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El nio y la enseanza de su abuelo

Edmundo era un nio que viva en la ciudad, sus padres hace mucho tiempo emigraron del campo y se establecieron en Guayaquil, ciudad prospera y llena de oportunidades para desarrollarse. Como era de costumbre cada quincena visitaban a sus abuelos en el campo, all el pequeo Edmundo jugaba con amiguitos que haba hecho en esa localidad, le agradaba la tranquilidad de la campia, el olor de los verdes pastos que escaseaban en la ciudad, le gustaba contemplar los animalitos en el corral; las gallinas, los cerdos y encantar al pequeo Edmundo. En cierta ocasin Edmundo, contempl como una pequea paloma, estaba siendo maltratada por sus amiguitos, insensibles ante este pajarito indefenso y fatigado, y de repenteirrumpi la voz tronante de Don Ecuador, abuelito de Edmundo, dejen ese pajarito en paz.aljense de l, todos se inmovilizaron y quedaron perplejos ante tal voz. Este actuar cautiv al pequeo Edmundo quien mir como su abuelo, de forma tierna y cuidadosa tomaba a la pequea paloma entre sus manos para dirigirse a casa. En su interior Edmundo se preguntaba que har el abuelo con la pequea paloma?.... Don Ecuador como si leyese el pensamiento de su querido nieto, aprovecho la ocasin para explicarle del valor de la vida de los animales. Si ella hablara le dijo, nos estara agradeciendo por lo que estamos haciendo dijo el abuelo Todo animalito en la naturaleza al igual que nosotros tiene vida, la vida es lo ms preciado que tiene todo ser bitico, y aunque ellos no hablan, ni realizan las cosas que nosotros hacemos, de seguro sienten lo hermoso de la vida, la compaa de sus semejantes, la exquisitez de la naturaleza en todo su esplendor al principio, dijo el abuelo, las personas cazaban para subsistir y de hecho este accionar cumpli su cometido, pero despus de tantos siglos, cuando muchas especies han sido extinguidas, cuando los productos de consumo chivitos todos parecan

humano se han desarrollado, las personas insensibles continan

matando

pjaros, insectos y un sin nmero de vidas que forman parte de esta existencia. Querido nieto, respeta a la naturaleza y todo lo que ella conlleva, es nuestro habitad y el espacio donde nos desarrollamos, nunca maltrates y peor an acabes con la vida de los animalitos, cualquiera sea su especie, si respetas este principio respetas tu persona.

El Salazar Carrera Wilson Salazar Barcia. (Padre e hijo)

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