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Movimiento Obrero

Historia, Geografía y Ciencias Sociales


Liceo Likan Antai
Raúl Osses Álvarez
Introducción
Al comenzar el siglo XX los trabajadores chilenos no
tenían ningún tipo de legislación social o laboral que
los favoreciera o les brindara protección. Fueron ellos
mismos, a través de las mutuales, las sociedades de
resistencia y las mancomunales, quienes se
organizaron para proteger a sus asociados y fomentar
la solidaridad proletaria.
Introducción
Debido a esta situación comienzan las movilizaciones
por parte de los obreros, con el objetivo de conseguir
las condiciones mínimas de trabajo.
Federación Obrera de Chile (FOCH)
La FOCH comenzó como una agrupación de obreros
de ferrocarriles con una orientación mutualista ligada
al Partido Demócrata. A mediados de la década de
1910, comenzaron a integrarse los trabajadores de
salitre y adquirió un carácter nacional.
Movimiento Obrero
La mayoría de las primeras movilizaciones realizadas
por los obreros chilenos estuvieron relacionadas con
enfrentamientos entre los obreros y los burgueses.
Los resultados de estos enfrentamientos fueron letales
para los obreros. Nuestra historia social a inicios del
siglo XX esta marcada por muertes y masacres
21/12/1907
Benditas víctimas que bajaron
desde la pampa llenas de fe
y a su llegada lo que escucharon
voz de metralla tan solo fue 
Canto a la Pampa, Francisco Pezoa Véliz
21/12/1907
10 de diciembre en la oficina San Lorenzo, comenzó
una huelga debido a la devaluación del peso, esta se
extendió rápidamente, cinco días después, una
columna de más de dos mil obreros caminó a Iquique
en demanda de mejoras salariales y laborales.
Con el correr de los días la situación se agravó.
Mientras que numerosos gremios de Iquique se
sumaron al movimiento huelguístico, nuevos
contingentes de mineros llegaban a la ciudad. Según
estimaciones de la época, las cifras de huelguistas
oscilaban entre 15 mil a 23 mil personas
21/12/1907
El rechazo de las compañías a negociar mientras no se
reanudaran las labores, hizo que intervención estatal
fuera confrontacional. El ministro del Interior ordenó
restringir las libertades de reunión e impedir por
cualquier medio el arribo de nuevos huelguistas a
Iquique
intendente Carlos Eastman decretó restricciones a la
libertad de tránsito y ordenó a los huelguistas a
abandonar la ciudad el 21 de diciembre, amenanzando
con aplicar la fuerza si era necesario
21/12/1907
Ante la negativa de los huelguistas a desalojar la
Escuela Santa María, en donde permanecían desde
hacía una semana, el 21 de diciembre el general
Roberto Silva Renard ordenó a sus tropas hacer fuego
en contra de la multitud
Iquique, 23 de diciembre de 1907

Mi querida Abuela,
¿Se acuerda de que le conté que mi padre estaba preocupado por los problemas en las
oficinas, que había repetidas huelgas en Iquique y en la pampa y por eso no podíamos salir?
Como un lejano zumbido, los hombres bajaban de la pampa. Había muchos: hombres,
mujeres y niños, abuelas y abuelos. También traían sus perros que corrían por entremedio de
sus piernas, como sabiendo que participaban en un importante acontecimiento. Las mujeres
venían con canastos, ollas y cucharas, los bebés contra el pecho, y los hombres con sus hijos
más pequeños sobre los hombros.
Hacía mucho calor esos días. La camanchaca no trajo su alivio habitual. El calor reposaba
sobre la ciudad como una manta pesada. Pasaban los días y a pesar de la cantidad de gente,
había un aire de esperanza. Según Juan, los pampinos dijeron que iban a esperar hasta que
sus peticiones fueran aceptadas. Querían cambiar muchas cosas, Abuela, como por ejemplo,
eliminar las fichas, tener escuelas en la tarde y mejor atención médica. Pero les fue mal.
Llegaron las tropas, las autoridades se asustaron, hubo peleas seguidas de gritos y disparos.
Abuela, finalmente los pampinos no volvieron a la pampa. Los mataron con sus escopetas y
los gritos que aplastaron la ciudad fueron reemplazados por un llanto profundo y
desesperado como los de un perro enjaulado. Tantos muertos, sólo por querer vivir mejor.
Todavía el aire huele a pólvora y a miedo. No se preocupe por nosotros, estamos bien. Mi
padre quiere que nos vayamos a Tiviliche unos días a descansar y ahí pasaremos el Año
Nuevo.
Adiós, querida Abuela. Escríbame luego.
Su nieta Isabelle.
Georgina Gubbins: Cartas del Desierto 

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