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Para mi propio Majiktoka, gracias.

A todos los que me

inspiraron, me dieron coraje, y básicamente me patearon

el culo para que escribiera la historia de Vadim y Sasha.

¡Aquí está!
Vadim Miroslav siempre soñó con encontrar a su
compañero, pero nunca esperó que su compañero de lo
encontrara a él. Pero no se dio cuenta de que al reclamar a
Sasha, su vida cambiaría para siempre.

Vadim es cautivado por la naturaleza dulce y dada de su


pequeño sexy compañero. Sasha es sorprendido por la forma en
que Vadim parece respetar su condición de omega.

Vadim nunca quiso ser el alfa de su propia manada. Lo


evitó a toda costa, incluso si eso significaba parecer inadecuado
para su propia manada. Pero, en un intento por salvar a su
reciente compañero, Vadim hace lo que él siempre había tratado
de evitar. Él enfrenta al abusivo alfa de Sasha ... y gana la pelea,
llegando a ser el nuevo alfa de la manada de Sasha. ¿Vadim
podrá tomar el control de la aislada manada de hombres lobo y
aún así mantener a salvo a su compañero?
«¡Dulce infierno, es mi pareja!» Pensó Vadim Miroslav
cuando el pequeño hombre corrió dentro del estudio de su
padre, rápidamente cerró la puerta, y se apoyó contra ella.
Los ojos de Vadim se volvieron negro lupino, sus caninos se
dejaron caer y su polla se llenó. ¡Estaba atónito!

Vadim había soñado con su pareja desde que era lo


suficientemente mayor para saber lo que era tener a alguien
sólo para él. Había fantaseado sobre ese vínculo especial con
alguien, hasta que casi era una obsesión. Sólo que nunca
había imaginado uno tan hermoso. Desde lo más alto de su
cabeza rubia miel hasta la parte inferior de sus pies
delicadamente formados, el pequeño hombre quitaba el
aliento.

Oh, y su esencia. Parte almizcle amaderado, parte dulce


lluvia de verano, todo masculino. Vadim inhaló
profundamente, imprimiendo la maravillosa esencia de su
pareja en sus sentidos. Podría oler al hombre cada segundo
de cada día, hasta que se fuera de este mundo con una
sonrisa de felicidad en su rostro.

Vadim sabía que el olor de su excitación llenaba la


habitación, cuando el magnífico hombre repentinamente se
dio la vuelta, su cara estaba llena de color cuando vio a
Vadim sentado tras el gran escritorio de madera. Sólo se
miraron uno al otro, perdidos en el descubrimiento de su otra
mitad.

Su pene se endureció aún más, al ver que los ojos del


pequeño hombre también se habían vuelto negro lupino y sus
caninos caídos, un colmillo blanco se deslizaba sobre el borde
de su labio. Maldición, eso era sexy. Vadim gruñó bajo en su
garganta, cuando la dulce esencia de excitación del hombre
llenó la habitación entrelazándose con la suya. Estaba tan
excitado como lo estaba Vadim. «¡Sí!»

—Yo… —El hombre comenzó, dando un pequeño paso


hacia Vadim. Un fuerte golpe en la puerta de la oficina lo
detuvo, haciéndolo saltar y volverse a enfrentar a la puerta.
Repentinamente, el miedo anuló la excitación del hombre,
llenando la habitación.

Vadim se puso de pie e hizo gestos sobre el escritorio.


—Ven.

El hombre, con su miedo casi tangible, corrió por la


habitación y se zambulló bajo el escritorio para esconderse.
Vadim rápidamente volvió a sentarse, deslizándose a sí
mismo hacia adelante.

Tomó su copa en una mano, su pluma en la otra, y se


inclinó sobre los papeles que había estado leyendo antes de
que hubiera sido interrumpido. Era todo lo que Vadim podría
hacer para sostener la pluma en sus temblorosos dedos,
mientras sentía la longitud del hombre presionándose entre
sus piernas.

Vadim no quería nada más que arrastrarlo hacia arriba,


rasgar sus ropas fuera, y explorar cada pulgada de su
deliciosa piel. El cuerpo de Vadim hormigueó, y su mente se
nubló mientras trataba de concentrarte en los papeles frente
a él. Casi se traga la lengua cuando sintió una pequeña y
delicada mano acariciando su muslo.
Sabía que la esencia de su excitación llenaba la
habitación. No era algo malo. Podría enmascarar el miedo del
hombre. Pero si el hombre bajo el escritorio no se detenía
pronto, no importaría quién viniese a través de la puerta.
Vadim sería incapaz de detenerse y violarlo.

El golpeteo se hizo más insistente, llamando la atención


de Vadim lejos de su palpitante polla a la indeseada
interferencia. Dio vuelta su cabeza para mirar justo cuando la
puerta se abrió y tres grandes hombres ingresaron
rápidamente.

No era inusual que extraños se quedaran en los


complejos de su padre. Su padre era el alfa de su manada y
un hombre muy importante. Las personas siempre iban y
venían. Sin embargo, Vadim no recordaba haberse reunido
con los hombres que habían entrado a la habitación.

—¿Puedo ayudarlos? —les preguntó con toda la calma


que pudo, considerando que la mano del hombre estaba
envuelta en su pene a través de la hendidura abierta de su
vestimenta. Dejó abajo su copa y se sentó un poco hacia
atrás en su silla, abriendo sus piernas para darle mejor
acceso a su pareja.

Con la densa excitación en el aire, Vadim hizo lo único


en lo que pudo pensar considerando las circunstancias. Dio a
los tres hombres su más sexy sonrisa, les batió sus pestañas.

El más grande de los tres hizo una mueca distante. Oh,


él era uno de esos, la clase de personas que desprecia a los
hombres gay. Uno que los miraba como si fueran basura
porque sentía que era mejor que ellos, y que pensaba que los
hombres nunca deberían acoplarse con otro hombre, sólo con
mujeres. «¡Oh, Yupi!»
—Estamos buscando a nuestro omega. ¿Has visto a
alguien? —preguntó el gran hombre mientras se alejaba un
paso de Vadim. Los otros dos hombres rápidamente revisaron
el baño y la habitación.

—Tú, —contestó Vadim. Así que, su pequeña pareja era


un omega. Vadim sabía que había olido algo diferente en él,
pero había estado tan abrumado al encontrar a su pareja
como para averiguar lo que era. No importaba. El hombrecito
ahora era suyo.

—Además de nosotros.

Vadim podía ver claramente que el gran hombre estaba


exasperado. El aroma de su disgusto irradiaba desde él.

—Puedo decir honestamente que no he visto a nadie


que te pertenezca. —No estaba mintiendo, lo que era bueno
teniendo en cuenta que una mentira podría tener su aroma
como todo lo demás. El sexy hombre bajo el escritorio ya no
era de ellos. Ahora pertenecía a Vadim.

El macho alfa miró a Vadim por varios segundos. Vadim


podía decir que era un alfa por el poder que emanaba de él.
Todos los alfas lo tenían, al igual que todos los omegas tenían
el olor a omega, al igual que su pareja. Vadim sólo esperaba
que su excitación cubriera el olor del omega.

Vadim ahogó un gemido y esperó que sus ojos no se


cruzaran, mientras la mano apretaba fuertemente su polla y
la movía. Cuando un pequeño pulgar se movió suavemente
acariciando hacia arriba la ranura de la parte superior de la
cabeza en forma de hongo, sabía que tenía que hacer que
salieran de la habitación tan pronto como fuera posible.
Estaba a solo unos minutos de venirse.
—¿Te importaría acompañarme? —Dándole al alfa su
mirada más seductora movió sus cejas, gesticulando hacia la
botella de whisky en el escritorio.

El alfa lo miró de arriba abajo, sus labios se


encresparon con disgusto. Abruptamente se volvió y salió
caminando de la habitación, los otros dos hombres lo
siguieron. La puerta se cerró tras ellos con un fuerte ruido.

Vadim esperó unos dos segundos antes de arrastrar la


silla hacia atrás, mirando hacia abajo al pequeño hombre
quien tenía su mano envuelta alrededor de su polla. —Estás
en problemas, —le dijo, y se rió a través de sus apretados
dientes.

El hombre le sonrió a Vadim desde debajo del escritorio.


—Sí, pero aún soy tu pareja. —Vadim pudo ver un indicio de
vulnerabilidad en sus ojos café cobrizo profundo. Se dio
cuenta que su pareja tenía miedo de ser rechazado.

—Oh, ahora definitivamente eres mío. —Vadim sonrió


mientras se inclinaba hacia abajo para tomar los suaves labios
del hombre con los suyos. Oh, maldita sea, sabía tan bien
como olía, todo dulce y picante. Vadim sólo quería comérselo.

Asintió con impaciencia. —Sí, —susurró.

—¿Estás bien con eso? ¿Alguien te ha reclamado


previamente?

El hombre bufó. —Sabes que no funciona así. Habrá


algunas personas que no estarán contentas con esto, pero
eres mi pareja. Aún si quieres, no puedes cambiar eso.

Vadim sonrió. —Eres perfecto, bebé. No quiero


cambiarte.
—Sólo espera, sucederá —El hombre nuevamente se rió
mientras trataba de salir debajo del escritorio. Vadim lo
alcanzó y tiró de él llevándolo a su regazo. El pequeño
hombre se contoneó sobre su regazo, lo que provocó un
profundo gemido de Vadim mientras el hombre se frotaba
contra su dolorida polla.

Vadim se inclinó para capturar nuevamente sus labios


mientras sentaba al hombre en el escritorio, ubicándose
rápidamente entres sus muslos abiertos. Pensó que podía
morir feliz besando a su pareja, hasta que el fuerte agarre en
su polla le recordó que estaba desnudo excepto por su túnica,
y que su pareja no lo estaba.

Sin levantar sus labios de donde estaba saqueando,


empezó a despojar de sus ropas a su compañero. Cualquier
cosa que no pudo sacar, la rasgó lanzando todo al suelo. Una
vez que estuvo desnudo, Vadim empezó a explorar cada
pulgada de piel que sus manos pudieran alcanzar. Tan
pequeño como el hombre era, aún había un montón de piel,
un montón de sedosa y delicada piel desnuda.

—Voy a tomarte ahora, majiktoka, a hacerte mío. —


Vadim gruñó cariñosamente en su lengua nativa. Miró los ojos
de su pareja abrirse por la sorpresa ante el uso de la palabra
„pequeño’, sabiendo que había entendido la palabra
extranjera.

Al ver el suave rubor que cubría la cara de su pareja,


Vadim repentinamente estaba agradecido por la natural
lubricación que producían las glándulas bajo la cabeza de su
polla. Usualmente no tenía lubricante en su estudio.

—Sashenka.
—¿Huh? —Las cejas de Vadim se juntaron en confusión.

—Mi nombre es Sashenka, no pequeño, —refunfuñó—.


Tan lindo como eres, ¿no piensas que lo deberías saberlo
antes de enterrar tu polla en mi culo?

Vadim se rió entre dientes. Su pequeño hombre tenía


una real veta testaruda. Tan grande como era Vadim, la
mayoría de los hombres no tenían el coraje para enfrentarse a
él. Había estado preocupado que su pareja pudiera ser igual.
Pero recién le había probado que estaba equivocado.

Por supuesto, eso no significaba que él quisiera la


abierta insolencia. Él era un hombre dominante, y lo sabía. Su
pequeña pareja también lo sabría pronto. —No me importa
mucho. Aún voy a estar sobre tu culo en unos dos minutos.

Se lamentó de sus palabras inmediatamente cuando vio


el flash de dolor en los ojos de Sashenka, antes de tratar de
enmascararlo al dejar caer sus ojos, asumiendo una distante
mirada. No quería lastimar a su pareja por nada en el mundo.

—Hasta que ponga mi marca en ti y asegurarme que


nadie te aleje de mí. Sashenka, nada más importa.

Shashenka asintió, inclinando su cabeza hacia atrás


mostrando su garganta. Vadim sintió endurecer aún más su
polla ante el gesto de sumisión. Su pequeña pareja no tenía
idea del poderoso afrodisiaco que era. Vadim en ese momento
podría usar su dura polla para clavar clavos. «¡Eso es
condenadamente caliente!»

—Ah, majiktoka, eres perfecto para mí. —Gimió


mientras se inclinaba para deslizar su lengua a lo largo del
cuello de Sashenka, que era largo como el de un cisne—. Voy
a amarte como nadie te ha amado antes.
—Nadie me ha amado antes. —Susurró Sashenka, con
su voz temblando por el deseo.

—¿Qué? ¿Eres virgen? —Eso podría ser un problema.


Vadim ahora estaba tan excitado por su pareja que no sabía
si podría tomarse las cosas lentas y tranquilas.

Shashenka negó con su cabeza. —No, pero nadie me ha


amado antes.

Vadim pudo escuchar la tristeza en la voz de Sashenka.


¡Oh su pobre bebé! Sabía que debía tener cuidado extra con
su pequeño hombre. Necesitaba sentirse acogido y amado.
Pero primero, primero tenía que reclamarlo.

Su sonrisa era casi salvaje mientras se deslizaba por el


pecho de Sashenka, mientras lamía un sendero a lo largo de
su dorada piel. Encontró con sus labios una tetilla de tonos
marrón y tiró gentilmente. Sashenka se volvió salvaje.

Empezó a encorvar frenéticamente sus caderas contra


el estómago de Vadim mientras se aferraba a su cabello. Su
cabeza golpeó el escritorio. Cuando Vadim usó sus dientes
mordiéndolo un poco más fuerte, Sashenka gritó.
Arqueándose hacia Vadim, llenó el espacio entre ellos con su
semilla.

Viendo el orgasmo de su pareja, Vadim estaba más


excitado de lo que podía recordar en su vida. Sashenka en su
placer era impresionante. Quería ver esa apariencia en su
rostro al menos una vez al día, sino más.

Cuando la aturdida mirada comenzó a despejarse de los


ojos de Sashenka miró maravillado a Vadim. —Bien, eso
nunca había pasado antes. Eso fue… eso fue… ¡Wow!
—¿Nunca antes habías tenido un orgasmo? Pero pensé
que habías dicho que no eras virgen.

—No lo soy. Sólo que esto nunca había pasado antes.

—¿Qué tan viejo eres?

Sashenka negó con la cabeza. —Tengo veinticinco. ¿Por


qué?

—¿Y nunca habías tenido un orgasmo? ¿Nunca has


jugado contigo mismo? O tal vez con otro, —no podía decirlo.
El simple pensamiento de Sashenka teniendo a otro amante lo
hacía ver rojo.

—No. A mis compañeros anteriores no les importaba


mucho si yo disfrutaba o no. —Sashenka respondió como si
no hubiera dicho nada por lo que Vadim tenía que mirarlo con
asombro. Su boca se abrió y cerró mientras trataba de pensar
que decir ante eso. Luego sonrió.

—Eso está por cambiar.

—¿Promesa? —Sashenka murmuró, rogando a Vadim


con sus ojos.

—Definitivamente. —Vadim sonrió mientras se inclinaba


para tomar nuevamente la tetilla de Sashenka en su boca.
Fue recompensado con un profundo gemido de su pareja
mientras arremolinaba su lengua a través del pequeño y duro
nudo.

Vadim recorrió con sus manos los costados de Sashenka


hacia abajo, pasando de sus caderas a sus muslos.
Agarrándolos, empujándolos hacia arriba y afuera, aun
cuando se deslizaba hacia abajo, hasta la sobresaliente polla
de Sashenka que estaba reviviendo frente a él.
—Joder Sasha, eres perfecto. —Y lo era. Tenía una
hermosa cabeza de seta lo suficientemente larga y gruesa.
¡Oh sí! Vadim iba a divertirse con esto. Se inclinó y golpeó
con su lengua la parte superior.

Vadim saboreó una pequeña gota de líquido desde la


pequeña hendidura en la parte superior, ambrosía. Podría
rápidamente convertirse en un adicto a la forma en que Sasha
sabía. Lamió a su manera alrededor de la cabeza y hacia
abajo a los lados de las gruesas venas.

Mientras se movía hacia abajo a lamer las bolas de


Sasha, ellas subieron apretadas a su cuerpo. Sasha gritó otra
vez, sus muslos temblaban. Vadim liberó la cabeza justo a
tiempo para ver disparar de la pulsante polla de Sashenka,
blancas perlas de semilla sobre su estómago.

„¡Maldición!‟ Acababa de venirse otra vez. Esperando


sacar provecho de la eufórica sensación que Sasha estaba
experimentando. Vadim bajó su cabeza y lamió su pequeño y
fruncido agujero. Lo golpeó con su lengua varias veces, todo
por el deleite de su pareja.

Antes de que el grito de liberación incluso pudiera


calmarse, Sasha nuevamente estaba gimiendo mientras
Vadim empujaba un dedo dentro de su apretado agujero, y a
continuación otro, para luego moverlos juntos. Un tercer dedo
tenía a Sasha empujando sus caderas hacia Vadim.

Vadim se puso de pie entre los muslos de Sasha.


Retirando sus dedos, rápidamente agarró su polla y empujó
contra la ansiosa entrada de Sashenka. Sosteniendo su
cadera con una mano, miró hacia abajo a su pareja.

—¿Estás listo para mí, majiktoka?


Sasha asintió rápidamente.

—Dilo, Sasha, di que quieres que te reclame como mi


pareja, —demandó Vadim.

—¡Sí! ¡Oh demonios, sí, reclámame! —gritó.

Era todo lo que necesitaba escuchar. Guiándose hacia


dentro, Vadim empujó con sus caderas, pasando el primer
anillo y luego más, hasta estar asentado todo el camino
dentro de su pareja. ¡Oh mierda! La sensación era increíble.

Tirando hacia afuera hasta que sólo la cabeza


permanecía dentro, cogió las dos piernas de Sasha
empujándolas contra su pecho. Luego se empujó de regreso
dentro, lentamente, pulgada tras maravillosa pulgada. Salió
nuevamente repitiendo el lento proceso hasta que Sasha
estaba casi loco de necesidad.

—¡Por favor! —suplicó.

Vadim supo que él no sabía que estaba pidiendo, justo


lo que necesitaba. Ajustando las piernas de Sasha alrededor
de su cintura se inclinó sobre él hasta que sus pechos se
presionaron juntos, con su cara entre la suave piel entre el
cuello y hombro de Sasha.

Cuando olió el profundo aroma de la excitación de su


pareja, sus movimientos se hicieron más frenéticos. Sabía
que estaba cerca de concluir, al igual que Sasha. Quería que
culminaran juntos mientras lo reclamaba.

Sintiendo el comienzo de su propio clímax gruñó en el


oído de Sasha. —Ahora, majiktoka, llega por mí.

Él hundió sus largos caninos en la suave carne frente a


él, mientras escuchaba a Sasha gritar su liberación.
Empujando profundamente una vez más gruñó entre dientes
mientras llenaba a Sasha, el dulce sabor de su pareja
incrementó su placer diez veces.

«Está hecho, está hecho, está hecho», —Vadim pudo


oírlo repetir en su cabeza una y otra vez.

Gruñó, retirando sus caninos del cuello de Sasha,


suavizando con su lengua la ruda mordedura. Levantando su
cabeza miró hacia abajo a la tensa cara de su compañero,
una amplia sonrisa en sus labios.

—Está hecho, Sasha. Ahora eres mío y nadie puede


alejarte de mí. Eres mío para siempre.

—¿Para siempre? —susurró Sasha en su mente.

—Sí, majiktoka, para siempre, —respondió Vadim,


usando su vínculo mental para hablar con su pareja. Ser
capaz de hablar con su pareja a un nivel que nadie podía, ¡Era
glorioso!

Pero había mucho más en la unión de acoplamiento que


sólo hablar telepáticamente entre ellos. Siempre sería capaz
de sentir las emociones de Sasha, saber si estaba triste o
alegre, molesto o excitado. Incluso podía saber si su pareja
estaba enojado, como ahora.

—¿Qué sucede, Sasha? —preguntó mientras se retiraba


de su bebé y se paraba derecho. Levantó a Sasha hasta que
estuvo sentado en el borde del escritorio, envolviendo un
fuerte brazo a su alrededor, tirando de él contra su pecho.

—¿Cuál es tu nombre? —murmuró.

Vadim empezó a reír.


—¿Qué es tan gracioso? —preguntó Sashenka mientras
se apoyaba hacia atrás en sus brazos para mirarlo.

—¿No crees que deberías haber preguntado eso antes


de que te reclamara? —Vadim vio con un poco de diversión
cómo la cara de Sashenka se ruborizaba. Se veía tan
avergonzado que Vadim decidió tener piedad de él.

—Vadim Miroslav, pero la mayoría de la gente me llama


Vad.

Sasha le sonrió a Vadim. El pequeño brillo diabólico que


llegó a sus ojos hizo gemir a Vadim. Había creado a un
monstruo. Sabía lo que vendría incluso antes de que Sasha
comenzara a hablar.

—¿Podemos hacerlo otra vez?

Gimió, empujando la cabeza de Sasha de vuelta a su


pecho. Besó la parte superior de su cabeza dorada. —Cada
vez que quieras, majiktoka.

—¿Ahora?

Empujando a Sasha hacia atrás en la superficie del


escritorio, Vadim enmarcó su cara con sus manos. —Sabía
que ibas a ser un problema en el minuto en que te vi.

Sasha le sonrió. —Pero ahora soy problema tuyo.


Abriendo sus ojos lentamente, por un breve momento
Sasha no supo dónde estaba. Cuando sintió un gran cuerpo
moverse detrás, un brazo cayó sobre él, de repente el miedo
lo llenó hasta que los recuerdos de la noche anterior
comenzaron a inundarlo.

Dejó escapar un profundo suspiro mientras se relajaba


contra el duro cuerpo de Vadim. Él estaba acoplado. El Alfa
Valeriya ya no podía llegar a él. Ahora le pertenecía a Vadim,
aunque no estaba seguro de que el Alfa Valeriya viera eso
como un obstáculo.

El Alfa Valeriya estaba acostumbrado a tener lo que


quería y él quería a Sasha. Era casi una obsesión para él. En
los últimos años, había hecho la vida de Sasha un infierno,
teniéndolo, siguiéndolo y dictándole a la manada que él
estaba fuera de los límites, incluso como amigo.

El Alfa Valeriya lo quería por algo, aunque Sasha no


sabía por qué. Y estaba haciendo casi lo imposible para
conseguir llevarse a Sasha. Casi no le quedaban ideas a
Sasha.

Había intentado todo lo que podía pensar para escapar,


como ocultarse en un barco de pesca, contratando un bote
para que lo llevara lejos, e incluso sobornando a otros
miembros de la manada para que lo ayudaran a escapar.
Había sido atrapado en todas las oportunidades.
El alfa había causado que Sasha perdiera su empleo.
Había dictaminado que a Sasha no le estaba permitido
trabajar. Nadie podía contratarlo. Se había llevado todo el
dinero que había ahorrado durante meses. Tenía que confiar
en el alfa para obtener su comida. Era humillante.

Gracias a la orden del alfa, se había convertido en un


paria social. A ninguno de sus amigos se le permitía visitarlo,
o saludarlo en la calle, a él no se le permitía salir y socializar
con otros. No tenía su propia familia. Incluso a sus padres
adoptivos les habían advertido que se alejaran. Él se había
separado de todo y de todos.

Él aún no entendía por qué se le había ordenado venir a


este viaje con el alfa y sus matones, a menos que fuera solo
para mantener un ojo en Sasha. Nunca se le había permitido
salir sin escolta y nunca fuera de la isla.

Ahora, sin embargo, tenía a Vadim. Él estaba acoplado.


El acoplamiento en el mundo de los lobos era un vínculo
sagrado que desautorizaba incluso los deseos del alfa. No
importaba si él o ella se emparejaban con alguien extraño a
su manada inmediata. Todo el mundo respetaba el vínculo, tal
vez todos excepto el Alfa Valeriya. Sasha no estaba seguro de
que respetaría el vínculo que ahora Sasha tenía con Vadim.

Ese pensamiento asustó tanto a Sasha que sintió las


lágrimas caer de sus ojos. Sabía cuán vengativo podía ser el
Alfa Valeriya. Lo había visto una y otra vez cuando algunos en
su manada habían tratado de ayudarlo. Tenía miedo de que el
Alfa Valeriya pudiera ir tras Vadim.

Iba a estar muy molesto cuando se enterara que Sasha


se había acoplado con alguien extraño a la manada. Tampoco
es que hubiese permitido que Sasha se acoplara con alguien
dentro de la manada. Sasha tenía veinticinco años, y nunca
había tenido una cita. El alfa se había asegurado de eso.

El único contacto físico que él había tenido fue con el


alfa y aquellos de su círculo íntimo, y Sasha había odiado
cada momento de eso. El sexo en si no era tan malo, pero al
menos le habría gustado elegir con quién tenía relaciones
sexuales.

Sasha sabía que era un omega, pero de alguna manera,


también sabía que el alfa estaba equivocado en lo que eso
significaba. Según el Alfa Valeriya, el omega de la manada era
quien se hacía cargo de las necesidades del círculo interno,
sexuales y de otra índole, y de quien el alfa decidiera
recompensar.

Eso sólo se sentía errado. No era que le importara


cuidar de las personas. Eso era para lo que era bueno. Lo
disfrutaba. Pero sentía que debía incluir a toda la manada, no
sólo a su círculo interno. Y no necesariamente de un modo
sexual.

El omega debería estar ahí para todos, para ayudar


cuando se sentían mal, para calmarlos cuando estaban
molestos y para actuar como mediador entre las personas.
Eso no significaba que debía tener relaciones sexuales con
ellos, sólo debía estar ahí para ellos.

Por supuesto, cada vez que lo intentó, el Alfa Valeriya lo


había castigado, usualmente entregándolo a uno de sus
secuaces para que jugara con él. La mayoría de ellos no
fueron muy amables. Sasha había sido lastimado en más de
una ocasión. Afortunadamente, los cambia forma sanaban
rápido.
Sasha se deslizó hasta que estuvo sentado en el borde
de la cama. El ruido de Vadim girando sobre su espalda hizo
que Sasha lo mirara por encima de su hombro. Maldición, él
era sexy. Sasha aún no podía creer que estaba acoplado con
este gran hombre.

Y él era grande. Sasha había pensado que el Alfa


Valeriya era un hombre grande de 6 pies1 , pero Vadim se
elevaba sobre él por varias pulgadas. Sasha dudaba que él
llegara a la mitad del pecho del hombre.

Y qué magnífico torso tenía Vadim, todo duro y


ondulado con una pequeña cantidad de vello oscuro que se
arrastraba hacia su estómago y bajo las mantas. Sasha ahogó
una carcajada al recordar que conocía íntimamente hacia
donde llevaba ese vello. Anoche había explorado cada pulgada
de su sexy compañero, en varias ocasiones.

Las molestias y dolor en su cuerpo le decían que había


sido explorado de igual manera. Pero eran buenas molestias y
dolores. Cada una le decía que había sido completamente
reclamado por su nueva pareja, Vadim.

Renuente dejó a su pareja dormir, Sasha se levantó y


se dirigió a la ducha. Tenía que limpiarse y obtener algo de
comida antes de que se echara a perder. Después de
encender el agua caliente, se paró bajo el agua tomando el
jabón mientras tarareaba feliz una canción.

Estaba enjuagando el jabón de su cara cuando sintió


dos largos brazos envolviéndose alrededor de él desde atrás.
Sasha gritó y empezó a retorcerse hasta que escuchó en su
cabeza la risa en la voz de Vadim.

1
1,83 cm.
—Ssshhh, majiktoka, sólo soy yo.

Desplomándose contra Vadim, Sasha envolvió sus


brazos alrededor de su pareja y enterró su cabeza en su
pecho. Le tomó varias respiraciones calmarse antes de
palmear a Vadim en el pecho. —¡Maldición Vadim, no hagas
eso!

—¿Qué no haga qué, majiktoka? —preguntó mientras


sus manos se deslizaban por el mojado cuerpo de Sasha hacia
abajo. Se agachó para apretar el culo de Sasha, y movió uno
de sus dedos hacia abajo entre sus mejillas para acariciar su
agujero—. ¿Que no haga esto? —preguntó mientras
lentamente empujaba dentro su dedo, moviéndolo alrededor
varias veces antes de añadir otro.

—¡Maldita sea, Vadi! —Sasha exclamó mientras su


cabeza cayó hacia atrás cuando Vadim añadió un tercer dedo
estirándolo. Él nunca supo que podía sentirse tan bien.

—¿Esto es lo que se supone que no tengo que hacer? —


preguntó Vadim mientras sacaba sus dedos. Levantando a
Sasha en sus brazos y presionando su espalda contra la pared
de la ducha antes de empalarlo rápidamente con su dura
polla.

Sosteniendo a Sasha por el culo, Vadim comenzó a


empujar dentro de él, con movimientos rápidos y frenéticos.
Su repentino y profundo gruñido tuvo a Sasha riéndose y
dejando caer su cabeza hacia un lado para descubrir su cuello
a Vadim.

Podía sentir su adolorida polla frotándose entre sus


cuerpos, cada empuje de las caderas de Vadim acariciaba la
sensible cabeza con el suave vello de su vientre. Era casi tan
bueno como tener la mano de Vadim envuelta a su alrededor.

Él estaba tan cerca. Sus testículos se acercaron a su


cuerpo. Sólo un poco más, era todo lo que necesitaba, sólo un
poco más.

—Vadi, —gritó desesperadamente, aferrándose a los


hombros de Vadim.

Vadim movió las piernas de Sasha sobre sus brazos


cambiando el ángulo de sus empujes, sus manos aún
agarraban su culo. Sasha vio estrellas cuando Vadim comenzó
a golpear otra vez dentro de él, llegando a su dulce punto con
cada duro empuje.

¡Eso fue todo! Eso era lo que necesitaba. Sasha gritó su


clímax, haciendo erupción entre ellos mientras Vadim hundía
sus dientes en la marca de acoplamiento en sus hombros. Sus
ojos estaban aturdidos, y sus colmillos se dejaron caer
mientras Vadim continuaba golpeando dentro de él a un ritmo
vertiginoso.

Sasha no pudo evitarlo. Aunque se sentía vinculado a


Vadim de una manera que nunca había sentido antes,
necesitaba más. Inclinándose hacia adelante, mordió entre la
suave carne entre el cuello y hombro de Vadim, dejando su
propia marca de acoplamiento en él.

Mientras los colmillos de Sasha se hundían, escuchó a


Vadim rugir su liberación. El explosivo orgasmo de Vadim,
llenó a Sasha mientras sus dedos apretaban la carne debajo
de ellos. Vadim se estremeció cuando Sasha retiró sus dientes
y recorrió con su lengua la marca de la mordedura.

—¡Joder, Sasha, eres perfecto para mí! —Gruñó Vadim


mientras lentamente bajaba a Sasha con sus temblorosas
piernas en el suelo de la ducha.

Sasha se rió mientras alcanzaba el champú. —Eso va a


cambiar.

Vadim sacudió su cabeza aun cuando se sentaba en el


pequeño asiento de la ducha y ladeó la cabeza hacia atrás
para que Sasha comenzara a lavar su cabello. —No lo creo,
majiktoka. No creo que haya nada que puedas hacer o decir
para que cambie mi opinión sobre ti.

—Espera por ello. —Sasha se rió alegremente mientras


comenzaba a enjabonar el pelo de Vadim, sus dedos
masajeaban gentilmente su cuero cabelludo.

Vadim giró ligeramente su cabeza para mirar hacia


atrás a Sasha. —Puedo ver que vas a ser un problema.

—Te lo dije. —Se rió Sasha—. Ahora inclínate hacia


atrás para que pueda enjuagar tu pelo.

Vadim inclinó la cabeza hacia atrás permitiéndole a


Sasha aclarar el jabón de su pelo. Nunca pensó que podría
obtener tanto placer sólo porque alguien lavara su cabello. Se
sorprendía de cuánto podía significar para él tener una pareja.

Se preguntaba qué otras cosas podrían cambiar con


Sasha en su vida. Sabía que ahora no podría estar nunca más
con otra persona. No tenía deseos de hacerlo. Nadie más se
podía comparar al apretado pequeño cuerpo de su pareja.

Nunca se había dado cuenta de lo sexy que los hombres


pequeños podrían ser. Usualmente iba a por hombres más
robustos, del tipo motorista. Nunca imaginó que un hombre
que apenas le llegaba a la mitad de su pecho pudiera atrapar
completamente su atención.

Sin embargo, Sasha era perfecto. Sus largas y ágiles


piernas, su ondulante pecho y abdomen, y su apretado culo.
Incluso la suave piel sin vello que cubría su cuerpo encendía a
Vadim. Sólo mirarlo tenía la polla de Vadim endurecida.

Quería tomarlo otra vez, pero supuso estaba lo


suficientemente adolorido. Precisamente no había sido fácil
para él desde que lo había reclamado. Era mejor darle un
poco de tiempo antes de tomarlo otra vez. No quería que se
sintiera incómodo.

Una vez que Sasha terminó de lavar su pelo, Vadim


rápidamente se enjabonó y enjuagó. Necesitaba salir de la
ducha y hacer que ambos estuvieran vestidos tan pronto
como fuera posible, si iba a tener cualquier esperanza de
mantener sus manos lejos de Sasha.

Cerrando el grifo del agua, alcanzó una toalla secándose


rápidamente. Fue todo lo que pudo hacer para no mirar a
Sasha secarse, porque él sabía que si lo hacía, nunca saldría
del baño sin atacar nuevamente a su pareja.

Después de tirar la toalla en el cesto, caminó de regreso


a la cómoda de la habitación. Estaba vestido antes de que
Sasha entrara a la habitación. Tratando de mantenerse
ocupado y la mirada lejos de Sasha, desvistió la cama y tiró
las sábanas en el cesto del baño.

Caminando de regreso a la habitación, encontró a


Sasha vestido y sentado a un lado de la cama, retorciendo
nerviosamente sus manos en su regazo. La cabeza inclinada
de Sasha y el sentimiento de desolación detuvieron los pasos
de Vadim.

—¿Sasha? ¿Qué sucede? —Preguntó, acercándose para


sentarse cerca de él.

Sasha encogió los hombros. Vadim se acercó y agarró


una de las pequeñas manos de Sasha entre las suyas. Él no
iba a tomar eso como una respuesta. —Habla conmigo,
majiktoka. ¿Qué te está molestando?

—¿Qué fue lo que hice? Si no me lo dices, ¿Cómo puedo


solucionarlo?

—Bebé, no hiciste nada. ¿Por qué piensas eso?

Sasha nuevamente se encogió de hombros. Bueno, esa


todavía no era una respuesta. Vadim lo alcanzó, levantando a
Sasha para sentarlo en su regazo. Envolvió con sus dos
brazos a Sasha y metió la rubia cabeza bajo su barbilla. —
Dime. Sabes que no debería haber secretos entre nosotros.

Sasha se quedó en silencio por un instante antes de


hablar. —¿Fue porque te mordí? ¿Por eso es que estás
molesto conmigo? No era mi intención hacerlo. Sólo no pude
evitarlo. No lo haré otra vez. Lo prometo.

—Sasha, no estoy molesto contigo. ¿Por qué piensas


eso? Y la marca de la mordedura, fue caliente. De verdad,
nunca pensé en tener una, pero ahora que la tengo, me
alegro de que lo hicieras. Dejaré que todos sepan que me has
reclamado tanto como yo te he reclamado a ti. En nuestro
mundo, es mejor que un anillo de bodas, aunque tampoco me
molestaría tener uno de esos.

—¿No estás enojado conmigo? Entonces, ¿por qué me


ignoraste? —preguntó Sasha mientras miraba hacia Vadim
con confusión, sus cejas rubio miel se reunieron en un ceño
fruncido.

Vadim cerró sus ojos brevemente con remordimiento


antes de abrirlos y mirar hacia abajo. —Lo siento, majiktoka.
No es tu culpa. Bueno, es tu culpa, pero no de la forma que
crees.

—¿Qué hice mal? —Gritó Sasha.

—Oh, Sasha, no hiciste nada malo. Has hecho todo


bien. No, majiktoka, no es nada que hayas hecho. No estaba
tratando de ignorarte exactamente, pero… —él lo evadió.

—¿Qué?

—No puedo mantener mis manos lejos de ti. Cada vez


que te veo o te huelo, te quiero. ¿No lo entiendes? Estoy
tratando de no tomarte otra vez. Ya te he tenido tantas veces
en las últimas doce horas que ya debes estar dolorido. No
quiero lastimarte.

Vadim no sabía qué esperar de cuál podría ser la


repuesta de Sasha, tal vez molestia de que no pudiera
controlarse. Incluso un poco de ira. Ciertamente no esperaba
que Sasha saltara a sus pies y empezara a gritarle.

—¿Tú qué? ¿Me ignoraste porque estabas excitado por


mí? ¿Qué clase de mierda es esa? ¿Pensaste siquiera
preguntarme si estaba dolorido o no?

Vadim lo miró divertido y un poco atemorizado,


mientras Sasha se paseaba enfrente de él, con las manos
firmemente colocadas en su cintura. Su pequeña pareja
estaba claramente molesta. Vadim no sabía si regañarle por
ser irrespetuoso o abrazarlo por ser tan adorable.

—¿Pensaste alguna vez que yo podía estar pasando por


lo mismo que tú? ¿Que estaba tan excitado como lo estabas
tú? ¡No! Sólo comenzaste a ignorarme, sin mirarme o hablar
conmigo. ¿Tienes alguna idea de lo que eso me hizo sentir?
Nos acabamos de acoplar ayer. ¿Cómo se supone que sepa
que no quieres lastimarme?

Cuando Vadim vio las lágrimas cayendo por la cara de


Sasha, rápidamente lo tomó y lo empujó de regreso a sus
brazos. Acarició nuevamente a Sasha tratando de calmarlo.

—Lo siento, majiktoka, no fue mi intención hacerte


sentir mal. Estaba tratando de cuidarte, no que te molestaras.
No te enojes conmigo.

Sasha golpeó el pecho de Vadim con frustración. —No


estoy enojado contigo. Sólo… no hagas eso de nuevo.

—No lo haré, majiktoka, lo prometo. La próxima vez, te


lo voy a decir antes de ignorarte.

Vadim observaba divertido cómo la boca de Sasha se


abrió brevemente antes de cerrarse. Sasha lo fulminó con la
mirada antes de que una pequeña sonrisa se deslizara por su
boca. —Tienes una boca insolente.

—¿La tengo? —preguntó Vadim sorprendido.

—Sí, y más tarde me tomaré el tiempo que quieras


explorando esa boca, pero ahora, necesito algo más aparte de
tu polla. Estoy hambriento. Aliméntame.

Vadim gimió ante la imagen de su polla en la boca de


Sasha. Abrazó brevemente a Sasha antes de pararse,
asentándolo en sus pies. —No digas boca y polla en la misma
frase a menos que no quieras dejar nunca esta habitación.

—¿Servicio de habitaciones? —Sasha se rió, sus ojos


centellearon.

Vadim estaba sorprendido por el pequeño brillo


diabólico en los ojos de Sasha mientras miraba a Vadim sobre
el sándwich que se estaba comiendo.

Vadim lo vio deslizarse en su asiento para luego sentir


un pequeño pie presionándose contra su ingle. Sus ojos
abruptamente en Sasha. Él levantó una ceja ante la sonrisa
en la cara de Sasha.

—¡Sasha! No deberías poner tu pie ahí mientras


estamos comiendo —gruñó Vadim. Metió la mano debajo de la
mesa y agarró el pie de Sasha. Extendió sus muslos, y
repentinamente colocó el pie de Sasha sobre su dura polla—.
Aquí es donde debería estar. —Rió entre dientes, viendo el
inesperado rubor cubrir el rostro de Sasha. Un momento
después estaba gimiendo cuando Sasha comenzó a mover los
dedos de su pie contra él, masajeando gentilmente la cabeza
de su pene.

Sasha le sonreía cuando alguien aclaró su garganta


detrás de él. Sasha saltó por la sorpresa y dejó caer su
sándwich en el plato, corriendo alrededor de la mesa para
pararse cerca de Vadim.

Sintiendo la aprehensión de su pareja, Vadim tomó la


mano de Sasha y la apretó brevemente. —Relájate,
majiktoka, él es un buen amigo mío.

—¿Qué tan buen amigo es? —preguntó Sasha vacilante.

—No más que un amigo, —respondió Vadim, sintiendo


la agitación de Sasha—. Nunca te compartiré, Sasha. Me
perteneces a mí y sólo a mí.

Vadim pudo sentir a Sasha relajarse cerca de él, su


postura pasó de rígida y nerviosa a amigable, pero no
demasiado amigable. Estaba más cómodo, pero aún cauto.

—No quiero estar con nadie excepto tú otra vez, Vadim,


por favor.

—No lo harás, majiktoka. Ahora eres mío, y no juego


bien con otros.

Sasha sonrió. —Oh, yo no sé nada de eso. Parecías


jugar bastante bien anoche, —dijo Sasha en voz alta.

La boca de Vadim cayó abierta. Sasha era toda una


sorpresa para él. En un minuto era precavido y asustado, al
siguiente era completamente sexy. Gruñó mientras empujaba
a Sasha para que se sentara en su regazo.

—Compórtate antes de que tenga que hacer algo malo.


—Sonrió mientras golpeaba con fuerza el culo de Sasha,
jugando.

—Hmm, me gustaría ver eso. —Sasha se rió, moviendo


su culo en el regazo de Vadim.

—¿Encontraste un juguete para jugar, Vadim? —Dijo


una divertida voz desde el umbral de la puerta, recordándoles
que tenían audiencia. Vadim levantó la vista para fruncirle el
ceño a su mejor amigo. Viktor Stylianos, quien caminó a
través de la habitación para sentarse en la vacía silla de
Sasha.

—¡No soy un juguete! —escupió Sasha entre sus


apretados dientes, cruzando sus brazos por en su pecho. Miró
al hombre, haciendo claro su disgusto en sus ojos.

—Por supuesto que no, cariño. Estoy seguro que


siempre te sientas en el regazo de los hombres y juegas con
ellos, —respondió Viktor con una lasciva sonrisa mientras le
sonreía a Sasha. A Vadim no le gustó la manera en la que vio
de arriba abajo a Sasha como si fuera un pedazo de carne.

—Viktor, sería más seguro para tu salud si te abstienes


de hacer insinuaciones a mi pareja. Tú más que nadie debería
saber que yo no comparto. ¡Nunca! Si quieres mantener los
dientes en tu boca, te sugiero retires los ojos de mi Sasha.

—¿Tú pareja? ¿Encontraste a tú pareja? —preguntó


Viktor asombrado, mientras rápidamente se volvió para mirar
la marca de acoplamiento en el cuello de Sasha, poniéndose
rojo cuando vio en el espejo la marca en el cuello de Vadim.

Giró sus sorprendidos ojos a Vadim. —¿Dejaste que te


marcara?

Vadim no podía entender el asombro de Viktor. Era


inaudito que alguien de su rango permitiera que su pareja lo
marcara. Por lo general su círculo cercano era el marcado, no
al revés.

—Por supuesto. Él es mi pareja. Eso lo hace igual a mis


ojos. Además, es un omega.

—¿Estás acoplado a un omega? Maldición, ¿cómo lo


hiciste? —Vik negó con su cabeza asombrado—. Debes haber
hecho algo bien en tu vida anterior. ¡Maldito afortunado!

Cuando Viktor miró nuevamente a Sasha, Vadim sonrió


ante el respeto en su mirada. Él estaba orgulloso del hecho de
que su pareja fuera un omega.

—Felicitaciones por tu acoplamiento, Sasha —dijo


Viktor—. Espero que tú y Vadim tengan muchos años juntos.

—¿Qué tiene que ver el que yo sea un omega?

Vik lo miró sorprendido, levantando sus cejas. —Qué…

—Sasha, eres un omega. Eso te hace muy especial.

—No si eso significa que me compartes con quien


desees. Dijiste que no harías eso. No quiero estar con nadie
más. Ya te lo dije.

—Sasha, dije que no te compartiría, y no lo haré. Pero


el ser un omega te hace especial, —contestó Vadim mientras
acariciaba con sus manos la espalda de Sasha tratando de
calmarlo.

—¿Cómo?

Vadim miró a Viktor, viendo en su cara la misma


preocupación que él estaba sintiendo. ¿Cómo es que Sasha no
sabía lo que significaba ser un omega? ¿Qué había estado
haciendo su alfa con su pareja?

—Sasha, ¿qué crees significa ser un omega? —preguntó


con cautela.

—Como omega, soy responsable de cuidar de todas las


necesidades del círculo interno, sexuales u otras, como
también de cualquier persona al que el alfa decida
recompensar. —Susurró, escondiendo su cara en el cuello de
Vadim debido a la vergüenza. Sonaba como si repitiera una
declaración hecha por otra persona.

La mano de Vadim suavemente acarició la parte


posterior de la cabeza de Sasha mientras miraba con los ojos
llenos de lágrima a Viktor. Viktor negó con su cabeza como si
no entendiera. Vadim tampoco lo hacía. Nunca había
escuchado que un omega fuera tratado de una manera tan
horrible.

—Sasha, —comenzó suavemente Vadim—, ¿quién te


dijo lo que hacía un omega?

—El Alfa Valeriya. Cada vez que me rehusé, algo malo


podría pasarle a alguien de la manada. El Alfa Valeriya, decía
que era mi deber con la manada, ayudar a mantener la paz.

—Qué te… —Vadim se aclaró su garganta—. ¿Qué te


hizo hacer, majiktoka?

—¿Podemos no hablar sobre eso, Vadim? ¿Por favor? —


le susurró a Vadim a través de su vínculo de acoplamiento.

Vadim le dio una palmadita en su espalda, y sintió la


agitación de Sasha, sacudió su cabeza a Viktor. —Está bien,
majiktoka, ahora no hablaremos de eso. Pero eventualmente
tendremos que discutirlo. Necesito saber estas cosas, bebé.

—Gracias.

—¿Qué tal si te digo cómo vemos el rol del omega en


nuestra manada?, creo que es un poco diferente que en tu
manada. No todo el mundo ve las cosas como lo hacemos
nosotros, pero la mayoría de las manadas lo hace. En el
pasado, los omegas eran lo más bajo de lo bajo. Ellos eran la
válvula de escape para la frustración y agresión de todo el
mundo.

Sasha asintió.

—Sin embargo, hace algunos años descubrimos que los


omegas eran mejores sirviendo en un rol diferente. Los
omegas como tú, tienen la habilidad única de calmar a las
personas. Son grandes intermediarios y embajadores. Ellos
mantienen a las personas para que no se sientan agresivos,
Supongo que podrías llamarlos empáticos de agresión.

—¿Empáticos de agresión? —preguntó Sasha,


levantando su cabeza para mirar a Vadim.

—Seguro. ¿Nunca has estado en una habitación, y has


sido capaz de decir quién estaba listo para pelear y quién no?

—Por supuesto.

—Bueno, ahí lo tienes. —Despejó el pelo hacia atrás de


la cara de Sasha—. Junto a la pareja del alfa en mi manada y
en el círculo interno, nuestro omega es el miembro más
importante de nuestra manada. Él o ella ayudan a mantener
la paz entre todos nosotros, especialmente cuando las
personas se están sintiendo agresivas.

—¿Compartes a tu omega con aquellos que están


dentro del círculo interno?

—No, bebé, no lo hacemos. No compartimos a nadie


que no quiera ser compartido. Juliana, nuestra omega, es una
gran dama. También está acoplada con uno de nuestros
betas. Y puedo decirte, que él nunca la compartiría con nadie,
ni siquiera con nuestro alfa.

Vadim pudo sentir cómo Sasha comenzaba a relajarse


contra él. —Descansa con seguridad, Sasha. Yo tampoco te
compartiré. No me importa quién te quiera. Tú me
perteneces. Eso está por encima de todo, incluyendo lo que
tu alfa diga.

Sasha agitó su cabeza, comenzando a reír. —No


conoces a mi alfa. Es un ególatra que piensa que él gobierna
el mundo. No renunciará a mí fácilmente. Espero que estés
preparado para eso. Tiene algún tipo de obsesión por mí.
Supongo que podrías llamarlo así.

—¿Obsesión? Como si estuviera loco por ti o… —


preguntó Viktor.

—No sé si necesariamente pudiera ser eso. Pero


ciertamente se excita por mí, algunas veces es temible.

Vadim se rió. —¿Quién no lo hace? —Encorvó sus


caderas un par de veces contra el culo de Sasha—. He tenido
una erección por ti desde el momento en que me encontré
contigo, y no parece que se vaya a ir pronto.

—Dios, sólo puedo esperar. —Sasha se dio una palmada


en la boca muy rápido, como si se hubiese dado cuenta de
repente de lo que había dicho. Sus ojos se encontraron con
los de Vadim. Vadim sólo sonrió.

—Lo siento. Mi boca algunas veces tiende a escaparse


por sí misma.

—Créeme, majiktoka. No me podría importar menos. —


Vadim se echó a reír.

—Habla por ti mismo, degenerado. Alguno de nosotros


no tenemos a nadie que revolucione nuestros motores, —
Viktor respondió secamente, agarrando un pedazo de
manzana y lanzándola dentro de su boca.
Sasha se giró para volver la mirada y ver a Vik. —¿Te
gustan los chicos o las chicas? Porque conozco a un par de
ellos que les encantaría mirar bajo tu capó. Tal vez darte un
cambio de aceite o cambiar tus bujías. Ya sabes, en general
revisar tu varilla.

Vadim se rió tan fuerte por la mirada de puro asombro


en la cara de Viktor, que tenía lágrimas corriendo por su cara.

—Uh, tiendo a batear más de tu lado, pequeño hombre,


pero ciertamente puedo ser flexible si viene con el mecanismo
correcto.

Sasha se rió. —Veré si puedo conseguirte una cita. No


querría que tu varilla se oxide.
Vadim despertó sabiendo que su pareja no estaba en la
cama con él. Después del maratón de sexo que ellos habían
tenido la noche pasada, Vadim estaba sorprendido de que
Sasha incluso pudiera caminar y mucho menos salir de la
cama. Esto aún no explicaba por qué su pequeña pareja no
estaba en la cama con él.

—Sasha ¿Dónde estás majiktoka? ¿No sabes que


supuestamente no debes dejar la cama antes de que yo
despierte?

Podía oír la risa en la respuesta en su cabeza. —Estoy


obteniendo algo para que comamos antes de que nos
consumamos.

—Hmmm, más bien estás tratando de recargar tu


motor. —Se echó a reír.

—¿Y qué hay de malo en eso? Necesito mantener mi


energía alta. Soy un chico en crecimiento.

Vadim miró hacia su despierta polla. —También yo. Tal


vez deberías apurarte en regresar aquí y encargarte de esto
por mí. —¡Joder! Sólo el pensamiento de tener a Sasha
nuevamente en su cama con él, lo hacía estar duro como una
roca.

Pudo sentir los repentinos latidos del corazón de Sasha


mientras se llenaba de excitación. Malditamente sexy, su
pequeño hombre era caliente. Vadim no podía esperar que él
regresara a la habitación. Había tanto que enseñarle y
mostrarle.

Sasha podía no ser técnicamente virgen pero estaba lo


suficientemente cerca. Nadie se había tomado el tiempo de
mostrarle cuán maravilloso podría ser hacer el amor entre dos
personas. Sólo había sido usado sin pensar en su placer. Era
mucho mejor cuando las dos partes disfrutaban.

—Date prisa, majiktoka, —le susurró nuevamente a


Sasha mientras agarraba su dura polla. Se dio un par de
largas caricias mientras esperaba la respuesta de su pareja.
Pero esta no llegó. Todo lo que pudo sentir era los intensos
latidos del corazón de Sasha.

—¿Sashenka? ¿Majiktoka? ¿Qué sucede? —Sabía que


algo andaba mal. Mientras el corazón de Sasha seguía
latiendo rápido, ya no estaba excitado. Estaba aterrado.
Vadim saltó a sus pies y se puso un par de jeans antes de
salir corriendo de la habitación.

Corrió bajando la escalera, luego por el pasillo hacia la


cocina. Dando vuelta en la esquina, patinó hasta detenerse,
viendo la escena frente a él. Dos hombres sostenían a Sasha,
y otro mucho más grande lo estaba golpeando. Eran los tres
hombres de la otra noche en la que Vadim había conocido a
Sasha.

Vadim sintió sus colmillos crecer y extender sus garras,


la rabia lo llenó cuando vio lágrimas de dolor cayendo por las
mejillas de su pareja.

—Lo siento, —susurró Sasha dentro de la mente de


Vadim justo cuando otro puñetazo aterrizaba en su cara,
noqueándolo en el suelo.
Antes de que pudiera detenerse o considerar las
consecuencias de sus actos, Vadim saltó dentro de la refriega,
sus afiladas garras cavaron dentro del primer hombre que
alcanzó, rasgando su vientre, derramando la sangre por todos
lados.

El hombre agarró su estómago y cayó al suelo. Otro


hombre saltó hacia Vadim. Lo esquivó mientras rastrillaba sus
garras a través de la cara y brazos del hombre. Vadim
nuevamente balanceó sus garras rasgando a través de la piel
como si fuera un pañuelo de papel.

El tercer hombre, el que había golpeado a Sasha, saltó


hacia Vadim, sus garras balanceándose hacia él. Vadim saltó
a su encuentro. Garras y dientes encontraron piel y hueso. La
sangre golpeó las murallas, el suelo y el techo.

Unos instantes después, Vadim se paró sobre los tres


cuerpos caídos, con su pecho agitado. Pero sólo tenía ojos
para uno, el pequeño hombre acostado en el suelo junto a la
pared. Después de saltar sobre los cuerpos mutilados en el
suelo, Vadim se paró frente a su pareja.

Arqueando su espalda, abrió sus brazos e inclinó su


cabeza hacia atrás, su fuerte grito de triunfo casi hace
temblar las paredes. La adrenalina lo recorrió por la victoria.
Había ganado el desafío. Sasha era suyo.

Se acuclilló frente a su premio e inhaló profundamente,


llenando sus pulmones con la intoxicante esencia de su
pareja. El dulce olor lo envolvió y se incrustó en cada célula
de su cuerpo.

Retrayendo sus garras, levantó cuidadosamente su


mano para acariciar una suave mejilla. Su piel era tan suave,
tan sedosa. Vadim quería frotarse por todo el cuerpo de su
hermosa pareja para rodar en su esencia. Quería enterrar su
dura y dolorosa polla profundamente dentro de él.

Los finos rasgos del rostro de su pareja capturaron la


mirada de Vadim. Tenía una angosta nariz romana, pómulos
altos, dulces labios de Cupido y largas pestañas oscuras.

Él estaba tan absorto examinando al pequeño hombre


que casi salta cuando Sasha lentamente levantó sus pestañas
y lo miró hacia arriba.

Vadim se encontró inhalando profundamente ante el


intenso marrón cobrizo de sus ojos, con pequeños destellos
de oro en todas partes. —Mío, —gruñó profundamente en su
garganta.

Los ojos de Sasha brillaron cuando le sonrió a Vadim. —


Está bien.

Los colmillos de Vadim se frotaron sobre sus labios


mientras le sonreía. Su corazón latió en su pecho cuando
Sasha giró su cabeza hacia un lado y descubrió sumisamente
su garganta a Vadim. La anticipación lo abrumó.

Su lado dominante y posesivo quería proteger a Sasha,


para nunca dejar que alguien lo lastimara otra vez. El lobo en
él quería reclamar al hombre, márcalo nuevamente así todos
sabrían que le pertenecía a Vadim. El hombre en él quería
encontrar la cama más cercana y hacer el amor a Sasha hasta
que no pudiera caminar.

Levantó a su precioso paquete en sus brazos, una parte


de él tenía miedo de que alguien fuera a llevárselo lejos.
Vadim sabía que podría luchar hasta la muerte antes de dejar
que eso pasase.
Bajando su boca a la garganta de Sasha, lamió entre su
hombro y cuello, deslizando su áspera lengua por la suave
piel. Su pareja era embriagadora, excitante. La polla de
Vadim estaba tan dura, tan excitado, sentía como si fuera a
explotar.

Con un profundo gruñido, bajó sus colmillos y los


hundió en la carne blanda para marcar nuevamente a Sasha.
En el fondo de su mente, reconoció un alto gemido
procedente de Sasha mientras se venía, encorvando sus
caderas hacia Vadim varias veces.

Después de unos momentos, Vadim lamió la marca de


acoplamiento para limpiarla y levantó su cabeza para mirar
hacia abajo al hombre en sus brazos. Él se rió ante la aturdida
mirada en sus ojos. —Oye, majiktoka, ¿cómo te sientes? ¿Te
duele en algún lado?

Sasha negó con su cabeza, con los ojos tan abiertos


como si estuviera ahogándose en ellos. Mientras miraba hacia
arriba a Vadim, su boca cayó abierta dándole una clara vista
de que sus colmillos habían bajado.

Vadim los alcanzó con el dedo y lo pasó suavemente


sobre la punta. Sasha gimió, sus ojos se cerraron
brevemente. Cuando abrió sus ojos nuevamente hacia arriba,
Vadim juró que había llamas de lujuria en ellos. Hizo que su
polla pulsara en sus jeans.

Vadim aflojó sus brazos lo suficiente para que Sasha


pudiera sentarse pero no lo suficiente para que dejara el
círculo de sus brazos. Sasha miró alrededor, sus ojos se
ampliaron en shock mientras veía los cuerpos cubiertos de
sangre a unos pocos metros de distancia.
—¿Están muertos? —susurró, como si al hablar más
fuerte ellos pudieran ponerse de pie y empezar a golpearlo
otra vez.

Vadim hizo una mueca mientras miraba los cuerpos. —


Sí, ellos están muertos. —Miró a Sasha hacia abajo, con una
tierna mirada en su cara—. No podía dejar que te lastimaran
Sasha. Me perteneces y eso significa que nadie más que yo
tiene permitido poner sus manos en ti, sea él o ella. ¡Nadie!

—No entiendes. Él era mi alfa.

—No me importa quién diablos era. No tenía el derecho


a lastimarte así. —Vadim inclinó su cabeza hacia un lado, la
curiosidad lo llenaba—. De todas formas, ¿por qué te estaba
golpeando? ¿No solía ir detrás de ti de una manera sexual?

Sasha se encogió de hombros. —Realmente nunca


necesitó una razón, pero esta vez estaba molesto porque
descubrió que me había acoplado contigo sin su permiso.

—Entonces, ¿te golpeó? —preguntó atónito Vadim.

—Sí.

La forma en que respondió Sasha hizo enojar a Vadim.


Como si fuera un hecho, como si fuera algo que ocurría
usualmente. —Sasha, ¿cuán a menudo sucedía esto? ¿Con
qué frecuencia te golpeaba?

Sasha se encogió nuevamente de hombros. —Por lo


general me las arreglaba para permanecer lejos de él, pero si
no estaba alrededor, la tomaba con alguien más. Era mi
trabajo asegurarme que eso no pasase.

—No respondiste mi pregunta Sasha. ¿Con qué


frecuencia te golpeaba?
—Por lo general, sólo un par de veces a la semana. Sólo
cuando él estaba muy estresado, como hoy, se ponía muy
mal. Trataba de mantenerme fuera de su camino cuando él
estaba así, pero sus matones me encontraron esta vez.

Vadim estaba indignado. No podía creer que Sasha se lo


estuviera tomando con tanta facilidad, como si fuera algo
normal. Envolvió sus brazos fuertemente alrededor de él,
tirándolo más cerca, y metió la cabeza de rayos de sol bajo su
barbilla.

—Bueno, él ahora se ha ido, así que nunca podrá


lastimarte otra vez. No permitiré que nadie te lastime más.

Sasha sonrió. —Sí, bueno, sólo espera hasta que haga


algo estúpido y vamos a ver qué pasa.

Vadim levantó la mirada para ver a su padre, Iván, y


varios hombres corriendo dentro de la cocina. No pudo
contener el bajo y amenazante gruñido que retumbaba en su
pecho cuando su padre dio un paso hacia él.

—¿Vadim? ¿Qué sucede aquí? —preguntó Iván mientras


miraba alrededor a los cuerpos que cubrían el suelo, y luego
hasta el pequeño que Vadim sostenía cuidadosamente en sus
brazos—. ¿Qué pasó, hijo mío?

Le tomó un momento a Vadim aclarar la niebla en su


mente antes de poder responderle a su padre. Sus manos se
flexionaron varias veces. Su mandíbula apretada, y sus
colmillos se rehusaban a retraerse. Sus ojos azul ártico
destellaron.

—¿Vadim? —preguntó nuevamente Iván.

—Mío, —gruñó Vadim, sus manos apretando


fuertemente el frágil cuerpo en sus brazos.

Manteniendo su distancia, Iván levantó sus manos. —


Bien, Vadim. Está bien. Pero tienes que decirme qué sucedió
aquí.

Vadim sentía a Sasha frotando sus manos hacia abajo


de sus brazos tratando de calmarlo. Una vez que sus ojos se
aclararon y pudo recobrar su compostura, Vadim tomó un
profundo respiro.

—¿Vadi? —escuchó a Sasha susurrando en su mente.

Vadim se inclinó y le dio un pequeño beso en su cabeza.


—Está bien, majiktoka. Estoy bien.

—¿Vadim? ¿Por qué no vienes conmigo y así podemos


limpiar? Estoy seguro que tu pareja podría necesitar atención.
¿O quizás limpiarse un poco?

Los ojos de Vadim cayeron en el hombre en sus brazos,


recién ahí se percató de la sangre en él y sus rotas ropas.
Sasha podría necesitar cuidados, pero sólo de él. Nadie más
iba a tocarlo.

Sin siquiera mirar hacia abajo a los cuerpos en el suelo,


se levantó y pasó por encima de ellos, siguiendo a su padre
por el pasillo a sus aposentos personales. Se dirigió
directamente hacia el cuarto de baño, sentándose en el
asiento del inodoro. Sasha no dijo nada, sólo lo miró.

Las manos de Vadim temblaban mientras lentamente


comenzaba quitar del cuerpo de Sasha la húmeda y pegajosa
ropa, hasta que fue descubierto a la hambrienta mirada de
Vadim. Con cada pieza de ropa removida, él revelaba
diferentes tesoros que Vadim había descubierto la noche
anterior.

Un simple anillo de oro en una de su ligeramente


bronceada tetilla. Un tatuaje de estrella alrededor del ombligo
de Sasha. Dorada piel bronceada. Un ondulado abdomen.
Largas y delgadas piernas que desmentían su corta estatura.
Una larga y gruesa polla que debería pertenecer a un hombre
mucho más alto.

—Majiktoka, eres condenadamente hermoso. Me dejas


sin aliento. No puedo esperar a tenerte nuevamente en mi
cama.

Sasha se rió. —O en la ducha, o el mostrador, o en la


mesa de la cocina.

Vadim no podría estar más complacido con lo


despampanante que era su hombre. Él era perfecto. Vadim no
se había dado cuenta que Sasha era exactamente lo que
había estado buscando toda su vida, hasta que lo tuvo en sus
brazos la noche anterior. Y ahora sabía que nunca lo dejaría
ir. Ni siquiera se podía imaginar tener a alguien más.

Miró a su padre llenar la bañera antes de bajar


cuidadosamente a Sasha en ella. Vadim mantuvo un brazo
alrededor de Sasha mientras usaba una toallita para limpiar
gentilmente la sangre y suciedad de su cuerpo e ignoró a su
padre hasta que él dejó la habitación.

Una vez que hubo terminado, lo levantó y usó la toalla


más suave que pudo encontrar para secar a Sasha. Sólo lo
mejor para su bebé. Levantándolo, se paró y caminó de
regreso a la habitación. Agarró una manta de la cama y la
envolvió alrededor de él antes de sentarse en una silla con
Sasha envuelto en sus brazos.
Bajó su cabeza, oliendo el suave cabello en la parte
superior de la cabeza de Sasha. Olía increíblemente, como los
rayos del sol y la lluvia de verano. Vadim podría olerlo todo el
día. Nunca se cansaría de su dulce aroma.

—¿Vadim? Ahora es tiempo de hablar, —dijo Iván


mientas caminaba de regreso a la habitación con sus dos
betas. Iván se sentó frente a Vadim, y los betas se movieron
alrededor de la habitación antes de ubicarse en sus
posiciones, con uno apoyado contra la puerta cerrada y el otro
de pie detrás de Iván.

Vadim suspiró. —Tranquilo, majiktoka, —le dijo a


Sasha, apreciando una vez más la habilidad telepática entre
las parejas—. Está bien, —respondió Sasha mientras se
acurrucaba dentro de los brazos de Vadim.

—He reclamado a Sashenka como mi pareja, —comenzó


Vadim—. Esta mañana, él fue a la cocina para traernos algo
de comida. Supe que algo andaba mal, así que fui a ver qué
sucedía. Encontré a tres hombres, dos sostenían a Sasha y el
otro lo golpeaba. —Miró a su padre—. No tuve otra
alternativa. Ellos lo estaban lastimando, pegándole. Él ahora
es mío.

Iván asintió con su cabeza. —¿Sabes con quién estabas


peleando?

Vadim asintió con la cabeza. —Era el alfa de Sasha.


Pero no importa. Sasha me pertenece, y él no tenía ningún
derecho de poner las manos sobre él.

—Eso podría ser un problema.

Vadim ladeó ligeramente su cabeza a un lado para ver a


su padre con curiosidad. —¿Qué?
—Él es el alfa de una pequeña manada de la isla
Vourdala, quizás cincuenta miembros en total. No estaba
emparejado al igual que sus dos betas.

—Bueno, mierda. Eso es perfecto. —Vadim miró hacia


abajo para ver a Sasha bostezar. Se levantó rápidamente, se
acercó a la cama y cuidadosamente lo dejó abajo antes de
tirar los cobertores hacia arriba llevándolos alrededor de él.

—Duerme un poco, bebé. Estaré aquí cuando


despiertes.

Vadim miró satisfecho cuando Sasha tiró de las mantas


más cerca sobre él. Sasha se dio la vuelta, cerró sus ojos,
bostezó y cayó dormido. Su hombrecito estaba tan cansado.

Él lo miró hacia abajo por varios minutos antes de


recorrer agitado su mano a lo largo de su hombro y pelo de
ébano. —Entonces, ¿ahora qué? —preguntó mientras se
giraba para enfrentar nuevamente a su padre.

—Vadim, mataste a su alfa y sus betas. Sabes tan bien


como yo lo que eso significa.

Infiernos sí, él sabía lo que significaba. Por ley de la


manada, ahora él era responsable de la manada de Vourdala.
Ahora él era su alfa. Ahora era su deber mudarse a la Isla de
Vourdala, tomar el control de la manada y dirigirla.

—No quiero, padre. Envía a Yuri o a Niko. Deja que ellos


la tengan.

—No puedo hacer eso, Vadim. Sabes cómo se hace


esto. Eliminaste al alfa de la manada de Vourdala. Eso te hace
ser su nuevo alfa.

Vadim se volvió para mirar a su padre. Se sentía


ansioso, sus hombros estaban tensos. —No quiero ser un alfa,
nunca quise. Y lo sabes.

—Entonces Vadim, tal vez debiste pensar antes de


atacar y matar a un alfa. —Iván se puso de pie y comenzó a
caminar tranquilamente por la habitación—. Ni siquiera
dejaste vivo a alguno de sus betas.

—¿Qué se suponía que hiciera? Estaban lastimando a mi


pareja. No podía dejar que eso sucediera. —Vadim gesticuló
hacia el hombre en la cama con sus manos, con los ojos aún
fijos en su padre—. Él es… él es tan… bueno, míralo. No hay
ninguna posibilidad de que él se defendiera contra tres de
ellos. No podía dejar que lo volvieran a lastimar.

Iván asintió con la cabeza. —Eso considerando la


situación ciertamente es comprensible. Sin embargo, eso no
te absuelve de tu responsabilidad con esa manada. Ellos te
necesitan.

Vadim se sentó en el borde de la cama y retorció sus


manos juntas en su regazo. —Entonces, ¿ahora qué?

—Bueno, tan pronto como tu pareja esté mejor, tendrás


que ir y hacerte cargo de tu nueva manada. Mientras tanto
voy a hacer un sondeo para obtener la disposición de la tierra.
No sabemos mucho de esta manada. Ellos tratan de
mantenerse a sí mismos tanto como sea posible. Necesitamos
saber tanto como sea posible antes de que vayas ahí.

—¿Y Sasha? —preguntó Vadim mientras recorría con su


mano la pierna de Sasha—. ¿Qué hay con él?

—Él es tuyo. Lo reclamaste. —Iván caminó hacia la


puerta, deteniéndose a mirar a su hijo mayor—. ¿Vadim?
Sabes que es un omega, ¿no es así?
—Sí, lo sé. Lo supe en el minuto que puse mis ojos en
él. —Vadim suspiró profundamente.

—Necesitarás tener un especial cuidado con él. Nadie


cree que ellos tienen un propósito especial en la manada
como nosotros lo hacemos. Dependerá de ti protegerlo.

—Lo protegería incluso si no fuera mío, —murmuró


Vadim mientras miraba a la figura durmiendo en la cama. Era
malditamente perfecto.

Iván miró a su hijo por un momento, sonriendo ante la


posesiva pero aturdida expresión en sus ojos. Recordaba
tener esa misma mirada en sus ojos cuando conoció a la
madre de Vadim. Estaba feliz por su hijo, sólo deseaba que se
hubiese producido de una manera diferente.

Gesticulando a sus betas, salió caminando por la


puerta, cerrándola suavemente detrás de él. Comenzó a
caminar hacia su oficina, sabiendo que sus dos leales
hombres estaban justo detrás de él.

—Quiero que investigues un poco. Quiero saberlo todo


sobre la manada de Vourdala. Vadim necesita saber tanto
como sea posible antes de dirigirse ahí. También quiero
contactar a la manada y hacerles saber que su alfa ha muerto
y que mi hijo es su nuevo alfa.

Los dos hombres asintieron, y uno de ellos se dirigió a


coger el teléfono, el otro siguió detrás de su alfa. —
¿Deberíamos informar a Nikolai y Viktor de los nuevos
acontecimientos?

—No, todavía no. Denle a Vadim un poco de tiempo


antes de eso. Les informaremos mañana por la mañana.
Aunque no ha declarado oficialmente que ellos serán sus
betas, todos sabemos que lo serán. Han sido los mejores
amigos de Vadim la mayor parte de su vida. No lo veo
eligiendo a otros.

—¿Y Anya?

—Oh, yo le diré, pero definitivamente no hasta mañana.


Ella nunca les daría algo de paz, —Iván se rió, imaginando a
su pequeña esposa. La madre de Vadim se volvería loca si
supiera en la posición en que estaba su hijo mayor. Y ella
llevaría a todo el mundo con ella.

Su hijo necesitaba todo el tiempo posible para


enfrentarse a la idea de que ahora era un alfa antes de que su
madre lo descubriera. Él nunca lo había querido, y tanto como
fuera posible siempre había evitado la responsabilidad.
Muchos fuera de la manada pensaban que era débil debido a
que no quería ser un alfa. Iván lo conocía mejor.

A Vadim no le gustaba pelear, pero lo haría si debía


hacerlo. E Iván sospechaba que tendría que hacerlo mucho en
su futuro cercano. Él no había sido precisamente sincero con
su hijo cuando le dijo que el Alfa Valeriya no había dejado a
nadie a cargo de su manada. Él lo tenía. Pero todo el concilio
de los ancianos consideró que Vadim serviría mejor como alfa
de la manada de Vourdala.

El Alfa Valeriya se había ganado una reputación de un


alfa cruel e injusto, quien usaba su posición de poder para sus
propias necesidades. Tenía muchos conflictos con las otras
manadas, además de ser sospechoso de robo, soborno y
actividades ilegales.

Vadim sería una opción mucho mejor, aun cuando él no


lo quisiera. Con su omega y pareja a su lado, Ivan no tenía
duda de que Vadim transformaría a la manada Vourdala en
una manada de la cual estar orgulloso.
«¿Cómo demonios me metí en este lío?» Vadim se dijo
a sí mismo cuando el trasbordador era tirado hacia el muelle
del pequeño puerto marítimo de la Isla de Vourdala. No podía
creer que estuviera a punto de poner los pies en una isla que
estaba casi completamente habitada por cambia formas, y
que él era su nuevo alfa.

Alfa. Ahora eso era para reírse. Él había hecho todo lo


que era posible durante toda su vida para no convertirse en
un alfa. Evitó las peleas, se mantuvo fuera de la política de la
manada, e incluso se mordió la lengua ante su padre tantas
veces que ahora casi lucía como un queso suizo. Sí, y hasta
ahora había funcionado muy bien.

No quería ser responsable de nadie, mucho menos de


muchas personas. Ahora que tenía una isla entera de
personas, que lo estarían buscando a él por dirección,
orientación y liderazgo. ¿Qué sabía él sobre liderar una
manada de lobos?

No estaría en esta posición si no hubiese metido la nariz


en problemas. Pero no, tuvo que intervenir y proteger a su
pareja del ataque del alfa de su manada. Aún no podía creer
que el alfa anterior hubiese atacado a Sasha debido a que se
había acoplado. Eso simplemente no tenía sentido.

Vadim sonrió cuando sintió una mano tomar la suya.


Miró hacia abajo al pequeño hombre a su lado. La parte
superior de la cabeza con el pelo de color rubio miel de Sasha
apenas alcanzaba su pecho. Sus manos eran casi la mitad del
tamaño que la suya. Él era tan pequeño y delicado. A veces
Vadim tenía miedo de romper a su pareja.

Pero, hasta ahora, Sasha había mostrado su verdadero


valor como omega. Él podía ser pequeño, pero era toda una
fiera. Defendía lo que creía y lo que quería. No tenía miedo de
expresar su opinión, incluso a Vadim.

Sasha también era un muy buen diplomático, y con


frecuencia calmaba a Vadim cuando su temperamento se
elevaba. En los últimos días, su pequeña pareja había
demostrado una y otra vez la extraordinaria mente que tenía.
Sasha era muy inteligente.

Los días previos a su viaje a la Isla de Vourdala, habían


sido toda una experiencia reveladora para Vadim. Tenía una
pareja que era diferente a lo que alguna vez había imaginado.
Algunas cosas buenas, algunas no tan buenas.

La salud y bienestar de Sasha, el miedo de hacerle daño


por el tamaño mucho más grande de Vadim, y preguntarse si
podía hacer a su pequeña pareja feliz. Eran cosas que lo
preocupaban constantemente.

Sin embargo, la más pequeña idea de Sasha, su olor y


su simple presencia en su mente tenían a Vadim más duro
que una roca, tener a alguien para sostener en las noches,
hacerle el amor, susurrarle en la oscuridad, hacía que todo
valiera la pena.

—¿Estás emocionado de llegar a casa, majiktoka?

Sasha asintió con entusiasmo. —Oh sí, no puedo


esperar para mostrártelo todo. Hay tanta gente que conocer.
Vas a amar nuestra pequeña isla. Este es un gran lugar para
vivir. Sólo espera y verás.

Vadim levantó a Sasha en sus brazos y lo sentó en el


borde de la ancha barandilla enrejada del bote. Dio un paso
adelante para estar entre las piernas de Sasha y puso sus
brazos alrededor de él.

—Eso crees, ¿eh? —Vadim se estiró y tiró del anillo del


pezón de Sasha a través de la camisa. Había descubierto
durante su corto tiempo juntos que las tetillas de Sasha eran
particularmente sensibles y jugaba con ellas tan a menudo
como le era posible.

También había descubierto que su pequeña pareja se


podía venir en un abrir y cerrar de ojos. Eso era grandioso
para su ego, especialmente considerando que nunca había
experimentado un orgasmo antes de que Vadim hiciera el
amor con él.

—Vadi. —Susurró Sasha mientras dejaba caer su


cabeza hacia atrás y se aferraba a los brazos de Vadim con
sus manos. Vadim sonrió al ver a Sasha en la agonía de la
pasión. Aún estaba asombrado por lo impresionante que era
cada vez que se venía.

Se inclinó y deslizó su lengua por la marca de


acoplamiento en el cuello de Sasha y pasó sus dientes sobre
la mordedura. Sasha gimió, moliendo su dura polla contra
Vadim.

—Quiero que te vengas para mí, majiktoka, —Vadim


susurró en su oído antes de hundir profundamente los
colmillos en la blanda carne de Sasha. Él se agachó entre
ellos, desabrochó los pantalones de Sasha y liberó su polla.

Vadim acarició a Sasha rápidamente. Sabía que su bebé


estaba cerca. Levantando la cabeza del cuello de Sasha,
cubrió su boca para amortiguar sus gritos. Su hombrecito era
muy vocal. Era de hecho escandaloso. Y Vadim amaba cada
sonido que hacía.

A medida que pasaba el pulgar sobre la parte superior


de la polla de Sasha, sintió que su cuerpo se puso rígido y
entró en erupción por toda la mano de Vadim antes de
debilitarse sobre él. Vadim levantó su mano y lamió sus
dedos, sus ojos conectados a los aturdidos ojos de Sasha.

—¡Maldita sea, eso es muy caliente! —Sasha gimió


mientras miraba a Vadim lamer su semilla.

Vadim se rió. —Es hora de asumir las consecuencias,


majiktoka. —Levantó a Sasha y lo giró sobre la barandilla
enrejada del bote, empujando sus jeans hacia abajo lo
suficiente para desnudar su culo ante la hambrienta mirada
de Vadim. Ahora sabía por qué a los chicos les gustaba que
sus mujeres usaran vestido, rápido acceso.

Se desabrochó los jeans y frotó los últimos vestigios de


la semilla de Sasha sobre su sensible agujero. Sonrió cuando
empujó un dedo dentro y se dio cuenta que Sashenka aún
sentía los efectos de su amorosa mañana. «¡Perfecto!»

Alineando su polla, se empujó hasta la raíz en una


estocada. Maldita sea, eso era bueno, Vadim sabía que
estaban en público, pero no podía evitarlo. Él necesitaba a
Sasha y lo necesitaba demasiado.

Agarrando las caderas de Sasha, comenzó a bombear


rápidamente dentro de él. Sabía que debía ser rápido antes
de que alguien los descubriera. Sin embargo estaba tan
excitado que no le tomaría mucho. Tener a Sashenka
envuelto a su alrededor era tan maravilloso.

—Joder, majiktoka, eres tan estrecho. Amo estar dentro


de ti.

—¡Cállate de una vez y jódeme duro!

Vadim gruñó ante la demanda de Sasha, aun cuando


cumplía empujando más duro dentro de él, hasta que lo sintió
empezar a temblar. Vadim se inclinó hacia adelante y cubrió
la boca de Sasha con su mano mientras el hombre chorreaba
todo sobre la barandilla enrejada del bote.

El dulce olor de la semilla de su pareja combinada con


el fuerte agarre que Vadim sentía sobre su polla, lo envío al
borde justo después de Sasha. Vadim amortiguó su fuerte
gemido en el cuello de Sasha mientras se venía, llenando a su
pareja con su liberación.

Se quedó allí durante varios segundos, su pecho


subiendo y bajando hasta que una tos discreta le recordó a
Vadim dónde estaban. Se giró para ver a su mejor amigo y
nuevo beta, Viktor Stylianos, parado varios metros lejos, con
los ojos respetuosamente en el agua y no sobre ellos.

Vadim dio un paso atrás y subió sus pantalones antes


de ayudar a Sasha con los suyos, puso un brazo alrededor de
la cintura del tembloroso hombre para sostenerlo. Los ojos de
Sasha aún estaban aturdidos, pero la sonrisa en su cara era
inmensa. Vadim no pudo evitar sonreír.

—¿Estás bien, majiktoka?

Sasha se rió. —Oh sí, sólo no siento mis pies.

Vadim levantó fuertemente en sus brazos a Sasha. —


Problema resuelto, majiktoka.
Sasha golpeó con fuerza el hombro de Vadim. —No seré
llevado en brazos a casa. ¿Qué pensarán todos?

—¿Que te adoro? ¿Que soy adicto a ti? ¿Que no puedo


mantener mis manos alejadas de ti? ¿Que eres sexy como el
infierno? ¿Que me pongo duro tan sólo mirándote?

Vadim vio los ojos de Sasha ponerse vidriosos mientras


lo miraba atónito.

—¿En serio? —susurró.

—Definitivamente.

Sasha enterró su rostro en el cuello de Vadim mientras


se reía. —Está bien.

Vadim no pudo evitar sonreír mientras cargaba a su


pareja hacia el frente del trasbordador para reunirse con sus
dos nuevos betas. No había sido una decisión difícil cuando
había tenido que escoger a sus betas. Viktor Stylianos había
sido su mejor amigo desde antes que pudiera caminar. No
podía recordar un momento en que no hubiesen sido los
mejores amigos.

Su segunda opción para beta era su hermano menor


Nikolai. Era sólo un par de años menor que Vadim. Era el
tercer miembro de la „Triada de Problemas‟, como su madre
solía llamarlos. Tendían a meterse juntos en travesuras, los
tres.

—Vamos a atracar en el puerto en algunos momentos


—declaró Viktor mientras Vadim y Sasha se reunían con
ellos—. Parece que tenemos un comité de bienvenida
esperándonos.

Vadim miró hacia la multitud de personas esperándolos


en el muelle. Había por lo menos veinte personas de pie. Él
hizo una mueca. Estupendo, una fiesta de bienvenida. Justo lo
que necesitaba.

—Uh… ¿Vadim? —comenzó Sasha, tirando de su brazo


para conseguir su atención.

—¿Qué, majiktoka?

—¿Recuerdas la noche en que me reclamaste y me


preguntaste si alguien me había reclamado previamente? —
preguntó nervioso.

—Sí. —Respondió Vadim, con sus músculos apretados.


Esto no le iba a gustar. Simplemente lo supuso por lo
vacilante que Sasha estaba hablando.

—¿Recuerdas cuando dije que a algunas personas no les


gustaría?

—Sí.

Sasha apuntó hacia el muelle. —Están esperando allí.

Los ojos de Vadim siguieron la dirección hacia donde


Sasha estaba apuntando. —¿Todos ellos?

—No. La mayoría, creo estarán más que felices por


nosotros. Pero hay un par de personas que no lo estarán.
Puede incluso que causen problemas. Mi alfa…

—Ahora yo soy tu alfa, —Vadim gruñó posesivamente.

—El antiguo alfa, me prometió al siguiente en la línea y


a sus amigos o algo de ese tipo.

—¿Él qué? —Vadim casi gritó mientras miraba a su


pareja.
Sasha se encogió y enterró nuevamente su cara en el
cuello de Vadim. —Lo siento, —le dijo mentalmente.

Vadim respiró hondo varias veces, tratando de contener


su ira. Podía sentir temblar a Sasha en sus brazos y no quería
que tuviera miedo de él.

Sólo estaba en shock. Era casi inaudito que alguien


fuera regalado si no estaba acoplado, aún si era el alfa de la
manada. Hacía parecer a Sasha como un pedazo de propiedad
y no una persona.

Vadim se inclinó y acarició el pelo de Sasha. —Está


bien, majiktoka. No estoy enojado contigo. Sólo estoy
molesto de que alguien te tratara como un pedazo de
propiedad. No te preocupes. Ellos nunca pondrán sus sucias
manos sobre ti. ¡Tú ahora me perteneces y yo no comparto!

—¿Estás seguro? —preguntó Sasha mientras levantaba


la cabeza para mirar a Vadim.

—Sí, majiktoka, y también se lo dejaré muy claro a


ellos. Tú me perteneces. Ahora eres la pareja del alfa. Eso
trae algún poder para ti. Es el deber de todos en la manada
protegerte, y si ellos no entienden eso, lo harán cuando yo
hable con ellos.

—Vadim, no quiero causar problemas, especialmente


cuando vas a tener mucho trabajo acomodándote. Tal vez
deberías esperar. Lo que quiero decir…

—Sashenka, eres mi pareja. ¡Mía! Nadie y quiero decir


nadie tiene el derecho de tocarte sin mi consentimiento. Si
alguien lo hace, espero que me lo digas inmediatamente y yo
lo manejaré.
—Pero, Vadim…

—Sin peros, Sasha. Como tu pareja y alfa, te lo estoy


diciendo ahora, será mejor que nadie se meta contigo. Si ellos
lo hacen, me lo vas a decir. ¿Entendido?

Sasha sonrió, lo que sorprendió a Vadim. —Eres tan


sexy cuando te pones todo dominante y posesivo.

Vadim casi salta de su piel cuando Sasha se inclinó y


recorrió con su lengua el borde de su oreja. Se estremeció,
con los brazos firmemente alrededor de su pareja. ¡Maldita
sea! Sólo una pequeña lamida y estaba listo para lanzar a su
pareja sobre la cubierta y arrasarlo.

—Estás jugando a un juego muy peligroso, majiktoka,


—gruñó Vadim. Se inclinó y capturó los labios de Sasha con
los suyos. Él lamió, mordió y en general atacó su boca.

—Uh… ¿Vad? Estamos atracando en el muelle. —Se rió


Viktor—. Tal vez quieras dejar de jugar hockey de amígdalas
con Sasha y poner atención. Tu nueva manada está
esperando a su Alfa.

Vadim levantó su cabeza gruñendo, enseñándole los


dientes a Viktor, quien rápidamente levantó sus manos en un
gesto de sumisión. Estaba a punto de rasgar a su beta cuando
Sasha lo palmeó en el hombro.

—Detente. Sólo está siendo un buen beta. No quieres


reunirte con tu nueva manada con tu lengua pegada en mi
garganta.

—¿Quién lo dice? —se rió Vadim. Puso un rápido beso


en los labios de Sasha y luego bajó sus piernas al suelo de la
cubierta. Se agachó, agarró la mano de Sasha en la suya más
grande, y la apretó un poco.

—Quédate cerca de mí, Sasha. No te quiero fuera de mi


vista.

Con Vadim a la cabeza, las manos aun apretando la de


Sasha, y con Viktor y Nilolai flanqueándolos, se alejaron del
trasbordador hacia la Isla de Vourdala. Se dirigieron a un
pequeño grupo de personas que esperaban junto al muelle.

—Está bien, Majiktoka, tendrás que decirme quién es


quién, y en quién puedo confiar, —Vadim le envió a Sasha
mientras se detenía frente al grupo.

—Yo soy Vadim Miroslav.

Un hombre mayor dio un paso hacia adelante. Inclinó


su cabeza ligeramente en señal de respeto. —Alfa Miroslav. Mi
nombre es Gregor. Bienvenido a la Isla de Vourdala.

—¿Ha sido informado por el concejo de por qué estoy


aquí?

—Sí, Alfa. El concejo nos contactó hace unos días. Ellos


nos informaron que el Alfa Valeriya y sus betas han sido
asesinados en un desafío y que usted es nuestro nuevo alfa.

—Muy bien, —Vad pudo ver un pequeño brillo en los


ojos del hombre, diciéndole que no estaba triste de que su
antiguo alfa se fuera. Interesante.

—Estos son mis betas, Viktor Stylianos y Nikolai


Miroslav.

Gregor asintió con la cabeza a ambos. —Bienvenidos.

—¿Majiktoka? Dime sobre Gregor. ¿Puedo confiar en él?


—Sí, Gregor siempre ha estado aquí. Nació en el seno
de la manada de Vourdala y sólo tiene los mejores intereses
en el corazón. Sería alguien bueno con quien hablar sobre los
negocios de la manada. Es un gran consejero. Valeriya lo
odiaba.

—Entonces probablemente me agrade. —Vadim se rió.

—¿Entiendo que conoce a mi pareja? —preguntó Vadim


mientras empujaba a Sasha hacia adelante más cerca de él,
envolviendo protectoramente un brazo alrededor de él. Quería
que todos supieran que había reclamado al hombre como
suyo.

—¿Sashenka? —Preguntó Gregor, la sorpresa en su


rostro rápidamente se transformó en una enorme sonrisa—.
Felicitaciones, alfa. No podría tener una mejor pareja que
Sashenka. Le servirá bien como pareja y omega de la
manada. —Echó un rápido vistazo, hacia un lado del grupo de
personas antes de mirar nuevamente a Vadim, bajando su
voz—. Le servirá mejor si lo mantiene seguro a su lado, Alfa
Miroslav, y lejos de… sólo manténgalo con usted.

Vad asintió, mirando a un pequeño grupo de hombres


parados a cierta distancia mirando a Sasha. —Entiendo,
Gregor, y aprecio la preocupación que tiene por mi pareja.
Sasha me ha informado de sus problemas con varios
miembros de la manada. Y ya no será un problema.

Gregor miró a Vadim por unos instantes, como si lo


estuviera midiendo el valor de sus palabras, antes de asentir
con una feliz sonrisa sobre su rostro envejecido. —Creo que
podría estar en lo correcto, Alfa Miroslav.

—Por favor, es Vadim. Alfa Miroslav suena demasiado


formal. Somos una manada, una familia.

—Muy bien, Vadim y gracias. —Asintió con la cabeza


hacia Sasha—. He estado preocupado por bastante tiempo,
pero fui incapaz de hacer nada al respecto. Es duro ir contra
un alfa, especialmente uno como Valeriya.

—Entiendo. Y quiero asegurarle, aunque nunca antes he


servido como alfa, pero era el segundo de mi padre e Iván
Miroslav, es creo yo, un alfa justo y equitativo. Aprendí todo
lo que sé de él.

—¿Iván Miroslav? ¿Es su padre? —Gregor lo miró por


unos instantes aturdido—. Debería haberlo sabido. No
entiendo por qué no hice la conexión antes. ¿Cómo no he
visto eso? Debo estar volviéndome lento en mi vejez.

—No se preocupe, Gregor. Estoy seguro que aún le


quedan muchos años. Ahora, ¿podría por favor presentarme
al resto de la manada?

—Por supuesto, por supuesto. —Gregor llevó a Vadim y


le presentó a las personas reunidas. Cuando llegó al grupo de
tres hombres, Vadim pudo sentir a Sasha estremecerse con
temor a su lado. Sabía que ese era el hombre al que el viejo
alfa le había prometido a su pareja.

—Alfa Miroslav, él es Casimir Valeriya. Era el sobrino del


Alfa Valeriya. Ya que el Alfa Valeriya no tenía linaje directo,
Casimir ha sido nombrado el siguiente en la línea.

Vadim asintió. —Casimir. —Él no le dio la mano.

—Ellos son sus amigos cercanos, Yahn y Kando. —


Continuó Gregor.

Casimir inclinó su cabeza y miró a Sasha, que estaba


medio escondido detrás de Vadim. Él sonrió cuando vio el
firme agarre que Sasha tenía sobre la mano de Vadim.

—¿Supongo que conoces a mi pareja Sasha?

La mirada sorprendida de Casimir se encontró con la de


Vadim. —¿El pequeño Sasha es tu pareja? El Alfa Valeriya me
lo había prometido a mí.

—Soy consciente de ello, —respondió, esperando a ver


cuál era el juego de Casimir.

—Eres nuevo en esta manada, Miroslav, —respondió


Casimir, sin mostrar respeto al dirigirse a él como su alfa—.
Tú no entiendes cómo se hacen las cosas aquí. Se me
prometió a Sasha por el alfa de esta manada. Lo que el alfa
dice es ley, ¿no es así?

Vad asintió, sintiendo la inquietud y nerviosismo de


Sasha a su lado. —Sí, tendría que decir que eso es así. La
palabra del alfa es ley.

—¡Vadim!

—Silencio, majiktoka, quiero ver a dónde va con esto.


Confía en mí.

—Por lo tanto, Sasha debe ser entregado a mí. Esa es la


ley.

Vad no podía esperar para borrar la sonrisa de la cara


de Casimir. Demonios, quería rasgar su garganta sólo por
mirar a Sasha. Sin embargo debía mantener su cabeza fría. —
¿Sabes que el Alfa Valeriya y sus betas murieron, Casimir?

—Asumo que fue en una especie de reto.

Van asintió. —Sí, podría decirse eso. Pero fue menos


que yo los desafiara a ellos y más que ellos me desafiaran a
mí. Verás, ellos intentaron llevarse algo que me pertenecía,
algo muy apreciado.

Vadim tiró de Sasha a su lado, un fuerte brazo envolvió


a su hombrecito. —Sashenka es mi pareja. Desde donde yo
vengo, ese vínculo es el vínculo más importante, superando
incluso la ley de un alfa. ¿No es eso correcto, Gregor?

Gregor asintió con su cabeza, con una sonrisa


satisfecha de si mismo cruzando sus labios. —Sí, Alfa
Miroslav, eso es verdad, incluso aquí en la Isla de Vourdala. El
vínculo de acoplamiento lo anula todo, incluso la palabra de
un alfa. Sin embargo, me gustaría señalar que como nuevo
alfa de esta manada, usted tiene el derecho de revocar
cualquier ley establecida por el alfa anterior. Ese es su
derecho.

—Gracias, Gregor. Había olvidado eso. —Vadim alzó la


voz, hablando en voz alta para que todos pudieran oírlo—.
Como nuevo alfa de esta manada, me doy cuenta que tengo
mucho que aprender. Sin embargo, en esto, quiero ser
perfectamente claro.

Su mirada recorrió a cada uno de los miembros parados


ahí, reuniéndose con los ojos de él o ella. —Sashenka es el
miembro más importante de la manada, tanto como mi pareja
y como omega de la manada. Es responsabilidad de cada
miembro de esta manada velar por su seguridad y protección.
Cualquier transgresión contra él es una transgresión contra
mí.

Su mirada se posó una vez más en Casimir y sus


amigos. —¿Lo dije lo suficientemente claro?
Vadim pudo ver la furia atronadora en Casimir y sus
amigos. Ellos no estaban felices sobre el giro de los
acontecimientos. Sabía que debía mantener un ojo en esos
tres. Iban a ser un problema.

Fue extremadamente sospechoso cuando Casimir


comenzó a sonreír de nuevo. Tenía algo bajo la manga. Vadim
no podía esperar para escuchar lo que era.

—Bueno, ciertamente haremos todo lo posible por


mantener a Sasha seguro, ¿no es así chicos? No queremos
que nada le pase. —Casimir extendió sus brazos
ampliamente—. De hecho, aquí mismo al frente de nuestra
manada, como el próximo en la línea del Alfa, me
comprometo a hacer todo lo posible para velar por el
bienestar de Sasha.

Así que, ese era su juego. Casimir pensaba que se


convertiría en alfa después de Vadim. Chico, esto te va a
sorprender. —Lo siento, Casimir. Pensé que estabas mejor
informado que esto. Sé que el Alfa Valeriya no tenía
descendencia para que estuviera a cargo después de él, así
que te hizo el siguiente en la línea.

—Sí, y como estás acoplado con Sasha, y obviamente


Sasha no será capaz de proporcionarte cachorros, aún
tendrás que hacerme el próximo en la línea. —Interrumpió
Casimir.

—Normalmente, eso podría ser verdad. Sin embargo,


recién me he acoplado con Sasha. No era un monje antes de
él. De hecho, mis hijos deberían llegar en los próximos días.
Ambos son los siguientes en la línea para alfa.

—¿Tus hijos? —Escupió Casimir—. ¿Tú tienes hijos?


—Sí, de hecho, tengo dos. Si algo llegara a pasarme
antes de que ellos sean lo suficientemente mayores para
asumir mi posición, he designado a Sasha como su guardián
junto con mi beta, Viktor, quien además es su tío, para actuar
como alfa en mi lugar. Al menos hasta que mis hijos sean lo
suficientemente mayores.

Sasha ocultó la sonrisa en sus labios enterrando su


rostro en el brazo de Vadim ante el enojo que apareció en la
cara de Casimir. Esto era mejor que una telenovela, Casimir
había asumido que aún estaría en la línea para ser alfa debido
a que Vadim se había acoplado con él, un hombre. Era
maravilloso para Sasha ver su pequeña burbuja estallar

Él sabía de los hijos de Vadim. Aún tenía que reunirse


con los niños ya que ellos estaban fuera visitando a unos
parientes. El más joven era hijo biológico de Vadim, Ivan, lo
tuvo con la hermana de Viktor, Ana. Sólo tenía un año.
Desafortunadamente, ella había fallecido cuando él nació,
pero Vadim se había asegurado que todos los involucrados
mantuvieran un estrecho contacto.

Vadim no se había enamorado de la madre del niño, ni


ella lo había estado de él, pero ellos habían sido buenos
amigos y habían decidido tener un niño y cuidarlo juntos.
Desde la muerte de Ana, Vadim había sido un padre a tiempo
completo.

El segundo hijo de Vadim, Marika, tenía tres años de


edad. Los padres biológicos de Marika habían fallecido cuando
apenas comenzaba a andar. Sus padres habían sido buenos
amigos del padre de Vadim e hicieron a Vadim el padrino del
niño. Cuando sus padres fallecieron Vadim había tomado al
niño para criarlo como suyo.

Sasha no tenía idea cuando se acopló con Vadim que se


convertiría instantáneamente en padre, y no estaba muy
seguro de cómo se sentía sobre eso. No sabía mucho sobre
niños. Ni siquiera estaba seguro de cuál sería su rol en sus
vidas. Vadim no se lo había dicho.

Gregor dio un paso hacia adelante y juntó sus manos


por la alegría que sentía. —¿Tiene hijos, alfa? Eso es
maravilloso. Han pasado años desde que tuvimos cachorros
en la casa reinante. Oh, mi esposa estará tan emocionada.
Desde que nuestra hija se acopló y se mudó de la isla, ha
estado tan sola, sin cachorros corriendo alrededor y todo lo
demás. ¿Puedo hacerle saber que los cachorros vendrán
pronto?

—Ciertamente, Gregor. Si bien Sasha será su principal


cuidador, estoy seguro que puede utilizar toda la ayuda que
pueda conseguir.

—¿Voy a estar al cuidado de tus hijos? —exclamó Sasha


en la cabeza de Vadim.

Vadim se volvió sonriéndole. —Por supuesto, majiktoka.


Ahora son tus hijos también. ¿A menos que no quieras
cuidarlos?

—No, si quiero. Simplemente no pensé que me lo


permitirías.

—¿Por qué no? Eres mi pareja, su padre tanto como yo.

—Vadim, nunca antes he estado alrededor de


cachorros, ni siquiera he tenido algo como un trabajo antes
de trabajar en la panadería, y el Alfa Valeriya me cortó ese
trabajo. Nadie más me contrataría. El Alfa Valeriya dijo que
yo no estaba cualificado para nada más que ser el omega. —
Sasha se balanceaba de un pie al otro, agitado.

—Majiktoka, todo lo que tienes que hacer es amarlos y


cuidar de ellos de la forma que haces conmigo. El resto
vendrá sólo.

—Pero…

—Sin peros, Sasha. Si realmente no quieres hacerte


cargo de ellos, encontraré a alguien más, tal vez la esposa de
Gregor. Pero estoy esperando que tú lo hagas. Serás
grandioso en eso.

—¿Estás seguro? No quiero arruinar las cosas. —Dijo


Sasha. Hacerse cargo de los niños, nada menos que los hijos
del alfa, era una gran responsabilidad. Nunca nadie le había
dado algo importante que hacer. El viejo alfa dijo que era
demasiado estúpido para hacer algo importante.

—Majiktoka, la única manera de arruinar las cosas es


que tú realmente no cuides de ellos. Los niños necesitan
amor, como el resto de nosotros. Nada más aparte de eso
importa.

Sasha no pudo contener su sonrisa cuando miró


nuevamente a su pareja, con lágrimas en los ojos por las
repentinas emociones que llenaban su corazón por Vadim. —
Gracias Vadi. No te voy a defraudar.
Vadim abrazó a Sasha cerca de él, dándole un largo
apretón. Amaba cuando Sasha lo llamaba Vadi. Era la forma
cariñosa de Sasha para llamar a Vadim, una que solo él
usaba. Hacía sentir a Vadim especial.

También estaba encantado de que al parecer Sasha


quería cuidar a sus hijos, aun cuando tuviera miedo. Estaba
pidiendo mucho a su nueva pareja al solicitar que cuidara los
cachorros de una relación previa. Eso no parecía molestar a
Sasha en absoluto.

—Serás una maravilla, Sasha. Sólo espera y verás.

Vadim se volvió hacia Gregor aún con una sonrisa en su


rostro. —Gregor, ¿podría mostrarme los complejos del alfa?
Me gustaría echar una mirada por los alrededores y
acomodarme. Ha sido un largo día y estoy seguro de que mi
pareja podría necesitar algo de comida y un baño caliente.

—Por supuesto. Por favor, venga por aquí. Estoy seguro


que Sasha también conoce el camino. Oh, Sasha, eso me
recuerda, ¿te gustaría que haga arreglos para que alguien
empaque las cosas de tu apartamento y las mueva al
complejo?

Sasha se encogió de hombros. —No había pensado en


eso. Supongo que me mudaré de mi pequeño apartamento.

Vadim miró a Sasha con preocupación. Sonaba triste


por tener que mudarse al complejo del alfa. —¿Sasha?
¿Prefieres quedarte en tu apartamento? —si eso es lo que
quería, eso es lo que harían.

—No, sólo es un apartamento, un lugar en donde


guardar mis cosas. Simplemente nunca pensé en mudarme al
complejo del alfa. Además, mi lugar está contigo, en donde
sea que estés. No importa mucho en dónde viva mientras
estemos juntos.

—Tienes razón. Míralo de esta forma, majiktoka, tienes


todo un lugar nuevo para arreglar y decorar de la forma en
que quieras. Especialmente tendrás que tener la habitación de
los niños antes de que ellos lleguen aquí, sino ¿dónde
dormirán?

—¿Un cuarto para los niños? —Gritó Sasha—. ¿Quieres


que decore el cuarto para los niños? Vadi, no sé nada sobre
decoración. Qué tal si…

—Estoy seguro que la esposa de Gregor estará más que


feliz de ayudarte. Sin embargo, tengo plena confianza en ti.
Tú no eres estúpido. Ya te las arreglarás.

Parecía que Sasha aún no creía en él. Vadim sólo pudo


apretar sus dientes ante la mirada perdida en la cara de
Sasha. Alguien o varias personas, habían convencido a Sasha
de que él no era bueno para nada más que ser un chico
juguete.

Vadim realmente quería poner sus manos sobre quien


había hecho eso, pero tenía miedo de que ya lo hubiese
hecho. Si pudiera, desenterraría al antiguo alfa y lo
desgarraría nuevamente. Sasha era listo, compasivo y
solidario. Tenía tanto que ofrecer, a la manada, a todos. Pero
alguien lo había convencido que no tenía nada que ofrecer.

Iba a tomar mucho trabajo tratar de convencerlo de su


valía. Una tarea que Vadim sabía iba a tomar mucho tiempo
completar. Darle la responsabilidad de cuidar a los niños era
el primer paso en su plan maestro. Eventualmente, quería
que Sasha tuviese confianza en sí mismo.

Con un brazo alrededor de su pareja, comenzó a seguir


por la calle a Gregor, alejándose del muelle. Por el rabillo del
ojo, vio a Casimir y a sus matones mirándolo a él y a Sasha.
Necesitarían observarlos. Casimir se había rendido demasiado
fácil. Vadim temía que no había terminado de lidiar con él.
Pero por ahora, acomodarse en su nueva casa era más
importante.

—Ahora, sobre este complejo, —dijo


Vadim se reía mientras seguía a Gregor a través de la
ciudad, la multitud de los muelles los seguían detrás. Sasha
estaba tan emocionado por mostrárselo todo, que
prácticamente rebotaba. Estaba animado mientras apuntaba a
todos lados.

—Oh, y esto es Los Placeres de Pauline. Es una


panadería de propiedad de Pauline Dresden. Ella con
seguridad hace los mejores croissants del mundo.
Prácticamente se derriten en tu boca. Debes probar uno. Y
sus éclairs2. ¡Yumi! Podría comerlos todo el día.

Vadim vio a una pequeña mujer oronda parada frente a


la panadería. Por la forma en que ella radiantemente sonreía,
asumió que era Pauline.

—Tal vez, ¿podríamos arreglar que ella entregue


algunos croissant en la casa cada mañana para el desayuno?
—él levantó una ceja hacia Pauline, que ansiosamente asintió.

—Estaría más que feliz, Alfa Miroslav.

—Por favor, llámeme Vadim. Ahora somos una manada.

2
Dulce relleno de crema, nata…
Pauline se sonrojó, asintiendo con la cabeza. —Gracias,
alfa, err... Vadim. Voy a entregar algunos croissants a
primera hora de la mañana. Si hay algo más que desee, por
favor hágamelo saber. Quiero que su transición aquí sea lo
más pacifica posible.

—Gracias, Pauline, estoy seguro que lo será. Si no es


mucho pedir, ¿puedo fijar una cuenta que se pagará al final
de cada mes? Me temo que mi pareja comerá mucho aquí.

Pauline lucía confundida, al igual que varias personas


alrededor de ellos. —¿Una cuenta?

—Sí, si prefiere pagaré cada vez, lo entendería, pero


una cuenta sería mucho más fácil. ¿No lo cree?

—Ah… Alfa Miroslav, nuestro alfa anterior no pagaba por


nada. —Comenzó Gregor—. Él dijo que era nuestra
responsabilidad como manada apoyarlo de cualquier manera
que pudiéramos. No nos importaría continuar con esa
práctica. Nosotros entendemos que usted cuida de nosotros,
nos protege y a cambio nosotros cuidamos de usted.

La boca de Vadim cayó abierta y se cerró con rabia.


Sintió a Sasha acercarse aún más a su lado, envolviendo sus
brazos a su alrededor, su mano acariciando su pecho,
calmándolo.

—¿Vadi? —Sasha susurró tranquilamente en su mente.

—Estoy bien, majiktoka, sólo estoy molesto, —


respondió Vadim, acariciando el brazo de Sacha para
tranquilizarlo. Se volvió para mirar a Gregor—. ¿Cuán a
menudo ha sucedido y durante cuánto tiempo?

Gregor se encogió de hombros, mirando a su alrededor


a cada persona que estaba allí confundido. —Siempre ha sido
de esa forma, Vadim, desde que el padre del Alfa Valeriya
estaba en el poder hace muchos años.

—¿Qué fue lo que le proveyeron al alfa?

—Todo.

—¿Todo? Explícate.

—Bueno, nosotros proveíamos el mantenimiento de


complejo, como también el personal que sirve en el recinto.
Aquellos que rodean la villa proveen todos los alimentos y
artículos para el funcionamiento de una manada. Además
todos donamos el veinticinco por ciento de nuestros ingresos
cada mes para las necesidades de la manada. Pero no
entiendo. ¿Por qué está tan molesto? ¿No es así como se hace
en las otras manadas?

Vadim negó con la cabeza. —No, definitivamente no se


hace así en las otras manadas. Tal vez en algunas manadas,
pero no en la mayoría de ellas. Veo que tendré que revisar las
cuentas. Gregor, creo que tú y yo necesitamos tener una
larga discusión de cómo ha funcionado esta manada antes de
que yo llegara aquí.

—Ah, sí, alfa, si usted lo dice. Pero aún no lo entiendo.

—Lo harás, créeme. Hasta entonces, preferiría no


discutirlo en público. Creo que es necesario hacer algunos
cambios por aquí. Después de que decida cuales serán,
tendremos una reunión obligatoria con la manada.

—Sí, por supuesto, si ese es su deseo. ¿Quiere ver más


de la villa?

Vadim asintió, —Sí, por favor, muéstrame más.


Cuando comenzaron a caminar otra vez, lo pintoresco
de la pequeña villa tenía a Vadim fascinado. Era una animada
y pequeña villa. Pequeños edificios, no más de dos o tres
pisos de altura, se alineaban en la calle empedrada.

Había una librería, una panadería, varias galerías de


arte, un par de tiendas especializadas, algunos mercados y
restaurantes. Había incluso un par de cafés al aire libre. Todo
era muy pintoresco. Comenzó a preguntarse por qué no veía
más gente alrededor.

—Gregor, ¿cuántas personas viven en la isla?

—Oh bueno, veamos. Hay sesenta y siete adultos


shifter3, otros cinco cachorros pre-shifter. También hay
noventa y ocho no-shifter ellos son parientes de la manada y
veintitrés que no lo son. Así que todos juntos llegaríamos a
unos doscientos habitantes.

—Mi padre pensaba que era más pequeño que eso. ¿Por
qué una manada tan pequeña?

—No mucha gente quiere vivir aquí en una isla. Se


podría decir que es un gusto adquirido. Nuestros inviernos
son largos y fríos, nuestros veranos son calurosos y cortos,
con mucha lluvia en el medio. Aquí tampoco hay mucho
entusiasmo. Básicamente somos una villa de pescadores. Y
somos la única villa de la isla.

—¿Qué tan grande es la isla?

—Cubrimos trescientas cuarenta millas cuadradas. Son


veinte millas de un lado de la isla al otro. El otro extremo de
la isla está cubierto por bosques, en donde corremos y

3
Cambia formas.
cazamos. Junto al agua más allá de los bosques hay un
acantilado.

—Suena maravilloso. ¿Cuánta tierra esta destinada para


correr y cazar?

—Cerca del sesenta por ciento de la isla.

—¿Tanto? —Vadim estaba impresionado. Había mucha


tierra en donde correr y cazar.

—Sí, el resto comprende la villa, nuestras casas y


algunas tierras para cultivo. No cultivamos mucho por aquí,
pero hay algunas pocas granjas por aquí y por allá. El hombre
no puede vivir sólo de pescado, —se rió Gregor.

—Te das cuenta que no sé nada acerca de la pesca,


¿verdad? —preguntó Vadim. Escuchó a Sasha reírse a su
lado—. ¡Sabelotodo! —le gruñó.

—No hay necesidad, Vadim, yo tampoco soy un


pescador. Aquí tenemos gente que lo hace y que le encanta.
Muchos de ellos no se moverían de aquí ni pagándoles. Como
dije, vivir aquí es un gusto adquirido para aquellos que lo
aman.

—Sasha me dijo que me encantaría estar aquí. Hasta


ahora así es. Parece ser muy agradable aquí, muy relajante.
No puedo esperar a ver que más tienen para ofrecer.

En ese momento Sasha tropezó. Vadim lo atrapó antes


de que cayera al suelo. La cara de Sasha estaba roja como
una remolacha cuando miró hacia arriba a Vadim. —¡Oops!

Vadim se echó a reír. No pudo evitarlo. Se inclinó y


balanceó en sus brazos a Sasha. —Debes tener más cuidado
majiktoka. Estaría muy molesto si algo llegara a pasarte.
Sasha sonrió. —Entonces muy pronto vas a tener una
úlcera. Te dije que era torpe.

—Nadie es tan torpe.

Gregor y unas pocas personas reunidas a su alrededor


comenzaron a reírse ante la declaración de Vadim. —
Obviamente no ha pasado mucho tiempo cerca de su pareja.
Sus embrollos son casi legendarios por aquí. Sin embargo, él
nos mantiene entretenidos.

Vadim frunció el ceño. No le gustaba la idea de la gente


riéndose de su pareja. Simplemente no le sentaba bien. Su
padre le había advertido que las otras manadas no trataban a
sus omegas con el respeto que ellos lo hacían.

Por alguna razón desconocida, no había esperado


experimentar esa falta de respeto aquí. Debería haberlo
sabido mejor. Hasta el momento no había quedado
impresionado por el liderazgo del anterior alfa. Había
demostrado ser todo un imbécil egoísta.

Sin embargo, Vadim iba a tener que educar a su nueva


manada sobre la forma apropiada de tratar a un omega,
especialmente a uno que le pertenecía a él. Nadie iba a
maltratar a su pareja si él tenía algo que ver con eso.

—Gregor, yo diría que por hoy hemos terminado con la


demostración. Necesito llevar a mi pareja a casa para que
tome un baño y comida caliente. Ha tenido un largo día y
estoy seguro que podría necesitar algo de comer.

Sasha sonrió cuando Pauline se acercó para entregarle


un croissant. Arrancó un pedazo y se lo tendió a Vadim para
que lo tomara. Vadim intentó mirarlo amenazante, pero
estaba indefenso ante la pequeña sonrisa en la cara de Sasha.
Se inclinó y le dio un mordisco, se le hizo agua la boca
ante el delicioso sabor. Cerró sus ojos mientras masticaba. Al
abrir los ojos, vio una sonrisa de complicidad en la cara de
Sasha.

—Te lo dije, —le sonrió, lanzando un pedazo pequeño a


su boca.

Vadim se volvió para ver a Pauline, dándole su mejor


sonrisa. —Nunca he probado algo tan maravilloso, Pauline. No
es de extrañar que Sasha adore tus croissants. No puedo
esperar a ver qué más puede crear. Eso fue delicioso.

Pauline resplandeció ante la aprobación del alfa. —


Entonces mañana me aseguraré de añadir unos cuantos más
a la cesta para vuestro desayuno.

—Oh, voy a estar gordo en muy poco tiempo. Ya lo


puedo ver.

Sasha guiñó a Vadim. —No te preocupes, Vadi, yo te


ayudo a rebajar los kilos. —No se había dado cuenta que
Vadim lo había oído hasta que vio la lasciva sonrisa de Vad.
Todos a su alrededor se rieron. Sonrojándose Sasha enterró
su cara en el pecho de Vadim, para el deleite de este.

—Vamos, majiktoka, quiero ver nuestra nueva casa. —


Le sonrió a Sasha—. Entonces podrás ayudarme a rebajar
esos kilos.

Vadim unos minutos después, aún seguía riendo ante la


vergüenza de Sasha, cuando se acercó a unas enormes
puertas dobles de hierro. Más allá de la puerta, Vadim pudo
ver un gran edificio de piedra. Era inmenso. Mucho más
grande que en los que él estaba acostumbrado a vivir.
Se volvió para mirar a Vik y Niko, viendo que ellos
estaban tan asombrados como él. ¡Sip! Ellos estaban viendo
el edificio con sus bocas abiertas, al igual que él.

—¿Este es el complejo del alfa? —preguntó Vadim


mientras se volteaba nuevamente a mirar el edificio.

Gregor asintió.

—¿Qué tan grande es?

—Bueno, tiene quince habitaciones, veinte cuartos de


baño, un comedor formal, un salón formal, un estudio, una
librería, dos salones, un salón de música y entretenimiento,
una oficina, un salón de reuniones, una cocina, un comedor
familiar y una sala de estar, las dependencias de los sirvientes
y un salón de baile.

—¿Eso es todo?

—Hay unos establos detrás de la casa y un taller de


reparaciones.

—¿Y eso es todo? —Vadim silbó profundamente cuando


Gregor asintió—. ¿Cómo, cuántas personas viven aquí?

—El alfa, su familia inmediata, y sus betas.

—¿Eso? Eso son menos de diez personas. ¿Nadie más


vive aquí? ¿Qué hay de los sirvientes? ¿Los guardias?

Gregor negó con la cabeza. —Al alfa no le gustaba tener


a otras personas aquí. Por supuesto, Casimir y sus dos
amigos vivían aquí con él, pero eso es todo a parte de sus
betas.

El asombró de Vadim se fue de inmediato. —Bueno, eso


va a cambiar. Ellos pueden tener el apartamento de Sasha
después que muevan sus cosas hasta aquí.

—Ahora, oiga —Casimir comenzó, recordándole a Vadim


que aún estaba alrededor.

Vadim volvió su fría mirada sobre él. —¿Sí?

Casimir miró a Vadim pero retrocedió. Él sabía que no


podía ganar contra Vadim, al menos no en una pelea justa. —
¿Supongo que nos podemos quedar esta noche alfa?

—Estoy bastante seguro que Gregor puede hacer


arreglos para ti esta noche. También podemos organizar sus
objetos personales para empacarlos y enviarlos a su nueva
vivienda. Al menos que tengas algún negocio relacionado
directamente con la manada, no espero verte aquí.

—¿Realmente piensa que eso es justo, alfa? No te


hemos hecho daño a ti o a los tuyos.

Sasha comenzó a decir algo. Vadim volvió sus ojos


hacia él y rápidamente lo hizo callar. Vadim lo tiró a sus
brazos para que se apoyara sobre su pecho.

—Estoy seguro que no parece justo, Casimir. Pero la


comodidad de mi pareja viene antes que la de ustedes. Hasta
ahora, no me han impresionado con su conducta hacia él. Si
tú pruebas que puedes ser respetuoso, entonces bien. Hasta
entonces, me reservaré mi opinión.

Casimir miró a Vadim, el odio en sus ojos era claro para


todos. Vadim sabía lo que venía. Lo había estado esperando.
Ya que necesitaba poner un ejemplo con alguien, y Casimir
era tan bueno como cualquier otra persona. E incluso mejor,
ya que debían enseñarle buenos modales.

Lentamente dejó a Sasha sobre sus pies y lo empujó


levemente detrás de él hacia Vik, mientras Casimir daba un
paso amenazante hacia él. —Quédate con Viktor, Sasha. No
dejes su lado por ningún motivo. Esto no tomará mucho
tiempo.

—Vadim Miroslav, te desafío por la posición de alfa de la


manada en la Isla de Vourdala.

—En realidad no quieres hacer esto, Casimir. No puedes


ganar, incluso si tus dos amigos se unen a ti. Te estoy dando
la oportunidad de retractarte del desafío.

—No, esta es mi manada, y tú no tienes el derecho de


venir aquí de donde sea que vengas y sólo asumir el mando.
Esta manada me fue prometida junto con tú pequeña puta.
Pero una vez que te vayas, voy a enseñarle quien es su amo.

Entonces, no hay nada más que hacer. —Muy bien,


Casimir. No puedes decir que no te lo advertí. Gregor,
¿puedes asegurarte que todos se queden atrás? No quiero ver
que alguien salga herido. Quizás también quieras mandar que
alguien vaya por el médico. Casimir lo va a necesitar, si es
que vive.

Vadim estaba en su lugar con los pies separados, sus


manos sueltas a sus costados y sus ojos viendo a Casimir
moverse a su alrededor. Él esperó, esperó el momento en que
Casimir hiciera el primer movimiento. No tomaría mucho
tiempo en llegar.

Los dos amigos de Casimir lo agarraron desde atrás


mientras Casimir saltaba desde el frente. Vadim pudo
escuchar a la gente a su alrededor gritar sobre la injusticia de
que los otros dos hombres saltaran sobre él, pero no podía
esperar nada menos de Casimir.
Con una áspera risa, Vadim atacó, rasgando a los dos
hombres a su espalda y lanzándolo varios metros lejos. Cortó
a través de la cara de Casimir, rasgando profundamente su
mejilla. Al mismo tiempo que sintió las garras de Casimir
rastrillar su costado.

Rugió, agarrando a Casimir por su garganta y


empujándolo hacia atrás. Uno de sus amigos rasgaba la
espalda de Vadim, haciéndolo arquearla de dolor.
Rápidamente giró una pierna alrededor, barriendo los pies del
hombre para que cayera debajo de él.

Mientras Casimir lo alcanzó de nuevo, Vadim clavaba


profundamente las garras en el hombre debajo de él y rasgó
su garganta. Supo por el gorgoteo proveniente de él que este
estaba fuera de la pelea.

Girando alrededor, se sacudió a Casimir de encima,


alcanzando al próximo hombre. Quería dejar a Casimir para el
final. Usando sus manos y dientes, despachó al segundo
hombre antes de volverse y encarar a Casimir.

—Ahora tú. —Se rió mientras avanzaba hacia él.


Casimir lucía asustado un momento antes de girar y correr
con Vadim pisándole los talones. Atrapó a Casimir en tan solo
unos metros, saltando encima de él, inmovilizándolo en el
suelo.

Vadim lo sujetó abajo con una fuerte mano alrededor de


su garganta. —¿Te rindes? —le gruñó. Casimir lo fulminó con
la mirada, sacudiendo su cuerpo varias veces para sacarse de
encima a Vadim.

Dejando que sus garras se hundieran en la garganta de


Casimir lo suficiente para hacer que sangrara, le preguntó de
nuevo, —¿Te rindes?

Los hombros de Casimir se desplomaron mientras


lentamente asentía con la cabeza. —Di las palabras, así todos
podrán oírlas de ti, —exigió Vadim.

—Me rindo, —escupió con su rostro enrojecido por la


ira.

Vadim lo miró hacia abajo por varios segundos en


silencio antes de liberarlo y ponerse de pie. Se volvió para
mirar los atónitos rostros de su manada. Su voz era dura y
fría mientras hablaba lo suficientemente alto para que los que
estaban reunidos ahí pudieran escucharlo.

—Esta manada es mía. Sashenka es mío. Toda amenaza


a cualquiera es una amenaza contra mí, y voy a eliminar a
cualquiera que quiera arrebatarlos de mí. Sostengo a esta
manada con el poder de mi cuerpo, la fuerza de mi mente y la
devoción de mi corazón. Cualquiera que tenga un conflicto
con eso que dé un paso adelante.

Observó y esperó para ver si alguien daba un paso


adelante hasta que escuchó a alguien aplaudir lentamente.
Otro se le unió y otro más, hasta que toda la multitud estaba
aplaudiendo y vitoreando a su nuevo alfa.

Vadim sintió un gran estremecimiento atravesando su


cuerpo. Arqueándose, con su cabeza cayendo hacia atrás y
sus brazos hacia afuera apuntó a la luna, Vadim dejó salir un
largo y profundo aullido de triunfo. Los miembros de su
manada hicieron eco con sus propios aullidos.

Tomó varias y profundas respiraciones de aire tratando


de calmarse, atrapando a Sasha en sus brazos mientras el
pequeño hombre se lanzaba a los brazos de Vadim.
Abrazándolo cerca de él, Vadim hizo una mueca debido al
dolor en el costado de su espalda.

—Oh, Vadi, estaba tan asustado. ¿Estás bien? —Sasha


susurró mientras enterraba su cara en el pecho de Vadim.

—Estoy bien, majiktoka. Nada que un baño caliente,


una buena comida y un poco de descanso no puedan curar.

Golpeando el pecho de Vadim, Sasha lo miró hacia


arriba mientras su mano caía para asentarse en su cadera.
Vadim no pudo evitar que una sonrisa cruzara sus labios. Su
pareja estaba un poco cabreada. Vadim imaginó que estaba a
punto de ser reprendido por su pareja. Él tenía razón.

—Juega todos los pequeños juegos que quieras, pero no


es bueno para ti dejar que te lastimen. ¿Lo he dejado claro?
Ahora me perteneces, y me rehúso a sentarme alrededor
mientras eres lastimado. ¡La próxima vez que decidas probar
un punto, hazlo sin derramar sangre!

—¡Sashenka! —dijo Gregor amonestándolo.

Vadim podía ver que estaba sorprendido por el


comportamiento de Sasha. No podía culpar a Gregor. Acababa
de ver a Vadim hacerse cargo no solo de uno, ni dos, sino de
tres lobos adultos y ganar.

—Lo digo en serio Vadim. No voy a dar pie atrás con


esto. Pudiste haber sido seriamente lastimado. Sólo mírate, tu
camisa esta rasgada y tienes rasguños por todo el costado y
tu espalda. ¿Qué si algo serio te hubiese sucedido? ¿Dónde
estaría yo?

—¡Sashenka! —Gregor intentó de nuevo.

—¿Qué? —Sashenka gritó mientras se daba la vuelta


para mirar a Gregor.

—¿Realmente piensas que debes hablarle de esa


manera a tu alfa?

Resoplando, Sasha entornó sus ojos. —Oh por favor, él


no lastimaría un pelo de mi cabeza. Además, él puede ser mi
alfa, pero es mi pareja. Puedo hablar con él de la maldita
manera que me dé la gana. Él sabía cuál iba a ser el resultado
antes de aceptar este estúpido desafío. ¡Él podría haber
evitado ser lastimado!

Vadim simplemente se cruzó de brazos, sonriendo,


mientras miraba a su pareja volcar su ira en Gregor. Él se
quería reír, pero pensó que ahora no era el momento
apropiado. Sasha era pequeño, pero tenía un temperamento
más grande que la vida.

Era gratificante para él que Sasha no le tuviera miedo.


Nunca quiso que le tuviera miedo. También era algo bueno
que Sasha estuviera lo suficientemente cómodo con él para
que no tuviera miedo de enojarse. Además, era malditamente
lindo cuando estaba enojado.

—¿Él sabía el resultado del desafío? —Gregor le


preguntó a Sasha, su duda era clara en su voz.

Sasha dejó de gritar para mirar a Gregor sorprendido.


—Por supuesto que sí. ¿Has visto lo grande que es? Casimir
fue un idiota por enfrentarse contra él, incluso con sus dos
amigos. Recuerdas que Vadim se convirtió en alfa por eliminar
al Alfa Valeriya y a sus dos betas, ¿verdad?

—Bueno, sí, pero…

—Sin peros, Gregor. Él sabía exactamente lo que estaba


haciendo. Sin embargo, —dijo Sasha mientras se daba vuelta
a mirar a Vadim—, ¡sabiendo el resultado, debería haber
evitado ser lastimado! y ellos me llaman estúpido. —Resopló.

Vadim se echó a reír. Disfrutaba mirando a su pareja


darle su opinión a Gregor. La confusión en el rostro de Gregor
fue un bono añadido.

—¿Alfa Vadim?

—No te preocupes, Gregor. Mi pareja tiene razón.


Debería haber evitado que me lastimaran. —Le dio a Sasha
una tierna mirada mientras envolvía sus brazos alrededor de
él—. Te lo prometo, majiktoka, me esforzaré para no ser
lastimado la próxima vez que decida jugar.

—¿No está enojado porque le estaba gritando?

—Por supuesto que no. Sasha tiene todo el derecho de


gritarme. Él es mi pareja. Sólo está preocupado por mí. ¿Tú
pareja no te grita cuando haces algo estúpido?

—Bueno, sí. —Gregor se rió—, pero usted, es el alfa.

—Aún soy la pareja de Sasha. Si alguien más me habla


de esa forma terminará como Casimir, pero con Sasha, creo
que es maravilloso. Significa que se preocupa por mí. Si no lo
hiciera, no se tomaría el tiempo para estar enojado conmigo.
Además, creo que es adorable.
Sasha miraba con curiosidad mientras entraba a la casa
del alfa. En todas sus transacciones con el viejo alfa él nunca
había estado realmente dentro del gran edificio. Había hecho
todo lo posible para evitar estar en cualquier lugar cerca del
hombre.

La mayoría de las veces había tenido éxito. Aunque la


última vez, el alfa le había exigido que lo acompañara a la
reunión con el concejo de manadas. Él no tenía otra opción
cuando se enfrentaba a una orden directa de su alfa, así que
había ido.

Gracias a Dios que lo había hecho, o nunca se hubiera


encontrado con su pareja. Mirando hacia el gran hombre.
Sasha se preguntaba cómo había tenido la suficiente suerte
para que un hombre como ese fuera suyo. Vadim era fuerte,
musculoso y sexy como el infierno.

No lastimaba el pensar que él también lo encontraba


caliente. En realidad, le daba a Sasha un poco de emoción
saber que el gran hombre sentía lujuria por él, pero de buena
manera. Muchos hombres habían sentido lujuria por él. Mira a
Casimir. Pero Vadim era diferente.

Había en él, algo especial. Sasha no tenía dudas de que


Vadim podía limpiar el suelo con él, pero nunca había usado
su fuerza para hacerle daño, en su lugar la usaba para
mantenerlo a salvo. Nadie había hecho eso por él antes.
Era un sentimiento único. Al igual que los otros
sentimientos que Vadim le inspiraba. Sasha todavía estaba
aturdido por el conocimiento de que Vadim le pertenecía.
Simplemente no parecía posible. Nada como esto le había
pasado nunca.

—Sasha, ven a ver esto. ¿Alguna vez habías visto algo


como esto? —preguntó Vadim, rompiendo las reflexiones de
Sasha. Se volvió para mirar nuevamente hacia Vadim y lo vio
observando una blanca estatua de mármol de un lobo situada
a la entrada del salón formal.

Se acercó para unirse a él, su brazo se deslizó


fácilmente alrededor de su cintura. Vadim tenía razón. La
estatua había sido tallada tan bien que casi lucía real. Era una
verdadera belleza. Sasha se preguntó dónde había obtenido el
alfa anterior tan exquisita pieza.

—Es maravillosa. Hace que te preguntes, ¿cuánto pagó


el alfa por ella? Es decir, mira este lugar. Es un maldito
palacio. Los suelos de madera, la entrada de mármol, paneles
de madera, una gran escalera y los muebles. ¿Habías visto
muebles como estos fuera de una revista? Estas cosas, la
decoración, las obras de arte, los muebles deben haber
costado una fortuna.

—Tienes un punto, Sasha. Si esta es una simple villa de


pescadores ¿de dónde viene el dinero para pagar todo esto?
Creo que estoy comenzando a ver un patrón aquí, pero aún
no he tenido la oportunidad de ver los libros y esas cosas, no
puedo estar seguro. Sin embargo, si estoy en lo correcto, las
personas en la Isla de Vourdala han estado siendo
trasquilados por su alfa durante bastante tiempo.

—¿Trasquilados? ¿Al igual que, trasquilar la lana a las


ovejas? ¿Ordeñar hasta dejarlas secas? ¿Apretar hasta la
última gota de sangre del nabo?

Vadim se volvió para mirar a Sasha, con la boca abierta


debido a las sarcásticas palabras. —¿Qué? —se rió.

Sasha se encogió de hombros. —Bueno, eso no me


sorprende. En realidad creo que nada lo que ese hombre
pudiese hacer me sorprendería. Te dije que era un ególatra
que pensaba que era el dueño del mundo entero. Habría
pensado que el dinero de la manada era suyo debido a que él
era el alfa.

—Está bien, lo entiendo, ¿Pero trasquilar la lana de las


ovejas? Eso es un poco duro, ¿no crees? ¿Realmente piensas
que la manada es estúpida?

Sasha negó con la cabeza. —No, para nada. Pero


después de un tiempo, ellos aprendieron a mantener su
cabeza baja y mirar hacia otro lado, cuando sucedían cosas
que no eran correctas. Realmente no puedo culparlos. Sus
propias vidas y las de sus familias estaban en peligro. Pero
eso aún no hace que sea correcto.

—¿Por qué nadie le dijo algo al concejo? Ellos podrían


haber intervenido. Para eso están ellos.

—¿Cuándo? A nosotros normalmente no se nos permitía


dejar la isla. ¿Cómo se supone que hablaríamos con el
concejo cuando no podíamos dejar la isla para hablar con
ellos? No es que pudiéramos enviarles señales de humo u otra
cosa.

—Sasha, —Vadim lo amonestó por su tono sarcástico.

Sasha sintió sonrojarse por la vergüenza mientras


dejaba caer la cabeza a su pecho. No era la culpa de Vadim
que el Alfa Valeriya hubiese sido un idiota. Él no había hecho
nada más que demostrarle a Sasha que era un hombre
honorable. Sasha no debería descargarse con él.

—Lo siento, Vadi. Sabes que estoy tratando de entender


las cosas.

Vadim tiró de la mano de Sasha y empujó al pequeño


hombre a sus brazos. Envolvió sus brazos alrededor de él,
inclinándose para besar la parte superior de su cabeza. —Está
bien, majiktoka, sé que no hablabas en serio.

Sasha inclinó su cabeza hacia atrás para mirar a su


amante. —Es solo que esta manada, estas personas, son
realmente grandiosas. La mayoría de ellos te darían la camisa
que llevan puesta. En los últimos años desde que el Alfa
Valeriya llegó al poder, los he visto transformarse de una
manada maravillosamente bondadosa a personas que tienen
miedo incluso de tener cachorros.

—¿Por qué tendrían miedo de tener cachorros?

—Impuesto de cachorros. Cuota de iniciación de la


manada. Y dios, olvida querer casarte, —Sasha respondió con
tristeza.

—¿Impuesto de cachorros? ¿Cuota de iniciación de la


manada? ¿Qué demonios es eso? —preguntó Vadim,
totalmente desconcertado—. Nunca he escuchado de tales
cosas.

—El impuesto de cachorros es un impuesto que los


padres tienen que pagar cuando nace su hijo y luego cada
año en su cumpleaños hasta que el niño cumpla dieciocho
años. La cuota de iniciación de la manada es una cuota que se
debe pagar cuando los niños son presentados a la manada.
Afortunadamente, eso es algo que ocurre una sola vez.

—¿Tienes que pagar impuestos para tener cachorros?


¿Por qué?

Sasha movió su mano alrededor de la gran sala en la


que estaban parados. —¡Duh!

Vadim se rió. —Está bien, Sasha, entiendo. ¿Supongo


que lo mismo se puede decir de la cuota de iniciación de la
manada? ¿Pero por qué los miembros de la manada no se
podían casar? ¿Otro impuesto?

Sasha negó con la cabeza. Pudo sentir el calor en su


cara y sabía que estaba al rojo vivo. Rápidamente bajo su
cabeza y la enterró en el pecho de Vadim.

—¿Majiktoka? ¿Qué es? —susurró suavemente en la


mente de Sasha. Sasha simplemente agitó su cabeza.

—¿Gregor? —finalmente habló.

—¿Sí, alfa? —Gregor le respondió mientras se acercaba


rápidamente.

—¿Por qué los miembros de la manada no quieren


casarse?

—No pienso que ellos no quieran casarse, Alfa Vadim, —


respondió Gregor, dando un rodeo.

—¿Pero? —Gregor comenzó a ponerse tan rojo como


estaba Sasha—. ¿Gregor? Quiero saber, y lo quiero saber
ahora.

Gregor asintió. —Sí, Alfa Vadim. Era la política del ex


alfa que en la noche de bodas de cualquier miembro de la
manada, él tenía que… bueno, él… eso es lo que él dijo.

—Gregor, estoy empezando a perder la paciencia. —


Gruñó Vadim.

—El alfa tenía que pasar la noche de bodas con la novia


y el novio antes de que ellos fueran capaces de consumar su
matrimonio, —Sasha murmuró en voz baja en la mente de
Vadim.

Sasha miraba, mientras Vadim no decía nada, sólo


cerró sus ojos. Gentilmente acarició con sus manos los brazos
de Vadim, tratando de calmarlo. Sasha pudo sentir que
apenas podía controlar la rabia que nuevamente llenaba a su
pareja. Esto parecía ser un tema recurrente aquí.

Finalmente, Vadim abrió sus ojos. Sus ojos estaban casi


negros, pesados por la rabia. El Alfa Valeriya tenía mucho por
lo que responder y Vadim tenía mucho trabajo por delante.
Esta manada estaba completamente dañada. Dudaba que
fuera capaz de comprender todo en un corto plazo.

—¿Alfa Vadim? ¿Desea continuar con esa práctica? —


preguntó Gregor.

—¡No! No deseo continuar con esa práctica, —gruñó.

Por el rabillo del ojo, Sasha vio a Nikolai y Viktor


caminar hacia el lugar en donde se encontraban. Estaba
seguro que podían escuchar la agitación en la voz de Vadim.

—Vadi, por favor, no es culpa de Gregor. Te lo dije, no


se nos permitía salir de la isla. No teníamos manera de
detener esto. El Alfa Valeriya tenía varios miembros de la
manada alrededor de él que eran más fuerte de lo que
nosotros éramos. No podíamos detener esto.
Vadim respiró hondo varias veces. —Quiero dejar esto
perfectamente claro así no habrá malos entendidos, Gregor.
Sasha es mi pareja. Por lo tanto, en ningún momento
participaré en algo sexual con nadie excepto él. Si hay
parejas en la isla que desee casarse, ellos se pueden casar.
No exigiré tiempo con ellos.

—¿Y el impuesto a los cachorros? —le recordó Sasha.

Vadim asintió. —Tampoco habrá impuesto a los


cachorros o cuota de iniciación de la manada. Estoy seguro
que hay un montón de otras cuotas que el Alfa Valeriya tenía
en este lugar que aboliré con el tiempo. Primero necesito
saber cuáles son.

Gregor asintió alegremente. —Estaré más que feliz de


sentarme con usted y repasar todas las políticas que el Alfa
Valeriya había implementado, después de que usted se haya
asentado, alfa Vadim.

—Gracias, Gregor. Lo apreciaría mucho. Por lo que me


ha dicho mi Sasha, ésta manada tiene un montón de gente
maravillosa en ella y que han sido fastidiados por bastante
tiempo. ¿Tú entiendes que llevará mucho trabajo hacer
funcionar esta manda, no es así?

Gregor asintió. —Sí. Pero esta manada lo vale. Gane su


confianza y respeto y no habrá nada que ellos no hagan por
usted.

—Ya veremos. Casi estoy asustado de descubrir que


otras cosillas me ha dejado el Alfa Valeriya. Sasha tiene
razón. Era un hombre ególatra quien pensaba que el mundo,
o al menos su manada, le pertenecía debido a su posición.

Gregor se rió. —Creo que Sashenka describió a nuestro


ex alfa como anillo al dedo. Él pensaba que era un hombre
divino. Él creía que al regir la manada esta le debía todo y
según su capricho, incluso su existencia.

—Vamos, les enseñaré el resto de la casa.

—Casa, casita. Este lugar es una pesadilla. —Sasha


susurró mientras él y Vadim seguían a Gregor de una
habitación a otra. Odiaba este lugar. Además del hecho que
tenía miedo de respirar por sí quebraba algo, este no era un
lugar para criar cachorros.

—¿No te gusta el complejo del alfa, majiktoka?

Sasha meneó la cabeza. —En realidad no. Quiero decir,


mira este lugar. Es más un museo que un hogar. Es frío y
poco acogedor. No hay nada aquí que de sosiego a alguien.
Me da escalofríos.

—Entonces, si no te gusta cámbialo. —Se rió Vadim.

—¿Cambiarlo? ¿Quieres decir redecorarlo? No tengo el


dinero para hacer eso, —Sasha respondió aun cuando
comenzó a mirar alrededor y planear que le gustaría cambiar.

—Puede que tú no, mi amor, pero yo sí. Por lo tanto, a


menos que quieras poner asientos de oro en el inodoro, no te
preocupes por el costo. Cambia todo lo que quieras. Esta
ahora es tu casa, ya lo sabes, quiero que seas feliz aquí.

—Me gusta cuando me llamas así. —Sasha le sonrió a


Vadim, apretando su mano.

—¿Llamarte qué? —preguntó con curiosidad Vadim.

—Mi amor.

—Bien. Tú eres mi amor, mi pareja. Lo vas a escuchar


mucho, así que será mejor que te acostumbres. —Vadim
sonrió—. Pero, ¿te digo un pequeño secreto? Me gusta cuando
me llamas Vadi. Todos me llaman Vadim. Nadie más que tú
me llama Vadi, —le dijo solamente a Sasha.

Sasha se sonrojó mientras agachaba la cabeza. —


También me gusta. Creo que es una de las otras cosas que
me gustan, —dijo mientras miraba a Vadim a través de sus
pestañas.

Vadim levantó una ceja en pregunta mientras miraba a


su pareja. —¿Oh? Dímelo, mi amor, por favor.

Sasha sintió nuevamente el calor en su rostro ante el


sugestivo tono en la voz de Vadim.

—Creo que esta noche cuando estemos solos, podrás


explicar en detalle, todas las cosas que te gustan. —Vadim
sonrió.

—De acuerdo. —Sasha se rió, con sus ojos brillando


ante la lujuria de Vadim.

Vadim cerró la puerta de la habitación lo más


silenciosamente que pudo, luego caminó por el pasillo hacia
las escaleras. Su pareja se había quedado dormido justo
antes de terminar de cenar. Había hecho todo lo que pudo
para no unirse con Sasha mientras lo cargaba hasta su cama.

Desafortunadamente, tenía otras cosas que necesitaba


hacer antes de poder unirse a Sasha. Como averiguar la
magnitud del daño que el Alfa Valeriya había hecho, y cuanto
iba a tomar arreglarlo. Estaba bastante seguro que tenía
mucho trabajo por delante.

Al entrar en el estudio, encontró a Viktor y Nikolai


sentados frente al fuego, cada uno tenía un vaso de whisky
en sus manos. Rápidamente se sirvió una copa y se sentó
cerca de ellos, mirando distraídamente la chimenea
encendida.

Tenía mucho en que pensar. Sólo tenía que entender


todo esto y poner sus prioridades. Sasha y su confort venían
primero junto a sus hijos. Luego la manada, y todo lo demás.
Corregir los errores cometidos por el Alfa Valeriya sería un
largo camino para lograr todo eso.

Sólo era cuestión de qué hacer primero. Vadim miró


hacia sus dos mejores amigos e hizo una mueca al ver el
disgusto que veía en sus caras. Entonces, ellos también lo
estaban sintiendo.

—¿Alguna idea?

—¿Hacer un ritual vudú, traer su culo de regreso y


matarlo otra vez? —Viktor preguntó sarcásticamente.

Vadim puso los ojos en blanco mientras se recostaba en


la silla. —Como si no lo deseara.

—¿Alguna vez has visto una manda tan dañada? —


preguntó Nikolai.

—No creo que haya una manada en tan mal estado. No


creerán la mitad de las cosas que Sasha y Gregor me
contaron hoy. El Alfa Valeriya tenía a estas personas bajo su
pulgar y las dirigía como si fuera dueño de su pequeño feudo.
Es como si pensara que era su rey o algo así.
—Sí, él era un cachorro enfermo.

—¿Vale la pena, Vadim? —preguntó Nikolai unos


minutos después.

Vadim volvió la cabeza para mirar a su hermano menor.


—¿Qué es lo que vale la pena?

—¿Tener una pareja? ¿Vale la pena toda esta mierda?


Sé que no querías ser alfa. Siempre te mantuviste apartado
para evitar cualquier pelea o desafío, así no serías atrapado
en algo como esto. ¿Sasha vale todo esto?

Vadim se inclinó hacia adelante, descansando sus codos


en sus rodillas mientras hacía girar el oscuro liquido alrededor
de su vaso. —Tienes razón. Nunca quise la responsabilidad de
ser un alfa. Nunca quise responsabilizarme por nadie más
excepto mi familia inmediata y mi mismo. Ahora tengo a toda
una manada que me está mirando buscando orientación.
Daría todo por no estar en esta posición.

Vadim se quedó en silencio por unos momentos


mientras pensaba como poner en palabras los sentimientos
que tenía por Sasha, por tener a su pareja. No estaba seguro
que las palabras pudieran transmitir los sentimientos que
tenía por su pequeña pareja.

—Renunciaría a todo menos a Sasha. Si regir a esta


manada es el precio que debo pagar por tener a Sasha en mi
vida, con mucho gusto lo haría cien veces más.

—¿Es así de bueno? —preguntó Nikolai, con clara


incredulidad en su voz.

Vadim asintió, una pequeña sonrisa cruzó sus rasgos


ante el pensamiento de su pareja durmiendo arriba. —Es
mejor que bueno, Nikolai. Lo es todo.

—Eres bienvenido a intentarlo, —Nikolai sonrió—. ¿Yo?


Espero nunca encontrar a mi pareja. Los vuelve unos tontos
sensibles en todo momento.

—Sabes, yo también solía pensar como tú. —Se rió


Vadim—. Y luego conocí a Sasha. Realmente no hay forma de
describir el sentimiento de encontrar a esa única persona que
es tuya. Es como si él me completara.

—No lo van a entender hasta que les suceda a ellos,


Vadi. —Sasha susurró en la mente da Vadim mientras entraba
a la habitación. La manta en la que estaba envuelto caía todo
el trecho hasta al suelo dejando un rastro detrás de él. Vadim
sonrió a su pareja mientras abría automáticamente sus
brazos.

Sasha se acercó tranquilamente y se sentó,


acurrucándose en el regazo y alzó su cara para recibir un
beso.

—Hola, majiktoka, ¿estuvo bien la siesta? —preguntó


Vadim, acariciando un lado del cuello de Sasha.

—No podía dormir sin ti ahí. —Sasha hizo un puchero,


haciendo que todos en la habitación rieran.

Vadim puso la cabeza de Sasha contra su pecho. —¿Por


qué no tratas de dormir un poco ahora? Viktor, Nikolai y yo
necesitamos discutir algunas cosas antes de que podamos
irnos a la cama.

Sasha ni siquiera asintió. Sólo se curvó más


estrechamente en los brazos de Vadim, tirando la manta
alrededor de él, cerrando los ojos. Vadim le sonrió
afectuosamente, su mano subió para acariciar suavemente un
lado de la cara de Sasha. Él realmente era adorable.

—¡Uck! Vosotros dos me hacéis enfermar. Ahora, sólo


mírate, todo acaramelado y esa mierda. Ni siquiera se
conocían uno al otro el mes pasado, y ahora ¿Uno no puede
dormir sin el otro? ¡Qué patético es eso! —resopló Nikolai.

Alzando su cabeza para mirar hacia su hermano, Vadim


levantó una ceja. —Hay mucho más en el acoplamiento que
no ser capaz de dormir sin el otro, Nikolai. En verdad deberías
probarlo antes de descartarlo tan fácilmente.

—Como sí. ¿Por qué querría estar permanentemente


conectado con alguien cuando puedo jugar con varias
personas? No, mejor tú que yo. Me queda mucha vida por
vivir antes de derrumbarme. Tal vez cuando sea viejo y
necesite a alguien que cuide de mí o algo así.

Vadim se rió. —Hay mucho más en el estar acoplado


que tener a alguien que te cuide, Nikolai.

—¿Oh sí? ¿Cómo qué? ¿Nunca tener tiempo para ti


mismo? ¿Sólo ser capaz de hacer el amor con la misma
persona por el resto de tu vida? No gracias.

—Apuesto que podría demostrárselo. —Sasha le sonrió


a Vadim mientras su mano intentaba salir bajo la manta para
apretar gentilmente a través de sus pantalones la polla de
Vadim.

Vadim tragó duro, mirando hacia abajo rápidamente


para asegurarse de que la manta que cubría a Sasha los
estuviera cubriendo a los dos. Trató de mantener su cara
seria mientras Sasha silenciosamente desabrochaba sus jeans
y sacó su repentinamente dolorosa polla fuera de sus
pantalones.

Sabía que el aroma de su excitación comenzaba a


penetrar la habitación. ¿Cómo podrían sus betas no olerlo?
Viktor sólo rodó sus ojos, pero estaba acariciando su polla a
través de sus pantalones. Parecía estar tomando las cosas en
sus propias manos. Nikolai los miraba, con sus ojos vidriosos
por la lujuria. Él prácticamente estaba babeando.

Vadim quería reír, pero estaba muy ocupado tratando


de no gemir. Sasha había comenzado a acariciarlo, con sus
dedos jugando gentilmente con la pequeña abertura en la
parte superior de su polla y las glándulas bajo la cabeza.

—Sasha, mi amor, si no te detienes ahora, no seré


responsable de mis acciones, —gruñó entre sus apretados
dientes.

Los ojos de Sasha estaban entrecerrados mientras


miraba a Vadim. —¿Quién dice que quiero que seas
responsable? —Tenía un brillo diabólico en sus ojos mientras
se giraba para sentarse a horcajadas sobre el regazo de
Vadim. Sosteniendo la punta de la manta, la abrió.

Vadim casi se tragó su lengua. Sasha estaba desnudo


bajo la manta. —Sasha.

—¿Sí, chico grande? ¿Hay algo que quieras decir? —


Sasha sonrió.

Vadim agarró a Sasha por sus caderas para sostenerlo


mientras Sasha movía sus piernas hasta acomodarse sobre la
dura y sobresaliente polla de Vadim, deslizándola hacia
adelante y atrás entre sus mejillas desnudas.

Vadim apretó su mandíbula brevemente mientras


trataba de controlar su furiosa lujuria ante la vista de su
hermosa y desnuda pareja. Miró hacia la puerta detrás de
Sasha. Las escaleras estaban demasiado lejos. Necesitaba
ahora a su pequeña pareja.

Mirando sobre el hombro de Sasha, vio que Viktor y


Nikolai se estaban entreteniendo en otro lugar, sus ojos
estaban cerrados, sus cabezas inclinadas en el respaldo de las
sillas. Cada uno estaba acariciando su propia y fuerte
erección. El olor de la excitación en la habitación era tan
fuerte que dominó casi todo lo demás.

—Vadi, —Sasha dijo en voz alta, llamando nuevamente


su atención.

Al demonio con esto, Vadi pensó mientras lo volteaba


hasta que no pudo ver su cara, su espalda comenzó a
inclinarse nuevamente contra el agitado pecho de Vadim.
Agarró la manta y la colocó sobre Sasha, cubriendo su
desnudo cuerpo de las repentinas miradas interesadas de
Viktor y Nikolai.

—Abre tus ojos, majiktoka, míralos. Ve lo que les has


hecho, —Vadim dijo en la mente de Sasha mientras alcanzaba
la prueba de su buena disposición.

—¿Estás mirando, Sasha? —susurró nuevamente en la


mente de Sasha mientras comenzaba a frotar contra la
ansiosa entrada de Sasha—. Inclínate hacia adelante,
majiktoka.

Sasha puso sus manos en las rodillas de Vadim y se


inclinó hacia adelante, arqueando su espalda llevando su culo
hacia arriba. Sus vidriosos ojos nunca dejaron los dos
hombres frente a él. Viktor y Nikolai también lo estaban
mirando, sus manos lentamente acariciaban sus largas pollas
para sacar su placer.

Vadim palmeó cada lado del culo de Sasha, apartando


sus mejillas y desnudando su fruncido agujero antes su
hambrienta mirada. Sintió a Sasha estremecerse contra él
mientras frotaba el pulgar a través de él. Sonrió. —¿Estás
cerca, Sasha?

—¡Oh, infiernos sí! —los ojos de Sasha se pusieron en


blanco cuando Vadim rápidamente quitó la manta y se
estiraba para acariciar su polla. Al mismo tiempo, que
empujaba un dedo en el culo de Sasha.

—Entonces vente por mí, majiktoka. Muéstrales lo


hermoso eres cuando te vienes. —Tiró de la espalda de Sasha
para que se inclinara contra él mientras miraba hacia la
sorprendida mirada de Viktor y Nikolai. Estaban viendo a
Sasha en lo mejor, en la agonía de la pasión. No había nada
en la tierra más digno de ver.

—¡Vadi! —Sasha gritó cuando comenzó a empujarse


contra Vadim. Gimió otra vez cuando Vadim aceleró sus
caricias, llevando a Sasha hasta el mismo borde. Una lamida
sobre la marca de acoplamiento en el cuello de Sasha y él
explotó, derramando todo sobre ellos dos.

—Maldita sea, Vadim, él es increíble. —Susurró Viktor


mientras continuaba acariciándose a sí mismo.

Vadim sonrió mientras empujaba a Sasha hacia


adelante, de manera que quedó extendido sobre sus piernas y
su cabeza descansaba en las rodillas de Vadim. Su culo
estaba bellamente levantado, justo como él lo quería, listo y
ansioso por él.
—Aún no has visto nada, —dijo mientras se empujaba
dentro de la caliente entrada de Sasha y gemía ante la
sensación de opresión de su pareja envolviendo su dura polla.
Agarrando a Sasha por los hombros, tiró de él hacia atrás y
Sasha inmediatamente se deslizó por la polla de Vadim.

—Vadi, —Sasha exclamó, su agotada polla comenzaba a


volver a la vida.

—¡Dios mío! —Viktor exclamó atónito—. Se está


poniendo duro otra vez.

—Te lo dije. —La risa de Vadim se convirtió en un largo


gemido cuando Sasha se levantó y se sentó, empalándose a sí
mismo en la dolorosa polla de Vadim.

Sasha apoyó sus manos en las rodillas de Vadim, con


las piernas a cada lado por el exterior de las piernas de
Vadim. Usando toda su fuerza, Sasha empezó a bombear sus
caderas contra las suyas, bombeando la polla de Vadim en su
culo tan duro como podía.

Vadim agarró firmemente las caderas de Sasha y


rápidamente se hizo cargo, levantándolo para luego bajarlo
duro repetidas veces. Pudo sentir las glándulas bajo la cabeza
de su polla comenzar a hincharse. Estaba solo a unos minutos
de venirse.

—Acaríciate, Sasha. Quiero que te vengas otra vez.


Muéstrales por qué eres tan especial, —demandó Vadim.

—Joder, Vadim, ¿se va a venir otra vez? —gimió Viktor


con asombro.

—Mi Sasha es muy receptivo. Mira y aprende. —Vadim


tiró de la espalda de Sasha y hundió sus colmillos en la marca
de acoplamiento. Una mano se movía para tirar el anillo de
pezón de Sasha. Como esperaba, Sasha gritó en voz alta
mientras estallaba otra vez, derramando a borbotones su
semilla sobre sus muslos.

Vadim vio con orgullo cuando los ojos de Viktor se


pusieron en blanco, y su polla entraba en erupción, blanca
crema humedecía su mano y regazo. Nikolai sólo estaba a
segundos detrás de él. Sus fuertes gemidos en el clímax
llenaron la habitación.

¡Oh sí!, Su pequeña pareja era especial. Podía hacer


que una habitación llena de hombres calientes se arrodillara,
incluyéndolo a él. El cuerpo de Vadim se arqueó mientras
penetraba a Sasha una vez más, llenándolo con su propia
esencia.

—¡Oh dios, Sashenka… joder, majiktoka! —gritó.

Sasha se echó hacia atrás y rodeó con sus brazos la


cabeza de Vadim. Vadim sintió la lengua de Sasha moverse
sobre la marca de acoplamiento que él le había hecho. Vadim
se estremeció, con sus brazos firmemente apretados a su
alrededor.

—Mi Vadi.
Sasha miró con nerviosismo alrededor de la guardería.
Debido a que los niños estarían aquí en cualquier momento y
debía terminar la guardería. Esperaba que les gustara.
Esperaba que le gustara a Vadim. Esperaba que él hubiese
hecho un buen trabajo decorándola.

Era difícil de creer que en cuestión de horas, sería un


padre a tiempo completo. Era una gran responsabilidad. Una
que lo asustaba y sacaba de sus casillas a Sasha.

—Deja de preocuparte hasta morir, majiktoka. Lo vas a


hacer muy bien. Los niños te van a adorar tanto como lo hago
yo, —Vadim susurró en la mente de Sasha, interrumpiendo
sus desalentadores pensamientos.

Sasha hizo rodar sus ojos. Era el mismo argumento que


Vadim le había dado cada día. Sasha estaba contento de que
Vadim confiara en él, pero todavía no calmaba sus dudas.

—Ven a mí, majiktoka. Te necesito, —demandó Vadim,


enviando un escalofrío por la columna vertebral de Sasha.

—¿Qué sucede? —preguntó Sasha, caminando


inmediatamente hacia la planta baja. Mientras bajaba hacia el
pasillo del estudio de Vadim, observaba con detenimiento los
cambios que había hecho en el último par de días.

Las estatuas, jarrones, obras de arte y muebles de


incalculable valor se habían ido. En su lugar había pinturas
cuidadosamente seleccionadas y muebles más cómodos.
Objetos entre los cuales Sasha no tenía miedo de estar
rodeado.

Vadim había hecho arreglos para que todo lo que Sasha


había quitado, fuera cuidadosamente embalado y almacenado
hasta que pudieran ser catalogados. A través de las
conversaciones que había sostenido con Gregor, Vadim se
había enterado que la mayoría de las cosas que Sasha había
eliminado pertenecían a miembros de la manada.

Quería devolver los artículos a sus dueños originales,


pero primero tenía que averiguar quiénes eran. Nadie se
había presentado. Vadim sabía que estaban esperando
conocerlo más. Muchos de los miembros de la manada tenían
miedo de que pudiera ser como los alfas anteriores.

La única cosa que podía hacer era seguir siendo tal cual
era y esperar que ellos eventualmente lo aceptaran. Gregor
era de gran ayuda en esa área. Se había reunido con Gregor
para los negocios de la manada varias veces y había
comenzado a respetar al hombre mayor por su honestidad y
mente rápida.

Sasha sonreía mientras abría la puerta del estudio y


entraba caminando para encontrarse a Gregor sentado frente
a su pareja. Estaban nuevamente ocupados. Gregor había
estado aquí tanto tiempo en los últimos días que Sasha
estaba pensando pedirle que se mudara. Se había convertido
en un integrante más alrededor de los complejos del alfa.

Su esposa, Mary, era otro grandioso integrante del


complejo. Sasha no sabía que habría hecho sin ella en el
último par de días. Además de ser una gran cocinera, sus
ideas de decoración y sus pequeños consejos sobre la crianza
de los niños eran como el oro para Sasha.
Sasha caminó alrededor de la mesa en que Gregor y
Vadim estaban sentados y se apoyó contra Vadim,
sentándose en uno de los brazos de su silla. Se inclinó y lo
besó en el hombro.

—¿Me llamaba señor?

Vadim se reclinó en su silla, tomó a Sasha por la cintura


y tiró de él para que se sentara en su regazo. —Te extrañé,
majiktoka. Necesitaba verte. ¿Es lo suficientemente bueno?

—Funciona para mí, —Sasha se rió entre dientes


mientras se acomodaba contra el fuerte pecho de Vadim.
Escuchando la risa proveniente de Gregor, se giró para
mirarlo con una ceja levantada a modo de consulta.

—Lo siento, Sashenka, pero disfruto viéndote con tú


pareja. Eres más despreocupado, alegre, y feliz de lo que te
he visto en mucho tiempo. Es bueno verlo. Le has dado
mucho más a esta manada, mucho más de lo que creo ni
siquiera te has dado cuenta. Te mereces ser feliz.

—Estoy de acuerdo, Gregor. Sasha se merece ser feliz.


Tengo la esperanza de hacer justamente eso, —respondió
Vadim, acariciando suavemente el pelo de Sasha—. Él
ciertamente me ha dado más de lo que alguna vez pudiera
darse cuenta. Puede que sólo sean unas cuantas semanas,
pero no puedo imaginar mi vida sin él en ella. Y espero nunca
tener que hacerlo.

Sasha, se sonrojó por la vergüenza, ocultando su rostro


en el cuello de Vadim. Cuando Vadim le decía cosas como
esa, lo hacía sentir completamente acogido y cálido.
Constantemente se sorprendía de que un gran alfa no
estuviese avergonzado de decirle cosas tan sentimentales y
emotivas.

La mayoría de los hombres parecían ser de ese modo,


pero no su pareja. No, Vadim le decía a Sasha tan seguido
como podía lo mucho que significaba para él. Era algo inusual
para Sasha, pero su adicción a ello estaba creciendo. Él sólo
esperaba que continuara.

—Gregor, ¿podría darnos a Vadim y a mí un momento?


necesito discutir algo con él, —dijo Sasha, levantando
repentinamente la cabeza para mirar a través de la mesa al
hombre.

—Por supuesto, Sashenka. Simplemente iré a ver a mi


esposa. Si estoy en lo correcto, debería estar preparando la
cena y el postre, con suerte justo ahora podría llegar a lamer
el plato. —Gregor sonrió mientras se levantaba y dejaba la
habitación.

Sasha esperó hasta que Gregor cerró la puerta antes de


volverse hacia Vadim. No estaba muy seguro cómo pedirle a
Vadim lo que quería, sobre todo porque no estaba
acostumbrado a pedir las cosas que quería.

—¿Sucede algo, majiktoka? —preguntó Vadim.

—No, no, no es nada malo. Sólo quería pedirte algo, y


me pareció que sería mejor hacerlo en privado, —dijo
rápidamente Sasha, tratando de tranquilizar a su pareja.

—Adelante, pregunta, mi amor.

—Bueno, he estado pensando. Me parece que Gregor ha


probado ser un buen consejero para ti. Mary también lo ha
sido para mí. No sé cómo podría haber terminado a tiempo la
guardería para los niños si ella no hubiese estado ahí para mí.
—¿Y?

—Creo que deberíamos pedirle a Gregor y Mary que se


mudaran a los complejos del alfa. Sé que Gregor sólo puede
ser tú consejero porque ya tienes a Vik y Niko como tus
betas, pero tenerlo cerca para aconsejarte podría ser una
buena idea. Tener a Mary ayudándome con los niños y todo lo
demás podría ser una gran ayuda para mí.

—Sasha, ¿quieres que Mary esté aquí porque no quieres


cuidar a los niños? —preguntó en voz baja Vadim.

Sasha miró a Vadim sorprendido. —Dios no, quiero


decir, sí, estoy nervioso por cuidar a los niños. Nunca antes
he cuidado niños. Pero dijiste que querías que yo lo hiciera, y
piensas que yo puedo hacerlo. ¿Aún crees eso, verdad?

Vadim sonrió, inclinándose para besar a Sasha en la


cabeza. —Sí, Sasha. Tengo plena confianza en ti. Vas a ser
maravilloso con ellos. No tengo ninguna duda sobre eso. Pero
aún estoy confundido de por qué quieres que Gregor y Mary
se muden aquí.

Sasha se encogió de hombros. —Creo que es buena


idea que te rodees de gente competente e inteligente. Ya
tienes a Viktor y Nikolai.

—Y a ti, —agregó Vadim.

—Y a mí. —Sasha se echó a reír—. Pero en serio, Vadi.


Creo que deberíamos pedirles que se muden con nosotros.
Creo que sería una buena medida. Gregor tiene muchos
conocimientos y experiencia con esta manada. Y Mary… Mary
sabe más sobre la crianza de niños que nadie que haya
conocido. Ambos nos pueden enseñar mucho.
—Está bien, —dijo simplemente Vadim.

—¿Está bien? —Sasha lo miró con cautela—. ¿Eso es


todo? ¿Sin argumentos? ¿Simplemente está bien?

—Sasha, yo ya lo estaba considerando. Simplemente


aún no había tomado una decisión. Primero quería hablarlo
contigo. Ahora que lo he hecho, puedo seguir adelante y
pedirle a Gregor que sea mi consejero oficial.

—¿Qué hay de Mary?

—Bueno, ella ya está cocinando y limpiando. Sé que ella


lo está haciendo por ayudar. Sin embargo, creo que
podríamos hacerlo oficial, darle las llaves de la casa y todo.
¿Qué piensas?

Sasha asintió entusiasmado. —Gracias, Vadi, —susurró


antes de inclinarse y darle a Vadim un largo e interminable
beso.

Cuando finalmente levantó la cabeza, Vadim sonreía


mientras miraba a Sasha. —¿Hay algo más que quieras?
Espero trabajar para obtener una mamada.

La respiración de Sasha repentinamente se aceleró ante


la lujuriosa mirada de Vadim. Podía oler su excitación
llenando el aire que lo rodeaba. Sólo intensificaba su propia y
creciente excitación haciéndolo endurecer como una roca.

—No tienes que ganarte una mamada, Vadi. Te las voy


a dar gratis.

Sasha se deslizó de rodillas en el suelo entre las piernas


de Vadim, estirándose para desabrochar sus pantalones y
sacando la tensa erección de estos.
La cabeza de Vadim cayó hacia atrás mientras dejaba
escapar un largo gemido. —Oh joder, Sasha, eso se siente tan
malditamente bien.

Sasha sonrió alrededor de la dura polla que acababa de


tomar en su boca. Parecía que a Vadim le gustaba que
chupara su polla casi tanto como a él le gustaba hacerlo. Es
algo que esperaba casi a diario.

Movió su lengua por la pequeña hendidura de la parte


superior. El embriagador sabor del pre-semen acumulado ahí
irrumpió en su lengua. Sintiendo tensarse el cuerpo de Vadim,
Sasha lo envolvió tanto como pudo y chupó duro y rápido.

Quería que Vadim se viniera. Lo necesitaba casi tanto


como lo necesitaba Vadim. Bombeando con su cabeza y
usando todas las herramientas que tenía en su arsenal,
también comenzó a masajear suavemente el sedoso saco de
Vadim. La rigidez del cuerpo de Vadim y el largo gemido de
su nombre fue su recompensa.

—¡Oh, joder, Sasha!

Sasha sabía que su pareja estaba cerca cuando sus


manos tomaron un manojo de los rizos rubios de Sasha, sus
caderas se elevaron para encontrarse con la boca de Sasha
mientras comenzaban a bombear. Sintiéndose un poco
aventurero, Sasha metió en su boca junto a la polla de Vadim
un dedo, mojándolo completamente antes de descender a
frotar alrededor del fruncido agujero de Vadim.

Sintió engrosar la polla de Vadim mientras se arqueaba,


sus manos tiraron hacia abajo la boca de Sasha sobre su polla
mientras llegaba a su clímax profundamente en la garganta
de Sasha. Vadim fue sacudido por estremecimientos mientras
derramaba su liberación.

Sasha rápidamente utilizó su lengua para limpiar a


Vadim, prolongando el placer con cada golpe, hasta que
estuvo limpio. Se sentó, limpiando su boca y luego le puso
nuevamente los pantalones a Vadim cerrando la cremallera.

Mirando a su gastada pareja no pudo evitar reírse. La


cabeza de Vadim estaba reclinada sobre la silla. Tenía una
sonrisa serena y satisfecha en su cara. Y pasaba gentilmente
sus manos por los rizos de Sasha.

Sasha se puso de pie y se subió al regazo de Vadim,


con sus piernas a horcajadas sobre él. Miró a Vadim hasta
que él lentamente abrió los ojos.

—Maldición, Sasha, eres bueno en esto. No hay nada en


el mundo como tener tu boca alrededor de mi polla.

—¿Nada? —preguntó Sasha, moviendo su culo contra


él.

Vadim se rió entre dientes, agarrando las caderas para


detener los movimientos de Sasha. —Bueno, tal vez no nada.
Pero de todas formas está dentro de las cinco primeras.

—¿En serio? Las cinco primeras, ¿eh? ¿Cuáles son las


otras cuatro? —Sasha movió sus cejas a Vadim, consiguiendo
la risa que estaba esperando.

—¿Qué si lo discutimos más tarde esta noche? En este


momento, necesitas pedirle a Gregor y Mary que se reúnan
con nosotros, así podemos invitarlos a que se muden aquí.

Vadim se levantó, dejando a Sasha sobre sus pies. Lo


empujó hacia la puerta y le dio un manotazo al culo de Sasha
mientras agarraba su ingle. —Ve, precioso, antes de que
pierda el control y ponga mis manos en ti.

Sasha salió del estudio para buscar a Gregor y Mary.


Fue fácil encontrarlos. Sólo siguió su nariz y el maravilloso
aroma del pan casero. Mary estaba ocupada cocinando
mientras Gregor hablaba con ella.

Deteniéndose en la puerta, Sasha los observó. Parecían


estar tan cómodos uno con el otro, como si en realidad
disfrutaran estando alrededor del otro. Sasha esperaba que
Vadim y él pudieran ser de la misma forma cuando llevaran
como ellos tanto tiempo juntos.

—Hey, a Vadim les gustaría hablar con ustedes dos en


el estudio un momento, —finalmente intervino.

Mary miró a Gregor, con el ceño preocupado en su cara.


Sasha se le acercó y le dio una palmadita en el hombro. —No
es nada malo, se lo prometo. Sólo vengan al estudio y vean lo
que quiere.

Mary asintió siguiendo a Gregor fuera de la cocina,


bajando por el pasillo hacia el estudio. Sasha caminaba detrás
de ellos, sonriendo cuando Gregor estiraba su mano para
tomar la de Mary. Sólo estar a su alrededor lo hacía sentir
bien.

Entrando al estudio, Sasha se dirigió hacia el lado de


Vadim, percatándose que Viktor y Niko se habían reunido con
ellos en la habitación. Tomando el ejemplo de Gregor y Mary,
estiró su mano y agarró la de Vadim.

—Gregor, Mary, me alegro que pudieran reunirse con


nosotros. Le pedí a Viktor y Niko que también estuvieran aquí
porque a ellos también les concierne tanto como a ustedes.
Sasha vino a mí para hablar de algo que quería, pero yo ya
había tenido la misma idea y nosotros tenemos una
proposición que hacerles.

Apretó nuevamente la mano de Sasha. —¿Quieres


preguntarles tú, majiktoka? Puede ser que lo vean como si no
fuera una orden viniendo de ti.

Sasha una vez más recordó lo cuidadoso que su pareja


en realidad podía ser. Se preocupaba por cualquiera que
entrara en su radar. Una vez que estabas en su vida era así.
Le pertenecías, y él se preocupará por ti y te protegerá con su
vida. ¡Qué alfa! ¡Qué hombre!

—A Vadim y a mí nos gustaría que ustedes consideraran


mudarse al complejo del alfa. Gregor, Vadim necesita tu
sabiduría y años de experiencia para que lo ayudes a sanar a
esta manada. Teniéndote aquí en el complejo podría hacer
más fáciles las cosas para él.

Mirando la sorprendida cara de Mary, Sasha tomó


profundamente aire. —Mary, sé que ha estado cocinando y
limpiando para ayudarnos, pero queremos ofrecerle
oficialmente la posición de ama de llaves del complejo.
Tenerte ha sido de gran valor para mí, y no estoy seguro de
querer experimentarlo sin ti.

—Sé que probablemente necesiten discutirlos entre


ustedes y quiero que se tomen el tiempo que necesiten. No
hay prisa. A Sasha y a mí nos gustaría tenerlos aquí a tiempo
completo. He hablado con Viktor y Niko, y ellos están de
acuerdo.

Sasha miró nerviosamente a Gregor y Mary. No sabía


qué haría si ellos no aceptaban. Suponía que tratar con ello.
Pero con seguridad esperaba que lo hicieran. Tenerlos aquí
sería maravilloso.

—Si deciden que no se sienten cómodos mudándose al


complejo aún espero que tomen los puestos. Tampoco quiero
que ninguno de ustedes sienta que deben mudarse aquí. Esa
decisión es completamente suya, —dijo Vadim, tratando de
tranquilizarlos.

Sasha mordía su labio mientras esperaba que ellos


respondieran. Estaba tan preocupado de que pudieran decir
que no.

—Majiktoka, está bien. Si ellos dicen que no, es no. Eso


no quiere decir que no estarán alrededor, simplemente no
vivirán aquí a tiempo completo. No te lo tomes de forma
personal si ellos se niegan. Pasaron por mucho cosas con el
alfa anterior. Hasta que nos conozcan mejor, es prudente que
ellos sean cautelosos.

—Lo sé, mi amor. Sería tan maravilloso tenerlos aquí.


Nunca conocí a mis padres, y mis padres adoptivos y yo
hemos estado alejados por tantos años. Quiero que ellos
estén aquí. Pero no sólo como unas personas que nos ayuden.
Quiero que ellos se unan a nuestra familia. ¿Tiene sentido? —
preguntó Sasha, preocupado de que pudiera sonar quejica.

—Sí, majiktoka, perfectamente tiene sentido. De hecho,


creo que es una idea maravillosa. Pero debemos dejar que
ellos tomen la decisión.

Sasha se sintió bien ante el afecto y comprensión con la


que Vadim le respondió. Lo hacía sentir cálido y acogido por
dentro cuando Vadim le hablaba de esa forma.

—Alfa, ¿estás seguro que es algo que tú quieres? —


preguntó Gregor.
—Sí, Gregor. Como Sasha me lo ha señalado cuando lo
discutíamos, tener personas en quienes confiamos a nuestro
alrededor es lo mejor que le puede pasar a esta manada.
Aunque yo sea el alfa, aún siento que hay mucho que debo
aprender y que tú puedes enseñarme. Tus años de
experiencia y tu conocimiento de esta manada podrían ser de
gran valor para mí.

Sasha observaba como Gregor miraba a Mary por varios


momentos. Sabía que estaban hablando mentalmente.
Aunque amaba la habilidad cuando hablaba con Vadim, era
frustrante cuando lo hacían otras personas. Quería saber qué
estaba pasando.

Finalmente, Gregor se giró hacia Sasha y Vadim, con


una gran sonrisa en sus labios. —A Mary y a mí nos
encantaría mudarnos al complejo, Alfa Vadim. Estamos de
acuerdo que sería más fácil hacer lo que necesitemos hacer
para sanar a esta manada si todos estamos cerca.

—Hay algo más que deben considerar antes de tomar


una decisión. Sasha y yo no queremos que sólo estén aquí
como consejero y ama de llaves. Queremos que sean parte de
nuestra familia, nuestra familia cercana. Aunque tenemos una
conexión porque somos de la manada, esta será una conexión
aún más estrecha.

—Eso significa que no se esconderán en la cocina a la


hora de cenar, —añadió rápidamente Sasha—. Tienen que
cenar con nosotros cada noche, al igual que una familia
normal.

—Majiktoka, no hay nada normal en nuestra familia, —


Vadim susurró en la cabeza de Sasha.
Sasha miró a Vadim con el ceño fruncido. —Puede que
en nuestra familia no haya nada normal, pero ¿renunciarías a
alguno de ellos? Además, Ivan y Marika necesitan vernos
hacer cosas que normalmente hace una familia, como
sentarnos a cenar cada noche.

—Sasha —Vadim comenzó sólo para ser interrumpido


por Sasha.

—Hablo en serio. Ellos necesitan vernos hacer cosas


que las familias hacen juntas. ¿Cómo van a aprender lo que
es una familia? Ellos nos tienen a ti y a mí como sus padres,
Viktor y Niko como sus tíos. Y ahora tienen a Gregor y Mary
como sus abuelos. Necesitan esos lazos para crecer y
convertirse en buenas personas.

—¿Quieres que seamos los abuelos de tus hijos? —


preguntó en voz baja Mary, claramente asombrada. Sasha la
miró justo a tiempo para ver a Gregor tirando de su mano,
tratando de que se quedara callada.

—¿Qué creían que le estábamos preguntando cuando le


pedimos que se unieran a nuestra familia? —preguntó Vadim,
tomando las palabras en la cabeza de Sasha.

—¿Pero… pero que hay de los abuelos que ellos ya


tienen? ¿No se sentirán…?

Sasha se acercó y tomó la mano de Mary entre las


suyas. —Mary, en ninguna parte hay algo escrito que diga
que sólo podemos tener dos parejas de abuelos. Si tú y
Gregor los aman sólo les darán a ellos dos más persona que
los quieren. No les quitan nada a sus otros abuelos.

—Yo simplemente no quiero hacerlos sentir


desplazados.
—Mary, ¿piensas que Viktor y Niko se sienten de
manera diferente porque estoy en la vida de Vadim? ¿O que
los niños no se preocuparan por mí porque tienen a Vadim?
¿Tú hija, dejó de amarte cuando se mudó con los padres de
su esposo?

—No, pero…

—¿Hay alguna razón por la que no quieras unirte a


nuestra familia? —preguntó Vadim, haciendo que Sasha
volviera su cabeza y lo mirara repentinamente.

Sasha no había pensado en eso. Tal vez estaba pidiendo


demasiado a Gregor y Mary. Tal vez ellos en verdad no
querían ser parte de su pequeña familia. Ellos habían
aceptado mudarse al complejo del alfa. Tal vez debería estar
feliz sólo con eso. Nuevamente, estaba esperando demasiado.

Con una sonrisa un poco temblorosa, Sasha soltó la


mano de Mary y se movió para pararse junto a Vadim.
Mantuvo su cabeza baja, así Vadim no vería las lágrimas en
sus ojos, lágrimas que intentaba desesperadamente que no
cayeran por sus mejillas.

—Por favor, discúlpenme un momento, —murmuro en


voz baja antes de girar y salir rápidamente de la habitación.
Tan pronto como salió por la puerta, comenzó a correr. Las
lágrimas que estaba tratando de contener comenzaron a caer
por su cara mientras salía corriendo hacia el bosque.

Era un estúpido. Por supuesto que ellos no querían ser


parte de su familia. En realidad, no era culpa de ellos. El Alfa
Valeriya había hecho que todos estuvieran tan inseguros de
ser amistosos con Sasha, que incluso se asombraba cuando
ahora le hablaban.
Sasha aún no podía entender por qué el Alfa Valeriya la
había tomado con él. Por supuesto, él era el omega de la
manada, ¿pero también eso significaba que debía ser
miserable? ¿Eso realmente les daba a todos el derecho de
tratarlo de la forma en que lo habían hecho?

A veces, parecía que el único valor que tenía era lo que


podía hacer por su alfa y manada. Si algo les llegara a
suceder, él sería inútil. No tenía ningún entrenamiento para
un trabajo de verdad, y no tenía verdaderas habilidades. Era
inútil.

Sasha de repente se detuvo, sobrepasado por la risa


hasta que estaba sosteniendo sus costados. Se dejó caer de
rodillas, cubriendo su boca con sus manos mientras su risa se
volvía histérica. Tenía sólo una habilidad, ser el juguete
sexual de alguien.

Su cuerpo, era todo lo que tenía. Ni siquiera tenía


alguna posesión o dinero. Cuando había empacado las cosas
de su apartamento, todo lo que era suyo, realmente suyo,
cabía en dos cajas de cartón.

No podía comprender por qué Vadim estaba con él


aparte del vínculo de acoplamiento. Estaba seguro que si
Vadim fuera capaz de escoger a su pareja, no habría sido él.
Vadim habría escogido a alguien que tuviese valor para su
posición como alfa, alguien fuerte, como Viktor.

Tal vez quería cosas que no eran para él. Tal vez ser el
omega de su manada era todo. Sasha siempre había sabido
que ser el omega significaba cuidar de la manada, y lo más
importante de su alfa. Tal vez eso era todo lo que tenía en su
vida.
En realidad cuanto más pensaba al respecto, más
sentido tenía para Sasha. Él era el omega. Era su trabajo
cuidar de la manada y darle lo que sea que necesitaran. En
ninguna parte del manual del omega decía que él recibiría
algo a cambio.

Incluso si lo hacía, obviamente estaba pidiendo más de


lo que debía. Debería estar satisfecho con lo que tenía y no
pedir más. Tenía a Vadim, quien parecía que realmente se
preocupaba de él. El Alfa Valeriya se había ido de su vida. Y él
le había confiado uno de los trabajos más importantes de la
manada, cuidar de los hijos del alfa. Vadim incluso le había
dejado decorar el complejo del alfa de la manera que quisiera.

Sasha secó las lágrimas de sus ojos cuando se dio


cuenta que había sido estúpido por querer más. Estaba allí
lamentando su vida cuando probablemente tenía más de lo
que la mayoría de los omegas tenían. Debería estar
agradecido y no ser codicioso.

—¿Majiktoka? ¿Estás bien, mi amor?

—Sí, estoy bien. Sólo necesitaba un poco de aire.


Regresaré en un momento, —respondió Sasha mientras se
ponía de pie y regresaba a los complejos del alfa. Metió las
manos en los bolsillos de sus jeans y mientras caminaba
pateaba algunas hojas alejándolas a su paso.

Se limitaría a mantener su cabeza agachada, hacer lo


que le pedían, y dejar de esperar más. Aprendería a estar
agradecido de lo que le habían dado. Realmente tenía más
que muchas otras personas. Era tiempo de que empezara a
apreciarlo.

Sasha se detuvo en el cuarto de baño para limpiar su


cara antes de caminar por el pasillo que daba al estudio de
Vadim. Se detuvo frente a la puerta, tomó un par de
respiraciones profundas y pegando una sonrisa en su rostro
entró. Fue a pararse junto a la silla de Vadim, sonriéndole a
Viktor y Niko. Gregor y Mary se habían ido. Sasha supuso que
se habían ido a casa. No iba a preguntar si se iban a mudar a
la casa como sirvientes o como familia. Eso no era parte del
trato que había hecho consigo mismo.

—¿No se supone que los niños pronto estarán aquí? —


preguntó rompiendo el pesado silencio en la habitación.

Vadim asintió, mirando su reloj. —Sí, de hecho, es así.


¿Por qué no bajamos al puerto y esperamos por ellos? ¿Tal
vez de camino podemos detenernos donde Pauline y
escogerles algunas cosas?

Sasha le dio su primera sonrisa real desde que había


entrado en la habitación. —Sí, estoy seguro que les gustará.
Pauline hace unas grandiosas galletas con forma de lobo,
glaseadas con azul y confites. Estoy seguro que a los niños les
encantarán.

Vadim le sonrió a Sasha mientras se ponía de pie. Tomó


la mano de Sasha y camino con él fuera del estudio hacia la
puerta principal. Con Viktor y Nikolai pegado a sus talones. Se
volvió para mirarlos, levantando su ceja a modo de pregunta.

Quería saber si tenían alguna idea de lo que le había


sucedido a Sasha. Obviamente estaba molesto por algo.
Vadim podía sentir cuánto. Pero simplemente no podía
comprender exactamente que lo había disgustado.
Probablemente era la parte que realmente odiaba de
estar acoplado. Podía sentir las emociones de Sasha, pero no
podía decir por qué las sentía a menos que Sasha compartiera
la información con él. Y hasta que lo hiciera, Vadim sólo tenía
que aceptarlo.

Era frustrante y doloroso porque quería reparar todo el


dolor de Sasha. No pensó que sus emociones estarían tan
involucradas cuando se acoplara, pero Sasha rápidamente se
había convertido en una de las tres cosas más importante en
su vida. Y eso lo asustaba.
Sasha se sentía mucho mejor en el momento en que
llegaron al muelle. Mientras veía al trasbordador atracar,
comenzaba a sentirse excitado. Podía sentir la anticipación
proveniente de Vadim, Viktor y Nikolai. Todos ellos estaban
ansiosos por ver a los cachorros.

Parecía tomarle una eternidad al trasbordador atracar


en el muelle y que se detuviera por completo. Sasha casi se
salía de su piel en el momento en que bajó la puerta. Se paró
en la punta de sus pies para ver a la pequeña multitud de
personas que bajaban del trasbordador.

¿Dónde estaban los cachorros? De repente, Sasha


escuchó un agudo chillido, y Vadim soltó su mano corriendo
con una gran sonrisa en su rostro. Sasha trató de seguirlo,
pero la súbita oleada de gente se interpuso. Antes de darse
cuenta, había perdido de vista a Vadim.

¿Parecía que había más gente de lo normal en el


muelle? Sasha fue empujado de derecha a izquierda. No podía
contar cuantas veces alguien le había pisado los pies o lo
había empujado como si no estuviera ahí. En poco tiempo,
Sasha empezó a sentir claustrofobia.

Haciendo rodar sus ojos, se dirigió hacia el complejo del


alfa. Si se quedaba alrededor, estaba seguro que se
lastimaría, y entonces ¿Qué utilidad tendría para alguien?
Sólo se dirigiría a casa y esperaría ahí a Vadim.
Justo cuando Sasha llegaba al final del muelle, sintió
que algo lo golpeaba en la espalda lo suficientemente fuerte
para empujarlo hacia el borde. Antes de poder detenerse,
estaba agitando sus brazos mientras sobrepasaba la borda
con un fuerte grito.

Cuando el agua cubrió su cabeza mientras se hundía,


Sasha golpeaba a su alrededor tratando de regresar a la
superficie. Pero el agua estaba tan oscura que no sabía por
dónde tenía que ir.

—¡Vadim! —gritó mientras comenzaba a quedarse sin


aire. Pudo sentir cosas viscosas alrededor de sus piernas, que
lo hicieron caer en pánico. Sasha una vez más gritó el nombre
de Vadim mientras la oscuridad comenzaba a cerrarse sobre
él.

Justo cuando empezaba perder la conciencia, una mano


grande lo alcanzó a través de la oscuridad, agarrándolo y
tirando de él hacia el aire de arriba. Tan pronto como llegó a
la superficie, Sasha comenzó a tomar profundas
respiraciones.

Sintió que alguien lo levantaba, entregándolo a otro par


de manos y luego a otras, hasta que fue cuidadosamente
recostado en el muelle. Parecía casi frenético.

—Sasha, ¿estás bien? ¿Qué sucedió? ¿Cómo terminaste


en el agua? Pensé que estabas justo detrás de mí pero
entonces… y luego te escuché gritando. ¿Qué sucedió?

Sasha comenzó a contestarle, pero justo cuando lo


hacía vio a Casimir y Kando parados a un lado, con una cínica
sonrisa en sus caras. Sabía sólo por la expresión de sus
rostros que ellos habían sido quienes lo habían empujado al
agua.

—Me resbalé, —contestó Sasha, mirando la reacción


satisfecha de Casimir.

—¿Resbalaste? —casi gritó Vadim.

—Por favor, déjalo así, —le dijo Sasha mentalmente


mientras volvía a toser para esconder la silenciosa
comunicación que tenía con Vadim. Sintió a Vadim ponerse
tenso antes de que le inclinara levemente su cabeza.

—¿Resbalaste? —Vadim comenzó a levantar a Sasha


dejándolo en sus pies—. Realmente necesitas cuidar por
dónde vas, Sasha. No quiero que nada te pase. Regresemos a
la casa y luego podrás conocer a los cachorros.

Sasha enterró agradecido su rostro en el pecho de


Vadim mientras era llevado a casa. Sabía dos cosas. Casimir
no había aprendido la lección que Vadim le había dado, y que
la celebración de bienvenida por la llegada de los cachorros
había sido arruinada. ¡Simplemente genial! ¿Podría su vida
ser más complicada?

Vadim aún escuchaba los latidos de su corazón mientras


llevaba a Sasha a la casa. Había algo más en el asunto de que
Sasha se resbalara en el muelle. Apostaba su vida en eso. No
tenía nada con que seguir, sólo un presentimiento. Pero sus
instintos le estaban gritando.

Miró sobre su hombro a donde su padre y madre


estaban caminando con sus cachorros. Su padre le estaba
dando esa mirada, la que había odiado desde niño. Era la que
le decía que algo estaba pasando y que él contra viento y
marea, planeaba llegar al fondo de ello.

Su madre, Anya, también lo miraba preocupada. Ella


seguía mirando a su padre, luego a Sasha y de regreso a su
padre. Vadim sabía que estaban hablando entre ellos. Los
había visto haciéndolo en numerosas ocasiones.

La primera visita de sus padres a casa y tenía que


comenzar con Sasha cayendo al agua desde el muelle. Él no
había resbalado como dijo. Vadim lo conocía demasiado. Aquí
todo el mundo podría pensar que Sasha era torpe, incluso
Sasha. Pero él lo conocía mejor.

Sasha se movía con gracia, a diferencia de nadie que él


hubiese conocido antes. No caminaba por la habitación. Él se
deslizaba. Cada movimiento que hacía, desde como utilizaba
sus largas y delicadas manos hasta el pequeño pavoneo de
sus caderas cuando caminaba, eran suaves y elegantes.

No había manera que se pudiera resbalar y caer por el


muelle. Sin embargo, eso significaba que alguien debió
haberlo empujado, en cuyo caso, Vadim tendría que
desgarrarle a alguien su garganta. Nadie amenazaba a su
pareja y salía de ello.

Cuando llegaron a la casa, Vadim se volvió a quienes lo


seguían. —Voy a llevar a Sasha al segundo piso para que se
caliente y cambie de ropa. Gregor, ¿podrías por favor
mostrarles la habitación de los niños y que Mary les traiga
algo de comer? Estoy seguro de que tienen hambre después
de su largo viaje. Bajaré pronto.

Vadim esperó hasta que Gregor guió a sus padres y


cachorros antes de volverse hacia Viktor y Nikolai. —No
quiero a nadie en los terrenos excepto lo que viven aquí, y
quiero decir nadie. Necesitamos hablar después de que vea a
Sasha.

Viktor y Nikolai asintieron. Vadim se giró y llevó a


Sasha a la casa subiendo las escaleras hacia su habitación.
Una vez dentro, cerró la puerta con su pie, lo llevó al baño, lo
desvistió y lo puso bajo el agua caliente de la ducha.

Una vez que Sasha se hubo calentado, lo secó y lo llevó


nuevamente a la habitación. Sentó a Sasha en la cama, fue a
la cómoda, abriendo varios cajones hasta que pudo encontrar
algo que pudiera vestir y lo mantuviera caliente.

Regresando con la ropa, encontró a Sasha sentado en el


borde, con su cabeza agachada y retorciendo sus manos,
como había hecho justo después de la primera vez que lo
había reclamado.

Vadim se sentó a su lado en la cama y levantó a su


pareja sobre su regazo. Sus brazos envolvieron a Sasha con
fuerza, sintiendo como la reacción de que casi había perdido a
su pareja, su amor, comenzaba a establecerse. Podía sentir
su propio temblor.

Sintió el picor de las lágrimas en sus ojos al pensar en


lo que casi había pasado. Sasha realmente se había
convertido en el centro de su mundo. No sabía que podría
hacer si algo le sucedía.

Vadim repentinamente necesitaba sentirlo, saber que


estaba sano y salvo. Vadim agarró un puñado del pelo de
Sasha e inclinó su cabeza hacia atrás. Vio con una satisfacción
feroz como se ampliaron los ojos de Sasha.

Se sentía fuera de control cuando giró y bajó a Sasha


en la cama y se movió sobre él hasta que lo cubrió desde el
pecho hasta los pies. Soltó el pelo de Sasha para ahuecar su
cara y sostener su cabeza mientras lentamente bajó sus
labios hasta los suyos.

No sólo quería besar a Sasha. Quería consumirlo. Él no


tomaba prisioneros, exigiendo una repuesta de Sasha
mientras exploraba las profundidades de su boca con la
lengua. Mordiendo sus labios, devoró el dulce sabor de su
pareja.

En el minuto que Vadim levantó la cabeza, los labios de


Sasha estaban rojos e hinchados. Su respiración se producía
de los rápidos movimientos de su pecho. Miró a Vadim con los
ojos vidriosos por la pasión.

—Vadi, —murmuró casi en silencio. Cuando llevó sus


manos hacia él, Vadim las agarró y las empujo por encima su
cabeza contra el colchón.

—Mantenlas ahí, Sashenka, —ordenó. Vio los ojos de


Sasha ampliarse aún más por que usó su nombre completo.
Nunca lo llamaba por su nombre completo, siempre se refería
a él como Sasha o su majiktoka, su pequeño. Sasha lucía
sorprendido—. ¡Bien!

Vadim movió su rostro hacia abajo del cuerpo de Sasha


hasta que encontró su hermoso anillo de pezón. Arremolinó
su lengua alrededor antes de tirar suavemente de él con sus
dientes, lo que provocó un agudo grito de Sasha.

Cuando alcanzó con su mano la otra tetilla, sintió contra


su abdomen como se endurecía la polla de Sasha. Su
hombrecito se estaba excitando. No podía estar más
contento. Sasha necesitaba esto tanto como él lo hacía.
Necesitaba sentir esa conexión que sólo podía obtener
cuando hacía el amor con Sasha. Era más allá que algo físico.
Era emocional, espiritual. Tocaba el corazón del ser y estar
unido con Sasha en una forma que no compartía con nadie
más en la tierra.

También necesitaba que su bebé se descontrolara, que


Sasha estuviera tan lleno de deseo que rogara porque Vadim
lo tomara. Era esencial para Vadim reafirmar su derecho
sobre su pareja, saber que su Sasha era suyo y solamente
suyo.

Vadim tiró, chupó y lamió las tetillas de Sasha hasta


que este se retorcía debajo de él. Sólo entonces se movió
más abajo por su cuerpo, besando y lamiendo mientras
bajaba hasta que alcanzó su polla.

Se tomó un momento para admirar la dura polla, la


hermosa cabeza de seta, la pequeña abertura en la parte
superior que goteaba, las gruesas venas a los lados. Sasha no
era grande, pero por el tamaño de su cuerpo, él era enorme.

Con una sonrisa maliciosa, se inclinó y lamió las gotas


de pre-semen que fluían de la punta, saboreando el dulce y
adictivo sabor de su pareja. Cuando Sasha se estiró para
alcanzarlo, él capturó sus muñecas y las sostuvo a los lados
contra el colchón antes de inclinarse para tomar la polla en su
boca.

Era generoso con su amante mientras lamía los dos


lados de la polla de Sasha. Incluso cuando Sasha se arqueó y
disparó una cuerda de blanco líquido cremoso desde su polla.
Vadim continuó acariciándolo con su lengua.

Cuando los gritos de Sasha amainaron a pequeños


gemidos, Vadim colocó las manos de Sasha en sus muslos y
los empujó hacia su pecho. Sosteniendo sus manos por
encima de las de Sasha de modo que no pudiera escapar, se
inclinó y rodeó su agujero con la lengua.

Lo hizo una y otra vez, empujando suavemente dentro


con su lengua y nuevamente alrededor de los bordes hasta
que los gritos de Sasha otra vez comenzaron a elevarse.
Alzándose en sus rodillas, giró a Sasha sobre las suyas,
escuchando un ligero grito de Sasha debido al abrupto
movimiento.

La vista que encontró cuando miró nuevamente el culo


de Sasha fue casi más de lo que podía soportar. El pequeño
culo apretado de Sasha, con su pequeño y fruncido orificio
rosa estaba allí, justo enfrente de él.

Con un gran gruñido, Vadim agarró su polla y la alineó


con el anillo de la entrada de Sasha, empujando lo suficiente,
liberó sus manos. Agarrando sus caderas para mantenerlo en
su lugar, Vadim se empujó profundamente dentro de Sasha.

Cerrando sus ojos ante el exquisito placer de los


músculos de Sasha rodeando su polla. Vadim rápidamente
comenzó a empujar dentro de él, una y otra vez. Podía sentir
que se acercaba al clímax que estaba a solo unos minutos.

Estiró sus manos y tomó a Sasha por los hombros.


Inclinándose sobre él, usó los hombros de Sasha como
palanca para retenerlo en su lugar mientras se sumergía
dentro de él. Acercándose a su oído gruñó profundamente. —
¡Mío! —antes de hundir profundamente sus colmillos en la
suave carne de Sasha.

Cuando Vadim se dejó ir, liberando su semilla en lo


profundo del cuerpo de su amante, vagamente escuchó a
Sasha gritar su nombre antes de caer sobre la cama. Quería
liberar sus dientes, para mecer y acariciar a Sasha.

Pero el placer que estaba experimentando era tan


grande. Por mucho que quería detenerse, no podía. Cada
pesado empuje dentro del acogedor cuerpo de Sasha llevó a
Vadim a niveles de placer desconocidos hasta que no pudo
pensar en nada más.

Vadim continuó empujando dentro de Sasha hasta que


nuevamente llegó a la cima, rugiendo su segunda liberación
tan alto que las ventanas se sacudieron por la fuerza, antes
de desplomarse sobre la figura de Sasha. Su corazón latía
rápidamente en su pecho, su respiración llegaba en rápidas
rondas.

Finalmente, cuando las sensaciones comenzaron a


regresar a su desgastado cuerpo, Vadim rodó sobre su
costado de la cama llevando a Sasha con él. Recostó a su
hermosa pareja y rodó sobre su espalda. Vadim estaba un
poco preocupado de que hubiese abusado de su pequeñita
pareja hasta que vio la satisfecha sonrisa en sus labios.

Agitando su cabeza, Vadim se puso de pie y caminó


hacia el cuarto de baño. Se detuvo brevemente para limpiarse
antes de volver con una toalla húmeda para Sasha. Se sentó
junto a su dormida pareja y comenzó a limpiarlo.

Limpió cuidadosamente a Sasha. Una vez que terminó,


lanzó la toalla al cuarto de baño y se metió a la cama,
llevando a Sasha con él.

Vadim sonrió cuando se dio cuenta que Sasha aún


estaba duro. La maldita cosa no bajaría. Mientras
contemplaba a Sasha, una idea comenzaba a filtrarse en su
cabeza. En todos estos años que había sabido que era gay,
nunca había estado en el extremo pasivo de las cosas.
También sabía que Sasha nunca había estado en el extremo
activo. ¿Quién mejor que él para iniciar a su pareja?

Rodando hacia la mesita de noche, alcanzó el cajón y


sacó una botella de lubricante, derramando un poco en sus
dedos. Sabía que los hombres lobos producían un lubricante
natural desde la pequeña glándula bajo la cabeza de sus
pollas, pero ya que esta iba a ser su primera vez, no quería
correr ningún riesgo.

Vadim se puso de rodillas y alcanzó con su mano su


agujero. Había puesto sus propios dedos ahí una o dos veces,
por lo que sabía qué esperar, pero el lubricante aún estaba
frío, haciéndolo estremecer un poco.

Insertando un dedo, comenzó a moverlo alrededor


antes de añadir otro. Trató de usar el movimiento de tijera
con el que usualmente estiraba a Sasha, pero era difícil
hacerlo en sí mismo. Después de intentarlo muchas veces, se
rindió, y sólo puso otro dedo en él.

Una vez que sintió estaba lo suficientemente estirado,


se elevó a horcajadas sobre el cuerpo de Sasha. Agarrando la
aún dura erección de Sasha, la empujó suavemente contra sí
mismo, empujando hacia abajo con su cuerpo lo suficiente
para mantenerlo dentro de él antes de estirarse y sacudir a
Sasha para que despertara.

—Sasha, abre tus ojos, majiktoka. No quieres perderte


esto. Vamos, bebé, abre tus ojos, —lo alentó suavemente
mientras gentilmente le palmeaba sus mejillas. Sonrió cuando
los ojos de Sasha comenzaron a revolotear—. Vamos,
majiktoka, abre los ojos para mí.
Sasha abrió sus ojos para ver a Vadim inclinado sobre
él, con una sexy sonrisa en su rostro. —Vadi.

Sasha arrugó su frente cuando se dio cuenta de que


Vadim estaba a horcajadas sobre él. Podía sentir su dura polla
presionando contra el cuerpo de Vadim. Sus ojos se ampliaron
mientras Vadim lentamente bajaba por su erección.

—¿Qué…? —Oh mierda, se siente bien.

—¿Qué estás haciendo Vadim? —él siempre… él nunca…


simplemente él no, pero un suave gemido vino desde la
garganta de Vadim mientras comenzaba a mover sus caderas,
empalándose a sí mismo en la polla de Sasha, él dijo sí.

Sasha miraba sorprendido como la polla de Vadim


comenzaba a alargarse, endureciéndose como el acero. Se
agachó, capturándola y acariciándola. Se alegró de hacerlo
cuando los movimientos de Vadim se volvieron frenéticos por
la necesidad.

Manteniendo una mano en la polla de Vadim, estiró la


otra para empezar a tirar de sus tetillas.

—Duro, —exigió Vadim mientras se empujaba hacia


abajo más y más rápido. Casi hundía a Sasha en la cama.

Sasha pellizcó la tetilla entre su pulgar e índice y tiró,


sin dejarlo ir hasta que la cabeza de Vadim cayó hacia atrás.
Vadim gritó, disparando desde su polla la semilla que aterrizó
en el pecho y estómago de Sasha.
Sólo entonces Sasha dejó que la fuerte sensación de
contracción de los músculos de Vadim en su polla lo llevara al
borde y liberara su propio y exquisito orgasmo.

Aún podía sentir su polla pulsando dentro de Vadim


cuando este se derrumbó un momento después sobre él,
enterró su cabeza en el hueco del cuello de Sasha. Levantó
sus manos para acariciar su cabello, espalda y su hermoso
culo.

—Vadi. —Susurró—. ¿Te importaría explicarme lo que


acaba de pasar?

—No realmente, —Vadim se rió mientras se bajaba de


Sasha y rodaba a su lado, tirando de Sasha hasta que
estuvieron cara a cara.

Sasha podía ver que estaba un poco avergonzado. Su


cara estaba enrojecida y no podía ver a los ojos a Sasha, —
¿Vadi?

Vadim levantó sus ojos a Sasha. —¿Sabías acerca de


ese pequeño lugar en el interior?

Sasha no pudo evitar la risa en su voz mientras


respondía. —¿Qué pequeño lugar?

—Bueno, cuando tú… hay este lugar justo en el interior


y cuando tú…

Sasha hizo rodar sus ojos. —Vadim, —comenzó


mientras cubría los labios de Vadim con su dedo—, por
supuesto que sabía sobre eso. ¿Por qué crees me gusta hacer
tanto el amor contigo? Ese pequeño lugar es grandioso, y tu
maravillosa polla llega justo cerca del lugar todo el tiempo.

La cara de Vadim se enrojeció de nuevo. —¿Es por eso


que te gusta tanto? Incluso pareces disfrutar cuando uso mis
dedos en ti. ¿Es debido a ese lugar?

Sasha asintió. —Me gusta más tu polla porque al mismo


tiempo me llena, pero sí, golpeas ahí un par de veces, es
como el nirvana. Además, —dijo Sasha mientras frotaba hacia
abajo por el pecho de Vadim—, tenerte dentro de mí es lo
más cercano que puedo llegar a ti sin arrastrarme bajo tu
piel.

—Majiktoka, ya estás bajo mi piel. Nunca planeo


renunciar a ti. Ya eres una adicción para mí. Ahora que sé
sobre esto, no estoy seguro de si te voy a dejar salir de esta
habitación.

Justo cuando Vadim terminaba su declaración,


golpearon a la puerta. —¿Vadim? A tú padre le gustaría verte
a ti y a Sasha en el estudio, —ambos escucharon a Viktor
antes de oír cómo se alejaban sus pasos.

Sasha miró a Vadim, sonriendo. —¿Qué decías?


Sasha estaba nervioso mientras seguía a Vadim
bajando las escaleras hacia el estudio. El padre de Vadim,
Iván, básicamente les había mandado a llamar.
Aparentemente había algo que quería discutir con ellos.

Tenía miedo de descubrir lo que era. Como muchos


escenarios distintos pasaban por su cabeza, no vio detenerse
a Vadim tropezando con su espalda. Inmediatamente Vadim
lo sostuvo detrás de él y agarró a Sasha, estabilizándolo.

—Whoa, Sasha. Ve con más calma.

—¿Qué crees que tu padre quiere hablar con nosotros?


—susurró Sasha mientras se presionaba contra la espalda de
Vadim.

—Probablemente quiere saber lo mismo que yo. ¿Quién


te empujó en el muelle? —Vadim respondió mientras tiraba a
Sasha a su alrededor hasta que estuvo parado frente a él.
Suavemente ahueco con sus manos la cara de Sasha e inclinó
su cabeza hacia arriba para poder mirarlo a los ojos.

—Tú no resbalaste en el muelle, Sasha. Lo sabes tan


bien como. Alguien te empujó y quiero saber quién fue.

¡Pues bien, demonios! Esto simplemente apestaba,


Sasha no quería que Vadim se involucrara en otra pelea, y
sabía que en el segundo que le dijera a Vadim que Casimir y
Kando lo había empujado al agua, Vadim los iba a desgarrar.
—¿Qué te hace pensar que no me resbalé? —dijo
Sasha, tratando de aplazar lo inevitable. Sabía que en algún
punto tendría que sincerarse con Vadim, incluso si fuera por
su propia seguridad, pero ¿tenía que hacerlo frente a su
padre?

Iván Miroslav no era conocido como un alfa con mucha


misericordia. De hecho, más bien era considerado duro e
inflexible. Incluso el Alfa Valeriya estaba reacio a cruzarse con
él. ¿Qué posibilidades tenía contra él?

—Sasha, —comenzó Vadim—, ¿por qué tienes miedo a


decirme quien te empujo? Sé que no fue tu culpa, necesito
saber quién fue, así puedo protegerte. ¿Qué si esta persona
trata de ir otra vez detrás de ti? ¿Qué si la próxima vez es
uno de los niños?

Los ojos de Sasha se abrieron de miedo. No había


considerado que Casimir y sus compinches pudieran ir tras
uno de los niños. Había pensado sólo era una vendetta
personal contra él porque Casimir no se había salido con la
suya. ¿Qué si era una vendetta contra Vadim, con Sasha y los
niños como objetivos?

—Fue Casimir y Kando, —dijo a toda prisa—. En verdad


no vi que lo hiciera, pero sentí que alguien me empujó.
Entonces, una vez que me tenías seguro en el muelle, los vi
parados a un lado. Simplemente por la forma en que se
estaba riendo. Supe que ellos lo habían hecho.

Vadim asintió, empujando más cerca a Sasha en un


abrazo. —Sospeché que había sido Casimir en el momento
que supe que habías caído en el agua.

—No es nada que pueda probar, Vadi. No los vi


empujarme.

—Lo sé, majiktoka, pero mis instintos me dicen que


esto no ha terminado. Casimir y sus amigos van a intentar
nuevamente algo como esto. Debemos estar en guardia hasta
que podamos probar que ellos hicieron esto.

Sasha resopló, —simplemente no entiendo por qué no


me dejan tranquilo.

—No lo sé, Sasha. Obviamente, Casimir y sus amigos,


demonios, el Alfa Valeriya también, todos ellos parecen tener
algún tipo de obsesión contigo.

—Bueno, lo odio.

—Vamos, majiktoka, vamos a ver que quiere mi padre,


y luego te llevaré arriba para que conozcas a nuestros niños.

Sasha levantó la cabeza del pecho de Vadim,


sonriéndole. «Nuestros niños», le gustaba el sonido de eso.
Era otra de las cosas que lo hacían sentir por dentro cálido y
acogido, Vadim tenía bastante habilidad para hacer eso.

A pesar de lo cálido y acogido que se estaba sintiendo,


sus pasos aún eran lentos mientras Vadim lo arrastraba al
estudio a enfrentar a su padre. No quería hacer esto. Estaba
seguro que Iván le iba a decir a Vadim que él no valía la
pena.

Vadim podrían haber tenido a quien quisiera.


Simplemente porque ellos tenían un vínculo de acoplamiento
no quería decir que debían ser exclusivos entre ellos. Sasha
no quería a nadie más, pero eso no significaba que Vadim
tenía que limitarse a él.

Sasha estaba seguro que había alguien ahí afuera más


digno de Vadim que él. Más o menos cualquiera, estaba
seguro que Iván se lo haría notar a su hijo, especialmente
después de hoy. ¿Qué padre quería que su hijo estuviera con
un completo perdedor?

—Padre, —Sasha escuchó decir a Vadim mientras lo


seguía dentro de la habitación. Inclinó la cabeza en dirección
a Vadim antes de caminar hacia una de las sillas vacías para
sentarse. Mantuvo su mirada abajo hacia sus manos y las
retorció nerviosamente en su regazo.

—Vadim, me alegro de que tú y Sasha pudieran


reunirse conmigo. ¿Está todo bien? ¿Sasha no ha tenido
efectos duraderos de su pequeño baño cerca del muelle?

¿Su pequeño baño? Sasha cubrió su boca para


mantener la risa que estaba a punto de estallar. Sí, cierto, su
pequeño baño. Así era como iban a llamarlo. «El pequeño
baño de Sasha cerca del muelle» Podrían recordarlo en las
reuniones de la manada.

Sasha mordió su labio mientras se daba cuenta que sus


pensamientos comenzaban a ser caóticos. Después de todo
por lo que había pasado por su vida, finalmente había pasado.
Se estaba volviendo loco justo enfrente del padre de su
pareja. «¡Simplemente perfecto!»

—Sasha está mucho mejor. Gracias por preguntar, —


dijo Vadim mientras se sentaba en la silla junto a Sasha y le
indicaba a su padre que se sentara frente a él. Esperó a que
su padre se sentara para continuar.

—Entonces, padre, ¿de qué quiere hablar con nosotros?

—Me preguntaba si sabías quién había empujado a


Sasha al agua. ¿Supongo que lo empujaron?
Sasha levantó rápidamente la cabeza, asombrado ante
las palabras de Iván. ¿Sabía que Sasha había sido empujado
del muelle? Si lo sabía, ¿quién más lo hacía?

—Su nombre es Casimir Valeriya. Es el sobrino del Alfa


Valeriya y próximo en la línea para ser el alfa. Antes de que
me acoplara con Sasha y me convirtiera en el alfa de aquí,
Sasha había sido prometido por el Alfa Valeriya a Casimir y
sus amigos como recompensa.

—¿En serio? No creo que haya escuchado algo como eso


desde los viejos tiempos. Quiero decir, claro, era muy común
hace cien años atrás, pero tenía esperanzas que nos
hubiésemos trasladado a los tiempos modernos. Supongo que
no.

—Las cosas aquí parecen estar un poco atrasadas, como


he ido descubriendo. El Alfa Valeriya tenía su pequeño reino
aquí. Nos tomó a Gregor y a mí varios días descubrir todo lo
que tenía entre manos. La mayoría de ello era totalmente
ilegal o de una u otra forma en contra de las leyes de la
manada.

—¿Gregor? ¿Es el hombre mayor que nos escoltó a la


guardería? Me parece recordar que me reuní con él hace años
en uno de las reuniones del consejo. Según recuerdo, estaba
muy alto en el círculo interior del alfa de entonces. ¿Cómo es
que él está aquí ahora?

Vadim sonrió mientras miraba a Sasha. —Eso en


realidad es idea de Sasha. Gregor ha sido de gran valor para
mí, para aprender el funcionamiento de la manada y también
para descubrir toda la mierda que ha hecho el Alfa Valeriya.

—No te olvides de Mary, —añadió en voz baja Sasha.


—No, por supuesto que no, majiktoka. Nunca me
olvidaría de Mary.

—¿Mary? —preguntó Iván.

—Ella es la esposa de Gregor y nuestra ama de llaves


residente, cocina y asesora en la crianza de los niños. Pide lo
que sea y ella lo hará. No estoy seguro de que Sasha y yo
hubiéramos podido haberlo hecho en los últimos días sin los
cuidados maternales de ella. Además, cocina casi tan bien
como lo hace mamá.

—No le digas eso a ella, —se rió Iván.

Sasha vio a Vadim hacer una mueca con el rabillo de su


ojo. —Oh sí, eso podría ser malo, —dijo.

—Realmente malo, —dijo Iván mientras se ponía de pie


y comenzaba a caminar alrededor de la habitación. Parecía
absorto en sus pensamientos, y Sasha no quería
interrumpirlo, pero tenía curiosidad por saber, por qué Iván y
Vadim parecían pensar que era algo malo que Mary cocinara
casi tan bien como la madre de Vadim.

—¿Vadi? ¿Por qué tu madre no debería saber lo bien


que cocina Mary? —Sasha preguntó en voz baja.

—Porque mamá es una cocinera fabulosa. Ella se


enorgullece de eso. Y tú no quieres contrariar a esa mujer. Ni
siquiera estoy seguro que mi padre quiera contrariarla. Ella es
conocida en nuestra manada como una mujer con
temperamento.

Sasha miró a Vadim asombrado. ¿Su madre tenía un


temperamento que incluso asustaba al alfa? Ella parecía ser
una mujer agradable. En los días anteriores a que tuvieran
que regresar a la isla, Anya no había sido nada más que
maravillosa con Sasha. Las dos ideas no tenían sentido.

—No te creo. Es una mujer maravillosa, y creo que es


cruel que te burles de ella.

Vadim estalló en risa. —Sasha, no somos estúpidos. No


nos estamos burlando de mi madre. Simplemente somos
cautelosos. Nunca la has visto cuando está enojada. Créeme
cuando te digo que tú no quieres verla.

—Aun así creo que están siendo crueles. No es


agradable que hables de esa forma de tu madre. Deberías
estar agradecido de tener a tu madre. Alguno de nosotros no
la tenemos, —carraspeó Sasha, cruzando los brazos sobre su
pecho mirando a Vadim.

—Seguramente también tienes una madre Sasha. Por


supuesto no empollaste debajo de una roca, —dijo Iván
mientras volvía para sentarse en su silla.

—No recuerdo a mi madre o a mi padre. Ambos


murieron cuando yo era muy joven. Fui criado por padres
adoptivos hasta cierta edad, hasta el momento en que el Alfa
Valeriya consideró que era intocable. Así que ellos me
echaron.

—¿Ellos te echaron? —pregunto Iván, sonando


indignado.

Sasha se encogió de hombros. —Sí, viven al otro lado


de la ciudad. Excepto por las funciones de la manada, no los
he visto o hablado con ellos durante casi siete años. El Alfa
Valeriya no lo permitía. Decía que mi deber estaba con el
círculo interno y el tener amigos o familia fuera del círculo
podría interferir con mis deberes.
Sasha no estaba sorprendido por la atónita expresión
que le dio Iván. ¿Poner su vida en palabras lo hacía sonar un
poco patético? ¿Podría ser esta otra razón que Iván pudiese
usar en contra de él?

—¿Quiénes eran tus padres biológicos? —preguntó


finalmente Iván después de un momento lleno de tensión.

—No lo sé. Simplemente los llamaba mamá y papá, —


dijo Sasha, encogiéndose de hombros nuevamente.

Se sorprendió cuando Vadim se estiró, lo recogió, y lo


trasladó sentándolo en su regazo. Sasha inclino su cabeza en
el pecho de Vadim mientras sentía que sus brazos lo
rodeaban, abrigándolo.

—Bueno, ahora tienes una familia, majiktoka, y a un


montón de gente que puedes considerar amigos tuyos.
Simplemente piensa en todas las personas en tu vida. Me
tienes a mí, a los niños, a Viktor y Nikolai, Gregor y Mary, mis
padres e incluso a Pauline. Hay muchas personas que se
preocupan por ti, majiktoka.

Sasha asintió con la cabeza, preguntándose si Vadim


tenía razón. ¿Podía considerar a todas las personas que
Vadim había mencionado ahora, como sus amigos y familia?
Todavía no sabía si Gregor y Mary habían aceptado mudarse a
la casa como miembros de la familia o sirvientes. Y tenía
demasiado miedo de preguntar.

—Sasha, ¿puedo hacerte una pregunta? —preguntó


Iván.

Sasha levantó su cabeza y miró hacia Iván. —Sí, lo que


quiera.
—¿Por qué tu ex alfa te aisló de todo el mundo? Eso fue
lo que hizo, ¿no?

Sasha asintió con la cabeza. —Sí, básicamente, pero no


sé por qué. El día que cumplí dieciocho, les dijo a mis padres
adoptivos que tenía que mudarme a mi apartamento así
estaría más cerca del complejo del alfa. Lo curioso es que mi
apartamento no estaba más cerca que la casa de mis padres
adoptivos.

—¿Qué pasó después de eso?

—Bueno, los primeros años, trabajé para Pauline en la


panadería. Pero, después de que el alfa comenzó a
amenazarla, renuncié. No podía permitir que ella asumiera las
consecuencias por contratarme, ¿sabe? Tenía dinero
ahorrado, pero se acabó hace varios meses. Desde entonces,
el Alfa Valeriya me proveía de todo.

—¿Qué… qué te pidió a cambio? —pregunto Vadim con


voz baja y áspera. Sasha podía decir que estaba enojado a
pesar de que trataba de ocultarlo. Además del hecho de que
podía sentir sus emociones, Vadim tenía este pequeño tic en
su mandíbula cuando estaba enojado.

—Ya sabes lo que me hizo hacer, —respondió Sasha.


Realmente no quería poner en palabras las cosas que había
tenido que hacer con el círculo interno como el omega de la
manada. Afortunadamente, no había tenido que hacerlo con
nadie fuera del círculo interno, sólo ellos, y eso era lo
suficientemente malo.

—Sí, lo sé. Lo siento, majiktoka, que tuvieras que


atravesar por eso. Sabes que no es así como nosotros
tratamos a nuestros omegas, ¿verdad? Te expliqué cuán
importante son para nosotros, para la manada. Lo que hizo
Valeriya estuvo mal.

—Aunque todavía no entiendo por qué hizo eso, —


intervino Iván—. Entiendo que tú seas un omega, pero con
seguridad debe haber otros omegas en la manada. ¿Por qué
te trataba como si fueras su juguete personal?

—¿Por qué soy lindo? —Sasha preguntó con una sonrisa


sarcástica, que envío a ambos, Vadim e Iván, a reírse
estruendosamente.

—Sí, sin duda eres lindo, Sasha, pero aquí hay algo
más, algo que nos falta. Simplemente me parece demasiado
raro que Valeriya te aislara de la forma en que lo hizo. ¿Hay
algo en lo que puedas pensar, sin importar lo irrelevante que
te parezca? —preguntó Iván.

Sasha pensó en eso por unos momentos, pero no pudo


pensar en nada. El Alfa Valeriya parecía sólo estar contra él.
Empezó a negar con su cabeza cuando repentinamente
recordó una cosa. Parecía ser algo raro, pero…

—No sé si esto es lo que quiere decir, pero no se me


permitía hablar de mis padres, incluso antes de que cumpliera
dieciocho. Mis padres adoptivos me castigaban si incluso los
mencionaba. Después de que me mude a mi apartamento, si
hablaba sobre ellos o preguntaba por ellos, el Alfa Valeriya
me castigaba.

—¿Y tú no recuerdas quienes eran tus padres? —


pregunto Iván.

Sasha negó con la cabeza. —Recuerdo que mi mamá


tenía el pelo rubio más claro que hubiese visto. Era como si
fueran rayos del sol. Ella siempre lo llevaba en una larga
trenza en la espalda. Y ella olía como la lluvia de verano y
flores.

Vadim sonrió mientras miraba hacia abajo el pensativo


rostro de su pareja. —Debes haberlo heredado de ella. En el
momento que te conocí pensé que olías como la lluvia de
verano. Es uno de mis aromas favoritos, —susurró Vadim
mientras apoyaba la cabeza en la de Sasha.

—¿Qué recuerdas sobre tu padre? —preguntó Iván.

—No mucho. Pasé más tiempo con mi madre. Mi padre


siempre tenía enterrada la cabeza en un libro. Mamá siempre
se quejaba por los libros apilados alrededor de toda la casa.
Recuerdo que de niño jugaba a encontrar y esconderme de mi
padre alrededor de todos esos libros. Había un montón de
ellos por toda la casa.

—Entonces, tal vez tu padre era un erudito o algo así,


—dijo Iván, frotándose la barbilla pensativo—. Sabes, había
un anciano en el último consejo que ha estado por los
alrededores por muchos años. Si tu padre era un erudito,
apuesto que se conocían. ¿Tienes alguna fotografía de ellos
que le pueda mostrar?

Sasha negó con la cabeza. —No. El Alfa Valeriya no me


dejó quedarme con nada que tuviese que ver con mi vida
anterior. Se llevó todo y lo quemó.

—¿Estás seguro que lo quemó o sólo te dijo que lo


había quemado? —pregunto Iván, aun frotándose la barbilla.

Sasha se encogió de hombros. —No lo sé. Supongo que


los quemó. Me dijo que lo había hecho. ¿Piensa que podría
haber estado mintiendo sobre eso?
Las miradas que recibió de Iván y Vadim hizo que
Sasha se sonrojara un poco. Claramente decía —¡Obvio! —
entonces, está bien, tiene sentido que el alfa no estuviera por
encima de la mentira, pero ¿por qué mentiría sobre haber
quemado las cosas de Sasha?

—¿Y ahora qué? —preguntó Sasha, mirando de Iván a


Vadim, luego de regreso a Iván.

—Yo digo que comencemos buscando cualquier cosa


que tenga que ver con Sasha. Con suerte, encontraremos
algo. Mientras tanto, les preguntaré a los ancianos si han
escuchado sobre los padres de Sasha. Sasha, si recuerdas
cualquier cosa sobre tus padres, házmelo saber. Hasta la más
pequeña cosa podría ayudar.

Sasha asintió. —Aun no entiendo porque mis padres


biológicos tienen que ver con lo que el Alfa Valeriya me hizo.

—Las dos cosas pueden que no tengan relación, pero


tenemos que comenzar en algún lugar, majiktoka. Tiene que
haber una razón más allá de que tú fueras un omega para
que él actuara de esa manera. Y antes de que lo digas, —dijo
Vadim mientras sostenía arriba sus manos—, sí, entiendo que
él estaba loco. Pero aún creo que hay algo más que eso.

Sasha hizo rodar sus ojos. De verdad pensaba que


estaban haciendo demasiado escándalo de eso. Era simple
coincidencia el que Sasha fuera un omega que había quedado
huérfano a una edad temprana, ¿no es así?

—Está bien, —comenzó Vadim mientras ponía a Sasha


sobre sus pies—, creo que por ahora deberíamos dejar de
lado esta conversación. Tengo que presentarle a mi pareja a
un par de jovencitos. Padre, estaremos contigo un poco más
tarde.

—Yo sólo voy a hacer unas cuantas llamadas


telefónicas. Por lo tanto, ¿le podrías decir a tu madre que
estaré aquí?

Vadim asintió mientras se inclinaba, agarrando la mano


de Sasha, y tiró de él hacia la puerta. —No hay problema.
¿Entonces supongo que te veré en la cena?

Iván asintió.

Justo cuando Sasha y Vadim alcanzaron la puerta del


estudio, Iván los llamó. Ellos se giraron para mirarlo. Sasha
estaba un poco confundido por la mirada tierna que Iván tenía
en su rostro mientras lo miraba.

—Sasha, estoy muy contento de que Vadim te haya


encontrado. Te ha estado buscando por mucho tiempo.
Estaba empezando a preocuparme de que nunca te
encontrara. Ahora que lo ha hecho, puedo ver la diferencia en
él. Finalmente ha encontrado la paz y debo agradecerte por
eso.

La boca de Sasha casi se abrió por la sorpresa. ¿Iván


estaba contento de que se hubiese acoplado con Vadim? De
todas las cosas que Iván pudiese haberle dicho, esa era la
última cosas que esperaba. No estaba muy seguro de cómo
responderle.

—Uh, ¿de nada?

Iván se rió ante la tentativa respuesta de Sasha. —Sé


que no nos conocemos muy bien, Sasha, pero espero que eso
cambie en el futuro. Quiero que nos consideres a Anya y a mí
como tus padres adoptivos como si fueras nuestro hijo. Nos
has dado algo que nadie más podía. Le has traído felicidad a
nuestro hijo. Eso significa más de lo que alguna vez
podríamos pagarte.

Sasha asintió, estaba un poco aturdido por lo que Iván


le había dicho. ¿Pensaban que le había traído a Vadim paz y
felicidad? ¿Acaso no entendían que él no había hecho nada?
Vadim era quien lo había salvado a él. No podía dejar que
Iván continuara pensando que él había hecho algo.

—En verdad no hice nada. Si alguien ha hecho algo


aquí, es Vadim. Él me salvó. Me protege y cuida para que
nadie me lastime. Él me lo ha dado todo, un hogar real, gente
que me respeta, una familia. Todo lo que tengo se lo debo a
él. Yo realmente no he hecho nada.

—Padre, discúlpame un momento. Parece que Sasha y


yo tenemos algo que hacer. Si ves a mamá y a Mary, por
favor diles que subiremos a ver a los niños tan pronto como
terminemos.

Sasha dejó escapar un pequeño chillido cuando Vadim


lo tomó y lo levantó por sobre su hombro, cargándolo por el
pasillo y saliendo por la puerta principal. Empezó a gritarle a
Vadim tan pronto como alcanzaron los escalones de la
entrada.

—¡Vadim! Bájame de inmediato. ¿Adónde me llevas?


¡Vadim!

Hizo rodar los ojos cuando Vadim simplemente se rió y


le dio un manotazo en el culo. —Lo verás cuando lleguemos
ahí, mi amor.

—¡Vadim! —gruñó Sasha, recibiendo otra risita de él.


Eso lo enfurecía. Había veces que se preguntaba por qué se
sentía atraído por un hombre tan grande. Vadim estaba
usando su gran tamaño para salirse con la suya. Sabía que
Sasha era demasiado pequeño para pelear con él.

—Te lo juro, Vadim, si no me bajas voy a poner babosas


en tus zapatos. —¿Babosas? ¿Eso es todo en lo que pudo
pensar? ¿No podía haber dicho serpientes o cuchillas de
afeitar? Incluso la mierda de perro podría haber sido mejor.
De verdad necesitaba aprender a amenazar mejor a alguien,
porque él apestaba haciéndolo.

Sasha gruñó cuando Vadim lo bajó de su hombro y lo


rodeó hasta que estuvo sentado en sus brazos. Él lo miró
hacia arriba y apretó los dientes cuando vio la sonrisa en la
cara de Vadim.

—¿Babosas? —se rió Vadim.

—Sí, sí, apesto con las amenazas. Demándame.

—Prefiero besarte, —murmuró Vadim.

Sasha vio bajar los ojos de Vadim hasta sus labios. Él


se pasó la lengua lentamente, sonriendo ante el bajo gemido
proveniente de Vadim. Su respiración quedó atrapada en su
garganta cuando Vadim rápidamente bajó sus labios y los
capturó con los suyos en un largo beso.

No pudo evitar añadir su propio gemido al de Vadim.


Besarlo era como lamer el enchufe de la luz. Choques
eléctricos bajaron directamente por su cuerpo desde los labios
de Sasha hasta su polla. Podía hacer esto todo el día.

Vadim levantó la boca desde la de Sasha mientras lo


bajaba para que se parara en sus propios pies. Sasha dejó
escapar un pequeño gemido de protesta. Él no quería dejar de
besar a Vadim. Era muy, muy bueno.

—Vadim.

—Lo siento, majiktoka, pero sabes que tenemos hablar.

Sasha se soltó de los brazos de Vadim, se giró y se


alejó un par de pasos mientras miraba el área boscosa en la
que estaban. Que divertido, Vadim lo había llevado al lugar
exacto en el que a menudo iba para estar solo.

—Sasha, —escuchó susurrar a Vadim mientras sus


fuertes brazos lo envolvían desde atrás—. Tenemos que
hablar de esto, majiktoka.

—No quiero, —dijo Sasha en señal de protesta mientras


comenzaba a sacudir su cabeza.

—Esta vez no vas a salirte con la tuya, Sasha. He


mantenido mi boca cerrada cada vez que dices que no quieres
hablar de algo. No lo voy a hacer esta vez. Eso es demasiado
importante para mí.

—Vadi, —se quejó Sasha.

—Oh no, no vas a usar ese tono conmigo. No va a


funcionar esta vez. Quiero saber por qué piensas que no has
hecho nada por mí. ¿Por qué piensas que no has contribuido a
esta relación tanto como yo lo he hecho?

Sasha se dio vuelta mirando asombrado a Vadim.


¿Hablaba en serio? Vadim le había dado todo, y él no le había
dado nada a Vadim, lo cual tenía sentido. Él no tenía nada
que darle excepto su cuerpo, y obtenía tanto como lo hacía
Vadim.

—Vadi…
—Escúchame, bebé, —dijo Vadim mientras se inclinaba
y tomaba en sus manos la cara de Sasha—. Puede que yo te
proporcionara una casa en la que vivir, pero tú la hiciste un
hogar. Y las personas en tu vida que se preocupan por ti, se
preocupan debido a ti y no por mí. No tengo nada que ver con
eso.

—No, eso no es…

—Sí, Sashenka, es verdad. ¿Tienes alguna idea lo que


es para mí, saber que cada noche puedo sostenerte? ¿De qué
puedo hablar contigo sobre mi día, y que en realidad estás
interesado? ¿Qué al final de cada día, sin importar lo bueno o
malo que fue mi día, estás esperando por mí?

Los ojos de Sasha se abrieron ante las palabras de


Vadim. Nunca supo que Vadim se sentía de esa manera.
Siempre esperaba por el final del día cuando podía
acurrucarse en la cama con Vadim y hablar con él. Él pensaba
que era sólo por él.

—Pensaba que hacías eso por mí, —susurró Sasha.

—No temo que no, majiktoka, todo eso es por mí.


Espero eso casi tanto como despertar cada mañana contigo
entre mis brazos. No quiero volver a pasar ni un día sin ti.
Simplemente no vale la pena.

—Yo no lo en… entiendo, —dijo Sasha mientras las


lágrimas empezaban a formarse en sus ojos. Vadim no hacía
esas cosas porque así lo quería. Hacía esas cosas por Sasha.
Él era quien necesitaba a Vadim, no al revés.

—Es muy simple, Sasha. Yo te amo. —Dijo Vadim


sonriendo.
—¿Cómo puedes amarme? No tengo nada para darte.
Todo lo que me pertenece cabe en dos cajas de cartón. No
tengo dinero, no tengo habilidades para trabajar. Ni siquiera
puedo darte una familia porque no tengo ninguna. No tengo
nada.

—Hay sólo una cosa que quiero de ti, Sasha. Nada más
importa, ni tú dinero o tus posesiones e incluso tus
conexiones familiares.

—¿Qué? —Sasha gritó—. Sea lo que sea, lo puedes


tener.

—Sólo te quiero a ti.

Um, está bien. Eso no tiene sentido. Vadim había


estado con él tantas veces que Sasha había perdido la cuenta.
Y no era como si él lo rechazara. Demonios, estaba a favor de
eso. Si Vadim lo quería ahora mismo, aquí fuera en el bosque,
él encontraría la superficie plana más cercana.

—Me tienes, Vadim. Nunca te he dicho que no, —razonó


Sasha.

—No, bebé, nunca me has rechazado, y aprecio eso.


Pero eso no es de lo que estoy hablando. Aunque no estaría
encantado, aún te querría si estuvieras paralizado desde las
cejas hacia abajo. Esto no se trata del sexo, majiktoka.

Sasha estaba confundido. Miraba a Vadim tratando de


leer su rostro, para entender que quería Vadim de él. Si él lo
tenía, era de Vadim.

—Te quiero a ti, Sasha, todo lo que tienes para darme,


—comenzó Vadim.

—Me tienes. Qué…


—Déjame terminar, —dijo Vadim, cubriendo la boca de
Sasha con su dedo—. Te quiero a ti, tu cariño, tu ternura, tus
consejos. Pero lo más importante, quiero tu corazón.

Sasha continuaba mirando a Vadim confundido. Quedó


sin aliento cuando Vadim dejó escapar un exasperado suspiro.
Podía ver que él estaba empezando a inquietarse.

—Quiero que tú me ames.

—Pero tú ya tienes mi amor. No estaría contigo si no te


amara, Vadim. ¿No te he demostrado que…?

Sasha miró a Vadim, desconcertado. —Tú no sabes que


yo te amo, dijo asombrado como si una bombilla de luz se
hubiese encendido sobre su cabeza. —Vadim, todo lo que
hago por ti es porque te amo.

Vadim podía sentir su corazón latiendo rápidamente en


su pecho. Podía escuchar el suave sonido del arroyo cercano.
Podía oler la esencia del bosque llenando su nariz. Pero si se
atrevía abrirse a Sasha, ¿qué sentiría?

—Sasha, —susurró.

Sasha alcanzó y cogió una de las manos de Vadim en su


rostro y la bajó hasta cubrir su corazón. —Siente lo que
siento, Vadi.

Vadim miró a Sasha por unos momentos preguntándose


si era lo suficientemente valiente para abrirse plenamente a
Sasha. Sabía que si se abría, le estaba dando a Sasha el
poder de lastimarlo o de amarlo.

Cerrando sus ojos, Vadim abrió poco a poco el vínculo


entre ellos, hasta que comenzó a fluir por sí mismo. Antes de
darse cuenta, las compuertas se derrumbaron a su alrededor
y el vínculo se abrió por completo.

Con un fuerte grito, Vadim cayó de rodillas y envolvió


con sus brazos a Sasha con tanta fuerza que lo escucho
gritar. Estaba abrumado. Sintió brotar las lágrimas de sus
ojos y caer por su rostro mientras sentía el amor que Sasha
sentía por él moviéndose a través de su vínculo de
acoplamiento.

—Sasha, —Vadim susurró en silencio, casi temeroso del


intenso amor que Sasha tenía por él. ¿Por qué nunca se había
dado cuenta de cómo se sentía Sasha? ¿Cómo pudo no
haberlo sabido? Estaba en cada fibra de Sasha, hasta casi
brillar por él.

Vadim no entendía hasta ahora lo mucho que


necesitaba saber que Sasha lo amaba. En este momento
único en el tiempo, el sentimiento de amor de Sasha se había
convertido en algo más importante que respirar.

—Lo ves, Vadi, yo te amo.

Vadim se preguntaba, ¿Cómo había llegado a tener


tanta suerte? —Te amo, majiktoka,
Sasha poco tiempo después sostenía la mano de Vadim
mientras caminaban de regreso a la casa. Tenía mucho en
qué pensar. No quería cometer el error de decir algo
incorrecto. El momento entre Vadim y él había sido precioso.
No quería estropearlo.

Sasha miró a Vadim por debajo de sus pestañas. Había


tantas cosas que quería preguntarle. Aún estaba
conmocionado porque Vadim le había dicho que lo amaba.
Simplemente no lo podía creer, era su deseo más profundo.

—Puedo sentir tus dudas, Sasha. No lo hagas. Hablaba


en serio cuando te dije que te amo, y lo hago, —dijo Vadim,
sin siquiera mirar a Sasha.

—¿Por qué yo? —preguntó finalmente Sasha. Tal vez


esa era la gran pregunta. ¿Por qué un hombre como Vadim
escogería amarlo a él? Él no era nada especial.

—¿Por qué no? —Sonrió Vadim—. En primer lugar,


mírate. Eres la cosa más sexy que he visto en mi vida. Pero,
además de tu aspecto, tienes un corazón aún más hermoso.
En verdad no creo que te veas a ti mismo de la forma en que
nosotros te vemos.

—¿Eso crees? —dijo sarcásticamente Sasha.

—Vamos, Sasha. Nadie se ve a sí mismo o a sí misma


de la forma en que otros lo hacen. Eso es parte de la vida. Ya
que obviamente soy el más inteligente entre nosotros dos, tal
vez sólo deberías aceptar mi mejor juicio.
—¡Más inteligente! —gritó Sasha, deteniéndose
repentinamente—. Qué te hace pensar que eres más…

Deteniendo el enojado discurso de Sasha antes de que


pudiera finalizarlo, Vadim dejó escapar una gran carcajada
mientras agarraba a Sasha y giraba con él alrededor.
Finalmente bajo a Sasha al suelo, manteniendo sus brazos
alrededor de él.

Con una pequeña sonrisa, Sasha inclinó su cabeza y


miró hacia arriba a Vadim. —Sí fueras más inteligente que yo,
deberías flexionarme sobre ese tronco en vez de agitar tus
labios.

Vio cómo se extendió una sonrisa sobre el rostro de


Vadim mientas miraba el tronco. —¿El tronco de allí? —
preguntó, asintiendo con su cabeza hacia el tronco situado
justo en el borde de los árboles.

Antes de que Sasha pudiera decir que sí, Vadim lo


recogió y lo cargó hasta el tronco. Lentamente lo dejó de pie
en el suelo. Su sonrisa era malvada cuando miraba hacia
abajo a Sasha por varios minutos antes de girarlo
abruptamente y doblarlo sobre el tronco.

Sasha sintió salir todo el aire de sus pulmones cuando


Vadim lo empujó en el tronco. Había comenzado a
enderezarse cuando escuchó que rasgaban sus jeans. Se dejó
caer nuevamente sobre el tronco e hizo rodar sus ojos. Pensó
que necesitaría más jeans si esto se repetía.

«Pero a lo mejor valía la pena», Sasha pensó un


momento después cuando sintió a Vadim acariciando su culo
desnudo. Tenía que morder su labio para evitar gemir cuando
Vadim empujó profundamente dentro de él un dedo. Oh,
demonios sí, esto valía la pena.

Después de un momento, se dio cuenta que Vadim no


lo estaba estirando. Parecía buscar algo con sus dedos.

—Vadi, ¿qué estás haciendo?

—Estoy tratando de encontrar ese maldito lugar, —


gruñó, lo que hizo reírse alegremente a Sasha.

—Tú polla sería mucho mejor que tú dedo. Tan grande


como eres, lo alcanzas casi todo el tiempo.

—¡Quiero estar seguro que lo encuentro esta vez!

Sasha quería reírse pero sabía que ahora no era el


momento. Aun así… —Sólo fóllame ya, —demandó. Un
momento después, escuchó a Vadim reírse mientras añadía
otro dedo y lo estiraba hasta que estuvo listo.

—Va a ser rápido y duro, majiktoka. ¿Estás listo para


esto? —pregunto Vadim un momento después.

—Sí, joder, sí, sólo hazlo, —Sasha grito desesperado.

Lo siguiente que sintió fue a Vadim llenándolo desde


atrás, y que luego Vadim estaba bombeando dentro de él. Sus
movimientos eran rápidos y duros, justo como él había
advertido, Sasha tenía que sostenerse en el borde del tronco
para mantenerse en su lugar.

Vadim estaba desenfrenado, salvaje, mientras


empujaba dentro de Sasha una y otra vez, llevándolos a
ambos hacia el clímax. Si Sasha no se hubiera estado
sosteniendo del tronco, podría haber estado tirando de su
cabello. El placer era tan intenso que pensó podría
desmayarse.
—Vadi, reclámame, Vadi, —suplicó Sasha, inclinado la
cabeza hacia un lado y desnudando su cuello para su pareja.
Oyó un gruñido satisfecho venir desde Vadim justo antes de
que sus largos colmillos se hundieran en la carne entre el
hombro y el cuello.

Eso fue todo lo que le tomó a Sasha para encontrar su


liberación. Sus ojos rodaron hacia atrás de su cabeza
mientras empujaba sus caderas contra Vadim, su polla
pulsaba mientras llenaba con su semilla la parte delantera de
sus jeans.

A la distancia escuchó en su oído un fuerte rugido


mientras Vadim llegaba a su clímax. Pudo sentir como sus
apretados músculos ordeñaban de la sensible polla de Vadim
hasta la última gota de fluido. Un suave golpe de su lengua en
el cuello de Sasha fue seguido de un breve beso, y Sasha
sintió a Vadim salir de él.

Sasha dejó escapar un grito cuando Vadim le dio una


palmada en el culo, —Ahora, ¿quién es el más inteligente?

—Yo lo soy, —Sasha se rió mientras se giraba para


mirar a Vadim.

—Eso crees, ¿eh? Yo no soy el que regresará a casa


deslumbrando a todos con su culo. —Vadim se rió mientras se
levantaba, estirándose para alcanzar la mano de Sasha y
acercándolo junto a él.

—No estaría deslumbrando a todos si te abstuvieras de


rasgar mis jeans, —se quejó Sasha.

—¿Quieres que me detenga? —preguntó Vadim, con


una ceja elevada y una sonrisa en sus labios.
—No dije exactamente eso pero, quizás cuándo demos
un paseo, deberíamos llevar un par de pantalones extras con
nosotros o al menos esconder algunos aquí en el bosque. No
me gusta que tu madre me vea con el culo al aire.

Sasha esperaba que Vadim se riera por lo que dijo. En


su lugar, levantó la cabeza y miró a su alrededor. Sus ojos
eran severos e intensos. Repentinamente, agarró a Sasha y lo
empujo detrás de su cuerpo más grande.

—Corre, Sasha. ¡Ahora! —rugió mientras empujaba a


Sasha hacia la casa.

Sasha corrió, su corazón latía salvajemente en su pecho


mientras las ramas de los árboles lo golpeaban en su cara y
las que estaban rotas en el suelo lo hicieron tropezar.
Cayendo hacia adelante, aterrizó pesadamente en el suelo
con un silencioso golpe.

Escuchando un gruñido detrás de él, se dio la vuelta,


sus ojos se ampliaron por el miedo al oír un fuerte disparo,
viendo caer al suelo a Vadim. Arrastrándose rápidamente
hacia delante, Sasha se deslizó de rodillas al lado de él.

Un sorprendido grito surgió de sus labios mientras veía


la sangre oscura detrás de la camisa de Vadim. Alguien le
había disparado a su pareja. Pero, ¿por qué no se estaba
moviendo? Sólo había sido un disparo. Los hombres lobo
podían soportar las heridas por arma de fuego, al menos que
fuera una bala de plata.

Sasha se inclinó y olió la herida, arrugó su nariz con


disgusto. Era de plata, lo que significaba que quien hubiese
disparado a Vadim sabía que era un hombre lobo. Sasha
sintió la piel de su espalda comenzar a picarle. Él ya no
estaba solo.

Volviendo la cabeza, vio a tres lobos grises


arrastrándose hasta su posición. ¡Casimir! ¿Por qué no le
sorprendía? Lógicamente, Sasha sabía que debía buscar
ayuda rápidamente. No era lo suficientemente grande para
luchar contra un lobo, mucho menos tres. Pero él no podía
dejar tirado a Vadim indefenso.

Sasha rápidamente se despojó de sus ropas y cambio


en el lobo blanco que lo proclamaba como un lobo omega.
Con sus dientes descubiertos, se agachó sobre el cuerpo de
Vadim y gruñó su advertencia a quienes se aproximaban.

No le importaba lo grande que eran. Él podría luchar


hasta la muerte si era necesario. No permitiría que lastimaran
a su pareja. Tan pronto como estuvieron a su alcance, él se
abalanzó sobre ellos.

—Iván, te lo juro, escuché a un lobo aullando


angustiado. Conozco ese sonido, —dijo Anya mientras seguía
al pequeño grupo dentro del bosque.

—¿Estás segura de lo escuchaste? Hasta donde yo sé,


Vadim y Sasha son los únicos que están en este momento en
el bosque. ¿No hay ninguna posibilidad de que lo confundieras
con alguna otra cosa? —preguntó cautelosamente Viktor.

—Cómo qué, ¿el canto de un pájaro? Conozco el aullido


de un lobo cuando lo escucho, Viktor Stylianos.

—Está bien, está bien, te creo. Pero si es el aullido de


un lobo lo que escuchaste, entonces, ¿por qué? ¿Quién aulló?
¿Vadim? ¿Sasha? ¿Alguien más? Y sí ellos lo hicieron,
entonces ¿por qué lo hicieron? ¿Qué está sucediendo?

—¿Viktor? En vez de hacer tantas preguntas, preguntas


que no puedo responder, ¿por qué no nos dirigimos al área
desde donde escuché que venía el aullido? —Preguntó Anya,
sonriéndole a Viktor.

Viktor volvió la cabeza e hizo girar los ojos. —Señala el


camino, Anya, por favor.

Con una risita, Anya le señaló a Viktor y comenzaron a


caminar hacia el bosque. Iván, Gregory y Mary lo seguían
sobre sus talones. Viktor, con un rifle en su mano, caminaba
junto a ella.

Ellos podían ser lobos, pero aún había cosas en el


bosque que ellos trataban de evitar, como los osos. Algunas
veces las armas eran mejores porque la mayoría de los lobos
no podrían ganar contra un oso por su gran tamaño. Viktor se
alegró de que lo tuviera.

—Este es el camino, —señaló Anya mientras se dirigía a


lo profundo del bosque.

Cómo todos estaban en su forma humana, iban muy


lento. Tampoco sabían que estaban buscando exactamente.
Pero sin duda no era lo que encontraron cuando llegaron al
pequeño claro.

El pequeño claro estaba cubierto de brillante sangre


roja. Parecía como si una gran batalla hubiera tenido lugar.
Este hecho era comprobado por quienes miraban choqueados
a los tres lobos tumbados alrededor del claro. Era obvio por
las heridas en ellos y la cantidad de sangre a su alrededor, de
que estaban muertos.

—Oh, ¡Mi Dios! —gritó Anya, señalando hacia el centro


del claro—. Sasha se ha vuelto loco. Se está comiendo a
Vadim.

Viktor se volvió hacia el desplomado e inconsciente


cuerpo de Vadim tirado en medio del pequeño claro. Un
ensangrentado lobo blanco estaba medio tendido sobre él y
medio sentado a su lado. Estaba lamiendo y masticando un
pequeño punto en la espalda de Vadim.

—¡Dispárale, Viktor, antes de que mate a Vadim! —


exigió Iván. Mary y Anya comenzaron a llorar, sosteniéndose
una a la otra mientras Viktor daba un paso adelante,
levantando el rifle en sus manos y mirando hacia abajo a
Sasha.

Viktor vio pararse al lobo blanco, con piernas


temblorosas. El lobo dio un pequeño paso hacia ellos,
convirtiendo su profundo gruñido en un grito.

Limpió las lágrimas de sus ojos mientras bajaba su vista


hacia el lobo blanco sentado a horcajadas sobre su alfa y
mejor amigo. Si Vadim sobrevivía a esto, asumiendo que no
estaba muerto, nunca perdonaría a Viktor por matar a su
pareja.

Tal vez, ¿sólo podría herirlo? Con ese pensamiento en


mente, Viktor apuntó, apretando el gatillo, golpeando en la
pierna de atrás al lobo que gruñía. Vio como el lobo aullaba,
cayendo de rodillas.

Su mandíbula se abrió mientras el lobo se levantó,


sentándose nuevamente a horcajadas sobre Vadim. Podía ver
que la sangre manaba de la herida en la pequeña pierna del
lobo. Aunque no fuera un disparo de muerte, debería haber
derribado al pequeño lobo.

—¡Otra vez, Viktor, dispárale otra vez. Va a matar a


Vadim! —gritó Anya.

Con el corazón oprimido, Viktor levantó una vez más el


rifle. Mirando por el cañón al lobo, esta vez apuntó a la
cabeza. —Perdóname, Sasha, —susurró mientras empezaba a
apretar el gatillo. Pero justo entonces, el lobo levantó la
cabeza hacia un lado, dejando escapar un pequeño gemido.

Viktor bajo el rifle no muy convencido. —Sasha, ¿me


conoces? —preguntó en voz baja. Nadie se sorprendió más
que él, cuando el lobo blanco se echó al suelo y comenzó a
arrastrarse hacia él.

Cuando Sasha lo alcanzó, se dio la vuelta. Viktor se


arrodilló a su lado, recibiendo en la mano que le tendió un
rápido lengüetazo. Cuidadosamente acarició el hocico del
ensangrentado lobo, recibiendo algunos lengüetazos más.

Con un pequeño gemido, Sasha saltó nuevamente a sus


pies y corrió de regreso hacia el lado de Vadim. Lamió y
mordió la ensangrentada piel de la espalda y gimoteando
levantó la cabeza hacia Viktor antes de lamer nuevamente la
herida.

—Se volvió salvaje. Va a matar a Vadim, si es que ya


no lo ha hecho. ¿Por qué no le disparas, Viktor? —exigió Iván
mientras Viktor rápidamente se paraba y se dirigía hacia
donde estaban Sasha y Vadim.

—Él no se ha vuelto salvaje. Está herido, —respondió


Viktor mientras se arrodillaba al lado de Sasha. Comenzó a
mover sus manos sobre Vadim buscando heridas. Cuando
llegó a la pequeña herida en su espalda, la que Sasha había
estado lamiendo, escuchó nuevamente gemir a Sasha.

—Está bien, Sasha. Aún está vivo, pero ha está muy


mal herido. ¿Puedes cambiar? Necesito saber qué sucedió
aquí, —preguntó mientras acariciaba a Sasha entre las orejas.

Sasha movió su cabeza de un lado al otro, gimiendo


nuevamente mientras se inclinaba para lamer la herida en la
espalda de Vadim. La miseria y el dolor en los ojos marrón
cobre claro era fácil de ver para Viktor.

—Está bien, entonces sólo déjame ver la herida y


veremos que encontramos.

Observó a Sasha dar un paso atrás agachándose.


Mirando nuevamente a Vadim, comenzó a indagar en torno a
la sangrante herida. Había demasiada sangre para ver algo.
Agarrando la camisa que estaba en el suelo cerca de Vadim,
empezó a limpiar la sangre.

—¡Oh mierda! —susurró, con los ojos choqueados


miraba a Sasha antes de volverse hacia los atónitos rostros
de pie a unos metros detrás ellos—. Necesito un cuchillo.
¡Ahora!

Iván se acercó y le tiró un cuchillo de caza en la mano


de Viktor. Comenzó a acercarse para pararse junto a Vadim,
pero Sasha saltó nuevamente sobre sus pies. Se acercó al
cuerpo de su pareja, enseñando los dientes y gruñéndole a
Iván.

—¿Estás seguro que no se ha vuelto salvaje, Viktor? —


preguntó Iván mientras lentamente se alejaba del lobo blanco
y su hijo—. Se ve bastante feroz para mí.
—No, él no es salvaje, —respondió Viktor mientras
excavaba con el cuchillo en la espalda de Vadim.

—Entonces, ¿por qué está tratando de comerse a mi


hijo? —exigió en voz alta Iván, dando otro paso atrás cuando
Sasha nuevamente le gruñó.

—Porque —dijo Viktor, repentinamente sacando algo


desde la espalda de Vadim y sosteniéndolo para que lo viera
Iván—, estaba tratando de sacar la bala de plata de su
espalda.

—¿Bala de plata? ¿Alguien le disparó a Vadim con una


bala de plata? ¿Quién haría una cosa así? —Exclamó Iván,
tomando la bala de Vik.

—Supongo, —contestó Viktor mientras miraba alrededor


del claro a los tres cuerpos—, que fueron ellos. Y si no me
equivoco, son Casimir y sus amigos.

—¿Casimir? ¿El sobrino del Alfa Valeriya?

Viktor asintió aun cuando limpiaba más de la sangre de


la espalda de Vadim. Podía ver que la herida ya comenzaba a
sanar. Un lobo no podía sanar con plata en el cuerpo, lo que
explicaba por qué Sasha estaba tratando tan duro de sacar la
bala.

¡Sasha! Viktor buscó rápidamente alrededor al pequeño


lobo blanco. Lo encontró tirado en el suelo cerca de las
piernas de Vadim, su pecho se levantaba y caía rápidamente.
Aún estaba sangrando de la herida de su pierna como
también de las otras numerosas heridas que tenía antes de
que Viktor le disparara.

Él no estaba sanando tan rápido como le hubiese


gustado a Viktor. Ellos no eran inmortales, y no eran inmunes
a las heridas. Desafortunadamente, incuso los lobos podían
sucumbir a las numerosas heridas.

Viktor se acercó para arrodillarse cerca de Sasha y


levantar la cabeza sobre su regazo. Suavemente acarició la
cabeza mientras Sasha le gemía. —Lo siento, pequeñito. Pero
lo hiciste bien, lo hiciste muy bien. Vadim va a estar bien,
gracias a ti.

Sasha gimió una vez más, luego lentamente cerró los


ojos. Por un momento, Viktor no pudo decir si él aún
respiraba. Inclinándose, colocó su mano en el pecho de Sasha
tratando de sentir el latido del corazón.

Un momento después, cerró sus ojos en


agradecimiento. No estaba más que inconsciente, pero estaba
muy lastimado, en parte debido a él. Vadim iba a matarlo
cuando descubriera que le había disparado a su amada
pareja.

Al escuchar un gruñido detrás de él, volvió la cabeza


para ver a Vadim tratando de levantar la cabeza. Vio a Anya
dejar escapar un grito y correr al pequeño claro arrodillándose
junto a Vadim y despejar el cabello de su cara.

—Gregory, ve a buscar un carro lo suficientemente


grande para llevar a Vadim y a Sasha, y apúrate, maldita sea,
—gritó Viktor mientras levantaba un poco a Sasha y tiraba de
él para que descansara cerca de Vadim. Sabía que Vadim
querría saber de él en el minuto que se aclarara su mente.

—Vadim, —exclamó Anya mientras despejaba su cabello


a un lado. Iván se acercó para arrodillarse junto a ella, sus
manos se movían suavemente sobre el cuerpo de su hijo.
Viktor se acercó y ayudó a Vadim a darse vuelta. No
pudo estar más agradecido cuando vio a Vadim abrir sus ojos
y mirarlo. —Hola, Vadim, es agradable ver que aún estás con
nosotros. ¿Cómo te sientes?

—¿Qué pasó? —preguntó Vadim, juntando las cejas


confundido.

—Dímelo tú, —se rió Viktor mientras miraba


nuevamente alrededor del claro, y luego otra vez a Vadim—.
Parece que tuviste una fiesta sin mí.

Vadim agitó un poco la cabeza, deseando en un


momento no haberlo hecho cuando el dolor golpeó su cabeza.
Joder, eso duele. Al igual que su espalda. ¿Qué demonios
había pasado? Lo último que recordaba era estar bromeando
con Sasha acerca de desgarrar sus jeans.

—Sasha, —gritó Vadim mientras se sentaba


bruscamente. Buscó alrededor a su pequeña pareja,
encontrándolo recostado cerca de sus piernas, aún en su
forma de lobo. Rápidamente se arrastró junto a él y acarició
con sus manos la suave piel blanca, buscando heridas.

Su pata delantera parecía estar rota, y tenía una herida


de bala en la pata trasera. También estaba cubierto con
numerosas mordidas y rasguños. Sasha era como una gran
herida. Difícilmente había un lugar en su cuerpo que no
estuviera cubierto de sangre.

Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras miraba hacia


arriba a Viktor desesperado. —¿Qué le pasó? ¿Quién hizo
esto?

Viktor señaló los cuerpos que yacían alrededor del claro,


justo detrás de Vadim. Vadim se volvió y se percató de los
tres lobos muertos. Aún estaba confundido. No recordaba
haber peleado con ellos.

Agitando su cabeza, miró nuevamente hacia abajo a


Sasha quien continuaba en su forma de lobo. —¿En qué tipo
de problema te has metido esta vez, majiktoka? —le susurró
a su pequeña pareja. Era obvio que Sasha había peleado por
su vida.

Vadim no podía entender por qué no había sido él quien


había peleado. ¿Y cómo su pequeña pareja había luchado solo
con tres lobos? Simplemente no tenía sentido, pero la
evidencia estaba justo enfrente de él.

—Viktor.

—Mira, Vadim, hay algo que necesitas saber. Cuando


llegamos aquí, pensamos que Sasha se había vuelto loco. No
sabíamos que él estaba tratando de sacar la bala de plata de
tú espalda.

—¿Me dispararon con una bala de plata? —bueno, eso


explica porque no había sido él quien había peleado, pero,
¿por qué Sasha no buscó ayuda?

—Sí, tú padre la tiene ahora. Pero, ahora eso no es lo


importante. Como dije, cuando llegamos aquí pensamos que
Sasha se había vuelto salvaje. Yo… yo le disparé. Traté de
asegurarme que el disparo no lo matara sólo quería evitar que
te atacara.
—¿Le disparaste a mi pareja? —gritó Vadim, poniéndose
de pie—. ¿Le disparaste a Sasha? ¿Cómo pudiste dispararle?
Él nunca lastimaría un pelo de mi cabeza. Debió buscar
ayuda, pero en su lugar se quedó aquí y luchó solo con tres
lobos que trataban de matarme. ¿Y tú le disparaste por eso?

Con cada frase, Vadim avanzaba hacia Viktor, con las


manos apretadas en un puño mientras caminaba hacia él.
Sintió una abrumadora necesidad de desgarrar la garganta de
Viktor y alimentarse de él. Había lastimado intencionalmente
a su preciosa pareja.

—Vadi, —una suave voz murmuró en su cabeza detrás


de él.

Vadim se dio vuelta, había olvidado toda la ira contra


Viktor ante el sonido de la voz de su amada pareja. Cayendo
de rodillas, se inclinó para acariciar su mejilla.

—Majiktoka, ¿cómo te sientes? —le susurró, sintiendo


las lágrimas correr por su cara ante la pequeña sonrisa que
Sasha le dio.

—Deja solo a Viktor. Sólo te estaba cuidando, —le


susurró Sasha.

—Sasha…

—Yo también me habría disparado. Ahora haz lo que te


digo y llévame a casa. Estoy cansado y necesito un baño. —Le
ordenó Sasha mientras cerraba nuevamente los ojos—.
Supongo que tu madre esta vez va a obtener una buena
mirada de mi culo.

Vadim sonrió a través de sus lágrimas, levantando a


Sasha en sus brazos antes de pararse. —Mi madre va a
obtener una buena mirada de mucho más que tu culo,
majiktoka.

—Estupendo, —murmuró Sasha mientras enterraba su


cabeza en el cuello de Vadim.

Vadim aún estaba sonriendo mientras cargaba a su


pequeña pareja a través del bosque, varios rostros
desconcertados lo seguían. Sabía que ellos no entendían que
había pasado, pero él sí.

Su pequeño Sasha lo había protegido cuando él no


pudo. Él era considerado el miembro más débil de la manada,
un omega, y él lo había salvado de ser asesinado al alfa y el
miembro más fuerte de la manada.

Vadim aún no sabía cómo lo había hecho, pero estaría


siempre agradecido por lo que tenía. Estaría más que
agradecido si sus heridas se curasen sin demora así él
nuevamente podría mostrarle a su pareja cuanto lo amaba.

—¿Cómo está? —Preguntó Iván mientras le pasaba a su


hijo un pequeño vaso de whisky. Había tomado uno para él y
se sentó en una de las sillas vacías frente a la chimenea.

Vadim se encogió de hombros, sentándose frente a su


padre. —Finamente durmiendo. Se rehusó de ir a la cama
hasta que se dio un baño.

—Es obstinado. Ese es… un comportamiento inusual en


un omega.
—Sí, pero me gusta de esa manera. —Se rió Vadim.

—¿Te dijo algo sobre lo que paso?

Vadim asintió, haciendo una mueca al recordar las


cosas que Sasha le había dicho. —Sí, me dijo lo que sucedió,
pero quiero que todos estén aquí cuando lo repita. Creo que
todos necesitan saber exactamente lo que hizo Sasha.

—Él salvó tu vida, Vadim.

—Y tú querías que le dispararan por eso, —gruñó


Vadim,

—Vadim…

—No. ¿Está bien? Sólo no, —dijo Vadim, levantando sus


manos arriba para detener a su padre de hablar—. Sasha ya
me lo explicó todo y me dijo que debía perdonarte y dejarlo
ir. Pero para ser honesto, va a tomar un tiempo antes de que
pueda olvidar que todos ustedes querían matarlo.

—Termina con eso ahora. Tenemos cosas más


importantes que discutir, —le gritó Sasha desde la puerta.

Vadim rápidamente giró su cabeza al oír el sonido de la


voz de su pareja, sonriendo mientras derramaba su vaso de
whisky. Sasha estaba parado en la puerta con una manta
alrededor de él. Los ojos de Vadim se abrieron mientras
recordaba la última vez que su pareja había venido al estudio
envuelto en una manta, y nada más.

—Por favor dime que llevas algo debajo de la manta, —


le suplicó Vadim a su pareja.

—Relájate, grandote. Creo que tus padres han visto


suficiente de mi culo desnudo para que les dure por el resto
de sus vidas. —Sasha se rió mientras entraba caminado al
estudio y se dejaba caer en el regazo de Vadim.

Vadim se rió entre dientes, envolviendo de forma más


segura sus brazos alrededor de Sasha. —Entonces ¿qué
debemos discutir que es tan importante?

—Bueno, podríamos comenzar con una mensualidad


para mi ropa, porque tengo que decirte, estoy cansado de
deslumbrar a todos. Mi culo es lindo, pero preferiría si tú
fueras el único que lo disfrutara.

Los ojos de Vadim volaron a los de su padre mientras


sentía que su cara se sonrojaba. Estaba sorprendido de ver a
su padre sonriendo en vez de estar molesto por la descarada
manera de hablar de Sasha. Él había pensado que su padre se
molestaría. Al parecer no.

—¿Qué tal si consigues una cuenta de gastos para tú


ropa? ¿Eso te haría sentir mejor, majiktoka?

—Por supuesto. Ahora, lo siguiente en la lista. Tengo


hambre. Aliméntame.

—¿Tienes hambre? ¿Eso es lo más importante en tu


lista? —Vadim preguntó asombrado.

—Oye, soy un chico en crecimiento. Necesito sustento,


—respondió Sasha, cruzando los brazos sobre su pecho,
mirando a Vadim.

Vadim hizo rodar sus ojos. —Está bien. Te traeré algo


de comer, entonces regresaré a la cama contigo. —Comenzó
a levantar a Sasha de su regazo cuando su padre se paró,
agitando su cabeza.

—Sólo siéntate ahí, Vadim. Improvisaré algo para tu


pequeña pareja hambrienta, —dijo Iván mientras se abría
camino fuera del estudio.

Vadim volvió a sentarse, abrazando contra su pecho


una vez más a Sasha. No podía creer que estaba sentado aquí
con Sasha sano y salvo en sus brazos. Él tenía algunos
moretones, pero la mayoría habían sanado tan pronto como él
cambio a su forma humana.

—Entonces ¿por qué estás aquí abajo cuando se supone


que deberías estar arriba durmiendo? ¿No es ahí donde te
deje? —murmuró Vadim contra la cabeza de Sasha.

—Sí, pero te extrañaba. Sabes que no duermo bien a


menos que estés en la cama conmigo, —se quejó Sasha
mientras se giraba para sentarse a horcajadas en el regazo de
Vadim. Apartando la manta se apoyó contra Vadim.

—Dulce Jesús, Sasha, pensé que habías dicho que


tenías puesta la ropa, —exclamó Vadim mientras su mano se
movía debajo de la manta, encontrando la desnuda carne de
su pareja. Un toque, el tacto de la piel satinada, y su polla
estaba dura.

—Mentí. —Sasha sonrió mientras rodeaba con sus


brazos la espalda de Vadim y se inclinaba para reclamar los
labios de Vadim en un profundo y apasionado beso. Las
manos de Sasha comenzaron a tirar de la camisa de Vadim,
explorando la piel debajo de ella.

Vadim estaba asombrado por el comportamiento de


Sasha. Casi nunca era el agresor en su relación. E incluso si
comenzaba, usualmente seguía las indicaciones de Vadim.
Pero ahora parecía ser demandante e insistente. Y Vadim no
podía creer cuanto lo estaba excitando.
—Sasha, —susurró mientras apartaba sus labios de él—
, ¿es esta una buena idea? Mi padre podría regresar en
cualquier momento. Demonios, cualquiera podría entrar.

—¡Sasha! —estalló Vadim cuando Sasha sacó fuera de


los pantalones la dura polla y comenzó a acariciarlo, haciendo
que se endureciera aún más. Vadim amaba la sensación de
las manos de Sasha en su polla. Sus manos se sentían como
suave acero envuelto alrededor de él.

Sasha abruptamente dejó lo que estaba haciendo y


miró a Vadim. —Mira, puedo ponerte nuevamente en tus
pantalones y nos podemos sentar aquí y hablar sobre la
mensualidad para mi ropa hasta que tu padre regrese o
puedes poner esa polla tuya en mi culo. Es tú elección,
grandote. Tenemos cerca de cinco minutos. ¿Quieres
gastarlos hablando o follando?

Vadim miró a Sasha alrededor de dos segundos antes


de ponerlo sobre sus pies. —Sobre el brazo del sofá,
majiktoka, —dijo, mientras le daba a Sasha una palmada en
el culo.

Empujó sus pantalones por sus piernas, su mano


alcanzó su polla y lentamente la acariciaba mientras miraba
rápidamente inclinarse a Sasha sobre el brazo del sofá. Oh
maldición, su culo estaba justo frente a él. Se acercó y
acarició cada globo redondo mientras continuaba acariciando
su polla.

Acercándose un paso, Vadim frotó su polla abajo y


arriba y de la raja del culo de Sasha. Podía sentir el pre-
semen derramándose de la cabeza facilitando su camino.
Dejándose llevar, agarró las mejillas del culo de Sasha
separándolas.
Pudo ver la cabeza de su polla frotando contra su
apretado y fruncido agujero. Con cada pasada, Sasha se
estremecía. La polla de Vadim estaba dura, sobresaliendo
hacia fuera de su cuerpo. Podía retroceder y empujar
directamente en la entrada de Sasha sin usar sus manos más
que para mantener separadas sus mejillas,

Fue lento, viéndose a sí mismo presionar contra Sasha


y ganando un poco más de terreno con cada embestida. Era
tan erótico ver su polla enterrada en su pareja. En el
momento que la cabeza de su polla pasó el primer anillo,
Vadim estaba gimiendo.

—¿Puedes tomarme ahora, bebé? —preguntó Vadim,


esperando que Sasha pudiera…

—¡Sí! —Sasha casi grito.

Con un gran impulso, Vadim se hundió el resto del


camino dentro de Sasha. Su cabeza caía hacia atrás, y sus
ojos estaban cerrados ante la exquisita sensación de estar
dentro de su amado una vez más. Todo fue más especial
debido a su cercana experiencia con la muerte.

—Duro, Vadi, fóllame duro. Necesito sentirte dentro de


mí, —exigió Sasha, estirando sus manos hacia atrás para
separar sus mejillas. Tuvo que apoyar la cabeza en el asiento
del sofá para sostenerse.

Vadim se estiró y agarró a Sasha por los hombros


haciendo palanca mientras comenzaba a bombear dentro de
él. Cada caricia, cada vez que los músculos de Sasha
apretaban alrededor de él, llevaba a Vadim más cerca de su
liberación. Pero necesitaba asegurarse que Sasha se viniera
con él.
Repentinamente se salió de Sasha y lo giró sobre su
espalda. Agarrando las piernas de Sasha, empujándolas
contra su pecho, se enterró nuevamente dentro. Sasha cayó
hacia atrás, con los brazos sobre su cabeza empujando contra
el cojín del sofá mientras su espalda se arqueaba sobre el
brazo del sofá.

Envolviendo con una mano alrededor del muslo de


Sasha, se agachó para capturar con la otra su polla. Comenzó
a acariciar a su pequeña pareja con cada empuje de sus
caderas. Miró hacia abajo a Sasha, más excitado de lo que
podía recordar haber estado alguna vez, mientras miraba a
Sasha alcanzar y tirar de sus propias tetillas.

—Eso es tan sexy, majiktoka, —gruñó.

Vio con desenfrenada alegría como Sasha comenzaba a


sacudirse y disparar chorros de semen desde su polla y
cayendo sobre él, Sasha y el sofá. Con cada espasmo los
músculos de Sasha apretaban la polla de Vadim, lo que lo
envío directamente al borde después de su amor.

Vadim se tensó mientras se venía, liberándose


profundamente en su pareja. Gritó el nombre de Sasha
mientras lo llenaba con su esencia, todo su cuerpo temblaba
por la fuerza de su orgasmo.

A medida que la fuerza dejaba su cuerpo, Vadim se


desplomó sobre el húmedo cuerpo de Sasha y sintió las
delicadas y pequeñas manos de Sasha alzarse para acariciar
su cabello. Fue en este momento, un instante en el tiempo,
en el que se sintió verdaderamente completo.
Viktor comenzó a correr hacia el estudio en el momento
que escuchó gritar a Vadim, su corazón latía rápidamente
todo el camino hacia el pasillo. Podía escuchar a Iván y
Gregory sobre sus talones, y Nikolai y Anya bajando las
escaleras.

Alcanzando la puerta del estudio agarró la manija y


abrió la puerta, dando un pequeño paso dentro de la
habitación. Inhalando profundamente, dio un paso atrás
cerrando rápidamente detrás de él. Se rió mientras se volvía
hacia la pequeña multitud reunida detrás de él. —Ellos van a
necesitar unos cuantos minutos.
Sasha era todo sonrisas cuando Vadim abrió la puerta
del estudio y los dejó entrar a todos. Sabía que Vadim estaba
un poco avergonzado por ser atrapado jugando en el estudio,
pero él no lo estaba. Amaría a Vadim en donde fuera y al
demonio con todos los demás.

Sin embargo, estaba agradecido que le pidiera a Viktor


que le buscara algo de ropa y le permitiera vestirse antes de
dejar que todos entraran. Hablaba en serio cuando dijo que
nadie excepto Vadim vería su culo.

Observaba desde su silla un poco divertido como Anya


olfateaba el aire, arrugando su nariz, antes de mirar con la
cara roja hacia Iván. Iván simplemente se encogió de
hombros y se fue a sentar al sofá.

Sasha comenzó a reír cuando repentinamente Iván se


inclinó y olió el brazo del sofá antes de levantarse
rápidamente y sentarse en una silla, tirando de la silla de una
Anya confundida más cerca de él.

—Córtala, majiktoka. Estás avergonzando a mi madre,


—Vadim le susurró a Sasha, con una divertida voz mientras
caminaba para recoger a Sasha antes de sentarse en la silla,
sentando a Sasha en su regazo.

—Lo siento, amor. Pero no es como que nunca hubiesen


sido atrapados tonteando alguna vez. —Sasha le sonrió.

—No vamos a hablar de mis padres y de sexo en la


misma frase, ¿está bien? Eso me da escalofríos.

—¡Aguafiestas! —dijo Sasha mientras le sacaba la


lengua a Vadim.

—Tranquilo, majiktoka. Es tiempo de hablar de cosas


más serias.

—¿Tenemos que hacerlo? ¿Podemos simplemente


saltarnos esa parte y hablar de otra cosa? —se quejó Sasha.

—No, no podemos hablar de otra cosa. Quiero que


todos aquí sepan lo que hiciste. Ahora toma, come algo, —
dijo Vadim mientras le acercaba el plato de comida que Mary
sostenía para él. Vadim lo miró hasta que Sasha hizo rodar
sus ojos y tomó un pedazo de queso y lo metió a su boca.

—¿Mejor?

—Sí. Si mantienes la boca llena de comida, evitaré que


sigas agitando tus labios. —Vadim dijo en voz alta.

—Puedo pensar en algo más que me gustaría tener


entre mis labios. —Sasha se rió mientras metía otro pedazo
de queso a su boca.

—¡Sasha!

—Oh, está bien, ten tu pequeña charla. Sólo me sentaré


aquí como una buena pareja y mantendré mi boca cerrada, —
se quejó Sasha en voz alta, lo que hizo reír a todos menos a
Vadim, quien lo estaba mirando hacia abajo.

—Cielos, cariñoso en un momento y un lobo dominante


al siguiente. ¿Es así también para ti, Anya? —preguntó Sasha,
volviendo la cabeza para mirar de frente a la madre de
Vadim. Pero antes de que ella pudiera responder, Vadim
metió otro pedazo de queso en la boca de Sasha.

—No estoy seguro si es posible que mantengas la boca


cerrada, Sasha. Ahora mastica, —exigió Vadim antes de
sentar a Sasha más cerca de su pecho. Se agachó y agarró la
punta de la manta que envolvía a Sasha, tirando de ella un
poco más, poniéndola a su alrededor.

Vadim vio a Sasha masticar el pedazo de queso antes


de ofrecerle un trozo de manzana. Sonrió cuando Sasha hizo
rodar sus ojos. Pero él abrió su boca, tomó la manzana y
masticó hasta que se había ido. Él tenía otro pedazo de
manzana esperando.

Miró a los que estaban en la habitación, se sorprendió


de que todos lo miraran con una expresión aturdida. —¿Qué?

Iván se reía mientras miraba a su hijo. —Tienes un


interesante vínculo con tu pareja. Vadim, ¿quién exactamente
lleva los pantalones en tu relación?

—Bueno, desde luego yo no. Vadim sigue rasgándolos…

Vadim inmediatamente le dio una palmada en la boca a


Sasha, para evitar que completara la frase. —No digas eso.

Sasha sólo le guiñó, con los ojos llenos de afecto.

Después de respirar para fortalecerse, Vadim miró a su


padre. —No lo alientes.

—¿Yo? ¿Qué hice? —preguntó Vadim, tratando de lucir


inocente.

Vadim simplemente lo ignoró y se volvió para mirar al


resto de las personas que estaban en la habitación y como
sospechaba, notó su divertida expresión. Oh bueno, ¿qué
podía hacer? Su pareja era incorregible, y su familia lo
encontraba divertido. La vida podría ser peor.

—Les pedí a todos que estuvieran aquí porque quería


hablar del incidente de hoy. Después de que llegamos a casa,
Sasha me explicó qué sucedió, y creo que es importante para
todos ustedes saberlo.

Sintió que Sasha se hundió contra su pecho ante sus


palabras. Sabía que él no quería pasar una vez más por la
horrible pesadilla, pero todos necesitaban saber lo que había
hecho su pareja. Era importante que ellos supieran lo que
ellos casi habían hecho.

—Sasha y yo regresábamos a la casa cuando olí a


Casimir y su pandilla acercándose desde atrás. Le dije a
Sasha que corriera a la casa y buscara ayuda, y él empezó a
correr, pero para ahora todos ustedes saben lo bien que
escucha.

Hubo varios asentimientos y risas.

—Casimir me disparó con una bala de plata, lo que me


incapacitó. Sasha observó eso y vio a Casimir, Kando y a
Yhan acercarse a mí con la intención de matarme. Él cambió y
los atacó, protegiéndome.

—Sabía que era más pequeño y débil, pero aun así trató
de protegerme. Ahora, de alguna manera, mi pequeña pareja
fue capaz de matarlos a todos. Aún no sé cómo lo hizo, pero
estoy agradecido de que lo hiciera. Aunque, si alguna vez
hace alto tan estúpido otra vez…

—Es porque te ama, Vadim, —lo interrumpió


suavemente su madre—. Si una pareja ama al otro con todo
su corazón y alma, puede hacer lo que sea en el nombre del
amor, incluso pelear por sus vidas.

Incluso Sasha levantó su cabeza para mirar con


asombro a Anya ante la respuesta de ella, al igual que todos
los demás en la habitación. Ella levantó la cabeza para mirar
a cada uno inmovilizándolos con su intensa mirada.

—Esa es la única manera que podía haberlo hecho, —


ella finalizó, asintiendo respetuosamente a Sasha—. Y creo
que todos le debemos a Sasha una disculpa, especialmente
yo. Cuando te encontramos, realmente creí que te habías
vuelto loco, Sasha.

Asintiendo con la cabeza, le envió a ella una pequeña


sonrisa. —Sé lo que viste, y puedo entender por qué pensaste
lo que pensaste. No hay necesidad de disculparse, Anya.
Vadim es tú hijo, y tú simplemente estabas tratando de
protegerlo.

—Al igual que tú. No importa lo que vieron, no teníamos


el derecho de intentar matarte. Debimos haberlo manejado
mejor. Seré la primera en admitir que entré en pánico. En
verdad pensé que estabas tratando, bueno, —dijo ella
mientras miraba sus manos.

Sasha apartó la manta, se bajó del regazo de Vadim y


se acercó para arrodillarse a los pies de Anya. Tomó sus
manos en las suyas, mirándola a la cara. Él sonrió mientras
limpiaba una solitaria lágrima de su mejilla.

—Ambos lo amamos y sólo quiero su felicidad. No hay


nada malo en eso. Y para ser honesto, no me conoces tan
bien. Estoy seguro que si hubiésemos estado en la misma
situación, habría reaccionado como lo hiciste tú.

Anya se quedó en silencio por unos momentos mientras


miraba el serio rostro de Sasha. Con una sonrisa formándose
en sus labios, se inclinó y acarició suavemente con sus dedos
a través de su pelo rubio miel.

—Eres un buen hombre, Sahenka Miroslav. Estaba


preocupada cuando me enteré que te habías acoplado con
Vadim, siendo un omega y todo, pero ahora… ahora ruego
porque tú y Vadim tengan muchos años juntos. Creo que tú lo
protegerás tan bien como nosotros e incluso mejor de lo que
puedo hacerlo yo.

Sasha inclinó su cabeza y besó la mano de Anya antes


de mirarla. —Gracias, Anya. Trataré de no abusar de tu
confianza.

Levantándose, se inclinó y susurró algo en su oído, que


hizo reír a Anya carcajadas antes de sentarse contra el pecho
de Vadim sintiendo sus grandes brazos rodeándolo otra vez.

Vadim frunció el ceño con curiosidad mientras miraba la


divertida expresión en la cara de su madre, y luego a su
pareja. —¿Qué le dijiste a mi madre?

Sasha se rió mientras se estiraba para acariciar la


mejilla de Vadim. —Cariño, si quisiera que tú lo supieras todo,
lo habría dicho a todos los que están en la habitación así
podrías haberlo oído.

Vadim suspiró de exasperación haciendo que todos se


rieran divertidos. —De alguna manera, esto no es justo. Mi
madre y mi pareja se están confabulando contra mí. Creo que
debe haber una ley en algún lugar que diga que no pueden
hacer eso. ¿Padre?

—Hijo, después de que estés con Sasha tantos años


como los que yo he estado con tu madre, aprenderás a ceder.
No puedes ganar, porque de verdad, no importa lo que otros
piensen, ellos llevan los pantalones en la familia. No tú.

—Oh, no estás ayudando, —gruñó Vadim. Pero la rabia


en su voz contrastaba profundamente con la amplia sonrisa
que no podía dejar de cruzar su rostro. Estar con Sasha por
muchos años como habían estado sus padres sería un sueño
hecho realidad.

También sería el primero en admitir que Sasha lo


manejaba con su dedo. Lo haría todo para hacer feliz a su
pareja, para darle todo lo que necesitara, y no le importaba
quien lo supiera.

Si eso significaba que los otros lo vieran como una


persona débil por adorar a su amada pareja, que así fuera.
Pronto descubrirían que estaban equivocados. Sasha era tan
fuerte como lo era él, sino más. Él soportó el abuso de todos
y que lo ridiculizaran por ser un omega pero él les había dado
mucho más, y seguía haciéndolo.

Eso es lo que hacía un líder de verdad. Cuanto más


cavilaba en eso, más comenzaba a pensar Vadim que Sasha
debía ser reconocido como tal. Su manada necesitaba saber
de lo que Sasha era capaz de hacer por aquellos que le
importaban, porque él se preocupaba por todos ellos, por
cada uno de los miembros de su manada.

—Viktor, quiero que llames a la manada a una reunión


obligatoria mañana por la tarde. Sé que el salón de baile no
es lo suficientemente grande para que entren todos, así que
lo haremos frente a la casa. Creo que ya es tiempo de que me
dirija a nuestra nueva manada.

—Por supuesto, Vadim, todo lo que quieras, —respondió


Viktor.

—Madre, ¿tal vez tú y Mary podrían cocinar algo?


Después de la reunión podemos tener una celebración de
bienvenida. Quiero conocer a las personas de mi manada.
También creo que es tiempo de que Sasha reconecte con los
miembros de su manada.

—¿Yo? —pregunto Sasha con una pequeña voz


estrangulada.

—¡Sí, majiktoka, tú! —Vadim se rió—. Estas personas


son los miembros de tú manada tanto como los míos.
Necesitan verte y conocerte de nuevo. Sé que hay algunos
que todavía se asocian contigo, como Gregor y Pauline, pero
el resto de ellos han mantenido la distancia debido a Valeriya.
Es tiempo de que conozcan lo especial que eres.

—¿Qué sí… qué si no les gusto? —Sasha susurró a


través de su vínculo de acoplamiento.

—Creo que le vas a gustar una vez que te conozcan


bien. Además, yo te conozco bien, así que ¿a quién le importa
lo que ellos piensen? —Vadim le respondió.

—¿Cuánto me quieres? —dijo Sasha, con sus ojos


traviesos brillando.

—Te lo juro, Sasha, tienes el cerebro en tus pantalones.

—En realidad, creo que están en tus pantalones. —


Sasha se rió—. No me queda ninguno, ¿recuerdas?
Sasha estaba tan nervioso que sentía que podría
desmayarse. Pudo ver a mucha gente reunida en el frontis de
la casa mientras miraba por la ventana. Afuera debería de
haber aproximadamente unas ciento cincuenta personas.

Y Vadim esperaba que saliera y se mezclara con ellos.


Siendo realista, Sasha conocía a cada uno de ellos. Había
vivido con esta manada toda su vida. Eso no quería decir que
en realidad los conociera.

Antes el Alfa Valeriya lo había considerado fuera de los


límites, él no había llegado a conocerlos muy bien. No muchas
personas se asociaban con el omega de la manada. Es como
salir con el chico impopular de la secundaria. En realidad
nadie quería ser visto con él.

Sasha después de un tiempo se había acostumbrado.


Así eran las cosas. Cuando el Alfa Valeriya lo aisló de todos,
no había sido muy diferente de cómo había sido su vida en
años, así que no le había importado mucho.

Ahora Vadim quería que él saliera e hiciera las paces


con estas personas. ¿De verdad esperaba que ellos lo tratan
de forma diferente de cómo lo habían hecho por años? Sasha
sabía que unos pocos estarían muy contentos por su nuevo
estatus. No sabía sobre el resto.

—Majiktoka, debes dejar de preocuparte. Todo estará


bien, lo prometo. No dejaré que nada te pase, —le dijo Vadim
a Sasha mientras caminaba detrás de él y envolvía sus brazos
alrededor de su pareja.
—No se acerca de esto, Vadi. Tal vez sólo debería
quedarme en casa. Tú, Viktor y Nikolai pueden salir y
mezclarse. Sólo me quedaré aquí y te esperaré, tal vez tome
un baño o algo así.

—Eso no va a pasar, Sasha. Eres mi pareja, y necesito


que estés a mi lado. Es donde se supone debes estar, ¿sabes?

—Pero, ¿qué si tropiezo o tiro algo? ¿Qué si cometo un


error? No quiero avergonzarte, —se quejó Sasha mientras se
apoyaba en los brazos de Vadim.

—Tú nunca podrías avergonzarme, Sasha. Estoy muy


orgulloso del hecho de que seas mi pareja.

—¿En serio? —preguntó mientras se giraba en los


brazos de Vadim para mirarlo.

—Por supuesto. No podría imaginar a nadie más como


mi pareja. Sasha, eres perfecto para mí. Haces todo lo posible
para que disfrute de mi vida. Eres gentil y atento. Tú te
aseguras que tenga todo lo que necesito para ser un buen
líder, incluso cuando me dices que estoy siendo un tonto.
Además de eso, eres muy bueno en la cama. ¿Qué más
podría querer?

—¿Alguien que no le tenga miedo a su propia sombra?

—Creo que cuando llega el momento, puedes ser tan


feroz como el resto de nosotros. Lo demostraste cuando me
salvaste de Casimir. No todos harían eso. De hecho, nunca he
oído que un omega peleara con un lobo, mucho menos con
tres y que ganara.

—De verdad no creo que hubiese ganado nada.


Simplemente no pude dejar que ellos te lastimaran, —
respondió Sasha, con la cara ardiendo ante el pequeño
cumplido de Vadim.

—Ahora veo, lo que te hace tan especial, majiktoka.


Peleaste con tres lobos y los venciste, salvaste la vida de tu
alfa y pareja. La mayoría de las personas se jactaría desde el
tejado más alto sobre lo que habían hecho, pero tú no. Ni
siquiera lo consideras una pelea. Sólo estabas haciendo lo que
tenías que hacer para salvar a alguien querido. ¿Ves la
diferencia?

Sasha se encogió de hombros. —Supongo. Haré esto


por ti, pero tienes que prometerme algo.

—Lo que sea, majiktoka. Ya lo sabes.

—No me dejes solo ahí afuera. Quiero que estés


conmigo, no vayas a conocer personas sin mí. No quiero que
dejes mi lado, ¿de acuerdo?

—Eso no va a ser un problema. —Vadi se rió—. No


tengo ningún problema en estar pegado a ti, majiktoka, así
que no te preocupes por eso.

—Entonces, ¿cómo funciona todo este asunto de la


manada? —preguntó Sasha, tratando de cambiar el tema. Él
realmente no quería pensar en sus miedos sobre la manada.
Era vergonzoso, como poco.

Vadim tomó la mano de Sasha y comenzó a tirar de él


hacia la habitación. En el pasillo, envolvió con sus brazos a
Sasha y escoltó a su reacia pareja hacia las escalinatas del
frente donde esperaba la manada.

—Viktor y Nikolai estarán con nosotros, así que no te


preocupes porque alguien intente algo. Ellos están ahí para
protegernos. En cuanto a la reunión en sí, en primer lugar me
dirigiré a la manada, luego les daré la oportunidad de hacer
las preguntas que pudiesen tener, y luego comeremos.

—¿Eso es todo? —Sasha preguntó asombrado. Eso


parecía más que simple.

—Majiktoka, básicamente no es nada más que una


reunión informal, conmigo como el gerente general y los
miembros de la manada como los accionistas. Yo tengo un
dicho, ellos hacen las preguntas, y luego comemos como
cerdos. Nada más que eso.

Sasha comenzó a reírse. —¿Comer como cerdos? Ese es


un pensamiento desagradable.

—Bueno, sí, pero entiendes la idea, —dijo Vadim


mientras alcanzaba la manija de la puerta principal. Él se
detuvo, mirando a Sasha—. ¿Estás listo para esto, majiktoka?

—¿Tengo alguna opción?

—Vamos, no será tan malo. Sólo quédate a mi lado.


Todo va a estar bien.

—Sí, para ti es fácil decirlo. Tú eres el alfa. Trata de ser


un omega una vez y veras lo rápido que cambias de opinión.
—Contestó Sasha mientras seguía a Vadim saliendo por la
puerta principal.

Pudo sentir inmediatamente varios ojos girarse para


mirarlo. Era espeluznante. Podía sentir como si ellos lo
estuvieran evaluando como la pareja del alfa y omega de la
manada. Se preguntaba si lo encontrarían deficiente.

—Gracias por venir. Para aquellos de ustedes que no


han tenido la oportunidad de conocerme, mi nombre es Vadim
Miroslav. Detrás de mí están mis betas, Viktor Stylianos y
Nikolai Miroslav. Estoy seguro que conocen a mi pareja y
omega de la manada, Sashenka, —dijo mientras tiraba de
Sasha para que se parara a su lado.

Hubo un pequeño murmullo de voces ante sus palabras,


que se calmó tan pronto como Vadim miró hacia la multitud.
Dejó estirar el silencio hasta que las personas reunidas
comenzaron a ponerse nerviosas.

—Los llamé aquí para hablar de algunas cosas que me


han llamado la atención. En primer lugar, ya no habrá más
impuesto al cachorro o cuota de iniciación de la manada. Ni
yo ni nadie de mi círculo interno tomaran parte en ninguna
noche de bodas. Si quieren casarse, cásense. Más allá de
conocer a los nuevos miembros de la manada, no tenemos
nada que ver con si quieren o no quieren tener niños. Esa
debe ser su decisión.

Una vez más, hubo una oleada de murmullos. Sasha


podría decir que la gente reunida estaba sorprendida por lo
que Vadim les había dicho. Probablemente habían esperado
que continuara con varias, si no todas, las prácticas que el
Alfa Valeriya había comenzado.

—Ahora, Gregor y yo hemos recolectado una lista de


artículos que hemos descubierto en los complejos del alfa los
cuales creo que pertenecen a los miembros de esta manada.
Si hay algo que les fue arrebatado por su ex alfa, y pueden
probar que es suyo, hablen con Gregor. Supervisaremos que
todos y cada uno de los artículos robados sean devueltos a
sus verdaderos dueños.

Sasha hizo una mueca al considerar todo el trabajo que


Gregor tenía por delante. Había visto a los trabajadores
empacar y mover los artículos para sacarlos de la casa para
almacenarlos. Había un montón de ellos. En verdad se
preguntaba cuántos miembros de la manada vendrían a
reclamar sus pertenencias.

Al comienzo, apostaba que no serían muchos. Podría


tomarles tiempo darse cuenta de que Vadim era un buen líder
y que no trataba de engañarlos en nada. Una vez que se
dieran cuenta de eso, dudaba que Gregor pudiese dormir.

—Ahora quiero discutir el aspecto financiero de las


cosas. Es mi trabajo como alfa cuidar y proteger a la manada.
Sin embargo, no es su trabajo como miembros de la manada
proveerlo todo para mí o los míos. Soy plenamente capaz de
proveer para mi familia. No habrá más prestaciones para el
complejo del alfa, el alfa, o al círculo interno a menos que
paguemos por ello. ¿Queda claro?

—¿Qué pasa con los regalos? —gritó alguien entre la


multitud.

—Los regalos están bien. Pero no traten de comprar mis


favores con regalos. Seguiré siendo imparcial en todas las
relaciones, es mi deber. Sin embargo, tengo debilidad por las
tartas de manzana.

—Y los croissant de Pauline, —alguien más gritó,


consiguiendo una buena risa de Vadim y la multitud.

—Sí, los croissants de Pauline no tienen precio. —


Estuvo de acuerdo—. Ahora, habrá un impuesto anual como
en la mayoría de las manadas. Sin embargo, ese impuesto
será el diez por ciento, no el veinticinco por ciento. También
estará basado en el número de personas en su familia
inmediata.
—¿Puede explicar eso, alfa? —pregunto un hombre
joven.

—Por supuesto. Una familia de nueve que reúne diez


mil dólares al año tendrá mayor dificultad para pagar el diez
por ciento de impuesto que una familia de dos. Por lo tanto,
cada familia recibirá una exención por cada miembro, el cual
será reducido de su diez por ciento con el que tienen que
contribuir con la manada. ¿Tiene sentido?

—¿No nos animará eso a tener niños, incluso si no


podemos mantenerlos?

—Sí, puede ser visto así, pero hay un límite en el


número de deducciones. Si tienen dos adultos y cinco
cachorros, es eso, no hay más deducciones. Incluso si tienen
diez cachorros, sólo pueden reclamar deducciones por cinco
cachorros. ¿Se entiende?

Hubo varios asentimientos pero muchos más lucían


confundidos.

—Puedo responder cualquier pregunta que tengan sobre


esto. También tengo un folleto para que cada uno de ustedes
se lleve consigo, el cual lo explica con más detalles, —añadió
Gregor.

—Quiero ser justo en esto. Se necesita dinero para


gobernar la manada. Pero tampoco tengo planes de enviarlos
a la bancarrota. Sin el complejo del alfa drenando sus
bolsillos, y con el impuesto al cachorro y cuota de iniciación
de la manada, la mayoría de ustedes debería estar mejor. Si
aún siguen teniendo problemas, venga a verme, y estoy
seguro que podemos pensar en algo. No quiero que ninguno
de ustedes sufra. Ustedes son mi manada y me encargaré de
ustedes.

Esta vez, Vadim obtuvo una ronda de aplausos. Él


asintió, sonriendo, mientras esperaba que ellos se calmaran.
Mientras esperaba, le hizo un gesto a Viktor y Nikolai, que
rápidamente dejaron los escalones del frontis y corrieron a un
lado de la casa.

—Tengo una última cosa que discutir con ustedes y


después responderé cualquier pregunta que puedan tener.

LLevo algunos minutos que la multitud se calmara, pero


cuando lo hicieron, Vadim se estiró hacia atrás tirando de
Sasha para que estuviera a su lado. Envolvió con su brazo los
hombros de Sasha y tiró de él más cerca. Quería que todos
fueran conscientes de lo mucho que significaba Sasha para él.

—Estoy seguro que cada uno de ustedes está enterado,


Sashenka es mi pareja. También es el omega de la manada.
Como dije el día que llegue, cualquier agresión contra él es
una agresión contra mí. Aparte de mis hijos, para mí Sasha es
la persona más importante en el mundo. Él es mi pareja.
Aquellos que están acoplados saben lo que estoy diciendo.

Vadim vio a varias parejas asentir. Sin embargo,


muchas de las personas solteras lucían confundidas o
enojadas. Sabía que ellos pensaban que debía ponerlos a ellos
en primer lugar, y podían tener razón. Pero eso no significaba
que eso iba a suceder.

—Les dejaré saber esto ahora. Si tengo que escoger


entre esta manada y mi pareja, cada vez escogeré a mi
pareja. Sé que hay mucho de ustedes que no estarán de
acuerdo con esto, pero francamente, no me importa. Él es
mío y siempre protejo lo que es mío.

—¿De verdad piensa que es justo, Alfa Miroslav? ¿Qué


si él hace algo malo, o rompe las leyes o algo así? ¿Aún va a
estar de su lado? —alguien gritó desde el fondo de la
multitud.

—Primero que todo, si conocieran bien a Sasha, sabrían


que él preferiría morir que lastimar a alguno de ustedes. Pero
ninguno de ustedes se ha tomado el tiempo de conocerlo, ¿no
es sí? Por años han dejado que el Alfa Valeriya dictara como
debía ser tratado, mirando a otro lado cuando fue abusado.
¿Alguno de ustedes pensó alguna vez por lo que estaba
pasando? ¿Qué le estaba haciendo hacer el Alfa Valeriya?

Vadim pasó su mano por el brazo de Sasha. Podía


sentirlo temblar de vergüenza a su lado. Sabía que mostrar
afecto delante de la manada podía ser visto como una
debilidad, pero a él no le importaba. Su pareja lo necesitaba.

Tiró de Sasha al frente de él y envolvió ambos brazos a


su alrededor, dejando que Sasha escondiera su sonrojada
cara en su pecho. Se inclinó y le dio un suave beso en la
cabeza a Sasha antes de levantar la cabeza y mirar a la
multitud. Dejó ver a todos la rabia y disgusto en su cara
mientras los miraba.

—Él ha perdido a su familia, sus amigos, su casa, y casi


pierde su vida, todo por ustedes, porque no quería que les
sucediera a ustedes, su manada. Recibió castigo tras castigo
así ustedes no tendrían que hacerlo. ¿Qué ha hecho alguno de
ustedes por él?
Vadim podía ver muchas caras culpables tratando de
evadir su mirada punzante. Desde el fondo sabían que estaba
mal lo que habían hecho. La mayoría de ellos no lo habían
hecho a propósito. Simplemente estaban tratando de no
atraer la atención del Alfa Valeriya. Pero algunos de ellos…

—Para aquellos de ustedes que todavía creen que


pueden tratar a Sasha de la forma en la que ha sido tratado la
mayor de su vida, piénsenlo de nuevo. Primero, no lo voy a
permitir. Si tienen algún problema con esto les sugiero que
apliquen a otra manada y se vayan. Mientras yo sea el alfa,
Sasha será protegido y tratado con respeto.

Vadim vio a Viktor y Nikolai llevar una pequeña carreta


cubierta con una lona, deteniéndose justo frente a él. Asintió
cuando cada uno de ellos tomo su posición a cada lado de la
carreta.

—Ayer, Casimir, Kando y Yahn decidieron que ya no me


querían como su alfa, y me dispararon con una bala de plata.

Pudo oír las exclamaciones de indignación proveniente


de la multitud. Todos sabían que usar balas de plata era por
una sola razón, matar a un lobo. No había sido un reto. Había
sido un claro ataque con la intención de matar al alfa.

—Después de recibir el disparo, estaba incapacitado.


Sasha, mi pequeña pareja, se encargó de protegerme como
probablemente lo ha hecho toda su vida. Posiblemente así
habría sido, excepto por una cosa. Él me estaba protegiendo a
mí, su pareja. Por lo tanto, si piensan que pueden meterse
con él a mis espaldas, piénsenlo de nuevo. Esto fue lo que les
pasó a los tres lobos que trataron de meterse con mi pequeño
omega.
Vadim le hizo una seña a Viktor y Nikolai quienes
tiraron de la lona revelando a los tres lobos muertos en la
carreta. Varias personas jadearon, unos pocos gritaron, pero
la mayoría solo lucía noqueada. Vadim estaba seguro de que
ellos estaban tan sorprendidos como lo había estado él
cuando Sasha le dijo lo que había pasado.

—Sasha no solo se había encargado por si solo de


Casimir, Kando Y Khan, sino que después, tan herido como
estaba, había tratado de sacar de su espalda la bala de plata.
Cuando la ayuda llegó, pensaron que se había vuelto salvaje y
le dispararon. Y aun así me protegió. Eso es lo que mi pareja
y su omega hizo por vuestro alfa.

—¿De verdad tenemos que seguir hablando de esto?


¿No podríamos seguir adelante a la parte en la que comemos
como cerdos? —Sasha le susurró a través de su vínculo
mental.

—Silencio, majiktoka. Casi termino. Quiero estar seguro


de que sepan que no deben desafiarte cuando no estoy a tu
alrededor.

—No quiero que me teman, Vadi, —se quejó Sasha.

—No te preocupes, mi amor. Una vez que te conozcan


como yo, verán la persona especial que eres y nada de esto
importará.

—¿Vadi? No estoy seguro de que quiera que me


conozcan como lo haces tú. —Se rió Sasha mientras se volvía
para mirar de frente a la multitud ante él—. Vadi, ellos sólo
están allí de pie mirándome.

—¿De verdad quieres darles algo que mirar? —preguntó


Vadim mientras miraba hacia abajo a la cara de Sasha,
moviendo las cejas.

—¿Esto tiene que ver con que yo me puse unos


pantalones nuevos?

—Compórtate, majiktoka, o voy a desvestirte y azotar


tu culo. —Se rió Vadim, mientras se inclinaba y golpeaba a
Sasha en el culo.

—Mmm, ¿tal vez podamos discutir los azotes después?


Tú manada te está esperando.

Vadim vio que la mayoría de la multitud lo miraba.


Sonrió cuando vio que muchos de ellos lo miraban
asombrados por lo que habían visto y por lo que les había
dicho. Supongo que no pensaban que Sasha lo tenía en él.

—Espero que todos entiendan ahora que Sasha no es


un omega típico. Él es especial, para mí y para ustedes. Él
protegerá a aquellos por los que se preocupa con su vida. Lo
ha estado haciendo por años. Creo que es tiempo de que sea
tratado con el respecto que se merece. ¿Verdad?

Comenzó con un solitario aplauso que venía de Gregor,


luego de Mary, seguido por Pauline, Viktor y Nikolai. Pronto se
unieron más, hasta que la manada entera estaba aplaudiendo
a Sasha, quien los miraba completamente asombrado.

Vadim sabía que nunca antes había tenido este tipo de


aceptación de su manada. Sabía que para Sasha era un poco
atemorizante, debido a las incómodas emociones que estaba
sintiendo. Vadim podía sentirlas. Quería pasar rápidamente
por esto así podrían tener unos pocos minutos a solas para
tranquilizar un poco a su pareja.

—¿Alguien tiene alguna pregunta? —preguntó


finalmente cuándo la multitud se había calmado.

Nadie dijo nada durante varios minutos hasta que una


joven mujer dio un paso adelante. —Sé que dijo que usted y
su círculo interno no participarán en la noche de bodas, una
práctica que hizo el Alfa Valeriya.

—Eso es verdad, —dijo Vadim mientras asentía con la


cabeza.

—¿Qué hay aparte de eso?

—Bueno, puedo decirles que eso no es obligatorio, no


ordenaré que alguien realice este tipo de favores por nadie
dentro o fuera del círculo interno de la manada. No tengo ese
derecho.

—¿Y si queremos? —ella preguntó, haciendo un guiño a


Vadim.

—¡Vadim me pertenece! —gruñó Sasha.

—Creo que él puede responder por sí mismo, —la joven


mujer le dijo con desprecio a Sasha.

Vadim sólo negó con la cabeza. —¿Qué parte de la


conversación no entendiste? Acabo de decirte que Sasha
venció a tres lobos defendiendo mi vida. ¿No crees que podría
barrer el suelo contigo si amenazas su posición como mi
pareja? Sasha me pertenece al igual que yo le pertenezco a
él.

Miró de arriba abajo a la mujer, notando sus largas


piernas y generosos pechos. La mujer era muy atractiva, sin
embargo. —Además del hecho que prefiero a alguien con más
vello que senos en su pecho, nunca deshonraría a mi pareja
estando con alguien más.
Vadim levantó su cabeza para mirar hacia la multitud.
—Quiero que esto quede perfectamente claro para todos. En
ningún momento ni Sasha ni yo participaremos en algo sexual
con nadie excepto entre nosotros. Nosotros estamos
acoplados, casados a los ojos de nuestra manada. Nosotros
no tenemos relaciones sexuales fuera de nuestra relación. No
porque no podamos, sino porque elegimos no hacerlo. ¿Está
claro para todos?

—Gracias, Vadi —le susurró. Vadim asintió levemente


con la cabeza.

—Ahora, ¿hay alguna otra pregunta? —le preguntó a la


multitud.

—¿Es cierto que tiene cachorros, Alfa Miroslav?

—Sí, es verdad. Sasha y yo tenemos dos hijos, Iván y


Marika.

—Si ustedes… bueno, ¿cómo usted… está planeando


tener más cachorros?

—Nadie puede decir lo que nos depara el futuro, así que


no voy a decir que no. Pero no veo a ninguno en nuestro
futuro cercano. Aunque no sería malo que una pequeña niña
se uniera a nuestros dos hijos. —Se rió Vadim.

—Una pequeña niña sería lindo, —le murmuró Sasha al


oído de Vadim—. Le daría a los niños alguien a quien cuidar.

—Sólo si ella tiene tus ojos, majiktoka. —Respondió


Vadim. En su mente, se podía imaginar a una niña con el
cabello rubio miel y los ojos color cobre de Sasha. Si tuviera
su temperamento, estaba seguro que le daría mucho trabajo.

—Ahora, ¿hay alguna pregunta más? Si no la hay, yo


digo que comencemos la celebración, —le dijo Vadim a la
multitud, haciendo un gesto hacia el jardín donde su madre y
Mary estaban esperando.

—¿Qué estamos celebrando, Alfa Miroslav?

—En primer lugar, es Vadim, no Alfa Miroslav. Nosotros


aquí somos una manada, no extraños. En segundo lugar,
estamos celebrando a nuestra manada. Sasha me dijo el día
que llegamos aquí que este era un hermoso lugar en el que
vivir, lleno de personas maravillosas. Creo que esa podría ser
una buena razón para celebrar, ¿no?

Hubo algunos asentimientos de cabeza al igual que


varias miradas llenas de nuevo respeto dirigidas a Sasha.
Vadim sintió que muchos miembros de la manada estaban
viendo a Sasha como si lo hicieran por primera vez. No tenía
dudas que el resto los seguiría cuando conocieran a Sasha.

—Sasha y yo nos uniremos a ustedes en unos minutos.


Sólo tenemos que ir a ver a los niños. Ustedes pueden
comenzar sin nosotros, —mandó Vadim mientras tiraba a
Sasha hacia la puerta principal.

—¿Ahora me llevas a conocer a los niños? ¿No crees


que deberíamos haberlo hecho antes, cómo anoche? —Sasha
susurró en voz baja mientras seguía a Vadim dentro de la
casa y por el pasillo hacia el estudio.

—En realidad, sólo quería unos minutos a solas contigo.


Quería asegurarme que estabas bien. Los niños eran sólo una
excusa. De todas formas ellos están durmiendo en la segunda
planta. Puedes conocerlos después de la fiesta.

—Así que, ¿por eso me arrastraste todo el camino a la


casa? Simplemente podrías haberme preguntado ¿sabes?.
Nosotros tenemos este hermoso pequeño vínculo de
acoplamiento.

—Sí, pero entonces no podríamos hacer esto, —Vadim


se rió mientras presionaba a Sasha contra la pared y se
inclinaba para besarlo.

Sasha gimió mientras se empinaba en el beso y


envolvía sus brazos alrededor del cuello de Vadim. Vadim se
inclinó para agarrar el culo de Sasha, levantándolo hasta que
pudo envolver las piernas de Sasha alrededor de su cintura.

—¡Los pantalones no, los pantalones no! —exclamó


Sasha contra los labios de Vadim cuando él comenzó a
agarrar las mejillas del culo de Sasha.

—Está bien, majiktoka, está vez, los pantalones no.


Esta noche más tarde cuando te tenga solo, aunque, cualquier
cosa puede pasar. —Dijo Vadim mientras bajaba a Sasha
sobre sus pies de regreso en el suelo.

—Me parece justo, —se rió Sasha mientras estiraba su


ropa antes de tomar la mano que Vadim sostenía para él.

—Vamos, majiktoka, es hora de ir a conocer a la


multitud que te adora.

—Sí, mi adorada multitud. Esperemos que no me


linchen, —dijo Sasha mientras seguía a Vadim fuera del
estudio y regresaba por el pasillo hacia la puerta principal.

—No dejaré que lastimen un pelo de tu cabeza,


majiktoka.

—Bueno, ¡si esa mujer vuelve a coquetear contigo, no


tendrá ningún pelo en su cabeza!
—¡Sasha! No sabía que eras del tipo celoso, —exclamó
Vadim, tratando de esconder su sonrisa de satisfacción. Sasha
estaba celoso y él estaba emocionado. Si no fuera por el
hecho de que Sasha probablemente podría matarla, besaría a
esa mujer en agradecimiento.

—Aparentemente, hay muchas cosas de mí que


desconocemos.
Sasha no podía creer cuántas personas se habían
acercado a darle la mano y saludarlo. Ni siquiera estaba
seguro de que hubiese tanta gente en toda la manada.
Aunque hasta ahora, todos habían sido muy amables.

En realidad, hizo que Sasha se pusiera nervioso. No


estaba acostumbrado a esto. Todo el mundo estaba siendo
agradable y simpático, cautivándolo con su conversación.
Usualmente, ellos ni siquiera reconocían que estaba vivo y
respirando.

—Entonces, Vadim. ¿Qué es lo que piensa de nuestra


pequeña ciudad? —Sasha escuchó que alguien decía. Volvió
su cabeza para ver a Vadim hablando con un hombre mayor.
Sasha lo reconoció como un hombre llamado Frank que era el
dueño de la ferretería local.

—Bueno, aún no he visto mucho. Pero me gusta lo que


he visto. Creo que esta ciudad tiene mucho que ofrecer, y
ahora que el Alfa Valeriya se ha ido, creo que tendremos la
oportunidad de crecer como estaba destinado ser.

—¿De verdad nos ve cambiando tanto?

—Seguro, nada puede desarrollar su máximo potencial


cuando ha sido maltratado, y esta manada ha sido maltratada
por mucho tiempo. Denle la oportunidad de desarrollarse sin
límites, y lo hará, —respondió Vadim.

—¿Eso quiere decir que se nos permite dejar la isla si


queremos?

—Por supuesto. Yo no tengo nada que ver con eso. Yo…

—Frank, creo que lo que tú alfa está tratando de decir,


es que él no es tú dueño, familiar o cónyuge. Siempre y
cuando sigas las leyes establecidas por el consejo de la
manada y nuestro concilio de la ciudad, eres básicamente
libre de hacer lo que quieras, —dijo Sasha mientras se
acercaba para unirse a ellos.

—No podría haberlo dicho mejor, majiktoka, —dijo


Vadim mientras envolvía un brazo a su alrededor.

—¿Qué hay con que la gente venga a la isla? —preguntó


con ansiedad Frank.

—Frank, si quieres que tu hijo y su esposa regresen a la


isla a visitarte, invítalos. Si quieres que ellos se muden aquí,
estoy seguro que la única cosa que tu alfa solicitará es que los
presentes.

Frank miró a Sasha con sorpresa en sus ojos antes de


mirar a Vadim por una confirmación. Vadim le sonrió. —Me
encantaría conocer a tú familia, Frank.

Frank vio nuevamente a Sasha con un nuevo respeto.


—Ni siquiera sabía que conocías quién era yo, Sasha.

—Por supuesto, yo sé quién eres, Frank. Nunca podría


olvidarte. Me hiciste ese pequeño tren cuando tenía diez años
y lo dejaste fuera de mi puerta en mi cumpleaños.

—¿Te acuerdas de eso?

—Por supuesto, amaba ese tren. Fue lo único con lo que


jugué ese verano, —contestó Sasha, el recuerdo trajo una
pequeña sonrisa a su rostro.

—¿Qué le pasó a ese tren? No lo he visto en años.

Sasha se quedó en silencio un momento antes de


contestar. —El Alfa Valeriya se lo llevó y lo quemó. Dijo que
debía mantenerme enfocado en mis deberes como omega y
no jugar con cosas frívolas.

—Pero eras sólo un niño, —exclamó.

—Sí, lo era. —No parecía haber mucho más que decir.


No quería hacer sentir mal a Frank pero así había sido en
verdad su vida. Desde su primer recuerdo, el Alfa Valeriya
había dirigido su vida. Sasha estaba agradecido de que el Alfa
Valeriya hubiese esperado a que fuera mayor antes de que las
cosas rudas comenzaran.

—Lo siento, Sasha. Estoy seguro que lo has escuchado


mucho esta noche, pero de verdad lo siento. Algunas veces
era mucho más simple no saber lo que todos sabían que
estaba sucediendo. Era más seguro de ese modo. Nosotros
teníamos familias que proteger. Espero que entiendas eso.

—Lo hago, Frank.

—Bueno, yo no, —intervino Vadim—. Mientras tú


estabas protegiendo a tú familia, ¿quién crees que estaba
protegiendo a Sasha? Era solo un niño cuando empezó,
¿cómo pudiste mirar a otro lado? ¿Qué si el Alfa Valeriya la
hubiese tomado con tú hijo? ¿Habrías intervenido o
simplemente habrías mirado a otro lado?

—Vadim, está bien.

—No, no lo está, Sasha. Tú eres… —empezó Vadim, con


voz acalorada.
Sasha rápidamente se volvió para pararse frente a él y
ahuecar gentilmente su cara con las manos. —Vadi, tienes
que olvidarlo o esto te carcomerá. Y entonces, ¿qué será de
mí? Ya he terminado con eso. Siempre y cuando te tenga a ti,
nada más importa.

—Sasha, ¿cómo esperas que lo olvide? Las cosas que te


hizo, lo que te hizo hacer.

—Esas son cosas con las que tengo que vivir, Vadim. Si
te sigues obsesionando con eso, va a empañar lo que
tenemos juntos. ¿Quieres que eso suceda? Contigo, puedo dar
y recibir amor y no avergonzarme de eso. ¿No quieres eso
para mí?

Vadim cerró sus ojos mientras inclinaba su cabeza para


apoyarla contra la de Sasha. —Quisiera que esto nunca te
hubiese pasado.

—Yo no. —Se rió Sasha.

—¿Qué?

—Bueno, sí, desearía que estas cosas nunca hubiesen


pasado, pero sucedieron. Y debido a lo que hicieron, te
trajeron a mí. ¿En verdad piensas que la primera noche
habría corrido dentro de tu estudio para tratar de esconderme
de Valeriya y sus matones?

—No, pero…

—Sin peros, Vadim. Podemos desear todo lo que


queramos, pero nuestra realidad es que esto me pasó. Ahora,
nos podemos sentar aquí y lamentar nuestro destino y desear
que las cosas fueran diferentes, o podemos estar agradecidos
que ha terminado y que ellos al final nos han unido. Es tu
elección.

—Sasha.

—Pero tengo que decirte, me estoy aburriendo de esta


actitud „pobre de mí‟ que tienes cuando no fue a ti a quien le
sucedió. Me rehúso a vivir mi vida avergonzado por lo que me
pasó. Sí, apesta, pero soy más fuerte que eso. Soy más
fuerte que el Alfa Valeriya. Yo aún estoy vivo, y sigo aquí. Él
no.

—¿Pero cómo puedes simplemente olvidar todo lo que


paso?

—Nunca lo podré olvidar. Pero no le daré más el poder


de controlar mi vida. Viviendo del recuerdo de lo que sucedió,
aún tiene control sobre mí. Incluso odiarlo es darle el control
de mi vida. Él ya no tiene lugar en mi vida, ni siquiera mi
odio, porque eso es darle poder. No haré eso. Si vivo mi vida
al máximo y amo con todo mi corazón, mi venganza contra él
está completa.

Vadim y Frank, al igual que otras personas más que


estaban paradas cerca de ellos, miraban a Sasha,
sorprendidos por lo que había dicho. Sólo una persona
maravillosa renunciaría al odio por alguien que lo había
dañado tanto o más como había lastimado el Alfa Valeriya a
Sasha.

Vadim se dio cuenta que de verdad Sasha era una


persona mucho más fuerte de lo que él era. Quería odiar al
Alfa Valeriya y a su manada por lo que le había pasado a
Sasha. Sasha simplemente lo quería olvidar y seguir adelante
con su vida.

—Está bien, majiktoka, intentaré olvidarlo, pero no


puedo prometer que ocurra de la noche a la mañana, —
contestó finalmente Vadim, alzando su mano para acariciar un
lado de la cara de Sasha.

—No espero que lo hagas. Estoy seguro que habrá


oportunidades en que los recuerdos resurgirán otra vez.
Lidiaremos con ello cuando eso suceda. Mientras tanto, voy a
vivir mi vida en la forma que quiera, no a su manera. Y eso
quiere decir no más malos sentimientos. ¿Entendido?

Vadim sabía que Sasha le estaba dando una orden, una


a la que no podía rehusarse incluso si quisiera, lo cual no
quería. Su pequeña pareja había resultado ser mucho más
inteligente del crédito que le habían dado. Debía ser el omega
en él.

—Entonces, ¿podemos comer ahora? Tengo hambre.

—Siempre tienes hambre, majiktoka. —Mientras


envolvía con sus brazos a Sasha, inclinándose para un
pequeño beso.

—¿Soy un chico en crecimiento? —preguntó Sasha, con


una ceja elevada.

—Aún no, pero quizás más tarde.

Sasha aún se reía mientras Vadim lo escoltaba hacia la


mesa con comida. Ambos tomaron un plato y lo llenaron
antes de encontrar en el patio, un lugar despejado para
sentarse y comer tomando turnos para alimentar al otro de
sus platos.

En el momento que sus platos estuvieron vacíos, no


podría haberle dicho a nadie lo que había comido
exactamente. Había estado ocupado mirando como Sasha
lamía sus dedos para limpiarlos después de cada mordisco.
Eso había hecho que su polla se endureciera como el infierno
después del primer mordisco. Y Sasha sabía exactamente lo
que estaba haciendo cada vez que lo hacía.

Fue todo lo que pudo hacer Vadim para no empujar a


Sasha al suelo, sacar sus jeans, y tomarlo ahí y ahora. Pero
probablemente eso no causaría una buena impresión a los
miembros de su nueva manada.

Sin embargo, mientras miraba más y más a Sasha,


comenzaba a preguntarse si le importaba lo que los demás
pensaran. Parecía ser que Sasha estaba haciendo todo lo
posible para encender la lujuria de Vadim, desde lamer
lentamente sus dedos para limpiarlos hasta frotarse
accidentalmente contra la erección de Vadim. Estaba
volviendo loco a Vadim.

—Sasha, a menos que quieras que toda la manada vea


tu culo desnudo mientras te follo, te sugiero que te detengas,
—gruñó finalmente.

—¿Yo? —preguntó inocentemente Sasha, batiendo sus


pestañas a Vadim—. ¿Qué estoy haciendo?

—Como si no lo supieras, —gruñó Vadim mientras


empujaba a Sasha y lo inmovilizaba en el suelo—. Puedes
intentar la rutina de niño inocente con mi madre o Mary, pero
no funcionará conmigo. Te conozco bien.

Vadim quería desesperadamente besar a Sasha, hasta


que pusiera sus ojos en blanco y estuviera rogando por más.
Su pareja podía rogar tan hermosamente. Sin embargo, este
no podría ser el tiempo ni el lugar. Eso no significaba que no
obtendría su pequeña venganza.

Se inclinó como si fuera a besar a Sasha. Justo cuando


Sasha comenzaba a cerrar sus ojos, frunciendo sus labios
para recibir el beso, Vadim atacó en los lados, encontrando
cada punto en el que Sasha tenía cosquillas.

Las carcajadas brotaron de Sasha mientras


desesperadamente intentaba eludir los dedos de Vadim, pero
Vadim fue implacable, atacando los lados, su cuello, incluso
sus muslos, hasta que Sasha era una gran fuente de pegajosa
risa.

—¿Te rindes? —Vadim le sonrió hacia abajo.

—¡Sí! —gritó Sasha.

—¿Prometes que no intentarás ninguno de tus trucos en


mí mientras estamos en la reunión de la manada?

—¿Qué vas a hacerme si digo que no? —preguntó Sasha


con picardía.

—Podría arrastrar tu sexy culo de regreso a la casa y


azotarlo. —Contestó Vadim.

—Entonces no.

—¿Quieres que te azote? —preguntó Vadim,


sorprendido por lo excitado que estaba ante la idea de azotar
el pequeño y apretado culo de Sasha.

La cara de Sasha se sonrojó un poco mientras bajaba la


cabeza y le echaba un vistazo a Vadim través de sus
pestañas. —Tal vez.

Vadim sonrió, dando vuelta y tirando de Sasha hasta


que estuvo a horcajadas sobre él e inclinando su cuerpo sobre
Vadim, apoyándose en sus brazos. Vadim tiro de él hacia
abajo hasta que sus caras casi se estaban tocando.

—¿Te gusta la idea de que enrojezca tu pequeño y


apretado culo? —preguntó Vadim mientras movía sus manos
para acariciar a Sasha a través de los jeans.

—La idea tiene posibilidades. No lo sabremos hasta que


lo intentemos. ¿Por qué? ¿La idea de golpear mi culo te
excita? —pregunto Sasha, con una pequeña y diabólica
sonrisa que comenzaba a cruzar sus labios—. Oh, ya lo creo
incluso ahora creo que siento una respuesta de ti.

Vadim gruñó cuando Sasha movió la cima de sus


muslos contra la creciente polla de Vadim. Sasha se deslizó
un poco hacia abajo mientras se sentaba, sus manos
apoyándose en el pecho de Vadim.

Vadim agarró las caderas de Sasha para sostenerlo en


su lugar sobre su polla cuando vio un destello de tela más allá
del hombro de Sasha. Sintió que su cara se caldeaba por la
vergüenza.

—Hay alguien detrás de mí, ¿verdad? —preguntó en voz


baja Sasha.

Vadim asintió, sus ojos nunca dejaron a la persona


parada detrás de Sasha.

—¿Tú madre?

Vadim asintió otra vez.


—¿Tú padre?

Vadim volvió a asentir.

—¡Maldición! —dijo Sasha, gritando un momento


después, frotando con la mano la parte posterior de su
cabeza.

—Deja de maldecir, —dijo Anya

—Sí, señora, —contestó.

—Ahora, ¿alguien quiere decirme qué está sucediendo


aquí?

Vadim y Sasha apuntaron cada uno al otro, con sus


voces sincronizadas, —él empezó.

Vadim abrió los ojos, sabiendo que Sasha ya no estaba


con él en la cama. Volvió su cabeza para mirar hacia la
almohada a su lado. Estaba la huella de la cabeza de Sasha,
pero Sasha no estaba. En verdad iba a tener que enseñarle a
no dejar su cama antes de que despertara.

—Sasha, ¿dónde estás? ¿No sabes que no debes dejar


nuestra cama antes de que despierte? Pensé que ya habíamos
tenido esta conversación, —dijo Vadim a través del vínculo de
acoplamiento. Se quedó perplejo cuando la única respuesta
que recibió fue el tarareo suave de la melodía de una canción
de cuna. Entonces se le ocurrió, Sasha debía estar en la
guardería con los cachorros.

Vadim rápidamente se levantó de la cama y se puso un


pantalón de pijama y su bata antes de salir de la habitación y
bajar por el pasillo hacia el cuarto de los niños.
Silenciosamente abrió la puerta y se asomó.

La vista ante él lo dejó sin aliento. Sasha bailaba


lentamente alrededor de la habitación, la luz de la luna
brillaba a través de la ventana como si un reflector alumbrara
su bella forma. Sostenido suavemente por brazos amorosos
contra el pecho de Sasha estaba el hijo menor de Vadim,
Iván. Su pulgar estaba atascado en su boca mientras dormía
plácidamente en los brazos de Sasha.

Vadim se inclinó contra el marco de la puerta, las


lágrimas llenaron sus ojos mientras observaba al amor de su
vida sosteniendo a su hijo. No podía recordar haber visto
nunca una vista más bella que la que tenía ante él.

Sonrió para sus adentros mientras recordaba lo


asustado y aprehensivo que estaba Sasha la semana anterior
después de la recepción con la manada, cuando le presentó a
sus cachorros. Había estado tan nervioso que casi se había
enfermado.

Vadim no se había preocupado. Sabía que sus cachorros


aceptarían a Sasha. ¿Cómo no podrían? Sasha era cariñoso,
cuidadoso y el hombre más gentil que hubiese conocido. No
estaba en absoluto sorprendido cuando se arrastró hasta su
regazo a los pocos minutos de conocerlo.

Aunque el asombro en la cara de Sasha, había sido


cómico. Él casi se largó cuando el pequeño Iván se arrastró
por el suelo y cayó sobre su regazo, sonriendo a Sasha con
una desdentada sonrisa.

Marika estaba justo detrás de Iván, apretado a su lado


para obtener su lugar en el regazo de Sasha, exigiendo la
atención de este. Fue todo lo que pudo hacer Vadim para
contener la risa ante la mirada de abierto temor en la cara de
Sasha.

Con algunas cuidadosas maniobras, y una gran cantidad


de autocontrol de su parte, Vadim acomodó a ambos
cachorros, sin reírse, en el regazo de Sasha. Había tomado
tiempo, pero después de un rato, Sasha había comenzado a
relajarse y compartir su afecto natural con los niños.

En el momento que habían alimentado, bañado y


llevado a los niños a la cama, ellos se habían rehusado a
dormir a menos que Sasha los acunara primero. Tal vez era
por eso que Vadim no estaba sorprendido de que Sasha ahora
estuviera en la habitación de los niños meciendo a Iván para
que se durmiera.

Su pequeña pareja había tomado su paternidad como


pato en el agua. Él adoraba a los niños aunque era firme y
determinado con ellos. Vadim sabía en lo profundo de su
corazón que Iván y Marika se beneficiarían de tener a Sasha
como su padre, así como a él.

Vadim cruzó la habitación parándose detrás de Sasha,


subió sus manos para apoyarlas en sus hombros mientras se
inclinaba para besar la parte superior de su cabeza.

—Ven a la cama, majiktoka. Creo que Iván ya se quedó


dormido.

—En realidad ha estado dormido por un rato, Vadi. Sólo


odio acostarlo, —respondió Sasha, mirando al pequeño niño
en sus brazos.

—Lo vas a malcriar, majiktoka, —Vadim se rió.


—Nunca se puede malcriar a un cachorro, sólo amarlo.

—¿Qué hay con el padre de los cachorros? ¿Lo puedes


malcriar? —preguntó Vadim, acariciando su rostro en los
suaves rizos rubio miel de Sasha.

—Puede pasar, —Sasha se rió mientras se movía de los


brazos de Vadim hacia la cuna, recostando con cuidado a Iván
y arropándolo. Se tomó un momento para mirar el suave
rostro del bebé, recorriendo gentilmente con sus dedos la
pequeña mejilla rosada.

—¿Alguna vez has visto algo más hermoso, Vadi? —


susurró, con su voz llena de emoción por el pequeño cachorro
frente a él.

—Sólo una vez, majiktoka, cuando este hombre joven


entró corriendo a mi estudio. Él era, sin lugar a dudas, la cosa
más hermosa en la que he puesto alguna vez mis ojos, —
murmuró Vadim mientras miraba el rostro de su pareja y lo
emocionado que lucía mientras miraba a Iván.

Sasha giró su cabeza para mirar nuevamente a Vadim,


mostrando sorpresa en su rostro. —¿Realmente piensas eso,
Vadi?

—Sí, majiktoka. Lo hago. Nuestros cachorros son dulces


y lindos y no los cambiaría por nada en el mundo. Pero tú…
eres la cosa más hermosa que he visto alguna vez. He
pensado eso desde el momento en que entraste a mi vida y
siempre lo haré, —dijo Vadim, extendiendo sus brazos a
Sasha.

Sasha sonreía mientras se acercaba para envolver con


sus brazos la cintura de Vadim y miraba su cara sonriente. —
¿Sabes?, no siempre seré lindo. Eventualmente, tal vez en
unos cuarenta o cincuenta años más, voy a empezar a tener
arrugas y canas.

—No importa lo viejos que seamos, Sasha. Tú seguirás


siendo bello para mí.

—¿Estás tratando de bajar mis pantalones? —Se rió


Sasha.

—Sí, ¿está funcionando? —preguntó Vadim.

—No lo sé. Por qué no me llevas de regreso a nuestra


cama y lo discutimos.

—Tú eres el jefe, —contestó Vadim mientras balanceaba


en sus brazos a Sasha y cargaba al hombre sonriente fuera de
la habitación de los niños y regresaba por el pasillo a su
habitación. Pateó la puerta cerrada, caminó hacia la cama, y
tiró a Sasha antes de pararse para quitarse la bata.

Reclinándose en los codos, miró a Vadim desvestirse, su


intensa mirada nunca dejó la de Sasha. Sasha lamió sus
labios cuando el pecho desnudo de Vadim le era mostrado
mientras él se quitaba por encima de su cabeza la camisa.

Se dejó caer sobre las almohadas y se estiró para


acariciar suavemente su polla a través de sus pantalones de
pijama mientras miraba a Vadim tirar del lazo de sus
pantalones. Su respiración se incrementó cuando ellos
cayeron al suelo para revelar la dura polla de Vadim.

—Ahora, esa es una hermosa vista, —declaró Sasha,


sus ojos se centraban en su polla.

—Al igual que eso, ¿verdad? —preguntó Vadim mientras


se alcanzaba y acariciaba su polla un par de veces.
—Oh sí.

—¿La quieres? ¿Quieres sentir esta dura polla


bombeando en tu pequeño y apretado culo? —preguntó
Vadim, tirando hacia atrás la piel y revelando la brillante
cabeza y la gota de pre-semen goteando desde la raja de la
parte superior.

—Sí, —murmuró Sasha, cerrando sus ojos hasta que


apenas eran una hendidura en su cara mientras acariciaba
más rápido su polla.

—¿Qué harías por ella?

—Lo que quieras.

—Entonces, desvístete, —exigió Vadim, acercándose un


paso a un lado de la cama—. Uh-huh. Quiero ver cómo te
quitas lentamente la ropa, —dijo cuándo Vadim comenzó a
sacarse rápidamente los pantalones del pijama.

Sasha se detuvo, sonriéndole a Vadim antes de


arrastrarse al borde de la cama y levantarse. Empujó a Vadim
para que se sentara a un lado de la cama y se paró entre sus
piernas. Lo más lento que pudo, tiró la camisa sobre su
cabeza, lanzándola al piso.

Antes de alcanzar sus pantalones, recorrió con las


manos su pecho, deteniéndose brevemente para tirar sus
tetillas. Pudo ver los ojos de Vadim oscurecerse por el deseo
mientras lo miraba tirar del añillo en su pezón.
—¿Te gusta esto? —susurró. Podía ver más gotas de
pre-semen derramarse de la cabeza de la polla de Vadim
mientras continuaba acariciándose, sus ojos nunca
despegaron la vista de Sasha jugando con sus tetillas.

—Sí, eso es lindo, —gimió Vadim.

—Entonces en verdad vas a amar esto. —Sasha se reía


mientras se giraba y aflojaba el lazo de los pantalones de
pijama. Dio un paso atrás hasta que su culo estuvo justo
enfrente de la cara de Vadim, luego lentamente comenzó a
deslizar sus pantalones hacia abajo, desnudando poco a poco
su culo ante la hambrienta mirada de Vadim.

Empujando sus pantalones de pijama hasta sus pies, se


inclinó para sacarlo de sus pies, sabiendo que se estaba
inclinando justo enfrente de Vadim, permitiéndole ver cada
pequeña pulgada de su culo y el apretado y fruncido agujero
que esperaba por su polla.

Tan ocupado como estaba tratando de excitar a Vadim,


no estaba preparado para la lengua que repentinamente pasó
sobre la grieta de su culo, casi perdió el balance ante la
exquisita sensación de la áspera carne que acariciaba su
agujero.

—Vadi, —gritó mientras comenzaba a caer. Fuertes


manos repentinamente lo sostuvieron por sus caderas para
estabilizarlo.

—Agarra esa silla, Sasha, y tírala hasta aquí, —ordenó


Vadim, con voz áspera.

Sasha cruzó la habitación y agarró la silla que Vadim


había apuntado y la puso a un lado de la cama, mirando a
Vadim confundido. —Ahora pon tus manos en la silla, y no la
sueltes hasta que te lo diga.

Sasha levantó una ceja con curiosidad, pero de todos


modos hizo lo que le había demandado Vadim, inclinándose
hacia adelante y poniendo sus manos en el cojín de la silla. Él
sabía, que inclinándose en la forma que lo hacía, su culo
estaba justo enfrente de la cara de Vadim.

Lo que no había esperado desde que había estado a


horcajadas sobre las piernas de Vadim, es que su polla y su
saco también estuvieran a la vista. Rápidamente se dio
cuenta de cuáles eran las intenciones de Vadim cuando sintió
que su mano se estiraba entre sus piernas, envolviendo su
dolorida polla, y la acariciaba varias veces.

—¿Se siente bien, majiktoka? —preguntó Vadim.

—Uh-huh, —fue la única respuesta que Sasha pudo dar.


Toda la sangre que alimentaba su cerebro se fue hacia su
polla, haciendo que se endureciera como el acero, volviendo
su cerebro papilla.

—¿Te vas a venir para mí, majiktoka? —preguntó Vadim


cuando acariciaba a Sasha más rápido y mientras movía la
otra mano para frotarla contra el saco de Sasha y la suave
piel entre ellos.

—Uh-huh. —Sasha gritó ante la tensión de su saco. Sus


piernas empezaron a temblar por el inminente orgasmo.
Sabía que estaba a solo unos momentos de venirse. Cuando
Vadim empujó un dedo en su culo, sabía que para él había
terminado.

Con un fuerte grito, Sasha se rindió ante el intenso


placer que recorría su cuerpo y disparó blancas perlas de
líquido por todo el suelo y la silla que lo sostenía. Cuando las
piernas de Sasha fallaron, Vadim sólo se alzó rodeándolo,
agarrando su goteante polla desde el frente, y continuó
acariciándolo.

—Vadi, —Sasha gritó, su sensible polla volviendo a la


vida con la ayuda de Vadim. Inclinó la cabeza sobre el cojín
de la silla cundo sintió que Vadim levantaba sus caderas para
que nuevamente se pusiera de pie.

—Aún no he terminado contigo, majiktoka. Tenemos


algo que probar, ¿recuerdas? —dijo Vadim mientras
acariciaba a Sasha.

Con su mente aún confusa, Sasha trató de pensar a qué


se refería Vadim para recordarlo sólo una fracción de segundo
antes de que una gran mano se posara en su culo con un
fuerte golpe. Inhaló rápidamente, los músculos de su culo se
endurecieron justo cuando otro golpe aterrizó.

—¿Te gusta esto, majiktoka? —preguntó Vadim, dando


otro golpe en una mejilla, y luego uno más en la otra—.
Seguro que luce muy bien desde aquí.

—Vadi, —Sasha se lamentó mientras sus piernas


empezaban a temblar—, mis piernas, no puedo…

Antes de que pudiera terminar su declaración, Vadim lo


agarró y tiró de él para que se apoyara sobre su regazo. De la
forma en que estaba recostado, su polla descansaba entre las
piernas de Vadim. Sus ojos casi rodaron hacia atrás de su
cabeza mientras Vadim presionaba juntas sus piernas,
apretando la polla de Sasha entre ellas.

—Abre las piernas, Sasha, —exigió Vadim.

Él instantáneamente abrió sus piernas y sintió los dedos


de Vadim deslizarse hacia abajo a la grieta de su culo antes
de levantarla y golpearlo nuevamente. Vadim pronto lo
volvería loco. Sasha comenzó a arquear sus caderas contra
las piernas de Vadim, sintiendo como su polla comenzaba a
ser apretada entre los muslos de Vadim mientras este los
apretaba juntos más duro. Si hubiese tenido más apoyo, él
podría haber empujado entre las piernas de Vadim por todo lo
que valía.

Vadi, —gritó desesperado, sintiendo que el orgasmo


simplemente estaba fuera de su alcance. No se podía mover
lo suficiente, clavado como estaba sobre las piernas de
Vadim. Necesitaba un poco más. Sabía que otra vez podría
llegar al clímax si tuviera un poco más.

—Creo que te gusta esto, Sasha. ¿Estoy en lo correcto?


¿Te gusta tener tu pequeño y hermoso culo enrojecido por mi
mano?

—Sí, —gimió Sasha.

Su gemido se convirtió rápidamente en un grito de


placer cuando Vadim empujó un largo dedo profundamente en
su culo. Después de todas las veces que lo había buscado,
Sasha estaba atónito cuando Vadim apuntó directamente a
ese dulce lugar, acariciándolo suavemente con su dedo.

Estaba incluso más aturdido cuando Vadim insertó un


segundo dedo y comenzó a usar los dos para acariciar su
próstata mientras que con su otra mano bajaba sobre el culo
de Sasha. Sasha no pudo evitar arquear frenéticamente sus
caderas contra los muslos de Vadim, con su polla firmemente
presionada entre ellos.

Oh sí, eso era lo que necesitaba. Dos palmadas rápidas


de las manos de Vadim y Sasha gritó disparando su semilla
entre las piernas de Vadim. Antes de que incluso terminara de
venirse, Vadim se movió a su alrededor de forma que otra vez
estaba a horcajadas en los muslos de Vadim, frente a frente
con él.

Vadim agarró un gran puñado de pelo en la base del


cuello de Sasha e inclinó su cabeza, cubriendo sus labios con
su boca. Con la otra mano envolvía firmemente la cintura de
Sasha, se arrodilló en el suelo, recostando a Sasha antes de
cubrirlo con su cuerpo.

Sin levantar la boca de la de Sasha, uso su otra mano


para guiar su polla hacia el pliegue del culo de Sasha y la
movió arriba y abajo hasta que sintió que la cabeza de su
polla empujaba contra su agujero.

Con un gran gemido, se hundió profundamente en el


cuerpo de Sasha. Los músculos lo envolvieron, aun pulsaban
por el orgasmo de Sasha, agarrando su polla mejor que
cualquier mano que hubiese alguna vez tenido. Aun
manteniendo sus labios pegados a los de su pareja, Vadim
movió sus manos hacia abajo para agarrar sus muslos y los
empujó hacia su pecho hasta que sus rodillas estuvieron
paralelas a su barbilla.

Empujó hacia adelante hasta que estaba rojo sobre


Sasha con su dura polla enterrada profundamente en su
fuerte agarre, Vadim empezó a empujar, bombeando dentro
del pequeño cuerpo de Sasha como si su vida dependiera de
ello.
Cuando él sintió que Sasha agarraba sus piernas justo
debajo de sus rodillas y las sostenía arriba, él soltó su propio
agarre para sostener momentáneamente la cara de Sasha con
sus manos, inclinándola hacia la suya.

—Quiero que te vengas para mí otra vez, Sasha, —


demandó—. Quiero sentir tu placer mientras estoy
profundamente dentro de ti. ¿Puedes venirte para mí otra
vez, majiktoka?

Los ojos aturdidos de Sasha se movieron a su cara, su


boca medio abierta mientras su áspera respiración entraba y
salía de su pecho. Pero él aun así asintió con la cabeza.

—Te quiero sobre tus manos y rodillas. ¿Puedes hacer


eso por mí, majiktoka? Aún no he terminado de jugar con tu
lindo y pequeño culo.

Vadim vio abrirse los ojos de Sasha ligeramente, y


luego asintió. Vadim soltó el firme agarre que tenía sobre las
piernas de Sasha y las dejó caer al suelo. Rápidamente se
salió de Sasha y lo ayudó a rodar sobre sus manos y rodillas.

Una vez que Sasha estaba en su lugar, Vadim usó sus


manos para separar sus mejillas y luego lentamente frotó su
dedo sobre el agujero en el que prontamente su polla estaría
de regreso. Pudo sentir a Sasha temblar bajo él mientras
empujaba un dedo dentro solo un poco antes de bordearlo por
fuera.

Agarrando su polla con la otra mano, comenzó a


presionar dentro de Sasha, su dedo aún acariciaba el borde.
Se detuvo brevemente cuando Sasha gritó, preguntándose si
había hecho demasiado, pero cuando Sasha comenzó a
empujar contra él, supo que a su pareja le había gustado.
Vadim levantó la parte superior del cuerpo de Sasha y
lo colocó sobre el cojín de la silla. Se rió ligeramente entre
dientes mientras Sasha volvía su cabeza para mirarlo
confundido.

—Apoya la cabeza y pecho en la silla, majiktoka. Quiero


que te agaches y te toques mientras yo te follo, —explicó
Vadim, viendo que repentinamente los albores del
conocimiento llegaban a Sasha.

Él esperó mientras Sasha maniobraba para que su


cabeza y pecho descansaran sobre la silla y luego para que
Sasha agarrara su polla. Mientras Sasha gentilmente
comenzaba a acariciarse, Vadim agarró sus caderas,
comenzando a empujar dentro de él.

—Joder, majiktoka, te sientes tan bien envuelto


alrededor de mi polla. ¿Puedes sentirme amándote, Sasha —
gruñó Vadim mientras se bombeaba a sí mismo dentro y
fuera de la estrecha abertura de Sasha—. ¿Te estás
acariciando, Sasha? ¿Te vas a venir otra vez para mí?

—Sí, —gritó Sasha, con una mano alrededor de su


dolorida polla, la otra enterrada en los duros músculos de los
muslos de Vadim.

Vadim levantó su mano, dejándola caer sobre el culo de


Sasha, viendo como la piel dorada se volvía roja con la forma
de su mano. Escuchó gritar a Sasha, —Sí, —una y otra vez,
mientras él continuaba golpeando su culo mientras lo follaba.

No podía creer que Sasha estaba tomando lo que le


daba y que gritara por más. Nunca habría imaginado que a su
amorcito le gustaría un poco de juego rudo dentro del
dormitorio. Mientras sentía que él comenzaba llegar a la cima,
se preguntaba brevemente que otras cosas estaría dispuesto
a tratar Sasha.

—Vente para mí, Sasha, vente ahora, —demandó. Justo


cuando sintió explotar su orgasmo a través de su cuerpo,
llenando a su pareja con su liberación, sintió gritar a Sasha y
apretar los músculos de su culo alrededor de Vadim hasta que
apenas podía moverse.

Palpitante debido a la intensidad de su liberación, Vadim


acariciaba suavemente la carne que hace sólo un momento
antes había estado azotando. Pudo escuchar pequeños
gemidos provenientes de Sasha mientras yacía debajo de él,
con su cabeza y pecho aun descansando sobre la silla.

—¿Estás vivo, majiktoka?

—No, —se rió Sasha.

—Yo tampoco, —sonrió Vadim mientras se salía de


Sasha y levantaba a su agotada pareja a su regazo. Se
agachó y levantó la cara de él, presionando un pequeño beso
sobre sus hinchados labios.

—¿Estás bien? ¿No te lastime? —preguntó gentilmente.

—No, pero tal vez no pueda caminar otra vez, —


contestó Sasha justo antes de que un gran bostezo lo
alcanzara.

—Está bien, majiktoka. De todas formas me gusta


cargarte, —dijo, aliviado de que no hubiese lastimado a
Sasha. Se levantó con cuidado, levantando a Sasha con él.
Dando los pocos pasos hasta el baño, sentó a Sasha en el
mostrador y lo limpió rápidamente antes de cuidar de sí
mismo.
Una vez que ambos estuvieron limpios, cargó
nuevamente a su pareja a la habitación y lo recostó sobre la
cama. Se metió dentro de la cama al lado de Sasha, tirando
de él hacia sus brazos, acomodándolo sobre su pecho.

—Te amo, Vadi, —susurró Sasha mientras el sueño


comenzaba a acogerlo.

—También te amo, majiktoka. Y siempre lo haré.


Sasha abrió sus ojos lentamente, estirando su cuerpo
para aliviar todas las contracturas del mismo. Mientras sentía
malestar y dolor en todo su cuerpo, recordó la noche anterior.
Una gran sonrisa comenzó a cubrir su rostro mientras
recordaba cómo le había hecho el amor Vadim.

Él había sido especialmente entusiasta e imaginativo.


¿Quién podría imaginar que había disfrutado tanto de ser
azotado, que había alcanzado el clímax tres veces? Y qué
maravillosos orgasmos habían sido, también.

Sasha comenzó a reír mientras pensaba que uno de


estos días iba a tener que devolver el favor y azotar a Vadim.
¿No estaría sorprendido y asombrado, si fuera Sasha quien lo
jodiera y lo azotara? Apenas podía esperar para averiguarlo.

—¿De qué te estás riendo, majiktoka?

Sasha volvió su cabeza para ver a Vadim parado en la


puerta del cuarto de baño, con su pelo mojado y una toalla
envuelta alrededor de sus caderas. Sasha le envió una gran
sonrisa mientras rodaba sobre su estómago y se apoyaba en
sus codos.

—¿No habías dicho algo sobre no salir de la cama antes


de que uno de nosotros se despertara? —contestó Sasha
mientras sus ojos vagaban por la espectacular figura de
Vadim. Estaba mucho más intrigado cuando Vadim tiró la
toalla al suelo y caminó hacia él. ¡Yumi!
—Sasha, deja de mirarme como un hombre hambriento
mira una pierna de cordero. Tendremos compañía en breve, y
debes meterte en la ducha antes de vestirte, —le advirtió
Vadim mientras se dirigía al vestidor.

—¿Quién va a venir? —preguntó Sasha con curiosidad


mientras rodaba nuevamente sobre su espalda. Él agarró su
polla y empezó a acariciarla mientras miraba a Vadim
vestirse. Su hombre era tan condenadamente sexy que él
podía mirarlo todo el día.

—Mis padres vienen en el transbordador para visitarnos


unos días, —contestó Vadim mientras se ponía sus jeans. Los
dejó desabrochados mientras se ponía una camisa de vestir
blanca. Comenzó a abotonarla cuando se volvió a mirar hacia
atrás a Sasha, sus dedos se congelaron ante la vista que
encontraron sus ojos.

—Sasha, —dijo con su voz ahogada mientras


lentamente se acercaba a la cama.

—Una vez más, mi amor, di mi nombre una vez más, —


Sasha rogaba mientras se acariciaba más rápido, sus
movimientos comenzaron a ser frenéticos por la necesidad de
su liberación.

Sasha miraba a Vadim arrodillarse en la cama,


arrastrándose para acostarse a su lado. Pudo ver el amor en
los ojos de Vadim mientras alzaba una mano para acariciar
suavemente un lado de la cara de Sasha.

—Sasha, mi hermoso Sasha, —susurró Vadim cerca de


su oído, sus ojos nunca dejaron los de Sasha.

Sasha se corrió, mirando a Vadim incluso cuando gritó,


su polla entrando en erupción, cubriendo su mano y estómago
con su semen.

Vadim se inclinó y rozó sus labios en un beso. —Te


amo, mi Vadi, —Sasha susurró suavemente contra sus labios.

Sasha pudo ver lágrimas en los ojos de Vadim cuando


levantó la cabeza y volvió a mirarlo. Vadim frotó su mano por
la cara de Sasha otra vez mientras se empapaba de los
suaves rasgos.

—Nunca pares, Sasha. No creo que pueda vivir sin ti, —


murmuró, con su voz llena de emoción.

—Eso no va a pasar, Vadi. No te librarás de mí, —Sasha


respondió, giró su cabeza para depositar un beso en la palma
de la mano de Vadim—. Ahora, ¿no dijiste que pronto vendría
compañía?

Vadim se rió entre dientes mientras se movía al borde


de la cama, levantándose para comenzar a abotonar una vez
más su camisa. —Sí, de hecho, lo hice. Mis padres vienen en
el transbordador. Tienes suficiente tiempo para una rápida
ducha mientras yo preparo a los niños.

—Sí, sí, ya voy, —respondió Sasha mientras se bajaba


de la cama y se dirigía al baño. Le dio a Vadim una rápida
mirada antes de renuentemente girar y entrar al baño para
una rápida ducha.

Sasha tenía que admitir una media hora después lo bien


que esa ducha caliente se sentía. Sus músculos estaban un
poco menos doloridos, y sin duda olía mejor, o menos a sexo.
No le importaba que el olor de Vadim y el suyo se mezclaran,
pero estaba seguro que no quería oler como si hubiese sido
violado cuando viera a la madre de Vadim, incluso si lo
hubiese sido.

Mientras bajaba por el pasillo a la guardería, podía oír


las risas infantiles provenientes de los cachorros cuando
Vadim soplaba sobre sus estómagos, sabía que era Vadim
porque podía oírlo hacer ruidos y hablar con ellos.

Lo que lo sorprendió cuando llegó a la puerta fue que


Viktor estaba ahí, soplando también el estómago del bebe.
Miró hacia arriba cuando vio a Sasha en la puerta, con una
sonrisa en su rostro.

—Uh, hola, Sasha, —tartamudeó, sentándose


rápidamente sobre sus piernas.

Sasha se rió cuando la cara de Viktor se puso roja. —


Hola, Viktor, ¿te estás divirtiendo?

—Estábamos, huh, alistando a los cachorros.

—Sí, puedo ver eso. ¿Qué parte de alistarlos involucra


soplar en sus estómagos? ¿Asegurándose de que estén
despiertos? —preguntó Sasha mientras se agachaba para
levantar a Marika. Le dio un abrazo rápido—. ¿Cómo está mi
hombrecito hoy?

Marika comenzó a hablar, diciendo quien sabe que. Si


bien podía hablar, muchas de las cosas que decía no siempre
tenían sentido, pero Sasha asentía con la cabeza y lo
escuchaba de todos modos. Pudo ver a Vadim tendido en el
suelo, aun soplando en el estómago de Iván.
—Odio terminar con su pequeña fiesta, pero
probablemente deberíamos ir saliendo, Vadi. El transbordador
debe estar por llegar.

—Aguafiestas. —Se rió entre dientes Vadim mientras


levantaba a Iván, se ponía de pie y se inclinó para darle un
rápido beso a Sasha—. ¿Puedes decir aguafiestas, Iván?
Sasha es un aguafiestas.

—Oh vaya, gracias, ahora él va a pensar que mi nombre


es aguafiestas.

—No, él sabe quién eres, ¿no es así, Iván? —respondió


Vadim y se rió cuando Iván se lanzó a si mismo hacia Sasha—
. Ves, te lo dije.

—Uh, Vadi, vas a tener que llevar a uno de ellos. No


puedo cargar a los dos, —dijo Sasha mientras trataba de
balancear a los dos niños en sus brazos. No tenía mucha
suerte. Marika estaba tratando de moverse en sus brazos
para llegar a Iván, mientras le hacía caritas.

Vadim se rió mientras tomaba a Marika en brazos y lo


acomodaba contra su amplio pecho. —Tú puedes ir con papi,
Marika. ¿Qué te parece? —preguntó Vadim mientras se dirigía
hacia la puerta.

Se volvió para ver sobre su hombro a Viktor y a Sasha


que sostenía a Iván. —¿Vienen?

Sasha se rió mientras acomodaba a Iván con más


cuidado en sus brazos para después seguir a Vadim. —Sí
alguna vez decidimos tener una niña, vamos a tener que
contratar a alguien sólo para que la cargue.

—Esperaremos hasta que Iván esté caminando antes de


intentar tener una niña.

—¿Y crees que eso va a ayudar? Lo puedo ver ahora.


Nosotros la estaremos abrazando y los niños estarán tirando
de ella en dos direcciones diferentes al mismo tiempo. Nunca
lo descubriremos. Quizás deberíamos esperar hasta que los
niños se gradúen de la secundaria.

—Oh sí, y para entonces, ellos van a querer coches,


tendrán citas, y nos pedirán dinero. ¿En verdad crees que
entonces tendremos tiempo para una pequeña niña? —
preguntó Vadim mientras salía por la puerta principal. Con
Viktor y Sasha siguiéndolo de cerca.

—Tal vez no deberíamos… —comenzó Sasha, sólo para


ser interrumpido por Vadim.

—Ni siquiera vayas por ahí. Tener una niña con tus ojos
definitivamente está en mi lista de tareas pendientes. Al
menos una, de todos modos. Simplemente lo dejaremos para
cuando suceda.

—¿Y exactamente cuándo planeas que eso suceda?


Continúas diciendo que quieres a una niña con mis ojos. Eso
implica que yo esté con alguna mujer. No es como si
simplemente pudiéramos invitar a una chica dentro de
nuestra cama y esperar lo mejor, Vadim.

—En primer lugar, nadie tiene permiso a estar en


nuestro dormitorio aparte de nosotros. Ese es nuestro lugar
especial, y nadie más es bienvenido. En segundo lugar,
afortunadamente para ti hay otras formas de hacer un bebé.
El único problema es que tenemos que encontrar una mujer
de la manada, no creo que una mujer que no sea de la
manada pueda entender todas las cosas que suceden durante
el embarazo de un lobo.

Sasha frunció el ceño confundido. —¿Qué sucede


durante el embarazo de un lobo?

—Bueno, primero, es mucho más corto que el embarazo


normal de los humanos, como cinco meses en vez de nueve.
Segundo, están esos extraños antojos. Una mujer de la
manada anhela carne roja, carne roja de verdad
ensangrentada. Una humana embarazada usualmente no
anhela carne ensangrentada.

—Sí, puedo ver que eso podría ser un problema. Pero,


¿en verdad crees que podamos encontrar una mujer en la
manada que quiera tener un bebé para nosotros? ¿No son
normalmente posesivas con sus cachorros?

—Podrías pensar que eso sería cierto, pero no todas las


mujeres quieren tener niños. Si encontramos una mujer que
no esté interesada en criar un cachorro pero quiera que lleve
su nombre, por así decirlo, bueno, entonces…

Sasha asintió, no era que estuviese convencido. Sólo no


entendía como alguien no querría criar a su propio niño.
Aunque Iván y Marika no eran sus hijos biológicos, no podía
imaginar no criarlos. En los pocos días que había estado con
los cachorros, habían tomado firmemente su corazón. En lo
que a él concernía ellos eran de él.

Mientras pasaban por los Placeres de Pauline, Pauline


salió corriendo y le entregó una galleta para cada uno de los
cachorros. Sasha sólo pudo negar con la cabeza mientras le
entregaba también una a Vadim y a Viktor. Parecía que los
cachorros no eran los únicos siendo malcriados.

—Vamos, chicos, sus abuelos están esperando, —dijo


mientras caminaba pasando por el lado de Vadim y Viktor.
Hizo rodar sus ojos, riendo, mientras Vadim rápidamente
levantaba la mano y lanzaba el glaseado azul a su boca. Los
niños eran niños sin importar la edad que tuviesen.

Para el momento que bajaron al muelle, el


transbordador estaba atracando. Sasha podía ver a Iván y
Anya saludarlos con la mano desde la cubierta. Por supuesto,
los dos betas de Iván estaban detrás de él, cuidando de su
alfa y pareja.

Sólo cuando comenzaron a desembarcar Sasha se dio


cuenta del hombre y mujer mayor que los acompañaban. El
hombre parecía varios años mayor que Iván, la mujer unos
cuantos años menor que el hombre. Había algo sobre ellos
que inquietaba a Sasha, pero no podía terminar de entender
lo que era.

—Vadim, Sasha, —dijo Anya, saludándolos con la


mano—. Por aquí.

Vadim negó con la cabeza. —No sé porque ella hace


eso. Tal vez piensa que no podemos verla.

Sasha se rió, —como si no pudiéramos encontrar a tu


madre en una multitud.

Anya no era el estereotipo de una abuela. Primero, lucía


como una mujer veinte años menor. Segundo, vestía los
colores más escandalosos que pudiera encontrar. Nunca
usaba colores apagados. El sombrero de ala ancha que usaba
tenía un anillo de flores de gran tamaño y completando su
atuendo cintas de género que ondeaban alrededor del ala.

Mientras ellos se acercaban a Vadim y a Sasha, Marika


dejó escapar un grito y comenzó a retorcerse.
Aparentemente, él también había encontrado a su colorida
abuela. Él bebé Iván y Marika adoraban a su abuela casi tanto
como ella los adoraba a ellos.

Tan pronto estuvieron lo suficientemente cerca para su


seguridad, Vadim bajó a Marika, y el pequeño niño corrió a
través del muelle a los brazos de sus abuelos. Iván comenzó a
gorjear y a agitar frenéticamente su mano, con ganas de
estar rodeado por el cariño de su abuelo.

Anya le entregó a Marika a su marido y fue a buscar al


bebé Iván, deteniéndose a unos pasos cuando Sasha levantó
su mano. Se agachó, puso a Iván sobre sus pies, lo sostuvo
por su cintura para estabilizarlo y luego lo dejo ir.

Ambos, él y Vadim vieron orgullosos como Iván dio


varios pequeños pasos tambaleantes hacia su abuela, quien lo
agarró en sus brazos abiertos y lo giró en el aire antes de
abrazarlo y murmurar lo orgullosa que estaba por su
maravillosa hazaña.

Ella se volvió con los ojos llenos de lágrimas hacia


Sasha y Vadim. —¿Cuándo sucedió este pequeño milagro, y
por qué no me informaron de inmediato?

Sasha podía decir por su dulce sonrisa en su cara que


en realidad no estaba enojada. Mientras se acercaba, se
inclinó para besarla en la mejilla.

—Quería llamarla inmediatamente, pero Vadi dijo que


usted debería esperar como todos los demás, —le sonrió él.

—¿En serio? —dijo Anya, elevando una ceja mientras se


volvía para ver a su primogénito.

—Ahora, madre, —comenzó Vadim, retorciéndose ante


la severa mirada de Anya. Brevemente miró por encima de
ella a Sasha, mirándolo como si dijera: ¡Ahora mira lo que has
hecho!

—Por qué, él prácticamente me arrancó de las manos el


teléfono, Anya. Fue terrible. —Continuó Sasha, riéndose
mientras los ojos de Vadim prometían venganza.

—Bueno, tú siempre has sido un buen niño, Sasha. —


Dijo Anya mientras suavemente daba una palmadita en su
mejilla. Cuando ella se alejó, Sasha le sacó la lengua a Vadim
y le hizo una mueca.

—Ahora, si tan solo pudieras dejar de sacar la lengua y


hacer muecas a mi espalda, —continuó Anya, intercambiando
los cachorros con su marido.

Los ojos de Sasha se abrieron como platos ante las


palabras de Anya. Vadim y Viktor comenzaron a reír. ¡Mierda!
¡Había sido atrapado! Anya debía tener ojos en la parte
posterior de su cabeza.

—Es incierto que eso alguna vez vaya a suceder,


madre, —dijo Vadim mientras acercaba a su pareja a su
lado—. Pero está bien, lo amo tal cual es, lengua y todo.

—Hmmm, apuesto que sí, cariño, —se reía Anya


mientras se volvía para mirarlos, con una gran sonrisa en su
rostro. Sasha no podía estar más avergonzado cuando Anya
movió sus cejas a él y a Vadim.

—Vadim, Sasha, —dijo Iván, llamando amablemente su


atención—. Me gustaría presentarles a Setefan y a Tasha
Dumitra. Stefan es el erudito de quién te hablé.

Sasha volvió su cabeza para ver a la pareja de ancianos


que había visto en el transbordador. ¿Quiénes eran y por qué
les parecían tan familiares? No es que los conociera. Por el
contrario, sentía que debía conocerlos.

—Hola —parecía que era todo lo que podía decir,


mientras se presionaba un poco más a si mismo contra
Vadim, necesitaba de su fuerza en este momento.

El señor mayor se acercó y estrechó la mano de Vadim


antes de que su mirada se posara en Sasha. Había algo en
sus ojos, una emoción que Sasha no podía descifrar mientras
tendía su mano.

—Hola, Sasha, —dijo el hombre mayor, estrechando la


mano de Sasha.

Sasha asintió, levantando su mirada brevemente hacia


Iván. Podía ver a Iván mirando con interés el intercambio
entre él y el hombre mayor. Anya estaba parada a su lado,
mirando inquisitivamente su cara.

Algo estaba sucediendo aquí, y lo estaba poniendo muy


nervioso. Dio otro paso más cerca de Vadim, necesitando su
apoyo buscó su mano.

—Es bueno conocerte por fin, Iván y Anya nos han


hablado mucho sobre ti. ¿Entiendo que hay un poco de
misterio sobre tus padres biológicos? —preguntó Stefan.

Sasha asintió, mirando a Iván y Anya confundido.


Entendiendo que lo que iban a hablar con el erudito, no lo
traía a la isla para una visita. ¿Había más en su pequeño
misterio de lo que se veía a primera vista?

—Creo que puedo traer un poco de luz a tu dilema, —


dijo él, mientras una pequeña sonrisa comenzaba a cruzar su
viejo rostro.

—¿Por qué no regresamos al complejo? Estoy seguro


que a Anya le gustaría visitar a Mary mientras conversamos,
¿Hmmm? —dijo Iván mientras comenzaba a escoltar al
pequeño grupo hacia la casa.

En el momento que llegaron a la casa, Sasha estaba tan


nervioso que sus manos temblaban. Pudo sentir los ojos de
Stefan y Tasha perforándolo todo el camino de regreso. Y
nadie había hablado. Si no hubiese sido por el constante
parloteo de Marika, dudaba que alguien hubiese hecho algún
sonido.

Sasha rápidamente se abrió camino a la casa, tomando


al bebé Iván de sus abuelos, llevándolo arriba a la guardería.
Caminó a la mecedora, se sentó, y, acomodó a Iván contra su
pecho, y comenzó a acunarlo mientras hacía pequeños
círculos en su espalda.

Había algo acerca de los suaves sonidos que el pequeño


bebé hacia cuando se quedaba dormido que calmaban a
Sasha. Y ahora mismo necesitaba calmarse. No sabía que era
o que lo estaba causando, pero sus nervios estaban a flor de
piel. Sentía como si se lo estuvieran haciendo difícil y aún ni
siquiera había hablado con alguien.

—¿Estás bien, majiktoka? —preguntó Vadim desde la


puerta.

Sasha miró hacia arriba y vio a Vadim apoyado en la


puerta con sus brazos cruzados. Tenía el gesto un poco
preocupado mientras miraba a Sasha.

—Sí, sólo necesitaba algunos minutos, —le aseguró


Sasha.
—¿Quieres decirme, qué está pasando? —preguntó
vacilante Vadim.

—Realmente no te podría decir. Ni yo estoy muy


seguro. Es algo difícil de explicar, Vadi.

—¿Hay algo que pueda hacer para ayudar?

Sasha le sonrió a su amante. —Lo estás haciendo.

Levantándose, se acercó con cuidado a la cuna,


recostando a Iván, cubriéndolo con una manta ligera antes de
volverse hacia Vadim. Rápidamente cruzó la habitación y se
dirigió hacia los brazos de Vadim que lo esperaban.

—Prométeme algo, Vadim. No me dejes sólo hoy, por


ninguna razón. Algo va a suceder. Puedo sentirlo, y me asusta
a morir. —Sasha sabía que sonaba histérico pero no podía
evitarlo. Sus nervios le estaban gritando.

Vadim levantó su mano para acariciar un lado de la cara


de Sasha mientras lo miraba hacia arriba. —Te lo prometo,
majiktoka. Considéranos unidos por la cadera.

Sasha cerró sus ojos brevemente aliviado. Sabía que


sonaba como un niño asustado, pero Vadim no lo había
cuestionado. Simplemente había aceptado y había hecho
algunos ajustes por Sasha, aceptándolo de la forma que era.

—Te amo, Vadi, —susurró Sasha, parándose en la punta


de sus pies para darle un beso a Vadim.

—Te amo, majiktoka.

—Supongo que debemos ir a ver que quiere tu padre,


¿Huh? —Sasha pudo pensar en un millón de otras cosas que
prefería antes de ir a conversar con Iván y sus invitados.
Vadim asintió de todos modos. —Sí, cuanto antes lo
hagamos, más pronto podré llevarte a nuestro dormitorio y
violarte.

—Hmmmm, ¿cuánto tiempo llevará la conversación? —


preguntó Sasha, presionándose contra Vadim. Se inclinó para
presionar un pequeño beso en la bronceada piel expuesta por
la abertura de la camisa de Vadim.

—No mucho, te lo prometo, —susurró Vadim, separando


un poco sus piernas para acercar a Sasha a su dura polla—.
Por otro lado, diez minutos a solas contigo en un armario de
suministros…

—¿Dónde está el armario de suministros más cercano?


—gimió Sasha mientras sentía que la polla de Vadim se
presionaba contra su abdomen.

—¿Quieres que piense en eso ahora mismo?

—Bueno, no vamos a tener relaciones sexuales en la


guardería, así que elige una habitación. No es que este lugar
no sea lo suficientemente grande.

—¿Crees que podamos hacerlo en nuestra habitación


sin que nadie nos vea? —preguntó Vadim.

Sasha sacó su cabeza hacia el pasillo, mirando a ambos


lados buscando alguna señal de que alguien viniese por ahí. El
pasillo parecía vacío. —Se ve todo despejado.

Vadim agarró a Sasha por la cintura, lo levantó y


caminó rápidamente por el pasillo dirigiéndose a su
habitación. Se detuvo repentinamente, al escuchar pasos
subiendo por la escalera. Miró a la izquierda y a la derecha.

Corriendo a la puerta más cercana, la abrió. El cuarto


de baño. Eso podría funcionar. Cerró rápidamente la puerta,
echó el cerrojo, antes de dejar a Sasha sobre sus propios
pies. Sus manos estaban por todas partes sobre Sasha
mientras lo volteaba e inclinaba sobre el mostrador del baño.

—¡Vadi!, —chilló Sasha mientras Vadim le rasgaba los


pantalones.

—Te compraré más, —gruñó Vadim mientras empujaba


repentinamente dos dedos profundamente dentro de Sasha.
Sasha apretó los dientes por el dolor tirante ya que no había
esperado dos dedos tan rápido, pero este se fue pronto
cuando Vadim encontró su dulce lugar y lo acarició hasta el
delirio.

Añadiendo un tercer dedo, Vadim tiró de Sasha a su


alrededor, se arrodilló entre sus piernas y envolvió su polla de
un solo trago, mientras bombeaba con sus dedos dentro de
Sasha desde atrás. Antes de que pudiera inspirar de nuevo,
Sasha estaba disparando en la garganta de Vadim, su grito de
placer hizo eco entre las paredes de la pequeña habitación.

Vadim se levantó, se abalanzó nuevamente sobre Sasha


y lo presionó contra el mostrador, sus manos fueron a su
culo. Antes de que Sasha siquiera se acomodara, Vadim
estaba empujando dentro de él. El viaje fue duro y rápido,
con Vadim penetrando a Sasha con tanta fuerza que tuvo que
colocar sus manos contra el muro frente a él para evitar ser
impulsado hacia adelante.

—Sasha, —gimió Vadim.

Sasha levantó sus ojos para mirar a Vadim en el espejo


de baño, viéndolo. Joder, él era sexy. Sus ojos estaban a
medio cerrar y algo vidriosos mientras se veía a sí mismo
penetrar dentro y fuera de Sasha con su labio inferior
atrapado entre sus colmillos y su rostro sonrojado por el
esfuerzo.

—¿Se siente bien, Vadi? ¿Te gusta joder mi pequeño y


apretado culo?

Los ojos de Vadim rápidamente regresaron a los suyos


en shock. Sasha sabía que había sorprendido a su amante.
Nunca le había hablado sucio antes. No podía entender por
qué. Era obvio que incrementaba la furia en los movimientos
de Vadim lo que a él le gustaba.

—Sasha, —susurró Vadim, rogándole con sus ojos por


más.

Sasha apenas pudo contenerse de sonreír mientras se


agachaba para acariciar su polla. Aunque no estaba flácido,
tampoco estaba completamente duro. Comenzó a acariciarse
con entusiasmo a sí mismo con los rápidos empujes de
Vadim, sus ojos nunca dejaron los de Vadim.

—¿Sabes en que pienso cuando me acaricio a mí


mismo, Vadi?

Agitando su cabeza, Vadim se humedeció sus labios,


mientras esperaba que Sasha continuara.

—Pienso en tu gran y dura polla bombeando dentro de


mi culo. Se siente tan bien. Apuesto que luce muy bien, no es
así, ¿Vadi? —le arrulló en voz baja, su voz comenzaba a
estremecerse mientras su polla se llenaba otra vez. Podía
sentir que se estaba construyendo otra vez y que esta vez
podría unirse a Vadim.

—¿Te gusta ver tú larga y dura polla en mi culo, Vadi?


—le susurró, la imagen comenzaban a tener vida en su propia
mente incrementando su excitación. Sólo tenía que hablar con
Vadim sobre instalar algunos espejos en el dormitorio.

Sasha vio a Vadim tragar saliva mientras sus ojos


oscilaban hacia donde él estaba bombeando dentro de Sasha.
Sus colmillos mordían su labio inferior tan duro que una gota
de sangre salpicaba su labio.

Sus ojos estaban clavados en esa gota de sangre.


Quería marcar nuevamente a Vadim como lo había hecho en
el comienzo de su relación. La quería tanto que podía
saborearla.

—¡Vadi, detente! —gritó, no se sorprendió en lo más


mínimo cuando Vadim dejó de moverse al instante, mirándolo
preocupado—. Necesito darme la vuelta.

Vadim levantó una ceja a modo de consulta pero se


retiró de Sasha lo suficiente para que él se diera la vuelta, y
luego nuevamente se empujó dentro de él tan rápido que
Sasha casi no se pudo mover debido al intenso placer que le
inducía.

Levantando sus brazos le hizo un gesto a Vadim para


que lo levantara. Vadim se agachó, envolviendo sus brazos
alrededor de Sasha, y lo levantó en sus brazos. Girando
rápidamente a su alrededor, Vadim empujó a Sasha contra la
muralla antes de empezar a bombear otra vez dentro de él.

Con sus piernas sobre los fuertes brazos de Vadim,


Sasha agarró con una mano su polla y encerró con la otra el
negro pelo de la cabeza de Vadim. Empujó su cabeza hacia
atrás hasta mirar a Vadim directamente a los ojos.

—Jódeme más fuerte, Vadi. Quiero sentirte. Tómame


como realmente quieres, no me romperé, —dijo,
garantizándole a Vadim.

Vio nuevamente tragar a Vadim. —Quiero… yo quiero…


—trató de decir Vadim.

—Sé lo que quieres, Vadi, lo que necesitas, —susurró


Sasha inclinando su cabeza a un lado y desnudando su cuello
para Vadim.

Escuchó un gruñido bajo venir de su pareja. Un


segundo después, Vadim estaba hundiendo sus largos
colmillos en la suave carne entre el cuello y el hombro de
Sasha reclamándolo, una vez más. Las caderas de Vadim
empujaban dentro de Sasha a la velocidad del rayo.

Sasha gritó ante la intensidad de los sentimientos


fluyendo dentro de él. Sí, eso era lo que Vadim necesitaba, lo
que él necesitaba. Lo que ambos necesitaban. En el momento
que Vadim levantó la cabeza, Sasha se inclinó y hundió sus
propios colmillos dentro de él y lo reclamó como su pareja,
otra vez.

Mientras el dulce sabor de su pareja llenaba su boca, se


sintió ir, llenando el espacio entre ellos con su blanca semilla.
Sus músculos apretaron alrededor de Vadim mientras se
corría, lo que envió a Vadim sobre el borde con un gran
rugido.

Mientras Sasha sintió a Vadim vaciarse dentro de él,


lamió la pequeña mordida para cerrarla, girando su cabeza
para capturar los labios de Vadim que esperaban.

—Te amo, Vadi, siempre.

—Mi majiktoka.

—Bueno, todo esto llevó dos minutos. ¿Qué debemos


hacer con los ocho restantes? —preguntó Sasha con una
pequeña sonrisa mientras miraba a su pareja y le hacía un
guiño.
Sasha siguió a Vadim al estudio, notando que ya estaba
lleno de gente. Iván y Anya estaban sentados en un sofá
doble, los dos betas de Iván detrás de ellos. Stefan y Tasha
sentados en el otro sofá, frente a ellos, Viktor y Nikolai
estaban parados junto a la chimenea.

Mientras ellos entraban, todos se volvieron para


mirarlos. Suponía que ellos eran los únicos que faltaban.
Sasha siguió a Vadim hacia una gran silla. Comenzó a
moverse hacia una silla vacía cercana a él cuando un brazo se
alzó, atrapándolo y tirando de él para sentarlo en el regazo de
Vadim. Funcionaba para él.

—Lindos pantalones, Sasha. ¿Son nuevos? —le


preguntó Anya mientras Sasha se acomodaba contra el pecho
de Vadim.

—Uh, sí. Vadim los compró para mí, —contestó Sasha.


Podía sentir su rostro subir varios tonos de rojo. Esperaba que
Iván no entendiera como su esposa, su necesidad de nuevos
pantalones. Eso por sí mismo podría ser demasiado
vergonzoso.

—Sasha, ¿recuerdas cuando conversamos hace un


tiempo y me dijiste que tus padres murieron cuando eras un
niño? —preguntó Iván, inclinándose hacia adelante, apoyando
los brazos en sus rodillas.

Sasha asintió. Por supuesto que lo recuerdo. Eso fue


justo después de que Vadim me dijera que me amaba y justo
después de que Casimir tratara de matarnos.

—¿Recuerdas que me dijiste que tu padre era algún tipo


de erudito? ¿Y que tu madre tenía el pelo rubio y largo, el cual
siempre llevaba en una trenza?

Sasha asintió otra vez, preguntándose a dónde se


dirigía Iván con todo eso. Rápidamente volvió su cabeza
cuando escuchó un pequeño sollozo proveniente de Tasha.
Ella tenía lágrimas en sus ojos, y Stefan parecía estar
consolándola.

—¿Sasha? Quiero mostrarte algunas fotografías. Quiero


saber si alguien en estas fotos te parece familiar. No quiero
que hagas ninguna pregunta aún, ¿De acuerdo? Sólo haz lo
que te pido.

Sasha se volvió a mirar a Iván y lentamente asintió. Vio


a Iván abrir un pequeño paquete que estaba sobre la mesa
frente a ellos y sacó un montoncito de fotos. Iván las ordenó
todas juntas, y luego miro a Sasha.

—Ahora, dime si alguno de ellos te parece familiar.

Sasha se inclinó hacia adelante, mirando cada


fotografía. Había seis en total. Cada imagen parecía ser de
una pareja, un hombre y una mujer. Él miró detenidamente
sus rasgos, su cabello, la forma en que estaban vestidos.

Escogió una de las tres últimas para estudiarla un poco


más. La mujer en la fotografía le parecía familiar, al igual que
el hombre. Aunque Sasha no terminaba de entender por qué
le parecían conocidos.

Tal vez era la inclinación de su cabeza o las gafas que


estaban en el rostro del hombre. Simplemente había algo en
ellos que lo atraía. Mirando hacia arriba, Sasha le entregó a
Iván la fotografía.

—¿Estás personas te parecen conocidas?

Sasha se encogió de hombros. —No estoy seguro de


decir exactamente conocidos. Es como si los conociera pero
no puedo ver sus rostros en movimiento. Sé que no tiene
mucho sentido.

Iván sonrió. —Está bien, Sasha. Lo hiciste muy bien, —


le dijo, mientras le entregaba la imagen a Stefan, Stefan miró
la foto por varios momentos, finalmente asintió con su
cabeza.

Ivan sonrió de nuevo mientras miraba a Sasha. —


Sasha, quiero contarte una historia. No quiero que digas nada
hasta que haya terminado, ¿de acuerdo?

Sasha asintió, buscando la mano de Vadim. Aquí viene,


pensó. Respiró hondo, exhalando lentamente mientras se
preparaba a sí mismo para lo que Iván estaba a punto de
decirle. Sabía que algo tenía que ver con Stefan y Tasha, pero
no sabía qué.

—Iván, permíteme. —Dijo Stefan mientras se inclinaba


hacia delante en su asiento.

Sasha volvió la cabeza para mirar a Stefan, una mirada


de confusión cruzó su rostro mientras juntaba sus manos,
mirando hacia él. Sasha pudo ver a Tasha justo a la izquierda
de él, con sus ojos llenos de lágrimas.

—El nombre de mi hijo era Reynard. Desde una edad


temprana, podíamos decir que Reynard era especial. Podía
leer un libro y repetir la información al pie de la letra. Y él
amaba el conocimiento. Leía todo lo que llegaba a sus manos.

Sasha vio una pequeña sonrisa cruzar sus labios antes


de continuar.

—Fue en uno de sus viajes de investigación a todas las


manadas que conoció a su pareja, Lilliana. A ella no le
gustaban los libros como a él, pero lo entendía. Se
preocupaba por él cuando estaba concentrado en sus
estudios, asegurándose que comiera y se bañara, y hacía
todas las cosas que él olvidaba hacer. Ella era una maravillosa
compañera para él.

Sasha sintió a Vadim apretar su mano mientras Stefan


se detuvo una vez más. Él en verdad temía lo que Stefan iba
a decir a continuación, y aún no entendía qué tenía que ver
con él.

—Pocos años después de que ellos se acoplaron, nos


dijeron que estaban esperando un cachorro, Tasha y yo
estábamos muy emocionados. Cuando el pequeño Ilian nació,
era el nieto perfecto. Era inteligente, hermoso, y amoroso.
Por un par de años, todo fue perfecto. Entonces Reynard
decidió ir a otro de sus viajes de investigación. Esta vez, llevó
a Lilliana y a Ilian con él.

—Nosotros ofrecimos quedarnos con Ilian así Lilliana y


Reinard podrían tener tiempo a solas, pero ellos no quería oír
hablar de ello. No querían estar separados de él, —añadió
Tasha.

—Escuchamos hablar de ellos por aquí y por allá, pero


de repente, no escuchamos nada por varios meses. Entonces
un día alguien vino a nuestra casa. Nos dijo que todos habían
muerto en un accidente, nuestro hijo, su pareja, y nuestro
nieto. Todos ellos se habían ido.

Sasha volvió su cabeza cuando Tasha comenzó a llorar


en serio. Él quería ir a consolarla, pero tenía miedo. Solo
sabía que si dejaba el lado de Vadim, nunca regresaría.

—Cuando Vladimir Valeriya nos dijo eso…

—¿Vladimir Valeriya? Ese es el nombre de mi antiguo


alfa. ¿Él fue quien dijo que su familia estaba muerta?

Stefan asintió. —Sí, él trajo los cuerpos a casa. Él dijo


que todos habían muerto en un accidente marítimo cerca de
su isla, la Isla de Vourdala. Nadie sobrevivió. Dijo que los
cuerpos de Reynard y Lilliana habían varado en la orilla, pero
que no habían sido capaces de encontrar a nuestro nieto. Él
nos aseguró que nadie podría haber sobrevivido al accidente.

—Él mintió. Sí era él quien hablaba, estaba mintiendo.


Ese hombre era malvado, —dijo Sasha. Notando al instante el
silencio mortal en la habitación. Mirando alrededor, se dio
cuenta que todos lo estaban mirando—. ¿Qué?

—Creo que por eso Iván nos ha invitado aquí hoy,


porque Vladimir Valeriya nos mintió. —Stefan se inclinó hacia
adelante y le entregó en la mano la foto a Sasha—. Este es mi
hijo Reynard y su compañera Lilliana.

Sasha tomó la fotografía y la miró hacia abajo, se


sorprendió cuando Stefan le entregó otra fotografía. Era de la
misma pareja, sólo que esta vez, tenía un pequeño niño de
unos tres años en sus brazos.

—Son ellos con nuestro nieto, Ilian.

Sasha miró las dos fotografías por largo tiempo. Ahora


sabía lo que le estaban diciendo. La evidencia estaba frente a
su cara. No podía refutarla. Necesariamente tampoco quería.
Sin embargo…

—No iré a casa contigo. Ahora mi vida está aquí. Estoy


acoplado con Vadim, y no lo dejaré ni a nuestros cachorros. Y
mi nombre ya no es Ilian. Es Sashenka. No responderé a
Ilian, —dijo rápidamente Sasha.

Stefan y Tasha asintieron, con los ojos fijos en Sasha.


Él no quería lastimar sus sentimientos, pero no dejaría a
Vadim. Tenía suficiente espacio en su corazón para muchas
personas, pero Vadim y sus cachorros estaban primero.

—¿Sabes por qué Valeriya lo hizo? Quiero decir, ¿en


verdad mató a mis padres o fue un accidente como dijo? —
preguntó Sasha.

Stefan negó con la cabeza. —No lo sé. No sé si alguna


vez lo sabremos. Para el momento que nos llevó sus cuerpos,
se habían ido hace tanto tiempo como para que nos
pudiéramos hacer una idea. Pero creo que él los mató. ¿Qué
razón tuvo para hacerlo? No lo sé.

—Nunca necesitaba una razón para todo lo que hizo.


Sólo que no entiendo por qué me mantuvo con vida si él mató
a mis padres. Incluso si fue un accidente, ¿por qué no
enviarme a casa? ¿Por qué me mantuvo aquí?

—¿Puedo hacer una pregunta? —Dijo Vadim—. ¿Qué


estaba haciendo exactamente Reynard en sus viajes de
investigación? ¿Qué información buscaba?

—Estaba haciendo un censo de todas las manadas del


consejo. Él parecía pensar que era muy importante para el
senado del consejo tener la contabilidad de cada hombre,
mujer y niño de cada manada. De esa manera se mantendría
controlada la endogamia4.

—Bueno entonces, eso podría explicarlo. Odiaba a todos


los que le dijeran como debía dirigir su manada. Tampoco
dejó que ninguno de nosotros dejara la isla. El número de
miembros de aquí sorprendió incluso a Vadim. Él pensaba que
sólo había alrededor de unas cincuenta personas o algo así,
pero somos mucho más que eso.

—Eso no explica por qué te dejó con vida, Sasha. —Dijo


Iván.

—Sí, pero de todas formas creo que lo sé, —añadió


Vadim, envolviendo sus brazos alrededor de Sasha y tirando
de su cabeza hacia su pecho—. Él sabía que Sasha era un
omega. No puedes ser un alfa sin tener un omega.

—¿Entonces me mantuvo como un virtual prisionero? —


preguntó Sasha, levantando su cabeza para mirar a Vadim en
estado de shock.

—Piensa en ello, majiktoka. Tiene perfecto sentido. Si


mantenía el número de la manada oculto, no podía dejar que
nadie se fuera de la isla. Eso también quiere decir que
tampoco llegaban omegas. Él sabía que tú eras un omega. Si
te mantenía alrededor, él tenía al omega que necesitaba para
dirigir a la manada.

—Bueno, ¡eso apesta! —dijo Sasha.

—Recuerda lo que dijiste, majiktoka. Nunca nos


habríamos conocido si no hubiese sido el imbécil que era.

4
Práctica de contraer matrimonio entre personas de ascendencia común o naturales de
una pequeña localidad o comarca.
—Aun así apesta, Vadi. Ese hombre, en su lucha por el
poder, destruyó a mi familia e hizo mi vida un infierno los
últimos veinte años. Desearía que pudiéramos… pudiéramos…

—¿Realizar un ritual vudú, regresar su culo a la vida, y


volverlo a matar? —añadió Viktor desde la chimenea.

Sasha se volvió y lo miró por un instante antes de


estallar en risa. —¡SÍ!

—Sí, ya habíamos pensado en eso. No puedo encontrar


un sacerdote vudú, —dijo Viktor—. Pero seguiré buscando por
ti, Sasha.

Sasha se levantó y se acercó a Viktor, dándole un


pequeño abrazo. —Gracias, Viktor.

Le tomó un momento ordenar sus pensamientos antes


de volverse a mirar a Stefan y Tasha. —Miren, no quiero
sonar insensible o nada parecido, pero no recuerdo casi nada
de mis padres. Sin duda me gustaría aprender acerca de
ellos, y de ustedes. Pero no dejaré a Vadim. Mientras ustedes
entiendan eso, son bienvenidos a visitarnos tan a menudo
como quieran.

Stefan y Tasha asintieron. Stefan se levantó y se acercó


a Sasha, tendiéndole su mano. —Sé que esto es duro para ti,
y nunca te pediríamos que dejaras a tu pareja o a tus
cachorros. Sólo queremos ser parte de tu vida.

—No tengo ningún problema con eso. Me gustaría que


los dos fueran parte de mi vida. Supongo que somos una
familia. Pero también debemos tomarnos esto lentamente. No
estoy acostumbrado a tener una familia, aún me estoy
acostumbrando a tener a Vadim y a nuestros cachorros.
—Es cierto, —dijo Iván mientras se ponía de pie y se
acercaba a Stefan para palmearlo en el hombro—. Tienes dos
bisnietos Stefan. Viste a los cachorros cuando Vadim y Sasha
bajaron al muelle. ¿Os gustaría a ti y a Tasha conocerlos?

—¿Cachorros? —Tasha dijo en voz baja desde el sofá.

Sasha la miró un momento antes de acercarse para


sentarse a su lado. Le agarró la mano y la sostuvo en la suya,
sonriéndole mientras comenzaba a hablarle sobre los
cachorros.

—Iván tiene poco más de un año y acaba de comenzar


a caminar hace unos días. Marika tiene tres años. Estoy
bastante seguro que habla mientras duerme. La única vez que
no habla es cuando tiene comida en su boca, —se rió.

—Sasha y yo hemos estado hablando sobre tratar de


tener una niña. Él piensa que deberíamos esperar hasta que
los niños estén en la secundaria, pero yo pienso que
deberíamos tenerla antes que eso, una niña con sus ojos.
¿Qué piensas, madre? —preguntó Vadim, mirando a su
madre.

—Definitivamente deberían tenerla antes. Si esperan


hasta que los niños estén en la secundaria, en realidad habría
una gran brecha en sus edades. Unos pocos años están bien,
pero nada más que eso, y sería difícil que ellos conectaran.
Pero una niña con los ojos de Sasha sería lindo.

—Anya, ¿por qué no llevas a Tasha con Mary a la


segunda planta, para que conozca a los niños? —Le pidió
Vadim mientras se ponía de pie—. Quiero tener una pequeña
charla con Iván y Stefan, y luego nos reuniremos contigo.

Anya se levantó rápidamente, acercándose a Tasha


para ayudarla a levantarse. Ella parecía estar un poco
inestable. —Vamos, querida. Te llevaré a conocer a Mary. Ella
cuida de nuestros niños mientras nosotros no estamos aquí.
Te agradará, a mí me agrada.

Sasha observó a Anya guiar a Tasha fuera de la


habitación, uno de los betas de Iván las seguía
protectoramente detrás de ellas. Una vez que se cerró la
puerta, se dio la vuelta para enfrentar a Vadim y se preguntó
que quería discutir con Iván.

—Ven, majiktoka, —le susurró Vadim a Sasha.

Sasha saltó del sofá y se acercó para acomodarse a sí


mismo una vez más en el regazo de Vadim mientras esperaba
que comenzara a hablar.

—Stefan, estoy contengo que fueras capaz de encontrar


a Sasha. A pesar de que no era un asunto urgente, debido a
que asumimos que Sasha había nacido en esta manada y que
sus padres habían muerto, resolvió algunas de nuestras
incógnitas.

—Pero yo siempre supe que no nací en esta manada,


Vadim, —dijo Sasha mirando a Vadim.

—¿Sabías que no era tu manada de nacimiento? ¿Por


qué no dijiste algo? Eso podría habernos ayudado a resolver
el misterio.

—No lo preguntaste, —dijo Sasha mientras se encogía


de hombros.

—No lo pregunté. —Se rió Vadim. Negó con la cabeza y


se inclinó para depositar un beso en la cabeza de Sasha—.
No, por supuesto que no lo hice.
—Está bien, poniendo eso de lado, estoy contento de
que puedan reconectar con Sasha. Creo que la familia es muy
importante. Sin embargo, para mi nada es más importante
que Sasha y nuestros cachorros. Hemos pasado por mucho en
nuestro corto tiempo juntos, y no renunciaré a él por ninguna
razón.

—Eso es entendible, Vadim. No espero que lo hagas, —


contestó Stefan.

—Quiero que entienda que si bien no podemos elegir a


nuestras parejas, sí nos dieran la oportunidad, de todas
formas habría elegido a Sasha. Haré todo para asegurar su
felicidad y bienestar, incluso de ti si le haces daño. Él siempre
estará primero.

—Así es como debe ser, Vadim. Siento lo mismo por mi


esposa. Amaba a mi hijo y nunca estuve más orgulloso que el
día en que nació, pero Tasha es mi razón para respirar. Sin
ella, no quiero pensar en ellos.

—Me alegra que lo entienda. Habiendo dicho todo,


tengo un requisito, y es uno no negociable. No le preguntarán
a Sasha sobre su pasado. Si él quiere decirles sobre su vida
aquí, él se los dirá, a su propio tiempo y a su modo. No lo
cuestionará o intentarán convencerlo, haciéndolo sentir
culpable. ¿Está claro?

Sasha pudo ver que la confusión en el rostro de Stefan


se desvaneció cuando se dio cuenta del abuso que Sasha
podría haber soportado inundó su mente. Pudo sentir el calor
en su cara por la vergüenza, pero se rehusó a ser
avergonzado por lo que le había sucedido.

La mirada de Stefan estaba llena de dolor y angustia


mientras miraba a Sasha, asintiendo con la cabeza.

—No se sienta mal por mí, Stefan. Gané mucho más de


lo que tuve que renunciar. Mi vida ahora es casi perfecta. Si
no hubiese atravesado lo que hice, no tendría lo que tengo
ahora. Y para tener la vida que tengo, con mucho gusto
pasaría por todo otra vez.

—¿Casi perfecta? —preguntó Vadim, con su elegante


ceja levantada.

—Sí, aún necesito más pantalones.


Sasha abrió la puerta del estudio, entró y tomó nota de
las personas que estaban sentados alrededor de la “Mesa de
Guerra,” como le llamaba él, una gran mesa redonda en la
cual él y todos los del círculo interno cabían. Vadim tenía
todas sus reuniones importantes en la mesa de guerra.

Caminó derecho hacia él y se dejó caer en el regazo de


Vadim, sin importarle nada que Vadim estuviera en medio de
una reunión con Iván, Stefan, Viktor y Nikolai. Lo hizo, sin
embargo, esperó hasta que se le reconoció antes de hablar.

—¿Quieres algo, majiktoka? —Vadim se rió entre


dientes antes de posar un beso en la cabeza de Sasha.

—Sí, siento interrumpir tu reunión, pero…

—No, no lo has hecho. —Se rió Viktor.

—Sí, tienes razón. No lo hice, pero me di cuenta que


necesitaba hablar con Vadi sobre esto antes de que se me
olvidara.

—¿Sobre qué, majiktoka?

—¿Cuáles son las dos cosas que la Isla de Vourdala


tiene que ningún otra ciudad con una manada de lobos tiene?

Vadim lucía confundido, al igual que todos los demás en


la mesa. —No lo sé. ¿Qué?

—En primer lugar, todos en nuestra isla saben que


somos una manada, incluyendo a la población humana.
Segundo, cerca del sesenta por ciento de nuestra isla se ha
reservado para correr y cazar. También tenemos playas, un
puerto deportivo y unas cuantas pequeñas villas. ¿Ves hacia
donde voy con esto?

Vadim le sonrió a Sasha. —Sí, lo veo, y esa es una muy


buena idea, majiktoka.

—Bien, si tú lo entendiste, Vadim ¿te importaría


explicarnos al resto de nosotros para que lo entendamos? —
Bromeó Viktor.

—Necesitamos de alguna manera generar ingresos para


la manada, al igual que para nuestros miembros. No podemos
sobrevivir sólo de la venta de pescado, Sasha acaba de llegar
con la solución perfecta.

—¿Y?

—Turismo, —contestó Sasha.

—¿Turismo? ¿Cómo podría ayudar el turismo? —


preguntó sorprendido Vik.

—Más específicamente, turismo de manada, —dijo


Sasha—. Casi todas las manadas del consejo, tienen que
esconder quienes son de la población humana. En Vourdala,
ya todos lo saben. No es que vayas a sorprender a nadie al
convertirte en un lobo y caminar por la calle principal.

—Además, tenemos toda esta tierra para correr y cazar.


Mientras esté regulado, ¿por qué no la abrimos para los
turistas? Además del hecho que generaría ingresos para la
ciudad, y traería gente aquí y tal vez potenciales parejas para
los miembros de nuestra manada, —dijo Vadim.

—Crearía trabajos para la manada, entraría dinero, y


los forasteros se aclimatarían. Creo que sería bueno introducir
sangre nueva, —añadió Sasha.

—Entonces, ¿quieres que la Isla de Vourdala se


establezca como un lugar turístico para las manadas de
lobos? —preguntó Viktor, con su voz siendo casi un chillido.

—¿Por qué no? Nos llevará algo de planificación, y


debemos hablar con la manada, pero creo que es una buena
idea, —dijo Vadim.

—Estoy de acuerdo, —añadió Iván—. A menudo


encuentro que es difícil salir, incluso por un fin de semana
debido a todo el asunto de no-te-muestres-a-los-humanos.
Tener un lugar al cual escapar, en donde las personas ya lo
saben podría aliviar mucha presión. No puedo pensar en
ningún otro lugar que tenga esas ventajas. ¿Puedes tú,
Stefan?

Stefan negó con la cabeza, riendo suavemente.

—¿Qué? —preguntó Sasha, curioso ante la suave risa


que provenía de Stefan.

—Siempre supe que tenías el cerebro de tu padre. Sólo


estoy agradecido que tengas la buena apariencia de tu madre.

—¿Estás diciendo que mi padre era feo?

—No, en absoluto, pero de verdad, a él no podría


importarle menos si tenía puestos los calcetines, y mucho
menos que combinaran. No me malentiendas, era tan
inteligente como se podía ser, pero estaba perdido sin tu
madre. No puedes saber lo felices que fuimos Tasha y yo el
día que la trajo a casa. No sólo era hermosa, sino que
también mantenía a Reynar en línea.
Stefan se estaba riendo en el momento que miró a
Vadim. —Vadim, hijo mío, ni siquiera pienses que tú estás a
cargo de las cosas. Puede que dirijas la manada y que seas el
alfa, pero apuesto mi último dólar que tú pequeño omega
dirige las cosas detrás de bastidores.

—Sasha y yo ya descubrimos esa parte, Stefan.


Mientras yo entienda que cualquier orden no se aplica
necesariamente con él, estaremos bien. Yo doy las órdenes, y
él generalmente las ignora.

Sasha golpeó a Vadim en el pecho cruzando sus brazos


sobre su pecho, haciendo un puchero. —No soy tan malo. Yo
te escucho.

—¿Cómo lo hiciste la semana pasada cuando te ordené


que te quedaras en casa? —preguntó Vadim, levantando una
ceja para que se atreviera a mentir.

—Bueno, dame una orden que tenga sentido, y la


seguiré. No puedes castigarme en mi habitación porque no te
guste algo que he dicho o hecho.

—Sasha, lanzaste todos mis pantalones por la ventana


del segundo piso, —dijo Vadim con un tono asombrado.

—¿Qué? ¿Cómo es que no he oído de eso? —preguntó


Viktor, repentinamente sentándose hacia adelante en su silla.

—Se lo merecía. Rasgó mi último par de pantalones y


no tenía nada que ponerme, —se quejó Sasha.

Viktor a este punto parecía aún más confundido. Iván y


Stefan estallaron en risas ante las súbitas caras rojas que los
miraban desde el otro lado de la mesa. Ellos casi se caían de
sus sillas mientras Sasha hacía una rápida retirada,
prácticamente corriendo hacia la puerta.

—Sasha, —Vadim sonreía mientras veía a su pequeña


pareja correr por el estudio.

—¿Sí, Vadi? —Contestó Sasha, mientras alcanzaba la


puerta, volviéndose para mirar sobre el hombro a su pareja.

—Te amo, majiktoka, —susurró a través de su vínculo


de acoplamiento.

—Te amo, Vadi, —le susurró de regreso, soplándole un


pequeño beso. Se dio vuelta y salió por la puerta.

—Vad, ¿por qué destrozas los pantalones de Sasha? —


las últimas palabras de Vik lo hicieron reírse a carcajadas.
Stormy Glenn cree que solo hay una cosa más sexy
que un hombre en botas vaqueras y eso es dos o tres
hombres en botas vaqueras. Ella también cree en el amor a
primera vista, en las almas gemelas, el amor verdadero, y

el vivieron felices para siempre.

Cuando no está siendo madre de sus seis


adolescentes o limpiando a sus dos cachorros labrador de
treinta kilos, la puedes encontrar acurrucada en su cama
con un libro en su mano o en su laptop, creando el
siguiente sexy personaje de su historia. Stormy le da la
bienvenida a los comentarios de sus lectores. La puedes
encontrar en su web site en www.stormyglenn.com.
Pervi

Mariela

Lou/ Isolde

Gaby
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¡Y no olvides comprar a los autores, sin ellos no podríamos


disfrutar de todas estas historias!

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