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La historia nos narra la vida de Bastian Baltazar Bux, un nio de once aos que al huir de
los abusos de sus compaeros se oculta en una antigua librera, propiedad del enigmtico
Sr. Coreander, llamndole la atencin un misterioso libro titulado La historia sin fin con
una doble serpiente en la portada, l le advierte del peligro de leer el libro, sin embargo el
nio no puede resistir la tentacin y aprovecha un despiste del hombre para robarlo. El libro
narra las aventuras del joven guerrero Atreyu elegido para salvar a todo el pueblo de
Fantasa de una fuerza destructiva llamada "la Nada" que lentamente va consumiendo el
mundo.
Pero no era solo Noah lo que atrajo mi atencin de nia enamoradiza sino lo que su
personaje Atreyu simbolizaba, el mensaje que me brindaba.
Para esto Atreyu emprende un viaje para lograr el cometido de salvar fantasa, pasando por
diversas pruebas que en efecto el lector protagonista (Bastian) las siente como propias,
llegando a encontrarse a s mismo en nada ms y nada menos que Atreyu demostrando que
los seres humanos tenemos un personaje en Fantasa que representa su otro yo, lo cual
remite nuevamente a la simbiosis de los dos mundos, en este caso Atreyu significara la
valenta, la entrega, el compromiso y la responsabilidad de Bastian, esa que no puede
aflorar debido a que ha perdido toda ilusin y confianza en s mismo.
Sin embargo al final Bastian logra vencer todos sus temores, sale de la oscuridad que le
impuso el mundo real, que mientras sigamos dormidos, nos dominar y nos har creer que
no somos nada, lucha contra ella salvando as a toda Fantasa.
Podemos concluir diciendo que el filme apela al hroe que hay dentro de cada uno de
nosotros, que conducir a la salvacin o a la destruccin del mundo de acuerdo a las
decisiones que se tomen, ya que el arte de vivir implica tomar decisiones siempre
hacindonos responsables de las consecuencias. No debemos olvidar que la vida es buena
en la medida que somos nosotros quienes decidamos sobre ella, lo bueno o lo malo que nos
suceda jams puede ser atribuido a terceras personas, somos cada uno de nosotros, y solo
nosotros, los responsables de nuestro porvenir, o como dice Albert Einstein: los
arquitectos de nuestro propio destino.