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M ª Antonia Muriel Criado Tema 52

TEMA 52.- ANATOMÍA Y FISOLOGÍA DE LOS APARATOS DIGESTIVO Y


URINARIO HUMANO. HÁBITOS SALUDABLES. PRINCIPALES
ENFERMEDADES.

1.- INTRODUCCIÓN.
Debido a su reducido tamaño, los seres unicelulares pueden tomar los nutrientes
directamente del medio en el que viven. Sin embargo, en el caso de los organismos
pluricelulares, como el ser humano, no todas las células de las que están compuestos
pueden acceder a los nutrientes, ya que estos forman parte de los alimentos, que, a su
vez, son mezclas complejas de numerosas sustancias que han de ser transformadas para
que el organismo pueda utilizarlas.
Los seres pluricelulares precisan de unos órganos, agrupados en aparatos, que preparen
los nutrientes, los distribuyen a todas las células y que expulsen también los productos
de desecho generados en la actividad celular. Los aparatos implicados en la nutrición
son los siguientes:
- Aparato digestivo. Se encarga de digerir los alimentos y convertirlos en
sustancias más simples, que pasan a la sangre y pueden ser asimiladas por
nuestras células.
- Aparato respiratorio. Se ocupa del intercambio de gases; es decir, de aportar
oxígeno y eliminar dióxido de carbono.
- Aparato circulatorio. Transporta los nutrientes y el oxígeno hasta las células y
retira de estas las sustancias de desecho.
- Aparato excretor. Se encarga de eliminar las sustancias de desecho que
transporta la sangre.

En este tema vamos a conocer un poco mejor la anatomía y fisiología así como, las
principales enfermedades de los aparatos digestivo y excretor, implicados en la
nutrición humana.
Comenzamos, por tanto, con el primer apartado del tema.
2.- ANATOMÍA DEL APARATO DIGESTIVO.
El aparato digestivo se encarga de transformar los alimentos en sustancias más sencillas,
para que puedan ser absorbidos y utilizados por las células, y de eliminar los restos no
digeridos.
El aparato digestivo está formado por dos tipos de elementos:
- El tubo digestivo es largo (mide cerca de 8 m) y presenta una forma variable a lo
largo de su recorrido, ya que se ensancha en algunos tramos y se estrecha en
otros. Comienza en la boca y termina en el ano, y en él se diferencian las
siguientes partes: cavidad bucal, faringe, esófago, estómago, intestino delgado e
intestino grueso.
- Las glándulas accesorias son órganos que vierten sus secreciones en el tubo
digestivo. Estas glándulas son las salivares, que se localizan en la boca; las
gástricas, en el estómago, y las intestinales, en el intestino. El hígado y el
páncreas son, asimismo, dos glándulas de mayor tamaño que vierten sus
secreciones digestivas en el tubo.

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Como hemos dicho el tubo digestivo empieza en la boca que sería la cavidad de entrada
de los alimentos. Contiene la lengua, un órgano musculoso que mueve el alimento y lo
mezcla con la saliva, y los dientes, que sirven para masticar los alimentos. A la boca
vierten las glándulas salivares, que producen la saliva.
Dentro de la boca como he dicho anteriormente tenemos los dientes que son unas piezas
duras encargadas de cortar y triturar el alimento sólido para que sea más fácil de tragar y
digerir. Contienen compuestos de calcio y flúor.
Existen 4 clases de dientes: los incisivos (cortan) los caninos (desgarran), los
premolares (cortan y trituran) y los molares (trituran y muelen). Todos ellos constan de
3 partes principales: corona, cuello y raíz, en las que se pueden diferenciar varios
componentes.
Durante la vida de una persona se suceden dos tipos de dentición. La primera,
denominada dentición de leche, se desarrolla antes de cumplir los 3 años y consta de 20
piezas. Estos dientes suelen caerse entre los 5 y los 6 años, y son sustituidos por la
dentición adulta o definitiva, que consta de 32 piezas, 16 en cada maxilar: 4 incisivos, 2
caninos, 4 premolares y 6 molares.
A continuación, viene la faringe, conducto común al aparato digestivo y el respiratorio.
Por él pasa el alimento desde la boca hacia el esófago. Posee un repliegue, llamado
epiglotis, que impide que el alimento pase a las vías respiratorias.
Esófago; tubo musculoso que comunica la faringe con el estómago. El movimiento de
sus paredes permite que el alimento avance hasta el estómago.
Estómago; ensanchamiento del tubo digestivo, es un órgano con forma de gaita. La
entrada se denomina cardias y la salida píloro (que comunica el estómago con el
intestino delgado). En él se realiza parte de la digestión de los alimentos, gracias a la
secreción del jugo gástrico, producido en los numerosos repliegues de su pared interna.
A continuación, tenemos el intestino delgado; tubo de unos 6 metros de longitud que
se encuentra plegado en la cavidad abdominal. Se extiende desde el píloro, donde se une
con el estómago, hasta la válvula ileocecal, que lo separa del intestino grueso. Sus
paredes internas forman pliegues llamados vellosidades intestinales. Además, para
aumentar la superficie, y con ello, la eficacia de la absorción, la membrana plasmática
de las células que constituyen las vellosidades presenta, a su vez, en la parte dirigida
hacia la luz del tubo, un gran número de repliegues, la microvellosidades. Esto permite
que la superficie total de absorción sea, aproximadamente de 400 m2.
Se divide en 3 regiones: duodeno; porción corta en forma de herradura al que vierten
sustancias producidas por el hígado y el páncreas, yeyuno, el tramo más largo, e íleon o
parte final, que desemboca en el intestino grueso.
El epitelio intestinal de la mucosa está formado por diferentes tipos de células que son:
• Células absorbentes: la membrana plasmática de estas células presenta en su polo
luminal múltiples microvellosidades que confieren el aspecto de ribete en cepillo al
microscopio óptico.
• Células caliciformes: son secretoras de mucina o moco.
• Células endocrinas: son células argentafines, también llamadas células de los gránulos
basales.
• Células indiferenciadas: responsables de la renovación.

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• Células de Paneth: que producen lisozimas, que son defensivas, antibacterianas.

Una vez finalizada la absorción de los nutrientes, los restos de alimentos no digeridos
pasan, a través de la válvula ileocecal, a la última porción del tubo digestivo, el intestino
grueso, que se comunica con el exterior por el ano. A través de sus paredes se absorben
agua y sales minerales. En él se forman las heces con las sustancias digeridas. Se divide
en 3 regiones: ciego, colón y recto. Del ciego sale una prolongación, el apéndice
vermiforme, que forma parte del sistema defensivo.
Y, por último, para terminar con la anatomía del aparato digestivo nos queda por
mencionar las glándulas anejas al tubo digestivo que son:
- Glándulas salivares; que son las encargadas de fabricar saliva y la hacen mediante 3
pares de glándulas: parótidas, submaxilares y sublinguales.
- El hígado: glándula productora de bilis, sustancia que se almacena en la vesícula bilial
y se vierte al duodeno. La bilis ayuda a disolver las grasas.
- El páncreas: glándula productora del jugo pancreático, que es vertido al duodeno y
completa la digestión de los alimentos.
Una vez descrita las partes que forman el aparato digestivo podemos pasar al siguiente
punto del tema donde trataríamos las funciones del aparato digestivo.

3.- FISIOLOGÍA DEL APARATO DIGESTIVO.

Los alimentos que tomamos son, en general, mezclas muy complejas de numerosas
sustancias que no pueden ser utilizadas directamente por las células de nuestro cuerpo,
por lo que antes deben actuar sobre ellas diversos procesos mecánicos y químicos para
transformarlas en compuestos más sencillos.
La preparación de los alimentos se lleva a cabo en el aparato digestivo. Gracias a la
acción de las enzimas digestivas, sustancias producidas por el organismo que se van
mezclando con los alimentos a medida que estos pasan al aparato digestivo, tienen lugar
una serie de reacciones químicas. Este proceso recibe el nombre de digestión.
La digestión propiamente dicha comienza en el estómago pero antes de alcanzar este
órgano los alimentos sufren 3 procesos: la masticación, la insalivación y la deglución.
La masticación constituye un proceso mecánico que consiste en triturar los alimentos
en trozos más pequeños para facilitar los procesos digestivos.
La masticación la realizan los dientes ayudados por la lengua. Los dientes son las
estructuras encargadas de triturar los alimentos. La lengua participa en el proceso de
masticación moviendo el alimento de unos dientes a otros.
Cuando introducimos un alimento en la boca y, a veces, simplemente con verlo u olerlo,
comenzamos a producir saliva, lo que sería la insalivación, un líquido acuoso
segregado por las glándulas salivares, situadas debajo de la lengua y a ambos lados de la
cavidad bucal, que al mezclarse con el alimento triturado por los dientes forma una
masa llamada bolo alimenticio.
La saliva tiene varias funciones:

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- Facilita el paso del bolo alimenticio hacia la faringe y el esófago.


- Inicia la digestión de las moléculas de almidón presentes en numerosos
alimentos (pan, patatas, arroz,…), transformándolas en azúcares más sencillos,
pues contiene amilasa, una enzima digestiva.
- Destruye algunas de las bacterias existentes en los alimentos.
Además de constituir el órgano donde se alojan las células del gusto, la lengua
facilita, con sus movimientos, la mezcla de los alimentos con la saliva.
Una vez formado el bolo alimenticio se produce, gracias a la lengua, su deglución
(la acción de tragar el alimento), es decir, su paso por la faringe, también
denominada garganta, y por el esófago, un conducto que termina en el estómago.
El avance del bolo alimenticio por el esófago se realiza gracias a la contracción de
las capas musculares de su pared, que origina un movimiento característico
denominado movimiento peristáltico.
La entrada del bolo alimenticio en el estómago provoca la contracción de la
musculatura gástrica. El bolo alimenticio permanece en el estómago entre 3 y 4
horas como media y allí se mezcla con el jugo gástrico.
El bolo alimenticio es sometido a la digestión gástrica, que comprende:
- Una acción química, producida por los jugos gástricos segregados por las
paredes internas del estómago. Esto jugos contienen, entre otras sustancias,
ácido clorhídrico, que actúa químicamente sobre los alimentos; además de
pepsina una enzima que comienza la digestión de las proteínas.
- Una acción mecánica, consistente en movimientos peristálticos de las paredes
del estómago, que mueven los alimentos y los mezclan con los jugos gástricos.
Como resultado de esta digestión, se forma una papilla semilíquida, espesa y muy
ácida, denominada quimo, que sale poco a poco del estómago, a través del píloro, y
pasa al intestino delgado.
La secreción del jugo gástrico se produce por la percepción de la comida y por el
contacto de los alimentos con las mucosas bucal y gástrica. Los alimentos que
tardan más tiempo en pasar al intestino son las grasas (más de 4 horas por termino
medio) y las proteínas (3 horas), mientras que los glúcidos solo permanecen en el
estómago una hora y media aproximadamente.
En el intestino delgado tienen lugar la mayoría de los procesos digestivos: en la
cavidad bucal solo se inició la digestión del almidón, debido a la amilasa de la
saliva, en el estómago, la digestión de las proteínas, debido a la pepsina del jugo
gástrico.
Además del jugo pancreático (segregado por el páncreas) y la bilis ( elaborada por el
hígado), el quimo es sometido en el intestino a la acción del jugo intestinal,
producido por las glándulas de la mucosa del intestino delgado, que, al igual que el
jugo pancreático, contiene enzimas capaces de digerir todos los tipos de moléculas
presentes en los alimentos. La mezcla del quimo con estas tres sustancias forma el
quilo.
Los nutrientes resultantes de la digestión, junto con el agua, las sales minerales y las
vitaminas, que no necesitan ser digeridas, tienen que llegar hasta las células; para
ello, deben pasar desde el intestino hasta la sangre, que los distribuirá entonces por

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todo el organismo. En este proceso, denominado absorción, todos los nutrientes son
absorbidos en el intestino delgado, salvo el agua, que es absorbida, posteriormente,
en el intestino grueso.
Los productos de la digestión de las grasas no son recogidos directamente por los
capilares sanguíneos, sino por los capilares linfáticos.
Una vez finalizada la absorción de los nutrientes, los restos de alimento no digeridos
pasan, a través de la válvula ileocecal, a la última porción del tubo digestivo, el
intestino grueso, que tiene un diámetro mayor que el delgado, es más corto y no
presenta vellosidades.
En el intestino grueso se realiza la absorción del agua y la compactación de los
residuos de la digestión para constituir las heces fecales.
Estos residuos alimentarios no digeridos progresan debido a los movimientos
peristálticos y se expulsan al exterior a través del ano mediante la egestión. Las
heces contienen, además de los restos de alimentos, células de la mucosa intestinal y
bacterias.
Para que se lleve a cabo la expulsión de estas sustancias de desecho, que si se
acumulan en grandes cantidades resultarían tóxicas para el organismo, y para ello
necesitan pasar a los diferentes órganos excretores que sería el siguiente punto del
tema.
4.- ANATOMÍA DEL APARATO URINARIO.
Las células para llevar a cabo sus funciones vitales, utilizan los nutrientes obtenidos
en unas reacciones químicas denominadas reacciones metabólicas.
Como consecuencia de dichas reacciones, se producen moléculas de desecho (CO2,
urea, ácido úrico y sustancias tóxicas ingeridas) que son expulsadas al medio interno
que rodea las células.
Estas sustancias de desecho son recogidas luego por la sangre, que las transporta a
los órganos encargados de conducirlas al exterior y que constituyen el aparato
excretor.
Además de eliminar las sustancias de desecho del metabolismo, el aparato excretor
participa también de forma activa en el mantenimiento de las constantes vitales del
organismo, como, por ejemplo, la cantidad de agua de los tejidos, la concentración y
tipo de sales minerales en la sangre y el grado de acidez de esta.
Además, aunque habitualmente se identifica el aparato excretor con el urinario, en la
excreción de los diferentes productos de desecho también intervienen otros órganos
y aparatos:
- Aparato urinario, es el más importante, por lo que, a veces, se le llama
simplemente aparato excretor. Está constituido por los riñones y las vías
urinarias. Elimina productos de excreción a través de la orina.
- Aparato respiratorio: además de proporcionar oxígeno a la sangre, retira de esta
y expulsa al exterior el CO2.
- Hígado: expulsa residuos procedentes de la digestión y de algunos fármacos, que
se excretan con la bilis y son eliminados en las heces.
- Glándulas sudoríparas: son glándulas exocrinas que se encuentran distribuidas
por toda la piel. Producen el sudor, un líquido formado por agua y sustancias de

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desecho de los capilares sanguíneos. Su composición es muy semejante a la


orina (agua, sales minerales y sustancias orgánicas), aunque más diluidas.
Además de su función excretora, el sudor ayuda a regular la temperatura corporal, ya
que al evaporarse enfría la superficie de la piel.
Vamos a ver algo más uno de los órganos más importantes en la excreción de los
diferentes productos de desecho.
El aparato urinario consta de unos órganos, los riñones, que retiran de la sangre las
sustancias de excreción, y de unos conductos, las vías urinarias, que las transportan al
exterior.
Los riñones son 2 órganos en forma de alubia situados en la parte posterior del
abdomen, a ambos lados de la columna vertebral. Cada uno se compone de una parte
externa, llamado corteza renal, otra interna, denominada médula renal, y una cavidad,
conocida como pelvis renal. Esta última recoge la orina, un líquido formado en la
corteza y en la médula que contiene las sustancias de excreción.
Cada riñón humano tiene cerca de un millón de neuronas. En cada una de ellas podemos
distinguir las siguientes partes:
• Glomérulo. Apelotonamiento, en forma de ovillo, de capilares por los que circula la
sangre de la que se van a eliminar los desechos.
• Cápsula de Bowman. Especie de bolsa en forma de horquilla. En él se reabsorbe el
agua y ciertas sustancias, y se excretan otras.
• Túbulo renal. Largo tubo doblado en forma de horquilla. En él se reabsorbe el agua y
ciertas sustancias, y se excretan otras.
• Conducto colector. Es un tubo común a varias neuronas, que conduce la orina formada
hasta la pelvis renal.
Los glomérulos se agrupan en la corteza, y los túbulos en la médula.
Cada riñón recibe sangre oxigenada de una arteria renal; y de cada riñón sale una vena
renal, que lleva la sangre hacia el corazón.
Además de la excretora, los riñones realizan otras funciones fisiológicas ya que
intervienen de un modo activo en la regulación del medio interno y, por otra, segregan
sustancias que estimulan la producción de glóbulos rojos o que regulan la presión
arterial.
Otro de los órganos del aparato urinario, como he dicho anteriormente son las vías
urinarias.
Son los conductos de salida de la orina, que conectan los riñones con el exterior. Son las
siguientes:
- Uréteres; se trata de 2 tubos estrechos que parten cada uno de un riñón,
concretamente de la pelvis renal, y desembocan en la vejiga urinaria, una bolsa
elástica donde se acumula la orina antes de ser expulsada al exterior.
Cuando la vejiga contiene una gran cantidad de orina, se produce un estímulo
nervioso (reflejo de micción) que provoca su contracción y la expulsión de la
orina hacia la uretra.

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- Uretra; es el conducto de salida al exterior. En su parte inicial tiene un esfínter


que permanece cerrado mientras no se produce el reflejo de micción. En los
hombres, se une con un conducto del aparato reproductor; en las mujeres, es
independiente de este.

Una vez descrita la morfología y estructura de los riñones vamos a conocer un poco
mejor su fisiología.

5.- FISIOLOGÍA DEL APARATO URINARIO.


Como sabemos, la función de los riñones es formar, en las nefronas, la orina que será
expulsada al exterior. La orina es un líquido, obtenido a partir de la sangre, que se
componen de agua, sales minerales en proporción variable y diversos productos de
excreción, fundamentalmente urea y ácido úrico.
El proceso de formación de la orina consta de las siguientes etapas:
- Filtración glomerular. Consiste en el paso de sustancias del plasma sanguíneo,
procedente de la arteria renal, desde las finas paredes de los capilares del
glomérulo al interior de la cápsula de Bowman. De esta manera se filtran el agua
y la mayoría de las moléculas que circulan por el plasma sanguíneo: productos
de excreción (urea, ácido úrico…) y sustancias útiles para el organismo
(glucosa, vitaminas…). El líquido filtrado a la cápsula de Bowman es semejante
al plasma sanguíneo, pero sin proteínas.
- Reabsorción tubular. En su recorrido por el túbulo de la neurona, una gran parte
de las sustancias filtradas son reabsorbidas, es decir, retornan a la sangre de los
capilares que lo rodean. Entre esas sustancias se encuentran los nutrientes
(glucosa, vitaminas, aminoácidos…); son, asimismo, reabsorbidas el agua y las
sales minerales necesarias para que se mantenga constantemente su
concentración en la sangre.
Las moléculas de excreción no son reabsorbidas. La reabsorción del agua se
realiza en el asa de Henle, y la de las demás sustancias, en el túbulo proximal. En este
proceso de reabsorción, de cada 125 ml de líquido filtrado solo se produce 1 ml de
orina.

En condiciones normales, diariamente se filtran en los riñones entre 1000 a 1500 ml de


plasma por minuto, aunque nuestro cuerpo solo elimina 1500 ml al día, lo que supone
únicamente el 1%. Esta cantidad de orina eliminada puede variar dependiendo del agua
bebida, la temperatura ambiental, la humedad atmosférica, etc.

6.- HÁBITOS SALUDABLES.

Como sucede con cualquier otro aparato, la alteración de la estructura de los órganos
digestivos o de su funcionamiento provoca anomalías que pueden originar
enfermedades. Para mantenerlo en perfecto estado, es imprescindible seguir diariamente
una serie de normas y hábitos de alimentación e higiene saludables, entre los que se
pueden citar los siguientes:
- Mastica despacio para triturar completamente los alimentos. De esta forma se
facilitan los procesos digestivos posteriores y se estimula la salivación.

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- Cepíllate los dientes después de cada comida, sobre todo después de tomar
sustancias azucaradas, para eliminar los restos de alimentos, y utiliza hilo dental
para limpiar perfectamente el espacio entre los dientes, adonde el cepillo llega
con dificultad. Acude al dentista al menos una vez al año.
- Respeta las horas de las comidas y procura no comer fuera de ellas para no
someter al aparato digestivo a un trabajo continuo.
- No tomes comidas ni bebidas excesivamente calientes, pues pueden producir la
irritación de las mucosas de la boca, de la faringe e, incluso, del esófago, ni
abuses de los alimentos picantes, ya que provocan la irritación de la mucosa del
estómago.
- Lávate las manos siempre antes de comer y de preparar las comidas.
- Asegúrate de que los alimentos y bebida que ingieres están en perfecto estado
para impedir tanto infecciones como intoxicaciones alimentarias.
- Consume alimentos con suficiente cantidad de fibra, que, al estar constituida por
sustancias que no se digieren, como la celulosa, favorece el movimiento
intestinal y permite que el avance de los alimentos y la expulsión de las heces se
efectúen correctamente; de este modo, se ayuda a prevenir el estreñimiento.
- Realiza actividad física de manera habitual, ya que contribuye a prevenir la
aparición de gases intestinales y el estreñimiento.
- Evita las bebidas alcohólicas. La ingesta excesiva de alcohol de forma
continuada produce lesiones irreversibles en el hígado y el páncreas y favorece
el cáncer de estómago y de esófago.
- No fumes. Como sabes, el tabaco contiene un gran número de sustancias nocivas
para la salud. La aparición de cáncer de labio, boca y estómago, así como de
algunos tipos de úlceras, está relacionada con el consumo de tabaco.

Al igual que el aparato digestivo también debemos cuidar nuestro aparato urinario por
tanto, para mantener en buen estado nuestro aparato excretor y evitar problemas en su
funcionamiento, resulta conveniente seguir estas recomendaciones:
- Ingiere agua y otros líquidos en cantidad suficiente para que las sustancias
disueltas en la orina no se encuentren muy concentradas. Así evitas que puedan
precipitar y formar cálculos en el riñón y las vías urinarias. Es recomendable
beber entre 2 L y 2,5 L de líquidos cada día.
- Por la misma razón anterior, no tomes alimentos excesivamente salados.
Tampoco es aconsejable abusar del consumo de vísceras (corazones, hígados,
riñones,…), que aumentan la concentración de ácido úrico en la sangre y, por
tanto, en la orina y pueden llegar a originar cálculos de esta sustancia.
- Evita el consumo de productos tóxicos, incluido el alcohol, y de medicamentos
innecesarios, ya que su eliminación se produce generalmente por el hígado, lo
que somete a este órgano a un trabajo excesivo que puede provocar a largo plazo
la aparición de graves enfermedades.
- Sigue una buena alimentación, practica ejercicio para mantener el tono muscular
y no aguantes las ganas de orinar: acude al baño cuando sientas la necesidad.
- Mantener la higiene. Es importante que la higiene de las vías urinarias sea
adecuada, limpiándolas después de orinar, con el fin de impedir que penetren
microorganismos. Así mismo, debemos conservar en buen estado la piel, ya que
nos protege de lesiones y es una barrera para muchos microorganismos dañinos.
Lavar a diario la piel con agua y jabón evita, además, que se obstruyan los poros
por los que sale el sudor.

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7.- PRINCIPALES ENFERMEDADES.

Las causas de las enfermedades del aparato digestivo son muy diversas. Algunas
parecen tener un componente hereditario, aunque un gran número de ellas son debidas a
factores muy diversos, como el estrés, las dietas inadecuadas, el tabaco o el alcohol. La
gran mayoría de estas enfermedades pueden evitarse si se adoptan determinadas
medidas de prevención, como cuidar la alimentación y mantener unos hábitos de vida
adecuados.
Algunas de las enfermedades del aparato digestivo son: la caries, el estreñimiento, las
úlceras, la gastroenteritis y la cirrosis hepática.
- La caries. Es una enfermedad infecciosa producida por bacterias, que afecta a
los tejidos duros del diente (esmalte, dentina y cemento). Las bacterias presentes
en la boca se alimentan de los glúcidos ingeridos y producen ácidos, que crean
cavidades en los dientes. Reducir el consumo de dulces, cepillarse los dientes
después de cada comida y antes de acostarse, y acudir al dentista de forma
regular son los mejores métodos para prevenir la caries.
- El estreñimiento. Es un trastorno que dificulta la evacuación de las heces. Se
debe a la absorción excesiva de agua por el intestino grueso, lo que origina heces
secas y duras. Sus causas son varias, entre ellas destacan el estrés, ciertos
fármacos y las dietas pobres en fibra vegetal.
- Diarrea. Se produce cuando la masa alimenticia recorre el intestino grueso muy
deprisa al contraerse este de forma rápida e intensa. Las heces fecales son muy
líquidas, ya que no tiene lugar la absorción de agua, y las deposiciones son
frecuentes, por lo que existe el riesgo de deshidratación. Suelen ser consecuencia
de una infección intestinal.
- Las úlceras. Son heridas que se abren en las paredes internas del tubo digestivo.
Se producen principalmente en el estómago y el duodeno. Sus causas son muy
variadas, y entre ellas destacan el estrés y la infección por la bacteria
Helicobacter pylori.
- La gastroenteritis. Es una inflamación de las membranas internas que recubren
el estómago y el intestino. Se debe principalmente a la infección de virus o
bacterias. Causa vómitos, diarreas y malestar en el abdomen. Esta inflamación
hace que gran parte del agua y las sales no sean absorbidas en el intestino, por lo
que las heces se hacen muy líquidas.
- La cirrosis hepática. Es una enfermedad crónica que consiste en una muerte
progresiva del tejido del hígado, lo que conlleva un mal funcionamiento del
mismo. Gran parte de los casos de cirrosis se deben a un consumo excesivo de
alcohol
- Cálculos biliares. También llamados piedras, son partículas sólidas,
constituidas por el colesterol o las sales minerales que se encuentran en la bilis.
Aparecen en la vesícula biliar o en los conductos de salida de la bilis y
ocasionan dolor y alteraciones de la digestión de las grasas.

Y al igual que el aparato digestivo, en el aparato excretor, el mal funcionamiento de


alguna de sus partes origina enfermedades de distinta gravedad.
Algunas de estas enfermedades más destacadas son:
- Enfermedades infecciosas de diversa índole. Entre ellas destacaremos:
Nefritis; se denomina así la inflamación del riñón, sea de origen infeccioso o no.
Sus síntomas característicos son dolor, escalofríos y fiebre. Cistitis; consiste en
una inflamación de la vejiga urinaria, producida generalmente por infecciones,

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que provoca deseos frecuentes y urgentes de miccionar, así como escozor y


dolor. En su tratamiento se emplean antibióticos. Incontinencia; se trata de la
pérdida de orina al realizar movimientos que exigen contraer el abdomen (toser,
estornudar…) o cuando se siente la necesidad de acudir al baño. Interesa saber
que el reflejo de micción puede ser controlado por el cerebro de forma
voluntaria. Gracias a ello, la orina no se expulsa, a pesar de que la vejiga esté
suficientemente llena. Algunas lesiones nerviosas hacen que se pierda esa
capacidad, y las micciones son, entonces, descontroladas.
- Cálculos (piedras). Se trata de estructuras sólidas formadas por la precipitación
de las sustancias que se encuentran disueltas en la orina. Esto ocurre cuando su
concentración es muy elevada y la disolución se satura en exceso. Los cálculos
pueden ser de sales de calcio o de ácido úrico y se forman en la pelvis renal. Si
su tamaño es muy pequeño, se eliminan fácilmente por las vías urinarias sin
demasiados problemas, pero cuando son mayores, pueden obturar los uréteres y
producir un cólico nefrítico, que ocasiona en la persona que lo sufre dolor
intenso, palidez, sudoración y vómitos. Para su tratamiento, es recomendable,
en muchos casos, guardar reposo en cama y tomar medicamentos que disuelvan
el cálculo. En otras ocasiones, las piedras se disgregan con láser o ultrasonidos.
- Insuficiencia renal. Consiste en una filtración insuficiente de la sangre en los
glomérulos de Malpighi, que se traduce en la producción de un volumen de
orina menor de lo necesario y en la eliminación deficiente de las sustancias de
excreción. Esta grave enfermedad provoca náuseas y vómitos e, incluso, ataques
convulsivos, desfallecimientos y, si no se corrige, la muerte. Puede deberse,
entre otras causas, a lesiones renales, a una presión deficiente de la sangre en los
riñones o a una retención de orina producida por bloqueo de las vías urinarias.

8. CONCLUSIÓN.
Como vemos todos los seres vivos, sin excepción, realizan una serie de funciones
absolutamente indispensables para el mantenimiento de su vida. Desde que nos
levantamos hasta que nos acostamos por la noche, realizamos una gran variedad de
actividades y nuestro cuerpo ha estado funcionando a la perfección sin que nos
diéramos cuenta. Por tanto, todas las actividades que realizamos, se pueden agrupar en
tres funciones básicas: nutrición, relación y reproducción.
Para la realización de todas las actividades de la vida es imprescindible el aporte de
energía. Con la función de nutrición el organismo vivo obtiene la materia y energía que
necesita.
Para ello el cuerpo del ser vivo tiene órganos y aparatos especializados en la realización
de estas tres tareas: aparato digestivo, circulatorio, respiratorio y excretor.
Y de nosotros depende el buen funcionamiento de nuestro organismo. Por tanto para
ello debemos mantener una buena alimentación y practicar deporte de forma regular.
Por que como decía Hipócrates: “deja que la comida sea tu medicina y la medicina sea
tu comida”.

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9.- BIBLIOGRAFÍA.
- Ciencias de la Naturaleza. Biología y Geología 3º ESO. Proyecto la casa del saber.
Santillana.
- Antonio Mª. Cabrera Calero, Miguel Sanz Esteban. Biología y Geología 3º ESO.
Oxford Educación.
- www.recursos.cnice.mec.es/biosfera.
- Hipertextos de Biología.

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