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El lobo y el perro

Cerca de un bosque, haba una vez un lobo tan flaco


que no tena ms que piel y huesos. Su flacura la
deba, entre otras cosas, a que no se poda acercar a
los ganados, pues estaban protegidos por los perros
guardianes. Por eso, slo de vez en cuando poda
meterle el diente a un poco de carne. Un da, el lobo
estaba acechando el rebao de ovejas, para ver si la
suerte lo ayudaba y alcanzaba a cazar, encontr a un
perro mastn que se haba extraviado. El animal era
rollizo y lustroso. Se vea que estaba bien alimentado.
El lobo lo hubiese atacado de buena gana para
servirse un buen almuerzo. Pero, con mucha sensatez,
pens que tendra que emprender una batalla y que el
enemigo tena trazas de defenderse bien. Por eso, el
lobo decidi acercrsele con la mayor cortesa y
entablar una conversacin con l. Te felicito, amigo,
tienes un hermoso cuerpo dijo el lobo. Amigo lobo,
t no luces tan bien como yo porque no quieres
contest el mastn. El lobo lo mir asombrado.
Cmo que no quiero? A m me gustara estar tan bien
alimentado como t. Entonces, deja el bosque
repuso el perro. Los animales que en l se guarecen
son unos desdichados, muertos siempre de hambre.
Ni un bocado seguro! Todo a la suerte! Siempre al
acecho de lo que sea! Es verdad dijo tristemente el
lobo. Cada da que amanece, me pregunto si tendr
un buen almuerzo. Y, cuando llega la noche, casi
siempre me voy a dormir con la barriga vaca.
Entonces, no lo pienses ms repuso el perro.
Sgueme y tendrs mejor vida. Y qu tendr que
hacer? pregunt el lobo, que desconfiado, saba que
nada era gratuito en esta vida. Casi nada repuso el
perro. Tienes que proteger la casa, perseguir a los
ladrones, jugar con los de la casa y complacer al amo.
Con tan poco como esto, tendrs a cambio, huesos de
pollo, pichones y, adems algunas caricias.

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