DIA INTERNACIONAL DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD El día de hoy, 3 de diciembre de 2004; se conmemora el Día Internacional de las Personas con Discapacidad.
En un país como el nuestro, donde las distintas fuerzas sociales y políticas
luchan por una vida más democrática y justa esta fecha, no debe ni puede pasar desapercibida.
La discapacidad puede clasificarse en tres tipos:
Neuromotora, que se refiere a la parálisis cerebral, a la distrofia músculo-
esquelética y cualquier otra disfunción en la capacidad de movimiento. Sensorial, se refiere a problemas de lenguaje, sordera, debilidad visual y ceguera; y Mental, la cual tiene que ver con problemas cerebrales.
Según datos calculados por la Organización Mundial de la Salud,
actualmente en México existe una población de 14 millones de mexicanos que padecen algún tipo de discapacidad, de las cuales el 43.74 por ciento vive en las zonas rurales del país.
Afortunadamente, ya contamos con mejores condiciones para el
desarrollo de estas mexicanas y mexicanos. Por ejemplo: Una Oficina para la Promoción e Integración Social de las Personas con Discapacidad en la Presidencia de la República; nuestra Constitución Política, en su artículo 1º, párrafo tercero, expresa: “Queda prohibida toda discriminación motivada por las capacidades diferentes, entre otras razones”.
Tenemos ya una Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación; de
igual manera, las personas con discapacidad, están incluidas en la Ley Federal de Fomento a las Actividades Realizadas por Organizaciones de la Sociedad Civil, en la Ley General de Desarrollo Social y en otras leyes federales y estatales.
De manera especial y por votación unánime, la Cámara de diputados aprobó
un acuerdo que SEDESOL debe cumplir y es que los programas de esta dependencia deben de dar prioridad a las personas con capacidades diferentes, especialmente el programa PROGRESA-OPORTUNIDADES y el de Hábitat.
En la Ley de Ingresos del 2005, aprobada por el congreso, se contempla que
todas las inversiones en infraestructura en beneficio de discapacitados sean deducibles de inmediato y que, las empresas que contraten discapacitados podrán deducir los impuestos de sus contrataciones al 100%. En el ámbito internacional, México ha suscrito importantes acuerdos como el de la Convención Interamericana para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra las Personas con Discapacidad, y el Convenio 159 de la Organización Internacional del Trabajo para la Readaptación Profesional y Empleo de las Personas Inválidas.
Pese a los grandes resultados que hasta el momento se han logrado,
las personas con capacidades diferentes continúan siendo objeto de graves discriminaciones. En las escuelas regulares, se les niega el acceso a la educación, se ignoran las barreras arquitectónicas existentes en las instalaciones educativas; los contenidos pedagógicos y las evaluaciones no son accesibles a las personas ciegas y muchas de las maestras y maestros, no tienen ni la voluntad ni la capacidad para atender a discapacitados.
En pleno 2004, ni el Gobierno ni la sociedad mexicana, han podido
garantizar a las personas con discapacidad el derecho a la protección de la salud, el cual está consagrado en el artículo 4º de nuestra Constitución Política. Es decir, para la gran mayoría de discapacitados no existe atención médica, ni medicamentos, ni hospitalización por parte del Estado.
En las fuentes de trabajo, ya sean gubernamentales o particulares, se
les sigue negando la oportunidad para trabajar. Y cuando un discapacitado, es aceptado como empleado o como trabajador, muchas de las veces es explotado con un salario denigrantemente bajo. Y si se trata de hacer un recorte de personal, los discapacitados son los primeros en ser despedidos.
En nuestra sociedad, existe un incontable número de barreras
arquitectónicas en oficinas de gobierno, escuelas, universidades, hospitales, centros recreativos y culturales, medios de transporte, establecimientos comerciales y de servicio al público. Barreras, que en las zonas rurales, se agudizan mucho más.
Esta grave discriminación que a diario viven las personas con
capacidades diferentes, les resta oportunidades para la superación personal, limita el pleno desarrollo de sus capacidades y en consecuencia, se les violentan sus más elementales derechos como son el derecho a la libertad, a la salud, a la educación, al trabajo y a la recreación, entre otros.
Considerando que la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
proclama que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Y que para equiparar las oportunidades de las personas con capacidades diferentes; es necesario que toda la sociedad y sobre todo el gobierno en sus tres niveles, actúen para garantizar la accesibilidad de los discapacitados al medio físico, económico, social, político y cultural.
Es tiempo de convertir los discursos y las buenas intenciones, en
acciones concretas y en programas que generen beneficios directos a las personas con discapacidad. Y no que tales beneficios, sólo se queden en el escritorio, en las dependencias, en algunos funcionarios o en algunos miembros de asociaciones o fundaciones.
No basta con admirar y elogiar las extraordinarias capacidades que desarrollan
las personas con discapacidad. Es necesario que nos comprometamos a brindarles un apoyo real y de superación; por el bien de México, por el bien de nuestras familias y, porque no: Por el bien propio ya que nadie, absolutamente nadie, está exento de la posibilidad de tener entre sus familiares y amigos a una persona con capacidades diferentes o ser discapacitado.
(Gracias al Lic. Luis Alfonso Castillo por su colaboración)
Juan Fernando Perdomo es egresado del TEC DE MONTERREY
Servidor público, empresario y Político ( jperdomo@infosel.net.mx )