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Sobre la Práctica de Mao Tse Tung.

El materialismo premarxista era incapaz de reconocer la


dependencia del conocimiento sobre la práctica social, o sea, la
dependencia del conocimiento acerca de la producción y la lucha
de clases.

Los marxistas consideraban que toda actividad del hombre se


encontraba regulada por la producción. Es decir, que toda
actividad del hombre dependía de la actividad productiva.
El hombre va aprendiendo paso a paso las propiedades, los
fenómenos y las leyes naturales, así como esta se relaciona con el
mismo, y a través de la actividad de producción el hombre
también va aprendiendo a como relacionarse con los demás seres
humanos. La producción se realiza para que cada hombre
satisfaga las necesidades materiales. A través de esto es que ese
desarrolla el conocimiento.

Los marxistas sostienen que la producción en la sociedad humana


se desarrolla poco a poco, de lo inferior a lo superior, por lo que el
conocimiento que el hombre tiene sobre la naturaleza y la
sociedad se desarrolla paso a paso.

El hombre no se limita a la actividad de producción, sino que


participa en cada uno de los, la lucha de clases, etc. Por lo que
conoce un nuevo rango del hombre dominios de la vida practica
en la sociedad; como: la politica, las artes, la ciencia, por medio de
la politica y la accion cultural, y no solo a traves de lo material. En
la sociedad de clases, cada persona existe como miembro de una
determinada clase, y todas las ideas, llevan su sello de clase.

El hombre se vio cerrado a una comprensión unilateral de la


historia de la sociedad, ya que, las clases explotadoras la
deformaban producción limitaba la visión del hombre. Sólo al
surgimiento del proletariado moderno junto con gigantescas
fuerzas productivas, pudo el hombre lograr una comprensión
global e histórica del desarrollo de la sociedad y transformar este
conocimiento en una ciencia, constantemente debido a sus
prejuicios, y, la pequeña escala de la ciencia del marxismo.

La práctica social es el único criterio de verdad de su conocimiento


sobre el mundo exterior. Por lo que, el conocimiento del hombre
queda realmente confirmado cuando logra los resultados
esperados a través de la practica social. Si el hombre quiere
lograr los resultados esperados, tiene que concordar sus ideas con
las leyes del mundo exterior objetivo, si no lo logra, fracasa en la
práctica. Después del fracaso, extrae ideas de el, modifica las
ideas haciendolas concordar con el mundo que lo rodea, loagrando
asi tener éxito, por lo que de hia sale el dicho:” el fracaso es la
madre del éxito”. La teoría materialista dialéctica del conocimiento
ubica a la práctica en primer plano, y rechaza las ideas que niegan
su importancia o la separan del conocimiento. La filosofía marxista
afirma que el materialismo dialectico sirve al proletariado y que la
práctica es la base de la teoría y que esta sirve a la práctica. La
veracidad de una teoría o un conocimiento, se determina a través
de la práctica.

A medida que la practica social se desarrolla, esta va haciendo


surgir en el hombre sensaciones e impresiones lo cual produce en
el cerebro un cambio repentino en el proceso del conocimiento y
surgen los conceptos. Los conceptos captan las cosas en su
esencia. El hombre, empleando conceptos, es capaz de proceder
al juicio y al razonamiento. La etapa de los conceptos, los juicios y
los razonamientos, es de vital importancia en el proceso del
conocimiento racional. La tarea del conocimiento es llegar al
pensamiento por medio de las sensaciones, para llegar paso a
paso a la comprensión de contradicciones internas de las cosas
objetivas y de las conexiones internas entre un proceso y otro,
para así llegar al conocimiento lógico.

Es el materialismo marxista el primero en resolver correctamente


el problema, poniendo en demostración de forma materialista y
dialéctica el movimiento de profundización del conocimiento,
movimiento por el cual el hombre, como ser social, pasa del
conocimiento sensorial al conocimiento lógico en su compleja y
constantemente repetida práctica de la producción y de la lucha
de clases.

El marxismo-leninismo sostiene que cada una de las dos etapas


del proceso cognoscitivo tiene sus propias características: en la
etapa primera, el conocimiento se manifiesta como conocimiento
sensorial y, en la etapa siguiente, como conocimiento lógico, pero
ambas son etapas de un proceso cognoscitivo único.

Lo sensorial y lo racional son cualitativamente diferentes, pero


ambos están unidos por medio de la práctica. Esta práctica
confirma que no podemos comprender inmediatamente lo que
percibimos, y que podemos percibir con mayo facilidad aquello
que si conocemos.
La sensación solo resuelve el problema de las apariencias, solo la
teoría puede resolver el problema en esencia. Lo que conlleva a
que durante la época feudal, no se conociese el capitalismo,
puesto que estos no habían entrado en contacto con ella
anteriormente, por lo que aun faltaba la práctica correspondiente.

El marxismo solo podría ser producto de la sociedad capitalista. ,


es preciso participar personalmente en la lucha práctica por
transformar la realidad, por transformar dicha cosa, pues es éste
el único medio de entrar en contacto con sus apariencias. Es éste
el único medio de poner al descubierto la esencia de dicha cosa o
cosas y comprenderlas. Tal es el proceso cognoscitivo que en
realidad siguen todos los hombres, si bien alguna gente,
deformando deliberadamente los hechos, afirma lo contrario.

La gente más grotesca del mundo son aquellos que dicen saberlo
todo que, recogiendo de oídas conocimientos fragmentarios y
superficiales, se las dan de "máxima autoridad en el mundo", lo
que testimonia simplemente su fatuidad.

El conocimiento es problema de la ciencia y ésta no acepta ni la


menor deshonestidad ni la menor petulancia; lo que exige es
ciertamente lo contrario: honestidad y modestia. Si quieres
conocer, tienes que participar en la práctica transformadora de la
realidad. Todo conocimiento auténtico nace de la experiencia
directa. Sin embargo, el hombre no puede tener experiencia
directa de todas las cosas y, la mayor parte de nuestros
conocimientos proviene de la experiencia indirecta.

Estos conocimientos fueron o son, para nuestros antecesores y los


extranjeros, producto de la experiencia directa, y merecen
confianza si en el curso de esa experiencia directa se ha cumplido
la condición de "abstracción científica" de que hablaba Lenin y si
reflejan de un modo científico la realidad objetiva. Los
conocimientos de una persona los constituyen sólo dos sectores:
uno proviene de la experiencia directa y el otro, de la experiencia
indirecta. Por lo tanto, considerados en su conjunto, los
conocimientos, sean del tipo que fueren, no pueden separarse de
la experiencia directa. Todo conocimiento se origina en las
sensaciones que el hombre obtiene del mundo exterior objetivo a
través de los órganos de los sentidos; no es materialista quien
niegue la sensación, niegue la experiencia directa, o niegue la
participación personal en la práctica transformadora de la realidad.
Para poner en claro el movimiento materialista dialéctico del
conocimiento, movimiento de profundización gradual del
conocimiento, surgido sobre la base de la práctica transformadora
de la realidad.

En el período inicial de su práctica, período de destrucción de


las máquinas y de lucha espontánea, el proletariado se
encontraba, en cuanto a su conocimiento de la sociedad
capitalista, sólo en la etapa del conocimiento sensorial; conocía
sólo los aspectos aislados y las conexiones externas de los
diversos fenómenos del capitalismo. En esa época, el proletariado
era todavía una "clase en sí”. Sin embargo, el proletariado se
convirtió en una "clase para sí" cuando, entrando en el segundo
período de su práctica, período de lucha económica y política
consciente y organizada, llegó a comprender la esencia de la
sociedad capitalista, las relaciones de explotación entre las clases
sociales, gracias a su práctica, a su variada experiencia de largos
años de lucha y a su educación en la teoría marxista.

El primer paso en el proceso del conocimiento es el contacto con


las cosas del mundo exterior; esto corresponde a la etapa de las
sensaciones. El segundo es sintetizar los datos proporcionados por
las sensaciones, ordenándolos y elaborándolos; esto corresponde a
la etapa de los conceptos, los juicios y los razonamientos. Sólo
cuando los datos proporcionados por las sensaciones son muy
ricos y acordes con la realidad, pueden servir de base para formar
conceptos correctos y una lógica correcta.

Existen dos puntos importantes. El primero, es la dependencia del


conocimiento racional respecto al conocimiento sensorial. Es
idealista quien considere posible que el conocimiento racional no
provenga del conocimiento sensorial.

En la historia de la filosofía existe la escuela "racionalista", que


sólo registra la realidad de la razón y niega la realidad de la
experiencia, reflexionando que sólo es digna de crédito la razón y
no la experiencia sensorial; su error consiste en invertir los hechos.
Lo racional merece crédito precisamente porque dimana de lo
sensorial; de otro modo, algo subjetivo, autogenerado e indigno de
confianza. En el orden que sigue el proceso del conocimiento, la
experiencia sensorial viene primero; si recalcamos la importancia
de la práctica social en el proceso del conocimiento, es porque
sólo ella puede dar origen al conocimiento humano y permitir al
hombre comenzar a adquirir experiencia sensorial del mundo
exterior objetivo.

El conocimiento comienza con la experiencia: éste es el


materialismo de la teoría del conocimiento.

Otro punto es que el conocimiento necesita profundizarse,


necesita desarrollarse de la etapa sensorial a la racional: ésta es la
dialéctica de la teoría del conocimiento. Pensar que el
conocimiento puede quedarse en la etapa inferior, sensorial, y que
sólo es digno de crédito el conocimiento sensorial y no el racional,
significa caer en el "empirismo", error ya conocida en la historia. El
error de esta teoría consiste en no tomar en cuenta que los datos
suministrados por las sensaciones, aunque constituyen reflejos de
determinadas realidades del mundo exterior objetivo, no pasan de
ser unilaterales y superficiales, reflejos incompletos de las cosas,
que no traducen su esencia.
Para manifestar plenamente una cosa en su totalidad, hay que
proceder a una operación mental, someter los datos suministrados
por las sensaciones a una elaboración que consiste en descartar lo
falso para conservar lo verdadero, pasar de un aspecto a otro y de
lo externo a lo interno, formando así un sistema de conceptos y
teorías; es necesario dar un salto del conocimiento sensorial al
racional. Los conocimientos así elaborados no son menos
substanciosos ni menos dignos de confianza. Por el contrario, todo
aquello que en el proceso desde lo sensorial a del conocimiento ha
sido científicamente elaborado sobre la base de la práctica, refleja
la realidad objetiva.

Los prácticos vulgares no trabajan así; respetan la experiencia


pero desprecian la teoría, y en consecuencia no pueden tener una
visión que abarque un proceso objetivo en su totalidad, carecen de
una orientación clara y de una perspectiva de largo alcance, y se
contentan con sus éxitos ocasionales y con fragmentos de la
verdad.

El conocimiento racional depende del conocimiento sensorial, y


éste necesita desarrollarse hasta convertirse en conocimiento
racional: tal es la teoría materialista dialéctica del conocimiento. El
movimiento materialista dialéctico del conocimiento lo racional
ocurre tanto en un pequeño proceso cognoscitivo como en uno
grande.
Contener el movimiento materialista dialéctico del conocimiento
en el conocimiento racional, sería tocar sólo la mitad del problema
y, más aún, según la filosofía marxista, la mitad menos
importante. La filosofía marxista considera que el problema más
importante no consiste en comprender las leyes del mundo
objetivo para estar en condiciones de interpretar el mundo, sino en
aplicar el conocimiento de esas leyes para transformarlo
activamente. El marxismo acentúa la importancia de la teoría
precisa y únicamente porque ella puede servir de guía para la
acción. Si se tiene una teoría justa, pero nos contentamos con
hacer de ella un tema de conversación y la dejamos guardada en
lugar de ponerla en práctica, semejante teoría, por buena que sea,
carecerá de significación.

El conocimiento empieza por la práctica, y todo conocimiento


teórico, adquirido a través de la práctica, debe volver a ella. La
función activa del conocimiento no solamente se manifiesta en el
salto activo del conocimiento sensorial al racional, sino que
también, debe manifestarse en el salto del conocimiento racional a
la práctica revolucionaria.

El conocimiento que alcanza las leyes del mundo hay que dirigirlo
de nuevo a la práctica transformadora del mundo, hay que
aplicarlo reiteradamente a la práctica de la producción, a la
práctica de la lucha de clases revolucionaria y de la lucha nacional
revolucionaria, así como a la práctica de la experimentación
científica. Este es el proceso de comprobación y desarrollo de la
teoría. El único medio para resolver completamente este problema
es dirigir de nuevo el conocimiento racional a la práctica social,
aplicar la teoría a la práctica y ver si conduce a los objetivos
planteados. Muchas teorías de las ciencias naturales son
reconocidas como verdades no sólo porque fueron creadas por los
científicos, sino porque han sido comprobadas en la práctica
científica ulterior.

El materialismo dialéctico es una verdad universal porque nadie,


en su práctica, puede escapar a su dominio. La historia del
conocimiento humano nos enseña que la verdad de muchas
teorías era incompleta y que la comprobación en la práctica ha
permitido completarla. Numerosas teorías eran erróneas, y la
comprobación en la práctica ha permitido corregirlas. Es por esto
que la práctica es el criterio de la verdad.
Cuando los hombres, se dedican a la práctica transformadora de
un establecido proceso objetivo en una etapa determinada de su
desarrollo, pueden, hacer avanzar su conocimiento desde lo
sensorial a lo racional, y crear ideas, teorías, planes o proyectos
que correspondan, en términos generales, a las leyes que rigen el
proceso objetivo en cuestión. Inmediatamente, aplican estas ideas,
teorías, planes o proyectos a la práctica del mismo proceso
objetivo. Si alcanzan los objetivos planteados, si en la práctica de
este mismo proceso logran hacer realidad las ideas, teorías, planes
o proyectos, o hacerlos realidad en líneas generales, entonces
puede considerarse consumado el movimiento del conocimiento
de este proceso específico. Sin embargo, por lo general, tanto en
la práctica que transforma la naturaleza como en la que
transforma la sociedad, muy rara vez se realizan sin ninguna
alteración las ideas, teorías, planes o proyectos previamente
elaborados por el hombre. Esto se debe a que la gente que se
dedica a la transformación de la realidad está siempre sujeta a
numerosas limitaciones por el desarrollo del propio proceso
objetivo y el grado en que éste se manifiesta. En esta situación,
debido a que en el curso de la práctica se descubren
circunstancias inesperadas, con frecuencia se modifican
parcialmente y a veces incluso completamente las ideas, teorías,
planes o proyectos. Dicho de otra manera, se dan casos en que las
ideas, teorías, planes o proyectos originales no corresponden, en
parte o en todo, a la realidad, son parcial o totalmente erróneos.
Frecuentemente, sólo después de frecuentadas frustraciones se
logra corregir los errores en el conocimiento y hacer concordar a
éste con las leyes del proceso objetivo y, transformar lo subjetivo
en objetivo, obtener en la práctica los resultados esperados.
Circunstancialmente, puede considerarse acabado el movimiento
del conocimiento humano respecto a un proceso objetivo dado en
una etapa determinada de su desarrollo.

En virtud de sus contradicciones y luchas internas, todo proceso,


sea natural o social, avanza y se desarrolla, y, en consonancia con
ello, también tiene que avanzar y desarrollarse el movimiento del
conocimiento humano. En cuanto a los movimientos sociales, los
auténticos dirigentes revolucionarios no sólo deben saber corregir
los errores que se descubran en sus ideas, teorías, planes o
proyectos, sino que, además, cuando un determinado proceso
objetivo avanza y cambia pasando de una etapa de desarrollo a
otra, estos deben saber avanzar y cambiar en su conocimiento
subjetivo, y conseguir que todos los que participan en la revolución
hagan lo mismo, deben saber plantear nuevas tareas y nuevos
proyectos de trabajo.

El idealismo y el materialismo mecanicista, el oportunismo y el


aventurerismo, se caracterizan por la ruptura entre lo subjetivo y
lo objetivo, por la separación entre el conocimiento y la práctica.
La teoría marxista-leninista del conocimiento, no puede dejar de
oponerse categóricamente a estas concepciones erróneas. Los
marxistas reconocen que el desarrollo de cada proceso
determinado es relativo y que en el torrente infinito de la verdad
absoluta, el conocimiento humano de cada proceso determinado
en una etapa dada de desarrollo es sólo una verdad relativa. La
suma total de las incontables verdades relativas constituye la
verdad absoluta.

Todo movimiento dialéctico del mundo objetivo se manifiesta,


tarde o temprano, en el conocimiento humano. En la práctica
social, el proceso de nacimiento, desarrollo y extinción es infinito.
Y así lo es el proceso de nacimiento, desarrollo y extinción en el
conocimiento humano. En forma en que avanza cada vez más lejos
la práctica del hombre que transforma la realidad objetiva de
acuerdo con determinadas ideas, teorías, planes o proyectos, más
y más profundo se va haciendo el conocimiento que de la realidad
objetiva tiene el hombre.

Nunca terminará el movimiento de cambio en el mundo de la


realidad objetiva, y tampoco tendrá fin la cognición de la verdad
por el hombre a través de la práctica.
Descubrir la verdad a través de la práctica y, nuevamente a través
de la práctica, comprobarla y desarrollarla. Partir del conocimiento
sensorial y desarrollarlo activamente convirtiéndolo en
conocimiento racional; luego, partir del conocimiento racional y
guiar activamente la práctica revolucionaria para transformar el
mundo subjetivo y el mundo objetivo. Practicar, conocer, practicar
otra vez y conocer de nuevo. Esta forma se repite en infinitos
ciclos, y, con cada ciclo, el contenido de la práctica y del
conocimiento se eleva a un nivel más alto. Esta es en su conjunto
la teoría materialista dialéctica del conocimiento, y ésta es la
teoría materialista dialéctica de la unidad entre el saber y el hacer.
Universidad Autónoma de Santo Domingo

UASD

Facultad de Ciencias Económicas y Sociales


Escuela de Sociología

Método y técnica de Investigación


SOC-127

Sección: 20

Prof.: Fernando Peña Segura

Br: Ninoshka Carlix Ureña Angeles


Mat: DF-6288

Informe de lectura del ensayo “Sobre la Práctica”


escrito por Mao Tse Tung.

09 de marzo de 2009
Santo Domingo, República Dominicana, UASD,
2009

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