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EMERGENCIA EPISTEMOLÓGICA DE LA COMPLEJIDAD

Javier Adolfo López Terrazas

“Hoy en día, el conocimiento es una realidad que no puede enfocarse solo desde un aspecto,
es una realidad que nos descubre solo en la medida en que lo enfoquemos desde diferentes
perfiles y nos acerquemos a él desde los diversos caminos abiertos por toda la actividad
intelectual”.
Celedonio Ramírez, 1997

1. COMPLEJIDAD Y PENSAMIENTO COMPLEJO

1.1. La complejidad

Desde el punto de vista etimológico, la palabra complejidad es de origen latino, proviene de


“complectere”, cuya raíz “plectere” significa trenzar1, enlazar. El agregado del prefijo “com” añade el
sentido de la dualidad de dos elementos opuestos que se enlazan íntimamente, pero, sin anular su
dualidad. Para Inés Moisset (2003), entre otros, “el planteamiento de la complejidad consiste, en
efectuar un ir y devenir incesante entre certidumbre e incertidumbre, entre lo elemental y lo general,
entre lo separable y lo inseparable. No se trata de abandonar los principios de orden y lógica, sino de
integrarlos en un esquema más amplio y más completo. Por el contrario, complejidad significa
multidimensionalidad, es decir, respeta las diversas dimensiones de la realidad”. Así, la complejidad se
constituye implícitamente en atributo de lo real, sinónimo de lo concreto y antónimo de lo abstracto.
Humberto Maturana (1997) menciona que, “el atributo fundamental de la complejidad consiste en su
autopóiesis o autoorganización contradictoria”.

Uno de los grandes ideólogos de la complejidad, sin duda alguna, es Edgar Morín, para él, “es un
concepto que en si mismo contiene un axioma de incompletud e incertidumbre, que reconoce la
imposibilidad, incluso teórica de una omnisciencia, y alerta sobre las ilusiones de creer que la
complejidad conduce a la eliminación de la simplicidad y el positivismo2” (Morín citado por Lucía
Solís, 2001). Por lo tanto, lo único posible es trazar el camino de este pensamiento en la certeza de que
al mismo momento en que se transcribe, otros autores estarán reformando, ampliando, o contradiciendo
tales afirmaciones, constituyendo todos ellos pensamientos válidos en torno a una realidad que los
contiene. Asimismo, para Niklas Luhmann (1990), también entre otros muchos, “la complejidad como
concepto es evidencia de numerosas incapacidades de la ciencia moderna3: la incapacidad de alcanzar
1
Este término remite al trabajo de construcción de cestas que consiste en trozar un círculo uniendo el principio
con el final de las ramitas.
2
Desde el punto de vista científico, el paradigma que ha predominado a la ciencia moderna en general, es el
positivista. Este paradigma se ha caracterizado en su método por la linealidad, la proporcionalidad, la
certidumbre, el empirismo y, sobre todo, la “disyunción cartesiana” que es la base del método analítico. El
“Discurso del Método” del filósofo Rene Descartes, estableció un programa que se ha intentado llevar
rigurosamente a cabo. Textualmente dice: “[se debe] dividir cada una de las dificultades que se examinan en
tantas partes como sea posible, a fin de resolverlas mejor. Conducir ordenadamente el pensamiento, empezando
siempre por los objetos más simples y fáciles de conocer, para ascender luego, paso a paso, gradualmente, hasta
el conocimiento de los objetos compuestos. Hacer siempre recuentos tan completos y revisiones tan generales
que se llegue a estar seguro de que nada se ha omitido...”.
3
Según Morris Berman (1999), “el atomismo filosófico que ha permeado a la ciencia moderna, reside, a nivel
ontológico, en la idea de que la realidad está formada por distintas combinaciones de pequeñas partes y; a nivel
metodológico, en los procedimientos orientados a dividir (simplificar o analizar) los fenómenos en sus
componentes y estudiarlos”; además para él, esta perspectiva, “ha destruido la continuidad de la experiencia
1
certezas, de formular leyes, de concebir un orden absoluto, de evitar contradicciones, de comprender la
realidad como unidimensional”.

La complejidad también representa: la emergencia de procesos, de hechos (socio-culturales) u objetos


(físicos) multidimensionales, multirreferenciales, interactivos (retroactivos y recursivos), con
componentes de aleatoriedad y azar, que conforman en su aprehensión grados irreductibles de
incertidumbre. Con respecto al último aspecto, el principio de indeterminación o incertidumbre de
Heisenberg4, demostró que no es posible medir exactamente el estado de un sistema,
consecuentemente, no se puede predecir con precisión lo que éste hará en el futuro. “Todo lo que cabe
hacer es predecir las probabilidades de diferentes resultados” (Heisenberg, 1959).

Contraponiéndose al determinismo de la física clásica5, la física cuántica6 ha propuesto entender que la


realidad que se observa no tiene fronteras, sólo existen probabilidades que propician la construcción de
nuevas realidades, que se concretan según la voluntad del actor, el cual actúa como “atractor extraño”
de dichas posibilidades. De este modo, “se ha introducido un elemento inevitable de incapacidad de
predicción, una aleatoriedad en las ciencias exactas” (Hawking, 2001). Gary Zukav, en su libro “La
danza de los maestros”, considerada como la mejor obra divulgativa de la física cuántica, dice: “La
mecánica cuántica nos enseña que nosotros no estamos separados del resto del mundo, como habíamos
creído. La física de las partículas nos enseña que el resto del mundo no es algo que permanece ocioso
allá afuera. Por el contrario, es un brillante campo de continua creación, de transformación y, también,
de aniquilamiento. Las ideas de la nueva física pueden dar lugar a que se produzcan experiencias
extraordinarias cuando son captadas en su totalidad” (Zukav, 1981).

En este contexto, el principio de la incertidumbre aplicado a las ciencias sociales, se desarrolló como
reacción contra la racionalidad rígida sistémica reduccionista y determinista del paradigma mecanicista
y positivista que provocó una segmentación de lo real. Aportó a la construcción de una epistemología
compleja, que reconoce los límites de la elementaridad, la importancia de la temporalidad, la
multidimensionalidad y la transdisciplinariedad. “Esta visión de la realidad, ha conducido al
humana y la integridad de la psiquis humana y conseguido arruinar por completo el planeta”. Los problemas que
acontecen hoy en el mundo, se debe a la perspectiva epistemológica que ha dominado a la ciencia moderna
desde el siglo XVIII, el desencantamiento es intrínseco a la visión científica del mundo, ésta ha dado a la
humanidad una visión distorsionada e incompleta de la realidad, provocando una decadencia social y económica.
Además, que la perspectiva científica predominante en la ciencia ha contaminado y alienado la conciencia del
científico; es decir, le ha cortado la asociación ectásica con la naturaleza, separándole totalmente, el sujeto y
objeto son vistos como antagónicos, el objeto científico es ajeno, distinto y aparte del sujeto investigador.
4
El Principio de Indeterminación o Incertidumbre fue formulado en 1927 por Werner Heisenberg (Premio
Nóbel de Física, 1932), textualmente dice: “no podemos conocer con exactitud y simultáneamente la posición y
la velocidad de una partícula. Cuanto mayor es la precisión con que conocemos una, menor es la precisión con
que podemos conocer la otra”. Para Stephen Hawking (1988), “el principio de incertidumbre marcó el final del
sueño de Laplace de una teoría de la ciencia, un modelo del universo que sería totalmente determinista:
ciertamente, no se pueden predecir los acontecimientos futuros con exactitud si ni siquiera se puede medir el
estado presente del universo de forma precisa”.
5
La física clásica o mecánica newtoniana, es determinista y reduccionista (sistémico y modelístico), opera en
escalas macroscópicas (sistema solar, universo). El aporte de Albert Einstein a través de la Relatividad General,
complementó esta visión al explicar la fuerza de la gravedad en términos de la curvatura de un espacio-tiempo
cuadridimensional.
6
La física cuántica o mecánica cuántica es probabilística: nunca se puede saber con seguridad absoluta en que
se convertirá una cosa en concreto, opera en escalas microscópicas (atómica y partículas). Esta es la paradoja de
la Física contemporánea, existen dos teorías contradictorias (clásica y cuántica), que explican maravillosamente
el universo en dos escalas diferentes (micro y macro).
2
crecimiento de la conciencia de las dualidades intrínsecas en la realidad, de la aleatoriedad y la
pluralidad de las instancias epistemológicas” (Houtart, 2006). Asimismo,esta visión desarrolló dos
orientaciones que se denominaron de tipo post-moderno7: Primero, de rechazo a la modernidad
sustentada en una racionalidad tecno-científica, de existencias de sistemas y estructuras objetivas; por
el contrario, valorizó lo emergente, el sujeto, la historia cotidiana, etc. Segundo, de reconocimiento que
la incertidumbre no significa ausencia de paradigmas y referencias racionales: hoy se rechaza que la
única manera de explicar la realidad sea por medio de la lógica tradicional y la contrastación empírica.

Uno de los aspectos centrales de la complejidad es el reconocimiento que la comprensión de la realidad


es siempre un proceso inacabado y perfectible, es decir, se niega la capacidad de encontrar verdades
últimas. Edgar Morín (citado en Solís, 2001) propone tres principios para pensar de este modo a la
complejidad:

1. Principio dialógico (o de doble lógica): Asocia dos términos que son a la vez
complementarios y antagonistas, por ejemplo: orden y desorden (caos u otro tipo de orden), vida y
muerte, etc.
2. Principio de la recursividad organizacional: Un proceso recursivo es aquel en el cual
los productos y los efectos son, al mismo tiempo, causas y productores de aquello que los produce.
Por ejemplo, la sociedad es producida por las interacciones entre individuos, pero la sociedad, una
vez producida, retroactúa sobre los individuos y los produce. Este principio rompe la idea lineal de
causa-efecto.
3. Principio hologramático: En un holograma físico, el menor punto de la imagen contiene
casi la totalidad de la información del objeto representado. No solamente la parte está en el todo,
sino que el todo está en la parte. De esta manera, se trasciende al reduccionismo que no ve más que
las partes, y al holismo que no ve más que el todo. El todo es más y al mismo tiempo menos que la
suma de las partes.

Los tres principios, también pueden explicarse así: “el principio dialógico es la superación de los
antagonismos en una construcción superior; el principio de la recurrencia son los efectos circulares y en
forma de bucle que afectan a todo fenómeno humano y; el principio halogramático es el que pone de
relieve que el todo está en la parte, del mismo modo que ésta se encuentra en el todo” (Mucchielli,
2001).

Finalmente, el físico David Bohm (2001), antiguo colaborador de Albert Einstein, utilizó la metáfora
del holograma como punto de partida de una nueva explicación de realidad: “el orden plegado”. Según
Bohm, “la realidad clásica se ha centrado en manifestaciones secundarias, el aspecto desplegado de las
cosas, y no en su fuente. Estas apariencias se abstraen de un flujo intangible, invisible, que no se
compone de partes. Se trata de una interconexión inseparable. Bajo la esfera explicada de cosas y
acontecimientos separados se halla una esfera implicada de totalidad indivisa, y este todo implicado
está simultáneamente disponible para cada parte implicada”. En cualquier elemento del universo se
contiene la totalidad del mismo: la parte está en el todo, y el todo está en la parte. Detrás de la
apariencia del orden desplegado existe un orden implicado. Además, para él, “la conciencia
(pensamientos, emociones, deseos, voluntad, toda la vida mental o psíquica) está básicamente en el
orden implicado como lo está la materia, y, por consiguiente, no es que la conciencia sea una cosa y la
materia otra, sino más bien que la conciencia es un proceso material y está ella misma en el orden
implicado, como lo está toda la materia, y que la conciencia se manifiesta en algún orden explicado,

7
El pensamiento postmoderno busca nuevos métodos de razonamiento: el valor frente a lo racional, el
pensamiento analógico frente al analítico, etc.
3
como hace la materia en general”. Según su hipótesis, la diferencia entre la materia y la conciencia se
encuentra en el estado de sutilidad, “la conciencia es posiblemente una forma más sutil de materia y de
movimiento, un aspecto más sutil del holomovimiento”.

1.2. El pensamiento complejo

El pensamiento complejo denominado también “paradigma de la complejidad”, constituye el marco


epistemológico, teórico y conceptual que sirve para el estudio de los fenómenos naturales, humanos y
socio-culturales. Las teorías, conceptos y las situaciones referenciales utilizadas en este pensamiento,
han salido de la sistémica y del constructivismo. Por lo demás, la actitud epistemológica de este
paradigma, se basa en la voluntad de producir conocimientos específicos para las ciencias humanas y
sociales mediante una atención especial para con los actores y las significaciones. “El paradigma de la
complejidad vincula principios o nociones antagónicas que debían repelerse, pero que son indisociables
e indispensables para comprender una misma realidad, para concebir los procesos organizadores y
creadores” (Moisset, 2003).

El pensamiento complejo es, esencialmente, el pensamiento que es capaz de reunir, contextualizar,


globalizar, pero, reconociendo lo singular, lo absoluto y concreto. Es la respuesta del espíritu frente a la
fragmentación y dispersión de los conocimientos que no pueden hacer frente a la emergencia de los
fenómenos complejos. Edgar Morín (1994), junto a otros autores, logró combinar los descubrimientos
de las teorías dinámicas no lineales y dio origen a lo que denominó “teorías de la complejidad”, que en
términos generales consiste en tres aspectos básicos:

1. La autopóiesis. Es aquel fenómeno que en virtud de la fuerte interrelación de los elementos de un


sistema, forman patrones recurrentes adaptables, auto-organizándose con propiedades nuevas y
produciendo un circuito retroalimentario no lineal.
2. La adaptación y coevolución. Es aquella que ubica a los sistemas y a sus agentes en una relación
retrolimentaria, donde el uno condiciona al otro y viceversa. Es imposible pronosticar cómo
evolucionarán los sistemas.
3. Sensibilidad a las condiciones iniciales. Es también conocido como “efecto mariposa” que declara
que los sistemas son tan complejos que la menor causa puede producir efectos asombrosos y
desencadenar sucesos inéditos.

Raiza Andrade et al (2002), en la revisión de varios estudios realizados, y espacialmente, de J. V.


Rubio, concluye que los conceptos y planteamientos más reiterados entre los autores que alimentan el
pensamiento complejo, se concentran en cuatro preceptos fundamentales:

1. Tendencia y capacidad de la naturaleza, los elementos y los sistemas para generar de manera
espontánea: patrones, nuevos comportamientos, sucesos, relaciones, cambios, estados críticos, el
ser y el hacer, la unidad misma del sistema, una nueva realidad dentro de ésta; escalas, pautas,
comportamientos, figuras y cualquier otra modalidad que escapa a los instrumentos y teorías
conocidos hasta la fecha. Estos principios son: amplificación, auto-consistencia, autopoiesis, y
auto-semejanza.
2. Los fenómenos, objetos, sistemas, elementos, partes y procesos, se conectan entre si aun cuando
no tengan conexión directa. Lo que importa son las relaciones, la pauta que todo lo conecta. Así, lo
que destaca son las correlaciones, efectos y causas entretejidos que emergen en un punto crítico en
el filo del caos. De las nuevas formas de conexión, de las rupturas surgen propiedades nuevas. Los
procesos y elementos vuelven sobre sí mismos en bucles, rizos o cascadas de espirales creativas.
Existe una íntima conexión entre sucesos y cosas que los hace, a la vez, causa y consecuencia.
4
Estos principios son: Pauta y conectividad, correlación, criticabilidad, emergencia, recursión y
resonancia.
3. El sistema no tiene límites definidos, ni entre los elementos ni al interior de ellos. La totalidad
del sistema está constituida por el fenómeno observado y el proceso de observación. Los puntos de
control están dispersos, difusos en la estructura de un sistema impredecible. La unidad del sistema
es la complementariedad del sujeto y objeto. El todo está en la parte que está en el todo. Los
fenómenos son despliegues de consciencia y la consciencia despliegue de fenómenos. Las cosas
pueden ser y no ser a la vez; ser implícitos y explícitos, a la vez. Estos principios son: Flujicidad,
impredecibilidad, inclusión, metadimensionalidad, omnijetividad, plegabilidad y paradoja.
4. La epistemología del orden ha cedido el paso a la epistemología de las anomalías. Los
equilibrios posibles son locales y no sistémicos. La naturaleza está deviniendo en artificialeza. Se
ha sobrepasado la metáfora de lo real. Lo que se ve es el acoplamiento estructural entre la estructura
del medio y la unidad. Estos principios son: Artificialeza, morfogénesis y conmensurabilidad.

2. LOS SISTEMAS COMPLEJOS

2.1. La Teoría General de los Sistemas

El pensamiento del biólogo Ludwig von Bertalanffy (1901-1972), plasmado en su clásica obra “Teoría
General de los Sistemas”, constituye el eje de referencia de los actuales puntos de vista sistémicos en
las distintas disciplinas científicas. Su estrategia fue buscar semejanzas en el modo de cómo las partes y
el todo funciona en forma integrada. Este concepto invadió todos los campos de la ciencia y penetró en
el pensamiento y en el lenguaje popular y, además, en los medios de comunicación de masa.

Entre los métodos utilizados por la teoría general de los sistemas, está la inducción, en la cual tiene un
papel sobresaliente la observación. La descripción de un sistema puede ser interna o externa. La
descripción interna de los sistemas remite al concepto de estructura. La característica esencial de los
sistemas es que todo sistema es una organización. Las propiedades formales de los sistemas son: el
crecimiento, la competencia, la totalidad, la sumatividad, la segregación, la mecanización, la
centralización y el orden jerárquico. Otras propiedades de los sistemas son la estabilidad, y la finalidad.

Según el Diccionario de a Real Academia Española, “sistema” es el conjunto de cosas que están
relacionadas entre sí ordenadamente y contribuyen a un determinado objeto. No obstante, desde la
definición simple de sistema expresada por Bertalanffy (1968) “como elementos en interacción” hasta
las más complicadas como la expresada por Hopeman (1974) “como dispositivo, método o esquema
que se comporta de conformidad con alguna descripción, cuya función es operar con información,
energía y materia o con cualquier de esos elementos, en una relación de tiempo, para producir
información, energía o materia o todas estas cosas”; son definiciones que tienen en común, el hecho de
que un sistema es siempre una idea de totalidad compuesta por partes, objetos o componentes
interrelacionados con atributos o propiedades características que establecen la medida del sistema.

Para que un aspecto de la realidad pueda ser definido como sistema, es necesario establecer su función
total o resultante, los elementos que lo componen y las relaciones que se establecen entre ellos para dar
esa función resultante, además, de establecer las descripciones del mismo en tres niveles: 1º Desde el
punto de vista de sus propiedades exteriores y totales; 2º Desde el punto de vista de su estructura
interna y del aporte de sus componentes a la formación de propiedades del sistema como totalidad y; 3º
Desde el punto de vista jerárquico, al considerar el sistema estudiado como subsistema de otro más
amplio o mayor nivel jerárquico. Así, una premisa fundamental de la teoría general de los sistemas, es
la existencia de un orden jerárquico entre los sistemas: desde el más simple hasta lo más complejo.
5
La clasificación de los sistemas al igual que el análisis de los aspectos del mismo es un proceso
subjetivo; depende del individuo que lo hace, del objetivo que se persigue y de las circunstancias
particulares en las cuales se desarrolla. De acuerdo con el planteamiento de Mauricio Alba (1995), los
sistemas pueden clasificarse según el medio ambiente, su naturaleza, su origen, sus relaciones, su
cambio en el tiempo y según el tipo de variables que lo definen.

2.2. Sistemas complejos

a) Se complejiza la clásica teoría de los sistemas

“La noción de los sistemas es antigua, pero ha sido retomada para explicar la complejidad del
conocimiento de la realidad y la constante ampliación de la información, que ha traído como
consecuencia una creciente especialización del saber, con el consiguiente peligro de la dispersión del
mismo y, además, en el otro extremo, también la creciente generalización de la visión holística”
(González, 2002). Sin pretender ser exhaustivo, en esta tesis, se han definido y asumido algunas ideas
sobre esta nueva opción paradigmática, de modo que, se ha considerado principalmente los aportes de
Luhmann.

El sociólogo alemán Niklas Luhmann (1973), reformuló radicalmente la teoría general de los sistemas;
según Arnold (1989), “[él] rompe con la tradición precedente, al sustituir las ideas clásicas de
causalidad sistémica y descartar la supuesta existencia de constantes estructurales”. La propuesta
teórica de Luhmann representa un nuevo modo de pensar la sociedad, la cual es descrita como un
sistema dinámico, auto-referente y autopoiético de comunicaciones, para cuya comprensión incorpora
elementos conceptuales procedentes de la cibernética 8, la teoría de la información9, la teoría de las
estructuras disipativas10, y, principalmente, de la biología, incluyendo los descubrimientos sobre la
autopoises realizados en Chile por Humberto Maturana y Francisco Varela.

Este avance conceptual sistémico permitió pensar, —a diferencia de los sistemas “clásicos”, orientados
a la perspectiva del orden y el equilibrio constante—, en situaciones no lineales, multidimensionales,
multitemporales, multicompuestas, en las que lo “normal” es un desorden que tiende a nuevos e
inéditos niveles de organización. “Difícilmente se podría encontrar una situación más adecuada para
ejemplificar este tipo de sistemas en la ciudad, llena de procesos irreversibles, estructuras disipativas,
caos y auto-organización” (González, 1997).

La perspectiva de Luhmann resulta una opción que, junto con recoger los avances epistemológicos más
relevantes de los últimos años, ofrece un acercamiento que enfatiza lo contingente y, por tanto,
pretende superar las definiciones apriorísticas de elementos, relaciones y fronteras de los sistemas. Este
cambio de perspectiva se relaciona, según este autor, con uno de los principales problemas de la teoría
clásica de los sistemas, cual era asumir que la realidad sistémica constituye un estado provocado por
efectos funcionales, contradiciendo una característica central de los sistemas sociales, que es su no
dependencia incondicional de efectos específicos. Así, es posible reemplazar el estudio formal de
estructuras, elementos y funcionamiento, por la observación particular de su comportamiento real.

8
Propuesta por Norbert Wiener en 1947.
9
Propuesta por Claude Shannon y Warren Weaver en 1949.
10
Llamada también de los sistemas alejados del equilibrio, fue promovida desde principios de los años 60 por el
Premio Nóbel de Ilya Prigogine. Desde su enunciación se comienzan a tener en cuenta los fenómenos en su
interacción con el medio.
6
Uno de los puntos centrales para aproximarse al enfoque propuesto por Luhmann, es la noción de
“complejidad” ubicada en un marco teórico básico dado por la teoría de los sistemas. Sin embargo, el
autor propone un cambio de paradigma al pasar de la distinción de “todo y partes” a la de “sistema y
entorno” (Rodríguez y Arnold, 1991). De este modo, es posible investigar la función de las estructuras
y las de un sistema, sin que sea necesario suponer una estructura global como punto de partida. Como
el sistema ya no se considera algo dado, resulta posible preguntarse por su actividad fundamental, que
es, según el autor, “la comprensión y reducción de la complejidad del mundo circundante” (Luhmann,
1973).

Como los sistemas sociales emergen en términos de identidad y diferencia respecto de un entorno, la
teoría de Luhmann es una teoría de la auto-referencia. Esto implica que todo sistema social se refiere a
sí mismo, tanto en su constitución como en las operaciones fundamentales que lleva a cabo. Al existir
en este enfoque una lógica evolutiva, aunque no un determinismo, el proceso de reducción de la
complejidad —es decir, de construcción del sistema— requiere de tiempo, porque constituye
operaciones de distinción que ocurren en la realidad. Para que esto suceda, un conjunto de personas
debe compartir un determinado significado, desde el cual pueden organizar su interacción, haciendo
posible “lo social”.

Este fenómeno social de significado compartido es asumido en el enfoque sistémico de Luhmann


mediante la idea de contingencia, en relación a que algo puede ser o no ser. En otras palabras, a la
gama de posibilidades de acción que poseen los sistemas psíquicos, es decir los individuos. “El
problema de la contingencia se encuentra virtualmente siempre presente cuando está dado un sistema
psíquico que experimenta sus posibilidades de acción y la necesidad de actuar selectivamente”
(Rodríguez y Arnold, 1991).

Según Luhmann (1990), “los sistemas sociales están compuestos de comunicaciones generadas por un
sentido compartido como unidad básica, y no por personas. Los seres humanos, en consecuencia, no
pertenecen al sistema social, sino a su entorno. Este sistema de comunicaciones no sólo es auto-
referente; también es autopoiético puesto que es capaz de reproducir los elementos de los cuales está
compuesto, es decir, nuevas comunicaciones”. Esto no significa que un sistema social pueda existir sin
seres humanos, sino que, los supone como base. De ahí que Luhmann sostiene que “los sistemas
psíquicos y los sistemas sociales han surgido coevolutivamente, pero constituyendo realidades
clausuradas operacionalmente y auto-referentes, de modo que, lo psíquico no explica lo social, ni lo
social puede explicar lo psíquico”.

Finalmente, Mario Bunge (1995) indica en su libro “Sistemas sociales y filosofía” que la teoría de los
sistemas, sin duda alguna, fue el sustento del enfoque sistémico complejo en las ciencias; siendo así
una manera de concebir las cosas, de abordar y formular problemas. Para él, este enfoque se caracteriza
por concebir todo objeto como una totalidad compleja o un componente de tal. Por consiguiente, quien
adopta este enfoque intenta descubrir los diversos aspectos de una cuestión, así como los problemas
relacionados con ella. Evita así las visiones unilaterales o sectoriales, y las correspondientes soluciones
simplistas. El enfoque sistémico es una alternativa tanto al individualismo (atomismo), como al
totalismo (holismo). Admite además, la necesidad de estudiar los componentes de un sistema pero no
se limita a ellos. Y reconoce que los sistemas poseen características de las que carecen sus partes; pero
aspira a entender esas propiedades sistémicas en función de las partes del sistema y sus interacciones,
así como en función de circunstancias ambientales. En otras palabras, el enfoque sistémico invita a
estudiar la composición, el entorno y la estructura de los sistemas de interés.

b) Definiendo a los sistemas complejos


7
Una definición de los términos que componen la expresión sistema complejo, es la siguiente:
“Llamamos sistema a un conjunto de elementos heterogéneos que funcionan como una totalidad con un
cierto grado de organización. El calificativo de complejo se aplica en los casos en que los elementos del
sistema pertenecen al dominio de distintas disciplinas (ecología, economía, sociología, física, etc.). La
complejidad no surge solamente de la heterogeneidad, ni de la complicación de los elementos
constitutivos, sino de la inseparabilidad de estos, de tal modo que ninguno es entendible si es tomado
por separado y aislado de otros. Es importante señalar que, en esta acepción lo complejo no puede
confundirse con complicado” (S/a, 2001).

Debido a que los sistemas complejos que se estructuran, organizan y auto-organizan, son dinámicos y
evolucionan, es decir, cambian con el tiempo, es clave su abordaje desde lo histórico para explicar su
estado en el momento del análisis. Los sistemas complejos presentan un comportamiento que puede ser
en muchos casos, precisamente el opuesto al que seria intuitivo esperar. A este modo de
comportamiento dinámico, Jay Forrester (1969) denominó anti-intuitivo (counter-intuitive). La
intuición que preside el análisis de los sistemas se ha elaborado a partir del análisis de sistemas simples,
por lo que, las conclusiones que se extraen de la aplicación de esta intuición a sistemas complejos
puede llegar a resultados exactamente opuestos a los que aparecen en la realidad.

“En los sistemas simples, la causa y el efecto se suelen producir, normalmente, de forma cercana en el
espacio y en el tiempo. Por el contrario, en los sistemas complejos, la causa y el efecto no se
encuentran cercanos, a menudo, ni en el espacio ni en el tiempo. Existe una gran multiplicidad de lazos
de realimentación (feedback), de ellos, algunos son positivos y gobiernan los procesos de crecimiento,
mientras que otros son negativos y gobiernan los procesos estabilizadores”. Es interesante resaltar que
debido a la complejidad de las interacciones, la causa de un cierto problema puede estar situada muy
lejos en el tiempo de los síntomas que produce, o puede estar situada en una parte completamente
diferente y remota del sistema. “La estructura del sistema complejo esta dada por las relaciones entre
sus elementos y no por éstos en si mismos ya que entonces seria un simple conglomerado estático y sin
funciones” (García, 1994).

“Al empezar a interactuar diversos sistemas simples, se empiezan a formar sistemas más y más
complejos, hasta que la ciencia actual no puede predecir —computacionalmente— el comportamiento
del sistema. A este fenómeno se le conoce como complejidad emergente: Pero después, dentro de un
sistema empieza a haber regularidades, se auto-organiza, y al percibirse nuevos fenómenos repetitivos,
puede asociarse a un concepto, nombrarse, describirse, y comprenderse, porque el sistema resultante se
ha hecho simple, debido a una simplicidad emergente. Y al interactuar los sistemas simples vuelven a
presentar complejidad emergente y así sucesivamente” (Boisier, 2003). Esta propiedad se refiere a que
la descomposición de sistemas en unidades menores avanza hasta el límite en el que surge un nuevo
nivel de emergencia correspondiente a otro sistema cualitativamente diferente. Edgar Morín (citado por
Arnold, 1989), señaló que “la emergencia de un sistema indica la posesión de cualidades y atributos
que no se sustentan en las partes aisladas y que, por otro lado, los elementos o partes de un sistema
actualizan propiedades y cualidades que sólo son posibles en el contexto de un sistema dado. Esto
significa que las propiedades inmanentes de los componentes sistémicos no pueden aclarar su
emergencia”.

En O’Connor y McDermott (1998), se hace especial referencia al concepto de “propiedad emergente”;


si un sistema funciona como un todo, entonces tiene propiedades distintas a las de las partes que lo
componen y que “emergen” de él cuando está en acción. “Estas propiedades no se encuentran si el
sistema se divide en sus componentes y se analiza cada uno de ellos por separado. Son consideradas
8
características impredecibles y sorprendentes, al igual que únicas y propias de cada sistema. Una de las
ventajas de las propiedades emergentes es que no hace falta comprender el sistema para beneficiarse de
ellas”.

“La complejidad sistémica, considera al conocimiento como un proceso de construcción por etapas o
niveles sucesivos. En el proceso de la generación del conocimiento, el papel del sujeto es lo más
importante ya que es precisamente éste quien estructura y construye la realidad de cierta manera en
función de los esquemas conceptuales previos”. Es decir, en la naturaleza no existen datos observables
“puros”, todo conocimiento involucra una construcción a partir de experiencias previas que a su vez
estructuran nuevos conocimientos. “El nuevo conocimiento no se sustenta en el aumento de la
información, sino en la reinterpretación y reorganización del conocimiento existente a la luz de nuevos
instrumentos de asimilación” (Milán, 1994).

c) Características de los sistemas complejos

Para A. Campbell11 (citado en Cornejo, 1997), algunas características de la complejidad sistémica, son:

1. La complejidad puede ocurrir en sistemas naturales, aquellos diseñados por el hombre e incluso
en estructuras sociales.
2. Los sistemas dinámicos complejos pueden ser grandes o pequeños; de hecho en algunos
sistemas complejos, los elementos grandes y pequeños viven cooperativamente.
3. La forma física puede ser regular o irregular.
4. Como una regla, entre más grande es el número de partes del sistema, existe mayor
probabilidad de ocurrencia de la complejidad.
5. La complejidad puede ocurrir en sistemas disipadores (en contacto con su medio ambiente y
que se desgastan al operar) o conservadores de energía (como el movimiento planetario).
6. Los sistemas no son completamente probabilísticos ni completamente determinísticos; exhiben
ambas características.
7. Las causas y efectos de los eventos que el sistema experimenta no son proporcionales.
8. Las diferentes partes de sistemas complejos están conectadas y afectan una a otra de una
manera sinergética.
9. Existe feedback positivo y negativo.
10. El nivel de complejidad depende de las características del sistema, su medio ambiente, y la
naturaleza de las interacciones entre ellos.
11. Los sistemas complejos son abiertos, en el sentido de que intercambian materia, energía e
información con su medio ambiente.
12. Los sistemas complejos tienden a generar procesos irreversibles.
13. Los sistemas complejos son dinámicos y no se encuentran en equilibrio.
14. Muchos sistemas complejos no son bien comprendidos y frecuentemente generan cambios que
sugieren que las relaciones funcionales que los representan no son diferenciables (de fácil
solución).
15. Existen paradojas como eventos rápidos y lentos, formas regulares e irregulares, y cuerpos
orgánicos e inorgánicos en cohabitación.

Campbell menciona también, que “causa y efecto no son proporcionales; por un lado, un pequeño
efecto puede tener consecuencias significativas y, por otro lado, un gran esfuerzo puede llevar a un
pequeño cambio, a lo que los matemáticos llaman a estos eventos no lineales”.

11
Campbell, A. B. (1993): Applied Chaos Theory: A Paradigm for Complexity. Washington. Academic Press
9
d) Propiedades de los sistemas complejos

Según Baranger (2000), “actualmente la noción de sistema complejo no está delineada en forma precisa
aún. Esto es normal a medida que las personas trabajan más y más en sistemas complejos ganarán
mayor comprensión de sus propiedades en relación a fenómenos emergentes”. Ahora bien, la idea es
algo nebulosa y difiere de autor en autor; sin embargo, “existe un acuerdo bastante completo de que los
sistemas complejos ideales, aquéllos que más nos gustaría comprender, son los biológicos y,
especialmente, los sistemas que tienen que ver con gente: nuestros cuerpos, nuestras agrupaciones,
nuestra sociedad, nuestra cultura”. Según este mismo autor, las propiedades más generales de los
sistemas complejos, son:

1. Los sistemas complejos contienen muchos constituyentes interactuando no linealmente.


2. Los constituyentes de un sistema complejo son interdependientes.
3. Un sistema complejo posee una estructura que atraviesa varias escalas.
4. Un sistema complejo es capaz de comportamiento emergente (la combinación de estructura,
organización y emergencia conduce a la autoorganización, que es lo que ocurre cuando un
comportamiento emergente tiene el efecto de cambiar la estructura o de crear una nueva estructura).
5. Un sistema complejo involucra una interacción entre caos y no caos.
6. Un sistema complejo involucra la interacción entre cooperación y competencia.

Entonces, no teniendo una definición precisa, Baranger intenta transmitir el significado de complejidad
sistémica enumerando las que parecen ser las propiedades más específicas:

1. Autopoiesis. Constituye una teoría elaborada en 1984 por Humberto Maturana Romecín, para
abordar la organización de los sistemas vivos desde el punto de vista biológico para explicar la
organización de los sistemas vivos y que entre ellos se hallan los seres humanos. Para Maturana
(1997), “la autopoiesis es la organización particular que identifica, caracteriza, manifiesta y
determina la existencia de los sistemas vivos, así como sus interacciones e interrelaciones. Un
sistema autopoiético es aquel que se auto-produce, auto-organiza y auto-mantiene de manera
autónomo”. “De manera más clara e intuitiva: un sistema autopoiético es un complejo homeostato,
un instrumento que mantiene una variable dentro de unos límites aceptables” (Ruiz, 2001). La
autopoiesis, es el proceso a través del cual una organización se produce a sí misma, el único
producto resultante es ella misma. Es la propiedad de los sistemas cuyos componentes participan
recursivamente en la misma red de acontecimientos que los producen y contemplan la red de
producción como una unidad espacial en que los componentes existen de una manera real, no
virtual. De este modo, el sistema produce su propia organización (auto-organización) y se mantiene
constituyéndose a sí mismo en el espacio y tiempo. No hay separación entre agente productor y
producto, el ser y el hacer son inseparables.
Según Rodríguez y Torres (2003), son cuatro, por lo menos, las propiedades que caracterizan el
fenómeno autopoiético: 1° Autonomía: Es el requerimiento de creación de una distancia entre el
sistema y el medio circundante. Esto significa que sólo desde la perspectiva del sistema se puede
determinar los es relevante y, sobre todo, lo que es indiferente.; 2° Emergencia: Es el señalamiento
del surgimiento de un nuevo orden. La emergencia del orden modifica la composición interna de
sus componentes; 3° Clausura operativa: Las operaciones son cerradas y cuyos componentes son
producidos al interior de un proceso recursivo. La clausura operativa hace relación directa al nivel
de estabilidad que alcanza una operación, bajo condiciones determinadas y; 4° Autoconstrucción de
estructuras: Dada que la operación del sistema está clausurado, no puede importar estructuras,
entonces, ella misma produce sus estructuras mediante operaciones propias. Todo cambio de
10
estructuras —trátese de procesos de adaptación o de rechazo—, es en última instancia autoinducido
en el sistema.
2. Sinergia. La palabra sinergia viene del griego syn que significa “con” y ergos significa
“trabajo”. En un sistema existe sinergia cuando la suma de las partes del mismo es diferente del
todo, es decir, cuando el estudio de una de las partes del sistema se realiza de manera aislada
entonces no puede explicarse o predecir la conducta de la totalidad. En otros términos, se expresa
así: (2 + 2 = 5). Se le conoce también como la propiedad por el cual la capacidad de actuación de
un sistema es superior a la de sus componentes sumados individualmente. Para que se de la sinergia
en un sistema, debe existir una organización y configuración tal que se de una ubicación y relación
particular entre las partes.
3. Entropía. La palabra “entropía” viene del griego entrope que significa “transformación o
vuelta”. Es un proceso mediante el cual un sistema tiende a consumirse, desorganizarse y morir. Se
sustenta en la segunda ley de la termodinámica que plantea: la pérdida de energía en los sistemas
aislados los lleva a la degradación, degeneración, desintegración y desaparición. Aunque la entropía
ejerce, principalmente, su acción en sistemas cerrados y aislados, afecta también a los sistemas
abiertos; éstos últimos tienen la capacidad de combatirla a partir de la importación y exportación de
flujos desde y hacia el ambiente, con este proceso generan neguentropía (entropía negativa). La
neguentropía surge a partir de la necesidad del sistema de abrirse y reabastecerse de energía e
información (que ha perdido debido a la ejecución de sus procesos) que le permita volver a su
estado anterior (estructura y funcionamiento), mantenerlo y sobrevivir.
4. Retroalimentación. Se conoce también con los nombre de retroacción, realimentación, reinput o
feedback. Es un mecanismo mediante el cual la información sobre la salida del sistema se vuelve a
él convertida en una de sus entradas, esto se logra a través de un mecanismo de comunicación de
retorno, y tiene como fin alterar de alguna manera el comportamiento del sistema.
5. Homeostasis. El término proviene de las palabras griegas homeos que significa “semejante” y
statis que significa “situación”. Para Walter Cannon (1939) a quien se le atribuye el término, “la
homeostasis es el ensamble de regulaciones orgánicas que actúan para mantener los estados
estables de los organismos. La permanencia de estos estados puede mantenerse solamente a través
de retroalimentación negativa, que actúa para reintegrar al sistema dentro de los límites iniciales”.
En otros términos, es la capacidad de los sistemas de mantener sus variables dentro de ciertos
límites frente a los estímulos cambiantes externos que ejerce sobre ellos el medio ambiente, y que
los fuerzan a adoptar valores fuera de los límites de la normalidad. Es la tendencia del sistema a
mantener un equilibrio interno y dinámico mediante la auto-regulación o el autocontrol (utiliza
dispositivos de retroalimentación). Es un proceso continuo de desintegración y reconstitución en el
cual el sistema utiliza sus recursos para anular el efecto de cualquier factor extraño que amenace su
equilibrio.
6. Recursividad. Un sistema posee la propiedad de la recursividad cuando posee elementos
sistémicos con un conjunto de características similares a las que él posee. A nivel matemático o
computacional la recursividad se formula como la definición de un sistema en términos más
simples de si mismo.
7. Equifinalidad. Se refiere al hecho que un sistema vivo a partir de distintas condiciones iniciales
y por distintos caminos llega a un mismo estado final. El proceso inverso se denomina
multifinalidad, en este caso las condiciones iniciales similares pueden llevar a estados finales
diferentes.

Finalmente, el pensamiento de la complejidad puede sintetizarse en el siguiente cuadro de dualidades


básicas que se presentan en cualquier sistema complejo:

Cuadro N° 1
11
Dualidades básicas en sistemas complejos
DUALIDADES EN SISTEMAS COMPLEJOS
Simplicidad Complejidad
Orden Caos
Periodicidad Aperiodicidad
Certidumbre Incertidumbre
Previsibilidad Imprevisibilidad
Continuidad Discontinuidad
Regularidad Irregularidad
Certeza Probabilidad
Linealidad No-linealidad
Estabilidad Inestabilidad
Equilibrio Desequilibrio
Estático Dinámico
Insensibilidad a Sensibilidad a
condiciones iniciales condiciones iniciales
Cuantitativo Cualitativo
Atractor simple Atractor extraño
Geometría euclideana Geometria fractal
Homogeneidad Heterogeneidad
Permanente Disipativo
Determinismo Indeterminismo
Información Entrópico
Reversibilidad Irreversibilidad
Abstracción-formalismo Intuición geometríca
Lineal simple Bifurcación
Dinámica tradicional Dinámica sinergética

Fuente: Elaboración propia

3. TEORÍA DEL CAOS

En 1903, el matemático y físico francés Henri Poincaré, en sus estudios sobre la estabilidad del sistema
solar reconoció la existencia de innumerables fenómenos que no eran completamente aleatorios, que
simplemente no respondían a una dinámica lineal. Así se establece lo que más tarde en 1960, Edward
Lorenz llamaría “dependencia sensible de las condiciones iniciales”12, poniendo de manifiesto la
extrema sensibilidad de los sistemas no lineales en el “efecto mariposa”. Finalmente, fue en la década
de los 70 con Mitchell Feigenbaum en que, gracias al desarrollo de los ordenadores de alta velocidad y
la aparición de importantes resultados matemáticos que se pudo ahondar las ideas revolucionarias de lo
que se conocería como la “teoría del caos”.

“La teoría del caos, es una teoría matemática que se ocupa de los sistemas que presentan un
comportamiento impredecible y aparentemente aleatorio aunque sus componentes estén regidos por
leyes estrictamente deterministas, a esto también se denomina dinámica no lineal”13 (Borondo, 2002).
De este modo y formalmente, “la teoría del caos se define como el estudio de los sistemas dinámicos
no lineales”14 (Monroy, 1997).

12
En el universo, las fluctuaciones, el desequilibrio y el azar generan un orden diferente donde leyes
deterministas y simples pueden producir un comportamiento tan complejo e irregular que parece aleatorio. Esto
significa que una pequeña variación en las condiciones iniciales puede conducir a una desviación
extremadamente grande en el resultado final (Moisset, 2003).
13
Los científicos actuales llaman al comportamiento zigzagueante (cambios imprevistos, irregularidad, y
discontinuidades) como no lineal.
12
Para la teoría del caos —llamados por otros también como paradigma de los procesos—, no existen
sistemas ni 100% ordenados, ni 100% caóticos. Esta teoría acepta tanto el orden como el caos y los
relaciona en una dualidad de la siguiente manera: “En todo sistema ordenado, el caos siempre está
presente o implícito. En todo sistema caótico, el orden siempre está presente o implícito” (Braña,
2003). Entonces, la teoría del caos, como una nueva concepción de la naturaleza, “es un paseo en la
frontera entre el caos y orden, entre azar y la necesidad” (Moisset, 2003).

A diferencia de lo que ocurre en el lenguaje coloquial donde el término “caos” es sinónimo de desorden
o falta de estructura, en términos científicos el caos es un nuevo orden que está descubriéndose en los
fenómenos complejos, donde sus leyes son de gran simplicidad (Borondo, 2002 y Moisset, 2003).
“Aunque parecen evolucionar de forma aleatoria y errática, estos sistemas tienen —en realidad— un
cierto orden interno subyacente. Por eso, aun cuando son impredecibles, también son determinables.
Esto significa que su estado futuro está determinado por su estado actual y obedece estrictas leyes
naturales de evolución dinámica. Pero, estos sistemas son tan irregulares que jamás repiten su
comportamiento pasado, ni siquiera de manera aproximada” (Moriello, 2003).

Esta teoría también se encuentra relacionada con los aportes de Richard Feynman (Premio Nóbel de
Física, 1965), quién introdujo el concepto de la “suma de historias”. La idea era que un sistema no tiene
en el espacio-tiempo una sola historia, como supondría normalmente la teoría clásica no cuántica.
Asimismo, se relaciona con la Teoría de las Catástrofes introducida por René Thom en 1968, como
opción para representar fenómenos con “discontinuidades bruscas” y “rupturas de trayectorias” que no
son descritos satisfactoriamente por las matemáticas tradicionales.

La idea de los fractales está relacionada con la teoría del caos, pues, los objetos fractales forman parte
de una nueva rama de las matemáticas dentro de la teoría del caos, proporcionándole herramientas
geométricas (geometría no euclidiana) de gran valor para describir sistemas complejos con mayor
realismo y detalle. No obstante, los fractales implican caos, pero, el caos no implica fractales.

4. TRANSDISCIPLINA Y COMPLEJIDAD SISTÉMICA

Para Raiza Andrade et al (2002), “los fundamentos e implicaciones filosóficas y epistemológicas del
pensamiento de la complejidad, tienen un carácter transdisciplinar intrínsecamente. La realidad:
ciencias, tecnologías, filosofías, artes, literatura, etc., han contribuido y continúan contribuyendo a la
construcción de este paradigma emergente con un enfoque integral”.

Este continuum transdisciplinar de la complejidad pone de manifiesto, a decir de José Miguel Aguado
(2001), diversos tratamientos teóricos y metodológicos de aquellos conceptos de indudable valor
epistemológico común: información, entropía, neguentropía, auto-organización, caos, catástrofe,
atractor, etc.), así como los principios lógicos con que se conciben sus relaciones posibles:
14
Para Ryszard Rózga (2005), un sistema no lineal es aquel que exhibe una desviación de toda correspondencia
funcional de proporcionalidad directa, es decir, aquel en el que las respuestas no son directamente
proporcionales a una variable dada o cuando las interrelaciones entre cantidades implicadas se expresan
mediante ecuaciones, algunas de las cuales no son lineales y; un sistema dinámico implica un cambio de estado
en el sistema causado por la influencia de fuerzas, generalmente, ajenas al mismo.
Otros autores exponen que un sistema dinámico es una colección de partes que interactúan entre sí y se
modifican unas a otras a través del tiempo. Y por el contrario, si la dependencia interactiva entre las partes de un
sistema es muy sensible —pequeñas variaciones en las condiciones iniciales provocan cambios substanciales en
el resultado final (efecto mariposa)— la dinámica que rige el sistema es no lineal, o que el sistema está sujeto a
una dinámica caótica.
13
complementariedad, hologramático, inclusión borrosa, incertidumbre, etc. De este trasfondo
epistemológico común y de su puesta en escena transdisciplinar se desprenden, además, cuestiones de
indudable valor para la filosofía de la ciencia: el problema de las relaciones sujeto-objeto y sujeto-
sujeto — aunque en definitiva, el problema esencialmente cognitivo es la relación sujeto-realidad—.

Para Charles Francois (2004), la práctica contemporánea en las ciencias, especialmente las sociales y
humanas, ha demostrado que la compleja realidad no puede manejarse mediante el estudio de
características ocasionales y no coordinadas, limitadamente específicas, que ocupan la atención de
múltiples disciplinas especializadas, muy útiles, sin duda, pero cada vez más aisladas unas de otras.
Aún los modelos multidisciplinarios15 e interdisciplinarios16 se han tornando insuficientes. Por lo que,
se ha hecho imprescindible recurrir a un nuevo enfoque organizador, pero, no holístico. No se trata de
una nueva disciplina —como se suele creer y decir—, sino de una nueva metodología de abordaje, de
entendimiento y manejo del tipo de situaciones multifacéticas que se presentan con frecuencia en la
realidad —situaciones no del todo inexistentes en el pasado—.

4.1. Enfoque transdisciplinario

El enfoque transdisciplinario es todavía un modelo incipiente, empieza a desarrollarse con mucha


fuerza a partir del año 2000 después de su planteamiento por primera vez en 1994. Aparece como una
respuesta a la necesidad de superar los abordajes multi e interdisciplinario de la investigación
científica. Conceptualmente, la transdisciplinariedad concierne, como lo indica el prefijo “trans”, a lo
que simultáneamente es: “entre las disciplinas”, “a través de las disciplinas” o “más allá de toda

15
El enfoque “multidisciplinario” llamado también “pluridisciplinario”, surgió en la década del 80’, fue
impulsado por instituciones de desarrollo y de cooperación internacional. Lo multidisciplinario ha sido
conceptualizado como un modelo disciplinar que toma en cuenta varias disciplinas para el abordaje de un
problema común, pero, los objetivos son diferenciados para cada una de las disciplinas que intervienen. Así
también, las conclusiones son la sumatoria de resultados de las disciplinas. Un programa académico,
investigativo o profesional de carácter multidisciplinario, es aquel que combina diferentes conocimientos y
metodologías para estudiar un determinado objeto de la realidad, empero, desde el ángulo particular de cada
disciplina. La investigación multidisciplinaria implica que un grupo de investigadores de diferentes
especialidades cooperan trabajando juntos en un problema dado hacia una meta común, trabajando casi
independientemente y luego juntándose para comparar sus resultados. Ellos permanecen dentro de las fronteras
de su propia disciplina o especialidad. El objetivo trascendental de este enfoque, es buscar la “alta
especialización” de los académicos o profesionales, cada uno en sus respectivas disciplinas. Consecuentemente,
cada experto mientras más especializado esté en un tema, mayor posibilidades tendrá de formar grupos
multidisciplinarios.
16
El enfoque “interdisciplinario”, empieza a aplicarse a inicios de la década de los 90’ ante la necesidad de
superar el enfoque multidisciplinario. Lo interdisciplinario ha sido conceptualizado como un modelo que toma
en cuenta varias disciplinas —igual que el anterior modelo—, pero y además, con la identificación de un
problema común y la formulación de objetivos también comunes. Este enfoque se bosqueja como una síntesis
superadora de la dispersión disciplinar, esto se alcanzaría, mediante la consideración de los diversos análisis y
resultados que obtendrían los profesionales que intervienen.
El aporte fundamental de este enfoque reside en que el problema de investigación ya no se divide en partes desde
cada disciplina, sino que, el abordaje es en equipo, ya que, se mantendría en común el problema y los objetivos.
Para esto, los componentes del equipo son referenciados, por cada uno de los profesionales, respecto a las teorías
y metodologías que se emplearían en cada disciplina. No obstante, en la etapa del estudio o “diagnóstico”, los
profesionales trabajan en forma individual, delimitando las conclusiones desde el ángulo de cada especialidad.
Lo más característico de este enfoque, es la función del coordinador del equipo, pues, en muchos casos es el que
integra y organiza los distintos aportes profesionales por medio de un plan cooperativo.
14
disciplina”. Su finalidad última es comprender la realidad del mundo presente y proponer la unidad e
integralidad del conocimiento

Este enfoque supone un proceso de comunicación, de interacción del equipo científico con otros
grupos, que no necesariamente son profesionales o especialistas en el tema. Pues, involucra de manera
dinámica, en el proceso de producción, a todos los actores: profesionales, pobladores o interesados,
autoridades y otros. “Este enfoque es también entendido como un proceso de auto-formación e
investigación que se orienta hacia la comprensión de la complejidad real de los objetos de estudio y de
su contexto, superando los límites del conocimiento disciplinario” (Checkland, 1993).

“Con respecto al conocimiento, la transdisciplina también admite que más importante que generar lo
que suele llamarse nuevos conocimientos, es tener la capacidad, para aprovechar efectivamente los
conocimientos disponibles” (Brunner, 1993).

4.2. Transdisciplinariedad y complejidad

La transdisciplina entiende que la complejidad no admite un análisis cuyas categorías se deriven


únicamente de la estructura de las disciplinas, tampoco los resultados son susceptibles de reducirse al
saber disciplinar. Trata de romper las fronteras disciplinarias para articular los conocimientos y
metodologías en función de la resolución de problemas de la realidad de una manera más integral y
participativa. Edgar Morin llegó a la conclusión de que resultaría necesario contar con una teoría, un
pensamiento transdisciplinario que se abra a los fenómenos complejos de la realidad, que desarrolle
una metodología transdisciplinaria y que “se esfuerce por abrazar el objeto científico continuo y
discontinuo al mismo tiempo”.

Según Francois (2006), “la transdisciplinariedad es base fundamental para la nueva sistémica y
cibernética, como actitud de búsqueda de la comprensión de la complejidad, aplicada a las entidades y
fenómenos que abarcan e integran múltiples aspectos interconectados en el espacio e interactuantes en
el tiempo, en niveles que van de lo nano y microscópico, a lo macro y megascópico”.

Actualmente, se han desarrollado algunos modelos transdisciplinarios estructurales o funcionales que


son significativos en varias aplicaciones específicas, pueden citarse por ejemplo:

1. La taxonomía de los subsistemas estructurales y funcionales de J. Millar.


2. Los distintos modos de crecimiento (por ejemplo: lineal, exponencial y asintótico).
3. La estabilidad dinámica u homeostasis.
4. Las estructuras y funciones fractales.
5. La autopoiesis por recursividad.
6. La estructuración por disipación de energía.
7. Las catástrofes (o discontinuidades bruscas y rupturas de trayectorias).
8. La equifinalidad (llegando al mismo resultado por caminos diferentes).
9. El aura (o rastros de algún sistema desaparecido).

Estos primeros modelos transdisciplinarios pueden describirse como herramientas para interrogar e
interpretar estados y comportamientos de cualquier clase de entidades organizadas de la realidad. Pues,
cubren un vasto dominio de fenómenos complejos que no pueden interpretarse usando los modelos
tradicionales, como el determinismo causal y lineal. La transdisciplinariedad se interesa en la dinámica
que se engendra por la acción simultánea de varios niveles en la realidad, o lo que Michel Serres (1972)
ha denominado, frente a “todos los dualismos”.
15
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