima y máxima diaria,
radiación global y precipitación. En ambas localidades los datos incluyeron
años secos y años húmedos de modo de generar un amplio espectro de
situaciones meteorológicas. Los Cuadros 1 y 2 muestran los valores medios
anuales de los parámetros utilizados en la simulación.
SUELOS
Para las simulaciones se usaron suelos genéricos basados en información real
(Comisión Nacional de Riego, 1981, Beinroth et al., 1985 y Oscar Seguel 2002
comunicación personal). En Santiago, se utilizó un suelo franco arenoso de 0,70
m de profundidad (Suelo1). Para las simulaciones en la IX Región se utilizó dos
suelos de diferente profundidad, un trumao franco arenoso de 0,70 m de
profundidad (Suelo2) y un trumao franco arenoso de 1,4 m de profundidad
(Suelo3). Las características de los perfiles que se utilizaron en las simulaciones
aparecen en el Cuadro 3.
CULTIVOS
Se hicieron simulaciones de crecimiento de trigo y lupino. Los archivos de
características de cada especie se construyeron, en el caso del trigo, a partir de
información de del Pozo (1988) y de ensayos de variedades en la Estación
Experimental Antumapu de la Universidad de Chile (E. Acevedo, comunicación
personal). Para el caso del lupino se utilizó como base las características de
crecimiento de lupino blanco (Lupinus albus L.) del modelo APSIM (APSRU,
2001) y trabajos de López-Bellido et al., 2000. En el Cuadro 4 aparecen las
principales características de los cultivos utilizados en las simulaciones.
MANEJO SIMULADO
En las dos localidades se simularon rotaciones de dos años trigo-lupino, con
siembra de trigo el 15 de mayo del primer año y de lupino el 1 de agosto del
segundo año de la rotación. El trigo fue fertilizado con 200 Kg N ha-1 en forma
de úrea aplicado a la siembra para las simulaciones en Santiago y aplicado un
tercio a la siembra y 2 tercios a la macolla para el caso de Temuco. El lupino no
fue fertilizado.
VARIABLES ANALIZADAS
Se analizó la variación en el tiempo de la biomasa de residuos presente sobre el
suelo, balance hídrico del suelo, balance de nitrógeno del suelo, acumulación
de materia seca de los cultivos y rendimientos.
RESULTADOS
Los residuos producidos por trigo y lupino fueron diferentes en cantidad y en
velocidad de descomposición. La Figura 1 muestra la variación en el tiempo de
la materia seca de residuos en función de los día desde la cosecha. Se aprecia en
la Fig. 1a que el trigo a la cosecha deja el doble de residuos por unidad de
superficie de suelo que lupino. Al cabo de 1 año, todavía la cantidad de residuos
de trigo es superior a la cantidad inicial de residuos de lupino. Por otra parte,
debido a su menor relación C:N los residuos de lupino se descomponen mucho
más rápido que los de trigo (Fig. 1b). Al cabo de 1 año queda aproximadamente
un 20% de los residuos originales, mientras que en trigo, para el mismo período
aún queda un 50%.
a b
La presencia de residuos asegura una conservación del agua del suelo durante el
período de barbecho, mejorando las características hídricas de la cama de semilla
para el cultivo siguiente en la rotación. Para Santiago, la presencia de residuos
aumentó el contenido de agua al momento de la siembra en 54% de 0,13 a 0,20 m3
m-3 en los primeros 5 cm de suelo. Para Temuco las diferencias fueron de sólo un
8% de 0,47 a 0,51 m3 m-3. Esta menor diferencia se explica por la mayor frecuencia
de lluvias en la zona, que disminuye las diferencias entre condiciones de manejo.
Al considerar el total de perfil de suelo, la presencia de residuos aumentó en 10% el
contenido de agua al momento de la siembra en Santiago y 3% en Temuco.
Con respecto al balance hídrico del suelo en toda la temporada de los cultivos,
el efecto de la presencia de rastrojo picado es en primer término reducir la
evaporación de agua desde la superficie del suelo. El Cuadro 5 muestra que
bajo condiciones de residuo quemado un 53% de la evapotranspiración
corresponde a evaporación, mientras que en condiciones de suelo cubierto de
residuos este valor baja a 33% promedio para todas las situaciones. Además
bajo condiciones de riego, la presencia de residuos permite reducir en 32% la
cantidad de agua a aplicar.
La reducción de evaporación produce un mejor estado hídrico del suelo y de las
plantas, lo que aumenta en un 32% la transpiración para Santiago en secano. Sin
embargo para riego y para Temuco donde la posibilidad de déficit hídrico es
menor, no se observaron aumentos importantes en la transpiración. Un efecto
negativo de la presencia de residuos con respecto al balance hídrico es que produce
aumentos en la percolación profunda. En efecto, el aumento del contenido hídrico
del suelo, producto de la menor evaporación, facilita la posibilidad de percolación
en cada lluvia. El Cuadro 5 muestra un aumento medio de 66 mm en la percolación
profunda en Santiago y de 137 mm en Temuco al comparar las simulaciones con
residuos picado con respecto a las simulaciones con residuo quemado.
Cuadro 5. Componentes de balance hídrico anual (mm). Promedio de 20 años.
Lugar Condición Manejo Lluvia Riego Transpiración Evaporación Percolación
de riego/ de profunda
suelo residuos
Santiago Riego Quema 372 275 284 253 104
Picado 372 187 292 71 187
Secano Quema 372 0 115 175 78
Picado 372 0 152 89 126
DISCUSIÓN
A pesar de no disponer de información detallada como para validar las
predicciones del modelo, los resultados son razonables. Los valores de
rendimiento obtenidos en las simulaciones están cercanos a los valores obtenidos
por del Pozo, 1988, López-Bellido et al., 2000, e información colectada en los
ensayos del proyecto que dio origen a este trabajo.
Un análisis de sensibilidad realizado sobre los parámetros detallados en el
Cuadro 4, indicó que el modelo era muy sensible al parámetro ‘partición tallo-
hoja’ y ‘área específica de hojas’. Estos dos parámetros controlan la tasa de
crecimiento del índice de área foliar, con fuerte impacto en los valores predichos.
Los valores asignados para trigo en el archivo genérico de CropSyst eran muy
grandes y generaban trigos que no superaban IAF de 4 en las mejores
condiciones. Analizando curvas de crecimiento de trigo (García de Cortázar y
Acevedo, 1979) se definieron los valores presentados en el Cuadro 4. Esto mejoró
la calidad de las predicciones de IAF, aunque con tendencia a generar valores
muy altos de IAF para las siembras en Temuco (valores no mostrados). Sin
embargo, para un coeficiente de extinción de 0,5 (Cuadro 4) valores superiores
a 6,0 no cambian la tasa fotosintética en más de 5%, por lo que esta
sobreestimación no tendría un efecto importante.
El efecto más importante de la presencia de residuos sobre el terreno fue de
reducir la proporción de agua que es evaporada desde la superficie del suelo
(Cuadro 5). Sin embargo, este aspecto beneficioso fue contrarrestado en parte
por una mayor percolación profunda y lixiviación de nitrógeno (Cuadros 5 y
6). La mayor parte de la percolación ocurrió en otoño e invierno cuando el
suelo se encontraba cerca de capacidad de campo en cada evento de lluvia lo
que produjo una alta probabilidad de percolación. Los valores de lixiviación de
N en promedio equivalen a 0,12 Kg de N mm-1 percolado. Valores medidos en
cultivos de maíz con labranza tradicional, altas dosis de fertilizante y altas tasas
SIMULACIÓN DE LA DINÁMICA DE LOS RASTROJOS SOBRE EL SUELO EN CERO LABRANZA 109
de riego muestran valores entre 0,16 a 0,51 Kg de N mm-1 (Rao et al., 1981; Tanji,
et al., 1981). Por otra parte Meek et al., 1995 en rotaciones cereal-leguminosa con
diferentes métodos de labranza determinaron pérdidas de N por lixiviación
que oscilaron entre 0,07 KgN mm-1 para cero labranza a 0,22 KgN mm-1 para
labranza tradicional. Por lo tanto el orden de magnitud de la lixiviación de
nitrógeno aparece como razonable.
Las diferencias de rendimiento de trigo entre tratamiento con quema y residuo
picado (Cuadro 7), fueron similares a las obtenidas por Pannkuk et al., (1998)
cuando compararon la producción de trigo bajo cero labranza con similar manejo
de residuos en secano del Noroeste de USA. Los mismos autores encontraron
para esa situación un buen ajuste entre las predicciones de CropSyst y los
rendimientos reales.
Para el caso del lupino, Heenan et al., (2000) encontraron que los rendimientos
de lupino eran 7% mayores en tratamientos de quema con respecto a dejar los
residuos en el terreno. Esto es opuesto a lo obtenido en este trabajo (Cuadro 7),
pero se puede explicar porque CropSyst no simula la posibilidad de ataque por
la mancha café, que aumenta en los casos de presencia de residuos sobre el
terreno (Heenan et al., (2000) y resultados en publicación del proyecto que dio
origen a este trabajo).
CONSIDERACIONES FINALES
No existe riesgo de acumulación excesiva de rastrojos con los manejos simulados
en este trabajo.
El dejar los rastrojos sobre el suelo produce aumentos en la disponibilidad de
agua y nitrógeno para los cultivos siguientes en la rotación. Sin embargo, las
magnitudes observadas no producen aumentos importantes en los
rendimientos.
El efecto beneficioso de los residuos en conservar agua por reducción de la
evaporación, es contrarrestado en parte, por el aumento en percolación profunda
y lixiviación de nitrógeno.
AGRADECIMIENTOS
El autor agradece muy especialmente la contribución de los investigadores Dr.
Edmundo Acevedo y Sra. Paola Silva.
LITERATURA CITADA
APSRU. 2001. The APSIM Lupin Model. s/modu les/lu pin_pseudo.html» http://
apsim-help.tag.csiro.au/APSIM_docs/modules/lupin_pseudo.html. (26 de
marzo 2001).
BEINROTH, F.H., LUZIO, W., MALDONADO, F., SWARAN, H. 1985. Proceedings
of the Sixth International Soil Classification Workshop, Chile and Ecuador. Part
II: Tourguide for Chile. Sociedad Chilena de la Ciencia del Suelo, Santiago, Chile.
110 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
6
Simulación de la dinámica de los rastrojos sobre el
suelo en cero labranza
V. GARCÍA DE CORTÁZAR G.
Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Agronómicas, Departamento de Ingeniería y Suelos.
Casilla 1004, Santiago, Chile. vgarcia@uchile.cl
RESUMEN
El cultivo bajo cero labranza se caracteriza por dejar los rastrojos del cultivo
anterior sobre la superficie del suelo, mejorando el balance hídrico y
nutricional de los cultivos en la rotación. A la vez, se pueden producir
algunos problemas si la acumulación de residuos es excesiva. Este trabajo
presenta un análisis de la evolución en el tiempo de rastrojos sobre el
terreno, en rotaciones cereal-leguminosa a lo largo de 20 años, y del impacto
que tiene sobre balance hídrico y de nitrógeno en la rotación. Es un análisis
teórico basado en el uso del modelo computacional, CropSyst que permite,
entre otras cosas, simular el comportamiento de rotaciones de cultivos con
o sin rastrojos sobre el terreno. Las simulaciones se hicieron para
condiciones meteorológicas y de suelo de Santiago y Temuco, con cultivos
de trigo y lupino, con fertilización nitrogenada para el cereal y sin
fertilización para la leguminosa. Las simulaciones indicaron que es poco
-1
probable una acumulación de residuos superior a 8 T ha estabilizándose
a partir del cuarto año (al término del segundo ciclo de rotación). El dejar
los rastrojos sobre el suelo produce aumentos en la disponibilidad de agua
y nitrógeno para los cultivos siguientes en la rotación. Sin embargo, las
magnitudes observadas no producen aumentos importantes en los
rendimientos. El efecto benéfico de los residuos en conservar agua por
reducción de la evaporación, es contrarrestado en parte, por un aumento
en percolación profunda y lixiviación de nitrógeno.
100 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
ABSTRACT
Zero-till agriculture leaves the crop residues of the previous crop on top of
the soil, improving the water and nutritional balance of the following crops
in the rotation. Problems can occur if the amount of residues is excessive.
This paper presents the results of an analysis of the evolution of
aboveground residue accumulation over 20 years in a cereal-legume
rotation, and its impact on the water and nitrogen balance of the rotation.
This is a theoretical analysis based on the use of a crop modeling software,
CropSyst, that allows simulation of different crop rotations with and
without aboveground residues. Simulations were done for meteorological
and soil conditions of Santiago and Temuco. The rotation was wheat-lupin
in two consecutive years. Wheat was fertilized with nitrogen and lupin
received no fertilizer.The results showed that the residues did not
-1
accumulate beyond 8 T ha. The residue values stabilized around the fourth
year, at the end of the second rotation cycle. The presence of residues
increased the water and nitrogen availability for the following crops in
the rotation, but the yields did not increase significantly. The reduction in
soil evaporation increased the soil water content but it also increased soil
water percolation and nitrate leaching.
INTRODUCCIÓN
Los sistemas agrícolas se caracterizan por la gran cantidad de procesos que
interactúan entre sí para determinar el rendimiento de los cultivos. Una forma
de poder analizar la importancia de distintos procesos en la determinación del
rendimiento de los cultivos es utilizar simuladores de cultivos. Estos son
programas computacionales en los que se simulan los principales procesos que
determinan el rendimiento mediante ecuaciones diferenciales (Thornley y
Johnson, 2000). Existen numerosos simuladores que han sido desarrollados para
estudiar sistemas agrícolas. En este trabajo se utilizó el modelo CropSyst (Stöckle
et al., 1994) que incluye simulación de crecimiento de cultivos, bajo diferentes
manejos (entre ellos cero labranza).
Uno de los principales problemas de los sistemas de cero labranza es el manejo
de rastrojos que quedan sobre el suelo después de la cosecha. Si éstos no se
eliminan o se manejan de forma de reducir su cantidad, pueden constituir un
problema para el cultivo siguiente, ya sea por alelopatía o bien por reducción
de la calidad de la siembra por exceso de material sobre el suelo. Por otra parte,
la presencia de rastrojos sobre el suelo tiene efectos deseables mejorando el
balance hídrico y nutricional del suelo.
En 1999 se inició un estudio conjunto entre la Universidad de Concepción y la
Universidad de Chile, con el fin de identificar manejos de rastrojos y rotaciones
culturales que permitan aumentar la productividad y sustentabilidad del
secano de la precordillera de la VIII región. Una de las actividades de este
proyecto fue el uso de modelación como complemento a la actividad de
investigación, demostrándose que el modelo CropSyst podía utilizarse para
SIMULACIÓN DE LA DINÁMICA DE LOS RASTROJOS SOBRE EL SUELO EN CERO LABRANZA 101
DATOS CLIMÁTICOS
Se utilizaron datos meteorológicos diarios de 10 años obtenidos en Centros
Regionales de Investigación (CRI) del INIA de La Platina (R.M.) y en el CRI
Carillanca (IX Región). Los datos incluyen temperatura mínima y máxima diaria,
radiación global y precipitación. En ambas localidades los datos incluyeron
años secos y años húmedos de modo de generar un amplio espectro de
situaciones meteorológicas. Los Cuadros 1 y 2 muestran los valores medios
anuales de los parámetros utilizados en la simulación.
SUELOS
Para las simulaciones se usaron suelos genéricos basados en información real
(Comisión Nacional de Riego, 1981, Beinroth et al., 1985 y Oscar Seguel 2002
comunicación personal). En Santiago, se utilizó un suelo franco arenoso de 0,70
m de profundidad (Suelo1). Para las simulaciones en la IX Región se utilizó dos
suelos de diferente profundidad, un trumao franco arenoso de 0,70 m de
profundidad (Suelo2) y un trumao franco arenoso de 1,4 m de profundidad
(Suelo3). Las características de los perfiles que se utilizaron en las simulaciones
aparecen en el Cuadro 3.
CULTIVOS
Se hicieron simulaciones de crecimiento de trigo y lupino. Los archivos de
características de cada especie se construyeron, en el caso del trigo, a partir de
información de del Pozo (1988) y de ensayos de variedades en la Estación
Experimental Antumapu de la Universidad de Chile (E. Acevedo, comunicación
personal). Para el caso del lupino se utilizó como base las características de
crecimiento de lupino blanco (Lupinus albus L.) del modelo APSIM (APSRU,
2001) y trabajos de López-Bellido et al., 2000. En el Cuadro 4 aparecen las
principales características de los cultivos utilizados en las simulaciones.
MANEJO SIMULADO
En las dos localidades se simularon rotaciones de dos años trigo-lupino, con
siembra de trigo el 15 de mayo del primer año y de lupino el 1 de agosto del
segundo año de la rotación. El trigo fue fertilizado con 200 Kg N ha-1 en forma
de úrea aplicado a la siembra para las simulaciones en Santiago y aplicado un
tercio a la siembra y 2 tercios a la macolla para el caso de Temuco. El lupino no
fue fertilizado.
VARIABLES ANALIZADAS
Se analizó la variación en el tiempo de la biomasa de residuos presente sobre el
suelo, balance hídrico del suelo, balance de nitrógeno del suelo, acumulación
de materia seca de los cultivos y rendimientos.
RESULTADOS
Los residuos producidos por trigo y lupino fueron diferentes en cantidad y en
velocidad de descomposición. La Figura 1 muestra la variación en el tiempo de
la materia seca de residuos en función de los día desde la cosecha. Se aprecia en
la Fig. 1a que el trigo a la cosecha deja el doble de residuos por unidad de
superficie de suelo que lupino. Al cabo de 1 año, todavía la cantidad de residuos
de trigo es superior a la cantidad inicial de residuos de lupino. Por otra parte,
debido a su menor relación C:N los residuos de lupino se descomponen mucho
más rápido que los de trigo (Fig. 1b). Al cabo de 1 año queda aproximadamente
un 20% de los residuos originales, mientras que en trigo, para el mismo período
aún queda un 50%.
a b
La presencia de residuos asegura una conservación del agua del suelo durante el
período de barbecho, mejorando las características hídricas de la cama de semilla
para el cultivo siguiente en la rotación. Para Santiago, la presencia de residuos
aumentó el contenido de agua al momento de la siembra en 54% de 0,13 a 0,20 m3
m-3 en los primeros 5 cm de suelo. Para Temuco las diferencias fueron de sólo un
8% de 0,47 a 0,51 m3 m-3. Esta menor diferencia se explica por la mayor frecuencia
de lluvias en la zona, que disminuye las diferencias entre condiciones de manejo.
Al considerar el total de perfil de suelo, la presencia de residuos aumentó en 10% el
contenido de agua al momento de la siembra en Santiago y 3% en Temuco.
Con respecto al balance hídrico del suelo en toda la temporada de los cultivos,
el efecto de la presencia de rastrojo picado es en primer término reducir la
evaporación de agua desde la superficie del suelo. El Cuadro 5 muestra que
bajo condiciones de residuo quemado un 53% de la evapotranspiración
corresponde a evaporación, mientras que en condiciones de suelo cubierto de
residuos este valor baja a 33% promedio para todas las situaciones. Además
bajo condiciones de riego, la presencia de residuos permite reducir en 32% la
cantidad de agua a aplicar.
La reducción de evaporación produce un mejor estado hídrico del suelo y de las
plantas, lo que aumenta en un 32% la transpiración para Santiago en secano. Sin
embargo para riego y para Temuco donde la posibilidad de déficit hídrico es
menor, no se observaron aumentos importantes en la transpiración. Un efecto
negativo de la presencia de residuos con respecto al balance hídrico es que produce
aumentos en la percolación profunda. En efecto, el aumento del contenido hídrico
del suelo, producto de la menor evaporación, facilita la posibilidad de percolación
en cada lluvia. El Cuadro 5 muestra un aumento medio de 66 mm en la percolación
profunda en Santiago y de 137 mm en Temuco al comparar las simulaciones con
residuos picado con respecto a las simulaciones con residuo quemado.
Cuadro 5. Componentes de balance hídrico anual (mm). Promedio de 20 años.
Lugar Condición Manejo Lluvia Riego Transpiración Evaporación Percolación
de riego/ de profunda
suelo residuos
Santiago Riego Quema 372 275 284 253 104
Picado 372 187 292 71 187
Secano Quema 372 0 115 175 78
Picado 372 0 152 89 126
DISCUSIÓN
A pesar de no disponer de información detallada como para validar las
predicciones del modelo, los resultados son razonables. Los valores de
rendimiento obtenidos en las simulaciones están cercanos a los valores obtenidos
por del Pozo, 1988, López-Bellido et al., 2000, e información colectada en los
ensayos del proyecto que dio origen a este trabajo.
Un análisis de sensibilidad realizado sobre los parámetros detallados en el
Cuadro 4, indicó que el modelo era muy sensible al parámetro ‘partición tallo-
hoja’ y ‘área específica de hojas’. Estos dos parámetros controlan la tasa de
crecimiento del índice de área foliar, con fuerte impacto en los valores predichos.
Los valores asignados para trigo en el archivo genérico de CropSyst eran muy
grandes y generaban trigos que no superaban IAF de 4 en las mejores
condiciones. Analizando curvas de crecimiento de trigo (García de Cortázar y
Acevedo, 1979) se definieron los valores presentados en el Cuadro 4. Esto mejoró
la calidad de las predicciones de IAF, aunque con tendencia a generar valores
muy altos de IAF para las siembras en Temuco (valores no mostrados). Sin
embargo, para un coeficiente de extinción de 0,5 (Cuadro 4) valores superiores
a 6,0 no cambian la tasa fotosintética en más de 5%, por lo que esta
sobreestimación no tendría un efecto importante.
El efecto más importante de la presencia de residuos sobre el terreno fue de
reducir la proporción de agua que es evaporada desde la superficie del suelo
(Cuadro 5). Sin embargo, este aspecto beneficioso fue contrarrestado en parte
por una mayor percolación profunda y lixiviación de nitrógeno (Cuadros 5 y
6). La mayor parte de la percolación ocurrió en otoño e invierno cuando el
suelo se encontraba cerca de capacidad de campo en cada evento de lluvia lo
que produjo una alta probabilidad de percolación. Los valores de lixiviación de
N en promedio equivalen a 0,12 Kg de N mm-1 percolado. Valores medidos en
cultivos de maíz con labranza tradicional, altas dosis de fertilizante y altas tasas
SIMULACIÓN DE LA DINÁMICA DE LOS RASTROJOS SOBRE EL SUELO EN CERO LABRANZA 109
de riego muestran valores entre 0,16 a 0,51 Kg de N mm-1 (Rao et al., 1981; Tanji,
et al., 1981). Por otra parte Meek et al., 1995 en rotaciones cereal-leguminosa con
diferentes métodos de labranza determinaron pérdidas de N por lixiviación
que oscilaron entre 0,07 KgN mm-1 para cero labranza a 0,22 KgN mm-1 para
labranza tradicional. Por lo tanto el orden de magnitud de la lixiviación de
nitrógeno aparece como razonable.
Las diferencias de rendimiento de trigo entre tratamiento con quema y residuo
picado (Cuadro 7), fueron similares a las obtenidas por Pannkuk et al., (1998)
cuando compararon la producción de trigo bajo cero labranza con similar manejo
de residuos en secano del Noroeste de USA. Los mismos autores encontraron
para esa situación un buen ajuste entre las predicciones de CropSyst y los
rendimientos reales.
Para el caso del lupino, Heenan et al., (2000) encontraron que los rendimientos
de lupino eran 7% mayores en tratamientos de quema con respecto a dejar los
residuos en el terreno. Esto es opuesto a lo obtenido en este trabajo (Cuadro 7),
pero se puede explicar porque CropSyst no simula la posibilidad de ataque por
la mancha café, que aumenta en los casos de presencia de residuos sobre el
terreno (Heenan et al., (2000) y resultados en publicación del proyecto que dio
origen a este trabajo).
CONSIDERACIONES FINALES
No existe riesgo de acumulación excesiva de rastrojos con los manejos simulados
en este trabajo.
El dejar los rastrojos sobre el suelo produce aumentos en la disponibilidad de
agua y nitrógeno para los cultivos siguientes en la rotación. Sin embargo, las
magnitudes observadas no producen aumentos importantes en los
rendimientos.
El efecto beneficioso de los residuos en conservar agua por reducción de la
evaporación, es contrarrestado en parte, por el aumento en percolación profunda
y lixiviación de nitrógeno.
AGRADECIMIENTOS
El autor agradece muy especialmente la contribución de los investigadores Dr.
Edmundo Acevedo y Sra. Paola Silva.
LITERATURA CITADA
APSRU. 2001. The APSIM Lupin Model. s/modu les/lu pin_pseudo.html» http://
apsim-help.tag.csiro.au/APSIM_docs/modules/lupin_pseudo.html. (26 de
marzo 2001).
BEINROTH, F.H., LUZIO, W., MALDONADO, F., SWARAN, H. 1985. Proceedings
of the Sixth International Soil Classification Workshop, Chile and Ecuador. Part
II: Tourguide for Chile. Sociedad Chilena de la Ciencia del Suelo, Santiago, Chile.
110 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
7
Mecanización Agrícola en Cero Labranza
J. RIQUELME
Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias, Centro Regional de Investigaciones
Raihuén. Departamento de Recursos Naturales y Medio Ambiente. Avenida Esperanza s/n.
Estación Villa Alegre. Villa Alegre. VII Región. Chile. jriquelm@quilamapu.inia.cl
RESUMEN
ABSTRACT
INTRODUCCIÓN
El sistema tradicional de preparación de suelos involucra la utilización de una
serie de máquinas y consumo de energía, que permite el establecimiento de
cultivos con millonarias pérdidas de suelo. Se estima que en Estados Unidos,
debido a la labranza tradicional, se depositan 100 millones de T/año de
sedimentos en los cauces de los ríos. Las técnicas tradicionales de conservación
de suelo basada en curvas en contorno no han dado resultado productivo y la
superficie ocupada por ellas ha disminuido. En cambio, la cero-labranza es la
única técnica que ha experimentado un incremento notable en la última década.
En el Cono Sur de América, la técnica de la cero-labranza, con costos
112 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
La cohesión del suelo es una propiedad dinámica, que depende del contenido
de arcilla del suelo y su contenido de humedad. Suelos con mayor contenido
de arcilla y de consistencia friable presentan una mayor cohesión; un suelo
arenoso o labrado presenta valores mínimos de cohesión.
La fricción es otra propiedad dinámica del suelo y está relacionada con el
contenido de arena del suelo, sus valores son más bajos a medida que el suelo
es más arcilloso. En suelos labrados es prácticamente la única propiedad que
interviene, por lo que en estas condiciones es necesario aumentar el peso del
tractor para aumentar su capacidad de tracción.
En el caso de la cero labranza, el tractor trabaja sobre un suelo firme, donde
interviene principalmente la cohesión, de esta manera es factible aumentar la
capacidad de ejecutar tracción aumentando la pisada del neumático, con ruedas
más anchas o de mayor diámetro. Además, el tractor con tracción asistida o doble
MECANIZACIÓN AGRÍCOLA EN CERO LABRANZA 113
Donato, (1999).
PBDT = EDT * NH * V
273
Donde: PBDT = Potencia a la barra de tiro del tractor (HP)
ED = Esfuerzo de tracción por hilera (Kg)
NH = Número de hileras de la sembradora
V = Velocidad de trabajo (Km/h)
114 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
De esta manera,
Sembradora
Las sembradoras se clasifican en dos grandes grupos, sembradoras en líneas a
chorrillo y sembradoras a golpes y monograno (Ortiz-Cañavate y Hernanz,
1989). De acuerdo al tamaño de grano que se quiere sembrar pueden ser
sembradoras de grano fino o de grano grueso (Baumer, 1999). En Chile, la
mayoría de las siembras de cero labranza corresponde a siembras en líneas o
de grano fino, como trigo, avena y praderas. En Chile no se ha producido una
difusión de las sembradoras de precisión neumáticas ni en siembras en el valle
regado, aunque esta última temporada se han introducido máquinas en la VIII
región. Crovetto (2002) menciona algunas excepciones. Por razones de espacio
se analizará a continuación solo la sembradora en línea o de grano fino.
En la actualidad existe una gran diversidad de sembradoras atendiendo a las
características técnicas de los abresurcos. Se pueden encontrar cuatro grandes
grupos bien diferenciados:Sembradoras de triple disco; Sembradoras de doble
disco desencontrados; Sembradoras de mono disco; Sembradoras con cinceles.
Las sembradoras de triple disco se caracterizan por una mayor relación peso
por ancho de trabajo, 1.100 Kg/m, pero ejerce menor presión por disco, ya que
debe distribuir su peso prácticamente en tres discos por unidad. Este peso
aumenta el requerimiento de tracción y potencia, llegando a requerir 38 HP/
m. Este tipo de abresurco evolucionó al triple disco con doble disco
desencontrado, con el objeto de facilitar el corte y penetración. Esta mejora
posibilitó trabajar sin el disco delantero, reduciendo el número de órganos
activos con lo que se aumentó el peso por unidad de siembra, mejorando la
penetración y ganando espacio.
MECANIZACIÓN AGRÍCOLA EN CERO LABRANZA 115
Pulverizador
En cero labranza las labores de preparación de suelo que permiten controlar las
malezas de presiembra son reemplazadas por un barbecho químico. Esta
diferencia da el argumento para acusar injustamente a esta técnica de
contaminante. Se olvida que la labranza convencional recurre a una serie de
herbicidas de postemergencia y a otros que son incorporados en el suelo mediante
la labranza, así como una serie de fungicidas e insecticidas. La cero labranza al
mantener un suelo en las condiciones más similares a lo natural, estimula la vida
de micro y macrorganismos, los que actúan como tampón, degradando
compuestos químicos nocivos. Se favorece también el control biológico,
disminuyendo la utilización de biocidas. La utilización de rotaciones de cultivos
más intensivas en la cero-labranza disminuye la incidencia de malezas.
Al trabajar con cero-labranza se debe tener un mayor cuidado con la regulación
y utilización del pulverizador, ya que muchos fracasos no se deben a la calidad
de los herbicidas sino a una mala aplicación, la que además puede afectar el
medio ambiente.
Como una manera de lograr mayor precisión y reducción de los efectos nocivos
de una mala aplicación, se sugiere las siguientes medidas:
1. Comprobar el funcionamiento del pulverizador con agua limpia. Si el equipo
ha sido utilizado en la pulverización de un pesticida, llenar el depósito hasta la
mitad con agua, y agregar 1,5 Kg de soda por cada 100 litros de agua o 1 litro de
amoníaco de uso domestico diluido en 250 litros de agua. Poner en marcha la
bomba y lavar todo el equipo, incluyendo brazos y boquillas. Tirar el agua en
un lugar no cultivado, pero no siempre en el mismo sitio. Nunca realizar esta
labor en o cerca de cursos de agua.
2. Una vez limpio, comprobar con agua que el caudal de las boquillas no se
desvíe +5% del promedio. Estas desviaciones pueden deberse a filtros o boquillas
tapadas o gastadas. Si las boquillas presentan un caudal superior al 10% del
original deben reemplazarse.
3. Para evitar la deriva por el viento no efectuar aplicaciones cuando la velocidad
del viento supera los 6,5 Km/h (observar las hojas y ramillas de los árboles, sí
estas se mueven, suspender la aplicación). En la actualidad se ofrecen
pulverizadores con asistencia de aire que aseguran una aplicación sin deriva
hasta velocidades de viento de 8 Km/h, también mejora la penetración en el
cultivo en aplicaciones de fungicidas o insecticidas.
118 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
Manejo de rastrojos
Los residuos de cosecha sobre la superficie del suelo reducen la erosión.
Investigaciones realizadas en Nebraska y otros Estados del Medio-Oeste
norteamericano (NebGuide, 1981), indican que con cantidades de residuos tan
pequeñas como un 20% de cobertura se puede reducir a la mitad la erosión
provocada por el impacto de la gota de lluvia y escurrimiento del agua,
comparando con un suelo libre de residuos. En Brasil, la investigación conducida
por Lopes et al., (1987), concluyó que un nivel de cobertura de 40% es suficiente
para reducir la erosión en forma significativa. Se determinó, además, que a un
mismo nivel de cobertura los rastrojos de trigo ofrecían una mejor protección
del suelo que los rastrojos de maíz.
Algunos investigadores consideran imprescindible el manejo de los rastrojos
durante la cosecha a través de la regulación de la altura de corte de la automotriz
y la utilización de algunos aditamentos, tanto en la salida de los sacapajas como
de los harneros. Operaciones adicionales realizadas entre cosecha y siembra
son costosas e implican pérdida de tiempo (Agdex, 1996). Así por ejemplo, para
esparcir la paja a la salida del sacapajas se puede utilizar un picador de mayales,
el cual pica y esparce la paja. Su funcionamiento es similar al de una segadora
rotativa “rana”, e incrementa en un 5 a un 8% la potencia total requerida de la
automotriz. También se puede utilizar un esparcidor de molinete el que, a
diferencia del anterior, sólo distribuye la paja sin picarla. En este caso la potencia
requerida es sólo 1 a 1,5% del total, (Ortiz-Cañavate y Hernanz, 1989).
Es importante mencionar que el capotillo que sale de las zarandas de limpieza
debe quedar bien distribuido para evitar efectos alelopáticos. Crovetto (1992)
señala que aunque los fabricantes no suministran estos equipos, con un bajo
costo es posible accionar dos sopladores que entreguen aire a presión a través
de toberas dispuestas en forma de cruz a la salida de los harneros.
La cantidad de residuos que pueden quedar sobre el suelo después de la cosecha
depende del tipo de cultivo y de su rendimiento en grano. En el cultivo de trigo
se espera una producción de residuos de 1,6 T por cada tonelada de grano
producida, en cambio para la cebada las toneladas de residuos son equivalente
a las toneladas de grano producidas (Agdex, 1996). En Chile, Mellado et al.,
(1998), indican producciones de 9 T/ha de paja para un trigo que produzca 60
qq/ha.
Mediante el Proyecto Mejores Prácticas de Manejo (MPM) para los cultivos
tradicionales, financiado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) y
ejecutado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) se pudo
evaluar el manejo de rastrojos de trigo para el establecimiento de dos cultivos
en el valle regado de Ñuble, VIII región. Se presenta a continuación resultados
de las experiencias realizadas previo a la siembra del cultivo de avena, y en el
establecimiento de una pradera de alfalfa.
MECANIZACIÓN AGRÍCOLA EN CERO LABRANZA 121
Alfalfa
El potrero manejado en este caso presentaba un rastrojo de trigo, en el que sólo
había sido enfardado el cordón proveniente de la cosecha mecanizada. Se
procedió a cortar y picar el rastrojo con una segadora rotativa (Foto 1), aplicando
cuatro tipos de manejo, que se detallan a continuación, en función de la cantidad
de rastrojo que se pretendía dejar sobre el suelo:
T1: 0% de rastrojo. Se trabajó con la máquina lo más bajo posible, tratando de
cortar todo el rastrojo que existía sobre el suelo.
T2: 50% de rastrojo. Se trabajó con la segadora de modo de cortar a media
altura el rastrojo.
T3: 75% de rastrojo, se trabajó con la máquina de modo de cortar el 25% de la
altura del rastrojo.
T4: 100% de residuos. En este caso no se cortó el rastrojo y se dejó tal como
estaba después de enfardar el cordón de paja que dejó la cosechadora.
Posterior al trabajo de la segadora rotativa, tanto en los tratamientos 1, 2 y 3, se
utilizó un rastrillo hilerador de soles (Foto 2) para formar un cordón en el potrero
con la paja picada del manejo anterior.
-1
Avena
La avena se sembró sobre un rastrojo de trigo, en el que se aplicaron los siguientes
tratamientos:
T1: 0% de residuos. Se cortó el rastrojo de trigo con una segadora rotativa, lo
más bajo posible.
T2: 30% de residuos. Se ajustó la máquina, para cortar 2/3 de la altura del
rastrojo.
T3: 60% de residuos. Se modifico el enganche de la segadora para cortar la
mitad de la altura del rastrojo.
T4: 100% del rastrojo. En este caso no se cortó el rastrojo.
Al igual que en el caso de la Alfalfa, con posterioridad al trabajo de la segadora
rotativa se utilizó un rastrillo hilerador de soles en los tratamientos 1, 2 y 3,
para formar un cordón con la paja picada dentro del potrero.
La avena se estableció el 3 de julio, con una sembradora de cero labranza marca
Semeato, modelo TD 220, con sistema abresurco de triple disco, se utilizó la
variedad Nehuen INIA y la dosis de semilla fue de 140 Kg/ha, utilizando una
mezcla de fertilizante de 35% de fósforo y 14% de Potasio. La dosis de nitrógeno
recomendada correspondió a 150 Kg N/ha aplicada en dos parcialidades, 1/3
a la emergencia y 2/3 a la macolla. Previamente se realizó un barbecho químico,
aplicando Glifosato en dosis de 3 l/ ha, en un volumen de 200 l de agua. El
Cuadro 3 se muestran los resultados obtenidos para los distintos tratamientos
de rastrojos.
124 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
su peso. Otros factores que influyen son la presión de inflado de los neumáticos
y sus características constructivas. También el patinaje de la rueda influye, una
rueda arrastrada sin patinaje puede elevar la densidad aparente de un suelo
,
desde 1580 Kg/m3 hasta 1700 Kg/m3 . La misma rueda con un patinaje de un
50% eleva dicho valor hasta 1900 Kg/m3 (Sánchez-Girón, 1996).
Las labores convencionales de preparación de suelo compactan el suelo, por
ejemplo la reja del arado de vertedera crea una zona compactada en el fondo
del surco, las rastras de disco y fresadoras rotativas de eje horizontal crean
capas compactadas más superficiales.
En cero-labranza en cambio tras una década de experiencias en diversas
condiciones de clima y con distintos tipos de suelo, se ha observado que, tras
un período de al menos tres años, el nivel de compactación de un suelo no
labrado adquiere un equilibrio en el que alcanza la suficiente resistencia para
soportar el paso de la maquinaria agrícola sin que su compactación aumente
(Ellis et al., 1979; Cannell et al., 1980; Sanchez-Girón, 1986).
Es importante evitar el paso de la maquinaria cuando el suelo se encuentra a
capacidad de campo, ya que en este caso la compactación puede llegar a ser 5
veces mayor a la producida en el suelo seco (Sánchez-Girón ,1996). También
conviene mejorar la estructura del suelo superficial dejando sobre el suelo los
restos de cosechas en vez de quemarlos y estableciendo cultivos con sistemas
radicular superficial y vigoroso.
La decisión de subsolar un suelo debe provenir de un estudio técnico apropiado,
donde se debe tener presente el tipo de suelo. Por ejemplo, los efectos del
subsolado duran menos de un año cuando se realizan sobre un suelo de textura
media o gruesa (Sánchez-Girón, 1996).
Adecuación de suelo
Una de las principales labores a ejecutar, es revisar el potrero donde se efectuará
la cero labranza eliminando los obstáculos que puedan impedir el correcto
funcionamiento de la sembradora: piedras, troncos, restos de raíces. Si el suelo
proviene de un sistema de labranza tradicional y presenta muchos surcos de
erosión que afectan su microrrelieve, es conveniente efectuar primero una
mínima labranza.
La mínima labranza se efectúa con un arado cincel de tracción animal (Figura
2), el que no invierte suelo y posibilita mejorar el microrrelieve del suelo para
facilitar el paso de la sembradora. El arado cincel de tiro animal efectúa una
labor primaria de suelo identificada como labranza vertical, cuya principal
característica es soltar el suelo, sin invertir ni mezclar las distintas capas del
perfil.El sistema permite una mejor protección del suelo contra la erosión, dado
que el rastrojo queda cerca o en la superficie, se evita la formación de una estrata
impermeable o pie de arado, y se mejora la infiltración de agua en el suelo.
Desde el punto de vista de la rapidez de la labor, el arado cincel ocupa menos
de la mitad del tiempo en arar una hectárea de suelo que el arado de vertedera,
dado el mayor ancho de trabajo que se consigue con la labranza vertical. El
arado cincel cuenta con unos vástagos vibrocultores, los que contribuyen a
mejorar el tiro de los animales, ya que la vibración absorbe las variaciones del
esfuerzo de tracción que se producen durante la labor de estallamiento de suelo,
las que en un equipo rígido, mediante los aperos, se trasmiten directamente a
los animales.
Mediciones de tracción realizadas, durante la labor de un arado cincel de 5
vástagos, trabajando a 12 cm de profundidad, con un ancho de trabajo de 47
cm, en un suelo de origen granítico en condiciones friables, indicaron una
necesidad de tracción de 136 Kg, por lo que una pareja de animales resuelve en
forma apropiada estos requerimientos.
La mayor capacidad de trabajo del arado cincel, permite eliminar la práctica
tradicional del barbecho, uno de los principales factores causante de la erosión
de suelo, ya que el suelo queda sin una cubierta protectora que aminore el
impacto de la gota de lluvia.
La profundidad de trabajo del arado cincel no llega a más de 10 cm, por lo tanto,
en suelos compactados por el pastoreo animal en invierno o en aquellos que han
sido arados durante muchos años con arado de vertedera, y se ha formado una
estrata compactada denominada “pie de arado”, es necesario utilizar una
herramienta denominada “subsolador de tracción animal” (Figura 3).
Para utilizar correctamente el implemento es conveniente, en primer lugar,
efectuar calicatas en el suelo para determinar la existencia y profundidad de la
estrata compactada. Luego se regula el equipo para conseguir que la punta del
subsolador pase justo por el centro de la estrata compactada. Se efectúa una
primera pasada y se mide el ancho de las grietas formadas.El promedio de los
anchos medidos indica la distancia de pasada para el equipo. Esta labor es
conveniente efectuarla a comienzos de invierno con las primeras lluvias, o a
salida de invierno en una condición tal que el suelo no tenga excesiva humedad.
MECANIZACIÓN AGRÍCOLA EN CERO LABRANZA 129
Manejo de rastrojos
Los potreros más adecuados para la cero labranza, son aquellos que provienen
de una pradera natural y que no presentan problemas de compactación. En el
caso que se trate de rastrojos de cultivos como trigo o avena es conveniente
efectuar una labor de manejo de rastrojos. Los rastrojos se pueden picar con
una rastra de disco de tiro animal, trabajando en el verano con el suelo seco.
También una barra segadora de tracción animal puede ser útil en el corte de los
130 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
rastrojos. Después de picar los rastrojos, éstos se pueden rastrillar con un rastrillo
de tracción animal o una rastra de clavo formando cordones. Es conviene dejar
estos cordones en forma transversal a la pendiente a una distancia de 8 a 10 m,
los que pueden servir de marcadores naturales para el paso de un pulverizador.
Los cordones de un ancho promedio de 1 metro no ocupan más de un 9 a un
10% del potrero, contribuyendo al mejoramiento de la nutrición del suelo y
frenando además el escurrimiento superficial del agua durante las lluvias.
Control de malezas
Previo a la siembra es necesario controlar las malezas con un herbicida total.
En los sectores de secano se debe esperar que las primeras lluvias estimulen la
emergencia de las malezas. Las aplicaciones pueden realizarse en predios
pequeños con pulverizadores manuales tipo mochila o con una pulverizadora
de tracción animal que dado su mayor ancho de trabajo, tarda sólo una hora en
pulverizar una hectárea.
Siembra
Después de transcurridos 4 días de la aplicación del herbicida, se puede efectuar
la siembra. Lo ideal es trabajar con humedad adecuada en el suelo, ni muy seco
en que se corre el riesgo de dejar la semilla destapada, ni demasiado húmedo
en que el surco de siembra se compacta y la semilla queda descubierta.
Para siembra de grano fino y semillas de praderas se puede utilizar una
sembradora de tracción animal (Figura 4), la que corresponde a una sembradora
con dosificadores de flujo continúo.Cuenta con un depósito para semilla de
grano fino (trigo, avena, cebada, arroz, lenteja, porotos, arvejas, lupino), otro
para empastadas (tréboles, alfalfa, hualputras) y uno para fertilizante. El sistema
abridor de surco permite la siembra directa sobre un suelo no labrado
previamente, mediante la utilización de un vástago tipo “S” con una herramienta
cincel. En la parte posterior de la herramienta lleva una zapata especial que
permite depositar la semilla y el fertilizante en el surco abierto por el cincel,
antes de que éste se cierre por la propiedades cohesivas de un suelo sin labrar.
En cuanto a la aplicación de fertilizante, en el caso del trigo se recomienda
aplicar sólo el fósforo durante la siembra y parcializar en tres tercios la aplicación
del nitrógeno, el primer tercio cuando el trigo ha emergido y tiene tres hojas, el
segundo tercio a la macolla y el último tercio cuando el trigo se encuentra en el
estado fenológico de encañado. De esta manera las plantas hacen un uso más
eficiente de los nutrientes y se disminuyen las pérdidas por lixiviación las que
podrían contaminar las aguas.
En el Estado de Parana, Brasil, se ha dado un fuerte impulso a la siembra directa
de cultivos mediante la introducción de una sembradora mateadora, con
déposito para el abono denominada “Gralha Azul” desarrollada por el IAPAR
(Merten, 1994). Esta sembradora es capaz de sembrar en condiciones de gran
cantidad de paja, sembrando principalmente maíz y soja. Consta de un disco
cortador de rastrojo, que también funciona como rueda de transporte y
MECANIZACIÓN AGRÍCOLA EN CERO LABRANZA 131
CONSIDERACIONES FINALES
En la actualidad se cuenta con el conocimiento y las maquinarias adecuadas
para la aplicación de la cero labranza en los predios de medianos y grandes
agricultores de Chile. El ahorro de energía, la conservación del suelo, la
disminución de costos en la producción son los mejores beneficios que los
empresarios agrícolas pueden obtener de la incorporación de estas tecnologías
en sus predios.
Las prácticas de manejo de residuos que se recomiendan, que pueden tener un
mayor costo de producción para los agricultores, al ser aplicadas generan efectos
positivos tanto para ellos mismos como para la población del país.
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CONTRIBUCION DE LAS LEGUMINOSAS DE GRANO EN ROTACION CON CEREALES 135
8
Contribución de las Leguminosas de Grano en
Rotación con Cereales: Una Revisión
M. MERA Y J. L. ROUANET
Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias, Centro Regional de Investigaciones
Carillanca. Casilla 58-D, Temuco, Chile. mmera@carillanca.inia.cl
RESUMEN
ABSTRACT
INTRODUCCIÓN
El uso de leguminosas en rotación con cereales es de antigua data y se
menciona ya en antiguos escritos chinos, egipcios y griegos (MacRae y
Mehuys, 1985). En términos generales, la rotación de cultivos se fundamenta
en la alternancia de especies con características diferentes: diferente
profundidad de raíces, diferente habilidad para absorber nutrientes y agua,
diferente susceptibilidad a enfermedades y plagas, diferente asociación con
malezas, diferentes épocas de requerimiento de labores. González y Ruz
(1994) enfatizan la necesidad de lograr en Chile sistemas agrícolas más
equilibrados y para ello plantean el uso de rotaciones adecuadas. En variados
sistemas agrícolas se ha encontrado que el efecto global de una leguminosa
en rotación es beneficioso, particularmente en el largo plazo. Varios estudios
CONTRIBUCION DE LAS LEGUMINOSAS DE GRANO EN ROTACION CON CEREALES 137
(Rowland et al., 1988; Evans et al., 1991; Chalk et al., 1993) han verificado
que la respuesta de los cereales a un pre cultivo de leguminosa tiene como
base una mayor disponibilidad de nitrógeno. Sin embargo, se ha sumado
evidencia de que varios otros factores pueden influir, entre ellos, mejoras
en la estructura del suelo, quiebre del ciclo de enfermedades e incluso
plagas, hasta efectos alelopáticos de algunos rastrojos (Peoples and
Herridge, 1990). La suma de estos factores explica la presencia de especies
leguminosas alternando con cereales en varios países líderes en la
producción de cereales, entre los que destacan, arveja en Francia; lupino,
arveja, garbanzo y haba en Australia; arveja, lenteja y garbanzo en Canadá;
soya en los Estados Unidos y Argentina.
LA ROTACIÓN DE CULTIVOS
Con o sin leguminosas, hay evidencia de un beneficio de la rotación para
los cultivos que la integran. La eficiencia del uso del nitrógeno por parte
del trigo es mayor cuando éste sigue a un cultivo no cereal en la rotación,
probablemente debido al desarrollo de un sistema radical más efectivo
(Gooding and Davies, 1997). Según estimaciones del Reino Unido, cultivos
de quiebre como raps o papas aportan alrededor de 50 kg ha -1 de N al trigo
subsiguiente (Gooding and Davies, 1997). Tal aporte puede superar al de
una leguminosa de grano, sin embargo, a diferencia de las leguminosas,
cultivos de quiebre como raps o papas requieren fertilización nitrogenada,
de manera que el requerimiento global de nitrógeno de la rotación
generalmente es menor cuando el cultivo de quiebre es una leguminosa.
Como se aprecia en el Cuadro 1, incluso contando con suficiente nitrógeno,
es frecuente que los cultivos rindan 10-40% más integrando una rotación
que en monocultivo (Hesterman et al., 1986). Desgraciadamente, la
agricultura del sur de Chile, basada en cultivos anuales, no cuenta con
rotaciones adecuadas (Rouanet, 1989) por falta de acompañantes rentables
para los cereales. Desde el punto de vista agronómico, no obstante, las
leguminosas de grano son reconocidas como buenos acompañantes de los
cereales, lo que es avalado tanto por la experiencia de los agricultores como
por los resultados de investigación. En Chile, donde una proporción
importante del trigo se siembra en invierno, las leguminosas de grano son
convenientes como acompañantes porque, entre otros factores que se
revisan más adelante en este capítulo, sus residuos se descomponen
relativamente rápido y permiten el acondicionamiento del suelo con tiempo
suficiente para una siembra temprana de cereal.
138 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
En Chile, Novoa et al. (1995) encontraron que los rendimientos de trigo son
seriamente afectados por el monocultivo. En un ensayo de cinco años, el
rendimiento promedio de trigo sobre trigo fue de aproximadamente 3.800 Kg
ha-1, en comparación a trigo siguiendo a otros cultivos (raps, poroto, soya,
maravilla, maíz y papa), donde el promedio superó los 5.900 Kg ha-1. El rango
de variación para estos seis precultivos fue muy estrecho (aproximadamente
5.800-6.100 Kg ha-1). En un ensayo de monocultivo de trigo llevado por 28 años
en INIA La Platina, el rendimiento más bajo se produjo al tercer año, subiendo
al mismo nivel de rendimiento del primer año a partir del quinto año. Se
concluyó que el monocultivo del trigo es posible siempre que se logre reducir
la incidencia de enfermedades, recurriendo a la desinfección del suelo y a una
buena fertilización, si se mantiene por más de cinco temporadas, pero ensayos
en la precordillera andina de la Octava región indican que se requerirían al
menos 14 años (Novoa et al., 1995).
fija más nitrógeno del que finalmente exporta en el grano. La mayoría del nitrógeno
remanente permanece en los residuos, y otra fracción del nitrógeno fijado puede
quedar en el pool de suelo. Hay escasas estimaciones de su magnitud (Chalk, 1998),
pero en ciertos estudios se han encontrado grandes cantidades de N mineral después
de la cosecha de lupino (Howieson et al., 1998). El origen de este N no es claro;
puede provenir de la fijación de N2 o puede ser consecuencia de la menor utilización
del N mineral derivado del suelo por parte del lupino (Howieson et al., 1998). Para
algunos, la mayor concentración de nitratos en la zona radical de leguminosas,
comparada con la zona radical de no-leguminosas, es claro indicio de la exudación
de N por las raíces de las primeras (French et al., 1998). Según Russell and Fillery
(1996), alrededor de 27% del nitrógeno que deja el lupino se mineraliza anualmente,
y un 74% del nitrógeno mineralizado es absorbido por cada cultivo subsiguiente
de trigo.
LA BIOMASA RADICAL
Algunas estimaciones de fijación se basan en un balance simple de N, donde el
N extraído en el grano se descuenta del N total producido por la biomasa aérea,
subestimando o ignorando el aporte de las raíces de la leguminosa. Según
Peoples (2001), esto explica la discrepancia entre el beneficio pronosticado de
una leguminosa en el cereal subsiguiente, de acuerdo a su aporte de nitrógeno,
y el beneficio real observado, que generalmente es mayor. El N en la biomasa
bajo el suelo constituye generalmente entre 15-20% del N en la biomasa total,
pero ocasionalmente llega a ser hasta 42% (Jensen and Haugaard-Nielsen, 2002).
Con datos de haba, leguminosa que se caracteriza por una alta capacidad de
fijación de N2, Rochester et al., (1998) han determinado que la biomasa bajo el
suelo contribuye, en promedio, 105 Kg ha-1 de N adicionales, a la cantidad
estimada por mediciones de la biomasa aérea. Los resultados se presentan
gráficamente en las Figuras 2 y 3.
APORTE DE NITRÓGENO
El impacto de la rotación con leguminosas en la disponibilidad de nitrógeno para
los cultivos de trigo se ha documentado en numerosas oportunidades. Luego de
seis años de determinaciones, (Gooding y Davies, 1997), se observan niveles
promedio de 85 Kg ha-1 de N en los 90 cm superiores de suelo luego de un cultivo
de haba invernal, en comparación a sólo 45 Kg ha-1 de N luego de un cultivo de
trigo invernal. Los agricultores del Reino Unido estiman que en la fertilización
para cereales puede hacerse una reducción de 19-75 Kg ha-1 de N luego de un
cultivo de arveja para grano (Davies et al., 1985). En Francia, se estima que un
cultivo de arveja retorna al suelo alrededor de 50 Kg ha-1 de N (Plancquaert, 1978),
aunque se advierte que el aporte de N de la arveja al cultivo subsiguiente puede
ser extremadamente variable (Doré y Meynard, 1992; Carrouée y LeSouder, 1992).
De acuerdo a experiencias en New South Wales, un buen cultivo de haba contribuye
al menos con 30-50 Kg ha-1 de N para el cultivo siguiente (Whitworth, 2001). En el
mismo suelo se ha encontrado que el nitrógeno disponible a 60 cm de profundidad
aumenta en 70 Kg ha-1 luego de un cultivo de haba. También en New South Wales,
Herridge (1982) reporta que en un suelo arcilloso el cultivo de trigo recibió del
cultivo de lupino un aporte equivalente a 80 Kg ha-1 de N en un año húmedo para
esta región (723 mm), pero sólo 40 Kg ha-1 de N en un año considerado seco (421
mm). Esto no es extraño, ya que se ha reportado que el estrés por falta de humedad
durante la floración del lupino reduce la tasa de fijación de N2 (Farrington et al.,
142 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
trigo australianos reciben mejor precio por este aspecto (Gartrell, 1990). Un cultivo
de haba previo al de trigo aumentó el rendimiento del cereal en 82%, desde 1930
a 3.510 Kg ha-1 y la proteína de 7,2 a 8,1%, en comparación a trigo sobre trigo, en
suelos alcalinos de Australia occidental (Bolt, s/f). En el norte de New South
Wales, Australia, el rendimiento de trigo siguiendo a habas aumentó en más de
30% y el rendimiento en nitrógeno del grano en 60%, como consecuencia del
mayor tenor de proteína (Whitworth, 2001). En el centro-oeste de NSW, Pala et
al., (2000) obtuvieron rendimientos 50-55% superiores con trigo siguiendo a
cultivos de lupino, arveja o haba, que con trigo sobre trigo, aún habiendo recibido
el cereal 40 y 80 Kg ha-1 de N fertilizante (Figura 4). El ingreso bruto de las
rotaciones con leguminosas fue 137-153% superior al de la rotación trigo-trigo.
Se han reportado aumentos de 5 y 10% en el rendimiento de trigo después de
haba, en comparación a trigo continuo (Picard et al., 1988).
favorece la captación de fósforo y otros nutrientes por las plantas con las que se
asocian, ejerciendo un efecto significativo sobre el desarrollo de estas últimas.
La medida en que las micorrizas pueden contribuir a la captación de nutrientes
del lupino, como un sistema complementario a la exudación de citratos por las
raíces proteoídeas, es materia aún no concluida.
raíz del cereal que le sigue. Henderson (1989) observó que gracias a la excep-
cional profundidad que alcanzan las raíces del lupino en Australia, el cultivo
que le sigue tiene mejor acceso al agua almacenada en capas profundas. Esto le
ha valido el apodo de “arado biológico”. Baer (1989), ha encontrado que las
raíces del lupino blanco pueden profundizar hasta 2,3 m en un andisol de Ca-
jón, cerca de Temuco, Chile. Sin embargo, en suelos pesados como los ultisoles
de La Araucanía, Chile, se ha observado que la raíz de Lupinus albus es incapaz
de penetrar la zona de suelo compactada conocida como “pié de arado”, situa-
ción que limita la capacidad del lupino de captar nutrientes y frena
drásticamente el desarrollo de su parte aérea (Mera et al., 1999).
EFECTOS NEGATIVOS
Si bien las leguminosas pueden proporcionar una serie de beneficios al sistema
agrícola, también pueden ejercer algunos efectos negativos. Prácticamente
todas las leguminosas contribuyen a aumentar la acción repelente al agua de
algunos tipos de suelos agrícolas, particularmente de suelos arenosos (Nelson
and Delane, 1991). También se ha ido sumando evidencia de que leguminosas
cuyas raíces exudan ácidos orgánicos, como el lupino, pueden acidificar el
suelo a cierta profundidad. Según Nelson y Delane (1991) esto podría estar
ocurriendo en suelos de Australia sometidos a una rotación intensiva cereal-
lupino, con diez a doce años de lupino en un periodo de veinte años. Sin
embargo, este proceso tendría una lenta evolución en rotaciones donde las
leguminosas participan una vez cada tres o cuatro años. Tal sería la situación
en Chile, donde la mayor humedad favorece el desarrollo de enfermedades
que afectan a las leguminosas, haciendo necesario el espaciamiento de su
participación en la rotación.
FITOMEJORAMIENTO
El mejoramiento genético se ha concentrado en aumentar el rendimiento y en
lograr resistencia a enfermedades, pero una agricultura moderna sustentable
requiere una visión más holística. Los avances de la Revolución Verde se basaron
en gran medida en el uso de altas dosis de fertilización nitrogenada, pero cada
vez son más frecuentes las opiniones en el sentido de que ha llegado el momento
de intentar sacar más provecho del potencial beneficio de las leguminosas en la
rotación. Según Gresshoff (1990), muy poco esfuerzo se ha destinado al
mejoramiento genético de la capacidad de fijación de nitrógeno de las
leguminosas o a entender las complejidades de la simbiosis. Los esfuerzos
podrían orientarse a obtener plantas con un mayor potencial de aporte de
nitrógeno. Ya que parte del nitrógeno obtenido por la leguminosa a través de la
fijación simbiótica permanece en el rastrojo, puede suponerse que una
leguminosa productora de abundante biomasa, a expensas de una menor
producción de grano, tendría la capacidad de aportar más nitrógeno al sistema.
Sin embargo, Hamblin et al., (1993) encontraron que, pese a existir notables
diferencias en la cantidad de nitrógeno residual dejado por Lupinus angustifolius,
150 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
la relación entre esta cantidad y el rendimiento del trigo subsiguiente era pobre.
Esto significaría que elevar el bajo índice de cosecha del lupino a través de
mejoramiento genético no tendría mayor impacto en el efecto residual de esta
leguminosa. No obstante, para varios autores (Evans et al., 1989; Beck et al.,
1991; Armstrong et al., 1994; Unkovich et al., 1997; Pala et al., 2000), la fijación de
N en leguminosas generalmente es proporcional a la producción de biomasa.
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RASTROJOS E INCIDENCIAS DE ENFERMEDADES EN CULTIVOS ANUALES 157
9
Vida después de la muerte: Rastrojos e incidencias
de enfermedades en cultivos anuales.
R. MADARIAGA
Instituto de Investigaciones Agropecuarias, Centro Regional de Investigaciones
Quilamapu.Departamento de Producción Vegetal, Laboratorio de Fitopatología de Cereales.
Casilla 426, Chillán, Chile. rmadaria@quilamapu.inia.cl
RESUMEN
ABSTRACT
The burning of crop residues has been an efficient way to improve the
sanitary conditions of annual crops. Soil protectionists, however, reject
the use of fire to remove crop residues arguing that the residues protect
the soil against erosion and increase soil organic carbon.They advocate
158 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
the use of pest and disease resistant varieties and chemical means to control
plant pests and diseases. Crop residues and debris, however, provide an
excellent environment for many species, including plant diseases, for
growth and sexual reproduction. This is the case for many fungal species,
particularly within the ascomycete group.Giberella zeae, Mycosphaerella
graminicola, Lepthosphaeria maculans and Gomerella Cingulata are fungal
pathogens for important diseases such as wheat Fusarium and Septoria;
canola black foot and lupin anthracnose. All of them have their sexual
phase in the crop residues. The ascospores are produced in the ascostroma
(resistance body that grows in the crop residues) as primary inoculum. As
sexual entities they have new genetic recombinants which are dispersed
by the wind infecting crop varieties
INTRODUCCIÓN
De acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadísticas ( INE ), en el ciclo
agrícola 2001/2002 se sembró un total de 812.460 ha de cultivos anuales en
Chile, destacando las especies trigo con 426.100 ha, avena 93.250 ha y maíz
87.270 ha. El rendimiento unitario del ciclo en trigo fue de 43,21 qqm/ha (INE.
2001), lo que unido a un índice de cosecha de 0,40 hace estimar que en la
temporada se produjeron 2,7 x 106 toneladas de paja. En las últimas décadas se
ha consolidado en Chile la utilización de la practica de la Cero Labranza,
estimándose que actualmente un 30 % de la superficie del trigo que se siembra
en el país se realiza con Cero Labranza. La mayor parte de sus adeptos, sin
embargo, aún se muestran reacios a su ejecución en la modalidad de Cero
Labranza sin quema, prefiriendo la incineración de los residuos. De las
enfermedades que atacan el trigo, la mayor parte son causadas por hongos y
dentro de éstos, varios de los económicamente mas importantes son ascomicetes.
Estos agentes causales, completan su ciclo de vida en el rastrojo, de ahí que es
posible postular que a mayor cantidad de rastrojos y paja que se mantenga
sobre el suelo sin perturbar, mayor será la probabilidad de que estos organismos
completen su ciclo biológico, aumentando la presión de inóculo sobre las nuevas
sementeras de trigo. Así mismo, resulta de importancia establecer las conexiones
precisas entre las diferentes fases (Sexuada – Asexuada: Telomorfo – Anamorfo)
de estos organismos pleiomorficos con el fin de elaborar sus estrategias de
control específicas.
Los ascomicetes se caracterizan porque parte de su ciclo de vida lo realizan en
el rastrojo del cultivo vegetal que utilizaron en su fase patogénica. Como
colonizadores primarios de vegetales sanos (patógenos) llevan la ventaja de
encontrarse insertos en los tejidos donde se encuentran protegidos y donde
pueden sobrevivir mientras el rastrojo se mantenga intacto. De las ventajas
epidemiológicas que les confiere contar con esta fase teleomorfica, se pueden
mencionar la sobre vivencia, ya que el peritecio o pseudotecio es, al menos
parcialmente, una estructura fungosa de resistencia, diseminación, dado que la
ascopora es llevada a grandes distancias por viento y variabilidad, puesto que
la recombinación genética realizada en el intercambio de material nuclear de la
fase sexuada les permite, eventualmente, generar nuevas virulencias capaces
RASTROJOS E INCIDENCIAS DE ENFERMEDADES EN CULTIVOS ANUALES 159
Lewia infectoria
MYCOSPHAERELLA GRAMINICOLA
Una de las enfermedades del trigo que tomó caracteres de endémica en Chile, a
partir de la década de 1980 fue septoriosis de la hoja. Esta situación se asocia al
mayor uso de fertilización nitrogenada, a la popularización de cultivares de
trigo portadores de los genes de enanismo y también al efectivo control mediante
resistencia genética de las royas, inicialmente los patógenos de mayor
importancia. El hongo se limita a su fase asexuada (picnidio - picnidiosporas)
mientras los tejidos se encuentran verdes aprovechando las condiciones de lluvia
y follaje mojado para realizar tantos ciclos secundarios de infección como el
medio ambiente favorable se lo permita. La presencia de la fase sexuada del
organismo causal, en Chile, fue reportada en 1986 (Madariaga, 1986) y más
tarde se comprobó tanto los períodos de descarga, como el rol de las ascosporas
en el inicio del desarrollo de la epifitia. Los pseudotecios solamente se forman,
y sus ascos y ascoporas maduran, en rastrojos de trigos que sufrieron la
RASTROJOS E INCIDENCIAS DE ENFERMEDADES EN CULTIVOS ANUALES 161
TAPESIA YALLUNDAE
Esta enfermedad fue observada en 1994 por primera vez en la Novena Región
(Andrade O, Agricultura Técnica en prensa). Se cree que ingresó con semillas
introducidas desde Europa donde la enfermedad figura entre los principales
problemas de origen biótico del trigo. Se caracteriza por manchas iniciales en la
base de la planta, que toman la forma de ojo, de ahí su nombre de Mancha
ocular, debilitando la base de la planta la que termina por volcar. La fase sexuada,
la cual se forma en los rastrojos de las plantas infectadas, con la formación de
apotecios, ha sido reportada en Chile (O. Andrade comunicación personal) y
dadas las características de extrema virulencia que se le ha observado en
sementeras de trigo de la IX Región a la enfermedad, si bien tiene control
mediante genes de resistencia en Europa, se requerirán varios años antes de
contar con un control genético adecuado en variedades adaptadas a Chile.
GIBERELLA ZEAE
De las enfermedades que atacan el trigo, asociadas al rastrojo, tal vez la fusariosis,
scab, giberelosis o golpe blanco como se le llama en Argentina, constituye el
mayor peligro con la preservación de rastrojos intactos sobre el suelo, dada la
capacidad de su agente causal, de producir micotoxinas (Dexoxynivalenol,
tricotecenos, etc) altamente perjudiciales para aquellos que consumen los granos
contaminados. En Estados Unidos (U.S. Wheat and Barley Scab Initiative 2002)
y Canada (Dill – Macky, 1999) se le atribuye a la adopción de la Cero Labranza
162 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
LEWIA INFECTORIA
Las referencias en la etiología de la enfermedad Punta negra de los granos de
trigo y otros cultivos, la cual se caracteriza por un oscurecimiento de los
embriones de los granos, menciona entre otros, al hongo deuteromicete Alternaria
alternata como el agente causal. Trabajos realizados en California (Madariaga y
Gilchrist, 1990 y en Chile (Madariaga, 1995; Arévalo y Madariaga, 1997), sin
embargo, postulan que al menos parte del síndrome es atribuibles a un agente
causal que difiere de la especie descrita y corresponde al teleomorfo del hongo
Alternaria infectoria, el ascomicete Lewia infectoria (Simmons, 1986) el cual es
descargado desde el rastrojo de trigo y constituye un habitante común de los
rastrojos de trigo, que con las primeras lluvias y el paso del tiempo cambia de
coloración, dorado posterior a cosecha hasta un color gris oscuro, donde
proliferan conidias de especies de Alternaria spp. y también de Cladosporium sp.
Al respecto, referente a este último, la asociación Anamorfo:Teleomorfo =
Cladosporium herbarum: Mycosphaerella tassiana se encuentra establecida ( Madariaga
y Gilchrist, 1990) y en un ciclo agrícola cualquiera, antes de que sea posible
detectar la presencia de ascosporas de Mycosphaerella graminicola, aparecen otras
ascoporas bicelulares hialinas similares, del hongo Mycosphaerella tassiana,
situación que se presta a confusión dado que se puede atribuir, erróneamente,
a la presencia de este hongo el inicio de la epifitia de septoriosis de la hoja.
CONSIDERACIONES FINALES
Es evidente que, una vez que la planta cultivada anual entra en su senectud
natural y sus granos se encuentran en madurez de cosecha, aquellos organismos
patógenos inician modificaciones en sus estructuras que le permitieron parasitar
los tejidos sanos del huésped, hacia otras de resistencia, dado que sus ventajas
sobre los organismos saprófitos con los que compartía el phylloplano y la
RASTROJOS E INCIDENCIAS DE ENFERMEDADES EN CULTIVOS ANUALES 163
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164 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
10
Aspectos Económicos de la Cero Labranza
B. SOLAR.
Centro de Gestión Los Angeles, Departamento Técnico. Casilla 219 Santa Bárbara, Chile.
bsolar@chilesat.net
RESUMEN
ABSTRACT
INTRODUCCIÓN
La Cero Labranza o Siembra Directa es una de las tecnologías disponibles que,
a través del manejo de la forma de cómo establecer un cultivo, puede contribuir
a sostener los recursos productivos y, con ello, la producción agropecuaria.
El origen de esta tecnología se encuentra en la búsqueda de soluciones técnico-
económicas que permitiesen desarrollar la producción de cultivos en zonas con
pendientes. Es así que, cuando los investigadores de la Universidad de Kentucky,
en el año 1974, comenzaron las primeras investigaciones para el diseño de
maquinaria especializada, comenzó un proceso de desarrollo económico que
se puede cuantificar de distintos puntos de vista. Tecnológicamente esta
metodología de cultivo estaba dirigida a zonas que eran marginales para la
agricultura. Desde un punto de vista empresarial el problema era grave, las
constantes labranzas habían generado una caída de rendimientos de importancia
y una disminución de la rentabilidad de los sistemas norteamericanos de
agricultura permanente, sin rotaciones con ganadería (Méndez y Satorre, 1998).
Por otra parte, toda actividad agrícola moderna debe ser sustentable y con el
aumento de la productividad y lucro se exije que se proteja el ecosistema.
El sistema de Cero Labranza puede ser considerado como uno de los modelos
más representativos de la sustentabilidad. Las principales razones por las que
la Cero Labranza se ha desarrollado masivamente, responden a necesidades
esencialmente económicas, además de conservación de suelos y de eficiencia
de uso de los recursos.
En el análisis que se presenta en este capítulo se parte de la base que cada uno
de los componentes y aspectos que involucran a la Cero Labranza como
metodología de establecimiento de cultivos persigue un fin primordial de
ASPECTOS ECONOMICOS DE LA CERO LABRANZA 167
pérdidas medias por erosión, en parcelas de 4.000 m sobre suelo rojo arcilloso,
con 6 y 8% de pendiente, se observaron pérdidas de 22.940 Kg/ha en el sistema
de preparación convencional y de 33.190 Kg/ha cuando se mantuvo el suelo
en barbecho (desnudo), mientras que en Cero Labranza se perdieron solamente
530 Kg/ha de suelo (Derpsch et al., 1986). Las pérdidas de suelos agrícolas
deben compararse con la tasa anual de regeneración natural de suelo, que se
calcula en 250 a 500 Kg/ha/año. Cuando las pérdidas de suelo por erosión
son mayores que la tasa natural de regeneración, no es posible obtener una
agricultura sostenible.
La erosión y la pérdida del suelo producto de ésta, es difícil de cuantificar
económicamente, debido a que está interactuando con múltiples factores. Sin
embargo, al mantener todos los factores constantes, se podría estudiar la
variación de la producción y su menor rendimiento en una temporada dada.
Al analizar económicamente la materia orgánica del suelo, ésta es probablemente
una de las características más importantes relacionadas con la calidad del suelo,
debido a su influencia sobre las propiedades físicas, químicas y biológicas del
suelo (Cannell y Hawes, 1994). La preparación del suelo tiene como consecuencia
la rápida mineralización de la materia orgánica de la reserva del suelo, liberando
nitrógeno que queda a disposición de las plantas. Esto puede llevar durante
pocos años a un aumento del rendimiento de los cultivos. Sin embargo, si se
realiza la preparación del suelo en condiciones favorables para la mineralización
de la materia orgánica (temperatura, humedad, aireación), y se lo deja en
barbecho (desnudo), se pierden valiosas reservas de nitrógeno por lixiviación,
sin que los cultivos puedan utilizarlas. Una vez que se ha consumido la materia
orgánica, no se puede liberar más nitrógeno. Esto implica simplemente, sin
considerar los demás factores involucrados, evaluar el nitrógeno según su precio
comercial más bajo y extrapolarlo a la superficie de análisis. Por ejemplo, si por
disminución de materia orgánica anual del suelo se han perdido 50 Kg/ha de
nitrógeno disponible, equivale a un pérdida de US$ 20/ha anual (valor de julio
de 2002, con urea de fertilizante de reemplazo)
La preparación del suelo como factor de degradación no tiene cuestionamiento
en la actualidad en relación al daño que provoca en suelos con pendientes. Son
muchas las experiencias que muestran que la preparación convencional del
suelo con arado y otros implementos de labranza intensiva inevitablemente
provoca erosión, disminuye la materia orgánica y genera pérdida de la fertilidad
del suelo. La Cero Labranza, en comparación con la preparación convencional
de los suelos, tiene efectos positivos en las propiedades químicas más
importantes del suelo. Bajo el sistema de Cero Labranza se registran mayores
valores de materia orgánica, nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio, como
también mayores valores de pH y mayor capacidad de intercambio catiónico,
pero menores tenores de Al (Crovetto, 1992).
Además de las ventajas antes mencionadas, la Cero Labranza tiene un efecto
en las propiedades físicas del suelo, donde se registran mayores tasas de
infiltración, lo que lleva a una reducción de la erosión, así como también en
las propiedades biológicas del suelo (Derpsch et al., 2000). Estas son las
características que indirectamente influyen en mejores rendimientos, con el
ASPECTOS ECONOMICOS DE LA CERO LABRANZA 171
Año 1 Año 10
Labranza Cero Labranza Cero
Tradicional Labranza Tradicional Labranza
Año 1 Año 10
Labranza Cero Labranza Cero
Tradicional Labranza Tradicional Labranza
1 sembradora
cerealera $ 3.000.000
1 Pulverizador $ 1.000.000
1 Trompo $ 600.000
Costos
Operacionales 300 ha siembra $ 120.000.000 300 ha siembra $ 120.000.000
Utilidad
Operacional $ 22.000.000 $ 22.000.000
RELACION RELACION
UTILIDAD/ MAQUINARIA 0,62 UTILIDAD / MAQUINARIA 0,83
CONSIDERACIONES FINALES
Las perspectivas que resultan en la adopción de la tecnología de Cero Labranza
en el manejo de cultivos estarían dadas por el conocimiento y la información,
que son la principal limitación a la adopción de la Cero Labranza en la mayoría
de los países. La información debe ser relevante, actual, apropiada al sitio,
verdadera y útil si es que se pretende generar impacto entre los agricultores. El
primer paso antes de cambiar el sistema de producción e iniciar la Cero Labranza
debería ser que agricultores, investigadores, técnicos y extensionistas mejoren
sus conocimientos sobre todos los aspectos del sistema. La superioridad del
sistema de Cero Labranza sobre la preparación convencional ha sido probada
bajo una gran variedad de condiciones en todo el mundo. Ahora es necesario
desarrollar y adaptar el sistema localmente y asegurarse de que la tecnología
funcione bien bajo las condiciones ambientales y socio-económicas de cada lugar.
180 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
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182 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS
CONSIDERACIONES FINALES 183
11
Consideraciones Finales