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MONUMENTO AL MAR (Vicente Huidobro) Tembloroso en tu gran telaraña esperando la presa.

Lloras sin saber por qué lloras


Paz sobre la constelación cantante de las aguas Y nosotros lloramos creyendo saber por qué lloramos
Entrechocadas como los hombros de la multitud Sufres sufres como sufren los hombres
Paz en el mar a las olas de buena voluntad Que oiga rechinar tus dientes en la noche
Paz sobre la lápida de los naufragios Y te revuelques en tu lecho
Paz sobre los tambores del orgullo y las pupilas tenebrosas Que el insomnio no te deje calmar tus sufrimientos
Y si yo soy el traductor de las olas Que los niños apedreen tus ventanas
Paz también sobre mí. Que te arranquen el pelo
He aquí el molde lleno de trizaduras del destino Tose tose revienta en sangre tus pulmones
El molde de la venganza Que tus resortes enmohezcan
Con sus frases iracundas despegándose de los labios Y te veas pisoteado como césped de tumba
He aquí el molde lleno de gracia Pero soy vagabundo y tengo miedo que me oigas
Cuando eres dulce y estás allí hipnotizado por las estrellas Tengo miedo de tus venganzas
He aquí la muerte inagotable desde el principio del mundo Olvida mis maldiciones y cantemos juntos esta noche
Porque un día nadie se paseará por el tiempo Hazte hombre te digo como yo a veces me hago mar
Nadie a lo largo del tiempo empedrado de planetas Olvida los presagios funestos
difuntos Olvida la explosión de mis praderas
Este es el mar Yo te tiendo las manos como flores
El mar con sus olas propias Hagamos las paces te digo
Con sus propios sentidos Tú eres el más poderoso
El mar tratando de romper sus cadenas Que yo estreche tus manos en las mías
Queriendo imitar la eternidad Y sea la paz entre nosotros
Queriendo ser pulmón o neblina de pájaros en pena Junto a mi corazón te siento
O el jardín de los astros que pesan en el cielo Cuando oigo el gemir de tus violines
Sobre las tinieblas que arrastramos Cuando estás ahí tendido como el llanto de un niño
O que acaso nos arrastran Cuando estás pensativo frente al cielo
Cuando vuelan de repente todas las palomas de la luna Cuando estás dolorido en tus almohadas
Y se hace más oscuro que las encrucijadas de la muerte Cuando te siento llorar detrás de mi ventana
El mar entra en la carroza de la noche Cuando lloramos sin razón como tú lloras
Y se aleja hacia el misterio de sus parajes profundos He aquí el mar
Se oye apenas el ruido de las ruedas El mar donde viene a estrellarse el olor de las ciudades
Y el ala de los astros que penan en el cielo Con su regazo lleno de barcas y peces y otras cosas alegres
Este es el mar Esas barcas que pescan a la orilla del cielo
Saludando allá lejos la eternidad Esos peces que escuchan cada rayo de luz
Saludando a los astros olvidados Esas algas con sueños seculares
Y a las estrellas conocidas. Y esa ola que canta mejor que las otras
Este es el mar que se despierta como el llanto de un niño He aquí el mar
El mar abriendo los ojos y buscando el sol con sus pequeñas El mar que se estira y se aferra a sus orillas
manos temblorosas El mar que envuelve las estrellas en sus olas
El mar empujando las olas El mar con su piel martirizada
Sus olas que barajan los destinos Y los sobresaltos de sus venas
Levántate y saluda el amor de los hombres Con sus días de paz y sus noches de histeria
Y al otro lado qué hay al otro lado
Escucha nuestras risas y también nuestro llanto Qué escondes mar al otro lado
Escucha los pasos de millones de esclavos El comienzo de la vida largo como una serpiente
Escucha la protesta interminable O el comienzo de la muerte más honda que tú mismo
De esa angustia que se llama hombre Y más alta que todos los montes
Escucha el dolor milenario de los pechos de carne Qué hay al otro lado
Y la esperanza que renace de sus propias cenizas cada día. La milenaria voluntad de hacer una forma y un ritmo
También nosotros te escuchamos O el torbellino eterno de pétalos tronchados
Rumiando tantos astros atrapados en tus redes He ahí el mar
Rumiando eternamente los siglos naufragados El mar abierto de par en par
También nosotros te escuchamos He ahí el mar quebrado de repente
Cuando te revuelcas en tu lecho de dolor Para que el ojo vea el comienzo del mundo
Cuando tus gladiadores se baten entre sí He ahí el mar
Cuando tu cólera hace estallar los meridianos De una ola a la otra hay el tiempo de la vida
O bien cuando te agitas como un gran mercado en fiesta De sus olas a mis ojos hay la distancia de la muerte.
O bien cuando maldices a los hombres
O te haces el dormido
ODA AL MAR (Pablo Neruda plantación de tus vidas, guardará tu cintura,
tus trigos y tus uvas, plantaremos
Aquí en la isla tus bueyes, tus metales, en tu jardín profundo
el mar el esplendor mojado plantas
y cuánto mar. y el fruto sumergido. de cemento y acero,
Se sale de sí mismo te amarraremos
a cada rato, Padre mar, ya sabemos pies y manos,
dice que sí, que no, cómo te llamas, todas los hombres por tu piel
que no, que no, que no, las gaviotas reparten pasearán escupiendo,
dice que si, en azul, tu nombre en las arenas: sacándote racimos,
en espuma, en galope, ahora, pórtate bien, construyéndote arneses,
dice que no, que no. no sacudas tus crines, montándote y domándote
No puede estarse quieto, no amenaces a nadie, dominándote el alma.
me llamo mar, repite no rompas contra el cielo Pero eso será cuando
pegando en una piedra tu bella dentadura, los hombres
sin lograr convencerla, déjate por un rato hayamos arreglado
entonces de gloriosas historias, nuestro problema,
con siete lenguas verdes danos a cada hombre, el grande,
de siete perros verdes, a cada el gran problema.
de siete tigres verdes, mujer y a cada niño, Todo lo arreglaremos
de siete mares verdes, un pez grande o pequeño poco a poco:
la recorre, la besa, cada día. te obligaremos, mar,
la humedece Sal por todas las calles te obligaremos, tierra,
y se golpea el pecho del mundo a hacer milagros,
repitiendo su nombre. a repartir pescado porque en nosotros mismos,
Oh mar, así te llamas, y entonces en la lucha,
oh camarada océano, grita, está el pez, está el pan,
no pierdas tiempo y agua, grita está el milagro.
no te sacudas tanto, para que te oigan todos
ayúdanos, los pobres que trabajan
somos los pequeñitos y digan,
pescadores, asomando a la boca
los hombres de la orilla, de la mina:
tenemos frío y hambre "Ahí viene el viejo mar
eres nuestro enemigo, repartiendo pescado".
no golpees tan fuerte, Y volverán abajo,
no grites de ese modo, a las tinieblas,
abre tu caja verde sonriendo, y por las calles
y déjanos a todos y los bosques
en las manos sonreirán los hombres
tu regalo de plata: y la tierra
el pez de cada día. con sonrisa marina.
Pero
Aquí en cada casa si no lo quieres,
lo queremos si no te da la gana,
y aunque sea de plata, espérate,
de cristal o de luna, espéranos,
nació para las pobres lo vamos a pensar,
cocinas de la tierra. vamos en primer término
No lo guardes, a arreglar los asuntos
avaro, humanos,
corriendo frío como los más grandes primero,
relámpago mojado todos los otros después,
debajo de tus olas. y entonces
Ven, ahora, entraremos en ti,
ábrete cortaremos las olas
y déjalo con cuchillo de fuego,
cerca de nuestras manos, en un caballo eléctrico
ayúdanos, océano, saltaremos la espuma,
padre verde y profundo, cantando
a terminar un día nos hundiremos
la pobreza terrestre. hasta tocar el fondo
Déjanos de tus entrañas,
cosechar la infinita un hilo atómico

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