Balance Hidrico

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CONCEPTO DE HOMEOSTASIS. EQUILIBRIO HIDROELECTROLÍTICO.

COMPARTIMIENTOS LÍQUIDOS DEL ORGANISMO. AGUA CORPORAL:


GANANCIA Y PÉRDIDA, REGULACIÓN; SOLUTOS; DESPLAZAMIENTO
ENTRE COMPARTIMIENTOS DE LÍQUIDOS.

HOMEOSTASIS

El fisiólogo francés Claude Bernard, en 1850 postuló que los organismos multicelulares
prosperan porque viven en un medio interno que se mantiene en condiciones relativamente
uniformes, a pesar de los cambios en el ambiente exterior.
Alrededor de 1930, el fisiólogo norteamericano Walter Cannon usó la palabra homeostasis
(del griego homo, igual; stasis, detención) para designar a:

“El estado de equilibrio en que se mantiene el ambiente corporal interno y que se debe a la
incesante interacción entre todos los procesos reguladores del cuerpo.”

Constituye una condición dinámica, que responde a circunstancias cambiantes; el punto de


equilibrio corporal puede modificarse dentro de límites estrechos compatibles con el mantenimiento
de la vida. Por ejemplo, la concentración de la glucosa en la sangre normalmente nunca desciende
por debajo de los 70 mg de glucosa por 100 ml de sangre, ni se eleva por arriba de los
110mg/100ml. Cada estructura del cuerpo, desde el nivel celular hasta el sistémico, contribuye de
algún modo a conservar el ambiente interno dentro de los límites normales.
Para conservar la homeostasis deben producirse numerosos procesos complejos,
denominados mecanismos homeostáticos, que se desencadenan en respuesta a un cambio inicial del
ambiente interno. Esas respuestas se denominan respuestas adaptativas. Permiten al cuerpo
adaptarse a los cambios de su ambiente de manera que tiendan a conservar la homeostasia y a
fomentar la supervivencia saludable. Adaptación sin buen éxito significa enfermedad o muerte.

Agua corporal total

El contenido líquido o acuoso del organismo humano es del 40-60% de su peso total. Sin
embargo, los valores normales del volumen líquido varían considerablemente, sobre todo en
relación con el contenido en grasa del organismo. Los obesos tienen un menor contenido de agua
por kilogramo de peso que los delgados. Las mujeres tienen una cantidad de agua relativamente
inferior que los hombres, ya que el cuerpo femenino tiene una mayor proporción de grasa.
El volumen líquido total y la distribución del mismo también varían con la edad. En los
niños, el agua corporal total constituye alrededor del 75% del peso corporal. Este porcentaje
desciende rápidamente durante los primeros diez años de vida. A medida que el individuo envejece,
la cantidad de agua corporal continúa descendiendo, de forma que el líquido en los ancianos
constituye un pequeño tanto por ciento del peso corporal. En los adultos jóvenes, el porcentaje de
agua representa el 57% del peso corporal en los hombres y el 47% en las mujeres.
Distribución porcentual de los diferentes compartimientos líquidos corporales.

Compartimientos líquidos del organismo

Un aspecto importante de la homeostasis consiste en el mantenimiento del volumen de la


composición de los líquidos corporales,
Líquidos corporales: son soluciones acuosas que se encuentran en el interior o alrededor de
las células.
Líquidos corporales son el agua y los solutos disueltos en cada uno de los compartimientos
corporales de fluidos. El principal componente es el agua.
En adultos delgados, el líquido corporal constituye alrededor del 55% y 60% de la masa
corporal total en mujeres y varones, respectivamente.
El líquido que está en el interior de las células se denomina liquido intracelular (LIC), y el
exterior se llama líquido extracelular (LEC).
Todas las sustancias necesarias para el mantenimiento de la vida, como el O, nutrientes,
proteínas y una variedad de partículas químicas con carga eléctrica que se denominan iones, están
disueltas en estos fluidos.
El LEC está formado por líquido intersticial que baña las células; y el que está dentro de
los vasos sanguíneos, llamado plasma.
Los 2/3 del líquido del cuerpo está dentro de las células (LIC). El restante 1/3 es el LEC.
Cerca del 80% del LEC es intersticial, y ocupa los espacios microscópicos entre las células de los
tejidos, y el 20% es plasma, o sea la porción líquida de la sangre.
El LEC también incluye la linfa en los vasos linfáticos; LCR en el SN; gastrointestinal en el
aparato digestivo; sinovial en las articulaciones; humor acuoso y cuerpo vítreo en el ojo; endolinfa y
perilinfa en los oídos; líquidos pleurales, pericárdico y peritoneal entre las membranas serosas, y
filtrado glomerular en los riñones.
La membrana plasmática de cada célula separa su LIC del intersticial, en tanto que las
paredes de los vasos sanguíneos lo separan del plasma. Sólo en los capilares, las paredes son lo
suficientemente delgadas y permeables para que sea posible el intercambio de agua y solutos entre
el plasma y el líquido intersticial.
El LEC constituye el ambiente interno del organismo y su utilidad reside en proporcionar a
las células un ambiente relativamente constante y en trasportar sustancias hasta y desde ellas. El
LIC, el ser un buen solvente, facilita las reacciones químicas necesarias para la vida.
Cuadro de los volúmenes de los compartimientos líquidos del organismo (porcentaje del peso
corporal)

Compartimiento Niños Hombres adultos Mujeres adultas


LEC Plasma 4 4 4
Líquido 26 15 10
intersticial
LIC 45 38 33
Total 75 % 57 % 47 %

Equilibrio hídrico

Es sinónimo de homeostasia de los líquidos. Afirmar que el cuerpo está en estado de


equilibrio hídrico, equivale a decir que el volumen global de agua del cuerpo es normal y
permanece relativamente constante. Pero equilibrio hídrico significa algo más: es la constancia
relativa de la distribución de agua en los tres compartimientos del cuerpo En consecuencia,
desequilibrio hídrico significa aumento o disminución en relación con los límites normales del
volumen global de agua en el cuerpo y de la cantidad en uno o más de los compartimientos líquidos.
El cuerpo se mantiene en equilibrio hídrico o de líquidos; esto significa que tiene las
cantidades requeridas de agua y solutos y que estas se hallan en proporción correcta en los diversos
compartimientos. Hay un continuo intercambio de agua y solutos entre los compartimientos de
líquidos, el cual se realiza por filtración, reabsorción, difusión y ósmosis; sin embargo, el
volumen del líquido en cada compartimiento permanece bastante estable (equilibrio dinámico).
La mayoría de los solutos que se encuentran en los líquidos corporales son electrolitos, o
sea, compuestos inorgánicos que se disocian en iones.
Electrolito es un compuesto iónico (es decir aquello que están unidos por enlace iónico en
el que un elemento pierde electrones y otro los recibe) que se disocia en iones positivos y negativos
al disolverse en agua; se los llama electrolitos porque sus soluciones conducen la corriente eléctrica.

La medicina actual le da gran importancia al equilibrio hídrico y de electrolitos, ya que en la


actualidad muchos pacientes hospitalizados reciben alguna clase de tratamiento con líquidos y
electrolitos.

Equilibrio hidroelectrolítico

La expresión equilibrio hidroelectrolítico implica la homeostasis o constancia de los


líquidos corporales y de los niveles de electrolitos. Quiere decir que tanto la cantidad como la
distribución de los líquidos corporales y de los electrolitos son normales y se mantienen constantes.
Para que se mantenga la homeostasia, el aporte de agua y electrolitos al organismo debe
estar equilibrado con la salida de los mismos. Si entran en el organismo más agua y electrolitos de
los requeridos, deben ser eliminados de forma selectiva, y si hubiese una pérdida excesiva, deberían
reponerse rápidamente. El volumen de líquidos y los niveles electrolíticos de las células, espacio
intersticiales y vasos sanguíneos permanecen relativamente constantes si existe homeostasis.
Por lo tanto, el desequilibrio hidroelectrolítico significa que el volumen total de agua o el
nivel de electrolitos del organismo o las cantidades que existen en uno o más de sus
compartimientos líquidos han aumentado o disminuido por encima de los límites normales.
Se conocen como electrolitos a los compuestos que permiten la rotura o disociación de su
molécula en partículas separadas denominadas iones y que tienen carga eléctrica. Por ejemplo. El
NaCl se disocia en Na+ y Cl-, el tipo de unión se denomina iónica. La glucosa, que es una sustancia
orgánica, tiene otro tipo de enlace que impide que el compuesto se rompa o se disocie en una
solución. Estos compuestos se conocen como no electrolitos y su unión es de tipo covalente.
Muchos electrolitos y sus iones disociados tienen gran importancia en el equilibrio hídrico.
Este último y el electrolito son tan dependientes entre sí que si uno se desvía de los normal, también
lo hace el otro. Así pues, el hecho de explicar uno de ellos significa comentar también el otro.

Vías corporales para ganancia y pérdida de agua.

El agua es el mayor componente del organismo, pues constituye el 45 a 75% del total de
masa corporal, según la edad y sexo de la persona. Los lactantes tienen el más alto porcentaje de
agua (hasta el 75% de la masa corporal); el porcentaje disminuye al avanzar la edad hasta alrededor
de los dos años. A partir de esta etapa y hasta la pubertad, tanto en los adolescentes como en las
jovencitas al agua constituye alrededor del 60%. El tejido adiposo casi no tiene agua, de modo que
las personas obesas poseen menos proporción de este líquido que las delgadas. En varones adultos
delgados, el agua comprende el 60% de la masa corporal. En promedio, hasta las mujeres delgadas
tienen más grasa subcutánea que los varones, por lo que su contenido total del agua en el cuerpo es
menor pues representa alrededor del 55%.
El cuerpo puede obtener agua por dos medios: ingestión y síntesis metabólica. Las
principales fuentes hídricas del cuerpo son los líquidos ingeridos (1600ml) y las comidas con alto
contenido de humedad (700ml), de las cuales extrae agua el aparato gastrointestinal en una cantidad
aproximada de 2300ml por día. La otra fuente es la del agua metabólica (alrededor de 200ml/día)
que se producen en el cuerpo principalmente cuando el oxígeno capta electrones durante la
respiración celular aeróbica, y un poco menos, durante las reacciones sintéticas de deshidratación.
La ganancia total de agua al día es de aproximadamente 2500ml.
Normalmente se pierde agua y gana agua en igual proporción, de modo que el volumen de
líquido corporal permanece constante. La eliminación de líquido se realiza por cuatro vías. Los
riñones excretan diariamente alrededor de 1500ml en la orina; la piel evapora unos 600ml (400ml
por transpiración insensible y 200ml en sudor); los pulmones exhalan alrededor de 300ml como
vapor de agua; y el aparato gastrointestinal excreta más o menos 100ml en las heces. Con el flujo
menstrual, las mujeres en edad reproductora tienen una vía adicional de pérdida de agua. En
promedio, el cuerpo elimina unos 2500ml al día. La cantidad de agua que se excreta por una vía
determinada puede variar mucho con el tiempo. Por ejemplo, durante el ejercicio muy intenso el
agua puede literalmente escurrir por la piel en forma de sudor; en otras circunstancias, hay pérdida
de líquido por diarrea durante las infecciones gastrointestinales.
Volúmenes comparativos de los tres líquidos corporales en un varón adulto joven promedio.
VOLUMEN
DE AGUA (ML) GANANCIA DE AGUA PÉRDIDA DE AGUA

2500
Agua metabólica Heces (100 ml)
(200 ml)
Respiración
(300 ml)

2000 Alimentos ingeridos


(700 ml)

Piel (600 ml)

1500

1000

Líquidos ingeridos
(1600 ml) Riñones (1500 ml)

500

Algunos principios generales sobre el equilibrio hidroelectrolítico

El principio fundamental sobre el equilibrio hidroelectrolítico es el siguiente: sólo puede


mantenerse si la ingesta es igual a la pérdida. Como es lógico, si se elimina una mayor o menor
cantidad de agua de la que entra, se producirá un desequilibrio. Si se produce esta situación, el
volumen líquido total se incrementará o disminuirá, pero no permanecerá constante.
Los mecanismos cruciales para el mantenimiento del equilibrio hídrico, están formados por
los dispositivos que pueden modificar la eliminación de líquido para que esta se ajuste a la ingesta,
aunque también actúan los mecanismos que ajustan la ingesta a la eliminación.

Regulación de las pérdidas de agua y solutos.

Son dos factores los que, en conjunto, determinan el volumen urinario: la tasa de filtración
glomerular y la tasa de reabsorción de agua por los túbulos renales. La tasa de filtración glomerular,
excepto en condiciones anómalas, permanece constante, de modo que el volumen urinario no suele
fluctuar. La tasa de reabsorción de agua, por el contrario, varía considerablemente. Debido a ello, la
tasa de reabsorción tubular ajusta el volumen urinario a la ingesta de líquido en mayor medida que
la tasa de filtración glomerular.
La cantidad de hormona antidiurética (ADH) y de aldosterona que se secretan regulan la
cantidad de agua que es reabsorbida por los túbulos renales. O sea que el volumen urinario se regula
sobre todo por las hormonas secretadas por el lóbulo posterior de la hipófisis (ADH) y por la
corteza suprarrenal (aldosterona). La secreción de aldosterona está regulada a su vez por el sistema
renina-angiotensina.
Aunque los cambios en el volumen de líquido eliminado a través de la piel, los pulmones y
el intestino también afectan la proporción ingesta-eliminación de líquido, estos volúmenes no se
ajustan automáticamente a la ingesta líquida, como sucede con el volumen urinario.
Las pérdidas de agua y solutos a través de la sudación y exhalación aumentan durante el
ejercicio; sin embargo, los excesos de agua y solutos corporales se eliminan principalmente por la
orina.
Bajo ciertas circunstancias, algunos otros factores, influyen en la pérdida urinaria de agua.
Cualquier gran disminución en el volumen de la sangre se detecta en los barorreceptores (receptores
de la presión) de la aurícula izquierda y de vasos sanguíneos, lo que también estimula la liberación
de hormona antiduirética. En casos de deshidratación intensa, la velocidad de filtración glomerular
disminuye a causa de la caída en la presión arterial, con lo que se reducen las pérdidas de líquidos
en la orina. Al contrario, con el consumo de demasiada agua aumenta la presión arterial, se eleva la
velocidad de filtración glomerular y las pérdidas hídricas en la orina son mayores. Con la
hiperventilación aumentan las pérdidas de líquido mediante la exhalación de más vapor de agua.
También el vómito y la diarrea ocasionan pérdidas de agua del conducto gastrointestinal. Por
último, con la fiebre, el sudor intenso y la destrucción de extensas áreas de piel por quemaduras se
produce eliminación excesiva de agua a través de la piel.

Factores que alteran la pérdida de líquidos en condiciones anormales

La frecuencia respiratoria y la cantidad de sudor pueden afectar en gran medida la


eliminación de líquidos si existen determinadas situaciones anómalas. Por ejemplo, un paciente que
está hiperventilando durante mucho tiempo pierde gran cantidad de agua a través del aire que
espira. Si, como sucede con frecuencia, el paciente ingiere además poca agua por vía oral, la
eliminación de líquido excede la ingesta y se produce un desequilibrio líquido denominado
deshidratación (es decir, un descenso en la cantidad de agua corporal total). En otras situaciones
anormales, también se produce una excesiva eliminación de líquidos y electrolitos, que excede a la
ingesta, con lo que se llega al desequilibrio hidroelectrolítico.

Regulación de la ingesta o ganancia de líquidos

Los fisiólogos no coinciden sobre los detalles del mecanismo que controla la ingesta de
líquidos y que hace que esta aumente cuando aumenta la eliminación y disminuye cuando lo hace
esta última.
La ganancia de agua se regula principalmente mediante ajustes del volumen de agua
ingerida. El hipotálamo tiene un área conocida como centro de la sed, que regula la necesidad de
beber.
Cuando la pérdida de agua es mayor que la ganancia, la deshidratación (una disminución del
volumen y un aumento en la osmolaridad de los líquidos corporales) estimula la sed. Se dice que la
deshidratación es leve cuando la masa corporal disminuye en 2 % a causa de pérdida de líquidos.
La reducción del volumen de sangre ocasiona que baje la presión arterial. Este cambio
estimula a los riñones que liberan renina, lo cual promueve la formación de angiotensina II, la que
estimula el centro de la sed en el hipotálamo. Otras señales que la provocan son las que se originan
en las neuronas de la boca, las cuales detectan sequedad debido al menor flujo de saliva y las
señales que generan los barorreceptores debido a la presión reducida en el corazón y vasos
sanguíneos. Con todo esto aumenta la sensación de sed, lo que normalmente promueve mayor
consumo de líquidos, con lo que se restaura su volumen normal.
Hay veces que la sensación de sed no se produce con la suficiente rapidez o el acceso al
agua está restringido, con lo cual ocurre una deshidratación importante. Este problema se observa
con mayor frecuencia en ancianos, lactantes y quienes sufren alteraciones mentales.
Cuando hay pérdida de líquidos por sudación intensa, diarrea o vómito, es conveniente iniciar
el reemplazo de líquidos corporales mediante consumo de agua, aún antes de que se sienta sed.
Si una persona no ingiere nada durante días, no es posible mantener el equilibrio hídrico, a
pesar de todos lo esfuerzos de los mecanismos homeostáticos para compensar la ingesta nula. En
esta situación, la única solución para mantener el equilibrio sería que la eliminación también
disminuyese hasta cero, pero esto no es posible, debe haber necesariamente algo de eliminación.
¿Por qué? Porque mientras que continúe la respiración, siempre se elimina algo de agua a través del
aire espirado, al igual que, mientras que haya vida, se elimina una mínima e irreductible cantidad de
agua a través de la piel.
Normalmente, los LIC e intersticial tienen la misma osmolaridad, de modo que las células
no se encogen ni se hinchan, pero una variación en su osmolaridad puede causar desequilibrio de
líquidos entre estos compartimentos. La elevación de la osmolaridad del líquido intersticial
ocasiona que el agua salga de las células, que se encogen ligeramente; en cambio, cuando
disminuye, las células se hinchan. Casi siempre, las modificaciones en la osmolaridad se deben
cambios en la concentración de Na+ . Por lo regular, su descenso en el líquido intersticial inhibe la
secreción de hormona antidiurética. Entonces, si funcionan normalmente, los riñones excretan los
excesos de agua en la orina, lo cual incrementa la presión osmótica de los líquidos corporales hasta
su nivel normal. Por tanto, las células del cuerpo sólo se hinchan ligeramente y sólo por un tiempo
breve. Pero, cuando una persona persiste en consumir agua con una rapidez mayor a la que sus
riñones pueden excretarla (la velocidad máxima de flujo urinario es de aproximadamente 15
ml/min) o cuando su función renal es deficiente, podrá padecer intoxicación por agua, un estado
en el que el agua corporal excesiva ocasiona que las células se vuelvan hipotónicas y se hinchen de
manera peligrosa. Cuando hay pérdida de agua corporal y Na+ por hemorragia, sudor excesivo,
vómito o diarrea y se reemplaza la perdida con agua pura, los líquidos corporales se diluyen más.
Esto puede ocasionar que la concentración de sodio plasmática, y por lo tanto, del líquido
intersticial, disminuyan por debajo de los límites normales (hiponatremia). Al reducirse el nivel de
este ión en el líquido interticial también desciende la osmolaridad de este, lo que ocasionará
desplazamiento osmótico de agua hacia el líquido intracelular.
Cuando el agua entra a las células las vuelve hipotónicas y hace que se hinchen, con lo que
ocasiona convulsiones, coma y a veces la muerte.
Esquema en el cual se muestra cómo el desequilibrio inicial de electrolitos (déficit sódico o
hiponatremia) origina desequilibrio hídrico (hipovolemia e hidratación celular)

Determinados factores
como diarrea,
sudoración profusa.

Pérdida de Na+
del organismo

Desciende la concentración
de Na+ del LEC
(hiponatremia)

Desciende la presión osmótica


del LEC. El LEC se hace
hipotónico con respecto al LIC.

Osmosis neta desde


el LEC hasta el LIC
(esto es: desplazamiento del
líquido hacia las células)

Desciende el volumen del LEC; Incrementa el volumen


desciende el volumen sanguíneo del LIC (hidratación celular)
(hipovolemia);
puede conducir al

Shock
Composición química, distribución y medida de los electrolitos corporales.

Hemos definido al electrolito como el compuesto que, en contacto con una solución, se
rompe o disocia en partículas cargadas denominadas iones. El cloruro de sodio (NaCl), cuando se
disuelve en agua, da lugar a un ión sodio (Na+) con carga positiva y a un ión cloro (Cl-) con carga
negativa.
Si se colocan dos electrodos cargados con una débil corriente en una solución electrolítica,
los iones se moverán o migrarán en direcciones opuestas según sus cargas. Los iones positivos
como el Na+ son atraídos por el electrodo negativo (cátodo) y se llaman cationes; los negativos
como el Cl-, migrarán hacia el electrodo positivo (ánodo) y se denominan aniones. Algunos aniones
y cationes tienen una función nutritiva o reguladora en el organismo. Entre los cationes más
importantes tenemos el sodio (Na+), el calcio (Ca++), el potasio (K+) y el magnesio (Mg++). Entre los
aniones se destacan el cloro (Cl-), el bicarbonato (HCO3-), el fosfato (HPO4=) y numerosas
proteínas.

Líquidos extracelulares e intracelulares

Si se les compara químicamente, el plasma y el líquido intersticial (los dos líquidos


extracelulares) son casi idénticos. Por el contrario, el LIC muestra notables diferencias con respecto
a cualquiera de los dos LEC.
La primera diferencia entre los dos LEC es que la sangre contiene una cantidad ligeramente
superior de electrolitos (iones) que los líquidos intersticiales. Si se comparan ambos líquidos, ión
por ión, se notará la diferencia más importante entre el plasma sanguíneo y el líquido intersticial.
Mirando los aniones (iones negativos) de estos dos LEC, se observa que la sangre tiene una
cantidad apreciable de aniones proteicos. El líquido intersticial, por el contrario, apenas contiene
aniones proteicos. Esta es la única diferencia funcionalmente importante entre la sangre y el líquido
intersticial. Se debe a que la membrana capilar suele ser prácticamente impermeable a las proteínas.
De ahí que casi todos los aniones proteicos permanezcan en la sangre en lugar de filtrarse hacia el
líquido intersticial. Dado que las proteínas permanecen en la sangre, también existen otras
diferencias esta esa y el líquido intersticial; la sangre contiene muchos más iones sodio y menos
iones cloro que el líquido intersticial.
Los LIC y LEC tienen químicamente más diferencias que similitudes. Las diferencias entre
ambos son fundamentalmente químicas y se pueden observar en el gráfico.
Concentraciones de electrolitos y aniones
proteínicos en plasma, líquido intersticial y LIC (en
meq/litro)

160
145
142 140
140

117
120
100 100
100

80

60 50

40 35
27
24
20 20
20 10
15

4 4 5 3 3
0.2 2 2 2 2 1 1 2
0
Na+ K+ Ca++ Mg++ Cl- HCO3- HPO4= SO4= Aniones
Proteinicos

Plasma Líquido Intersticial Líquido Intracelular

Concentraciones iónicas en los líquidos orgánicos.

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