Técnicas de la Investigación Literaria

Lucía Mastronardi
Mat. 41012349

La intrusa de Jorge Luis Borges y La intrusa de Pedro

Orgambide

La coincidencia del título de ambos cuentos nos propone una

conexión que en una primera lectura costaría rastrear. El relato sobre
el conflicto amoroso de dos hermanos parece estar lejos de los
sufrimientos de un personaje por los avances de la tecnología. Sin
embargo, a pesar de la temática diferente, hay algunas coincidencias
y oposiciones interesantes para ser destacadas.
¿Cómo se presentan las intrusas en esos mundos? En el relato de
Borges, nos deparamos con Juliana que llega a la casa de los
personajes conducida por el hermano mayor. Es Christian quien abre
la puerta a la invasora. No ocurriría lo mismo en el relato de
Orgambide donde la intrusa vino y el protagonista “siguió trabajando
como si nada pasara”. Acá habría violencia desde el comienzo. La
frase “ella tuvo la culpa, señor juez” nos instala en un terreno de lo
judicial. Alguien cometió un delito y el narrador-protagonista cuenta
su experiencia en primera persona.
Si por “intruso” entendemos al que ha entrado sin derecho, el
hecho de que Juliana haya sido “invitada” a vivir con los Nilsen, no
quiere decir que no desate un conflicto. Desde el inicio de esta
convivencia, su presencia rompe con años de aislamiento de los
hermanos, por lo tanto quiebra el orden. Su intromisión se relaciona
con el desequilibrio que produce en la unión fraternal. Esa larga
convivencia apartados del resto del mundo donde pocos entraban en
su casa porque ellos “defendían su soledad”, se ve amenazada por la
figura de Juliana. Asimismo en el relato de Orgambide, el empleado
con años de excelente desempeño es amenazado por la intrusa.
La intrusa transforma a los protagonistas. Un protagonista pierde
el apetito, pierde el pelo, pierde el control, como un virus, la intrusa lo
enferma y lo lleva a perder su trabajo. También Eduardo cambia
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haciéndose más hosco. Luego, al compartir a Juliana, para ambos

hermanos se desataron los conflictos de esa “sórdida unión”. Hay
discusiones y se mienten para ir a ver a Juliana al prostíbulo.
Es interesante como son caracterizadas las intrusas. Juliana es una
cosa. Al llevarla a casa se “ganaba una sirvienta”. Christian antes de
salir saluda a su hermano y no a Juliana “que era una cosa”. Ella es
una posesión, un objeto a ser usado, por lo tanto no necesita
explicaciones. Ellos disponen de ella, pero es esta intrusa silenciosa y
sumisa que parece tan débil, la que traerá la discordia en la unión
fraternal.
Por otro lado la intrusa de Orgambide aparece como un personaje
femenino, lleno de ínfulas, al que todos elogian. Esta caracterización
estaría señalando que alguien muy capaz llegó al lugar de trabajo del
protagonista. Solamente al final nos damos cuenta de que se trata de
una computadora. Estamos frente a una cosa personificada y Juliana
sería lo contrario, ella está cosificada.
Ambas invasoras conducen a los protagonistas a la violencia.
Pareciera haber una justificación al accionar de ambos. Juliana “había
traído la discordia” y a partir de su muerte como dice Christian “ya no
hará más perjuicios”. En el relato de Orgambide, desde el comienzo
con la frase “ella tuvo la culpa”, el protagonista se defiende
desviando su responsabilidad.
Ambos textos mantienen la tensión y el suspenso
sorprendiéndonos al final.
El texto de Orgambide maneja la intriga hasta el desenlace donde
descubrimos que la intrusa es una computadora. Y desde allí
podemos reflexionar acerca de como el protagonista es incapaz de
adaptarse a un mundo en constante cambio y por otro lado también
pensar en el conflicto de la sustitución del hombre por la máquina.
Por otro lado, el final del cuento de Borges nos sorprende
esperando un duelo a la manera de los guapos, pero nos encontramos
con el asesinato de la intrusa. Una lectura posible de este desenlace
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Lucía Mastronardi
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sería que para estos hermanos la hombría estaría por encima del
amor a Juliana, donde la unión fraternal, y el honor, no pueden
perecer por una mujer.