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Resumen PAPELUCHO Dix - Lesico Libro
Resumen PAPELUCHO Dix - Lesico Libro
(Marcela Paz)
-Claro que entendí - le dije - y también le puedo traer más sobres si no tiene.
-No – dijo ella con cara de odio-. Quiero este sobre firmado.
Me lo eché al bolsón y me vine pensando en que seguro que ella quería felicitar a
mi mamá por su hijo. ¿Para qué otra cosa podría escribirle?. Me sentía como
liviano por dentro, con esto de que la mamá de uno tenga un hijo tan choro que
soy yo. Así que llegando le entregué la carta y mientras ella leía yo me quedé
esperando el abrazo.
Por fin terminó y me quedó mirando sin hablar. Sus ojos parecían dos metralletas
mellizas. Yo me reí, siempre esperando alguna cosa.
- Anda a jugar – me dijo sin abrazarme y tampoco me dijo: “anda a hacer tus
tareas” como otras veces. Algo raro pasaba. Al otro día, cuando yo iba saliendo,
me atajó:
-¿De qué estoy enfermo? – pregunté -. No me duele ninguna cosa ni tengo pintas
por ningún lado.
Parece que soy dix-leso que es algo muy choriflay y distinto. En todo caso con
este asunto, el papá y la mamá hablan y hablan de mí, van al colegio a ver a mi
Profe y vuelven furiosos con ella y siguen alegando. De todos modos yo tengo mi
enfermedad propia y nadie me la quita.
Invento 1. La churrasquera jugosa. Ahora que no hay carne podría ser la solución
mundial. Funciona en un helicóptero a bajo vuelo. Automáticamente cae la carne
sobre el motor caliente, se achurrasca y el copiloto la mete en el pan.
Resulta que cuando bajé del peral, ya habían almorzado y apenitas me dio mi
almuerzo la Domi porque le tocaba salida.
- Lo que le falta es bencina – dije, por decir algo y ellos se miraron. Olieron el
motor y se secretaron.
Pero no duró mucho. Por la esquina apareció un carabinero y se acercó con harto
disimulo. De repente miró el taxi y sacó una libreta.
- Ojalá – contesté.
Pero mi papá no estaba así que me llevó a un teléfono y llamó a otro sargento y,
mientras llegaba ese otro caballero nos quedamos vigilando por si aparecían los
gallos dueños del auto. No te muevas del volante – dijo y desapareció por la
esquina. Y luego partí en el auto pero no pude ir muy lejos porque me pillaron y
me llevaron a la comisaría.
Por suerte Dios hizo el son contradictorio de esta vida y pasa al revés de lo que
uno cree que va a pasar. Por eso seguí pensando en la comisaría y hasta en el
calabozo cuando de repente chocamos.
Ya no estaba en el quirófano sino que en un cuarto chico con puras dos camillas:
La mía y la del teniente Albornoz.
Bajé de la camilla y le dije al teniente:- Parece que chocamos – sería bueno salir
de aquí ¿No cree?
Y así lo hicimos, salimos corriendo por los pasillos hasta que, logramos salir y
seguimos corriendo y, no sé como nos dimos un golpe muy fuerte y hasta ahí ya
no recuerdo nada.
Sólo sé que caí en un profundo sueño y creí que había llegado al cielo y que
estaba con Dios.
Una sirlna de buque me sacó de mi sueño. Abrí los ojos y vi que era día claro.
Miré Afuera. Por la ventana empañada asomaban unos tremendos ojos. Salté y
me levanté. Remecí a mi Teniente. ¡Hay un monstruo marciano! – clamé triunfante
- ¡Nos espía!
En eso vimos un jeep, que iba muy rápido y, seguimos la huella cuando de
repente, apareció un camino. Ni sé como pero nos fuimos al pueblo y cuando
llegamos tuvimos que ir a un cuartel de policía. Tuvimos que declarar lo sucedido
y, contar todo con lujo de detalle al Comisario. Luego de todo lo sucedido pude
volver a mi casa, El Teniente me llevó y, cuando llegué estaba la pura Domi y
junto con verme se largó a llorar a chorro y el romadizo ni la dejaba hablar.
- Fue tremendo. Todita la noche sin dormir y averiguando aquí y allá. Hasta salió
su foto en la tv...Y viera cómo llorábamos cuando decían: Cualquier noticia de este
niño avisar a esta emisora o al fono.
En eso llegaron el papá y la mamá y me abrazaron muy fuerte y me dijeron que no
me dejarían nunca más solo.
Hay papás que cuando se les pierde un hijo, le toman un tremendo amor a su
vuelta. Pero los míos no son de esos. Son de los que lo ponen a uno en otro
colegio. Uno no sabe si es por castigo o en premio de que volvió. La cuestión es
que uno se pregunta y no se contesta. El colegio nuevo era mixto, o sea con la
famosa educación Sinsal y uno revuelto con mujeres.
Yo había oído hablar de estos colegios, pero ni les dio bola. Cómo se me iba a
ocurrir que tenía papas descriteriados.
Aquí lo tienen a uno escribiendo y lo que uno piensa se enreda con lo que piensa
que piensan ellas de uno y viceversa. Y también ese modo de mirar de ellas que
es molesto, pero moderno de la educación Sinsal. Total no se puede chutear en
los recreos ni hacer zancadillas ni cosas choras, sino que puramente juegos
mujeriles.
Así que bajan ganas de dar un salto completamente mortal y romper la velocidad
del sonido interplanetario. Y por fin lo da, porque es un mandato ultratérino. Y
entonces se arma la crema.