veintisiete años, de servicio misional entusiasta. En febrero, Marie-Claire resbaló y se fracturó un pie. Dos semanas después, Claude se cayó mientras trabajaba en el hogar misional y también se rompió un pie. Así que a ambos les tuvieron que enyesar un pie: a Marie-Claire el derecho, y a Claude el izquierdo. Él comentó en son de broma: "Es que siempre nos ha gustado hacer las cosas juntos".
El yeso de Claude le permitía cierta movilidad,
pero Marie-Claire tuvo que permanecer en casa varias semanas. Aunque consiguió impartir cursos bíblicos a cuatro de sus doce estudiantes en el hogar misional, anhelaba participar en otras facetas del ministerio. Por ello, decidió que se sentaría junto a una mesa llena de publicaciones a la entrada del hogar misional y hablaría con los transeúntes. En marzo pasó ochenta y tres horas junto a la mesa. ¿Bendijo Jehová su iniciativa? Ese mes distribuyó 14 libros, 452 folletos, 290 revistas y más de 500 tratados.
Georgia. Dos precursores jóvenes decidieron
mudarse a una región montañosa del país donde hay pocos Testigos. Se pusieron a predicar de pueblo en pueblo, y la reacción al mensaje fue muy buena. Distribuyeron centenares de publicaciones y empezaron muchos estudios bíblicos. Cuando los hermanos comenzaron a predicar en las montañas, tenían pocas provisiones y no sabían dónde dormirían. Pero siempre obtenían lo necesario. La gente de los pueblos los invitaba a pasar la noche en sus hogares y los alimentaba. En ocasiones, incluso las personas que no querían escuchar el mensaje los invitaban a dormir en sus casas y a comer con ellas. Posteriormente se nombró a estos hermanos precursores especiales en este territorio. Como dirigían tantos estudios, pusieron un límite razonable al número de estudiantes que podían atender. No es raro que las personas los aborden en la calle y les pidan un curso bíblico, y a pesar de haber puesto un límite, cada precursor conduce, como promedio, más de veinte estudios al mes.
Nueva Zelanda. Dos hermanas visitaron una
organización estatal de ayuda familiar y solicitaron una cita con la directora. Antes de la cita prepararon un "paquete familiar" especialmente diseñado para incluir publicaciones que le pudieran ser de utilidad a la directora en su trabajo con las familias. El paquete constaba de los libros El secreto de la felicidad familiar y Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas, además de dos números de la revista ¡Despertad!: el de agosto de 2007, cuya serie de portada se titulaba "Siete pasos para ser mejores padres", y el de octubre de 2007, que presentaba la serie "Padres, protejan a sus hijos".
Durante la visita, las Testigos explicaron a la
directora que nuestra obra es de carácter voluntario y que estamos profundamente interesados en ayudar a las familias, sobre todo en sentido espiritual. Dedicaron también algún tiempo a enseñarle el contenido del paquete. Ella escuchó, aceptó las publicaciones y dijo que le gustaría compartir la información con sus 35 empleados. Añadió que los artículos de ¡Despertad! beneficiarían a las 503 familias que constaban en sus registros. Las hermanas lograron reunir 557 ejemplares de los dos números de ¡Despertad! Dos semanas después recibieron una llamada telefónica informándoles de que se habían enviado todas las revistas a las familias.