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UNIVERSIDAD DEL VALLE DE MÉXICO

CAMPUS QUERÉTARO

MAESTRÍA EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

EL EXISTENCIALISMO
EN MI VIDA

FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN
Profesor: Dr. Elías Martínez Patiño
Alumna: Patricia Ávila Luna
Santiago de Querétaro, Querétaro
Julio 2008
EL EXISTENCIALISMO EN MI VIDA

Recuerdo que desde que iba en la preparatoria, siempre me ha intrigado la Filosofía, es de


esas cosas que me generan curiosidad, alegría, asombro y, a veces, hasta frustración; así es
que, desde aquellos tiempos, me he dedicado (informalmente) a investigar un poco sobre
esta rama del conocimiento humano. Como es común de quienes no han cumplido los 20
aún, cuando frecuentaba el Instituto Asunción, era yo muy emotiva, “azotada” como dicen
por ahí, y como también siempre he sido una “ñoña”, pues me pasaba mucho tiempo
pensando cosas, dándole vueltas a los asuntos “importantes” de mi vida, quejándome de
todo lo “terrible” que me pasaba, en fin, buscando justificaciones a todo lo que me ocurría.
Así es que aprovechaba las clases de Filosofía para encontrar los argumentos indicados a
todo eso que pensaba a los 16 o 17 años.

Una día el profesor de Filosofía (Martín Malagón), nos pidió que realizáramos un trabajo
sobre algún valor que nos llamara la atención, rápidamente escogí LA LIBERTAD, ya que
siempre he llevado en la cabeza la trascendencia que ésta tiene, al menos, en mi vida. Para
poder llevar a cabo este ensayo me remití a varias fuentes bibliográficas, desde una de las
encíclicas de Juan Pablo II, hasta llegar al famoso libro de Jean Paul Sartre “El
Existencialismo es un Humanismo”, de donde obtuve una nueva visión de las cosas y, más
específicamente, su enfoque sobre la libertad. Como él mismo lo expondría en 1946:

“El hombre está condenado a ser libre”.1

Esta afirmación marcó en gran medida mi existencia, inevitablemente yo era la única


responsable de mi destino, de mis acciones, de sus consecuencias. Me di cuenta de que mi
libertad me autoafirmaba y que, por tal motivo, debía ser responsable de todas mis
decisiones. Para mí, una chica adolescente en continua búsqueda de identidad, no podía
estar más claro, había encontrado la respuesta a las preguntas que me hacía por las tardes
recostada en la cama.

1
SARTRE, J. P. El existencialismo es un humanismo. Argentina: Losada.
A partir de ese momento me enamoré del existencialismo. Lo encontraba totalmente Ad
Hoc a mi vida, a mis principios, a mi ideología… así es que comencé a investigar más al
respecto. Empecé por la “biblioteca” de mi mamá, en donde encontré “La nausea”, también
de Sartre; novela que leí en dos tardes y que, por cierto, me gustó mucho ya que todo me
sonaba tan real, distinto a lo que había visto y escuchado por mucho tiempo.

Me parecía que la manera de pensar del existencialismo, estaba más aterrizada a lo que
pasaba en realidad en el mundo que muchas otras corrientes filosóficas que yo consideraba
cursis e idealistas. Para Sartre todo lo que nos pasa y lo que somos, es consecuencia del
ejercicio de nuestra libertad, nuestra existencia es conciente y, por tal motivo, sentimos
miedo, sentimos “nausea” y, sin embargo, no dejamos de construirnos continuamente,
tenemos poder sobre nosotros mismos.

“El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se
quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este
impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace.”2

Aún hoy, sigo sintiendo cierta “emoción” al describir su pensamiento. Me siento totalmente
identificada con estas ideas.

Continuando con la travesía por el existencialismo, un buen día me encontré husmeando en


una pequeña librería de Madrid y me topé con uno de los diarios de Sören Kierkegaard, el
cual inmediatamente decidí comprar. A diferencia de “La nausea” este fue un libro que me
costó más trabajo leer, de hecho ni lo terminé (lo presté y nunca fue regresado), no porque
fuera complejo, sino porque me aburrió mucho.

A diferencia de la visión de Sartre en las obras que leí, el diario me parecía un poco soso y
cursilón; sin embargo, de vez en cuando rescataba algunas frases que me parecían
interesantes y que aún están escritas en varios de mis cuadernos de la escuela.

2
SARTRE, J. P. El existencialismo es un humanismo. Argentina: Losada.
Lo que no me gustaba de la visión de Sören, además de hablar mucho de Dios (por ser
cristiano), era que para él la angustia era más fuerte que el poder de decisión y, desde mi
punto de vista valoraba mucho la sensibilidad, dejando un poco de lado la parte racional del
ser humano que nos hace concientes de lo que nos ocurre y por qué nos ocurre. Es más,
para él la fe nos sobrepasa y prácticamente nos lleva a actuar sin decisión, como plantea en
su concepto de salto de fe.

Supongo que mi opinión sobre Kierkegaard está limitada a una sola obra, quizá valga la
pena comprar otro título del filósofo danés, para comprenderlo más.

“Tan poco me comprenden las personas, que ni siquiera comprenden mis lamentos
por no ser comprendido”.3

Cuando ya frecuentaba la universidad para estudiar la Licenciatura en Ciencias de la


Comunicación, me sentí fuertemente atraída por las materias que tenían relación con temas
filosóficos: teorías de la comunicación, filosofía de la comunicación, análisis del discurso,
etc. Como parte de una de esas materias (en realidad no recuerdo cuál de todas), tuve que
leer a otro autor existencialista de la posguerra europea: Albert Camus. La obra que debía
desmenuzar y analizar como examen final era “La caída” y, en esta ocasión, me encantó lo
que leí; creo que me gustó aún más que “La nausea” y eso ya es mucho decir.

Está obra llena de sarcasmos e ironía, escrita magistralmente en primera persona por el año
de 1956, me atrapó desde que empecé a leerla. En ella se refleja la desesperación del
hombre que está condenado a vivir en un mundo de absurdos, los cuales Camus enfatiza en
una sátira que en particular me divirtió mucho, sobre todo porque en esa época, era muy
dada a cuestionar todo y buscar la ironía del mundo. Y así lo expone Camus:

“Los hombres no se convencen de las razones, de la sinceridad y de la gravedad de


las penas de uno más que cuando uno muere. Mientras uno vive, el caso es dudoso,
y sólo tiene derecho al escepticismo de los hombres”4

3
KIERKEGAARD, S. Diario íntimo. Barcelona: Planeta.
4
CAMUS, A.C. La caída. Madrid: Alianza-Losada.
Después de haber terminado la obra, tuve que dedicar algún tiempo a investigar sobre la
ideología de Camus para poder hacer mi trabajo final. Lo que más me atrajo fue, sin duda,
la filosofía del absurdo, en la que Camus resalta la imperiosa necesidad del ser humano por
buscar un sentido a su vida y sus constantes fracasos al intentarlo. Pensarán que soy muy
oscura, pero me parecía muy simpática su visión de las cosas, sus ironías me daban buenos
momentos para burlarme de la condición humana y, por qué no, de mi misma. Supongo que
me ayudó a tomar la vida con más calmita y ver las cosas con más humor.

De hecho, el mismo Camus experimentó en carne propia su propia filosofía “absurda”; el 4


de enero de 1960, murió en un accidente de coche cerca de Le Petit-Villeblevin, después de
que, días antes, hubiera dicho: "No conozco nada más idiota que morir en un accidente de
automóvil".

Por obvias razones, de todos los autores que hasta ese entonces había consultado, Camus
era el que más me cuestionaba, el que más dudas y reflexiones me dejaba, tanto al realizar
el análisis de su obra, como al querer concluir acerca de ella algo que me dejara satisfecha
con lo que aprendí de él. Para mí, Jean Baptiste Clamence se convirtió en el retrato de la
esencia de la vida del hombre que se vuelve temporal, que se pierde en un sin fin de
existencias parecidas, sino es que iguales y, sin embargo, es único y libre de decidir su
destino.

“Al cabo de toda libertad hay una sentencia; por eso la libertad es una carga
demasiado pesada, sobre todo cuando se tiene fiebre o penas o cuando no se ama a
nadie”5

Camus me ofreció un modo diferente de enfrentarme al absurdo en el que la existencia se


encuentra sumergida; un análisis de mí misma, de cómo acepto la irracionalidad del mundo.
Me dejó ante una meditación admirable sobre la responsabilidad, la culpa y la libertad,
vistas desde una perspectiva más humana y terrenal, lo cual sin duda me ha ayudado
muchísimo a conocerme más e ir forjando mi personalidad.

5
CAMUS, A.C. La caída. Madrid: Alianza-Losada.
Considero que el mensaje que me quedó del autor, está en aprender a cuestionarme sobre la
vida, juzgarla y decidir cada día si acepto o no ese sin sentido, ese absurdo que envuelve a
la existencia y dejar que la angustia se disperse. Tomar el absurdo como un punto de
partida, no una conclusión y a partir de ese “horizonte de posibilidades tomar las riendas
de la existencia”.6

Creo que la vida y su sentido siempre serán las cuestiones más apremiantes para el ser
humano, así es que habrá que ver si vale la pena vivirla en su totalidad o no, disfrutarla en
cada momento o desperdiciarla. Tendré que seguir buscando soluciones, seguir
cuestionándome, crear nuevas interpretaciones de la vida que me satisfagan, para que
realmente disfrute de mi preciada libertad.

Como verán, a pesar de parecer muy compleja, mi visión de las cosas se remite a entender y
disfrutar la vida, a criticarla y cuestionarla para rescatar de ella lo mejor. Para ello hay que
conocerse a uno mismo, entender qué nos da identidad, qué es lo que nos motiva todos los
días a hacer las cosas o dejar de hacerlas, decidir qué queremos hacer con los recursos que
nos tocaron, cómo buscar lo que deseamos y encontrarlo; cómo afectan nuestras decisiones
a los demás, a nuestro entorno, a nuestro planeta. En fin hacernos responsables de nuestras
acciones y dejar de culpar a los demás por todo lo que nos pasa.

Creo que eso último es algo que reafirmé con los últimos días de mi tío Felipe: que cada
momento vale la pena que, aún en las peores condiciones físicas, tenemos poder sobre
nuestras mentes, podemos seguir influyendo y ayudando a los que nos rodean, podemos
poner un granito de arena para mejorar el mundo en el que vivimos. Creo que Feli fue un
gran ejemplo para muchos, los doctores con los que trabajo; sus internos y residentes en el
Seguro Social; sus pacientes y sus familias; sus amigos y, sobre todo, para nosotros, su
familia. Me queda claro que todos hemos aprendido algo de su lucha, de la forma en la que
quiso vivir su enfermedad y me parece que es algo que el existencialismo lleva implícita o
explícitamente en sus preceptos, no importa qué autor lo exponga.

6
HABERMAS, J. Heidegger: socavación del racionalismo occidental en términos de crítica a la metafísica.
Me gusta creer que somos los creadores de nuestro destino y aún cuando hay factores que
no podemos controlar, como una enfermedad terminal, seguimos siendo dueños de nuestras
vidas.

Espero que estos principios me acompañen siempre y nunca olvide el impacto que hoy en
día tienen en mi vida: hago lo que me gusta, disfruto de mis hobbies, estoy satisfecha con
mi trabajo, estudio por afición, quiero a mi familia y enfrento las cosas como vienen, trato
de no quejarme tanto y de participar más.

Deseo que, al igual que mi tío Feli, mis acciones y mis pensamientos influyan en otras
personas, en la gente con la que trato cotidianamente, que le puedan servir a alguien como
guía para buscar el sentido de su vida y, sobre todo, construir una sociedad más conciente y
responsable de la influencia que tiene en la vida de todos. Ojala que las personas empiecen
a hacer las cosas porque están convencidas de hacerlas y que su razones no sean solamente
el dinero, el poder, la fama.

Creo que hay cosas más valiosas por las cuales trabajar: ayudar a generar más
oportunidades para todos de una manera justa y no con un falso altruismo, de verdad apoyar
el cambio de raíz y transformar la situación en la que vivimos, no solo por nuestras
familias, sino por nuestro país, por nuestro mundo. En fin convertir en hechos los
pensamientos, aprender a querernos por lo que somos y no por lo que tenemos.

” El hombre es así, querido señor. Tiene dos caras: no puede amar sin amarse”. 7

7
CAMUS, A.C. La caída. Madrid: Alianza-Losada.
BIBLIOGRAFÍA

CAMUS, A.C. La caída. Madrid: Alianza-Losada.

HABERMAS, J. Heidegger: socavación del racionalismo occidental en términos de


crítica a la metafísica.

KIERKEGAARD, S. Diario íntimo. Barcelona: Planeta.

SARTRE, J. P. El existencialismo es un humanismo. Argentina: Losada.

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