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Al Encuentro Con El Maestro-Anciano Juan
Al Encuentro Con El Maestro-Anciano Juan
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Al encuentro
encuentro
con El
El Maestro
Maestro
El relato
de una peregrinación a través de los tiempos,
donde todo es posible,
incluso el encuentro con el Maestro
que nos espera en cualquier recodo del Camino.
Anciano Juan
Juan
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Usted es libre de:
Copiar, distribuir y comunicar públicamente la obra.
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/deed.es
El Autor
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Mi eterno agradecimiento a quienes
desde ambos lados
lados del velo
hicieron
realidad estos escritos.
Anciano Juan
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Escrito I
1º parte
LA VOLUNTAD
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1- Hoy aquí
Nada poseo.
Mis manos vacías están.
No tengo sabiduría.
Sólo sé que nada sé,
mas en tus manos deposito mi pequeño espíritu
para que con él haga nuestro Padre su voluntad.
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2- Padre
Padre,
en este mundo donde tanto se habla de ti,
unas veces con bondad,
con conocimiento y amor,
otras con vanidad e ignorancia.
Donde muchos se autoproclaman seguidores de la verdadera
iglesia y rechazan sin dudar a su hermano.
Donde te catalogan y establecen normas que tus hijos
nunca manifestaron.
Un dios creado a medida del humano,
Un dios frustrante e inalcanzable.
Un dios que nada tiene que ver contigo,
Padre.
Tú, Padre,
estás aquí entre tus hijos porque nunca nos abandonaste.
Nos creaste a tu imagen y semejanza.
Y hoy,
aquí y ahora podemos conocerte,
conocernos si así lo anhelamos con la suficiente
humildad de corazón.
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3- El Hijo pródigo
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4- Ayer me contaron
Nunca se fue,
está en cada uno de nosotros,
ahora más que nunca.
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5- Es asunto tuyo
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6- Contigo gloria alcanzada
En tu grandeza, Padre,
al ciego convirtiendo en visionario.
Únicamente Tú importas,
sólo tu Palabra.
La persona muere,
sin ti ya no es nada,
contigo gloria alcanzada.
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7- La Voz
La Voz siguió:
—¡La semilla que plantaste en tu jardín ha crecido lo suficiente
para dejar ver su hermosura, sal a verla!
A medio despabilar, abrí la puerta, salí, bajé unos escalones y
me encontré en medio del jardín. No veía nada fuera de lo normal
por más que miraba a mi alrededor, algunos arbustos y un ciprés
dejando entrever la luna llena en medio del infinito.
La Voz continuó:
—Como siempre, andas un poco despistado, no es con los ojos
físicos con los que has de mirar, son los del alma los que debes
usar, mantente un momento en silencio, agudiza un poco el oído y
escucha.
Así lo hice, lentamente mi respiración era más pausada, aparte
de ello todo era silencio. Pensé:”no escucho nada”.
La Voz me dijo:
—¿Estás seguro que no oyes nada?
Volví a “mi” silencio. Escuché entonces los latidos de mi
corazón, al principio agitados, aunque la calma no tardó en llegar.
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Acabé cerrando los ojos sentado en un banco. Los minutos
pasaban, o eso me parecía a mí.
Una música muy suave, un sonido indescriptible pero hermoso
me puso el bello de punta. Me pareció que todo se movía a mi
alrededor, al instante me encontré en pie… ¡frente a mi mismo!
No podía creer lo que estaba viendo, ahí estaba yo, sentado con
los ojos cerrados y a la vez en pie, creía que me estaba volviendo
loco. Y de pronto volví a escuchar la misma melodía, me serené
sin saber cómo.
—¡Empieza a caminar!
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Escrito I
2ª parte
EL AMOR
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8- La hora del viento
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9- El Mar de Galilea
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comenzaban su cantinela y el sonido suave del agua acariciando
la orilla eran un bálsamo para mi cuerpo cansado.
La primavera se dejaba entrever. La noche era templada. La
vegetación se mezclaba con la árida tierra alfombrándola con su
verdor. La luna creciente se asomaba a través de los montes
cercanos, reflejándose su luz en las tranquilas aguas.
Me senté a la orilla dejando que mis pies se mojaran. Una vez
más los recuerdos reaparecían…
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quienes para no salir de nuestra prisión tejemos una telaraña
donde nos dejamos atrapar, y le ponemos nombres que ocultan la
podredumbre que encierran.
—Eres libre si así lo deseas con todo tu corazón, con toda tu
alma, con todo tu ser.
—Sólo hay un camino, el de la verdad. La verdad de que eres mi
hermano. La verdad de que somos hijos del Creador… nuestro
Padre.
—Él nos ha dado la vida, nos ha dado lo más preciado que un
padre puede tener; se ha dado a sí mismo, se ha entregado por
entero a los mundos que ha creado, se ha fundido con ellos.
—Y tú, mi pequeño hermano, no eres menos que la Luna que
contemplas, ni el Sol que alumbra tus días. Él habita en ti, como
tú habitas en Él. Este es el Reino que quiero que descubras, no
importa si hoy o en otro tiempo, solamente depende de ti.
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10- El Templo de Jerusalén
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Transitamos por las calles empedradas, los puestos apostados a
ambos lados ofrecían sus mercancías, el griterío era constante. En
aquella ocasión no estaba solo, varios amigos me acompañaban y
el Maestro nos esperaba. Sabíamos que el Sanedrín se reuniría.
Roma estaba nerviosa pues el imperio en oriente no iba todo lo
bien que esperaban, levantamientos contra su opresión ocurrían
cada poco tiempo, había que atajar el problema de raíz.
Allí estaba Él, esperándonos junto a la fuente, aún sentado
destacaba por su altura y porte. Nos saludamos efusivamente, un
abrazo dado con corazón, el reencuentro de viejos amigos.
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hermano, no basta con que le pida perdón, si éste no se perdona a
si mismo vivirá en un infierno aquí en la Tierra. Si no lo hace así
su corazón se convertirá en una dura roca. Entonces atraerá para
sí lo que mal llamáis infortunio, desgracias, cuando sólo son el
medio que el Espíritu emplea para ablandar y volver a hacer de
carne y sangre su corazón, de luz y fuego su alma.
—Si permites que tu Templo sea ocupado por la codicia, la
avaricia, la soberbia, la mezquindad, el egoísmo. Si dejas que los
mercaderes del Templo se adueñen de tu Hogar y te arrojen fuera
de él. ¿Qué quedará de ti? ¿A dónde irás?
—Tu Hogar, tu Templo, es la Casa de mi Padre, os fue dada para
que hicierais de ella el lugar donde se reúnen el Cielo y la Tierra.
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11- Todo tiene su tiempo y su momento
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inescrutables. Tras los saludos nos sentamos, José nos tenía
preparado un banquete como si de una boda se tratara. Las
mujeres andaban como locas, atareadas de un lado a otro llevando
los manjares.
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tristeza qué reales eran sus advertencias y no las supimos ver con
claridad.
Vivimos en la actualidad en un mundo dividido en millones de
parcelas de pequeñas verdades. Cada uno percibiendo la nuestra
como la única, la verdadera, y siendo capaces de defenderla hasta
con nuestra vida si fuera necesario. No tengo más que girar la
cabeza y ver en que se ha convertido hoy Jerusalén: un símbolo
de la división de religiones, culturas, de hermanas y hermanos.
Triste destino el que estamos viviendo, pero no es tarde. Las
voces de quienes clamaban en el desierto se han adentrado en las
ciudades. Y en silencio, como un ladrón en la noche, entran en
cada morada instalándose, esperando con paciencia el suave
despertar, el amanecer de un nuevo día.
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12- María de Magdala
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de manifestarlo públicamente. Él nos ama a todos por igual, sin
ninguna distinción.
El Maestro nos conocía aún mejor que nuestros padres, sabía de
nuestras debilidades y nos trataba con sumo cariño y respeto. Era
paciente y no dejaba de decirnos que en cada uno de nosotros
estaba en plenitud la grandeza del Universo. Claro que, no todos
lo interpretábamos del mismo modo, nuestras personalidades a
veces hacían que la humildad que Él nos solicitaba tan
encarecidamente, no surgiera.
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olvides que tras ellos un solo Espíritu les alienta, nuestro Padre
vive en Él por siempre. No lo olvides María de Magdala.
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13- El rostro de un niño
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Continuó señalando:
—¡Fíjate en sus almas inocentes, limpias! Aun así, en ellas
llevan latente el conocimiento adquirido. El grado de amor que
sienten es innato en ellos. Son las lecciones aprendidas con otros
rostros en otros caminos recorridos. Nada se pierde para el
Espíritu que les alienta.
—Mi Padre nos hizo semejantes a Él, eternos. Y eterno es el
aprendizaje de sí mismo.
—El rostro del Hijo es el rostro del Padre, porque Uno es su
Espíritu e infinitas sus manifestaciones. Cuando yo me vaya al
Padre, algunos de vosotros permaneceréis aquí y tendréis
nuevamente rostros de niñas y niños, de mujeres y hombres.
Subiréis con cada rostro que mostréis un peldaño en la escala que
os conduce a mi Padre, a vosotros mismos.
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nosotros con Él. Sin embargo sólo lo parecía, una vez más me leía
mis pensamientos.
Me miró y dijo:
—Nada temáis, nada ocurre bajo la capa del cielo sin que lo
permita nuestro Padre, si yo quiero que algunos de vosotros
permanezcáis, estáis cumpliendo su Voluntad. Ésta la aceptaréis
libremente pero antes habréis de morir para el mundo. Yo os
enseñaré el camino, vosotros le habréis de andar. Volveréis a
nacer no sólo de la carne y la sangre sino en Espíritu.
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14- Por las tierras de Judea
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El Maestro salió a paso ligero. Tomé mi cayado y los tres le
seguimos intentando alcanzarle. Enseguida dejamos atrás las
últimas viviendas de Jerusalén, tomando el camino hacia el norte,
el que lleva Samaria. Él redujo el paso y se lo agradecimos y al
cielo también, pues unas nubes casi le cubrían por completo.
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Nos apartamos del camino y junto a unas rocas nos sentamos.
María sacó de una bolsa pan ácimo y lo repartió. Aunque
estábamos acostumbrados a comer austeramente, nuestro cuerpo
nos lo agradecía.
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15- Pedid al Padre
Finalizó diciendo:
—Ahora os dejo en vuestro silencio, después empezaremos a
caminar hacia nuestro destino…
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Nos quedamos una vez más callados y sumidos en nuestros
pensamientos.
Recordé las palabras del Maestro: “El que quiera seguirme, que
renuncie a sí mismo, tome su cruz y que me siga”.
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Entonces —preguntó María—, ¿por qué vivimos sumidos en el
caos que produce el sufrimiento cuando podemos vivir en paz y
armonía?
Él contestó:
—Porque nacimos libres y vivimos las consecuencias de esta
libertad. Aprendemos de nuestras experiencias, errando y
acertando nos hacemos a nosotros mismos. Cada uno somos
únicos y nadie puede hacer el trabajo por nosotros.
―Elegimos estar viviendo en un profundo sueño o despertar de
él.
―Somos como esta planta —señaló un matorral—. Eligió el
desierto para vivir, en él encuentra su sustento, no obstante el
viento le trae aromas de otras tierras y le recuerda que un día las
lluvias también le pueden alcanzar sólo con pedirlo.
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A pesar de ser de mayor edad que el resto no le alcanzamos. Nos
dimos por vencidos y proseguimos andando, silbando, alegres.
María cantaba una vieja canción de cuna.
¡Qué lejos queda la infancia! —dijo Pedro.
—¡Correcto! ¡Estamos creciendo! —Contestó el Maestro.
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16- Maayane la samaritana
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—No te arrodilles mujer, pues tú y yo somos hijos del mismo
Padre, hermanos, iguales a los ojos de Dios y ante los hombres.
El Maestro le besó en la frente y nos presentó como a sus
hermanos.
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que el Maestro aceptó con agrado. Él sabía que a pesar de su
pobreza no podría rechazarlos, era la pureza de su corazón lo que
compartía.
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17 (alfa)- El Monte Tabor
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pasos de mí rodeado por una aureola de luz dorada, permanecía
inmóvil y en silencio. Entonces su Ser se iluminó y ante mis ojos
apareció una paloma blanca revoloteando, ésta acabó posándose
frente a mí.
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Me levanté y salí estando entre dos universos.
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17 (omega)- La transfiguración
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El Sol quedaba a nuestra espalda mientras ascendíamos por el
camino a la cumbre del monte Tabor. Desde su cima divisábamos
las colinas donde se asienta la aldea de Nazaret. El Maestro se
quedó un largo rato mirándolas.
Aprovechamos para acomodarnos en una choza, seguramente
construida por pastores; estaba repleta de paja y nos haría más
cómodo el lecho. María y yo nos ocupamos de prepararlo. Pedro
mientras buscaba un poco de leña, así se lo pidió el Maestro, pues
nos aseguró que la noche sería larga.
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más premura alrededor de su cuerpo, tanto que se convirtió en un
torbellino, una danza llena de luz viva ahora transformada en
luminosidad blanca. Un rayo de luz emergía de su cabeza
ascendiendo hasta el firmamento.
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Su Luz nos envolvió y nos sumimos en un dulce sueño.
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Escrito II
EL CONOCIMIENTO
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1- La Palabra
«Dios Padre.
Eterno Omnipotente.
Inmutable.
Inmanifestado.
Inmortal.
Perpetuamente Presente.
En su incognoscible meditación se preguntó: ¿Quién Soy?
Y en el Vacío no tuvo respuesta.
Quiso entonces Conocerse a sí mismo.
Y les dijeron:
―Vivid siempre juntos y sed felices, amaos y creced, conoceos
y multiplicaros. Porque conociéndoos y amándoos es como nos
conoceréis y nos amaréis. Y sabiendo quienes sois, sabréis
quienes somos.
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Y los setenta, por parejas, cinco Hombres y cinco Mujeres,
moraron en cinco mundos de su Universo respectivo. En total
treinta y cinco mundos, en los que deberían encontrarse, amarse y
conocerse, y ser al igual que sus Padres, un solo Ser.
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2- La llama
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son tu reflejo y todo cuanto vive en ellos eres tú. Tu creación y tú
sois uno. Sois el recipiente y el agua de Vida que la llena.
—Yo soy tu Espíritu y tú eres mi Cuerpo. Soy tu Cuerpo y tú mi
Espíritu, no hay dos sino Uno, nada existe fuera del Uno. Y sin
embargo necesitas vivir en la ilusión, en la dualidad, para
encontrarme, para encontrarte, mas a partir de ahora vive
sabiendo quién eres y quienes sois todos.
—Sois mi Cuerpo de Luz Infinita y Yo el Sonido que le alimenta
por siempre.
Continuó diciendo:
—Aquellos que están cansados y agobiados encontrarán reposo
en mi Palabra.
—No me busquéis fuera. Yo, vuestro Padre, estoy en cada uno
de vosotros.
—Sólo has de escuchar. Concédeme un minuto de tu tiempo. Al
principio dudarás, me negarás y por fin me sentirás, me verás en
la naturaleza, en todo el espacio que te rodea, en los animales, en
tus hermanas y hermanos…
—En ti nacerá una llama que nunca se apagará, pues es el regalo
que os hice y es eterna como lo soy Yo, como lo eres Tú.
La Promesa de mi Hijo se cumplirá. Y mi Palabra se cumplirá.
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3- La Madre
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activo aún después de su muerte. Santiago, hermano del Maestro,
se encargó de proseguir los trabajos a la partida de éste.
Ya sentíamos la necesidad de encontrarnos en casa y aquí se
hacía realidad. Un poco de reposo y la mano de una madre se
echaban en falta.
María nos trataba como a sus hijos, siempre pendiente de todo.
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al crecimiento, todo nuestro ser se expande pues ese es el deseo
de nuestro Padre, nuestra Madre y el nuestro también.
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4- El Destino
—Se solía sentar —nos indicaba María— sobre una roca junto a
la casa a observar a los demás niños en sus juegos, siempre
acababa jugando ante mi insistencia. Pero lo que más le gustaba
era, ya al atardecer, ver el ocaso del Sol y cómo las estrellas iban
asomando en el cielo. ¿Hay niños en ellas?, solía preguntarme
siendo muy pequeño. Yo me encogía de hombros, no sabía que
contestarle, mas fue Él un día quien ante tal pregunta respondió
diciendo: “Yo vengo de una estrella”. Le dije que no se lo
expresara a nadie pues le acabarían apedreando en la plaza. Me
respondió con una sonrisa.
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Tierra Prometida por Dios. Él se quedaba embelesado y siempre
quería saber más, su curiosidad no tenía límite…
—De este modo transcurría su infancia y adolescencia, hasta que
un día nos explicó que debía ocuparse de otros asuntos. Yo creía
que quería contraer matrimonio, pues ya estaba en edad de ello. Él
me aclaró que los asuntos eran los referentes a su Padre. Yo
estaba contenta, y así se lo manifesté, de que decidiera entonces
dedicarse por completo a la carpintería. En aquel momento su
semblante cambió y me dijo: “Debo dedicarme a los asuntos de
mi Padre, el de todos”.
—Sabía de siempre de sus inquietudes espirituales. Le pregunté
si pensaba dedicarse al sacerdocio, me contestó: “Los sacerdotes
ya me enseñaron cuanto sabían y ahora debo de retirarme por un
tiempo al desierto al encuentro con mi Padre, después volveré a
compartir sus enseñanzas”.
—Un día, ya entrado el otoño, salió de casa camino al desierto,
solo ―sus ojos se humedecían al recordarlo.
—Todo un hombre —nos decía— y sin embargo no dejaba de
ser mi niño quien se alejaba; era su destino, José y yo debíamos
respetarle y así lo hicimos.
Y aquí está Él ahora…, otra vez con los suyos y con algunos
más a quienes nos considera y nos consideramos sus hermanos;
disfrutando de la sencillez de un día como cualquier otro, y sin
embargo, único e irrepetible.
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5- Agua Viva
Salí del albergue San Gabriel, sin una clara idea sobre qué hacer
en el día, cuando andando me encontré ante un taller de autos. Me
llamó la atención un cartel sobre uno de ellos:
«Se alquila, perfecto para viajar al desierto».
Era un viejo Renault-11, su color gris estaba desgastado por los
rayos solares, parecía un auto de camuflaje.
¿Por qué no? ―me dije.
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6 -La oportunidad
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hermanos el Amor y la Sabiduría que habita en ti, que eres tú,
que Soy Yo”.
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—¡Escuchadles! ¡Por sus frutos les conoceréis! ¡No deis la
espalda a la oportunidad que tenéis! ¡No dejéis que sus vestiduras
se vuelvan negras por vuestra ceguera y ved en sus ojos limpios,
los míos!
—Os pido que sigáis cada uno con vuestra vida. Hacedlo todo
con amor. Situaos los últimos, aparentemente nada cambiará en el
exterior, será en vuestro interior donde primero lo notaréis, lo
demás lo tendréis por añadidura.
—¡Compartid! ¡Amad!
—No es tiempo de una fe superficial. Veréis y creeréis. El Cielo
y la Tierra se han aliado para que así sea.
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7- El Espíritu del Hijo
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descansar un poco cerca del río que llevó las aguas que en otro
tiempo al Maestro bañaron…
Sobre las aguas del Jordán una silueta iba tomando forma, mi
corazón parecía estallar, era Él, su cuerpo brillando como mil
soles, una aureola de luz tras otra le rodeaban. Se fue acercando
hacia donde me encontraba. Las palomas comenzaron a revolotear
sobre nuestras cabezas creando un ligero viento alrededor nuestro,
partículas de polvo se levantaron hasta conseguir que no viera
nada más allá de unos pocos metros.
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que brilló hasta volverse blanco. Con sus manos tomó las mías y
las unió dentro de las suyas. Una paloma se posó sobre ellas, al
momento una luz que brotó de ésta nos cubrió por completo, y mi
cuerpo se hizo como el suyo, no era de carne y de sangre sino de
Luz y mi espíritu era como el suyo y la Verdad nos habitó.
Él era yo y yo era Él.
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8- El puente
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Evidentemente nada le podía manifestar de lo que pensaba,
aunque no hizo falta.
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—Sólo el Amor traerá la Paz y la Armonía. Asimismo mi
cuerpo, vuestro cuerpo, seguirá creciendo fuerte y sano. Su Luz
irradiará con más fuerza y se propagará por el firmamento ―el
Cuerpo―, del que sois, somos, un órgano vital.
Permanecimos en silencio…
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9- Nacimos sin nacimiento
—Continúa —dije.
—Te respondí que soy palestina y así es, aunque me siento
ciudadana del mundo. Profesé durante años la religión de mis
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padres. Ellos secundan la tradición, encontraron las respuestas a
sus preguntas. Yo, en cambio, sigo la búsqueda.
—Desde niña he sentido en mi interior un fuerte deseo por ir
más allá de la superficialidad, de profundizar y encontrar la
Verdad escondida. Y ésta, poco a poco, se va revelando. Me ha
llevado a madurar, a creer en una religión sin nombre ni etiquetas,
incluyente y viva, en la que crezco día a día.
—Mi religión es la Vida, es Amar. Tan simple o complicada
como quiera vivirla.
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—Nacimos sin nacimiento, vibramos al unísono siempre y sin
embargo nos alejamos, pero sólo aparentemente, para volvernos a
encontrar. Y en cada encuentro nos sentimos más y más unidos y
al unirnos generamos Vida.
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10- Los Maestros
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Al mirarle cara a cara, me percaté de su sonrisa, una sonrisa que
me era muy familiar.
Meryem se percató de mis pensamientos y me dijo:
—Tu intuición es correcta, es el maestro Jesús, Hoy, él al igual
que tú y yo, tenemos diferentes cuerpos, diferentes apariencias,
oficios y costumbres.
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va adaptando a la nueva situación que se está creando
permanecerá, la que no, ella sola irá desapareciendo.
—No hemos venido como representantes de malos augurios.
Quitad el temor de vuestras mentes, éste sólo reside en los que se
aferran al pasado, mental y sentimentalmente, y creen que sólo las
posesiones materiales son lo importante.
—Nuestro Padre nos da aquello que necesitemos sin necesidad
de pedírselo. Y desde luego, lo conseguido a costa del sufrimiento
ajeno será arrebatado, pero no por una mal llamada “justicia
divina”, pues Él nos ama a todos por igual, sino porque en lo más
profundo de nuestro Ser sabemos qué es justo y qué no lo es, por
lo que nosotros mismos nos estamos juzgando, condenando y
perdonando.
—Él, sólo sabe Amar y cuando así lo deseemos haremos como
Él: poner nuestra Voluntad al servicio del otro. No es tan difícil,
amplía tu capacidad de conciencia, mira a los ojos al otro; a tu
hija, hijo, quizás te resulte fácil; a tu vecino quizás también; ve
dando pasos según vas aumentando el tamaño de tu “corazón”, de
tu Alma y acabarás amando a aquellos que un día te hicieron
daño, a los que hoy te lo hacen y aún a los que te lo harán. No
olvides que ellos son los maestros que te señalan tus
imperfecciones como tú señalas las de otros. Son tus hermanos
como lo somos nosotros, ninguno por encima de nadie y ninguno
por debajo de nadie.
—No adores más que al Dios que mora en ti y al Dios en el que
vives, los demás somos simplemente… sus hijas e hijos, donde no
hay segundos porque somos todos el primero, el Único Hija e
Hijo del Creador.
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11- La resurrección
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de ello habrá quienes os calumnien, abominen, traicionen e
intenten destruiros en nombre de la Verdad y la Libertad.
—Al igual que yo, moriréis, pues de aquellos que os dicen amar
uno os traicionará. Creerá en su ceguera hacer un bien a la
humanidad liberándola de falsos profetas que según él, sólo les
llevan al aborregamiento, a la prisión de la mente. En su interior,
aún asaltándole la duda, tomará la daga que ejecute el homicidio.
Mas no sabe que ya está escrita en el libro de la Vida su traición.
Que nada escapa al Creador, pues Él viendo en su libre albedrío
su debilidad, contempla en su mente la traición y os avisa y aún
así sé que le amáis puesto que el odio y el rencor no tienen cabida
en vuestros corazones.
—Nada temáis, pues volveréis a la Vida con una fuerza que no
es de este viejo mundo, la fuerza que mueve y sostiene el
firmamento: el Amor.
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12- La paz interior
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—El Creador nos habla en el silencio. Él de antemano ya “nos
ha perdonado”, aún antes de materializar aquello que nuestra
mente nos sugiere que hagamos en contra del Amor como
consecuencia de nuestra ignorancia. Reconozcamos sinceramente
que no siempre seguimos el camino que nos hemos trazado, que a
veces entramos en bifurcaciones que nos llevan a laberintos y
callejones sin aparente salida. Mas… siempre hay una salida, es
pensar, sentir y actuar con humildad.
—Debemos dejar de vivir construyendo máscaras, colocando
una sobre la otra, tantas que ya no reconocemos quién se
encuentra al fondo. Y al fondo siempre estarás, estás tú, estoy yo:
un ser humano que simplemente vivió su propio destino en
libertad… siempre.
—No hay un camino trazado de antemano por nadie, salvo por ti
mismo. Tú, yo, nosotros, elegimos nuestro destino y desde luego
el que elegimos aún antes de nacer era y es de Amor y Felicidad,
y nada impedirá que le vivamos en plenitud. Tenemos todo el
tiempo del mundo para comprenderlo y cuando así lo hagamos
nos veremos como realmente somos. Habremos despertado de
una pesadilla, de un mal sueño y la realidad se abrirá ante
nosotros tal cual es.
—Ni siquiera es necesario que nadie nos guíe, en ti, en mí,
tenemos al mejor guía que podamos desear, pues estamos hechos
de la misma esencia del Sol y de la esencia de la Vida. Somos
Espíritu encarnado en nuestra propia creación. Todos somos Dios,
nada hay fuera de Él, fuera de ti, fuera de mí, ya que nuestro
Espíritu abarca lo creado y lo aún por crear, la plenitud y el vacío.
Puedes reconocerte como, no un dios, sino Dios, o negarte el
tiempo que desees. Puedes seguir viviendo en el viejo mundo que
palidece ante su próxima muerte, o pensar, sentir y actuar como si
el nuevo mundo ya estuviera aquí. Porque, y aún os digo más: ¡ya
está aquí!
—Únicamente hemos de vivir sin máscaras. Reconocernos tal
cual somos y reconciliarnos con nosotros mismos y con la Vida,
con quienes nos rodean y logrando que nuestra Voluntad se funda
cada vez más con el Amor.
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—Quienes sientan como tú nada te tendrán que perdonar, pues
saben que el perdón nos lo hemos de dar a nosotros mismos, y
vivir en paz, la paz del que se sabe realmente liberado, sin
ataduras de ningún tipo.
—Quienes siguen aún los dictados del viejo mundo, no te
creerán. Intentarán confundirte y confundir a los demás con malas
artes, querrán que juegues a su propio juego que nunca les sacia y
no les deja vivir en paz. Pues emprendieron una guerra en
realidad contra sí mismos, no contra los demás. Hasta que en un
instante de humildad deseen acabar con tan desastrosa situación,
entonces y sólo entonces, con este pensamiento, toda su vida
cambiará, han pasado el puente que les conduce a sí mismos y al
otro.
—Ninguno nacimos instruidos, nos vamos creando como el
aprendiz trabaja el barro hasta que consigue darle a la pieza la
forma que desea, con esfuerzo, paciencia y constancia. Cada vez
él se identifica más con ella y fruto de su experiencia alcanza la
maestría, se convierte en alfarero y nuevamente crea formas más
bellas y sublimes, de tal modo que se funde con aquella que para
él es el súmmum de la belleza.
—Tomémonos el tiempo que queramos para conseguirlo, eso sí,
con mucha Voluntad y Amor.
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13- La comunión
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palabras no dejaban de alentarnos, Jeshua conocía bien el lugar al
que íbamos.
—Unos pocos peldaños más y ya llegamos ―nos decía él sin
dejar de sonreír.
—¡Bienvenidos!
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era su figura, en este momento lo era aún más. El resplandor que
emanaba de su Ser iluminaba la estancia.
Salió del recinto y salimos tras sus pasos.
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ascensión, como nuevamente en el descenso al valle aquellos que
así lo decidieron.
—Dios convirtiéndose en ser humano, éste ascendiendo; Dios
contemplándole y descendiendo hasta encontrarse originándose la
fusión, la unión. El encuentro deseado de Dios consigo mismo en
el ser humano. El encuentro deseado del Hijo-Hija con Dios: La
Comunión.
—Hace dos mil años a través de Jeshua trasmití este
conocimiento a vuestra civilización, como anteriormente lo hice
con otras y seguiré haciéndolo, una y otra vez más.
—Y paso a paso por el valle, peldaño a peldaño, vais
ascendiendo, teniendo al principio pequeños encuentros conmigo
de acuerdo a vuestra comprensión y Amor hasta que en la cumbre
de este mundo vivimos una mayor Comunión. Pero esto no es
más que el principio de lo que nuestro Padre anhela para vosotros.
—Vosotros vivís en Mí como Yo en el Padre y Él en Vosotros.
En Comunión.
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14- El Santo Grial
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—¡Hola! —nos saludó—, Jeshua me pidió que os recogiera en el
aeropuerto y os entregara un sobre.
No nos dijo su nombre. Vestía con un traje negro impecable, en
la solapa destacaba una insignia con una rosa roja. Todo en él
era… intachable.
Nos acompañó hasta el aparcamiento proporcionándonos las
llaves de un coche.
—Abrid el sobre y sabréis hacia donde os dirigiréis —nos dijo el
enigmático anfitrión.
Sin más se despidió.
Le agradecimos lo que hacía por nosotros e inmediatamente nos
introdujimos en el vehículo.
Unos segundos de silencio y un sobre que encerraba nuestro
próximo destino nos quemaba en las manos. Así pues, sin dudar
más Meryem le abrió, dentro un mapa y un nombre: Rennes-le-
Château.
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El enfrentamiento con la iglesia de la época debido a las
profundas diferencias entre ella y los cátaros hizo que estos
últimos fueran exterminados, masacrados, en nombre de un
cristianismo que nada tenía que ver con el mensaje de Jesús de
Amor y Verdad y sí mucho con el poder terrenal…
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—Amo por igual a ricos y pobres; a los que me adoran y me
niegan; a quienes me conocen y repudian; a quienes me aman y
me odian.
—Poco a poco me encontraréis en vuestro interior, pues no hay
uno solo de vosotros que no anhele la liberación y cuando llame a
mi puerta se dará cuenta que siempre estuvo abierta para él.
—Mi Hijo pródigo volverá a su Hogar cuando así lo desee.
Cuando comprenda que el mundo ilusorio ya no le satisfaga sus
deseos, entonces las palabras: “Yo Soy la Verdad, el Camino y la
Vida” resonaran en su mente y en su corazón. Un hermano suyo
guiará sus primeros pasos como el padre guía las de su pequeño
hijo para después dejarle que él elija su camino: senda de
iluminación y liberación.
—Y mi Luz les colmará como hoy es una realidad en vosotros.
—Y recordad siempre que el Amor consiste en DAR, pues sólo
el que da puede recibir. Dad, compartid mi Luz y ésta se
multiplicará y entonces conoceréis. Y aquello que pidiereis de
corazón, lo recibiréis.
—Así, este mundo se elevará a sí mismo cuando la rosa esté a
punto de abrirse. Seguid regándola y dándole vuestra Luz,
entonces la trasplantaré a mi jardín y a vosotros con ella. Aún hay
tiempo.
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15- La Torre Magdala
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presento bajo el manto de una virgen como hice en otro tiempo.
Me estáis viendo a través de vuestros ojos, contempláis mi ropaje
en la naturaleza que os rodea y, sobre todo, me sentís en la
profundidad de vuestro ser.
—Cerrad los ojos y percibiréis una llama que arde en vosotros,
que asciende desde mi esencia, desde lo más profundo de esta
tierra, su núcleo, que sube por vuestra columna alumbrándoos en
la oscuridad de vuestras noches. Una llama que crece día a día a
través de las edades y que hoy a vosotros, a todos mis pequeños,
está permitiendo que os sintáis más y más unidos, no sólo unos
hermanos con otros, sino con todos mis hijos. Sí, con los que
llamáis animales irracionales, con los árboles y demás plantas que
pueblan este planeta, con los minerales que creéis inertes y con
aquellos seres aún invisibles a vuestros ojos.
—Todo está vivo en mí, y está llegando el momento en que yo
también despierto de mi ensueño.
—Un amanecer nuevo, una nueva era comienza y aunque
algunas heridas tengo en mi cuerpo, nada podrá impedir que éste
crezca. Vosotros me ayudaréis a sanarlas al igual que yo ayudo a
sanar las vuestras.
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habéis de temer, pues lo iréis experimentando según vuestra
capacidad de entendimiento.
—Todo en el universo es comunión, no hay nada que viva
aislado, esto sólo es producto del estado mental en que os
sumisteis y del que estáis, estamos, emergiendo.
—Estamos ahora viviendo en una comunión cada vez mayor.
—Así, como tenéis una Madre y un Padre que se manifiesta ante
y en vosotros, hay un modelo de Hija-Hijo, un ideal que está
grabado a fuego en vosotros y que se manifiesta a través de las
edades. Según crecéis, maduráis, le sentís cada vez más próximo,
está en vuestros genes. La presencia de mi Hijo manifestada hace
dos mil años volverá a vosotros para que crezcáis con Él y en Él
en una nueva conciencia más incluyente, más amorosa y
comprensiva de la Vida. Su presencia es sentida en el corazón de
muchos de vosotros y cada día lo será aún más. Su comunión es
vivida y conocida en quienes mi llama asciende y ha ascendido
hasta fundirse en ellos con el Cielo.
—No veáis a mi Hijo independiente de vosotros, ajeno a
vuestras vidas, como un ser lejano e inalcanzable. No penséis que
Él sólo vendrá desde el exterior, olvidad esa visión infantil. Le
contemplaréis en vosotros y os mostrará un rostro sin igual, un
semblante que señalará el primer paso del siguiente peldaño de la
humanidad donde se funden el día y la noche. Un rostro que será
el vuestro y que… no olvidaréis.
—Mi Hijo sois todos.
—El Cielo y la Tierra se unen cada día un poco más.
—Yo, vuestra Madre, estoy en vosotros al igual que vuestro
Padre lo está.
—Mis pequeños… ¡Ascended conmigo!
—¡Soy el Amor!
Y la Voz cesó.
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Nos miramos y salimos de la Torre Magdala caminando sin
prisas, empapados de Vida. Un rosal lucía sus mejores galas, sus
flores con sus pétalos escarlatas al igual que llamas vivas
destacaban en el jardín, recordándonos que aún hay mucho
trabajo por hacer hasta que la llama de la Vida se instale en todos
los corazones.
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16- La ceremonia de Wesak
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—Así es —le confirmé—, un lugar que no aparece en los mapas
y sin embargo tan real como en el que nos encontramos.
Y continué:
—Un valle donde se dan cita en el plenilunio de Tauro aquellos
que expresan en su fuero interno la voluntad enfocada al
desarrollo espiritual del ser humano; al despertar de la conciencia
para toda la humanidad; al encuentro con el maestro que hay
dentro y fuera de uno: La Ceremonia de Wesak.
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escena que nunca olvidaré: el valle repleto de seres de luz
semejante a una flor extendiendo sus pétalos; millones de estos
abriéndose alumbrados por la luz de un Sol que está en su centro.
Este Sol, esta esfera de luz, como una burbuja transparente, se fue
agrandando abarcando el lugar y trascendiéndole. Seguí
ascendiendo y contemplé cómo la esfera cubría el globo terrestre
con su manto de Luz. Giré la vista y percibí un rayo de luz
inmenso que proveniente del Sol alcanzaba al planeta Venus y
rebasándole llegó al centro de la flor. En ese momento volví a
encontrarme sentado junto a los demás.
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—Id cada uno al lugar donde vivís, mas vivid en la Luz y en el
Amor, de ese modo seréis un solo ser con vuestra alma y
comenzaréis la ascensión hacia algo más grandioso. Vivid vuestra
religión con Amor; quienes en su mente y corazón han elegido
otros caminos de reunificación, vividlos igualmente con Amor.
Pues por Amor estáis hoy aquí, no por vuestro conocimiento y
posición social o poder terrenal, estos no son nada para mi, son
sólo herramientas con las que os estáis construyendo día a día,
creadas por y para vosotros. Pues creadores sois siempre y
cuando vuestra creación ya no os satisfaga, la destruiréis y
volveréis a comenzar, una y otra vez, siendo cada vez más
perfectos a vuestra imagen y semejanza, que es la mía.
Continuó…
—El rostro que habéis visto es el del que viene a vuestro mundo,
es el molde, el ideal, el futuro que habéis pedido con vuestras
oraciones y es el que habéis creado con Amor. Cuando Él se
manifieste entre vosotros le reconoceréis, porque el Amor sólo
tiene un rostro, el de la Verdad.
—La Luz que hoy os he dado, mi Espíritu de la Verdad y el
Amor, os iluminará en los días oscuros que aún os quedan por
vivir; Él os guiará y seréis Uno con Él, Uno conmigo. Y nada
habréis de temer pues así como di el Pan de Vida en el pasado, del
mismo modo os lo doy a vosotros ahora, no tendréis hambre ni
sed. Él hablará por vuestra boca, vuestros actos serán los suyos.
Así, por el resto de vuestros días, hasta que os llame a mi
presencia y sabréis que sois eternos como eterno es vuestra Madre
y vuestro Padre, pues sois todos mis Hijas y mis Hijos: Uno.
—Marchad en paz, con Amor y Verdad, pues éstas son vuestras
únicas defensas y mi único Evangelio. Se acerca el tiempo en que
la cosecha estará lista. Mi Hijo es el camino hacia Mí y DAR
Amor es su único mensaje. DAD todo lo que sois pues sólo así
recibiréis. No excluyáis a nadie, mas dejad que cada uno siga su
camino, pues todos os llevan a Mí a su debido tiempo, disponéis
del que necesitéis...
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Sin saber cómo, nos encontramos en nuestra carcasa, nuestro
cuerpo físico, nuevamente contemplando las cumbres cercanas
cubiertas de blanca nieve. El espacio divisado nos empequeñeció
aún más y sin embargo nos sentimos acogidos por el Amor de la
tierra que pisábamos y del cielo que nos protegía con su manto de
Luz.
Unas horas más tarde, desde la orilla del lago surgido hace
millones de años en el valle cercano a la aldea, avistamos al
oriente como emergía la Luna llena sobre el horizonte y al
poniente el Lucero con sus destellos reflejando la luz del Sol
oculto por poco tiempo.
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17- Yo Soy Uno
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expandió. Contemplé un rostro joven y otro longevo, más el que
nunca se muestra. La Voz prosiguió:
—Cuando me sentís alejado e inalcanzable es sólo el juego de
vuestras mentes por seguir siendo quienes tomen las decisiones,
cuando en realidad vuestras mentes solamente son una
herramienta mía para reconocerme en mis emanaciones.
—Creé la palabra “tú” y “él” para tomar cierta distancia de Mí
mismo y en la lejanía poder reconocerme en mi Creación. Y en un
rincón del cosmos, hoy, ahora, en este pequeño mundo… Yo
Soy...
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—Y, conoced que no sois distintos a Mí.
—Y viviréis cada instante con más intensidad y diréis: Yo Soy.
—Y sentiréis que Yo Soy quien en La Realidad siempre Es.
—Tú y Yo Somos Uno.
—Vosotros y Yo somos Uno.
—Uno…
* *
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“…Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”
Así Es…
Acaba una etapa y emprendemos
emprendemos
otra nueva en nuestras impermanencias.
Estos escritos…
Comienzan el tres de febrero y terminan el siete de mayo del año dos mil siete
siendo una conexión con el Maestro que vive en todos los seres.
Anciano Juan
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ÍNDICE
Escrito I
1ª parte LA VOLUNTAD
2ª parte EL AMOR
Escrito II
EL CONOCIMIENTO
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110
111