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Como
haba
denunciado
Marcuse
en
el
capitalismo
tardo
su
potencial
crtico
dicho aquello, tan repetido desde entonces, de que los seres humanos
somos dioses con prtesis, o sea, que es la tecnociencia nuestra nica
posibilidad real de salir de la impotencia y la lamentable finitud que
nos es constitutiva. Ordenar el mundo moral y poltico desde el punto
de vista dominante de la filosofa tecnocientfica parece la nica
alternativa que nos quedara a nosotros los occidentales tras la muerte
de Dios. Vamos a terminar intentando ilustrarnos sobre algunas de las
razones que pareceran justificar en la actualidad el cientificismo, la
vocacin del hombre cientfico a disear la totalidad de la sociedad. Y
he encontrado que la obra nietzscheana anterior al Zaratustra nos
ofrece muchas oportunidades de encontrar los motivos por los que el
fetichismo de la ciencia no deja de seducirnos (y quiero subrayar que
me refiero al fetichismo de la ciencia como una cierta exageracin o
deformacin espiritual, y no a la actitud cientfica misma, a cuyo favor
siempre habr que estar, porque su rigor, y su amor a la verdad por
encima de la charlatanera, constituyen una conquista histrica a la
que ya no podemos renunciar, tambin por razones ticas).
En primer lugar, el cientificismo podra ser el nico modo filosfico
que nos queda abierto de seguir siendo optimistas como cultura
occidental. Leamos un texto del Ensayo de autocrtica que
Nietzsche aadiera a El Nacimiento de la tragedia en 1886:
Y la ciencia misma, nuestra ciencia s, qu significa en general,
vista como sntoma de vida, toda ciencia? Para qu, peor an, de
dnde toda ciencia? Cmo? Acaso es el cientificismo nada ms
que un miedo al pesimismo y una escapatoria frente a l? Una
defensa sutil obligada contra la verdad? Y hablando en trminos
morales, algo as como cobarda y falsedad? Hablando en trminos
no-morales, una astucia? Oh Scrates, Scrates, fue se acaso tu
secreto? Oh ironista misterioso, fue sa acaso tu irona?-- -- (27)
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Referencias:
-Churchland , P. M. (1995): The Engine of Reason, The Seat of the
Soul.
Philosophical
Journey
into
the
Brain.
Cambridge
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