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ENTREVISTA ACERCA DE LOS MÉTODOS ALTERNATIVOS DE

RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN CHILE

Doña Yasna Godoy Henríquez, Coordinadora del Centro de Mediación Familiar de


Iquique, Abogada Jefe de la Clínica Jurídica de la Universidad Arturo Prat de
Iquique y profesora titular de la Cátedra de Práctica Profesional en la Escuela de
Derecho de la misma Universidad.

1.- ¿Qué rol juega la mediación en su país o qué validez tiene el acta de
mediación con que concluye este proceso?

Lo primero que tenemos que señalar es que en nuestro país es un requisito de


admisibilidad de la demanda, es un proceso prejudicial, de esta manera, para
poder yo tramitar una demanda en tribunales de Familia, tengo que
necesariamente, y de manera obligatoria, pasar por un proceso de mediación.
Ahora bien, si las partes junto al mediador logran un acuerdo, el mediador (señala
el artículo 103 de la ley que crea los Tribunales de Familia) es quien debe remitir
esta acta de acuerdo de mediación al Tribunal competente para que el Juez de
Familia competente la examine y la apruebe en todo lo que no sea contrario a
derecho, otorgándole el valor de una sentencia ejecutoriada para todos los efectos
legales. Es así que la validez del acta de mediación en nuestro país, tiene el
mismo valor que una sentencia que hubiere sido dictada en un proceso judicial. ¿Y
hay alguna otra materia que usted conozca en el sistema judicial en que
también se aplique la mediación? Saliendo del ámbito del derecho de familia,
nosotros encontramos en nuestro país, la mediación laboral, la mediación
administrativa de salud, la mediación escolar y la mediación penal, válida
consideración de que no tienen el carácter de obligatoriedad que sí tiene la
mediación familiar, a excepción de aquella que se da en el ámbito de la salud, que
es obligatoria, pero debe hacerse una gran distinción dependiendo si el prestador
del servicio médico es público o privado. En el primer caso, como si se tratase de
hospitales o consultorios, esta mediación debe realizarse ante los mediadores del
Consejo de Defensa del Estado. En caso de que el prestador médico sea privado
como una clínica particular por ejemplo, esta gestión se realiza ante un mediador
inscrito en la Superintendencia de Salud Pública (ISP). Vemos entonces que en
esta materia, la mediación también tiene el carácter de obligatoria, como un
requisito de validez para poder incoar un procedimiento judicial.
En materia de mediación penal, la verdad es que el acta de acuerdo de mediación
que el imputado con la víctima celebran, con la anuencia del Juez de Garantía, se
utiliza cada vez más como la base para un acuerdo reparatorio, sobre todo en
delitos o cuasidelitos en los que se hayan provocado daños materiales.

En cuanto a la mediación escolar, la verdad es que no es obligatoria, pero sí se


han implementado una serie de programas en nuestra ciudad que tienen por
objeto realizar en los distintos colegios, capacitación para monitores en mediación
escolar. De todos modos, aquí los actores son triestamentarios; por un lado los
estudiantes, por otro los profesores pero también se incluye a los padres y/o
apoderados del menor. Así, cuando estos tres actores se involucran en el proceso
de mediación, los resultados han sido bastante positivos, sobre todo ahora que en
nuestro país se ha visto un incremento del fenómeno llamado “bullying”. De esta
forma, el proceso de mediación escolar viene de alguna forma, a tratar de mejorar,
ayudar y/o evitar, estas conductas violentas entre los escolares.

2.- ¿Cuáles son las ventajas y/o desventajas de haber adoptado este método
de solución de conflictos?

Las ventajas son variadas. Desde mi punto de vista bastante particular, siento que
la mediación viene a abrir un espacio en un campo en donde las personas son
quienes, a través del diálogo, obtienen su propia solución. Se establece una
modificación en la comunicación que traían hasta el momento y se crea un nuevo
espacio de comunicación o de nueva convivencia incluso. Es un proceso más
rápido; según la ley 19.968, el proceso de mediación puede durar sólo hasta 60
días renovables por otros sesenta. Sin embargo, la práctica a mi me indica, que 30
días es un promedio desde que la persona pide una cita u hora en mediación,
hasta que tiene una resolución donde el Tribunal de Familia aprueba el acuerdo,
por lo tanto, visto desde esa óptica en términos de tiempo, la mediación es tres o
cuatro veces más rápida que un juicio.

Otra de las ventajas son los costos. La mediación familiar por regla general en
nuestro país es gratuita para toda aquella persona que tenga una renta o ingreso
mensual inferior a $750.000 pesos chilenos (US$ 1.500 aprox.), o bien para
quienes coincidan con alguno de los 13 ítems que el mismo Ministerio de Justicia
establece, entre los que encontramos por ejemplo, el hecho de pertenecer a una
familia monoparental, ser de la tercera edad, tener como carga familiar a más de 5
personas, pertenecer a alguna etnia, contar con algún beneficio estatal, entre
otros. Si mi situación se puede encuadrar con alguno de estos ítems, entonces yo
no pago, por tanto la regla general es que quienes son atendidos por los diferentes
centros de mediación familiar, no deben pagar por este concepto.

Otra ventaja a nivel psicológico, es que podemos observar un aumento de la


autoestima en quienes aprovechan este servicio, porque sienten que ellos mismos
fueron capaces de solucionar sus propios conflictos y no que un tercero que es el
Juez, que no los conoce, venga a tomar decisiones por ellos. En ese mismo
sentido me parece que otra ventaja, es que la solución que las partes puedan
alcanzar, es precisamente la mejor solución ¿por qué? Porque ellos son los que
mejor conocen su realidad. Podemos decir que es una sentencia medida y en ese
sentido, si yo me veo involucrada en mi solución, obviamente mi tendencia va a
ser a cumplirla.

Otra de las grandes ventajas es que no es confrontacional, es decir en un juicio,


una de las partes gana y la otra de las partes pierde, y mientras más gana una
parte más pierde la otra. Uno de los grandes objetivos de la mediación es que
ambas partes ganen y que ambas partes salgan con la sensación de que
obtuvieron algo de lo que ellos querían.

Dentro de las desventajas, podría mencionar que no todas las materias son
mediables. Hay materias que, por diversas razones no podemos someter a un
proceso de mediación; todo lo que dice relación con crímenes o simples delitos
que no versen sobre bienes jurídicos disponibles o sobre violencia intrafamiliar
(VIF). También vemos desventajas en aquellos casos en que las partes que se
involucran en un proceso de mediación no son capaces de llegar a un acuerdo, ya
que esta situación trae consigo un sentimiento de frustración. Sienten que no
fueron capaces de llevar con éxito este proceso y por tanto, aflora una sensación
de culpa.

3.- ¿Existe algún criterio de distinción entre materias susceptibles de


mediación obligatoria, voluntaria o prohibida? ¿Cuál es este criterio?

Partamos por las obligatorias, entendiendo por estas los alimentos, el régimen de
comunicación directa y regular y el cuidado personal de los niños, niñas o
adolescentes. Son materias obligatorias porque de una u otra manera reflejan con
mayor fuerza las relaciones de familia, sobre todo cuando hay hijos menores de
edad. Creo que el criterio en este sentido está bien definido, ya que es mejor que
las mismas partes pudieran llegar a un acuerdo sobre quién va a cuidar a los hijos,
quien se hará responsable de su crianza o sobre la periodicidad con que tendrá
contacto el padre no custodio con su hijo, sobre todo si consideramos que este no
sólo es una obligación de los padres sino también un derecho para los niños,
niñas o adolescentes.

Sobre la mediación voluntaria, donde encontramos como ejemplo las


autorizaciones para salir del país de un menor o el cuidado personal declarativo, el
criterio general es que sean materias no contenciosas, por lo que si las partes
están de acuerdo y no existe una prohibición expresa que impida la mediación, es
perfectamente posible llegar a un acuerdo en estas materias, aunque debe
ponerse atención en que todo proceso no contencioso, eventualmente puede
transformarse en contencioso, por lo que, por ejemplo, en el caso de las
autorizaciones para salir del país de un menor, si ambos padres están de acuerdo,
no existe razón para que esta petición llegue al Tribunal de Familia, en cambio, si
el padre no custodio se opone a dicha petición, entonces se frustra el proceso de
mediación y será el Juez competente quien conozca sobre dicha autorización.

Sobre las materias de mediación prohibida, la verdad es que el criterio está dado
porque existen causales que las partes simplemente no pueden mediar, ya que
existe un interés público superior. Acá encontramos por ejemplo, aquellas
materias que dicen relación con el estado civil de las personas o los casos de
violencia intrafamiliar (VIF), en los que claramente por su objeto no se podría
llegar a un acuerdo, sino que el Juez es el único encargado para dilucidar dichos
asuntos. Yo no podría por ejemplo llegar a un acuerdo sobre el estado civil de mi
hijo, y en definitiva, transformarlo de soltero a casado, aún contando con el
acuerdo de todas las partes involucradas. O llegar a un acuerdo sobre si maltraté
psicológicamente o no a mi cónyuge.

4.- ¿Cuáles son las críticas que se le han hecho a este método de solución
de conflictos en base a su experiencia personal y la del foro en general?

La primera gran crítica que se hizo al sistema de mediación familiar cuando estaba
en los inicios de su implementación y tomado desde la mirada del foro en general,
dice relación con que los abogados fueron muy reacios a esta solución
colaborativa, entendiendo yo que en primer lugar no existía mucha claridad
respecto a como se iba a implementar este proceso y entendiendo además que
los profesionales abogados sentían de alguna forma que se les estaba quitando
espacio de trabajo, ya que todas las personas que pudieran llegar a un acuerdo en
el proceso de la mediación era equivalente a menor cantidad de trabajo. Sin
perjuicio de lo anterior y a poco andar de este proceso, lo cierto es que todos los
actores del mismo han sentido que ha sido un aporte o ayuda importante, primero
significa que los Tribunales de familia puedan realizar su trabajo de mejor manera
y que todas las causas que llegan a los Tribunales sean justamente las que deben
llegar, porque antiguamente, cuando no existía la mediación, llegaban muchas
causas al Tribunal de Familia en que las partes estaban de acuerdo en la gran
mayoría o si no en todos los puntos del debate, de modo que existía un desgaste
en todos los actores, llámese jueces, funcionarios, procuradores, abogados,
testigos, peritos y también de insumos. Así, en cinco minutos se terminaba el juicio
y todos los recursos habían sido invertidos en vano.

Otra de las críticas que se ha hecho a este sistema, nace porque muchas veces
los acuerdos no son sustentables en el tiempo, es decir, al poco caminar de
haberse arribado a un avenimiento, éste no se cumple o se incumple por las
partes, y eso significa en términos prácticos que de igual forma esa causa va a
llegar al Tribunal de Familia. Otra de las críticas viene con las estadísticas. Hoy
día, a través del Ministerio de Justicia se dice que sólo el 52% de las causas
iniciadas en mediación llegan a un acuerdo a nivel nacional y que, según este
mismo Ministerio, sería un porcentaje bastante inferior a las expectativas que se
tenían.

5 ¿Quien supervisa los estándares de eficiencia e imparcialidad de los


mediadores dentro de la sala de mediación?

A esta pregunta, no existe una fiscalización inmediata respecto a los mediadores


familiares. En una opinión bastante personal, esto también se debe a que para
poder ser mediador familiar en este país, basta con ser profesional con título de
alguna carrera de ocho semestres mínimo y un curso de especialización en
materias de infancia y adolescencia, es decir no todos los mediadores familiares
son abogados. Esto en la práctica muchas veces hace que los otros profesionales,
sin desmerecer por supuesto ninguna profesión, simplemente no tengan los
conocimientos legales que requiere la tarea. Aquí la mayoría de las veces se
relativiza un poco el trabajo de los mediadores, porque nadie, sólo las partes,
pueden saber la eficiencia o diligencia que tuvo el mediador dentro del proceso de
mediación. Y sobre todo la imparcialidad y la neutralidad, que son características
básicas de todo mediador familiar, por lo que esa supervisión está hoy día un poco
en el limbo.
6 ¿Cuando se rechaza un acta de acuerdo de mediación mediante la
respectiva sentencia, qué recursos judiciales proceden en contra de esta
resolución?

Teniendo el acta de mediación mérito de sentencia firme y ejecutoriada para todos


los efectos legales, hoy día en nuestra legislación no existe ningún recurso judicial
que proceda en contra de dicha resolución, por lo que si el Juez de Familia
rechaza el acta de acuerdo, no tenemos cómo impugnar este acuerdo. Quizá
tenemos otras vías judiciales que pudieran de alguna forma alterar el contenido de
dicha resolución, por ejemplo, a través de un contrato de transacción que de
alguna forma permitiera que nuestro acuerdo tuviera una segunda revisión y con
un poco de suerte, una revisión de un Juez distinto al que rechazó el acuerdo
primero. Recurrir la resolución que rechaza un acuerdo de mediación no existe en
nuestro país.

Por último, me permito señalar que si ponemos en una balanza todas las ventajas
y las desventajas del proceso de mediación familiar, sin lugar a dudas pesan
mucho más las primeras que las segundas, toda vez que como ya he dicho,
siempre será más positivo que sean primero las personas quienes decidan sobre
su futuro y las relaciones de familia de ellos o de sus hijos menores. Es una
ventaja contar con este sistema en nuestro país, considerando que años atrás no
existía, aunque de todas maneras nos quede un largo camino por recorrer en pro
de mejorarlo.

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