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Cangrejo negro de San Andrés: un patrimonio en riesgo

El archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina es un conjunto de islas,


cayos y bajos que forman parte de Colombia en medio del Mar Caribe suroccidental.
Este lugar tiene una biodiversidad marina muy rica, ya que cuenta con alrededor de
650 especies (solo de peces) registradas (INVEMAR, 2012).

La economía del archipiélago está basada principalmente en el turismo y el comercio,


ya que cada día llegan a las islas varios aviones procedentes de diferentes ciudades
colombianas y algunos del exterior, en busca de esparcimiento y descanso. Además,
otra de las principales actividades económicas del departamento es la pesca. Los
pescadores se dirigen comúnmente a especies como la concha reina, la langosta
espinosa, el cangrejo negro, el cangrejo shankey, el pargo mutton, entre otros
(Alayón, 2006).

El cangrejo negro (​Gecarcinus ruricola​) es una de las especies más importantes en


los niveles socioeconómico y cultural del archipiélago. También es fundamental en
fines de subsistencia, ya que es el prestigioso protagonista de la culinaria del lugar
(Gómez, 2015).

Debido a esto, el cangrejo negro juega un papel muy importante para satisfacer la
creciente demanda nacional y turística, por lo que su producción siempre está en
aumento (Castillo & Kerem, 2003).

Cangrejo negro
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Imagen tomada de: h
Muchas de las islas del departamento, declarado como “Reserva de Biosfera
Seaflower” por el Secretariado del ​Man and Biosphere Program (UNESCO, 2000)
albergan este particular crustáceo, que se alimenta de frutas y vive en los bosques.
Además, es importante mencionar que el cangrejo negro es una especie endémica
del archipiélago y que su captura es un símbolo importante de la identidad cultural y la
práctica económica tradicional en las islas (Gómez, 2015).

Los cangrejos terrestres de la familia Gecarcinidae tienen un ciclo de vida en el que


las etapas juveniles y adultas viven en la tierra, específicamente en el interior de los
bosques. Además, las hembras migran una vez al año al mar para liberar sus larvas,
lo que es conocido como un proceso de migración masiva donde experimentan un
desarrollo planctotrófico típico en el mar (Clark & Hartnoll, 2005). Después del desove,
las hembras regresan al interior y las larvas se mantienen a la deriva durante
aproximadamente tres semanas para, después, finalizar su fase de desarrollo y
“aterrizar” masivamente regresando a la orilla (Randin, 2013).

Al llegar a la madurez, el caparazón de ambos sexos del cangrejo negro alcanza un


ancho máximo de 50 mm, y muy pocos especímenes por debajo de este tamaño
participan en la migración reproductiva anual. No hay evidencia de que las hembras
pongan huevos más de una vez en un año. Tanto en San Andrés como en
Providencia, la migración se limita a tramos específicos de las costas occidentales. En
ambas islas, la migración se produce desde finales de abril hasta julio. Los cangrejos
migratorios son principalmente hembras (más del 80%). Las hembras migratorias son
en promedio más grandes que los machos migratorios, en contraste con la situación
en las poblaciones no migratorias (Baine, Britton & Grandas, 2007).

Estos cangrejos construyen sus madrigueras en áreas adyacentes a las fuentes de


agua o en un terreno húmedo, como campos abiertos, bosques y a lo largo de los
márgenes de los manglares (Bright, 2017).

Las islas que cuentan con mayor cantidad de cangrejos negros son Providencia y
Santa Catalina, las cuales están habitadas por una comunidad indígena llamada
raizal, que es descendiente de los deportados de la trata de esclavos entre los siglos
XVI y XIX. Las personas que pertenecen a la colectividad RAIZAL son las encargadas
de atrapar a los cangrejos negros, por lo que acostumbran a salir principalmente de
noche, cuando son más activos.
En relación a lo anterior, una de las prácticas más importantes y distintivas es el ritual
de caza de cangrejo negro. Para llevarlo a cabo, esta comunidad tiene en cuenta
diversas señales, de las que depende el salir o no a cazarlos, entre ellas están la luna
llena, la brisa, el tiempo seco o las lluvias. Si deciden subir el cerro, empiezan a
ascender a las 6:30 p.m. y como este “protocolo” se hace en la noche, es difícil
encontrar los cangrejos, pues estos son muy oscuros, por lo que las comunidades
raizales a través de los siglos han perfeccionado sus técnicas inventando sus propias
antorchas, lámparas, guantes y herramientas para capturarlos. A eso de las 9:30 p.m.,
los cazadores regresan a sus casas y cada hombre puede llevar hasta entre 10 y 12
docenas de cangrejos, que a la mañana siguiente son preparados para el consumo
típico de los hogares isleños y principalmente para convertirlo en el insumo del plato
que más les llama la atención a los turistas que llegan al archipiélago colombiano (El
Tiempo, 2016).

Cangrejo negro
​ ttps://www.eltiempo.com
Imagen tomada de: h

En las islas de San Andrés y Providencia, el tamaño medio de los cangrejos negros
difiere poco entre los sexos, pues los machos alcanzan un tamaño máximo mayor en
5 mm. Por otro lado, la densidad de los cangrejos es mayor en Providencia que en
San Andrés, pues en hábitats naturales de "bosque", se promedian 2200 y 800
cangrejos por hectárea respectivamente. Cabe aclarar que las densidades son
mayores en las cuencas hidrográficas adyacentes a las costas donde las hembras
reproductoras migran hacia el mar y hacia las cuales reclutan larvas que regresan
(Atkin, Baine & Grandas, 2006).
Según el estudio poblacional publicado en la revista de biología crustácea, la
población total de cangrejos negros es de aproximadamente 3 millones en
Providencia y 800,000 en San Andrés.

Probablemente, la menor densidad y el tamaño de la población en San Andrés se


pueden atribuir a una combinación de degradación ambiental y gran explotación, pues
la mayoría del flujo turístico e incluso la población propia del departamento, se
concentran en esta isla.

Con respecto a la preparación del cangrejo negro como plato típico, las mujeres
raizales son las principales encargadas de llevar a cabo todo el proceso culinario, en
el cual utilizan ollas de gran tamaño, casi de 50 centímetros de alto, donde hierven a
los cangrejos en agua de mar. Luego, durante la noche, los dejan en la playa para
que se enfríen y al otro día, en la mañana, los comienzan a cortar en las azoteas, los
patios y las cocinas de sus casas. Este proceso es muy interesante, ya que las
mujeres tienen una técnica para saber dónde exactamente es que se aprovecha más
la carne y las muelas, pues posteriormente son vendidas. Para completar una libra de
cangrejos se necesitan alrededor de 12 unidades. Como esta práctica es tan
importante, se estima que alrededor de 180 personas (en su mayoría mujeres) se
dedican a hacer todo el proceso con la carne. Además, el proceso completo de
comercialización (captura, preparación, transporte y venta) beneficia
aproximadamente a 750 personas. A pesar de que con su carne se pueden preparar
hasta 10 recetas, por muchos años el cangrejo solo se usó para el consumo familiar,
pero desde 1980 comenzaron las capturas con fines comerciales. (El Tiempo, 2016).

Plato de cangrejo negro


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Imagen tomada de: h
En un artículo publicado por el tiempo, se entrevistó a Doris Bernard Henry, una
representante de Asocrab, que expresa lo siguiente: “Por muchos años, el cangrejo
negro no tuvo el valor que ahora tiene, la gente lo capturaba para la pesca o para
hacer sopas, pero con el tiempo empezaron a valorarlo, y ahora es el producto más
valioso de la isla”.

Aunque el cangrejo negro le ha proporcionado un avance a la economía de las islas,


está sucediendo una situación bastante preocupante, ya que las poblaciones de esta
especie están bajo amenaza de sobreexplotación, pérdida y degradación del hábitat,
así como de matanza en las carreteras durante las migraciones anuales al mar
(Baine, Grandas & Hartnoll, 2007). Los pescadores del lugar son testigos de esa
situación, puesto que afirman que la población de cangrejos ha venido cambiando
alarmante y negativamente a través de los años. Expresan que antes se podían ver
enormes cangrejos, incluso durante el día, en el canal Aury entre Providencia y Santa
Catalina, pero que ahora se ven solo en la noche, no en el canal sino en el manglar.
Agregan que su tamaño ha reducido considerablemente (Randin, 2013).

Cangrejos negros migrando hacia el mar


Imagen tomada de: https://www.rcnradio.com

Debido a esto, la comunidad impulsó y definió legalmente un organismo conocido


como la Unidad de Conservación del Cangrejo Negro que, de una u otra forma, se
consideró un paso crucial en la gestión de su protección, ya que con su gran apoyo se
logró consolidar la asociación Asocrab, que formuló un proyecto para defender las
posturas de los pescadores mientras se protege la especie en mención (Alayón,
2005). Este proyecto tuvo una amplia participación por parte de las comunidades
locales, particularmente los pescadores y procesadores, tanto en la investigación
como en la evaluación de las opciones de manejo (Baine, Grandas & Hartnoll, 2007).

El objetivo del proyecto era comprender las relaciones entre las normas de
comportamiento de los capturadores de cangrejo y las condiciones biológicas del
recurso, que a su vez influyen en la toma de decisiones relacionadas con el manejo
del cangrejo negro (Alayón, 2005).

En vista de que el proyecto tuvo una gran acogida por las partes involucradas, la
Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago de San Andrés,
Providencia y Santa Catalina (Coralina) se unió a la iniciativa (Alayón, 2005). Coralina
es una entidad pública con autonomía administrativa y financiera, patrimonio propio y
personería jurídica; su jurisdicción abarca la totalidad del departamento y está
encargada de ejecutar las políticas, los planes y programas en materia ambiental
(Coralina, 2019).

Coralina se encarga de implementar el Módulo Curricular del Cangrejo Negro, que


básicamente es un proyecto que realiza jornadas de sensibilización y monitoreo en
pro de la protección de esta especie. Hace más de 15 años esta entidad viene
construyendo una cultura ambiental que se ha posicionado como característica de la
población. Incluso establecen temporadas cerradas para proteger a las especies más
importantes, entre ellas el cangrejo negro.

Imagen publicitaria de las campañas de sensibilización de Coralina


Imagen tomada de: http://www.coralina.gov.co
Igualmente, esta institución integra diferentes enfoques metodológicos como
herramientas etnográficas, modelados dinámicos y economías experimentales con el
fin de analizar el sistema general relacionado con esta especie, enmarcando cuatro
niveles. El primero es la descripción de las apropiaciones locales relacionadas con la
especie, el segundo es sobre las condiciones biológicas de la población de cangrejos
negros en la isla, el tercero son las decisiones que toman los cazadores de cangrejos
para su manejo, y el cuarto nivel del sistema es la legitimación del papel de la agencia
ambiental local como una institución reguladora formal (Randin, 2013).

En vista a lo anterior, se adecuó el Parque Natural Regional The Peak, que protege,
conserva y recupera áreas de bosques secos en el punto más alto de Seaflower,
donde se encuentran la mayor cantidad de nacimientos de agua de la isla de
Providencia. Además, este cerro es el hábitat de especies de fauna muy importantes
de la región, como el emblemático cangrejo negro (Bermeo & Ríos, 2013). Por lo
tanto, es evidente que el proyecto no solo está beneficiando a la especie en cuestión,
sino a todo un ecosistema de la isla.

Es admirable la manera en que la comunidad isleña se unió para proteger las


poblaciones de cangrejos negros, ya que, aparte de su interés económico, estaban de
por medio muchas costumbres que modelan su cultura, por lo que, evidentemente,
fue necesario un compromiso general. Afortunadamente, esto ocasionó un impacto
que se vio reflejado satisfactoriamente tanto para la especie endémica en cuestión
como para los pescadores y personas dependientes económicamente de este tipo de
subsistencia.

Referencias:
1. Alayón, L. (2005). ​Cangrejos negros con y sin fin: regulaciones externas y
apropiaciones locales en el manejo de un recurso en las islas de Providencia y
Santa Catalina​. Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá.
2. Alayón, L. (2006). ​External regulations and local appropriations in the management
of a resource in Old Providence and Santa Catalina islands. Indiana University,
Indianapolis.
3. Atkin, H., Baine, M., Grandas, Y., Hartnoll, R. & James, J. (2006). ​Population
biology of the black land crab, Gecarcinus ruricola, in the San Andres Archipelago,
western caribbean.
4. Baine, M., Britton, A., Grandas, Y., Hartnoll, R., James, J., Richmond, M. &
Velasco, A. (2007). ​Reproduction of the black land crab, Gecarcinus ruricola, in the
San Andres Archipelago, western caribbean.
5. Baine, M., Grandas, Y., Hartnoll, R., Howard, M., James, J., Taylor, E. & Velasco,
A. (2007). ​The development of management options for the black land crab
(Gecarcinus ruricola) catchery in the San Andres Archipelago, Colombia.
6. Bermeo, A. & Ríos, E. (2013). ​San Andrés y Providencia, situación
socioeconómica de los pescadores artesanales raizales. Universidad Piloto de
Colombia, Bogotá.
7. Bright, D. (2017). ​The Land Crabs of Costa Rica. Universidad de Costa Rica, San
José.
8. Castillo, D. & Kerem, A. (2003). ​Dynamic Simulation Model of Common Pool
Resource Cooperation Experiments. ​University of Bergen, Norway.
9. Clark, P. & Hartnoll, R. (2005). ​A mass recruitment event in the land crab
Gecarcinus ruricola.​ The Linnean Society, London.
10. Coralina. (2019). Black Crab. Recuperado de: ​http://www.coralina.gov.co
11. ​ ogotá.
El Tiempo. (2016). ​El cangrejo negro, único de Providencia. B
12. Gómez, C. (2015). ​Impacto socioeconómico del proyecto “El cangrejo negro,
baluarte de la cultura raizal”, en la comunidad de Santa Catalina y Providencia.
Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá.
13. INVEMAR. (2012). ​Atlas de la Reserva de Biósfera Seaflower. Coralina, San
Andrés.
14. Randin, O. (2013). ​Interactive governance analysis of small-scale fisheries in
the San Andrés Archipiélago, Colombia. Norwegian College of Fisheries Science,
Tromso.

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