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Rusia y la matanza de crías de focas en el Mar Blanco

Rusia ha puesto fin a la matanza de miles de indefensas crías de foca de


Groenlandia, una práctica considerada "medieval" por el Fondo Internacional
para el Bienestar de los Animales.

El Ministerio de Recursos Naturales de Rusia anunció recientemente la


prohibición de la caza de las crías de foca de Groenlandia de menos de un año
en todo el mar Blanco, adonde esa especie emigra para procrear desde el mar
de Barents.

Precisamente, las focas de menos de un año son desde tiempo inmemorial las
víctimas de los cazadores, que aprovechan que los recién nacidos cachorros
yacen indefensos en el hielo sin poder desplazarse para matarlos a golpes de
estaca.

Esta práctica, que deja los témpanos de hielo impregnados de la sangre de


unos 30.000 ejemplares cada año entre febrero y marzo, es considerada el
atentado más salvaje cometido por el hombre contra los mamíferos marinos.

La piel blanca aterciopelada de las focas es muy preciada en los mercados


internacionales -una empresa noruega se encarga de su comercialización en
todo el mundo-, por lo que los cazadores se cuidan de golpearlas sólo en la
nariz.

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Rusia era, de hecho, uno de los pocos países del mundo que aún no había
prohibido esa práctica, erradicada desde hace más de 30 años por su crueldad
en casi todo el mundo, a excepción de Noruega y Canadá.

Debido a la caza masiva de sus crías, la población de esa especie de foca se


ha reducido en Rusia y Groenlandia en un 60 por ciento en los últimos cinco
años.

Además de la prohibición de su caza, Rusia emitió hace unas semanas un


decreto en el que establece nuevas rutas marítimas para los grandes buques
con el fin de eludir los témpanos donde se encuentran los cachorros de foca en
edad de lactancia.

Hasta ahora, tanto los cazadores como el Comité Estatal de Pesca (CEP) de
Rusia habían defendido la práctica al considerar que formaba parte de la
cultura del pueblo “pomor”, que habita la región desde hace varios siglos.

“Según las estimaciones más modestas, hay no menos de 1,5 millones de


focas en Groenlandia. Además, el número de nacimientos anuales, de acuerdo
al censo realizado desde avionetas, es de 120.000-150.000”.

La industria pesquera estima en un millón de toneladas de pescado las


necesidades alimenticias de las focas, lo que significa que éstas “entran en
competencia directa y aguda con los pescadores”, y su matanza es una forma
de “regular los recursos biológicos marinos”.

Este argumento es rechazado ardientemente por organizaciones


ambientalistas, que estiman en medio centenar el número de personas que se
dedican a un negocio que consideran no rentable, ya que “cada piel de foca ya
curtida se cotiza a 33 dólares la pieza".

La práctica de matanza masiva de focas fue promovida por las autoridades


soviéticas que concedían generosos subsidios a los que aceptaban residir en
esta inhóspita región.

Tanto en América como en varios países europeos está prohibida la


importación de pieles de foca y la venta de artículos confeccionados con este
mamífero marino que es cazado principalmente en Canadá.

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Gaia Misiones

Link relacionado:
• Fondo Internacional para la Protección de los Animales y su Hábitat.

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