Está en la página 1de 4

Alonso Sarmiento Llamosas, abogado por la Universidad Nacional Mayor de San

Marcos, egresado en 1979 y miembro del Ilustre Colegio de Abogados de Lima


desde 1980; Asesor Legal del Grupo La República S.A., editora de los diarios
"La República", "El Popular" y "Líbero" y la revista "El Gráfico - Perú" de Lima,
Perú.[1]

Ley & Orden, es el titulo de una publicacion mensual que inicie en el anno 1993
y que se distribuia en Lima, habiendo sido publicados extractos de la misma en
el diario oficial El Peruano de Lima, Peru, de esa epoca. Contenia una seccion
de opinion, textos seleccionados de teoricos de nuestro tiempo y extractos de
normas legales de actualidad, debidamente explicados con sencillez y
concision.

Transcribo ahora la seccion de opinion de dicha publicacion, para empezar


nuevamente con dicho esfuerzo personal en beneficio de la colectividad.

Ley & Orden

Febrero 1993.

"Los que integramos una familia, vecindario, ciudad y país, experimentamos en


todas nuestras actividades, una necesidad latente de que la ley se cumpla y
que reine el orden. Esto tiene mucho que ver con la práctica de la justicia. De
un lado, la determinación de cada uno de proceder en forma justa y exigir
comportamientos justos, y, de otro lado, la capacidad de la autoridad, a
cualquier nivel, de dar soluciones justas a una situación concreta que se
somete a su juicio. ¿Y que es lo justo? A través de la historia, cada grupo
humano ha establecido, por imposición vertical o por consenso, su idea de lo
justo; transformando su significado según las fuerzas y tendencias
predominantes en la época. En este sentido, la justicia que uno goza (o sufre),
es la plasmada en las leyes vigentes, y entre estas, en las leyes que realmente
se cumplen. Es función de los que hacen las leyes, procurar que estas reflejen
el ideal de justicia latente, o en todo caso proponer un nuevo modelo que si se
pueda cumplir."

"Cuando en la vida diaria se habla de la necesidad de poner orden, se tiende a


deducir que debe haber un recorte a tanta libertad que ha llevado al caos. Sin
embargo, al parecer es todo lo contrario. No hay libertad que se pueda ejercer
en el caos. Allí únicamente sobrevive el más fuerte e impone sus condiciones
mediante la violencia. La fuerza puede mantener el statu quo pero no el orden.
Es el cumplimiento de la ley, como ordenamiento racional, para el bien común,
promulgada por el legítimo gobernante, lo que hace posible la vigencia del
orden."

"Hay una fuerza muy poderosa que actúa en forma diversa; pero que tiene un
solo objetivo: someter. Esa fuerza es el temor. Podría pensarse justificadamente
que la ley y el orden deben imponerse mediante el temor. Sin embargo hay
otro aspecto que es importante, cual es, que los ciudadanos honrados no
temen a la ley, la respetan. Las personas, por lo general, desean actuar de
acuerdo a ley; pero tropiezan con normas intrincadas, mal hechas y
complacientes para hacer trampa. Habría que hacer leyes hermosas, con una
redacción diáfana, un propósito específico, un fin acorde con el bien común; de
tal manera que el ciudadano ansíe cumplirlas y no tengan que ser impuestas
por el temor o caigan en desuso por imprácticas."

"Generalmente se piensa que el Derecho (entendiéndose como conjunto de


normas, como conducta deseable y como facultad para exigir u omitir algo) es
asunto de abogados. No creo que deba ser así. A los abogados nos encanta
elitizar nuestra labor y la arropamos con posturas y lenguaje singulares. Al
final, únicamente nos entiende y soporta otro abogado. Quizá, el merito de los
mas ilustrados en cualquier rama del conocimiento, sea demostrar que saben,
haciéndose entender. La discusión académica es esencial y encuentra su lugar
en la universidad y en los foros especializados, donde todas las ideas son
materia de estudio, reflexión e investigación; pero el afán del Derecho, debe
estar mas al alcance del común de los mortales, para que así lo sienta suyo y
lo ejerza con libertad."

"Cuando era estudiante de secundaria y participe en el censo nacional de


aquella época, me toco censar en una zona tugurizada, piso de tierra, sin baño,
ni dormitorios, tampoco agua o desagüe, familias dispersas, etc. En todo mi
candor les hacia una a una las preguntas que aparecían en la hoja censal:
¿tiene piso de parquet, loseta o vinílicos? ¿Cuantos baños tiene la casa?
¿Cuantos dormitorios? ¿Tiene teléfono? ¿En que trabaja el jefe de la casa? Y
demás, que a simple vista no existían. Por supuesto, la falla era mía. Algo
parecido ocurre con aquellas leyes que se elaboran recurriendo principalmente
a experiencias legislativas o doctrinarias de otros países, trasladando otras
necesidades, levantando un andamiaje admirable, a tal punto que sirve de
ejemplo a su vez a otros países. Resultado, la ley es fabulosa, pero no casa con
la realidad, no se puede cumplir; como las preguntas que yo hacia en aquel
censo, suenan a burla."
Junio 2002

La Justicia.-

En mi opinion, la administracion de justicia en el Peru ha sido y es una


constante preocupacion de los ciudadanos. La percepcion de la justicia es
diferente para cada individuo asi como para cada sector de la poblacion. Por
ejemplo la idea de justicia de un residente de la zona de la Planicie en La
Molina (de personas muy adineradas), difiere de la necesidad de justicia de un
poblador de la zona de los cerros de ventanilla (de familias extremadamente
pobres), no obstante que ambos ciudadanos cuentan con basicamente los
mismos derechos reconocidos en la Constitucion y habitan las faldas de los
cerros. En el primer caso, el residente de La Planicie entiende la justicia como
la defensa de su propiedad y de su derecho a seguir adquiriendo mas
propiedad, como una condicion natural e indiscutible. En el segundo caso, el
poblador de los cerros de Ventanilla, entiende la justicia como la posibilidad de
continuar existiendo. Puede parecer esta presentacion demasiado
esquematica; sin embargo, no hay forma de cuestionarla; por cuanto responde
a una fotografia de la realidad. Mientras que la elaboracion y la redaccion de
las normas que rigen las actividades y la existencia de los ciudadanos,
continue a cargo de los residentes de La Planicie o sus empleados, dichas
normas unicamente responderan a esos intereses. Aqui no seria etico hacer un
juicio de valor acerca de si dicha situacion es correcta o no; porque la
estructura de poder es la que determina la forma de gobierno y el ejercicio del
derecho. Y en este momento de la historia, esa es la realidad escogida y
mantenida por la totalidad de los ciudadanos. Hay los que proponen la misma
concepcion de la realidad, pero al reves, es decir, destruir la propiedad (el
concepto de propiedad se entiende) y darle un impulso colectivo a la
subsistencia (subsistir en mejores condiciones de vida). De otro lado, el
cristianismo actual y presente representado por una de sus Iglesias ( la
Catolica), propone en los hechos (ya que no se desprende ni tiene la intencion
de desprenderse de sus bienes materiales), propone, repito, que todo siga
igual, pero que la distribucion alcance a los mas necesitados, de tal manera
que no desaparezcan en la indigencia. Estas concepciones de lo que debe ser o
de lo que es existir en el mundo, determinan en la sociedad el ejercicio de lo
que se entiende por justicia. Ya se ha señalado que la justicia es la de los
vencedores. De esa manera se aplica en los hechos la idea de la justicia.
Partiendo de esa idea, podemos comprender de que forma se puede desarrollar
una idea de justicia que efectivamente alcance a la mayoria de ciudadanos. Si
entendemos que la justicia es solo la manera en que la rueda siga girando (la
subsistencia), entonces debemos colegir que todo aquello que impide u
obstaculiza ese proceso, contraviene un estado de justicia. Dejando de lado
todas las concepciones idealistas y maniqueas de la sociedad. Solo queda
aquello que impide que desaparezcamos como realidad. Los pueblos que han
entendido esto, han llegado a prosperar y supervivir. De todas las
constituciones que se ha dado el Estado Peruano, (y digo el Estado y no el
pueblo; por cuanto el pueblo no se ha dado constitucion alguna), no hay una
que haya entendido este concepto tan sencillo. De alli que se han preocupado
por reunir a la elite de los abogados para que desarrollen conceptos juridicos y
elaboren normas para regir un Estado de iguales, donde nadie es igual. ¿Como
podria aplicarse el principio de voto universal y secreto a cuatro o cinco
millones de ciudadanos que viven en la pobreza extrema y cuyo unico objetivo
en la vida es poder remontar el dia presente?. De hecho es dificil. Seria arcaico
suprimir ese derecho; pero es mas arcaico suponer que en dicho proceso se
esta ejerciendo algun principio democratico o algun principio de justicia. Es el
mero reflejo del voto influenciado por la propaganda. A todo esto, que se puede
hacer. Democratizar. Es decir, permitir que cada ciudadano pueda ejercer algun
tipo de poder, con fuerza suficiente para que solo o en conjunto, pueda
influenciar en la realidad, de acuerdo a su interes. En el campo de la
administracion de justicia, la justicia no puede ser ciega. Debe ser democratica.
Esto que puede sonar a herejia, considero que es la piedra fundamental de
cualquier concepcion de justicia. Lo justo es aquello que, de acuerdo a las
fuerzas de poder aplicadas, resulta aceptable. Lo demas es ilusion. En tal
sentido, soy de la opinion que en la nueva Constitucion que se elabore en el
Peru, debe eliminarse todo lo relacionado al Poder Judicial y elaborarse una
nueva concepcion de la administracion de justicia. Opino que debe darse
enfasis fundamental en la justicia mediante jurados, en la justicia de los jueces
particulares o privados (elegidos por las partes a su libre criterio), la justicia
mediante consejos elegidos por voto popular (que es distinto a decir justicia
popular), reducir el volumen de la Corte Suprema a fin de que unicamente
emita opinion sobre lo que considera una solucion justa al conflicto (a la
manera como lo hacen los tribunales constitucionales o de control de la
constitucion), de tal manera que cualquier otra solucion dada por los
elementos de la administracion de justicia, sea reprobada socialmente, salvo
que exprese debidamente a que se debe su discordancia y no (como ocurre
ahora) apelen a caprichosas elucubraciones alambicadas y retorcidas para
justificar aquello que es reprobable. Todos los jueces, de todas las instancias,
civiles, laborales, tributarios, penales o militares, deben ser elegidos por voto
directo, de tal manera que sus fallos respondan al sentir de sus electores y no a
lo que caprichosamente pretende tal o cual. Por ultimo, debe asegurarse el
acceso a tribunales arbitrales. En lo que se refiere a la defensa, los abogados,
tan abundantes, son un factor decisivo en la administracion de justicia; pero no
serviran de nada si siguen estudiando en las universidades actuales que solo
los preparan para entender el derecho como un medio de vida y no como una
profesion (lat. Professione, f. Accion de profesar. Efecto de profesar). La justicia
no esta en las cortes, la ejerce el ciudadano.

Concepto Doctrinario de Justicia

La justicia, segun la doctrina, es la constante y perpetua voluntad de dar a


cada uno lo que le corresponde. Esta idea tan generica cobra expresion en dos
tipos de justicia reconocidos: la conmutativa, trasunto del principio de
reciprocidad, que exige dar en contraprestacion otro tanto de aquello que se ha
recibido como prestacion de forma proporcional, y la distributiva, concepto mas
amplio, que hace referencia a la solidaridad con los mas debiles de la sociedad,
a cuyo fin se procurara una cierta redistribucion de cargas y ventajas de
acuerdo a sus necesidades con el objeto de paliar y suprimir las desigualdades
que son independientes de los meritos y el esfuerzo personal o su contribucion
social.

Estas ideas adquieren expresion concreta en el Derecho positivo, primero a


traves de las constituciones que reconocen el valor de la justicia como
fundamental del ordenamiento juridico, junto a la libertad, la igualdad y el
pluralismo politico. Se sennala este orden ya que los tres ultimos valores
indicados son expresiones manifiestas de la justicia.
Sin embargo, no es posible el disfrute de tales valores sin la provision de los
medios necesarios para el pleno desarrollo de la personalidad individual,
familiar y social. A tal fin, suelen las constituciones reconocer de forma
ordinaria la propiedad y con ella otros derechos reales limitados, siempre que
respondan a una funcion social, entendida como feliz combinacion de los
intereses individuales y colectivos, de forma que en un justo equilibrio, pueda
generarse una progresiva evolucion de la calidad de vida, traducible en un
derecho al trabajo, a una vivienda digna, al disfrute del medio ambiente, a la
cultura y la educacion entre otros.

También podría gustarte