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Ateísmo
Carta abierta al periodista César Hildebrandt
Leí su columna “Procesión”1 del sábado 9 de octubre de 2009, en el diario “La Primera”, donde arriba al
agnosticismo en materia religiosa. Me permito discrepar de Ud. Y diré las razones por las cuales creo que
el ateísmo resulta más interesante.
Lo que dice es cierto, pero la negación del sistema de las iglesias no se limita a eventos individuales, se
sea participante en algún grado u observador en algún grado en nuestras biografías personales.
No es así porque de que el sistema de la iglesia o iglesias tenga individuos buenos o malos. Pensar que
puede haber sacerdotes pederastas, guardianes de la riquería, homosexuales, masturbadores, monjas
abortistas, o curas con sida, fascistas o partidarios del fascismo, etc., puede ser cierto, pero lo opuesto
también resulta cierto.
Lo es, entre otras cosas que estimo secundarias, porque predica ideas falsas, e incita al posicionamiento
y la práctica de valoraciones totalmente negativos: el problema de la pastilla del día siguiente, el uso
necesario de preservativos, el sexo reducido a lo reproductivo, la descriminación contra homosexuales,
la criminalización del aborto, la judicialización de las investigaciones en la esfera de las células madre,
etc.
La ilustración francesa aclaró que el pensar como producto del alma era incorrecto, y el materialismo
francés ilustrado e incluso el empirismo francés ilustrado, opusieron a esa pretensión la ciencia fáctica.
Lo hacían en oposición a esa pasión por querer explicar las cosas remitiéndose permanentemente a
entidades extrahumanas.
1
http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columnistas/procesion_47476.html
2
Es posible que su ateísmo cientista e intelectual ilustrados hayan sido limitados, pero no equivocados.
Pero estimo que el camino real de reformulación del problema de dios queda sellado cuando Kant (en la
Crítica de la razón pura) traslada el argumento de Parménides a la esfera de la subjetividad, y propone,
idealistamente, que el ser puede ser concebido dentro de esta subjetividad cuya condición actualizadora es
el espacio-tiempo. Y todo aquello que escapa a esto es, simplemente, inaceptable. Es decir, dios no es
necesario porque dios está fuera de este espacio-tiempo.
Si bien el filósofo pietista ilustrado Kant quería oponerse al materialismo de la ilustración francesa, acabó
liquidando, idealistamente, toda posibilidad de dios. Y, eso iba contra su pietismo cristiano. La Crítica de
la razón práctica le servirá de herramienta para salvar su conciencia individual y al cristianismo.
Pero es desde la perspectiva de Kant que procede la nueva óptica de la mayoría de las vertientes
filosofícas dominantes en el siglo XIX y centralmente en el XX, relativas a la concepción de la
subjetividad del ser. No es posible pensar el ser fuera del espacio, el tiempo, lo real y el movimiento. Y
el marxismo estima que, dentro de lo indicado, además, no puede irse más allá de la práctica, las
relaciones materiales, y el clasismo. No entraré en detalles sobre esta posición.
Contemporáneamente, percibimos el ascenso de una espiritualidad fuera de los marcos de los sistemas
eclesiales. Es una espiritualidad religiosa de signo no-teísta. Es básicamente ateísta. No olvide que, según
los sistemas eclesiales, solamente se puede tener correcta creencia en dios si se forma parte de alguno de
esos sistemas.
Me permitiré hacer autopropaganda diciendo que en un libro mío postado en Scribd: “Sociedad, ciencia
y filosofia después de Darwin”2 sostengo una serie de ideas, entre ellas las que indico a continuación.
El ateísmo, al menos en occidente (incluyendo las ‘europas’), es muy poderoso tanto en la modalidad de
ateísmo reconocido verbalmente como del vivenciado, el ateísmo práctico. En la mata del catolicismo
contrarreformado que afectó totalmente a Hispanoamérica, el país de la monarquía de Sofía y Juan
Carlos, en la actualidad solamente el 24% vive conforme a la definición de los sistemas eclesiales. El
resto son ateos prácticos.
En el Perú los que no viven conforme a esa definición del sistema o sistemas eclesiales sube al 50%, es
decir la mitad de la población peruana es atea práctica, y el porcentaje es algo mayor cuando se dice,
claramente, que en la toma de decisiones vitales las personas no piensan en absoluto en razones o valores
religiosos.
Tendríamos que el ateísmo práctico dominante en la actualidad es el ateísmo práctico negativo, es decir,
corporalista, cosista, consumista y metalizado (‘dinerizado’), pero es desde allí de donde sale, y se está
desenvolviendo, el nuevo hombre (el sobre hombre o el primer hombre) de F. Nietzsche.
La metafísica del ‘nuevo Adán’ tendrá que desenvolverse en un ateísmo práctico positivo, quien sabe y
ampliamente, en este interesante siglo XXI (remito a otra investigación mía postada en Scrib “Nueva
episteme sobre el ser humano desde una ontología inmanente”3)
Así, estimo que el ateísmo en la modalidad inmanentista y práctica negativa es la forma de ateísmo
dominante. A esta se suma el agnosticismo.
2
http://www.scribd.com/doc/16646968/Obando-Sociedad-Ciencia-y-Filosofia-despues-de-Darwin
3
http://www.scribd.com/doc/17575734/Obando-Nueva-episteme-sobre-el-ser-humano-desde-una-ontologia-inmanente
3
El argumento emocionalista para justificar la necesidad de dios, tal como “siempre recurrimos a dios en
situaciones desesperadas” no es interesante. Porque eso equivale a decir que en caso de situación extrema
se recurre a dios por “algo”. Es claramente interesado.
Dietrich Bonhoffer decía, y su reflexión tiene sentido, que en el dominante mundo ateo del siglo XX el
mejor modo de aspirar a dios era no hacerlo para pedir algo y así despojarlo de cualquier condicionante
material. Tal cosa haría la propia creencia en dios más sana y justa.
Otro argumento dice que ‘la felicidad o el amor es indicativo de dios”. El hecho es que ese argumento
tiene sentido en un contexto, para el caso peruano o hispanoamericano, pero no en donde el ateísmo está
ampliamente extendido. Y no se hace este tipo de asociaciones más bien emocionales, o, las hay y no
remiten a dios.
Otro argumento dice que ‘las personas antes de morir claman a dios y peor los ateos” y si fuese cierto, e
individualmente existe este tipo de situaciones y es humanamente comprensible, no quita un ápice a la
situación espiritual real e histórica en desenvolvimiento antes indicada.
Finalmente, un argumento sugiere que es necesario el ateísmo porque remite necesariamente al modo
temporal, histórico y cognoscitivo como se entiende a dios. Y los ateos recordarían constantemente la
necesidad de reformularse la idea de dios a los creyentes. Esta idea es interesante pero ignora el aporte
central, antes grosso modo indicado, de la Crítica de la razón pura.
Para ponerlo de un modo práctico, quien sabe si sea más interesante, en nuestro aquí y ahora, una
persona común y corriente o una autoridad política que cumpla sus preceptos que otra que invoque
oralmente sobre su dios, y que paralelamente se dedique a practicar las mentiras, falacias y corruptelas
privadas y públicas con fines individualistas o de colectivos, como es lo común, infelizmente, en este
nuestro peruano aquí y ahora.
Más vale, quien sabe, un hombre justo en la vida diaria practicando la justicia social, la verdad y la
felicidad de sus compatriotas, que colectivos humanos clamando por justicia y viviendo de no
practicarla o actuando tras bastidores para que las cosas se mantengan como siempre, pésimas para
enormes capas de la población peruana. El fenómeno sería más interesante si lo primero fuese una
práctica de grandes agrupamientos humanos.
Aunque esta no es la posición de la ‘Asociación Peruana de Ateos’4 de la cual soy miembro, esta
agrupación junto con otras agrupaciones ateístas en hispanoamérica y el mundo tratan de acomodarse a
la nueva situación espiritual que refresca y revitaliza los aires de occidente contra la intoxicación teísta,
centralmente de los sistemas eclesiales.
Así, Sr. Hildebrant, dios no existe y nunca existió y en absoluto es necesario en estos tiempos de grandes
novedades espirituales. Y mentiría si dijese que observo indiferente el proceso generalizado de
descristianización que vive la cultura occidental. Encuentro la metafísica e imaginación del nuevo Adán
más sana sin condicionantes extrahumanos.
Y aquí en Hispanoamérica el dios encarnado, nombre que toma el alucinado llamado Cristo, y traído por
los ‘adelantados’ de Fernando e Isabel, nació muerto de tanta mortandad e injusticia que trajeron y
practicaron y practican sus pregoneros.
4
http://www.ateosperuanos.org